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Resumen
En este trabajo se incluye un estudio a partir de una selección de datos
referidos a algunas de las dimensiones de análisis y variables contempladas en
una encuesta tomada a una muestra de 245 estudiantes que en el año 2004
cursaban su primer año de estudios de diferentes unidades académicas de la
Universidad Nacional del Centro de la Provincia de Buenos Aires. La encuesta
fue aplicada a alumnos que estaban cursando el segundo cuatrimestre del
primer año. La selección de información efectuada pretende brindar material
empírico que aporte hipótesis para comprender los problemas relacionados con
el rendimiento académico en la universidad evidenciado en el retraso respecto
de la duración prevista por los planes de estudios, a la reflexión sobre posibles
campos de intervención institucional y al desarrollo de estudios de este tipo en
otras instituciones.
Introducción
La década de 1950 significó un profundo cambio para la educación
superior como producto de la ampliación del acceso de estudiantes en un
contexto caracterizado por una serie de cambios políticos, sociales,
económicos y culturales que atravesaron las sociedades europeas y
latinoamericanas. En el caso de América Latina, mientras que en la década de
1950 el 2 por ciento del grupo de edad entre 20 y 24 años accedía a estudios
superiores, en el año 1985 lo hacía el 16.6 por ciento, lo cual indica que en la
región se había transitado desde un sistema de élites a un sistema de masas,
si se considera como indicador una tasa de escolarización del 15 por ciento.
Como integrante de América Latina, la República Argentina formó parte de
este proceso, registrando para el año 1985 la tasa bruta de escolarización más
elevada de la región con 36.4 por ciento, seguida de Uruguay con el 35.8 por
ciento y de Ecuador con el 33.1 por ciento. Según el Anuario de Estadísticas
Universitarias de la Secretaría de Políticas Universitarias en el año 2005 la
Tasa Neta Universitaria ascendía a 18.3 por ciento, la Tasa Bruta Universitaria
a 33.8 por ciento y la Tasa Bruta de Educación Superior a 45 por ciento. La
información incluida para diversos años en la misma fuente de datos, indica
1
una tasa de crecimiento para estos establecimientos de 4.8 por ciento para el
período 1989-1999, de 5.2 por ciento para el lapso 1990-2000, de 3.2 para el
período 2000-2004, decreciendo al 1.5 en el lapso 2001-2005.
2
vivienda, alimentación, entre otros) y pedagógicas (diploma de escolaridad
anterior y conocimientos y competencias para aprender).
Es preciso abordar la deserción, el retraso o alargamiento de los
estudios desde una visión compleja que considere la presencia de una serie de
variables endógenas y exógenas que ocasionan este fenómeno. Entre las
últimas pueden ser señaladas el género, la edad, la residencia, el nivel
socioeconómico, el nivel educativo de los padres, la condición de actividad
económica del estudiante, la formación académica previa, y las aspiraciones y
motivaciones individuales. (García de Fanelli, 2004)
En cuanto a las variables internas es preciso reconocer que el proceso
de aprendizaje en la universidad implica el acceso a un lenguaje especializado
y a un modo particular de desarrollo del conocimiento y de ejercicio profesional
dentro de esa especialidad. Esta asimilación de los contenidos especializados
presenta una serie de obstáculos durante el proceso formativo, principalmente
en el primer año, como consecuencia de la distancia existente entre las
prácticas de estudio durante la escuela secundaria y las exigidas por la
universidad para lograr el “éxito” académico. El problema del acceso, la
permanencia y la apropiación de conocimientos socialmente relevantes implica
un doble desafío: ingresar y descifrar los códigos del ambiente cultural propio
de la universidad, y del ambiente cultural propio de una disciplina y su ejercicio
profesional idiosincrásico. (Araujo, S., 2004; 2005) Desde este último punto de
visita entendemos que la actividad de enseñanza, del mismo modo que la de
investigación, también está atravesada por la especificidad de la cultura de la
disciplina. (Escudero Escorza, 2003) Así, el énfasis en las variables endógenas
que afectan el tránsito de los alumnos por la universidad se revierte
positivamente en la explicación del problema en ámbitos disciplinares
específicos. Esta visión del problema favorece la definición de políticas
institucionales para dar una respuesta a la distancia existente -que, en algunos
casos, se trata de una brecha- entre las condiciones subjetivas
(representaciones, expectativas, prácticas de estudio, valoraciones
estudiantiles) y las condiciones externas u objetivas (los planes de estudios, la
selección, organización y secuencia de los conocimientos, las prácticas de
enseñanza, el régimen de evaluación y acreditación propuestos por los
establecimientos universitarios y los servicios de apoyo a los estudiantes).
En los siguientes apartados se incluyen una selección de datos referidos
a algunas de las dimensiones de análisis y variables contempladas en una
encuesta tomada a una muestra de 245 estudiantes que en el año 2004
cursaban su primer año de estudios de diferentes unidades académicas de la
Universidad Nacional del Centro de la Provincia de Buenos Aires.1 La encuesta
fue aplicada a alumnos que estaban cursando el segundo cuatrimestre del
1
Se trata del proyecto de investigación “Formación universitaria y éxito académico: disciplinas,
estudiantes y profesores” llevado a cabo por investigadores de las facultades de Ciencias
Humanas, Ciencias Veterinarias y Ciencias Exactas de la UNCPBA, Proyecto de Investigación
Científico Tecnológico Orientado (PICTO) financiado por la Agencia Nacional de Promoción
Científica y Tecnológica. Investigadora Responsable; Sonia M. Araujo. La investigación
también contempló la toma de encuesta a 277 estudiantes avanzados, esto es, que cursaban
su anteúltimo año de estudios. Las unidades académicas incluidas en el trabajo son:
Agronomía, Arte, Ciencias Económicas, Ciencias Exactas, Ciencias Humanas, Ciencias
Sociales, Ciencias Veterinarias, Escuela Superior de Derecho e Ingeniería,
3
primer año. La selección de información efectuada pretende brindar material
empírico que aporte hipótesis para comprender los problemas relacionados con
el rendimiento académico en la universidad evidenciado en el retraso respecto
de la duración prevista por los planes de estudios, a la reflexión sobre posibles
campos de intervención institucional y al desarrollo de estudios de este tipo en
otras instituciones.
2
En este caso interesa señalar los resultados de la investigación de Toer sobre alumnos con
rendimiento deficitario en la que se encontró una notable desigualdad en el comportamiento de
quienes trabajan ocasionalmente (menos de 10 horas semanales) de quienes lo hacen media
jornada (entre 11 y 25 horas semanales). Los primeros manifiestan mayor abandono y los
segundos lo hacen en menor proporción. La hipótesis del autor es que los primeros gozan de
mayor irregularidad que se asocia a una menor sistematicidad, sea por factores objetivos y/o
subjetivos, mientras que los segundos conjugan con la regularidad laboral el tiempo suficiente
para estudiar. Véase M. Toer. “Seguimiento de los estudiantes con rendimiento deficitario”, en
Pensamiento Universitario. Año 9, Nº 9, Buenos Aires, abril de 2001.
4
Figura 1: Situación laboral de alumnos ingresantes (en porcentajes)
1
(0.4%)
52
(21.2%)
192
(78.4%)
3
Esta situación se constata en el caso de los estudiantes avanzados pues de los 277 alumnos
encuestados, el 57.4 por ciento declara haber trabajado en algún momento de la carrera y en el
momento de la toma de la encuesta trabajaba el 43.7 por ciento (121 alumnos): de ellos el 62.8
por ciento (76 alumnos) lo hacía de manera permanente y el 36.4 por ciento (44 alumnos) de
forma ocasional.
5
ciento) indica otras fuentes. La situación favorable respecto de los medios
económicos se complementa con otros datos, también recogidos en la
encuesta, acerca de las condiciones y medios materiales para estudiar. Por
ejemplo, se trata de alumnos que, en un alto porcentaje, cuenta con un lugar
privado para realizar esta actividad. En el caso de los alumnos de primer año,
responde afirmativamente el 76 por ciento frente al resto que dice no tenerlo.
Como fue planteado en párrafos anteriores, la mayoría de los
estudiantes inició la carrera al finalizar la educación secundaria. Sin embargo,
un grupo de alumnos encuestados previamente pasó por otras instancias de
formación tanto en la universidad como en otros establecimientos de educación
superior. Dicho grupo está integrado por una mayoría de estudiantes que
abandonó la carrera sin la consecuente obtención del título. En efecto, el 15.5
por ciento (38 alumnos) dice haber cursado otra carrera antes de la actual, la
mayor parte de ellos (26 alumnos) lo hizo en el sector universitario y, a su vez,
no la concluyó (34 alumnos). En este sentido, y teniendo en cuenta la edad de
los alumnos de la muestra, puede afirmarse que se trata de una evidencia más
de la problemática vinculada con el ingreso y la incorporación de los alumnos a
la vida universitaria pues sólo cuatro estudiantes finalizaron la carrera iniciada
previamente.
El señalamiento de los motivos por los cuales dejaron de estudiar en ese
momento puede ayudar a comprender la cuestión de la deserción. Las
respuestas obtenidas muestran que el mayor problema está relacionado con la
elección de la carrera y la afinidad e interés en la misma. Así, un alto
porcentaje, el 85.3 por ciento (29 de 38) indica que comenzó a estudiar esa
carrera para no interrumpir los estudios durante ese año, tratándose, entonces,
de una elección que no hubiese efectuado en primera instancia de haber
contado con otras condiciones, y el 58.8 por ciento (20 de 38) afirma que la
carrera no se correspondía con su interés. Que la deserción en el primer año
parece asentarse más en variables vinculadas con la elección y el interés que
despiertan los contenidos propuestos también se confirmaría en que es muy
inferior el número de alumnos que adjudica el abandono a variables
institucionales: el mismo número de estudiantes (17.5 por ciento: 6 de 38)
declara que abandonó porque no le gustaba el ambiente universitario y porque
su rendimiento no le permitía cumplimentar los requisitos académicos. El peso
de las variables individuales se observa, además, en que es mayor el número
de estudiantes (26.5 por ciento: 9 de 38) que señala como causa del abandono
el hecho de haber tenido problemas personales.
6
llevaron a realizar esa opción profesional existe coincidencia en los tres
primeros motivos seleccionados por los estudiantes independientemente del
tramo de la carrera que estaban cursando en el momento de la toma de la
encuesta: el 29 por ciento de los alumnos eligió como primer motivo “el interés
por los temas de estudio”; el 20.8 por ciento de los alumnos de primer año la
eligió por considerar que se reconocía con aptitudes para el futuro desempeño
profesional; y el 20.4 por ciento en el caso de los ingresantes hizo esta opción
porque consideraba que tendría mayores oportunidades de conseguir trabajo
(Figura 2).4
Figura 2: Principales motivos de elección de carrera para alumnos
ingresantes (en porcentajes)
30
25
20
15
10
0
A B C
4
En la investigación llevada a cabo por Plotkin (2006), un punto de coincidencia es la prioridad
que tiene el interés en la temática de estudio como motivo prioritario en la elección de la futura
profesión. Es la primera prioridad tanto en alumnos de Economía como de Psicología,
independientemente del tramo de la carrera que están cursando y de la institución considerada
(pública o privada).
7
graduado: expectativas evaluadas como “medias” en mayor medida (60.8 por
ciento) y “altas” (35.4 por ciento) en un valor bastante inferior.
Resulta necesario resaltar que un porcentaje de los alumnos
encuestados en algún momento también pensó en dejar de estudiar. El
siguiente gráfico muestra que el porcentaje promedio en esta situación para el
conjunto de la universidad fue del 25 por ciento, observándose que las mayores
posibilidades de abandono se han dado en la facultad de Ciencias Económicas
mientras que las menores en Ingeniería. (Figura 3)
35
30
25
20
15
10
5
0
Ex
Pr CV
NG
FA O
E
io
S
FA o
RT
h
FC
FC
GR
FC
ed
FC
ec
F
FI
om
er
D
ES
8
Figura 4: Motivos que llevan a pensar en el abandono para alumnos
ingresantes (en porcentajes).
35
30
25
20
15
10
0
A B C D E F G H I J K L M N O
9
correspondían. Cuando se realiza el mismo análisis para las asignaturas del
segundo cuatrimestre se observa que de 222 estudiantes que respondió este
ítem, el 58.6 por ciento (130 alumnos) cursó lo que debía, el 34.7 por ciento (77
alumnos) menos materias y el 6.7 por ciento (15 alumnos) cursó por encima de
la cantidad de materias obligatorias. Estos datos evidencian que el retraso es
un proceso que se inicia en el primer año, más específicamente en el primer
cuatrimestre, prolongándose y pronunciándose hacia el segundo (Cuadro 3).
Debería Cursó Cursó Cursó Cursó Cursó Cursó Cursó Cursó Cursó Total
cursar 0 1 2 3 4 5 6 7 8
2 0 0 2 0 0 0 0 0 0 2
3 0 2 7 70 1 0 0 0 0 80
4 2 0 3 9 80 0 0 0 0 94
5 0 0 0 1 2 10 0 0 1 14
6 0 0 0 3 5 4 11 1 0 24
7 0 0 0 0 0 2 1 10 0 13
8 0 0 0 0 0 0 0 0 3 3
Total 2 2 12 83 88 16 12 11 4 230
Debía Cursó Cursó Cursó Cursó Cursó Cursó Cursó Cursó Cursó Total
cursar 0 1 2 3 4 5 6 7 8
1 0 0 1 1 0 0 0 0 0 2
2 0 1 2 1 0 0 0 0 0 4
3 1 8 14 56 1 1 0 0 0 81
4 0 0 6 15 32 6 1 0 0 60
5 0 0 1 9 13 31 2 0 0 56
6 0 0 0 1 0 5 6 0 0 12
7 0 0 0 0 1 2 0 2 1 6
8 0 0 0 0 0 0 0 0 1 1
Total 1 9 24 83 47 45 9 2 2 222
10
Como puede observarse en el Cuadro 4, de 241 alumnos, el 39.8 por
ciento (96 alumnos) aprobó todos los exámenes a los que se presentó; el 17.8
por ciento (43 alumnos) no había hecho ningún intento; el 15.8 por ciento (38
alumnos) no tuvo éxito y el 26.6 por ciento (64 alumnos) aprobó bajo el régimen
de promoción sin examen final, lo cual se verifica en que aprobaron las
materias sin el pasaje por esta instancia formal de acreditación.
11
Figura 5: Frecuencia de estudio en el polimodal (en porcentajes)
0.8%
15.9%
14.7%
48.2%
15.1%
5.3%
Algunos días de la semana Entre 1 y 2 horas
Más de 2 horas Menos de 1 hora/día
Sólo para exámenes NC
0,8% 6,5%
1,6%
8,2% 23,3%
59,6%
12
Al mismo tiempo son alumnos que en la escuela secundaria no
utilizaban materiales con un alto grado de estructuración o que requirieran un
aprendizaje complejo y riguroso desde el punto de vista académico pues, en su
mayoría, estudiaban de apuntes tomados en clase, de fotocopias o de los
contenidos dictados por el profesor. Dos problemáticas que desafían las
prácticas universitarias se entrecruzan desde este punto de vista. Por un lado,
este diagnóstico ha de afrontarse a través de modelos y estilos de enseñanza
que, intencional y explícitamente, estimulen y apoyen el aprendizaje de
estrategias que posibiliten a los estudiantes sortear con éxito las expectativas
sobre los resultados académicos en el acceso a la cultura universitaria,
disciplinar y profesional sin disminuir el nivel de exigencia propio del sistema
universitario. El punto de partida erosiona la creencia sostenida en que para
enseñar sólo basta con conocer el contenido que se enseña -“o la asignatura”-
en tanto los procesos de enseñanza así como los resultados que se obtienen
en términos de aprendizaje de los estudiantes señalan límites al propio trabajo
de enseñanza en la universidad. Por el otro, estos mismos estudiantes se
encuentran con un modelo de enseñanza universitario que, si bien tiene
similitudes con el denominado “tradicional” en el campo de la pedagogía pues
ubica al alumno en una actitud receptiva, en este ámbito se trata de una
versión devaluada del mismo. En efecto, en el primer año los estudiantes con
mayor frecuencia asisten a clase, escuchan las exposiciones de los profesores
y copian lo que ellos dictan pero generalmente lo hacen sin haber realizado
lecturas previas que permitan hacer preguntas en clase e intercambiar ideas
con los puntos de vista del profesor y utilizando como materiales principales de
estudio los apuntes propios y de compañeros, fotocopias y libros en menor
medida. Cabe señalar que, si bien este problema no tiene una raíz y resolución
pedagógico-didáctica, la asimilación de nuevas prácticas de estudio por parte
de los estudiantes requiere, entonces, de construcciones metodológicas para la
enseñanza que permitan el interjuego entre la cultura experiencial, académica y
situacional desde una perspectiva sostenida en la complejidad del cambio
implicado en todo proceso de aprendizaje.
A modo de síntesis
Las referencias incluidas en este trabajo exploratorio ponen en evidencia
que el rezago se inicia en el primer año de estudios, que hay una serie de
variables que lo producen y que no afecta por igual al conjunto de los
estudiantes. En principio, se constata que el retraso se da en estudiantes que
ingresan a la universidad luego de finalizar su escolaridad secundaria, no
tienen familiares a cargo, admiten tener recursos económicos suficientes y, a
su vez, un bajo porcentaje de ellos trabaja. Al mismo tiempo, y como surge de
otros datos recogidos en la encuesta aunque no expuestos aquí, son alumnos
que dicen otorgarle una alta prioridad a los estudios, valoración que también
está presente en sus padres, a lo cual se agrega que alrededor de la mitad
tiene como expectativa realizar estudios de posgrado. Por tratarse de
estudiantes cuyos padres poseen principalmente secundario completo, siendo
ellos mismos la primera generación de universitarios en el núcleo familiar,
depositan una alta expectativa en la educación universitaria como medio de
movilidad social. En este sentido, son alumnos que como graduados
13
universitarios se perciben en una mejor situación en comparación con sus
padres, tanto desde el punto de vista económico como del prestigio social.
Según la información recogida en este trabajo es posible considerar
campos de intervención que atiendan las principales problemáticas del primer
año de estudios.
14
Aquí podrían ser señaladas dos áreas hacia los cuales habrían de
orientarse los esfuerzos:
a) El diseño de instrumentos para la recolección de datos sobre los
estudiantes que sean de utilidad para la comprensión de su desempeño
académico.
b) La política de selección, comunicación y uso de la información recogida
por parte de los actores institucionales comprometidos con la gestión de
la formación y la enseñanza en el aula.
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