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Igor Goicovic Donoso, lllapel, Chile,

1960, Profesor de Historia (Universidad


Católica de Valparaíso, 1989), Magíster
en Historia {Universidad de Santiago de
Chile, 1996), Doctor en Historia
(Universidad de Murcia, EsJlaña, 2005).
Entre sus publicaciones aestacan los
libros: "Sujetos, mentalidades y mov­
imientos sociales en (:hile" (1998);
"Entre el dolor y la ira. La venganza de
Antonio Ramón Ramón. Chife, 1914"
{2005); y "Relaciones de solidaridad y
estrategia de reproducción social en la
familia poJlulai del Chile tradicional
(1750-1860)", (2006).
Actualmente se desempeña como
profesor titular en el Departamento de
Historia de la Universidad de Santiago
de Chile.
IGoR Go1cov1c DoNoso

MOVIMIENTO DE 1 ZQUIERDA
l
� REVOLUCIONARIA
,1
.1
MOVIMIENTO DE IZQUIERDA REVOLUCIONARIA
lgor Goicovic Donoso

Registro Propiedad Intelectual W 2 1 9. 1 98


ISBN: 978-956-9065- 1 2- 5
Producción General : Equipo Editorial

© lgor Goicovic Donoso


© Ediciones Escaparate

E-mail: difusion. america@yahoo. es


coleccion.america@gmail.com

Concepción 1 CHILE
Julio 2012
IMPRESO EN CHILE 1 Printed in chile

J
IGoR Go1cov1c DoNoso

A la memoria de
Juan Carlos Dávila León , militante del MIR,
fallecido en Valparaíso el 5 de mayo de 2008.

MOVIMIENTO DE 1 ZQUIERDA
REVOLUCIONARIA
INTRODUCCIÓN

Cuando Editorial Escaparate, me abordó


para pedirme que escribiera algunas líneas sobre
la Historia del MIR pensé, inevitablemente, en
ese proyecto tantas veces anhelado de redactar
la " Historia Oficial del Partido". Pero el objetivo
editorial, en términos de envergadura, es más
modesto. Se trata de contribuir a la construcción
de una serie editorial orientada a la divulgación
de la Historia política de nuestro país. Pero este
objetivo, aparentemente de fácil despacho, nos
sitúa en un campo de complejidad que los histo­
riadores no hemos sido capaces de resolver efi­
cientemente en estos últimos años. Nos interpela
para que el conocimiento, arrumbado en estan­
terías y bibliotecas, llegue, circule y se discuta
al interior de las organizaciones y movimientos
que actualmente irrumpen en el escenario políti­
co y desafían al régimen de dominación de clase.
Al enfrentar un desafío como este, que es,
a fin de cuentas, un desafío político, trataba de
pensar en el sentido formativo que todo trabajo
de divulgación debe tener. En este caso, la his­
toria del MIR debe servir no sólo para conocer
algo más sobre la trayectoria de esta organiza­
ción, también se hace necesario aprender de su
experiencia, y en especial de sus aciertos y de
sus errores. Se trata, por lo tanto, de elaborar
un texto de síntesis que dé cuenta de la Historia
del MIR, pero que también se convierta en instru­
mento de reflexión, análisis y proyección de los
futuros combates. Pero no nos confundamos, no

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se trata de revivir un relicto que cumplió su ciclo l. AMÉR ICA LATINA Y LA IZQUIER DA REVOLUC IONAR IA
histórico; se trata de contribuir, desde nuestras
respectivas posiciones, al rearme de la organiza­
ción revolucionaria_ Y aquí está el punto central
del asunto, el MIR fue, fundamentalmente, una
organización revolucionaria, que se propuso un La irrupción de la denomina da nueva izquier­
objetivo (la conquista del poder, para construir da o izquierda revolucion aria en América Latina,
el socialismo) , que organizó un instrumento (el se relaciona con una serie de procesos sociales y
partido de cuadros) y que definió una estrate­ políticos que transform aron de manera profunda
gia, que contemplaba la acumulación de fuerza el paisaje regional. Por una parte, los cambios
social, política y militar, para derribar el régi­ en el orden mundial derivados del desenlace de
men burgués. Hoy día, cuando el ascenso de las la Segunda G uerra Mundial, supusieron una im­
luchas sociales tensiona al máximo el sistema de portante alteración en el orden político a escala
dominación, la ausencia de una organización re­ hemisféric a. Efectivam ente, la posición hegemó­
volucionaria que sea capaz de interpretar e inte­ nica que EE. UU . había venido construye ndo en
grar correctamente las actuales contradicciones la zona desde 1 91 8, se consolidó ampliame nte a
y que, a su vez, defina y desarrolle una estrategia partir de 1 945. A su vez, los acuerdos suscritos a
global de enfrentamiento con el sistema, coloca escala regional, como el Tratado Interamer icano
en el centro del quehacer de los revolucionarios, de Asistencia Recíproca (TIAR, Río de Janeiro,
el requerimiento de construir y acerar, desde 1 947) y la formació n de la Organización de Esta­
el seno de la organización obrera y popular, el dos American os (OEA, Bogotá, 1 948), reafirmar on
nuevo instrumento de la revolución en Chile. el control de EE.UU. sobre la política exterior de
Desde esta perspectiva, la Editorial Escaparate los Estados latinoam ericanos y situaron a éstos
estimula una línea editorial llamada a disputarle en el campo de los países capitalistas en el con­
a la burguesía y sus acólitos, el campo del co­ texto de la Guerra Fría ( H . Vega, 2009: 27- 1 42;
nocimiento y de la acción política, y dispuesta H. Pozo, 1 983; y T. Halperin , 1 98 1 : 371 -377).
revertir el monopolio mediático y comunicacio­
nal impuesto por los patrones y sus lacayos. No También es posible observar, desde media ­
debemos renunciar a estos espacios de reflexión dos de la década d e 1 950, un evidente agota­
y debate. Por el contrario, debemos convertirlos miento del patrón de acumulación capitalista
en instrumentos permanentes de formación . Ello basado en la sustitución de importaciones (T.
nos permitirá afirmar nuestras posturas y defen­ Halperin , 2008 ) . Ello porque el modelo no dio
der nuestras convicciones; pero también debe respuesta a los problemas estructurales de la de­
contribuir a que reconozcamos nuestras limita­ pendencia económica, ni al lastre del latifundio,
ciones y enfrentemos nuestras debilidades. y porque, además, no logró resolver las expec ­
tativas ni las demandas económicas y laborales
del grueso de la población latinoamericana. A su

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vez, es posible reconocer el agotamiento del po­
pulismo como sistema político (0. lanni, 1 975) . Por otro lado, la llegada al poder en Cuba
( 1 959) de las columnas guerrilleras del Movi­
Este, tanto e n s u versión democrático-burguesa
(el Frente Popular en Chile, Acción Democrática miento 26 de Julio, tras el desarrollo por más
en Venezuela o el Partido de la Revolución Insti ­ de dos años de una estrategia de enfrentamien­
tucionalizada en México); como en la nacional­ to armado con el régimen de Fulgencio Batista,
corporativista (Getulio Vargas en Brasil y Juan modificó de manera importante los lineamientos
Domingo Perón en Argentina), había convertido táctico-estratégicos de un segmento importante
de la izquierda latinoa mericana (D. Parker, 1 995
la movilización de masas en un componente fun ­
damental de la estrategia d e erradicación del y E. Che G uevara, 1 96 9) . El principal impacto de
la Revolución Cubana se produjo en el plano polí­
sistema oligárquico y en principal soporte de los
tico y, a través de él, en el plano cultural (G. Gas­
proyectos de desarrollo económico y de reforma
política (J. Del Pozo, 2002). Pese a lo anterior, par, 1 997: 9-24) . Entre otros aspectos la Revolu­
ción Cubana definió con exactitud a los enemigos
las condiciones materiales de vida y de trabajo de
de los sectores popula res: la oligarquía criolla y
los sectores populares no experimentaron avances
el I mperialismo norteamericano. También esta­
significativos. Por ello, hacia fines de la década de
bleció una estrategia política de conquista del
1 950, ambos modelos se encontraban profunda­
poder: la lucha armada guerrillera. Sostuvo que
mente desgastados frente a los movimientos so­
la vanguardia popular, el eje conductor del movi­
ciales que les habían servido de plataforma social.
miento revolucionario, era el "ejército rebelde",
Junto a estos fenómenos es posible recono­ instancia en la cual se probaban y legitimaban
cer un movimiento demográfico de extraordina­ los revolucionarios. Señaló que en América Lati­
rias implicancias y proyecciones: los desplaza­ na el conductor del proceso revolucionario era el
mientos campo-ciudad . Efectivamente, desde la proletariado, pero que al campesinado le corres­
década de 1 930 en adelante millones de latinoa­ pondía una importancia fundamental en el pro­
mericanos comenzaron a emigrar desde las áreas ceso de constitución y desarrollo del "ejército
rurales hacia los centros urbanos, atraídos por rebelde" . Enfatizó, a p artir del modelo guerrille­
las expectativas laborales que ofertaba el proce­ ro, una nueva categoría ético social: el hombre
so de industrialización y por las aparentes como­ nuevo. Eje proyectual del guevarismo. Y reivindi­
didades que sugería el novedoso equipamiento có el internacionalismo político y social. De esta
urbano. No obstante, a su arribo a las grandes manera, educadores, médicos y combatientes
ciudades, los miles de emigrantes rurales sólo cubanos, participaron en campañas internacio­
encontraban subempleo, arranchamiento preca­ nalistas en los más apartados rincones del pla­
rio, exclusión y marginalidad (T. Merrick, 1 992 y neta: Etiopía, Angola, Marruecos, Mozambique,
J . C . Elizaga, 1 970) . Es decir, en el ámbito urba­ Vietnam, Bolivia, Argen tina, Granada, etc.
no, el circuito de la pobreza, de la cual huían con
angustia, terminaba también por absorberlos. Pero, además, estos aspectos de orden es­
tructural dieron origen a una serie de reaccio-

1")
nes, tanto entre aquellos que miraron con pre­ nera, miles de hombres y de mujeres, seducidos
ocupación el fenómeno revolucionario, como por la épica guerrillera cari beña, y nucleados en
entre los que se conmovieron con su victoria . emergentes organizaciones revolucionarias, se
Reaccionaron e l imperialismo y las clases do­ lanzaron al monte portando vetustos fusiles, dis­
minantes. Surgió la Alianza para el Progreso, la puestos a arrebatarle el poder a la oligarquía.
Doctrina de Seguridad Nacional y la estrategia de
contrainsurgencia. Posteriormente el ascenso de En Chile, los efectos del proceso cubano se
las luchas populares, en el contexto de la máxi­ hicieron sentir en un ascendente radicalismo po­
ma influencia de la Revolución Cubana, detonó lítico. Este radicalismo arrastró al veterano Parti­
una serie de golpes militares, que se inician en do Socialista a adoptar planteamientos cada vez
Brasil en 1 964 y culminan en Argentina en 1 976. más revolucionarios, como su definición como
Pero también incentivó la creación de la N ueva partido marxista-leninista (XXI Congreso General
Izquierda o Izquierda Revolucionaria, que asumió Ordinario, Linares, 1 965), para más tarde suscri­
aspectos importantes del modelo castro-gueva­ bir la tesis de la inevitabilidad y legitimidad de
rista. En especial, la concepción del poder, el la violencia política en la lucha por el poder (XX I I
partido de cuadros y la lucha armada. Esta nue­ Congreso General Ordinario, Chillán , 1 967) . Pero
va izquierda tuvo orígenes políticos disímiles, también favoreció la ruptura por la izquierda de
los cuadros j uveniles de la Democracia Cristia­
ya que provino tanto de las filas del populismo,
como es el caso del APRA en el Perú, de Acción na, 9 ue dieron origen al MAPU, primero ( 1 969),
Democrática en Venezuela, del Justicialismo en y mas tarde a la Izquierda Cristiana ( 1 971 ). No
Argentina y del Partido Socialista en Chile; y obstante, el fenómeno político más relevante de
también se gestó en las escisiones que se produ­ este período histórico fue la fundación del M I R
jeron al interior del comunismo. en 1 965. Efectivamente, l e correspondió al MIR
la responsabilidad de haber definido y llevado
Los nuevos referentes políticos que se for­ a la práctica, de manera pionera en Chile, un
maron, como el Movimiento de Liberación Na­ programa revolucionario que contemplaba no
/•
cional Tupamaros (MLN-T) en Uruguay, el Partido sólo la definición del objetivo (la conquista del
Revolucionario de los Trabajadores-Ejército Re­ socialismo), sino que también, la explicitación
volucionario del Pueblo (PRT- ERP) en Argentina, de una estrategia de acumulación de fuerza que
el Ejército de Liberación Nacional (ELN ) en Ve­ consideraba el uso de la violencia política por
nezuela, Colombia, Perú y Bolivia, el Movimien­ parte de los trabajadores y clases populares, a
to de Izquierda Revolucionaria (MIR) en Chile, objeto de conquistar el poder. En ese sentido, el
Bolivia y Perú , se apoyaron, fundamentalmente, principal mérito del MIR fue haber elaborado un
en movimientos sociales radicalizados hasta ese discurso y desarrollado una práctica política en
momento excluidos o escasamente privilegiados la cual dicho proceso, orientado a la destrucción
por la izquierda tradicional: estudiantes, campe­ del régimen capitalista, contemplaba el desarro­
sinos, pobladores y minorías étnicas. De esta ma- llo simultáneo de fuerza social, política y militar.

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11. EL M 1R Y EL PROCESO FUN DACIONAL
dia Revolucionaria Marxista (VRM) -formada por
(1965-1967 ) ex militantes del Partido Comunista y del Partido
Socialista, de orientación castro-guevarista-,
el Movimiento Revolucionario Comunista (MRC,
La derrota electoral de Salvador Allende y maoísta) y antiguos militantes anarquistas y so­
de su coalición de apoyo, el Frente de Acción cial cristianos, asumieron la tarea de construir
Popular (FRAP) , en las elecciones presidencia­ un nuevo instrumento orgánico que, de acuerdo
les de 1 964 caló profundamente al interior de con sus perspectivas y orientaciones, le dispu­
la militancia de izquierda. Muchos de quienes tara la conducción del movimiento popular a la
habían participado activamente de la campaña izquierda tradicional. Al respecto, Martín Her­
presidencial se sintieron profundamente desen­ nández sostiene,
cantados. De la misma manera, las estructuras
internas de los partidos de izquierda debatieron "El gran efecto del MIR en la sociedad de su
ampliamente sobre la n ueva derrota electoral y época, a pesar de su pequeño tamaño e inci­
sobre el futuro de la izquierda y del proyecto piente inserción en el movimiento social, está
socialista en Chile. Las voces que objetaban el dado por el hecho que frente a tres proyectos
camino electoral y reivindicaban una salida "a políticos de recomposición o modernización del
la cubana" , se hicieron sentir con mucha fuerza capitalismo chileno (el proyecto de la derecha,
en estos debates. La explosión insurgente que en el proyecto demócrata cristiano y el proyecto
ese momento afectaba a Venezuela y Colombia, allendista), el MIR es la única organización que
y que más tarde se trasladaría a Perú, U ruguay, plantea en forma coherente aprovechar la co­
Bolivia y Argentina, estimulaba ampliamente yuntura para terminar con el capitalismo, (M.
este debate. Las diferentes organizaciones revo­ Hernández, 2004: 12) .
lucionarias existentes en el país comenzaron a
desarrollar una estrategia de acercamiento, ten­ En su Declaración de Principios, elaborada
diente a agrupar a quienes aspiraban a construir '·
en el mes de septiembre de ese mismo año, el
una salida clasista y rupturista frente al sistema MIR estableció los fundamentos teóricos y políti­
de dominación capitalista. cos que debían guiar su accionar. El MIR se visua­
lizaba como la vanguardia marxista-leninista de
De esta manera irrumpe en la escena política la clase obrera y de las capas oprimidas de Chile,
nacional (el 1 5 de agosto de 1 965), el Movimien­ a la vez que se concebía como el heredero histó­
to de Izquierda Revolucionaria (MIR) (F. García rico de las tradiciones revolucionarias chilenas.
Naranjo, 1 997: 28-34; C. Sandoval, 1 990: 1 3 -2 5; En esta perspectiva la finalidad del MIR era de­
y L. Vitale, 1 982: 1 64- 1 65;). En esa oportunidad rrocar el sistema capitalista y reemplazarlo por
un amplio y heterogéneo grupo de organizacio­ un gobierno de obreros y campesinos, dirigido
nes revolucionarias, entre otras, el Partido Obre­ por los órganos del poder proletario, fijándose
ro Revolucionario ( POR, trotskista), la Vanguar- como tarea la construcción del socialismo y la

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la intervención norteamericana ( 1 964- 1 975). No
extinción gradual del Estado, hasta llegar a la
obstante, el MIR de este período se alejaba cla­
sociedad sin clases (MI R, « Declaración de prin­
ramente de la URSS y del denominado "campo
cipios,, Santiago de Chile, El Rebelde, 1 de sep­
socialista" . Efectivamente, la influencia que el
tiembre de 1 965).
trotskismo ejercía en la organización la llevó a
El MIR reconocía la existencia histórica de la condenar duramente tanto la intervención de la
lucha de clases y, de acuerdo con ello, asumía el U RSS y de los países integrantes del Pacto de Var­
combate intransigente contra los explotadores, sovia en la "Primavera de Praga" (20 de agosto
rechazando todo intento de amortiguar esa lu­ de 1 968), como a la "burocracia dirigente" de la
cha. Se planteaba, además, que el siglo XX era Unión Soviética que inhibía: el ejercicio del poder
la etapa de agonía definitiva del sistema capita­ por los trabajadores.
lista, lo cual colocaba a la orden del día la lucha
En su análisis de la lucha de clases el MIR
por el socialismo.
denunciaba que la burguesía chilena había de­
En su caracterización de América Latina y de mostrado su incapacidad para resolver las tareas
Chile como economías periféricas y dependien­ democrático-burguesas. A saber, construir un pro­
tes, el MIR adoptó la versión más radical de la yecto de liberación nacional, llevar a cabo la re­
teoría general de la dependencia. De acuerdo forma agraria y liquidar los vestigios semifeuda­
con este enfoque, los problemas derivados de les existentes en el país. Lo anterior develaba la
la explotación capitalista y de la condición pe­ inexistencia de una ilusoria burguesía progresista
riférica de las economías latinoamericanas en el y, por consiguiente, el MIR rechazó la teoría de
la revolución por etapas y la política de colabo­

sistema económico mundial, se resolvían profun­
dizando la lucha política, a objeto de precipitar ración de clases asumida por la izquierda tradi­
una salida revolucionaria que inaugurara el ca­ cional chilena desde fines de la década de 1 930.
mino al socialismo. En este posicionamiento tu­ J' Más adelante el MIR denunciaba las tácticas
vieron especial influencia en el pensamiento mi­ 1

políticas utilizadas por la izquierda tradicional,


rista teóricos como T heotonio Dos Santos, Vania 1
en particular la lucha por reformar el sistema
Bambirra, Emir Sader, Ruy Mauro Marini y André ) capitalista, el electoralismo, el abandono de la
Gunder Frank (R.M. Marini, 1 99 1 ).
acción directa, la vía pacífica y parlamentaria al
Para el MIR, durante el siglo XX, la lucha socialismo, etc. Para el MIR estos lineamientos
revolucionaria había asumido un carácter mun­ confundían, defraudaban y desarmaban al pro­
dial. A ese efecto se identificaba y solidarizaba letariado. El M I R planteaba como alternativa, en
activamente con las luchas emancipadoras des­
' , 1 965, la insurrección popular armada como úni­
plegadas por los pueblos del Tercer Mundo, en co camino para derrocar el régimen capitalista.
especial con la revolución cubana, amenazada y Precisamente, uno de las contribuciones teóricas
acorralada por EE. U U . y con la guerra popular y estratégicas más importantes del MIR al pen­
llevada a cabo por el pueblo vietnamita contra samiento revolucionario en Chile, fue la intro-

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ducción de las formas armadas de lucha como
estrategia de enfrentamiento con el Estado y las 111. D EL PR<X:ESO DE REORGAN IlACióN AL TRIUNFO DE LA
clases dominantes. UNIDAD PoPULAR ( 1967-1970 )
No obstante la evaluación que los propios
dirigentes miristas realizaron posteriormente
de esta etapa en la construcción del Partido fue Durante la segunda fase del gobierno de
particularmente crítica. En un documento del Eduardo Frei Montalva, los enfrentamientos so­
año 1 970, redactado por el Secretario General, ciales y políticos experimentaron un importante
Miguel Enríquez, se sostenía que el movimiento ascenso. En especial a través de las huelgas de
era una " bolsa de gatos" de grupos y fracciones trabajadores, las tomas de fundos en el sector
fuertemente enfrentados, con muy bajos niveles rural y las tomas de terrenos en las periferias ur­
de desarrollo orgánico, sin estrategia ni táctica banas. La reacción del Estado y de las clases do­
y aislado de las masas. Ello, además, incidió en minantes no se hizo esperar. El gobierno de Frei ,
que, a pesar de reivindicar la lucha armada como asumió la defensa de los intereses de la burgue­
componente fundamental de la estrategia, el sía y desplegó a la fuerza pública para que repri­
Partido no llevó a cabo acciones de esa naturale­ miera a los trabajadores. De esta forma, el paro
za (MIR, «Algunos antecedentes del Movimiento nacional convocado por la CUT en noviembre de
de Izquierda Revolucionaria (MIR) , 1 970, en M.
"
1 967 fue violentamente reprimido por fuerzas de
Ortega y C . Radrigán, 1 998: 65). De esta manera, carabineros, resultando siete trabajadores ase­
la fase fundacional destaca en la historia del MIR sinados. Poco más de un año después, en marzo
por la construcción e instalación del instrumen­ de 1 969, un grupo de 1 1 pobladores fueron masa­
to revolucionario. En ese sentido se reconoce erados, nuevamente por carabineros, esta vez en
la ruptura histórica que supone el surgimiento Puerto Montt en el contexto del desalojo de una
del MIR en el escenario de la lucha de clases en toma de terrenos en el sector de Pampa lrigoin .
Chile. Se trata, efectivamente, de una organi­ E n este contexto los requerimientos que e l movi­
zación que percibe la madurez alcanzada por la miento popular le formulaba a las organizaciones
lucha política en nuestro país y la necesidad de ) de la izquierda chilena no encontraban eco po­
dotarla de un instrumento orgánico que sea ca­ '
lítico. Las organizaciones tradicionales, enfras­
paz de conducir dichas luchas hacia la conquista cadas en duros procesos de debate interno, no
del socialismo. Pero también se reconoce que ofrecían una alternativa efectiva de conducción
la organización no fue capaz, en esta fase, de y liderazgo político. Mientras que el MIR no lo­
desplegarse efectivamente al interior del movi­ !,
graba sacudirse de sus lastres orgánicos.
miento popular y de construirse como una fuerza No obstante, en el Tercer Congreso del MIR,
política capaz de disputar la conducción del mo­ realizado en la ciudad de Santiago en el mes de
vimiento de masas y de amagar la estabilidad del diciembre del año 1 967, la tendencia castro­
régimen de dominación de clase. guevarista, liderada por Miguel Enríquez, Bautis­
ta van Schouwen, Luciano Cruz y Andrés Pascal,

20
conquistó la mayoría del Comité Central - 1 O criterios de selección y se carecía de medidas de
_ seguridad y aseguramientos.
cargos de 1 5--, los cinco cargos del Secretana­
do Nacional y la Secretaría General del partido, A pesar de lo anterior el MIR logró crecer
que pasó a desempeñar Miguel Enríquez- (L. Vi­ orgánicamente en Concepción y Santiago y asen­
tale, 1 999: 1 7-25 y C. Sandoval, 1 990: 35-47). tarse en nuevas regiones, como Coquimbo, Val­
A partir de este momento se diseñó un nuevo paraíso, Ñuble, Temuco y Valdivia. Se comenzó a
modelo organizacional. El cambio operado � n reeditar El Rebelde, esta vez como órgano oficial
la dirección del partido supuso la conformac10n- l
'
de la organización y se realizaron escuelas de
de una oposición interna, liderada por los cua­ cuadros orientadas a formar política e ideológi­
dros provenientes del trotskismo, situaci ?� que camente a las estructuras de direcciones regio­
tensionó la vida partidaria hasta la expuls10n del nales y locales y a desarrollar conocimientos y
grupo en 1 969. capacidades en el plano militar. 1
El liderazgo alcanzado al interior del MIR por En este contexto, en el mes de junio de 1 969
el grupo encabezado por Miguel Enríquez se rela­ la dirección regional Concepción del MIR organi­
_
ciona con el intenso trabajo de masas realizado zó y llevó a cabo una acción de castigo (golpiza y
por este grupo en la zona de Concepción. Efec­ vej ación) contra el periodista Hernán Osses San­
tivamente, el MIR había logrado su mayor creci­ ta María, que se había destacado, a través de sus
miento político y orgánico entre los estudiantes columnas en el diario La Patria de Concepción ,
de la U niversidad de Concepción, entre los tra­ por calumniar y anatemizar a la organización y
bajadores de la cuenca carbonífera de Lota y Co: a los cuadros del MIR. Esta operación desembocó
ronel los obreros industriales de Penco y Tome en el despliegue de una intensa batida represiva
y ent�e los pobladores de Talcahuano y Chigua­ en contra del MIR por parte de la "policía polí­
yante. Este grupo, a su vez, era el más decidido tica" adscrita a la Policía de I nvestigaciones de
impulsor de las acciones de propagan�a armad� . Chile. Ello obligó a pasar a la clandestinidad a
Todo ello, en consecuencia, favorec10 un reall­ una parte importante de la dirección regional
neamiento de la militancia partidaria, en espe­ Concepción y a la dirección nacional del Partido.
cial de los estudiantes y pobladores del Regional Con lo cual el trabajo orgánico y de proyección
Santiago, que concluyó con la nominación de la
_
nueva dirección nacional encabezada por M1guel.
1 El Rebelde fue el nombre adoptado por el órgano oficial del
No obstante, en la fase 1 967- 1 969, los pro­ MI R. A través de sus páginas la organización daba a conocer,
blemas heredados de la etapa fundacional se tanto a la militancia, como a la amplia periferia de simpati·
mantuvieron vigentes. El partido contin uó ten ­ zantes del partido, los núcleos principales de su línea política
y la información referida tanto a su quehacer político, como
sionado por el enfrentamiento fracciona!, persis­ respecto de su inserción en los frentes de masas. El Rebelde,
tían los problemas de organización y funcion � ­ fundado en 1962, por los militantes de la Vanguardia Revolu·
miento interno, la militancia era reclutada sm cionaria Marxista, paso a convertirse en 1965, bajo la direc­
ción de Bautista Van Schowen, en la tribuna pública del MIR.

"")"") 2
hacia el movimiento de masas se vio aun más de­ A partir de este momento el MIR inició un
bilitado. lento pero sostenido proceso de crecimiento
operativo y de masas. Este se encuentra asocia­
En este escenario de confusión y repliegue, d? t_anto al fortalecimiento y homogenización or­
la oposición trotskista intentó tomar el control gamca que se produjo a partir de j unio de 1 969
del partido. De acuerdo con el testimonio de Mi ­ como a la ejecución de un diseño táctico qu �
guel Enríquez esta maniobra fue desbaratada y apuntaba a combinar la penetración en los fren­
se procedió a marginar a toda la disidencia inter­ tes de masas (sindical, campesino, de pobladores
na. Esto supuso el abandono de la organización Y estudiantil), con la ejecución de acciones ar­
por parte de un 20% de su militancia. No obs­ madas (asaltos bancarios) que pretendían reca­
tante esta profunda crisis interna fue evaluada bar recurs?� para las tareas de aseguramiento y
positivamente por la dirección del MIR, ya que ' foguear m1htarmente a los cuadros partidarios.
permitió homogenizar a la estructura partidaria 1
1 Este proceso arrojó rápidos resultados. A co­
en torno al proyecto político definido y liderado J mienzos de 1 970 el MIR ya era una organización
por el grupo encabezado por Miguel Enríquez. (
reconocida a nivel nacional, con fuertes vínculos
., a nivel internacional con grupos y partidos de la
A partir de este momento se comenzaron a
formar los Grupos Político-Militares (GPMs), que denominada "nueva izquierda latinoamericana"
consistían en estructuras orgánicas intermedias con notable desarrollo a nivel estudiantil y po:
_
que articulaban bases de masas, operativas y de blac10nal, y con una importante capacidad de in­
técnicas e infraestructura -redes de apoyo-. De tervención operativa. 2 Ello coincide con un ciclo
la misma manera, la política de reclutamiento se de ascenso en las luchas populares, marcado por
hizo más rigurosa, aplicándose criterios de selec­ el desarrollo del proceso de Reforma Universita­
tividad en la perspectiva de construir un partido ria (iniciado en la UCV en 1 967), el incremento
de cuadros, lo cual exigía cumplir con tareas y en las tomas de terrenos urbanos, especialmente
compromisos de diferente envergadura. Prime­
ro a nivel de simpatizante; luego en condición 2 Las acciones armadas más notables de este período fueron
los asaltos bancarios o "expropiaciones" . La responsabilidad
de aspirante para, más tarde y se acreditaban del MIR en estos hechos se encuentra acreditada en varios
los requisitos y merecimientos, ser incorporado '¡ de ellos; entre otros: Banco Londres (20 de agosto de 1 969).
como militante de la organización. También se Banco Contmental (25 de agosto de 1969), operación en la
comenzó a desarrollar una política de acciones cual son deteni dos tres militantes de la organización, entre
ellos el destacado dirigente Sergio Pérez Molina ("Chico Pé­
armadas -principalmente recuperaciones finan­ rez") . Sucursal Chiguayante del Banco de Crédito e Inversio­
cieras- que apuntaban a foguear a las unidades nes (1 de septiembre de 1 9 69). Banco de Crédito e Inversio­

l
especiales y a desarrollar la estructura de asegu­ nes (13 de noviembre de 1 9 69). Banco Osorno y la Unión ( 1 5
ramientos (MIR, ,,Algunos antecedentes del Movi­ de d1e1embre de 1 9 69) y Banco del Trabajo (23 de febrero de
miento de Izquierda Revolucionaria (MI Rh 1 970, 1_970). Como consecuencia de este despliegue operativo va­
_
en M. Ortega y C. Radrigán, 1 998: 67).
nos m1htante � del MIR fueron detenidos, procesados y conde­

l
nados. Postenormente, el Gobierno del Presidente Salvador
Allende procedió a indultarlos.
en Santiago y Concepción; un crecimiento expo­ y fortalecerse como alternativa de vanguardia.
nencial del movimiento campesino, en especial El objetivo inmediato era evitar que el desen­
en la zona de Arauco y Cautín, donde las "corri­ lace electoral (cualquiera fuera el resultado de
das de cerco" lideradas por el MIR se desarrolla­ las urnas), frenará el impulso que el movimiento
ron ampliamente; y un aumento importante de de masas había adquirido a partir de 1 967. No
las huelgas obreras (MADECO, MADEMSA, FENSA, obstante el MIR establecía con claridad que los
INSA y METALPAR, entre las más prologadas) . adversarios en la coyuntura eran los represen­
tantes de la burguesía y el imperialismo norte­
E n este contexto e l proceso electoral que
americano, Jorge Alessandri y Radomiro Tomic;
condujo a la elección (4 de septiembre de 1 970)
y no así los partidos integrantes de la UP, con los
del candidato de la Unidad Popular (UP), Salvador
cuales se discrepaba en el método, pero no en
Allende, como Presidente de la República, tensio­
el objetivo.
nó aún más las ya deterioradas relaciones entre
el MIR y los partidos integrantes de la UP; en Días después del triunfo de la UP en las elec­
especial con el Partido Comunista (PC). En un do­ ciones presidenciales de septiembre de 1 970, el
,
cumento de comienzos de 1 970 el M I R sostema: MIR matizaba su postura previa. En una decla­
ración pública que circuló profusamente el M I R
«Sostenemos que las elecciones n o son u n ca·
señalaba:
mino para la conquista del poder. Desconfiamos
que por esa vía vayan a ser gobierno los obre­ «Sostenemos que la mayoría electoral de la UP
ros y campesinos, y se comience la construc· significa un inmenso avance en la conciencia
ción del socialismo. Estamos ciertos de que si política de los trabajadores, que con certeza
ese difícil triunfo electoral popular se alcanza, favorecerá el desarrollo de un camino revo·
las clases dominantes no vacilarán en dar un /ucionario en Chile. Sostenemos también que
golpe militar. Sostenemos que las enseñanzas esta mayoría electoral ha formalizado un im·
que las masas han obtenido de su experiencia passe entre los trabajadores por un lado, y los
en las pasadas campañas presidenciales no han '· patrones de fundo y de fábricas por el otro.
sido las que arman y preparan para la conquis· Esto sólo será resuelto por un enfrentamiento
ta del poder. Por todo ello, el Movimiento de entre los pobres del campo y la ciudad con los
Izquierda Revolucionaria no desarrollará nin· dueños del poder y la riqueza. Este enfrenta·
guna actividad electoral, (MIR, «El MIR y las miento está hoy postergado, pero tarde o tem·
elecciones presidenciales", abril-mayo, 1970, prano tendrá que darse y seguramente será
en M. Ortega y C. Radrigán, 1 998: 38-39) violento. Los poderosos no cederán sus rique­
zas y privilegios gratuitamente. La estrategia
Por el contrario, el MIR se propuso y llevó
de la lucha armada, hoy más que nunca, está
a cabo una activa campaña de acompañamien­
plenamente vigente, (MIR, «Declaración pú­
to a las luchas sociales y populares a objeto de
mantener la ligazón con el movimiento de masas 1 blica: El MIR a los obreros, campesinos, po-


26 )i 77
cabo la nacionalización de un sector de la banca Y for�al �cer�e como alternativa de vanguardia.
y se creó el área de propiedad social, que permi­ El ob]et1vo mmediato era evitar que el desen­
tió la socialización de los medios de producción lace electoral (cualquiera fuera el resultado de
en un segmento importante de la actividad eco­ las urnas) , frenará el impulso que el movimiento
nómica del país. No obstante éstas y otras inicia­ de masas había adquirido a partir de 1967. No
tivas del gobierno de la UP enfrentaron la resis­ obstante el MIR establecía con claridad que los
tencia activa de los patrones, el imperialismo y adversarios en la co� untura eran los represen·
de los partidos políticos de la burguesía. Frente tantes de la burgues1a y el imperialismo norte·
a la misma el campo popular desplegó toda su americano, Jorge Alessandri y Radomiro Tomic
fuerza, radicalizando el proceso revolucionario y Y no así los partidos integrantes de la UP con lo�
pasando por encima de la conducción del Gobier­ cuales se discrepaba en el método ' pe;o no en
no y de la i nstitucionalidad en la cual éste se am­ el objetivo.
paraba. La agudización de los enfrentamientos
de clase llevó al MIR a adoptar una postura cada Días después del triunfo de la UP en las elec·
vez más intransigente respecto de los sectores ciones presidenciales de septiembre de 1970 el
reformistas y pusilánimes al interior de la UP. Los MIR matizaba su postura previa. En una de� la­
debates y controversias políticas se acentuaron, ración pública que circuló profusamente el MIR
develando las profundas diferencias que surgían señalaba:
tanto de la lectura de la lucha de clases, como
"Sostenemos que la mayoría electoral de la UP
de la evaluación de la estrategia revolucionaria
significa un inmenso avance en la conciencia
Efectivamente, el MIR reconocía la existen­ política de los trabajadores, que con certeza
cia en América Latina, y por ende también en favorecerá el desarrollo de un camino revo­
Chile, de un bloque en el poder constituido por lucionario en Chile. Sostenemos también que
el imperialismo norteamericano y por las clases esta mayoría electoral ha formalizado un im­
dominantes criollas, ligados estrechamente por passe entre los trabajadores por un lado, y los
sus intereses económicos, políticos y militares. patrones de fundo y de fábricas por el otro.
Para el MIR las contradicciones que eventual­ Esto sólo será resuelto por un enfrentamiento
mente afectaban a estos dos sectores no eran entre los pobres del campo y la ciudad con los
antagónicas, ya que sólo decían relación con las dueños del poder y la riqueza. Este enfrenta­
formas y montos de las cuotas que les corres­ miento está hoy postergado, pero tarde o tem­
pondían en el botín de la explotación. Pero por prano tendrá que darse y seguramente será
sobre estas contradicciones prevalecía el interés violento. Los poderosos no cederán sus rique­
común por mantener el sistema de dominación y zas y privilegios gratuitamente. La estrategia
explotación sobre el que se sustentaba su poder de la lucha armada, hoy más que nunca, está
y su riqueza. Este marco referencial hacía que el pl�namente vigente, (MIR, «Declaración pú­
programa del M I R se definiera como, antiimpe- bl1ca: El MIR a los obreros, campesinos, po-
.i
1

bladores, estudiantes y soldados,, septiembre, IV. EL MIR EN EL CICLO ÁLGIDO DE LA LUCHA DE


1 970, en M. Ortega y C. Rodrigón, 1 998: 43). CLASES EN (HILE ( 1970-1 973 )
La postura del MIR era acompañar e� � ro­
ceso que se iniciaba, desplegando a l m ax1mo
_ _
su potencial político, a objeto d� � ad1Cal1zar el
programa de la UP desde el mov1m1ento ? e � a­ A partir de noviembre de 1 970 la política
sas. Las tareas de la militancia eran contnbu1r al del MIR se volcó de lleno a la lucha de masas.
fortalecimiento de las organizaciones de masas, Efectivamente, el ascenso experimentado por la
preparar la defensa del triunfo popular Y. empu­ lucha social y política tras el triunfo de Salvador
jar las luchas reivindicati� as de los trabaJadores Allende en las elecciones presidenciales de sep­
y los más pobres. Se abna, de esta m � nera, un tiembre de 1 970, crearon las condiciones para la
nuevo ciclo de la lucha de clases en Ch1le. aceleración del proceso revolucionario en Chile.
En ese contexto se optó por penetrar en los sec­
tores más radicalizados del movimiento popular.
Para ello el MIR articuló una línea de frentes in­
termedios -Frente de Trabajadores Revoluciona­
rios (FTR); Movimiento Universitario de Izquier­
da (MUI ); Frente de Estudiantes Revolucionarios
(FER); Movimiento Campesino Revolucionario
(MCR); y el Movimiento de Pobladores Revolu­
cionarios (MPR)---, destinados a sistematizar las
1
demandas populares y a conducir sus luchas. En
'
' este plano se experimentaron importantes creci­
mientos cualitativos en los sectores estudiantil,
poblacional y de campesinos, particularmente
entre las comunidades mapuche de Angol y Cau­
tín . Paralelamente se estrecharon las relaciones
al interior del conglomerado Unidad Popular
(UP), especialmente con grupos y dirigentes del
Partido Socialista (PS).
Entre noviembre de 1 970 y octubre de 1 972
la UP logró llevar a cabo, de manera parcial, una
parte de su programa de gobierno: se nacionalizó
la gran minería del cobre ( 1 971 ) , se profundizó y
aceleró el proceso de reforma agraria, se llevó a
cabo la nacionalización de un sector de la banca rialista, anticapitalista y socialista. Para el MI R la
y se creó el área de propiedad social, que permi­ composición del bloque dominante y la magnitud
tió la socialización de los medios de producción de sus intereses hacían inviable una estrategia
en un segmento importante de la actividad eco­ de ocupación gradual de espacios al interior de
nómica del país. No obstante éstas y otras inicia­ la institucionalidad burguesa, para, a partir de
tivas del gobierno de la UP enfrentaron la resis­ ello, avanzar al socialismo, como lo sostenía
tencia activa de los patrones, el imperialismo y el conglomerado de partidos aglutinados en la
de los partidos políticos de la burguesía. Frente UP. Esta percepción diferente del carácter que
a la misma el campo popular desplegó toda su asumía la lucha de clases en Chile acentuó los
fuerza, radicalizando el proceso revolucionario y enfrentamientos entre el MIR y la UP durante el
pasando por encima de la conducción del Gobier­ período 1 970- 1 973.
no y de la institucionalidad en la cual éste se am­
paraba. La agudización de los enfrentamientos No es sorprendente, entonces, que el MIR
de clase llevó al MIR a adoptar una postura cada definiera a la UP como un gobierno "democrático
vez más intransigente respecto de los sectores antiimperialista" , fundado en una alianza entre

reformistas y pusilánimes al interior de la UP. Los la pequeña burguesía reformista y el reformismo
debates y controversias políticas se acentuaron, obrero (MI R, <<Memorándum. Resumen del Comi­
develando las profundas diferencias que surgían té Central, 1 3 y 1 4 de noviembre ( 1 971 h en M.
tanto de la lectura de la lucha de clases, como Ortega y C. Radrigán , Cecilia, 1 998: 99-1 07) . En
de la evaluación de la estrategia revolucionaria este esquema, tras el proceso de cambios acele­
rados de la primera etapa de la administración
Efectivamente, el MIR reconocía la existen­ de Salvador Allende, sobrevino una fase de es­
cia en América Latina, y por ende también en tancamiento y repliegue en la cual la pequeña
Chile, de un bloque en el poder constituido por burguesía reformista toma el control del proceso
el imperialismo norteamericano y por las clases e inició una fase de concesiones a frente a la
dominantes criollas, ligados estrechamente por burguesía. Ello se expresó en el distanciamiento
sus intereses económicos, políticos y militares. del Gobierno respecto de las demandas de los
Para el MIR las contradicciones que eventual­ sectores de trabajadores más explosivos; en su
mente afectaban a estos dos sectores no eran actitud de árbitro frente al conflicto de clase;
antagónicas, ya que sólo decían relación con las en la creciente influencia política alcanzada por
formas y montos de las cuotas que les corres­ los militares; y en las ocasionales políticas re­
pondían en el botín de la explotación . Pero por presivas aplicadas contra la movilización obrera
sobre estas contradicciones prevalecía el interés y popular.
común por mantener el sistema de dominación y
explotación sobre el que se sustentaba su poder Uno de los episodios más tensos de este pe­
y su riqueza. Este marco referencial hacía que el ríodo se produjo el 5 de agosto de 1 972, cuando
programa del MIR se definiera como, antiimpe- durante un allanamiento practicado por carabi­
neros en la población Lo Hermida de Santiago,

{() {1
1
.1

un poblador resultó asesinado por las fuerzas yectaba la construcción de una Fuerza Social Re­
policiales. La discusión entre el PC y el M I R res­ volucionaria (FSR) , que fuera capaz de crear una
pecto del rol de los organismos de seguridad en nueva situación política y, a partir de ello, la
el Estado burgués, crispó durante varias semanas construcción de una nueva legalidad, como úni­
el ambiente político (MIR, «Lo Hermida: La cara co camino para resolver el problema del poder.
más fea del reformismo,, , Ediciones El Rebelde, De esta manera, la consigna del poder popular
Santiago de Chile, 1 972) . adquirió una dimensión estratégica relevante,
La situación política e n e l país s e hizo más en cuanto cristalizaba como una manifestación
compleja a partir del paro patronal d � octubre paralela al Estado burgués, asentado en las or­
de 1 972.3 Este movimiento, protagomzado por ganizaciones y fuerzas sociales autónomas del
empresarios del transporte, el !=omercio, la gran proletariado y el pueblo ( H . Cancino, 1 988: 321 -
_ 440). Sobre este punto Miguel Enríquez sostenía
burguesía industrial, la mayona de los coleg10s
profesionales y las bandas armadas de la burgue­ en julio de 1 973,
sía como Patria y Libertad o la Bngada_ Rolando
l

Ma tus, se propuso asfixiar económica y política­ '¡ «Los pueblos tienen el derecho a hacer sus
; propias leyes. La clase obrera y el pueblo en
mente al gobierno para precipitar el abandono
de su programa o su eventual derrocam � ent? . No
Chile están construyendo aceleradamente sus
propias leyes y echando las bases de una nueva
obstante, los trabajadores y las orgamzac10�es '
'
Constitución, de una nueva legalidad, de una
revolucionarias se movilizaron de manera act1�a legalidad revolucionaria, de esa legalidad que
y combativa, normalizando el quehacer ec? no­ se construye en el combate y en la lucha, (Mi­
mico del país y desalojando a las bandas fasc1stas l
guel Enríquez, « Discurso en el teatro Caupoli­

)
del espacio público. La polarización política lle­ cán el 1 7 de julio de 1 973,, en M. Ortega y C.
gaba, de esta manera, a s� pun to más � lto. Los
_ Radrigán, 1998: 274).
trabajadores y los revoluc10nanos mamfestaron
su voluntad decidida de defender sus avances y El ascenso de la lucha social y política de los
conquistas, mientras que la burguesía, d �r��tada trabajadores a partir de octubre de 1 972 colocó
en el escenario de la lucha de clases, lnlClO, su nuevamente en el centro de la discusión el pro­
apelación a los militares ��ra ? emandar la de­ blema del poder. El denominado "Pliego del Pue­
fensa de sus intereses y pnvlleg10s. blo", elaborado en respuesta a las demandas de
la burguesía (bajo el rótulo " Pliego de Chile"),
En este contexto el MIR, consciente de la ·.

establecía con precisión que la clase obrera y el


inevitabilidad del enfrentamiento armado, pro- ,'
., pueblo habían reforzado su papel dirigente en el
proceso político que vivía Chile y se reconocían
' El movimiento iniciado por el gremio de dueños de camio­
nes, se inició el cJ de octubre de 1972 y se extendió hasta el S como la fuente fundamental del poder revolu­
de noviembre de ese mismo año. Por los hechos de v10l �nc1a _ cionario. En esa perspectiva la consolidación del
que lo jalonaron fue denominado como: "La insurreccion de poder de la clase trabajadora se llevaría a cabo a
la burguesía". través de los Consejos Comunales de trabajado-
res, instancias de poder por la base que abrirían incentivar las formas rupturistas de lucha; cons­
l
camino a la nueva institucionalidad revolucio­ truir una institucionalidad paralela, en la que el
.i gobierno de la UP y sus políticas debían contri­
naria expresada en la Asamblea del Pueblo (Co­
mandos Comunales y Cordones Industriales de buir a radicalizar el proceso; desarrollar la fuer­
Santiago, « El Pliego del Pueblo", octubre, 1 972, za militar propia, sobre la base de núcleos orgá­
en Marxismo y Revolución, 1 , 1 973: 230). En esa
misma línea de intervención el dirigente de la
i
(
nicos especializados, masa armada y penetración
en el aparato militar del Estado; y radicalizar las
Comisión Política del MIR, Nelson Gutiérrez, in­ 1
1 posiciones revolucionarias al interior de los par­
dicó en agosto de 1 973, tidos de la UP. La radicalización experimentada
por la lucha de clases, evidentemente, acentuó
«El Poder Popular, los trabajadores, los Co­ el enfrentamiento político abriendo camino al
mandos Comunales, de Trabajadores, los Con­ despliegue de la violencia . A ese efecto, Edgar­
sejos Comunales Campesinos, los Cordones do Enríquez, miembro de la Comisión Política del
Industriales en proceso de transformación en MIR señalaba en 1 972,
Comandos, deben desarrollarse independien­
temente de la CUT, fuera absolutamente del "( ...) cuando se agudiza la crisis social, cuan­
campo de la democracia burguesa; sólo así será do los partidos políticos de la clase obrera
posible en perspectiva extender y profundizar demuestran incapacidad para dirigir la con­
la organización del nuevo Poder, del Poder Po­ quista del poder, surge un sentimiento de
pular, del Poder Proletario, que fortalecién­ desesperación en amplias capas del pueblo y
dose como Poder independiente, y autónomo, '¡ surge un partido burgués cuyo objetivo directo

í
genere la dualidad de poder primero, la crisis es caldear al rojo vivo a la burguesía y dirigir
del Estado burgués después y el triunfo de la su odio y su desesperación contra el proleta­
revolución proletaria. Esto sólo será posible a ), riado. El fascismo acude a todos los recursos:
través de crisis y rupturas, (Nelson Gutiérrez, ) la violencia, la guerra civil, la corrupción y la

J
«El Poder Popular y la lucha del proletariado desmoralización de la clase obrera. Su propó­
chileno", Punto Final, 1 90, Santiago de Chile, sito es ganar el liderazgo del conjunto de la
14 de agosto de 1 973, p. 12).
) burguesía, conquistar el gobierno y asegurar
la completa domesticación y subordinación de

j
En este plano, las crisis de poder se resolvía, las masa explotadas por un largo período de
necesariamente, a través del enfrentamiento tiempo, a favor del gran capital, (Edgardo En­

j
armado, el cual se concebía, a comienzos de la ríquez, «La conciliación: caldo de cultivo del
década de 1 970, como una Guerra Revoluciona­ fascismo", Punto Final, 168, Santiago de Chile,
ria Irregular y Prolongada. En esta perspectiva 10 de octubre de 1 972, p. 6).
la línea de construcción de la fuerza social re­

{
volucionaria apuntaba a ganar la conducción del Las tareas de los revolucionarios, en conse­
movimiento de masas, para ello resultaba im­ cuencia, se encontraban relacionadas con el im­
prescindible insertarse en los frentes sociales e pulso de la movilización de masas. Se trataba de
l
34
l' 35
tensionar al máximo la situación política del país das y convocatoria a un plebiscito para dirimir
con el objeto de acelerar la disposición c� mba­ el conflicto político- o la contraofensiva revolu­
tiva del pueblo y, de esa manera, constrUir una cionaria. Si esta última desencadenaba el golpe
voluntad de poder. Así lo manifestaba Miguel En­ de Estado se creía que se contaba con la fuerza
ríquez en una reunión con campesinos de Temuco necesaria para aplastarlo (MI R, ••Resoluciones del
en 1 971 , Comité Central sobre la situación política nacio­
nal,, , mayo de 1 973, en M. Ortega y C. Radrigán,
"Esta es la tarea fundamental del período. Es
1 998: 256-257).
deber de toda la izquierda y del gobierno favo·
recer y empujar estas movilizaciones. Esta es No obstante, el abortado golpe de Estado
la única forma de derrocar a las clases domi­ del 29 de j unio de 1 973 marcó el inició de la re­
nantes, de resolver los problemas de los traba­ • solución del enfrentamiento de clases inaugura­
jadores, de hacer avanzar a los obreros y cam­ '
1 do en septiembre de 1 970. Ese día el gobierno
pesinos, de resolver las contradicciones del 1 de Salvador Allende renunció a la oportunidad
período, de combatir las tendencias vacilantes .i política de desencadenar una contraofensiva re­
en el gobierno y de afirmar a los sectores más 1 volucionaria contra los sediciosos y los golpistas,
radicalizados, (Miguel Enríquez, "Así habló el � mientras que el MIR se mostró incapaz de acele­
MIR en Temuco", Clarín, Santiago de Chile, 5 1 rar el rearme del campo popular. Por el contrario
l
de noviembre de 1 971, p. 7). los facciosos tuvieron ocasión de dimensionar la
J capacidad de respuesta política y operativa de
Al finalizar esta etapa de la lucha de cla­ '¡
los trabajadores frente a una nueva asonada gol­
ses el MIR había logrado decantar su estructura pista. De manera tal que procedieron a liquidar
orgánica; por otra parte consiguió implen:'e n �ar toda forma de oposición interna al interior de las
_
las tareas básicas contempladas en sus defimcJO­ FFM entre junio y agosto de 1 973 .4 La crisis pre­
nes estratégicas -partido de _cuadros y organi�a� revolucionaria desencadenada en el contexto del
_
ción político-militar- y, por ult1mo, se consolldo l. paro patronal de octubre de 1 972 avanzaba ver­
como organización en el plano nacional, co_n una 1
tiginosamente hacia su resolución.
influencia creciente entre los sectores mas ac­ '¡''
tivos y radicalizados del movimiento de masas. ·, Pero a contrapelo de las expectativas del
MIR y de los sectores revolucionarios en Chile,
Por ello, hacia mayo de 1 973 el MIR, como la respuesta del movimiento de masas y de la
producto de su análisis � e la situación políti ca
_
nacional y de la evaluacion de sus rangos de m­
Los hechos más significativos fueron el encarcelamiento,
serción y conducción en y sobre el movimiento 4

) tortura y proceso de cientos de marinos antigolpistas en Val­


de masas concluía que sólo existían dos caminos 1: paraíso y Talcahuano entre junio y septiembre de 1 973; y la
para el d �sarrollo de la lucha de clases en � hile: .
creciente hostilidad manifestada en las filas del Ejército al
la capitulación reformista frente a las pres10nes comandante en jefe de la institución, Carlos Prat González
de la burguesía -devolución de empresas toma - (de conocida postura "constitucionalista"), que precipta su
renuncia al cargo el 2 3 de agosto de 1 973.

,i .., ....
propia organización al golpe de Estado del 1 1 V. LA LUCHA CONTRA EL ANIQUILA MIENTO Y LA OR­
de septiembre de 1 973 no fue la esperada. El GAN IZAC IÓN DE LA RES ISTENC lA ( 1 973-1978 )
movimiento popular desconcertado, golpeado
y fragmentado permaneció en su . may? r pa � te
pasivo, atemorizado y no desarrollo res1stenc1a;
_
mientras que los sectores de vanguardia en los
barrios industriales, en poblaciones y en algunas El cruento golpe Militar del 1 1 de septiembre
zonas rurales, que ocuparon sus frentes de lucha de 1 973 no fue un el típico cuartelazo latinoame­
a la espera de conducción y armamento, fueron ricano, ni se planteó el ejercicio transitorio del
posteriormente desalojados y violentamente re­ gobierno para restituir a la oligarquía tradicional
primidos. el poder que le había sido expropiado. Se trató
de una i ntervención institucional del conjunto
En esa jornada la dirección nacional del MIR de las FFM y de orden, orientado a reconstruir
y una parte de su fuerza de co� bate se desple­ la sociedad chilena sobre nuevas bases económi ­
l
gó para hacer frente a los golp1stas. El enfr� n ­ cas, sociales y políticas. S e trata e n definitiva de
tamiento armado e n l a fábrica INDUMET y e l m ­ .,
.
'
una refundación.
tento d e copamiento del retén de carabineros e n
l a localidad de Neltume, constituyeron los hitos Es por ello que un primer elemento a tener
más relevantes de la épica mirista del 1 1 de sep­ en cuenta es que el golpe militar si bien discur­
tiembre de 1 973. sivamente se planteó en sus inicios como una
asonada dirigida contra la izquierda marxista, a
No obstante la profundidad de la derrota in­ poco andar develó sus verdaderas intenciones al
fringida al campo popular, el balance inmedia�o señalar que la clase política en su conjunto fue la
realizado por el MIR diagnosticó que la estrate� 1a responsable (por acción u omisión) de la llegada
que había fracasado en Chile era la del reform1s � de la izquierda al gobierno. Se trató, por lo tan ­
mo no así la estrategia revolucionaria, la que s1 to, de crear un nuevo sistema político y d e for­
bie � había quedado expuesta al reflujo y retroc� ­ mar una nueva clase dirigente, que j amás per­
so experimentado por la lucha popular, aparec1a mitiera que la experiencia marxista se repitiera
legitimada política y moralmente por cuanto se en el país (B. Loveman y E. Lira, 2000: 393-424).
planteaba como única alternativa � ara � etomar Este propósito, en un comienzo precariamente
la conducción del proceso revoluc10nano (MI R, esbozado, comenzó a decantar ya en los prime­
••La táctica del M I R en el actual período", di­ ros años de gobierno militar.
ciembre, 1 973, en M. Ortega y C. Radrigán, 1 998:
293-328). Podemos observar una primera etapa que va
desde 1 973 a 1 974, en la cual la dictadura con­
solidó su posición de poder a través de la repre­
sión. Este es el período en el cual se verificó el más
alto número de víctimas: detenidos desaparecidos,
J1
ejecutados sumariamente, torturados, encarcela­ '¡
sición en ��ile. Las condiciones políticas para re­
dos, exiliados, confinados, etc La represión afec­
tó, fundamentalmente, a los militantes izquier­
·¡ construccJOn del Estado y de la sociedad estaban
1 plenamente garantizadas.
distas de base, la clase obrera, el campesinado y
los pobladores de las periferias urbanas. El terror Desde 1 973 el régimen militar asumió facul­
se convirtió en la herramienta más eficiente para tades �jecutiva � , l �gi �lativas y constituyentes.
contrarrestar cualquier conato de resistencia o Es deCJr goberno, dJCto leyes y asumió la tarea
disidencia (R. Rettig, 1 99 1 ) . Simultáneamente se de definir un ordenamiento institucional para el
llevaron a cabo una serie de iniciativas institu­ , Fue, por lo tanto, un régimen de gobierno
pa1s.
cionales tendientes a borrar del escenario políti­ que se propus � y � ��vó a cabo un profundo proce­
co y social a las intermediaciones orgánicas del so de reorgamzac10n . La represión política fue,
movimiento popular. De esta manera, a través de por lo tanto, �n � condición imprescindible para
sucesivos decretos leyes, se puso fuera de la ley _
garant1zar el ex1to del proceso refundacional y
a todos los partidos políticos de izquierda, a la un elemento clave para destruir definitivamen­
)
Central Ú nica de Trabajadores (CUT ) , a las gran­ te l � e �trecha relación entre izquierda política y
des confederaciones de trabajadores afiliadas a J mov1m1ento popular.
.,
ella (minera, metalmecánica, textil, campesina,
etc ); y se declaró el receso del Congreso Nacio­
'
.
�os ele mentos ideológicos que explican este
_
P?S1C1onam1ento se encuentran estrechamente
nal y subsecuentemente el receso de los parti­
dos políticos opositores al fenecido gobierno de vmculados a la Doctrina de la Seguridad Nacio­
la Unidad Popular (la Democracia Cristiana y el nal. La misma, incubada entre las FFAA latinoa­
Partido Nacional).
J mericanas y la intelectualidad vinculada a ellas
en el contexto de la Guerra Fría, supone la exis­
Una segunda etapa, iniciada en marzo de J tencia de un enemigo, el comunismo internacio­
1 974 y cerrada en 1 978, estableció las bases nal, que socava las bases de sustentación de la
de la construcción de la nueva sociedad . Con la convivencia nacional introduciendo el desorden
creación de la D I NA, la represión política se tor­ social Y político. Los portadores de la disolución
na selectiva. La estrategia de control social, una social no son otros que los partidos comunistas
vez pacificado el país mediante el terror, apuntó l �cales y, �o r extensión, las organizaciones so­
a impedir la rearticulación del vínculo entre los _
Ciales y polltJCas que le son afines o tributarias.
partidos de izquierda y las masas populares. De
esta manera los objetivos más golpeados por la Se trata, por lo tanto, de una guerra. Que
.
t1ene la peculiaridad de ser una guerra interna
represión fueron las direcciones políticas en la
clandestinidad (PS y PC) y, especialmente, los Es decir que enfrenta a los defensores del orde�
cuadros político-militares de la insurgencia ar­ democrático y los defensores del comunismo so­
mada (MI R). En 1 977 el gobierno militar podía viético. Es, además, una guerra encubierta en
proclamar el aniquilamiento de todo tipo de opo- la cual ambos bandos despliegan los método� de
la guerra i rregular y psicológica para defender

40
41
o hacerse con el poder. Para ello el estado de del conjunto, es decir, superar la crisis y for­
Seguridad Nacional define una estrategia, la Es­ talecer nuevamente el sistema de dominación
trategia de Contrainsurgencia. De acuerdo con burgués. Es así que el Estado de excepción en
la misma el objetivo fundamental del Estado es
;,
perseguí localizar y aniq � ilar al enemigo inter­
.
Chile debe tomar la forma de un régimen dic­
tatorial militar. Una dictadura militar gorila
no y a sus aliados. Los metodos para acc�der a que carece de todo apoyo social popular, pero
tal objetivo son los propios de una gu�.rra Irregu­ que se sustenta en su poder represivo militar
lar: la tortura, el asesinato, la delacJOn, etc. Es y en el apoyo del conjunto de la burguesía,
decir: el terrorismo de Estado. porque es una necesidad histórica para el con­
En diciembre de 1 973 el MIR estableció que junto de la burguesía chilena, (MIR, "Análisis
el golpe militar había cerrado el per�odo pre­ de coyuntura", Santiago de Chile, febrero de
revolucionario y abierto paso a un penado con­ 1 977, p. 24).
trarevolucionario. Este fue caracterizado como '¡ El complejo escenario que se abrió con el
el intento de la clase dominante de restaurar } golpe de Estado de 1 973 supuso nuevos reque­
el sistema de dominación, resolviendo su crisis 1 rimientos y demandas tanto a la organización
interna y aplastando al movimiento de masas. ) como a sus militantes. El diseño táctico inten­
Para el MIR la columna vertebral del Estado -las \' to hacerse cargo de los problemas derivados de
Fuerza·s Armadas-, colocándose por enci!ll a de ·'
la represión y de la nueva vida en clandestini­
las fracciones de la clase dominante, hab1an re­ dad. Para ello se establecieron cuatro ejes de
suelto por las armas la crisis política y se apres­ '¡ construcción : el repliegue sobra las tareas de
_
taban a resolver la crisis de arrastre del s1stema
de dominación capitalista en nuestro país (MI R, l reconstrucció n del partido, concebido como un
instrumento fundamental para darle continuidad
,,A consolidar en la clase obrera y crear por las ) a la lucha popular. Reducir los efectos de la des­
bases la unidad del pueblo,, Santiago de Chile, '
moralización que había generado la derrota, de­
1 975). Más tarde el MIR sostenía: nunciando y combatiendo el asilo y la deserción.
"La única fuerza capaz de la burguesía de lle­
I niciar de inmediato la recomposició n de los vín­
var a cabo la implantación del requerido estado
culos y el proceso de reconstrucció n del Partido
excepción, y resolver la crisis de dominación,
en los frentes de masas. Y fortalecer la capaci­
fue la de las Fuerzas Armadas. Las FFAA, con­
dad militar del MIR reuniendo el armamento que
taban con la cohesión interna en su cuerpo de
quedó disperso en el país tras la derrota de la
oficiales, y con los recursos represivos para en­
1 UP (MIR, <<Evaluación del desempeño táctico del
\
frentar el movimiento de masas popular. Pero
Partido bajo la dictadura,, mayo, 1 975, en MIR,
también las Fuerzas Armadas, eran las únicas
Varios, 1 976: 330).
que podían, desde una posición de autonomía
1
En este nuevo período los aspectos más ge­
relativa, encuadrar a las diversas fracciones de 1' nerales del Programa original del MIR no sufrie­
r
la burguesía dentro de los intereses históricos ron grandes alteraciones. Se insistía en la necesi-
J
¡
42 43
(
J1
.,
dad de la revolución proletaria para Chile , la que
]1
pero tenemos como objetivo estratégico el de­
debía combinar simultáneamente las tareas de­ sarrollar, a través de la lucha de la resistencia
mocráticas y socialistas. El objetivo de la misma la fuerza social, política y militar revoluciona:
seguía siendo la destrucción del Estado burgués,
del imperialismo y del conj unto de la gran bur­ '¡ ria del proletariado y sus aliados, que permita

guesía nacional, agraria, financiera y comercial.


A partir de 1 973, la representación del Estado
{ socavar el estado burgués, constituir un sólido
poder popular y llevar adelante una revolución

burgués la había sumido la "Dictadura Militar


'l
1
proletaria y socialista" (Andrés Pascal Allende,
«El Secretario general del MIR habla sobre Uni­
Gorila", que pasaba a convertirse en el enemigo dad y Alianzas", El Rebelde, 103, Santiago de
principal del pueblo y de las organizaciones re­ Chile, marzo de 1 975, p. 15).
volucionarias (MIR, ,,Manifiesto de la Resistencia
Popular a los trabajadores y al pueblo de Chile " , Por su parte la línea estratégica, adecuán­
E l Rebelde, Número Especial, Santiago de Chile, dose al nuevo período, ponía más énfasis en el
diciembre de 1 977, pp. 1 -35). El derrocamiento '¡ componente político-militar, específicamente
\
del Estado burgués era, en consecuencia, la ta­ '¡ : n l � guerra revolucionaria (MI R, « El desempe­
rea más importante de la clase obrera en alianza no tactico y la situación actual del MIR, San­
q
<

con los pobres del campo y la ciudad y con las ca­ tiago d e Chile, mayo de 1 975), la cual ad uirió
pas bajas de la pequeña burguesía (MI R, ,,¿Qué es _
un caracter continental, al constituirse la Junta
1
el MIR? Documento preparado por el Comité Cen­ <
Coordinadora Revolucionaria (JCR) , que agrupa­
1
tral del MIR en la clandestinidad , , Santiago de ba al MIR chileno, al MLN-Tupamaros de Uruguay,
Chile, diciembre de 1 974, en MIR, Varios, 1 976: 1 al PRT-ERP de Argentina y al ELN boliviano. Este
1 3-44) . En relación con este planteamiento, y l referente se construyó a partir de un enfoque
distinguiendo la propuesta del MIR de aquella '
sobre la situación de América latina y de los re­
1
sostenida por los partidos de la izquierda tradi­ 1


querimi �nt?s del proceso revolucionario, que
cional, Andrés Pascal Allende manifestaba a co­ compart1a 1mportantes claves interpretativas.
mienzos de 1 975,
"Hoy día, dada la particular situación del pro­
"Si bien tanto los sectores reformistas de la UP ceso revolucionario continen tal, debemos re­
como el MIR, perseguimos el derrocam iento de ferirnos específicamente a dos corrientes de
la dictadura, dichos sectores aspiran sólo a la pensamiento y acción, que conspiran podero­
resti tución del estado burgués democrático y samente contra los esfuerzos revolucionarios
levantan nuevamente la dañina ilusión de que de los latinoamericanos. Ellos son un enemigo:
dentro de los marcos de este estado democrá­ el nacionalismo burgués y una concepción erró­
tico burgués a que aspiran podrán alcanzar, nea del campo popular, el reformismo.
"tarde o temprano", la sociedad socialista. El
Ambos, a veces estrechamente unidos, inten­
MIR persigue el derrocamiento de la dic tadura
tan encaramarse en el auge revolucionarios de
y la restitución de las libertades democráticas,
nuestros pueblos; lograr su dirección e impo-

44
45
J,1
,1
ner sus concepciones erróneas e interesadas, reprime militarmente toda actividad política
que indefectiblemente terminaran por dete­
! contra la dictadura, la defensa armada de la
l
ner y castrar el impulso revolucionario. Por lucha de resistencia se levanta como una in­
'l eludible necesidad ya que llegara un momento
ello adquiere una dimensión estratégica la

en que la resistencia no podrá pasar a niveles
in transigente lucha ideológica y política que
los revolucionarios debemos librar contra esas
)\ superiores de la lucha reivindicativa y política
sin tener el apoyo de las armas. Éfl Segundo lu­
corrientes, imponernos a ellas, ganar así la di­
·¡
rección de las más amplias masas, para dotar a ( gar, todos sabemos que la dictadura burguesa
1
nuestros pueblos de una consecuente dirección basa su poder no en el apoyo social (el cual es
revolucionaria que nos conduzca con constan­ )1 mínimo y se reduce día a día), sino en el poder
cia, inteligencia y efectividad hacia la victoria militar y la represión sangrienta: aunque la
final, (Junta de Coordinación Revolucionaria más grande mayoría popular se oponga a la dic­
(JCR), "A los pueblos de América Latina,, Re­ tadura y desee su derrocamiento, la burguesía
vista Che, 1, Noviembre de 1 974). puede seguir manteniendo por largo tiempo su
régimen represivo sino se debilita militarmen­
Para poder desarrollar una nueva línea de te y políticamente a la dictadura. Por último,
intervención estratégica era imprescindible aunque fuera posible (y es la aspiración de to­
abordar una serie de objetivos preliminares: for­ dos) derrocar a la dictadura sin tener que de­
talecer y acerar el partido, reconstruir la fuerza sarrollar niveles superiores de enfrentamiento
social revolucionaria y dar origen al Ejército Re­ militar, siempre será básico la presencia de un
volucionario del Pueblo para, a partir de ello, estado que asegure una amplia democracia y el
derrocar a la dictadura y conquistar el poder. libre desarrollo de las fuerzas revolucionarias
La experiencia más visible de esta nueva orien­ y progresistas, (MIR, "Resistencia. Unidad para
tación estratégica del MIR fue el surgimiento y luchar. Carta de respuesta a la Dirección del
desarrollo de las Milicias de la Resistencia Popu­ Partido Comunista", El Rebelde, 105, Santiago
lar, las que j ugaron un rol importante durante de Chile, abril de 1 975, p. 44).
todo el período de lucha contra la dictadura. El
componente político-militar en la estrategia del La proyección de esta línea estratégica se
MIR constituía un soporte fundamental del dise­ vio interrumpida por el violento accionar repre­
ño. Así queda en evidencia en un documento de sivo dirigido contra el MIR por los aparatos de
respuesta que el MIR le hace llegar a la Dirección seguridad del Estado, especialmente el Servicio
Nacional del PC en 1 975. de Inteligencia de la Fuerza Aérea (SIFA) y la Di­
rección de Inteligencia Nacional ( D I NA). Entre los
«El desarrollo de formas de lucha armada de años 1 974 y 1 975, en un contexto de mayor se­
masas y de un poder militar de la clase obrera lectividad en el despliegue de la represión, miles
y el pueblo es una necesidad fundamental en de militantes y ayudistas del MIR fueron deteni­
la resistencia contra la dictadura mili tar. En dos, torturados y muchos de ellos asesinados y
primer lugar, en la medida en que la burguesía

46 47
sus cuerpos hechos desaparecer. Prácticamente
(NSA), Central lnteligence Agency, Chile: Ex­
toda la Comisión Política y parte importante del
tremists lose leader, 1 1 de octubre de 1 974,
Comité Central del MIR fueron aniquilados. Dos
http: 1 l www.gwu. edu/ -nsarchivl search. html).
de sus figuras más emblemáticas, el miembro de
la Comisión Política, Bautista van Schouwen y el
Secretario General del partido, Miguel Enríquez, No obstante la gravedad de la situación por
cayeron en esta fase de la lucha contra la Dic­ la que atravesaba el MIR, sus dirigentes intenta­
tadura. Bautista van Schouwen fue detenido en ban � royectar una imagen de solidez, cohesión y
una parroquia del centro de Santiago el 1 3 de di­ contmu1dad,
ciembre de 1 973, fue conducido hasta un recinto
de detención, luego fue asesinado y su cuerpo :
'El MIR es ya indestructible, se ha fortalecido
hecho desaparecer. Por su parte Miguel Enríquez Internamente, ha aprendido a trabajar en la
murió en desigual combate el 5 de octubre de clandestinidad y por sobre todo ha echado pro­
1 974. La muerte de Miguel Enríquez constituyó
un duro golpe para la organización y los efec­ .{ fundas raíces en la clase obrera y multiplicado
sus vínculos con las masas.
tos de la misma no pasaron inadvertidos para los 1
'
1 �uest�o partido estaba y está preparado para
analistas de la CIA, s1 tuac1ones como la muerte o caída de nues­
tro Secretario General y aun de toda 0 de la
"Las fuerzas de seguridad del gobierno infli­ mayor parte de nuestra Dirección. La lucha re­
gieron una severa derrota a los extremistas volucionaria clandestina exige prever aun esas
del Movimiento de Izquierda Revolucionaria circunstancias. Hoy las leyes de protección
la semana pasada. M iguel Enríquez, líder del
¡
construcción y reemplazo de (as direcciones :
movimiento y el número uno en la lista de cobran una mayor relevancia y deben aplicarse
más buscados por el gobierno, fue asesinado '¡
1 con mayor rigor" (MIR, "Editorial. A los traba­
en Santiago el 5 de octubre durante un tiro­ jadores y ci los revolucionarios del mundo", El
teo entre fuerzas de seguridad y el grupo, que Rebelde, 102, Santiago de Chile, diciembre de
al parecer había sido responsable de un audaz 1 974, p . 2 . ) .
robo de un banco unos días antes.

Los ingentes esfuerzos del gobierno para des­


truir al movimiento han dañado gravemente A contrapelo de lo anterior, a mediados de
a la organización. El grupo parece tener una 1 976, �l MIR ya evaluaba críticamente tanto la
_ .
atracción magnética para los jóvenes, pro­ s1t � ac10n del partido, como la unidad de la iz­
clives a la violencia de izquierda, lo cual es quierda Y la reanimación del movimiento de ma­
probable que le ayuden a sobrevivir y seguir sas. Las expectativas forjadas dos años antes
siendo capaz de por lo menos una actividad li­ respecto � e avanzar hacia la formación de u �
.
frente pol1t1co de la resistencia, se habían de­
mitada contra el gobierno" (The George Was­ t
hington Universi ty, National Security Archives
1 rrumbado. La crisis fracciona[ del PS, unida a los

48
49
1
1


fuertes golpes represivos de 1 975, restaban a '¡ (MIR, Análisis de coyuntura, Santiago de Chile,
esta organización de una participación activa en 1 febrero de 1 977, p. 89).
la resistencia. El PC, por su parte, privilegió la
búsqueda (por lo demás infructuosa) de un acer­ 'l
1
Los golpes represivos redundaron en la desar­
camiento político con la DC, factor que lo dis­ ticulación del partido, la que obligó a los cuadros
tanció aún más del M I R. Por otro lado, el ascenso sobrevivientes a readecuar la estructura orgáni­
experimentado por el movimiento sindical entre ca y a redefinir los lineamientos tácticos. Los
1 974-1 975 tendió a debilitarse en el marco de cuadros sobrevivientes que permanecieron en el
la aplicación de las denominadas "políticas eco­ interior del país se aglutinaron en la Base Madre
nómicas de shock", que más tarde derivaron en Miguel E � ríquez, i nstancia orgánica compuesta
la implementación del modelo económico neo­ por no mas de 50 militantes que se dio a la tarea
liberal. A comienzos de 1 977, y en el contexto de reconstruir el instrumento partidario en las
de mayor estabilidad política alcanzado por la difíciles condiciones impuestas por el cerco re­
Dictadura Militar, el balance del MIR se hizo aún presivo. 5 Un documento posterior del MIR señala
lo siguiente:
.
más desolador,
'

"La dictadura centró sus esfuerzos y lanzó la 1 "En los tres primeros años de Dictadura, el par­

más demoledora y brutal ofensiva represiva tido había perdido alrededor de un millar de

contra nuestro Partido a partir de la heroica ·' militantes asesinados, otro millar de militantes

muerte en combate de nuestro compañero ) habían sido encarcelados y otra cantidad similar

M iguel Enríquez. Por más de seis meses se­ había salido al exilio. Varios miles más estaban

guidos, los aparatos represivos asestaron, uno 1 marginados, desconectados o simplemente ante

1
tras otro, fuertes golpes al Partido. Decenas el avance de la contrarrevolución habían aban­

de cuadros del Partido fueron asesinados, re­ donado la militancia revolucionaria. En Chile

sistiendo la captura o luchando contra el ene­ .1 quedaba un puñado de cuadros clandestinos or­

migo en la tortura. Más de decenas de cuadros ) ganizados que no sumaba más de 50 miembros"
del Partido fueron tomados prisioneros y en­ (MIR, "IV Congreso Nacional del MIR. Balance

.,¡
carcelados. La dirección del Partido, todas las histórico del MIR y su lucha revolucionaria" '
'

estructuras central izadas, todos los regionales Santiago de Chile, 1 988, p. 47).

y la casi total idad de las estructuras locales


Este reducido núcleo mirista intentó resol­
recibieron golpes represivos. En muchos nú­
ver el problema de organización fortaleciendo un
cleos del Partido cundió la desmoralización y
aparato militar férreamente compartimentado.
el temor, y un número importante de miem­
bros desertaron de la lucha, abandonando el
5 En regi � nes, e� pecialmente en Valparaíso y Concepción,
Partido en sus momentos más dramáticos (...)
s� man �eman act�vas algunas "colonias", con escaso o muy
El Partido estuvo al borde del precipicio, al deb1l vmculo orgamco con la estructura de dirección. Ello
borde de su destrucción orgánica en el país" permite inferir que la militancia mirista pudo alcanzar al

1 centenar de militantes hacia 1 977.

50 ) 51
)
1
'
)
1

¡
resistencia gremial y sindical no es suficiente
para derrocar la dictadura", El Rebelde, 126,

)
Santiago de Chile, abril de 1 977, p. 10).

U n destacamento de combate que centró su op­


ción estratégica en el impulso y desarrollo de la '1 La culminación de este proceso de reorga­
política de Resistencia Popular. En ese sentido se .\ nización orgánica y de rearticulación de víncu­
fortalecieron las estructuras militares internas
del partido -Estructura de Fuerza Central- y se
/ los con el movimiento de masas está dada por el
Plan 78 -Operación Retorno-, iniciativa táctica
impulsaron las Milicias de la Resistencia Popular, que apuntaba a fortalecer la estructura militar
en torno a los sectores más radicalizados y acti­ del partido con la reinserción en el país de cua­
vos del movimiento de masas: bolsas de cesan­ dros político-militares provenientes del exilio;
tes, organizaciones vinculadas a la defensa de .·
fundamentalmente de Cuba (J. Pinto Vallejos,
los derechos humanos, pobladores, campesinos 2006: 1 79 - 1 93). A partir de este contingente se
mapuches y estudiantes (MIR, « Documento Cen­ pretendía iniciar una fase ofensiva de accionar
tral. Conferencia Nacional Extraordinaria", San­ armado, realizando acciones de propaganda
tiago de Chile, Noviembre de 1 990). armada y golpeando objetivos militares estra­
tégicos de la Dictadura (Andrés Pascal Allende,
La conmemoración del 1 de mayo del año « Neltume es un paso. El objetivo: La guerrilla
1 977 sorprendió al MIR, precisamente, en su fase permanente en los campos", Revista Punto Final
de reorganización y reagrupamiento político. En (en la clandestinidad), Santiago de Chile, 1 98 1 ) .
esta etapa el proyecto del MIR apuntaba a forta­
lecer la base social sobre la cual se debía edificar l Este nuevo diseño estratégico coincide con
la vanguardia revolucionaria. ) la etapa de institucionalización de la dictadura
militar. El MIR estableció en su análisis de la si­
tuación política que el itinerario trazado por la
dictadura, a partir del discurso pronunciado por
"En esta larga lucha político- militar con tra la
Pinochet en el cerro Chacarillas de Santiago (9
dictadura, se necesita de una amplia base po­
de j ulio de 1 977), conllevaba la edificación de
pular de combatien tes para golpear en muchas
una nueva institucionalidad política para el país.
partes a la vez y para ir desgastando política
y militarmente a las fuerzas de la dictadura. "Durante las dos primeras semanas de abril
En este aspecto hay retraso en la resistencia { 1 978] ha seguido la intensa discusión políti­
popular. Durante los próximos meses, los mi­ ca que se venía desarrollando entre los oficia­
litantes de la izquierda y trabajadores más les gorilas, entre los políticos patronales que
conscientes deberán impulsar y ampliar la or­ están dentro y fuera del gobierno y entre los
ganización política de las masas, deberán or­ propios in tegrantes de la Junta gorila. Algunos
ganizar cientos de Comités de Resistencia, en miembros de la izquierda y núcleos de traba-
todas partes.
Junto con ampliar la organización política de •'

las masas, se deberán ampliar también las for·


l, 53
mas de lucha armada de las masas, (MIR, "La 1
':
f
.l
.1 '¡
jadores piensan equivocadamente, que estas
discusiones entre patrones, son síntomas que
indican que la dictadura está por caer y que
i
·¡
1
V I . LA OPERAC ION RETORNO Y EL CICLO OFENS IVO
( 1978- 1982 )
en nuestro país se establecerá pronto un "ré­
gimen democrático". Los compañeros que así
piensan se dejan confundir por las divergencias 1
menores que existen entre Leigh y Pinochet,
entre Freí y Pinochet, entre Pablo Rodríguez
) '¡
Una vez que la dictadura militar puso fin
a la etapa de ascenso del movimiento popular
(Golpe de Estado de 1973 ) y neutralizó a sangre
y la Junta gorila, entre el cardenal y la Jun­ � y fuego toda forma de resistencia, se dio a la
ta, entre Carter y Pinochet, pero no compren­ 1
den que entre los grandes patrones nacionales 1
tarea de sentar las bases para la transformación
e imperialistas, ya existe un GRAN ACUERDO . económica, social y política del país. Desde esta
PATRONAL para llevar adelante el proceso ins­ perspectiva, los principales y más duraderos lo­
titucional y que ese ACUERDO PATRONAL, está gros del régimen militar se pueden observar en
en contra de la restitución y ampliación de la re�structuración de la economía chilena (F.
todas las libertades democráticas, porque lo Larram y R. Vergara, 2000). Ya a partir de 1974
que buscan es llevar adelante la instituciona­ se comienza a perfilar una nueva política econó­
lización del Estado monopólico y de contrain­ mica, de matriz neoliberal, que llegó a Chile en
surgencia, (MIR, «Editorial", El Rebelde, 136, los portafolios de los graduados de la Universidad
Santiago de Chile, abril de 1 978, p. 3). de Chicago, los cuales accedieron a importantes
cargos ministeriales y de servicios: hacienda '
El régimen de facto, en consecuencia, no economía, obras públicas, impuestos internos '
fue definido como una etapa transitoria en la tesorería, etc.
reorganización del bloque dominante, sino q � e
como un régimen refundacional que pretend1a El nuevo patrón de acumulación se fundó en
reorganizar las bases mismas del s� stema ? e do­ la especialización de la economía nacional como
minación de clase. En consecuencm, el g1ro es­ exportad � ra de recursos primarios con ventajas
tratégico definido en el Plan 78 se hacía cargo comparatiVas en el mercado internacional. De
y preparaba al partido, precisamente, para esa esta manera j unto a la tradicional minería del
nueva etapa histórica. cobr� se privilegió la inversión en las empresas
_
agromdustnales, en las explotaciones forestales
y en la pesca industrial. Se reformó la legislación
que gravaba la inversión extranjera y se abrió
la economía a la importación de productos in­
dustriales (electrónicos, textiles, metalmecáni­
cos, etc . ) . Se procedió a la privatización de las

55
54
l
'¡'

i
empresas públicas: comunicaciones y transporte, concurren tanto los municipios (que operan con
energía, financieras e industriales. el sistema público) y sostenedores particulares
que operan en la lógica del mercado.
Los cambios fueron radicales. La industria
manufacturera nacional, incapaz de competir en
)
j
Las consecuencias sociales de la aplicación de
un mercado abierto con los bienes importados, esta política no se hicieron esperar. La reducción
colapsó, enviando al paro a un numeroso con­ de los servicios públicos involucró evidentemente
tingente de trabajadores, que en su proceso de ,1 la cesación de funciones de un contingente impor­
desproletarización (PEM, POJ H , temporer�s de f
1
tante de la planta la laboral, la cual históricamen­
l
la fruta, comercio ambulante, etc . ) perd1eron '
' te se había identificado con los proyectos políticos
vínculos orgánicos e identitarios con la cultura "¡
reformistas. Por otro lado, el funcionamiento de
popular de izquierda. estos servicios, en lógica mercantil ( rentabilidad
En el agro, la desarticulación de los asenta­ y productividad), derivó en la asignación de pres­
mientos y cooperativas forma� as p�� l� R�f? rma ¡. taciones públicas de mala calidad para los pobres
Agraria, con la subsecuent� � s1gn �c10n m d1v1 ? ual
.
de tierras (sin acceso a cred1tos m maqumana� ) ,
:i y de buena calidad para quien puede pagarlos.
Por ello, la brecha que se produce entre los seg­
facilitó l a constitución de un mercado d e l a t� � ­
'1
l mentos acomodados y modernos de la sociedad
. respecto de los pobres y excluidos, adquiere cada
rra que rápidamente permitió la concentrac10n
de la misma y la constitución de los modernos día manifestaciones más pronunciadas.
complejos agroindustriales orientados a la ex­ La tercera fase en el proceso de reorganiza­
portación. ción de la sociedad chilena se inició en 1978, y
Las reformas económicas más importantes tuvo su explicitación institucional en 1 980, con
se situaron en el ámbito de los servicios. Los la nueva Constitución Política del Estado, y se
fondos previsionales fueron enajenados de l a proyectó hasta el plebiscito de 1 988. En 1978,
. una vez controlado política y militarmente el
administración estatal y traspasados a las admi­
nistradoras de fondos de pensiones (AFPs) , las país, la Junta Militar de Gobierno dictó el Decre­
cuales operan sobre la base de la capitalización to Ley de Amnistía, mediante el cual todos los
individual e invirtiendo el monto global de los delitos que involucraban causalidades políticas
fondos en diferentes áreas de la economía. Con o colaterales con la misma (robos, asaltos, se­
el sistema de salud operó un fenómeno similar, al cuestros, etc . ) , cometidos entre septiembre de
crearse las lsapres. La educación, a su v�z, tam­ 1 973 y septiembre de 1 978, quedaban sin san ­
bién fue liberalizada al ampliarse el numero Y ción. Huelga decir que dadas las características
cobertura de los colegios privados y al surgir una del proceso represivo vivido en Chile entre 1 973
nueva figura administrativa, los establecimien �?s y 1978 los beneficiados con este Decreto Ley fue­
con sostenedores, que reciben una subvenc10n ron los miembros de las FFAA y de los organismos
pública para operar en el sistema. A este sistema de seguridad involucrados en las violaciones a los
derechos humanos. De esta manera el gobierno

56
57
·\

militar dictó u n decreto de auto-perdón que zan­ '1
) de la Constitución antes señalada. Las cuales,
jaba, desde el punto de vista jurídico, cualquier ' básicamente, le entregaban al ejecutivo prerro­
inconveniente posterior. gativas discrecionales para decretar diferentes

j
El segundo paso en esta fase está dad o por estados de excepción. Siendo los más socorridos,
_ _ al, mientras arreciaban las protestas sociales anti­
la dictación, en 1 980, del tex�o const1tuc10 �
hoy día vigente, que establecí? los � arcos l � S­ dictatoriales ( 1 983- 1 987), el estado de perturba­
titucionales por los cuales deb1a trans1tar el SIS­ ción de la paz interior del Estado y el Estado de
tema político chileno en �l largo plazo. En_ ell_a �1 sitio. Situaciones excepcionales que le permitían
_ fundado n ms l­ al gobierno conculcar todas y cada una de las
se consagró un sistema pollt1co �
tuciones autoritarias, con un poder pres1d� nC1al
� i libertades individuales establecidas en su propia
fuerte, un parlamento debilitado, con gob1ernos ) Constitución: desplazamiento, asociación, reclu­
sión en recintos de detención públicos, de pren­
locales designados, y con unas fue r� as ar� adas '¡
autónomas respecto del poder polltJCo _ Y J ugan­
l sa, etc.
do el rol de garantes del orden institucional. El
objetivo era generar una sociedad de sujetos
obedientes frente al gobierno y leales a la pa­
)'¡
La política del MIR, a partir de este período,
se fundó, precisamente, en la constatación de la
� existencia de un modelo refundacional. De esa
tria (cuya definición correspondía y era atribu­ forma, el "carácter del período" condicionó el
l
to de sus defensores históricos: las FFAA). Para nuevo diseño estratégico. La estrategia de Gue­
ello se dotaba a las autoridades correspondien­ '¡
rra Popular Prolongada, recogida especialmente
tes de los instrumentos legislativos y operativos, ·� de la experiencia insurgente del pueblo vietna­
que permitieran identificar a �os e�� migos de la
patria para proceder a su ext1rpac10n . Ent re los J mita, fue definida como:
. _,
instrumentos más recurrentes de la aplJCacJOn de J "( .. .) una estrategia político militar, que ba­
dicha política encontramos: la ley antiterrorista � sada en el marxismo-leninismo, entregará las
( 1 982) , el endurecimiento de las leyes de segu­ leyes y principios que guiarían el desarrollo de
ridad interior del Estado ( 1 93 1 y 1 958) Y de la la fuerza social revolucionaria y su expresión
ley de control de armas y explosivos ( 1 972), la '¡', . orgánica en una fuerza política y una fuerza
_
ampliación de las atribuciones de los tnbunales mili tar, elemento fundamental del poder po­
militares fundamentalmente para conocer Y re­ pular del proletariado que permitirá derrotar
solver c;usas criminales civiles, y la militariza­ política y militarmente a la burguesía chilena
ción de los organismos policiales de seguridad : ¡1
l
y sus aliados imperialistas. La estrategia polí­
..
C N I , Carabineros y Policía de Investigaciones. tico-militar del proletariado chileno tiene un
carácter unificador del conjunto de pequeños y
Mientras se arribaba al período de plena vi­ grandes combates que va impulsando la clase,
gencia del nuevo orden instituci o� al (marzo de los articula y desarrolla en base a las leyes y
_
1 990), la dictadura militar admm1stro _ el po er 1
� principios que rigen la lucha de clases en la
_
apoyándose en las 24 disposiciones trans1tonas
1
\•
( realidad chilena, (MIR, "La Estrategia de Gue-
1
1
58 \'
59
1
\
,1
¡,
rra Popular Prolongada", Santiago de Chile,
'¡, interno. Los militantes que se incorporaban a la
marzo de 1 980, p. 3). '¡ Operación Retorno suscribían un compromiso,
'¡( que en sus aspectos más importantes establecía:
El objetivo fundamental de este diseño era
desarrollar el poder político y mi litar de la clase " 1 . Respetar escrupulosa y conscientemente
obrera y el pueblo para derrotar a los enemigos
de clase y concretar sus objetivos históricos. �n ) las normas de seguridad, compartimentación y
disciplina que se expresa en los reglamentos
ese contexto, la propaganda armada se convert1a ,1 elaborados por el Partido, para el funciona­
en el nexo entre la situación de las fuerzas po­
'

miento de las escuelas de instrucción Político­


pulares y la orientación estratégica. A comienzos Militar. 2. Trasladarme a Chile o a otro país que
de 1 979 las primeras acciones ofensivas de pro­ se me indique, en el momento que el Partido
paganda armada comenzaban a ser reivindicadas lo determine, siguiendo fielmente las instruc­
por el MIR, ciones y órdenes que reciba para llevar a cabo
esta operación. 3. Luchar tenaz e incansable­
«La presencia de la Resistencia Armada ha sido
mente, a costa de mi vida si fuese necesario,
un hecho político que no ha podido ocultar la
para cumplir la línea política del Partido, las
dictadura y sus medios de comunicación, a pe­
tareas que de ella se desprendan, y en parti­
sar de que han tratado de tergiversarlas. Las \
cular, la misión que en el frente de lucha se
bombas al SERVIU, la Secretaría Nacional de la 1
me asigne, (MIR, " Compromiso", Documento
Juventud, ALMAC, Banco Chile, EMOS, al Mi­ ,l tipo formulario, mimeografiado, sin mayores
nistro Piñera, Chilectra en San Bernardo du­ �
antecedentes).
l
rante el mes de febrero, demuestran que la
propaganda armada es una forma efectiva de ( Como lo han develado múltiples testimonios
lucha y propaganda. La Propaganda Armada ,1 este proceso supuso importantes tensiones para
da confianza a las masas, diversifica la repre­ la militancia mirista en el exilio. Algunos cuadros
sión de la dictadura y prepara a los primeros partidarios, fuertemente afectados por la derro­
contingentes de la Resistencia para el desarro­ \
ta de 1 973 y por los efectos de la tortura y de la

llo de la Guerra Popular Prolongada contr la '¡1 prisión política en Chile, se negaron a a reasu­
dictadura, (MIR, "Editorial", El Rebelde, 116, mir sus tareas partidarias y fueron expulsados de
Santiago de Chile, febrero de 1979, p. 5). ) la organización. Otros, que participaron de las
escuelas de formación en Cuba, posteriormente
A ese efecto los esfuerzos del MIR se con c� n­ '1

traron en el fortalecimien to de la Estructu de 1
¡1 se negaron a reinsertarse en el frente interno.
Mientras que aquellos que volvieron clandesti ­
Fuerza Central, el principal núcleo especializad ? namente a Chile se encontraron con un Partido
de combatientes del partido. Para ello se recluto debilitado orgánicamente y, en consecuencia,
a los militantes que se encontraban en el exilio y con muy pocas condiciones materiales para so­
que manifestaron mejor disposición para reinte­ brellevar su clandestinidad. No obstante lo an­
grarse a las tareas político-militares en el frente terior, las "tareas especiales" desplegadas por la

60 61
Estructura de Fuerza Central comenzaron a ad­ muros del Mapocho, según Los testigos. En ese
quirir una creciente relevancia a partir de 1 979. momento se produjo La explosión. Quienes Le
acompañaban resultaron ilesos. EL atentado
La primera acción de envergadura fue la co­ terrorista fue planeado con horas de anticipa­
locación de un artefacto explosivo, el 23 de abril ción y varios medios informativos recibieron
de 1 979, en las inmediaciones del cuartel de la Llamadas en que se alertaba de La próxima co­
Central Nacional de Informaciones (CN I ) de calle Locación de una bomba en un cuartel de La CNI
Santa María en Santiago. En esa operación perdió de Santa María" ("Oficial de La CNI", EL Mercu­
la vida, al intentar desactivar la bomba, el te­ rio, Santiago de Chile, 24 de abril de 1 979, pp.
niente de ejército, adscrito a la C N I , Luis Carevic A 1 y A 12).
Cubillos. Consternados, los medios de comunica­
ción adscritos a la Dictadura, daban cuenta de Siete meses después, el 24 de noviembre
esta primera acción ofensiva. de ese mismo año, se produjo el asalto al ca­
mión pagador del Banco Concepción que con­
"Destrozado por una bomba de alto poder ex­ 3 curría hasta el supermercado AGAS en el sector
plosivo que intentaba desactivar y cuando co­
rría con el artefacto para Lanzarlo al Lecho del
,1 de Manquehue, en Santiago. La prensa describió
f
con mucho detalle el despliegue operativo de los
río Mapocho, murió ayer a Las 9 horas, en acto
"extremistas". Se trató de un comando formado
de servicio, el teniente del arma de Ingenieros
por "nueve hombres y dos mujeres, fuertemente
del Ejército, Luis Carevic Cubillos, miembro de ,1 armados". La cobertura mediática daba a cono­
la Central Nacional de Informaciones (CNI). EL
� cer que las armas utilizadas en el asalto eran de
oficial y otros dos especialistas habían Llegado
origen soviético.
hacía escasos momentos al Lugar, ubicado en l
Avenida Santa María, casi esquina de La calle
López, donde funcionó un Local de SNS y ahora
)·: " Todo empezó a desarrollarse cuando los ex­
tremistas Llegaron al Lugar en tres vehículos,
está establecido un cuartel preventivo de Los un Fiat 125, un Fiat 128 y una camioneta de co­
Servicios de Seguridad, alertados por Llamados Lor blanco. Los individuos bajaron rápidamente
telefónicos que dieron cuenta de La presencia de Los vehículos y se dirigieron, sin despertar
de un paquete sospechoso. En un acto de va­ mayor sospecha, hasta cerca de un carro hela­
Lentía y heroísmo, propio de Carevic, según dero - confeccionado de Cholguán - que estaba
sus jefes y colaboradores, y calificado así por 1'
'
a cargo de otro de Los miembros del grupo ex­
quienes presenciaron el hecho provocado por 1 tremista. Este último - ante una orden verbal
elementos terroristas, el oficial hizo despejar 1 '
- extrajo del carro varias armas largas de fuego
el sector e incluso ordenó a sus acompañan­ y se las pasó a sus compañeros de delito. De
tes que Le dejaran manipular solo el artefacto. inmediato Los asaltantes se distribuyeron es­
Mientras estudiaba La forma de desactivar La tratégicamente en distintos puntos del sector
bomba, sorpresivamente la tomó en sus manos ( ... ) Minutos después apareció en el Lugar La
corrió con ella intentando Lanzarla sobre los camioneta recaudadora de valores del Banco de

62 63
Concepción. En los instantes en que la camione· Entretanto, los dos recaudadores entraban al
ta del Banco de Concepción detuvo su marcha supermercado para recoger los valores, mien­
frente al supermercado, los extremistas empe· tras el cabo Ojeda también tomaba su lugar en
zaron a disparar contra el vehículo y sus ocu· la parte delantera. Inmediatamente el hombre
pantes. Los funcionarios policiales respondieron del triciclo comenzó a disparar su metralleta,
al fuego con sus propias armas. A pesar del fue· apuntando sobre el cabo Burdiles que intentó
go graneado, los asaltantes no pudieron lograr contestar el fuego. Testigos presenciales seña­
su propósito (...) Antes de retirarse del lugar del laron que el policía fue virtualmente acribilla­
frustrado asalto, los antisociales se desprendie­ do por el antisocial. En ese instante una mujer,
ron de una bandera chilena con una letra R en del grupo atacante, se aproximó con una pis­
el centro, que al parecer pensaban colocar en la tola y, aparentemente, también disparó. Otras
fachada del supermercado AGAS, (" Carabinero balas, de esta pistola, dieron en el cabo Ojeda,
murió acribillado. Sangriento asalto extremis­ quien, al recibir los impactos en los antebra­
ta", El Mercurio, Santiago de Chile, 25 de no­ zos, quedó completamente imposibilitado de
viembre de 1 979, pp. A 1 y A 12). repeler el ataque, ("Intentaron robar camio­
neta de un banco: Un carabinero muerto y otro
El despliegue operativo de los miristas sor­
gravemente herido dejó atraco de comando ex­
prendió a los efectivos policiales y a los guardias
tremista", La Tercera, Santiago de Chile, 25 de
de seguridad del Banco de Concepción, los cua­ noviembre de 1 979, p. 29).
les no fueron capaces de repeler el asalto. Este
tipo de acciones se hicieron habituales a partir Una de las acciones más espectaculares des­
de este momento, dados los ingentes gastos que
plegadas por el MIR en este período fue el triple
reportaba a la organización la mantención de
asalto bancario ( 1 1 de abril de 1 980), que afec­
cuadros profesionales y clandestinos. En esta úl­
tó a las sucursales de los bancos Concepción , de
tima acción perdió la vida el cabo de carabineros
Chile y de Crédito e I nversiones, en la intersec­
Bruno Burdiles Vargas. Así describió La Tercera el
ción de las calles_Santa Elena y Rodrigo de Araya
operativo del MIR.
en la comuna de N uñoa en Santiago. En esta ope­
"Todo parecía normal cuando de pronto se ración participaron varios grupos de combate del
l, MIR que intervinieron coordinadamente, reduje­
acercó hasta el lugar un humilde vendedor de
helados Bresler, en su respectivo triciclo. Sor­ ron al personal administrativo y de seguridad y se
'¡:
presivamente el hombre del triciclo abrió la '
dieron a la fuga con un botín de 28 millones de
tapa de la caja y extrajo de allí una metra­ pesos y 1 5. 000 dólares (,,En 1 5 minutos, coman­
lleta. En ese mismo instante bajaba de la ca·
mioneta, en primer término, el cabo Burdiles,
)¡,
do se llevó 30 millones: A lo "Misión Imposible"
fue asalto a tres bancos,, La Tercera, Santiago
que tomó la posición convenida, en la parte l de Chile, 1 2 de abril, 1 980, pp. 44-45 y <<Acción
trasera, para la correspondiente protección. simultánea en Sucursales Bancarias: Extremistas

64 65
-�
) 1
obtienen Botín de $28 millones en Tres Asaltos",
j
rismo", La Tercera, Santiago de Chile, 29 de
El Mercurio, Santiago de Chile, 12 de abril, 1 980, abril, 1 980, p. 6.).
pp. A 1 y A 1 4).6 1
¡
A mediados del mes de julio de 1 980 se llevó
A fines del mes de abril de 1 980 otro coman­ 1 a cabo la ejecución del Director de la Escuela
do del MIR llevó a cabo un atentado contra la
denominada " Llama de la Libertad" , inaugurada ) _fle I nteligencia del Ejército, Coronel de Ejérci­
to Roger Vergara. El militar, identificado como
por la dictadura militar en 1 979 y emplazada ori­
ginalmente en el cerro Santa Lucía en la ciudad
} 1
uno de los principales responsables de la CNI, fue
emboscado por un comando del M I R en la inter­
de Santiago. El objetivo era colocar una carga )i sección de las calles Manuel Montt con Puyehue,
explosiva que destruyera el monolito en la que ·'
en la comuna de Providencia, Santiago. La rele­
ésta se ubicaba y de esa manera extinguirla. La vancia del militar puso en evidencia la vulnerabi­
acción no fructificó; no obstante se produjo un lidad de los mandos de los aparatos de seguridad
enfrentamiento armado con su custodio, el ca­ y constituyó, nuevamente, un duro golpe para la
rabinero Heriberto Novoa Escobar, que perdió la dictadura (<<Fue ametrallado en su automóvil Ofi­
vida en los hechos. Ante la muerte del unifor­ cial de I nteligencia asesinado por extremistas" ,
mado, el Director General de Carabineros de la El Mercurio, Santiago d e Chile, 1 6 d e j ulio, 1 980,
época, Cesar Mendoza Durán, declaró, pp. A 1 y A 20). La justificación de la acción que­
dó plasmada en el órgano oficial del MIR.
"Este es un hecho lamentable y está indican­ "No es casualidad que este coronel fuese Di­
do que el terrorismo está vigente en Chile. ,• rector de Inteligencia del Ejército, cargo que
Esto nos obligará a tomar drásticas medidas. 1, ocupan sólo personas de gran confianza de la
Hoy fue un carabinero, mañana puede ser un
oficial y luego familias enteras. Esto se acabó .,
1
dictadura. Y Vergara supo ganarse la confianza
en Chile. Se tomarán todas las medidas para de Pinochet pues durante el gobierno del Presi­
evitar que el terrorismo se asiente en nuestra dente Salvador Allende fue un activo promotor
patria para que no se repitan las escenas que ' del golpe en las filas de las FF.AA. consumado
\ el derrocamiento del Gobierno Popular, se des­
a diario se ven en otras partes del mundo. No 1
por los mal llamados Derechos Humanos se va a J
tacó por su celo represivo a raíz de lo cual fue
permitir que violentistas o terroristas vengan premiado con la medalla " 1 1 de Septiembre".
a hacer de las suyas en este país: Primero es­ Su buena disposición para reprimir al pueblo
tán los Derechos Humanos, primero está nues­ y ensangrentarse las manos en defensa de los
tro deber por velar por la paz y seguridad de intereses del capital monopólico y de sus ge­
todos, después vienen los Derechos Humanos" nerales aliados, llevo a que fuera integrado
("Enérgicas medidas para combatir el terro- al grupo de oficiales que desde la DINA-CNI,
' Un segundo asalto afectaría a estas mismas entidades fi­ Investigaciones y los aparatos de inteligencia
nancieras en julio de 1 980. Estas acciones pusieron de mani· / '
de las FF.AA. y Carabineros dirigen las ope­
fiesto la capacidad operativa del MIR, y las debilidades en el ·, raciones represivas contra el movimiento de
sistema de seguridad pública de la Dictadura Militar. i masas y las fuerzas democráticas, (MIR, "Los

66 67
crímenes se pagan", El Rebelde, 165, Santiago trar a su "personal" e n las técnicas de tortu­
de Chile, agosto de 1 980, p. 14). ra para lo cual tenía una extensa experien­
cia práctica. Era un funcionario de alto nivel
El año 1 980 concluyó con otro triple asalto dentro del aparato represor. Advertido por la
bancario (30 de diciembre), ésta vez contra las resistencia sobre sus crímenes intentó eludir
sucursales los bancos de Concepción , de Chile la justicia popular ocultándose tras la imagen
y de Talca en l rarrázaval y José Pedro Alessan­ de un "hombre bonachón, de trato amable y
dri . En esta oportunidad tres comandos del MIR, .
l' deferente" entre sus vecinos. Ni el poder ni la
" Bautista van Schouwen", "Dagoberto Pérez" y •

protección armada que tenía pudo impedir que


"Augusto Carmona", i ntegrados por más de 30 se cumpliera la sentencia de muerte, (MIR, «La
militantes, nueve de ellos vestidos con uniformes justicia popular actúa. Orden del tribunal", El
de carabineros, coparon las tres sucursales ban­ 1
1 Rebelde, 177, Santiago de Chile, agosto de
carias y procedieron a expropiar más de 30 mi­ .,
1 98 1 , p. 9).
llones de pesos («Sangriento atraco extremista a
sucursales de l rarrázabal y Macul. Asaltados tres Este importante nivel de desarrollo del ac­
bancos: 2 carabineros muertos", La Tercera, San­ cionar operativo de la Estructura de Fuerza
tiago de Chile, 31 de diciembre, 1 980, pp. 42-43 Central del M I R estuvo acompañado por un cre­
y 52) . Durante el espectacular asalto se produjo ciente grado de intervención de las Milicias de
un violento enfrentamiento con carabineros en la Resistencia Popular y por el surgimiento de
el cual perdieron la vida los funcionarios Was­ las Organizaciones Democrático I ndependientes
hington Godoy Palma y Daniel Leiva González. (ODis). Los sabotajes al tendido del alumbrado
público, así como los cortes de vías de comuni­
Durante el año 1 98 1 las acciones más es­ cación a través del levantamiento de barricadas,
pectaculares desarrolladas por el MIR fueron la la colocación de artefactos explosivos, el rayado
ejecución a tiros en la comuna de San Miguel, de consignas antidicatoriales y el uso de bombas
Santiago (6 de j ulio), del agente de la CNI Carlos molotov en las manifestaciones, se comenza­
Tapia Barraza y la emboscada ( 1 8 de noviembre) ron a tornar habituales. De la misma manera, la
en la que perdieron la vida tres agentes de la captura de vehículos de transporte de alimentos
Policía de I nvestigaciones, que custodiaban la y la posterior distribución de los mismos en las
casa del General de Ejército, Santiago Sinclair, poblaciones populares de Santiago, Concepción,
en la comuna de Providencia, también en la ca­ Valparaíso y Viña del Mar, generó un importante
pital del país. Respectó de la ejecución de Carlos .. grado adhesión de los pobladores al accionar de
Tapia Barraza el MIR informó, la Resistencia.
«La orden emanada de un Tribunal Popular exi­ El desarrollo del accionar armado del MIR
gía la eliminación de Carlos Tapia. Este suje­ estimuló ampliamente la voluntad de lucha y de
to cumplía "labores" de jefe de personal de combate entre los sectores y grupos antidictato­
la Dina-Cni, es decir, se encargaba de odies- riales de la sociedad chilena. Las operaciones ar-

68 69
,1
1 (COAPO) , que j unto a la Coordinadora Metropo­
madas del M I R en especial aquellas que golpea­ ) litana de Pobladores, se puso a la cabeza de las
ban a la repre;ión o a los centros de ac� m ulación 1
. movilizaciones y manifestaciones del mundo po­
del gran capital, infundieron nuevos a mmos al ,1
. . blacional. La U nión Nacional de Estudiantes De­
desarrollo de la lucha clandestma y semJClandes­ ·¡ mocráticos (UNED), que agrupó a los estudiantes
tina. Una parte importante de la sociedad, e� pe­ 1
más radicalizados al interior de las universidades
cialmente en poblaciones, centros de estud10 Y 1 chilenas, destacando en la lucha por la recupe­
unidades fabriles, observó que la dictadur� era
.J
ración democrática de las federaciones de estu­
vulnerable y que, en consecuencia, el despliegue
diantes. Y el Comité de Defensa de los Derechos
de un accionar organizado y combativo amagaba
del Pueblo (CODEPU ) , que asumió la defensa de
su estabilidad .
los derechos humanos desde la perspectiva de la
Se comenzaron a multiplicar, a partir de reivindicación de la lucha antidictatorial.
este momento, los comités de resistencia y junto
. Pero junto con la reanimación de los movi­
con ellos surgieron y se desarrollaron las orgam­
mientos sociales y de la resistencia antidictato­
zaciones de masas. Se reanimó la lucha sindical,
rial, también se incrementó el accionar repre­
en especial tras las huelgas obreras de Industrias
sivo. La dictadura, cuestionada en uno de sus
Panal ( 1 980) y de los trabajadores que ? peraba�
soportes fundamentales ( la política represiva) ,
en la construcción de la Central Colbun-Machl ­
colocó preferentemente a l M I R en e l foco d e su
cura ( 1 982 - 1 983). De la misma �� nera lo� est� ­
. atención . Más de 20 militantes resultaron muer­
diantes en los centros de educac10n supenor mi­
tos en el transcurso del bienio 1 980- 1 981 , en en­
ciaron procesos de agrupamiento y movilización
. frentamientos armados, reales o simulados. La
en torno al rechazo a la Ley General de Umver­
mayoría de ellos pertenecían a los comandos es­
sidades ( 1 981 ) ; mientras que a nivel poblacional
pecializados de la organización. Otros resultaron
se comenzaron a desarrollar las primeras tomas
detenidos y fueron objeto de largas condenas a
de terrenos. Cabe destacar, a su vez, que entre
prisión dictaminadas por tribunales militares.
1 980 y 1 982, se multiplicaron los mitines antidj ­
catoriales, especialmente para fechas e � blema­ Uno de los componentes fundamentales de
ticas, como el 1 de mayo y el 1 1 de septiembre, la denominada Operación Retorno era la instala­
y se llevaron a cabo las primeras Marchas del ción de dos frentes guerrilleros en la zona sur de
Hambre. 1·
1
Chile; uno en la Cordillera de Nahuelbuta, en las
proximidades del conurbano industrial Concep­
En este proceso surgieron y come� za �on a '¡' ción-Talcahuano y de la cuenca carbonífera de
adquirir creciente relevancia orgamz�c10nes '
Lota y Coronel y el otro al interior de Yaldivia,
como los Comités Coordinadores de TrabaJadores
(CCT), que agruparon a o� reros de los antiguos
l
}.
en las cercanías del Complejo Maderero y Fores­
. como Panal, tal de Panguipulli, una de las áreas en las cuales
cordones industriales, en mdustnas ). el MCR había experimentado un alto grado de
Madeco, Lanera Chile, Promatex, entre ot �os. La 1 '

asentamiento antes del golpe de Estado de 1 973.


Coordinadora de Organizaciones Poblac10nales

71
70
De hecho, en esta segunda zona, se había pro­ de Fuerza Central quedó prácticamente diezma­
ducido, el 1 1 de septiembre de 1 973, un asalto da, y sus contingentes debieron ser relevados
al retén de carabineros de Neltume, encabezado con militantes provenientes de las filas de la Re­
por el dirigente del MIR, José Gregorio Liendo sistencia. Ambos fenómenos tuvieron proyeccio­
Vera, posteriormente fusilado por las autorida­ nes en el futuro inmediato del Partido. Por una
des militares. La instalación de estos frentes se parte, decreció la capacidad de intervención
relacionaba de manera directa con las definicio­ operati �a a nivel de tareas de mayor enverga­
nes estratégicas del Partido, ya que se trataba '
dura; m1entras que, por otro lado, la Resistencia
de contar con fuerzas militares permanentes ca­ 1
1'
Popular experimentó un drenaje sistemático de
paces de disputarle al Estado burgués el control 1 cuadros, lo cual afectó la relación entre el parti­
}
territorial de determinadas zonas del país. Ello do y los frentes de masas.
consideraba, además, la conformación de un te­ Cabe señalar que, durante este ciclo, el M I R
rritorio de repliegue para los cuadros urbanos y realizó u n a contribución fundamental a l a reani­
de formación de un movimiento de masas rural mación del movimiento de masas y al despliegue
que fuera ampliando la fuerza social revolucio­
de la l � cha �upturista. Los cuadros del MIR y de
naria (MIR, << Neltume. Una guerra invencible,,
la Res1stenc1a Popular colocaron en evidencia
El Rebelde, 1 83 , Santiago de Chile, febrero de 1 que si bien la Dictadura constituía un enemigo
1 982, pp. 1 5- 1 9 . ) . La experiencia de la escuadra )
1
poderoso, no era invencible. Por el contrario
exploratoria instalada en la zona de Neltume fue
desastrosa. Denunciados por los campesinos de 1
¡ el desarr� llo de la lucha ofensiva del pueblo
.
y
.1
sus o �g amzac10nes develaba su fragilidad social
la región (objeto de un fuerte amedrentamiento .
Y pollt1ca. En ese sentido el arrojo y voluntad
por parte de los organismos de seguridad y de
los hacendados de la zona), los guerrilleros fue­
.r re�olucionaria del MIR abrió las puertas al des­
ron primero detectados y posteriormente ejecu ­ ) p liegue de . � a lucha de masas rupturista y a la
¡' mcorporac10n de nuevas fuerzas al ejercicio de
tados en una maniobra combinada del Ejército y
la lucha armada .
la C N I . En las acciones de cerco y aniquilamiento
perdieron la vida, entre septiembre y octubre
de 1 981 , nueve combatientes del MIR, entre .�
'

ellos el líder del grupo, Miguel Cabrera Fernán­


dez ( "Paine"). Los acontecimientos de Neltume
obligaron a la dirección del M I R a renunciar al
objetivo y desactivar el proyecto de instalación
en Nahuelbuta.
El ciclo ofensivo culminaba con una impor­ l
tante derrota militar, que afectó de manera im­
portante a la estructura partidaria. La Estructura
).
J
ll 73
72 1 '

1
)
V I l . E L M I R EN EL CONTEXTO DE REAN IMACION DEL
antes del golpe militar de 1 973. Ambas alterna­
tivas suponían que, un paso i m p resci ndible para
MOVIMIENTO POPULAR ( 1982-1987 )
lograr sus objetivos, era derogar la Co nstitución
Política de 1 980 a la cual se consideraba intrín­
í
i secamente antidemocrátka.

A partir de la crisis económica internacional


j � n septiembre de 1 986 el i nte n to de eje­
de 1 981 - 1 982, la situación política y social se tor­ ) .
cuclOn de Augusto Pinochet por parte de un co­
mando del FPMR, no sólo desató una violenta
nó cada vez más compleja en el país. Particular­
'

mente entre los años 1 983- 1 987, el descontento


'
! represión sobre el movimiento opositor, también
popular con la dictadura se expresó a través de 3 dejó en evi d e n c i a , para todos los actores pol íti
­

una serie de manifestaciones populares calleje­ cos chilenos y pa ra quienes se preocupaban de


la situación política en C h i le desde el extranjero
ras que adquirieron crecientes grados de violen­
cia. El enfrentamiento social se tornó más agudo (es pecialme n te EEU U ) , que el desborde social y
y, al amparo del mismo, la oposición política al el accionar insurgente decantaba rapi d amente
hacia la generación de un esc e n ari o de Guerra
régimen logró reconstruir sus lazos tradicionales.
de Baj a I ntensidad como el que existía en esos
En ese contexto se perfilaron dos alternativas de
superación de la dictadura militar: una repre­ momentos en Centroamérica, Perú y Colombi a .
sentada por el Movimiento Democrático Popular Al amparo de los buenos oficios d e l Departamen­
(MDP) agrupaba a los partidos de la izquierda to d� Estado Norteamericano e i n te rmed i a d o por
histórica: el PC y el PS, a los cuales se sumó el la cupula de la Iglesia Católica Chilena, se convo­
M I R. Su programa involucraba el derrocamiento có a los representantes de los partidos políticos
de la dictadura, utilizando todas las formas de opositores ( a rticulados en torno a la AD) y a los
lucha (incluida la insurgencia armada) y la cons­ representantes políticos de la Dictadura Militar
trucción de una ' Democracia Popular' , que intro­ a concordar un gran Acuerdo Nacional que impi�
dujera reformas políticas, sociales y económicas diera el desencadenamiento de una guerra civil
que orientaran nuevamente el país en el cami­ aislando políticamente a los "grupos extremis­
no al socialismo señalado por la experiencia de tas", que limitará temporalmente el mandato
la U nidad Popular. La otra, representada por la militar y que restaurará un difuso sistema demo­
Alianza Democrática (AD), tenía como referen­ crático. Entre 1 987 y 1 988 las negociaciones lle­
te hegemónico al Partido Demócrata Cristiano y vadas a cabo entre ambos sectores devinieron en
al él se sumaba una fracción, de matriz social­ la aceptación por parte de los partidos democrá­
demócrata, del PS y el antiguo PR. Su progra­ ticos del calendario político y del marco institu­
ma político planteaba el término de la dictadura cional definido por las autoridades militares para
militar mediante la movilización social pero sin restaurar el sistema democrático. Por su parte la
utilizar la lucha armada. Su meta era restaurar dictadura, que aspiraba a prolongar su manda­
el sistema democrático vigente en Chile hasta to político hasta 1 998, aceptó a regañadientes

74 75
1
:r
'¡·
el fallo adverso de las urnas en el plebiscito de 1 del movimiento popular chileno, el desarrollo
octubre de 1 988 y los resultados electorales de j de la lucha armada como una forma sostenida
de enfrentamiento al Estado burgués, (MIR,
diciembre de 1 989 que dieron como ganador al 1
representante de los partidos de la Concertación ..
1 "IV Congreso Nacional del MIR. Balance históri­
de Partidos por la Democracia (continuadora de ¡ co del M/R y su lucha revolucionaria", Santiago
la AD) , Patricio Aylwin y entregó el gobierno e n i de Chile, 1 988, p. 60).
marzo de 1 990. Abriendo de esta forma el cami. ­ '¡' En el ciclo que se inauguró en 1 983 y con ­
no a la Transición Política a la Democracia. cluyó e n 1 990, las operaciones más importantes
En este ciclo, las operaciones de la Estruc­ del MIR se iniciaron con la ejecución, el 30 de
tura de Fuerza Central del MIR experimentaron agosto de 1 983, del Intendente de Santiago, Ma­
un evidente decrecimiento. El fracaso de la ins­ yor General Carol Urzúa y de dos miembros de
talación del contingente guerrillero en Neltume su escolta. U rzua fue el responsable político de
( 1 98 1 ) y los fuertes golpes represivos sobre la la represión de las protestas populares que se
Fuerza Central mermaron considerablemente la verificaron entre mayo y agosto de 1 983, en su
capacidad operativa del grupo. De esta manera, condición de Intendente de la Región Metropoli­
'· tana. En un comunicado público, recogido en la
cuando se inauguró la insurrección general del
prensa de la época, el MIR señaló,
campo popular, a partir de las protestas del año �
1 983, el destacamento militar del MIR y con ello '
j «Está acción de ajusticiamiento contra uno de
su principal contingente orgánico ya se encontra­ '
·' los más sanguinarios exponentes de la dictadú­
ba prácticamente desmantelado. No obstante, la '¡¡ ra militar de los monopolios fue ejecutada por
evaluación realizada por el MIR respecto del Plan i el comando Miguel Enríquez. Ningún crimen
78 y de su fase temprana de implementación
continuaba siendo positiva. )
'
1
contra el pueblo quedará sin castigo. El pueblo
tiene legítimo derecho a emplear la violencia
-, ·
"Efectivamente entre 1 978 y 1 982 cometimos ' para combatir el crimen, el robo y la usurpa­
) ción de los derechos populares, («Resistencia
errores, y algunos muy graves como lo demues­
tran los reveses sufridos a partir de 1 98 1 en el '
1 se adjudicó el crimen", La Tercera, Santiago de
terreno militar. Pero estos errores no opacan
1
' '
Chile, 3 1 de agosto, 1 983, p. 1 7).

i
un hecho histórico evidente: en 1 976 el MIR Como represalia por la muerte de Carol Ur­
en Chile había llegado al borde de su aniquila­ zúa, los organismos de seguridad dieron muerte
miento orgánico, y en el exterior imperaba la ·r
1 en Santiago, el 7 de septiembre de 1 983, a los
desmoralización ideológica y política. El Plan j di rigentes del MIR y responsables de su Comisión

J
78 tuvo la virtud de percibir tempranamente Militar, Arturo Villabela Arauja y Hugo Ratier No­
la inversión de las tendencias en el movimiento guera. En los enfrentamientos armados perdie­
de masas y con audacia aprovecharlas para re­ .1. ron la vida, además, otros tres militantes de la

t;
tomar la iniciativa revolucionaria ( ... ) Nuestro organización. Arturo Villabela, el "Coño Villabe-
partido abrió, por primera vez en la historia
.

76 ·' 77
la" , fundador y destacado dirigente de la organi­ nea del suboficial de Ejército Alejandro del
zación , era uno de los cuadros con más experien­ Carmen Avendaño Sánchez y lesionó de grave­
cia en el aspecto militar. Su caída en combate dad al suboficial de la Armada, René Osvaldo
constituyó un duro golpe para la organización. Lara Arriagada, quien falleció a las 04:30 horas
de hoy en el Hospital Regional de Concepción.
Posteriormente el accionar del MIR se hizo Además resultaron lesionados dos oficiales y
episódico. Otros grupos armados, como el Fren­ un suboficial mayor de Carabineros de Chile,
te Patriótico Manuel Rodríguez ( FPMR) y el Com­ («En céntrico hotel de Concepción: 2 sargentos
plejo MAPU-Lautaro, relevaron al MIR en el pro­ mueren al desactivar una bomba, , La Tercera,
tagonismo de la lucha armada. No obstante, el Santiago de Chile, 27 de marzo, 1 985, p. 5).
MIR continuó realizando algunas acciones de alta
complejidad operativa. Entre ellas, la muerte Ese mismo año ( 1 3 de agosto) y en un pro­
en el Hotel Araucano de Concepción, el 25 de cedimiento similar perdió la vida, en la localidad
marzo de 1 985, de dos agentes de la C N I , René de Peñablanca, Región de Valparaíso, el tenien­
Lara Arriagada y Alejandro Avendaño Sánchez. te de la armada, adscrito a la C N I , Cesar Chesta
Estos resultaron muertos al estallar una bomba Mousset ( "Peñablanca: Oficial de Marina murió al
trampa en u na de las habitaciones del hotel. La desactivar una bomba " , El Mercurio, Santiago de
Dirección Nacional de Comunicación Social (DI­ Chile, 1 4 de agosto, 1 985, pp. A 1 y C 6). Por úl­
NACOS) , organismo de difusión del gobierno mili­ timo, el 26 de enero de 1 988, fue ejecutado en
tar, informó al respecto, ) 1 Santiago, con una bomba trampa, el mayor de
.
carabineros y Jefe de Operaciones Especiales del
"El día de ayer, 25 de marzo de 1 985, entre las GOPE, Julio Benimelli Ruíz ('<Víctima era Jefe del
2 1 :45 y las 22 :00 hrs, en la ciudad de Concep­ GOPE: Trampa Explosiva mató a Oficial de Cara­
ción, fueron interrumpidas las transmisiones bineros " , El Mercurio, Santiago de Chile, 27 de
de TVN con proclamas de carácter subversivo, enero, 1 988, pp. A 1 y A 1 0 ) .
emitidas por la radio clandestina "Liberación ",
cuya central para la RM fue desmantelada Pese a l fuerte desgaste q u e e l M I R había
por la Central Nacional de Informaciones en ,l venido experimentado desde 1 982 en adelante,
operativo de fecha 15 de diciembre de 1 984. ·'
particularmente por efecto de la política repre­
siva de la dictadura, su dirección política, sedu­
1
Personal de orden y seguridad constató que
tales emisiones se efectuaban desde el Hotel l
' cida por el ascenso experimentado por la lucha
Araucano, de esa ciudad, y procedió a ingre­ J
1 de masas, a partir de 1 983, continuó insistiendo
sar a la habitación número 1017, donde fueron ·,
1
en la necesidad de vincular la lucha social con
1
encontrados los correspondientes elementos la construcción de un poderosa fuerza militar.
de transmisión radial. Mientras se procedía a J En 1 985, un documento del Partido señalaba al
su revisión, detonó un artefacto explosivo de
J respecto,
alto poder, que ocasionó la muerte instantá-
)
\
78 )
·¡
79

¡

.,1
«En esta etapa, la centralidad debe ser la "Los chilenos queremos un Gobierno Provisio­
1
construcción de la fuerza revolucionaria y par­ i nal, donde no estén presentes los intereses del
1

)
tidaria y el desarrollo de la lucha armada para gran capital financiero y monopólico nacional y
dar un salto cualitativo en la guerra popular. extranjero; un Gobierno Provisional que lleve
'i
Y esto debe ser asumido ideológica, política y (' adelante la reorganización y democratización
prácticamente por el conjunto del partido. !' de las FF.AA. ; que disuelva los organismos re­
presivos y castigue a los asesinos y torturado­
:!l
No debe entenderse por centralidad táctica
ningún tipo de reduccionismo. ( ... ) no plan­ res; un Gobierno con una política económica
teamos descartar la lucha ideológica, el tra­ ·'
puesta al servicio de las amplias mayorías,
bajo de alianzas, la construcción del partido donde el capital financiero y monopólico sea
en los movimientos sociales, ni dejar de lado nacionalizado y puesto bajo la dirección de los
la movilización social ofensiva y la insurgencia trabajadores ( ... ) El Paro nacional del 2 y 3 de
de masas. Tampoco entendemos la resistencia julio [1985] debe servir para fortalecer la ver­
1 dadera alternativa democrática: la alternativa
armada ni la lucha guerrillera al margen de las .-. popular y revolucionaria. Las grandes mayorías
masas, como el enfrentamiento de dos apara­
tos militares.
J
.' nacionales no deben esperar nada de los actua­
Nuestra preocupación principal es construir un les dueños del poder y la riqueza. Sólo deben
,•

partido enraizado en las organizaciones y fren­ tener confianza en sus propias fuerzas y orga­
tes naturales de masas y una fuerza militar fir­ nizaciones, (MIR, "Llamado a los trabajadbres
memente anclada en bases revolucionarias de y al pueblo de Chile", Santiago de Chile, junio
masas, (MIR, "Pleno del Comité Central, 1 985. de 1 985, pp. 1 -2).
Acuerdos y resoluciones", Santiago de Chile,

)
1 985, p. 17). Esta fase en la intervención política del MIR
si bien se encuentra marcada por el decrecimien­
El ascenso de la lucha rupturista de masas to de su accionar armado a nivel de aparato es­
planteaba la opción de una salida revolucionaria pecializado, deviene en un explosivo crecimien­
a la crisis de la dictadura. Efectivamente, a par­ to de sus organizaciones de masas y milicianas.
tir de 1 983 el campo popular había recuperado el La militancia y la periferia mirista, especialmen­
protagonismo, las masas se desplegaban masiva­ te entre los jóvenes pobladores y entre los estu­
mente en el espacio público, cuestionando la po­ l diantes universitarios crecieron explosivamente.
lítica económica y la política represiva de la dic­ Entre estos cuadros destacaron figuran emble­
tadura; mientras que las organizaciones armadas )1 máticas de la lucha que el mirismo desplegó en
y los destacamentos milicianos redoblaban su ·,
la década de 1 980, como Eduardo, Rafael y Pablo
accionar político-militar. En este proceso el M I R
destacaba l a necesidad de l a búsqueda d e una
l Vergara Toledo; Araceli Romo, Paulina Aguirre y
Mauricio Maigret.
salida popular independiente a la crisis política. J

80
r,� 81

r
En este escenario la postrer política de le­ ro y Popular, (MIR, "Primer Paro Comunal,,
vantamientos populares, recogida de la expe­ El Rebelde, 2 12, Santiago de Chile, agosto de
riencia centroamericana, e implementada en los 1 984, p. 9).
barrios populares de la periferia de la capital, a
partir de 1 984, se convirtió en el último intento Pero este esfuerzo también resultó infruc­
mirista por revertir el colapso definitivo de la es­
tructura partidaria, a partir de la incorporación
j tuoso. I nmediatamente después del Paro de Pu­
dahuel se desató sobre la localidad una brutal
a la lucha miliciana de cientos de jóvenes pobla­ ,1 ofensiva represiva que desembocó en la prisión
dores. El acontecimiento más importante de esta y tortura de cientos de pobladores, en el encar­
etapa de ascenso de las luchas populares fue el celamiento prolongado de varias decenas y en la
denominado Paro Comunal de Pudahuel, realiza­ desarticulación profunda de la organización so­
do el 26 de j ulio de 1 984. En esa ocasión miles de cial y miliciana de la localidad .
pobladores de esa populosa comuna de la zona
poniente de Santiago detuvieron sus actividades "La línea estratégica de los levantamien tos lo­
regulares y se movilizaron a lo largo de todo el
día en una serie de acciones de protesta antidic­ ) '
cales fracasó. El MIR sufrió un nuevo revés es­
tratégico- táctico, pero esta vez no se limitó al
tatorial: Marchas callejeras, corte del alumbrado 3 sector militar, sino que afectó gravemente to­
das las estructuras partidarias, revirtiendo el
público, levantamiento de barricadas, saqueo de \
¡

supermercados, hostigamiento a los soplones y proceso de crecimiento orgánic.o, quebrando su


enfrentamientos con la policía. En estas acciones iniciativa política, debilitando su vinculación
jugaron un rol fundamental las Milicias de la Re­ orgánica con el movimiento de masas, debili­
sistencia Popular que acompañaron la moviliza­ tando aún más su capacidad militar. Fue este
ción social resguardando con armamento casero revés, el que terminó de producir el proceso de
y automático el despliegue de los pobladores. La crisis que ha afectado al partido desde 1 985 en
evaluación realizada por el MIR de esta moviliza­ adelante, (MIR, "IV Congreso Nacional del MI R.
ción local fue particularmente positiva. Balance histórico del MIR y su lucha revolucio­
naria" , Santiago de Chile, 1 988, p. 74).
"Este primer paro local reafirma la potencia
del pueblo, su capacidad para combinar en una
·¡ No obstante, el importante nivel de inserción
misma acción sus organizaciones y fuerzas po­ �
,1 orgánica del MIR entre los sectores más radicali­
pulares y milicianas, para desarrollar todas las f
zados del movimiento poblacional, no le permi­
formas de lucha y disputar momentáneamente tieron recuperar la base de cuadros drenados por
el control que la dictadura ejerce sobre el te­ el accionar represivo de los organismos de segu­
rritorio. Con represión o sin ella, el ejemplo de ridad . La visibilización social y política del MIR
Pudahuel será seguido en las futuras jornadas se incrementó de manera importante a partir de
de lucha con nuevas protestas y paros comuna­ la apertura de espacios para la representación
les, en el camino hacia el paro Nacional, Obre- pública del partido -especialmente en torno a

82 83
'

i
.,
1

'· Efectivamente, la crisis interna iniciada en


las figuras de Rafael Maroto y Jeckar Neghme-,
pero ello no se tradujo mecánicame nte en el 1 1 98� , como consecuencia del fracaso de la Ope­
_ Retorno y de la muerte o encarcelamiento
racJOn
fortalecimie nto de la línea militar propia. Por el
<•

,1 de cientos de militantes, se cierra a comienzos de


contrario, la misma, comenzó a ser duramente '
1 987 con la división del partido en dos grupos que
impugnada desde la dirección de la Comisión Na­ manifiestan lineamientos estratégicos diferentes,
cional de Masas, punto de partida del quiebre
definitivo del Partido. La crisis interna se mani­
(. . .) el grupo que ha terminado por separarse
festó, a fines de 1 986, como un cuestionamie nto
"

del MIR [encabezado por Nelson Gutiérrez] no


explícito a los acuerdos alcanzados por el Comi­ ..
cree realista ni posible lograr en este período la
té Central, entre otros, el acuerdo de fortalecer
salida popular independiente por la cual lucha­
la alternativa democrático -popular, rechazando
mos. Por lo tanto formula planteamientos estra­
las negociaciones y claudicacion es; la lucha por
tégicos, tácticos y organizativos acordes con su
un gobierno democrático -popular y revoluciona ­ \
visión marcada por el derrotismo.
rio que derrocara a la dictadura y condujera al ] Los planteamientos de ese grupo han sido
socialismo; y especialmen te el énfasis colocado ) rechazados no sólo por la mayoría del Comi­
por el acuerdo en la construcción y fortaleci­ ·'
té Central sino también por los más amplios
miento de la fuerza militar propia, orientada a '
sectores del Partido que se han pronunciado
favorecer el despliegue de las movilización de ,1
al respecto es por eso que antes de sufrir una
masas y derrotar al aparato armado del enemigo. ) definitiva derrota en el IV Congreso Nacional
Los llamados al respeto a la institucionali dad y la ·'
que el MIR inicia en la clandestinidad, el grupo
disciplina partidaria ya no surtían efecto, 1

l fracciona/ decidió separarse del partido, (MIR,


«El centralismo democrático es un rasgo que « Columna del Comité Central. En el MIR no
,1 cabe el derrotismo", El Rebelde, 237, Santiago
distingue a una organización revolucionaria
�' . de Chile, marzo de 1 987, p. 4).
de lo que es un partido pequeño burgués: en
este prima el caudillismo y el individualismo.
El resultado de ello es la dispersión política
) El núcleo principal de la controversia se en­
J
e inevitablemente la descomposición ideológi­ '
•'
contraba en la estrategia de acumulación polí­
ca, con sus secuelas de desviaciones, reformis­ \
tico-militar. Mientras el grupo encabezado por
mo, derrotismo, etc. Una época de dictadura, ) Nelson Gutiérrez enfatizaba la necesidad de ligar
con coyunturas de gran complejidad como la
'
cada vez más al Partido con los frentes de masas
actual, es caldo de cul tivo para este tipo de ) incluso acompañando a los sectores populares e �
•'
situaciones, (M/R, «Columna del Comité Cen­ la experiencia de votar NO en el plebiscito de
tral. Mayoría y minoría", El Rebelde, 233, no­ 1 988. El grupo encabezado por el Secretario Ge­
viembre de 1 986, p. 5).
) neral del Partido, Andrés Pascal, insistía en las
definiciones adoptadas a fines de la década de
1 970; se trataba de construir un Partido, en el
í
'¡1 85
84 '
seno del pueblo, que acompañará el despliegue V 1 1 1 . 0 EL COLA PSO DE LA ORGANIZACIÓN A LA CUL ­
político y militar de las masas. No obstante, am­
bas estrategias se verían confrontadas por un es­
l
•,
TURA MIRISTA ( 1987-201 2 )

cenario político vertiginoso que conduciría de ma­


nera expeditiva a una transición negociada, en la
cual organizaciones como el MIR no tenían cabida.
La crisis de 1 987 se manifestó, primero,
como una crisis en la dirección del Partido. Esta
crisis involucró de manera directa a la Comisión
•'
Política y al Comité Central, pero las bases del
Partido y sus frentes de masas permanecieron
inicialmente ajenos a la misma. La rígida com­
partimentación de la vida partidaria y el carác­
ter centralizado de las decisiones políticas que
se adoptaban impidió que los temas que precipi­
taron la ruptura fueran discutidos ampliamente
por la militancia. Por ello las bases, a nivel re­
gional y local, se fueron enterando de manera
.. '
fragmentada y parcial tanto de los temas en dis­
cusión como de las tendencias y fracciones que
se habían venido incubando. En última instancia
operaron como factores de adhesión y continui­
dad tanto el respeto a la disciplina partidaria (en
1 este caso al centralismo democrático que sancio­
'

1
1
naba tanto la investidura del Secretario General,
como a la postura de mayoría del Comité Cen­
tral) y las lealtades y relaciones de camaradería
) a nivel personal que la militancia construía con

1
sus respectivos encargados o enlaces. De esta
1
manera la crisis se fue desarrollando de manera
) lenta y escalonada. Tras la ruptura en el Comité
Central, se trasladó a la Comisiones (en especial
1
la Comisión Nacional de Masas) , luego a los re­
gionales, para concluir en los comités locales.
Muchos militantes, profundamente desconcer­
)1
tados y molestos con lo que estaba ocurriendo,
congelaron su militancia y muchos más perdieron

86
f1
1 87
:1
{
la convicción en las tareas que realizaban . De so (desde los socialis tas renovados a la derech a
esta manera se dio inició a un proceso de frag­ pinoche tista) qu � �ste hab �a s_i do exitoso y que
. de nmgun
no .era la d1spos1 c1on
mentación que, más tarde, culminaría con la sector político
autodisolución de la fracción liderada por Nel­ raciOna l restaur ar el "inefici ente" Estado de
son Gutiérrez, y con las sucesivas rupturas que Bienesta r de los años setenta . Por el contrari o
afectaron al Partido dirigido por Andrés Pascal.
Efectivamente, tras el IV Congreso del Partido
� las autorid ades de la Concertación recrear on un �
'imagen modéli ca ' de país que se vendía eficien ­
realizado en 1 988, y la nominación de una nue­ �
•,·
temente en el exterior, lo cual incidió notable ­
mente en el i ncremen to de la inversión trans­
va dirección nacional, se escindió de este grupo ,,

naciona l en el sector primari o. En ello también


\

la Comisión Militar, liderada por Hernán Aguiló


(el " Nancho") y la Estructura de Aseguramientos influyó el que las autorida des concert acionist as
conducida por René Valenzuela (el "Gato"). Am­ profund izaron la política privatiz adora de la dic­
bas agrupaciones tendrían derroteros diferentes. tadur� entre� ando las últimas empresas públicas
Mientras la Comisión Militar apostó por la cons­ a cap1tal pnvado naciona l y extranje ro. Entre
trucción de un partido clandestino, centrado en la otras, las nuevas prospecciones en materia mine­
formación y desarrollo de una estructura militar; ra, EMPORC HI , empresas sanitari as, etc. A su vez
el grupo de Valenzuela se vinculó estrechamente la P.olítica impositi va, tanto aquella que grava al
a las luchas políticas y militares en España, Perú y c ?�1tal naciona l como al extranje ro, experim en­
Centroamérica. to Importa ntes reduccio nes, lo cual estimuló aún
más la inversió n de capitale s.
El contexto político nacional de comienzos
de la década de 1 990 acentuó la crisis del MIR. La política pública en materia social orien­
El régimen democrático (en cuanto a su origen ) q
tad � a li g uidar las profundas inequidades ue ge­
que inició la transición de Chile a la plena de­ nero la dictadura militar, se definió en función de
1
mocracia, lo hizo sobre las bases institucionales 1 los denominados "grupos vulnerables" : Los cor­
definidas por el régimen dictatorial y bajo la d ?nes de margi � alidad periférica en las grandes
constante presión de una intervención militar CIUdades (esp ecialmente en Santiago), los jóve­
restauradora (A. Joignant, 1 999). Los acuerdos /1 nes, los anc1anos y las mujeres (especialmente
.
políticos suscritos por la oposición democrática . las J efas de hogar), sobre la base de una estra­
con la derecha a fines de la década de 1 980 de­ tegia focal de n aturaleza paliativa. Ello, eviden­
terminaron la generación de un escenario político temente, no resolvió los problemas estructura­
para la década de 1 990 signado por las insuficien­ les de pobreza, subocupación y marginalidad de
cias sociales e institucionales y por un arraigado quienes viven en dicha condición. Los pobres de
temor a las FFM. la c� udad, los jóvenes, los ancianos y las muje­
res J efas de hogar continúan siendo los sectores
Los acuerdos antes referidos garantizaron sociales más golpeados por las inequidades del
la continuidad del modelo económico neolibe­ sistema económico. Pero con un factor subjetivo
ral, por cuanto se impuso como amplio cansen-

88 89
tónomo y el MAPU-Lautaro. Todas ellas gozaban,
asociado, la mayoría de e�los perdió l�s esperan­ hasta la etapa final de la dictadura militar, de un
zas en la alegría que vema y la confianza en el relativo respaldo social, especialmente entre los
sistema democrático, y comenzaron a buscar a sectores más pobres de la población, derivado
del carácter abierto, y en muchas circunstancias
'

través de la transgresión social y delictiva, mejo­


rar, aunque sea pasajeramente, sus condiciones � épico, que adquirió la lucha insun::1ente.

l
de vida.
La situación del MIR, a comienzos de la dé­
Por otra parte, la institucionalidad política cada de 1 990, era particularmente compleja. El
heredada de la dictadura m ilitar si bien fue ob­ agotamiento programático de la izquierda chile­
jeto de cambios cosméticos � � amo � a derogación na, la consolidación de la estrategia de transición
. negociada y la liquidación del socialismo real re­
del Artículo 8 de la Constituc10n Pol1t1ca de 1 980,
que ponía fuera de la ley a los partidos y olíticos presentado por la URSS y los países de Europa del
que propiciaran la lucha de clases), no �10 alter� ­ Este, aceleraron la descomposición orgánica de
da sustantivamente su naturaleza antJdemocra­ los partidos revolucionarios. Los últimos grupos
tica ni mucho menos su carácter antipopular y del MIR chileno alzados en armas contra la de­
,1
exc luyente. Aspectos centrales del régimen insti­ mocracia, como la Comisión Militar (MIR-CM) , el
_ Ejército Guerrillero de los Pobres (MI R-EGP) o el
tucional definido en dictadura, como el Tnbunal
Constitucional, el Consejo Superi? r de Seguridad, Destacamento Mirista Pueblo en Armas (DMPA),
el rol subsidiario del Estado o el s1stema electoral que alcanzaron a realizar algunas expropiacio­
binominal, continúan siendo parte fun.damental nes financieras, atentados contra partidarios de
del andamiaje del Estado contemporaneo. _ la dictadura y acciones de propaganda armada,
fueron rápidamente encuadrados y liquidados
Este proceso, absolutamente ajeno a la por lo aparatos de seguridad del Estado.
estrategia y a la voluntad política del MIR Y de
otros destacamentos a rmados (como el FPMR Y el El grupo mirista más activo durante la fase
MAPU-Lautaro), fue ampliamente rechazado p� r de transición temprana fue el MIR-Comisión Mili­
las organizaciones armadas. Anclados en un d J­ tar. Este grupo, surgido de las sucesivas escisio­
seño estratégico original y de espaldas al refluJ_ o nes que vivió el MIR inmediatamente después de
experimentado por el movimiento de masas, las la crisis orgánica de 1 986, se mantuvo en armas
organizaciones revolucionarias se embarcaron hasta 1 992. Ya en octubre de 1 988, inmediata­
en una guerra de aparatos que concluyó con la mente después del plebiscito en el cual fue de­
aniquilación de las organizaciones que la prota­ rrotada la dictadura militar, esta organización
gonizaron. manifestaba su oposición a cualquier tipo de
acuerdo político que supusiera la continuidad
Efectivamente, a comienzos de la década de del modelo económico y político impuesto por
1 990 tres organizaciones político-militares conti­ los militares. En su "Propuesta de Paz" sostenían
nuaban enarbolando la estrategia de la lucha ar­ que no se podría alcanzar la pacificación del país
mada como recurso político: el MIR, el FPMR-Au-

91
90
mantenido la represión como instrumento de entre los cuales destacan , la muerte de Araceli
control social, el modelo económico de merca­ Romo y Pablo Vergara (dirigentes del MIR-CM), el
do y la institucionalidad política de la Dictadura. 5 de noviembre de 1 988, mientras colocaban una
Más enfáticos eran respecto de la problemática bomba en las antenas repetidoras de TV del ce­
de derechos humanos cuando indicaban, que no rro Mariposas en Temuco; y el fallecimiento, en
habría paz si se consagraba la impunidad para • similares circunstancias, de Gloria Rivas Avello y
quienes habían ejecutado, torturado y hecho Miguel Ángel Silva Soto, el 24 de abril de 1 991 ,
desaparecer personas (MI R-CM, ,,Editorial. Aho­ en la ciudad de Viña del Mar (su objetivo era la
ra: Fuera Pinochet y el régimen asntipopular", El residencia del vicepresidente del Senado, el mi­
Combatiente, 4, 1 988, pp. 2-3). litante de la UDI y empresario naviero, Beltrán
Urenda Zegers). Por último, el 1 de diciembre de
Esta perspectiva se hacía cargo claramen­ 1 993, m uere en un enfrentamiento con carabi­
te de los problemas derivados de la instalación neros en la población El Castillo, comuna de La
de la dictadura militar y del proyecto político Pintana, el dirigente del MIR, José Araneda Sua­
y económico que ésta representaba. Evaluaba zo; que había participado en el atentado contra
que el modelo de reorganización neoliberal de el intendente de Santiago, el general de ejército
la economía y la sociedad y que el costo político Carol Urzua, en 1 983.
de dicho proceso ( las violaciones a los derechos
humanos), no serían alterados por la Concerta­ Los costos de esta opción fueron muy altos.
ción. Pero más allá de ello este sector continua­ Durante la primera fase de la transición a la de­
ba considerando la lucha armada como un com­ mocracia ( 1 990- 1 996), decenas de militantes re­
ponente fundamental de toda estrategia política volucionarios fueron asesinados por los organis­
de transformación (MIR-CM, «Análisis. El desafío mos de seguridad al servicio de la burguesía y de
de los núcleos revolucionarios" , El Combatiente, la Concertación y a lo menos doscientos purgaron
6, 1 989, p. 4). El núcleo fundamental de la pro­ largas condenas de prisión en los módulos y cala­
puesta mirista era el reagrupamiento de los re­ bozos de la Cárcel de Alta Seguridad. El Estado,
volucionarios. Ello se sustentaba en un diagnós­ durante la administración de la Concertación,
tico optimista de la movilización social de masas combinó la estrategia del aniquilamiento, par­
y en el reconocimiento de la capacidad operati­ ticularmente contra el Complejo MAPU-Lautaro
va de las organizaciones revolucionarias surgidas y la creación de organismos especializados en el
durante la dictadura. No obstante, las principa­ manejo de la información y la infiltración : " La
les acciones armadas del mirismo en esta eta­ Oficina" ( 1 991 ) y la dictación ( 1 992) de la Ley de
pa conllevaron reveses decisivos. Tras el exitoso Arrepentimiento Eficaz. Desde esta misma pers­
atentado con explosivos contra el jefe del G ru­ pectiva el manejo de los medios de comunicación
po de Operaciones Policiales Especiales (GOPE) , no sólo permitió construir una imagen satanizada
Julio Benimelli Ruiz, e l 2 6 de enero d e 1 988 se del transgresor, también relevó el poder del Es­
sucedieron una serie de fracasos operativos, tado para aniquilar a sus enemigos -asesinato de

92 93
militantes del FPMR por TV en enero de 1 992 y al MIR a mediados de la década de 1 960 y que
cobertura mediática a la Matanza de Apoquindo, trabajaron en su reconstrucción orgánica des­
pués del golpe de Estado de 1 973. Son los "pa­
1 993-.
. teadores de piedras" que asumieron la lucha an­
Complementariamente, el principal objeti­ tidictatorial y que no vieron reflejadas sus ansias
vo de la prisión política era romper el vínculo de libertad y de justicia social, en la democracia
entre los militantes rebeldes y los potenciales castrada que se consolidó con los gobiernos de la
cuadros de la intervención revolucionaria (P. Ro­ Concertación. No obstante esta rebeldía popular
sas, 2004: 1 50- 1 71 ). En función de este objetivo, no era pura negación, también era depositaria y
tanto la detención como el uso de la tortura se mensajera del proyecto histórico mirista. En ese
convirtieron, también, en instrumentos de con­ sentido el "expresionismo rebelde" de los años
trol social. No obstante los esfuerzos aniquilado­ noventa es la expresión contemporánea de la
res del Estado burgués, la cárcel, -el espacio del ira popular, la misma que desbordaba las calles
hacinamiento, la vigilancia permanente, la se­ de las ciudades chilenas en el siglo XIX, durante
gregación, el asilamiento y la rutina represiva-, los motines populares y que asolaba los campos
fueron resignificados como espacios de tránsito con el bandolerismo rural. Esta ira popular fue
y lucha. Una forma de resistir y emplazar a las reinterpretada por las organizaciones rebeldes y
tecnologías del poder de las cuales nos habla traducida en un discurso-acción política que de­
Foucault. Al respecto, Pedro Rosas señala: manda el protagonismo popular en el ahora. La
indignación , individual y colectiva adquirió, en
"La necesidad y conciencia de esta transito­
ese sentido, densidad histórica (P. Rosas, 2004).
riedad, de este "no quedarnos" y sólo pasar,
habita una celda estrecha con el coexistir y No obstante la profundidad y extensión de la
realizar, a la vez, interacciones no destructi­ crisis que afectó a la MIR a partir de 1 986; a con­
vas con los otros y llegar a ser nosotros, en trapelo de los devastadores efectos que tuvo la
un lugar... indeseado e indeseable. El camino ' represión política sobre el conj unto de las orga­
1
posible y reforzado por el grupo de pares es la ; nizaciones rebeldes durante la década d � 1 990;
ocupación y dominio del espacio y el tiempo; y transitada poco más de un década del� tercer
la "toma", su resignificación espacial y tempo­ milenio, varios grupos continúan reivindicando
ral para hacerlo ya no puramente tormentoso, el legado político, ideológico y simbólico que
sino maleable a la supervivencia individual y instalara el M I R a partir de 1 965: el impulso de
en la medida de las posibilidades, "propicio" a una estrategia anticapitalista y antiimperialista;
la continuidad de la reflexión y praxis rebelde, la construcción de una amplia alianza social de
(P. Rosas; 2004: 1 72). base popular; la formación de un partido de cua­
dros profesionales; una orientación estratégica
Pero estos militantes revolucionarios cons­
tituyen una nueva generación de combatientes. ), que releva la construcción y defensa del poder
popular; y, fundamentalmente, una perspecti-
No son los veteranos militantes que dieron origen
'

J
1 95
94 :.


'
'
,.
va de poder que instala la Guerra Popular Re­ '·
Sin duda existe una base social, cultural y
volucionaria, como eje vertebrador estratégi­ 1
política que es expresión de continuidad de las
co (MI R, Porque seguimos siendo MIR, Santiago luchas revolucionarias y que enarbola intuitiva­
de Chile, 2008. En : http: / / chile-mir.org/index. ¡'
mente el legado programático del movimiento
php?option=com content&task=view&id= 1 83 & j popular chileno. Pero se trata, también de un
ltemid=37). Una nueva generación de miristas, movimiento social que aun no logra dar el salto
para un proyecto revolucionario inconcluso. de la protesta social a la lucha política revolu­
cionaria. En ese punto su déficit fundamental se
Pero incluso, más allá de las filas que se re­ encuentra en el la construcción del instrumento
conocen orgánicamente en el mirismo, múltiples revolucionario. Hoy más que nunca es necesario
grupos, colectivos y organizaciones populares, se avanzar hacia la construcción de dicho instrumen­
identifican con el proyecto histórico que encarnó to. No se trata de reeditar o de reconstruir la an­
el MIR, con su opción estratégica (construcción tigua vanguardia. Es necesario hacerse cargo de
de poder popular) o con su diseño político-militar que asistimos a un nuevo escenario social, eco­
(partido de cuadros para la guerra). Otros, aún, nómico y político y que en el mismo se requiere
hacen flamear las banderas rojinegras, rayan las nuevos instrumentos, capaces de dar cuenta de
murallas con consignas que reivindican a la Resis­ dichas transformaciones y de las nuevas formas
tencia Popular o portan carteles con imágenes o de construcción de la movimientalidad popular.
frases del secretario general del Partido: Miguel Pero también se necesita articular más estrecha­
Enríquez Espinoza. Se trata de esa amplia, varia­ mente lo social y lo político a objeto de recons­
da, pero también arraigada cultura mirista, que truir la plataforma programática sobre la cual
se resiste a desaparecer y que continúa siendo descansa el proyecto revolucionario y desarrollar
un soporte fundamental del proyecto revolucio­ una estrategia global de enfrentamiento con el
nario en Chile. Estado burgués que contemple desarrollar un
Es precisamente en los nuevos movimientos proceso de acumulación de fuerza social política
sociales donde la cultura mirista ha alcanzado y militar, capaz de arrebatarle efectivamente el
un mayor grado de desarrollo y extensión . En las
organizaciones y colectivos estudiantiles, en el \
1
poder a la clases dominantes y avanzar hacia la
construcción de una nueva sociedad. \
sindicalismo de base y en las agrupaciones popu­
lares a nivel barrial. Se trata de organizaciones
en las cuales se reivindica un proyecto de trans­ ,1
formación revolucionaria clasista y autónomo; ·'
en las cuales se práctica la acción directa como 1

forma preferente de intervención política; en las


cuales se esgrimen con orgullo las imágenes de
los héroes populares: Ernesto "Che" Guevara, ,1
,. ,
1
'
Miguel Enríquez y los Hermanos Vergara Toledo.
.1
1
96 '1 97
i

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1 00 101
AN EXOS

\
DECLARAC IÚN DE PRINCIPIOS DEL M I R

E l MIR s e organiza para ser l a vanguardia


marxista-leninista de la clase obrera y capas
oprimidas de Chile, que buscan la emancipación
nacional y social. El MIR se considera el auténtico
heredero de las tradiciones revolucionarias
chilenas y el continuador de la trayectoria
socialista de Luis Emilio Recabarren, el líder
del proletariado chileno. La finalidad del M I R
e s e l derrocamiento del sistema capitalista
y su reemplazo por un gobierno de obreros y
campesinos, dirigido por los órganos del poder
proletario, cuya tarea será construir el socialismo
y extinguir gradualmente el Estado hasta
llegar a la sociedad sin clases. la destrucción
del capitalismo implica un enfrentamiento
revolucionario de las clases anatagónicas.

11

E l MIR fundamenta s u acción revolucionaria


en el hecho histórico de la lucha de clases.
)1 Los explotadores, por un lado, asentados en la
1 propiedad privada de los medios de producción
1
y de cambio; y por otro, los explotados, mayoría
) aplastante de la población que sólo cuentan
con la fuerza de trabajo, de los cuales la clase
burguesa extrae la plusvalía. El MIR reconoce
al proletariado como la clase de vanguardia
revolucionaria que deberá ganar para su causa
a los campesinos, intelectuales, técnicos y
·

clase media e�recida. El MIR combate

1 05
intransigentemente a los explotadores, orientado condiciones objetivas suficientes para realizar
en los principios de la lucha de clase contra la revolución socialista; que no hay proletarios
clase y rechaza categóricamente toda estrategia "maduros e inmaduros" . Las luchas por la
tendiente a amortiguar esta lucha. liberación nacional y la reforma agraria se
han transformado, a través de un proceso de
111
1 <
revolución permanente e ininterrumpida, en
1 revoluciones sociales, demostrándose así que
El siglo es el siglo de la ag6nía definitiva del :1 sin el derrocamiento de la burguesía no hay
sistema capitalista. El desarrollo de la técnica posibilidades efectivas de liberación nacional y
no ha servido para evitar las crisis periódicas, reforma agraria integral, tareas democráticas
los millones de desocupados y la pauperización que se combinan con medidas socialistas.
1
a causa de que en el régimen capitalista la '¡
producción es social, pero la apropiación es '
La revolución en los países coloniales y
individual. El sistema capitalista en su etapa semicoloniales no ha resuelto aún los problemas
superior, el imperialismo, no puede ofrecer básicos del socialismo. Mientras la revolución no
a la humanidad otra perspectiva que no sea triunfe en los países altamente industrializados
el régimen dictatorial y la guerra como un siempre estará abierto el peligro de una guerra
intento último para salir de su crisis crónica de nuclear y no se podrá alcanzar la sociedad sin
1
estructuras. Pretende ocultar en determinados
,1 clases. El imperialismo no será derrocado con
periódos, su régimen de dictadura burguesa, 1 la mera competencia económica entre los
ejercido a través del Estado opresor, hablando 1
regímenes sociales opuestos en un mundo formal
en abstracto de la libertad, pero sus condiciones de coexistencia pacífica, sino por medio de la
lo llevan inevitablemente al fascismo. revolución socialista en los propios bastiones del
imperialismo.
IV
V
El rasgo más sobresaliente de este siglo
es el carácter mundial que ha adquirido el
1
'¡ Las condiciones objetivas están más que
proceso revolucionario. Todos los continen ��s 1

maduras para el derrocamiento del sistema


han sido sacudidos por la historia y la relac10n capitalista. A pesar de ello, el reformismo y
de fuerzas entre las clases ha cambiado en un revisionismo siguen traicionando los intereses
sentido desfavora.ble al imperialismo. Un tercio del proletariado. De ahí que la crisis de la
de la humanidad -más de mil millones de humanidad se concretiza en la crisis de dirección
personas- ha salido de la órbita del capitalismo mundial del proletariado. Sin embargo, el
y está construyendo el socialismo. El triunfo proceso revoluci O(l ario de las últimas décadas
de la revolución en numerosos países atrasados ha producido una c-r:.isis en los partidos políticos
ha demostrado que todas las naciones tienen tradicionales de izquierda, y han comenzado a

1 06 1 07
surgir movimientos revolucionarios nuevos que realizar las "democráticas" combinadas con las
abren la perspectiva histórica para la superación socialistas, es el proletariado, a la cabeza de los
de la crisis de dirección del proletariado. campesinos y de la clase media empobrecida.

VI , VIl

Chile se ha convertido en un país


L s directivas burocráticas de los partidos
semicolonial, de desarrollo capitalista atrasado, _ �
desigual y combinado. A pesar de su atraso, Chile tradJCJonales de la izquierda chilena defraudan
no es un país agrario sino industrial y minero. En las esperanzas de los trabajadores; en vez de
1 50 años de desgobierno, las castas dominantes luch � r por el derrocamiento de la burguesía,
han retrasado la agricultura, la minería y la se l1m 1tan a plantear reformas al régimen
_ _
industria, han entregado nuestras principales cap1tahsta, en el terreno de la colaboración
fuentes de producción al imperialismo de clases, engañan a los trabajadores con una
hipotecado la independencia nacional con pacto� danza electoral permanente olvidando la
y compromisos internacionales; han convertido a acción directa y la tradición r�volucionaria del
Chile en uno de los países con más bajo promedio proletariado chileno. Incluso, sostienen que se
de vida, de más alta mortalidad infantil, de mayor puede alcan �a � el socialismo por la "vía pacífica y
analfabetismo, déficit alimenticio y habitacional. parlamentana , como si alguna vez en la historia
La trayectoria de las clases dominantes desde de las clases dominantes hubieran entregado
la declaración de nuestra independencia en el voluntariamente el poder.
siglo pasado hasta el presente, ha demostrado la ) El MIR rechaza la teoría de la "vía pacífica"
incapacidad de la burguesía criolla y sus partidos 1
porque desarma políticamente al proletariado
para resolver las tareas democrático-burguesas ) Y por �esultar inaplicable, ya que la propia
que son, fundamentalmente, liberación
nacional, la reforma agraria, la liquidación de b � rgues1a es la que resistirá, incluso con la
los vestigios semifeudales. Rechazamos por diCtadura totalitaria y la guerra civil antes de
consiguiente, "la teoría de las etapas" que entregar pacíficamente el poder. Re�firmamos
establece equivocadamente, que primero hay el p �incipio marxista-leninista de que el único
que esperar una etapa democrático-burguesa, �ammo P��a derrocar al régimen capitalista es la
dirigida por la burguesía industrial, antes de que msurrecc10n armada.
el proletariado tome el poder. 1
1 VI I I
Combatiremos toda concepción que aliente
Frente a estos hechos, hemos asumido la
ilusiones en la "burguesía progresista" y
respons � bilid�d de fundar el M I R para unificar,
practique la colaboración de clases. Sostenemos
enfáticamente que la única clase capaz de
por enCJma d\ todo sectarismo, a los grupos

1 08
'
)
1 09
, •
'
militantes revolucionarios que estén dispuestos DISCURSO DEL S ECRETAR 10 G ENERAL DEL M I R ,
a emprender rápida, pero seriamente, la MiGUEL E NRÍQUEZ E SP I NOSA, E N EL T EATRO
preparación y organización de la Revolución (AUPOL ICÁN, EL 1 7 DE J UL 10 DE 1 973 1
Socialista Chilena. El MIR se define como una
organización marxista-leninista, que se rige por
los principios del centralismo democrático. Compañeros trabajadores,
compañeros dirigentes de las organizaciones de ma­
CHILE-;- SEPT I EMBRE DE 1 965 sas, compañeros dirigentes de otras organizaciones
políticas, compañeros del Movimiento de Izquierda
Revolucionaria:

En las últimas semanas el país ha sido sacu­


1
dido por graves y agudos conflictos. La lucha de
1 clases se ha agudizado mostrando al desnudo las
'¡ contradicciones de la sociedad. En una rápida su­

1
cesión de hechos y choques, los trabajadores han
ocupado el lugar protagónico en el escenario de la
lucha política. La clase obrera y el pueblo atrin­
cherados en los fundos y fábricas, enfrentan a sus
enemigos de clase que les acechan y amenazan.
Nos reunimos nuevamente en este Caupo­
licán para recoger la experiencia de estos días
de lucha, analizar los acontecimientos y fijar los
próximos objetivos.
Pero éste no es sólo un acto de análisis, éste
,1 es un acto de preparación para los próximos en­
1 frentamientos, éste es un acto de combate, éste
es un llamado a la clase obrera y al pueblo a reafir­
J

1
mar su decisión combativa y a reemprender con
más fuerza que nunca la lucha sin cuartel contra
las clases patronales, contra los Frei, contra los
Jarpa, contra los enemigos de nuestro pueblo.
Aquí señalaremos nuestra política y nuestra
táctica para esta coyuntura y los próximos com-

' "Discursos Miguel Enriquez", Colección Documentos, Ediciones


Escaparate, Concepción, 2003.

l
1 10 '
·'
111
{
� rizado en grado extremo. Dos enormes bloques
bates. Las clases patronales pondrán el grito en sociales se han constituido.
el cielo: que chillen, hay intereses de clase, poder )
•' Por un lado, la clase obrera y el pueblo
y riqueza que ellos quieren conservar y nosotros ,1 extensamente activados y movilizados, dieron
empujamos a los trabajadores a arrebatárselos. '•
1
un salto enorme en organización y conciencia,
Pero hay también otros, en la izquierda, que '¡,
que desarrollaron grandemente su capacidad de
han pretendido cuestionar el derecho del MIR a ) defensa, que tomó la iniciativa y tomó nuevas
proponer una táctica a las masas. posiciones en fábricas y fundos, levantando un
Lo que señalaremos es la táctica que el MIR poderoso dique al golpismo y al chantaje político
propone a la clase obrera y al pueb lo, y/al con­ junto a los suboficiales, soldados y carabineros y
_ que un ex­
junto de la izquierda. Esta es la táctica j unto a los oficiales antigolpistas.
tenso sector de los trabajadores ha venido impul­
sando y es la que el MIR impulsará, les guste o no j
• 1
Por otro lado, las clases patronales (*) . . . sin
banderas, desarmadas políticamente, sin base
les guste a las clases patronales y a los vacilantes. 1
popular, se atrincheró en la institucionalidad y
La fortaleza de la clase obrera y el pueblo '¡
' desde allí empezó a presionar y a mover sus in­
hicieron fracasar la anterior política freísta de ,1 fluencias en la alta oficialidad reaccionaria para
arrinconar a los trabajadores por medio de una ,1 que las Fuerzas Armadas actuaran abiertamente
movilización reaccionaria, con rasgos populistas, 1 en la defensa de sus intereses.
que al coincidir con un conflicto institucional les ) Los reaccionarios abrieron un proceso de
permitiera arrastrar a las Fuerzas Armadas. 1 deliberación en los cuarteles, incitando al gol­
Después que un grupo armado del Partido '1 ¡ pismo, cuyas manifestaciones más inmediatas
Nacional, desde los (*) . . . y asesinaba trabajado­ 1
fueron abortadas por la suboficialidad y por la
res, la Democracia Cristiana y el Partido Nacional 1 oficialidad antigolpista.
se permiten acusar a los trabajadores de organi­
zar grupos armados y exigen su disolución, repre­
) Era el momento de dar un salto adelante en
,1 la contraofensiva, de extender la toma de posi­
sión y aplastamiento, amenazando con declarar 1
ciones y de golpear a las clases dominantes. La
inconstitucional al gobierno y derrocarlo si éste \ clase obrera y el pueblo así lo entendieron y lo
no cumple con la honrosa tarea de reprimir las
organizaciones populares.
)
'
pusieron en práctica. Vacilaciones en el gobier­
no no acompañaron la disposición ofensiva de los
·'
Que no se equivoquen los reaccionarios: la 1 trabajadores en lo inmediato. Ello permitió a las
clase obrera y el pueblo no aceptarán estos chan­ ) clases patronales readecuar su táctica: empla­
tajes, no darán un paso atrás y seguirán multipli­ ,1 zamientos y exigencias al gobierno para llevar­
cando y fortaleciendo sus organizaciones de po­ 1
1 lo, con la ilusión de una posible negociación, a
der, sus órganos de combate, grite lo que grite, 1 tomar medidas o a tolerarlas, que permitieran a
reclame lo que reclame Freí y sus secuaces. ) las clases patronales fortalecerse y desarticular


Así llegamos a la situación actual. a los trabajadores.
Vivimos un momento en que el enfrenta­
miento social y político se ha agudizado y pala- í:


1 12
) 113


1
'1
l

Combinar on una estrategia golpista con una t dos posibles. Quieren tentar a éstos a seguir su

11,
táctica de emplaza mientos y chantaje s. Atrin· juego, a llegar a entendimientos que paralicen y
cherados en la institucio nalidad burguesa ,\des­ desarticulen la lucha del pueblo y de la izquier­
de sus posicione s en la justicia y en la Contrato­ da, para después de ello dejarle caer la mano de
ría desde el Parlamen to amenaza n con acusar hierro del golpismo.
co �stituciona lmente al gobierno y así sembrar la ) Que entienda el señor Frei y todos los reac­
anarquía en la Fuerzas Armadas , si el gobierno
1
cionarios, que podrá engañar a los vacilantes y a
no se somete a sus exigencia s, empujan a la alta los reformistas más recalcitrantes. Pero a la clase
oficialida d reacciona ria a realizar emplazam ien­ obrera que los conoció en El Salvador y en Pampa
tos al gobierno . Frei , el que ayer no más, ponti­ ) lrigoyen; al pueblo que los vio dar luz verde al
ficaba acerca del carácter profesion al y apolítico J asesinato del General Schneider y a los tanques
que debían mantene r las Fuerzas Armadas , per­ ,1 del viernes 29; al pueblo y a los revolucionarios,
sonalmen te pasó la semana incitando a la delibe­ 1 Freí y sus secuaces no los lograrán engañar jamás.
ración, a emplazar al gobierno y al golpismo a los i Hacen todo esto levantando la defensa de la
altos oficiales reacciona rios.
Además, Frei y sus compinches, Jarp� y sus
golpistas, intentan movi �izar su base soc� al pe­
J 1
democracia y la legalidad, la misma que bom­
bardearon los tanques del Partido Nacional.
Defienden no la libertad de los trabajadores,
queñoburguesa de cam10neros, comerciantes, i sino la democracia y el orden burgués. Defienden
profesionales . . . (*) . 1 esa democracia en cuyo nombre se ha masacrado
Disfrazan su golpismo en declaraciOnes '¡ asesinado y torturado a trabajadores.
emplazatorias del Parlamento, de ch� ntaj� de
1

Defienden esa democracia que mata por


Aylwin en el Senado o de acuerdos de 1 legalldad hambre y miseria a millones en el mundo ente­
en la Cámara de Diputados. ro. Defienden esa democracia que no es demo­
Todo esto está orientado a presionar al go­ cracia, sino dictadura burguesa y patronal.
bierno para que tome medidas que dividan Y Esa no es la democracia de los trabajadores.
desarticulen a los trabajadores, afirmen a los La democracia proletaria la democracia directa
mandos reaccionarios, y que divida en definitiva que no necesita Parlamento, J usticia o Contrato­
a la izquierda, para así dispersar toda posible re­ ría como las actuales que se arrogan la represen­
sistencia a sus propósitos golpistas. ,1 . tación del pueblo.
·

Frei aspira a recuperar co.ncretamente el Los trabajadores están construyendo en las


control del gobierno, para ello necesita previa­ comunas sus propias instituciones de clase; los
mente desarticular y dividir toda posible resis­ Comandos Comunales, órganos del Poder Popular
tencia e intenta con sus chantajes obligar a que que se fortalece día a día, y lo seguirán hacien­
este gobierno se haga parte del trabajo sucio de do lo acepten o no lo acepten los vacilantes y
reprimir a sectores del pueblo. reclamen lo que reclamen los reaccionarios.
Trabajan sobre los sectores vacilantes de la Las clases patronales y sus sirvientes polí­
izquierda, sembrando en ellos ilusiones en alía- ticos exigen la represión a los trabajadores y a

1 14 115
los revolu ciona rios por medio de la Ley de Con­ Los reaccionarios exigen la promulgación de
trol de Grupos Armad os. Esta ley fue prop� es­ la Reforma Constitucional Hamilton-Fuentealba,
ta y aprob ada por la mayoría reac�i?nari a del es decir la devolución de empresas. La clase

j.
Congre so. Entonc es, nosotr os la c � l1fica�os_ de­ obrera y el pueblo han promulgado en los hechos
la nueva ley maldi ta, y la comba timos public a­ ya su propia ley. Los trabajadores ya decidieron
mente . El gobie rno pudo haber la vetado pero n? de quién son las atribucion�s, que son suyas,
lo hizo; suya es la responsabil idad por la ne_gll ­
gencia y las conse cuenc ias de esta ley represwa.
Fuero n grupo s armados del Partido Naci ? nal
con la venia del freísm o, los que no hace qumc e
1
ji
para incorporar empresas al Area Social.
La clase obrera y el pueblo ya decidieron cuá­
les son las empresas que quedarán en el Área So­
cial y cuáles quedarán sujetas al control obrero.
días bomb ardea ban La Moneda , los que asesin a­ '¡-' La clase obrera en su lucha ocupó las fábri­
ron a Moisés Huentelaf en Cautí n, al obrero Ahu­ '¡ cas y no serán politicastros golpistas forrados en
mada en Santia go, desde el local del Partid o De­ '¡ las banderas de la democracia y en dólares ex­
mocratacris tiano, los que han puesto cente nar�s '¡ tranjeros, los que vengan a imponer sus condi­
de bomb as en los último s dos años, los que asesi­
naron a un gener al en 1 970, los que ametr al �aron
a nuestro comp añero Nilton Da Silva en Sant1a go.
j ciones a los trabajadores.
Dirán los reaccionarios que esto es transgre­
dir las leyes, la Constitución y el Derecho. Sí que
Qué hipocresía y qué cinism o la de est�� po­ lo es. Las constituciones expresan intereses de
liticastros que denun cian y exigen la repres10n al clase y correlaciones de fuerza. Aquí en Chile, la
puebl o para oculta r sus propios críme nes. . clase obrera está levantando en la práctica sus
Qué incon cebib le lo que ocurr e en e_ste pa1s propias leyes y la constitución tendrá que cam­
y en esta demo cracia . Mient ras el � ro �10 Pablo ) biar en favor del pueblo.
Rodríg uez, el cobar de, reconoce publJC amen te 1 Los pueblos tienen el derecho a hacer sus
que otras unida des milita res estab a � com ��o�e­ J propias leyes. La clase obrera y el pueblo en
tidas en el intento golpis ta, y el m1sm o EJerc ito Chile están construyendo aceleradamente sus
hoy, afirma que la derec ha se robó seis a � e� ra­ propias leyes y echando las bases de una nueva
llador as pesad as con seis mil tiros del R��lmlen ­ Constitución , de una nueva legalidad, de una le­
to Maturana, haya sinver güenz as que eXIJan que galidad revolucionaria, de esa legalidad que se
las Fuerzas Arma das reprim an a supuestos grupo s construye en el combate y en la lucha.
arma dos entre los traba jador es y la izquie rda. Los reaccionarios exigen la devolución de
Antes de exigir nada , el señor Frei debe ex­ las fábricas ocupadas. Con eso quieren desarti ­
plicar al país qué sabía del intento golpis ta del cular a la clase obrera, dividir al pueblo. La clase
viern es 29. Antes de chant ajear a nadie , el señor obrera en las fábricas, en los Comandos y Cordo­
Frei debe inform ar a todo el país a qué ha in­ nes, exige -y se hará respetar- el paso de todas
citado a algun os altos oficia les con los que han fa� grandes empresas al área Social, el Control
conta ctado en los últim os días. Ob't\ero en la pequeña y mediana y la Dirección
Obrera en las empresas del área Social.

1 16 117
La clase obrera ha notificado a la Democracia en el que predomina la táctica reaccionaria del
Cristiana y al Partido Nacional, a los Jarpa y a los freísmo. Si en él hay corrientes antigolpistas no
_ ganadas por los trabajadores por medio de
Bulnes, a los Freí y a los Aylwin, que no acepta la seran
promulgación de la Reforma Hamilton-Fuentealba; concesiones, estas concesiones terminarán for­
que es ella, la clase obrera, la que decidirá qué / taleciendo al freísmo.
empresa pasa al área Social y qué empresa no pasa. Los revolucionarios deben tratar de ganarse
Algunos vacilan frente al emplazamiento a lo� trabajadores democratacristianos, pero a
reaccionario, sostienen que es necesario llegar traves de la denuncia del carácter reaccionario
a acuerdos con sectores del campo contrario y de su partido, impulsando el programa revolucio­
ganar tiempo, y que de otra manera el enfrenta­ nario del pueblo y a través de la acción de masas.
miento estallará de inmediato. Esto que no era No es posible dialogar con quien chantajea
cierto hace unas semanas tampoco lo es hoy día. y amenaza con reprimir a los trabajadores. La
La correlación de fuerzas para un levanta­ tarea no es ganar tiempo a costa de concesiones
miento golpista no favorece a la clase patronal. que nos debiliten . La tarea es llamar a la clase
Parte i mportante de los mandos son antigolpis­ obrera a estrechar sus propias filas, desde allí
tas, y la oficialidad antigolpista y la suboficia­ resistir los emplazamientos, conquistar nuevas
lidad ya se han demostrado capaces de sofocar posiciones y los trabajadores, así, luego podrán
intentos sediciosos. emplazar a los patrones.
La clase obrera y el pueblo están hoy, como Por eso, la clase obrera no quiere un gobier­
nunca antes habían estado de fuertes, en organi­ no ni un Gabinete de diálogo, sino que exige que
zación y disposición de combate tras la defensa el Gabinete y el gobierno sean instrumentos de
de sus intereses y sus conquistas. Las otras capas lucha y combate.
del pueblo día a día se incorporan con más fuerza No es éste el momento de cuestionar las to­
y decisión, imponiéndole a la izquierda en su con­ mas o de limitar el desarrollo del poder popular.
junto la reagrupación y la acción común en la base. Este es un momento histórico fundamental en el
Ahora, si la ofensiva de masas en curso lo­ que las grandes tareas son atajar al golpismo,
grara también imponerle una acción al gobier­ enfrentar el emplazamiento, neutralizar a los
no, esta fuerza puede multiplicarse, y ganarse el .'1 vacilantes, empujar y profundizar una vigorosa y
tiempo que se busca de la única forma posible: resuelta contraofensiva revolucionaria y popular.
arrir:�conando al enemigo, paralizándolo. 1 No hay otra alternativa para los revoluciona­
Quienes frente al emplazamiento reacciona­ rios. Puede haberla para los reformistas más re­

rio busquen dar una salida intermedia de conci­ calcitrantes, pero a éstos la historia sabrá mar­
liación o consenso, fracasarán en su objetivo y carlos de acuerdo a su conducta.
desarticularán y dividirán a los trabajadores y a La situación sólo ofrece dos caminos: la capi­
la izquierda. tulación reformista o la contraofensiva revolucio­
Por eso, es inútil el diálogo con el Partido naria y, si esta última desencadenara un intento
Democratacristiano. Este es un partido burgués golpista habrá fuerzas de sobra para aplastarlo.
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1 18 �1 1 19
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Toda forma de capitulación, en fin de cuen­ Rescatando la base obrera y popular de la
tas, conducirá, más temprano que tarde, al Democracia Cristiana. Fortaleciendo la alianza
aplastamiento de los trabajadores, a través de revolucionaria de la clase obrera y el pueblo. Im­
una dictadura reaccionaria y represiva. pulsando la reagrupación de los revolucionarios y
Dos tácticas se ofrecen a la clase obrera y la acción común de la izquierda por la base.
al pueblo. La tarea inmediata de esta táctica revolu­
Una, que establece que no es posible pro­ cionaria es profundizar y ampliar la contraofensi­
fundizar la ofensiva popular, pues encendería de va popular y revolucionaria en curso y, para ello,
inmediato el enfrentamiento, que es necesario proponemos la realización de un paro nacional
ganar tiempo; se mantiene al interior de la insti­ '
l¡ por 24 horas.
tucionalidad burguesa, a la que no deja de criti­ Proponemos la realización de este paro a to­
car, pero al no dar una salida alternativa a ésta, das las organizaciones populares de este país: a
se abren al diálogo con sectores del campo con­ la CUT a los Comandos Comunales, a los Consejos
trario, el que sólo pueden construir devolviendo Campesinos, a las Federaciones Campesinas y Es­
empresas y haciendo concesiones. tudiantiles y a todos los trabajadores.
Esta táctica está irremediablemente con­ Proponemos que este paro notifique a los
denada al fracaso, pues buscando aliados en el golpistas que la clase obrera y el pueblo aplasta­
campo contrario los pierde en el propio. '¡
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rán todo intento golpista.
La otra táctica es la táctica revolucionaria. Proponemos este paro para notificar a los
Es la táctica que ha puesto en práctica la cla­ reaccionarios que la clase obrera y el pueblo re­
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1
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se obrera y el pueblo en las semanas recientes. sistirán y enfrentarán toda forma de emplaza­
La táctica revolucionaria consiste en refor­ miento y chantaje. Un paro que notifique a los
zar y ampliar la toma de posiciones en las fábri ­ politicastros y reaccionarios que la clase obrera
cas, fundos y distribuidoras. no acepta la promulgación de la Reforma Consti­
No devolver las grandes empresas tomadas, tucional de Hamilton y Fuentealba, pues la clase
incorporarlas al área social bajo Dirección Obre­ obrera ya promulgó su ley y está decidida a no
ra, imponiendo en la pequeña y mediana indus­ devolver ninguna gran empresa.
tria el Control Obrero. Un paro nacional que rechace las triquiñue­
Desarrollando la fuerza de los trabajadores las legalistas de los Frei, Pareto, Aylwin , Jarpa
fuera de la institucionalidad burguesa, estable­ y Bulnes, que pretenden colocar al pueblo y al
ciendo el Poder Popular en los Comandos Comu­ gobierno en la ilegalidad.
nales, los Comités de Defensa, multiplicando y U n paro nacional de carácter distinto, un
extendiendo la ofensiva popular, incorporando a paro que organice, fortalezca y multiplique los
ella a los pobladores, campesinos y estudiantes, Comandos Comunales en todo el país, incorpo­
extendiendo la movilización a todo el país. rando a todas las capas del pueblo.
Desarrollando la alianza de los trabajadores Un paro nacional que exija medidas inme­
con los soldados, suboficiales y oficiales honestos. diatas contra todos los oficiales golpistas y la

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remoción de los mandos comprobadamente com­
prometidos en la sedición y el chantaje.
Un paro nacional que levante como derecho
legítimo de la clase obrera y el pueblo la orga­
1

vive una crisis política y sin resolver ésta no será
posible resolver los problemas económicos. Sólo
enfrentando las posiciones de poder político que
hoy controlan las clases patronales desde el Par­

i
nización de sus propios órganos de vigilancia, de lamento, la Contrataría y la Justicia.
protección, de defensa y de lucha. Por eso, hoy es más necesario que nunca im­
Un paro nacional que exija la solución de los
problemas de ingreso de los trabajadores y de las i pulsar la lucha contra el orden burgués y luchar
por generar los ·Tribunales del Pueblo, la Asam­
Fuerzas Armadas, a costa de la ganancia capitalista. ·'
blea del Pueblo y el Poder Popular.
El MIR no pretende atribuirse la paternidad l
, Los reaccionarios y en especial el freísmo,
de esta proposición, no hemos hecho otra cosa están exigiendo desde hace algunos días la re­
que recoger la proposición que hicieron los Co­ presión de nuestra organización: el MIR. Ni nos
mandos Comunales, sectores de vanguardia de la atemoriza ni nos sorprende. No es la primera vez
clase obrera y el pueblo. Llamamos al resto de f que el freísmo se j uega por la represión, la tortu­

la izquierda y al conjunto de las organizaciones ra y la cárcel en contra nuestra. Les advertimos
populares a impulsar un paro nacional, como la ! que no nos encontrarán como a sus ahijados po­
1
mejor forma táctica de profundizar la contrao­ líticos de Patria y Libertad pidiendo asilo en las
fensiva en curso. embajadas y que hoy, reprimir al MIR es reprimir
Fortalecer y desarrollar el Poder Popular y a un contingente importante de la clase obrera y
luchar por la democratización de las FFAA. La el pueblo. Que entonces, nos asistirá el derecho
clase obrera y el pueblo deben luchar por resol­ a levantar las formas de lucha que se correspon­
ver los problemas de ingreso y abastecimiento dan a la nueva situación.
de los miembros de las FFAA por terminar las res­ Si la contrarrevolución tomara la forma de
tricciones a éstos en sus derechos ciudadanos y un golpismo desatado, del emplazamiento mili­
porque tengan la posibilidad de incorporarse a tar violento, los revolucionarios y los trabajado­
las organizaciones populares. res deben de inmediato extender las tomas de
Los trabajadores hoy enfrentan un programa 1 fábricas y fundos, multiplicar las tareas de de­
reaccionario, el programa de la explotación y la 1 fensa e impulsar el Poder Popu[ar como Gobierno
miseria. Un programa general de hace dos años '¡ Local autónomo de los poderes del Estado.
no es suficiente. El único programa que se ha de­ 1 Los suboficiales, soldados y carabineros de­
mostrado eficaz es el que hoy levantan extensos ben desobedecer las órdenes de los oficiales gol­
1
sectores de los trabajadores, es el Programa Re­ '
pistas y, en ese caso, todas las formas de lucha
\
volucionario del Pueblo: programa que multipli­ ·, se harán legítimas.
ca la fuerza y el poder de los trabajadores. '¡ Entonces, sí que será cierto que los traba­
No será sólo con un Programa económico jadores con los soldados, marineros, aviadores y

¡"í
de emergencia o con la batalla de la producción carabineros, los suboficiales y oficiales antigol­
con lo que se resolverá la actual crisis. El país pistas, tendrán el legítimo derecho a construir su

1 22 1 23
propio ejército, el Ejército del Pueblo. H IMNO DEL MIR
Compañeros trabajadores: vivi mos momen­
tos definitorios, las conquistas y el futuro de los T RA BAJ ADORES AL PODER
trabajadores están amenazados.
La lucha de clases es siempre una guerra,
encubierta. La contrarrevolución burguesa se Son los pobres, son la clase obrera
propone, hoy en Chile, hacerla estallar. Los que cumplen la clara misión
El pueblo no se dejará amarrar de manos. De decirle al conjunto del pueblo
La clase obrera y el pueblo están en disposición Que han tomado ya su decisión
de combate, están decididos a defender sus con­ No habrá vallas, ni ríos, ni puertas
quistas y están hoy más decididos que nunca a Que el obrero no pueda cruzar
conquistar su futuro. Conducido por una vanguardia
Por eso, los trabajadores han puesto en mar­ Que los lleve al poder popular
cha una gran contraofensiva revolucionaria y po­
pular; por eso, la clase obrera y el pueblo han Trabajadores al poder, Trabajadores al poder
organizado la defensa de sus conquistas y se pre­ Trabajadores al poder, Trabajadores al poder
paran a conquistar nuevas posiciones. El pueblo Trabajadores al poder, Trabajadores al poder
emplea su fuerza, desarrolla el poder popular,
multiplica los Comandos Comunales, levanta la Desde el fondo del pueblo ha surgido
organización de su defensa . Una voz de j usticia social
Compañeros: el pueblo debe prepararse Son los pobres del mundo que avanzan
para resistir, debe prepararse para luchar, debe Como ejemplo tienen a Vietnam
prepararse para vencer. En los campos, caminos y pueblos
Trabajadores de Chile : Ya se ven las banderas surgir
Son banderas con el rojo y negro
Patria o Muerte, Vencer o Morir
¡ADELANTE CON TODAS LAS FUERZAS!
¡ADELANTE CON TODAS LAS FUERZAS Trabajadores al poder, Trabajadores al poder
DE LA HISTORIA! Trabajadores al poder, Trabajadores al poder
Trabajadores al poder, Trabajadores al poder

No es esclavo el hombre que lucha


Por unir a la clase social
Que destruya el poder de los ricos
Que nos roban a diario el pan
En la lucha contamos las horas
(*)Falta frase en el original A los ricos les llega su fin

1 25
1 24
Porque estamos seguros de triunfar
con el pueblo consciencia y fusil
I N DICE
Trabajadores al poder, Trabajadores al poder,
Trabajadores al poder, Trabajadores al poder,
Trabajadores al poder, Trabajadores al poder.
I ntroducción 9

l . América Latina y la izquierda


revolucionaria 11

I I . El MI R y el proceso fundacional (1965-1967) 16

1 1 1 . Del proceso de reorganización al triunfo


de la U nidad Popular ( 1 967-1970) 21

IV. El MI R en el ciclo álgido d e l a lucha de


clases en Chile ( 1 970-1973 ) 29

V. La lucha contra el aniquilamiento y la


organización de la resistencia (1973-1978) 39

VI. La Operación Retorno y el ciclo ofensivo


( 1 978- 1 982) 55

V I l . El MIR en el contexto de reanimación


del movimiento popular (1982- 1 987) 74

V I I I . Del colapso de la organización a la


cultura mirista ( 1 987-20 1 2 ) 87

Bibliografía 98

Anexos

Declaración de principios del MIR 1 05

Discurso del Secretario General del MI R


Miguel Enriquez Espinoza 111

Himno del MIR - Trabajadores al poder 1 25

1 26

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