Está en la página 1de 4

Denominaciones[editar]

Toponimia[editar]

Barrio de Zemanat, en los límites de los distritos de Arequipa y Yanahuara. En la parte superior
izquierda se observa el puente Grau, el cual es uno de los puentes que sortean el río Chili. El núcleo
histórico de la ciudad es atravesado por el mencionado río formando a su paso un valle que toma el
mismo nombre.

Sobre el origen del nombre «Arequipa» se han tejido varias hipótesis. Algunas de estas
hipótesis tienen cierta base histórica, aunque lindan en la leyenda, entre tanto otras se valen
de aspectos geográficos y de estudios lingüísticos más rigurosos.32
Estudios lingüísticos
Según la hipótesis de Bernedo, el emplazamiento sobre el cual se encuentra la ciudad
estuvo densamente poblado por población Puquina, mucho antes de la llegada de la
población aimara. Basa su aseveración en el descubrimiento de la ciudad puquina de Kasa-
Patak en la zona de Tingo el 16 de noviembre de 1942. Considera además que la
onomástica y la toponimia de gran parte de la región arqueológica arequipeña son de raíz
puramente puquinas por lo cual resulta lógico creer que la toponimia de Arequipa obedece
al mismo comportamiento.33
Bernedo asegura que los primeros pobladores le dieron el nombre de «Are-quiapi» (en
puquina) a la región geográfica que dominan el Misti y el Chachani. A través de los estudios
de lingüística iniciados por Bernardo Málaga, este pudo observar que un número importante
de palabras aimaras y quechuas tienen su origen en el idioma puquina. 33 Sobre las otras
versiones sostiene lo siguiente:
«Los nombres acomodativos de Ari-quepa que en lengua aymara significa: "Detrás de la Cumbre" y
el de Are-quepay, quechua, que se traduce: "Sí, quedaos acá", cuando en realidad no existía pueblo
importante en la campiña arequipeña ni ésta ofrecía el panorama espléndido que ahora le caracteriza,
hay razones poderosas para afirmar que dichas etimologías, aymara y quechua, no corresponden a
la realidad de los hechos constatados por la arqueología.»

Leonidas Bernedo Málaga, La cultura Puquina34

Leyendas
Una leyenda existente cuenta que el inca Mayta Cápac recibió una petición de sus súbditos
al llegar al valle del Chili. Estos le solicitaban el permiso de quedarse en la comarca para
poblarla, pues quedaron maravillados por la belleza del paisaje y la suavidad del clima. A
esta demanda el Inca respondió «Ari qipay» o «Are quepay» (en quechua: «Sí, quedaos»).
Dicha etimología fue la que utilizó el padre Calancha en la crónica «Orden de San Agustín»35
y que fue traducida por J. Ignacio Gamio.36
Otras versiones
Otra versión del origen del nombre de la ciudad es la del padre Blas Valera y y contada por
el Inca Garcilaso de la Vega, sostiene que el origen del antiguo nombre proviene de una
antigua voz aimara, «ari qquepan» o «are quepa».35 Dicha versión sostiene que los nativos
llamaban así a un caracol marino cuya concha usaban a «guisa de trompa bélica» y que en
castellano significa «trompeta sonora».35
Otra etimología, expuesta por el historiador Ernst Middendorf,37 toma en cuenta el hecho
que la región recibió un intenso poblamiento de colonias de origen altiplánico y que el
nombre proviene de la expresión aimara «ari qhipaya» o «ariq qipa», de «ari» (agudo, filoso
o puntiagudo) y «qhipaya» (detrás), que significaría «detrás del pico», haciendo referencia
al cono volcánico del Misti, que domina el horizonte arequipeño.

Nombres y titulaciones[editar]
Arequipa fue una de las ciudades del Virreinato del Perú que recibió más intensos halagos.38
Entre las diferentes frases elogiosas encontradas en la literatura para con la ciudad se
encuentra una en la obra «La Galatea» del escritor español Miguel de Cervantes Saavedra,
donde se menciona que el poeta español Diego Martínez de Rivera, al encontrarse en tierra
arequipeña, se hace referencia a la ciudad38 con la frase «En Arequipa, eterna primavera».39
Asimismo resalta manifiestamente las varias distinciones que mereció sucesivamente por
parte de la Corona Española, que concedió los títulos de Ciudad, Muy Noble y Muy Leal,
Fidelísima, y el tratamiento de Excelencia.40
Fidelísima[editar]
Un aspecto que distinguía a Arequipa de otras localidades del Perú, y de Lima en especial,
fue la explícita adhesión pública de las clases gobernantes y dirigentes de la ciudad a la
Corona Española durante los siglos XVI y XVII. En el siglo XVIII, al producirse los diferentes
movimientos y rebeliones indígenas y mestizas, Arequipa conservó un equilibrio político y
seguimiento cerrado de las directrices provenientes de los reyes de España fenómeno
denominado «fidelismo» que tuvo como notable defensores a Francisco de Paula Quiroz,
Mariano de Rivero, Nicólas Fernández, y José Miguel de Lastarria.41 En el levantamiento
de Túpac Amaru II se enfrenta la ciudad con una columna de tropas que armó a su costa, y
ayudó a destruir el asedio de la ciudad La Paz,42 lo que le vale el calificativo de «Provincia
Restauradora de las del Collao». Por estos servicios el Rey Carlos IV, expide una Real
Cédula en la ciudad de San Lorenzo el 5 de diciembre de 1805 en la que ordena se la llame
e intitule Fidelísima.43
Excelencia[editar]
A través de una Real Cédula expedida en Madrid, el 16 de noviembre de 1818, se concede
a la ciudad el tratamiento de «Excelencia» a su cabildo. Dicha distinción es concedida en
atención a los informes presentados por don Hipólito Unanue, diputado de la provincia de
Arequipa, y por el Ayuntamiento de dicha ciudad, sobre la participación de Arequipa en
defensa de la causa real cuando se produce el levantamiento de la ciudad de La Paz en
1809.43
Heroica ciudad de los libres[editar]
En la época republicana por un decreto dictado por el general Orbegoso, se ordena que el
departamento y su ciudad capital se denominen «Departamento de la Ley» y «Heroica
ciudad de los libres de Arequipa».44 El general Orbegoso instaló su gobierno desde el 13 de
enero de 1835 en la ciudad de Arequipa, hecho que provocó que el general Felipe Santiago
Salaverry se autonombrara Jefe Supremo de la República, con el pretexto de que el país se
hallaba acéfalo, es decir sin presidente, pues Orbegoso se hallaba fuera de la capital.45
A causa de la revolución de Salaverry, hecha en Lima, con el apoyo del norte y del centro
del Perú, estando en Arequipa, Orbegoso se vio obligado a hacer de esta ciudad el centro
de su gobierno quien era la única ciudad a lo largo de todo el país que reconocía su poder
presidencial.44
Elemento identitarios[editar]
Escudo[editar]

Escudo heráldico de la ciudad de Arequipa.

El escudo de armas está coronado por un grifo en cuya mano trae una bandera, en la cual
se lee la inscripción «Carlos V» o «Del rey».35 El escudo es concedido el 25 de septiembre
de 1541 a través de una Cédula Real dictada el monarca Carlos V.1
El tradicionalista Ricardo Palma en su libro Tradiciones Peruanas, brinda una explicación
del porque de la ubicación de los componentes en el escudo. Palma, basa sus explicaciones
en lo descrito por un cronista con conocimientos en heráldica. En la tradición «El ahijado de
la providencia», dicho autor, lo describe como se cita:
«Nada entendido en heráldica el demócrata que esto escribe, atiénese a la explicación que sobre tal
alegoría da un cronista. Dice que la inscripción de la bandera expresa la posesión que el rey tomó de
Arequipa y que al colocar aquélla, no bajo los pies, sino en la mano del grifo, quiso el monarca
manifestar su aprecio por la ciudad, no pisándola como a vasalla, sino dándole la mano como a
favorecida. Si hay quien lo explique mejor, que levante el dedo.»

Ricardo Palma, Tradiciones Peruanas46'

Bandera[editar]
La bandera de la ciudad presenta el escudo de la ciudad sobre un fondo carmesí. El color
del estandarte, sin embargo, fue objeto de discusión entre historiadores en la década de
1940. En aquel entonces diversas publicaciones científicas de historiadores propugnaron
zanjar dicha controversia. Finalmente, los historiadores Francisco Mostajo y Víctor M.
Barriga ratificaron de manera contundente el color carmesí del estandarte. La ratificación iba
en contraposición al color azul, reconstruido por el historiador Víctor Benavente, y que
coincidía con el color usado en las actividades deportivas por la ciudad.47
El 2 de septiembre de 1940, Francisco Mostajo, mediante un oficio dirigido al alcalde de la
ciudad insiste en su posición acerca del color del estandarte. Basa sus afirmaciones en el
«Acta de la jura del Rey Carlos III» del 11 de agosto de 1788. El 23 de septiembre del mismo
año, el padre Víctor M. Barriga, a través del diario católico «El Deber» publica un documento
que contiene una descripción del estandarte real de Arequipa hallada en el «Acta de 3 de
septiembre de 1789».48 Ambos documentos ratifican que el color del estandarte de la ciudad
es carmesí y que sus origen se remonta al estandarte de origen colonial.
El estandarte es descrito como se cita:49
«Para la celebración de las fiestas reales de proclamación y jura del rey don Carlos IV, había mandado
el Ilustre Cabildo hacer con anticipación un nuevo estandarte de terciopelo carmesí, con los escudos
de Arreas Reales y de la Ciudad, guarnecido de sobrepuesto de oro, el cual estaba asido de una asta
primorosamente labrada, rematando ésta en una lengüeta de espolón, desde cuya garganta pendían
dos cordones de seda carmesí con sus borlas, que hacían primoroso juego. Un dosel, paños de sitial,
cojines y sobrebancas con flecos y rapacejos de oro.»

Juramento, proclamación y fiestas populares que hicieron celebrar en esta ciudad el Intendente D.
Antonio Álvarez y Jiménez y el Alférez Real D. Manuel Flores del Campo en homenaje al Rey Carlos
IV, con motivo de su exaltación al trono de España50

Himno[editar]
El himno de la ciudad es el denominado Himno del IV Centenario, cuya letra pertenece a
Emilio Pardo del Valle y su música a Aurelio Díaz Espinoza. Ambos personajes fueron los
ganadores del concurso para la creación de la letra y música del himno de la ciudad. El
concurso fue convocado por el cabildo de la ciudad en 1939, como motivo de las
celebraciones del cuarto centenario de fundación de la ciudad y el premio fue otorgado
en 1940. El himno es desde entonces entonado en todos los actos cívicos realizados en la
ciudad.51

Política[editar]
Arequipa en el escenario político presenta dos momentos históricos claramente marcados
por posiciones yuxtapuestas. La primera etapa, la de la ciudad colonial cuya población es
ávida de prestar cooperación al poder colonial. La otra etapa, surge como producto de la
llegada del sistema republicano donde la ciudad y sus principales representantes políticos
se caracterizan por enarbolar un espíritu liberal, republicano y nacionalista.52 Durante esta
etapa Arequipa se convierte en el escenario político más importante en el país.53

También podría gustarte