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Aristóteles y la Política
22 de abril de 2008 Publicado por Malena
El Estado para Aristóteles tiene como base a la familia la cual cubre las necesidades
cotidianas de sus miembros. Cuando se agrupan varias familias con la necesidad de
abastecer al grupo constituye una aldea y cuando esta aldea se agranda y forma una
comunidad se transforma en la ciudad estado capaz de bastarse a si misma casi por
completo.
Este punto de vista puede ofender nuestros principios pero hay que recordar que para
Aristóteles existen las diferencias individuales según las capacidades, por lo tanto, esta
singularidad los destina a ocupar diferentes posiciones sociales.
No obstante, insiste sobre la necesidad de no abusar de los esclavos, ya que sus intereses
son los mismos que los de sus amos, debiendo darles la posibilidad de contar con la
esperanza de la emancipación.
Tampoco admite que los hijos de esclavos tengan que ser necesariamente esclavos ni que
la conquista de territorios justifique la esclavitud.
Con respecto a los bienes materiales, en la ciudad estado existen distintas maneras
naturales de adquirir riquezas, una corresponde a la acumulación de las cosas
indispensables para la vida y la otra es el intercambio, como modo natural de conseguir
bienes.
A los mecánicos y artesanos los excluyó del derecho que tenían los demás ciudadanos de
asistir a la Asamblea y a los Tribunales, por considerar que carecían de tiempo para esas
actividades y por creer que la práctica artesanal libera al alma y no le permite ver la virtud.
Para Aristóteles la aristocracia es la mejor forma de gobierno para ser gobernados como
hombres libres por hombres verdaderamente capaces, aunque también propone una clase
intermedia de democracia que habilita a asumir cargos a quienes lo merecen.
Aristóteles daba gran importancia a la educación que según él debería estar en manos del
Estado. La primera educación debe ser la del cuerpo y sus apetencias y lo más importante
en la educación será la moral, ya que el ciudadano deberá ser formado para ser primero
un buen soldado y luego un buen gobernante o magistrado.
De un estado sano y moral surgen individuos también sanos y morales, y todas las
medidas políticas deberán estar orientadas hacia la paz.
Los estados militaristas sólo se destacan en las guerras pero en la paz se derrumban.