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COSTA RICA: SE VENDEN ACTIVOS DEL ESTADO

A diario esperamos noticias de lo que el gobierno tiene previsto para Costa Rica. Ya sabemos quién es
Carlos Alvarado, de modo que nada puede sorprendernos, solo que necesitamos la capacidad de
proyectarnos y visualizar a la Costa Rica de los finales del gobierno del PAC y los inicios de un nuevo
presidente, muy probablemente, nombrado por el bipartidismo tradicional y reaccionario que nos
gobernaba antes del desastre “paquiano”. Ese ejercicio, mental servirá como punto de referencia y
advertencia de lo que nos espera y de lo que sigue. De modo, que no nos hagamos los tontos y dejemos
de creer en el discurso disfrazado, de que se requieren algunos otros cambios para poner a “tono” al
país. No son algunos otros cambios, el gobierno quiere arrasar y dejar un estado minimizado y débil, así
los sectores más retrógrados se irán apoderando poco a poco del país.

Alvarado pudo haber nombrado a cualquiera de los economistas liberales que gustosamente hubieran
accedido a un jugoso salario y a la publicidad que diariamente la prensa le da al Ministro de Hacienda,
pero prefirió “importar” un Ministro, que probablemente extrañando a su patria, dejó su bien retribuido
trabajo en Indonesia y se vino al llamado de su pueblo. Hasta la fecha, el nuevo ministro anda con
pañitos tibios, pero a mí no me venga con cuentos. Me decía un amigo que recientemente se vino a
radicar a Costa Rica, que si es cierto que estamos “quebrados”, ¡por supuesto que no¡ le dije. Eso sí, le
advertí, la mejor manera de que todos justifiquen mis actos extremos, es hacer creer que estamos con el
agua hasta el cuello.

Vender activos es la principal salida de un empresario en bancarrota, me correspondió en calidad de


consultor participar en la intervención judicial de una importante empresa costarricense. La falta de
liquidez fue provocando que se vendieran activos para proveerse de insumos y para cancelar las deudas,
pero jamás se vendieron activos que eran claves para la marcha del negocio, y tampoco se consideró
que lo que se vendían eran las joyas de la abuela. Se vendían terrenos y edificios que podrían ser
garantía de créditos, pero ya la mala fama de la empresa dentro del entorno no permitían que los
proveedores de crédito creyeran en ella.

Un país no es una empresa, no es un simple negocio. Los activos del Estado no tienen dueño, son del
pueblo porque se han hecho a partir del pago de los impuestos, y no son los más poderosos quienes más
aportan con esos impuestos, en Costa Rica los principales ingresos tributarios los aportan los asalariados
e indirectamente y sin distingos los consumidores. Irónicamente, al vender un activo quienes han
aportado para adquirirlo son despojados de éste, y resulta que para mejorar la situación fiscal, no solo le
han vendido sus activos, sino que son las principales víctimas del depredador sistema impositivo.

La venta de un activo requiere de un minucioso estudio, no solo hacer inventarios para determinar el
valor en libros de éste, se requiere medir el costo de oportunidad de dejar de tener dicho activo. Hay
quienes se rasgan las vestiduras y abren su gran boca diciendo que hay que vender RECOPE (Refinería
Costarricense de Petróleo). Supongamos que se venda:

a. ¿Cuánto desempleo se genera?


b. ¿Subirán o bajarán los precios para el consumidor y en qué proporción?
c. ¿Cuántos proveedores de RECOPE, perderán sus negocios, al romperse todo el encadenamiento
que existe entre empresas pequeñas, medianas y grandes que le brindan productos y servicios a
RECOPE?
d. Políticamente pasaremos a depender de transnacionales, quienes quitan y ponen presidentes,
amenazando con una subida de precios y su consiguiente inflación.
e. ¿Bajarán los costos de producción? cuando sabemos que los salarios y honorarios de los
ejecutivos privados en este tipo de empresas son enormes y los de los ejecutivos de RECOPE se
verán insignificantes a la par de estos nuevos ejecutivos privados.
f. ¿Qué pasará con los ingresos del gobierno que genera RECOPE a través de impuestos?
¿Aceptarán las transnacionales que se apliquen a sus productos? (debemos recordar que los
precios de los combustibles son más altos que en otros países por estos impuestos) O sea, al
final de cuentas el dinero que recibe el Estado por la venta de Recope, puede no compensar los
impuestos y es así como el déficit fiscal se dispara.

En Costa Rica no se vendió el Instituto Nacional de Seguros, en su lugar se abrió el mercado. Estamos
mejor con ello, ofrecen los seguros privados mejores condiciones? Por supuesto que no, más bien el INS
sigue siendo más eficiente a pesar de que le corresponde cubrir seguros solidarios como los Riesgos de
Trabajo, servicios que los seguros privados no tienen interés de ofrecer. Tampoco se vendió el ICE, pero
se abrió el mercado de telecomunicaciones, y estamos mejor? ¿Ofrece el sistema de telecomunicaciones
privado el servicio de fibra óptica, son mejores las telecomunicaciones privadas que las de Kölbi-ICE?

Si vender un auto, cuando estamos necesitados de dinero para pagar las deudas, requiere de cálculos
para valorar el costo de oportunidad de tener que viajar en bus, de cómo resolver el problema de
transporte de los hijos etcétera; imaginemos lo que hay que hacer con cada ocurrencia de nuestros
gobiernos para deshacerse de activos.

Ya he leído a varios defensores de la “minimización” del Estado, subvalorando la venta de FANAL


(Fábrica Nacional de Licores). Insinúan que con eso, no se pagaría ni el recibo de luz, que son como las
joyas de fantasía de la abuela. El guaro, para bien o para mal, es un producto de primera necesidad
dentro de una canasta de consumo para sectores medios y de bajos ingresos. De manera que desde
hace muchos años, el gobierno para combatir el contrabando de licor contaminado, decidió fabricarlo y
venderlo. Visionarios del marketing, consideraron que había un mercado cautivo, pero además de eso
producen un alcohol para fricciones, menos destilado, que venden al sistema de salud pública del país,
de enorme utilidad por supuesto. Negocio redondo para una empresa comprar FANAL, no por sus
activos, sus máquinas de destilación y sus edificios y sus proveedores de caña de azúcar, sino que por su
mercado y su marca “Guaro Cacique”, licor de consumo nacional y de importación y su mercado de
alcohol en el sistema de salud. Así quien no la compra. Pero quienes minimizan su valor, para justificar
su venta, dicen que hasta va a costar venderla, y que no alcanza el dinero de su venta ni para pagar la
luz. Creo que ya el Ministro de Hacienda, antes de su propuesta, tenía compradores. Minimizar el valor
e importancia de un activo, es una estrategia para justificar su venta.

Así andamos en este país, se nos está cayendo, no por su situación fiscal, sino que por la falta de
imaginación y creatividad de sus gobernantes, presionados por los grandes sectores empresariales.
Carecemos de imaginación, somos pobres en pensamiento y estamos copiando a los gobernantes de
países como Brasil, Colombia, Chile, EL Salvador y hace poco Argentina, que están vendiendo a su propia
madre y que solo reciben instrucciones del norte, de un presidente decadente, que disfrazado de
millonario hace creer que su éxito financiero se debe trasladar a los gobiernos.

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