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Arquidiócesis de Valencia

Seminario Mayor Arquidiocesano


“Nuestra Señora del Socorro”
Afiliado a la Pontificia Universidad Javeriana de Bogotá
San Diego, Carabobo.
Autor: Andrade, Gabriel
Cátedra: Eclesiología

El Concilio Vaticano II fue convocado por el Papa San Juan XXIII en el año 1962.
La elaboración de este Concilio será el fin de la monarquía en la iglesia. Algunos ven un
caos en el proceso ya que se amenaza nada más y nada menos que 20 siglos de historia
eclesial. La pregunta que surge de todo esto es ¿Porque el Papa Juan XIII se arriesgó a una
revolución eclesial?

Algunos respondían esta pregunta diciendo que la iglesia se había quedado atrás. Y
ciertamente esa era la realidad. El siglo XX, a causa del modernismo, (el fascismo,
comunismo y el capitalismo), avanzó más rápido que la iglesia. El progreso estaba
haciendo pedazos la ética y la moral.

El año que muere el Papa Pio XII se observan grandes avances en la tecnología y en
la medicina. La exposición central es la nave espacial Soviética Sputnik. A tres meses luego
de la elección como Papa de Juan XXIII este llama a un Concilio que genera la
actualización de la iglesia: comienza una nueva era para los cristianos. Juan XIII cambia
por completo la imagen del Sumo pontífice, sus orígenes son humildes, en su pontificado se
muestra más abierto y resulta popular ante la sociedad.

Por primera vez el concilio no se reúne para condenar una herejía, su propósito es
que la iglesia esté de acuerdo con su tiempo y las exigencia que este demanda, por
consiguiente, se esfuerce por detener el preocupante declive de la práctica y de las
vocaciones religiosas que se había generado a finales de la década de los 50.
En 1926 Monseñor Kadier propicia en Francia un movimiento. Su intención:
recuperar a la clase obrera para el cristianismo. Goden, Presbiterio, (1943) escribe un libro
llamado “Francia de misión”. En él, presenta una devastadora situación religiosa entre la
clase obrera. Por tanto, en una pequeña ciudad cercana a Paris un grupo de sacerdotes
jóvenes se proponen ya no esperar más a los trabajadores en las iglesia sino ir a buscarlos
casa por casa para anunciar el evangelio.

Pero, esto resulto un trabajo difícil. Dominaba el comunismo y las críticas a la


iglesia eran muchas. Este mismo grupo empezó a celebrar ritos iguales, tanto para los
pobres como para los ricos, ya que existían ritos distintos de Matrimonio y de exequias para
ambos. Además, lo hacían ya no en latín sino en su lengua vernácula, francés. A ellos se le
debe la reforma de la misa que más tarde el Concilio impondría para toda la iglesia 20 años
más tarde. “La iglesia era para los ricos”, era la visión de la clase obrera. Tras la liberación
de Francia, otros sacerdotes intentaron copiar el modelo de sacerdocio de aquellos jóvenes
sacerdotes. Otros sacerdotes tomaron medias más extremas, se metieron en el mundo
obrero para acercar más la iglesia a los pobres. Algunos, sospechan de los sacerdotes y
sostenían la idea de que estos habían sido enviados por su “patrono” para espiarlos.

El 14 de noviembre de 1954 Pio XII pone fin al experimento de los sacerdotes como
obreros. Varios de ellos prefieren volver al mundo secular, otros se someten satisfecho de
haber demostrado que la iglesia no está necesariamente del lado de los poderosos, los ricos
y del orden establecido. Es una idea principal e importante que guiara las premisas del
Concilio Vaticano II. Con estos aires se inaugura el Concilio y, con esta descolonización, la
iglesia se abre al tercer mundo.

La curia romana, obviamente, no veía con buenos ojos este Concilio, menos aún con
aquella cantidad de obispos que no conocían. Buscaban controlar todo lo que se pudiese
decir o hablar, por ello, con gran premura realizaron un mínimo calendario para ellos
mantener el control de todo. La curia, al igual que otras administraciones, preparaba
reuniones con aquellos que no estaban de acuerdo con algo que se efectuara y de este modo
evitar los “daños” que el Concilio pudiese efectuar. Es aquí donde se rompe el equilibrio.
Muere Juan XIII en 1963 y en roma se teme lo peor para el Concilio, fueron
momentos de mucha confusión. Aquellos que estaban en contra del Concilio pensaban en
enterrar todo lo que se había realizado.

Comenzaron comentarios en donde se acusaba a la iglesia de pomposa en sus


celebraciones y que se debía mostrar signos externos de pobreza. Pero, aun así lejos del
Vaticano, surgen algunas reuniones por el poder.

Sin embargo el Concilio avanzó. Poco a poco se van haciendo correcciones sobre
borrador original en cuanto al papel de los laicos, el ecumenismo y la formación de
sacerdotes y misioneros. Durante estas redacciones, había la influencia de muchas grupos e
ideas de pensamiento, varios de ellos presionaban para que sus ideas fuesen reconocidas
como suyas. Comenzaron a utilizar elementos de publicidad para hacerse ver: panfletos,
volantes, entre otros.

Pablo VI, quiso avanzar con el concilio, en un viaje a Jerusalén se encuentra con
unos de los altos mandatarios Patriarca Atenágoras de la iglesia ortodoxa. Católicos y
ortodoxos vuelven a encontrarse tras nueve siglos de condenas mutuas.

Las últimas sesiones del Concilio están dedicadas a la iglesia y el mundo moderno.
Un mundo que quiere librarse del peso que la iglesia les impone. ¿Cómo el humano puede
ser cada vez más humano si se le cuartea la libertad?, era la pregunta de pensadores de esa
época. Dios es presentado como el rival de la humanidad. La sesión 13 buscaba dar
respuesta a este dilema que existía en el hombre moderno. Se logró pues el reconocimiento
de la igualdad entre el hombre y la mujer, la condena del racismo, el apoyo a los derechos
humanos, tema largamente debatido por la iglesia. En el tema de Los anticonceptivos y el
matrimonio de los sacerdotes existía una notable división, por tanto, el Pablo VI decidió
sacar estos temas de la agenda.

El 8 de diciembre 1965 se concluye el Concilio dura solo 3 años gracias a la


inteligencia y astucia de Pablo VI. La idea de la colegialidad reina, los obispos incrementan
su poder a costa de roma y los seglares tienen voz en la asamblea capitular.
Tras el Concilio, algunos grupos de sacerdotes jóvenes buscaron la forma de ser
escuchados. Querían la libertad para trabajar, para ejercer la política y la libertad sexual.
Denuncian el conservadurismo de la iglesia demasiado alejada de las batallas sociales y
políticas. “Si queremos predicar el evangelio de la libertad tenemos que ser hombres libres”
atestiguaban. En 1970 Pablo VI anuncia su decisión en contra del matrimonio de los
sacerdotes. Es un no definitivo.

La iglesia empezó a ser condenada porque se comportaban al igual que el partido


burocrático comunista y a su manera obligaban a la iglesia a caminar por donde ellos
quieren. En otras partes, existían descontentos con el Concilio Vaticano II, creían que la
iglesia estaba confundida, que habían dejado de escuchar a Dios y empezaron a escuchar al
mundo y la moral había sido degrada a causa del modernismo, por tanto, hicieron caso
omiso del Vaticano II y siguieron empleando lo que la iglesia siempre había enseñado.
Muchos de ellos fueron excomulgados pero no aceptaban dicha excomunión dada por el
Papa.

El Concilio dio pasos de progreso en la liturgia como por ejemplo, que las misas
fuesen celebradas en la lengua vernácula y no en latín como siempre se había hecho. En
1965 un grupo teólogos, músicos y clérigos se reunieron para traducir la liturgia latina.

Algunos juzgaban a la iglesia de por querer ser racional habían eliminado el


misterio. Surge en Norteamérica, 2 años después del Concilio el movimiento de los
carismático. Buscan profundizar en el lenguaje del corazón buscando en el cielo, sin temor
alguno, lo sobrenatural, cantando en otras lenguas inspiradas por el Espíritu Santo. A
principio de los 70 este movimiento reúne más fieles tras el desconcierto de los obispos
norte americanos que debía enfrentarse a las sectas guardan las distancias. En 1975, se
obtiene de la Santa Sede el reconocimiento de los carismáticos.

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