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Análisis crítico sobre el modelo educativo basado en competencias

María del Carmen Torrejano

Gloria González Delgado

Programa de Psicología, Universidad Cooperativa de Colombia

Electiva II

Mg. Fabio César Castaño Gonzales

10 de marzo del 2021

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¿Crítica… o resistencia al cambio?

La perspectiva, de Luis Roso, aunque interesante en algunos aspectos, evidencia

resistencia al cambio cuando propone continuar con los principios de la enseñanza tradicional;

afirma que el sistema educativo hay que “virarlo hacia una perspectiva más sencilla y accesible,

basada en los conocimientos del profesor y el esfuerzo personal del alumno”. ¿Dónde está lo

contraproducente de innovar la estrategia pedagógica y de “mantener al alumno constantemente

fascinado, embelesado por la manera en que se le insta a aprender por sí mismo” o construyendo

el conocimiento de manera cooperativa?

El modelo educativo basado en competencias trata de reemplazar el modelo tradicional de

enseñanza que se basaba solo en el aprendizaje teórico, por una forma de enseñar donde el

maestro sea visto como un guía y el alumno tome el control de su propio aprendizaje. De igual

forma, se basa en la teoría de las inteligencias múltiples de Howard Gardner, en la cual existen

siete tipos de inteligencia, las cuales todos las poseemos, pero en diferente medida.

Este modelo educativo fue elaborado con el fin de responder a problemáticas del mundo

real, más que por interiorizar conocimientos únicamente. Es por esto que busca preparar a los

alumnos para situaciones a las que deben enfrentarse día a día y con las que tendrán que

desarrollarse una vez finalice su etapa escolar, algunas de estas son: inserción en el mundo

laboral, cultura universal, cultura personal, conflictos ecológicos, corrupción en cualquier

ámbito, situaciones de violencia, trata de personas, problemas migratorios, desigualdad de

género, problemas sociales y económicos, entre otros.

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Es tan ineficaz un profesor con gran cantidad de recursos pedagógicos, pero

anquilosado en sus conocimientos, como uno con vasta erudición, pero incapaz de entregar todo

ese bagaje a sus estudiantes, de enamorarlos o motivarlos a seguir explorando esos saberes… Un

docente debe vivir actualizándose, no solo en área del saber, sino en recursos didácticos para

entregarlo y motivar a sus estudiantes, En la mayoría de instituciones educativas se continúa

evidenciando el mismo tipo de enseñanza de tres o cuatro generaciones anteriores, con la

diferencia de que se incluyen las nuevas tecnologías. Esto genera que a los alumnos se les

presente una gran cantidad de teoría desde edades muy tempranas y sigan sin aprender

estrategias que les permita desenvolverse de formas más adecuadas frente a la realidad que los

rodea.

Compartimos la idea de que el sistema educativo en varios aspectos está mal enfocado,

porque no hay una visión abarcadora a la hora de actualizar a los educadores. Las numerosas

capacitaciones se dirigen solo a la formación en “estrategias docentes”, -lo que no nos parece

errado del todo, excepto porque a veces se vuelve reiterativa la información-, pero se ha olvidado

de proveer a los educadores de profundización y actualización en los conocimientos que

imparten.

Sin embargo, a estas alturas seguir proponiendo la típica clase magistral, dejando de lado el

trabajo cooperativo de los estudiantes (constructivista), basado en problemas, contextualizado y

significativo; no nos parece coherente con la realidad, ni con el hecho de que en medio de todas

las inconformidades expresadas por el escritor, no se atreve a invalidar la teoría de Gardner y el

aprendizaje por competencias en las que se basa el sistema educativo del país, se limita a decir

que en secundaria “está mal enfocado”.

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Si se tiene en cuenta que esta sociedad cambiante (resultado de la Revolución industrial)

necesita individuos con actitud flexible y capacidad de adaptación que les permita funcionar

eficazmente en medio nacional, internacional y multicultural (Moncada, 2011), pues nos parece

que a Roso, pese a que tiene profundos conocimientos en su área, le ha quedado un poco difícil

adaptarse a los cambios del sistema educativo; más aún porque la educación por competencias

requiere creatividad, acción –sobre todo frente a lo que vulnera el bienestar del ser humano-,

aprendizaje permanente y perspectiva ética (Moncada, 2011). No dudamos de que el profesor-

escritor tenga algunas de estas características, pero si sería bueno que explorara más su

creatividad, actitud flexible y capacidad de adaptación.

Para finalizar, considero que a los maestros les corresponde la parte más difícil, puesto

que son ellos quienes deben ingeniarse continuamente diversas estrategias de aprendizaje,

elaborar su propio material de trabajo y disponer de sus horas no laborales para continuar

trabajando.