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José Antonio Primo de Rivera

José Antonio Primo de Rivera y Sáenz de


Heredia (Madrid, 24 de abril de 1903-Alicante, 20 José Antonio Primo de Rivera

de noviembre de 1936) fue un abogado y político III marqués de Estella


español, primogénito del dictador Miguel Primo de
Rivera y fundador de la Falange Española, formación
con aspiraciones a convertirse en la representación
del fascismo en España. Primo de Rivera imprimiría
a su partido un lenguaje «entre místico, poético y
militar».1 ​ Según uno de sus biógrafos, Joan Maria
Thomàs, «José Antonio Primo de Rivera hizo un
proceso, paralelo a su ascensión a jefe único del
partido, pasando progresivamente de ser un
ultraderechista a fascistizarse y a convertirse
finalmente en un auténtico fascista. Iría diseñando
golpes de Estado específicamente falangistas,
aspirando a establecer un Nuevo Estado fascista en el
que él sería el nuevo führer o duce».2 ​ Como ha
señalado Ismael Saz, el fascismo de José Antonio
Primo de Rivera «era, por supuesto, un fascismo
pleno».3 ​

Estando preso en la cárcel de Alicante en las fechas Jefe Nacional de Falange Española de las
del golpe de Estado, fue juzgado por conspiración y JONS
rebelión militar contra el Gobierno de la Segunda 6 de octubre de 1934-20 de noviembre de 1936
República, condenado a la pena de muerte y Predecesor cargo creado
ejecutado por fusilamiento durante los primeros
Sucesor Manuel Hedilla
meses de la guerra civil española.

Su imagen idealizada fue honrada durante la


contienda por el régimen franquista, que lo convirtió


en icono y mártir al servicio de la propaganda del Diputado en Cortes

instaurado Movimiento Nacional. Tras su muerte, por Cádiz


silenciada esta en el bando sublevado, se le llegó a 30 de noviembre de 1933-7 de enero de 1936
conocer en la zona sublevada como «el Ausente» .4 ​
Terminada la guerra, su nombre encabezó todas las
Información personal
listas de fallecidos del bando sublevado y la
inscripción «José Antonio ¡Presente!» se podía Nombre de José Antonio Primo de Rivera y
encontrar en muchas iglesias españolas. Ismael Saz nacimiento Sáenz de Heredia
advierte que sus seguidores y el régimen franquista Nacimiento 24 de abril de 1903

lo convirtieron en un mito «sobreponiéndose sobre Madrid, España


el propio personaje hasta el punto de hacerlo en Fallecimiento 20 de noviembre de 1936 (33
ocasiones irreconocible».5 ​ Ostentó en vida el título años)

nobiliario de III marqués de Estella, con Grandeza de Alicante, España


España. Causa de Fusilamiento
muerte
Índice
Sepultura Tumba de José Antonio Primo
Biografía de Rivera y Basílica Pontificia
Infancia y educación de la Santa Cruz
La dictadura y su vocación política Nacionalidad Española
La Falange y su actividad política Religión Católico
Detención, procesamiento y encarcelamiento Características físicas
Conspiraciones contra la II República Ojos Marrón oscuro
Española
Cabello Cabello negro
Fusilamiento y repercusión
Familia
Ideología y pensamiento
Padres Miguel Primo de Rivera

Antiparlamentarismo
Casilda Sáenz de Heredia
El Estado y el Individuo
Educación
Izquierdas y derechas
Educado en Universidad Central
España y el catolicismo
Economía y sindicato Información profesional
Ocupación Abogado y político
José Antonio Primo de Rivera y el fascismo
Título Véase Títulos
La Internacional fascista
Partido Unión Monárquica Nacional

José Antonio Primo de Rivera y la violencia Falange Española

político
La mitificación de José Antonio Primo de Falange Española de las JONS
Rivera por el franquismo Firma
El mito de «El Ausente»
Traslado del cadáver de Alicante al Monasterio Escudo
de El Escorial (1939)
Traslado de El Escorial al Valle de los Caídos
(1959)
Títulos
Véase también
Notas
Referencias
Bibliografía
Textos de José Antonio Primo de Rivera
Análisis de pensamiento
Enlaces externos

Biografía

Infancia y educación

Fue primogénito del general Miguel Primo de Rivera y Orbaneja, que gobernó España como dictador
entre 1923 y 1930. Huérfano de madre a los cinco años, fue educado, junto a sus cuatro hermanos, por
una tía paterna. En su crianza se le infundieron las tendencias militares de su padre y las católicas de
su madre y sus tías. Ingresó en los Exploradores de
España junto con sus hermanos, por voluntad de su padre
como parte de su ideario militarista y regeneracionismo
costista,6 ​ quien desde sus comienzos fue vocal fundador
del Consejo Nacional de la institución patriótica juvenil.7 ​
Cursó bachillerato desde su casa, sin asistir a clases,
instruido por profesores particulares que también le
enseñaron francés y algo de inglés. Desanimado por su
padre en cuanto a hacer carrera militar, decidió estudiar
Derecho en Madrid, siguiendo algunos antecedentes
familiares (uno de sus abuelos fue magistrado) e influido
José Antonio Primo de Rivera, a la izquierda
por el hijo mayor del médico de los Primo de Rivera,
de la imagen, con uniforme de los
Raimundo Fernández-Cuesta, que acababa de licenciarse
Exploradores de España. El rey Alfonso XIII
en Derecho.
en el centro acompañado de diversas
autoridades de la época (c. 1918).
El primer año de universidad lo cursó, al igual que el
bachillerato, desde su propia casa asistido por profesores
particulares. El segundo año se incorporó a la vida de la
universidad, donde trabó amistad con Ramón Serrano Suñer. Este y Raimundo Fernández-Cuesta se
convertirían en sus albaceas testamentarios.

Tras el decreto de autonomía universitaria de 1919, que permitía las asociaciones de estudiantes,
formó parte de la dirección de la recién creada Asociación de Estudiantes de Derecho, dirigida por su
amigo Serrano Súñer, antagónica de la Asociación de Estudiantes Católicos, liderada por Ángel
Herrera Oria.a b​ ​

En 1922 terminó la licenciatura brillantemente.c ​ Posteriormente realiza el servicio militar en los


Dragones de Santiago. En junio de 1925 se cruzó de santiaguista, cumpliendo con empeño todos los
deberes de la orden religiosa y militar.8 ​ Siendo universitario escoge la modalidad de «voluntario de
un año» d ​ y termina el servicio con el grado de alférez de complemento. José Antonio Primo de
Rivera vive muy de cerca el golpe de Estado que, en 1923, colocó a su padre al frente de un Gobierno
dictatorial instaurado con anuencia del rey Alfonso XIII. Terminado el servicio militar, aún pasará
varios meses ampliando sus estudios de derecho y, en abril de 1925, se dio de alta en el Colegio de
Abogados de Madrid y abrió su propio bufete. Poco después fue nombrado gentilhombre grande de
España con ejercicio y servidumbre del rey Alfonso XIII.

La dictadura y su vocación política

En 1930 participó en el proyecto político de la Unión Monárquica Nacional. El 2 de mayo de ese año
aceptó el cargo de vicesecretario general del partido, con el propósito de reivindicar la memoria de su
padre, atacada tanto a la caída de su dictadura, al final de la monarquía, como durante la Segunda
República (1931). En este periodo colabora en el periódico La Nación (copropietario del mismo por
herencia familiar) con artículos de carácter político, principalmente reivindicando la dictadura de su
padre. En diciembre de 1931, en el prólogo del libro La Dictadura de Primo de Rivera juzgada en el
extranjero, lleva a cabo un duro ataque contra los intelectuales, a los que tacha de estar bajo «el
predominio de la masa», considerándolos «seudointelectuales incalificados, incalificables y
descalificados».
Primo de Rivera fracasó en su intento de obtener un escaño de diputado por Madrid en las elecciones
de 1931, siendo derrotado por Manuel Bartolomé Cossío. Fue detenido en 1932 bajo la sospecha de
haber colaborado con la sublevación organizada por el general Sanjurjo, hecho que él siempre negó,
para, finalmente, salir de la cárcel sin cargos. En 1933, en pleno auge de los movimientos fascista en
Italia y nazi en Alemania, colabora en la salida de la revista El Fascio publicando un artículo titulado
«Orientaciones hacia un nuevo Estado», un ataque al liberalismo político que comienza así: «El
Estado liberal no cree en nada, ni siquiera en sí mismo. El Estado liberal permite que todo se ponga
en duda, incluso la conveniencia de que él mismo exista»; y en el que también se puede leer: «La
libertad no puede vivir sin el amparo de un principio fuerte, permanente. Cuando los principios
cambian con los vaivenes de la opinión, solo hay libertad para los acordes con la mayoría. Las
minorías están llamadas a sufrir y callar». 9 ​

Podríamos decir que nuestro personaje inició su vida política en las filas de la derecha
monárquica reaccionaria y contrarrevolucionaria —en la Unión Monárquica Nacional—
que agrupaba a muchos de los hombres de la que había sido el régimen de su padre, la
dictadura de Primo de Rivera. Una derecha reaccionaria y contrarrevolucionaria que en
términos generales le acompañaría y arroparía en su proceso de fascistización hasta la
fundación misma de Falange Española en octubre de 1933 y los primeros pasos de la
formación.
Saz Campos (2004, «José Antonio Primo de Rivera y el Fascismo Español», p. 67)

El Fascio solo tiró un número, que fue recogido por la policía, aunque muchos ejemplares pudieron
ser repartidos en provincias. Poco después se entrevistó con José María de Areilza en su despacho
madrileño de abogado, donde le llamó la atención que hubiera enmarcado y colgado en él el famoso
poema If de Rudyard Kipling en inglés.10 ​

La Falange y su actividad política

José Antonio Primo de Rivera creó, junto a Julio Ruiz de Alda, el Movimiento Español Sindicalista,
embrión de la futura Falange Española, movimiento político de carácter fascista que, como tal, nació
desconfiando de los métodos democráticos e intentó imponer un Nuevo Estado de carácter totalitario
y corporativo (expresado en la consigna del sindicalismo vertical). En sus puntos iniciales ya estaban
presentes los conceptos que Primo de Rivera manejaría a lo largo de su corta vida política: una
España unida por un destino universal que supere la lucha de clases y los nacionalismos, la
concepción de un hombre nuevo portador de valores eternos y una justicia social que proporcione al
hombre una vida digna y humana; todo esto, con un sentido de catolicidad.

La Falange Española fue fundada en el Teatro de la Comedia de Madrid, el 29 de octubre de 1933.


Dicho acto comenzó con las palabras de Primo de Rivera «Camaradas, nada de un párrafo de gracias.
Escuetamente gracias, como corresponde al laconismo militar de nuestro estilo»; definiéndose, acto
seguido, como contrario al Estado liberal parlamentario y fustigando a Jean-Jacques Rousseau y su
Contrato Social:

Cuando, en marzo de 1762, un hombre nefasto, que se llamaba Juan Jacobo Rousseau,
publicó El contrato social, dejó de ser la verdad política una entidad permanente. Antes, en
otras épocas más profundas, los Estados, que eran ejecutores de misiones históricas, tenían
inscritas sobre sus frentes, y aún sobre los astros, la justicia y la verdad. Juan Jacobo
Rousseau vino a decirnos que la justicia y la verdad no eran categorías permanentes de
razón, sino que eran, en cada instante, decisiones de voluntad.[...] Como el Estado liberal
fue un servidor de esa doctrina, vino a constituirse no ya en el ejecutor resuelto de los
destinos patrios, sino en el espectador de las luchas electorales. Para el Estado liberal, sólo
era lo importante que en las mesas de votación hubiera sentado un determinado número
de señores; que las elecciones empezaran a las ocho y acabaran a las cuatro; que no se
rompieran las urnas. Cuando el ser rotas es el más noble destino de todas las urnas.
Después, a respetar tranquilamente lo que de las urnas saliera, como si a él no le importase
nada.
Discurso del Teatro de la Comedia, 29 de octubre de 1933.11 ​

Y legitimar el ejercicio de la violencia, «la dialéctica de los puños y las pistolas», para propiciar un
Estado autoritario:e ​

La Patria es una síntesis trascendente, una síntesis indivisible, con fines propios que
cumplir; y nosotros lo que queremos es que el movimiento de este día, y el Estado que cree,
sea el instrumento eficaz, autoritario, al servicio de una unidad indiscutible, de esa unidad
permanente, de esa unidad irrevocable que se llama Patria.
Discurso del Teatro de la Comedia, 29 de octubre de 1933.12 ​

En las elecciones de noviembre de 1933 obtuvo escaño en las Cortes por la circunscripción de
Cádiz,13 ​ —donde su familia disponía de gran influencia—, integrado en una coalición conservadora
monárquica. En 1934 fusionó Falange Española con las Juntas de Ofensiva Nacional-Sindicalista de
Onésimo Redondo y Ramiro Ledesma Ramos, dando lugar a FE de las JONS, incorporando a Falange
el nacional-sindicalismo de las JONS. En un primer momento, para la dirección del partido se formó
un triunvirato constituido por el propio José Antonio Primo de Rivera, Ramiro Ledesma y Julio Ruiz
de Alda. Un año después, y tras una ajustada votación, Primo de Rivera acabó siendo proclamado jefe
único del partido. A partir de este momento, la figura de José Antonio Primo de Rivera pasaría a ser el
icono oficial del partido.

Primo de Rivera, en la primera andadura de Falange, no se desvinculó de los círculos monárquicos.


Siendo Falange un grupo marginal, con escasos recursos económicos, Primo de Rivera encontró
financiación en estos grupos que la consideraban una fuerza de choque para combatir a las
organizaciones de izquierda y desestabilizar a la II República. Más adelante, buscaría el apoyo de la
Italia fascista, consiguiendo en el verano de 1935 un sueldo mensual de 50  000 liras como agente
extranjero del gobierno fascista italiano.f 14
​ 15
​ ​

En 1935, Primo de Rivera se dedicó a realizar viajes por España dando mítines, que serían
comentados en las páginas del semanario falangista Arriba, y en Haz, órgano del SEU. En este año
Ledesma fue expulsado de Falange.

«La Falange tardará en emprender el camino hacia el


empleo sistemático de la violencia, pero Falange fue uno
de los principales partidos que la practicó durante el
segundo bienio. Desde un principio empleó un lenguaje
violento que fácilmente podía llegar a la provocación y al
asesinato. A su vez, la militancia izquierdista reaccionó, y
los primeros muertos entre los lectores y repartidores de
prensa falangista se produjeron en enero de 1934.»16 ​
Una vez producidas las primeras muertes en las filas de la
Falange, Primo de Rivera fue el líder falangista que más
reticente se mostró ante la expectativa de emplear la Ruiz de Alda (centro) junto a Valdecasas y
violencia de modo sistemático. Payne  (1997, Cap. La Primo de Rivera, en el mitin fundacional de
erupción de la violencia)g ​ La primera víctima falangista Falange en el Teatro de la Comedia de
de la violencia fue el estudiante Matías Montero. A este Madrid, el 29 de octubre de 1933.
siguieron otros asesinatos en Valladolid, Gijón y Madrid;
los falangistas asesinaron al exdirector general de
Seguridad y fundador del Comité Nacional de Acción Republicana, Manuel Andrés Casaus, uno de los
impulsores de la proclamación de la República en Éibar; también al periodista santanderino Luciano
Malumbres. Por parte de la derecha, el primer asesinato cometido fue el de Juanita Rico, una
costurera miembro de las Juventudes Socialistas, en represalia por la muerte del falangista Juan
Cuéllar. Los asesinos de Rico la acusaron de haber tomado parte en la reyerta y haber orinado sobre el
cuerpo del todavía moribundo falangista.17 ​

En las elecciones de 1936, la izquierda y la derecha acudieron agrupadas en el Frente Popular y Frente
Nacional, respectivamente, y La Falange, que no alcanzó acuerdos, concurrió en solitario. Primo de
Rivera, al margen de su deseo de conservar el acta parlamentaria, pensaba que no se comprendería
que la Falange acudiera a las elecciones desvinculada del Frente Nacional, siendo partidario de
alcanzar un acuerdo; pero pesó más la presión de la dirección de la Falange contraria al principio de
acuerdo ya alcanzado, bien porque consideraron escasos los escaños garantizados, bien por
reticencias a llegar a acuerdos electorales con otras fuerzas. Gil Pecharromán  (1996, pp.  411-420)h ​
Estas elecciones pusieron de manifiesto los escasos apoyos con los que contaba la Falange, obteniendo
44 000 votos en todo el territorio nacional, lo que significó el 0,7 % de los votos útiles.i ​José Antonio,
que presentó su candidatura a ocho circunscripciones, no obtuvo ningún escaño parlamentario, como
tampoco su formación política en toda España.18 ​

Detención, procesamiento y encarcelamiento

Tras el triunfo del Frente Popular en las elecciones de


febrero de 1936 Falange Española de las JONS,
«nutrida por nuevos militantes y nuevos fondos y en
estrecha relación con los conspiradores militares»,19 ​
desarrolló la «estrategia de la tensión» que
«justificara» un «golpe de fuerza». Así, «los incidentes
violentos protagonizados por falangistas se sucedieron
sin interrupción hasta el estallido de la guerra
civil».20 ​ El primer acto violento de gran repercusión
mediática y política fue el intento de asesinato del
destacado catedrático socialista Luis Jiménez de Asúa José Antonio Primo de Rivera durante un mitin de
el 11 de marzo perpetrado por afiliados al SEU como Falange (antes de 1936)
represalia por el asesinato de un compañero el día
anterior.j ​ Jiménez de Asúa resultó ileso pero murió el
policía que lo escoltaba, el inspector Jesús Gisbert. Tres días después, 14 de marzo, la policía detenía
en su propio domicilio a José Antonio Primo de Rivera que había perdido su inmunidad
parlamentaria al no resultar elegido diputado en las elecciones de febrero. Fue acusado de tenencia
ilícita de armas. También fueron detenidos el resto de los miembros de la Junta Política de Falange y
gran parte de los jefes de centuria y los escuadristas de Primera Línea de toda España. En total fueron
arrestados unos dos mil falangistas. El 17 de marzo un tribunal declaró a Falange organización ilegal,
por tenencia ilícita de armas y actividades violentas. Sin embargo el partido se adaptó con rapidez a la
clandestinidad, bajo la jefatura virtual de Fernando Primo de Rivera, hermano de José Antonio, y
siguiendo las directrices e instrucciones que este les daba desde la cárcel. El intento de José Antonio
de que su hermano Fernando se entrevistara con Mussolini para explicarle los planes insurreccionales
de Falange fue frustrado por el embajador italiano en Madrid que estaba convencido de las pocas
posibilidades de éxito de un golpe de Estado. Por su parte el agregado aéreo italiano informó a su
gobierno de que Falange «ha sido provista de abundantes medios financieros por los partidos de
derecha».22 ​
José Antonio Primo de Rivera fue conducido detenido desde su domicilio a la sede de la Dirección
General de Seguridad (DGS) donde fue interrogado por el director general en persona José Alonso
Mallol, a quien José Antonio insultó, lo que acabaría complicando su situación judicial. Estando en
los calabozos de la DGS escribió un manifiesto titulado "La voz del Jefe desde el calabozo", cuya
difusión le valió el primer proceso judicial, por infracción de la ley de imprenta, que se inició dos días
después y que concluyó el 3 de abril, siendo condenado a dos meses de prisión, aunque la sentencia
fue revocada por el Tribunal Supremo el 19 de mayo. La sentencia condenatoria del segundo proceso,
que se celebró entre el 16 y el 28 de marzo, por las injurias proferidas contra Mallol, fue de nuevo
anulada por el Tribunal Supremo, también el 19 de mayo. Un tercer proceso contra los miembros de
la Junta Política de Falange, cuyo Jefe era José Antonio, se inició el 17 de marzo por asociación ilegal,
siendo absueltos el 30 de abril al considerar el tribunal que eran legales los estatutos y los 27 Puntos
de Falange. El 28 de mayo comenzó el juicio oral de un cuarto proceso por tenencia ilícita de armas al
haber descubierto la policía el 27 de abril tres pistolas en su domicilio. Fue condenado a cinco meses
de prisión, lo que encrespó a José Antonio que insultó y amenazó a los jueces y agredió a un oficial de
la sala. Así el 18 de junio comenzó un quinto juicio por desacato y atentado a la autoridad. Esta vez la
condena fue mucho más dura: cinco años de prisión. Ante el temor de una fuga fue trasladado desde
la cárcel Modelo de Madrid a la cárcel de Alicante en la madrugada del 5 al 6 de junio.23 ​

En el manifiesto escrito el 14 de marzo en los calabozos de la DGS José Antonio Primo de Rivera
afirmaba que Rusia era la que había ganado las elecciones de febrero pues «el comunismo manda en
la calle; en estos días los grupos comunistas de acción han incendiado en España centenares de casas,
fábricas e iglesias, han asesinado a mansalva, han destituido y nombrado autoridades». Por ello
Falange convocaba a todos «estudiantes, intelectuales, obreros, militares españoles, para una nueva
empresa peligrosa y gozosa de reconquista».24 ​

Conspiraciones contra la II República Española

Desde sus comienzos, la II República Española estuvo amenazada por tramas insurreccionales. En
agosto de 1932 fracasó el primer intento de derrocar la República. Desde entonces subyacían dos
corrientes insurreccionales en la derecha: Una de carácter civil alentada principalmente por los
partidos Renovación Española y Comunión Tradicionalista, con apoyos dentro del ejército, que
pretendía la restauración de la monarquía. Y otra, más puramente militar que pretendía, mediante un
golpe militar, restaurar el orden social supuestamente deteriorado con la promulgación de la
República.25 ​ A estas tramas, en 1934 vendría a sumarse Falange Española que nace con un carácter
marcadamente insurreccional.k ​ Pero a diferencia de estas tramas que veían la posibilidad de un
gobierno fuerte como el medio para restablecer el orden perdido, Falange Española ve en ese gobierno
fuerte un fin en sí mismo, propone un orden nuevo de carácter totalitario.

Primo de Rivera aspiraba a que la Falange fuese el motor de la insurrección.l ​ En varias ocasiones,
mantuvo contactos con militares para que apoyaran una insurrección dirigida por la Falange. En el
informe secreto sobre la situación política española que José Antonio Primo de Rivera redactó e hizo
llegar al gobierno italiano en el verano de 1935, se lamentaba de que en el momento en el que se
produjo la revolución de Asturias de octubre de 1934, Falange no dispusiera de fuerzas suficientes
para haber respondido con una contrarrevolución; y, sobrevalorando la capacidad de Falange,
informaba que "si los acontecimiento se precipitasen, la Falange podría tal vez intentar pronto la
conquista del poder, por muy inverosímil que ello suene ahora"; que de darse unas circunstancias
parecidas, estaba preparada para iniciar la sublevación. En todo caso, "por el momento, la tarea de los
organizadores de la Falange es trabajar sin descanso por fortalecer todos los órganos: será en el mes
de octubre cuando se pueda hablar de un plan integral y calcular los elementos de los que se deba
disponer para cumplirlo".26 ​

A finales de 1934 o principios de 1935, Primo de Rivera redactó la


composición del posible gobierno que saldría de la insurrección.
Formado principalmente por falangistas, también figuraban
Franco, Mola y Serrano Suñer como ministros de la Defensa
Nacional, Gobernación y Justicia respectivamente. Primo de
Rivera se autonombraría jefe de aquel gobierno.27 ​ En 1935
elaboró varios planes. En junio, la cúpula falangista se reunió con
los jefes territoriales en el parador de Gredos para preparar una
Bandera de Falange Española de insurrección que tendría su origen en Fuentes de Oñoro, pueblo
las JONS. de la provincia de Salamanca, cercano a la frontera de Portugal
para posibilitar la incorporación del general Sanjurjo (por
entonces exiliado en Portugal) y, también, facilitar la huida en
27
caso de fracaso. ​Y en noviembre, otro plan preveía que la insurrección comenzaría en Toledo, con la
colaboración del coronel Moscardó. Ninguno de estos planes encontró los apoyos suficientes. Más
adelante, recurriría directamente a Franco, entonces jefe del Estado Mayor, para que apoyara una
insurrección. Franco se limitó a desviar la conversación.28 ​

Con la victoria del Frente Popular en las elecciones de febrero de 1936, las tramas para derrocar a la
República se fortalecieron. Durante varios días el país vivió el riesgo de una intervención castrense
para anular los comicios.29 ​ A partir de entonces se sucedieron las reuniones de generales para
propiciar un pronunciamiento. El 8 de marzo, en una de esas reuniones celebrada en el domicilio de
un miembro de la CEDA, se concretó un plan para dar un golpe de Estado el 20 de abril del que
saldría una junta militar presidida por el general Sanjurjo, todavía en el exilio.m ​ Las tramas
insurreccionales iban confluyendo y la Falange era ignorada, quedando al margen de ellas.

El 14 de marzo, Primo de Rivera ingresó preso en la cárcel Modelo de Madrid por posesión ilícita de
armas y posteriormente, el 5 de junio, fue trasladado a la cárcel de Alicante. Desde la cárcel,
favorecido por un relajado régimen de visitas, dirigió a la Falange tratando de llevar la iniciativa en la
insurrección. A finales de abril redactó una carta dirigida a los oficiales del ejército que se distribuyó
el 4 de mayo. En ella se hacía un llamamiento a la sublevación:

España puede dejar de existir. Sencillamente: si por una adhesión a lo formulario del deber
permanecéis neutrales en el pugilato de estas horas, podréis encontraros de la noche a la
mañana con que lo sustantivo, lo permanente de España que servíais, ha desaparecido. [...]
Cuando lo permanente mismo peligra, ya no tenéis derecho a ser neutrales. Entonces ha
sonado la hora en que vuestras armas tienen que entrar en juego para poner a salvo los
valores fundamentales, sin los que es vano simulacro la disciplina. Y siempre ha sido así: la
última partida es siempre la partida de las armas. A última hora —ha dicho Spengler—,
siempre ha sido un pelotón de soldados el que ha salvado la civilización.
Carta a los militares de España.30 ​

A partir de mayo de 1936, mantuvo correspondencia con el general Mola.31 ​ En una carta que Primo
de Rivera le hizo llegar a Pamplona, no le prestaba su apoyo total y hablaba de condiciones,
ofertándole 4000 falangistas disponibles desde el primer día del alzamiento.32 ​ La conspiración
seguía su marcha y Primo de Rivera no lograba que Falange fuese su movimiento político inspirador.
Los militares estaban también en contacto con los monárquicos, los cedistas y los carlistas; y desde el
Bloque Nacional, Calvo Sotelo parecía querer arrebatar a Falange el marchamo de fascista.n ​ El 24 de
junio envía una circular a todas las Jefaturas Territoriales para que no se sumen a proyectos en los
que la Falange no es considerada «como un cuerpo total de doctrina, ni como una fuerza en camino de
asumir por entero la dirección del Estado» sino que la consideran como un mero «elemento auxiliar
de choque».33 34
​ ​

Solo cinco días después, el 29 de junio, Primo de Rivera envió nuevas circulares, ahora sí, apoyando la
insurrección. Una, destinada a la primera línea de Madrid, hacía un llamamiento al adiestramiento
para estar preparados ante el instante decisivo: «Vuestro entusiasmo prefiere el combate a la
preparación; pero lo que se acerca es demasiado grande para que lo arrostremos sin prepararlo».35 ​Y
otra, destinada a La Jefaturas Territoriales, para que se pongan a disposición de los mandos militares
en la sublevación. «Cada jefe territorial se entenderá exclusivamente con el jefe superior del
movimiento militar en el territorio o provincia», interviniendo los falangistas en sus propias unidades
con sus propios jefes y sus propios uniformes.36 ​ A juicio de Gil-Robles, este cambio pudo estar
relacionado con el viaje del carlista Rodezno a Alicante o deberse a una conversación de su hermano
Fernando (su enlace con los conspiradores) con el general Mola, donde, este último, se mostró
enfadado por el tono de la anterior circular del día 24.37 ​

El 13 de julio mandó otra carta a Mola en la que le pedía acelerar la sublevación. «Tiene el carácter de
apelación suprema. Estoy convencido de que cada minuto de inacción se traduce en una apreciable
ventaja para el Gobierno». Esta se cruzó con la comunicación que le envió Mola, por medio de un
oficial, informándole del día del alzamiento. José Antonio Primo de Rivera, el 17 de julio, redactó un
manifiesto en el que expresaba la participación sin reservas de la Falange en la rebelión.38 ​

Un grupo de españoles, soldados unos y otros hombres civiles, no quieren asistir a la total
disolución de la Patria. Se alza hoy contra el Gobierno traidor, inepto, cruel e injusto que la
conduce a la ruina. […] Trabajadores, labradores, intelectuales, soldados, marinos,
guardianes de la patria: sacudid la resignación ante el cuadro de su hundimiento y venid
con nosotros por España una, grande y libre. ¡Que Dios nos ayude! ¡Arriba España!
José Antonio Primo de Rivera. 17 de julio de 1936.39 ​

Fusilamiento y repercusión

Cuando el 18 de julio de 1936 se produjo la insurrección, José Antonio Primo de Rivera seguía preso
en la cárcel de Alicante. La víspera, él y su hermano habían estado recogiendo sus pertenencias, lo que
permite pensar que daban por hecha su salida de Alicante. Con anterioridad a esa fecha existieron
diversos planes para posibilitar su fuga. Entre ellos uno que lo llevaría en una avioneta a la ciudad de
Orán, Argelia, y otro a Mallorca en una embarcación. Todos fracasaron antes de iniciarse. También
existió un ofrecimiento, muy cercano al día 18, de un grupo de oficiales alicantinos que utilizarían un
camión de la Guardia de Asalto para alejarlo de Alicante; ofrecimiento que fue rechazado por Primo
de Rivera.40 ​

El 13 de julio trasmitió una orden para concertar la acción de falangistas y militares simpatizantes en
Valencia, Alicante, Alcoy y Cartagena. Varios militares estuvieron reunidos en el hotel Victoria de
Alicante donde se alojaban su hermana Pilar y su cuñada. El 17, su hermana y su cuñada se dirigieron
a Alcoy para pedir a los falangistas que se acuartelaran con los militares; a su regreso fueron
detenidas con la orden de permanecer bajo arresto en su propio hotel (el 1 de agosto serían
encarceladas en el Reformatorio de Adultos de Alicante). El levantamiento fracasó en Valencia y
Alicante y esto frustró el intento de su liberación. Grupos de falangistas salieron el día 19 de diversos
pueblos de Valencia en dirección a Alicante. Uno de los grupos, el más numeroso, que había salido
desde Rafal fue detenido a tiros por la Guardia de Asalto. Enterados de este hecho, los otros grupos
desistieron.41 ​

En los cuatro meses que mediaron hasta su muerte, Primo de Rivera suavizó su discurso. Unos meses
antes habría expresado en el número 5 de la publicación titulada 'La Voz: Izquierdas, Centro,
Derechas', donde intentaba integrar a todas partes, incluyendo el voto femenino, en un razonado
diálogo, que en referencia a la naturaleza de «la Guerra —en este contexto puede entenderse como la
lucha interna de cada ser humano consigo mismo— es inalienable al hombre. De ella no se evade ni se
evadirá. Existe desde que el mundo es mundo, y existirá. Es un elemento de progreso... ¡Es
absolutamente necesaria! […]. Si usted la cree un mal, porque necesitan del mal. De la batalla eterna
contra el mal sale el triunfo del bien como dice San Francisco.». Ante su incapacidad para evitarla,
llega incluso a afirmar «La guerra es absolutamente precisa e inevitable. La siente el hombre con un
imperio intuitivo, ancestral, y será en el porvenir lo que fue en el pasado».42 43​ ​ En estos meses
o p
hablaría del fin de las hostilidades y de reconciliación. ​ ​ «La aparente transformación
experimentada por José Antonio a lo largo de los siguientes cuatro meses daría pie a la idea,
posteriormente muy extendida, de que podría haber sido la gran oportunidad perdida para reconciliar
ambos bandos en la guerra civil española.»44 ​ En agosto propuso un plan para poner fin a la
contienda. El día 14, José Antonio diría a Martín Echeverría (Secretario de la Junta Delegada para
Levante): «España se deshace. El triunfo absoluto de un bando, no supervisado por nadie, puede traer
de nuevo las guerras carlistas: un retroceso donde perecerán todas las conquistas de orden social,
político y económico, la entrada en un periodo de tinieblas y torpeza».45 ​Diego Martínez Barrio, que
acompañó a Echeverría, narra así la entrevista:

Supe que el señor Primo de Rivera había propuesto al señor Martín Echeverría, para que
éste, a su vez, lo trasladara al Gobierno, que se le permitiera salir de prisión, donde se
reintegraría al cabo de cierto tiempo, para lo cual daba su palabra de honor, con el fin de
realizar una gestión en el campo rebelde orientada a la terminación de la guerra civil y al
sometimiento de los militares y civiles rebeldes contra la República, al gobierno legítimo.
Hablaba también de unas soluciones intermedias que podrían ser base de esa negociación;
pero recalcaba, insistía, en la necesidad de que se pusiera término a la contienda que se
había iniciado, porque creía él, como español, que la contienda sumiría en el caos y en la
ruina a la patria.
Conferencia pronunciada por Martínez Barrio en México en 1941.46 ​

Redactó un guion que ocupaba una hoja por ambas caras en el que se analizaba la situación política y
se definían una serie de acuerdos para acabar con la contienda. En otra hoja aparte se encontraba la
lista de nombres que formarían el gobierno de reconciliación. El plan contemplaba el acatamiento a la
legalidad de la República y una amnistía para los sublevados. El gobierno de reconciliación estaba
formado, principalmente, por republicanos moderados y no figuraba ningún militar.47 ​El plan no fue
tenido en cuenta por el Gobierno y, según la opinión de Martínez Barrio, los rebeldes no habrían
depuesto las armas ante tal propuesta, concluyendo que «no había posibilidad de arrancar a la acción
de la justicia la persona del jefe de Falange Española».46 ​

Su situación en la cárcel vino a agravarse cuando, tras las protestas de otros reclusos por los
privilegios de que disfrutaban los hermanos, y una vez cambiado el director de la cárcel, se
descubrieron en su celda dos pistolas y cien cartuchos. Desde entonces permanecieron incomunicados
con el exterior, prohibiendo que recibieran correo, prensa y escucharan la radio, como había ocurrido
hasta entonces.48 ​
Desde el bando sublevado existieron diversos intentos de
liberación. El Gobierno de la República recibió varias ofertas de
los rebeldes para canjearlo. Quizá, la que más posibilidades tuvo
de llegar a un acuerdo sería la que proponía el intercambio del
hijo de Largo Caballero (entonces presidente del Gobierno). Se
reunió el Consejo de Gobierno, Largo Caballero se abstuvo de
intervenir y, finalmente, el Consejo lo desestimó. Fracasados los
intentos de canje, se desarrollaron varias operaciones tipo
comando con el conocimiento y la aprobación de Franco. Dos de
estas operaciones se realizaron con la colaboración del Tercer
Reich alemán. En ellas se contaba con el apoyo de la delegación
diplomática alemana en Alicante, se disponía de dinero para
sobornar a quienes lo custodiaban e intervinieron torpederos
alemanes para acercarlos al puerto alicantino. Estas operaciones
fracasaron como también fracasaría una tercera en la que
intervenía un buque de la naviera Ybarra.49 ​
Cruz conmemorativa de José
Antonio Primo de Rivera en un
El 3 de octubre se inició el sumario contra los dos hermanos, la
lateral de la catedral de Cuenca.
cuñada (Margarita Larios, mujer de Miguel) y varios carceleros. La
Desde marzo de 2018, solo luce la
acusación era la de conspiración y rebelión militar, lo que
cruz, exenta ya de los símbolos
conllevaba la pena de muerte. El Tribunal Supremo nombró a
alusivos a José Antonio.
Eduardo Iglesias Portal,50 51 ​ ​ magistrado de la Audiencia de
Madrid, para llevar la causa y el 11 de octubre se iniciaron los
interrogatorios de acusados y testigos. José Antonio Primo de Rivera compareció por primera vez ante
el tribunal el 3 de noviembre, negando todos los cargos. La vista oral tuvo lugar los días 16 y 17 de
noviembre. Primo de Rivera contestó con evasivas a las preguntas del fiscal. Negó haber tenido
contactos con elementos contrarios a la República, negó haber contribuido a la preparación de la
insurrección y negó haber intervenido en el levantamiento de la Falange en Alicante, alegando que
estaba incomunicado en su celda, algo que se contradecía con el flexible régimen de visitas que
disfrutaba en aquellos días.52 q​ ​ El jurado, integrado por catorce miembros,53 ​ se retiró a deliberar y
tras cuatro horas, a las dos y media de la madrugada, salieron con el veredicto de culpabilidad. José
Antonio Primo de Rivera fue condenado a muerte por conspiración, su hermano Miguel a cadena
perpetua por el mismo delito y Margarita Larios a seis años y un día como colaboradora. En el mismo
juicio se absolvió a los tres carceleros que estaban acusados de complicidad.54 ​

La sentencia fue confirmada por la Corte Suprema. El gobernador civil Francisco Valdés Casas habría
tratado de evitar la ejecución.55 r​ ​ El comité de Orden Público local ordenó la ejecución de la
sentencia para la mañana del día 20. La sentencia se cumplió, según versiones, sin esperar el enterado
del Gobierno.s ​

En su testamento dejó constancia de su deseo: «Que sea la mía la última sangre española vertida en
discordias civiles». Otra de sus frases más conocidas es: «Que todos los pueblos de España, por
diversos que sean, se sientan armonizados en una irrevocable unidad de destino». La noticia de su
muerte llegó pronto a la zona nacional y fue silenciada durante los dos años siguientes, llegándosele a
conocer como «el ausente». La figura del mártir, ampliamente explotada en los años siguientes,
resultaría quizá más útil y menos incómoda que la del líder político. Además, mientras Primo de
Rivera permaneciera vivo pero «ausente», los líderes de Falange no intentarían dotarse de un nuevo
líder, siendo así más manejables por la voluntad de Franco de concentrar todo el poder en sus manos.
«Después de su ejecución se convirtió en un mártir simbólico, y el cumplimiento de sus supuestos
planes para España dotaron de una falsa justificación prácticamente para cada acto del Caudillo.»57 ​
Se ha especulado sobre si desde el bando sublevado se hizo o no lo suficiente para preservar su vida.t ​
Las relaciones de Primo de Rivera y Franco nunca fueron buenas. Primo de Rivera se negó a que
Franco figurara junto a él en la lista de candidatos en las elecciones por Cuenca y Franco,
posiblemente, no le perdonó esa actitud.58 ​ Lo cierto es que la muerte de Primo de Rivera facilitó a
Franco la posterior utilización de la Falange.u ​ Ramón Serrano Suñer relata en sus memorias:
«Respecto al mismo José Antonio no será gran sorpresa, para los bien informados, decir que Franco
no le tenía simpatía. Había en ello reciprocidad pues tampoco José Antonio sentía estimación por
Franco y más de una vez me había yo —como amigo de ambos— sentido mortificado por la crudeza de
sus críticas».59 ​

Tras el final de la guerra, el cuerpo fue exhumado y llevado a hombros desde Alicante hasta El
Escorial. Y una vez terminada la basílica del Valle de los Caídos, Francisco Franco ordenó que su
cadáver fuera trasladado y sepultado allí.

José Antonio Primo de Rivera no llegó a alcanzar una significativa influencia política
mientras vivió; sólo contribuyó negativamente a acelerar y aumentar el desastre español.
Su fama y apoteosis sólo llegaron de modo póstumo y probablemente no lo hubieran hecho
nunca de otro modo. [...] Sin embargo, muerto llegó a ser objeto del más extraordinario
culto al mártir de toda Europa contemporánea, lo que, a la larga, le ha garantizado una
posición, un estatus, y un papel que nunca podría haber consumado en la vida real.
Payne (1997, pp. 372-373)

En 2019, tras la exhumación de los restos de Franco del Valle de los Caídos, el gobierno aclara que
José Antonio puede permanecer «con discreción» en el lugar debido a que es víctima del conflicto
civil.60 ​

Ideología y pensamiento
La influencia fundamental de Primo de Rivera podemos
encontrarla en su padre. José Antonio Primo de Rivera comenzó
su carrera política para defender su memoria política y consideró
su dictadura una oportunidad perdida: «Quizá no vuelva a pasar
España en mucho tiempo por coyuntura más favorable». Una
oportunidad perdida por «pequeñeces»: «Dejaron pasar el
instante. No percibieron su decisiva profundidad. Empezaron a
hacer remilgos por si la dictadura menospreciaba tales o cuales
pequeñeces rituarias».61 ​ En su trayectoria al frente de la Falange
lo veremos, en varias ocasiones, conspirando contra el régimen
parlamentario de la II República para propiciar un gobierno
totalitario; y en sus escritos son frecuentes las referencias a un
sistema jerarquizado y totalitario:

Ninguna revolución produce resultados estables si no


alumbra a su César. Sólo él es capaz de adivinar el curso Retrato de José Antonio con la
soterrado bajo el clamor efímero de la masa. característica camisa azul
falangista.
El jefe no obedece al pueblo: debe servirlo pues es otra
cosa bien distinta; servirlo es ordenar el ejercicio del
mando hacia el bien del pueblo, procurando el bien
del pueblo regido, aunque el mismo pueblo
desconozca cuál es su bien.
Los jefes pueden equivocarse porque son humanos; por la
misma razón pueden equivocarse los llamados a obedecer
cuando juzgan que los jefes se equivocan. Con la diferencia
de que, en este caso, al error personal, tan posible como en
el jefe y mucho más probable, se añade el desorden que
representa la negativa o la resistencia a obedecer.62 ​

Ya es hora de acabar con la idolatría electoral. Las muchedumbres son falibles como los
individuos, y generalmente yerran más. La verdad es la verdad (aunque tenga cien votos).
Lo que hace falta es buscar con ahínco la verdad, creer en ella e imponerla, contra los
menos o contra los más.
Arriba, 4 de julio de 1935.63 ​

No obstante la defensa que hiciera del «hecho revolucionario de la Dictadura», le encontró la falta de
sustrato ideológico que la mantuviera: «¡Si los intelectuales hubieran entendido a aquel hombre! [...]
Los intelectuales hubieran podido organizar aquel magnífico alumbramiento de entusiasmos
alrededor de lo que faltó a la Dictadura: una gran idea central, una doctrina elegante y fuerte».61 ​Toda
su carrera política estuvo determinada por el hecho de que un nacionalismo autoritario efectivo
tendría que ser mucho más programático e ideológico y estar más organizado que el sencillo sistema
de su padre.64 ​

Fue en 1933 cuando Primo de Rivera, animado por el éxito de Hitler, se acercó al fascismo.
Preston (1998, p. 110)v ​Primo de Rivera encontró en el fascismo el soporte ideológico que buscaba:

Los que, refiriéndose a Italia, creen que el fascismo está ligado a la vida de Mussolini, no
saben lo que es fascismo ni se han molestado en averiguar lo que supone la organización
corporativa. El Estado fascista, que debe tanto a la firme voluntad del Duce, sobrevivirá a
su inspirador, porque constituye una organización inconmovible y robusta.
Lo que pasó en
la Dictadura española es que ella misma limitó constantemente su vida y apareció siempre,
por propia voluntad, como un Gobierno de temporal cauterio. No hay pues, que creer, no
hay siquiera que pensar que nosotros perseguimos la implantación de un nuevo ensayo
dictatorial, pese a las excelencias del que conocimos. Lo que buscamos nosotros es la
conquista plena y definitiva del Estado, no para unos años, sino para siempre. [...]
Nosotros no propugnamos una dictadura que logre el calafateo del barco que se hunde, que
remedie el mal de una temporada y que suponga sólo una solución de continuidad en los
sistemas y en las prácticas del ruinoso liberalismo. Vamos, por el contrario, a una
organización nacional permanente; a un Estado fuerte, reciamente español, con un Poder
ejecutivo que gobierne y una cámara corporativa que encarne las verdaderas realidades
nacionales. Que no abogamos por la transitoriedad de una dictadura, sino por el
establecimiento y la permanencia de un sistema.
El Fascio, 16 de marzo de 193365 ​

Es también innegable la influencia en él de la generación del 98 con su pesimista visión de la sociedad


española,w ​ y la especial influencia de Ortega y Gasset;66 ​ encontrándose en este el referente a su
"Unidad de destino en lo universal".x ​Una constante en su pensamiento fue la añoranza de la España
Imperialy ​ desilusionado por una España que pensaba caminaba hacia la «invasión bárbara», como
calificaba al socialismo y especialmente al comunismo. A pesar de esto, intentó acercar a su causa a
políticos como Azaña, Prieto o Negrín en diversos momentos de su carrera política, sin éxito.67 ​

Antiparlamentarismo
En repetidas ocasiones, José Antonio Primo de Rivera se refirió al Parlamento en tono despectivo. Lo
definió como «una atmósfera turbia, ya cansada, como de taberna al final de una noche
crapulosa»;68 ​despreciándolo principalmente por los siguientes motivos:

No creía que las derechas en su ejercicio parlamentario lograran frenar una inevitable revolución
socialista:

Las derechas están en su parlamento como niños con juguete nuevo...Encerrados en su


parlamento se creen en posesión de los hijos de España. Pero fuera hay una España que ha
despreciado el juguete. [...] Esa España mal entendida desencadenó una revolución. Una
revolución es siempre, en principio, una cosa anticlásica. Toda revolución rompe al paso,
por justa que sea, muchas unidades armónicas. Pero una revolución puesta en marcha sólo
tiene dos salidas: o lo anega todo o se la encauza. Lo que no se puede hacer es eludirla;
hacer como si se la ignorase.
F.E. Nº1, 7 de diciembre de 1933.69 ​

Consideraba competentes a los ciudadanos para decidir sobre «tareas municipales y


administrativas»,70 ​pero «incultos»z ​para decidir sobre los destinos de la nación:

Evidentemente, para adueñarse de la voluntad de las masas hay que poner en circulación
ideas muy toscas y asequibles; porque las ideas difíciles no llegan a la muchedumbre; y
como entonces va a ocurrir que los hombres mejor dotados no van a tener ganas de irse por
las calles estrechando la mano del honrado elector y diciéndole majaderías, acabarán por
triunfar aquellos a quienes las majaderías les salen como cosa natural y peculiar.
Conferencia pronunciada en el Círculo Mercantil de Madrid el 9 de abril de 1935.71 ​

No confío en el voto de la mujer. Mas no confío tampoco en el voto del hombre. La


ineptitud para el sufragio es igual para ella que para él. Y es que el sufragio universal es
inútil y perjudicial a los pueblos que quieren decidir de su política y de su historia con el
voto. No creo, por ejemplo, que en la conveniencia o inconveniencia de una alianza
internacional o saber la política marítima a seguir pueda tener la masa opinión, ni a lo
sumo, más que muy pocos de sus representantes.
Entrevista sobre el voto femenino en La Voz, 14 de febrero de 1936.72 ​

Tampoco admitía que una mayoría pudiera decidir sobre lo que consideraba verdades absolutas
o valores eternos, ni discutir el liderazgo del jefe:

Cuando, en marzo de 1762, un hombre nefasto llamado Juan Jacobo Rousseau, publicó El
contrato social dejó de ser la verdad política una entidad permanente.[...] Suponía que el
conjunto de los que vivimos en un pueblo tiene un alma superior, de jerarquía diferente a
cada una de nuestras almas, y que ese yo diferente está dotado de infalible, capaz de definir
en un instante lo justo y lo injusto, el bien y le mal. [...] De ahí vino el sistema democrático,
que es, en primer lugar, el más ruidoso sistema de derroche de energías. Un hombre
dotado para la altísima función de gobernar, que es tal vez la más noble de las funciones
humanas, tenía que sustanciar el ochenta o el noventa por ciento de su energía a sustanciar
reclamaciones formularias, a hacer propaganda electoral, a dormitar en los escaños del
Congreso, a adular a los electores, a aguantar sus impertinencias, porque de los electores
iba a recibir el Poder; a soportar humillaciones y vejaciones de los que, precisamente por la
función casi divina de gobernar, estaban llamados a obedecerle.
Discurso de la fundación de la Falange Española (Teatro de la Comedia, 29 de octubre de
1933)73 ​

El Estado y el Individuo
Primo de Rivera preconizaba un Estado autoritario en el que supuestamente el hombre alcanzaría su
verdadera libertad; ya que ésta solo sería verdadera «si se conjuga en un sistema de autoridad y de
orden».74 ​Un sistema reminiscente del absolutismo ilustrado:

La patria es una unidad de destino en lo universal. [...] El Estado no puede ser traidor a su
tarea, ni el individuo puede dejar de colaborar con la suya en el orden perfecto de la vida de
su nación. [...] La idea de destino, justificador de la existencia de una construcción (Estado
o sistema), llenó la época más alta que ha gozado Europa: el siglo XIII, el siglo de Santo
Tomás. Y nació de mentes de frailes. Los frailes se encararon con el poder de los reyes y les
negaron ese poder en tanto no estuviera justificado por el cumplimiento de un gran fin: el
bien de sus súbditos.
Conferencia en un curso de FE de las JONS. 28 de marzo de 1935.75 ​

Insistió en numerosas ocasiones en esa visión paternalista del sistema autoritario: «Toda la
organización, toda la revolución nueva, todo el establecimiento del Estado y toda la organización de la
economía, irán encaminados a que se incorporen al disfrute de las ventajas esas masas enormes
desarraigadas por la economía liberal y por el conato comunista».76 ​

La autoridad del Estado quedaría justificada por una misión superior a cumplir. España, como nación
civilizada, tendría el deber de imponer su cultura y su poder político fuera de sus fronteras.aa ​
También, el Estado, y su líder, estarían al servicio de la persona.

Para Primo de Rivera, «la dignidad humana, la integridad del hombre y su libertad son valores
eternos e intangibles»; considerando que el hombre, únicamente adquiría su calidad humana
dedicando su vida a una gran empresa colectiva; el Estado sería esa gran empresa.ab ac
​ ​

Izquierdas y derechas

Para Primo de Rivera, el principal peligro al que se enfrentaba España era la revolución socialista y en
sus escritos y en la acción violenta de la Falange, las izquierdas fueron los enemigos declarados. En
cuanto a la derecha la consideraba «falta de fe y de empuje».77 ​ A finales de 1935, ante la inminencia
de unas elecciones en las que la izquierda ya mostraba posibilidades de ganarlas, acusó a la derecha
de «dormirse en una indolencia mortal», incapaces de borrar la memoria del enemigo (Manuel
Azaña) con una obra «honda y fuerte».78 ​ a su juicio: «El derechismo, los partidos de derechas,
quieren conservar la Patria, quieren conservar la autoridad; pero se desentienden de esta angustia del
hombre, del individuo, del semejante que no tiene para comer».79 ​

La posición de Primo de Rivera frente a los partidos políticos coincide con el tercerposicionismo y el
transversalismo: un sistema totalitario que supera la división de izquierdas y derechas.ad ​

España y el catolicismo

«Muchas veces habréis visto propagandistas de diversos partidos; todos os dirán que tienen razón
frente a los otros, pero ninguno os habla de la que tiene razón por encima de todos: España.»80 ​
España es el concepto que más repetidamente aparece en los discursos de José Antonio Primo de
Rivera. Quizá, la frase más repetida en sus discursos fuera: «España, unidad de destino en lo
universal». Ese destino sería el que posibilitaría acabar con la lucha de clases y el que evitaría la
acción disgregadora de los nacionalismos. España tenía un destino imperial que cumplir y este
destino lograría unir a todos los españoles en esa empresa común.
España no se justifica por tener una lengua, ni por ser una raza, ni por ser un acervo de
costumbres, sino que España se justifica por su vocación imperial para unir lenguas, para
unir razas, para unir pueblos y para unir costumbres en un destino universal; que España
es mucho más que una raza y mucho más que una lengua, porque es algo que se expresa de
un modo del que estoy cada vez más satisfecho, porque es una unidad de destino en lo
universal.
Discurso en el parlamento, 30 de noviembre de 1934.81 ​

El catolicismo está presente en los conceptos más utilizados por Primo de Rivera. En los Puntos
Iniciales de F.E. puede leerse: «La interpretación católica de la vida es, en primer lugar, la verdadera;
pero es además, históricamente la Española»;82 ​ uniendo en esta frase religión y tradición. También
está presente en su concepto de universalidad de España: «¿A qué puede conducir la exaltación de lo
genuino nacional sino a encontrar las constantes católicas de nuestra misión en el mundo?»83 ​ En su
concepto de «vida militante y de sacrificio», mezcla su sentido militar y católico; y es indudable su
influencia en su sentido de la justicia social y su paternalismo político. De tal modo que mantuvo que
«toda construcción de España ha de tener un sentido católico».84 ​

Primo de Rivera contempla una concepción espiritual de la Historia y del Hombre dentro de una
cosmovisión católica, opuesta a la interpretación materialista del marxismo, pretendiendo fusionar
tradición y revolución. La recuperación de la tradición católica de España en sus aspectos
fundamentales combinado con un afán revolucionario que rivalice con el socialismo marxista en
aquellas situaciones donde la intolerable injusticia hiciera parecer justificable el socialismo. El
politólogo Arnaud Imatz le considera un tradicionalista revolucionario y algunos pensadores carlistas
como Francisco Elías de Tejada le incluyen como pensador tradicionalista. En cambio Rafael Gambra
Ciudad le tacha de imitador de la tradición.85 ​

Economía y sindicato

Contrario al capitalismo (entendido este como la concentración de la riqueza y los medios de


producción) y al liberalismo económico (crítica a Adam Smith), creía en un sistema económico
totalitario, adhiriéndose al nacional-sindicalismo de Ramiro Ledesma Ramos. Un sistema más allá del
corporativismo italianoae ​ en el que un sindicato agruparía a todos los empresarios, todos los
trabajadores y todos los medios de producción. El fin de este sindicato sería conseguir la justicia social
que Primo de Rivera enunciase con: «Patria, pan y justicia».af ​ José Antonio Primo de Rivera
consideraba que "lo social es una aspiración interesante aun para mentalidades elementales".86 ​

Al sindicato le atribuye la especial misión de articular la Nación. Compartiría esa misión con la familia
y el municipio.

José Antonio Primo de Rivera y el fascismo


Primo de Rivera comienza a interesarse por las ideas fascistas a principios de 1933.ag ​ Defensor de la
dictadura de su padre, consideraba que ésta fracasó por carecer de una base ideológica. Cree
encontrar en el fascismo la base ideológica sobre la que sustentar un sistema parecido a la dictadura
de su padre.ah ​

En octubre de 1933, diez días antes de fundar oficialmente Falange Española en el teatro de la
Comedia, viaja a Italia y se entrevista con Mussolini.ai ​ Los motivos del viaje, según expresó a las
autoridades italianas, eran «obtener material informativo sobre el fascismo italiano y sobre las
realizaciones del régimen», así como «consejos para la organización de un movimiento análogo en
España».87 ​ En Italia visitó diferentes sedes del Partido Nacional Fascista. Momentos antes de su
visita a Mussolini, contaría al periodista que le acompañaba: «Soy como el discípulo que va a ver al
maestro».aj ​A su regreso a España escribiría: «Yo he visto de cerca a Mussolini, una tarde de octubre
de 1933, en el Palacio de Venecia, en Roma. Aquella entrevista me hizo entrever mejor el fascismo de
Italia que la lectura de muchos libros».88 ​ Mussolini le regaló una foto dedicada de gran tamaño que
José Antonio Primo de Rivera colgó en su despacho junto al retrato de su padre.ak ​ Abrazó «un
fascismo pleno, basado en la concepción mística de la revolución regeneradora, populista y
ultranacionalista, orientada a la construcción de un Estado totalitario como base y cimiento de una
comunidad nacional ordenada y entusiasta, jerárquica y conquistadora. Este es el mínimo común
denominador de todos los fascismos, y el de Primo de Rivera lo cubría más que suficientemente».89 ​

Durante los meses que siguieron a la fundación de la Falange, las declaraciones a favor del fascismo se
suceden. En febrero de 1934 su adhesión al fascismo puede considerarse total, considerándolo «una
manera nueva de concebir todos los fenómenos de nuestra época e interpretarlos con sentido
propio».90 ​Primo de Rivera encuentra en el fascismo los conceptos más utilizados en sus discursos:

El fascismo no es sólo un movimiento italiano: es un total, universal, sentido de la vida.


Italia fue la primera en aplicarlo. Pero ¿no vale fuera de Italia la concepción del Estado
como instrumento al servicio de una misión histórica permanente? ¿Ni la visión del trabajo
y el capital como piezas integrantes del empeño nacional de la producción? ¿Ni la voluntad
de disciplina y de imperio? ¿Ni la superación de las discordias de partido en una apretada,
fervorosa, unanimidad nacional? ¿Quién puede decir que esas aspiraciones sólo tienen
interés para los italianos?
La Nación, 23 de octubre de 1933.91 ​

Incluida su visión sobre el hombre, el héroe: «El hombre es el sistema, y ésta es una de las profundas
verdades humanas que ha vuelto a poner en valor el fascismo. [...] desde el origen del mundo, es el
único aparato capaz de dirigir hombres: el hombre. Es decir, el jefe. El héroe».92 ​

Falange Española se ha creado hace cuatro meses cuando se fusiona con las JONS. A juicio de Payne,
los veintisiete puntos del programa apenas se diferencian del ideario fascista genérico. Primo de
Rivera piensa que la experiencia italiana es exportable a España. Extrae del fascismo o coincide con él
en su visión nacionalista y su visión de la justicia social:

—Está bastante extendida la convicción de que el fascismo no podrá arraigar en España.


¿Qué tiene usted que oponer a esta convicción?

—Yo creo que sí arraigará. España ha realizado obras de disciplina maravillosas.


Lo que pasa es que esta necesidad nos coge 'después de un siglo de decadencia. En
este momento, nuestras virtudes de disciplina y de organización tal vez estén muy
enervadas, pero nadie nos dice que no vamos a ser capaces de encontrar el medio
de despertarlas. El fascismo es una actitud universal de vuelta hacia uno mismo.
Nos dicen que imitamos a Italia. Sí, lo hacemos en lo de buscar nuestra íntima
razón de ser en las entrañas propias. Pero esa actitud, copiada, si se quiere,
aunque sea eterna, da los resultados más auténticos. Italia se ha encontrado a
Italia. Nosotros, volviéndonos hacia nosotros, encontraremos a España.

—El fascismo es esencialmente nacionalista. ¿En qué radica el nacionalismo que


ustedes quieren estimular?
—La Patria es una misión. Si situamos la idea de Patria en una preocupación
territorial o étnica, nos exponemos a sentirnos perdidos en un particularismo o
regionalismo infecundo. La Patria tiene que ser una misión. No hay continentes
ya por conquistar, es cierto, y no puede haber ilusiones de conquista. Pero va
caducando ya en lo internacional la idea democrática que brindó la Sociedad de
las Naciones. El mundo tiende otra vez a ser dirigido por tres o cuatro entidades
raciales. España puede ser una de estas tres o cuatro. Está situada en una clave
geográfica importantísima, y tiene un contenido espiritual que le puede hacer
aspirar a uno de esos puestos de mando. Y eso es lo que puede propugnarse. No
ser un país medianía; porque o se es un país inmenso que cumple una misión
universal, o se es un pueblo degradado y sin sentido. A España hay que devolverle
la ambición de ser un país director del mundo.

—No todos los ciudadanos son capaces de concebir los grandes ideales
nacionalistas. Al hombre sencillo del pueblo, ¿qué puede llevarle al fascismo?

—Para el que no sea asequible el gran ideal nacional, queda el motor del ideal social.
Indudablemente, el contenido próximo del movimiento está en la justicia social, en una
elevación del tipo de vida. El fascismo aspira a la grandeza nacional; pero uno de los
escalones de esta grandeza es el mejoramiento material del pueblo. Lo social es una
aspiración interesante aun para mentalidades elementales; pero, además, lo nacional es
asequible a mucha más gente de lo que se cree. Todo socialista español lleva dentro un
nacionalista.
Ahora, 16 de febrero de 1934.93 ​

En los meses siguientes la Falange fue criticada considerándola una imitación del fascismo: «Nos
dicen que somos imitadores. […] Después de todo, en el fascismo, como en los movimientos de todas
las épocas, hay, por debajo de las características locales, unas constantes, que son patrimonio de todo
espíritu humano y que en todas partes son las mismas».94 ​ Ante estas críticas, (según Payne,
influenciado por Ramiro Ledesma), públicamente, se desmarcó del fascismo. En diciembre de 1934
declaró: «La Falange Española de las J.O.N.S. no es un movimiento fascista, tiene con el fascismo
algunas coincidencias en puntos esenciales de valor universal; pero va perfilándose cada día con
caracteres peculiares y está segura de encontrar precisamente por ese camino sus posibilidades más
fecundas».95 ​ A partir de 1935, no vuelve a relacionar públicamente a la Falange con el fascismo. No
obstante, en el informe secreto que envió al Gobierno italiano, en el verano de 1935, sobre la situación
de la política española, puede leerse: «La Falange Española de las JONS ha logrado convertirse en el
único movimiento fascista en España, lo cual era difícil, habida cuenta del carácter individualista del
pueblo»;96 ​ y, en febrero de 1936, el retrato que le dedicara Mussolini todavía se encuentra presente
en su despacho.al

El único concepto que Primo de Rivera modificó durante el periodo de su actividad política fue el
corporativismo, pues de su primera adhesión plena pasó a una adhesión con matices: «Esto del
Estado corporativo es otro buñuelo de viento. Mussolini, que tiene alguna idea de lo que es el Estado
corporativo, cuando instaló las veintidós corporaciones, hace unos meses, pronunció un discurso en el
que dijo: “Esto no es más que un punto de partida, pero no es un punto de llegada”».97 ​ En abril
contestaría a Miguel Maura en estos términos:

Si Miguel Maura hubiera tenido la amabilidad de leer algunos de mis discursos —desde el
de la Comedia, el 29 de octubre de 1933, hasta el del domingo anterior a las últimas
elecciones—; si hubiera leído los trabajos publicados en Arriba, humildemente anónimos
las más de las veces, por mis camaradas de más clara cabeza, notaría que nuestro
movimiento es el único movimiento político español donde se ha cuidado
intransigentemente de empezar las cosas por el principio. Hemos empezado por
preguntamos qué es España. […] Jamás se ha llamado fascismo [la Falange] en el olvidado
párrafo del menos importante documento oficial ni en la más humilde hoja de
propaganda.98 ​

La Internacional fascista

Primo de Rivera tuvo una estrecha relación con el fascismo y con los proyectos de la Internacional
fascista. En 1933 se crearon los Comitati d’Azione per l’Universalitá di Roma (CAUR), oficinas, en
teoría de carácter cultural, abiertas en numerosas ciudades del mundo y dependientes de una central
en Roma. Primo de Rivera fue miembro fundador de la sección española.am ​ La CAUR organizó
diversos encuentros. El primero en Montreux (Suiza), en diciembre de 1934. A este congreso no
asistió José Antonio; aunque parece que asistió (no hay prueba documental) uno de los primeros
ideólogos del fascismo español, Ernesto Giménez Caballero, entonces encuadrado en la Falange. La
prensa italiana informó de que acudía en representación de Primo de Rivera, algo que este desmintió:
«El jefe de la Falange fue requerido para asistir. Pero rehusó terminantemente la invitación por
entender que el genuino carácter nacional del movimiento que acaudilla repugna incluso la apariencia
de una dirección internacional».99 ​

En septiembre de 1935 la CAUR organizaría un segundo encuentro al que sí asistió José Antonio
Primo de Rivera. Falange no estaba adherida al movimiento y en su discurso ofreció las razones:

España no está preparada todavía para unirse, por mi mediación, a un movimiento de


carácter no ya internacional, sino supranacional, universal. Y esto no sólo porque el
carácter español es demasiado individualista, sino también porque España ha sufrido
mucho por las Internacionales. […] Si apareciésemos ante la opinión pública española
como unidos a otro movimiento, y esto sin una preparación lenta, profunda y difícil, la
conciencia pública española protestaría. Es preciso, pues, preparar a los espíritus en vista
de estos trabajos supranacionales. […] Yo prometo a todos vosotros hacer lo que pueda en
ese sentido y despertar una conciencia nacional.
Discurso de José Antonio Primo de Rivera en el 2º congreso de la CAUR en Montreux. Gil
Pecharromán (1996, p. 371)

En abril de 1935 Primo de Rivera viaja a Italia y, como resultado de este viaje, consigue una
subvención del gobierno italiano de cincuenta mil liras mensuales. Subvención que permaneció en
secreto incluso entre las filas de la Falange y que el propio Primo de Rivera se encargaba de recoger,
viajando cada dos meses a la embajada italiana en París.f ​En el verano de 1935, quizá como
contrapartida de esta subvención, a requerimiento del Gobierno italiano, Primo de Rivera le hace
llegar un informe secreto sobre la situación política de España.15 ​

José Antonio Primo de Rivera también viajó, en mayo de 1934, a Alemania para procurarse el apoyo
del Tercer Reich. En la petición al embajador alemán se hace constar su interés por la nueva
Alemania y especialmente por la organización de las SA y las SS. En este viaje visita a Hitler; aunque
la entrevista y el viaje resultaron para él desalentadores, ya que fueron organizados por un miembro
secundario del Partido Nazi. No se le dio la mínima relevancia a su estancia en Berlín, y la visita a
Hitler fue simplemente protocolaria.100 ​

José Antonio Primo de Rivera y la violencia


Primo de Rivera, en lo personal, protagonizó numerosos actos de violencia. De carácter agradable y de
trato cortés, caía en accesos de ira cuando se ofendía la memoria de su padre. En sus tiempos de
estudiante acabó a puñetazos numerosas discusiones y más tarde esa violencia la llevó a las Cortes, al
Colegio de Abogados y a los cafés.an ao​ 101
​ ​ En 1931 protagonizó un grave incidente al agredir al
general Queipo de Llano, quien no se privaba de hablar despectivamente sobre el dictador Primo de
Rivera (padre de José Antonio). Enterado José Antonio de alguno de esos comentarios, se presentó en
compañía de uno de sus hermanos y de sus amigos en el café donde Queipo de Llano frecuentaba una
tertulia, llamó su atención y sin darle tiempo a reaccionar, estando Queipo de Llano sentado, le
propinó un golpe. Queipo de Llano sufrió una herida en la frente que le dejó marcado y José Antonio
Primo de Rivera, que era alférez de complemento, fue expulsado del Ejército por un tribunal
militar.102 ​

En su actividad parlamentaria, en dos ocasiones agredió a puñetazos a dos diputados. En uno de los
casos, las críticas del diputado a la dictadura de su padre sirvieron de detonante. Cuando fue juzgado
por tenencia de armas, en el momento que se leyó la sentencia que lo condenaba a cinco meses de
arresto tuvo un acceso de cólera, insultó y amenazó a los magistrados; actuaba como su propio
defensor y se rasgó la toga y arrojó al suelo el birrete. Un oficial del juzgado comentó: «Tan chulo
como su padre», a lo que Primo de Rivera respondió propinándole un puñetazo que fue respondido
por este lanzándole un tintero que le alcanzó la frente. En la cárcel Modelo de Madrid, cuando se le
comunicó su traslado a la de Alicante, estando encerrado en su celda, se encolerizó hasta tal punto
que otros falangistas se alarmaron y, creyendo que estaban sometiendo a su líder a malos tratos,
protagonizaron un conato de motín.103 ​

Primo de Rivera admitía la violencia como algo normal en las relaciones sociales y políticas. Se educó
en un ambiente militarista y vivió una época en la que la violencia formaba parte de la actividad
política.ap ​ Estuvo influenciado por la obra de Georges Sorel Reflexiones sobre la violencia, referente
de la extrema derecha europea de aquella época, y era admirador de Mussolini y sus métodos para
combatir a la izquierda y acceder al poder mediante acciones violentas.104 ​

Primo de Rivera sufrió varios atentados contra su vida. Está documentado uno en el que, el 10 de abril
de 1934, tirotearon su coche y el conductor y su acompañante salieron detrás de los pistoleros,
manteniendo con ellos un tiroteo. El atentado contra un parlamentario era un hecho infrecuente y
tuvo una gran repercusión. También, en otra ocasión, confundieron un coche con el suyo y le
arrojaron un petardo.105 ​

Fundó Falange Española, partido político de corte fascista que, como tal, contemplaba el acceso al
poder por métodos violentos; y la práctica de la Falange corroboró estos métodos llegando al
pistolerismo.aq ​ No obstante, entre los líderes fascistas españoles, fue el menos proclive a la práctica
sistemática de la violencia y el asesinato. Para Primo de Rivera, el uso de la violencia era lícito si se
ejercía para conseguir un fin superior. El acceso al poder de la Falange para instaurar un régimen
totalitario que garantizara la unidad de una España que él veía amenazada era ese fin superior que
justificaba la violencia: «Teníamos que demostrar que no éramos una banda de mercenarios
dedicados a eliminar a sus adversarios. Yo hablé en el Teatro de la Comedia de la dialéctica de los
puños y las pistolas sin pensar en las emboscadas en las que murieron los mejores muchachos de la
primera hora, sino pensando en la conquista del Estado y en la defensa de la Patria».106 ​ Esta sería
una violencia que no entraría en conflicto con sus convicciones religiosas, ya que «la violencia no es
censurable sistemáticamente. Lo es cuando se emplea contra la justicia. Pero hasta Santo Tomás, en
casos extremos, admitía la rebelión contra el tirano».107 ​ Aceptando sus propias palabras, para
asumir la violencia que llegó a ejercer la Falange, habría tenido que vencer su convicción religiosa:
«Cuando se derramó la sangre de estos jóvenes, comprendí que era necesario defendernos. Mis
escrúpulos morales y religiosos se hicieron retortijones y, tras una larga lucha interior, la fe en
nuestro ideal venció a toda desilusión y a todo remordimiento».106 ​

Se mostró indeciso en el momento que la Falange se planteó el paso de las razias en la calle y la
universidad al uso sistemático de la violencia para amedrentar a la izquierda; pero al fin dio ese paso.
Es indudable que los numerosos disturbios y asesinatos que la Falange protagonizó después de que el
Frente Popular se atribuyese el triunfo en las elecciones lo fueron con su conocimiento y bajo sus
directrices. Sin embargo, en abril de 1936, enterado del plan para atentar contra Largo Caballero, lo
desautorizó.ar ​ Podría concluirse que no aceptaba la violencia por la violencia; pero, «si no hubiera
otro medio que la violencia, ¿qué importa? Todo sistema se ha implantado violentamente, incluso el
blando liberalismo».108 ​

La mitificación de José Antonio Primo de Rivera por el


franquismo
Como ha destacado Zira Box, «si hubo un caído por excelencia
dentro del Nuevo Estado franquista, ese fue sin duda José
Antonio».109 ​ «Su retrato, siempre colocado junto al del Caudillo,
lució sin parangón en las escuelas y en las oficinas públicas, en los
escaparates de los comercios y en los balcones particulares en
cada desfile, fiesta o demostración. Su nombre prendió en las
iglesias españolas inaugurando las listas de caídos y presidió
buena parte del discurso vencedor en la posguerra». «Para los
falangistas, sería exaltado en su condición de profeta y Fundador
hasta la emulación del propio Cristo derramando su sangre joven
por la redención de España».109 ​

Según Stanley G. Payne, José Antonio Primo de Rivera «llegó a ser


objeto del más extraordinario culto al mártir de toda Europa
contemporánea, lo que, a la larga, le ha garantizado una posición,
un estatus, y un papel que nunca podría haber consumado en la Recreación de un aula típica de una
vida real».110 ​ escuela durante el franquismo,
presidida por un crucifijo y los
Según Zira Box, la «explotación» que hizo el franquismo de la retratos de Franco (a su derecha) y
figura del «caído» José Antonio Primo Rivera se debió a tres de José Antonio Primo de Rivera (a
razones. La primera, porque era «un elemento importante al que su izquierda). Museu d'Història de
recurrir dentro del heterogéneo discurso legitimador de los Catalunya.
vencedores», especialmente durante los primeros años cuando el
fascismo triunfaba en Europa. En segundo lugar, porque
aseguraba la conformidad de los falangistas con el régimen de Franco. Y en tercer lugar, «porque
redundaba en beneficio del propio Franco quien, presentándose como el defensor, el garante y
continuador de la doctrina joseantoniana, obtenía buenas dosis de legitimidad como nuevo jefe
nacional del partido unificado y como sucesor natural del Fundador muerto».111 ​

El mito de «El Ausente»


Una primera apropiación por el franquismo de su figura fue ocultar durante dos años que había sido
fusilado en Alicante en la madrugada del 20 de noviembre de 1936, lo que alimentó la esperanza entre
los falangistas de que siguiera con vida. Así surgió el mito del José Antonio «Ausente», lo que
contribuyó «al proceso de sacralización posterior que experimentarían sus textos y sus dichos», según
Zira Box. Más de un año después de haberse convertido en el nuevo jefe del partido unificado FET y
de las JONS en abril de 1937, el general Franco consideró que había llegado el momento de dar a
conocer la noticia del fallecimiento de José Antonio. A partir de entonces el mito del «Ausente» dio
paso al mito de José Antonio, el profeta y el fundador muerto en sacrificio y servicio de España.112 ​

El primer paso fue la promulgación del decreto de 16 de noviembre de 1938, cuando se cumplía el
segundo aniversario de su muerte, en el que tras proclamar a José Antonio Primo de Rivera como
«héroe nacional» y «símbolo del sacrificio de la juventud de nuestros tiempos», se instituía el 20 de
noviembre de cada año como día de luto nacional y, entre otras medidas conmemorativas, se
anunciaba que se erigiría un monumento «de importancia adecuada a los honores propios del
conmemorando». Además se estableció, como símbolo de duelo, el uso de la corbata negra sobre la
camisa azul para todos los miembros de la Falange.113 ​ El decreto fue acompañado por una orden de
la Junta Política de FET y de las JONS firmada por Dionisio Ridruejo por la que todas las iglesias
debían exhibir en sus muros unas placas conmemorativas con la lista de los «caídos» de cada
localidad que debían estar encabezadas con el nombre de José Antonio Primo de Rivera.114 ​

Cuatro días después de la promulgación del Decreto, el día en que se cumplía el segundo aniversario
de su fallecimiento, se celebraron en Burgos, capital de la zona sublevada, unos solemnes funerales
por José Antonio ―al día siguiente se celebraron en el resto de las principales ciudades de la zona
insurrecta―. Pronunciaron discursos el general Franco, el ministro del Interior Ramón Serrano Suñer
y el secretario general de FET y de las JONS, Raimundo Fernández Cuesta, amigo íntimo de José
Antonio. En su discurso Fernández Cuesta insistió en la ejemplaridad de su muerte, «suficiente para
dar a su doctrina, a su obra, caracteres de pureza y de fuerza». El general Franco depositó a
continuación una corona de flores bajo la placa recién esculpida en la catedral con los nombres de los
caídos encabezados por el de José Antonio, tal como se había establecido en la orden de la Junta
Política del partido único.115 ​

Por su parte, Radio Nacional ofreció una serie de conferencias de exaltación de José Antonio en el
marco de su Semana conmemorativa. En una de ellas se dijo que, como profeta creador de una nueva
era y de un nuevo movimiento, había «dejado señalados los rumbos a seguir y las normas infalibles
con su verbo imperativo». En esas conferencias, y más adelante, se utilizó un lenguaje «plenamente
devocional», en el que José Antonio era presentado, según Zira Box, como «el Mesías, el hombre
esperado, aquel que se había prestado a todos los sacrificios, sufriendo en su carne la Pasión y la
Muerte. Era el Elegido que el 29 de octubre de 1933 había hablado por primera vez a los españoles
para revelarles una nueva doctrina de redención. Incluso, en algunos casos, la voz de José Antonio era
comparada con la voz de Dios, tal y como lo hacía Ridruejo en su conferencia radiofónica del 15 de
noviembre». José Antonio quedó convertido en «el profeta de la religión política falangista».116 ​

Traslado del cadáver de Alicante al Monasterio de El Escorial (1939)

Pocos días después de acabar la guerra civil el 1 de abril de 1939 se produjo la «reconquista» del
cuerpo de José Antonio, como lo había reclamado el falangista Agustín de Foxá ―«un día tus
camaradas pasarán detrás de la espada victoriosa de Franco a reconquistar tu cuerpo», había escrito
en noviembre de 1938―. Fue exhumado el cadáver y enterrado en un nicho del cementerio de
Alicante en una ceremonia que terminó con el saludo fascista y con el grito ritual de «¡Presente!»
pronunciado por su hermano Miguel Primo de Rivera. El 9 de noviembre de 1939, cuando se iba a
cumplir el tercer aniversario de su muerte, Franco ordenó el traslado de los restos de José Antonio a
El Escorial. El traslado del féretro desde Alicante fue realizado a pie a hombros de falangistas que se
iban turnando día y noche ―cada vez que se realizaba un relevo se pronunciaba el grito ritual de
«José Antonio Primo de Rivera ¡Presente!» acompañado de salvas de cañón y repique de campanas;
por la noche la comitiva era acompañada por falangistas portando antorchas―. Comenzó el 20 de
noviembre y costó diez días completos recorrer los casi quinientos kilómetros que separan Alicante de
El Escorial. El ataúd fue recibido a las puertas de El Escorial por el propio Generalísimo Franco,
acompañado por todo el gobierno y la jerarquía militar, entre redobles de tambores, salvas de
artillería y música militar. Al lado del sepulcro se dispusieron las coronas de flores enviadas por Hitler
y Mussolini. Finalmente el general Franco pronunció las mismas palabras que había dicho José
Antonio durante en el funeral de Matías Montero en 1934.117 ​El féretro de José Antonio fue enterrado
al pie del altar mayor de la capilla de los Reyes.118 ​El Departamento Nacional de Cinematografía rodó
un documental sobre el funeral titulado ¡Presente!.119 ​ Como ha señalado Zira Box, «la elección de El
Escorial para el enterramiento ―un recinto histórico reservado a los grandes reyes del pasado
español― contribuyó a dejar claro a los sectores monárquicos quién era el mártir indiscutible de la
dictadura».120 ​

Los artículos que publicó en esos días la prensa falangista, en especial el diario Arriba, contribuyeron
a afianzar la mitificación de José Antonio, que volvió a ser comparado con Cristo. Así lo hizo Rafael
Sánchez Mazas en un artículo publicado el 1 de diciembre y que sería reproducido en años sucesivos
por el Departamento de Propaganda franquista:121 ​

El que se pone a predicar la futura redención de un pueblo y está dispuesto a morir por el
espíritu contra la carne, acaba por imitar a Cristo sin querer. […] Así murió ―no en vano
vale la pena repetirlo― condenado a muerte a los treinta y tres años de su edad, después de
haber padecido el Getsemaní, de haberse visto rodeado de pocos discípulos, de haber
escandalizado a fariseos y a energúmenos y después de haber dedicado tres años de pública
vida a la redención de su pueblo.

Como ha señalado Ismael Saz, «el gigantesco y


formidable espectáculo del traslado de sus restos
mortales de Alicante a Escorial en noviembre de 1939
reunió casi todas las facetas del mito: la propiamente
mística del componente religioso y culto a los caídos de
todos los fascismos; la, a la vez, movilizadora y
legitimadora de una Falange que aún confiaba en ver
hecho realidad el sueño del Estado totalitario; la
propiamente legitimadora de un régimen, el
franquista, y su máximo exponente, Franco, bastante
distantes del revolucionarismo falangista».122 ​
Acto de homenaje a José Antonio Primo de
«A partir de entonces, una efectiva fiebre publicística Rivera en San Sebastián (1941).
inundó al país recién salido de la guerra de biografías,
recordatorios y homenajes dirigidos a perpetuar la
gloria del fallecido».119 ​ En Recordación de José Antonio de Eugenio Suárez publicado en 1939 se le
denominaba simultáneamente Profeta, Ausente, Elegido, César, Camarada y Precursor. «Cuando
escuches nuestras súplicas encendidas, piensa que son expresión constante de nuestro recuerdo. Pero
piensa también que son expresiones de fe. Fe en Tu misión al servicio de España», escribió Eugenio
Suárez.123 ​
Zira Box concluye: «De lo que no cabe ninguna duda es de que José Antonio fue un muerto
omnipresente oportunamente utilizado por el dirigente de la Nueva España surgida de la misma
guerra que había matado al conmemorado».124 ​

Traslado de El Escorial al Valle de los Caídos (1959)

Cuando estaba a punto de inaugurarse el Valle de los Caídos, el general Franco envió una carta el 7 de
marzo de 1959 a los hermanos de José Antonio Primo de Rivera, Miguel y Pilar, para que dieran
permiso para enterrarlo en el valle. En la carta les decía: «Terminada la grandiosa basílica del Valle de
los Caídos, levantada para acoger a los héroes y mártires de nuestra Cruzada, se nos ofrece como el
lugar más adecuado para que en ella reciban sepultura los restos de vuestro hermano José Antonio, en
el lugar preferente que le corresponde entre nuestros gloriosos caídos. Aunque su señora y
trascendente figura pertenece ya a la Historia y al Movimiento, al que tan generosamente se entregó,
siendo sus dos hermanos sus más inmediatos allegados, es natural seáis vosotros los que deis vuestra
conformidad para el traslado de los restos, que reposarán allí en la misma forma y disposición que
hasta hoy han tenido en el Monasterio de El Escorial». Los hermanos le respondieron cuatro días
después aceptando el ofrecimiento y agradeciendo la carta de Franco, «que viene a mostrarnos hasta
qué punto guardáis sincero y profundo cariño y respeto a la persona y la obra de nuestro hermano
José Antonio». «Creemos también interpretar así el deseo de José Antonio de reposar junto a sus
camaradas, y que ese mismo es el sentir de la Falange, que bajo la jefatura de V. E. tan leal sigue
siendo a su memoria y a su idea. Desearíamos que el traslado desde el Monasterio de El Escorial hasta
la basílica del Valle de los Caídos tuviera, lo más posible, carácter íntimo y recogido», añadieron.125 ​

La decisión de trasladar a José Antonio de El Escorial al Valle de los Caídos no fue bien acogida por
ciertos sectores falangistas que consideraban que se hacía para contentar a los monárquicos que ya
criticaron en su momento que el líder de Falange fuera enterrado en el panteón de los reyes de
España. Por otro lado, se respetó el deseo de los hermanos y al traslado que comenzó al anochecer del
domingo 29 de marzo solo asistieron veinticuatro personas, además de Miguel y Pilar Primo de
Rivera. Entre ellas se encontraban destacados falangistas como Raimundo Fernández Cuesta, José
Antonio Girón de Velasco o José Solís Ruiz, junto con exministros como Joaquín Ruiz Giménez.
Franco no asistió y ocupó su lugar el subsecretario de la Presidencia Luis Carrero Blanco. El ministro
de Justicia Antonio Iturmendi levantó acta como notario mayor. El féretro fue colocado sobre las
mismas andas en que había sido trasladado desde Alicante veinte años antes y llevado a hombros por
miembros de la Vieja Guardia y de la Guardia de Franco que se turnaron a lo largo de los trece
kilómetros que separan El Escorial del Valle de los Caídos. Al llegar a su destino se hizo cargo del
féretro el abad Fray Justo Pérez de Urbel. Algunos falangistas allí congregados pitaron y abuchearon a
la comitiva. Finalmente el féretro fue depositado al pie del altar mayor de la basílica bajo una losa de
granito, con la misma sencilla inscripción de «José Antonio» que ya se había utilizado en El
Escorial.126 ​

Títulos
Fue dos veces grande de España —una, por concesión de tal distinción al marquesado de Estella en
1921, y otra, a título póstumo, al serle concedido el ducado de Primo de Rivera—. Fue, por tanto,
III marqués de Estella y, en 1948, póstumamente, I duque de Primo de Rivera (que siguen teniendo
sus herederos en 2019127 ​). Asimismo, ostentó el título de gentilhombre de cámara con ejercicio y
servidumbre, caballero de la Orden de Santiago y alférez de complemento del arma de caballería del
Ejército español.
Véase también
Falange Española Rafael Sánchez Mazas
Nacionalsindicalismo Miguel Primo de Rivera
Julio Ruiz de Alda Guerra Civil Española

Notas
a. «Aunque educado en la práctica devota del catolicismo, Primo de Rivera creía que había que
distinguir entre actividades religiosas y las seculares de la vida civil, y se opuso vigorosamente a
su rival, la Asociación de Estudiantes Católicos». Payne (1997, p. 152)
b. En el desempeño de su representación estudiantil, tuvo ocasión de vérselas con la fuerza de lo
que, años después, calificaría de "mafia blanca", es decir, el clericalismo organizado. Gil
Pecharromán (1996, p. 53)
c. Obtuvo numerosas matrículas de honor a lo largo de la carrera, aunque no llegó a completar la
tesis doctoral.
d. Esta modalidad, creada en 1919 para jóvenes con formación universitaria (es decir, como
encubierta protección a los vástagos de la burguesía respecto a las frecuentes guerras
coloniales), tenía las ventajas de acortar el servicio militar de tres años, que era lo normal, a un
año; podía escogerse destino, con lo que se evitaba el que pudieran enviarle al frente de
Marruecos; y, mediante un curso, podía acceder a la Escala Especial de Oficiales de
Complemento. La familia también se habría podido permitir, mediante el pago de dos mil pesetas,
declararlo «soldado de cuota», evitando así que hiciera la mili. Gil Pecharromán (1996, p. 61)
e.
Y queremos, por último, que, si esto ha de lograrse en algún caso por la violencia, no
nos detengamos ante la violencia. Porque, ¿quién ha dicho —al hablar de "todo
menos la violencia"— que la suprema jerarquía de los valores morales reside en la
amabilidad? ¿Quién ha dicho que cuando insultan nuestros sentimientos, antes que
reaccionar como hombres, estamos obligados a ser amables? Bien está, sí, la
dialéctica como primer instrumento de comunicación. Pero no hay más dialéctica
admisible que la dialéctica de los puños y de las pistolas cuando se ofende a la justicia
o a la Patria.
Obras (del Río 1974). p. 66.

f. Esta subvención se le rebajó a 25  000 liras tras los escasos resultados de las elecciones de
febrero de 1936. Dicha subvención, que Primo de Rivera se encargaba de cobrar personalmente
en la embajada italiana de París, dejó de ser percibida al ingresar en la cárcel. Gil
Pecharromán (1996, p. 372)
g. «José Antonio no proponía ninguno de esos programas horrendos de tipo nazi de liquidación
masiva, pero tampoco lo hicieron la mayor parte de los líderes fascistas. Su actitud más
restringida, menos asesina si se la compara con el hitlerismo...» Payne (1997, p. 371)
h. El hispanista británico Paul Preston, sostienen que tras visitar por tres veces a Gil-Robles, líder
de la CEDA, no se llegó a un acuerdo entre ambos debido a que Primo de Rivera «quería más
escaños seguros que los que el exiguo apoyo electoral con que contaba podía justificar».
Preston (1998, pp. 125-126)
i. «En las últimas elecciones, las de 1936, la Falange no obtuvo más de 44  000 votos en toda
España, aproximadamente el 0,7 % del total, lo cual revelaba que el fascismo era más débil en
España que en cualquiera de los demás grandes países del continente europeo». Payne (2005,
p. 94)
j. Al destacado jurista y político republicano, los falangistas lo responsabilizaban de aquel
asesinato.21 ​
k. «No saldrá de ahí nuestra España [de las elecciones de 1933], ni es ese nuestro marco. Es una
atmósfera turbia, ya cansada, como la taberna al final de una noche crapulosa. [...] Nosotros no
vamos a ir a disputar a los habituales los restos desabridos de un banquete sucio. Nuestro sitio
está fuera, aunque tal vez transitemos, de paso, por el otro. Nuestro sitio está al aire libre, bajo la
noche clara, arma al hombro, y en lo alto, las estrellas». Primo de Rivera, Discurso del teatro de
la Comedia, 29 de octubre de 1933. Obras (del Río 1974). p. 69.
l. «Intentó convertir a FE, a principios de otoño de 1934, en una fuerza insurreccional autónoma
respecto a las iniciativas que amparaban los monárquicos. La milicia falangista debería ser capaz
de acabar con la República mediante la acción armada, en colaboración con un sector de la
oficialidad del Ejército que apoyaría luego, desde una posición subordinada, la construcción del
Estado nacional-sindicalista». Gil Pecharromán (1996, p. 469)
m. El golpe de Estado quedó parado en el intento, el Gobierno sospechando la conspiración alejó a
los generales más cercanos a la intentona de los centros de poder. Gil Pecharromán  (1996,
p. 470)
n. "El madrugador [Calvo Sotelo] saldrá diciendo: "Pero si lo que piensa la Falange es lo que yo
pienso. ¡Si yo también quiero un Estado corporativo y totalitario! Incluso no tengo inconveniente
en proclamarme fascista.". José Antonio Primo de Rivera en el Nº 3 de No Importa, 20 de junio de
1936. Gil Pecharromán (1996, pp. 479-483)
o. «Existen más que indicios de que, una vez hubo comprobado los efectos desastrosos de la
guerra, intentó contribuir a su pronta resolución.» Gil Pecharromán (1996, pp. 502-503)
p. «Nos parece imposible que José Antonio, incomunicado en su celda y sabiendo que difícilmente
podría sustraerse a la muerte, no pasara por momentos atormentados al meditar sobre su
conducta en relación con la violencia.» Gibson (2008, p. 232)
q. «El caso contra José Antonio había sido razonablemente claro aunque parcialmente basado en
pruebas circunstanciales: durante parte de 1935 y de marzo a julio del año en curso, José Antonio
predicó una política de guerra civil y trabajó activamente en la preparación de una insurrección
armada. La pena de muerte es una sentencia bastante común en tiempos de guerra por haber
ayudado a fomentar una insurrección de gran importancia para derrocar el Estado.» Payne (1997,
p. 566)
r. Paul Preston cita que el comunista «Jesús Monzón», que no fue gobernador civil hasta 1937,56 ​
habría tratado de retrasar la ejecución.52 ​
s. Otra versión mantiene lo contrario. La sentencia y la apelación de Primo de Rivera habría llegado
a Largo Caballero. «José María Mancisidor, que editó y publicó el texto del juicio de José Antonio,
indicó más tarde, que Largo Caballero personalmente añadió al informe las palabras: "Conforme
con todo lo que se propone y procédase a la ejecución".» Largo caballero negó en sus memorias
que el Gobierno diera la aprobación, exponiendo que ante las numerosas ejecuciones que se
daban en aquellos días, estableció un procedimiento para revisar estas ejecuciones,
procedimiento que en el caso de José Antonio Primo de Rivera no se aplicó. Payne (1997, p. 367)
t. «Una mayoría de los investigadores serios que han estudiado el tema de los varios intentos
realizados por los nacionalistas en ese sentido, parecen opinar que no. Alguna ayuda sí prestó
Franco antes de ser designado "Jefe del Gobierno" (29 de septiembre de 1936) y de proclamarse
a sí mismo «Jefe del Estado» dos días después. Pero a partir de entonces la evidencia sugiere
que el «Caudillo por la gracia de Dios» se fue convenciendo cada vez más de que no le
interesaba para nada la vuelta de José Antonio a la zona nacional.» Gibson (2008, p. 219)
u. «La ejecución de José Antonio Primo de Rivera fue una contribución significativa a la seguridad
política de Franco. Si Primo de Rivera hubiese llegado a Salamanca después de la experiencia
traumática de su juicio, es posible que hubiera hecho lo posible para detener la matanza. Los
meses en prisión, las conversaciones con sus carceleros, el derramamiento de sangre de la
guerra y la sombra amenazadora de su propia ejecución habían suavizado la violenta figura de
tan sólo cuatro meses antes. [...] Sin embargo, es suponer demasiado creer que Franco no se
habría deshecho de Primo de Rivera del modo en que se deshizo de tantos
rivales.»Preston (1986, pp. 138-139)
v. «...Si nosotros nos atuviéramos en todo a los textos de Hitler es cuando nos dirían que nuestro
movimiento, de entraña genuinamente española, era un movimiento importado. Pero, aparte de
que mi jefe directo, a pesar de contar con toda mi admiración, no es el canciller Hitler,...» Discurso
pronunciado en el Parlamento el 20 de febrero de 1934. Obras. Pág. 167.
w. «España se ha perdido a sí misma; esa es su tragedia. Vive un simulacro de vida que no conduce
a ninguna parte. Dos cosas forman una patria: como asiento físico una comunidad humana de
existencia; como vínculo espiritual, un destino común. España carece de las dos cosas.»Gil
Pecharromán (1996, p. 382)
x. «¿Qué es el nacionalismo particularista? Es un sentimiento de contornos vagos, de intensidad
sumamente clara que se apodera de un pueblo o colectividad y la hace desear ardientemente
vivir aparte de los demás pueblos y colectividades. Mientras éstos anhelan lo contrario: a saber,
adscribirse, integrarse, fundirse en una gran unidad histórica, en esa radical comunidad, de
destinos que es una gran nación». Ortega y Gasset. Gibson (2008, p. 27)
y. «La nostalgia por el imperio era un rasgo común a todos los grupos derechistas en la década de
los treinta, pero mucho más acusadamente en la falange, que abiertamente proclamaba que la
conquista imperial era una manera de desviar la lucha de clases.»Preston (1986, p. 21)
z. «La incultura de la masa de los electores no es menos que la de la masa de elegidos en materia
de política. Ahí están las listas de candidatos llenas de nombres desconocidos.» Obras (del Río
1974). p. 886.
aa. Defendiendo la invasión de Abisinia (actualmente Etiopía) por parte de la Italia de Mussolini, en
octubre de 1935, pronunció en Parlamento: «El colonizar es una misión, no ya un derecho, sino
un deber de los pueblos cultos.[...] Creo que ya es demasiado tarde para que nos vayamos a
escandalizar por una empresa colonial. En colonizar estuvo la gloria de España. En colonizar
estuvo la gloria de Inglaterra». Gil Pecharromán (1996, p. 396)
ab. «Cada ser humano era "un portador de valores eternos", pero no meramente como individuo; sus
derechos y valores sólo podrían ser definidos, expresados y defendidos en una sociedad nacional
fuerte y unificada.» Payne (1997, p. 248)
ac. «Nosotros consideramos al individuo como unidad fundamental, porque éste es en sentido de
España, que siempre ha considerado al hombre como portador de valores eternos. El hombre
tiene que ser libre, pero dentro de un orden.» Obras (del Río 1974). pp. 425-426.
ad. «Venimos a luchar por que un Estado totalitario alcance con sus bienes lo mismo a los poderosos
que a los humildes.» Discurso fundacional del teatro de la Comedia, 29 de octubre de 1933.
«Así
como el Ejército es nacional, integrador y superclasista, [...] la España que el Ejército defienda ha
de buscar desde el principio un destino integrador, totalitario y nacional.» Carta al militar español,
noviembre de 1934.
«Mi posición es la manifestada en el discurso de la Comedia el 29 de octubre
de 1933. Poner mi energía al servicio de ese Estado totalitario nacional y social que se considere
instrumento del destino total de España, como unidad en lo universal, no de la clase o del partido
más fuerte.» Entrevista a la revista Blanco y Negro, 11 de noviembre de 1934. (en sus obras
recopiladas por del Río)
ae. «Eso del corporativismo es un buñuelo de viento. Mussolini que tiene alguna idea de lo que es un
Estado corporativo, cuando instaló las veintidós corporaciones, hace unos meses, pronunció un
discurso en el que dijo: "Esto no es más que un punto de partida; pero no es un punto de
llegada"». Conferencia en el Círculo Mercantil de Madrid, 9 de abril de 1935. Obras (del Río
1974). p. 510.
af. «Por eso la Falange no quiere ni la Patria con hambre ni la hambruna sin Patria; quiere
inseparablemente la Patria, el pan y la justicia». Mitin en Madridejos (Toledo), 29 de julio de 1935.
Obras (del Río 1974). p. 626.
ag. en ese tiempo Ramiro Ledesma ya ha fundado las JONS y lleva cerca de dos años difundiendo
las ideas fascistas.
ah. «El Estado fascista, que debe tanto a la firme voluntad del Duce, sobrevivirá a su inspirador,
porque constituye una organización inamovible y robusta. […] Lo que buscamos nosotros es la
conquista plena y definitiva del Estado, no para unos años sino para siempre». El Fascio, 16 de
marzo de 1933. Obras (del Río 1974). p. 41.
ai. Conoció a Mussolini con anterioridad, cuando en 1923 acompañó a su padre el general Primo de
Rivera y al rey Alfonso XIII en la visita oficial que realizaron a Italia.
aj. Según testimonio del periodista que le acompañaba, Manlio Barelli. Gil Pecharromán  (1996,
p. 194)
ak. Existen fotos donde puede apreciarse, en la chimenea, el retrato de su padre y el de Mussolini.
Existe constancia, por los comentarios de la periodista que le hizo una entrevista, que en febrero
de 1936 conservaba el retrato expuesto en su despacho. Gil Pecharromán (1996, p. 194)
al. La periodista que le hizo la entrevista: «Miró en torno nuestro. Un gran retrato de Mussolini,
dedicado afectuosamente, preside desde la librería. La cabeza redonda, lisa, y el gesto obstinado
de la faz...» Entrevista sobre el voto femenino, La Voz, de Madrid, 14 de febrero de 1936. Obras
(del Río 1974) p. 885.
am. «José Antonio, quien rellenó inmediatamente la tarjeta de adhesión a los CAUR y recibió a
cambio la insignia y el carné que le acreditaban como laborante por el fascismo universal.» Gil
Pecharromán (1996, p. 369)
an. «Detrás de la apariencia amable y educada de Primo de Rivera, subyacía una violencia apenas
controlable que en ocasiones le convirtió en un simple alborotador». Preston (1986, pp. 104)
ao. «Poseía una personalidad atractiva y encantadora que sólo en casos extremos cedía paso a
accesos de furia y ataques físicos». Payne (1997, p. 153)
ap. «A pesar de que la violencia sería corriente en la política española de los años treinta, ningún
político la incorporó tan líricamente como elemento de su retórica». Preston (1986, p. 135)
aq. «Con el desarrollo de una organización específica, la Primera Línea o la Falange de la Sangre,
que bajo la dirección práctica de José Antonio Ansaldo habría de dedicarse a una dinámica muy
próxima al pistolerismo que se había denunciado, y que tendría su expresión más turbadora en el
asesinato de la excursionista de las Juventudes Socialistas Juanita Rico, tiroteada el 10 de junio
desde un automóvil, ¿como represalia por el asesinato de un joven falangista de quince años,
Juan Cuéllar?. Los enfrentamientos armados, tiroteos a fachadas de los locales y actos de
intimidación se multiplicaron a partir de ese momento, siguiendo una verdadera estrategia de
terror sobre el adversario del que habían carecido los incidentes aislados producidos
anteriormente». Ferrán Gallego. pp. 246-247.
ar. «Al igual que en la extrema izquierda, en la Falange de aquellos días imperaba la creencia de que
en nombre de los principios era lícito decidir sobre la vida o la muerte de los adversarios. […]
Desde su celda, José Antonio actuaba a veces como elemento moderador para evitar actos de
consecuencias imprevisibles.»Gil Pecharromán (1996, p. 467)

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nacional ordenada y 10. Cf. José María de Areilza, 21. Jerez Riesco, 2006, pp.  191
entusiasta, jerárquica y "José Antonio Primo de
y ss.
conquistadora. Este es el Rivera", en su Así los he
visto. Barcelona: Planeta, 22. González Calleja, 2011,
mínimo común denominador
1974, p. 158-160. p. 313-317.
de todos los fascismos, y el
de Primo de Rivera lo cubría 11. José Antonio Primo de 23. González Calleja, 2011,
más que suficientemente. No Rivera. Escritos y Discursos. p. 315-316.
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Enlaces externos
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