Está en la página 1de 1
Coloca en el espacio en blanco la letra h si asi lo requiere. (Fragmento) iDiles que no me maten, Justino! _anda, vete a decirles eso. Que por caridad. _asi diles. Diles que lo _agan por caridad. ~ —No puedo. _ay _alli un sargento que no quiere _oir _ablar nada de ti. —_az que te _oiga. Date tus majias y dile que para sustos ya _a estado bueno. Dile que lo _aga por caridad de Dios. —No se trata de sustos. Parece que te van a matar de a de veras. Y yo ya no quiero volver _alla. —__anda otra vez. Solamente otra vez, a ver qué consigues. —No, no tengo ganas de ir. Segiin esto, yo soy tu_ijo. Y, si voy mucho con ellos, acabaran por saber quién soy yo y les dard por afusilarme a mi también. Es mejor dejar las cosas de este tamafio. ~ anda, Justino. Diles que tengan tantita ldstima de mi. Nomas eso diles. L...] Lo _abian traido de madrugada. Y a_ora era ya entrada la mafiana y él seguia todavia _alli, amarrado a un _orc6n, esperando. No se podia estar quieto. _abia _echo el intento de dormir un rato para apaciguarse, pero el suefio se le _abia _ido. También se le _abia _ido el _ambre. No tenia ganas de nada. Sdlo de Vivi. A_ora que sabia bien a bien que lo _iban a matar, le _abia entrado unas g2- nas tan grandes de vivir como sdlo las puede sentir un resucitado. Tomado de Rulfo, Juan (1998). El llano en llamas. México: Fondo de Cultura Econémica. Pags. 101-102

También podría gustarte