Los iniciadores del camino neocatecumenal son Kiko Arguello y
Carmen Hernández, a los cuales se unió después el padre Mario Pezzi.
A principios de los años sesenta, Kiko Argüello, un pintor
español, descubrió en el sufrimiento de los inocentes, el tremendo misterio de Cristo Crucificado, presente en los últimos de la tierra, esta experiencia le llevó a abandonar todo, se fue a vivir entre los pobres de las barracas de « Las Palomeras», en la periferia de Madrid; Carmen Hernández, también española, licenciada en química, que había estado en contacto con la renovación del Concilio Vaticano II estaba tratando de formar un grupo para ir a evangelizar a los mineros de Oruro (Bolivia), conoció a Kiko Argüello.
El ambiente de las barracas era de los más degradados de la
sociedad, constituido por gitanos y en gran parte analfabetos, vagabundos, ladrones, prostitutas, jóvenes delincuentes, etc.
El temperamento artístico de Kiko, su experiencia existencial, su
formación como catequista en los Cursillos de Cristiandad, el impulso de evangelización de Carmen formada en el Instituto de las Misioneras de Cristo Jesús, su preparación teológica (licenciada en Teología) y su conocimiento del Misterio Pascual y de la renovación del Concilio Vaticano II, unido al ambiente de los más pobres de la tierra, constituyeron el laboratorio, que dio lugar a una síntesis kerigmática, teológico-catequética, que es la columna vertebral de este proceso de evangelización de adultos, en que consiste el Camino Neocatecumenal.
En la iglesia primitiva existía el catecumenado para los gentiles,
los judíos que ya conocían el ley y los profetas, que ya celebraban la pascua y esperaban a el mesías, etc., con aceptar que Jesús de Nazareth era el mesías, eran bautizados de inmediato, pero los gentiles no sabían nada de esto y es por eso que tenían que prepararse por etapas durante varios años, para después ser bautizados; de estos dan testimonio muchos padres de la iglesia como ser San Ignacio de Antioquia, Orígenes o San Agustín.
La iglesia se masifica con los Emperadores Constantino El
Grande y Teodosio – I, cuando el cristianismo se convierte en la religión oficial del Imperio Romano, y el catecumenado se pierde.
El Concilio Vaticano II abre las puertas para los grupos y
movimientos laicos, con lo que surgen grupos como los cursillistas, Movimiento Familiar Cristiano y el Neo Catecumenado.
Esta iniciación cristiana se creó a partir de 1,968 en el barrio de
las Palomeras, en las afuera de Madrid, y esta síntesis kerigmática, acogida por los pobres, que no se defendían ante ella y que respondían con gran gratitud, constituyendo una comunidad cristiana, hizo nacer la primera semilla, el primer “grano de mostaza”, de lo que hoy vemos como el desarrollo de un gran árbol lleno de frutos, este germen fue reconocido por el Arzobispo de Madrid, Mons. Casimiro Morcillo, quien, visitando las barracas, constató la acción del Espíritu Santo y lo defendió, lo bendijo y lo reconoció como una acción verdadera del Concilio; él mandó llevarlo a las parroquias de Madrid, poniendo como condición que el Párroco estuviese al centro, aprobando ad experimentum las novedades litúrgicas necesarias para la iniciación cristiana: palabra, liturgia y comunidad.
De las barracas a las parroquias.
Así, el Camino, que había nacido en medio de tantos
sufrimientos entre los más pobres, a través de Don Casimiro Morcillo fue llevado a las parroquias, la primera era una parroquia de clase medio-alta, allí, Kiko, Carmen y algunos hermanos pobres de las barracas, fueron invitados a hablar de la Eucaristía, pues el Párroco había quedado impresionado de la fuerza de la liturgia en las barracas, más tarde fueron invitados a ir a una parroquia rural de Zamora, en un barrio de agricultores, de gente muy religiosa. De vuelta a Madrid, realizaron otras dos experiencias en la parroquia “Pío XII” de clase alta para continuar evangelizando en otras parroquias, luego continuo en otros países como Italia, Portugal, etc., el camino neocatecumenal llego a Honduras en 1,976.
De este modo, apareció, poco a poco, la renovación del
Bautismo, como camino fundamental para llegar a una fe adulta, capaz de responder al cambio de época que se estaba verificando.
En las parroquias, mucha gente que frecuentaba los
sacramentos, estaba insuficientemente catequizada e ignoraba en gran parte los contenidos del Bautismo, abriendo un camino de iniciación cristiana, estas personas encontraban, en un camino de tipo catecumenal postbautismal, la posibilidad de recorrer las etapas del Bautismo, que habían recibido de pequeños.
Después de más de veinte años de vida de las Comunidades,
extendidas por los cinco continentes, teniendo en cuenta la nueva vitalidad que anima a las parroquias, el impulso misionero y los frutos de conversión que resultan del trabajo de los itinerantes, y, últimamente, de la obra de las familias que evangelizan en zonas descristianizadas de Europa y del mundo entero; considerando las vocaciones surgidas de este Camino para la vida religiosa y para el presbiterado, la formación al presbiterado para la nueva evangelización, como el Redemptoris Mater de Roma; el papa Juan Pablo II manifestó lo siguiente: “reconozco el Camino Neocatecumenal como un itinerario de formación católica, válida para la sociedad y para los tiempos actuales”, deseo, por tanto, que los hermanos en el Episcopado valoren y ayuden, junto con sus presbíteros, esta obra para la nueva evangelización.
Los estatutos del camino neocatecumenal fueron aprobados el
29 de Junio del 2,002 por cinco años “ad-experimentum” por el Papa Juan Pablo II; y definitivamente el 13 de Junio del 2,008 con el Papa Benedicto XVI, y la santa sede lo define como: ”Un itinerario de formación católica permanente o catecumenado postbautismal”.
Los Seminarios “Redemptoris Mater”
Han nacido sobre todo gracias a la valentía y al impulso
misionero del Papa Juan Pablo II y de las familias en misión, casi todas con muchos hijos, cuyo testimonio de fe ha sido fundamental para la reevangelización y la formación de nuevas parroquias.-Se ha visto la urgencia de abrir Seminarios para formar Presbíteros que pudiesen hacerse cargo de las nuevas parroquias que las familias preparaban, esta ha sido una de las razones del nacimiento de los Seminarios Misioneros “Redemptoris Mater”, y actualmente existen 122 seminarios esparcidos por todo el mundo.
Pero la característica más significativa de estos seminarios es su
relación con el Camino Neocatecumenal, es decir, con un itinerario de maduración hacia una fe adulta, que prepara y suscita las vocaciones en muchos jóvenes antes del ingreso en el Seminario, que les acompaña en el tiempo de formación, y ordenados Presbíteros, continúa sosteniéndoles en su formación permanente.-Cerca de 2,000 seminaristas se están preparando para ser Presbíteros para la Nueva Evangelización.
El camino neocatecumenal se divide en fases o pasos como ser: