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Trombón

instrumento musical

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El trombón es un instrumento de viento metal. Su sonido se produce gracias a la vibración de


los labios del intérprete en la parte denominada boquilla a partir de la columna del aire (flujo del
aire).
Trombón

Tesitura

Características

Clasificación Instrumento de viento metal

Instrumentos relacionados Trompeta, trompeta de varas, trompeta baja,


bombardino, sacabuche, tuba, trompa, fliscorno

Las diferentes notas se obtienen por el movimiento de un tubo móvil, denominado vara,
alargando la distancia que el aire en vibración debe recorrer, produciendo de este modo sonidos
que también se pueden controlar con la presión del aire soplado por el intérprete en la vara. Se
diferencian siete posiciones distintas a lo largo de la vara. Cuanto más se alarga la columna de
aire con cada posición, el sonido producido es más grave que en la anterior. Sin embargo,
también existen trombones con válvulas. Al igual que casi todos los instrumentos de esta
familia de viento-metal, el trombón de varas es de latón (aunque actualmente muchas fábricas
optan también por el cobre y los baños de plata), y consiste en un tubo cilíndrico y abierto
enrollado sobre sí mismo.

Durante los periodos barroco y clásico se usaba mucho en la música religiosa, y desde el siglo
XIX es imprescindible en la gran orquesta sinfónica. También se utiliza en la música de jazz,
donde, además de ser un instrumento clave para la big band, interpreta pasajes solistas. En la
familia del trombón hay muchas variantes con distintas tesituras y tamaños. En la orquesta se
suele usar el trombón tenor y a veces el bajo. A estos dos, no se los suele considerar
instrumento transpositor, aunque en los ensambles de metal británicos su música está
transpuesta en si bemol.
Construcción

1. Brazo de la bomba de afinación.

2. Boquilla o embocadura.

3. Pabellón o campana.

4. Llave de desagüe.

5. Vara principal.

6. Puente de soporte.

7. Puente de soporte.

8. Rosca de encaje de la vara.

El instrumento se compone de las siguientes partes:

Boquilla o embocadura: pieza pequeña y hueca que se adapta al tubo del trombón para que el
intérprete sople, de modo que los labios se apoyen en los bordes, vibren y produzcan el
sonido primario. El trombón tiene una boquilla que determina su timbre.

Pabellón o campana: ensanchamiento final del tubo.

Vara: tiene forma de U y se mueve en siete diferentes posiciones con distinta longitud del
tubo. La vara del trombón no permite grandes velocidades cuando se toca, pero es perfecto
para interpretar glissandos (escala rápida entre dos notas).

Tipos
Trombón de varas

Se puede clasificar según el sonido particular que emite y por tanto las notas y claves que le
cambia la altura de las notas utilizando un sistema de válvulas y pistones. El sonido es distinto y
exagera cualquier imprecisión en la entonación.

Trombón sopranino o trombón piccolo.

Trombón sopranino o trombón piccolo.

Trombón soprano o trompeta "slide".


Trombón soprano o trompeta "slide".

Trombón alto.

Trombón alto.

Trombón tenor.

Trombón tenor.

Trombón bajo.
Trombón bajo de varas

Trombón bajo.

Trombón contrabajo.

Trombón contrabajo.

Címbasso.
Címbasso en F.

Historia

Orígenes y antecedentes del trombón

El trombón, como los otros instrumentos de viento, tuvo su origen en la barra hueca y los
cuernos de los animales.

En el 3000 a. C., cuando el hombre descubre los metales, empieza ya a hacer instrumentos


musicales. Se ha demostrado que los chinos, los asirios y los babilonios ya tenían instrumentos
de metal con forma de trompetas rectas con embocadura. Los hindúes poseían también
instrumentos parecidos a las trompetas rectas. En la tumba de Tutankamón (1350 a. C.), se
encontraron trompetas: dorado y plata, cortas y de sonidos agudos. Los hebreos tomaron las
trompetas de los egipcios. En el Antiguo Testamento aparece documentado este hecho; es más,
se dice que Moisés estableció normas para su construcción. En la marcha hacia la Tierra
Prometida, relatada también en el Antiguo Testamento, el ejército de Josué debió contar con
ellas, en concreto los shofars, construidas con cuernos de animal, ya que según la Biblia
derribaron las murallas de Jericó.

Grecia y Roma heredaron la cultura musical y los instrumentos de estos pueblos. La trompeta
metálica tenía una gran importancia para los griegos, que la usaban en actos religiosos y en los
Juegos Olímpicos, donde se celebraban también competiciones de intérpretes de trompetas.
Uno de estos trompetistas fue Herodoro de Megara (siglo III a. C.), que se hizo famoso tocando
dos trompetas a la vez, habilidad con la que ganó diez campeonatos. Estas trompetas tenían
tubo cónico y recto, y provenían de las egipcias. Verdi hizo construir reproducciones de estos
instrumentos para el estreno de su ópera Aida con motivo de la apertura del canal de Suez en
1870, aunque debido a la guerra franco-prusiana y a la lentitud de este, no pudo representarse
hasta un año después en El Cairo.

Los romanos usaban las trompetas para acompañar sus cantos guerreros y en sus fanfarrias
heráldicas. Podían ser de tres tipos: el lituus, curvado y de sonido agudo, que utilizaba la
caballería; la tuba, recta y de sonido más grave, para la infantería; y la bucina, en forma de espiral
y que produce sonidos aún más graves.

Para facilitar el manejo y ampliar el registro de sonidos armónicos alargando la tubería se


desarrolló la curvatura del instrumento. Esto aparece documentado en el Epitome Institutionum
Rey Militaris, de Vegio Renato Flavio (siglo IV).

En el siglo XI, la tuba romana se alarga y hace más estrecha ensanchando el pabellón, como
influencia de las trompetas musulmanas que llegaron a Europa con las invasiones. Un poema
del siglo XI menciona las Trompas y Buisines, como «largas trompetas de pabellón ensanchado,
en cobre o plata». En España, y en las cantigas de Alfonso X El Sabio (siglo XIII), se cita, entre
otros instrumentos, la anafilos o trompeta recta de origen romano. Los franceses le llamaban
buisine, como aparece en la Chanson de Roland.

Por un encargo de Federico II a la villa de Arezzo, en 1240, se construyeron dos tipos de


trompetas: la trombetta, pequeña y de madera, y la bucina, grande y de metal. En 1783 se
descubrieron entre las ruinas de Pompeya dos grandes trompetas construidas en bronce con
embocadura de oro, una de las cuales, parece ser, pertenecía a la colección del Rey de Nápoles
Windsor. Los turcos usaban una trompeta llamada surme.

Durante la Edad Media los instrumentos de embocadura mantuvieron sus nombres primitivos:
lituus (corneta), tuba (trompeta) y buccina (trompeta grande o trombón). En esta época también
aparece un instrumento llamado serpentón, con forma de "S" (de ahí su nombre). Este
instrumento tenía seis agujeros, tres para cada mano, y una boquilla metálica.

En Alemania la denominación buccina fue convirtiéndose en busan, pusun y pousane, término


que aplicado al trombón ha llegado a nuestros días y que se mantiene en los países germánicos
y del centro y norte de Europa. El nombre de trombón, del italiano trombone, o trompeta grande,
se mantuvo hasta el siglo XVIII y es el usado en los países latinos, Inglaterra, América Latina y
Norteamérica.

La curvatura de las barras que después llevaría a la vara corredera aparece documentada por
primera vez en los grabados y pinturas del siglo XIV, en dos láminas de «Ángeles músicos»
(derecha) del siglo XV pintados por fray Angélico en Italia y por Hans Hemling en los Países
Bajos. En estas ilustraciones se ve un ángel tocando una trompeta cuya boquilla sostiene con
los dedos, por lo que se supone que se introducía y se sacaba del tubo para variar los sonidos.
Algo parecido a lo que se llamaría tromba di tirarsi, trompeta cuya boquilla hacía de corredera en
el tudel, y que posiblemente utilizó Johann Sebastian Bach.

Una obra de Virdung, impresa en Bále hacia 1511, menciona el busaun como “instrumento de
tubos que se prolongan”. En 1590, el francés Guillaume, canónigo de Auxerre, inventa un
instrumento que llama bucsen a cozilise, lo que quiere decir bocina de varas. Consistía en dos
tubos largos, en forma de grandes bombas, que se alargaban. Tenía una forma rudimentaria y
un sonido áspero, y era usado en fanfarrias y bandas militares, pero pronto cayó en desuso.

Entre los siglos XV y XVI aparecen las varas tal como han llegado a nuestros días. Su forma
actual puede verse en pinturas, relieves, marfiles y manuscritos de la época. En la Biblioteca
Nacional de París hay un manuscrito de 1457 con una miniatura donde se ven trompetas graves
en forma de sacabuches. Sacabuche proviene de los verbos franceses saquer, que significa
tironear, y bouter, presionar; es decir, literalmente significa tirar y presionar, para representar el
movimiento de la vara. Este era el nombre que daban los franceses al trombón de varas.
También podría venir del parecido del instrumento con un arma empleada en la época para las
acciones de asalto, consistente en una especie de garfio largo utilizado para descabalgar al
jinete enemigo, aunque esto es menos probable. Este instrumento era parecido al actual
trombón de varas, pero de menor tamaño.

Al contrario que en el caso de los órganos o los instrumentos de cuerda, la construcción de


instrumentos de viento no puede localizarse en ningún país en concreto, porque aparecen por
toda Europa. No obstante, pueden destacarse constructores alemanes, flamencos e ingleses. En
la construcción de trombones destaca la ciudad alemana de Núremberg, donde nacieron los
Neuschel, artesanos del cobre y un tanto responsables de la evolución del trombón en el siglo
XVI; de hecho, uno de los trombones más antiguos que se conservan fue construido por Jörg
Neuschel (Núremberg 1557). Gracias a su reputación, los Neuschel tuvieron encargos de las
cortes europeas, incluso del papa León X. Núremberg también fue la ciudad natal de Erasmus
Schintzer (nacido en 1551), el constructor de otro de los trombones más antiguos. Entre los
flamencos destaca Pieter Bogaerds, de Amberes, y Hemy van der Moer, de Malinas (siglo XV). El
Parlamento francés registra y reconoce en 1680, la construcción de instrumentos de viento, ente
ellos los Raoux y Courtois. Los Courtois aún se siguen fabricando. En Inglaterra se menciona a
la familia Distin (1798), como constructores de la trompeta de varas, instrumento que aún se
suele usar en aquel país.

El siglo XVIII

El auge moderno del trombón en la orquesta empieza a partir de 1767 con la ópera de Christoph
Willibald Gluck, Alceste.

Durante el siglo XVIII el acampanamiento del pabellón del trombón se hizo más pronunciado y
los soportes móviles se sustituyeron por abrazaderas firmemente soldadas. La primera parte
del siglo fue también testigo de un declive general en la utilización del instrumento. Pero esta
tendencia se invirtió a finales del siglo, cuando las bandas militares encontraron útil el trombón
y cuando sus asociaciones eclesiásticas y sobrenaturales lo introdujeron en las óperas de Gluck
y Mozart.

Mozart utiliza los trombones para producir ciertos efectos dramáticos en sus óperas La flauta
mágica y Don Juan y lo utilizó en varias de sus obras sacras, como por ejemplo en la Missa
solemnis, Missa en do menor o en el Réquiem. Beethoven sólo lo utiliza en las sinfonías quinta,
sexta y novena. Schubert lo empleó en sus últimas sinfonías y Weber, en sus óperas, mostrando
el efecto maravilloso de los trombones en una armonía muy suave. Georg Friedrich Händel
(1685-1759) le dio una especial importancia en los oratorios Israel in Egypt (1738) y Saul (1738)
y es posible que en El Mesías. Su contemporáneo Johann Sebastian Bach (1685-1750) lo
empleó en muchas de sus composiciones, especialmente en cantatas, aunque nunca le asignó
un solo, cosa que hizo con casi todos los instrumentos, y lo empleó siempre para reforzar las
voces doblando sus partes. Como Händel lo usó con cautela y sin apartarse de la rutina. Johann
Mattheson (1713) hizo hincapié en su gran sonoridad, aunque reconocía que fuera de la música
sacra era de poco uso. Franz Joseph Haydn (1732-1809) lo destacó en Die Schöpfung (1798).

En el siglo XVIII se escribieron los primeros conciertos para trombón, pero estos conciertos no
eran para el trombón tenor que se usa hoy en día sino más bien se parecería al trombón alto.
Algunos otros compositores de esta época fueron Leopold Mozart, Michael Haydn y Johann
Georg Albrechtsberger.
En Alemania los sacabuches se usaron en algunas ocasiones en el acompañamiento de
corales. Su registro cromático los hacía perfectos para estas funciones, lo que las trompetas y
trompas no podían realizar por no poder variar sus notas fundamentales, circunstancia que les
impedía llenar los claros de las series armónicas.

En la zona alemana el trombón perdura para la música religiosa. La Corte de los Habsburgo
contrataba a compositores tanto alemanes como italianos (Fux, Caldara, Ziani) en cuyas obras
sacras, destacaban muchos y bonitos solos para trombón.

Debido a esto, desde Alemania hubo voces en contra de esta utilización del trombón fuera del
ámbito religioso, ya que era considerado como una profanación.

En el siglo XVIII en la música austriaca el trombón tuvo un importante papel. Cuando los altos y
los tenores del coro no cantaban, se tocaban largos solos. Estos pasajes que tenían igual
importancia que las voces eran sacados de una gran variedad de música encontrada entre la
Liturgia romana de la Iglesia católica. El trombón de usaba en misas, oratorios, el “Salzburg
Schuldramen”, vespers, letanías y antífonas.

Existieron tres grandes trombonistas en el siglo XVIII: Thomas Gschlatt de Salzburgo, Anton
Bachschmidt de Melk y Leopold Christian de Viena, que era el más joven de los tres. Los tres
vivieron en la misma época. La Stadtpeifer tradición en Austria todavía producía trombonistas
que inspiraban a compositores como Leopold Mozart, Johann Michael Haydn, Johann Georg
Albrechtsberger, Georg Christoph Wagenseil, e incluso Wolfgang Amadeus Mozart.

Thomas Gschlatt (1723-1806) tocaba el trombón alto. Compositores como Leopold Mozart,
Michael Haydn y Johann Georg Albrechtsberger. le escribieron composiciones exclusivas para
él.

Anton Bachschmidt (1728-1797) fue un músico capaz de tocar el violín y el trombón en el


monasterio de Meltz, Austria. Fue el último de tres generaciones de Bachschmidts todos ellos
Thurnermeisters. Un Thurnermeister (literalmente maestro de la torre) era el encargado de un
pequeño grupo de músicos (Stadtpeifer). Compositores como Melk hicieron composiciones
para él.

En la Capilla de la Corte de Viena aparecen, en las nóminas de 1680 a 1770, los nombres de
cinco trombonistas con el apellido Christian. En concreto, dos de ellos —Leopold Christian Jr. y
Leopold Christian— estaban muy bien pagados y eran muy conocidos por su habilidad como
solistas. Dos Maestros de Capilla de la Corte, Johann Georg Reuter (1708-1772) y Georg
Christoph Wagenseil (1715-1775) escribieron composiciones inspirándose en el talento de
Leopold Christian Jr., incluyendo un concierto de Wagenseil.

El trombón fue un importantísimo instrumento en la música sacra del siglo XVIII. Esto dificultó
su mayor alcance y uso en la música profana hasta la llegada de las bandas militares en el siglo
XIX. La contribución del trombón como instrumento melódico en la música sacra del siglo XVIII
ha sido pasada por alto durante mucho tiempo; en nuestros días esto ha cambiado y se ha
reconocido la importancia del trombón en dicha época.

Se cree que algunos trombonistas de Alemania y de Austria pasaron a Francia y a Inglaterra


durante los últimos 20 años del siglo XVIII para introducir de nuevo este instrumento en esos
países, pero ya no únicamente con finalidad religiosa si no con una finalidad militar, de
orquestas de danzas...

En Alemania, además del trombón tenor era representativo el trombón alto, como se aprecia en
algunas de las composiciones de Albrechtsberger (maestro de capilla de la abadía de Melk), en
concreto su famoso Concierto para trombón alto así como la participación de este instrumento
en otras obras como en la antífona Alma redemptoris mater en la que en uno de sus tres
movimientos comprende solos de trombones altos y tenores. Además en la cercana abadía de
Góttweig, fue nombrado en 1736 organista y compositor Zechmer quien escribió numerosas
composiciones que incluían a los trombones.

El siglo XIX

Berlioz y Wagner, más que nadie, contribuyeron a dar al trombón una posición estable; y
después de 1860 la popularidad de este instrumento aumentó enormemente. Berlioz se
lamentaba en 1843 de que sólo se usara el trombón tenor y no se le diera importancia al
trombón bajo.

Al comienzo del siglo XIX la mayoría de los instrumentos de viento-metal sufrieron una
importante transformación con la invención del sistema de válvulas. El trombón permaneció con
su forma original y no fue modificado. Esto supuso que no se compusiera música para él y
excepto en algunos casos (Rimsky-Korsakov, Weber, Guilmant, David) fue utilizado
exclusivamente en música para orquesta sinfónica.

En esa época la mayoría de los instrumentos de viento metal fueron sometidos a importantes
cambios con la invención de las válvulas. El trombón de varas fue considerado un instrumento
tosco, torpe y la mayoría de los instrumentistas lo abandonaron en favor de la trompa, el
trombón de pistones, o la corneta por lo que obras como la Romanza para trombón y piano de
Weber fue olvidada durante más de un siglo.

Debido a la invención de las válvulas, en el principio del siglo XVIII, el trombón perdió
importancia.

Sin embargo, en Leipzig, se inició una época que devolvió al trombón de nuevo su gran
popularidad. En 1815 un trombonista llamado Friedrich August Belcke estaba empleado en la
Gewandhaus Orchestra y su debut en ese mismo año fue aclamado de en la Allgmeine
Musikalische Zeitung por su virtuosismo y conocimiento del instrumento. Ese año Belcke dejó
Leipzig y consiguió trabajo en Berlín. Desde aquí comenzó su carrera como solista con giras que
le llevaron por toda Europa.

Aunque Belcke abandonó Leipzig, el trombón siguió ganando gran importancia allí. En 1817 un
joven de 17 años llegó a la ciudad al conseguir un trabajo como violinista y trombonista en la
Leipzig Stadstmusik. Se llamaba Carl Traugott Queisser. Durante algunos años fue violinista en
el Matthäi Quartet y estuvo como líder en la orquesta Euterpe, pero su gran contribución a la
música la hizo como trombonista en la Gewandhauss Orchestra, donde trabajó desde 1820
hasta 1843. El debut de Queisser como solista no fue menos exitoso que el de Belcke.

Después de este gran debut, Queisser apareció como solista con la Gewandhaus Orchestra en
muchas ocasiones, y creció su fama en Alemania.

Por su gran popularidad y por quedar impresionado al escuchar a Queisser, Mendelssohn (que
se convirtió en director principal de la Gewandhaus Orchestra en 1835), le prometió un concierto
para trombón, que no compuso al enamorarse de Cecile Jeanrenaud y casarse con ella en 1837,
olvidándose del tema. Afortunadamente Mendelssohn no fue el único compositor de Leipzig de
esa época. En el primer año en la orquesta, Mendelssohn tenía como maestro a su colega y
amigo Ferdinand David. Queisser y David se conocieron y este último prometió a Queisser
componer lo que Mendelsson no tuvo tiempo para realizar: un concierto para trombón. David
acabó su concierto para trombón Op.4 en 1837. El estreno de la obra se convirtió en un gran
acontecimiento y fue tocado en varias ocasiones, no solo en Alemania sino también en el
extranjero. Este concierto fue considerado su mejor trabajo.

Después de la muerte de Queisser en 1846, el trombón pasó desapercibido en Alemania para el


público de música seria durante largo tiempo. Los sucesos de Leipzig , sin embargo, no pasaron
desapercibidos para el resto de Europa. Esto hizo que en Francia creciese el interés por este
instrumento al tiempo que en Alemania disminuía. En el Conservatorio Superior de París se creó
un ambiente muy favorable para el trombón.

Pero aparte de la presentación de Belcke lo que aumentó la popularidad del trombón fue la
revolucionaria invención del trombón en F en 1816. Esto fue probablemente lo que inspiró a Carl
María von Weber a componer su Romanza para trombón y piano escrita poco después.

La creación de la clase de trombón en el Conservatorio Superior de París hizo aumentar


considerablemente el repertorio para trombón. Esta clase se introdujo experimentalmente por
Cherubini en 1833 con Félix Vobaron como profesor, la clase se hizo oficial en 1836 siendo
dirigida por Antoine Dieppo (1808-1878) hasta 1871. Dieppo, que fue admirado por Berlioz, fue
Trombón Solista de la Ópera y Sociedad de Conciertos del Conservatorio. Junto a Fréderic Berr
escribió uno de los primeros métodos para trombón. Sus sucesores fueron Saul Delisse (1817-
1888) desde 1871 hasta 1888, seguido de Louis Allard (1852-1940) desde 1888 hasta 1925.

La clase de trombón de pistones se sumó a la de trombón de varas entre los años 1857 y 1870.
Los primeros Solos de Concurso para exámenes del Conservatorio fueron escritos en 1838. Son
piezas importantes para la evolución del repertorio. Sus autores no fueron conocidos hasta
1842, siendo algunos de los primeros Dieppo, Verroust, Gounoud o Bazin. Una importante parte
de estos trabajos se ha perdido.

El perfeccionamiento del sistema de válvulas fue lo que causó una revolución en la fabricación
de instrumentos musicales. Adolphe Sax (1814-1894) utilizó estos sistemas de válvulas para
modificar y crear nuevos instrumentos. El trombón de válvulas supuso en un principio una
importante revolución pero progresivamente cayó en desuso. Este trombón poseía seis válvulas
independientes que representaban las posiciones de la vara. La complejidad de su técnica y la
exageración que hacía de las imprecisiones de la entonación provocó que rápidamente se
dejara de utilizar.

A finales del siglo XIX muchos músicos se dieron cuenta de que el extraño y bonito timbre de los
instrumentos de metal se había perdido con los instrumentos de válvulas y que las válvulas no
mejoraban la técnica de los instrumentos por lo que la popularidad del trombón fue en aumento
y el interés por este instrumento creció desde entonces.

Durante el siglo XIX el trombón entró a formar parte de las orquestas sinfónicas. A partir de
Berlioz el uso del trombón se hizo necesario para la gran orquesta sinfónica y los compositores
más importantes escriben para él. Wagner contribuyó a darle una posición estable.
El siglo XX

Trombón de cilindros

Es en este siglo cuando los compositores han explotado todas las posibilidades del trombón, no
solo en la orquesta (confiándole importantes solos), sino también en su papel como
instrumento solista, ya que la literatura para trombón solista ha aumentado considerablemente.

La mayoría de la música compuesta para trombón se ha producido entre 1940 (fecha en que se
escribió la Balada de Martin) y nuestros días.

Se podría afirmar que el renacimiento del trombón comenzó en los Estados Unidos a comienzos
del siglo XX. El trombonista de jazz Jack Teagarden y Arthur Pryor, cada uno en su tipo de
música, llevaron el trombón a unos límites antes no conseguidos.

No fue hasta mitades de siglo cuando los compositores clásicos de Estados Unidos
comenzaron a escribir en serio música para trombón como solista. Los pensamientos de los
solistas todavía no influían en los compositores de música seria: la música de Teagarden o de
Pryor estaba infravalorada. El jazz era una música para negros, la música de Pryor estaba
dedicada a la clase obrera media-baja, mientras que los compositores de música seria escribían
música para los grupos de intelectuales.

Es por esto bastante natural que la primera vez que se escribió de manera seria para trombón
como instrumento solista lo hiciera un compositor que estuviese interesado en la técnica de la
música de jazz, de la música ligera y de la música clásica.

Repertorio destacado
Beethoven, Ludwig van - Trios Iguales

Berio, Luciano - Sequenza V - Trombón solo

Bozza, E. - Ballade - Trombón y piano

Chávez, Carlos - Concierto para trombón y orquesta

David, Ferdinand - Concertino Op. 4 (arr. Muller) - Trombón y piano

Debussy, Claude - Beau Soir (arr. Brown) - Trombón y piano

Debussy, Claude - Romance - Trombón y piano

Dewanger - Humoresque - Trombón y piano

Dubois, P.M.- Cortege - Trombón y piano

Dutilleux - Coral, Cadencia y Fuga - Trombón y piano

Fievet, P. - Leyenda Celta - Trombón y piano

Françaix, Jean - Concierto para trombón e alientos de madera

Grondahl,Launy - Concierto para trombón y orquesta

Howard, E. - Concierto para Trombón y orquesta

Lieb, Richard - Concertino Basso - Trombón bajo y piano

Oblitas-Bustamante, M. - Brass Concert Op. 9 para dos trombones

Pryor, A. - Campanas azules de Escocia'

Rimsky-Korsakov, Nicolai - Concierto para trombón

Ropartz, Guy - Pieza para trombón y piano

Rota, Nino - Concierto para trombón y orquesta

Saint Saens, Camille - cavatine-concierto para trombón y piano

Tomasi, Henry - Concierto para trombón y orquesta

Weber, Carl Maria von - Romanza para Trombón y piano

Trombonistas

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