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Diferencias entre neumonía y bronquitis

Diferenciar una neumonía (o pulmonía) de una bronquitis no siempre es fácil para el


paciente. En función de la gravedad, pueden presentar síntomas coincidentes y la forma de
prevenir ambas patologías es la misma: evitar el tabaco y vacunarse contra la gripe y el
neumococo. En el Día Mundial contra la Neumonía -12 de noviembre-, el portavoz de la
Sociedad Española de Enfermedades Infecciosas y Microbiología Clínica (Seimc), Jordi
Carratalá, explica para CuidatePlus las principales similitudes y diferencias entre esta
enfermedad y la bronquitis.
En primer lugar, “la neumonía es una infección del tejido pulmonar causada por virus,
hongos o bacterias, mientras que la bronquitis es una inflamación del árbol bronquial, una
situación más leve en la que se intuyen varias causas”, explica el especialista. La primera de
ellas reviste mayor gravedad: según los datos de la Seimc, la tasa de mortalidad de la
neumonía varía entre un 1 y un 2 por ciento en pacientes ambulatorios, un 8 por ciento en
enfermos hospitalizados y un 30 por ciento en aquellos que requieren ingreso en cuidados
intensivos. La bronquitis, por el contrario, puede adquirir un carácter crónico y rara vez es
causa primera de muerte. La pueden provocar virus, bacterias o agentes irritantes como el
humo, de ahí que no fumar sea una de las principales medidas preventivas. También lo es en
el caso de la neumonía. “Cuando los cilios están arrasados por el tabaco, es mucho más fácil
sufrir una infección”, apunta Carratalá. “Evitar fumar es la primera medida que debe
tomarse para prevenir tanto la neumonía como la bronquitis”, subraya.
Aunque es necesario acudir al médico para obtener un diagnóstico preciso, los síntomas de
ambas patologías pueden ayudar al paciente a diferenciar si el cuadro que presenta
corresponde a una neumonía o a una bronquitis. “La neumonía causa fiebre, dolor en el
tórax, tos, expectoración y, en los casos más graves, dolor muscular u óseo y falta de aire, lo
que se denomina disnea”, detalla el portavoz de Seimc. “En cambio la bronquitis no suele
dar fiebre y se caracteriza por una tos persistente”, afirma.
Junto el abandono del hábito tabáquico, la vacunación contra la gripe y el neumococo son
las medidas más eficaces para prevenir no solo la neumonía, sino también la bronquitis,
relacionada en muchos casos con procesos catarrales mal curados.
La vacuna antigripal debe administrarse cada año y está especialmente recomendada para
personas mayores de 65 años, enfermos crónicos, pacientes inmunodeprimidos, personal
sanitario y cuidadores de sujetos en grupo de riesgo. Esta vacuna también se aconseja frente
a la neumonía, ya que el virus de la gripe puede por sí mismo desencadenarla, o facilitar la
infección por bacterias que pueden producir esta enfermedad. “Las neumonías en las que
están implicadas concomitantemente el virus de la gripe y bacterias son especialmente
graves, de ahí la necesidad de la vacunación”, apunta el Carratalá.
Cabe destacar, por otro lado, la vacuna antineumocócica, para proteger frente
al Streptococcus pneumoniae, el organismo que con mayor frecuencia provoca neumonía.
También está indicada en personas mayores y en los pacientes de los grupos de riesgo. “Es
necesaria una dosis y otra de recuerdo transcurridos cinco o seis años”, especifica el
portavoz de la Seimc.
Recuperado de
https://cuidateplus.marca.com/enfermedades/respiratorias/neumonia/2015/11/12/
diferencias-neumonia-bronquitis-97223.html

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