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IDEAS GENERALES
Las primeras esculturas de Grecia surgen por una necesidad religiosa, como en Egipto o
en Oriente Próximo, aunque los artistas no están lastrados por el peso de una
religiosidad controlada. Las innovaciones se transmiten rápidamente, llevadas por los
propios artesanos-artistas que se trasladan de una ciudad a otra y los talleres asimilan de
una forma tan veloz las novedades que en apenas 150 años se recorre el camino desde el
tipo convencional, al realismo.
La mayor parte de la escultura en Grecia está hecha para ser colocada bajo la luz del sol,
en necrópolis, señalando las tumbas o como exvotos en santuarios. Son formas ideadas
en sí misma sin el soporte de la arquitectura. Sólo las oscuras y rígidas estatuas de culto
se conciben para ser exhibidas en la penumbra del interior de la cella de los templos,
donde sólo llega la luz del sol.
Las piezas más antiguas, tal vez fechadas a finales del siglo VIII a.C., son las toscas
estatuillas de bronce de Dreros, Creta, que miden entre 40 y 80 cms. hechas con placas
de bronce martilleadas sobre un alma de madera y donde las distintas partes quedan
unidas con clavos. Descubiertas en el templo de Apolo, representan probablemente al
dios entre Leto y Artemis. Son las estatuas más antiguas que nos han llegado. El
Olimpia se han hallado ejemplos del primer tercio del siglo VII a.C. Un busto de una
figura femenina alada de principios del siglo VI a.C., de más de 50 cms. de altura, es
una de las mejores conservadas con esta técnica del martilleado.
La escultura de gran tamaño no aparecerá hasta mediados del siglo VII a.C. Desde ese
momento y hasta el final de las Guerras médicas (480 a.C.) la atención de los artistas se
va a centrar en el desarrollo de dos tipos básicos: el Kouros o muchacho y la Koré o
muchacha. El material que se utiliza en época arcaica es sobe todo mármol de las
Cícladas, mucho más duro que el poros y que requiere instrumental distinto y diferentes
técnicas. Primero dominan las canteras de Naxos y desde mediados del siglo VI a.C. la
del rosáceo de mármol de Paros; el mármol del Pentélico no empezará a usarse hasta
mediados del siglo VI a.C. y será en el siglo V a.C. cuando se generalice.
La primera estatua de gran tamaño procede de Delos (640 a.C. ) y fue encontrada cerca
del santuario de Artemis. Son ofrendas de los habitantes de Naxos al gran santuario de
Apolo. Nicandra es la primera escultura de mármol de tamaño natural, tres veces más
grande que la Dama de Auxerre. La imagen lleva una inscripción en bustrofedón; sujeta
algo en la mano.
EL HOMBRE DESNUDO
Los Kouros se elaboran desde fines del siglo VII a.C. Estos primeros ejemplos son
colosales, a veces de más de 3 m. de altura. Probablemente sea influencia egipcia, pero
los griegos reinterpretan el modelo: para los griegos, el desnudo es heroico o atlético.
Dignifica, heríos, acerca los hombres a los dioses. El desnudo masculino construye la
imagen genérica del hombre perfecto. La belleza encierra virtud y la virtud se expresa
en la belleza. Se representa un cuerpo musculado, reflejo del ideal homérico. El desnudo
masculino es la imagen de la belleza del áristos, del primero, de aquel que posee más
virtud (areté), es la visualización del héroe, la única forma de trascender a la muerte.
KOUROI Y KORAI
Muchos de los primeros kouroi son estatuas funerarias. Las estatuas femeninas como
señalización de tumbas son excepcionales.
Entre los primeros kouroi destacan los hallados en el Ática, en el cementerio del Dípilon
o en el santuario de Poseidón en Sounion. Los músculos se marcan obsesivamente sólo
con incisiones y muchos detalles. Como las orejas o las rodillas, recuerdan la
decoración de muebles, volutas o acanaladuras decorativas de procedencia oriental. Los
rostros muestran los enormes ojos abiertos, abombados, de enorme tradición oriental. El
pelo, trabajado en pisos, cae por la espalda y en la frente los rizos se representan como
decorativas volutas. La preocupación del artista será ir corrigiendo hacia el naturalismo
los distintos errores anatómicos heredados de la vieja tradición.
Ejemplos del periodo arcaico medio son dos esculturas halladas en la acrópolis de
Atenas, el jinete Rampin y el Moscóforo (560 a.C.), que fue un exvoto ofrecido por
Rombo. Aquí un hombre adulto, barbado, se ofrece en el santuario de Atenea con el
ternero sacrifical, cubierto con un manto que se adapta como una membrana, sin
pliegues, a su cuerpo.
Los kouroi del arcaico final dan el paso definitivo a la comprensión realista de la
anatomía. Los últimos han perdido la sonrisa arcaica, el rostro cargado de seriedad y el
armonioso cuerpo lleno de vitalidad. Tanto el Efebo de Critios como el Efebo Rubio ya
no tiene la abundante cabellera suelta a la moda jonia sobre sus hombros; la austera
moda del pelo recogido o corto, más adecuada a un atleta empiezan a imponerse. Sus
imágenes se acercan más al mundo clásico.
¿Quiénes son y qué representan?, ¿Tienen una única función?. Para algunos, las figuras
masculinas representan a Apolo, un dios vigoroso y robusto con largos cabellos
cuidadosamente peinados.
Tanto los kouroi como las kores son imágenes bellas, agradables, posibles exvotos para
los santuarios. Algunas esculturas son funerarias, usándose como marca o señal. Los
primeros kouroi que señalan tumbas tienen un carácter protector, apotropaico. Más tarde
su tamaño se reduce a una escala más humana pero siempre expresión de la divinidad.
Son objetos sagrados, ofrendas agradables al dios, imágenes heróicas que expresan la
areté, la virtud, la belleza del noble.