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La España verdinegra renace, olvidada por nuestra historiografía cultural

Rubén Caravaca Fernández @rubencaravaca

El 16 de febrero y el 1 de marzo de 1936 tuvieron lugar las últimas elecciones en la


Segunda República. En la sección “Cock-tail teatral” del número 184 de ese mes de
febrero de la revista ¡Tararí!, dedicada a informar sobre el mundo del espectáculo –se
puede descargar en la Hemeroteca digital de la Biblioteca Nacional
(http://www.bne.es/en/Catalogos/HemerotecaDigital/)–, podemos leer:

“Las elecciones se acercan a pasos agigantados. Conforme se acerca la fecha, se nota


en la familia teatral mayor desconcierto. Si oyen a un empresario, lo más corriente es
que exclame:
—¡Ah, las dichosas elecciones! Como no pasen pronto estos días, me voy a arruinar.
—Y o no estreno hasta pasadas las elecciones — dicen los autores consagrados.
Y el cómico, el músico, el tramoyista, el electricista, etc., etc., se lamentan de su suerte.
No obstante, siempre hay una voz que les anime con las frases de rigor:
—Esperen, esperen a que pasen las elecciones y todo se arreglará.
Y pasarán las elecciones. El empresario seguirá arruinándose. El autor consagrado
estrenará y tendrá el mismo fracaso que si hubiera estrenado anteriormente. Se
abrirán los teatros cerrados por pánico. Pero quien no se escapará será el actor, el
músico, el tramoyista, el electricista, etc., etc., que con período electoral y sin él,
pasarán «fatigas» eternamente.”

¡¡Arribas las faldas¡! ¡¡Abajo los pantalones¡!

Páginas más adelante, un titular llama la atención: “En España se preparaba una
revolución de ¡Arriba las faldas! y ¡Abajo los pantalones! en la que toman parte de
miles de mujeres”, señalando “La revolución estallará a las dos de la madrugada,
habiéndose formado un Comité revolucionario bajo la presidencia de Perlita Greco”. Al
nombre de tan famosa cupletista se añade el de la tiple Araceli Castro como secretaria
general, poniendo en palabras de Greco las siguientes afirmaciones: “Todo hombre que
proteste de la revolución será detenido y juzgado inmediatamente por el Comité
revolucionario. El que pretenda abusar de alguna componente de la milicia será pasado
por las armas, sin formación de causa. Los hombres que vayan armados serán
desarmados inmediatamente, por las buenas o por las malas, la cuestión es quitarse
ese peligro para las almas sensibles de las revolucionarias”.

Siguiendo con la lectura del número de la revista, encontramos un “Parte de última


hora” con el siguiente encabezamiento: “Las mujeres han vencido. Arrollan todos los
frentes e implantan la dictadura de la mujer. Se ha formado el nuevo gobierno
provisional. Gran emoción en todo el país”, informando de la formación del nuevo
gobierno provisional presidido por Bella Dorita, que cantara temas explícitos como “La
vaselina”, “Poco a poco” o “Régimen severo”, incluyendo en su equipo personas muy
reconocidas de la farándula, rematando el tema con el reportaje “Cuando las mujeres
mandan”, con el subtítulo “24 horas del mundo al revés”, sin duda relacionado con el
famoso tema de La Argentinita “Todo al revés” (1), donde pone patas arriba las
relaciones reiteradas entre hombres-mujeres.

Siguiendo así las cosas


lo mismo que ahora van
muy pronto las mujeres
al hombre sufrirán.
Veremos entonces
el mundo al revés
y cambiados los papeles
será el hombre la mujer.

¡Será el hombre la mujer!

Los textos de ¡Tararí! no son casuales. Hay que entenderlos en el papel que cupletistas
y otras artistas de variedades jugaron en las primeras décadas del siglo pasado, de lo
que da buena cuenta Gloria G. Durán en Sicalípticas. El gran libro del cuplé y la
sicalipsis (https://lafelguera.net), complemento perfecto al editado el año pasado por
Antonio Gómez, Las picardías de nuestros abuelos (2). A lo largo de 500 páginas, Durán
detalla con profusión de imágenes, el papel determinado, olvidado y silenciado que
tuvieron aquellas mujeres, no solo para la cultura. Decididas, valientes,
comprometidas. Independientes económicamente, provocaban tanta admiración
como rechazo en un país donde la doble moral prevalece. Cupletistas que se
reclamaban como sindicalistas, de lo más lumpen a acreditadas empresarias. Cantando
a la revolución, hablando de diputadas cuando el sufragio para ellas era imposible,
seductoras y resolutivas, pero sobre todo mujeres como la que celebraba la misma
Argentinita (3), comentando Durán: “en el primer bienio republicano, con el centro
izquierda en el gobierno, la proliferación de publicaciones sicalípticas, mezcladas con
panfletos a favor de la Segunda República y los cuplés subidos de tono, sarcástico, muy
políticos algunos y muy divertidos todos, supondrán la última ola de libertad creativa
que terminará en el 36”.

¿Futuristas? ¿dadaistas? Vanguardistas antes que ellos

Artistas como Fornarina proclamaban su amor a una bombilla en línea con cierto
espíritu futurista, o Úrsula López, la diva que lucía por igual automóviles –su Panhard
aparcado en la puerta del Teatro de La Zarzuela género un buen revuelo en Madrid– y
diamantes. Contraste con el Manifiesto Futurista, traducido al castellano por Ramón
Gómez de la Serna, donde su autor, el filofascista Marinetti, las despreciaba, como a
las elites culturales en su texto sobre el Teatro de Variedades.

Adelantadas al dadaísmo, Chelito, paseaba en motocicleta por la playa de San


Sebastián, el mismo lugar donde Helena Cortesina se mostraba en 1916 vestida de
Fantomas, mientras una Musidora reptaba por tejados; la musa de los surrealistas
franceses pasó una larga temporada entre nosotros dirigiendo varias películas y
posando para Julio Romero de Torres, sin faltar chotis futuristas como “Las chulas del
porvenir” que cantara, entre otras, Celia Gámez (4).
Desarrolla Durán que “infinitas fueron las situaciones en las que el contexto del cuplé y
la cultura popular española podrían haber sido tachadas de dadaístas. Pero casi nunca
se leyó como tal”. En su investigación repasa aquellos años, la mamachicha moderna,
el origen de la sicalipsis; las heroínas de la modernidad, una constelación de estrellas
epilépticas, gommeuses, histéricas, cupletistas; escándalos, salones, teatros,
teatruchos; variedades en clave futurista, neurastenia, sexdadá, ultraísmo en estado
puro, hasta el gobierno cupleteril reseñado. Artistas, situaciones, realidades y
publicaciones que marcaron la cultura de “lo ínfimo a lo selecto”. Publicación
imprescindible mostrando realidades prácticamente olvidadas. Clasismo cultural
donde solo algunas personas son valoradas y reconocidas, cuando muchas de las
silenciadas eran mucho más conocidas, relevantes y prominentes.

La España verde y negra renace. Florece gracias a ediciones como esta, recuperando lo
que nuestra historiografía cultural silencia y olvida.

(1) https://www.youtube.com/watch?v=v-4pN4NtS_U
(2) https://elasombrario.publico.es/picardias-nuestros-abuelos-coplas-y-cuples-
subidos-tono/
(3) https://www.youtube.com/watch?v=ENFaPGN_Vy8
(4) https://www.youtube.com/watch?v=ENKfesEYt0s

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