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Los bosques y el agua dulce: conexiones vitales (FAO-2003).

La ordenación sostenible de los bosques es vital para proteger las reservas mundiales de
agua

El agua es esencial, decisiva para la vida humana. El 40 por ciento de los alimentos que
se producen en el mundo se cultiva en sistemas de riego, con agua dulce; el 12 por
ciento del pescado que se consume en todo el mundo también es de agua dulce, y un
20 por ciento de la electricidad que consumimos se genera gracias al agua.

Pero cada vez se hace más evidente que sin una gestión sostenible de este recurso finito,
se agravarán los problemas de suministro de agua que están presentándose, con serias
consecuencias para la agricultura y la seguridad alimentaria, especialmente en el mundo
en desarrollo.

Los estudios de la FAO prevén que para 2030 uno de cada cinco países en desarrollo
tendrá problemas de escasez de agua.

Un sector que requiere más atención, dice la FAO, es divulgar mejor el papel de los
bosques en la conservación de las reservas de agua y elaborar planes de ordenación
forestal que lo tomen en cuenta.

La FAO lleva este mensaje al Congreso Forestal Mundial que se realiza en Quebec,
Canadá, del 21 al 28 de septiembre. Esta reunión, celebrada cada seis años, congrega
esta vez a más de 3 000 silvicultores, científicos, miembros de comunidades forestales y
otros interesados de más de 160 países.

"Se pedirá a los científicos forestales que demuestren con mayor claridad la función de
los bosques en el equilibrio hídrico –dice R. Michael Martin, Director de Políticas e
Información del Departamento de Montes de la FAO-. Se pedirá a los silvicultores que
den prioridad en sus planes forestales a la gestión del agua. Se buscará una participación
más directa de los interesados en los bosques, en las cuestiones relacionadas con el uso
del agua en las tierras altas y río abajo".

Contribuyen a filtrar el agua del planeta

La FAO presta mucha atención a las conexiones entre bosques y agua, en virtud de la
mayor atención mundial a los problemas del suministro hídrico.

Además de todos los demás beneficios que ofrecen los bosques, su participación en la
gestión del agua es decisiva, a parecer de la FAO.

Los bosques mantienen en buen estado los ecosistemas acuáticos y proporcionan


suministros fiables de agua dulce potable. Pero los bosques no sólo filtran y depuran el
agua, también evitan la erosión del suelo, reducen la sedimentación de los depósitos y
disminuyen el peligro de deslaves e inundaciones, que son un peligro para el suministro
de agua río abajo. Y si bien los bosques consumen agua, también incrementan la tasa de
filtración, con lo que ayudan a restablecer las capas acuíferas del subsuelo.

La pérdida de cubierta forestal puede perjudicar el suministro de agua dulce, poner en


peligro la seguridad alimentaria de millones de personas e impedirles ganarse la vida y
mantener a sus familias.

Para salvaguardar las reservas mundiales de agua necesitan tomarse en cuenta esas
conexiones, señala la FAO. Pero a pesar de que los planteamientos integrados de la
ordenación de los recursos está adquiriendo mayor presencia, todavía queda mucho por
hacer. "Si bien la utilización de tierras y del agua dulce están indisolublemente ligados,
pocas veces se administran en conjunto", señala la Organización en la edición de 2003
de Situación de los bosques del mundo.

El panorama general

Dados los beneficios de una ordenación integral de los diversos recursos, las
autoridades normativas y otros especialistas en desarrollo, comprendida la FAO, hacen
hincapié en el valor de lo que se denomina enfoque en el agua.

Esta estrategia supone crear planes de ordenación que se ocupen de la conservación y


utilización sostenible de todos los recursos de determinada zona, en vez de sólo
concentrarse en uno a la vez: la madera, por ejemplo, o la vida silvestre. Además, este
sistema utiliza zonas de gestión definidas por el propio medio ambiente, como las
cuencas hidrográficas, en vez de establecer demarcaciones arbitrarias.

Respecto a la incorporación de las cuestiones relacionadas con el agua en la ordenación


forestal, explica la FAO, la estrategia de la cuenca hidrográfica ofrece la mejor solución.

"La perspectiva de la cuenca hidrográfica ofrece el mejor encuadre para comprender las
conexiones entre bosques y reservas de agua, y para traducirlas en programas eficaces
de ordenación", explica Moujahed Achour, funcionario de montes de la FAO.

En los Estados Unidos, por ejemplo, la ciudad de Nueva York adoptó un plan integral
de cuenca hidrográfica para tratar las cuestiones relacionadas con la calidad del agua,
con una inversión de 1 500 millones de dólares EE UU, con lo que se calcula que se
economizaron entre 7 000 y 8 000 millones de dólares al dejar de necesitarse tratar el
agua. En Costa Rica, la ejecución de un programa para la cuenca hidrográfica boscosa
cercana a San José redujo la sedimentación río abajo un 60 por ciento.

Una nueva generación de ordenación de la cuenca hidrográfica

"Se ha avanzado mucho en materia de ordenación de cuencas hidrográficas, con nuevos


enfoques y métodos para promover la gestión participativa e integral de las cuencas –
explica Achouri-. Pero no queda claro qué es precisamente lo que está dando buenos
resultados y lo que puede hacerse para mejorar los futuros programas de ordenación de
cuencas hidrográficas", concluye.

Para llenar esta laguna y trazar el rumbo a seguir, la FAO presentó en 2002 una nueva
iniciativa: "Preparación de la próxima generación de programas para la ordenación de
cuencas hidrográficas". Como elemento clave de esta labor, la FAO está realizando un
examen exhaustivo de los aciertos y las deficiencias de los métodos de gestión de
cuencas para producir un conjunto de directrices para los futuros programas.
Se trata de elaborar una nueva generación de programas de ordenación de cuencas
hidrográficas –explica Achouri-, que sea más eficaz contra la degradación del medio
ambiente, en la protección de las reservas de agua y para mejorar la vida de la población
rural pobre.

Los elementos principales de esta próxima generación de planes, según el documento


que presenta la FAO en el Congreso, son:

- ampliar el objetivo de los planes de ordenación para garantizar que el agua y el suelo
reciban la misma atención que los recursos comerciales, como la madera y los
minerales;

- prestar mayor atención a la ordenación a partir de la hidrología forestal y de la función


de los bosques en relación con las reservas de agua dulce;

- trascender la atención a los síntomas de degradación de la cuenca hidrográfica para


resolver las causas de fondo;

- llevar la ordenación de la cuenca hidrográfica del ámbito local al regional y nacional.

El Congreso Forestal Mundial le ofrece a la FAO una gran oportunidad para divulgar su
mensaje, determinar las necesidades de creación de capacidad y capacitación de los
diversos países y crear alianzas para realizar la labor, afirma Achouri.

"Es un público muy numeroso y diverso, estarán presentes todos los interesados de los
bosques, desde representantes de los gobiernos hasta ONG locales –prosigue-.
Queremos difundir nuestros conocimientos y experiencia y hablar de lo que se puede
lograr unidos".

Septiembre de 2003

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