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UNIDAD IX

15. El territorio argentino desde el descubrimiento hasta la emancipación; desintegración del


Virreinato del Río de la Plata. El uti possidetis iuris de 1810.

Antecedentes históricos.

El territorio de la República Argentina comprende el que formaba el Virreinato del Río de la Plata, al
producirse, el 25 de Mayo de 1810, la revolución de la independencia menos ciertas desmembraciones
ulteriores en las regiones septentrional y oriental.

El Virreinato del Río de la Plata comprendía:

Al norte, la región del lago Titicaca y la parte superior de los ríos Beni Mamoré, Guaporé y Jaurú, así
como las vertientes de los ríos Paraguay y Paraná.
Al este, la vertiente del Río Uruguay, incluso las misiones jesuitas y las zonas del Río de la Plata y de
la Patagonia sobre el Océano atlántico.
Al oeste, llegaba hasta la Cordillera de los Andes
Y al Sur, abarcaba las tierras e islas que se encuentran en la extremidad austral del Continente.
El Virreinato del Río de la Plata quedó dividido en 1782 en ocho intendencias que al año siguiente
fueron las de: Buenos Aires, San Miguel de Tucumán, Mendoza, Asunción del Paragua, Potosí,
Chuquisaca o La Plata, Santa Cruz de la Sierra y La Paz; y comprendía además la provincias de
Mojos, Chiquitos, Misiones Guaraníes y el Gobierno de Montevideo.
Durante las luchas por la independencia ese enorme territorio se desmembró, viniendo a constituir las
Repúblicas Argentina, Paraguay Uruguay y Bolivia, incluso en ésta la región de Antofagasta que más
tarde pasó a Chile.

Cuestión de Límites.

La delimitación y demarcación del territorio argentino están hoy realizadas casi totalmente, después de
largas dificultades y controversias resueltas casi todas amistosamente:
● Bolivia: Por ley dictada el 9 de mayo de 1825, la República Argentina quedó constituida con
las provincias que estuviesen representadas en el Congreso y dejó en libertad “para disponer
de su suerte” a las cuatro intendencias del Alto Perú. La Argentina reclamaba la provincia de
Tarija, los distritos de Chichas, Mojos, y Chiquitos y el territorio de Atacama; y Bolivia requería
el Chaco hasta la confluencia de los ríos Paraguay y Bermejo. El primer acuerdo fue el tratado
del 10 de mayo de 1889, donde Bolivia renunciaba a la Puna de Atacama y a parte del Chaco
y Argentina desistía de sus reclamaciones. Emprendida la demarcación del terreno, surgieron
dificultades con respecto a Yacuiba y su población, resolviéndose el punto de límite mediante
el protocolo del 2 de junio de 1897, por el cual dicha población fue cedida a Bolivia. Esto dio
lugar a un nuevo tratado de límites que fue suscripto el 9 de junio de 1925. Por último, se firmó
el protocolo de 10 de febrero de 1941, señalando el curso del río Pilcomayo como límite entre
D´Orbigny y Esmeralda.
● Brasil: La cuestión de límites con Brasil versó sobre la frontera oriental de Misiones. En la
época colonial, España y Portugal acordaron, por los tratados de Madrid de 1750 y de San
Idelfonso de 1777, que el límite de esa región pasaría por los ríos Pepiry Guazú y San Antonio.

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La Confederación Argentina y el Imperio del Brasil firmaron un tratado en Paraná el 14 de
diciembre de 1857 que fijaba como línea divisoria el río Uruguay desde la boca del Cuareim
hasta la del Pepiry Guazú hasta encontrar la cabecera del río San Antonio; continuaría hasta
su desembocadura en el río Iguazú y por este mismo hasta su confluencia con el río Paraná.
La aclaración de una referencia de que los ríos Pepiry Guazú y San Antonio son solamente los
reconocidos por los del tratado de 1750, no satisfizo a Brasil, y el tratado de 1857 quedó sin
efecto. Finalmente, cumpliendo con el acuerdo del 7 de septiembre de 1889, los gobiernos
argentino y brasileño sometieron la cuestión de límites al arbitraje del presidente de los EEUU.
El fallo, dado el 5 de febrero de 1895 admitió la tesis de Brasil. Firmaron un tratado el 6 de
octubre de 1898 y la demarcación del terreno quedó terminada en 1904.
● El Paraguay, no se plegó al movimiento emancipador iniciado en Buenos Aires en 1810, se
mantuvo desde 1811 separado de hecho de las Provincias Unidas del Río de la Plata. Su
independencia fue reconocida por la Confederación Argentina el 17 de Julio de 1852.
● En la Banda Oriental, la dominación española cesó en 1814 con la capitulación de
Montevideo. Esta tendencia autonomista, se mantuvo hasta que dos años después la Banda
Oriental fue invadida por fuerzas portuguesas, quedando incorporada en 1821 a Portugal con
el nombre de Provincia Cisplatina.
En el Congreso de la Florida de 1825, se proclamó esa voluntad de los pueblos orientales de formar
parte de las Provincias Unidas del Río de la Plata. El Congreso Argentino acepto esta
declaración y en consecuencia sobrevino la guerra con el Imperio de Brasil. La situación
anárquica que dominaba en el país impidió dar vigor decisivo a la campaña; y una mediación
del gobierno británico puso fin a la lucha, suscribiéndose el 27 de Agosto de 1828 una
convención preliminar de paz entre las Provincias Unidas del Río de la Plata y el Imperio del
Brasil, por la cual se establecía que la Provincia Cisplatina quedaba separa del territorio de
este último para constituirse como Estado Independiente.
● En el Alto Perú, las armas de la revolución no lograron afirmarse durante las campañas de
1812-13. Las cuatro intendencias que lo componían Chuquisaca, Santa Cruz de la Sierra, La
Paz y Potosí. Permanecieron en el poder de España hasta 1824, donde destruido e núcleo de
la resistencia en Lima y Ayacucho, fue creada la República de Bolivia sobre la base de
aquellas cuatro intendencias.

Uti Possidetis Iuris de 1810.

Esta es una regla que proviene del digesto Romano, que los Estados Hispanoamericanos invocaron
para sostener sus respectivos derechos territoriales en las cuestiones de límites que mantuvieron entre
sí.
El Uti Possidetis Iuris proviene de la fórmula usada por los pretores romanos para otorgar posesión:
“Así como poseéis, seguirás poseyendo”. Esta fórmula fue usada por España para señalar en sus
dominios coloniales hasta dónde llegaban los derechos y privilegios que otorgaba.
Los Estados Hispanoamericanos al invocarla querían demostrar que sus límites respectivos debían ser
los establecidos por la metrópoli hasta el momento de su emancipación mediante cédulas reales y
otros documentos.
Sin embargo, la aplicación del Uti Possidetis se tornó dificultosa en los siguientes aspectos:

- Existían enormes extensiones de tierra desconocidas o pobladas por indígenas.

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- Los mapas eran deficientes y erróneos, en la mayoría de los casos no concordaban con las
células reales que delimitaban las referidas jurisdicciones coloniales.
- Muchas veces, la posesión real del territorio era distinta a la que correspondía según el
título.
Esto explica el nacimiento de dos fórmulas:

- El Uti Possidetis Iuris, que hacía referencia al derecho otorgados por los títulos.
- El Uti Possidetis de facto, que hacía referencia al hecho de la posesión existente.

Sin embargo, el Uti Possidetis fue la base para las negociaciones de los estados en cuanto a límites, lo
que permitió alejar el peligro de choques en las regiones disputadas. Esto hizo posible que la mayoría
de los casos en las discusiones sobre límites entre los Estados Latinoamericanos se resolvieran en
forma pacífica o por acuerdos directos recurriendo al arbitraje.

En argentina, es el fundamento de las Provincias Unidas de sus derechos sobre el territorio


que detenta, basado en el título de la Real Cédula de 1776 por la que se crea el Virreinato
del Río de la Plata y se le adjudican los territorios que le comprenden, antes de 1810 se
celebró un acuerdo con Chile basado en la delimitación entre ambos por medio de la
Cordillera Andina según instrumentos de la Corona Española, Real Cédula de 1681 y en
base a este fundamento se esgrimieron los derechos sobre la Patagonia a favor de la
Argentina ante las pretensiones Chilenas.

16. La cuestión con Chile: los tratados de 1881 y 1893, el Tratado de Paz de 1984, los Acuerdos
de 1991. Las Islas Malvinas, antes y después de la guerra de 1982. Las Resoluciones nº 2065
(AG XX) y nº 3160 (AG XXVIII) de la Asamblea General.

La cuestión de límites con Chile fue la más trabajosa y dedicada de todas las que sostuvo la
República Argentina.
Al erigirse ambos países como independientes era indudable que la frontera estaba constituida por la
Cordillera de los Andes. Según la Real Cédula del 21 de mayo de 1681, la “Cordillera Nevada” dividía
“el Reino de Chile de las provincias del Río de la Plata”.
Posteriormente, documentos como la Constitución chilena de 1833 declaraban eso mismo. En el
tratado de paz, amistad, comercio y navegación entre Argentina y Chile del 30 de agosto de 1855 (art
39) se consignó el principio del uti possidetis, que aludía a la Cordillera: ambos países reconocieron
como límites de sus respectivos territorios los que poseían como tales al tiempo de separarse de la
dominación española en 1810.

ESTRECHO DE MAGALLANES

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Sin embargo, un nuevo factor habíase introducido en el problema de precisar los límites de la frontera:
la fundación por Chile, dentro del Estrecho de Magallanes, de Fuerte Bulnes, trasladado poco
después a Punta Arenas.
Este hecho motivó en 1847 una reclamación del gobierno argentino. Chile no ocultaba su aspiración a
poseer la Patagonia desde el Río Diamante (Mendoza) hasta el Cabo de Hornos.
En 1872 cuando se iniciaron las negociaciones diplomáticas, Chile propuso adoptar como límite “el
paralelo 43º desde el Atlántico a la Cordillera de los Andes”. A esta proposición oponía a la
Argentina sus derechos a toda la Patagonia, fundados en el uti possidetis de 1810, que alcanzaba
hasta la Cordillera de los Andes, estaba demostrado por el hecho de que la Patagonia dependía de las
autoridades de Buenos Aires y ese hecho había sido bonificado con la fundación de poblaciones
realizadas por ellas tanto en la época colonial como ulteriormente. Los negociadores no pudieron
llegar a un entendimiento y la situación diplomática se tornó muy delicada.
En 1874, Chile redujo sus aspiraciones, proponiendo fijar el límite en el Río Santa Cruz, Pero el
gobierno argentino declaró que no cedería ninguna tierra alguna sobre el Atlántico. En esta situación,
un incidente en 1876 estuvo a punto de provocar la guerra cuando una nave chilena había apresado,
en la boca del río Santa Cruz, a una barca francesa que poseía permiso de Argentina para cazar lobos
marinos.
Se suscribieron dos convenciones en 1878 con el propósito de finiquitarla por medio del arbitraje, pero
no fueron ratificados.
Dos años después se dio paso decisivo con el Tratado Irigoyen-Echeverría, firmado en Buenos
Aires el 23 de julio de 1881. Este tratado adoptó como límite de Norte a Sur la Cordillera de los
Andes hasta el paralelo 52° y desde éste una línea convencional que asigna a Chile el Estrecho de
Magallanes y divide en dos partes a Tierra del Fuego. Con esto Chile desistía de toda pretensión a la
Patagonia y Argentina desistía al Estrecho de Magallanes.
En 1881 se firmó un tratado donde en su artículo 1° expresa con referencia a la Cordillera de los
Andes:

“la línea fronteriza correrá en esa extensión por las cumbres más elevadas de dichas
Cordilleras que dividan las aguas y pasará entre las vertientes que se desprenden a
un lado y otro. Las dificultades que pudieran suscitarse por la existencia de ciertos
valles formados por la bifurcación de la Cordillera y en que no sea clara la línea
divisoria de las aguas, serán resueltas amistosamente por dos peritos nombrados uno
de cada parte. En caso de no arribar estos acuerdos, será llamado a decidir un tercer
perito designado por ambos gobiernos”.
Al firmarse este tratado, la extensa región cordillerana apenas había sido explorada; y la fórmula
consignada en aquel documento vino a originar divergencias inconciliables entre los peritos
encargados de aplicarla en el terreno, porque “las cumbres más elevadas” no coincidían a menudo con
la separación de las aguas a uno y otro lado. En especial en el Paso de San Francisco donde la
Cordillera se ramifica en cadenas de menor elevación y las aguas de los deshielos serpentean por los
valles, alimentan lagos y forman vastas cuencas transversales que desaguan en el Océano Pacífico.
● La República Argentina, fundándose en este tratado, sus antecedentes y el uti possidetis de
1810, afirmaba que la delimitación se basaba en un concepto orográfico, indicado por “las

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cumbres más elevadas”, y sólo en segundo término tomaba en cuenta “las vertientes que se
desprenden a un lado y otro”.
● Chile sostenía que el tratado debía hacerse efectivo siguiendo principalmente un criterio
hidrográfico, con lo cual venían a quedar para Chile las cuencas de los ríos que se derraman
en el Océano Pacífico y para la Argentina las cuencas de los ríos que desembocan en el
Océano Atlántico.

Ante el desacuerdo de los peritos demarcadores, los gobiernos suscribieron el protocolo Errazuriz-
Quirno Costa, del 1 de mayo de 1893. Este no alteraba la fórmula de 1881, pero declaraba que:

“Chile no puede pretender punto alguno hacia el Atlántico; como la República


Argentina no puede pretenderlo hacia el Pacífico”.
También reducía el problema de la región cordillerana, pero no se pudieron resolver las discrepancias.
Finalmente, por el acuerdo Quirno Costa-Guerrero del 17 de abril de 1896, se convino que las
divergencias que ocurriesen entre los peritos serían sometidas al arbitraje de S. M. Británica- Este
convenio se hizo efectivo por acta del 22 de septiembre de 1898.
La comisión técnica enviada por el árbitro para estudiar el terreno, informó que existía una oposición
inconciliable entre las pretensiones de las partes, porque:
● La línea orográfica no coincidía con la línea hidrográfica y esta se hallaba casi siempre al
Oriente de aquélla;
● Que los términos del tratado eran “inaplicables a las condiciones geográficas del país a que se
refieren”;
● Y en consecuencia estimaba que la cuestión sometida consistía en determinar, dentro de los
límites definidos por las pretensiones extremas de las partes, la línea de límites precisa que en
opinión del árbitro interpretase mejor la intención de los documentos diplomáticos que se le
habían sometido.

Solución: Aplicando este criterio, el rey Eduardo VII dio su laudo el 20 de noviembre de 1902, fijando
una línea divisoria en virtud de la cual correspondieran unos 42.000 kilómetros cuadrados a las
República Argentina y alrededor de 48.000 a Chile. El fallo fue cumplido inmediatamente y, a pedido
de ambas artes, agentes del árbitro procedieron a colocar en el terreno los hitos demarcadores.

Nueva controversia.

A raíz de la demarcación de la frontera entre el hito 16 y 17, surgió una nueva controversia, en 1955,
en el seno de la Comisión Mixta Argentina Chilena. Se comprobó en el terreno que existía un error
en el laudo de 1902, pues el Río Encuentro no nacía en el Cerro de la Virgen. La parte del informe
correspondiente a la zona decía:

“Cruzando el Palena en ese punto, frente a la junción del Río Encuentro, seguirá
entonces el Encuentro el curso de su brazo Oeste hasta su fuente en las laderas
occidentales del Cerro Virgen. Ascendiendo hasta ese pico, seguirá entonces la línea
de división de aguas local hacia el Sur, hasta llegar a la orilla Norte del Lago General
Paz, en un punto en que el algo se estrecha.”

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Chile invocó el 15 de septiembre de 1964, el Tratado General de Arbitraje de 1902, solicitando la
intervención de árbitro británico. Argentina dio su asentamiento el 25 de noviembre. El árbitro
determinó conforme al artículo 5° del Tratado General de Arbitraje. El laudo se pronunció el 9 de
diciembre de 1966.
Solución:
● La línea trazada no correspondió a ninguna de las pretensiones de las partes; siguió el Río
Encuentro, por el brazo oriental, sosteniendo que era el de mayor caudal hasta su dirección se
aleja marcadamente del Cerro de la Virgen. Luego se trazó una línea terrestre, pero que cruza
el Río Engaño, hasta el Cerro de la Virgen y de allí por la divisoria de aguas al Lago General
Paz.
● El árbitro aceptó el 50% de la línea propuesta por la Argentina y el 38% de la propuesta de
Chile.
● El laudo adjudicó el 71% del área a la Argentina y el 29% a Chile.

CANAL DE BEAGLE

En 1904 surgió una cuestión relativa a la línea divisoria en el Canal de Beagle y como consecuencia a
la soberanía sobre las Islas Picton, Nueva y Lennox. Se firmaron a este respecto dos protocolos: el
28 de junio de 1915 y el 4 de mayo de 1938; sometiendo la cuestión a decisión arbitral; pero quedaron
sin ser ratificados y el 2 de mayo de 1955 se negoció un nuevo acuerdo similar, que finalmente Chile
no aceptó.
Luego de numerosas negociaciones e 22 de julio de 1971, se acordó un Compromiso dentro del marco
del Tratado General de Arbitraje de 1902, entre Argentina, Chile y Gran Bretaña, sometiendo al
arbitraje del gobierno británico el litigio del Canal de Beagle.
**
El Compromiso designó un Tribunal Arbitral compuesto por cinco juristas miembros de la C.I.J., elevó
su decisión el 17 de febrero de 1977y el gobierno británico la aprobó el 18 de abril de 1977.
Solución: El laudo decidió que las islas Picton, Lennox y Nueva pertenecen a Chile y trazó una línea
en un mapa siguiendo la línea media, con inflexiones para la navegación, en el espejo de aguas
inmediatamente al sur de la isla Grande de Tierra del Fuego. Esta decisión se basa en la interpretación
que dio el Tribunal arbitral al Tratado de límites de 1881 y el Protocolo de 1893. Resuelve:
1. Concede a Chile las islas Picton, Nueva y Lennox e islotes vecinos (por considerar que el
Canal es el brazo septentrional entre las islas de Tierra del Fuego y Picton y Nueva.
2. Traza la línea divisoria de aguas del canal por la línea media, desestimando la costa seca,
fijando las aguas al norte de la línea media para Argentina y las al sur para Chile.
3. Desconoce el principio de división oceánica y estimo que la situación Atlántica de las islas no
era fundamento suficiente para que fueran argentinas, manteniendo su trazado norte sur.

Argentina impugna el laudo por Nulidad en 1978, fundado en exceso de los puntos sometidos a su
conocimiento, errores y omisiones.

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En 1978 ambos países firman el Acta de Puerto Montt, por el cual se comprometen a crear
condiciones de armonía que permitan una negociación sobre la cuestión, Argentina sostuvo que la
navegación debía mantenerse como lo fuera hasta 1977 y que se debía realizar delimitaciones
insulares y marítimas Chile sólo aceptaba la delimitación marítima por lo que no se puedo llegar a
ningún acuerdo y se designa al Papa como mediador en 1979.
La mediación Papal procura un acercamiento entre ambas naciones que tiene su fruto en el Tratado
de Paz y Amistad de 1984. Teniendo presente el Tratado de 1881, el principio de solución por medios
pacíficos y la propuesta Papal de 1984:
Por este Acuerdo en caso de controversias las partes aceptan tomar todas las medidas necesarias
para evitar que la controversia se prolongue:
⮚ Primero por medio de las negociaciones directas de buena fe y cooperación.
⮚ Segundo ante el fracaso del primero se elige en común un medio de solución pacífica en 4
meses.
⮚ Tercero de no llegar a acuerdo se aplica el procedimiento de la conciliación o arbitraje, a
petición de una de las partes para que se convoque al Tribunal Arbitral, este se compondrá de
5 miembros uno por cada estado y 3 de terceros estados, ajenos al conflicto. De no llegar a
integrarse el Tribunal lo hará la Confederación Suiza y se decide conforme al Derecho
Internacional, el laudo es inapelable y cesa sus funciones el Tribunal ante la adopción íntegra
del fallo.

La propuesta de Juan Pablo II:


El 12 de diciembre, el Papa hizo llegar su propuesta a las partes. Si bien reconocía la soberanía de
Chile sobre las islas en cuestión, por otro lado, aseguraba a Argentina una delimitación marítima que
acotaba la proyección sobre el mar de dichas islas y reconocía los derechos argentinos sobre las
aguas.

La solución del Sumo Pontífice hacía referencia a una "Zona de Actividades Comunes" situada sobre
el océano atlántico. Esta zona concedía a ambos países a perpetuidad la explotación de recursos del
agua, del lecho y del subsuelo marino, así como la posibilidad de ejercer otras competencias
jurisdiccionales, tales como la investigación científica y el control de la contaminación.

A juicio de Argentina este aspecto podía ser causa de graves problemas en el futuro. La inclusión de
esta Zona de Actividades Comunes impidió su aceptación por parte de Argentina en tanto que recibió
la aprobación de Chile.

En 1984, Su Santidad propuso la actual solución. En lo relativo a la delimitación marítima de la zona, la


región anteriormente comprendida en la Zona de Actividades Comunes se divide según un límite que
forma un polígono hacia el sur correspondiendo a Chile el área situada al oeste de ese meridiano y a

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Argentina el área situada al oriente del mismo. Respecto a la delimitación de la boca del Estrecho de
Magallanes, el límite entre ambos países es una línea recta que va desde Punta Dungeness hasta el
Cabo del Espíritu Santo, quedando la soberanía chilena al oeste y la argentina al este de dicha línea.
El 25 de noviembre de 1984, la solución papal fue sometida a consulta popular, siendo respaldada por
el pueblo argentino.

Finalmente, las partes sobre la base de la propuesta papal, llegaron a un acuerdo y el 29 de noviembre
de 1984 suscribieron el "Tratado de Paz y Amistad".

Delimitación marítima

La delimitación marítima del Mar de la zona Austral se traza desde el término de la delimitación del
Canal de Beagle existente (línea media de las aguas) coordenadas 55° de latitud sur y 66°25 de
longitud oeste (Pto. A), al sudeste, hasta el punto más saliente de la isla Nueva y Tierra del Fuego,
continuando al sudeste en ángulo de 45° y hacia el sur por el meridiano 65° 43' longitud oeste (Pto. C),
hasta los 56° 22' (Pto.D). Desde allí hacia el oeste hasta las 24 millas al sur del Cabo de Hornos y de
ahí en línea recta al sur hasta el punto los 58° 21' de latitud sur y 67° 16' longitud oeste, punto extremo
de la delimitación del mar de la zona austral.
De esta línea hacia el oriente y occidente se determinan las zonas económicas exclusivas de cada
país y el mar territorial, hasta las tres millas marinas, medidas desde la línea de base que rige para
ambos países y para los terceros estados la anchura permitida por el Derecho Internacional.
Respecto al Estrecho de Magallanes acuerdan su extremo oriental en la línea trazada entre Pta.
Dungeness y el Cabo del Espíritu Santo, que es límite de las soberanías de ambos países al oriente y
occidente respectivamente.
Se crea una Comisión binacional de carácter permanente para intensificar la cooperación económica y
la integración física y la COMISIÓN PERMANENTE DE CONCILIACIÓN Y ARBITRAJE, integrada por
tres miembros uno por cada Estado y otro de un tercer Estado, que actúa si las partes no llegan a
acuerdo pacífico en 4 meses.
Se establecen reglas de navegación en el Canal de Beagle que fija la libre navegación del Canal y el
derecho de paso de los terceros estados. El paso por aguas chilenas se realiza previo aviso y con
práctico a bordo, el paso debe ser continuo e ininterrumpido y los buques de guerra no podrán ser más
de tres. Para la circulación entre el Estrecho de Magallanes y por puertos argentinos en el Canal de
Beagle, la navegación entre los puertos Argentinos del Canal y la Antártida podrá ser sin práctico y sin
aviso a Chile, mientras se circule por los tramos establecidos en el Tratado.
Argentina otorga Dº de navegación a Chile a través del Estrecho de Le Maire
Chile otorga a Argentina desde y hacia la Antártida y la ZEE de Argentina por una vía definida
en el Tratado sin piloto ni aviso.

LA CUESTION MALVINAS

8 López López, Karla A.


No responde específicamente a una cuestión limítrofe el tema de las Islas Malvinas por su ubicación
en la periferia de nuestra Nación, pero se relaciona con la cuestión de la integridad territorial Argentina.
El 3 de enero de 1833 la corbeta inglesa Clío desalojó en forma sorpresiva y violenta a las autoridades
argentinas establecidas en Islas Malvinas y procedió a ocupa en nombre de la Corona británica.
⊗ El gobierno de Buenos Aires había tomado posesión efectiva del archipiélago en 1820 por
medio de la fragata Heroína, como comandante Pablo Areguaty y otorga concesiones de tierra
y pesca a diversas personas, entre ellas, Luis Vernet. El 10 de junio de 1829 dicta un decreto
disponiendo que las Islas Malvinas y las adyacentes al Cabo de Hornos en el Atlántico serían
administradas por n gobernador político y militar, el decreto se fundó en que las Provincias
Unidas del Río de la Plata son sucesoras, desde su emancipación de España, de los derechos
de la antigua metrópoli. En consecuencia, Luis Vernet fue designado comandante civil y militar
de las Malvinas.
El representante de Inglaterra formuló una reclamación el 19 de noviembre de 1829
expresando que el gobierno argentino había asumido una autoridad incompatible con los
derechos de soberanía de S.M.B. sobre las Islas Malvinas. Es de advertir que más de medio
siglo había transcurrido desde que Inglaterra abandonara la ocupación de Puerto Egmont con
la protesta de España durante ocho años (1766-74).
A fines de 1831, la corbeta norteamericana Lexington, se presentó en Puerto Soledad, destruyó
el establecimiento y ejecutó otras depredaciones, a causa de que el gobierno argentino no
había admitido una reclamación del cónsul de los Estados Unidos, que pretendía la devolución
inmediata de tres goletas detenidas en las Malvinas para ser sometidas a proceso por haber
infringido los reglamentos que prohibían la caza de anfibios y la pesca en las costas. El
gobierno de Buenos Aires denegó al cónsul atribuciones para plantear tal reclamación y
terminó en una ruptura de relaciones con el país norteamericano. La actitud de Lexington
suscitó en Londres el temor de que se apoderasen de las islas y el 3 de enero de 1833 la
corbeta inglesa Clío procedió al despojo.
Desde entonces Gran Bretaña ha seguido ocupando al archipiélago con la protesta de la Rep.
Argentina. El 8 de junio de 1888 el gobierno argentino manifestó que no podía admitir el
concepto del representante británico tras sus reclamos; que la negativa británica a discutir los
derechos de someter el asunto a arbitraje no compromete los derechos del gobierno argentino.
El Congreso argentino aprobó sendas declaraciones el 1946 y en 1950 reafirmando
nuevamente os derechos de la República a las Malvinas. La embajada británica en Buenos
Aires dirigió notas a la cancillería el 17 y 23 de diciembre de 1947 sugiriendo someter la
cuestión a la CIJ.
⊗ Con motivo de la adopción del “Acta de Washington”, sobre ingreso de nuevos miembros a la
OEA, la Argentina hizo la correspondiente reserva de sus derechos sobre Malvinas. Esa acta
es la base del actual artículo 8° de la Carta de la OEA.

⊗ El tema también fue considerado durante la preparación del Tratado para la proscripción de
armas nucleares en América Latina de 1967, en cuyo instrumento se incorporó el art. 25 porque
no pueden llegar a ser partes del mismo, sin que haya terminado la controversia, territorios
sujetos con anterioridad a su firma a litigio o reclamación con un país extra continental.

⊗ En Naciones Unidas se ha reservado todas las oportunidades que se presentaron los derechos
argentinos a las Islas. Lo mismo ocurre con otras organizaciones.

9 López López, Karla A.


El archipiélago de Malvinas descubierto por navegantes españoles.

⊗ Lo demuestran numerosos mapas y planisferios publicados en España entre los años 1522-23
y 1590. El primero es el mapa de Pedro Reinel, en seguida se destacan los trabajos de Diego
Ribero, cartógrafo principal de Carlos V y de ellos existen en la Biblioteca Pública de Weimar y
en la Biblioteca Vaticana. Luego le suceden el mapa del islario de Alonso de Santa Cruz,
Sebastián Gaboto, entre otros.
En casi todos los documentos mencionados el archipiélago figura con el nombre de “Islas
Sansón”, solamente en el mapa de Santa Cruz aparece denominado como “Islas Sansón y de
los Patos”, que fue dado por la expedición en que él participó, realizada en 1540, a causa de
que, en esas islas, “hallaron muchos y muy gordos patos que casi no podían andar y medio
pelados todos”. La referencia puede ser exacta colocado en atención a los pingüinos, ya que
los españoles no conocían.
El origen del nombre “Islas Sansón” ha sido explicado correlacionando elementos históricos, el
piloto Esteba Gómez, que formaba parte de la expedición de Fernando de Magallanes, se negó
a seguir adelante apenas descubierto el Estrecho y retornó a España por la vía del Atlántico en
su nave S. Antón; a Esteban Gómez debe atribuirse el descubrimiento del archipiélago porque
el topónimo “Sansón” no es, dada la grafía española de la época, sino una deformación de S.
Antón.

⊗ No aparecen mapas ni otros documentos que demuestran que los ingleses hayan arribado
entonces al archipiélago. Las actividades colonizadoras de Inglaterra estaban absorbidas por la
penetración en la América Septentrional. Solamente a partir de 1577 realizaban viajes de
circunnavegación, pasando por el Cabo de Hornos, los corsarios Francis Drake y Tomas
Cavendish; pero es significativo notar que en los mapas que luego se elaboraron en Inglaterra
indicando el itinerario seguido en esos viajes no aparece marcado el archipiélago malvino.
Solamente hacia fines del XVII efectúan los ingleses sus primeras incursiones indudables. En
1684 llega el pirata William Dampier y en 1690 el corsario John Strong, quien encontró el
estrecho que separa las dos islas principales y le dio el nombre de “Falkland Sound”.

⊗ Marinos holandeses recorren las costas del archipiélago a comienzos del XVII. En 1600 Sebald
de Weert divisa tres de las islas menores, y su descripción, publicada en 1619, hizo que en
mapas figurasen con el nombre de “Islas Sebaldinas”.

De todo lo que antecede, se desprende claramente que:


☞ Las costas patagónicas, descubiertas en 1520 por la expedición de Fernando de Magallanes
autorizado por el Rey de España, fueron recorridas repetidas veces desde entonces por otros
marinos españoles.
☞ Que el descubrimiento de las Islas debe ser atribuido fundadamente a Esteban Gómez.
☞ Que los ingleses, quienes solamente dese 1577 pasaron por los mares australes, no son los
descubridores de las Malvinas y tampoco son los holandeses.

⊗ Ocupación efectiva

10 López López, Karla A.


El primero en efectuarla no fue Gran Bretaña. El célebre navegante francés Luis Antonio de
Bougainville, habiendo partido de Saint-Malo con un grupo de colonos franceses emigrados de
Canadá, desembarca el 2 de febrero de 1764 en islas del Este y funda allí un establecimiento que
denomina “Port Louis”. España, sintiéndose agraviada, formula una reclamación en París; siguiéndose
negociaciones que condujeron a un arreglo, según el cual Bougainville haría entrega del
establecimiento a España y percibiría de ésta determinada indemnización. Se procedió, así, el 2 de
abril de 1767, quedando autoridades españolas dependientes del Gobierno y Capitanía General de
Buenos Aires instaladas en “Port Louis”. Más tarde le atribuyeron el nombre de “Puerto Soledad”.
El 25 de enero de 1765, como eco de la ocupación francesa, el comodoro inglés John Byron llega a
una de las islas y desembarca en el lugar que los franceses conocían como “Puerto de la Cruzada”, y,
llamándole a su vez “Puerto Egmont”, toma posesión simbólica en nombre de la Corona de Inglaterra;
pocos días después sigue viaje hacia el Pacífico. Sólo al año siguiente se instala en ese sitio el capitán
inglés John W. MacBride.
La instalación de MacBride pasó desapercibida algún tiempo; pero, una vez comprobada, el gobierno
de Madrid expide una Real Orden al Gobernador de Buenos Aires, mandándole conminar a los
ingleses el desalojo. Naves enviadas al Río de la Plata desde la metrópoli proceden a intimar el
desalojo, fundándose en que importaba una violación de los tratados en vigor. Los ingleses no
acceden y pretenden que son los españoles quienes deben retirarse para lo cual le señalan un plazo
máximo que vencería el 10 de junio de 1770. Los españoles exigen nuevamente a los ingleses el
desalojo y, por último, efectuando un desembarco aquel mismo 10 de junio, los obligan a capitular.
España emprende negociaciones en Londres con la mediación de Francia, que era su aliada; pero
como se prolongan sin resultado, Luis XV escribe una carta personal a Carlos III. Fue así como se
llegó finalmente a un arreglo , consistente en una declaración, formulada por España el 22 de enero de
1771 en la cual se obliga a dar orden inmediatamente para que se repongan las cosas en la Gran
Malvina y Puerto Egmont en el mismo estado en que se hallaban antes del de 10 de junio de 1770;
pero declaraba al mismo tiempo, que la promesa que hace S.M.C. de restituir a S.M.B. la posesión del
fuerte y puerto llamado Egmont no perjudica en modo alguno a la cuestión del derecho anterior de
soberanía de las Islas Malvinas, llamadas por otro nombre Falkland. Esta reserva es aceptada
tácitamente por Inglaterra.
España mantiene en pie sus derechos a Puerto Egmont. Por su parte, Inglaterra no hace mención
alguna de tener derechos a la soberanía de las Malvinas y se satisface con la restitución material de
Puerto Egmont.
La devolución de este puerto a los ingleses quedó finiquitada el 31 de octubre de 1771. Pero el
gobierno inglés hizo al Embajador español reiteradas manifestaciones verbales y confidenciales,
expresando que Inglaterra evacuaría Puerto Egmont después que le fuese restituido. Los ingleses
abandonaron el puerto formalmente el 20 de mayo de 1774. Todo ello vino a ser corroborado en la
convención celebrada entre España e Inglaterra el 328 de octubre de 1790, que puso fin al conflicto de
Nootka Sound (América Septentrional).
En resumen:
☞ La ocupación efectiva por los ingleses solo existió en el lugar llamado Puerto Egmont, y en
cuanto al tiempo, duró apenas ocho años (1776-74), con la protesta de España y las
contingencias resueltas.

11 López López, Karla A.


☞ La ocupación efectiva por España ha sido anterior, desde 1764, y ha sido permanente, pues
ella continúo ejerciendo posesión no turbada.
☞ La posesión efectiva e integral del archipiélago mantenida por España pasó a las Provincias
Unidas del Río de la Plata, en su carácter de sucesoras, desde el momento de su
emancipación en 1810, continúo ejerciendo posesión hasta el 3 de enero de 1833 en que
marinos ingleses, procediendo con sorpresa y violencia, suplantaron a las autoridades
argentinas.

Alegato ruda.

El 9 de septiembre de 1964, bajo la presidencia del Dr. Arturo Illia, el Embajador


José María Ruda pronunció un formidable alegato ante el Comité de Descolonización
de la ONU, que dejó sentados nuestros derechos soberanos permanentes sobre las
Islas Malvinas.
Concluida la Segunda Guerra, ante la evidencia de que la guerra no era un instrumento para obtener
objetivos nacionales, la Carta de Naciones Unidas estableció tres consignas que definieron su perfil y
en buena medida explican sus fortalezas y debilidades: prohibió el uso o la amenaza del uso de la
fuerza (art.4.4), estableció la legítima defensa individual o colectiva (art. 51) y cambió sustancialmente
el estatus de los dominios coloniales en los capítulos XI Declaración relativa a Territorios No
Autónomos- y XII -Régimen de Administración Fiduciaria- con la oposición hasta último momento de
las potencias coloniales. 
  
Ese sistema colonial europeo residual recibió el golpe final con la Resolución 1515 de la Asamblea
General denominada "Declaración sobre la concesión de la independencia a los países y pueblos
coloniales", del 14 de diciembre de 1960, una suerte de estatuto de la descolonización, aprobada por
la Asamblea General con 89 votos a favor, 9 abstenciones y ninguno en contra. Sin embargo, el
proceso no fue pacífico ni lineal; al contrario, dio lugar a un cruento capítulo denominado luchas de
posguerra o guerras de liberación nacional, que en el contexto de la Guerra Fría adquirían ribetes
especiales por la necesidad de ubicarse bajo alguno de los dos paraguas protectores.
 
De los siete puntos de esa Declaración, tres son esenciales:

● la sujeción de pueblos coloniales a una subyugación, dominación y explotación extranjera


compromete la paz y cooperación mundiales;
● el de autodeterminación de los pueblos es un derecho humano esencial;
● cualquier intento de quebrantar la unidad nacional e integridad territorial de un país es contrario
a la Carta de Naciones Unidas. 
 
Un propósito liminar de la Resolución 1514, contenido en su último considerando, proclamaba
solemnemente "la necesidad de poner fin rápida e incondicionalmente al colonialismo en todas su
formas y manifestaciones". Hoy subsisten diecisiete casos de territorios no autónomos, entre ellos el
de nuestras islas irredentas. Eso en cuanto a cuestiones territoriales, ya que respecto de las nuevas
formas de colonialismo -encubierto o no- nada se dijo y poco se avanzó.
 
Como consecuencia de la Declaración, todos los gobiernos con dependencias coloniales debían
denunciarlas ante el Comité Especial de Descolonización (conocido como Comité de los 24), creado
en 1961. Gran Bretaña consignó allí, entre otros territorios, a las Islas Malvinas, Georgias y Sandwich.
El Comité dividió su trabajo y la "cuestión" Malvinas quedó instalada en el Subcomité III. En ese ámbito

12 López López, Karla A.


pronunció su discurso el delegado argentino, quien rebatió uno a uno los puntos del delegado británico
Cecil King, negando competencia al Subcomité para tratar reclamaciones territoriales. Ruda dijo todo
lo necesario en defensa de nuestros derechos históricos irrenunciables e imprescriptibles- sobre el
archipiélago-, con una impecable descripción del contexto internacional en que se implementaba la
descolonización y la situación particular de los tres archipiélagos del Atlántico Sur, integrantes además
de nuestra plataforma continental. Un argumento central fue que el principio básico de libre
determinación no debía ser usado para transformar una posesión ilegítima en una soberanía plena. El
informe conclusivo del Subcomité fue unánime y habilitó la instancia siguiente: obtener un
pronunciamiento favorable en la Asamblea General de Naciones Unidas.
 
El resultado de esa hábil y elaborada gestión diplomática fue la Resolución 2065 que la Asamblea
adoptó un año después, el 16 de diciembre de 1965. Se aprobó por 94 votos a favor, ninguno en
contra y catorce abstenciones (entre otras, las de los principales países del Commonwealth, incluido el
Reino Unido, más Estados Unidos, Francia y Portugal). En esa etapa tuvieron papel protagónico Lucio
García del Solar, delegado permanente ante la ONU, y Bonifacio del Carril, designado embajador
extraordinario al efecto por el Presidente radical. Esta resolución dejaba en claro que el de Malvinas -
territorio administrado por Gran Bretaña- era un caso de colonialismo, se reconocía la existencia de
una disputa de soberanía entre las dos partes involucradas e invitaba a los gobiernos a proseguir sin
demora las negociaciones, teniendo en cuenta los intereses no los deseos- de los isleños.
 
El Dr. Ruda fue doctor en derecho por la UBA. En 1956 fue designado ministro de Gobierno de Salta.
De notable trayectoria en el Servicio Exterior, fue representante permanente y miembro de la Comisión
de Derecho Internacional de la ONU. Como presidente de la Corte Internacional de Justicia, donó a la
Biblioteca de la Universidad Católica de Salta el Repertorio de Jurisprudencia de la CIJ.

Negociaciones actuales:
Por la Resolución 1514 de la Asamblea General de las Naciones Unidas en 1.960, que propugna
la descolonización, Inglaterra incluye entre sus colonias a las Islas Malvinas. En 1964 la O.N.U. se
aboca al tema y Argentina invoca su calidad de dueño legítimo reclamando la devolución de las Islas.
Las Naciones Unidas por Resolución 2065 invitan a los gobiernos inglés y argentino a negociar la
cuestión de las Islas y se reconoce el uso de ambos nombres, Falkland y Malvinas, para las islas.
Inglaterra desconoce esta resolución invocando el derecho de consulta a sus pobladores. Desde el
año 1966 ambos países inician negociaciones bilaterales y como consecuencia se produce un
acercamiento de Argentina a los pobladores de las Islas. En 1977 se incluyen en las conversaciones
bilaterales la cuestión de la soberanía sobre las Islas.
En el año 1982 sucede la guerra de las Malvinas que produce un retroceso y freno de las
negociaciones entre ambos países. Luego de la guerra de Malvinas Argentina e Inglaterra firman una
declaración conjunta en Madrid (1989) por la cual ambos países se comprometen a tratar los temas
sobre las Islas respecto a la soberanía, el restablecimiento de las relaciones diplomáticas, y las
comunicaciones aéreas y marítimas, fomentar la confianza entre ambas Naciones y la cooperación
pesquera.
La firma de esta declaración no importa cambio de posición de ambos países sobre sus pretensiones
soberanas, o un reconocimiento o apoyo de la posición de cada uno, así como ningún acto de cada
país parte del acuerdo, podrá ser invocado como fundamento para afirmar o negar sus derechos o
posiciones de Argentina o Gran Bretaña.
Ambas naciones acuerdan:

13 López López, Karla A.


a. Respetar los compromisos asumidos por la Carta de las Naciones Unidas.
b. Solucionar las controversias por medios pacíficos y abstenerse del uso de la fuerza. - El
cese de hostilidades.
c. Normalizar las Relaciones Diplomáticas preexistentes.
d. Generar una relación de confianza entre ambos Países.
e. Ambos deben promover relaciones comerciales y financieras y levantar las restricciones
vigentes desde 1.982.
f. Reanudar la comunicación aérea entre ambas Naciones.
g. Incentivar la cooperación pesquera.

Fundamento geográfico Argentino

Sostienen que las Islas Malvinas son


emergentes de la plataforma continental y
En el año 1991 se firma por ende se las considera Islas una nueva Declaración
Conjunta en Londres, Continentales donde se acuerdan
aumentar la confianza mutua establecida
entre ambos, y fijar un sistema transitorio de información y consulta recíprocas de actividades en la
zona de Islas Malvinas, y de prestarse asistencia y salvamento para las actividades marítimas y
aéreas.
En 1995 se crea una Comisión Conjunta para la exploración y explotación de hidrocarburos costa
afuera en el Atlántico occidental, con fomento de actividades empresariales.

14 López López, Karla A.


RESOLUCIÓN 2065 (AG XX) - 1965
Resolución de la ONU que reconoció la existencia de de una disputa de soberanía entre el
Reino Unido y la argentina entorno a las Islas Malvinas.
Reconoció que el caso de las Islas está en una situación colonial, que debe ser resuelta
teniendo en cuenta lo expresado en la Res. 1514 (XV), donde se estableció eliminar toda
forma de colonialismo. Invita a resolver la disputa de soberanía teniendo en cuenta los
intereses de los habitantes de la isla.

INTERPRETACIÓN JURÍDICA DE LA RESOLUCIÓN 2026 (XX)

La resolución plantea que existen dos partes en la disputa; Argentina t Reino Unido. De
esta manera se considera la Argentina, y no a otro grupo, como la víctima. De la acción
colonia británica.
La resolución establece que la disputa debe resolverse tomando en consideración “Los
intereses de los habitantes” y no los “deseos de un pueblo” con derecho a la
autodeterminación.

RESOLUCIÓN 3160 (XXVIII) - 1973

La comunidad internacional manifestó su preocupación por la falta de avances en la


solución de la cuestión de las Islas Malvinas y reconoció los esfuerzos realizados por el
gobierno argentino para facilitar el proceso de descolonización y promover bienes.

INTERPRETACIÓN JURÍDICA DE LA RESOLUCIÓN 3160 (XXVIII)

Se declara la necesidad de que se aclaren las negociaciones previstas en la Resolución


2065 para arribar a una solución en la disputa de soberanía de ambos gobiernos.
“Debe decirse que el sujeto territorial viene en primer lugar , hasta tanto no sea
determinado a quién pertenece la soberanía no es posible esclarecer si los habitantes
tienen o no Dº a la libre determinación

15 López López, Karla A.


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