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9.

Lenguaje inclusivo: Más allá de la lingüística.


Un momento: ¿Qué es el lenguaje inclusivo?

El lenguaje inclusivo, también conocido como lenguaje de género o lenguaje no sexista, hace alusión
a un lenguaje que incluye directa y conscientemente a hombres y mujeres por igual.

Ahora sí: ¿Cuáles son estas divergencias?


Punto de vista 1: ¿Qué dice la lingüística?

Basándose en que las mujeres no son discriminadas por el hecho de que el género no marcado
coincida con el masculino, la FUNDEU argumenta que la discriminación es un hecho primordialmente

social y que la lengua, per se, no discrimina.

Punto de vista 2:
¿Qué dicen los estudios empíricos?

Diversos estudios empíricos evidencian que el uso de un lenguaje no inclusivo afectando


mayoritariamente a la población femenina.

En concreto, una investigación de la Universidad de Harvard (EE.UU.) ha hallado que el uso de un


lenguaje no inclusivo provoca sentimientos de exclusión.

Los sesgos lingüísticos sin lugar a duda van más allá de contar o no con términos
estilísticos.

Por tanto, provoca sentimientos de aislamiento entre las mujeres e incluso puede ser una de las
razones por las cuales las mujeres eligen ciertas áreas profesionales.
Por todo lo anterior, debemos tener en cuenta qué queremos favorecer: la
economía lingüística y el “estilismo” escrito en la comunidad femenina.
Si usted prefiere la primera, ahora sabe que lo hará a expensas de perjudicar en términos de
identificación; en definitiva, a expensas de discriminar al
sexo femenino.

[Adaptado de:
https://www.mujereslibresdeviolencia.usmp.edu.pe/blog/2016/09/lenguaje-inclusivo-
mas-alla-de-la-linguistica/]
10.
Lenguaje inclusivo: ¿Moda, política o una lucha más contra la desigualdad?

Karina Galperín, directora de la Maestría en Periodismo de la Universidad Torcuato di Tella, fue


consultada acerca del uso del lenguaje inclusivo. Lo cierto es que lo que se denominó como lenguaje
inclusivo, tanto en la forma escrita como en la hablada, interpela y deja en evidencia las
desigualdades y las exclusiones de un universo que ha sido regido por siglos por el orden binario y el
poder machista. El lenguaje inclusivo que cobró protagonismo en el último tiempo entre los más
jóvenes, que se rebelan contra lo establecido en favor del crecimiento, la evolución y la igualdad, no
es una moda, no es un capricho y no es una imposición como algunos creen. Más bien es la
búsqueda de un futuro distinto a lo que se conoce hasta el momento, y es la forma que encontraron
para incluir a todos los géneros que existen sin juzgar y sin prejuicios, y para poder arrancar del
lenguaje al masculino como única representación de lo genérico.

El lenguaje inclusivo es una intervención del discurso público que busca crear en el auditorio
consciencia acerca de la persistencia de una injusticia social», definió en diálogo con Crónica y a
modo de postura personal, el lingüista y lexicólogo Santiago Kalinowski, director del Departamento
de Investigaciones Lingüísticas y Filológicas de la Academia Argentina de Letras. Para Kalinowski, el
lenguaje inclusivo no es un cambio lingüístico porque no sucede de manera inconsciente,  sino que es
un «fenómeno retórico discursivo. Desde que surgió el uso del lenguaje inclusivo, la Real Academia
Española no legitimó, ni avaló su uso.

Para el director del Departamento de Investigaciones Lingüísticas y Filológicas de la Academia


Argentina de Letras es muy improbable por ahora que el lenguaje inclusivo se convierta en un
cambio lingüístico, y «no hay antecedentes de reglas gramaticales que se hayan cambiado por
decisión consciente» de un grupo de hablantes. En Argentina lo intentaron con el 'voceo' y
fracasaron estrepitosamente, dijo.

[Adaptado de: https://www.utdt.edu/ver_nota_prensa.php?


id_nota_prensa=17230&id_item_menu=6 ]
11.

Lo que se quiere expresar en las comunicaciones.

Es conveniente e importante que los documentos oficiales, las instituciones, expliciten su


compromiso con la igualdad y la equidad de género. La redacción de convocatorias o invitaciones
para un evento se debe realizar pensando que la institución le interesa que las mujeres se sientan
tan invitadas y bienvenidas como los hombres. Se debe explicitar en los textos el compromiso
institucional con la igualdad de oportunidades para hombres y mujeres. La inclusión de género
desde los derechos humanos.

Las instituciones del Estado deben mostrar como las mujeres y los hombres viven y ejercen estos
derechos de diferente manera, debido a una posición y de experiencias de socialización diferentes.

¿Cómo hacerlo?

La idea central de los derechos humanos es que las personas gocen de igualdad de
derechos, constituyendo como principio prioritario la no discriminación. Es por ello, que este
reconocimiento de no discriminación hacia las mujeres se plasma en la Convención para la
Eliminación de Todas las Formas de Discriminación contra la Mujer, aprobada en 1979. Ya en el año
1995, en Beijing, las Naciones Unidas celebró la IV Conferencia Mundial sobre la Mujer, donde se
originó la Plataforma de Acción Mundial, la que propuso objetivos estratégicos y medidas concretas
para el avance hacia la igualdad como recomendación para gobiernos, organismos
internacionales, organizaciones no gubernamentales y otras instancias de la sociedad civil.  En este
marco, el concepto de no discriminación es el que articula los derechos que se reconocen y la
igualdad pasa a ser el modelo o parámetro para seguir.

Toda intención o resultado de menoscabar, limitar o anular el ejercicio de los derechos


convencionales en igualdad con el hombre, es discriminación. Por ello la Convención requiere que la
mujer tenga las mismas oportunidades desde un primer momento y que disponga de un entorno
que le permita conseguir la igualdad de resultados.

1. Fries, Lorena (2010). Los derechos humanos y su aporte a la igualdad de género (versión
preliminar) (ponencia en el Seminario Procesos Políticos e Igualdad de Género, Santiago de Chile,
agosto del 2010).
2. Comité CEDAW, ONU. Observación General N° 25 de 2005.
[Adaptado de: https://www.cultura.gob.cl/wp-content/uploads/2017/01/guia-lenguaje-inclusivo-
genero.pdf ]
12.

Sexismo lingüístico

Del mismo modo, y de una forma natural, aprovechando la riqueza de nuestro idioma, el


castellano, y la herramienta maravillosa que es el lenguaje, que nos permite utilizar la
razón, deberíamos ser capaces de visualizar a hombres y a mujeres en nuestros textos, lo que
desgraciadamente no siempre ocurre. Nos hemos acostumbrado a utilizar el género gramatical
masculino como genérico para hacer referencia tanto a hombres como a mujeres, y hemos
presentado a éstas como subordinadas del hombre, que ha aparecido siempre como sujeto de
referencia. En definitiva, hemos usado nuestro lenguaje para mostrar, de forma muy diferente, a
hombres y a mujeres. Si pretendemos que la utilización de nuestra lengua se adecue a los cambios
que demanda la sociedad actual, uno de los aspectos que debemos tener en cuenta es el uso no
discriminatorio del lenguaje por razón de sexo, de forma que hombres y mujeres se encuentren
representados de manera igualitaria.

Por ello es vital que la Administración Pública, que es un ámbito de enorme influencia en la sociedad
actual, se preocupe de usar un lenguaje igualitario en el que toda la comunidad se sienta
representada Los principales problemas desde el punto de vista del sexismo lingüístico detectados
en los documentos administrativos se pueden solucionar con los mecanismos de los que dispone el
español para tratar de modo simétrico a mujeres y hombres.

[Adaptado de: https://www.mujeresenred.net/IMG/pdf/Guialenguaje.pdf ]

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