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La ciencia, las humanidades y el arte B carlos Herrera “La negativa de las ciencias exactas a reconocerle a las humanidades 0 a las ciencias sociales el estatuto de saberes verdaderos, o bien, por otro lado, la asuncién de que éstas son tan sélo ficciones o pura invencién literaria, como lo propone vulgarmente Hayden White para el caso de la historia, delatan una ignorancia y un prejuicio profundos que desconocen el sentido propio de la nocién de verdad en ese campo del conocimiento”, | triunfo del pensamiento ilustrado sobre la cultura religiosa tradicional del mundo premoderno fue un proceso lento que sélo se logré imponer a través de multiples enfrentamientos en diversas dreas del quehacer humano. No se traté tan sélo de un cambio repentino de las mentalidades, que un dia despertaron descubriendo el “engafio” al que habian estado sometidas durante siglos enteros, sino de una verdadera revolucién en todos los ambitos de la cultura, cuya raiz y efectos no pueden comprenderse unilateralmente desde el mirador del mundo de las ideas ni tampoco de las creencias individuales; antes bien, se traté de una alteracion radical de los estilos, de vida, de las costumbres, de las maneras de hacer y organizar los asuntos de Ia cotidianeidad, de establecer nuevas formas de trabajo e introducir horarios y esquemas de disciplina en las diversas esferas de la sociedad, de modificar las instituciones politicas y rescribir las leyes, de educar y proponer nuevos paradigmas de comportamiento moral, etc. Un verdadero cambio civilizatorio a escala global que sélo se pudo instaurar por medio de la confrontacién directa y de la violencia fisica y espiritual contra aquellos que se resistian a aceptar el nuevo horizonte. El racionalismo, el liberalismo econémico y politico, el positivismo, fueron hijos legitimos de la violencia, no sdlo de aqueélla ejercida contra el mundo feudal que los precedid, sino, principalmente, de la que se puso en practica contra comunidades, naciones y civilizaciones enteras consideradas como atrasadas o primitivas, a las cuales se terminé sometiendo o simplemente exterminando. Para comienzos del siglo XX, la mentalidad cientifica y racional, propia del mundo europeo, habia logrado imponerse como modelo a seguir por casi todas las academias del orbe, El método cientifico de las. ciencias naturales, desarrollado y perfeccionado a lo largo del siglo XIX, asi como el razonamiento Iogico de las matematicas, se convirtieron en las Unicas fuentes indubitables de acceso a la verdad. Fuera de ellos, todo era parloteo y habladurfa, 0 bien simple especulacién sin fundamento. El impacto fue tal que el pensamiento social y humanista de estirpe milenaria empez6 a caer en el descrédito, a pesar de haber representado el origen de donde habia surgido el razonamiento cientifico de la modernidad. Si el pensamiento humanista queria ganar prestigio y autoridad en el nuevo mundo, tenia que empezar a regirse Por un método cientifico certero, que imitara, en la medida de sus posibilidades, al de las ciencias naturales. Asi, Comte, por ejemplo, propuso la clasificacion jerérquica de las ciencias en tres categorlas establecidas seguin el paradigma de la fisica: la fisica inorganica (astronomia, geologla y quimica), la fisica orgénica (biologia) y la fisica social (0 sociologia). Incluso pensadores tan criticos de la realidad social y de sus correlatos ideolégicos, como el propio Karl Marx, cuyo método de pensamiento poco o nada tenia que ver con la idea comteana de una fisica social, se vieron orillados a comparar su procedimiento al de las ciencias naturales, de tal manera que, por ejemplo, él mismo llegé a hablar de la forma mercantil (a cuyo estudio consagré el primer capitulo de E1 capital) como la forma celular de la economia, y, en el mismo prélogo al primer toro de su obra maestra, establecié una analogia entre su método expositivo y el de la anatomia microlégica, No obstante, tal manera de plantear las cosas encontré muy pronto criticos deseosos de marcar una linea divisoria entre el proceder de las humanidades, la filosofia y las ciencias naturales. Asi como la imposicién del estilo de vida moderno a lo largo y ancho del globo terréqueo no pudo llevarse a cabo de una manera pacifica y sin contratiempos (e incluso hoy encuentra numerosos opositores y detractores), asi también las estructuras ideolégicas y las nuevas formas de producr saberes tuvieron que entablar una batalla frontal contra aquellos que se negaban (y se niegan), en desventaja, a aceptar el predominio del método cientifico de las ciencias naturales como tnico baremo para definir los limites de lo verdadero y lo falso. Para la filosofia, esto significé reivindicar la validez de todos aquellos principios y conceptos denostados por las visiones racionalistas y cientificas, No otra cosa significé, en un primer momento, la llamads transvaloracién de todos los valores proclamada por Nietzsche a finales del siglo XIX, cuya légica invertida daba prioridad a los valores vitales y estéticos, denigrados como iracionales, frente a los principios supuestamente universales y eternos de la razon humana, La vision de una vida lidica y trégica, a la vez, que se arriesgaba a afirmarse caminando sobre el abismo, esto es, sobre la ausencia de principios sélidos y perennes como los que oftecia la ciencia, fue un motivo que animé a mitiples pensadores (entre ellos, a Dilthey y Ortega y Gasset) a desarrollar las llamadas filosofias de la vida que invadieron el mundo intelectual de comienzos del siglo XX. La vivencia y la poesia, como reza el titulo de uno de los trabajos mas importantes de Wilhelm Dilthey, se convirtieron de pronto en términos que evocaban Una verdadera cosmovisin opuesta a aquélla del racionalismo y del horizonte de las ciencias naturales. Frente a la raz6n y el método cientifico, la estética y la vida. Esa parecia ser la Unica alternativa En consonancia con dicha perspective, aunque inaugurando una nueva forma de pensar, la obra de Martin Heidegger profundizé la separacién entre el proceder de la filosofia y el de las ciencias (incluidas, en este caso, las llamadas ciencias sociales que, cada vez mas, asumian como propio el método de las ciencias naturales). “La ciencia no piensa". Con esta afirmacién escandalosa, que caus6 rewelo en el mundo intelectual del siglo XX, Heidegger pretendié arrebatar para siempre la legitimidad a las ciencias exactas en su reclamo de acceso a la verdad, Mientras los principios y los métodos se establezcan a priori, sostuvo el pensador aleman en su momento, ya todo esté decidido de antemano, y més que pensar, lo Unico que se hace es extraer conclusiones seguin un procedimiento repetitivo y abstracto, Por el contrario, para Heidegger, pensar significaba aventurarse a la meditacién y reflexién de lo indeterminado, mas allé de los datos tranquilizadores que nos ofrecia la experiencia, incluso la teérica. ¥, en su filosofia, nada era mas . ~ elevado e indeterminado que el pensamiento del ser y su verdad, La verdad, concebida en el sentido de las Ciencias exactas, fue rebajada por el fildsofo a la nocion de lo “correcto”, lo “certero" lo que se ajustaba a lo existente. Lo verdadero, en el sentido pleno, era s6lo aquello que lograba desvelar el ser, naugurando asi luna nueva época histérica. Para acceder a esa verdad, Heidegger propuso, sobre todo en la segunda etapa de su filosofia, hacerlo desde la poesfa y desde un tipo de reflexién que muchos terminaron considerando como mistica, en tanto que, atendiendo a viejos versos de Holderlin, nsistia en la recuperacién del pensamiento de las divinidades. Asi las cosas, resultaba dificil, por cuestiones de prestigio académico, que las distintas ciencias sociales y las humanidades (las cuales, mientras mas avanzaba el siglo XX, més se consolidaban) retomaran los planteamientos vitalistas, esteticistas 0 misticos de las nuevas corrientes de la filosofia, No fue, en verdad, sino hasta la aparicién de Verdad y Método (1960) de Hans-Georg Gadamer, que las llamadas ciencias sociales pudieron encontrar un nuevo enfoque sobre su sentido y proceder a partir del desarrollo de la hermenéutica contempordnea El planteamiento de Gadamer (alumno y amigo de Heidegger) era en realidad muy sencillo, Al asumir el método de las ciencias naturales para justfcar su existencia, las humanidades habfan desconocido su crigen y forma de proceder,alterando con ello su sentido y desarrollo propio, Siguiendo en esto a su maestfo, Gadamer sostenia que las ciencias exactas, a través de su método, sélo podian offecer una visién limitada del sentido de la verdad (lo “correcto’, segtin Heidegger), y que, para acceder a un horizonte de ccomplejidad mas elevado y adecuado a su naturaleza, las humanidades tenian que vottear la vista hacia su tradicin y retomar la pregunta por la verdad planteada desde el arte. Solo que, para Gadamer, la nocién de arte no tenia nada que ver nicon el vitalismo y esteticismo nietzscheano ni con el misticismo heideggeriano, Para recuperar el sentido original del arte, era necesario, como bien sostiene el mejor comentarista dela flosoffe gadameriana, Jean Grondin, destruir la historia de la estética modema, tal ‘como se entiende desde Kant a partir de su Critica del Juco. Como se sabe, la flosofia critica de Kant es un intento por fundamentar a metafisica como una ciencia exacta, estableciendo los principios adecuados desde los cuales fundamentar un conocimiento preciso de los fenémenos naturales sin introducir nociones inaplicables al campo dela experiencia, En su Critica de fa razén pura, estableci6 asi los fundamentos de los juicios l6gicos que sblo podian ser aplicados al conocimiento de la naturaleza, Fuera de ellos, nada se podta saber con certeza. Quedaban as|, para decilo en términos muy generales, dos grandes émbitos: el de la moral, pensado en la Critica de la razén practica, y el de los distintos acontecimientos del mundo humano mas alla del ambito puramente ético, explorados en le Critica del Julclo, En tanto que los juicios estéticos se encontraban en ésta titima divisién, no constituian ninguna fuente de certeza, sino, al contrario, estaban sometidos al proceso de la imaginacién subjetiva. Ast nacié la idea de que la estética era pura imaginacién o ficcién desligada del conocimiento. No obstante, como explica Gadamer en Verdad y método, la nocién de arte no siempre estuvo vinculada a la estética subjetivista fundade por Kant y radicalizada por Schiller. Al contrario,en sus origenes griegos, sobre todo en Aristételes, el arte fue pensado desde la mimesis. Sibien durante mucho tiempo, incuyendo @ la modernidad, la mimesis fue comprendida como “imitacin de la naturaleze", Gadamer apela a su sentido origina, en el cual dicha palabra mentaba mas bien fa idea de “re-conocimiento’, Re-conocer, en este sentido, significa captar, a partir de lo representado, la esencia o verdad de aquello que se representa (el mundo). Para lograr ese re-conocimiento, es necesario crear un habito practico e intelectual que permita educar las distintas facultades hasta desarrollar la capacidad de crear e interpretar. No se trata, entonces, cde un método especffco, pero tampoco de un proceder arbitrario e tracional, sino de un proceso de formacién (Bildung), cuyo propésito es conducir al individuo a su desarrollo pleno, segin el camino que escoja para su vide préctica. El camino original de las humanidades, estaria asi, segtin Gadamer, sustentado en las naciones de re-conocimiento y formacién, més que en el concepto de método cientifico. La negativa de las ciencias exactas a reconocerle a las humanidades 0 @ las ciencias sociales el estatuto de sabetes verdaderos, o bien, pr otro lado, la asuncién de que éstas son tan sdloficciones o pura invencién lteraria, como lo propone vulgarmente Hayden White para el caso de la historia, delatan una ignorancia y un prejuicio profundos que desconocen el sentido propio de la nocién de verdad en ese campo del conocimiento, Habria todavia mucho que discuti, pero lo cierto es que, en el proceso de su afirmacién, las llamadas humanidades solo podran encontrar su camino si logran desprenderse completamente del fardo de las definiciones que las ciencias exactas les han impuesto,

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