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APOCALIPSIS 5: EL LEÓN, EL

CORDERO, Y EL LIBRO
A. Uno digno de tomar el libro
1. (1) El trono y el libro
Y vi en la mano derecha del que estaba sentado en el trono un libro escrito
por dentro y por fuera, sellado con siete sellos.
a. Y vi en la mano derecha del que estaba sentado en el trono un libro: El
enfoque de Apocalipsis 4 era el trono. Aquí, Juan comienza haciendo
referencia al trono, pero ahora cambia su enfoque al libro que tiene el
Señor del trono.
b. Escrito por dentro y por fuera: Esto significa que este libro es inusual.
No era una práctica común escribir en ambos lados del libro, lo que
indica que cualquier información que tenga el libro, es mucha, casi más
de la que puede contener.
i. Los antiguos rollos se leían horizontalmente, no de manera vertical. Los
«rollos» estaban escritos a la izquierda y a la derecha, y la escritura
estaba puesta en columnas angostas de casi tres pulgadas de ancho (8
centímetros), y eran de una sustancia como de papel café. El rollo se
tenía en la mano izquierda, y se desenrollaba con la derecha, mientras
continuaba la lectura, y la porción previamente leída era enrollada de
nuevo. El libro de Apocalipsis llenaría un rollo de 15 pies de largo.
c. Sellado con siete sellos: Cuando un rollo era terminado, se ajustaba con
cuerdas, y las cuerdas eran selladas con cera en los nudos. Este libro
estaba sellado con siete sellos; hay siete cuerdas selladas la cuales
estaban alrededor del rollo.
i. Estos no son siete escritos separados por un sello; sino siete sellos
puestos en un libro. Todos los sellos deben de ser abiertos antes de que
el libro pueda leerse.
d. ¿Qué es este libro? ¿Qué está escrito en él? A través de los siglos, los
comentaristas han sugerido diferentes ideas. Es importante recordar que,
cualquier cosa que sea lo que se halle en el libro, nadie, excepto Jesús,
es digno de abrirlo (Apocalipsis 5:3-4).
i. Algunos piensan que el libro es el Antiguo Testamento, o el Antiguo y el
Nuevo Testamento juntos, o la profecía cumplida. Pero estas ideas miran
hacia atrás, no hacia adelante, y Juan habla de «las cosas que
sucederán después de estas» (Apocalipsis 4:1). Adicionalmente, si el
libro es el Antiguo o el Nuevo Testamento, ¿quién no es digno de abrir
ese libro?
ii. Algunos creen que el libro es la demanda de divorcio de Dios en contra
de Israel, pero hay poca evidencia en la Escritura de esta idea, ¿y quién
es indigno de abrir ese libro?
iii. Otros piensan que el libro es la sentencia de Dios en contra de los
enemigos de la iglesia. Quizás esto sea cierto, pero únicamente en un
sentido indirecto; pues ¿quién es indigno de abrir ese libro?
iv. Otros, que el libro es el texto del libro de Apocalipsis, o los siguientes
capítulos. Pero esto es poco probable al considerar como la idea del libro
es comunicada, ¿y quién sería indigno de abrir ese libro?
v. Algunos creen que el libro es el título de propiedad del planeta tierra.
Esta es una idea atractiva, especialmente por el tiempo que vendrá de
tribulación, el cual terminará con el gobierno de Jesús en la tierra. Pero
es difícil demostrarla con certeza. La mejor conexión con esta idea
parece estar en Jeremías 32:6-15, que describe que los títulos de
propiedad judíos estaban sellados. Pero no hay duda de que la «tierra es
de Jehová» (Salmos 24:1), a pesar de que los gobiernos de este mundo
le pertenecen a Satanás (Lucas 4:5-8). Si Dios debe de tomar de nuevo
el título de propiedad, ¿cuándo fue que Dios «perdió» el título de
propiedad del planeta Tierra? De hecho, Dios tiene este libro —no está
perdido. Pero el libro debe de abrirse, debe de ser revelado.
e. La mejor solución es ver el rollo como «la voluntad de Dios, su
solución final de los asuntos del universo» (Barclay). Esto está basado en
la idea de que habitualmente, bajo la ley romana, los testamentos eran
sellados con siete sellos, cada uno de un testigo que lo validaba.
i. «La ley romana requería que un testamento fuera sellado con siete
sellos, lo cual está ilustrado en los testamentos dejados por Augusto y
Vespasiano para sus sucesores». (Walvoord)
ii. «El libro puede significar los propósitos y diseños de Dios con relación
a su gobierno del mundo y de la iglesia; pero nosotros, cuya habitación
está en el polvo, no sabemos nada de tales cosas. No obstante, estamos
determinados a adivinar». (Clarke)
iii. «El libro con los siete sellos, por lo tanto, es el programa exhaustivo
de Dios que culmina con la Segunda venida de Cristo». (Walvoord)
iv. «El libro de los consejos, decretos, y propósitos de Dios relacionados
con su iglesia, y las cosas asombrosas que deben de suceder al fin de
los tiempos; un libro tal como el que estaba en la mano del Padre».
(Poole)
v. La idea aquí es que Dios tiene el libro en el cual la historia del universo
ya ha sido escrita. Él ha escrito la historia del mundo por adelantado, Él
tiene en su mano la historia del mundo, y Él inicia la consumación de
toda la historia. Solamente Dios puede tener este rollo.
f. Recuerde que el énfasis no está en el «contenido» del libro, sino en
sus «sellos» y en «Aquel» que es digno de tomarlo.

2. (2-4) ¿Quién es digno de abrir el libro?


Y vi a un ángel fuerte que pregonaba a gran voz: ¿Quién es digno de abrir el
libro y desatar sus sellos? Y ninguno, ni en el cielo ni en la tierra ni debajo
de la tierra, podía abrir el libro, ni aun mirarlo. Y lloraba yo mucho, porque
no se había hallado a ninguno digno de abrir el libro, ni de leerlo, ni de
mirarlo.
a. Un ángel fuerte: No sabemos quién es este ángel. Muchos han
sugerido que es Gabriel, pero no lo sabemos. Sin embargo, este ángel
lanza un reto a toda la creación: ¿Quién es digno de abrir el libro y desatar
sus sellos? Este es un reto que ninguna criatura puede contestar, porque
ninguna criatura en particular es digna de abrir este libro.
b. Y ninguno, ni en el cielo ni en la tierra ni debajo de la tierra, podía abrir
el libro, ni aun mirarlo: Juan no lo pudo decir de mejor modo. Es como si
el ángel fuerte hubiera mirado todo el universo para encontrar a alguien
digno, y ni siquiera encontró a alguien digno ni para mirarlo.
i. No hay respuesta para el reto del ángel fuerte, porque la creación es
totalmente incapaz de decidir o afectar su propio destino. Alguien por
encima del orden de la creación debe determinar el curso de la historia;
solo Dios puede desplegar este plan.
c. Y lloraba yo mucho: El llanto de Juan puede ser por la promesa previa
de ver el futuro, la cual ahora había sido negada (Apocalipsis 4:1); o más
bien, debido a que la consumación de la historia estaría ahora
indefinidamente pospuesta.
d. Porque no se había hallado a ninguno digno de abrir el libro, ni de leerlo,
ni de mirarlo: Al mirar el libro, uno debía de tener el derecho de abrir el
rollo y poseerlo, y ninguna criatura fue hallada digna.
3. (5-7) El León de la tribu de Judá es digno de abrir el libro
Y uno de los ancianos me dijo: No llores. He aquí que el León de la tribu de
Judá, la raíz de David, ha vencido para abrir el libro y desatar sus siete
sellos. Y miré, y vi que en medio del trono y de los cuatro seres vivientes, y
en medio de los ancianos, estaba en pie un Cordero como inmolado, que
tenía siete cuernos, y siete ojos, los cuales son los siete espíritus de Dios
enviados por toda la tierra. Y vino, y tomó el libro de la mano derecha del
que estaba sentado en el trono.
a. He aquí que el León de la tribu de Judá: Uno de los ancianos (no un
ángel) rescata a Juan de su lamento, mostrándole a aquel que ha vencido
para abrir el rollo. Aquel es la gran figura de la profecía del Antiguo
Testamento: el León de la tribu de Judá, la raíz de David, el Mesías de
Israel y de los gentiles.
i. El título mesiánico del León de Judá viene en Génesis 49:9-10, Isaías
31:4, y Oseas 11:10. El título de la raíz de David, viene de Isaías 11:10 y
se repite en Apocalipsis 22:16.
ii. Trapp dice que el León es una imagen conveniente de nuestro Mesías:
«1. Por la excelencia de su fuerza. 2. Por su espíritu heroico. 3. Por su
principado, el león es el rey de las bestias. 4. Por su vigilancia, el león
duerme con los ojos abiertos».
b. Y miré, y vi […] en pie un Cordero: Debido al anuncio del anciano, Juan
esperaba ver a un león, pero en lugar de eso ve a un Cordero. Y Juan
utiliza una palabra en específico para «cordero»; él «da a entender que
es un cordero pequeño o delicado». (Clarke)
i. El Cordero es presentado de una manera compasiva y poderosa. Él
está vivo (en pie un Cordero), pero aún tiene las marcas de un sacrificio
previo sobre Él (como inmolado).
ii. Cuando los hombres quieren símbolos de poder, conjuran a bestias
feroces y pájaros que cazan, tales como aquellos que representan a
naciones o equipos de deporte. Pero el representante del reino del cielo
es un Cordero, simbolizando humildad, gentileza, y un amor sacrificial.
iii. El Cordero se ve como inmolado. Es difícil describir lo que Juan vio,
pero este Cordero tenía las marcas del sacrificio en él. El juicio que
viene, y comienza en el capítulo seis, es dictado y administrado por
el Cordero, quien ya había ofrecido un escape del juicio al imputárselo
sobre sí mismo. El juicio viene sobre un mundo que odia al Cordero y
todo lo que Él representa, y rechaza su oferta de escape
c. Como inmolado: La idea es que el sacrificio de Jesús aún está «fresco»
delante de Dios el Padre. No hay nada «rancio» o «gastado» en la obra
de Jesús en la cruz. Miles de años después aún está «fresca» como el
día en que Él murió en la cruz.
i. «Esta forma de hablar muestra la virtud reciente y continua de la
muerte de Cristo, la cual tiene un efecto eterno delante de Dios, y con la
que de una vez y para siempre Él ha comprado una redención eterna».
(Trapp)
ii. Como inmolado: «Como si fuera ahora el acto de ser ofrecido. Esto es
muy notable, tan importante es la ofrenda de sacrificio de Cristo a la vista
de Dios, que Él todavía es representado como si estuviera en el mismo
acto de derramar su sangre por las ofensas del hombre. Esto es muy
ventajoso para la fe. Cuando cualquier alma viene al trono de la gracia,
encuentra un sacrificio que ha sido provisto para que se lo ofrezca a
Dios. Y así, todas las generaciones venideras hallan que tienen un
sacrificio continuo listo, y la sangre recién derramada para ofrecer».
(Clarke)
d. Que tenía siete cuernos, y siete ojos, los cuales son los siete espíritus de
Dios enviados por toda la tierra: Aun cuando las marcas de su sacrificio
son evidentes, el Cordero no es presentado para que sea objeto de
lástima. Él también tiene las marcas de la omnipotencia (siete cuernos) y
omnisciencia (siete ojos). ¡Qué figura! ¡Un Cordero inmolado, quien tiene
las marcas de la omnisciencia y omnipotencia!
i. A través de las Escritura, los ojos sugieren conocimiento y sabiduría, y
los cuernos sugieren poder. Este Cordero tiene conocimiento, sabiduría y
poder: siete cuernos, y siete ojos.
ii. Los cuales son los siete espíritus de Dios enviados por toda la tierra: El
Espíritu Santo no solamente es el Espíritu de Dios (en el sentido de que
es el «Espíritu del Padre»), sino también el Espíritu de Cristo (Hechos
16:7 y Romanos 8:9).
iii. Los «siete ojos del Señor» son una imagen de omnisciencia dibujada
por el profeta Zacarías (Zacarías 4:10 y 3:9).
e. Y vino, y tomó el libro: Ningún ser creado fue encontrado digno de
tomar el libro, pero el Cordero podía tomarlo. Su rango, carácter y
habilidad de tomar el libro y abrirlo (y así dictar el destino de la creación)
ha sido demostrado permanentemente por su obra en la cruz.

B. Alabanza a Aquel que es digno


1. (8-10) El cántico de los ancianos y los querubines
Y cuando hubo tomado el libro, los cuatro seres vivientes y los veinticuatro
ancianos se postraron delante del Cordero; todos tenían arpas, y copas de
oro llenas de incienso, que son las oraciones de los santos; y cantaban un
nuevo cántico, diciendo: Digno eres de tomar el libro y de abrir sus sellos;
porque tú fuiste inmolado, y con tu sangre nos has redimido para Dios, de
todo linaje y lengua y pueblo y nación; y nos has hecho para nuestro Dios
reyes y sacerdotes, y reinaremos sobre la tierra.
a. Los cuatro seres vivientes y los veinticuatro ancianos se postraron delante
del Cordero: Cuando el Cordero toma el libro, la respuesta es inmediata.
Los ángeles de alto rango y los hombres redimidos adoran junto al
Cordero.
b. Todos tenían arpas: El arpa es, «apropiadamente, una cítara o un tipo
de guitarra, tocada con la mano o con una púa» (Alford). La adoración en
el cielo está acompañada de música. Como era de esperar, este es el
pasaje que inició la idea de que todos tendremos arpas en el cielo.
c. Y copas de oro llenas de incienso, que son las oraciones de los santos: Con
sus copas de oro llenas de incienso, los ancianos simbólicamente
presentan las oraciones de los santos. Sin embargo, no están
intercediendo por los santos, no funcionan como mediadores del pueblo
de Dios.
i. Se nos recuerda que hay «un solo Dios y un solo Mediador entre Dios y
los hombres, Jesucristo Hombre» (1 Timoteo 2:5). Estos ancianos no
están orando por los santos, y esto no es una justificación de la práctica
católico romana de orar a los santos, pidiéndoles que intercedan por
nosotros.
ii. «Es también posible que estas oraciones representen una oración
permanente del pueblo de Dios: “Venga tu reino”». (Hocking)
iii. Copas de oro llenas de incienso: En esto vemos lo preciosas que son las
oraciones de los santos para Dios. Él las tiene como un incienso de olor
dulce, puesto en copas de oro.
iv. La conexión entre la oración y el incienso se muestra en Salmos
141:2: «Suba mi oración delante de ti como el incienso, el don de mis
manos como la ofrenda de la tarde». El incienso tiene un olor fragante,
asciende al cielo y necesita fuego para ser de alguna utilidad.
d. Y cantaban un nuevo cántico: Los ancianos cantan un nuevo cántico, por
las misericordias que son por siempre nuevas.
i. «Un “cántico nuevo” debe de ser entendido como un cántico excelente
(pues los cánticos nuevos eran usualmente muy valorados) o “nuevo” en
cuanto al asunto, porque los siervos de Dios bajo el Antiguo Testamento,
no podían bendecir a Dios por la actual redención del hombre por la
sangre de Cristo Jesús, sino solamente regocijarse en la esperanza,
abrazando la promesa vista a los lejos por el ojo de la fe». (Poole)
ii. «Es algo nuevo que el Hijo de Dios tenga que convertirse en hombre.
Es algo nuevo ascender al cielo con un cuerpo. Es algo nuevo dar
remisión del pecado a los hombres. Es algo nuevo que los hombres sean
sellados con el Espíritu Santo. Es algo nuevo recibir el sacerdocio de la
observancia sagrada, y buscar un reino de promesas ilimitadas».
(Victorinus)
e. Digno eres: En los días del apóstol Juan, los emperadores romanos
eran celebrados a su regreso con la expresión latina vere dignus, la cual
se traduce como «digno eres». Aquí, el verdadero gobernante del mundo
es honrado.
f. Porque tú fuiste inmolado, y con tu sangre nos has redimido para Dios, de
todo linaje y lengua y pueblo y nación; y nos has hecho para nuestro Dios
reyes y sacerdotes, y reinaremos sobre la tierra: En la alabanza de
Apocalipsis 4:11, el énfasis está en la obra «creadora» de Dios. Aquí, el
énfasis está en su obra de «redención».
·  El cántico honra el «precio» de la redención: «Porque tú fuiste
inmolado».
·  El cántico honra al que «obró» la redención: «nos has redimido».
·  El cántico honra el «destino» de la redención: «nos has redimido para
Dios».
·  El cántico honra el «pago» de la redención: «con tu sangre».
·  El cántico honra el «alcance» de la redención: «de todo linaje y lengua y
pueblo y nación».
·  El cántico honra la «dimensión» de la redención: «nos has hecho para
nuestro Dios reyes y sacerdotes».
·  El cántico honra el «resultado» de la redención: «y reinaremos sobre la
tierra».
g. Para nuestro Dios reyes y sacerdotes: Los creyentes son reyes debido a
su nacimiento real y a su destino de reinar con Jesús. Ellos
son sacerdotes debido a que no necesitan a otro mediador, solo a Jesús.
i. «Cuando alguien viene a presentarse con todo tipo de vestimentas
curiosas, y dice que es un sacerdote, el hijo más pobre de Dios puede
decir: “Aléjate, y no interfieras en mi oficio, yo soy un sacerdote; no sé lo
que tú puedas ser. Seguramente debes ser un sacerdote de Baal, pues
la única mención de la palabra vestimentas en la Escritura está
conectada con el templo de Baal”. El sacerdocio pertenece a todos los
santos». (Spurgeon)

2. (11-12) Ángeles incontables se unen, declarando la dignidad del Cordero


debido a la redención que Él consumó
Y miré, y oí la voz de muchos ángeles alrededor del trono, y de los seres
vivientes, y de los ancianos; y su número era millones de millones, que
decían a gran voz: El Cordero que fue inmolado es digno de tomar el poder,
las riquezas, la sabiduría, la fortaleza, la honra, la gloria y la alabanza.
a. […] y oí la voz de muchos ángeles alrededor del trono: Los ángeles y los
ancianos cayeron delante del Cordero juntos (Apocalipsis 5:8); aunque,
al parecer, solamente los ancianos cantaron el cántico de los redimidos
(Apocalipsis 5:9-10), porque en ningún lugar la Biblia se nos habla de la
redención de los ángeles. Pero ahora, la voz de muchos ángeles alrededor
del trono se levanta con la alabanza al Gran Redentor.
i. En Apocalipsis 4:9-10, los ángeles incitaron a los ancianos a adorar.
Aquí, al parecer, los ancianos provocan la adoración de los ángeles. Es
un maravilloso ciclo en el cielo, en el que los ángeles y los ancianos se
animan los unos a los otros para adorar más y más.
b. Y su número era millones de millones: Esta es una innumerable
compañía de ángeles.
c. El Cordero que fue inmolado es digno: En su cántico, los ángeles no
ofrecen alabanza por su redención. Esto es porque los ángeles no son
(hasta donde llega nuestro conocimiento) sujetos de esta redención, pero
son cuidadosos observadores de ella; por lo que son, por lo tanto, aptos
para alabar a Dios por ella (1 Pedro 1:12 y Efesios 3:10).
i. Los ángeles pueden ver con claridad la obra de Dios de redención de
los hombres caídos, así que en respuesta a ello dan el crédito del poder,
las riquezas, la sabiduría, la fortaleza, la honra, la gloria y la alabanza al
Cordero. De la misma manera, podemos alabar a Dios por la manera en
que Él obra en las vidas de otras personas.

3. (13-14) Toda la creación alaba al Padre y al Cordero


Y a todo lo creado que está en el cielo, y sobre la tierra, y debajo de la tierra,
y en el mar, y a todas las cosas que en ellos hay, oí decir: Al que está sentado
en el trono, y al Cordero, sea la alabanza, la honra, la gloria y el poder, por
los siglos de los siglos. Los cuatro seres vivientes decían: Amén; y los
veinticuatro ancianos se postraron sobre sus rostros y adoraron al que vive
por los siglos de los siglos.
a. Todo lo creado: Juan no pudo ser más completo en su descripción.
Verdaderamente, la expresión anterior incluye «todo lo creado»: en el
cielo, y sobre la tierra, y debajo de la tierra, y en el mar, y a todas las cosas
que en ellos hay.
b. Al que está sentado en el trono, y al Cordero, sea la alabanza, la honra, la
gloria y el poder: Esta adoración combinada hacia el Padre y el Cordero
es un testimonio fuerte de la deidad de Jesús. «No puede haber la menor
duda de que el Cordero debe ser reconocido con Dios y como Dios».
(Morris)
i. «Ahora, si Cristo Jesús no fuera propiamente Dios, esto sería idolatría,
y sería darle a la criatura lo que le pertenece al Creador». (Clarke)
ii. «Tú que me escuchas, nunca irás al cielo si no estás preparado para
adorar a Cristo Jesús como Dios. Todos lo están haciendo allí, tú tendrás
que llegar a ello, y si te entretienes con la noción de que Él es solamente
un simple hombre, o de que es algo menos que Dios, yo temo que
deberás de empezar desde el principio y aprender lo que la verdadera
religión significa. Tienes un fundamento muy débil sobre el cual
descansar. Yo no podría confiar mi alma a un simple hombre. Yo debo de
ver a Dios mismo poniendo su mano en esa obra tan gigante».
(Spurgeon)
c. Se postraron sobre sus rostros y adoraron: La antigua palabra griega
usada para hacer referencia a «adorar», es literalmente «postrarse» o
«inclinarse delante de otro en completa sumisión». La escena puede ser
aquella en la que los ancianos caen sobre sus rodillas, y luego se
postran completamente delante del que vive por los siglos de los siglos,
como una expresión de su total sumisión y adoración.
i. «Este es un método de adoración propio del oriente: primero, la
persona que adora se postra de rodillas; luego, se inclina tocando la
tierra con su frente. Este último acto era postración». (Clarke)
d. adoraron al que vive por los siglos de los siglos: El Dios viviente reina
eternamente. Los emperadores van y vienen, incluyendo los que
persiguieron al pueblo de Dios. Pero el Señor Dios vive por los siglos de
los siglos, y siempre es y será digno de nuestra adoración.

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