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La SUNAT y el REINFO

POR ALFREDO SALAZAR ALEMAN · PUBLICADA OCTUBRE 12, 2020 ·


ACTUALIZADO OCTUBRE 15, 2020
Han pasado 8 años desde el inicio del proceso de formalización de la
pequeña minería y no se ha abordado el principal problema: la gran
mayoría de los mineros en vías de formalización realizan sus
actividades en concesiones de terceros.

Entonces surgen las siguientes preguntas ¿Qué es lo que se quiere


lograr con la formalización? ¿Controlar aspectos ambientales,
tributarios, sociales, seguridad & salud ocupacional? Si es así, ¿Es
factible esto permitiéndoles a los pequeños mineros informales operar
en concesiones de terceros? Si se les permite, ¿Es viable que pueden
formalizarse si al final van a necesitar la autorización del titular?
Entonces ¿Para qué uno formularia un petitorio, si cualquiera la puede
explotar la concesión? Y si no se les permitiera continuar con sus
actividades, ¿Qué pasaría con casi las 400 mil personas que
dependen de este sector? En este caso, hacer las cosas a medidas es
peor que no hacerlas.

Como podrá notarse, se ha cambiado el enfoque de la formalización.


Prácticamente se ha renunciado a controlar y fiscalizar aspectos
ambientales, salud y seguridad ocupacional, explosivos, ya que esto le
corresponde a los Gobiernos Regionales, pasando a ser una
“formalización tributaria”, controlada por la SUNAT,  haciendo énfasis
en la inscripción en el RUC, tributación y control de los insumos
químicos fiscalizados.
En el Gráfico 1 se muestra que las grandes olas de inscripciones en el
RUC se dieron los años 2014 y 2017
Fuente: SUNAT; 2020 cifras al mes de agosto

 En el 2014, con el registro de saneamiento, aprobado en el


DECRETO SUPREMO N° 029-2014-PCM, se obligó a todos mineros
informales inscritos en el registro nacional de declaración de
compromisos del 2012 que realizaban actividades de exploración,
explotación y/o beneficio, a inscribirse en el RUC hasta el 09 de
octubre de 2014, y por consiguiente a emitir factura, presentar
declaraciones, llevar libros contables, entre otras obligaciones,
eliminando toda posibilidad de seguir operando con liquidaciones de
compra, como lo hacen las personas naturales que producen o
acopian productos primarios derivados de la actividad agropecuaria,
pesca artesanal y extracción de madera, de productos silvestres,
artesanía y desperdicios y desechos metálicos y no metálicos,
desechos de papel y desperdicios de caucho. Ello cambió
drásticamente la comercialización de minerales auríferos, creando un
espacio perfecto para la proliferación de facturadores, quienes
aprovecharon la informalidad tributaria de los productores mineros,
para canalizar su producción, y entregarla como si fuera suya. Esto
originó que se pierda la trazabilidad del origen del mineral, y que de
los 60 mil mineros inscritos en el 2012, solamente pasaran al Registro
de Saneamiento cerca de 30 mil. Los demás no sacaron el RUC.

 En el año 2017, la situación mantuvo su curso con la publicación del


Decreto Legislativo N° 1293, se abrió nuevamente el registro de
formalización por un plazo de 120 días hábiles, esta vez denominado
“Registro integral de formalización Minera” (REINFO), permitiendo el
ingreso únicamente de personas naturales que realizaban actividad de
explotación con una antigüedad no menor de cinco (05) años, quienes
debían inscribirse a través del portal web de SUNAT, ingresando con
su RUC y clave sol, registrando las coordenadas de sus operaciones,
su ubicación, el nombre y código de la concesión minera. El único
efecto que tuvo esta disposición,  fue incremento del registro de
formalización, de 30 mil mineros a 51 mil.

 En el 2020, con la Ley N° 31007 y el Decreto Supremo N° 001-2020-


EM, se abrió por tercera vez el registro de formalización por un plazo
de 120 días hábiles, autorizando la inscripción de mineros que
realizaban actividad de explotación y beneficio desde el 16 de enero
de 2020. El cambio sustancial es que se incorporaron requisitos para
permanecer en el REINFO, siendo uno de los más importantes, estar
registrado en el CIIU de una actividad de explotación o beneficio de
minerales, contar con el  RUC activo, y obtener la inscripción en el
Registro de Insumos Químicos y Bienes Fiscalizados (IQFs) en el
caso de aquellos mineros informales que la necesitaran como por
ejemplo las plantas de procesamiento de minerales, antes del 31 de
diciembre de 2020.

Fuente: SUNAT; cifras a agosto 2020


 

Fuente: SUNAT; cifras a agosto 2020

En los Gráficos 2 y 3 se observa que cerca del 60% del REINFO se


quedaría fuera por estar  registrado en un CIIU no relacionado con la
actividad minera, y casi un 33% por no tener el RUC activo.

Desde el año 2012, la SUNAT asumió el registro, control y


fiscalización de los IQFs, a pesar de ser una actividad ajena al ámbito
tributario, y que antiguamente estaba a cargo del Ministerio de la
Producción, lo que parecía ser más idóneo. Lo más interesante es que
durante 8 años, este permiso no formó parte de los requisitos para la
formalización, sin embargo recién a partir del  31 de diciembre 2020,
para las plantas de procesamiento es indispensable contar con la
autorización, caso contrario se produciría la cancelación del REINFO.

Por otro lado, la pandemia prorrogó el plazo para inscribirse en el


REINFO, el cual culminaba originalmente el 07 de julio de 2020,
extendiéndolo hasta el 23 de setiembre de 2020, incrementándose los
mineros en proceso de formalización a alrededor de 69 mil, más
cuando la onza de oro está bordeando los 2 mil dólares.

Resulta evidente que el problema de fondo, no es el plazo ni los


requisitos. Es la falta de seriedad y conducción: El Ministerio de
Energía y Minas da normas, pero quienes las aplican – o mejor dicho,
quienes las inaplican – son los Gobiernos Regionales. Peor aún, este
proceso es un cocktail perfecto de perpetuidad, plagado de problemas,
trampas y triquiñuelas, el cual carece de presupuesto, fomento e
incentivos, que busca “formalizar a alguien sin saber para qué y por qué”,
sin embargo sobran las prórrogas, los requisitos, la burocracia, las
creaciones jurídicas, y el desinterés por solucionar esto.
Definitivamente la responsabilidad va más allá de los gobiernos
regionales. El Gobierno Central debe asumir las riendas, fomentar la
formalidad, con sistemas viables, requisitos alcanzables, incentivos, y
por el otro lado, debe respetar la propiedad privada, y el derecho de
los titulares, sino seguiremos teniendo los mismos resultados.

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