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En las tres últimas conferencias hemos analizado los espíritus de Dios que han
sido derramados sobre la iglesia. Espíritu de Jehová, espíritu de sabiduría y de
inteligencia; espíritu de consejo y de poder, espíritu de conocimiento y de temor de
Jehová.
Esta plenitud del Espíritu de Dios en tu vida ha sido derramada para darte
dirección, transformación y sabiduría del cielo. El resultado esperado de la operación
de la plenitud del Espíritu en la vida del creyente es que no juzgue según la vista de
sus ojos, ni que arguya por lo que escuchen sus oídos.
Dios espera que la luz de Su Espíritu sea la única luz que alumbre tu alma.
Que tus emociones, sentimientos, pensamientos y voluntad sean manejados por Su
gloria en todo momento.
No obstante, uno de los problemas más importantes que podemos apreciar hoy
día en una gran mayoría de los creyentes es la falta de discernimiento espiritual en la
toma de sus decisiones, siguen juzgando por lo que ven sus ojos y tomando
decisiones a partir de lo que ven y escuchan sus oídos.
DESARROLLO
De este tipo de contenidos hay excelentes en la red, hay buenos, hay malos y
hay muchos nocivos. Pero los cristianos navegan de una página a otra, de una
conferencia a otra buscando alimentarse.
Todos los contenidos hablan de Dios y citan la biblia; pero la gran mayoría de
ellos no lo hacen bajo la dirección del Espíritu sino basados en sus doctrinas y
pensamientos humanos.
Isaías 7:14 “Por tanto, el Señor mismo os dará señal: He aquí que
la virgen concebirá, y dará a luz un hijo, y llamará su nombre
Emanuel. 15Comerá mantequilla y miel, hasta que sepa desechar lo
malo y escoger lo bueno”
Escucha bien. Esta profecía claramente habla de Jesús, pero quisiera que
notaras que Jesús requirió de un tiempo de entrenamiento para saber desechar lo
malo y escoger lo bueno. Jesús, el Hijo de Dios, requirió aprender a discernir lo malo
de lo bueno, y lo bueno de lo mejor. Si Jesús tuvo que pasar por ese proceso, creo
que tu y yo, que también somos hijos de Dios nacidos del Espíritu, mucho más.
Ved ahora cómo han sido aclarados mis ojos, por haber gustado un
poco de esta miel. 30¿Cuánto más si el pueblo hubiera comido
libremente hoy del botín tomado de sus enemigos? ¿No se habría
hecho ahora mayor estrago entre los filisteos?”
Sucedió que el rey Saúl había hecho jurar a todo su ejército de que no
probarían alimento hasta que hubieran derrotado a sus enemigos, pero su hijo Jonatán
no había escuchado dicho juramento, así que comió de la miel que había sobre el
campo en aquel sitio y sus ojos fueron aclarados.
¿Tienes una biblia? Excelente, habrá que leerla pero sobre todo meditarla en
el Espíritu. 1 Corintios 2: 10 “Pero Dios nos las reveló a nosotros por el
Espíritu; porque el Espíritu todo lo escudriña, aun lo profundo de Dios.
11
Porque ¿quién de los hombres sabe las cosas del hombre, sino el
espíritu del hombre que está en él? Así tampoco nadie conoció las
cosas de Dios, sino el Espíritu de Dios. 12Y nosotros no hemos recibido
el espíritu del mundo, sino el Espíritu que proviene de Dios, para que
sepamos lo que Dios nos ha concedido, 13lo cual también hablamos, no
con palabras enseñadas por sabiduría humana, sino con las que
enseña el Espíritu, acomodando lo espiritual a lo espiritual.
14
Pero el hombre natural no percibe las cosas que son del Espíritu de
Dios, porque para él son locura, y no las puede entender, porque se
han de discernir espiritualmente. 15En cambio el espiritual juzga todas
las cosas; pero él no es juzgado de nadie. 16Porque ¿quién conoció la
mente del Señor? ¿Quién le instruirá? Mas nosotros tenemos la mente
de Cristo”
Sí, la Palabra de Dios no puede ser interpretada privadamente, sino que debe
ser discernida espiritualmente; se requiere de un juicio espiritual, donde el Espíritu de
Dios es quien revela lo que Él mismo inspiró. 2 Pedro 1: 20 “Tenemos también
la palabra profética más segura, a la cual hacéis bien en estar atentos
como a una antorcha que alumbra en lugar oscuro, hasta que el día
esclarezca y el lucero de la mañana salga en vuestros corazones;
20
entendiendo primero esto, que ninguna profecía de la Escritura es
de interpretación privada, 21porque nunca la profecía fue traída por
voluntad humana, sino que los santos hombres de Dios hablaron
siendo inspirados por el Espíritu Santo”
Yo quiero preguntarte: ¿Por qué hay tantas diferentes enseñanzas sobre las
mismas escrituras? La respuesta es simple: Porque hay mucha gente que no enseña a
partir de la revelación del Espíritu, sino de su propia mente lógica, llena de
conocimientos previos enseñados por otros seres humanos. Muchos puntos de vista
hay de las mismas porciones bíblicas, cada corriente religiosa tiene la propia. Y la
pregunta obligada es: ¿Y cuál de todas ellas es la que el Espíritu mostró?
¡Claro que hay una revelación del Espíritu y muchas otras interpretaciones
personales!, lo importante que es que tu tengas la revelación del Espíritu y tengas las
capacidad de poder desechar lo incorrecto.
¿Cuáles eran las razones de los religiosos fariseos para decir que los dichos de
Jesús eran mentira? Que no se ajustaban a su ley. “Tu das testimonio de ti mismo,
por lo cual, lo que dices, es mentira”
Jesús les dijo: Es cierto, yo doy testimonio de mi mismo, pero lo que digo es
verdad, aunque no cumpla con su ley. Les dijo: Ustedes juzgan según la carne: ¿Cuál
carne? Pues su ley que tenían para distinguir la verdad de la mentira: Tener dos
testigos.
Notemos por favor que Jesús les dijo: “Y en vuestra ley está escrito”, por lo cual
queda claro que Jesús no aceptaba la ley como suya, ni de parte de Dios tampoco.
No dijo: En la ley de Dios dice, ni tampoco en: “Nuestra ley dice”. Sino dijo: “En
vuestra ley dice” Esa ley es de ustedes, dijo Jesús, no es mía; yo no me ajusto a
dichas leyes.
Yo quiero preguntarte: ¿Cuáles son tus leyes que te has hecho para reconocer
la verdad de la mentira?
Es tiempo de que ejercites tus sentidos espirituales para que puedas ser
nutrido de las grosuras de la Palabra de Dios. Hebreos 5: 13 “Y todo aquel que
participa de la leche es inexperto en la palabra de justicia, porque es
niño; 14pero el alimento sólido es para los que han alcanzado madurez,
para los que por el uso tienen los sentidos ejercitados en el
discernimiento del bien y del mal”