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Final de la Segunda Guerra Mundial

La segunda guerra mundial fuel conflicto militar más grande la historia en donde se enfrentaron
dos grandes bandos: los Aliados (Francia, Polonia, Reino Unido, La Unión Soviética, China y Estados
Unidos), y las Potencias del Eje (Alemania, el Imperio de Japón y el Reino de Italia), y comenzando
con la invasión de Hitler a Polonia en 1939.

2 de septiembre de 1945 Habiendo acordado en principio la rendición incondicional el 14 de


agosto de 1945, Japón se rinde formalmente y finaliza la Segunda Guerra Mundial.
El alunizaje del Apolo 11
Alunizaje es el término que define el descenso controlado de un
vehículo sobre la superficie de la Luna.
“Este es un pequeño paso para un hombre, un gran salto para la
humanidad,” dijo Neil Armstrong mientras daba sus primeros pasos en
la superficie lunar en julio de 1969.
Apolo 11 fue la primera misión con tripulación que aterrizó en la Luna y
preparó el camino para las siguientes misiones Apolo de alunizaje. Su
tripulación incluía al comandante Neil Armstrong, al piloto del módulo
de mando Michael Collins y al piloto del módulo lunar Buzz Aldrin.
Durante esta misión, los astronautas Neil Armstrong y Buzz Aldrin se
convirtieron en los primeros humanos en pisar otro cuerpo planetario y
traer muestras a la Tierra.
Hace 75 años atrás, un día como hoy, las delegaciones japonesas y
aliadas firmaron la rendición incondicional de Japón, poniendo fin a la
Segunda Guerra Mundial.

En este conflicto militar global, el más grande de la historia, se


enfrentaron dos bandos: los Aliados (Francia, Polonia, Reino Unido, La
Unión Soviética, China y Estados Unidos), y las Potencias del Eje
(Alemania, el Imperio de Japón y el Reino de Italia), y comenzando con
la invasión de Hitler a Polonia en 1939.

En la madrugada del 7 de mayo de 1945, en el Cuartel Supremo de la


Fuerza Expedicionaria Aliada en Reims (Francia) el jefe del Estado Mayor
del Alto Mando de las Fuerzas Armadas alemanas, el general Alfred Jodl
firmó el acta de capitulación militar incondicional para todo el ejército
germano ante los Aliados. Adolf Hitler, antes de suicidarse el 30 de
abril, había nombrado a Karl Dönitz, un almirante naval y un nazi
ferviente, como sucesor en caso de muerte. Dönitz estaba condenado a
orquestar su disolución, por lo que enseguida delegó en Alfred Jodl, jefe
del mando de operaciones de las Wehrmacht, para que negociara la
rendición de todas las fuerzas alemanas con el general Dwight D.
Eisenhower. Jodl, fue ejecutado meses después de la rendición germana
tras los juicios de Núremberg.

Los aliados decidieron reorganizar la capitulación porque estaban


preocupados de que Alemania pudiera volver a insistir en que su
rendición era ilegítima, alegando que no fue el mariscal Wilhelm Keitel,
comandante supremo de las fuerzas alemanas que acabó ahorcado, el
que se rindió ya que no firmó personalmente el documento. El día 8 de
mayo de ese año, Keitel acudió a Karlshorst, un suburbio de Berlín, para
firmar el documento frente al mariscal soviético Georgy Zhukov y una
pequeña delegación aliada. El mariscal alemán defendió una cuestión de
suma importancia: quería añadir una cláusula que proporcionara a sus
soldados un período de gracia de al menos 12 horas para asegurarse de
que recibieran las órdenes de alto el fuego antes de enfrentarse a
posibles sanciones por seguir luchando. Zhukov le ofreció a Keitel una
promesa verbal, pero no le concedió su solicitud de añadir la cláusula.
Debido a esta disputa, el documento no se ejecutó hasta después de la
supuesta hora de comienzo del alto el fuego y el 9 de mayo ya había
llegado.

En este contexto, al poco tiempo, Japón después de haber perdido


todas sus posiciones coloniales y sumido en el caos y la destrucción
provocada por los yankes buscaba una salida negociada de la guerra.
Los aviones B-29 volaban sobre Japón sin que los japoneses pudieran
impedirlo. Tres meses antes ya venían con la idea de finalizar este
conflicto, le habían pedido a los rusos que sean intermediarios y estos
intentaron sacarlos de la guerra.

El 7 de julio el presidente estadounidense Truman partió a Europa para


reunirse con Stalin y Churchill, sabía por los mensajes que habían sido
interpretados que Japón quería terminar la guerra.

Por otro lado, EEUU con Harry Truman a la cabeza deseaban una
rendición incondicional con el objetivo de poner a las islas japonesas
bajo su tutelaje. Japón quería la paz pero no estaba dispuesto a ceder su
soberanía a un país extranjero y enemigo. Esta negativa fue manipulada
y utilizada por el gobierno estadounidense para llevar a cabo los
genocidas bombardeos atómicos sobre Japón.
El 6 de agosto de 1945 y sin previo aviso, EEUU lanza la bomba atómica
de uranio sobre Hiroshima asesinando de forma instantánea a más de
80.000 personas y dejando miles de heridos. Truman justificó el
lanzamiento diciendo que el objetivo era la destrucción de las
instalaciones militares japonesas considerablemente debilitadas ya.

El 9 de agosto, tres días después, y conocidos los efectos de la primera


bomba atómica, EEUU vuelve a lanzar otra bomba, esta vez de plutonio
sobre Nagasaki, el número de muertes instantáneas superó las 50.000.
Japón totalmente noqueado por estos salvajes estados de barbarie
decide entregarse en manos de Washington. La suma de las personas
que fallecieron de manera instantánea como que las que fallecieron
posteriormente a consecuencia de la radiación el número de víctimas
mortales ascendería a más de 250.000.

El objetivo del lanzamiento de las bombas sin previo aviso y sobre


poblaciones civiles completamente indefensas no era el de ponerle
punto final a la Segunda Guerra Mundial, sino poner a las islas
japonesas bajo su control, evitar un largo proceso de negociaciones de
paz que podrían haber hecho que los soviéticos tomasen posición en el
Pacífico y sobre todo mostrar al mundo el destino que les esperaba a
aquellos países que osasen oponerse a sus intereses.

El 15 de agosto, el emperador de Japón, Hirohito, habló por radio a su


pueblo y a sus soldados explicando que «aceptaba lo inaceptable» y se
rendía.

El almirante W.D Leahy, jefe del Estado Mayor de Truman reconoció “el
uso de esta arma bárbara en Hiroshima y Nagasaki no fue ninguna
ayuda contra Japón. Los japoneses ya estaban vencidos y listos para
rendirse.”

De este modo, las rendiciones de Alemania (el 7 y 9 de mayo) ante los


aliados en Reims, Francia y el Tercer Reich, y la posterior rendición de
Japón tras los lanzamientos de las bombas atómicas en su territorio,
dieron por finalizada esta segunda gran guerra.

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