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Culto Eucarístico

Bendito, alabado y adorado sea Jesús en el Santísimo Sacramento del altar.


Mi Jesús sacramentado mi dulce amor y mi consuelo.

Desde la salida del sol hasta su ocaso alabado sea tú nombre


Padrenuestro
Señor danos Sacerdotes
Señor danos muchos sacerdotes
Señor danos muchos sacerdotes santos

Señor, uno de nuestros compromisos como vocacionados es orar por tu Pueblo a tiempo
y a destiempo.
Aquí estamos Señor, acudimos a tú santa presencia que tantas veces nos reconforta en
nuestras luchas y conflictos, en aquellas situaciones adversas que a veces parecen
situaciones límites.
Sin embargo hoy queremos orar por tu pueblo que con la experiencia del dolor
comprende tus palabras en la cruz.
Te queremos pedir por aquellas personas que viven la experiencia de la soledad, que
contemplan en sus vidas una insatisfacción constante, aquellos que han perdido la
alegría de vivir, que se sientes sin fuerzas y ánimos, aquellos que se encuentran en
estado de depresión, tristeza y angustia; por aquellos que no han podido asimilar la
pérdida de un ser querido, también por aquellos que en su vida sólo perciben el suicidio
como la solución a su vida de crisis. Haz que perciban tu amor y compañía gratificante.
Por aquellos que viven los dramas de la violencia: por el campesino desplazado de su
tierra, obligado a cambiar su estilo de vida; por aquellas familias que sufren ante el
asesinato de un ser querido; por aquellos que están cohibidos de su libertad por un
secuestro o se hallan en una cárcel por un error de vida, por el inocente y el culpable te
pedimos Señor. Por aquellos que se han sido despojados de su dignidad a raíz de una
violación sexual. Por aquellos que ejerciendo labores sociales y ambientales arriesgan
sus vidas por mejorar vidas clamando justicia y equidad; por los que se siente
vulnerables ante la extorsión; por los militantes de los grupos al margen de la ley haz
que tomen conciencia del dolor que causan; por los gobernantes corruptos que piensan
exclusivamente en su bienestar; por los que suscitan la guerra y la división entre los
pueblos; por los que guardan odios y rencores en su corazón, ante un recuerdo doloroso
y trágico de la vida, te rogamos Señor. Sé consuelo y esperanza.
Por aquellas familias que viven la experiencia de la separación, por las madres solteras
o padres solteros, por las familias disfuncionales; y por aquellos hogares funcionales
donde la violencia familiar es el único lenguaje; por los matrimonios donde la
convivencia se está haciendo imposible por celos, rutina, infidelidades… Por aquellos
hogares donde se pasa necesidad material; por los niños que no se siente amados por sus
padres, por los abuelos que han sido descartados. Por los adolescentes que andan en
malas sendas, los jóvenes y adultos que se ven sumergidos en vicios (las drogas, el
alcohol, la pornografía, el juego) aspectos que dañan nuestras familias; por esos hogares
donde parece que tú no estás presente. Te rogamos Señor, sé la fuente reparadora y
trasformadora de esas realidades.
Por aquellos que viven dramas existenciales por aspectos internos o externos: el pobre,
el habitante de la calle, el obrero mal pagado, el desempleado, el drogadicto, la
prostituta, el homosexual, el trangénero, la mujer que ha abortado, el preso, el
emigrante. Te pedimos por ellos, suscita en tu pueblo cercanía, compromiso y
aceptación.
Por aquellos enfermos que viven la experiencia de verse vulnerables y dependientes, por
aquellos que están internados en un hospital mental, por aquellos que se hallan
postrados en cama; por aquellos que ya han sido desahuciados y aún se aferran a querer
vivir, por los que ansían prontamente la muerte; por aquellos que ya no aguantan el
dolor físico y emocional; por aquellos que reniegan de ti, que se ven abandonados de tu
amor; por aquellos que contemplan la opción de la eutanasia; por las familias que ya no
aguantan más ver a su ser querido en esa situación. Te pedimos paciencia, fortaleza,
cercanía, comprensión y compasión.
Oramos por aquellos que no creen en ti, que les repugna la idea de Dios; que se sienten
heridos por ti ante un drama de vida; por aquellos para quienes la Iglesia no fue el lugar
que esperaban, por aquellos que tienen malas experiencias con sacerdotes y
consagrados; por los anti testimonios causados. Perdónanos y sananos Señor. Te
pedimos por nuestros sacerdotes que se sienten solos, que están viviendo crisis de
espiritualidad y oración, por los que se sienten más funcionarios que vocacionados, por
los que están viviendo una situación irregular; por los que viven el ministerio en el
carrerismo y el buen vivir; por los que están contemplando dejar el ministerio, por los
que les cuesta evangelizar y salir a buscar a los que no están, por los que han perdido el
rumbo de su vocación. Has Señor que se vuelvan a enamorar de ti.
Y por último te queremos pedir por nosotros haznos dóciles a tú Espiritu, alegres en el
servicio, sensibles y comprometidos, piadosos, obedientes y humildes para sanar y
acompañar estas heridas históricas. Y suscita más hombres y mujeres que quieran donar
la vida por esta linda causa del Evangelio.

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