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Lugar: Bocagrande

Protagonista: Chayna- cenicienta-, Saud - mejor pescador de Bocagrande e hijo


del alcalde-, Ada- Hada madrina-.
Antagonistas: Barika-Madrastra-, Malaika y Maluka- hermanastras-.

Nombre del cuento: Chayna.

El día termina en bocagrande cuando el sol se oculta tras las nubes.


La playa se calma con el fin de la jornada de los pescadores. En la caseta
comunal se empieza a oír la charla de las mujeres habitantes.
Barika, madrastra de Chayna y sus hermanastras, Malaika y Maluka, se preparan
para el baile de gala, organizada por Saud, hijo del alcalde de Bocagrande y el
mejor pescador de la región, quién buscaba esposa y esperaba conocerla en el
baile.
Chayna que se encontraba en la cocina, organizando la cena y que también la
inundaba el ansia de asistir al baile, al pedirle el favor a su madrastra para ir, ella
responde:
- Recuerda que hoy es viernes, antes de que llegue la noche debes limpiar la
cangrejera, traer leña, prender la fogata y espantar a los jejenes.
Este castigo tiene una sola razón:
La madrastra de Chayna y sus hermanastras envidiaban su belleza. Enfurecen de
celos. Pues saben que fácilmente Saud, se enamoraría de ella en el baile de gala.
Chayna sin mas remedio, termina de hacer la cena y luego procede a su oficio
encargado. Cuando regresa a casa con leña, el silencio le indica que todas
partieron al baile de gala. Desanimada, se ducha y cena. Una vez termina y sin
dejar de pensar en el baile de gala, rompe en llanto y dice:
- ¡Qué desdichada soy abuelita Ada! - ¿por qué mi madrastra y
hermanastras son así conmigo?
Chayna cuando se sentía triste, siempre expresaba sus sentimientos hacia su
abuelita Ada, que se encontraba en el cielo y era su ángel protector.
De repente la cocina donde se encontraba Chayna se iluminó. Entre lágrimas, vió
una mujer de edad con un largo cabello blanco que cubrían su rostro.
- ¿Quién eres? - preguntó Chayna.
- Soy tu abuela Ada, querida nieta. Tú no mereces estar triste. Si hay alguien
que merece estar en ese baile de gala, eres tú, acompáñame a la azotea.
Fueron a la azotea de la casa y su abuela Ada, escogió de la cangrejera, los seis
cangrejos más grandes, les lanzo unas palabras mágicas y se transformaron en
una hermosa carroza de ruedas azules, tiradas por dos esbeltos caballos blancos.
Después sintió que un juguetón gato le acariciaba sus piernas, lo alzó, le lanzó
palabras mágicas y lo convirtió en un cochero servicial.
- ¿Qué te parece querida nieta?... ¡ya tienes quien te lleve al baile!
- ¡Oh, que maravilla querida abuela Ada!
Chayna se entristece nuevamente, porque no tiene un vestido y zapatos para la
fiesta.
- ¡uy, no te preocupes, cariño! Lo tengo todo previsto.
La abuela Ada, abrazó a Chayna y le pidió que cerrara los ojos, lanzó sus
palabras mágicas sobre ella y le colocó un vestido de escamas de pescado,
aretes, collar y sandalias hechas de coco. su cabello quedó recogido con un
hermoso moño que le hacían juego con sus demás accesorios y dejaba al
descubierto su largo cuello. ¡Estaba espectacular! Chayna corrió a verse en el
espejo, quedó maravillada y empezó a dar vueltas de la felicidad.
¡Oh, qué preciosidad de vestido! ¡Y el collar, las sandalias y los aretes…! ¡Dime
que esto no es un sueño!
– Claro que no, mi niña. Hoy será tu gran noche. Ve al baile y disfruta mucho, pero
recuerda que tienes que regresar antes de que sean las doce, porque a esa hora
se romperá el hechizo y todo volverá a ser como antes. ¡Ahora date prisa que se
hace tarde!
– ¡Gracias, muchas gracias, abuela Ada! ¡Gracias!
Chayna prometió estar de vuelta antes de medianoche y partió hacia la caseta
comunal. Cuando entró en el salón donde estaban las invitadas, todas se
apartaron para dejarla pasar, pues nunca habían visto a una mujer tan bella y
refinada. El hijo del alcalde, Saud, acudió a besarle la mano y quedó enamorado
inmediatamente. Desde ese momento, no tuvo ojos para ninguna otra mujer.
Su madrastra y sus hermanastras no la reconocieron, pues estaban
acostumbradas a verla siempre mal vestida y llena de ceniza. Chayna bailó y bailó
con el apuesto Saud el resto de la noche. Estaba tan embelesada que si no fuera
por uno de los meseros que les interrumpió el baile y le recordó a Saud que ya
casi eran las doce, y debía dar las palabras de agradecimiento a las invitadas.
- ¡Tengo que irme! -Dijo Chayna. Y salió corriendo hacia la carroza que la
esperaba en la puerta.
– ¡Espera!… ¡Me gustaría volver a verte! – gritó Saud.
Pero Chayna ya se había alejado cuando dieron las doce. En su escapada, perdió
uno de sus sandalias de coco y Saud la recogió concuidado. Después regresó al
salón, agradeció la asistencia a las invitadas y dio por finalizado el baile y se pasó
toda la noche suspirando de amor.
Al día siguiente, se levantó decidido a encontrar a la misteriosa muchacha de la
que se había enamorado, pero no sabía ni siquiera cómo se llamaba. Llamó a
Alonso uno de sus mejores amigos y el mejor detective que podía tener el pueblo
de Bocagrande y le pidió lo siguiente:
– Amigo, ayúdame a encontrar a la mujer que ayer perdió esta sandalia. ¡Ella será
mi futura esposa, con ella me quiero casar!
El amigo con mucho cariño le hizo el favor y fue casa por casa buscando a la
dueña de la hermosa sandalia de coco. Muchas jóvenes que pretendían al mejor
pescador del pueblo e hijo del alcalde, intentaron que su pie se ajustara a él, pero
no hubo manera. ¡A ninguna le servía!
Por fin, se presentó en el hogar de Chayna. Las dos hermanastras bajaron
cacareando como gallinas y le invitaron a pasar. Evidentemente, pusieron todo su
empeño en calzarse la sandalia, pero sus enormes y gordos pies no entraron en
ella ni de lejos. Cuando Alonso ya se iba, Chayna apareció en la sala.
– ¿Puedo probármelo yo, señor?
Las hermanastras, al verla, soltaron unas risotadas que más bien parecían
rebuznos.
– ¡Qué desfachatez! – gritó Maluka
– ¿Para qué? ¡Si tú no fuiste al baile! – dijo Malaika entre risitas.
Pero Alonso como buen observador, se arrodilló frente a Chayna y con una
sonrisa, comprobó cómo el fino pie de la muchacha se deslizaba dentro de la
sandalia con suavidad y encajaba como un guante.
¡La cara de la madre y las hijas era de asombro! No entendían lo que estaba
pasando, a tal punto desmayarse. No podían creer que Chayna fuera la preciosa
mujer que había enamorado a Saud, el mejor pescador de Bocagrande, el hijo del
alcalde.
– Señorita – dijo Alonso mirando a Chayna con alegría – Mi amigo, Saud, la
espera. Venga conmigo, si es tan amable.
Con humildad, como siempre, Chayna se puso un sencillo vestido y partió hacia la
casa de su amado. Él la esperaba en la puerta y fue corriendo a abrazarla. Poco
después, celebraron la boda más bella que se recuerda en Bocagrande y fueron
muy felices toda la vida. Chayna se convirtió en la esposa del mejor pescador del
pueblo y nuera del alcalde, muy querida y respetada por su pueblo.
Chayna
Cuento cenicienta versión colombiana

Por: Emanuel Farid Arias Vivas


Juan José López
Jorge Luis Garcés

Trabajo entregado a la licenciada:


Catalina Cuero.

Colegio los amigos de la ciencia


Área: Lenguaje
6-A
San Andrés de Tumaco
2022

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