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Análisis de: Mateo: 5: 25-26 RNV1960/NVI1999

Por: Nathanael Abreu.


23“Por tanto, si estas presentando tu ofrenda en el altar y allí recuerdas que ti hermano tiene algo
contra ti,
24 deja tu ofrenda allá delante del altar. Ve primero y reconcíliate con tu hermano; y luego vuelve y
presenta tu ofrenda”
25 ponte de acuerdo con tu adversario pronto, entre tanto que estás con él en el camino, no sea que el
adversario te entregue al juez, y el juez al alguacil, y seas echado en la cárcel.
26 de cierto te digo que no saldrás de allí, hasta que pagues el último cuadrante.”

Existen numerosas referencias bíblicas que apelan a la resolución de dificultades del diario vivir,
remontándose a Éxodo, Levítico y Deuteronomio, donde también vemos estas mismas referencias en los
Santos Evangelios. En el Antiguo Testamento se dictaron las leyes y preceptos divinos, esas leyes se
aplicaron a instancias morales de las cuales emanaban otras leyes de conductas espirituales, leyes
sexuales y leyes de convivencia, Ej: “No robaras” Ex.20:15
O las que se identificaban a causa de la piedad del pueblo de Israel “Cada 7 años perdonaras toda clase
de deudas” Deut. 15:11

Del mismo modo también en los proverbios de Salomón hijo de David hay otros pasajes y versículos
bíblicos que hacen referencia a la mala o buena conducta y las consecuencias en la comunidad o mismo
grupo, nos dicen lo severas que pueden ser las consecuencias si actuamos imprudentemente, tal como
expresa Prov.22:26-27 Dice: “No te comprometas por otros ni salgas fiador de deudas ajenas, porque, si
no tienes con que pagar te quitaran hasta la cama en la que duermes.” Nuevamente vemos la
sugerencia y la advertencia de que en efecto pasaría si se actúa sin pensar en las consecuencias,

En el caso de Mateo 5:23-26 que dice: “Por tanto, si estas presentando tu ofrenda en el altar y allí
recuerdas que ti hermano tiene algo contra ti,
24 deja tu ofrenda allí delante del altar. Ve primero y reconcíliate con tu hermano; y luego vuelve y
presenta tu ofrenda” Ponte de acuerdo con tu adversario pronto, entre tanto que estás con él en el
camino, no sea que el adversario te entregue al juez, y el juez al alguacil, y seas echado en la cárcel. De
cierto te digo que no saldrás de allí, hasta que pagues el último cuadrante.”

Claramente la diligencia y rapidez son primordiales una vez comprendemos nuestra falta, nos invita a
que sin perder tiempo nos pongamos de acuerdo, y que vayamos antes que nada primero con quien
hemos pecado, con quien tenemos una situación o descontento y a quien hemos herido u ofendido por
nuestra falta de tacto o actitud soberbia. Debemos rápidamente resarcir nuestro error y llegar a un
acuerdo para que sin mancillar la relación podamos compensarle no tan solo con nuestra actitud de
reconocimiento de pecado que hemos tenido si no también con un acuerdo que otorgue las garantías de
ese arrepentimiento.

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