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EFECTOS DEL COVID-19 EN PACIENTES JOVENES SIN ANTECEDENTES Y/O

COMORBILIDADES

Karen Margarita Liñán Pitre

La historia contemporánea de la humanidad, con el inicio de la emergencia sanitaria producida

por el virus SARS-COV2- COVID-19, se dividió en dos y todos los países se encuentran hoy en

estado de alerta permanente ante la posibilidad de la aparición de alguna otra enfermedad

desconocida.

Colombia no fue la excepción. Durante el 2020 se notificaron al Sivigila 4.307.317 consultas

externas y urgencias por infección respiratoria aguda de un total de 104.463.380 consultas por

todas las causas siendo Cartagena, Bogotá y La Guajira las ciudades con mayor tasa de reportes

por IRA. Con respecto a las hospitalizaciones por problemas respiratorios graves se informaron

204.599 registros, con una disminución del 9,7 % en comparación con el 2019 siendo Cartagena,

Bogotá y Norte de Santander las ciudades que presentaron la mayor tasa de notificación de

hospitalizaciones por IRAG en sala general. Durante el primer año de la pandemia, la gran

preocupación de las autoridades sanitarias fueron las hospitalizaciones en las salas de cuidados

intensivos. El dato suministrado en relación a estas áreas fue de 51 511 hospitalizaciones, un

número superior en 137,2 % a lo reportado en el año anterior. Las ciudades con mayor tasa de

hospitalizaciones por IRAG en cuidados intensivos fueron Cartagena Bogotá y Barranquilla. En

2021 de 3.440 muestras analizadas y procedentes de la vigilancia centinela, el 35,1 % (1.207) fue

positivo para virus respiratorios repartidos así: 52,6 % (636) correspondió al Virus Sincitial

Respiratorio; el 0,82 % fue positivo para Influenza, con predominio principalmente del subtipo
A(H3N2). Adicionalmente en 2021 se procesaron 12.189.576 pruebas de PCR para

identificación de SARS-CoV-2, de las cuales 2.547.523 (20,9 %) fueron positivas i (MARTINEZ,

2022).

La enfermedad producida por el Sars-Cov2-Covid-19 ha sido una de las patologías de mayor

impacto negativo en la población mundial, con tasas importantes de morbilidad y mortalidad, así

como impacto sicológico en los afectados y su núcleo familiar. En la actualidad existen estudios

científicos que evidencian las características clínicas de la enfermedad aguda, sin embargo

prevalece la necesidad de profundizar en la descripción de manifestaciones persistentes, es decir,

síntomas y afecciones que se extienden más allá del período inicial de la enfermedad, sobre todo

en pacientes sin antecedentes médicos y/o comorbilidades, en quienes se han encontrado

alteraciones o efectos adversos, no solo en el sistema respiratorio sino también en otros sistemas

como el cardiovascular, neurológico o inmunológico, manifestaciones cutáneas,

gastrointestinales o renales. Todo esto sin tener en cuenta los efectos negativos a la salud mental

producidos en los pacientes con COVID-19 y sus familiares.

Es evidente entonces que la carga de la enfermedad secundaria a la pandemia es relevante. No

solo la enfermedad aguda es motivo de preocupación o atención por parte de científicos y

estudiosos, sino que, hoy más que nunca, se requieren estudios epidemiológicos que permitan

investigar a profundidad el impacto a largo plazo en la salud de pacientes jóvenes que

adquirieron la COVID-19 ¿para qué? Agrega aquí algo así como “pues a mayor conocimiento

mejor el manejo de estos pacientes en cuanto a las indicaciones médicas para superar ese

impacto”

Después de extensa revisión bibliográfica, observamos que se han desarrollado estudios que

permiten una visualización amplia del panorama “post-pandemia”, lo que nos ha permitido
identificar situaciones puntuales con respecto a las manifestaciones clínicas de pacientes críticos

(No Covid) egresados del servicio de cuidados intensivos (UCI), los cuales han presentado

síntomas meses después del alta, lo que se conoce como ¨Síndrome Post-UCI”, así mismo,

pacientes covid-19 (asintomáticos) con manifestaciones a largo plazo. Todo esto hace necesario

determinar las posibles secuelas en dichos pacientes y garantizar una atención integral de

promoción y mantenimiento de la salud, encaminada a las acciones de detección temprana que

permitan evitar la enfermedad o aplicar el tratamiento oportuno de la misma.

En lo que respecta a la enfermedad por Covid-19, sabemos que la mayoría de las personas que

adquieren el virus se recuperan al cabo de algunas semanas y que el comportamiento biológico

de la infección apunta a complicaciones en pacientes con comorbilidades como diabetes,

hipertensión, VIH, insuficiencia renal, que incluso la obesidad es un factor determinante para

acelerar el proceso de deterioro en la salud o el deceso inevitable. Sin embargo, algunos

pacientes sanos, con buenos hábitos y un estilo de vida saludable, que han presentado una

versión leve de la enfermedad (Covid-19) o han sido asintomáticos, refieren manifestaciones

clínicas a largo plazo, semanas o meses después de su recuperación inicial, entonces se hace

necesario escudriñar las evidencias científicas que nos permitan elaborar una investigación

profunda, encaminada a determinar efectos, factores intrínsecos y extrínsecos, evaluación de

resultados y estrategias e intervenciones a realizar en la población objeto.

Los esfuerzos de la ciencia se han concentrado en conocer el comportamiento y los efectos en el

cuerpo humano del hasta ahora desconocido virus Covid-19, además en la producción de

vacunas que contrarresten el impacto de la enfermedad aguda. Este ha sido el mayor reto de los

científicos y profesionales del área de la salud del siglo XXI, que en el transcurso de dos años

han librado una carrera a contra reloj para preservar la salud pública global y dar respuestas
preventivas de cuidados adaptados a nivel individual, familiar y comunitaria. Es importante y

necesario que no perdamos de vista la situación que se genera, en algunos casos, una vez se ha

superado esa afección.

En conclusión, es fundamental diseñar y evaluar el método para detectar y prevenir los efectos en

la salud de la población joven, sin comorbilidades o antecedentes, con buenos hábitos y estilos

de vida saludables que en algún momento adquirieron Covid-19, con sintomatología leve o

asintomáticos, con el objetivo principal de garantizar la implementación de acciones y estrategias

de atención integral en salud para la detección temprana de posibles patologías secundarias.


i
https://www.ins.gov.co/buscador-eventos/Lineamientos/PRO_IRA.pdf

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