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TRATADO TEÓRICO PRÁCTICO DE DERECHO COMERCIAL

Férnández - Gómez Leo - Balbín

PRIMER VOLÚMEN
SOCIEDADES. PARTE GENERAL

CAPÍTULO I
Sociedades, caracteres y clasificación
1.- El derecho de las sociedades.
a.- La sociedad comercial y su importancia.
b.- Evolución histórica de la sociedad comercial.
I. Orígenes.
A.- En Babilonia.
B.- En la antigua Grecia
C.- En la antigua Roma.
D.- En el medioevo. (476-1453)
E.-.Durante el período de los descubrimientos y apertura de nuevas rutas
comerciales.
Las Compañías Holandesas.
F.- Evolución del instituto en Francia.
G- Evolución del instituto en Inglaterra.
H.- Rol del Estado en las primeras Compañías.
II.- Evolución en el Derecho argentino.
A.- Durante la existencia de los territorios de ultramar y el período colonial.
B.- Derecho patrio.
2.-. Clasificación de la Ley de Sociedades Comerciales
a.- Según la preponderancia del socio en el ente.
I.- Sociedades de parte de interés o intuitu personae.
Jurisprudencia
II.- Sociedades de cuotas o mixtas.
Jurisprudencia
III.-Sociedades de capital o intuitu pecunae o intuiu rei.
Jurisprudencia
b.- Según el grado de responsabilidad que cabe al socio.
I.- Solidaria e ilimitada.
Jurisprudencia
II.-. Solidaria, ilimitada aunque con beneficio de excusión.
Jurisprudencia
A.-Sociedad colectiva.
Jurisprudencia
B- Sociedad en comandita simple.
Jurisprudencia
C- Sociedad en comandita por acciones.
Jurisprudencia
D- Sociedad de capital e industria.
Jurisprudencia
III.- Limitada.
3. Naturaleza jurídica del acto constitutivo de la sociedad.
a.- Teorías.
I.- Contractualistas.
A.- Doctrina clásica.
B.- Contrato plurilateral. Remisión-.
b.- Actos constitutivos, complejos y colectivos.
c.- Institucional.
d.- Del contrato plurilateral.
Jurisprudencia
I- Características.
A.- Nominado.
B.- Posibilidad de que intervengan dos o más partes.
C.- Abiertos.
D.- De organización
Jurisprudencia
E.- Consensual
F.- Conmutativo.
G.- Oneroso.
Jurisprudencia
H- De ejecución continuada.
II-. Críticas a la teoría del contrato plurilateral.
Jurisprudencia
III- Diferencias entre los contratos bilaterales y plurilaterales.
A.- Coincidencia de intereses y equivalencia dada por la valuación de las
prestaciones
B.- Improcedencia de la aplicación de la exceptio non adimpleti contractus.
C.- No necesaria igualdad de las prestaciones.
D.- El incumplimiento de la prestación agota el contrato.
E.- Cumplimiento de formas especiales para obtener la regularidad del ente
F.- Distinto régimen de nulidades.
G.- Iimposibilidad de resolver voluntariamente el contrato haciendose cargo de los
perjuicios
H.- Existencia de un interés común
Jurisprudencia

CAPÍTULO II
Comercialidad de las sociedades
4.- Comercialidad de las sociedades.
a.- Comercialidad por el objeto o por la forma.
Jurisprudencia
5.- Diferencia entre la sociedad y otras figuras jurídicas.
a.- Sociedad y empresa
Jurisprudencia
b.- El empresario social.
c.- Sociedad comercial y las diversas clases de personas del código civil.
6.- Sociedad comercial y sociedad civil.
a.-Forma de constitución y modificaciones estatutarias.
b.-Carácter y competencia.
Jurisprudencia
c.-Similitudes y diferencias entre la sociedad civil y la sociedad comercial
Jurisprudencia
I.-Registro y publicidad. Contabilidad
Jurisprudencia

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II.-Nombre social
III.- Fin del ente. Utilidad
IV.- Participación en las ganancias y pérdidas
Jurisprudencia
V.- Objeto
VI.- Prestaciones
VII.- Régimen de administración
Jurisprudencia
VII.- Disolución por remoción o renuncia del administrador
VIII.- Responsabilidad de los socios
Jurisprudencia
IX.- Exclusión y renuncia del socio:
X.- Efectos patrimoniales de la exclusión y renuncia del socio
Jurisprudencia
XI.- Régimen de nulidades
7. Sociedad comercial y asociación civil
Jurisprudencia
a.- Sociedad comercial y asociaciones bajo forma de sociedad
I. Órganos
Jurisprudencia
II. Asamblea
III. Socios
Jurisprudencia
b.- Sociedad comercial y simple asociación
Jurisprudencia
c.- Sociedad comercial, asociación y fundación
I. Diferencias entre fundación y la asociación
II. Diferencias entre fundación y sociedad comercial.
III. Fundaciones sin personería jurídica.
Jurisprudencia
8.- Sociedad comercial y cooperativa
a.- Generalidades
b.- Diferencias entre la cooperativa y la sociedad comercial
Jurisprudencia
9.- Sociedad comercial y mutual.
a.- Generalidades
b.- Diferencias de la mutual con la sociedad comercial
Jurisprudencia
10.- Sociedad comercial y consorcio de propiedad horizontal
11.- Sociedad comercial y sociedad conyugal
Jurisprudencia
12. Sociedad comercial y herencia en estado de indivisión
13.- Sociedad comercial y la masa de bienes en el concurso
a.- La masa como persona jurídica.
b.- La masa como instituto del derecho concursal carente de personería

CAPÍTULO III
El contrato de sociedad
14.- Elementos del contrato de sociedad.
a.- Introducción.
I. Requisitos generales. Caracterízación
II. Requisitos esenciales. Características y distinción.
I5.- Elementos generales del contrato de sociedad.
a.- La capacidad.
I.- Generalidades.

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II.- Incapaces de hecho.
A.-Las personas por nacer.
B.-Los dementes y sordomudos que no sepan darse a entender por escrito
III..- Menores.
A. Incapacidad para ejercer el comercio.
B.- Para constituir sociedades
1.- Menores adultos bajo patria potestad
2.- Menores adultos y capacidad laboral
3.- Menores y capacidad por título habilitante
4.- Menores autorizados
5. Menores emancipados
a- Emancipación por habilitación de edad
Jurisprudencia
b.-Emancipación por matrimonio
c. Menores en los supuestos de indivisión de establecimientos
comerciales
IV.- Fallidos.
V.- Condenados penalmente.
Jurisprudencia
VI.- Corporaciones eclesiásticas y clérigos.
VII.- Magistrados
Jurisprudencia
VIII.-Inhabilitados
IX.- Límites asociativos.
A.- Martilleros y corredores.
Jurisprudencia
B.-Sociedad entre cónyuges.
Jurisprudencia
C.- Sociedad entre sociedades.
Jurisprudencia
1. Caracterización
Jurisprudencia
2. Sociedades civiles
Jurisprudencia
3. Limitaciones a la participación
4. Nulidad en las participaciones
Jurisprudencia
5. Sociedades controladas y vinculadas.
6. El control en el decreto 677/2001.
b.- El consentimiento.
I. Caract erización
II. Vicios del consentimiento
A.- Error.
B.- Dolo
Jurisprudencia
C.- Violencia
Jurisprudencia
c.- La causa o fin común
Jurisprudencia
d.- Objeto
I. Caracterización.
II. Objeto y capacidad
Jurisprudencia
III. Requisitos
A.- Posible
B.- Preciso y determinado

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Jurisprudencia
IV.- Licitud del objeto y de la actividad
A.- Objeto ilícito
Jurisprudencia
B.- Objeto lícito y actividad ilícita
Jurisprudencia
C.- Objeto prohibido
Jurisprudencia
16. Elementos específicos del contrato de sociedad
Jurisprudencia
a.- Pluralidad de socios
I.- Sociedad unipersonal o empresa individual de responsabilidad limitada
A.-. Pluralidad y personalidad
II. Derecho Comparado:
A.- Europa.
B.- Estados Unidos
C.- China
D.-América Central y América del Sur
E.-Antecedentes nacionales
Jurisprudencia
b.- Organización
Jurisprudencia
c.- Tipicidad
I.- Estipulaciones tipificantes
II. Ausencia de tipo
Jurisprudencia
d.- Fondo común
I. Generalidades
Jurisprudencia
II. Patrimonio y capital
III. Capital social: Caracterización y principios
Jurisprudencia
A.- De determinación.
B.- De unidad
Jurisprudencia
C.- De integridad e intangibilidad
Jurisprudencia
D.- De adecuación o suficiencia
Jurisprudencia
E.- Relación del objeto con el capital social.
Jurisprudencia
IV.- Capital social: funciones
A.- De productividad.
B.- De garantía
C.- Determinación de la intensidad con que se ejerce el estado de socio.
Jurisprudencia
V.- Aportes
Jurisprudencia
A.- Inscripción preventiva
Jurisprudencia
B.- Bienes susceptibles de aportación.
C.- Aporte de créditos
Jurisprudencia
D.-Aporte de títulos
E.- Valuación del aporte
Jurisprudencia

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1. Valuación en el caso de sociedades por parte de interés, en comanditas
simples y de responsabilidad limitada.
2. Valuación en el caso de sociedades por acciones.
F.- Evicción y vicios redhibitorios.
G.- Mora
Jurisprudencia
H.- Prestaciones accesorias
Jurisprudencia
VI.- Régimen de participación en los beneficios
Jurisprudencia
VII. Régimen de soportación de las pérdidas
Jurisprudencia
e.- Domicilio
I.- Domicilio social y sede social
Jurisprudencia
II.- Competencia
Jurisprudencia
III.- Notificaciones
Jurisprudencia
f.- Nombre
I.- Caracterización
Jurisprudencia
II. Homonimia
Jurisprudencia
g.- Plazo
Jurisprudencia
h.- Affectio societatis
I.- Caracterización
Jurisprudencia
II.- Falta de affectio societatis como causal de disolución
Jurisprudencia
i.- Diferencias entre el contrato social y el estatuto
Jurisprudencia

CAPÍTULO IV
Constitución, publicidad y registración
17.- Formas de constitución
a.- Su importancia en materia societaria. La regularidad del ente
Jurisprudencia
b.- Instrumentación
I.- Instrumento privado
II.- Instrumento público
Jurisprudencia
c.- Constitución por suscripción pública
I.- Mecanismo. Publicidad y registración:
II.- Responsabilidad de promotores y directores
III.- Actos atribuibles a la sociedad:
d.- Promesa de contrato de sociedad
Jurisprudencia
18.- Publicidad
a.- Publicidad edictual y registral
b.- Publicidad edictual
I.- Pautas generales y particulares de la publicidad edictual
II.- Críticas al sistema de publicidad edictual
III.- Falta de publicidad. Defectos en la publicación. Efectos.

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19.- Registración
a.- Función registral del Estado. Su evolución
I.- Antecedentes registrales
A.- Desde la Revolución de Mayo y antes de la sanción del Código de Comercio
B.- Con la sanción del Código de Comercio. Creación Registro Público Comercio
C.- Creación de la Inspección General de Justicia
D.- Registro Nacional de Sociedades por Acciones. Otros Registros especiales
Jurisprudencia
b.- Importancia de la publicidad registral
c.- Jurisdicción
Jurisprudencia
d.- Inscripción
Jurisprudencia
e.- Efectos
Jurisprudencia
f.- Inscripción del contrato social.
I.- Plazo
Jurisprudencia
II.- Legajo
III.- Inscripción del reglamento
IV.- Existencia de sucursales. Registración
V.- Reformas al contrato social
Jurisprudencia
VI.- Modificaciones no inscriptas
Jurisprudencia

CAPÍTULO V
Personalidad societaria
20.- Personalidad
Jurisprudencia
a.- Teorías en torno a la personalidad societaria
I.- Primer grupo. Teorías de la ficción
A.- Teoría de la ficción propiamente dicha (Savigny)
B.- Teoría de la personificación (von Puchta, Pfeiffer, Ardnts, Roth y Laurens)
C.- Teoría de la representación (Bohlau y Randa)
D.- Críticas a la teoría de la ficción
Jurisprudencia
II.- Segundo grupo. Teorías negatorias de la personalidad
A.- Teoría de los derechos individuales peculiares (Ihering – Van Den Heuvel)
B.- Teoría del patrimonio de afectación (Bekker, Brinz, Koppen y Windscheid)
C.- Teoría de la función social o de los bienes sin sujeto(Duguit)
D.- Teoría de la propiedad colectiva (Planiol – Barthélemy)
E.- Críticas a las teorías negatorias
III.- Tercer grupo.Teorías de la realidad
A.- Basadas en la voluntad
B.- Basadas en el interés (Rosin - Bernatzik – Michoud)
IV.- Cuarto grupo
A.- Teoría de la institución (Harriou, Renard, Busso, Borda, Llambías)
V.- Quinto grupo
A.- Teorías normativas (Ferrara, Ascarelli, Kelsen)
1.- La personalidad en Ferrara
2.- La personalidad en Kelsen
B.- Teorías normativas en el Derecho Argentino
1.- La personalidad en Colombres –neokelsenianismo-:
2.- Teorías naturalistas en el derecho Argentino. La razón natural en la
posición normativa de López Raffo

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b.- Personalidad en la LS. Comienzo
Jurisprudencia
21.- Desestimación
a.- Antecedentes
I.- Clasificación
Jurisprudencia
b.- Sistema de la ley 19.550
Jurisprudencia
I.- Alcances
Jurisprudencia
II.- Actuación de la sociedad que habilita la inoponibilidad
A.- Encubrir la consecución de fines extrasocietarios
B.- Configurar un mero recurso técnico
C.- violación de la ley, el orden público y la buena fe
Jurisprudencia
c.- Sujetos pasivos de la extensión
Jurisprudencia
d.- Prescripción
Jurisprudencia

CAPÍTULO VI
Organicismo
22.- Organicismo
a.- Evolución de la relación entre los sujetos que ejercen funciones sociales necesarias, con la
sociedad, socios y terceros
I.- Teoría del mandato:
A.- Críticas a la teoría del mandato
II.- Teoría de la representación necesaria –Garo-:
III- Teoría de la representación legal –Otaegui-:
A.- Críticas a la teoría de la representación
IV.- Teoría del contrato de trabajo:
V.- Teoría de la fiducia
VI. Teoría del órgano
A.- La teoría del órgano en Kelsen
B.- La teoría del órgano en la visión de Colombres
C.- La teoría del órgano en la actualidad
Jurisprudencia
b.- Aspectos objetivos y subjetivos
I.- Órganos y formación de la voluntad social
Jurisprudencia
II.- Órganos y competencias funcionales
A.- Órgano de administración y competencia funcional
Jurisprudencia
1. En la sociedad de hecho
Jurisprudencia
2. En las sociedades por partes de interés
Jurisprudencia
a. La sociedad colectiva
Jurisprudencia
b. Sociedad en comandita simple
Jurisprudencia
c. Sociedad en comandita por acciones
Jurisprudencia
d. Sociedad de capital e industria
3. En las sociedades de capital
Jurisprudencia

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B.- Órgano de gobierno
C.- Órgano de fiscalización
1. Fiscalización en las sociedades por parte de interés
2.- Fiscalización en las sociedades de capital
D.- La represetación. Actuación de la sociedad frente a terceros
1.- Órgano de representación
Jurisprudencia
2.- Relación entre el objeto social y la actuación del representante
Jurisprudencia
c.- Críticas a la teoría orgánica
23. Responsabilidad penal de la sociedad comercial
Jurisprudencia

CAPÍTULO VII
Documentación y contabilidad social
24.- Documentación y contabilidad social
a.- Finalidad
b.- Criterios contables básicos
Jurisprudencia
c.- Código de Comercio y LS
Jurisprudencia
I.- Estados contables, Libros contables y libros sociales propiamente dichos
II.- Confección de Estados Contables de sociedades comerciales
d.- Formalidades extrínsecas e intrínsecas de los libros de comercio
Jurisprudencia
I.- Libro Diario
Jurisprudencia
II.- Formalidades extrínsecas y medios mecánicos en la LS
Jurisprudencia
III.- Libro de Inventarios y Balances
Jurisprudencia
A.- Formalidades
Jurisprudencia
25- Estados Contables básicos en la LS
a.- Balance social
I.- En el activo y exponiéndolos en orden a su liquidez
II.- En el pasivo
b.- Estado de resultados
Jurisprudencia
c.- Estado de Origen y Aplicación de Fondos (art. 62 LS)
d.- Estados Contables Complementarios
I.- Notas y cuadros complementarios
II.- Información Complementaria
A.- Memoria
Jurisprudencia
B.- Informe de sindicatura
Jurisprudencia
1.- Comunicación de los estados contables a la autoridad de contralor
26.- Conservación de libros
Jurisprudencia
27.- Libros sociales propiamente dichos
Jurisprudencia
a.- Libro de actas de asamblea (arts. 73 y 249 LS)
Jurisprudencia
b- Libro de actas de directorio
Jurisprudencia

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c.- Libros de actas de los órganos de fiscalización
d.- Libro de registro de acciones
Jurisprudencia
e.- Libro de registro de asistencia a asamblea (art. 238 LS)
Jurisprudencia
28.- Responsabilidad civil de los administradores derivada de los Estados Contables
Jurisprudencia
29.- Responsabilidad penal
a.- Balance e informe falso
I.- Balance falso
II.- Informe falso
b.- Balance e informe falsos y derecho a la información:
c.- Posibles autores del delito de informe falso
d.- Ámbito de aplicación del art. 300 inc. 3° CP:
I.- Sujetos excluidos. El consejo de vigilancia y otros
e.- Balance falso y administración fraudulenta
I.- Ruptura del régimen de solidaridad orgánica de la LS

CAPÍTULO VIII
Nulidades
30.- Régimen de nulidades en el ámbito societario.
a.- El acto jurídico societario.
b.- Régimen general de las nulidades y la LS
I.- La especificidad en materia societaria
Jurisprudencia
II.- Irretroactividad de la nulidad societaria
Jurisprudencia
A.- Nulidad vincular (art. 16 LS)
Jurisprudencia
B.- Nulidad por atipicidad y anulabilidad por falta de requisitos esenciales
tipificantes (art. 17 LS)
Jurisprudencia
C.- Estipulaciones nulas (art. 13 LS)
Jurisprudencia
II.- Irretroactividad de la nulidad societaria
c.- El orden público y su relación con el derecho societario
I.- Rechazo o inclusión del orden público en derecho societario
II.- La imperatividad en el derecho comparado

CAPITULO IX
Prórroga, reconducción y reactivación. Sociedad en formación, irregular y de hecho
32.- Prórroga, reconducción y reactivación
a.- Introducción
b.- Prórroga y reconducción. Antecedentes legales.
I.- En el Código de Comercio
II.- En la LS
Jurisprudencia
c.- Prórroga.
I.- decisión adoptada con quorums y mayorías requeridas.
A.- En las sociedades por partes de interés.
B.- En las sociedades de responsabilidad limitada.
C.- En las sociedades por acciones
Jurisprudencia
II.- Plazo e inscripción

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Jurisprudencia
III.- Receso en caso de prórroga
d.- Reconducción.
I.- Responsabilidad.
e. Reactivación
I.- Reactivación y causales del art. 94 LS
Jurisprudencia
33.- La sociedad en formación
a.- Antecedentes
I.- Durante la vigencia del Código de Comercio
II.- A partir de la sanción de la LS
Jurisprudencia
III.- A partir de la sanción de la ley 22.903
IV.- La sociedad en formación en la actualidad
b.- Personalidad de la sociedad en formación
Jurisprudencia
c.- Actos cumplidos durante el régimen fundacional
Jurisprudencia
34.- La sociedad irregular y la sociedad de hecho
a.- Introducción
I.- Antecedentes
A.- Código de Comercio
B.- Ley 19.550 –LS-
b.- Sociedad irregular y sociedad de hecho, su distinción
Jurisprudencia
c.- Personalidad y tipicidad
d.- Denominación
e.- Prueba de la existencia del ente
Jurisprudencia
f.- Responsabilidades generales de los socios
Jurisprudencia
g.- Representación
Jurisprudencia
I.- Relación del ente con terceros
Jurisprudencia
h.- Regularización
Jurisprudencia
i.- Disolución y liquidación
Jurisprudencia
j.- Concubinato y sociedad de hecho
Jurisprudencia

CAPÍTULO X
Intervención judicial
35.- Intervención de sociedades
Jurisprudencia
a.- Interés jurídico tutelado
Jurisprudencia
b.- Evolución del instituto en el derecho argentino
c.- Requisitos de procedencia
I.- la verosimilitud del derecho invocado (art. 113 LS)
Jurisprudencia
II.- el peligro en la demora y la gravedad del daño (arts. 113 y 115 LS)
Jurisprudencia
III.- prestación de contracautela (art. 116 LS)
Jurisprudencia

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A.- Innecesariedad de contracautela
IV.- agotamiento de las instancias societarias (art. 114 LS)
Jurisprudencia
d.- Características de la medida
I.- Plazo. Provisoriedad. Revocabilidad
Jurisprudencia
II.- Se dicta inaudita parte
III.- Carácter restrictivo (arts. 114 LS y 225 inc. 1° CPCCN)
IV.- Es accesoria a la demanda de remoción del administrador (art. 114 LS)
Jurisprudencia
V.- Es discrecional
e.- Juez competente
Jurisprudencia
f.- Sujetos legitimados para pedir la intervención
I.- El socio
Jurisprudencia
II.- La autoridad de contralor (arts. 301 inc. 2 y 303 LS)
Jurisprudencia
III.- El representante de los debenturistas (arts. 345 y 346 LS)
IV.- La sindicatura
Jurisprudencia
V.- Los terceros
Jurisprudencia
36.- Otros supuestos de intervención
a.- Intervención en las sociedades en formación
b.- Intervención en las sociedades no constituidas regularmente
Jurisprudencia
c.- Sociedades en etapa liquidativa
Jurisprudencia
d.- Cooperativas
Jurisprudencia
37.- Forma y alcances de la resolución de intervención
Jurisprudencia
a.- Cualidades del interventor
Jurisprudencia
b.- Interventor persona jurídica
c.- Impugnación de la cautelar
d.- Remoción del interventor
Jurisprudencia
38.- Modalidades de intervención. Tipos
Jurisprudencia
a.- Veeduría
Jurisprudencia
b.- Coadministración
Jurisprudencia
c.- Administración judicial
Jurisprudencia
d- Interventor recaudador e interventor informante (arts. 223 y 224 CPCCN)
Jurisprudencia
39.- Honorarios del interventor
Jurisprudencia
40.- Intervención del órgano de fiscalización
41.- Mediación
Jurisprudencia
42.- La intervención en el derecho comparado
a.- Bolivia

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b.- Brasil
c.- Francia
d.- Italia
e- Uruguay

CAPÍTULO XI
Resolución, disolución y liquidación
43.- Resolución parcial
a.- Introducción
I.- Antecedentes
II.- En la LS
Jurisprudencia
b.- Supuestos de resolución parcial
I.- Convencionales
Jurisprudencia
II.- Legales
A.- Muerte de un socio
1.- Antecedentes
2.- Ley 19.550
a.- sociedad colectiva
b.- sociedad en comandita simple
c.- sociedad en comandita por acciones
d.- sociedad de capital e industria
e.- sociedad accidental o en participación
f.- sociedad de responsabilidad limitada
g.- sociedad anónima
Jurisprudencia
B.- Exclusión de socios
1.- Teorías que justifican la exclusión del socio
a.- Teorías contractualistas
b.- Teorías sancionatorias
c.- Teorías de la finalidad pública
d.- La justa causa de exclusión y el incumplimiento grave
C.- Otros supuestos de exclusión
Jurisprudencia
1.- Acción de exclusión y extinción del derecho
Jurisprudencia
2.- Sujetos legitimados para solicitar la exclusión
Jurisprudencia
D.- efectos de la exclusión
Jurisprudencia
E.- Exclusión en sociedad de dos socios (art. 93 LS)
Jurisprudencia
F.- Exclusión del socio en la sociedad civil
44.- Disolución (arts. 94 a 100)
a.- la decisión de los socios (art. 94 inc. 1° LS)
Jurisprudencia
b.- por expiración del término por el cual se constituyó (art. 94 inc. 2° LS)
Jurisprudencia
c.- Por cumplimiento de la condición a la que se subordinó su existencia (art. 94 inc. 3° LS)
Jurisprudencia
d.- por consecución del objeto para el cual se formó, o por la imposibilidad sobreviniente
de lograrlo (art. 94 inc. 4°)
Jurisprudencia
e.- Por pérdida del capital social (art. 94 inc. 5° LS)
f.- Por declaración en quiebra, quedando la disolución sin efecto si se celebrare avenimiento

13
o concordado resolutorio (art. 94 inc. 6° LS)
Jurisprudencia
g.- Por su fusión en los términos del artículo 82 LS (art. 94 inc. 7° LS)
Jurisprudencia
h.- por reducción a uno del número de socios
i.- por sanción firme de cancelación de oferta pública o de la cotización de sus acciones y por
resolución firme de retiro de la autorización para funcionar cuando leyes especiales la
impusieren en razón del objeto
Jurisprudencia
j.- Otras causales
Jurisprudencia
k.- Petición de disolución
Jurisprudencia
l.- Administradores: facultades y deberes
Jurisprudencia
m.- Principio de conservación de la empresa
Jurisprudencia
n.- Indivisión de establecimientos comerciales
45.- Liquidación (arts. 101 a 112)
a.- Antecedentes
b.- Personalidad del ente durante la etapa liquidatoria
Jurisprudencia
c.- Designación de liquidador. Remoción
Jurisprudencia
I.- Inscripción
Jurisprudencia
d.- Obligaciones y responsabilidades del liquidador
Jurisprudencia
I.- Facultades del liquidador
Jurisprudencia
II.- Inventario y balance de liquidación. Informes
Jurisprudencia
III.- Partición y distribución parcial
Jurisprudencia
IV.- Balance final y proyecto de distribución
Jurisprudencia
V.- Insuficiencia de fondos. Contribuciones debidas
Jurisprudencia
VI.- Cancelación de la Inscripción
Jurisprudencia

CAPÍTULO XII
Transformación, fusión y escisión
46.- Transformación
a.- Antecedentes
b.- En la actualidad
Jurisprudencia
c.- Responsabiliad de los socios
Jurisprudencia
d.- Sujetos transformables
I. Sociedades civiles
Jurisprudencia
e.- Procedimiento
Jurisprudencia
I.- Receso

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II.- Rescisión y caducidad
Jurisprudencia
47.- Fusión
Jurisprudencia
a.- Sujetos legitimados para fusionarse
Jurisprudencia
b.- Requisitos. Compromiso previo de fusión
Jurisprudencia
I.- Oposición a la fusión
Jurisprudencia
II.- Acuerdo definitivo de fusión
Jurisprudencia
III.- Inscripción registral
Jurisprudencia
IV.- Receso y preferencias
Jurisprudencia
c.- Revocación
d.- Rescisión: justos motivos
48.- Escisión
Jurisprudencia
a.- Requisitos
Jurisprudencia
b.- Oposición
Jurisprudencia
c.- Instrumento definitivo de escisión
Jurisprudencia

Bibliografía

15
Capítulo I
Sociedades. Caracteres. Clasificación
SUMARIO:
1.- El derecho de las sociedades. a.- La sociedad comercial y su importancia. b.- Evolución histórica de
la sociedad comercial. I. Orígenes. A.- En Babilonia. B.- En la antigua Grecia. C.- En la antigua Roma.
D.- En el medioevo. (476-1453). E.-.Durante el período de los descubrimientos y apertura de nuevas
rutas comerciales. Las Compañías Holandesas. F.- Evolución del instituto en Francia. G- Evolución del
instituto en Inglaterra. H.- Rol del Estado en las primeras Compañías. II.- Evolución en el Derecho
argentino. A..- Durante la existencia de los territorios de ultramar y el período colonial. B..- Derecho
patrio. 2.-. Clasificación de la Ley de Sociedades Comerciales. a.- Según la preponderancia del socio
en el ente. I.- Sociedades de parte de interés o intuitu personae. II.- Sociedades de cuotas o mixtas. III.-
Sociedades de capital o intuitu pecunae o intuiu rei. b.- Según el grado de responsabilidad que cabe al
socio. I.. Solidaria e ilimitada. II.-. Solidaria, ilimitada aunque con beneficio de excusión. A.-Sociedad
colectiva. B- Sociedad en comandita simple. C- Sociedad en comandita por acciones. D- Sociedad de
capital e industria. III.- Limitada. 3. Naturaleza jurídica del acto constitutivo de la sociedad. a.-
Teorías. I.- Contractualistas. A.- Doctrina clásica. B.- Contrato plurilateral. Remisión-. b.- Actos
constitutivos, complejos y colectivos. c.- Institucional. d) Del contrato plurilateral. I- Características. A.
Nominado. B.- Posibilidad de que intervengan dos o más partes. C.- Abiertos. D.- De organización. E.-
Consensual .F- Conmutativo. G.- Oneroso. H- De ejecución continuada. II-. Críticas a la teoría del
contrato plurilateral. III- Diferencias entre los contratos bilaterales y plurilaterales. A.- Coincidencia de
intereses y equivalencia dada por la valuación de las prestaciones B. Improcedencia de la aplicación de la
exceptio non adimpleti contractus. C. No necesaria igualdad de las prestaciones. D. El incumplimiento
de la prestación agota el contrato. E Cumplimiento de formas especiales para obtener la regularidad del
ente. F. Distinto régimen de nulidades. G. Imposibilidad de resolver voluntariamente el contrato
haciéndose cargo de los perjuicios .H. Existencia de un interés común.
_________________________________________________________________

1.- El derecho de las sociedades

a) La sociedad comercial y su importancia


La historia de la civilización se encuentra indisolublemente ligada al fenómeno
asociativo, toda vez que la sociabilidad en el ser humano es un impulso y necesidad
propio de su naturaleza. El hombre es por esencia un animal político que tiende a
agruparse con otros individuos1.
El comercio, que es uno de los frutos de la capacidad del hombre para
relacionarse2, requiere de la participación de una multiplicidad de actores. Allí
donde el esfuerzo y los recursos individuales resultan insuficientes, los hombres han
buscado asociarse para obtener objetivos que de común escaparían a sus fuerzas de
trabajo y recursos particularmente considerados. Es desde antaño, entonces, que las
1
Cfr. Aristóteles, Ética Nicomaquea. Política. Libro Primero, I, México, 1990, ps.
191 y 192. “La ciudad es por naturaleza anterior al individuo, pues si el individuo no puede de
por sí bastarse a sí mismo, deberá estar con el todo político en la misma relación que las otras
partes lo están con su respectivo todo. El que sea incapaz de entrar en esta participación
común, o que, a causa de su propia suficiencia, no necesite de ella, no es más parte de la
ciudad, sino que es una bestia o un dios”.
2
Cfr. Lyon-Caen Ch. y Renault L., Traité de droit commercial, 4° ed., Paris, 1908, t. II parte
1°, p. 1; Aleman R., Las sociedades mercantiles en el derecho vigente, La Habana, 1919, p. 1;
Biagosch F., Asociaciones Civiles , Bs. As., 2000, p. 45.

16
técnicas asociativas, más allá de su mayor o menor sofisticación, se encuentran
ligadas al progreso del comercio y despiertan, a partir de su impacto en la economía,
un especial interés de los Estados.
Diversas asociaciones de comerciantes se han presentado a lo largo de la
historia como vehículos propicios para tales logros. Estas agrupaciones comerciales
combinan la posibilidad de aglutinar –de asociar- capital y habilidades humanas,
dando a luz una suerte de patrimonios autogestantes3, escindidos de las personas
físicas que acuden a su formación, con más los beneficios que las leyes particulares
consagren para los participantes (v. gr. limitación de la responsabilidad por los
negocios sociales según el tipo adoptado). El término sociedad remite, aún entre
legos, a un instituto complejo que funde y amalgama elementos sociológicos,
económicos, políticos y jurídicos. Visto el efecto mancomunado de estos factores
bajo la estructura societaria, los comerciantes lógicamente no se resisten a la
conveniencia de su utilización para llevar adelante sus explotaciones4, lo que ha
dado lugar a un gradual proceso de sustitución del primitivo comerciante-individuo
por el actual comerciante-sociedad, a quien parece estar reservada hoy día con
exclusividad la organización de la gran empresa.
Desde un principio los Estados han reparado en tales extremos. Si bien la
sociedad es un instrumento de sus socios, también lo es de las políticas económicas
del Estado, que favorece y alienta ciertas prácticas asociativas de sus ciudadanos en
desmedro de otras que considera perniciosas o inútiles a sus fines. De allí que el
comportamiento de los Estados frente a las sociedades –su regulación y control-
fluctúe según el momento y las teorías de administración que en su tiempo se
consideren útiles a los fines sociales e intereses generales. Quienes preconizan la
intervencion estatal mediante una estricta regulación ven en las sociedades meros
vehículos para la organización de los factores de la producción y generación de
empleo, políticas que sólo competen al Estado. Por su parte, aquellos que se inclinan
por la no intervención basan sus ideas mayormente en que sólo las fuerzas del
mercado deben regular las conductas de sus operadores, siendo toda participación
estatal nociva por distorsiva.

b.- Evolución histórica de la sociedad comercial


No cualquier asociación reviste importancia para el estudio del derecho
societario. Este requiere que, mínimamente, entre los sujetos reunidos exista la
voluntad de crear un vínculo de cierta permanencia en procura del logro de un
interés común a todos ellos, que se erije por sobre sus intereses individualmente
considerados. Existen algunos antecedentes históricos de tales uniones, las que

3
Cfr. Richard E.H. y Muiño O., Derecho Societario, Bs. As., 2004, p. 3.
4
Cfr. Guyenot J., Curso de derecho comercial, Bs. As. 1975, t. I, p. 406; Schmidt, K.,
Derecho comercial, trad. 3° ed. Alemana, Bs. As., 1997, p. 102.

17
fueron perfilando a lo largo de los siglos la sociedad comercial tal cual hoy la
conocemos.

I.- Orígenes
A. En Babilonia. Posiblemente los antecedentes más remotos de
agrupaciones asimilables a lo que a la postre serían sociedades comerciales, los
encontremos en el Código de Hammurabi –aproximadamente 1900 años antes de
Cristo-5, en el que se autorizaba a los comerciantes a asociarse entre sí, participando
de los beneficios de sus negocios y limitando sus pérdidas al aporte efectuado6.
También se han hallado antecedentes de asociaciones predecesoras de la sociedad
colectiva en tiempos de Assurbanipal (668- 626 a. de C.), en la que todos los socios
eran responsables sin límites por la suerte de los negocios comunes, de cuya
dirección participaban7.
B.- En la antigua Grecia. Si bien no caben dudas de la existencia en la
antigua Grecia de algunas figuras asociativas similares a las desarrolladas durante el
período romano -por tanto anteriores-, no resulta posible atento la falta de elementos
debidamente conservados hacernos una idea muy exacta de su importancia8. De los
antecedentes habidos, estas parecerían reducirse a la mera exteriorización, mediante
una suerte de contratos simples, de las finalidades tenidas en vista por las partes
involucradas. Corresponden al período clásico –siglos IV a I A.C.- los primeros
documentos para la explotación de navíos de propiedad colectiva, en los que sus
dueños pautaban la forma de distribuirse los riesgos y las ganancias de la empresa.
Surge por entonces la nautikon dancion (antecesora de la nauticum phaenus romana)
“que consistía en un anticipo de dinero al armador del buque, quien debía devolverlo
incrementado con un interés variable, del 12% al 30% según los riesgos y duración
del viaje, pero sólo si las mercaderías y las naves llegaban a feliz destino; esta
operación, origen de la comandita, además de un préstamo, era un seguro marítimo.
La ausencia de una estructura capitalista no requirió la formación de sociedades
comerciales; las grandes industrias (minas, contrucciones, obras hidráulicas) eran
explotadas por el Estado y se practicó una economía dirigida en protección de los
consumidores”9.

5
Esta roca de dorita, descubierta en 1901 en Susa, es la máxima aportación de Babilonia a la
civilización y constituye la base de toda la evolución del derecho hasta el Imperio Romano. Consta de
282 párrafos –artículos- agrupados en secciones. Cfr. Fernández R.L. y Gómez Leo Osvaldo, Tratado
teórico-práctico de derecho comercial, Bs. Ass, 2005, t. I-A p. 16.
6
Cfr. Roca E., Observaciones sobre la historia de la sociedad comercial, ED 7-962; Méndez
Sarmiento E., Síntesis histórica de la evolución de las sociedades y del fenómeno de la concentración
de empresas, LL 1978-D, p. 1190
7
Cfr. Roca E., Observaciones...cit. ED 7-962
8
Cfr. Pic P., Traité général théorique et practique de droit commercial –des Sociétés
Commerciales- Paris, 1908, t.1, p. 100.
9
Zaldivar E. y ots, Cuadernos de derecho societario, Bs. As., 1978, Vol. I, p. 2.

18
C. En la antigua Roma. La persona jurídica, ya como concepto, surge en el
derecho romano por primera vez con relación a las comunidades -municipia-
incorporadas al Imperio (antes del año 212 D.C.) oportunidad en que al perder su
propia soberanía, dejan de ser civitates para convertirse en oppida. Negada su
existencia política soberana los municipia pasan a regisrse en la esfera patrimonial
por el derecho privado10. De la evolución de los municipia es que posteriormente se
reconocerá a otros cuerpos colegiados –algunos ya existentes como los collegia y
soladitates- la calidad de sujetos privados –corpus y universitas-. Estas asociaciones
–collegium, corpus, sodalitas, societas, ordo, universitas- requerían de la reunión, al
momento de su constitución, de al menos tres individuos –faciunt collegium-, un
estatuto o ley que disciplinara su organización y funcionamiento –lex collegii-, y un
fin lícito. En una primera etapa no requerían el reconocimiento expreso del Estado
como condición para su existencia –no obstante su eventual intervención en lo
atinente a la ilicitud de sus fines-, hasta que en los últimos tiempos de la República,
y a causa de las constantes conspiraciones que a través de colegios y sodalicios
religiosos se instrumentaban, el Estado empieza a disolverlas y controlar su
constitución11.
Coexistían con las asociaciones mencionadas la societa, mero contrato sin
personalidad diferenciada de la de sus socios, y cuya su suerte estaba atada a la
muerte o incapacidad de alguno de ellos. La asociación no era aún analogable,
entonces, a la sociedad: mientras la primera actuaba en el mundo jurídico como
sujeto individual y autónomo, la segunda no trascendía al exterior siendo una simple
relación contractual -interna- entre socios. Así, la societas se reducía a un contrato
consensual, de buena fe, en virtud del cual dos o más personas –socii- se obligaban
recíprocamente a poner en común bienes o actividades de trabajo para alcanzar un
fin lícito de utilidad común. No obstante, tales aportaciones no llegaban a conformar
un patrimonio separado o escindido del de los socios, quienes aún seguían siendo los
dueños de lo aportado y respondían por las obligaciones sociales. Las societas
podían dividirse atendiendo su objeto, básicamente, en dos grupos: universales y
particulares. Dentro de las del primer grupo la más difundida era la societas omnium
bonorum, que se caracterizaba por la aportación común de todo patrimonio presente
y futuro de sus integrantes. La misma se origina en el consortium, comunidad
doméstica surgida entre los filiifamilias a la muerte del pater para preservar el

10
Cfr. Iglesias J., Derecho Romano, 6° ed., Barcelona, 1979, ps. 158 a 160. Para este autor,
antes de eso no puede hablarse de personas jurídicas, sino del propio Estado.
11
Cfr. Iglesias J., Derecho Romano…cit. p. 163. Incluso una ley –la Iulia de collegis-
disolvió las asociaciones existentes, con excepción de las más antiguas, y sometió la constitución de
nuevas a la autorización del Senado o del príncipe.

19
patrimonio de este12. Tratándose de simples contratos, la administración de la
sociedad correspondía a todos los socios, los negocios llevados adelante por alguno
de ellos sólo les eran imputables a este, y los terceros que contratan con un socio no
podían reclamar a los otros. Existían también societas cuya administración cabía al
Estado, tal el caso de las publicanorum o vectigalium.
Dentro de un grupo de sociedades particulares, más modernas y dedicadas a
la explotación de grandes empresas, se destacaba la societas unius rei, en que los
asociados ponían en común la propiedad o el uso de una o varias cosas restringiéndo
su relación a una única operación –compra de un fundo para explotarlo- y la societas
alicujus negotiationis, en que los valores puestos en común tenían como finalidad
una serie de operaciones de un género determinado –el comercio de esclavos, de
vino, la actividad de banca, etc.-13.
D.- En el Medioevo (476-1453) La invasión sufrida por el Imperio romano y
su posterior caída importaron un cambio de orden, al que sucedió la descomposición
del poder centralizado y la creciente inseguridad de los individuos para desplazarse
entre las distintas regiones antes unidas. Ello generó un retroceso en el tráfico
mercantil con su consecuente demora en la evolución de un instituto como el de la
sociedad comercial que ya empezaba a incorporar elementos propios de otras
culturas, principalmente germánicas14. Estos agregados, que partían de concepciones
consuetudinarias sobre la propiedad y eran independientes de la voluntad de los
integrantes de la comunidad -no se ajustaban a las necesidades de la vida sedentaria
ni del comercio como se lo conocía en Roma-, influyeron en el posterior
reconocimiento de sociedades no instrumentadas. Estas se derivaban más del status
de sus integrantes que de sus voluntades15. Puede afirmarse que las primeras
sociedades comerciales con características similares a las actuales, tienen su origen
en algunos de sus tipos colectivos y en comandita de esa primera época16.
En el siglo XIII aparecen las commendas y con ellas las compañías marítimas de
Génova y de Venecia. Estos contratos agrupaban a dos o mas socios, uno de ellos
denominado gestor –tractans- que se desplazaba con la mercadería y aportaba un
tercio del capital, y otro denominado capitalista –stans- que contribuía con los dos
tercios restantes. Al tiempo de efectuarse la liquidación final se consideraban capital
12
Cfr. Iglesias J., Derecho Romano…cit. , ps. 166, 432 y 434; Petit, E, Tratado elemental de
derecho romano, Bs. As., 1982, p. 509; Arangio-Ruiz, V. Instituciones de derecho romano, trad. de
la 10° ed. italiana, Bs. As., 1986, p. 389.
13
Cfr. Petit E, Tratado…cit. p. 511.
14
No es posible descartar ni la influencia del derecho germánico en el derecho romano
tardío, a partir de las sucesivas invasiones de godos, visigodos y ostrogodos, ni el posible influjo de la
cultura islámica. Ambos derechos no desconocían formas asociativas similares a las colectivas
propias del derecho romano. Cfr. Méndez Sarmiento E., Síntesis histórica …cit. LL 1978-D, p. 1190;
Roca E., Observaciones…cit., ED 7-962.
15
Cfr. Cabanellas de las Cuevas, G., Introducción al derecho societario –Parte general-, Bs.
As., 1993, t. 1, p. 130.
16
Cfr. Garo, F., Sociedades comerciales, Bs. As., 1949 t. I vol. I, p. 13.

20
y beneficios como un todo, correspondiendo al socio gestor su tercio más la cuarta
parte del resto17. La identidad del socius stantus solía permanecer oculta, con lo que
limitaba su responsabilidad al capital aportado, siendo el tractator quien contrataba
y se responsabilizaba frente a los terceros, para los que no existía fondo social, razón
social ni patrimonio diferenciado, sino sólo el gestor18. Aunque pensadas para el
comercio marítimo, las commendas no demoraron mucho en ser adoptadas por el
comercio terrestre, también como aquel más con los caracteres de una participación
oculta que de una verdadera sociedad. No transcurrió mucho tiempo antes de que, en
Italia, estas pasaran a constituirse con domicilios propios y contabilidad ordenada, a
fin de llevar adelante series de negocios determinados uniendo a socios permanentes
-que conformaban con sus nombres la razón social- con diversos sujetos
suministradores de capitales. De tales comanditas terrestres surgiría años más tarde
en el público en general la viva convicción de enfrentarse a asociaciones que dan
vida a un ente autónomo distinto de los socios19. El Estado, que nunca fue del todo
ajeno a estas iniciativas -toda vez que las compañías requerían, cuanto menos, de su
autorización para su creación y funcionamiento-, habría de prestarles mayor atención
siglos después, cuando estas se transformaran en vehículos propicios para llevar
adelante los grandes cambios operados en el tráfico durante el período de los viajes
y descubrimientos.
Corresponden al siglo XIII los primeros antecedentes de agrupaciones de
sociedades, conocidos como montes italianos. Se trataba de asociaciones de tipo
bancario formadas por prestamistas acreedores de las ciudades italianas, que,
mediante empréstitos públicos, obtenían de aquellos adelantos sobre los impuestos –
además de beneficios como la explotación de territorios ultramarinos- cuya
recaudación indirecta adjudicaban al grupo financiero. El empréstito se anotaba en
un registro de deuda pública y se lo dividía en partes iguales denominados loca, que
daban derecho a una participación proporcional en los ingresos del Estado dados en
garantía del crédito. Las loca eran consideradas cosas muebles libremente
enajenables –además de trasmisibles por herencia y exentas de impuestos- que daban
derecho a una participación. Adquirían también existencia documental mediante el
otorgamiento de certificados extraídos de los libros del Banco o montes20.
17
Cfr. Zaldivar E. y ots., Cuadernos…cit., Vol. I, p. 4.
18
Cfr. Garo, F, Sociedades…cit. t. I vol. I, p. 16. En el derecho alemán figuras similares a la
commenda unilateral –sociedad sendeveh- se encuentran documentadas en Westfalia, en 1120. Era
una sociedad accidental originada en que una persona entrega a otra mercadería o dinero para su
enajenación, pactando la participación en las utilidades. En la mayoría de los casos se trataba de un
envío a otro lugar y su comercialización en el extranjero, conservando el remitente la propiedad de la
cosa y quien actúa en el extranjero asumiendo el rol de gerente de la sociedad. Cfr. von Gierke J.,
Derecho comercial y de la navegación, Bs. As., 1957, t. I, p. 267; Pic, P., Traité…cit. , t. 1, p. 108.
19
Cfr. Vivante C. Tratado de derecho mercantil–De las sociedades mercantiles-, 5° ed.
Madrid, 1932, t. II, p. 10.
20
Cfr. Sussini M., Memoria sobre las sociedades por acciones en Italia, Holanda, Francia e
Inglaterra desde fines de la edad media, en Estudios jurídicos en Homenaje al Profesor Enrique A .C.

21
Recurriendo a una estructura similar, los habitantes de las ciudades del norte de
Italia organizaban manoe o mahonas –ayuda en árabe- a fin de financiar riesgosas
expediciones navales, con la promesa del Estado de otorgarles concesiones y
privilegios varios relacionados con la empresa a acometer. La Banca de San Jorge, a
la que aludiremos más adelante, es el resultado de la unión de manoas genovesas.
Sería en Florencia, cerca del 1300, donde por primera vez la sociedad
mercantil se configure como una entidad con personalidad jurídica distinta de la de
los socios, con capital, domicilio y contabilidad propia. “La sociedad se identifica
con una razón social, pero al lado de los que se presentan como responsables,
aparecen los ‘suministradores de capitales’, que limitan su responsabilidad a lo que
se han comprometido a aportar. Es la sociedad en comandita la que hace así,
primeramente su aparición21”. En la Alta Edad Media comenzarían a aparecer
diversas formas asociativas adicionales, fundamentalmente a partir de la labor
conjunta de artesanos y otros gremios, que posteriormente complementarían todas
estas figuras.

E. Durante el período de los descubrimientos y apertura de nuevas rutas


comerciales Las Compañías Holandesas La creciente expansión comercial de fines
de la Edad Media, que trae consigo la apertura para Europa de nuevos mercados y la
búsqueda de nuevas y mejores rutas de tráfico, es el preludio de una nueva época de
descubrimientos, conquistas y colonización. Para acometer tales fines, Estados y
particulares recurren a formas asociativas más complejas, que combinan
principalmente los caracteres de aquellas ya existentes -como las commendas-, con
la necesidad de incorporar grandes capitales de riesgo para tales empresas. A ello se
suma que la usual clandestinidad del socius stantus propia de las commendas
comienza a desaparecer con la creación de registros para tal contrato -Florencia,
siglo XV y Bolonia, siglo XVI- y la obligación impuesta de llevar libros regulares y
ostentar razón social.
Simultáneamente con el descubrimiento para los europeos de la existencia de
América aparecen las primeras Compañías, antecedentes directos de las actuales
sociedades anónimas. En sus primeras modalidades, sus fines se relacionaban más con
la realización de grandes, riesgosas y principalmente excepcionales empresas ligadas a
un interés público -la prosperidad del Estado- 22, que con la idea de aglutinar capitales.
Pero si las sociedades anónimas tal como hoy las conocemos son mayormente
producto de la evolución económica de fines del siglo XVIII y la primera mitad del
siglo XIX que alumbraran descubrimientos, conquistas y colonización, estas reconocen
su origen en el siglo XV. Ya entonces encontramos antecedentes en que se recurría a

Aztiria, Bs. As., 1966, ps. 279 y 280; Cfr. Méndez Sarmiento, E, “Síntesis histórica…cit. LL 1978-
D, p. 1190.
21
Garo, F, Sociedades…cit. t. I vol. I, p. 16.
22
Cfr. Garo, F., Sociedades...cit. t. I vol. I, p. 17; Pic P., Traité...cit. t. 1, ps. 113 y 114. Se
trataba, más que de constituir una sociedad en sí, de obtener una autorización real para llevar adelante
una empresa determinada de la que derivara, lucro para el Estado y lucro para los participantes.

22
la división del capital en acciones, tal el caso del genovés Banco de San Jorge23,
fundado en 1409 y que operara hasta fines del siglo XVIII –año 1799-24. Se trataba de
una mahona cuya fundación obedeció a la consolidación de la deuda pública genovesa
en un empréstito dividido en loca registrado en el Libro de deuda pública, a partir del
cual se emitían certificados. El Banco alcanzó un papel preponderante en el desarrollo
de la República de Génova, ya que incluso llegó a gobernar la mayoría de sus colonias
–Córcega entre otras-, según las directivas de sus mayores participantes, quienes
controlaban su administración25.
Transcurrido un siglo de la expansión comercial de Europa hacia oriente y
del descubrimiento de un Nuevo Mundo, se hizo necesaria la evolución de la
Compañía como tipo asociativo, transformándolo en vehículo apropiado para las
riesgosas y costosas empresas que Estados y particulares acometían26. La Compañía
Holandesa de las Indias Orientales, de 1602, señala un hito en tal sentido. Esta, que
tenía como finalidad reunir capital para solventar el riesgoso comercio marítimo,
preveía la obligación de rendir cuentas a los inversores en proporción a sus aportes.
En un principio este tratamiento de cuentas debía realizarse una vez concluidas las
empresas o transcurridos diez años, pero posteriormente la Compañía empezó a
distribuir utilidades cada dos años, y sus acciones pasaron a ser negociables y
transmisibles vía endoso. En su centenaria y próspera existencia -operó hasta 1703-
la Compañía llegó a otorgar dividendos que frecuentemente alcanzaron hasta el
cuarenta y sesenta por ciento del valor nominal de cada acción. Parte de estos
extraordinarios ingresos guardaban directa relación con las amplias concesiones que
el gobierno holandés le confiriera, como armar ejércitos y flotas, hacer la paz con los
príncipes de Holanda, acuñar moneda, administrar justicia y nombrar gobernadores
o agentes27.
La Compañía Holandesa de las Indias Orientales pronto se erigió como un
precedente para otras asociaciones, como la que se constituyó por concesión de 1621
y se llamó Compañía Holandesa de las Indias Occidentales. A esta también se le
otorgaron amplísimas facultades, entre las que se contaban las de hacer contratos,
pactos, alianzas con los príncipes y naturales de los países comprendidos en el
privilegio, construir fortalezas, admitir gente de guerra, nombrar gobernadores y
funcionarios de justicia, desarrollar el comercio, deportar y despedir funcionarios,
entre muchas otras. Esta Compañía –y las que la sucedieron- en cierta forma
reproducían los caracteres básicos del Estado que las creaba: su dirección podía estar
a cargo de un Gobernador General, que debía seguir las instrucciones que el

23
Su nombre era Il Monte o la societá delle compeere e dei Banchi di San Giorgio.
24
Cfr. Pic P., Traité…t. 1, p. 111; Rivarola M. A., Sociedades Anónimas, 5° ed., Bs. As.,
1957 t. 1, p. 69.
25
Cfr. SussinI M., Memoria…cit. p. 281. El poder supremo residía en el Gran Consejo,
integrado por cuatrocientos ochenta miembros con al menos diez loca cada uno, el que se renovaba
anualmente, mitad por sorteo y mitad por elección. El Gran Consejo ejercía jurisdicción civil y
criminal en materia social
26
La reunión de grandes capitales exigía la posibilidad de que las participaciones
individuales circularan, porque una inversión. Vid. Ascarelli, T., Iniciación al Estudio del Derecho
Mercantil, - Barcelona, 1964, p. 55. “es tanto más fácil cuanto más fácil es, para quien ha invertido,
la posibilidad de retirarla, posibilidad vedada a las estructuras propias del período anterior.”
27
Cfr. Sussini M., Memoria…, p. 283.

23
gobierno holandés y la propia Compañía a través de sus embrionarios órganos le
formularan. Además se complementaba con cinco Cámaras de Directores cuyos
integrantes se renovaban, cada dos años, por tercios, con funciones y limitaciones
análogas a las de los actuales directores. Estos “debían percibir una gratificación del
1% de las expediciones, retornos y presas y del ½ % solamente sobre el oro y la
plata que se distribuyera, en distintas proporciones, entre las Cámaras. Los
Directores no podía proveer ni vender a la Compañía, navíos, mercaderías o
establecimientos que tuvieran en todo o en parte, ni comprar ni mandar a comprar
mercaderías, géneros de la Compañía directa o indirectamente, ni tener parte o
proporción en ellas. En caso de contravención probada, perderían sus gratificaciones
de un año en beneficio de los pobres y serían separados de sus cargos28”. El futuro
régimen de remuneración de los administradores –la idea de topes- y de
incompatibilidades de contratación, ya empezaba a perfilarse con claridad. Como
antecedente –o en consecuencia cada seis años los Directores debían practicar un
balance general que contemplara las ganancias y pérdidas.
Según vimos, estas Compañías fundaron lo que posteriormente sería la
matriz de las actuales sociedades anónimas. De hecho se trataba en todas sus
variantes de creaciones de derecho público, ya que sólo el Estado podía autorizar su
funcionamiento –darles vida-29. Su capital llegó a representarse por títulos
transmisibles por causa de muerte de su titular, cesibles entre vivos y,
posteriormente, negociables en las bolsas30.
G. Evolución del instituto en Francia. La monarquía también francesa
presintió los servicios que podrían prestarle las grandes compañías, permitiendo su
fundación. Pero por entonces “la creación de un ser [era] un acto divino o por lo
menos real. Una compañía no puede tener personalidad a falta de una incorporation
según la expresión inglesa. En Francia era una Carta real lo que le daba la vida. El
rey no las otorgaba más que en razón de un gran interés público: la explotación de
las colonias, el comercio marítimo y, más tarde, la banca y los seguros. Pero si el
objeto era de importancia le daba su protección, se interesaba personalmente y
concedía la nobleza a los que colaboraban en ella y la naturalización a los
extranjeros e incluso se desprendía en su favor de algunas parcelas de su poder
soberano: los derechos de guerra, de justicia y de acuñar moneda”31. Tomando como
modelo la Compañía Holandesa de las Indias Orientales, durante los siglos XVII y
XVIII por diversas concesiones se fundan en Francia las Compañías Francesas de
las Islas de América –1626-, Nacelle de Saint-Pierre Fleurdelysée –1627-, de la
Nueva Francia –1628-, de las Indias Orientales y de las Indias Occidentales –ambas

28
Cfr. Sussini M., Memoria…, ps. 284 y 286.
29
Cfr. Perez Fontana S., Sociedades anónimas –comentarios a la ley 16.060-, Montevideo,
1991, vol. I p. 9; En realidad todas estas Compañías tiene su origen en el derecho público, y su
existencia les es asignada por el Estado.
Cfr. Roca E., Observaciones…cit., ED 7-962.
30
Cfr. Garo, F., Sociedades…cit. t. I vol. I, p. 20.
31
Ripert, G., Aspectos Jurídicos del Capitalismo Moderno, Bs. Aires, 1950, p. 57.

24
del año 166432-, del Senegal, de Madagascar, de Cabo Verde y de Guinea, entre
otras. Aparecen también con estas Compañías, dotadas de amplísimas facultades
como sus pares holandesas, una suerte de junta ya claramente delimitada. Esta
reunión o asamblea convocaba a los principales inversionistas para el tratamiento de
las cuentas y el desenvolvimiento del negocio.
A diferencia de sus pares holandesas, la anunciada prosperidad que las
Compañías traerían al estado francés y particulares no fue tal –el ruinoso Banque
Générale de John Law es posiblemente el caso más sonado33-, por lo que al tiempo
de la Revolución de 1789 el descrédito de las sociedades por acciones era
mayúsculo, tanto así que por decreto del 24 de agosto de 1793 estas fueron
suprimidas, prohibiéndose su establecimiento a futuro sin autorización legislativa
previa34. Pero con la sanción del Código de Comercio de 1807 este tipo social –junto
con su subtipo en comandito-, que a poco de su prohibición la realidad negocial ya
había reinstalado, es finalmente regulado, primero por aquel de manera deficiente, y
posteriormente con un mayor grado de precisión a efectos de prevenir estafas, en
185635. El Código también estableció la obligatoriedad de la previa aprobación de
los estatutos de las sociedades anónimas por el Estado para su establecimiento, lo
que por cierto excedía el mero control de policía constituyendo en vez uno de
legitimidad y mérito (art. 37). En cambio, las en comanditas por acciones no
requerían tales recaudos. Posteriormente, Francia suscribe el Tratado de Comercio
del 30 de abril de 1862, que produce una apertura con consecuencias disvaliosas: las
sociedades constituidas en Inglaterra comienzan a operar en el territorio francés en
ventaja por sobre las sociedades nacionales. Esto hizo necesario modificar el

32
Estas ya preveían en sus contratos la libre transmisibilidad de sus acciones.
33
El banquero escocés Law, con la venia del Estado francés, había fundado en 1716 el
Banque Générale y la Compañía del Mississipi –a la usanza de las Compañías Holandesas- para la
explotación del comercio en América del Norte. La idea de Law era la de convertir el fuerte
endeudamiento del Estado, a partir de la explotación de los territorios americanos, a cuyos fines
incluso se lo autorizó a imprimir moneda. Pero los movimientos efectuados generaron tal fiebre
especulativa entre los inversores que el resultado del emprendimiento fue su pronta bancarrota –
1720-.
34
Cfr. Sussini M. Memoria…cit. , ps. 293 y 294, quien, citando a Cambon aludía que
“existe en este momento [se refiere al tiempo de la Revolución] una lucha a muerte entre los
mercaderes del dinero y la consolidación de la República. Hay que matar a todas esas asociaciones
destructivas del crédito público”. Además, se señalaba que las acciones negociables emitidas por
estas sociedades podían servir de moneda, en competencia con la facultad de emitir y acuñar del
Estado. En igual sentido Ripert, G., Aspectos Jurídicos…cit. p. 58, quien señala que cuando la
Revolución proclamó la libertad del comercio y de la industria las grandes compañías no pudieron
beneficiarse de aquella por cuanto “eran sospechosas en razón de su origen de regalía”. Las negativas
consecuencias de las sociedades anónimas para la economía francesa de fines del siglo XVIII
seguramente influyeron en el ánimo de Vélez Sarsfield, quien al tiempo de la primera codificación
las observaba con recelo.
35
En realidad, el Código de 1807 se ocupaba mayormente de las sociedades colectivas y en
comanditas, obteniendo una importante gravitación en una materia para la que fijó el molde de todas
las codificaciones posteriores Cfr. Roca E., Observaciones…cit. ED 7-962.

25
régimen del Código, sancionándose en consecuencia –y con urgencia- el la ley del
23 de mayo de 1863, que creó un nuevo tipo de sociedad anónima simplificada –
basada en las por entonces primitivas private companies inglesas, antecedente
directo de las sociedades de responsabilidad limitada-, y que finalmente no
funcionaron.
Mientras estos intentos fracasaban, gracias a la franquicia otorgada por el
Código de 1807 a las comanditas para emitir acciones representativas del capital no
colectivo (sociedad mayormente destinada a resguardar la existencia de las prácticas
comanditarias de las ciudades marítimas), su utilización se tornó tan frecuente que
practicamente sustituyó a la anónima. Esta tendencia se mantuvo hasta que la
posterior ley de sociedades -24 de julio de 186736- suprimió la exigencia de
autorización previa, que desde tiempos de la Revolución era requerida para el
funcionamiento de las sociedades anónimas. “A partir de entonces, la comandita por
acciones pasó a ser un fósil jurídico, en razón que la falta de dominio del accionista
sobre los administradores, amos exclusivos y excluyentes del giro social, elimina la
posibilidad de que la mayoría sea realmente propietaria de los bienes o de la
empresa poseídos por la sociedad37”.
La ley del 24 de julio de 1867, más allá de las constantes y numerosas
modificaciones que sufriera, se mantuvo como texto principal del derecho societario
francés durante casi un siglo, hasta la sanción de la ley 577 de 1966, la que también
ha sido adaptada a la evolución del instituto y del comercio.
G. Evolución del instituto en Inglaterra. Para algunos autores fue en
Inglaterra donde se desarrollaron las primeras compañías en que sus acciones podían
transmitirse libremente, según las previsiones que al respecto fijaran sus estatutos.
Así se citan ejemplos que anteceden la creación de la Compañía Holandesa de las
Indias Occidentales de 1602, en los que podían reconocerse algunos caracteres de las
posteriormente llamadas sociedades anónimas. Entre estos se destacan la Muscovia o
Compañía Rusa, creada por autorización de la reina María en 1555 y la Compañía
de las Indias Orientales creada en 1599 por autorización de la reina Isabel. Pero si
bien ambas se organizaban a través de un sistema de capital, no eran aún
propiamente compañías anónimas. Tuvieron sí como principal mérito el de dar la
pauta comercial de que sólo la gran y permanente inversión sería apta para atender
con éxito el intercambio económico creado a partir de la apertura de nuevas rutas
comerciales38.

36
Posteriormente las leyes del 17 de julio de 1856 y la de sociedades de responsabilidad
limitada del 23 de mayo de 1863 derogan la necesidad de autorización del gobierno para constituirse
y funcionar, paso previo para la sanción de la gran ley del 24 de julio de 1867 que suprimió de
manera definitiva la autorización guvernativa para funcionar, consagrando el sistema normativo. Cfr.
Perez Fontana S., Sociedades anónimas …cit. Vol. 1, p. 11.
37
Cfr. Roca E,, Observaciones…cit. ED 7-962.
38
Cfr. Roca E,, Observaciones… cit., ED 7-962.

26
Aunque los antecedentes más cercanos podrían sí encontrarse en las
merchant guilds –suerte de asociaciones de comerciantes-, lo cierto es que cabe
fijarlos hacia fines del siglo XVII, en que se da origen al mercado público de
acciones de Londres y a la fundación de las Compañías de América del Norte, de la
Bahía de Hudson y de la Bahía de Massachusetts. Estas Compañías comerciales
tenían al propio tiempo carácter político, y al igual que sus pares holandesas y
francesas ejercitaban la soberanía, razón por la cual tenía en ellas el Estado
amplísima intervención39.
Será solo en 1862 en que Inglaterra sanciona la fundacional Companies Act
sobre la que habrá de instrumentarse hasta nuestros días –con sucesivas
reformulaciones y modificaciones- su normativa societaria. En los albores del siglo
XX aparecerá un nuevo tipo de sociedad, las private companies -reguladas en el art.
37 de la Companies Act de 190740- y que surgen como una subespecie opuesta a las
sociedades anónimas –public companies-.
H. Rol del Estado en las primeras Compañías. Hemos señalado la
importancia e ingerencia del Estado en la creación y control de las Compañías. A
partir de ello se puede distinguir al menos tres estadios de participación41: 1.- en la
etapa inicial, correspondiente al otorgamiento de los privilegios legales -octroi-, el
Estado creaba un nuevo derecho objetivo para el caso singular sin que este tuviera
efecto respecto de casos similares (lex specialis constitutio personalis). Las primeras
compañías holandesas y sus pares francesas pertenecen a esta especie; 2.- al octroi
lo sucede el sistema de la concesión, etapa en que las Compañías gozaban de
determinados beneficios económicos y que si bien eran constituidas por particulares,
requerían de la autorización del Estado y posterior vigilancia para funcionar.
Aunque en apariencias ambos sistemas guardan semejanzas, entre estos existe la
misma diferencia existente entre un privilegio legislativo y un privilegio
administrativo. A este período corresponden la constitución de innumerables y
grandes Compañías -como la inglesa South Sea Bubble del año 1711, que por
monopolizar el comercio con América del Sur fue finalmente reprimida por la
Bubble Act de 1720-, las emisiones de acciones –del holandés aktien- y el traspaso
de la administración de personas designadas por el soberano a manos de los socios,
con el consecuente desarrollo de lo que luego serían los órganos sociales. Tanto los
sistemas de octroi como de concesión se mantuvieron hasta el siglo XIX; 3.-
finalmente ambos son sustituidos por distintos sistemas normativos o de de

39
Cfr. Rivarola M. A., Sociedades Anónimas, cit. 5° edición, t. 1, p. 70.
40
Si bien sociedades análogos ya operaban en Inglaterra y principalmente en Alemania,
circunscriptos en este último caso al rubro de la minería y a partir del dictado de la ley sobre su
explotación de 1892.
41
Cfr. Perez Fontana S., Sociedades Anónimas…cit. vol. I, ps. 9 y 10; Cfr. Sussini, M.,
Memoria...cit. ps. 282 y 283.

27
reglamentación legal42, que habrán de adquirir las particularidades propias del
Estado –y del sistema legal- en que se desarrollen.

II. Evolución en el Derecho argentino


A. Durante la existencia de los territorios de ultramar y el período
colonial. Desde la fundación de las primeras ciudades en el espacio que hoy ocupa
la República Argentina (Santiago del Estero, 1553) y durante todo el período
precolonial de los territorios de ultramar (1700), el comercio no se desarrolló en
estas latitudes de la manera vertiginosa en que lo hiciera en otros sitios. Se trataba
por entonces de lugares de tránsito mayormente despoblados, donde la producción
de bienes era escasa o nula. No es de extrañar entonces la ausencia de institutos
jurídicos propios o adaptados las necesidades de una región para la que bastaba con
replicar aquellos existentes en la península ibérica.
No sería entonces ajena a la práctica del embrionario comercio local, la
utilización de commendas, uniformemente designadas con el nombre de compañías,
en las que “el comendante o socius stans confía al comendatario la licencia real que
lo habilita para llevar a cabo determinada operación, dinero en efectivo o
mercaderías cuya estimación en dinero se consigna en la escritura para facilitar el
ulterior ajuste de cuentas, todo lo cual constituye su puesto. A su vez el
comendatario o tractator se obliga a llevar a cabo cierta negociación con estos
fondos –a los que eventualmente agrega algún aporte de capital- en un lugar
generalmente distante: ‘pongo el trabajo y ocupación de mi persona y diligencia de
ella’ dice, por ejemplo, el comendatario Lorenzo Garcés en 1594”43.
En 1661 Buenos Aires había sido dotada de Audiencia propia, prontamente
suprimida -1671- por presión de los comerciantes de Lima, capital del Virreinato del
Perú al que Buenos Aires pertenecía. Pero al iniciarse el siglo XVIII, Buenos Aires,
capital de la gobernación del Río de la Plata, ya era una plaza de estratégica
importancia a la que su participación en la conquista de Colonia del Sacramento –en
1705, fundada y ocupada por portugueses e ingleses en 1680-, le había valido el
título de “muy noble y muy leal”44. Y si bien aún no competía en desarrollo
económico y cultural con las otras dos gobernaciones que integrarían posteriormente
el Virreinato del Río de la Plata, la de Paraguay –su capital era Asunción- y la del
Tucumán -con capital en Salta-, su puerto pronto habría de darle gravitación por
sobre aquellas y rivalizaría con el de Lima.
Ya en la primera mitad del siglo XVIII era evidente que la administración de
justicia no era acorde a las necesidades de una ciudad cada vez mayor. Las
apelaciones eran por entonces recursos imposibles e impracticables para quienes
pretendían llegar a la muy distante Audiencia de Charcas, de la que junto con
Tucumán y Asunción dependía, por lo que resultaba imperiosa la erección de una
Audiencia en Buenos Aires, lo que finalmente sucedió en 1783. Esta estuvo

42
Cfr. Perez Fontana S., Sociedades Anónimas…lugs. cits.
43
Mariluz Urquijo J., Notas… Rev., del Instituto de Historia.. n° 22, ps. 95 y 96, quien ubica
este tipo de contratos en el Río de la Plata desde fines del siglo XVI hasta fines del siglo XVIII.
44
Cfr. Levene, R., Manual de Historia del Derecho Argentino, Bs. As., 1952, p. 240.

28
precedida por la creación del Virreinato del Río de la Plata en 1776, aunque bien
podría decirse que fue por necesidad de la primera que este finalmente se
establece45. Su creador, el Virrey Cevallos, años antes –durante el virreinato de
Vértiz, en 1778- había advertido al Rey que no solamente era útil sino de absoluta
necesidad su fundación por haber aumentado la importancia de los negocios de toda
clase46.
En el año 1794 se promulga la Real Cédula que crea el Consulado de Buenos
Aires, cuyo primer secretario fue Manuel Belgrano. La Real Cédula remite a la
aplición de las Ordenanzas del Consulado de Bilbao, sancionadas en el año 173747,
con prelación sobre la Recopilación Indiana48. En realidad, estas ordenanzas ya se
utilizaban con anterioridad49, y continuaron aplicándose por años, aún luego de la
declaración de la independencia y del dictado de las primeras leyes patrias. Las
Ordenanzas del Consulado de Bilbao apenas regulaban el funcionamiento de las
sociedades –Capítulo X De las Compañías de Comercio- mayormente como
contratos asociativos en cierta forma análogos a los previstos en el antiguo derecho
romano. Para aquellas cuestiones abordadas deficitariamente –o no tratadas- por las
Ordenanzas, se recurría a las Partidas50. No obstante, las Ordenanzas ya preveían
cuestiones capitales, como la imposición al momento de celebrarse la escritura de
constitución de la determinación de la forma en que se atenderían las pérdidas,
estando vedado a los socios retirar suma alguna correspondiente al capital o
ganancias hasta la finalización del contrato, si así no se hubiera estipulado.
En un valioso trabajo de investigación, Mariluz Urquijo refiere que “en el
Buenos Aires dieciochesco encontramos todos estos especimenes sociales
[comanditas y por acciones], especialmente sociedades colectivas y en comandita,
que aparecen con gran frecuencia. En momentos en que escasean las posibilidades
de invertir útilmente un pequeño o mediano caudal en alguna actividad que no
45
Si perjuicio de su importancia geopolítica, atento el avance portugués sobre los márgenes
del Río de la Plata.
46
Cfr. Levene, R., Manual de Historia…cit. , ps. 247 y 249.
47
En realidad se trata del cuerpo normativo correspondiente a la tercera etapa de su dictado
por la Universidad y Casa de Contratación de Bilbao (Etapa nueva) y que siguiera a las Etapas
primitiva (459 a 1560) y antigua (1560 a 1737). Estas Ordenanzas –cuyo nombre por entonces era el
de Ordenanzas de la Ilustre Universidad y Casa de Contratación de la Muy Noble y Muy Leal Villa
Bilbao- fueron además de las más importantes de la península ibérica y que rigieron en nuestro país
antes de la etapa de la codificación e inspiraron la mayoría de las legislaciones hispanoamericanas.
Cfr. Fernández R.L. y Gómez Leo O. R. Tratado…cit. t. I, ps. 59, 60 y 131.
48
En realidad, las Ordenanzas se encontraban en tercer lugar en el orden de prelación, ya
que estaban antecedidas en primer lugar por las pragmáticas, reales cédulas, órdenes y reglamentos
posteriores a la erección del Consulado y luego por la Real Cédula de creación del Consulado. Luego
de las Ordenanzas de Bilbao resultaban de aplicación la Recopilación de Indias de 1681 y las
Ordenanzas Reales de Castilla de 1492.
49
Mariluz Urquijo J., Notas… Rev., del Instituto de Historia.. n° 22, p. 101. Reconocían
parcialmente entre sus antecedentes a la Ordenanza de Comercio francesa de 1673, la que, por vez
primera se ocupa de regular el funcionamiento de las embrionarias sociedades colectivas y en
comandita.
50
Se trata de un texto perteneciente al reinado de Alfonso X El Sabio (1252-1284),
fuertemente influido por el derecho romano y canónico, que sufrió varias reelaboraciones hasta su
sanción legal en 1348 por disposición del Ordenamiento de Alcalá. Sin perjuicio de que su aplicación
era subsidiaria de los Fueros, las Partidas ocuparon un lugar preponderante en el derecho hispánico.

29
requiera personal dedicación, es el capital comanditario el habitual destino de los
fondos de mujeres, militares, profesionales o comerciantes retirados que aspiran a
obtener un razonable rédito de fondos que no quieren o no pueden rebajar
directamente ... En cuanto a las sociedades por acciones de carácter puramente
privado fueron contadas las que encontramos durante el periodo colonial. Algunas
apenas podrían considerarse como embriones de lo que la institución será más tarde
y más bien correspondería ubicarlas en un estadio intermedio entre la sociedad de
personas y la sociedad de capitales. Son compañías por acciones, verbigracia, la
compañía formada en 1789 para adquirir un barco que viaje a colonias extranjeras o
la que se constituye en 1806 para explotar el bergantín San Ignacio de Loyola ...
Seguramente fue la sociedad de seguros marítimos La Confianza, cuyos estatutos de
1796 preveían un capital de 400.000 pesos divididos en no menos de 70 accionistas,
la más importante de las compañías por acciones de la época colonial y la que
presentaba características que más se acercaban a la de la sociedad anónima
posterior”51. Esta sociedad aseguradora –La Confianza- surge de un conjunto de
grandes hacendados que proponen y obtienen de las autoridades locales aprobación
para la creación de una compañía privilegiada que, además, limitaba expresamente
en sus estatutos la responsabilidad de los socios intervinientes.
B. Derecho patrio. Producida la Revolución de Mayo, la Asamblea de 1813
sancionó varias disposiciones relacionadas con el derecho comercial, y, en 1815
incluso se dispuso el registro obligatorio de los contratos de sociedad por ante el
escribano del Consulado a fin de dotar a esa documentación de las formalidades y
seriedad propia de los asuntos que esta involucraba52.
La ruptura del vínculo con España –1816- no importó que los gestores del
embrionario derecho patrio ignoraran los avances de la más evolucionada legislación
con que contaban quienes antes los colonizaran53. Por Reglamento del año 1817 se
dispuso la continuidad en la observancia de las leyes españolas, en tanto no
contrariaran las que en el futuro se dictaran en estas tierras. Incluso, algunas
provincias como Mendoza, Corrientes y San Juan adoptaron como propias el para
entonces moderno español de 1829 -Código Fernandino o Código de Sainz Andino-,
que, al igual que una de sus principales fuentes –el Código de Comercio Francés de
1807-, poco se ocupaba del régimen societario. Pero la escasa legislación societaria
en modo alguno evitó la proliferación de intentos asociativos54. Del fracaso de uno
de ellos: la Compañía para la Navegación del Río Bermejo –1824-, se derivaron

51
Mariluz Urquijo J., Notas… Rev., del Instituto de Historia.. n° 22, ps. 102 y 103.
52
Cfr. Cfr. Fernández R.L. y Gómez Leo O. R. Tratado…cit. t. I, , p. 133.
53
El campo societario no fue la excepción. Incluso a poco de declarada la independencia, el
incipiente Estado Nacional en 1817 procuró sin éxito, mediante resolución de su Director Supremo –
Pueyrredón- la creación de la Compañía de la Unión de Sud América.
54
La sociedad anónima Banco de Descuentos se funda en 1822, la Sociedad Rural Argentina
en 1826, la Sociedad Pastoril de Merinos en 1836.

30
efectos que posteriormente serían tenidos en cuenta por los codificadores. Su
abrupto final se debió al secuestro de la nave que explotaba la compañía y la
detención de sus tripulantes por el gobierno paraguayo, entonces a cargo del dictador
Francia. Cuando cinco años más tarde es liberado su piloto a cargo, Nicolás
Descalzi, este reclamó judicialmente sus haberes y los gastos realizados a uno de los
accionistas, Juan Martín de Pueyrredón. Descalzi realizó su reclamo únicamente a
este por ser notoriamente el socio más solvente y “dispuesto a sostener el honor de la
compañía y el suyo personal”. No obstante, la Compañía dividía su capital en
acciones y registraba en sus estatutos la limitación de responsabilidad de sus socios
sólo hasta el capital que suscribieran55. La defensa de Pueyrredón estuvo a cargo de
Dalmacio Vélez Sarsfield quien posteriormente referiría “yo me vi en apuros en la
defensa de un pleito sobre esta materia, las sociedad anónimas existían en Buenos
Aires y no había ley sobre la materia”. Los planteos de Vélez en cuanto a que la
responsabilidad del socio se limitaba al importe de su suscripción no prosperó, y la
pretensión de Descalzi fue acogida favorablemente. El argumento del tribunal
distinguió para ello dos etapas en la vida de la Compañía para la Navegación del Río
Bermejo: una referida a su organización, para la que regía la limitación, y otra
atinente al viaje explorador en la que cada acreedor podía dirigirse contra cualquiera
de los socios, ya que hasta el regreso de la expedición la sociedad se reputaba
anómala, y sólo del resultado positivo de aquella se derivaría, posteriormente, su
regularidad.
En torno a la constitución de sociedades, por decreto del 24 de agosto de
1826 –dictado por Rivadavia y Salvador María del Carril- se produce un cambio
copernicano, cesando la tibia intervención del poder Ejecutivo e introduciéndose
toda una novedad: los bancos y compañías, cuando la responsabilidad del socio
fuera limitada, ya no podrían formarse sin la previa autorización por ley especial de
la legislatura. Este sería durante tres décadas el único texto legal patrio referente a
sociedades anónimas.56. Antes de ello sólo cabía la registración obligatoria de los
contratos de sociedad ante el escribano del Consulado, según su disposición del 22
de noviembre de 1815.

55
Seguimos el prolijo trabajo de investigación y reconstrucción de los hechos efectuado por
Mariluz Urquijo J., “Las sociedades anónimas en Buenos Aires antes del Código de Comercio”, en
Revista del Instituto de Historia del Derecho Ricardo Levene, n° 16, Buenos Aires, 1965, págs. 39 a
45.
56
El decreto aludía a compañías consolidadas, que eran aquellas en las que los socios no se
encontraban ilimitada, mancomunada y solidariamente obligados por las obligaciones sociales. Hasta
entonces las sociedades anónimas no requerían autorización legislativa para funcionar, y operaban
gracias a privilegios, como en el caso del Banco de Descuentos (por la Junta de Representantes) o la
Sociedad Rural Argentina (Presidente de la República).
Véase especialmente, Mariluz Urquijo J., “Las sociedades anónimas…” cit. Revista del
Instituto de Historia , n° 16, págs. 43 y 44.

31
En rigor, el primer ordenamiento propiamente argentino que vino a sustituir
el ordenamiento español en materia mercantil es el Código de Comercio de Buenos
Aires de 1859, posteriormente adoptado por la Nación en 1862. Este tampoco se
abocaba de una manera acabada al estudio de las sociedades57. No obstante, ya desde
la sanción de la Constitución Nacional de 1853 todos los habitantes de la
Confederación Argentina gozaban del derecho inalienable de asociarse con fines
útiles –su art. 1458-, práctica que obviamente se realizaba in extenso aún antes de su
reconocimiento y sin perjuicio de la inexistencia o insuficiencia de la legislación59.
Como dijimos, el Código entonces adoptado no representaba mayores avances
respecto de sus antecedentes hispánicos, más allá de la inclusión 21 de artículos
referidos a las sociedades anónimas60.
El Código de Comercio de 1862 tuvo una efímera existencia: en 1889 un
nuevo Código que tomaba como base aquel lo sustituyó, para ahora sí ocuparse en
detalle de las sociedades, a partir del “notable desenvolvimiento que han
experimentado entre nosotros” y que forzaran a los legisladores a “transformar
completamente” las normas existentes, según refiriera el informe de la comisión
reformadora. Además de las ley portuguesa e italiana mencionada como
antecedentes del Código, “y las leyes francesa de 1867 e inglesa de 1862, existían ya
en aquella época la ley belga, de 1873; el código federal suizo de las obligaciones,
de 1881; el código de comercio español, de 1885; el código general de comercio
alemán de 1861, y las leyes alemanas, de 1870 y 1884. Nuestro país, formado con
población extranjera, y nuestra industria y comercio, a base de capitales europeos,
exigían una legislación que se inspirase en aquellos modelos”61.
La constante evolución de las sociedades como vehículos para el
emprendimiento de las más diversas empresas hicieron que, a poco de sancionado,
las disposiciones del Código de 1889 también se mostraran insuficientes, dando
lugar a una sucesión de leyes correctivas que procuraban mantener actualizada las
normas frente al constante desarrollo del instituto. Así se suceden: la ley 4.157
sobre la expresión del valor de las acciones, las 3.528 y 8.867 referidas a sociedades
constituidas en el extranjero, las leyes 5.125 y 6.788 sobre balances, la 8.867 de

57
Es sabida la desconfianza que a Vélez Sársfield producían las sociedades anónimas, a las
que en tiempos de la sanción del Código consideraba más como instituciones propicias para la
especulación financiera que para aglutinar capitales con fines productivos.
Véase especialmente Mariluz Urquijo J., “Las sociedades anónimas…”cit. Revista del
Instituto de Historia , n° 16, p. 31.
58
Tal disposición, que se ha mantenido inalterada, importa incluso el derecho de crear o
constituir nuevas sociedades y el de participar en aquellas ya existentes, por lo que las leyes que en
consecuencia se dicten deben interpretarse de modo tal que no lo restrinjan. Cfr. Cám. CC, II, Santa
Fe, , SP LL., 1981-392.
59
Corresponden a este período grandes sociedades como la Compañía de Gas, de 1852, que
proveía alumbrado a la ciudad de Buenos Aires.
60
Cfr. Cabanellas de las Cuevas, G., Introducción al Derecho Societario…cit-. t. 1, p. 142.
61
Sobre ello, véase la reseña de Rivarola. M.A. Sociedades Anónimas cit., t. 1, p. 75.

32
debentures, la 11.388 de cooperativas, entre otras. Particular importancia tiene la ley
11.645 de 1932, en cuanto incorpora a nuestra legislación la sociedad de
responsabilidad limitada, tipo hasta entonces desconocido. No obstante, la norma en
cuestión respondía más a necesidades económicas no satisfechas por las formas
societarias previstas en el Código, que a verdaderas reformas estructurales del
régimen62. Sin perjuicio de las sucesivas modificaciones apuntadas –y los diversos
proyectos de ley de sociedades elevados-, el Código mantuvo su vigencia sobre el
particular durante casi un siglo, hasta la sanción en 1972 de la ley 19.550 de
Sociedades Comerciales (LS). No resulta de ello que la ley 19.550 ha venido a
sustituir el imperio del Código en la materia, toda vez que sus disposiciones,
incorporadas a este, lo integran (art. 384 LS).
La ley 19.550 se inspira mayormente en los proyectos de reforma al Código
de Comercio de Malagarriga y Aztiria, de 1958, en el de la Comisión Revisora de
1963, y en las por entonces recientes leyes española de 1951, alemana de 1965 y
francesa de 1966. Sin embargo, ella resulta más bien una creación patria, producto
de adecuar –reelaborando- normas preexistentes a soluciones adoptadas por los
tribunales y a la opinión de doctrinarios locales, mas que una adaptación de leyes
extranjeras.
La LS ha sido modificada o afectada por leyes relacionadas varias veces
desde su sanción, entre otras por las siguientes normas:
La ley 19.666 (B.O. 7/6/72) modificó los arts. 342 sobre inhabilidades e
incompatibilidades del fiduciario y 351 sobre quiebra de la sociedad que hubiera
emitido debentures con garantía (además de los arts. 368 y 369 –actuales 385 y 386-
sobre disposiciones derogadas, transitorias y cuestiones relativas a la vigencia y
aplicación de la LS).
La ley 19.880 (B.O. 18/10/72) sustituyó el art. 369 –actual art. 386- y que
refiere a cuestiones relativas a la vigencia y aplicación de la LS.
La ley 20.468 (B.O. 6/6/73) sustituyó los art. 261 y 311 sobre el régimen de
remuneración del directorio y el art. 369 –actual art. 386- y que refiere a cuestiones
relativas a la vigencia y aplicación de la LS.
La ley 20.643 (B.O. 11/2/74) en su Título III, Capítulo III, reglamentó la
nominatividad de los títulos valores privados.
La ley 20.705 (B.O. 26/8/74) estableció el régimen de funcionamiento de las
sociedades del Estado.
La ley 21.304 (B.O. 6/5/76) sustituyó el art. 284 párr. 2° haciendo optativa la
fiscalización privada, salvo para los supuestos del art. 299 inc. 2 que también
modificó.

62
Cfr. Halperín, I., Sociedades de Responsabilidad Limitada, , Bs. As., 1980, p. 4.

33
La ley 21.357 (B.O. 26/7/76) sustituyó el art. 10 referido al régimen de
publicidad de las sociedades de responsabilidad limitada y por acciones.
La ley 21.768 (B.O. 13/3/78) crea el registro de contratos constitutivos de
sociedades (posteriormente sustituida por ley 22.280).
La ley 22.169 (B.O. 25/2/80) fija el control administrativo unificado de la
Comisión Nacional de Valores sobre las sociedades que hagan oferta pública.
La ley 22.182 (B.O. 7/3/80) sustituyó los arts. 186 y 302 sobre capital social
y el régimen de sanciones aplicables por la autoridad de conralor.
La ley 22.280 (B.O. 3/9/89) fija el ámbito de aplicación del registro de
contratos constitutivos de sociedades comerciales.
La ley 22.315 (B.O. 7/11/80) organiza la Inspección General de Justicia,
fijando su competencia y parcialmente sus funciones.
La ley 22.316 (B.O. 7/11/80) determina las funciones de la Inspección
General de Justicia.
La ley 22.686 (B.O. 2/12/82) sustituyó los arts. 188 sobre aumentos de
capital, 202 sobre emisiones bajo la par, 234 sobre asambleas ordinarias y 237 sobre
la convocatoria a asambleas.
El decreto 1493/82 (B.O. 16/12/82) reglamenta la ley 22.315 de organización
de la Inspección General de Justicia.
Con la ley 22.903 (15/9/83) se produce la mayor reforma de la LS,
sustituyéndose los arts. 11, 12, 22, 33, 50, 54, 55, 61, 62, 63, 64, 65, 67, 68, 70, 72,
73, 75, 76, 77, 78, 79, 80, 81, 82, 83, 84, 87, 87, 88, 94, 95, 98, 110, 129, 149, 150,
152, 153, 154, 155, 157, 158, 159, 160, 162, 183, 184, 186, 187, 194, 195, 197, 199,
200, 201, 203, 208, 214. 215, 223, 238, 241, 244, 245, 251, 256, 258, 259, 260, 263,
264, 267, 271, 274, 280, 284 287, 297 y 366. Así se introducen cuestiones atinentes
al domicilio, a las sociedades irregulares y de hecho, a las relaciones de los socios
con la sociedad, su personalidad, documentación y contabilidad social, a los
regimenes de transformación, fusión y escisión, a la resolución parcial, a la
liquidación, se regula sobre contratos de colaboración empresaria y se modificaron
de manera significativa los regimenes de las sociedades de responsabilidad limitada
y anónima.
La ley 22.985 (B.O. 25/11/83) sustituyó los arts. 104 sobre los informes a
rendir por los liquidadores y 244 sobre asambleas extraordinarias y supuestos
especiales (ambos previamente modificados por ley 22.903) y el art. 3 de la ley
22.903.
La ley 23.576 (B.O. 2/8/88; modificada por ley 23.962 B.O. 6/8/91) fijó
pautas para la emisión de obligaciones negociables, la que posteriormente
reglamentó por decreto 156/89 (B.O. 13/2/89).

34
La ley 24.409 (B.O. 28/12/94) aprobó la aplicación de la Convención de la
Haya de 1956 sobre el reconocimiento de personería jurídica de las sociedades,
asociaciones y fundaciones extranjeras.
La ley 24.435 (B.O. 17/11/95) modificó el art. 194 sobre el derecho de
suscripción preferente y art. 12 de la ley 23.576.
La ley 24.467 de Pequeña y Mediana Empresa (B.O. 28/3/95 modificada por
ley 25.300 B.O. 7/9/00) en su Título II reguló las sociedades de garantía recíproca.
La ley 24.587 (B.O. 22/11/95) se ocupa de la nominatividad de los títulos
valores privados, posteriormente reglamentada por decreto 259/96 (B.O. 20/3/96).
El decreto 23/99 (B.O. 20/1/99) crea el Registro Nacional de Sociedades,
encomendando a la Inspección General de Justicia su concreción, organización y
puesta en funcionamiento, la que lo reglamentará por Resoluciones IGJ 4/99, 7/03,
8/03, 11/03, 12/03, 5/04, 9/04, 12/04, 22/04, 2/05, 3/05, 4/05, 5/05.
El decreto 677/01 (B.O. 19/11/01) reglamenta las cuestiones atinentes a la
oferta pública y su transparencia (conc. Res. IGJ 371/01; Res. CNV 371/01, CNV
400/02, CNV 401/02; CNV 466/04).
La ley 26.005 (B.O. 12/1/05) aprueba la creación de consorcios de
cooperación.

2. Clasificación de la Ley de sociedades comerciales.

La doctrina tradicionalmente clasifica a las sociedades de dos maneras, según


se atienda a la mayor o menor preponderancia que se de a la figura del socio, o bien
según se considere el mayor o menor grado de responsabilidad que a este cabe según
el tipo social adoptado.

a) Según la preponderancia personal del socio en el ente:


Siguiendo este criterio se arriba a la clasificación tripartita clásica que
distingue entre sociedades de personas –o de partes de interés o intuitu personae-, de
cuotas –o mixtas- y de capital –o intuitu pecunae o intuitu rei-.

I. Sociedades de partes de interés o intiutu personae: Así se denomina en


doctrina al grupo de sociedades al que, generalmente, se le contrapone el de las
sociedades de capital, y en las que el elemento personal de su organización resulta
ser distintivo63. La sencilla estructura de estas sociedades no requiere de la
indefectible existencia de órganos diferenciados entre los que se distribuyen las

63
Así, para Ripert G., Tratado elemental de Derecho Comercial Sociedades, Bs. As., 1954, ,
t. II, n° 614, p. 41en estas los socios se conocen, y contratan en consideración de la persona, de allí
que además se obligan personal y solidariamente, y que salvo excepciones no puedan ceder sus
participaciones sin el consentimiento de los otros socios...

35
diferentes tareas, fenómeno conocido como autorganicismo de estructura simple,
por cuanto el carácter de órgano corresponde indistintamente a cualquiera de los
socios –o clase de socios- que actúan de manera directa como si fueran la sociedad64.
Ello contrasta con el llamado organicismo diferenciado propio de las sociedades de
capital, en el cual el carácter de integrante del órgano resulta de un negocio
societario previo.
El régimen legal propio de este tipo societarios impone a los socios, respecto
de las obligaciones sociales, responsabilidad ilimitada y subsdiaria, ya que sólo se la
puede hacer efectiva en los bienes particulares de aquellos después de practicada la
excusión de los bienes de la sociedad. Dentro de las características y efectos de la
subsidiaridad pueden apuntarse A) es improcedente reclamar simultáneamente
contra el socio y la sociedad; B) que los bienes particulares del socio no pueden ser
ejecutados para el pago de la deuda social sino después de ejecutados todos los
bienes del ente; C) es inadmisible la acción por cobro de una deuda social dirigida
contra uno de los socios a título personal, perdurando la subsidiaridad aún cuando la
sociedad se halle en estado de liquidación, por más que aquel no pueda acogerse al
beneficio de excusión si la sociedad ha sido disuelta y los bienes que le
corresponderían en la liquidación le fueran entregados65. La obligación también
resulta solidaria, por lo que su cumplimiento puede exigirse en forma íntegra a
cualquiera de los socios (art. 699 del Código Civil).
Sin llegar a perder sus características distintivas, algunas de estas sociedades
incluso pueden acercarse a un tipo mixto cuando, distinguiendo el carácter de sus
socios –trabajadores o capitalistas no administradores-, combinen caracteres propios
de las intuitu personae con algunos correspondientes a las sociedades de capital. Tal
el caso de las sociedades en comanditas.
Para quienes ejercen una profesión liberal –por tanto intuitu personae-, según
algún criterio de la Inspección General de Justicia estos solo pueden encontrar su
molde asociativo a través de las normas que regulan a las sociedades civiles (arts. 1648
a 1788 bis del Código Civil)66, y no en alguno de los tipos comerciales, aunque
tuvieran tal carácter.

JURISPRUDENCIA

64
Cfr. Otaegui. J. C., Administración Societaria, Bs. As. 1979, p. 49; Gagliardo M., “Asamblea nula
(quorum ficto y deliberación inexistente), JA 2000-II-709.
65
Cfr. Verón A., Sociedades Comerciales, Bs. As., 1991, t. II, p. 579. En coincidencia: art.
199 ley de sociedades uruguaya -16.060-; arts. 127 y 237 Código de Comercio español; la ley
Colombiana (arts. 310 y 311 Código de Comercio, modificado por ley 222 de 1995) prevé que los
socios -administradores- de la sociedad colectiva responden solidariamente, aunque de manera
subsidiaria, por las obligaciones sociales. Ver: Argeri S., La Quiebra y demás procesos concursales,
La Plata, 1980, t. II, p. 440.
66
Cfr. Insp. Gral. Just., marzo 19-2004, “Ghiano Res y Asociados S.A.,” (Res. 318.)

36
De conformidad con el art. 214 de la ley de sociedades, tratándose de acciones
nominativas -tipo de acciones con rasgos próximos al carácter "intuitu personae"- el estatuto
puede prever cláusulas que limiten su transmisibilidad, pues éstas tienden a resguardar, cuando
no a impedir, el ingreso a la sociedad de personas o grupos de personas que no respondan a los
mismos intereses, para de tal modo mantener la cohesión del grupo, la hegemonía de la
conducción y evitar perturbaciones en la marcha de la sociedad. (Cám. Com., B, LL 1994-D,
275 - DJ 1994-2, 888 - ED 157, 424.)
La representación cambiaria es suficiente si se menciona que el suscriptor actúa como
representante de la sociedad, bastando el sello aclaratorio e identificatorio del nombre social,
tanto más si se trata de un representante de una sociedad comercial coléctiva, en donde no se
encuentran tan nítidamente separados el órgano de administración y representación del órgano
de gobierno. (Cám. C.C. Bell Ville, LLC 2000, 436.)
El otorgamiento del poder general no denota en modo alguno un hecho societario sino
todo lo contrario, toda vez que recayendo la administración de una sociedad de hecho en
cualquiera de sus socios indistintamente tal recaudo no era necesario. (Cám. Com. A, mayo
28-1984, “Stahlschmitd, A. de M. M. c/ Yañez, Roberto M.”.)

II. Socieades de cuotas o mixtas: Tal la denominación que se da a las


sociedades de responsabilidad limitada. Se trata de sociedades de naturaleza mixta,
en las que por un lado su administración recae en gerentes y se encuentra restringida
tanto la cesibilidad de sus cuotas sociales como el número de socios –carácter propio
de las sociedades de personas-, mientras que por otro lado la responsabilidad de los
socios no excede el capital suscripto –carácter de la sociedad de capital-67. Sin
perjuicio de ello, parte de la doctrina incluye a este tipo dentro del grupo de las
intuitu personae, precisamente por las aludidas restricciones en cuanto al número de
socios y a las limitaciones para la transferencia de cuotas a terceras partes68.

JURISPRUDENCIA
El capital social de una sociedad de responsabilidad limitada y sus cuotas sociales no
son cosas distintas, por cuanto las cuotas representan el aporte societario de capital de sus
integrantes en calidad de socios, el cual pertenece a la sociedad y no a cada socio en particular,
ni siquiera en proporción a su respectivo aporte. (Cám. Lab. y de Paz Let. Corrientes, LL
Litoral 2006, 587 – LL Litoral 2006, 209.)
La alienidad en el ejercicio de la administración de la sociedad de responsabilidad
limitada debe ser reprochada, pues los demás socios integrantes de la gerencia no quedan
liberados de la mínima obligación de vigilar el regular desenvolvimiento de la empresa. (Càm.
Com., C, LL 1995-C, 398, con nota de J.M. Curá.)

III. Sociedades de capital o intuitu pecunae o intuitu rei: En este tipo de


sociedades el factor personal, si bien no desaparece, ocupa un plano secundario
propio de la especie69, que se caracteriza por grandes concentraciones de capital,

67
Cfr. Halperín I, Sociedades de Responsabilidad Limitada, cit. p. 24.
68
Cfr. Cornejo Costas, Derecho Societario, Bs. As., 1975, ps. 18 y 19 -aunque sin
desconocer la importancia del elemento capital en estos tipos-. Para este autor, la única sociedad que
puede estimarse mixta por jugar un papel balanceado el aspecto personal y el capital es la comandita
por acciones.
69
Cfr. Zaldivar, E. y ots, Cuadernos…cit. Vol. I, págs. 42 y 43. Para Ripert, G. Tratado…cit.
t. II, p. 41, la personalidad de los socios es indiferente, ya que cada uno de ellos hace un aporte y no
es responsable más que hasta la concurrencia del mismo..

37
mayormente atomizado entre socios inversores y con escasas restricciones –si es que
alguna- para transferir sus tenencias. Las sociedades anónimas abiertas constituyen
su paradigma, sin perjuicio de la mayor proliferación de las cerradas dentro del tipo.

JURISPRUDENCIA
El principio que consagra el art. 214 de la ley 19.550, sobre la posibilidad de restringir
estatutariamente la adquisición de las acciones, tiene por fin preservar la naturaleza de las
sociedades por acciones "intuitu pecuniae", diferenciándolas de las de personas, donde la
transferencia de las partes sociales es restrictiva, a la vez que procura incentivar a los
inversores, quienes requieren una irrestricta movilidad de sus recursos. (Cám. Com., C, LL
1996-B, 373- IMP 1996-A, 1704 - DJ 1996-1, 1132.)
La validez de las cláusulas limitativas a la circulación de acciones --como lo es la de
subordinar su transferencia a la conformidad del directorio con derecho para el accionista
afectado de recurrir a una asamblea extraordinaria-- ha sido aceptada por la doctrina y por la
ley vigente, pese al principio teórico de transmisibilidad fundado en la naturaleza "intuitu
pecuniae" y no "intuitu personae" de la sociedad anónima. (Cám. Com., C, LL 1990-C, 354 -
DJ 1990-2, 715).
La "affectio societatis" no ocupa lugar alguno en las sociedades anónimas, por
formarse las mismas "intuitu rei". Cám. Paz Letr. II, Rosario, marzo 11-1980, “Uranga,
Manuel c. Financiera de Forestación, S. A.”

b) Según el grado de responsabilidad que cabe al socio


Si la clasificación de las sociedades se efectúa según los alcances de la
responsabilidad de los socios por las obligaciones sociales, cabe distinguir entre
aquellas según se responda A-) solidaria e ilimitadamente, B.) solidaria,
ilimitadamente aunque con beneficio de excusión, o C.) sólo limitadamente.

I. Solidaria e ilimitada.
En este grupo encontramos a las sociedades de hecho -aquellas que
funcionan como sociedad aún no habiéndose instrumentado- e irregulares -aquellas
que, no obstante instrumentadas acorde cualquiera de los tipos autorizados, omiten
su registración o bien abandonan de manera definitiva el iniciado iter constitutivo70-
(arts. 21 a 26LS). De idéntica forma responden los socios de aquellos entes que
hubieran sido declarados nulos, sin importar su tipo (art. 17 LS).

JURISPRUDENCIA
En las sociedades no regularmente constituidas (art. 21 y sgtes., ley de sociedades), los
socios poseen responsabilidad ilimitada, no subsidiaria y solidaria con el ente que integran y,
aunque éste es sujeto de derecho, tienen derecho a intervenir personalmente en defensa de sus

70
Para las sociedades de hecho, cfr. Halperín I. y Butty E., Curso de Derecho Comercial, 4ª
ed., Bs As, 2000, Vol. I, p. 401; o “que carece en absoluto de instrumento fundacional”. También
Zaldivar E., “Sociedad de hecho ...”, p. 67 y Cuadernos… t. I, p. 122; Nissen R., Sociedades
Irregulares y de Hecho, Bs. As., 1994, p. 21; Perciavalle M., Sociedades Irregulares y de Hecho, Bs
As. 2000, p. 10. En la sociedad irregular, en cambio, se dan los elementos básicos para la
configuración de la entidad, pero no llegan a cumplirse todas las formalidades necesarias para su
constitución. Cfr. Zaldivar E., “Sociedad de hecho y sociedad en formación”, en Anomalías
Societarias, Córdoba, 1992, p. 69.

38
derechos, haya sido o no disuelto o liquidado el ente fáctico, pudiendo ser demandados en
forma personal, contemporánea con aquél. (Cám..C.C. . y Min. III, San Juan, , LLGran Cuyo,
1998-647.)
De acuerdo con el contenido del art. 23, párr. 1º de la ley 19.550, los socios y aquellos
que contraten en nombre de la sociedad, quedan ilimitada y solidariamente obligados por las
operaciones sociales, asumiendo los socios una responsabilidad personal total frente a los
terceros contratantes. (Cám. Trab., VII, DT 1999-A, 689 - DJ 1999-2 , 354) .

II. Solidaria, ilimitadamente aunque con beneficio de excusión


Dentro de las figuras disciplinadas legalmente es posible hallar un número de
ellas cuyo régimen legal impone a los socios responsabilidad ilimitada por las
obligaciones sociales y que puede configurarse tanto por disposición de la ley como
por su violación71. Tal ilimitación se produce –aunque no de manera exclusiva-
dentro de los tipos sociales calificados comúnmente como de personas (o por parte
de interés o intuitu persoane), como la sociedad colectiva (art. 125 LS), tipo éste al
que en cuanto a responsabilidad del socio se refiere, remite la normativa que regula
los demás entes de similares características72.
La ley de sociedades no sólo impone al socio de tales sociedades la
ilimitación de sus responsabilidades, a secas, sino que la hace subsidiaria y solidaria.
En razón de dicha subsidariedad sólo podrá hacérsela efectiva en los bienes
particulares del socio después de practicada la excusión de los bienes de la
sociedad73: Los socios no son codeudores de la sociedad, sino co-responsables con
esta74. Por ser solidaria75, el cumplimiento de las obligaciones puede exigirse en
forma íntegra a cualquiera de los socios, quienes podrán repetirse entre sí lo
eventualmente cancelado y originariamente atribuido al ente.

71 Si la responsabilidad surge de la elección del tipo Cfr. Cabanellas de las Cuevas G.,
Derecho Societario…cit. t. 5, p. 702; Argeri S., La Quiebra…cit. t.II, , p. 440. Cfr. “En tanto que,
por expreso imperativo legal (art. 56, LS), los socios colectivos deberán inexcusablemente responder
en caso de que la sociedad incumpla el pronunciamiento condenatorio dictado en su contra, cabe
considerar que el actor carecerá de efectivo interés en obtener una condena formal de los mismos,
dado que su responsabilidad es independiente de la declaración judicial y surge de la voluntad de la
ley.” Cám. Com., A, ED, 173-86.
72
Ilimitación impuesta por el art. 125 LS y cuyo pacto en contrario resulta inoponible a
terceros, se consideraba de orden público aún antes de la sanción de la LS. Cfr. Malagarriga C.C.,
Tratado Elemental de Derecho Comercial, Tea, Bs. As., 1963, , t. I, p. 270.
73
Concordancias: art. 199 ley de sociedades uruguaya -16.060-; arts. 127 y 237 Código de
Comercio español; la ley Colombiana (arts. 310 y 311 Código de Comercio, modificado por ley 222
de 1995) prevé que los socios -administradores- de la sociedad colectiva responden solidariamente,
aunque de manera subsidiaria, por las obligaciones sociales. En igual sentido, su similar japonesa -
gomeigaisha- prevé que sus socios puedan exigir a los acreedores que primero cobren a la sociedad, y
sólo en caso de no ser esto posible, dirijan sus reclamos a los socios. Cfr. González Cox A., "Notas
sobre derecho societario japonés", en Rev. Chilena de Derecho, Santiago, 1999, vol. 26, nº 3, p. 596.
74
Cfr. Halperín I., Curso…cit. t. II, p. 31.
75
Conforme el art. 699 del código civil, las obligaciones solidarias son aquellas en que la
totalidad de su objeto puede, en virtud del título constitutivo o de una disposición de la ley, ser
demandada por cualquiera de los acreedores o a cualquiera de los deudores.

39
JURISPRUDENCIA
Conforme los artículos 1° y 2° de la ley 19.550 y 33/39 del Cód. Civil, las sociedades
comerciales son personas jurídicas, cuya personalidad es completamente distinta de la de sus
miembros quienes, según el tipo social adoptado, no están obligados a satisfacer las deudas de
la asociación y, de estarlo, gozan del beneficio de excusión (Del voto del Dr. Morando, en
minoría). (Cám Trab., VI, DT 1997-B, 1386.)
Si bien la sentencia firme que reconoce la obligación cuya ejecución se pretende sólo
alcanza a la sociedad colectiva y a uno de los socios, ello no impide trabar un embargo sobre
los fondos de propiedad del otro socio ya que, el artículo 56 de la ley 19.550 prevé la
ejecución subsidiaria contra los socios. (Cám. Com., E, junio 21-2006, “Unión Com S.R.L. c/
Cortona y Cortona S.C.C.C y otro”,)
Si bien es improcedente trabar embargo sobre los bienes que pertenecen al socio de la
entidad accionada pues sabido es que por las deudas sociales responde plena y únicamente la
sociedad , cabe admitir la cautela en el supuesto de demandarse a una sociedad colectiva toda
vez que ello implica respecto de los socios una cierta responsabilidad por las deudas sociales,
aunque claro está que la misma resulta subsidiaria e impone, por ende, la previa excusión de
los bienes sociales. (Cám. Com., A, LL 1999-C, 462.)
La oposición del beneficio de excusión que indudablemente asiste a los socios de la
sociedad colectiva por la naturaleza subsidiaria de su responsabilidad, no empece a su deber
de responder por la obligación sobre la que verse el litigio si la sociedad no atiende su
compromiso, pues dicho beneficio sólo puede ser opuesto ante el concreto intento de ejecución
de la sentencia contra el socio sin la previa excusión de los bienes sociales. (Cám. Com., A,
LL 1996-E, 299.)

Integran este grupo las sociedades tipificadas como:


A. Sociedades colectivas. Se trata de aquellas organizadas sobre una base
personalista “para el ejercicio en nombre colectivo de una actividad económica, de
cuyas consecuencias responden subsidiariamente frente a terceros todos los socios,
personal, solidaria e ilimitadamente”76. El carácter apuntado –responsabilidad
subsidiaria, solidaria e ilimitada del socio, impuesta por ley- resulta ser la nota
distintiva de esta clase de sociedad77. Algunos autores señalan que en éste tipo
societario, es donde se manifiesta con mayor fuerza la affectio societatis78, la razón
de ser de la responsabilidad agravada del socio colectivo debe buscarse en que él
mismo se involucra en la sociedad de modo tal que corre su suerte79. Es también

76
Zaldivar E. y ots., Cuadernos…cit. t. II, p. 5.
77. Cfr. Zunino, J. O., Régimen de Sociedades Comerciales, 20° ed., Bs As, 2005, p. 157;
Villegas, C. A., Derecho de las Sociedades Comerciales, Bs. As., 1987, p. 271.
78
Cfr. Garrone J. A. y Castro Sammartino M. E., Manual de Derecho Comercial, Bs. As.,
1996, p. 300. Cabe aclarar que no se debe confundir affectio societatis con las meras relaciones
cordiales y amistosas entre los integrantes de la sociedad, ya que este tipo de relación bien puede
faltar sin que por ello desaparezca la affectio societatis, relación de naturaleza diferente, vinculada a
la existencia de una voluntad común de los socios para la consecución del fin social y constituida más
bien por la disposición anímica activa de colaboración en todo lo que haga al objeto de la sociedad.
Cfr. Cám. Com. D, ED 61-494.
79
Cfr. Otaegui J.C., La Extensión de la Quiebra, Bs. As., 1998, p. 42. En contra de la
ilimitación legal, y proponiendo de lege ferenda una flexibilización que resguarde los intereses de
terceros sin resultar tan gravosa para el socio, véase SALERNO M.,U. El socio colectivo y su
responsabilidad ilimitada , LL 1996-E, p. 298.

40
como consecuencia de la confianza que le merecen sus coasociados que el socio
arriesga su patrimonio solidaria e ilimitadamente -piénsese en una hipotética
extensión de la quiebra del ente sobre aquel-80.
Producto de la subsidiaridad de la responsabilidad, los socios gozan del
beneficio de excusión (art. 2012 Cód. Civ.), que no es otra cosa que su derecho a
oponerse a que se haga efectiva la condena contra ellos hasta tanto el acreedor no
haya ejecutado todos los bienes del deudor principal –el ente-. Este beneficio no
funciona de pleno derecho y debe ser alegado por el socio perseguido en sus
bienes81.

Si esta clase de sociedad quiebra la responsabilidad de los socios es


subsidiaria, o sea que sólo podrá hacérsela efectiva en los bienes particulares de
aquellos después de practicada la excusión de los bienes de la sociedad. Sin
perjuicio de ello, la quiebra del ente importa la quiebra automática de sus socios
ilimitadamente responsables82, lo que trae aparejada la desaparición de toda
subsidiariedad y la pérdida del beneficio83 (art. 2013, inc. 5º, Cód. Civ.)84. Este
supuesto constituye un régimen de excepción a la regla apuntada –subsidiariedad-,
donde los acreedores del ente concurren sobre el patrimonio del socio subquebrado
parejamente, sin tener que aguardar la liquidación del patrimonio del quebrado85.

JURISPRUDENCIA
La oposición del beneficio de excusión que indudablemente asiste a los socios de la
sociedad colectiva por la naturaleza subsidiaria de su responsabilidad, no empece a su deber

80
Cfr. Zaldivar E. y ots, Cuadernos ..., t. II, p. 7.
81
Cfr. Halperín I. y Butty., E, Curso…cit. 4ª ed. t. I, p. 437.
82
La LCQ (art. 160) prevé que la quiebra de la sociedad importa simultáneamente la quiebra
de sus socios con responsabilidad ilimitada. Conforme señala Porcel, R., “Extensión de la Quiebra”,
LL 1986-D, p. 833-, ello no implica el deber del juez de declarar sin más la quiebra del socio,
resultando necesario el dictado de sentencia en tal sentido.
En contra de esta posición Bonelli, G., Del Fallimento, Commento al Codice de Commercio,
, Milán 1938, t. III, p. 235, nº 783- sostiene que la quiebra del socio debe ser declarada de oficio. En
nuestro país cfr. Fusaro B., Concursos, Bs. As., 1981, p. 260; Rivera J., Instituciones de Derecho
Concursal, Bs. As. 1997, t.. 2, p. 281. Calificada doctrina cree ver en la insolvencia de la sociedad la
exteriorización de la insolvencia de sus socios ilimitadamente responsables, quienes, al no atender las
obligaciones de aquella, ponen de manifiesto su propia incapacidad crediticia -cfr. Satta S.,
Instituciones del Derecho de Quiebra, Bs. As., 1951, p. 450, nº 173; Cuzzeri y Cicu, en Derecho
Comercial, Bs. As., 1950, dirig. por Bolaffio, Rocco y Vivante, t. 19, Vol. III, De la Quiebra, p. 354-,
o bien se considera que el legislador presume iure et de iure que los socios también se encuentran en
estado de quiebra, puesto que no han concurrido a evitar la quiebra de la sociedad que han constituido
–cfr. Argeri Saúl, La Quiebra ..., t. 2, p. 441- Por nuestra parte, no compartimos por exhorbitante –en
cuanto siquiera prevé la posibilidad del socio in bonis de reparar el perjuicio- la aplicación de ta
estricto criterio legal. Resultado de esta severa sanción impuesta por la LCQ, es -entre otros motivos-
el poco entusiasmo en la adopción del tipo. Cfr. Nissen R, Ley de Sociedades Comerciales, Bs.As.,
1994, t. 2, p. 340.
83
Art. 160 LCQ. Resulta de esta severa sanción
84
Cfr. Montesi V. y Montesi P, Extensión de la Quiebra 2ª ed. Bs. As., 1997, p. 13.
85
Cfr. Otaegui J. C., La Extensión… cit., p. 42.

41
de responder por la obligación sobre la que verse el litigio si la sociedad no atiende su
compromiso, pues dicho beneficio sólo puede ser opuesto ante el concreto intento de ejecución
de la sentencia contra el socio sin la previa excusión de los bienes sociales. (Cám. Com., A,
LL 1996-E, 299.)
Dada la naturaleza de la sociedad colectiva los socios que la integran contraen
responsabilidad subsidiaria, ilimitada y solidaria por las obligaciones sociales y, por lo tanto,
deben responder por la obligación demandada si la sociedad no atiende su compromiso, lo que
implica que la sentencia que se pronuncie contra la sociedad -en el caso, por despido- tiene
fuerza de cosa juzgada contra los socios. (Cám. Trab., III, LL 2003-D, 237 - IMP 2003-B,
2581.)
La extensión de la quiebra a los socios con responsabilidad ilimitada (art. 160, ley
24.522 -Adla, LV-D, 4381-) se refiere a los casos en que tal clase de responsabilidad es
asumida desde el origen de la sociedad (Del dictamen del Fiscal que la Cámara hace suyo).
(Cám. Com., A, septiembre 29/09/1999, “Trampé S. A. s/quiebra”)
El art. 160 de la ley 24.522 de concursos que dispone que la quiebra de la sociedad
importa la de sus socios con responsabilidad ilimitada, permite distinguir dos supuestos: a) la
simple extensión de quiebra por ilimitación en la responsabilidad del socio de la fallida que
asumió esa posición jurídica al constituir o incorporarse a una sociedad de los tipos legales
cuyos socios siempre tienen dicha responsabilidad y b) otros casos especiales, entre los que se
encuentra el de la sociedad regular cuyo plazo de duración ha vencido. Es procedente la
extensión de la quiebra de la sociedad de responsabilidad limitada a sus socios si existen
pruebas de que el ente continuó operando normalmente –en el caso, despidió un dependiente-
luego de vencido el plazo de duración establecido en el contrato social, lo cual convirtió a la
sociedad disuelta en irregular, con la consiguiente responsabilidad ilimitada de aquellos.
(Cám.C.C. II, Rosario, LLLitoral, 2001-1251.)

B.-Sociedad en comandita simple. Esta clase de sociedad en comandita


resulta ser “personalista, dedicada en nombre colectivo y con responsabilidad
limitada para unos socios e ilimitada para otros, a la explotación de una industria
mercantil”86. Reconoce su primer origen en el medioevo -se trata de una evolución
de las sociedades colectivas a las que nos refiriéramos en apartados anteriores- a la
que se llega posiblemente por la necesidad de ofrecer a los herederos de los socios
colectivos que quedaban alejados de la gestión social, una posición de riesgo
limitado87. De acuerdo a lo señalado, una de las características salientes de este tipo
societario es la existencia de dos categorías de socios como requisito tipificante, los
comanditados –o colectivos- con responsabilidad subsidiaria, solidaria e ilimitada, y
los comanditarios cuya responsabilidad alcanza sólo el capital que se obliguen a
aportar88. La ilimitación en la responsabilidad del socio comanditado respecto de las

86
Garrigues J., Curso de Derecho Mercantil, Madrid, 1968, , t. I, p. 319.
87
Cfr. Paz-Ares, C., “La sociedad en comandita”, en Curso de Derecho Comercial, dirig.
por Uría R. y Menéndez A., Madrid, 1999, t. I p. 703.
88
Cfr. Zaldivar E. y otros, Cuadernos ..cit.., t. II, p. 52; Malagarriga, C.C., Tratado…cit. t. I,
p. 287 quien refiere que nos encontraríamos frente a una sociedad comercial por su objeto en la que
coexisten socios de responsabilidad ilimitada y solidaria, únicos con atribuciones para encargarse de
su administración, y socios excluídos de ésta y responsables sólo, cada uno de ellos, hasta el valor de
los capitales o cosas que cada uno se comprometió a aportar. “Resulta claro que los socios
comanditados responden en forma ilimitada y solidaria por las obligaciones sociales, aunque tal
responsabilidad sea subsidiaria.” (Cám. Com. A, septiembre 17-979, “José Campos y Cía., Fábrica de
Bolsas, SA c/Westend Argentina, S. C. A.” ED disco láser 1999, registro nº 12340).

42
obligaciones sociales surge del art. 134 LS, el que a su vez remite al art. 125 LS,
resultando válidas las consideraciones oportunamente vertidas al referirnos al socio
colectivo, incluso en cuanto respecta a la desaparición de toda subsidiaridad –y en
consecuencia del beneficio de excusión en el supuesto de producirse la quiebra del
ente que integra. El socio comanditario en la sociedad en comandita simple sólo
responde por las obligaciones sociales con el capital que se obligó a aportar. Sin
perjuicio de ello, el art. 137 LS establece que le esta vedado inmiscuirse en la
administración de la sociedad –o ser mandatario de la misma- bajo pena de
transformarse su responsabilidad en solidaria e ilimitada respecto de los actos
individualmente realizados no obstante la prohibición legal, propagándose esta
responsabilidad inclusive a aquellos en que no hubiere intervenido, si su actuación
fuera habitual89. Aún así, el socio comanditario puede efectuar los actos urgentes
que requiera la gestión de los negocios sociales, sin incurrir por ello en
responsabilidad por ejercicio de conductas prohibidas en los arts. 136 y 137 de la
LS. Los casos de intromisión del comanditario de los que pudiera derivar la
ilimitación de la responsabilidad son denominados en doctrina bajo el rótulo de
supuestos de inmixión, y pueden ser agrupados en: a) casos de intromisión del
comanditario en la gestión societaria, b) de inmixión en la representación y c) de
intrusión ocasional en la administración. Ahora bien, la circunstancia de que los
socios comanditarios no puedan intervenir en la dirección y administración de la
empresa, no significa que carezcan de derecho para ejercer el control interno en la
marcha social, en salvaguardia de sus intereses90.

JURISPRUDENCIA
A fin de hacer responsable solidario al socio comanditario de la sociedad en
comandita simple demandada por diversos créditos laborales, el trabajador debió acreditar la
intervención de aquel en los actos a los que hace referencia el art. 137 de la ley de sociedades
(t.o. 1984) y no sólo peticionar su condena en los términos del art. 54 de la ley citada, ya que
esta norma no está prevista para responsabilizar a los socios por los incumplimientos de los
actores en la vida societaria, sino en los supuestos de uso desviado o abusivo de la figura
típica. Cám. Trab., I, DJ 2005-2, 1258.)

C.- Sociedad en comandita por acciones: Este tipo social, subespecie de la


comandita simple, se caracteriza por tener dos tipos de socios, los comanditados –o
colectivos- con responsabilidad subsidiaria, solidaria e ilimitada y cuyos aportes no

89
La mera desaparición de la limitación de responsabilidad originalmente prevista no
convierte al socio comanditario en socio solidario, aunque ahora pueda ser demandado conjuntamente
con la sociedad y sin que se aplique el régimen del art. 56 LS ni el beneficio de excusión en este
previsto. Cfr. Halperín I., Curso….cit, 1ª ed..t. II, p. 42.
En contra de esta solución, hay quienes entienden que no existen motivos para imponer al
comanditario un régimen de responsabilidad más severo que el previsto originariamente para los
comanditados. Cfr. Cabanellas de las Cuevas, G. Derecho Societario..cit. , t. V, p. 684.
90
Cfr. Cám. Com. Sala de Feria, ED, 44-559.

43
pueden representarse en acciones, y los comanditarios cuya responsabilidad alcanza
sólo el capital que suscriben y cuyos aportes, al igual que en las sociedades
anónimas, sí se representan en acciones91. Pese a tal limitación, adherimos a la
posición doctrinaria –que calificamos como amplia- según la cual, aún en el caso de
las sociedades en comanditas por acciones, puede aplicarse al socio comaditario la
sanción de extensión ilimitada de responsabilidad por aplicación de los arts. 318,
324 y 136 LS, y que habilita a trasladar a estos incluso la falencia del ente92, en los
mismos supuestos que al socio comanditario de las sociedades comanditas simples.
Sin dejar de lado la problemática de la intromisión a la que aludiéramos al referirnos
a la sociedad en comandita simple, caben al socio comanditario los múltiples
derechos incorporados a las acciones que posea, y que le permiten tomar parte en las
asambleas, examinar los libros, impugnar las decisiones y pedir el pago de
dividendos entre otros derechos.93

JURISPRUDENCIA
La existencia de dos categorías de socios diferenciados por la responsabilidad diversa
entre ambos, hacen a la tipicidad de la sociedad en comandita por acciones siendo necesario
distinguir, los casos en que todos los socios revisten ambas calidades de aquellos otros en que
al menos uno de los comanditarios lo es exclusivamente. En el primer supuesto, no se duda
que si se admitiera la validez de la situación, se estaría violando el requisito de tipicidad que la
ley imperativamente exige. No habría dos categorías de socios. Sólo existirían socios
comanditados con responsabilidad ilimitada y solidaria ya que el capital comanditario sería
irrelevante en su calidad de limitado por integrar el patrimonio, que es único e indivisible del
socio comanditado. Distinto es si uno al menos de los comanditarios, tiene ese carácter, pues
en tal caso se conserva el rasgo tipificante. (Cám. C.C., Junín, octubre 29-1981, “Pita, Julio L.
c/ Westrepp Curá e Hijos, Soc. en Com. por Accs.”)
La declaración del socio comanditado de una sociedad en comandita por acciones, con
uso de la firma social, en el sentido de que la empresa carecía de bienes y no realizaba
operaciones comerciales, careciendo incluso de sede social, tales manifestaciones -no
contradichas por prueba alguna- son de por sí suficientes para tener por acreditado que la
sociedad carecía de patrimonio para hacer frente a sus obligaciones, haciendo caer en
consecuencia el beneficio de los socios de la previa excusión de los bienes sociales. Si bien la
responsabilidad de los socios comanditados o colectivos de una sociedad en comandita por
acciones es ilimitada y solidaria en cuanto a las obligaciones sociales, su responsabilidad en
tal sentido también es subsidiaria, por lo que no se hallan privados del beneficio de excusión
establecido por el art. 56 de la ley 19.550 (Cám. Com., A, LL 1980-A, 289 - DJ 1979-14, 32.)

D.-Sociedad de capital e industria. La ley denomina como sociedad de


capital e industria a la que se constituye, por una parte, entre una o más personas que
suministran fondos –socios capitalistas- y que responden por las operaciones
sociales en idénticos términos que los socios de una sociedad colectiva (art. 141 LS),

91
Cfr. Zaldivar E. y ots; Cuadernos ..cit. t. III, p. 705; Halperín I. Curso…cit. 1ª ed. t. II, p.
447. El fundamento de la extensión de la quiebra de la sociedad en comandita por acciones al socio
comanditado podría encontrarse en que este negocia colectivamente, razón por la cual le son
aplicables las normas de responsabilidad del socio colectivo. Cfr. Otaegui, La extensión ..cit.., p. 47.
92
Cfr. Argeri, S. A., “Socio Comanditario y Quiebra”, LL 1980-C, p. 1231.
93
Cfr. Cám. Com. A, ED 73-684.

44
y por otra parte, por socios industriales que aportan únicamente su trabajo y no
responden con sus bienes94. Estos últimos limitan su responsabilidad hasta la
concurrencia de las ganancias no percibidas95. Dicha responsabilidad no varia en el
caso de que el socio industrial intervenga en la administración, hecho que la ley
autoriza. Sólo si el nombre de socio industrial figurase en la razón social su
responsabilidad será solidaria e ilimitada, pues esta sólo se integra con aquel en
garantía de terceros.

JURISPRUDENCIA
.Debe prescindirse de la cláusula que asegure una retribución fija en moneda constante
al socio capitalista, sin atender a la existencia o no de utilidades, por cuanto esa convención
elimina el riesgo que supone toda sociedad y destruye la igualdad jurídica de los socios. A
falta de regla para distribuir las utilidades y soportar las pérdidas, ellas se dividirán por partes
iguales entre socio capitalista y socio industrial, con la limitación en cuanto a las pérdidas que
establece el art. 141 de la ley de sociedades para el socio industrial, quien sólo responderá
hasta la concurrencia de las ganancias no percibidas. (Cám. Com., C, marzo 15-1989, “Hilbert,
Beatriz I. c/. Romero, Eduardo G. y otros”,)

III. Limitada.
Dentro de esta categoría se incluye a las sociedades de responsabilidad
limitada y a las sociedades anónimas, en que los aportes comprometidos indican el
límite de responsabilidad de los socios. En las primeras, (v.gr. S.R.L.) los socios
garantizan a terceros en forma solidaria e ilimitada únicamente la integración de sus
respectivos aportes y la de aquellos correspondientes a los demás socios (art. 150
LS). Mediante tal recurso procura la ley extender la protección al tercero contratante
y respecto del socio hasta –nunca sobre- el monto total del capital social, valuados
los aportes que lo integran a la época en que los mismos se tasaron. En cuanto a las
sociedades anónimas, la responsabilidad de los socios por las obligaciones sociales
se limita a la integración de los aportes, aunque en este tipo social sólo respecto del
capital por estos individualmente suscripto (art. 163). Sobre ambos tipos habremos
de volver, cuando tratemos los tipos societarios en especial

94
Resulta equívoco el uso del término industria consignado en la LS, y que sólo refiere a
trabajos y servicios, lo que deja de lado gran parte de la actividad que esta desarrolla. Cfr. Verón A.
V., Sociedades ..cit.., t. II, p. 672.
95
En parte y para calificada doctrina, es esta “exagerada limitación de responsabilidad de los
socios industriales” una de las causas de la poca aceptación de tales sociedades en la práctica. Cfr.
Zaldivar E. y ots; Cuadernos… cit. t. II, p. 98. Ello “significa que el socio industrial sólo responderá
por las obligaciones sociales en caso de que existan ganancias sin distribuir (dentro del patrimonio
social), y aunque haya deudas sociales, pues éstas no guardan relación con los resultados, sino con las
posibilidades financieras de la sociedad; en otras palabras, las deudas no se satisfacen con ganancias,
sino, por lo común, con disponibilidades o entregando otros bienes.” Verón A. V., Sociedades ..cit..,
t. II, p. 682. Como contracara, también se imputa su escasa utilización al severo régimen de
responsabilidad que puede derivarse, tras la quiebra de la sociedad en razón de actos realizados por el
socio industrial cuando éste este a cargo de la administración, para el socio capitalista Cfr. Nissen R.,
Ley de Sociedades…cit., t. II, p. 370.

45
3. Naturaleza jurídica del acto constitutivo de la sociedad
a.- Teorías
Como la sociedad comercial es un sujeto de derecho, pero no en los términos
físicos a los seres humanos, ella necesariamente debe estar precedida de un acto
jurídico que la cree. Habremos de referirnos aquí únicamente a las distintas teorías
que se ocupan de las modalidades de creación del ente, para tratar luego, en
sucesivos Capítulos, su personalidad y características salientes.

I. Contractualistas
A. Doctrina clásica. La tesis contractualista tiene su origen en las ideas
imperantes con posterioridad a la Revolución Francesa, y que se asientan sobre el
dogma de la libertad de las partes para regir sus voluntades. En una primera variante
propia de las corrientes doctrinarias imperantes durante el siglo XIX y el primer
tercio del siglo XX, la sociedad no resulta ser otra cosa que un contrato tendiente a
orientar la voluntad de los contratantes, sin perjuicio de algunas notas particulares
que al instrumento pudiera imputársele. Empero, estas no enervaban el carácter
bilateral de las prestaciones debidas por las partes, bilateralidad mantenida aún sin
perjuicio de la pluralidad de suscriptores. Incluso, una parte de esta corriente para
sostener la existencia de tal aparente bilateralidad, consideraba al ente como una de
las partes contratantes y a los socios – considerados como comunidad - como la otra,
despreocupándose por indagar la naturaleza más profunda del instituto. Puede
decirse que la simple aceptación de la sociedad como contrato por estas primeras
líneas de pensamiento luce natural en un derecho positivo cuya sistemática las
reglamentaba entre aquellos –despues de la locación y antes de las donaciones en el
Código Civil, o entre el mandato y la compraventa en el Código de Comercio-. De
hecho, el Código de Comercio argentino definía desde un principio a la sociedad
como un contrato (art. 282), al igual que su par Civil (art. 1648), y como
posteriormente lo haría la LS, aunque fijado ya esta última posición sobre de qué
especie contractual –la plurilateral- se trataba. Se corresponden con la postura
clásica contractualista las opiniones -entre otras- de Thaller, Vivante, Planiol,
Zachariae, Lyon-Caen et Renault y entre nuestra doctrina el Dr. Raymundo Salvat96.

B. Contrato plurilateral –remisión-. Dentro de las teorías contractualistas


resulta preponderante la del contrato plurilateral, a la que, siguiendo un criterio
cronológico en cuanto a su aparición, trataremos más adelante luego de referirnos a
la teoría denominada de los actos constitutivos, complejos y colectivos y teoría de la
institución.

96
Por todos, vid. Colombres G., Curso de Derecho Societario, Bs As, 1972, ps. 13 a 15.

46
b)- Actos constitutivos, complejos y colectivos.
Desde fines del siglo XIX parte de la doctrina, especialmente alemana,
comenzó a ocuparse de las falencias de la teoría clásica, por entonces en boga y que
consideraba a la sociedad como un contrato más entre los tantos que los diferentes
ordenamientos regulaban. A partir de las investigaciones de Von Gierke, se
comienza a considerar que las manifestaciones de la voluntad y los contratos –en los
términos en que hasta entonces se los entendía- concernientes al derecho individual,
no pertenecían al contrapuesto y nuevo derecho social. Las sociedades, a diferencia
de los contratos bilaterales simples, tratan sobre manifestaciones de voluntad y
acuerdos referentes a uniones de personas y dentro de las mismas. De allí que
contrato social, estatuto, voto etc. sean todos términos propios de acuerdos de
voluntad del derecho social orientados a la convivencia de sus suscriptores97. Y las
manifestaciones que dan origen a entes diferenciados no serían otra cosa que actos
constitutivos también de naturaleza social, en los que la concurrencia de las
expresiones de voluntad de los socios se orientan a la creación de un sujeto.
Esta primera línea de pensamiento sostenida por Von Gierke es seguida por
otros autores (Kuntze, Witte y Windscheid), quienes hacen derivar la existencia de
la sociedad de un acto complejo o de un acto colectivo, según sea que se considere a
las voluntades de los socios como única, a partir de su fusión y confusión, o que
simplemente se las repute orientadas a la satisfacción de intereses paralelos. Así, en
el acto colectivo (y su subespecie, el acto colegial, v.gr. las asambleas) las
voluntades de los participantes no se presentan a manera de consenso, sino que son
idénticas, están dirigidas a terceros y son dispuestas paralelamente, sumándose. En
el acto complejo también falta el cruce de voluntades, las que son convergentes y se
fusionan en una voluntad única distinta al mero consenso, ya que todas las partes
quieren el mismo efecto –lo que no sucede en los contratos-98.
Estas teorías, sin importar sus matices, tienen principalmente en cuenta las
obligaciones que se dan entre los terceros y el ente, por lo que no resultan completas
ni satisfactorias. De allí las críticas de Colombres a la aplicación del esquema
ordenador tripartito de la escuela de Von Gierke de actos simples, colectivos y
complejos: “este enfoque aplicable tanto a los negocios jurídicos como a los actos no
negociables implica un punto de partida a todas luces limitado, parcial y por ello
insuficiente para teorizar un instituto tan complejo como es la sociedad, porque
cuesta pensar como, cada uno de estos tipos de actos, pueda constituir al mismo

97
Cfr. von GIERKE, J. Derecho Comercial y de la Navegación, Bs. As., 1957,, t. I, p. 261.
98
Cfr. Messineo, F. Doctrina General del Contrato, Bs. As., 1952, t. I, ps. 63 y 64.

47
tiempo un negocio unilateral (respecto de terceros) y un elemento de un acto
bilateral (respecto de las relaciones de los socios)99”.

c.-) Institucional
Si se puede atribuir a la corriente doctrinaria de los actos constitutivos,
complejos y colectivos un origen alemán, la teoría de la institución es sin lugar a
dudas de origen francés, y sus máximos expositores son Hauriou y Renard. Esta
postura100, de raíces más políticas que jurídicas, concibe a la sociedad como una suerte
de empresa u obra independiente de la voluntad que la crea y de las voluntades que en
ella se manifiestan, que ha de perdurar a los individuos. Así pensada, la institución,
prevista para atender un interés intermedio entre el interés del individuo y del Estado,
resulta ser un organismo dotado de: I.-) propósitos de vida y medios de acción
superiores a los de los sujetos que la componen, a los que rige una idea directriz y
causa final del ente; II.-) un principio de autoridad que le permitirá cumplirla y; III.-) la
comunión de todos los miembros del ente alrededor de tal directriz. Se trata así a la
sociedad como una realidad fáctica y no jurídica, a la que precede una realidad
histórica que la condiciona. De esta resulta un régimen jurídico que no consiste en un
conjunto de normas, “sino en una tonalidad, en una manera necesaria, aunque incierta,
de la actuación del referido ser social. En vez de reglas jurídicas aparece una fuente
orientadora de variable captación. Dicho ‘ser social’ no se encontrará regulado por
normas derivadas de la voluntad individual, sino por un sistema de jerarquías
determinantes de distintos status y ordenadas por un cúmulo de constataciones
preexistentes a la ley” 101.

d.- El contrato plurilateral


La tesis contractualista clásica, al menos en su primera y embrionaria versión
más doctrinal que normativa102, presuponía para el contrato de sociedad únicamente
la existencia de intereses contradictorios entre los contratantes, propios de cualquier
contrato sinalagmático, sin llegar a vislumbrar la verdadera superposición de
aquellos en aras de un objetivo común. En tal inadecuada –por estrecha- noción del
concepto de contrato radicaba la principal crítica a una teoría, la que dejaba de lado

99
Colombres, G., Curso…cit. p. 16. La teoría tampoco atiende la hipótesis de constitución
de sociedades por suscripción pública (art. 168 LS), las que, si bien se estructuran a través de actos
colectivos (art. 179 LS), requieren en su inicio la suscripción de un contrato (art. 172 LS).
100
Vid. especialmente: Colombres, G., Curso…cit. ps. 16. a 23
101
“La sociedad concebida por el institucionalismo, es una sociedad estructurada y compleja
en la que está la familia, la Iglesia, los sindicatos profesionales, el ejército (las empresas societarias),
etc., como seres sociales, como realidades prejurídicas; se encuentran allí no ya formal o
intemporalmente, sino en su devenir histórico, dotadas de un pasado, cargados de experiencia y de
contenido. El derecho no surge de una voluntad pura incondicionada, sino principalmente de una
serie acumulada de hechos consumados”. Soler S., citado por Colombres, G., Curso…cit. p. 18.
102
Cfr. Spota A.G.E. Instituciones de Derecho Civil –Contratos-, Bs. As., 1982, t. VII, p. 3.

48
el plexo de relaciones emergentes que se instrumentaba a través de un nuevo sujeto
ad-hoc, cuya gestación correspondía a un contrato plurilateral103. Con tal noción de
la plurilateralidad del contrato constitutivo se admitía, por definición, la posible
participación de dos o más partes que asumen, todas ellas, tanto derechos como
obligaciones104. El contrato de sociedad es, además y según veremos, de
organización105.
Además de la plurilateralidad propia de la comunión de intereses de las partes,
el contrato requiere de la concurrencia de dos o más sujetos –pluralidad-106. De ello no
se deriva un contrato con prestaciones recíprocas –como en la compraventa, donde las
partes procuran obtener las mayores ventajas en detrimento de la contraria-, porque las
de los asociados no están orientadas del uno al otro, sino que todas ellas son atribuidas
a la sociedad, de la cual ulteriormente será extraída lo que puede ser llamada
contraprestación del socio, constituida en lo patrimonial por el goce proporcional o
contenido de las utilidades107. El que las partes eventualmente incurran en conductas
violatorias de tales principios no sería más que el resultado accidental de una operatoria
que, en sí, esta prevista como esencialmente igualitaria y fraternal108.

JURISPRUDENCIA
Contrato de sociedad. Especialidad. El sistema societario mercantil no puede insertarse
dentro de las reglas comunes a los contratos de cambio. Y a pesar de la diferente
conceptuación de la doctrina, en cuanto aluden ora al contrato plurilateral, de organización ora
a la institución, todos están de acuerdo con que la regulación legal que instrumenta la ley
19.500 es diferenciada y tiene reglas específicas no subsumibles en el común ordenamiento
contractual. (Cám. Com., A, diciembre 27-1978, “Camiño Trigo, Manuel c/ García, José A. y
otro”).
Contrato de sociedad. Especialidad: La característica específica del contrato
plurilateral de sociedad, que lo distingue netamente de los demás esquemas jurídicos, es la
participación en las ganancias y en las pérdidas. Esta nota constituye la causa del contrato de
sociedad o sea "la función práctico-social del negocio, reconocida por el derecho". (Juzg. 1ª.

103
Cfr. Ascarelli , T., Saggi Giuridici, Milán, 1949, p. 260; Colombres, G., Curso…cit. p.
24. y sin perjuicio de que los intereses contrapuestos, si se piensa únicamente en el socio, se dan
durante todo el desarrollo de la actuación social: al constituirse, cuando se valúan los aportes; durante
la vida del ente, al tiempo de tratar la distribución de dividendos; al tiempo de su disolución, al tratar
la liquidación, entre otros.
104
Exposición de Motivos, Capítulo Primero, Sección I, ap. 1. En general se considera
contrato plurilateral al que tiene, originaria o potencialmente, más de dos centros de intereses
diferenciados, sin que exista reciprocidad o interdependencia entre todas las prestaciones nacidas del
contrato. Cfr. Mosset Iturraspe J., Contratos, Bs. As., 1995, p. 60, quien sigue las conclusiones de la
3er. comisión del IV Encuentro de Abogados Civilistas, de Santa Fe, 1990. Son también contratos
plurilaterales las asociaciones, las fundaciones, las cooperativas, las uniones transitorias de empresas,
los acuerdos de colaboración, los sindicatos de accionistas, entre otros.
105
Cfr. Halperín I. y Butty, E. Curso…cit. 4ª ed. t. I p. 258; Colombres, G., Curso…cit. p.
. 25.; Cfr. Cabanellas de las Cuevas G., Introducción al Derecho Societario… Cit. t. 1, p. 401.
106
Cfr. Lavalle Cobo, J, en Código Civil y Leyes Complementarias –comentado, anotado y
concordado-, de Belluscio Augusto, Bs. As., 1984, .t. V, p. 727.
107
Cfr. Cám. Com. D, LL 1982-C, p. 381.
108
Cfr. Pic. P., en Traité...cit. , t. 1, p. 90.

49
Inst. Nº 6 en lo Comercial julio 20-1978, “Nieto Rivera, E. y os. c/ Termofer, Soc. en Com.
por Accs”)

I. Características
Las notas distintivas de los contratos plurilaterales que antes enumeráramos,
permiten establecer características que les son propias, como su nominatividad, la
posibilidad de la intervención de más de dos partes, su carácter abierto,
organizativo, consensual, conmutativo, oneroso y de ejecución continuada, ello sin
perjuicio de sus elementos específicos de la especie sociedad, los que abordaremos
en los Capítulos sucesivos.

A.-) Nominado: por cuanto la ley –19.550- lo regula de manera específica,


dotando de nomen juris no sólo a la especie sociedad comercial sino también a sus
diversas subespecies, a las que llama tipos -colectiva, etc.-109.
B.-) Posibilidad de que intervengan dos o más partes: en las especies de
contratos de los que se deriva la creación de un sujeto de derecho diferenciado de las
partes suscriptoras, pueden intervenir no sólo dos de estas sino aún más. Es que si
bien la sociedad resulta ser un sujeto único –no obstante colectivo- frente a terceros,
para la suscripción de su contrato constitutivo, que la antecede y resulta ser el
negocio jurídico que la crea, intervienen como partes cuantas personas individuales
o colectivas concurran a su conformación110.
C.-) Se trata de contratos abiertos: estos no quedan necesariamente
restringidos al elenco de personas que intervinieron en el momento de su
celebración, sino que existe la posibilidad de que con posterioridad se incorporen
nuevos interesados, adherentes a la propuesta original –o su sustituta si ella hubiere
sido modificada-. Así, durante el plazo de vigencia del contrato, los suscriptores
originales probablemente habrán de ser sustituidos por sus sucesores, por terceros
adquirentes de sus participaciones, o bien compartirán calidad de socios con los
sujetos que, como nuevos socios, aporten capital.
D.-) De organización: según ya apuntamos, el contrato de sociedad es sólo
una especie dentro de los contratos denominados plurilaterales. Pero este cuenta su
vez con una característica principal y distintiva que es la de determinar una
estructura colectiva, de ejecución continuada, que lo hace, además, de organización:
a fin de obtener el objetivo previsto será necesario ordenar el tiempo y forma en que
la actividad se llevará a cabo y que se prolongará aún después de sucedida la
constitución. La figura del contrato de organización ha sido escasamente

109
En doctrina también se utiliza el término típico como sinónimo de nominado. A efectos
de evitar confusiones con la tipicidad, elemento propio de la materia societaria y sobre la que
volveremos a lo largo de esta obra, utilizamos en este apartado exclusivamente la alocución
nominado.
Cfr. Fontanarrosa R.O., Derecho Comercial Argentino:–Doctrina general de los contratos
comerciales-, Bs. As., 1992, vol. 2 p. 141.

50
desarrollada, por lo que no resulta sencillo precisar sus características, sin perjuicio
de que pudiera tenérselo como el instrumento mediante el cual agentes económicos
disponen sus actividades productivas, creando organizaciones relativamente
centralizadas y estables en las que estructuran la cooperación productiva propia de
toda convivencia social111.
En tanto contrato en marcha, las partes se obligan recíprocamente a satisfacer
prestaciones que tienen por objeto-fin (individual y común) el obtener beneficios.
Pero que ello requiera una organización, no lleva a concluir que la esencia jurídica
del acto negocial (el propio contrato de sociedad) se agote en tal circunstancia112, ni
basta por sí para caracterizar al instrumento.

JURISPRUDENCIA
No puede calificarse como sociedad comercial de hecho a un consorcio vecinal si no
se advierte objeto comercial en su creación ni está presente el concepto o noción de
organización que debe estar inserta en el contrato por su relación con la idea económica de
empresa y que constituye la actividad normal de las sociedades mercantiles (arts. 1°, 21, ley
19.550, modif. por ley 22.903: 8°, Cód. Comercio ) SC, Buenos Aires, abril 12-1989,
“Heguilor, M. B. c/ Consorcio de Vecinos”).

E.-) Consensual: la persona jurídica se origina con el mero acuerdo de


voluntades expresado por los socios, con independencia de su forma, de la
regularidad de su constitución (art. 21 LS) e incluso de la efectiva integración de los
aportes comprometidos.

F.-) Conmutativo: a diferencia de la generalidad de los contratos


conmutativos, en que las partes intercambian prestaciones en base a intereses
contrapuestos, en los contratos de sociedad estas concuren, se concentran y fusionan,
a fin de obtener un logro común, a través de un nuevo sujeto nacido de las
voluntades de aquellos. La conmutación, entonces, no tiene por objeto la
correspondencia directa entre los socios de los aportes respectivamente efectuados o
comprometidos113, sino entre estos con la sociedad, “consistente, por una parte, en

111
Tal la definicón de Cabanellas de las Cuevas, G., Introducción al Derecho Societario…cit. I,
p.. 401. No debe caerse en el error –seguimos en ello al autor citado- de otorgar carácter de societaria
a toda estructura organizativa, como los contratos de ditribución, licencia, agencia, etc. En igual
sentido, véase Fontanarrosa R.O., Derecho Comercial… cit., vol. 2 , ps. 142 y 143. A diferencia
entonces de los contratos bilaterales de cambio, en que las prestaciones se agotan con su realización,
en el contrato de sociedad las prestaciones se coordinan para crear un sujeto de derecho cuyo
funcionamiento y relaciones con los socios resulta necesario reglar. Cfr. Nissen, R., Curso de
Derecho Societario, Bs. As., 2005, ps. 66 y 67.
112
Cfr. Spota A.G.E. Instituciones de Derecho Civil –Contratos-, Bs. As., 1982, t. VII, p. 8.
113
Cfr. Borda, G.A., Tratado de Derecho Civil, Contratos, 4° ed. Bs. As., 1979, t. II, p.
253. Es recurriendo a esta comunidad de bienes y de trabajo que los socios alcanzan sus fines
paralelos, toda vez que el contrato de sociedad es también síntesis final de intereses contrapuestos, y
nace de la negociación y del sacrificio de ciertos intereses para lograr el reconocimiento de otras

51
las prestaciones a que aquellos se obligaron y, por otra, en los beneficios que el
desarrollo de la actividad de esta ha de proporcionarles”114. No es el origen de los
beneficios lo que hace conmutativo –o no- al contrato, sino la extensión de las
prestaciones que las partes se deben –el equilibrio entre estas-, y que cada socio
conoce de antemano por haber evaluado la proporción determinada que habrá de
corresponderle, fuera de ganancias o pérdidas, en relación con el aporte efectuado.
Empero, la futura obtención de beneficios o la posibilidad de soportar las pérdidas
no hacen al contrato aleatorio115, ya que tales extremos corresponden al
funcionamiento del nuevo sujeto de derecho y no a la etapa de su constitución, en
que el convenio se perfecciona.
Sin perjuicio del apuntado destinatario de las prestaciones –la sociedad-, la
relación sinalagmática se establece no sólo entre las partes suscriptoras del contrato
–y luego entre quienes adquieran la calidad de socios de manera derivada-, sino
también respecto de cada parte y del propio y nuevo sujeto de derecho116. Mientras
cada socio ha de cumplir con su prestación -objeto de la obligación que asumió- en
cambio la sociedad –como persona distinta- ha de cumplir con su deber legal de
reconocer a cada socio la cuota-parte que le atañe de la sociedad117.
G.-) Oneroso: la mayoría de los contratos y no sólo los asociativos resultan
ser a título oneroso, ya que usualmente los actos jurídicos del hombre están
inspirados en su interés y procuran una ventaja personal118. Respecto de la sociedad,
tal carácter surge del art. 1 LS en cuanto impone a las partes la realización efectiva
de aportes –sin perjuicio de la posibilidad de diferir su integración en el tiempo-,
como condición esencial del contrato, en razón de su singular importancia para la

ventajas –ob.cit. p. 252-. También Fontanarrosa R.O., Derecho Comercial… cit., vol. 2 p. 141. Las
prestaciones no tienen carácter recíproco sino concordantes a la realización del objeto común. O sea
que cada parte adquiere derechos y obligaciones no respecto de otra parte sino respecto de todas las
demás
114
Smith J., Código Civil y Leyes Complementarias, t. 8, coordinado por Belluscio Augusto,
Bs. As., 1999, p. 537.
115
Cfr. Rivera, J. C.en Código Civil Anotado, t. III B de Llambías J. y Alterini A. Bs. As.,
1998, p. 448, quien señala que lo contingente será el rendimiento económico del acto, como sucede
con la mayoría de los contratos. También véase Spota A.G.E. Instituciones de Derecho Civil –
Contratos-, Bs. As., 1982, t. VII, p. 14 y Baudry-Lacantinerie, G. y Wahl, A. edición italiana del
Tattato Teorico-Pratico di Diritto Civile –Della Societá, del Mutuo, del Deposito, Milán, 1914, p. 5,
para quienes “la distinzione fra i contratti commutativi ed i contratti aleatori poggia sulla natura
delle obbligazioni contratte dalle parti en non sui resultati eventuali di queste obbligazioni”.
116
Cfr. Colombres G., Curso …cit. p. 26
117 Spota A.G.E. Instituciones de Derecho Civil –Contratos-, t. VII, p. 3
118 Cfr. Colin A. y Capitant H., Curso Elemental de Derecho Civil, Madrid, 1924, t. III, p.
536.
119 Cfr. Mosset Iturraspe J, Contratos…cit. , p. 63.

52
consecución de los fines sociales. El carácter oneroso esta dado por la
contraprestación que sigue a la prestación –la ventaja que deviene al sacrificio-119.

JURISPRUDENCIA
No hay sociedad sin aporte, por lo que la condición de constituir un fondo social por
medio de aporte, más que legal es una condición racional, porque sin la obligación de aporte
desaparece el concepto de sociedad y la relación jurídica formada, asume necesariamente la
estructura jurídica de otro contrato pues la sociedad por ello es onerosa, por lo tanto no
habiendo probado este extremo no puede tenerse por existente la sociedad de hecho invocada.
(Cám. C.C., I, San Isidro, Sala I, LLBA 1996, 105.)
La característica específica del contrato plurilateral de sociedad, que lo distingue
netamente de los demás esquemas jurídicos, es la participación en las ganancias y en las
pérdidas. Esta nota constituye la causa del contrato de sociedad o sea "la función práctico-
social del negocio, reconocida por el derecho". ". (Juzg. 1ª. Inst. Nº 6 en lo Comercial julio
20-1978, “Nieto Rivera, E. y os. c/ Termofer, Soc. en Com. por Accs”)

H.--) De ejecución continuada: el contrato de sociedad resulta de ejecución


continuada, si se repara en que se suscribe para más de una operación y, según ya
apuntáramos, con vocación de perdurar en el tiempo120. Sin perjuicio de la veracidad
de tal afirmación, esta luce insuficiente para el caso de un acuerdo que dará origen a
un nuevo sujeto de derecho, diferenciado de sus suscriptores. La noción de ejecución
de un instrumento cede frente a la de pervivencia –o supervivencia- del ente regular
a partir de aquel originado, y al que acceden numerosos factores ajenos.

II. Críticas a la teoría del contrato plurilateral.


Pese a los avances señalados en punto a la teoría del contrato plurilateral y su
casi unánime aceptación en el derecho societario continental, nuevas corrientes
pregonan un regreso a posiciones más afines con la doctrina clásica. Así lo señaló el
Dr. E. Butty, manifestando que “al entusiasmo inicial por la teoría del contrato
plurilateral de organización ha seguido, aunque de menor intensidad, una nueva
crisis, pues calificada doctrina confirma la suficiencia de la visión contractualista
para explicar la consistencia y funcionamiento de las sociedades de personas, pero
duda de su aplicabilidad integral al ámbito de las sociedades de capital. Pues, en
efecto, si bien el sinalagma contractual puede explicar algún aspecto de la vida de
estas últimas (v. gr. el derecho de receso), tal perspectiva naufraga ante capítulos de
esta clase societaria, como el principio mayoritario para la formación de la voluntad
de gobierno (asambleas), o la previsión de distintas clases de acciones, algunas con
privilegios en el voto y otras con preferencias patrimoniales, de modo de privilegiar
el management empresarial (pues se supone que las acciones con privilegio de voto
tienden a concentrarse en manos de los grupos de control) con inequívoca presencia,

120 Cfr. Cifuentes, S., Código Civil Comentado y Anotado, Bs. As., 2003, , t. II, p. 507.

53
entonces, de un factor institucional (o institucionalista, si se quiere). Incluso se han
levantado ahora voces que ponen en duda la unidad del supuesto “derecho
societario” sobre la base de la incompatibilidad de los principios específicos de las
sociedades de capital y de personas121”.

JURISPRUDENCIA
La sociedad es un contrato plurilateral de organización consensual y este
encuadramiento jurídico se mantiene en la ley 19550. (Cám. Com., A, ED 93-147; B, LL
1980-D, 87; Idem., JA 2003-IV-897)
El sistema societario mercantil no puede insertarse dentro de las reglas comunes a los
contratos de cambio, y a pesar de la diferente conceptuación de la doctrina, en cuanto aluden
ora al contrato plurilateral de organización, ora a la institución, todos están de acuerdo en que
la regulación legal que instrumenta la ley 19550 es diferenciada y tiene reglas específicas no
subsumibles en el común ordenamiento contractual. (Cám.Com., A, ED 82-364.)

III. Diferencias entre los contratos bilaterales y plurilaterales


Por lo hasta aquí señalado, resulta claro que las diferencias entre los contratos
bilaterales y plurilaterales son varias. Siendo que los contratos bilaterales se
caracterizan por la existencia de dos partes cuyas obligaciones son recíprocas (es decir
principales, interdependientes y que se explican mutuamente), 122 las desemejanzas
apuntadas podrían resumirse en:

A.-) Coincidencia de intereses y equivalencia dada por la valuación de las


prestaciones: El contrato de sociedad es de yuxtaposición, y tiene una función
instrumental, ya que la ejecución de las obligaciones de las partes no agota el contrato,
sino que es la premisa para la actividad ulterior123. Ello no implica que, bajo el interés
social resultante de la convergencia de los intereses individuales orientados a un fin
común, no subsistan, sometidos a aquel, fines egoístas y no coincidentes propios de los
suscriptores124. Respecto de las prestaciones, su equivalencia se refleja en la manera
proporcional en que cada socio participa en los aspectos económicos y políticos del
ente.
B.-) Improcedencia de la aplicación de la exceptio non adimpleti
contractus: a diferencia de lo que sucede en la gran mayoría de los contratos
bilaterales, en los que una de las partes puede negarse a cumplir la prestación a su

121
Halperín I., y Butty, E.,, Curso…cit. 4ª ed., t., I, , ps. 267 y 268.
122
Cfr. López de Zavalía, F., Teoría de los Contratos, -parte general- Bs A, 1997, t. 1, p.
78
123
O convergente y direccionados al nacimiento de la sociedad, conf. Stordeur E., Manual
de Derecho Societario, Bs. As, 2002, p. 63.; 123 Halperín I., y Butty, E.,, Curso…cit. 4ª ed., t., I, , p.
259
124
Esta falta de coincidencia de intereses perdurará durante toda la vida de la sociedad, de
allí que se haya afirmado con autoridad que “adormecidos o aletargados, como consecuencia del
objeto común que quieren mediante la sociedad, y que constituye el elemento unificador de las
distintas adhesiones, delimitando el ámbito de sus derechos y obligaciones”. Fargosi H., La Affectio
Societatis, Bs. As, 1955, ps. 78 y 79.

54
cargo si la contraparte no cumple u ofrece cumplir la suya (exceptio non adimpleti
contractus; art. 1201 Cód. Civil), la yuxtaposición de obligaciones propia de los
contratos plurilaterales hace improponible tal remedio legal. Ello por cuanto la
exceptio sólo funciona en los contratos bilaterales125, y no en aquellos en que las
partes no se encuentran habilitadas a exigir para sí el cumplimiento de obligaciones
destinadas a satisfacer de manera directa los intereses de un tercero –la sociedad-.
Frente al incumplimiento por parte de un socio no cabe a la contraparte, entonces,
requerir la resolución del contrato –salvo para los supuestos específicamente
previstos en la LS- sino, de corresponder, la exclusión de aquel.
C.-) No necesaria igualdad de las prestaciones: en este tipo de contrato, y
más allá de lo apuntado respecto de las equivalencias que de las prestaciones se
derivan –en realidad de las equivalencias a partir de la valuación de las prestaciones-
, estas pueden diferir. Según el tipo social que finalmente se adopte, podrán
aportarse obligaciones de dar, de hacer, o ambas. De allí que las obligaciones
asumidas por los contratantes no sean correlativas, y sí sean atípicas126.
D.-) El cumplimiento de la prestación: En los contratos bilaterales el
cumplimiento de las prestaciones les pone fin. En cambio, en los contratos
plurilaterales el cumplimiento por parte de los socios de las prestaciones debidas –
con más otros requisitos- genera un nuevo sujeto de derecho con el que aquellos y
terceros habrán de relacionarse. La extinción del contrato plurilateral habrá de tener,
entonces, un régimen distinto –especial- que el naturalmente previsto para los
contratos de cambio127, y sobre el que nos ocuparemos al tratar su disolución y
liquidación de las sociedades.
E.-) incumplimiento de las formas esenciales para obtener la regularidad
del ente: en razón de la existencia de una pluralidad de sujetos que orientan sus
voluntades hacia un fin común, la forma en que aquellas deben manifestarse siempre
requiere formalidades especiales cuando la regularidad del nuevo sujeto sea el
resultado deseado.
F.-) distinto régimen de nulidades: A diferencia de lo que sucede con los
contratos bilaterales, en los que la nulidad del vínculo de uno de los contratantes
invalida el acto, en la especie sociedad para los contratos plurilaterales, la nulidad o

125
Cfr. Otaegui J. C. “Acto social constitutivo”, R.D.C.O. n° 5, 1972, p. 778; Lavalle Cobo,
J, en Código Civil y Leyes Complementarias –comentado, anotado y concordado-, de Belluscio
Augusto, Bs. As., 1984, .t. V, ps. 950/1; Mosset Iturraspe J, Contratos…cit. p. 62.
126
Cfr. LAVALLE COBO Jorge, en Código Civil y Leyes Complementarias –comentado, anotado y
concordado-, de Belluscio Augusto, t. 5, Astrea, Buenos Aires, 1984, p. 728. En los contratos con
prestaciones recíprocas estas son típicas, tal el caso de la compraventa, en que una parte entrega la
cosa en propiedad y la otra paga el precio en dinero, y si se modificara lguna de estas prestaciones
esenciales el contrato mutaría. En los contratos plurilaterales las prestaciones son atípicas, por lo que
pueden los socios aportar bienes en propiedad, en uso, aportar trabajo, etc. Cfr. Fontanarrosa R.O.,
Derecho Comercial Argentino… cit., vol. 2, p. 142.
127
Cfr. Cabanellas de las Cuevas G., Derecho Societario… cit., t. 1, p. 393.

55
anulación que afecte el vínculo de alguno de los socios no produce la nulidad,
anulación o resolución del contrato, salvo que la participación o la prestación de ese
socio deba considerarse esencial (art. 16 LS). Ello por cuanto aún ante la falta de
uno de los contratantes, el resto todavía puede aprovechar las prestaciones
recíprocamente debidas. Además, porque la plurilateralidad de partes permite
discriminar los aspectos que atañen a la forma y validez de las manifestaciones de
los contratantes y sus efectos128, y así coadyuvar a su continuación –salvo
imposición legal en contrario-.
G.-) imposibilidad de resolver voluntariamente el contrato haciéndose cargo
de los daños y perjuicios: no basta la sola intención de una de las partes para extinguir
el contrato. Ello guarda relación con el contenido eminentemente normativo de los
instrumentos sociales129, en los que se fija la estructura para el funcionamiento del ente,
que vive de acuerdo a las reglas allí establecidas130.
H..-) existencia de un interés común: Cuando se habla de interés social se
alude en realidad a un interés común en un momento determinado en razón del fin
social, y no un interés de la sociedad propio e independiente del interés de los
socios131.

JURISPRUDENCIA
Participación en los beneficios: El tema relativo a la participación en los beneficios
hace a la esencia del contrato de sociedad y es al respecto donde la libertad es más amplia.
(Cám. Com., A, LL 1999-B, 460 - DJ 1999-1, 1086.
Interés común: En el ámbito societario, los derechos otorgados por la ley o los estatutos
tiene por fin que sus titulares desarrollen una actividad beneficiosa para la sociedad, pues el
patrimonio social no debe ser administrado para favorecer aspiraciones de algunos accionistas
que utilizan las asambleas como instrumento personal. (Cám. Com., B, DJ 1994-2, 541.)

128
Cfr. Fontanarrosa R.O., Derecho Comercial Argentino… cit., vol. 2, p. 144.
129
Tal nominatividad debe ser entendida como una característica del contrato y no un acto normativo
propio del estatuto, al que no se subordina ni confunde.
130
Cfr. Cfr. Halperín I., Curso… cit. t. I, 269; Stordeur E., Manual de… cit., p. 65.
131
Cfr. Halperín I. y Butty E., Curso de… cit, vol. I, p. 249.

56
Capítulo II
Comercialidad de las sociedades

SUMARIO:
4.- Comercialidad de las sociedades. a.- Comercialidad por el objeto o por la forma. 5.-
Diferencia entre la sociedad y otras figuras jurídicas. a.- Sociedad y empresa.; b.- El
empresario social. c.- Sociedad comercial y las diversas clases de personas del código civil. 6.
Sociedad comercial y sociedad civil. a.-Forma de constitución y modificaciones estatutarias.
b.- Carácter y competencia. c.- Similitudes y diferencias entre la sociedad civil y la sociedad
comercial I.-Registro y publicidad. Contabilidad; II.-Nombre social. III.-Fin del ente. Utilidad;
IV.-Participación en las ganancias y perdidas; V. Objeto; VI. Prestaciones; VII. Régimen de
administración; VII. Disolución por remoción o renuncia del administrador; VIII.
Responsabilidad de los socios; IX.- Exclusión y renuncia del socio. X. Efectos patrimoniales de
la exclusión y renuncia del socio. XI. Régimen de nulidades; 7. Sociedad comercial y
asociación civil. a) Sociedad comercial y asociaciones bajo forma de sociedad; I. Órganos: II.
Asamblea; III. Socios; b) Sociedad comercial y simple asociación; c) Sociedad comercial,
asociación y fundación; I. Diferencias entre fundación y la asociación; II. Diferencias entre
fundación y sociedad comercial; III. Fundaciones sin personería jurídica; 8.- Sociedad
comercial y cooperativa. a) Generalidades; b) Diferencias entre la cooperativa y la sociedad
comercial; 9.- Sociedad comercial y mutual. a) Generalidades; b) Diferencias de la mutual con la
sociedad comercial; 10.- Sociedad comercial y consorcio de propiedad horizontal. 11.-
Sociedad comercial y sociedad conyugal. 12. Sociedad comercial y herencia en estado de
indivisión. 13.- Sociedad comercial y la masa de bienes en el concurso. a) La masa como
persona jurídica; b) La masa como instituto del derecho concursal carente de personería.

4.- Comercialidad de las sociedades


a.- Comercialidad por el objeto o por la forma
Durante la vigencia del Código de Comercio de 1862, la comercialidad de las
sociedades se derivaba exclusivamente de la naturaleza de los actos que estas
requerían realizar para la consecución de sus fines, salvo en los casos de sociedades
anónimas las que por su forma se reputaban siempre mercantiles, aun cuando su
objeto no fuera comercial132. De esta forma el Código consagraba un sistema mixto,
análogo al de la legislación francesa de la época, en el que el objeto constituía la
regla general para determinar la naturaleza civil o comercial de la sociedad, y la
forma, la excepción133. Este criterio fue posteriormente revisado, en especial a partir

132
El art. 282 C.Com. establecía que la compañía o sociedad mercantil era “un contrato por
el cual dos o más personas se unen, poniendo en común sus bienes e industria, o alguna de estas
cosas, para practicar actos de comercio, con ánimo de partir el lucro que pueda resultar. Son también
mercantiles las sociedades anónimas, aunque no tengan por objeto actos de comercio”.
Posteriormente, en 1932 la ley 11.645 en su art. 3 también incluyó a las sociedades de
responsabilidad limitada.
133
Cfr. Siburu, J. B., Comentario del Código de Comercio Argentino. Bs As, 1933, , t. IV, p.
215; Fernández R. L, Código de Comercio de la República Argentina Comentado, Bs As, 1957, t. I
Vol. 1, p. 392; Malagarriga C. C., Tratado Elemental…cit t. I, p. 185. Respecto de las sociedades
anónimas –y luego las de responsabilidad limitada-, el criterio para efectuar la distinción estibaba en
que, al aprovechar aquellas de “todas las ventajas y franquicias del comercio”, debían someterse

57
de la sanción de la ley francesa del 1° de agosto de 1893, la que marcara tendencia
entre sus sucesores al otorgar comercialidad a las sociedades a partir de su forma.
En nuestro país, con la sanción en 1972 de la ley 19.550, (LS) la diferencia
consagrada por el Código de Comercio y la ley 11.645 -y toda discusión mantenida
hasta entonces s- quedó definitivamente zanjada, ya que al incluir esta el principio
de tipicidad, la comercialidad del ente pasó a regirse exclusivamente por la forma. El
carácter mercantil de una sociedad lo brinda entonces el tipo adoptado, y no la
actividad realizada134.

JURISPRUDENCIA
Dado que la actividad del instituto geriátrico actor está organizada como empresa, bajo
la forma de sociedad de responsabilidad limitada, lo cual consagra su comercialidad aun con
independencia del objeto de explotación, es competente la justicia en lo comercial para
entender en la demanda por cobro de una suma de dinero que se le adeuda a aquélla con
motivo de la relación contractual con la demandada. (Cám. Com., B, LL 1998-B, 773 - DJ
1998-2, 565).
Es competente la justicia comercial para entender en la acción entablada por una
empresa prestadora del servicio de salud por cobro de facturas impagas por gastos de
internación realizados por el demandado, ya que al realizar actividades de manera organizada
y en forma habitual, reviste la calidad de sociedad mercantil de acuerdo a lo previsto en el art.
3° de la ley 19.550 y art. 8°, inc. 5 del Cód. de Comercio, y no surge del expediente que esté
inscripta como agente de seguro de la salud o haya adherido al sistema de obras sociales.
(Cám. Com., A, DJ 03/01/2007, 36.)
Debe considerarse comercial, entonces, en su carácter de empresa a Cica S.A.
Alimenticia, dado que la fabricación de mercaderías y su puesta en circulación en el mercado
hace al giro normal de su gestión, por la cual persigue un beneficio económico, encontrándose
sujeta, por ende, de conformidad con el art. 5 Código de Comercio, a la jurisdicción comercial.
A mayor abundamiento, como se sostuvo ut supra, la calidad de comerciante de las personas
físicas es adquirida por la realización habitual de actos de comercio naturales, por cuenta
propia o en nombre propio, y la comercialidad de las sociedades responde también al hecho de
encontrarse ellas constituidas dentro de un tipo específico, regulado por la ley 19550. En el
caso de marras, la empresa Cica se encuentra constituida como sociedad anónima. (Cám. Civ.
J, JA 1999-I-87).
La demanda entablada por la actora, con sustento en el estatuto por el que se rige, es de
índole mercantil y de competencia de la jurisdicción en lo comercial. Ello por cuanto la
actividad desarrollada por quien acciona está organizada como empresa, bajo la forma de
sociedad anónima -tipo legal cuya adopción consagra su comercialidad aun con prescindencia
del objeto de explotación-, máxime considerándose que la deuda se reclama a un propietario
que reviste el carácter de accionista de la misma (en igual sentido, CNCom. Sala D in re
Country Ranch S.A. c/ Carchak Mario del 21/7/1995; CNCom. E in re Country Ranch S.A.
c/Pollalrsky Ricardo s/ejecutivo del 10/5/1994). (Cám. Com. B, JA 2004-IV-160).
Invocándose en la demanda derechos y obligaciones que se afirman emergentes de un
contrato de sociedad accidental o en participación, y resultando la comercialidad de las

también a todas las obligaciones propias de los comerciantes. Cfr. Castillo R. S., Curso de Derecho
Comercial, Bs As, 1935, , t. III p. 6.
134
Cfr. Halperín I. y Butty E., Curso…cit. 4ª ed. t. I, ps. 280 y 353; Zaldivar E. y ots, Cuadernos…cit.
t. I, p. 45. Una posición intermedia parecería ser la de Nissen, R. para quien la adopción de uno de
los tipos previstos por la ley 19550 somete a las sociedades mercantiles a dicha legislación sólo si el
objeto de las mismas se encuentra incluido dentro de la idea económica de empresa, la cual
constituye la actividad normal de las sociedades mercantiles. (Vid. Insp. Gral. Just., marzo 19-004 r
Ghiano Res y Asociados S.A., Res. 318.)

58
sociedades en virtud del tipo adoptado (art. 1°, ley 19.550), corresponde desestimar el recurso
interpuesto contra la decisión del juez de comercio que rechaza la excepción de
incompetencia. (Cám Com., C, LL 1979-A, 278 - DJ 1979-8, 20).
La actividad desarrollada por quien acciona está organizada como empresa, bajo la
forma de sociedad anónima -tipo legal cuya adopción consagra su comercialidad aun con
prescindencia del objeto de explotación-, máxime considerándose que la deuda se reclama a
un propietario que reviste el carácter de accionista de la misma (en igual sentido, C. Nac.
Com., sala D, "Country Ranch S.A. v. Carchak, Mario" Ver Texto , del 21/7/1995; C. Nac.
Com., sala E, "Country Ranch S.A. v. Pollalrsky, Ricardo s/ejecutivo" Ver Texto , del
10/5/1994). (Cám. Com., B, JA 2004-IV-160)
El ámbito propio de las operaciones denominadas "contrato de depósito colectivo de
títulos valores" (art. 30 inc. a, ley 20.643) ya sea por el objeto sobre las que recaen -títulos
valores- como por los sujetos que la practican (art. 5º, Cód. de Comercio), es
incuestionablemente el derecho comercial. Así, los caracteres de su disciplina, perfilan su
afinidad más próxima, a los efectos de la analogía (art. 16, Cód. Civil), no ya en los contratos
aislados de depósito contemplados en el Lib. Segundo, tít. VIII del Código de Comercio, sino
en aquellos otros depósitos que arraigan su comercialidad en el hecho de efectuarse con
empresas (art. 8º, inc. 5º, Cód. de Comercio). (Trib. de Arbitr. Gral Bolsa de Comercio de Bs.
As, , LL 1990-B, 554).
Es competente el fuero comercial para entender en la demanda tendiente al cobro de
una suma de dinero, pretendida como consecuencia de la rescisión anticipada de un contrato
denominado por las partes como locación comercial de un local en un "shopping center", toda
vez que -a pesar de la denominación- dada la naturaleza jurídica del negocio analizado no es
subsumible estrictamente en la citada estructura contractual, de competencia de la justicia
civil, sino que por el contrario las actividades realizadas por ambas partes están organizadas
como empresas, bajo formas societarias, circunstancia que consagra su comercialidad (del
dictamen de la fiscal que la Cámara hace suyo). (Cám. Com. E, LL 2003-F, 143)
Invocándose en la demanda derechos y obligaciones que se afirman emergentes de un
contrato de sociedad accidental o en participación, y resultando la comercialidad de las
sociedades en virtud del tipo adoptado (art. 1°, ley 19.550) corresponde desestimar el recurso
interpuesto contra la decisión del juez de comercio que rechaza la excepción de
incompetencia. (Cám.Com. C, LL 1979-A, 278; DJ 1979-8, 20.)

5.- Diferencia entre la sociedad comercial y otras figuras jurídicas.


No obstante que el legislador de 1972 se ha cuidado de incluir definiciones al
redactar la LS, realizó una excepción respecto de la sociedad comercial, cuya
existencia como género consagró en el art. 1 “cuando dos o más personas en forma
organizada, conforme a alguno de los tipos previstos en esta ley, se obliguen a
realizar aportes para aplicarlos a la producción o intercambio de bienes y servicios
participando de los beneficios y soportando las pérdidas”135. Esta concesión de la
técnica legislativa, que obedece más a la necesidad de enumerar los requisitos
esenciales de la persona jurídica que a una verdadera posición dogmática, se

135
La norma mantiene, si bien ajustada por más de cien años de evolución en la materia, el
criterio que con anterioridad sentara el art. 282 del Código de Comercio y que aludía al contrato por
el cual dos o más personas se unían, poniendo en común sus bienes e industria para practicar actos de
comercio, con ánimo de partir el lucro que puediera resultar. Algunos de estos caracteres se
reproducen en la análoga disposición existente en materia civil, para la que “habrá sociedad, cuando
dos o más personas se hubieren mutuamente obligado, cada una con una prestación, con el fin de
obtener alguna utilidad apreciable en dinero, que dividirán entre sí, del empleo que hicieren de lo que
cada uno hubiere aportado” (art. 1648 Código Civil).

59
complementa con la disposición de que la sociedad es, también, un sujeto de derecho
dotado de personalidad (art. 2 LS136). A partir de estas dos notas distintivas se
pueden trazar algunas diferencias con otras figuras que en un principio, y en
apariencia, se presentan como análogas.

a.- Sociedad comercial y empresa


No obstante las notorias diferencias existenten entre los términos empresa y
sociedad comercial, ambos suelen ser incorrectamente utilizados como sinónimos.
Esto sucede mayormente a partir de la confusión que produce el carácter
organizativo que comparten: la organización de los factores de la producción en el
caso de la empresa137 y la organización inmanente del sujeto de derecho
organizador, en el de la sociedad. En todo caso, y más allá de que no habremos de
ocuparnos aquí de la empresa, la confusión también es abonada por la importancia
que esta última ha cobrado para el estudio del derecho comercial, incluso eclipsando
al empresario138.
Si el empresario es una persona jurídica, sus funciones son llevadas adelante
por sus órganos, los que en ocasiones ni siquiera son integrados por personas físicas
sino por otras de carácter moral. “Si la empresa pertenece a una sociedad comercial,
a menudo se cometerá el error de designar la sociedad por la empresa. Este uso es
inexacto. Como una persona física no puede ser nunca una empresa sino un
empresario, así ocurre también con las sociedades comerciales; la persona jurídica es

136
Cfr. Arecha, M. y García Cuerva H., Sociedades Comerciales –análisis y comentario de
la ley 19.550 y complementarias-, 2° ed. Bs As, 1983, p. 1. Tal reconocimiento de capacidad para
adquirir derechos y contraer obligaciones erige a las sociedades en un medio técnico por el cual se
hace posible la actuación colectiva en una actividad económica, normalmente organizada de manera
durable como empresa. Cfr. Halperín I. y Butty E., Curso…cit. 4ª ed. t. I, p. 245. Tal reconocimiento
de capacidad para adquirir derechos y contraer obligaciones erige a las sociedades en un medio
técnico por el cual se hace posible la actuación colectiva en una actividad económica, normalmente
organizada de manera durable como empresa.
137
De acuerdo a la mayoría de las definiciones –clásicas- de la empresa, las que partiendo
del campo de la economía política designan de tal forma a determinadas organizaciones de los
factores de la producción. Cfr. Fontanarrosa R-O. , Derecho Comercial Argentino –parte general-, Bs
As, 1956, p. 152.
138
Así puede verse Columbres, G., Curso cit. p. 114, nota 34, quien señala que “a través de
la idea de empresa una prolífica teorización ha pretendido la revisión del derecho comercial clásico.
Un verdadero “unwandelung” jurídico que llega hasta la fijación de un nuevo contenido para la
materia viene intentándose a sus conjuros. El derecho mercantil no sería ya, ni el derecho que regula
la actividad del comerciante, ni el derecho que rige al acto de comercio, sino el derecho de la
empresa. Conocida es la fórnula de Dalmartello, quien trazando la evolución no sólo teórica sino
también legislativa operada al respecto, la sintetiza diciendo: en sus orígenes autonómicos el marco
del derecho comercial resultaba de la pregunta ‘chi aggise?”, ¿quién actúa? La respuesta era: el
comerciante. Con el código francés de comercio de 1907, el planteo se trasladó a esta otra
interrogación: ‘cosa aggise?’ (¿qué actúa?). La contestación fue: el acto de comercio. El asunto se
condensó luego en: comme si aggise? (¿cómo se actúa?). Y la respuesta es: en empresa. Del
contenido subjetivo se pasó al objetivo, y de éste al de empresa. El tema del derecho comercial estaría
dado, entonces, no por la materia, sino por ua forma particular de manifestarse el derecho privado.”

60
simplemente empresario y, como tal, titular de la empresa, pero no la empresa
misma”139.
Si bien el tema de la empresa ya ha sido tratado in extenso en el volúmen I-A
de este Tratado, al que remitimos140, a fin de trazar un paralelo entre esta y la
sociedad comercial diremos, siguiendo lo allí expuesto, que su sistematización
resulta improbable en razón de su perfil bifronte –económico y jurídico-, su diverso
encuadre legal en el derecho comparado y las diversas concepciones al respecto
elaboradas por los distintos autores. A estas dificultades se agrega que nuestro
Código, que regula el derecho mercantil a partir del acto de comercio y la figura del
comerciante, considera a la empresa desde una perspectiva puramente económica y
patrimonial con prescindencia de sus aspectos jurídicos. Desde tal posición es que se
caracteriza a la empresa como la organización de diversos elementos, materiales
(materia prima, instalaciones, máquinas, vehículos, etc.), inmateriales (nombre
comercial, enseña, patentes de invención, marcas de fábrica, modelos y dibujos
industriales, etc.) y personales (administradores, gerentes, factores, dependientes,
viajantes, empleados, obreros, etc.), orientados a la producción, circulación o
comercialización de bienes y servicios, generalmente con propósito de lucro –
aunque este aspecto no sea esencial-, bajo la dirección, coordinación y
responsabilidad del comerciante o empresario.
Pero la empresa, en tanto mera organización, es sólo una inmaterialidad.
consiste en actividad económicamente organizada141, que no se confunde con los
factores sobre los que tal actividad se apoya. A diferencia del empresario –sujeto de
derecho- la empresa en última instancia se reduce a un objeto de derecho carente de
personalidad, como principalmente se sostiene, sin perjuicio de la calidad que a tal
objeto se impute. Así, mientras la mayor parte de la doctrina se inclina por ver en la
empresa una universalidad de hecho, unos pocos reconocen en ella una
universalidad de derecho142.

JURISPRUDENCIA
En nuestro derecho la empresa es objeto de derechos, y no sujeto de derecho, pues sólo
las personas físicas y morales alcanzan entidad propia de sujetos de derecho. (SCJ Mendoza,
LL 146, 158; JA 1978-II, 780.)
Las normas de derecho privado y las de derecho público fiscal actúan, frecuentemente,
en ámbitos diferentes y persiguen objetivos distintos; de esto se deriva que el Estado, con fines
impositivos, tiene la facultad de establecer las reglas que estime lícitas, eficaces y razonables
para el logro de sus fines tributarios, sin atenerse a las categorías o figuras del derecho

139
Cfr. Fontanarrosa R.O., Derecho Comercial… cit., vol. 1, p. 154, en cita a Herschel.
140
Cfr. Fernández R.L. y Gómez Leo O.R. Tratado… cit. , vol. I., ps. 371 a 374.
141
Cfr. Fontanarrosa R.O., Derecho Comercial…, cit., vol. I, p.154
142
Como universalidad de hecho, entre otros, Di Guglielmo, Satanowsky, Halperín, Zavala
Rodriguez, Cámara, Castillo, Cammarota, Klein, Páez, Fernández, Vivante, Navarini, Rocco y De
Gregorio. Como universalidad de derecho, véase Spota, Marghieri y Messineo. Por todos ellos, véase
Fernández R.L. y Gómez Leo O.R. Tratado…cit. , 2º.ed. t. II-A, nº 11.

61
privado, siempre que éstas no se vean afectadas en la esfera que les es propia. Así confundir el
principio atinente a la personalidad jurídica de las sociedades con la noción de empresa que
constituye una "unidad económica independiente", importa una equivocación grave y
descalificadora, ya que la distinta personalidad que el derecho común atribuye a la sociedad
con respecto a los socios puede no tener influencia alguna en los preceptos que establezca el
derecho público en su rama conocida como derecho fiscal, ya que éste pondera, sobre todo, las
distintas manifestaciones de la actividad económica y lo hace muchas veces sin atarse a las
clasificaciones del derecho privado (del voto de los Dres. Levene (h), Barra y Fayt). CS, , LL
1991-E, 37, IMP 1991-B, 1532 - DJ 1991-2, 858.)

b.- El empresario social


El empresario es la persona que organiza los factores de producción con
miras a la producción e intercambio de bienes y servicios. En un principio, esta tarea
recayó de manera exclusiva en manos de sujetos individuales (personas físicas), las
que pronto resultaron incapaces de llevarlas adelante por sí solas, frente a la
constante expansión y cada vez mayor complejidad de los negocios comerciales.
Así, cuanto más grande sea la concentración de factores y de capitales, mayor
posibilidad existe que su organizador sea un empresario social. En concordancia con
ello, hace siglos que los hombres han dejado de detentar de manera individual
grandes posiciones en el comercio y la industria, sustituidos por sociedades. Ningún
hecho presenta mayor importancia que tal reemplazo y la consecuente proliferación
de las sociedades –mayormente anónimas- para la comprensión del régimen
capitalista143, en el que incluso existen áreas o actividades expresamente reservadas
a sociedades comerciales por previsión legal, tal el caso de la bancaria.

c.- Sociedad comercial y las diversas clases de personas del código civil
El Código Civil, luego de reputar persona a todo ente susceptible de adquirir
derechos y contraer obligaciones, distingue entre aquellas de existencia visible y de
existencia ideal (arts. 30, 31 y 32144).
El término persona de existencia visible fue tomado del Esboço de Freitas –
arts. 272 y 273145-, y resultaba toda una novedad para su época. Con este se
pretendía sustituir otras alocuciones que, si bien eran populares, se juzgaban

143
“Hay que llegar a la era moderna para encontrar unas sociedades que se dedican al
comercio sin que ninguna persona física responda con sus propios bienes de las obligaciones sociales
¡Un comercio sin comerciante!”. Ripert G. Aspectos Jurídicos… cit., ps. 51 y 52.
144
La ley también refiere a estas últimas como personas jurídicas. Sin perjuicio de su
indistinta utilización, en puridad, persona de existencia ideal y persona jurídica no serían sinónimos.
Ello por cuanto, al disponer el art. 32 del Código Civil que todo ente suceptible de adquirir derechos
y contraer obligaciones que no sea persona de existencia visible lo es en cambio de existencia ideal o
persona jurídica, las asociaciones sin personalidad jurídica del art. 46 del Código Civil deben ser, por
defecto personas de existencia ideal –al igual que las corporaciones del art. 1806-. Cfr. Abelenda C.
Derecho Civil…cit. t. 2, p. 50; Llambías J.J. Tratado de Derecho Civil –parte general-, 15° ed., Bs
As, 1993, t. II, p. 32.
145
Cfr. Llerena B. Concordancias y Comentarios del Código Civil Argentino, Bs As, 1887,
t. I, p. 41

62
inexactas, como las de personas naturales –Savigny-, físicas, individuales o
humanas; pero el esperado reemplazo finalmente nunca se produjo y sólo se sumo
así a estos un nuevo vocablo146. Visibles para el Código son aquellas personas de
“aparición corpórea en el mundo”, contrapuestas con las de existencia ideal o no
humanas147.
Las personas de existencia ideal son subclasificadas por el codificador en
personas jurídicas y personas de existencia ideal propiamente dichas. A las personas
jurídicas las divide en personas de carácter público y personas de carácter privado.
Las primeras comprenden al Estado Nacional, a las provincias, los municipios, las
entidades autárquicas y la Iglesia Católica. Como ninguna de estas resulta de interés
para el desarrollo del presente estudio, no habremos de mencionarlas en el futuro.
Las segundas personas –de carácter privado- comprenden a las asociaciones, las
fundaciones, las sociedades civiles y las sociedades comerciales u otras entidades
que conforme a la ley se encuentren dotadas de personalidad.
Un segundo grupo corresponde a las mal llamadas personas jurídicas de
existencia ideal propiamente dichas. La equívoca denominación poco aporta en el
campo del derecho societario, por cuanto en ninguno de sus casos se trata –para este-
de verdaderas personas jurídicas. La confusa mención se debe a que pueden adquirir
derechos y obligaciones según la le ley, teniendo para ello “calidad de sujetos
potenciales de derechos y de deberes148”. Esta categoría comprende a las simples
asociaciones sin existencia legal como personas jurídicas, a las fundaciones cuando
carecen del carácter de personas jurídicas, al consorcio de propiedad horizontal y a
otros entes ideales, como la sociedad conyugal, la herencia en estado de indivisión y
la masa de bienes en el concurso.
6. Sociedad comercial y sociedad civil
Para el Código Civil existe sociedad “cuando dos o más personas se hubieren
mutuamente obligado, cada una con una prestación, con el fin de obtener alguna
utilidad apreciable en dinero, que dividirán entre sí, del empleo que hicieren de lo que
cada uno hubiere aportado” (art. 1648). La calidad de personas jurídicas privadas de
estos entes surge expresamente de la ley (art. 33, 2da. parte, inc. 2°). El Código los
incluye dentro de la categoría de los contratos y así se refiere a esta en diversos
artículos (Libro II, Sección III y arts. 1650, 1662, 1667, 1672, 1681). En tanto
contrato plurilateral, el de sociedad civil se asemeja a aquel que da origen a una
sociedad comercial, sin perjuicio de agunas particularidades propias de sus diversos
objetos.

146
Cfr. Busso E., Código Civil Anotado, Bs. As. 1958, t. I, p. 251.
147
Cfr. Machado. J. O. El Código Civil Argentino, Bs As., 1903, t. I, p. 27.
148
Cfr. Abelenda C., Derecho Civil…cit. t. II, ps. 70 y 71; Llambías, J.J. Tratado…cit 15ª,ed
t. II, p. 49.

63
a.- Forma de constitución y modificaciones estatutarias.
Originalmente se preveía que el contrato de sociedad podía hacerse
verbalmente o por escrito, y, en tal caso, en instrumento público o privado –aún por
correspondencia-. Sin perjuicio de que la norma que así lo dispone (art. 1662 Código
Civil) aún se encuentra en vigencia, en la actualidad su aplicación se circunscribe a
la prueba de la existencia de entes de hecho, toda vez que a tenor de la reforma
introducida al inc. 3° del art. 1184 la sociedad civil debe ser constituida por
escritura pública. A diferencia de esta, la sociedad comercial puede ser constituida
por instrumento público o privado (art. 4 LS), con excepción de las sociedades
anónimas, que sólo pueden ser constituidas por instrumento público (art. 165 LS).
En cuanto la introducción de modificaciones al contrato social, estas no
pueden hacerse cuando alteren el objeto y modo de existencia de la sociedad,
facultaran actos opuestos a su fin originario o pusieran en riesgo la existencia del
ente, si no se contara para ello con la decisión unánime de todos los socios (art. 1672
Código Civil). Ello no impide que contrariamente pudiera haberse pautado
contractualmente la aplicación del régimen de mayorías para tales casos, supuesto
que habilitaría la renuncia del socio minoritario opositor sin las consecuencias del
art. 1740 del Código Civil.

b.- Carácter y competencia.


Las sociedades civiles son siempre intuitu personae, habida cuenta que sólo
se constituyen en consideración a la personalidad de sus socios149. Dicho carácter en
las sociedades comerciales sólo es compartido por algunos de sus tipos, según
refiriéramos en el Capítulo anterior. En atención a la materia, corresponde a la
justicia en lo civil competencia para atender los pleitos derivados del contrato de
sociedad civil.

JURISPRUDENCIA
A los efectos de la competencia, al suscitarse duda acerca de si una sociedad es civil o
comercial, debe examinarse si se encuentra o no tipificada entre las del segundo carácter, si ha sido o
no publicada o inscripta en el registro respectivo y, por último, corresponde determinar a qué normas
se ajusta su contrato. (En el caso se determinó que no se trataba de sociedad comercial por lo que las
actuaciones eran de competencia del fuero civil). (Cám. Civil E, LL 1983-A, 135.)
Corresponde hacer lugar al pedido de inscripción de una sociedad anónima integrada
por graduados en ciencias económicas para ofrecer servicios profesionales, toda vez que si
bien los servicios profesionales de cualquier especie deben ser prestados por personas físicas,
el art. 5° de la ley 20.488 altera ese principio al establecer que las asociaciones de graduados
sólo podrán ofrecer tales servicios cuando todos sus integrantes posean título y matrícula, por
lo cual los servicios serán intelectual y materialmente cumplidos por las personas físicas o de
existencia visible que integren el ente. (Cám. Com., D, LL 2006-B, 563, con nota de Susy
Inés Bello Knoll - LL 2006-A, 269 - IMP 2006-1, 270) (Sin embargo, en contra, el art. 56 de
la res. 7/2005 de la Inspección General de Justicia prevé la no registración de sociedades o

149
Cfr. Nissen R., Curso…cit., p. 89.

64
asociaciones bajo forma de sociedad cuyo objeto sea la prestación de servicios profesionales
que requieran título habilitante extendido a personas físicas. No obstante, sí se acepta la
inscripción de sociedades de medios o instrumentales, las que podrán inscribirse si fueran
integradas exclusivamente por profesionales, tengan por objeto organizar el desarrollo de la
actividad profesional prestada personalmente por sus integrantesy/o de terceros también
profesionales, aplicando al efecto los aportes que los socios efectúen.)

c.- Similitudes y diferencias entre la sociedad civil y la sociedad


comercial
La sociedad civil surge de un contrato entre dos o más partes (aún siendo una
o más de estas una persona colectiva) “que se obligan a poner en común bienes o
servicios para ejercer una actividad no mercantil, con el objeto-fin de dividir
utilidades u obtener economía, contribuyendo todos en las pérdidas, y que no se
subsuma en ninguno de los tipos societarios reglados por la ley 19.550150”. Dentro
de los caracteres propios del contrato de sociedad civil, mayormente compartidos
con los del contrato de sociedad comercial a los que aludiéramos en el Capítulo
anterior, se cuentan los de ser: A) típico y nominado, por cuanto se encuentra
normado en los arts. 1648 a 1788 del Código Civil; B) es sinalagmático, nacen del
mismo obligaciones recíprocas para los contratantes, que se obligan frente a la
persona jurídica y ésta frente al socio; C) es oneroso, por cuanto todo socio que
cumple con su prestación tiene la pretensión accionable de que el ente le reconozca
la cuota parte que le atañe, con sus consecuencias patrimoniales151; D) es
conmutativo y no aleatorio, por cuanto si bien no pueden ab initio establecerse las
utilidades –o pérdidas- que corresponderán al socio, tal vicisitud es propia del
funcionamiento del ente y no del perfeccionamiento del contrato de sociedad. Al
tiempo de la suscripción las prestaciones son ciertas y determinadas; E) es
consensual, por lo que se perfecciona con el solo consentimiento de las partes, y sin
perjuicio de la observancia de las formas que para este pudiera prever la ley; F) es
no formal, ya que la celebración por escritura pública dispuesta en el Código Civil
(art. 1184 inc. 3°) es al sólo efecto de la prueba; G) es un contrato abierto, siendo
legal el pacto por el cual se acepta el acceso a la sociedad de quienes no la hubieran
constituido.
Sin perjuicio de las opiniones de calificada doctrina en punto a la
conveniencia de unificar, sino el derecho civil con el comercial al menos ambos
tipos de sociedades152, y de las apuntas coincidencias, existen entre estas marcadas
incompatibilidades que exceden sus formas y que caben ser señaladas.

JURISPRUDENCIA

150
Cfr. Spota A, Instituciones…cit. t. VII, ps. 3 y 4.
151
Cfr. Spota A, Instituciones…cit. t. VII, p. 14.
152
Cfr. Cámara H., Derecho Societario, Bs As, 1985, ps. 41 y ss.

65
A los efectos de la competencia, al suscitarse duda acerca de si una sociedad es civil o
comercial, debe examinarse si se encuentra o no tipificada entre las del segundo carácter, si ha
sido o no publicada o inscripta en el registro respectivo y, por último, corresponde determinar
a qué normas se ajusta su contrato. (En el caso se determinó que no se trataba de sociedad
comercial por lo que las actuaciones eran de competencia del fuero civil).Cám. Civ., E, LL
1983-A, 135.
Cabe rechazar la acción de exclusión de los demandados como socios de una sociedad
civil fundada en la falta de pago de cuotas que hacían a su aporte de capital, en tanto aquéllos
no tuvieron en mira la constitución de una sociedad, sino la adquisición de viviendas mediante
el pago de mensualidades, es decir que los accionados en ningún momento quisieron integrar
la sociedad actora razón por la cual, no existe obligación de aporte a su cargo. Cám.C.C.
Cordoba, IMP 2007-7, 802 - LLC 2007 (febrero), 6.
Debe concederse el beneficio de litigar sin gastos al consorcio de propietarios actor -en
el caso, reclama en el juicio principal el cobro ejecutivo de expensas- ya que es una sociedad
civil no inspirada en fines de lucro como las comerciales y de la prueba surge la falta de
mantenimiento del edificio por la falta de ingresos suficientes que permiten asumir los
arreglos, lo que sumado al tipo de edificio de que se trata, la cantidad de unidades que posee y
el porcentaje de copropietarios que se encuentra en mora, permiten acreditar la carencia de
recursos y la imposibilidad de obtenerlos.Cám. Civ., F, JA 20/08/2003, 74 - DJ 2003-3, 317.

I. Registro y publicidad. Contabilidad


A diferencia de su par comercial, la sociedad civil no requiere inscripción ni
publicidad de sus actos. Ello trae aparejados diversos problemas respecto de su
prueba, mayormente en lo que respecta al elenco de socios excluidos o renunciantes
y al domicilio del ente. Tampoco se le impone –como regla- llevar contabilidad de
acuerdo a los mecanismos previstos en el Código de Comercio (art. 43 y ss.),
extremo que también acarrea inconvenientes en materia probatoria.

JURISPRUDENCIA
La sociedad civil que ha sido constituida mediante escritura pública -art. 1184 del Cód.
Civil- existe como persona jurídica y en consecuencia puede ser demanda -art. 39 Cód. Civil-,
no obstante no haber sido inscripta ante la Inspección General de Justicia, toda vez que la
única exigencia legal a los fines de constituir una sociedad de tal tipo es que haya cumplido
con aquel recaudo, en tanto el de la registración sólo es necesario para la sociedad comercial.
Cám. Civ., E, DJ 2003-3, 1041 - IMP 2004-A, 1343.
Los libros y registros contables confeccionados por sociedades y asociaciones civiles,
así como también aquellos llevados por no comerciantes carecen de valor probatorio frente a
terceros no comerciantes. Cám. Civ., S E, LL 2000-B, 399.

II. Nombre social.


La sociedad civil puede utilizar el nombre de uno o más de sus socios, pero
no el nombre de un tercero153, con o sin el aditamento de la palabra compañía (art.
1678 Código Civil). Tal solución ha merecido críticas, por cuanto la inclusión de

153
Las únicas excepciones son la de la sociedad extranjera, que puede utilizar su nombre
aunque este fuera el de un no socio, y el de la sociedad que tiene sus relaciones fuera del territorio de
la República, cuyo nombre puede ser continuado por las personas que han sucedido en esos negocios
y por sus herederos, con el conocimiento de las personas, si viven, cuyos nombres eran usados (arts.
1679 y 1680 Código Civil).

66
uno solo de los nombres de los socios no da idea de sociedad si al menos no se
agrega a este, de manera forzosa, aquel u otro término o expresión que lo indique154.
De hecho, la sociedad civil, a diferencia de la comercial, puede carecer de nombre, a
tenor del carácter facultativo que le otorga el citado art. 1678. De incluirse en el
nombre social a un no socio con su consentimiento, este también será considerado
socio frente a terceros (art. 1668 Código Civil).

III. Fin del ente. Utilidad.


Al igual que en el caso de la sociedad comercial, el fin característico de la
sociedad civil es obtener beneficios155, o, en términos del art. 1648 del Código Civil,
utilidades apreciables en dinero. Se trata de un elemento esencial, imprescindible y
distintivo de este tipo de entes, ya que su existencia califica al contrato de sociedad
distinguiéndolo del de asociación156. Más allá de lo claro del precepto, parece
atendible que el lucro en la sociedad civil pueda también calcularse por otros medios
que el dinero, en la medida en que se traduzcan en un beneficio para los socios. De
allí que puedan considerarse incluidas a sociedades como las cooperativas de crédito
o consumo, o aún a las de socorros mutuos, las que si bien no dejan un beneficio que
se pueda percibir en dinero y que sea partible entre los socios, generan una utilidad
equivalente en el ahorro que producen157.

IV. Participación en las ganancias y pérdidas:


Al igual que en el caso de la sociedad comercial, la participación de los
socios en las ganancias y pérdidas constituye un elemento esencial del contrato que
no puede ser dejado de lado por las partes. En tal sentido el Código Civil sanciona
con la nulidad a la sociedad que diese a uno de los socios todos los beneficios –o lo
privase de participar en ellos- o lo liberase de toda contribución en las pérdidas o en
la prestación del capital (art. 1652), y a aquella en que alguno de los contratantes no
aportase obligaciones de dar o hacer, sino sólo su crédito o influencia (art. 1650).
También declara nulas las estipulaciones contractuales que aseguraran al socio
capitalista su capital o ganancias eventuales y las que fijaran a favor del socio
industrial una retribución fija por su trabajo, haya o no ganancia (art. 1653 incs. 4° y
5°). El principio de división y distribución resulta por tanto fundamental para el
ordenamiento, llegando incluso alguna doctrina a sostener que aquel es de orden

154
Cfr. Llambías J.J. y Alterini A., Código Civil –anotado- ,Bs As, 1985, t. III-B, p. 491.
155
Así lo explica Vélez Sarsfield en la nota al art. 1648, distinguiendo la sociedad de la
simple comunidad de intereses -como una adquisición hecha en común- en la que las partes no han
tenido en mira realizar el fin característico del contrto de sociedad, que es obtener un beneficio o un
resultado cualquiera que dividirán entre sí.
156
Cfr. Llambías J.J. y Alterini A., Código Civil –anotado- ,Bs As, 1985, t. III-B, p. 491,
Smith J.C., en Código Civil…cit. dirig.. Belluscio, A. t. VIII, , p. 534.
157
Cfr. Borda G, Tratado… Contratos cit. 8ª ed.,. t. II n° 1276, p. 180.

67
público. Empero, la ley no exige que la participación en las ganancias o la
contribución en las pérdidas se ajuste a parámetros determinados de
proporcionalidad respecto de los aportes, y los socios tienen una razonable libertad
para su regulación contractual según sus conocimientos e intereses recíprocos dentro
de ciertos márgenes éticos y económicos (arts. 1654 incs. 1°, 2° y 5 y 1653 incs. 3°,
4° y 5°)158. En punto a las cláusulas estatutarias que fijan la percepción de utilidades
para un socio sólo en caso de que los beneficios del ente superen determinados
importes, esta resultan prima facie válidas, siempre y cuando la condición no resulte
tan gravosa que torne ilusoria la participación159.

JURISPRUDENCIA
El pacto de cuotalitis no es más que una socieda civil de carácter accidental, del tipo
aproximado a la de capital e indusria, en la cual el socio capitalista (cliente), aporta su crédito
y el socio industrial (abogado), aporta su trabajo personal con el fin de dividirse las utilidades
eventuales en forma proporcional y con riesgo de perder sus aportes en caso de explotación
inexitosa. Cám. Civ., L, mayo 11-1992, “Dobisky, Ricardo B. y otro c/. González del Río,
Gerardo”.

V. Objeto.
El contrato de sociedad, en tanto plurilateral, posee características
especiales, algunas de las cuales hacen a la exteriorización y desenvolvimiento de la
actividad del ente. El objeto es una de ellas, ya que consigna y condensa el género
de operaciones para cuya realización la sociedad se constituye160. Este, al igual que
para el caso de las sociedades comerciales, debe ser lícito (art. 18 LS y 1655 Código
Civil), disposición que resulta sobreabundante por aplicación de los arts. 953 y 1167
del Código Civil.

VI. Prestaciones.
A efectos de conformar el capital social, en las sociedades comerciales, los
socios pueden aportar obligaciones de dar o hacer, salvo para los tipos sociales en
que se exija que estas consistan en obligaciones de dar (art. 38 LS). Análogamente,
el Código Civil también prevé que las prestaciones que los socios puedan efectuar
consistan en obligaciones de dar –a cargo de socios capitalistas- o en obligaciones de

158
Cfr. Smith J.C.., en Código Civil…cit. dirig.. Belluscio, A. t. VIII, , p. 535.
159
Cfr. Borda G., Tratado… Contratos cit. 8ª ed.,. t. II n° 1276, p. 180. Acuña Anzorena, en
Salvat R. Tratado de Derecho Civil Argentino –parte general-, t. II, Bs. As., 1964, n° 1275 nota 6..
160
Cfr. Borda G, Tratado… Contratos cit. 8ª ed.,. t. II n° 1276, p. 188. Acuña Anzorena, en
Salvat R., Tratado… cit., , t. II n° 1305; Rivera, J. C., en Código Civil Anotado ,cit. de Llambías J.J.
y Alterini A.,, t. III B p. 448; 160 Cfr. Smith J.C.., en Código Civil…cit. dirig.. Belluscio, A. t. VIII, ,
p. 553. En sentido análogo se expresa la mayoría de la doctrina comercialista, entre otros, véase
Halperín I. y B.E.M. Manuel, Curso..cit. 4º ed. t. I, p. 280.

68
hacer161 –a cargo de socios industriales-, si bien sólo las primeras integrarán el
capital social (art. 1648 Cód. Civil).
Integran el universo de lo que se puede aportar, en general, toda cosa o
derecho, no así el crédito o influencia del socio, aún cuando este se obligara a
contribuir con las pérdidas, si las hubiere (art. 1650 Código Civil). Con ello la ley ha
buscado tanto preservar el decoro como evitar falsos aportes, como la entrega
eventual que tales influencias suponen162, sancionando con la nulidad el contrato en
que el socio limitara su obligación a tales aportes. Si, en cambio, el socio los
combinara con obligaciones de dar (art. 1648 Código Civil), la sociedad sería válida,
no así la retribución que en más aquel se hubiera fijado por su influencia163.

VII. Régimen de administración


De forma análoga que la prevista por la LS para las sociedades colectivas
(art. 127), el Código Civil prevé que el poder de administrar la sociedad corresponde
a cualquiera de los socios y se reputa ejercido por cada uno de ellos –según los
términos de un mandato general; art. 1694164-, si no constare que estos hubieren
nombrado a uno o más mandatarios –socios o no- a tales fines (art. 1676). Este
ordenamiento, muy anterior a la LS, no distingue entre mandatario y órgano, por lo
que sus referencias al régimen de administración social lucen en oportunidades
inadecuadas si se las confronta con las de esta última. Cuando el contrato no
estipulara la forma en que debe ejercerse la administración, lo actuado por
cualquiera de los socios obliga al ente, sin perjuicio de que los otros socios podrán
oponerse a las operaciones por aquel celebradas antes de que se hubieran producido
sus efectos (art. 1677). Ello no supone un poder de veto absoluto, sino que impone la
necesidad de que los socios deliberen, con aplicación de la regla de las mayorías
(art. 1697)165.
Los alcances del mandato conferido al administrador están dados por el
objeto social (art. 1691) y limitados en caso de tratarse innovaciones sobre
inmuebles o el propio objeto social (art. 1695) o negocios extraordinarios (art.

161
Spota A, Instituciones…cit. t. VII, p. 38 entiende que aún las obligaciones de no hacer
pueden consistir en aportes, por cuanto “no se comprende por que una obligación de cumplir un
‘hecho positivo o negativo’ (art. 1169), solo en su aspecto de hecho positivo puede formar parte de
una prestación societaria y no, en cambio, un hecho negativo (u obligación de no hacer [art. 495]), en
cuanto esa obligación de no hacer resulte ‘suceptible de una apreciación pecunaria’, para aseverarlo
con el art. 1169, in fine”
31 Cfr. Llambías J.J. y Alterini A., Código Civil –anotado- ,Bs As, 1985, t. III-B, p. 4,
Borda G, Tratado… Contratos cit. 8ª ed.,. t. n° 1309, p. 201; Smith J.C.., en Código Civil…cit. dirig..
Belluscio, A. t. VIII, p 542.
163
Cfr. Borda G, Tratado… Contratos cit. 8ª ed.,. t. II, . n° 1309, p. 201;
164
La LS optó, en concordancia con la mayoría de las legislaciones comparadas, por
imponer al administrador la conducta de un buen hombre de negocios –o fórmula similar-.
165
Cfr. Llambías J.J. y Alterini A., Código Civil –anotado- ,Bs As, 1985, t. III-B, p. 489,

69
1698). Incluso, si las obligaciones sociales contraídas en connivencia con terceros lo
fueran en exceso del mandato y la sociedad no las ratificara, igualmente será
alcanzada por estas, sólo que hasta el límite del beneficio recibido (art. 1717) y salvo
en el caso de acreedores de buena fe en que responde por el todo (art. 1718). Cuando
hubiera sido otorgado a un socio y en el contrato social, no podrá ser revocado de no
existir justa causa (art. 1681); de tratarse de un administrador no socio, su poder es
revocable aún en tal hipótesis (art. 1690). Si bien el Código fija un criterio amplio para
determinar la existencia –o no- de justa causa, aludiendo para ello a fórmulas tales
como “motivos graves”, “pérdida de confianza en los coasociados” o “impedimentos
sobrevinientes” (art. 1682), el no reconocimiento por parte del administrador de tales
extremos lo habilita a conservar su cargo hasta que una sentencia judicial lo remueva
(art. 1683). Si la administración se encontrara a cargo de dos o más socios, cada uno de
ellos podrá ejercer separadamente –salvo previsión estatutaria en contra- todo acto
propio de su gestión, no obstante lo cual el resto de los administradores pueden
oponerse a las operaciones así concretadas si aún no se hubieran producido sus efectos
(art. 1692).

JURISPRUDENCIA
No media en las sociedades civiles disposición análoga a las contenidas en la ley
19.550 (art. 58) y ley 20.337 (art. 73 -) respecto a la infracción a la representación plural de las
sociedades mercantiles y las cooperativas. No obstante ello debe tenerse presente lo dispuesto
por el Código Civil en su libro II, sec. III, cap. V al referirse a la administración de la sociedad
civil. (Del fallo de primera instancia). Cám, Com. A, LL 1991-E, 153; DJ 1991-2, 955.

VII. Disolución por remoción o renuncia del administrador: Si el poder de


administrar no hubiere sido otorgado en el contrato social, este es revocable igual
que cualquier mandato ordinario, sin perjuicio de que para ello sea necesario contar
con la aprobación mayoritaria de los socios, computada por personas y no por
capital (art. 1688 Código Civil)166. En cambio, la remoción del administrador
nombrado por contrato, o su renuncia, da derecho a cualquiera de los socios a
requerir la disolución de la sociedad por haber desaparecido una de las condiciones
esenciales tenidas en vista por las partes al tiempo de formalizar la asociación (arts.
1686 y 1687 Código Civil). Incluso el socio renunciante cuenta con derecho para
pedir la disolución, siempre y cuando existiera justa causa que justificara su
renuncia, ya que lo contrario importaría conferirle la facultad de disolver según su
arbitrio. Pero la circunstancia apuntada –pedido de disolución- bien pudiera no
ocurrir, continuando el ente su operatoria normal sin que se traslade a este ningún

166
Cfr. Borda G, Tratado… Contratos cit. 4ª ed.,. t .II, 1346, p. 299; Smith J.C.., en Código
Civil…cit. dirig.. Belluscio, A. t. VIII, p. 595. En nota a Duvergier –n° 295-, Vélez refería que la
destitución del gerente nombrado por los estatutos de la sociedad debía traer su disolución, por
importar un cambio en la forma social y el modo en que funciona.

70
efecto derivado de la falta de administrador, obviamente cuando mediara la
existencia de otros administradores, o el removido o renunciado tuviera sustituto.
En ambos casos el administrador removido o renunciante –de no existir en
este último caso justa causa167-, resulta responsable por los perjuicios que
ocasionara, y sin importar si la disolución efectivamente se produce (arts. 1686 y
1686 Código Civil). No existirá responsabilidad del administrador removido cuando
tal circunstancia se debiera a causas fortuitas –como su enfermedad-, ni del
renunciante cuando su justificación resulte razonable a criterio de los socios o del
tribunal –como su enfermedad física o mental, privación de la libertad, necesidad de
ausentarse por causas graves, designación de alguna función pública de gran
responsabilidad168-.

VIII. Responsabilidad de los socios


Sin perjuicio de que el art. 1747 del Código Civil prevé que en la sociedad
los socios responden de manera simplemente mancomunada por las obligaciones del
ente, ya que la solidaridad sólo habrá de darse si así expresamente lo hubieran
pactado, el real alcance de tal responsabilidad surge de conjugar dicha norma con las
disposiciones de los arts. 1713, 1731 y 1751. El primero de estos impone
responsabilidad directa y no subsidiaria, por cuanto los acreedores de la sociedad
son, al mismo tiempo, acreedores de los socios169 -no así los deudores de la
sociedad, que no son deudores de los socios; art. 1712-. “Aunque este art. 1747
estatuye una mancomunidad centrada en la porción viril de cada socio, el sistema de
los arts. 1731 y 1751 transforma esa mancomunidad en atípica. El art. 1731
establece, entre otras cosas, la obligación de todos los socios de reembolsar, a
prorrata de su interés social, el importe de las deudas sociales que uno de ellos
hubiese contraído con conocimiento de la sociedad. Y ambos preceptos disponen la
cobertura, en la misma proporción, de la parte correspondiente al socio caído en la
insolvencia (art. 1751) … la única diferencia existente entre la mancomunidad
instituida por el art. 1747 y la solidaridad radica en que el acreedor no puede
demandar por el total de su crédito a ninguno de los socios, sino que debe reclamar a
cada uno la parte que le corresponde en la obligación social incumplida y, sólo en
caso de insolvencia de uno de ellos, requerir la distribución de la carga pertinente

167
La exigencia de justa causa no implica imposibilidad de renuncia por la sola voluntad de
cesar en las funciones, sino el deber de indemnizar por sus consecuencias.
168
Cfr. Borda G, Tratado… Contratos cit. 4ª ed.,. t .II, 1344, p. 299. No es admisible como
causa justificada la asunción de nuevas obligaciones y negocios que importen desatención de la
administración comprometida.
169
Art. 1713: Los acreedores de la sociedad son acreedores, al mismo tiempo, de los socios.
Si cobraren sus créditos de los bienes sociales, la sociedad no tendrá derecho a compensar lo que les
debiere con lo que ellos debiesen a los socios, aunque estos sean los administradores de la sociedad.
Si los cobrasen de los bienes particulares de alguno de los socios, ese socio tendrá derecho para
compensar la deuda social con lo que ellos le debiesen, o con lo que debiesen a la sociedad.

71
entre los demás socios”170. En cuanto a la porción que a cada uno corresponda
atender, es la “viril, y sólo en esta proporción” (art. 1747 Código Civil), por lo que
atiende al número de partes involucradas –socios- y no a su mayor o menor
participación en el capital social, criterio contrario al seguido en la LS. Producto de
ello es que, para el caso de cónyuges socio y atento que nada les impide suscribir
contrato de sociedad civil171, su responsabilidad será más gravosa en el ámbito civil
que la que les cabe en el ámbito mercantil (art. 27 LS).

JURISPRUDENCIA
La excepción al régimen de responsabilidad de los socios que establece el art. 1713 del
Cód. Civil, según la cual éstos son a la vez responsables por las obligaciones contraídas por el
ente, no supone negar la personalidad jurídica de la sociedad civil, pues sólo impone una
suerte de garantía o fianza a cargo de los socios, dado que son quienes, en definitiva, obtienen
beneficio a través de la actividad social. Cám. Civ., F, LL 1999-A, 469 - DJ 1998-3, 683 -
LLP 1999, 249.
Si al tiempo de la declaración de quiebra de la sociedad civil de hecho sus miembros
reconocieron su condición de socios con responsabilidad ilimitada, la quiebra de la sociedad y
de aquéllos será simultánea en la misma sentencia declarativa, sin que resulte necesario
recurrir al trámite previsto en el art. 164 de la ley 24.522.. El lapso de tiempo que pudo haber
mediado entre la sentencia de quiebra de una sociedad civil de hecho y la resolución
aclaratoria que extendió el estado falencial a los socios con responsabilidad ilimitada, carece
de entidad suficiente como para desconocer la simultaneidad jurídica de dichos decisorios.
CSJ, Sala C.y P. Tucumán, LLNOA 2006 (junio), 531 - IMP 2006-13, 1699.

IX. Exclusión y renuncia del socio.


El derecho de los coasociados de requerir la exclusión del socio es
irrenunciable (art. 1653 inc. 1°)172. Para ello se requiere, al igual que en la LS para
los tipos en que se permite (art. 91), la existencia de justa causa (art. 1734 Código
Civil). De esta forma el Código consagra un principio de orden, de carácter
excepcional, tendiente a evitar exclusiones intempestivas y arbitrarias producto
conflictos de intereses propios de toda actividad humana organizada173. Tales justas
causas, que deben ser interpretadas restrictivamente, son listadas en el art. 1735 y se
verifican cuando: 1°) contra la prohibición prevista en el contrato, el socio cediese
sus derechos a otros. Esta causal halla su justificación en el carácter intuitu personae
del contrato de sociedad civil, que veda el acceso al ente de terceros sin el
consentimiento expreso de los coasociados; 2°) el socio no cumpliese alguna de sus
obligaciones con la sociedad, tenga o no culpa, supuesto que incluye los casos de
fuerza mayor o fortuitos; 3°) cuando sobreviniese al socio alguna incapacidad de
hecho o de derecho que le impidiera cumplir acabadamente con sus obligaciones

170
. ; Smith J.C.., en Código Civil…cit. dirig.. Belluscio, A. t. VIII, p 659
171
Cfr. Cámara H., “Capacidad e incompatibilidad de las personas individuales para integrar
sociedades mercantiles”, RDCO, año 19, 1986, p. 170.
172
Art. 1653: “Serán nulas las estipulaciones siguientes: 1°) Que ninguno de los socios
pueda renunciar a la sociedad, o ser excluido de ella, aunque haya justa causa”.
173
Cfr. ; Smith J.C.., en Código Civil…cit. dirig.. Belluscio, A. t. VIII, p 642

72
sociales; 4°) Cuando el socio perdiese la confianza de los otros socios, supuestos
dentro de los que enunciativamente el Código Civil consigna la insolvencia, fuga,
perpetración de crímenes, mala conducta, provocación y discordia entre los socios
(art. 1735 inc. 4°). No obstante, en relación con el caso de falencia, el art. 1736
exime de entre los sujetos excluibles al socio industrial fallido, quien podrá
continuar ejerciendo su profesión.
En los casos de sociedades por tiempo determinado, sus socios se encuentran
facultados a renunciar en la medida en que puedan justificar la existencia de una
justa causa, la que se configura cuando el administrador designado contractualmente
hubiese sido removido, o renunciara a su cargo, o bien cuando se encontrara
habilitada la exclusión de algún socio (art. 1738 Código Civil). En este último caso,
cabe al socio no incurso en la causal el derecho de requerir la exclusión del socio o
de resolver éste su vínculo con la sociedad. En cambio, en las sociedades por tiempo
indeterminado, cualquier socio puede renunciar a ella si no obrara de mala fe –en
cuyo caso la renuncia será nula respecto de los socios, art. 1741- o lo hiciera
intempestivamente (art. 1739174).

X. Efectos patrimoniales de la exclusión y renuncia del socio.


En cuanto a la exclusión o renuncia de cualquiera de los socios, resultan los
siguientes efectos patrimoniales, todos ellos listados en el art. 1742 del Código
Civil: A) En cuanto a los negocios concluidos, el socio excluido o renunciante sólo
participará de las ganancias realizadas hasta el día de la exclusión o renuncia. Tales
ganancias deberán se netas a tal fecha, por lo que para su determinación resulta
necesario cotejarlas con las pérdidas de igual período. B) Respecto de los negocios
pendientes, la sociedad continuará con el socio excluido o renunciante hasta la
terminación de los mismos. Esta solución, que luce justa y razonable, procura tanto
evitar la exclusión deliberada de un socio con el propósito de privarlo de las
ganancias resultantes de un negocio en marcha, como salvaguardar al ente de la
renuncia intempestiva de socios que pretendan eludir la contribución debida por
pérdidas futuras. De hecho, aunque la sociedad se disolviera en razón del egreso del
socio, la ley la reputa subsistente a todos los efectos de la terminación de los
negocios pendientes175. C) En cuanto a las deudas de la sociedad, hasta el día de la
exclusión o renuncia, los acreedores conservarán sus derechos contra el socio
excluido o renunciante del mismo modo que contra los socios que continuasen en la

174
Art. 1740: “La renuncia será de mala fe, cuando se hiciere con la intención de
aprovechar exlusivamente algún provecho o ventaja que hubiese de pertenecer a la sociedad. Será
intempestiva, cuando se haga en tiempo en que aún no esté consumado el negocio, que hace el objeto
de la sociedad.”
175
; Smith J.C.., en Código Civil…cit. dirig.. Belluscio, A. t. VIII, p 595
175
; Smith J.C.., en Código Civil…cit. dirig.. Belluscio, A. t. VIII, ps. 653 y 654; Borda G,
Tratado… Contratos cit. 4ª ed.,. t .II, nº 1428, p. 339

73
sociedad, aunque éstos hayan tomado a su cargo el pago total, salvo que de manera
expresa y por escrito exonerasen al excluido o renunciante de su obligación. D) En
cuanto a las deudas del ente posteriores a la exclusión o renuncia, los acreedores
sólo tendrán derecho contra los socios que continuasen en la sociedad y no contra el
socio excluido o renunciante, a no ser que hubiesen contratado sin saber de la
existencia de la exclusión o la renuncia. Esta previsión choca contra la inexistencia
de un régimen legal de publicidad, por lo que cabrá en todos los casos al socio
excluido o renunciante acreditar el conocimiento del tercero de su desvinculación.
E) El inc. 5° de la norma también dispone que la exclusión o la renuncia no puede
perjudicar a los acreedores del ente y terceros en general por deudas posteriores, en
la medida en que la desvinculación no hubiera sido publicada o fuera sabida por otro
modo, precepto que también choca con la ausencia de un régimen legal de
publicidad e inscripción, y que pone en cabeza del socio saliente la prueba del
conocimiento del hecho por terceros.

JURISPRUDENCIA
Siendo que la actora incurrió en mora en l pago e las cuotas que debía abonar a la
sociedadcivil constituida para la construcción de viviendas y por ello se dispuso su exclusión,
la cuestión debe regirse por las mismas directivas que autorizan a invocar el pacto comisorio
expreso o tácito que acarreó la resolución parcial del contrato a su respecto, por lo que
corresponde la liquidación de a cuota social, ya que la cláusula resolutoria implícita del art.
1204 -cuando no se la hubiese pactado expresamente- abarca inclusive a lasociedad civil.
Cám. Civ., A, DJ 2004-1, 494.
Cabe rechazar la acción de exclusión de los demandados como socios de una sociedad
civil fundada en la faltae pago de cuotas que hacían a su aporte de capital, en tanto aquéllos no
tuvieron en mira la constitución de una sociedad sino la adquisición de viviendas mediante el
pago de mensualidades, es decir que los accionados en ningún momento quisieron integrar la
sociedad actora razón por la cual, no existe obligación de aporte a su cargo. Cám.C.C.
Córdoba, IMP 2007-7, 802 - LLC 2007 (febrero), 61.

XI. Régimen de nulidades


En punto a las nulidades, el Código Civil se ocupa de estipulaciones según:
A) tornen nulo el contrato de sociedad: tal la concurrencia de alguno de los
socios con sólo su crédito o influencia, sin el aporte de obligaciones de dar o hacer
(art. 1650); o el caso de las sociedades que involucren todos lo bienes o ganancias
presentes y futuros de los socios (art. 1651); o las que diesen a uno de los socios
todos los beneficios o lo liberasen de toda contribución en las pérdidas, o de efectuar
una prestación de capital, o que evitaran que participe de los beneficios (art. 1652).
Se trata de supuestos de sociedades leoninas, contrarios al principio que orienta la
creación de la sociedad y que impone la participación en las pérdidas a todos los
socios. En tales casos el Código Civil prevé que la nulidad afecta todo el contrato,
pese a lo cual el acto producirá los efectos de cualquier otro contrato, si como tal

74
pudiera valer176. Algunas de estas cláusulas encuentran su correlato en la LS, tal la
prevista en el art. 13 inc. 1°. No obstante, la LS no dispone en tal caso la nulidad del
contrato, sino sólo de la cláusula en cuestión.
B) estipulaciones que se reputan nulas sin invalidar el contrato de
sociedad: Están previstas en el art. 1653 del Código Civil y resultan incompatibles
con el principio que orienta la creación del ente, pero a diferencia de las dispuestas
en el art. 1652, no invalidan el contrato. Tales supuestos vedados son, que ninguno
de los socios pueda renunciar a la sociedad, o ser excluído de ella aunque haya justa
causa (inc. 1°); o que cualquiera de los socios pueda retirar lo que tuviese en la
sociedad cuando quisiera, incumpliendo así con el aporte comprometido (inc. 2°); o
que a los socios capitalistas se les restituyan sus partes con un premio o frutos, haya
o no ganancias (inc. 3°); o que se aseguren al socio capitalista su capital o las
ganancias eventuales (inc. 4°); o que se estipulen a favor del socio industrial una
retribución fija por su trabajo, haya o no ganancias (inc. 5°). Esta prohibición no
incluye los salarios que como empleado perciba el socio. Algunas de estas
disposiciones tienen su correlato en la LS (art. 13 inc. 2° y 3°) con idéntico efecto –
nulidad de la cláusula y no del contrato-; y iii.-) estipulaciones válidas, categoría
incluídas con la reforma general del Código –ley 17.711-: Sin perjuicio de que las
partes contratantes cuentan con libertad para regir sus relaciones (art. 1197 Código
Civil), el legislador creyó prudente incluir de manera enunciativa una serie de
estipulaciones permitidas que podrían suscitar dudas sobre su validez. Así el art.
1654 prevé que ninguno de los socios perciba menos que los otros, aunque su
prestación en la sociedad sea igual o mayor (inc. 1°); que cualquiera de los socios
tenga derecho alternativo a una cantidad anual determinada o a una cuota de las
ganancias eventuales (inc. 2°); que por fallecimiento de cualquiera de los socios, sus
herederos sólo tengan derecho a percibir como cuota de sus ganancias una cantidad
determinada, o que los socios sobrevivientes puedan quedar con todo el activo social
pagando una cantidad determinada, siempre y cuando no se afecte la legítima (inc.
3°); que consistiendo la prestación de algún socio en el uso y goce de una cosa, la
pérdida de los bienes de la sociedad quede a cargo sólo de los otros socios (inc. 4°);
que cualquiera de los socios no soporte las pérdidas en la misma proporción en que
participan de las ganancias (inc. 5°).

7. Sociedad comercial y asociación civil


El Código Civil define a la asociación como persona jurídica de carácter
privado, que tiene por principal objeto el bien común177, posee patrimonio propio, es
176
Cfr. Rivera, J.C., en Código Civil Anotado.cit. de Llambías J.J. y Alterini A. , t. III B, p.
454.
177
Se trataría del conjunto de condiciones de la vida social que hacen posible tanto a la
comunidad como a cada uno de sus miembros el logro más fácil de su propia perfección –CSJN fallos
295:175-. Por no reconocérseles tales condiciones, se ha negado personería jurídica a sociedades

75
capaz por sus estatutos de adquirir bienes, no subsiste exclusivamente de
asignaciones del Estado178, y cuenta con autorización para funcionar (art. 33 inc. 2°).
Es en la ausencia de fines lucrativos que se encuentra la nota característica que la
diferencia de las sociedades civiles o comerciales, en que los beneficios económicos
previstos por los socios funcionan como motor y amalgama de sus voluntades179.
Ello no significa que las asociaciones no puedan eventualmente llevar adelante
actividades lucrativas –extremo que el art. 50 del Código Civil tiene en cuenta al
considerar el destino de sus fondos al tiempo de la liquidación-, sino que esta vedado
distribuir utilidades entre los asociados180. Tampoco se ven impedidas de requerir
considerables recursos para funcionar ni de incurrir en actividades mercantiles o de
producción, y si bien tales actividades puedan por su forma ser comerciales o
industriales –o ambas-, si los beneficios obtenidos no se destinan al peculio personal
de los asociados sino que acrecientan el patrimonio social y sostienen la obra de bien
público que el ente persigue, ello no resulta observable181. Es que, en puridad, no se
trata de beneficios entendidos en el sentido en que la LS les da en su art. 1, ya que
no se trasladan a los asociados, sino que “quedan en su caja [de la asociación] para
ser empleados en necesidades de la obra”, lo que denota la ausencia de sociedad182.
Sin perjuicio de la apuntada distinción existen algunas coincidencias y
diferencias entre asociaciones y sociedades, las que se pueden agrupar según:
A) Su elemento típico son los miembros que la componen, de cuya actividad
“recibe su vida” y que se agrupan para conseguir un fin común183.. B) Al igual que
las sociedades, las asociaciones cuentan para su funcionamiento con órganos –
creados estatutariamente- a los que también se les asignan competencias. Su
gobierno corresponde a la asamblea de asociados, con análogas funciones a las de
sus pares civiles y comerciales, que suele dividir los asuntos en ordinarios y
extraordinarios, y donde de acuerdo a las previsiones del estatuto de la asociación se

espiritistas, a asociaciones que exterioricen su repudio a la organización social del país, y a aquellas
que realicen sus fines benéficos fuera del territorio nacional. Sobre el tema, por todos, véase Biagosch
F., Asociaciones Civiles, Bs As, 2000, p. 188 y Borda G.A., Tratado…-Parte General- 11° ed. t. I,
n° 636, p. 538.
178
Si la asociación –o en su caso la fundación- sólo contara con la ayuda del Estado para
subsistir, estaríamos en presencia de una persona de carácter público.
179
En general la doctrina se refiere como asociación a toda entidad que no tenga un fin de
lucro, por contraposición a las sociedades.
180
“Así una sociedad de socorros mutuos o mutualidad puede efectuar prestamos a interés a
sus propios asociados sin perder su carácter civil, porque ese acrecentamiento patrimonial obtenido
con el manejo del capital social no se aplica a satisfacer el lucro de los socios sino a la mejor
realización de sus fines específicos.” Llambías J.J.Tratado…cit. -parte general-, 15° ed., t. II, n°
1219, p. 138; Borda G.A., Tratado…-Parte General- 11° ed. t. I, , n° 639, p. 542.
181
Cfr. Cahián, A. Manual teórico práctico de asociaciones civiles y fundaciones, 2° ed. Bs
As, 1994, p. 68, con apoyo en Cám. Civ. D ED 83-138 y Decr. P.E.N. 116.137, 8/10/37.
182
Cfr. Páez J., Tratado teórico-práctico de las asociaciones, 3° ed. Bs As, 1964, p. 37.
183
Cfr. Llambías J.J.Tratado…cit. -parte general-, 15° ed., t. II, n° 1215, p. 134; Lavalle
Cobo, J. J., en Código Civi…cit. de Belluscio A.t. I, p. 153.

76
fijan las pautas de convocatoria, quorums y mayorías. Por lo general la
administración del ente esta a cargo de un órgano colegiado conocido como
comisión directiva, y las funciones de fiscalización se confían a una comisión
revisora de cuentas. C) No resulta posible atribuir a los asociados una porción –
porcentaje- determinado de capital social, por cuanto no existe aporte de estos que lo
habilite : la asociación no cuenta con capital en términos análogos a los de las
sociedades civiles y comerciales, y el asociado sólo abona una cuota social a fin de
poder utilizar los servicios que le brinda la institución. D.) Cuenta con un rasgo de
estabilidad que se traduce en la permanencia del grupo. “La sociedad está destinada
a desaparecer, después de un tiempo más o menos largo, pero siempre muere. La
asociación, en cambio, nace para la perpetuidad. Que no ocurra así a menudo, ello
no hace al hecho concreto de que las asociaciones se forman para perdurar
indefinidamente, pues esa es la idea de sus fundadores y es uno de los rasgos que, en
la teoría de la institución, hace a su esencia. Los miembros de una asociación podrán
salir del grupo, de uno u otro modo, pero la asociación seguirá funcionando”184. E)
Según tratamos más adelante, al tiempo de la liquidación de la sociedad comercial
su remanente debe ser en principio distribuido entre los socios, en proporción a sus
tenencias. En el caso de las asociaciones185, producida su liquidación, los bienes
remanentes tendrán el destino previsto en sus estatutos. Si estos nada dijeran, el
Código Civil prevé que remanente sea considerado vacante sin posibilidad de
reintegro a los asociados, y se lo aplicará al destino que disponga el cuerpo
legislativo (arts. 50 y 2342 inc. 3°). Alguna doctrina ha interpretado que lo que la
norma en realidad prevé es el reintegro a los asociados hasta el aporte que cada uno
de ellos hubiera efectuado para conformar el capital de la entidad, reputándose
vacante el saldo de bienes que quedase, lo que dejaría a salvo de todo perjuicio a
“los miembros existentes de la corporación” a los que el art. 50 del Código Civil
alude186. Para el caso de que la asociación llevara adelante actividades lucrativas,
otros autores han entendido que el remanente debe distribuirse entre los asociados
en proporción a sus respectivos aportes, y, cubiertos estos, el excedente repartirse en
proporción a la participación de cada socio en las ganancias, por lo que en realidad
no existen los referidos bienes vacantes 187. Una tercera posición, que consideramos
correcta, es sostenida por Biagosch188. La norma –art. 50 Código Civil- alude a
personas jurídicas tales como establecimientos de utilidad pública, asociaciones
piadosas que personifican una obra y otras instituciones de interés general sin fines

53 Páez J., Tratado teórico-práctico cit. ., 3° ed. p. 37.


185
Sólo aquellas que revisten carácter de personas jurídicas (art. 50 Código Civil).
186
Cfr. Llambías J.J. Tratado…cit. -parte general-, 15° ed., t. II, n° 1207, págs. 129 y 130 y
Código Civil Anotado cit. , t. I, p. 141.
187
Cfr. Borda G.A., Tratado…-Parte General- 11° ed. t. I, n° 723, p. 608.
188
Biagosch F., Asociaciones Civiles…cit. ps. 310 y 311, con apoyo en Llerena B.,
Concordancias y Comentarios…cit., 3° ed, p. 132.

77
especulativos. Si el interés general es la razón de su existencia, extinguida la persona
nadie tiene ya un interés individual en ella, por lo que ningún sujeto puede invocar
un título para recibir sus bienes. Estos pertenecen ahora a la sociedad en general, a
todos los habitantes del Estado, por lo que sólo éste puede percibirlos. En
concordancia con tales presupuestos es que el modelo de estatuto tipo para
asociaciones civiles propuesto por la Inspección General de Justicia –su art. 31-
establece que “una vez pagadas las deudas, el remanente de los bienes se destinará a
una entidad de bien común con personería jurídica y domicilio en la República que
se encuentre exenta de gravámenes en el orden nacional, provincial y municipal”.
F) Otra diferencia es que el vínculo que se crea entre los asociados es más fuerte
que el que pudiera existir entre socios comerciales, entre los cuales prevalece su
interés particular más allá de la affectio societtatis individualidad que poco interesa
o importa en el campo de las asociaciones189.

JURISPRUDENCIA
El hecho de que al contestar la demanda, el demandado haya aludido a la obtención de
ganancias como finalidad del negocio celebrado, obsta al encuadramiento del mismo como
una asociación, toda vez que el criterio para distinguir entre sociedad y asociación consiste en
merituar el fin que persigue la primera, el de obtener ganancias para distribuirlas entre los
socios, finalidad que se excluye en las asociaciones, aun cuando realicen actividades
económicas, pero no siendo de la esencia de ellas. (Cám. Civ. J, .Rep. , LL LXIX~48, 15.)
El principio según el cual se imputan a la sociedad todos los actos de sus órganos
representativos que no sean notoriamente extraños al objeto social, aún cuando se hayan
violado normas estatutarias relativas a la administración de la entidad, no es extensible a la
actuación de una asociación respecto de un pagaré librado por quienes carecían de facultades -
en el caso, se admite la excepción de inhabilidad de título-, pues debe primar el carácter civil
del ente. (Del voto del Dr. S. Reviriego). Cám. 1ª, C.C., I, Bahía Blanca, ED 194, 367; JA
2001-IV, 84.
Una asociación sin fines lucrativos (es decir, que no se encuadre en el tipo de la
sociedad civil y comercial) puede no recibir la autorización para funcionar pero igualmente
será considerada sujeto de derecho -persona jurídica- cumpliendo con el simple requisito
formal exigido por el art. 46 CC. (Del voto del Dr. Barra). (CS, JA 1992-I-226.)
El art. 33 CC, contrapone el bien común, esto es, el de la sociedad en general, al interés
particular de los individuos que crean la entidad, cuando exige que el primero sea el "principal
objeto" de la asociación o fundación para que se autorice su funcionamiento como persona
jurídica de carácter privado (Del voto del Dr. Belluscio). (CS, JA 1992-I-226.)
Los libros y registros contables confeccionados por sociedades y asociaciones civiles,
así como también aquellos llevados por no comerciantes carecen de valor probatorio frente a
terceros no comerciantes. (Cám. Civ., E, LL 2000-B, 399.)
Corresponde rechazar la apelación incoada por la sociedad anónima dedicada a la
administración de los barrios situados en un complejo urbanístico, contra la denegatoria de la
exención del impuesto sobre los Ingresos Brutos inc. g) del art. 180 de la ley 10.397 dictada
por Rentas de la Provincia de Buenos Aires ya que el agravio referido a que se trataría de una
asociación civil en tanto no realiza actividad comercial o industrial y no distribuye ganancias
resulta improcedente al haber quedado comprobada que la sociedad impulsora del
emprendimiento posee una tenencia accionária que controla el desempeño de la denominada
"asociación" y estaría utilizándola, conforme el principio de realidad económica, como medio
o instrumento para llevar adelante su operatoria empresarial, lo cual involucra una finalidad de

189
Cfr. Páez J., Tratado teórico-práctico… cit, 3° ed. p. 38

78
lucro. (Del voto Dra. Blasco). TF, sala I, Buenos Aires, (IMP 2007-7, 743 - PET 2007 (abril-
369), 11 - LLBA 2007 422.)
El hecho de que al contestar la demanda, el demandado haya aludido a la obtención de
ganancias como finalidad del negocio celebrado, obsta al encuadramiento del mismo como
una asociación, toda vez que el criterio para distinguir entre sociedad y asociación consiste en
merituar el fin que persigue la primera, el de obtener ganancias para distribuirlas entre los
socios, finalidad que se excluye en las asociaciones, aun cuando realicen actividades
económicas, pero no siendo de la esencia de ellas. Cám. Civ., J, Rep. LL LXIX~48, 15.

a) Sociedad comercial y asociaciones bajo forma de sociedad


El art. 3 LS autoriza a las asociaciones civiles -cualquiera sea su objeto- a
adoptar la forma de sociedad bajo alguno de los tipos legales allí previstos,
quedando éstas, en tal caso, sujetas a sus disposiciones190. La norma en cuestión
tiene como antecedente el reconocimiento y aceptación que efectuara el Registro de
Comercio191 –de la ciudad de Buenos Aires- a diversas asociaciones, para que estas
funcionaran como sociedades anónimas –Tortugas Country Club, Hindú Club, la
Bolsa de Comercio y el Club Atlético Atlanta192-, en procura de que en caso de
disolución el patrimonio del ente pasara a manos de los inversionistas, por cuanto si
se tratara de entes civiles, sus bienes serían transferidos a otra institución de bien
público193.
Las asociaciones a las que alude la LS son aquellas referidas en el art. 33, 2º
párr. ap. 1° del Código Civil (y también las simples asociaciones del art. 46 de dicho
código, sin autorización para funcionar), las que pueden sucintamente definirse
como personas jurídicas de carácter privado a las que la ley –a través de la autoridad
administrativa correspondiente- faculta para actuar en la medida en que su finalidad
sea obtener el bien común, cuenten con un patrimonio propio, sean capaces por sus
estatutos de adquirir bienes y no subsistan exclusivamente de asignaciones del
Estado. Se suman a estas, entonces y a partir de la sanción de la LS, una nueva
categoría de asociación, aquella bajo forma de sociedad194. Las particularidades
antes apuntadas, y que distinguen a las asociaciones de las sociedades, han generado
el rechazo de parte de la doctrina de lo que pudiera considerarse –la adopción de un

190
Concordancias: art. 1.4 Código de Sociedades Comerciales portugués (2 de septiembre de
1986); art. 1670 Código Civil español –modificatorio del art. 116 del Código de Comercio-;
191
“El art. 3º soluciona de acuerdo con los precedentes doctrinarios nacionales, la cuestión de las
asociaciones constituídas bajo forma de sociedad”. Exposición de Motivos Ley 19.550, Capítulo I,
Sección I, ap. 3º.
192
Sin perjuicio de lo que en más diremos, el funcionamiento de los denominados clubes de campo
en la provincia de Buenos Aires se rige por la ley 8.912/77 y su decreto reglamentario 9.404/86.
193
Lo que motivara que, como previsión, las asociaciones inscriptas en los términos del art. 3 LS
usualmente consignen estatutariamente cual habrá de ser el destino de los bienes sociales en caso de
liquidación.
194
Ello por cuanto si bien se inscriben en el Registro Público de Comercio como sociedades, son,
en realidad, asociaciones por su finalidad. Cfr. Aquarone M.“Los clubes de campo. Utilización de la
sociedad anónima para su estructuración”, en Negocios Parasocietarios, Bs. As., 1994, p. 196.

79
tipo- como una solución contra natura195, o bien como un vehículo antitético con la
consecución de los fines de aquella196. Baste para ello con distinguir:
A) el ánimo de lucro de la sociedad comercial, y la ingeniería legal a tal
efecto desplegada para resguardar los intereses de todas las partes intervinientes,
frente al fin desinteresado –pío- de la asociación197. No obstante, consideramos esta
distinción sólo semántica, habida cuenta que las asociaciones de hecho suelen
desarrollar una actividad de naturaleza empresaria –entendida esta como
organizadora de diversos factores, entre ellos los de producción-. Tal circunstancia
no modifica la propia naturaleza de la asociación volcada mayormente –o aún de
manera exclusiva- a la actividad empresarial, siempre que ello se realice con carácter
instrumental respecto de los fines de la asociación198; B) la duración –presunta-
definida desde sus inicios en el caso de los entes comerciales, mientras que las
asociaciones son generalmente de plazo indefinido e ideadas para pervivir a sus
miembros; C) el asociado pretende la utilización de los bienes sociales y los
servicios que la asociación brinda, de forma preferente –y casi siempre excluyente-
respecto de terceros, mientras que el socio de la sociedad comercial busca percibir la
ganancia que por medio del pago de dividendos le corresponden por ser titular del
capital social; D) el capital de las sociedades comerciales se suscribe íntegramente al

195
Así parece referirse Columbres, G. Curso…cit. , p. 57 el art. 3º LS cuando califica a las
asociaciones bajo forma de sociedad como desvío jurídico, “porque en derecho societario la forma
juega con criterio calificatorio específico de la tipicidad societaria, resultando inhábil en
consecuencia para la fijación de una modalidad aplicable a una figura jurídica que, como la
asociación, importa una causa diversa” –-.
196
Vid. Verón A.V. Sociedades Comerciales…cit., t. V, p. 46 y t. 1 p. 34 respectivamente, esta
norma, es criticada por “presenta dificultades empíricas de aplicación y no pocos enigmas
hermenéuticos”, producto de su confusa inspiración. Así “la asociación, desprotegida por la
inexistencia de una regulación normativa especial, nace y se desarrolla en un mundo que poco o nada
de común tienen con las sociedades comerciales; luego, el desvío jurídico que propicia el art. 3º
sujetando a las disposiciones de la ley comercial societaria la asociación que adopte cualquier tipo de
estas representa una posibilidad que se le brinda para probables encubrimientos de la verdadera
esencia del principio asociacional.” Incluso, aunque por entender que el art. 3 LS sólo intenta “darle
encuadre legal como sujetos de derecho a objetos de derecho” –las mal llamadas asociaciones civiles
resultarían ser mayormente “derechos reales novedosos”, se ha propiciado su derogación. Cfr.
Giuntoli M. C., “Asociaciones bajo forma de sociedad: aplicación en la realidad jurídica del art. 3º de
la ley 19.550”, en Negocios Parasocietarios, Bs. As., 1994, p. 271; Nissen R. y Aquarone M.,
“Necesidad de derogar el art. 3 de la ley 19.550 en cuanto legisla las asociaciones bajo forma de
sociedad”, en Derecho Socieatrio Argentino e Iberoamericano, Bs. As, 1995, t. I, p. 447. También
parece ser la posición, si bien no expresa, de Biagosch F., en Asociaciones Civiles…cit. ps. 227 y ss.
197
A las agrupaciones que persiguen la obtención de beneficios se les reserva, en la lengua
jurídica, el nombre de sociedades; a las agrupaciones que no tienen ese fin el nombre de asociaciones.
Cfr. Mazeaud H., Mazeaud L. y Mazeaud J., Lecciones de Derecho Civil. t. II, EJEA, Bs As, 1959, p.
223.
198
Cfr. Rojo Á., “Empresario individual y empresario persona jurídica” en Curso de Derecho
Mercantil, dirg. por Uría R. y Menéndez A., cit. t. I, p. 93. Para este autor, si tal instrumentalidad no
existiese, es decir, si los resultados de la actividad empresarial no se volcaran exclusivamante al
cumplimiento de los fines de la asociación, sino que se repartieran dieracta o indirectamente entre los
asociados, la originaria asociación devendría irregular.

80
momento de su constitución, o al tiempo de resolverse cada aumento, todo ello de
acuerdo a las previsiones de la LS. En cambio, resulta condición para el
mantenimiento de la asociación que los socios contribuyan con esta mediante la
realización de aportes en forma periódica y no en función de ganancias o pérdidas
del ejercicio, sino de los gastos de conservación y utilización de los bienes sociales;
E) es usual condición de las asociaciones la intransferibilidad de la condición de
asociado, tanto por acto entre vivos como mortis causae, previéndose usualmente
severas restricciones para la admisión de nuevos asociados. Este derecho de
admisión que hace a la naturaleza de la asociación, contradice el principio general de
la LS en cuanto a libre transferencia del capital social se refiere (art. 214 LS)199.
No obstante, se suelen atribuir razones de carácter práctico a la autorización
legal para que una asociación adopte un tipo determinado, atendiéndose así la
comercialidad por la forma, en oposición a la comercialidad por el objeto, y a partir
de equiparar el ánimo de lucro del ente comercial con la obtención de resultados o
utilidades de orden asociativo200. De ello pude inferirse, según señala calificada
doctrina, que siempre el objeto de una asociación que adoptara el tipo de la anónima
debe prestar algún tipo de ventaja inmediata a sus asociados, lo que excluiría
asociaciones filantrópicas en las que aquellos sólo satisfacieran sus intereses
espirituales201.
Más allá de estas diferencias, elegido el tipo social sobre el que se va a
constituir la sociedad, esta deberá sujetarse a las formalidades para aquel prescriptas
por la LS, resultando para el caso inaplicable lo establecido en los arts. 45 y 46 del
Código Civil, debiéndose ajustar al registro y control preceptuado por la LS202.
Ahora bien ¿qué sucede cuando la asociación asume la forma de una
sociedad mercantil? Si bien alguna doctrina civilista entiende que esta “pierde su
carácter” de asociación203, ello acontece sólo parcialmente. Del hecho de su
registración –adoptando el tipo que fuere- sólo se colige la aplicación futura para la
asociación de las normas de la LS, no así su transformación en un nuevo sujeto de
derecho que tenga por objeto la producción de bienes y servicios participando de los
beneficios y soportando las pérdidas (art. 1 LS). No obstante, tal sujeción del ente a
la LS le trae aparejadas consecuencias, igual que a sus asociados y administradores,

199
Cfr. Nissen R. y Aquarone M. “Necesidad de derogar…cit. t. I, p. 447.
200
Cfr. Biagosch F. A., Asociaciones Civiles…cit. p. 225; Verón A. V. Sociedades
Comerciales…cit.. t. I, p. 34; Halperín I., Curso…1ª ed. t. i, p. 290.
201
Cfr. Stratta A. J., “Las asociaciones bajo forma de sociedad”, LL 1980-D, p. 1037. Señala esta
autora que “el caso de asociaciones cuyo objeto fuera ayudar a necesitados o a los enfermos, en lo
que el objeto busca inmediatamente una ventaja para terceros, no podría encuadrarse bajo la forma
societaria. En cambio podrían serlo aquellas asociaciones en que el cumplimiento de su objeto brinde
una utilidad inmediata al asociado. Es el caso de los clubes, la investigación científica, la
administración de servicios.”
202
Cfr.
203
Cfr. Llambías, J.J. Código Civil Anotado… cit. , Personas - Familia, t. I, p. 81.

81
exacerbadas por la falta de previsión del legislador para armonizar la normativa civil
con la LS, y que fuerza a los Tribunales a procurar compatibilizar la finalidad
asociativa con los principios de la sociedad comercial204. A poco que se intente
elaborar una asociación bajo la forma de una sociedad, “nos encontramos con
obstáculos insalvables, de forma tal que resulta imposible su aplicación completa a
todo el fenómeno asociativo. Ello es así porque la asociación no tiene regulación
específica; en este sentido se las puede incluir en las figuras atípicas con tipicidad
social y por lo tanto sin tipicidad normativa205.”

I. Órganos
Como primera medida, la asociación debe prever la creación –de no contar
con ellos- de órganos de gobierno, administración y representación y fiscalización
según el tipo legal elegido206, sujetando su funcionamiento a las reglas
correspondientes a aquel. Cabe entonces considerar –y a manera de ejemplo sobre
sus efectos- que la facultad de expulsión de un asociado con que anteriormente el
contaba207, ya no pasará por la decisión de un órgano disciplinario208 -solo revisable
jurisdiccionalmente si se hubieran violado garantías constitucionales, abusado de un
derecho o procedido con notoria injusticia-209, sino que cabrá la posibilidad de –
agotada la instancia interna210- impugnar tal decisión en los términos del art. 251 LS,
de encontrarnos frente a una asociación bajo el tipo de la anónima. Como segunda
medida, y en concordancia con lo dicho anteriormente, debe establecerse el régimen
que habrá de regir las relaciones del ente con sus asociados, impensado para el caso
de sociedades comerciales, como la autorización para el uso de instalaciones y el

204
“La adopción del tipo societario mercantil encubre la realidad de una configuración de carácter
asociacional no societario: ello resulta meridianamente de la declaración del objeto estatutario y de
las precisiones del reglamento interno,” no obstante lo cual el art. 3 LS, en tanto norma legal, “su
acatamiento viene impuesto en homenaje a la forma más elevada de justicia, cual es la llamada
justicia legal. Y, de otro lado, debe admitirse que se inscribe en la tendencia doctrinaria y legal a
admitir variantes de simulación lícita bajo la técnica del negocio indirectoque en tanto no resulte
dañoso, quizás pueda fundar su permisión en la idea romana del dolus bonus.” (Cám. Com., B,
“Arce Hugo c/ Los Lagartos Country Club s/ nulidad asamblearia,” citado por Biagosch F.A.
Asociaciones Civiles…cit. ps. 242/3.
205
Cfr. Aquarone M, “Los clubes de campo…cit. p. 198.
206
Cfr. Stratta A.J., “Las asociaciones …cit. LL 1980-D, p. 1037.
207
De allí que resultará necesaria la dificil –sino imposible- tarea de armonizar el nuevo estatus del
socio con el anterior de asociado, previendo la manera en que podrá aplicarse a éste apercibimientos,
suspensiones o exclusiones, siendo este último caso –en principio- incompatible con el régimen de la
LS, por lo que, de uso, se lo sustituye con prohibiciones de uso tan gravosos que se cosntituyen en
virtuales expulsiones.
208
El único depositario indelegable del denominado espíritu asociativo son todos los socios,
quienes pueden decidir si uno de ellos deja de responder a tal espíritu.
209
Cfr. Cám. Civ. C, LL 2000-B, 640; DJ 2000-2-617.
210
Y en ello no efectuamos distingo, habida cuenta que de antes de adopta el tipo se exigía al
asociado agotar la instancia corporativa previo acudir a la justicia. Cfr. Cám. Civ. D, LL 1990-A, p.
518.

82
goce de beneficios y servicios según la categoría de asociado de que se trate. Esto
conlleva la estipulación de un régimen disciplinario –universalmente admitido para
las asociaciones211, y que hace a su esencia212- con el fin de imponer a los asociados
un comportamiento adecuado con las relaciones personales que son exigibles en este
tipo de entidades213. Súmese a ello que la asociación –aún bajo forma de sociedad-
requiere de constantes aportes de sus integrantes a efectos del mantenimiento de
instalaciones y servicios, pudiendo inclusive decidir su ampliación a costa de
erogaciones compulsivas a cargo de aquellos, cuya falta de atención puede derivar
en la suspensión y posterior expulsión del asociado, por cierto que incompatible con
el régimen de la LS en cuanto a aumentos de capital y exclusión del socio se refiere.
Por último, aunque no por ello en menor medida, deben considerase los problemas
que frente a la quiebra de la sociedad se plantean, especialmente en el caso de los
denominados clubes de campo214, respecto del uso y goce de las partes comunes que
forman el complejo215.
JURISPRUDENCIA
La disposición del art. 3º de la ley de sociedades comerciales 19.550 en cuanto
preceptúa que las asociaciones -en el caso, una de índole urbanística, residencial, deportiva y
cultural- que se constituyan bajo la forma de una sociedad comercial quedan sujetas a las
normas que rigen este tipo societario, se refiere a la estructura de dicho ente y no al modo,
sentido y comprensión por los jueces de los conflictos que se susciten en su ámbito interno.

211
Una de las facultades implícitas de toda asociación, considerada necasaria para asegurar el
normal cumplimiento de sus finalidades, es la potestad de sancionar a sus miembros cuando estos
cometen transgreciones a las reglas estatutarias o a disposiciones establecidas en consecuencia de
ellas. Cfr. Lavalle Cobo J., “Aspectos procesales en el poder disciplinario de las asociaciones”, LL
1990-A, p. 518.
212
Cfr. López del Carril J., “El poder disciplinario de las asociaciones civiles”, LL 1990-C, p.
183.; Gregorini Clusellas E., “La potestad disciplinaria de las asociaciones y su contralor judicial”,
LL 1990-B, p. 424.
213
Cfr. Nissen R. y Aquarone M. “Necesidad de derogar…”, cit. Derecho Societario…cit. t. I, p.
447.
214
Y que puede definirse, según Dasso, A.G., “Conformación asociativa del club de campo”, en
Negocios Parasocietarios, Bs As, 1994, p. 243., como el complejo recretaivo residencial ubicado en
una extensión suburbana, limitada en el espacio e integrada por lotes construidos o a construirse
independientes entre sí, que cuenta con una entrada común y está dotada de espacios destinados a
actividades deportivas, culturales y sociales, siendo las viviendas de uso transitorio o permanente, y
debiendo existir entre el área de viviendas y el área deportiva, cultural y social una relación funcional
y jurídica que convierta al club de campo en un todo inescindible.
215
En la práctica se ha utilizado la técnica societaria combinada con el derecho real de
servidumbre en procura de resguardar a perpetuidad el derecho de los propietarios de unidades
residenciales de las partes comunes. Cfr. Pérez Cassini A., “Los clubes de campo. Su regulación
desde el punto de vista del derecho societario y la legislación provincial”, en Negocios
Parasocietarios…cit, p. 220. En similar sentido puede verse Dasso. A.G. lug. cit en la .nota anterior,
para quien la vinculación funcional entre sectores afectados a áreas sociales y los sectores
residenciales podría lograrse “a través del empleo del derecho de servidumbre real perpetuo o predial
del Cód. Civil, configurándose de esta forma un todo inescindible; creando una figura jurídica capaz
de asegurar el destino de las partes común es para su aprovechamiento y uso por los titulares de las
partes privadas, cruzándose servidumbres entre uno y otro sector. Se constituye una servidumbre
predial perpetua y gratuita de acuerdo al art. 3009 del Có. Civil.”

83
(Cám. Com., D,LL 2000-D, 94 – Col. de Análisis Juris. Der. Reales – Dir. M. Mariani de
Vidal, Editorial LL, 2002, 189; ED 185, 234 - LL 2000-D, 210.)
Corresponde rechazar la apelación incoada por la sociedad anónima dedicada a la
administración de los barrios situados en un complejo urbanístico, contra la denegatoria de la
exención del impuesto sobre los Ingresos Brutos inc. g) del art. 180 de la ley 10.397 dictada
por Rentas de la Provincia de Buenos Aires ya que el agravio referido a que se trataría de una
asociación civil en tanto no realiza actividad comercial o industrial y no distribuye ganancias
resulta improcedente al haber quedado comprobada que la sociedad impulsora del
emprendimiento posee una tenencia accionaria que controla el desempeño de la denominada
"asociación" y estaría utilizándola, conforme el principio de realidad económica, como medio
o instrumento para llevar adelante su operatoria empresarial, lo cual involucra una finalidad de
lucro. (Del voto Dra. Blasco). (Trib. Fiscal Apel. Bs. As., I, IMP 2007-7, 743 , LLBA 2007
422).
El respeto de las reglas de convivencia y de disciplina por parte de los miembros de
una asociación, hace a su adecuado funcionamiento, en la medida en que sus miembros están
movidos por un interés común que es la realización de fines deportivos y sociales pautas de
honor y comportamiento, por lo que quien resulta sancionado y no acata las normas
establecidas puede ser privado de su condición de socio, sin que ello importe transgredir los
límites de legalidad o razonabilidad a que se encuentra sometido el ejercicio de la autoridad de
los órganos respectivos. (Del voto en disidencia de Dres., Petracchi y Fayt. La mayoría de la
Corte Suprema declaró inadmisible el recurso extraordinario por aplicación del art. 280 del
Cód. Procesal). CS, febrero LL 2006-C, 455 – IMP 2006-11, 1452.
Los jueces no tienen potestad jurisdiccional para actuar como una suerte de tribunal de
apelación y suplir la voluntad sancionatoria de la comisión directiva de una asociación –en el
caso, de carácter religioso- que dispuso la expulsión de uno de sus socios, siendo que la
medida disciplinaria estuvo ratificada por la unanimidad de los asociados reunidos en
asamblea general ordinaria. Cam. C.C. y Lab., Rafaela, LLLitoral 2005, 1274.

II. Asamblea
Que la ley preceptúe que las asociaciones constituidas bajo forma de sociedad
comercial quedan sujetas a las disposiciones de la LS, en nada empece a que tal
sujeción lo es respecto de la estructura del ente, y no del modo, sentido y
comprensión de sus conflictos internos. De allí que no debe dejar de percibirse que
los accionistas no son, en esencia, más que usuarios de los bienes sociales y no
aportantes de un capital lucrativo, de allí que corresponderá trasladar sin más las
particularidades de una sociedad comercial al campo de las asociaciones civiles,
aunque adopten la forma de aquellas216.

III. Socios

216
Cfr. Cám. Com. D, (voto del Dr. Alberti) ED 185-232; “Estamos pues en el campo
aprehendido por el art. 3º de la ley de sociedades comerciales; no ante una depurada y riesgosa
organización de capitales dedicada a producir bienes, o intercambiarlos, para obtener lucro de ello” ...
de lo que se deriva que las conclusiones que se obtengan de la realidad asociativa bajo forma de
sociedad ... “no será necesariamente trasladable al campo de las corrientes sociedades anónimas”. En
función de ello, y para el caso particular de una asociación bajo forma de sociedad el Tribunal –en el
fallo citado- resolvió –contra los postulados de la LS- que las abstenciones de voto de parte de los
accionistas concurrentes no pueden ser computadas para integrar la base de cálculo de las mayorías
legales en una asamblea de socios.

84
Según hemos dicho, el beneficio del socio consiste mayormente en procurar el uso y
goce –ordenado según ciertas pautas- de los bienes y servicios sociales, no así en la
utilidad liquida que, en razón de su tenencia- pudiera obtener de una sociedad
comercial en sentido estricto. De allí que resulta imposible pretender ceñirse
literalmente a las características del tipo adoptado si, realmente desea mantenerse
viva la institución217. Asimismo, y a fin de preservar la homogeneidad en la masa de
asociados que gozan de aquellos bienes y servicios, las asociaciones bajo forma de
sociedad –máxime si se trata

JURISPRUDENCIA
El respeto de las reglas de convivencia y de disciplina por parte de los miembros de
una asociación, hace a su adecuado funcionamiento, en la medida en que sus miembros están
movidos por un interés común que es la realización de fines deportivos y sociales según pautas
de honor y comportamiento, por lo que quien resulta sancionado y no acata las normas
establecidas puede ser privado de su condición, sin que ello importe transgredir los límites de
legalidad o razonabilidad a que se encuentra sometido el ejercicio de la autoridad de los
órganos respectivos. (Del voto en disidencia de los Dres. Petracchi y Fayt. CS, LL 2006-C,
455 )
Procede hacer lugar al reclamo efectuado por una sociedad -titular de un campo de
deportes, que además atiende la vigilancia y mantenimiento de un fundo vecino integrado a
aquel por una servidumbre de paso y en el que se han construido unidades de vivienda- contra
uno de sus socios solicitando el pago de las cuotas de contribución para el mantenimiento de
dicho campo de deportes, aun cuando este oponga la defensa de falta de legitimación con
fundamento en no ser propietario de ninguna de las viviendas mencionadas, toda vez que de
las constancias de la causa surge su calidad de accionista como socio "concurrente" o "socio-
asociado", es decir aquellos accionistas que además de la adquisición de acciones -en el caso,
una- tenían derecho al uso de las instalaciones deportivas pagando una cuota mensual de
mantenimiento, pago este que -conforrme la pericia contable- el presunto deudor efectuó
desde tal adquisición y durante cierto tiempo, lo que prueba que el hecho de no ser titular de
dominio de ninguno de esos departamentos, no le impidió ser de los denominados "socios
concurrentes", y que (conf. ley 19550 art. 218 ,inc. 4, Cód. Com.) indican que esa fue la
intención de las partes, quedando así configurada tal calidad, y su obligación de contribuir con
la cuota de mantenimiento mensual. (Cám .Com. E agosto 23-2000 “Country Ranch S.A. c/
Pollarsky Ricardo s. Ordinario”)
Es exacto y no ha sido cuestionado que la demandada se constituyó originariamente
bajo el tipo de sociedad anónima (ley 19550). Pero el quejoso no ha controvertido que,
también originariamente, la adopción de dicho tipo societario mercantil encubría la realidad de
una configuración de carácter asociativo no societario: así resulta meridianamente de la
declaración del objeto estatutario y de las precisiones del reglamento interno: "...promover y
fomentar el deporte, particularmente golf, tenis, natación, polo y equitación y crear un grupo
de personas homogéneas o con arreglo a ideales éticos, sociales y deportivos que reporte para
sus integrantes una forma amable de vivir, solucionándoles dentro del country club, en la
mayor medida posible, los problemas inherentes a su propiedad inmueble a cuyo efecto podrá
vender lotes y/o viviendas y prestar servicios que hagan a esa finalidad...": en tales términos,
la actividad así delimitada, excluye como causa final asociativa, la obtención de utilidades en
cualquiera de las acepciones técnicamente posibles del vocablo "utilidad", lo cual ubica al
vínculo plurilateral que se presenta en la especie y según la aludida realidad subyacente, en el
ámbito de las asociaciones (Halperín, I., "Sociedades Comerciales", Parte General, Bs. As.,
1964; p. 116 y ss.,) (del voto del Dr. Butty). (Cám. Com. B, JA 1996-II-57.

217
Cfr. Stratta A.J., “Las asociaciones…cit. LL 1980-D, p. 1037.

85
Siendo que la ostensible y formal sociedad anónima, en la cual se suscitó el conflicto
sobre la eficacia de una votación asamblearia, con más abstenciones que pronunciamientos, es
sustancialmente una asociación urbanística y residencial, deportiva y cultural, permite
establecer que se esta en el campo aprehendido por la fs 3 (ver texto) no ante una depurada y
rigurosa organización de capitales dedicada a producir bienes, o intercambiarlos, para obtener
lucro de ello. (en el caso, el "directorio" de esa asociación residencial, constituida bajo forma
de sociedad anónima, adoptó "cierta limitación genérica" al ingreso de nuevas personas en esa
comunidad, haciéndolo bajo la forma de "reglamento de admisión" de nuevos socios. una de
esas reglas concitó un pedido de su derogación por la asamblea de accionistas, quienes son en
sustancia usuarios de la urbanización de que se trata y no aportantes de capital lucrativo).
(Cám. Com. D ED 185-232.)

b) Sociedad comercial y simple asociación


El Código Civil prevé la existencia de una –otra- especie de asociación, a la
que denomina como simple -art. 46-, distinguiéndola así de aquellas asociaciones
previstas en el art. 45. Se trata de una estructura corporativa, provista por el
concurso de los miembros que lo constituyen, carentes de finalidad lucrativa –
persiguen un fin altruista- y que no necesitan autorización del Estado para funcionar.
Efectúa de esta forma el codificador toda una declaración de principios: el concepto
de asociación es independiente de la personería jurídica, la que si bien en ocasiones
le sirve para hacerla más eficaz en sus fines, es innecesaria. Las asociaciones
pueden, entonces, existir sin personería jurídica218. En concordancia con ello, el art.
50 del código se refiere al destino de los bienes remanentes de la asociación
liquidada, únicamente cuando estas tuvieran “carácter de persona jurídica”.
Su personalidad –o ausencia de- dependerá por tanto de que su constitución y
la designación de sus autoridades pueda acreditarse por escritura pública o
instrumento privado certificado notarialmente. En tales casos gozarán de personería
jurídica, se les aplican las normas de la sociedad civil, y sus asociados sólo
responderán subsidiariamente y por una parte viril de las obligaciones del ente (art.
1747 Código Civil), mientras que los administradores no se verán alcanzados por lo
obrado en nombre y cuenta de la asociación (arts. 1700, 1946 y 1947 Código Civil).
El precepto legal no es claro en cuanto a los efectos que acarrea la omisión de tales
recaudos, por lo que la doctrina se encuentra al respecto dividida. Para una parte de
esta, la simple asociación debe ser reputada irregular, careciendo por tanto de
existencia como sujeto de derecho para el futuro y cabiendo para sus miembros
fundadores y administradores responsabilidad solidaria por los actos de la entidad219.
Otra parte de la doctrina entiende que la omisión de las formas impuestas por el art.
46 del Código Civil impide considerar a tales asociaciones como sujetos de derecho
u otorgarles personalidad diferenciada de la de sus miembros, siendo en tal caso

218
Cfr. Llambías, J.J. Código Civil Anotado… cit. , t. I, p. 124; Borda G.A., Tratado…cit.-parte
general- 11° ed., t. I, n° 724, p. 609. Así Los clubes sociales o deportivos, las peñas literarias o
musicales, circulos, ateneos, cooperadoras, etc.
219
Cfr. Llambías, J.J. Código Civil Anotado… cit. , t. I, p. 125

86
meras personas jurídicas de existencia ideal propiamente dichas. De ello se
derivaría la responsabilidad solidaria, siempre, de fundadores y administradores, en
tanto encargados de cumplir con los recaudos de la escrituración o certificación, por
las obligaciones de la asociación. En cuanto a los asociados no administradores ni
fundadores, cabría a estos una responsabilidad meramente mancomunada, a partir de
la remisión del art. 46 del Código Civil a las reglas de la sociedad civil220.

JURISPRUDENCIA
Las simples asociaciones del art. 46, Cód. Civil -en tanto no accedan a la condición
de personas jurídicas autorizadas (art. 33, 2° apart. inc. 1°, Cód. citado)-, carecen de aptitud
para adquirir bienes inmuebles o muebles registrables. Los actos posesorios que realicen
resultan jurídicamente inocuos, no operantes a los fines de una pretendida usucapión. Cám. 1º.
C.C., I, Bahía Blanca, LL 1989-A, 252.

c) Sociedad comercial, asociación y fundación


Al igual que en el caso de la asociación, el Código Civil define a la
fundación como una persona jurídica de carácter privado, que tiene por principal
objeto el bien común, posee patrimonio propio, es capaz por sus estatutos de adquirir
bienes, no subsiste exclusivamente de asignaciones del Estado y cuenta con
autorización para funcionar (art. 33 inc. 2°).

I. Diferencias entre fundación y la asociación


Se distingue de la asociación en que i.-) su origen no se atribuye a una
pluralidad de individuos sino a la voluntad única de una persona denominada
fundador221. Sus normas, emanadas de la voluntad de aquel, resultan invariables y se
orientan a realizar un fin ajeno al ente –el fin propio del fundador- siendo sus
beneficiarios, terceros222. Por lo general el fundador realiza una donación o legado
para su aplicación al fin altruista por este previsto e impuesto a la fundación, al
tiempo que le impone el régimen de administración, funcionamiento y la forma en
que los beneficiarios se verán favorecidos. ii.-) también difiere de la asociación en
las causales de extinción. Mientras que la asociación se disuelve por decisión de sus
220
Cfr. Borda G.A., Tratado…cit.-parte general- 11° ed., t. I, n° 725, p. 611
221
El carácter de fundador es único, con independencia de la cantidad de sujetos que asuman tal
papel. Cfr. Kemelmajer de Carlucci A. “La personalidad de las fundaciones en el Código Civil”, en
Homenaje a Dalmacio Vélez Sarsfield, t. I, Academia Nacional de Derecho y Ciencias Sociales de
Córdoba, Córdoba, 2000, p. 389; Borda G.A., Tratado…cit.-parte general- 11° ed., t. I, n° 636, p.
538 En tal caso, el acto fundacional revestirá las características de un acto jurídico otorgado en
conjunto por dos o más personas que sin vincularse jurídicamente y sin formar asociación de
intereses entre ellos, afectan bienes para crear un ente del que no habrán de formar parte. Cfr.
Abelenda C., Derecho Civil…cit t. II, p. 66. El fundador puede recurrir a terceros autorizados por
poder especial librado a tal efecto, o incluso tratarse de un acto de última voluntad, en cuyo caso el
suscriptor será la persona que el juez del sucesorio autorice. Cfr. Cahián A, Manual…cit. , p. 196.
222
Las asociaciones son autónomas, están dirigidas y obran de acuerdo con una voluntad emanada
de sus propios miembros, mientras que las fundaciones son heterónomas por provenir su voluntad de
un ser extraño, su fundador. Cfr. Borda G.A., Tratado…cit.-parte general- 11° ed., t. I, 540

87
miembros aprobada por autoridad competente (art. 48 inc. 1° Código Civil223), la
fundación al carecer de sujetos que la compongan, y al haberse escindido del
fundador cuya voluntad le diera origen, solo se extinguirá por imposibilidad en el
cumplimiento de sus estatutos, por razones de conveniencia pública o por la
conclusión de los bienes destinados a sostenerla (art. 48 incs. 2° y 3° Código Civil).

II. Diferencias entre fundación y sociedad comercial.


La fundación se distingue de la sociedad comercial principalmente por A) su
fin social: La fundación se crea para llevar adelante una obra de interés social –sus
fines son esencialmente altruistas224-, para lo cual se afecta a aquella un patrimonio
determinado225. B) por la ausencia de elemento personal: A diferencia de la
asociación, en la cual el que el elemento típico son los miembros que la componen,
la fundación no resulta ser una unión de personas, por lo que carece de aquellos.
Sólo cuenta con destinatarios y beneficiarios circunstancialmente determinados, que
permanecen fuera de su estructura226. Debe su existencia a la voluntad de su
fundador, quien la expresa de manera unilateral en el acto fundacional227, donde fija
los fines y medios previstos para la institución. Pero siquiera el fundador mantiene
vinculación alguna con la fundación luego de que a esta se le hubiere reconocido
personalidad jurídica: “es rigurosamente un extraño con respecto de la institución
que ha fundado y no tiene injerencia alguna en el manejo de los bienes de la entidad,
salvo lo establecido en los estatutos, pero aun entonces la intervención que allí
estuviera prevista sería semejante a la de cualquier otro extraño a la fundación”228.
C-) No posee un órgano de gobierno que le permita extinguirla, alterar el fin de su
creación o el destino de sus bienes, ya que sólo cuenta con órganos administrativos
integrados por sujetos que, sin ser miembros –Consejo de Administración y Comité
Ejecutivo-, ponen su voluntad y acción al servicio de las pautas marcadas por el
fundador229. D) La fundación debe acreditar ab initio que su capital guarda
potencialidad con sus fines (art. 2° ley 19.836/72), principio adecuado si se repara en

223
También se disuelve en virtud de la ley, no obstante la voluntad en contra de sus miembros, en
los casos en que se hubiera abusado o incurrido en transgresiones de las condiciones o cláusulas de la
autorización que se le concediera, o por resultar imposible el cumplimiento de sus estatutos, o porque
su disolución fuera necesaria o conveniente a los intereses públicos (inc. 2°).
224
El Código velezano, en su redacción original las comprendía entre los “establecimientos de
utilidad pública, religiosos o piadosos, científicos o literarios”, que junto con las asociaciones y
sociedades consignaba el art. 33 ap. 5a.
225
Cfr. Llambías J. J. Tratado…cit. –parte general-, 15° ed., t. II, n° 1238, p. 151; Lavalle Cobo,
J. en Código Civil…cit. de Belluscio A., t. I p. 154
226
Cfr. Llambías J. J. Tratado…cit. –parte general-, 15° ed., t. II, n° 1238, p. 151 Lavalle Cobo,
J. en Código Civil…cit. de Belluscio A., t. I p. 153
227
Sin perjuicio de lo dicho, el acto fundacional también puede consistir en una disposición de
última voluntad de sujeto determinado.
228
Cfr. Llambías J. J. Tratado…cit. –parte general-, 15° ed., t. II, n° 1242, p. 155; Cfr.
Kemelmajer de Carlucci A.,ob. y lug. cits supra .; Abelenda C., Derecho Civil…cit t. II, p. 64
229
Cfr. Abelenda C., Derecho Civil…cit t. II, p. 63.

88
que es a partir de una donación o legado que se procurará alcanzar aquellos, y que
no puede por tanto traspolarse al ámbito de las sociedades comerciales. E) En cuanto
al remanente para el caso de disolución y liquidación, y a diferencia de en las
sociedades comerciales en que se distribuye en proporción a la participación de cada
socio en las ganancias (art. 109 LS), en las fundaciones este se destina a favor de
una entidad de carácter público o una persona jurídica de carácter privado de bien
común, sin fines de lucro y domiciliada en la República, salvo cuando se tratara de
fundaciones extranjeras230. En todos los casos las decisiones que se adopten en torno
al traspaso del remanente delos bienes requieren la previa aprobación de la autoridad
administrativa de control (art. 30 ley 19.836/72).

III. Fundaciones sin personería jurídica.


Si bien el Código Civil prevé la imposibilidad de efectuar donaciones a “persona que
no exista civil, o naturalmente”, reconoce la existencia de entes de otra categoría que
sí podrán recibirlas si se tratara de “corporaciones que no tengan el carácter de
personas jurídicas, cuando se hiciere con el fin de fundarlas, y requerir después la
competente autorización” (art. 1806). De ello la doctrina ha colegido que se trata de
fundaciones de existencia ideal sin carácter de personas jurídicas, que, no obstante,
pueden adquirir derechos de la manera prevista en el mencionado art.231.

JURISPRUDENCIA
Resulta improcedente responsabilizar al presidente de la fundación demandada, en los
términos del art. 54 de la ley 19.550 por mantener parte del vinculo con la actora en la
clandestinidad, pues, dicha pretensión carece de adecuado fundamento normativo ya que la ley
19.836 que diseña el régimen de las fundaciones no dispone ninguna remisión a la ley 19.550,
toda vez que las primeras se caracterizan por ser personas jurídicas que se constituyen con un
objetivo de bien común, sin propósito de lucro, mientras que las sociedades tienen por objeto
obtener alguna utilidad apreciable en dinero. (Cám. Trab. III junio 16-2006 in re” Corrado
Marta S. c. Fundación Medicina Comunitaria”)
Si existe confusión entre las actividades, objetivos o ingresos de la fundación que se
pretende inscribir y los de la sociedad comercial, cuyo socio gerente actúa como fundador de
la peticionante, también existe duda razonable acerca de los fines que inspiraron su
constitución. (Insp. Gral. Just. diciembre 18-2003, “Fundación de Investigaciones Científicas
y Asistenciales” Exp. nº 1722608, Sentencia nº 1848.)

8.- Sociedad comercial y cooperativa

a) Generalidades
El cooperativismo, como asociación, tiene sus orígenes entre los siglos XVIII
y XIX. Surge como un mecanismo de defensa de las clases trabajadoras para
afrontar los bruscos cambios sociales por entonces generados con el abandono de las

230
Los recursos que la entidad matriz hubiera afectado al funcionamiento en el país pueden así
volver a su lugar de origen. Cfr. Cahián A., Manual..cit. p. 203.
231
Cfr. Abelenda C., Derecho Civil…cit, t. II, p. 71.

89
economías cerradas y el advenimiento de los nuevos modelos mercantilistas,
basados en el individualismo y en el libre cambio propios de la revolución
industrial232. Conocidas y utilizadas a lo largo de la República, ya antes de la
sanción de la LS las cooperativas contaban con regulación propia -ley 11.388,
complementada luego por ley 19.219233-. No obstante, su naturaleza jurídica no
resultaba claramente definida234, por lo que tras promulgarse la ley 19.550 el
legislador creyó oportuno sancionar un nuevo cuerpo normativo integral para
cooperativas –la actualmente vigente ley 20.337-, a fin de evitar que por vía de la
aplicación supletoria las disposiciones de la por entonces novedosa LS se
introdujeran modificaciones al régimen, máxime cuando las sociedades comerciales
no compatibilizaban con aquellas, de las que ab initio buscaban distinguirse235.
Las cooperativas son entidades fundadas en el esfuerzo propio y la ayuda
mutua para organizar y prestar servicios, a las que la ley (art. 2) les atribuye los
siguientes caracteres: A) cuentan con un capital variable y duración ilimitada; B) no
imponen un tope estatutario al número máximo de asociados ni al capital; C)
conceden un solo voto a cada asociado, cualquiera sea el número de sus cuotas
sociales. Tampoco otorgan ventaja ni privilegio alguno a los iniciadores, fundadores
y consejeros, ni reconocen preferencia a parte alguna del capital; D) aceptan la
aplicación de un interés limitado a las cuotas sociales, para el caso de que el estatuto
autorice aplicar excedentes a alguna retribución al capital; E) cuentan con un
número mínimo de diez asociados, salvo las excepciones que expresamente
admitiera la autoridad de aplicación y lo previsto para las cooperativas de grado
superior; vi.-) distribuyen los excedentes en proporción al uso de los servicios
sociales; F) no tienen como fin principal ni accesorio la propaganda de ideas
políticas, religiosas, de nacionalidad, región o raza, ni imponen condiciones de

232
Cfr. Chamorro Turrez E., Introducción al Cooperativismo, Madrid, 1968, p. 5; Cracogna
D., “La cooperativa en el derecho argentino” en Régimen Jurídico de las Cooperativas ,Rev. del
Colegio de Abogados de La Plata, 1990, p. 19, si bien este autor les atribuye un origen más tardío, a
mediados del siglo XIX.
233
Incluso el Código de Comercio de 1889 incluía tres artículos –del 392 al 394- sobre las
sociedades cooperativas.
234
No existía consenso en doctrina y en los tribunales sobre si debía considerárselas
sociedades comerciales, sociedades civiles o comerciales según el objeto para el que hubieran sido
constituídas, o bien simples sociedades civiles. Sobre el particular, véase Moirano, A., Organización
de las Sociedades Cooperativas, Bs A, 1961, ps. 50 y 51.
235
Según Mensaje de Elevación al Poder Ejecutivo Nacional de la ley 20.337 –que entre sus
autores contaba a Gervasio Colombres-. Algunos de los términos de la ley de Cooperativa,
lógicamente, reproducen aquellos de su predecesora en el tiempo, la LS. Asi en la parte final del art. 2
de la ley cooperativa, que reputa a esta como “sujeto de derecho con el alcance fijado en esta ley”.
Existen también en la ley 20.337 remisiones expresas a la ley 19.550, como el caso de las
cooperativas constituidas en el extranjero para las que rigen las disposiciones de su Capítulo I,
Sección XV de la LS sin perjuicio de las modificaciones introducidas en materia de autorización para
funcionar y registro (art. 15). También se prevé que para las cooperativas rigen supletoriamente las
disposiciones del Capítulo II, Sección V de la LS cuando se concilien con las de la ley 20.337 y la
naturaleza de aquéllas.

90
admisión vinculadas con ellas; G) fomentan la educación cooperativa; H) prevén la
integración cooperativa; I) prestan servicios a sus asociados y también a no
asociados, para estos últimos en las condiciones que establezca la autoridad de
aplicación; J) limitan la responsabilidad de los asociados al monto de las cuotas
sociales suscriptas; K) establecen no repartir las reservas sociales y el destino
desinteresado del sobrante patrimonial en casos de liquidación.

b) Diferencias entre la cooperativa y la sociedad comercial


Se distinguen de las sociedades comerciales, además de por lo apuntado en el
párrafo anterior en que:
I.) en cumplimiento del objeto social y la consecución de sus fines
institucionales, las cooperativas con sus asociados y aquellas entre sí realizan actos
cooperativos (art. 4 ley 20.337), categoría de actos jurídicos que les es propia y que
se orientan a crear, mantener o extinguir relaciones cooperativas, lo que inhibe a
estas su transformación en sociedades comerciales o asociaciones civiles (art. 6) 236.
II.) en las sociedades comerciales los socios pueden examinar los libros y
papeles sociales y recabar del administrador los informes que estimen pertinentes,
salvo en el caso de las sociedades de responsabilidad limitada y en las sociedades
por acciones que adolezcan de sindicatura (art. 55 LS). En las cooperativas, si bien
los asociados tienen libre acceso a las constancias del registro de asociados, la
información referida a los demás libros debe ser solicitada al síndico, órgano que en
esta especie asociativa resulta obligatorio (arts. 21 y 71 ley 20.337).
III.) en las cooperativas las cualidades personales del asociado revisten
capital importancia (arts. 8 inc. 6° y 17° ley 20.337), más aún si se tiene en cuenta
que los órganos sociales sólo pueden integrarse con aquellos (arts. 63 y 76).
IV) otra diferencia radical surge de cotejar el régimen de retiro del socio
propio de la LS con lo que establece la ley de cooperativas. En estas últimas los
asociados pueden retirarse voluntariamente en la época establecida en el estatuto, o
en su defecto, al finalizar el ejercicio social, debiendo para ello dar aviso con treinta
días de anticipación (art. 22 ley 20.337).
V) Según dijéramos, el socio de la sociedad comercial cuenta entre sus
derechos de contenido económico uno principalísimo, el de participar de los
beneficios (art. 1 LS). En cambio, el socio cooperativo sólo tiene vocación a una
porción de los excedentes repartibles, que provienen de la diferencia entre el costo y
el precio del servicio prestado a los asociados, menos –o netos de- los siguientes
rubros: A) un cinco por ciento que se destina a reserva legal; B) otro cinco por ciento
que se destina al fondo de acción asistencial y laboral o para estímulo del personal;
C) otro cinco por ciento que va al fondo de educación y capacitación cooperativas;

236
Cfr. Corbella C., “El acto cooperativo” en Régimen Jurídico de las Cooperativas, del
Colegio de Abogados de La Plata, 1990, p. 66; Cracogna D., “La cooperativa …cit. p. 29.

91
D) y una suma que se destina al pago de un interés a las cuotas sociales si lo autoriza
el estatuto, y que no puede exceder en más de un punto al que cobra el Banco de la
Nación Argentina para sus operaciones de descuento. Sólo una vez descontados
tales rubros se obtiene el excedente repartible neto que se distribuye entre los
asociados en concepto de retorno, según: A’) en las cooperativas o secciones de
consumo de bienes o servicios, en proporción al consumo hecho por cada asociado;
B’) en las cooperativas de producción o trabajo, en proporción al trabajo
efectivamente prestado por cada uno; C’) en las cooperativas o secciones de
adquisición de elementos de trabajo, de transformación y de comercialización de
productos en estado natural o elaborados, en proporción al monto de las operaciones
realizadas por cada asociado; D’) en las cooperativas o secciones de crédito, en
proporción al capital aportado o a los servicios utilizados, según establezca el
estatuto; E’) en las demás cooperativas o secciones, en proporción a las operaciones
realizadas o a los servicios utilizados por cada asociado.
VI) la estructura del capital cooperativo es radicalmente distinta a la del
capital social. Tales diferencias, apuntadas por Cracogna, pueden resumirse en237: A)
la titularidad del capital, cualquiera sea su proporción, no confiere mayores derechos
en la voluntad de la formación social, por cuanto prima la regla de “un hombre, un
voto”, base del espíritu cooperativo238; B) el capital social no guarda proporción con
la distribución de los excedentes, la que se hace a prorrata de los servicios sociales;
C) es variable e ilimitado, en razón del libre ingreso y egresos de asociados; D) las
cuotas sociales sólo son transferibles entre asociados con acuerdo previo del consejo
de administración. Sin embargo, -se aclara- la nota sustancial que define la calidad
propia del capital cooperativo consiste en que se trata de una aportación mensurable
en dinero que los asociados efectúan para hacer viable la prestación de los servicios
de la cooperativa, cuyos beneficiarios son ellos mismos (art. 2, inc. 10 [ley 20.337]).
En efecto, estas entidades, conforme a su caracterización legal, están fundadas en el
esfuerzo propio y la ayuda mutua para organizar y prestar servicios (art. 2). Esta
característica fundamental define al capital cooperativo: no se trata de una inversión
para lucrar, sino de un aporte para posibilitar el goce de un determinado servicio”.
Como consecuencia de ello es que los asociados no tienen, nunca, derecho sobre las
reservas.
VII) mientras que el control formal de las sociedades comerciales se
encuentra en el ámbito nacional a cargo de la Inspección General de Justicia y de los
Juzgados de Registro en el ámbito provincial, corresponde al Instituto Nacional de
Acción Cooperativa el rol de autoridad de aplicación de su régimen legal. El

237
Este párrafo resume la sistematización efectuada por Cracogna D. “Singular fallo acerca
del capital de las cooperativas”, RDCO año 18, 1985, ps. 230 a 233.
238
“Las cooperativas son organizaciones democráticas”. CRACOGNA D, “La
cooperativa…cit., p. 21.

92
Instituto tiene por fin principal concurrir a la promoción y desarrollo de las
cooperativas, y funciona como organismo descentralizado del Ministerio de
Bienestar Social, con ámbito de actuación nacional, de conformidad con los
términos de la ley 20.337. Este ejerce, entre otras funciones, las de autorizar el
funcionamiento de cooperativas llevando el registro correspondiente; ejercer con el
mismo alcance la fiscalización pública, por sí o a través de convenios con órganos
locales competentes; asistir y asesorar técnicamente a los entes y a las instituciones
públicas y privadas en general, en los aspectos económico, social, jurídico,
educativo, organizativo, financiero y contable, vinculados con la materia de su
competencia; apoyar económica y financieramente a las cooperativas y a las
instituciones culturales que realicen actividades afines, por vía de préstamos de
fomento o subsidios, y ejercer el control pertinente en relación con los apoyos
acordados; gestionar ante los organismos públicos de cualquier jurisdicción y ante
las organizaciones representativas del movimiento cooperativo y centros de estudio,
investigación y difusión, la adopción de medidas y la formulación de planes y
programas que sirvan a los fines de la ley, para lo cual puede celebrar acuerdos;
promover el perfeccionamiento de la legislación sobre cooperativas; realizar
estudios e investigaciones de carácter jurídico, económico, social, organizativo y
contable sobre la materia de su competencia, organizar cursos, conferencias y
publicaciones y colaborar con otros organismos públicos y privados; dictar
reglamentos sobre la materia de su competencia y proponer al Poder Ejecutivo, a
través del Ministerio de Bienestar Social, la sanción de las normas que por su
naturaleza excedan sus facultades; establecer un servicio estadístico y de
información para y sobre el movimiento cooperativo.
VIII) Al tiempo de la disolución de la cooperativa -o del retiro del socio, o de
su exclusión-, la ley 20.337 prevé que sólo tendrán derecho a que se les reembolse el
valor nominal de las cuotas sociales que integraran, deducidas las pérdidas que
proporcionalmente les correspondiera soportar (art. 36). La disposición es
concordante con la del art. 95, en cuanto define el sobrante patrimonial como el
remanente total de los bienes sociales una vez pagadas las deudas y devuelto el valor
nominal de las cuotas sociales. Ello parecería vedar el reembolso de la cuota
revaluada, solución que respeta el espíritu de la ley y se conecta con los caracteres
esenciales del sistema por cuanto aceptar el reajuste implica asumir el riesgo de
eliminación de las reservas acumuladas por sucesivas generaciones de asociados239.

239
Cfr. Kemelmajer de Carlucci A, “Nuevas tendencias en torno al capital de las
cooperativas”, en Estudios de Derecho Comercial –separata -, , San Isidro, 1994 y su voto –en
disidencia- en CS. Sala I Mendoza. RDCO año 18, 1985, p. 227; Cracogna D., “Singular fallo…cit. ,
RDCO año 18, 1985, p. 233 para quien durante el tiempo que dura la relación del asociado con la
cooperativa este ha disfrutado de los servicios que ella brinda, por lo que por su capital ya ha
obtenido beneficio. “Más aún, se ha de tener presente que al incorporarse un asociado comienza
desde ese mismo momento a gozar de los beneficios derivados de la acumulación de las reservas

93
Empero, ello no importa negar la posibilidad de restituir las cuotas a valor de cambio
cuando no exista tal peligro, o cuando los activos hubieran sido revaluados de
acuerdo al procedimiento previsto en el art. 45 de la ley 20.337. Siendo que la ley
fija un destino desinteresado para el sobrante patrimonial en casos de liquidación,
este habrá de destinarse al Instituto Nacional de Acción Cooperativa o al fisco
provincial, según el domicilio de la cooperativa, con destino a promoción del
cooperativismo (arts. 2 inc. 12, 95 y 101). Producto de tal desinterés lucrativo es que
las cooperativas, a diferencia de las sociedades comerciales, gozan de un régimen
impositivo de excepción.

JURISPRUDENCIA
Sociedad Comercial y Cooperativa. Acto cooperativo: Resulta improcedente tener por
acreditada una figura de asociación cooperativa entre el actor y la demandada si esta no
demostró que las tareas desarrolladas por el actor lo hayan sido en su carácter de socio, es
decir, dirigidas hacia el cumplimiento del objeto social y que constituyeran “actos
cooperativos” y no una prestación efectuada bajo la dirección cooperativa y mediante una
remuneración en los términos del art. 4º de la ley de contrato de trabajo (t.o. 1976) , para lo
cual no es suficiente con demostrar su inscripción en tal carácter, sino que éste no fuera ajeno
a la dirección y riesgo de la empresa. (Cám. Trab., V, , DJ 2006, 264; IMP 2006-1, 242).
La noción esencial de acto cooperativo no sólo se refiere a los celebrados entre la
cooperativa y sus asociados, siendo aplicable a las diversas actividades que ellas realizan, que
incluyen aquellos actos en cumplimiento del objeto social y sus fines institucionales que
realizan con terceros no asociados -en el caso, una cooperativa intenta el salvataje de una
sociedad comercial-. (Juzg. Nº 3 Conc. y Reg. Mendoza, JA 2001-III-síntesis.)
Sociedad comercial y cooperativa. Naturaleza: Las sociedades cooperativas son
sociedades por acciones, como las anónimas, pues ambas prevén órganos de administración y
de gobierno de similar composición y tratamiento jurídico; a la vez que, tanto la ley de
cooperativas, en su art. 62, como la ley 19550, a través del art. 251, imponen un plazo para
impugnar las decisiones asamblearias cuyo término es prácticamente igual en ambos
ordenamientos (90 días en el art. 62, ley 20337 y tres meses en el art. 251, ley 19550). (Cám.
Com., C, ED, 148-272.)
La mera referencia a una situación de urgencia para justificar que las cooperativas no
puedan prestar el servicio de seguridad privada, según art. 7°, punto 2.a) del decreto de
necesidad y urgencia 1002/99 -que ordena a las personas jurídicas constituirse como
sociedades comerciales-, configura una afirmación dogmática que determina la invalidez
constitucional de dicha norma, sin perjuicio de las facultades del legislador para regular la
citada actividad, en ejercicio del poder de policía, no pudiendo advertirse el modo en que la
prescindencia de tal recaudo afectaría la seguridad de la comunidad. (CS, DJ 2003-3, 253 ;
LL 2003-F, 38.)
Las sociedades cooperativas son siempre y sin distingo algunos sujetos de derecho
comercial, (Juzg. Nº 3 Conc. y Reg. Mendoza, LL 1999-B, 364.)
La regulación general de las sociedades comerciales es también aplicables a las
cooperativas, en tanto sea compatible con su naturaleza (arg. Art. 118, ley 20.0337). Cám.
Com., D,., LL 1996-E, 53 – DJ 1996-2, 499 – IMP 1997-A, 377.)
Sociedad comercial y cooperativas. Competencia: Las sociedades cooperativas son, en
principio, de carácter mercantil y los actos que realizan caen dentro de la competencia

realizadas por los anteriores asociados (que pueden ser varias generaciones debido a la duración
ilimitada de estas asociaciones), sin que ello le signifique costo alguno; id. “La devolución del capital
en las cooperativas”, ED 137-285; id. “La cooperativa…cit. p. 33; CS Sala I Mendoza., JA 1993-IV-
236; Cam. C.C., Azul, ED 137-285.

94
comercial. Lo señalado, por cuanto la cooperativa participa del concepto amplio de sociedad
que consagra la ley 19550, art. 1, aun cuando en aquélla el beneficio económico que
caracteriza a toda sociedad comercial tiene otra forma de traducirse o realizarse para los
socios, porque en ello se obtienen ventajas económicas y no utilidad en dinero (conf.
"Secretaría de Acción Coop. de Prev. de Serv. Transporte, Const. y Créd. Ltda. s/medida
precautorio", sala E, 17/11/89, "Flejas, F. c/ Banco Alas Coop. Ltdo. s/nulidad de asamblea",
sala D, 17/4/90). En la especie, el objeto de la pretensión tiende a la devolución del dinero
aportado mensualmente, en virtud de la renuncia a su calidad de socia, materia referida a una
relación societaria de naturaleza indudablemente mercantil, que torna competente a la justicia
comercial para entender en la presente causa (conf. "Gómez, C. L.c/ Convivencia Cooperativa
de Vivienda Ltda. s/sumario"). En consecuencia, esta fiscalía opina que corresponde confirmar
la decisión. (Cám. Com. B, JA 1998-II-91.)
Si se trata del debate de una relación jurídica entre el socio y la cooperativa en que el
socio no actúa como tal sino como parte eventualmente deudora o incumplidora de una
relación convencional, la competencia material corresponde al juez civil y no al juez
comercial. (Cám. 5a C.C. Córdoba, LLC 2006, 65.
Es competente la justicia en lo comercial para entender en la acción de amparo instada
por los actores con el fin de obtener la inmediata reincorporación en la cooperativa
demandada, con fundamento en su calidad de asociados de esta, pues las sociedades
cooperativas son en principio de carácter mercantil y los actos que realizan caen bajo la
competencia de este fuero (del dictamen del fiscal que la Cámara, por mayoría, hace suyo).
(Cám.Com. E, ED ED 203, 562; DJ 2003-3, 857.)
Sociedad comercial y cooperativa. Responsabilidad de los administradores: Conforme
lo dispuesto por los arts. 72 y 74 de la ley 20337 y por el art. 275 de la ley 19550 -aplicable a
las cooperativas por imperio del art. 118 de la ley citada en primer término- la responsabilidad
de los directores y gerentes puede ser resuelta por la asamblea mediante transacción sólo si se
trata de actos no violatorios de la ley, el estatuto o el reglamento; puesto que los actos
violatorios no pueden ser aprobados retroactivamente por la misma asamblea. En
consecuencia, en el sub iudice, no puede interpretarse que el convenio suscripto por el Consejo
de Administración de una cooperativa, que puso fin a la relación laborativa de ésta con un
gerente, implicó una renuncia de parte de la sociedad de solicitar de éste una rendición de
cuentas sobre operaciones que, según las probanzas alegadas, constituyeron verdaderos actos
ilícitos. (SC, Bs. As. ED, 167-273)
Sociedad comercial y cooperativa. Capacidad: Excepto la prohibición de
transformarse en sociedades comerciales o asociaciones civiles, la capacidad de derecho de las
cooperativas es amplia. Así, pueden asociarse con personas de otro carácter jurídico con la
sola condición de que no desvirtúe su propósito de servicio y que ello sea conveniente para su
objeto social. (Juzg. Nº 3 Conc. y Reg. Mendoza, LL 1999-B, 364.)

9.- Sociedad comercial y mutual.

a) Generalidades
El mutualismo resulta ser la forma colectiva de previsión más antigua ya que
sus atecedentes se remontan a las hetarias griegas, que proporcionaban asistencia a
sus integrantes en caso de muerte, enfermedad o indigencia. Se basa en el auxilio
recíproco que un grupo de personas conviene prestarse, con vista a una eventualidad
futura240. “La ayuda mutua se concreta en contribuciones que realizan los integrantes
del grupo con destino a la formación de un fondo que constituye su base económica.
De tal manera, la responsabilidad se dispersa en el grupo, permitiendo –en relación

240
Cfr. Cordini, M. A. Derecho de la Seguridad Social, Bs As, 1966, p. 159.

95
con los métodos individuales cual el ahorro-, una mayor rapidez en la adquisición de
los recursos materiales y la más fácil absorción por parte de sus integrantes, de las
incidencias económicas que demanda la realización del propósito buscado” 241.
Toda esta actividad es desplegada por una mutual, especie del género
asociación, que cuenta con una legislación específica -ley 20.371- que la define
como aquella constituida libremente sin fines de lucro por personas inspiradas en la
solidaridad, con el objeto de brindarse ayuda recíproca frente a riesgos eventuales o
de concurrir a su bienestar material y espiritual, mediante una contribución periódica
(art. 2). Si bien tal contribución periódica resulta ser la principal fuente de
financiamiento de la mutual, esta también integra su patrimonio con los bienes que
adquiera y sus frutos, con las contribuciones, legados y subsidios que reciba y con
todo otro recurso lícito al que recurra. Entre otras prestaciones mutuales, pueden
enumerarse aquellas tendientes a satisfacer necesidades de sus asociados en
cuestiones médicas, farmacéuticas, el otorgamiento de subsidios y préstamos, la
toma de seguros, la construcción y compraventa de viviendas, las actividades der
promoción cultural, educativa, deportiva y turística, la prestación de servicio
fúnebres y toda otra tendiente al logro de bienestar material y espiritual.

b) Diferencias de la mutual con la sociedad comercial


Las diferencias entre estas instituciones son muchas y radicales, entre las
que cuentan: I) la falta de interés lucrativo propia del ente incluso se traslada, si bien
indirectamente, a sus socios, quienes destinan parte de su contribución periódica no
sólo a la mutual que integran, sino también al Instituto Nacional de Acción Mutual,
entidad encargada del contralor del funcionamiento general de las mutuales. Como
contrapartida de tal ausencia de afán especulativo es que el Estado beneficia a las
mutuales con diversas excepciones impositivas y administrativas (arts. 9 y 29 ley
20.371). II) en cuanto a su inscripción, a diferencia de las sociedades comerciales, en
que esta sólo hace a su regularidad, las mutuales sólo serán reputadas sujeto de
derecho un vez que la hubieran obtenido ante el Registro Nacional de Mutualidades,
lo que le da carácter constitutivo (art. 3 ley 20.377). III) producto de la concordia y
armonía que debe primar entre los asociados de una institución de corte altruista es
que, a diferencia de los que sucede con las sociedades comerciales, la elección de
sus autoridades –o integrantes de sus órganos en términos de la LS- se efectúa por
voto secreto (art. 23 ley 20.377), supuesto impensado para aquellas.

JURISPRUDENCIA
Mutual. Comercialidad por la actividad: Según lo dispone el art. 8º del Cód. de
Comercio, la ley declara actos de comercio en general a “6º Los seguros…”, sin hacer
distintos de ninguna naturaleza, en tales condiciones, cabe concluir que la actividad de

241
Cfr. Cfr. Cordini, M. A, ob. y lugs. citados en nota anterior

96
apelante –sociedad mutual de seguros- es comercial y consecuentemente sus ingresos brutos
caen dentro de la órbita de impuesto a los ingresos brutos establecidos en la ley 8712 por
imperio de lo dispuesto en el art. 2º, apartado “a” de dicha ley. (Tribl Fiscal Apel. Bs As,
marzo 07-1979, “San Cristóbal Mutual de Seguros Generales,”).
Si la recurrente es una sociedad dedicada a la realización de la actividad de seguro y
tales sociedades son comerciales por realizar actos de comercio, según los disponen los arts. 1º
y 8º, inc. 6º del Cód. de Comercio, aunque revistan la forma de sociedades mutuales, no se
encuentra alcanzada por la exención prevista en el inc. K), del art. 17 de la ley 8712 que sólo
se refiere a las sociedades y asociaciones civiles. (CS, LL 2003-E, 897 – DJ 2003-3, 169 - JA
2004-II, 741.)
Sociedad Comercial y mutuales. Finalidad: La finalidad de las asociaciones mutuales
es la del bien común y el de sus integrantes, por lo que la posibilidad de concursar para
obtener la titularidad de una licencia de radiodifusión constituye la mejor garantía del interés
general. CS, Fallos 326:3142, ; JA 2004-II-747.)
Sociedad Comercial y mutuales. Naturaleza: Estas notas se encuentran presente en las
mutuales que no pasan de ser una especie dentro de las asociaciones en general reguladas por
el Código Civil entre los arts. 35 y 50: "Las mutuales constituyen una especie del género de
las asociaciones civiles, que cuentan con una legislación especial a diferencia del resto que se
encuentra regido por las escasas disposiciones contenidas en el Código Civil (arts. 35 a 50)"
(Cracogna, Dante, "La nueva Ley de Mutuales", ED 194-867). Esto no significa que no se
pueda recurrir vía analogía a otras leyes como el Código de Comercio o la Ley de Sociedades
Comerciales; pero este recurso debe emplearse con sumo cuidado por tratarse de entidades
naturalmente diferentes y no perdiendo de vista que detrás de la ley 20321 Ver Texto y modif.,
los reglamentos dictados por la autoridad de aplicación, se encuentra el estatuto social. La
preponderancia de la normativa civil y si interpretación en esta materia surge clara de la
misma ley cuando la atribuye competencia en los planteos institucionales a los jueces del fuero
civil (arts. 3 y 36). (Cám. C.C. 4ª. Rosario, sala 4ª, septiembre 12-2003 “Vidal Daniel E. c.
Mutual Cerealista y otro”)
Sociedad Comercial y mutuales. Relación entre socios: Las obligaciones contraídas por
los socios respecto de la entidad mutual, independientemente de su calidad de miembros de
ella -en el caso, efectuaron depósitos a la entidad-, se rigen por disposiciones del derecho
común y no por las estatutarias, pues por la independencia de personalidad existente entre la
entidad y sus miembros, no hay impedimento para una relación jurídica entre ellos. (Cám.
C.C. y Gtias. Penal, Pergamino, LLBA 2002, 1143)
Sociedad Comercial y mutuales. Honorarios del liquidador: Si bien el interventor
liquidador de la asociación fue designado el Instituto Nacional de Acción Mutual y recibía de
éste una retribución específica, le fueron sumadas por el juzgado específicamente las tareas de
síndico concursal y de consiguiente administración ante la continuación de los servicios de la
sociedad y es por ello que tiene derecho a la regulación de honorarios a cargo del concurso.
(Cám. C.C. de Azul, LLBA 1997, 1259.)
Sociedad Comercial y mutuales. Asamblea: La facultad que le asiste a la asamblea de
una asociación mutual de modificar el estatuto y de alterar, ampliar, reducir e inclusive
suprimir prestaciones a sus afiliados no puede aparejar el incumplimiento de los compromisos
regularmente constituidos, ni el desbaratamiento del derecho de sus asociados. (Cám. Civ., H,
DJ 2006, 422.)

10.- Sociedad comercial y consorcio de propiedad horizontal


En el régimen de propiedad horizontal conviven el derecho de propiedad
pleno de varios sujetos sobre un piso, departamento, local o Unidad Funcional, junto
con un derecho de copropiedad de aquellos sobre las partes comunes del edificio. A
partir de esta realidad, al clasificar las personas jurídicas según el criterio observado
por el Código Civil, dijimos que la doctrina civilista incluía dentro del grupo de las
equívocamente –para el derecho societario- denominadas personas jurídicas de

97
carácter ideal propiamente dicho al consorcio de propiedad horizontal. Con la
sanción de la ley 13.512 se lo erige en un ente de derecho capaz de ser
representado242, apto para ser titular de derechos y que cuenta con la posibilidad de
gobernarse a través de las decisiones que mayoritariamente adopten los propietarios
de las unidades funcionales de un mismo edificio afectado a tal régimen.
Pero el acto deliberativo y resolutivo, que emana de dicha asamblea de
propietarios, exterioriza la voluntad del sujeto jurídico colectivo que resulta del
agrupamiento de aquellos limitándose posibilitar la realización de su objeto dentro
de los márgenes y condiciones fijados por la ley243, por lo que no resulta suficiente
para inferir que nos encontremos frente a un ente dotado de personalidad propia.
Tampoco goza de personalidad el reglamento de copropiedad, conjunto de normas
que rigen la vida interna del consorcio no asimilable al contrato plurilateral de
organización que da origen a la sociedad comercial regular. Es cierto que en el fondo
de la propiedad horizontal existe el germen de una idea asociativa, pero explicarla
como una sociedad es necesario forzar los conceptos, ya que aquella supone un
dominio separado y ejercido sobre cada una de las unidades, pisos o departamentos,
impone a los propietarios una vinculación excesivamente estrecha que no esta en su
ánimo ni en la esencia de la institución, no explica las diferencias entre los supuestos
socios sobre las partes comunes y propias, y mantiene marcadas diferencias respecto
de la constitución, duración y extinción de las sociedades244
Sin perjuicio de las apuntadas diferencias con las sociedades comerciales, la
jurisprudencia y doctrina ha atribuido derechamente personalidad jurídica a los
consorcios, atendiendo las particularidades del instituto, que lo consagran como un
ente distinto a cada uno de los integrantes del sistema245. Y si bien puede exigir de
los copropietarios, en proporción al valor de sus pisos o departamentos –salvo
previsión reglamentaria- el pago de las expensas de administración y reparación de

242
Con las particularidades señaladas al categorizar a los sujetos previstos en el Código
Civil, desde el otorgamiento del acto de constitución por parte de los propietarios y por escritura
pública, sin requerir acto administrativo del otorgamiento de calidad de sujeto de derecho, adquiere
una personalidad diferenciada de la de sus miembros que le permite ser sujeto pasivo y activo en sus
relaciones con terceros. Cfr. Abelenda C., Derecho Civil, cit. t. II, p. 63. E Dr. Llambías, con
cuidada terminología que aquí seguimos, se refiere a estos como entes del derecho – en su Tratado de
Derecho Civil –parte general-, 15° ed. cit. , t. II, n° 1117, p. 52-.
243
Cfr. Bendersky M., Nulidad de Asambleas en el Régimen de Propiedad Horizontal, Bs
As, 1959, ps. 16 y 17, si bien el autor citado se inclina por reconocer personalidad atenuada al ente.
244
Cfr. Borda G.A., Tratado…cit. Derechos Reales, 2° ed., Bs As, 1978, t. I, n° 680 e), p.
563.
245
Cám.Civ. H, LL 2002-B, p. 360, en concordancia y con apoyo en Cám. Civ. A JA
1956-IV, p. 361; Cám. Civ. B, ED 27-440, Cám. Civ. D, JA 24-1974, 90; Cám. Civ. F, LL 135-
1197; Bendersky M., “Las asambleas de propietarios en el régimen de propiedad horizontal”, LL 92-
868, Laje E., “La personalidad del consorcio de propietarios creado por ley 13.512”, LL 99-430;
Alterini J., “Responsabilidad de los consorcistas por deudas del consorcio”, ED 56-729; Mariani de
Vidal, M. “Los derechos del consorcio de copropietarios ¿sobre que bienes pueden hacerse efectivos?
ED 45-865.

98
partes comunes del edificio (art. 8 ley 13.512, obligación propter rem), tal relación
en modo alguno muta su naturaleza o lo análoga con las personas jurídicas reguladas
en la LS, más allá de ciertas analogías que con estas u otras formas asociativas
pudieran trazarse.

11.- Sociedad comercial y sociedad conyugal

La sociedad conyugal principia desde la celebración del matrimonio (art.


1261 Código Civil) y se extiende hasta la separación judicial de bienes, la
declaración de nulidad del matrimonio o la muerte de alguno de los esposos (art.
1291 Código Civil). Si bien está específicamente reglada en el Título II del Libro II,
sección III del Código Civil, se rige supletoriamente por las reglas del contrato de
sociedad (art. 1262). Habiendo el codificador considerado a la sociedad conyugal
como una sociedad sui generis246, no es de extrañar que en oportunidades se le haya
atribuido personalidad, máxime a partir de que esta cuenta con un capital propio
diferenciado del de los cónyuges, lo que la hace un ente titular de derechos y
obligaciones orientado a la finalidad común de aquellos.
La doctrina civilista ha ido variando en su consideración: a) Llambías
atribuye al matrimonio el carácter de institución en los términos expuestos por
Hauriou, atribuyéndole carácter de persona de derecho. Durante su vigencia todas
las adquisiciones que efectúen los cónyuges, salvo excepción legal, “no pasan al
patrimonio particular de uno u otro, sino que engrosan el capital social, el cual se
parte igualitariamente entre cónyuges, con independencia de cual de ellos hubiera
efectuado las adquisiciones, o del capital inicial, o sucesivo, que por obra de uno u
otro consorte hubiera beneficiado a la entidad” 247; b) en cambio Borda sostiene que
se trata de un condominio organizado sobre base distintas a las propias del derecho
real del mismo nombre, una copropiedad peculiar de carácter asociativo e
indivisible, afectada primordialmente al mantenimiento del hogar, cuya
administración ha sido conferida por ley a uno, otro o ambos cónyuges según el
origen de los bienes248. Pero los supuestos condóminos carecen para el caso de las
facultades que la ley de uso les confiere, como la de enajenar la parte indivisa,
gravarla o partirla (arts. 2677, 2678 y 2693 Código Civil). c) A partir de la sanción
de la ley 17.711 que modificó el Código Civil, también se ha sostenido que la
noción de persona jurídica abarca toda suerte de entes que ostenten aptitud para

246
Cfr. Fassi, S. y Bossert G., Sociedad Conyugal, Bs As, 1977, t. I, n° 81, p. 82 y n° 83 p.
85.
247
Cfr. Llambías, J. J. Tratado…cit. –parte general-, 15° ed. cit. II, , n° 1115, págs. 50 y 51,
quien sostenía que “si se reconoce personalidad a las sociedades civiles o comerciales que importan
vinculaciones esporádicas e intrascendentes, ‘a fortiori’ corresponde acordarla a la sociedad conyugal
que es el centro vital de los sentimientos humanos más poderosos y perdurables”.
248
Cfr. Borda, G.A. , Tratado…cit. -Familia- 6° ed., t. I,, n° 298, p. 249.

99
adquirir derechos y contraer obligaciones, poseyendo un patrimonio propio, aunque
ello se revele en el marco de las relaciones de dos personas individuales249. El
termino sociedad es utilizado entonces como equivalente a régimen comunitario,
siendo una comunidad con notas propias reducida a las ganancias.
Sin perjuicio de que la idea de una persona moral interpuesta entre los cónyuges e
independiente de ellos hiere el sentimiento popular y moral sobre el matrimonio y
conduce a consecuencias absurdas250, la personalidad jurídica que pueda otorgarse a
la sociedad conyugal es más aparente que real251, por cuanto esta no reproduce
ninguno de los caracteres propios de los centros de imputación normativa
estructurados a través de órganos.

JURISPRUDENCIA
Sociedad conyugal: Resulta inadmisible la formación de concurso preventivo de una
sociedad conyugal, a la que los comparecientes atribuyeron la calidad de sujeto de derecho, ya
que más alla de las numerosas y divergentes opiniones existentes, tanto en doctrina como en
jurisprudencia, respecto de las naturaleza jurídica de la sociedad conyugal y en particular si se
encuentra o no dotada de personalidad jurídica (V. al respecto Belluscio, "Código Civil
comentado, anotado y concordado", V, p. 21/28 Bs. As., 1992 y sus citas; Borda, "Tratado de
Derecho Civil-Familia", 1, p. 223 Bs. As., 1993 y sus citas realizadas en estas obras), no
parece encuadrar dentro de nuestro sistema legal a tal sociedad en la connotación de "Persona
de existencia ideal", de carácter privado, en los términos de la ley 24.522, artículo 2, con
aptitud para constituirse en sujeto concursal distinto de las personas individuales que la
componen, toda vez que no sería dicho ente sino cada uno de los cónyuges individualmente
quienes aparecen como verdaderos titulares de los bienes, créditos y deudas que integran el (o
los ) patrimonio (s) que pretende (n) someterse a la solución concursal. Por otra parte, de
posibilitarse la concursabilidad de la sociedad conyugal se daría lugar a una indebida
superposición de regímenes patrimoniales de orden público, como lo son el matrimonial y el
concursal, afectando la finalidad -diversa- para la cual el legislador ha concebido cada uno de
esos regímenes. (Cám. Com., C, LL 1998-B, 885)
Concubinato: No media sociedad si la finalidad perseguida por los concubinarios es la
adquisición de bienes y la administración del hogar, pues la compra de un bien de uso para su
utilización común -en el caso, inmueble y automotor, entre otros- no es propia de una sociedad
-como la que se pretende constituida- sino del condominio. (Cám. Civ., I, DJ 2002-1, 471 -
LA LEY 2002-B, 418.)
No es que se niegue la posibilidad de ser constituida una sociedad entre concubinos,
pues que no existe incapacidad para ello pueden estas personas celebrar actos lícitos, excepto
los que se decidieran como "pretio stupri". Es razonable, sin embargo, que invocándose esta
relación de comunidad interesada y lucrativa, se acredite en forma fehaciente que han existido
los elementos constitutivos de una sociedad (aportes de capital o de trabajo, fin de lucro,
participación en las ganancias y en las pérdidas y la tradicional "affectio societatis", según el
contenido de nuestra ley -art. 1648, Cód. Civil-). (Cám. Civ., LL 1981-B, 49 - JA 981-III, 548
- ED 92, 106 - JL 981-15, 190.)
El concubinato, por sí mismo, no implica la existencia de una sociedad; esta
convivencia no genera "per se" derecho, debiendo acreditarse la existencia de una sociedad,

249
Cfr.. Fassi, S. y Bossert G., Sociedad Conyugal, cit. t. I, , n° 95, p. 94.
250
Cfr. Borda, G.A. , Tratado…cit. -Familia- 6° ed., t. I,, n° 298, p. 245.. “Tomemos como
ejemplo un contrato de trabajo celebrado por cualquiera de los cónyuges. Como el salario es un bien
ganancial, habrá que reconocer que quien ha contratado no es el trabajador sino la sociedad-persona
jurídica; que es esta la acreedora del sueldo, la que se jubila o se agremia”.
251
Cfr. Cornejo, R., Régimen de Bienes en el Matrimonio, Buenos Aires, 1961, p. 21.

100
para lo cual es válido todo tipo de prueba, aún cuando se haya puesto reparo respecto de la
testimonial, en razón de que habiendo principio de ejecución y realizados los aportes, los
socios concubinos pueden demostrar la existencia del contrato por cualquier medio probatorio.
Pero no es suficiente con la acreditación de los aportes, que es uno de los ingredientes de la
existencia del contrato de sociedad. La parte actora para sostener su pretensión, debe probar
además que esos aportes estaban destinados a desarrollar una gestión económica, con miras a
obtener una utilidad traducible en dinero, participando ambos en las ganancias y en las
pérdidas que la empresa común pudiere producir. CCiv. y Com. de Bell Ville, agosto 25-1992,
“S., G. E. c. M., M. O.”, LLC 1993, 987.

12. Sociedad comercial y herencia en estado de indivisión


Componen la masa hereditaria el conjunto de bienes que poseía el causante al
tiempo de su fallecimiento y a los cuales la ley les reconoce aptitud para ser
transmitidos a los sucesores (quid relictum in die mortis). Cuando muchas personas
son llamadas simultáneamente a la sucesión de un sujeto (a hacerse de la masa),
cada una tiene los derechos de éste de manera indivisible, tanto en la propiedad
como en la posesión, por lo ningún heredero individualmente considerado tiene el
poder de administrar los interese de la sucesión (arts. 3416 y 3451 Código Civil). La
masa, como tal, es indivisible objetivamente mientras no se produzca la partición y
permanece separada del patrimonio personal de los herederos, por eso el título
hereditario y la gestión de la comunidad pertenece a todos los coherederos, aunque
cada uno de ellos reconozca en su patrimonio un interés o una responsabilidad
limitada al valor de su alícuota252.
Producto de tal indivisibilidad es que parte de la doctrina ha atribuido
personalidad a la herencia en estado de indivisión –el sujeto sucesión-, y cuyos
activos son administrados por sus herederos. Pero por sucesión debe entenderse una
síntesis de relaciones jurídicas de diversa naturaleza que se imputan a la idea de
universalidad en la herencia, y que inhibe la operatividad de las titularidades
transmitidas de carácter singular mientras se mantenga la indivisión. Ello no importa
que la universalidad sea atribuida a un sujeto distinto que los propios sucesores253.
Así, la masa de bienes integrantes del acervo hereditario que perdura pendiente el
estado de indivisión entre los herederos, carece de personalidad, ya que se trata de
un patrimonio con una afectación específica que, hasta la adjudicación a los
sucesores, mantiene un centro de imputación no referida al causante, sino al fin a
que obedece y que se refiere a los intereses patrimoniales que sostienen la
coherencia de todo el complejo de titularidades transmisibles, que trascienden el

252
Cfr. Zannoni E., Maunal de Derecho de las Sucesiones, Bs As, 1980, p. 15.
253
Cfr. Zannoni E., Maunal de Derecho de las Sucesiones, Bs As, 1980, ps. 237 y 238. De
hecho, si toda persona jurídica debe sustentarse en un patrimonio, al establecer el Código la
transmisión de la herencia desde el mismo momento de la muerte, la supuesta entidad carece de
patrimonio propio. Cfr. Borda, G.A., Manual de Sucesiones, Bs As, 1986, p. 195.

101
fallecimiento del titular, o, en el mejor de los casos, sólo de un procedimiento de
administración de bienes para resolver una situación transitoria254.
También se ha apuntado, a fin de señalar los defectos de la teoría que procura
otorgar personalidad a la masa hereditaria, que esta carece de interés u objeto
propio; adolece de un órgano de representación independiente de la voluntad de los
asociados, por el contrario, en el sucesorio basta la oposición de uno sólo de los
herederos para que el administrador ya no pueda obrar en nombre de la masa –sino
sólo de quienes le confieran autorización para hacerlo- (art. 3451 Código Civil). “A
diferencia de lo que ocurre cuando hay discrepancia respecto a la administración, en
los actos de disposición, ni la mayoría tiene fuerza para obligar a los disidentes ni el
juez autoridad para imponer una solución, todo lo cual demuestra que la pretendida
persona de derecho es una construcción en el aire”255. A partir de su inexistencia
como sujeto de derecho, toda analogía que entre la herencia en estado de indivisión
y la sociedad comercial se trace, carece de lógica. Resultan ajenas a aquella tanto las
características propias de estas (art. 1 LS) como el régimen orgánico a partir del cual
los entes se desarrollan.

13.- Sociedad comercial y la masa de bienes en el concurso

Con la declaración de quiebra se inicia un proceso de ejecución colectiva del


patrimonio del fallido al que, de manera obligada, son llamados a participar todos
sus acreedores particulares. Ello no importa que tales acreedores pierdan sus
derechos, sino que es ahora la ley de quiebras la normativa que habrá de reglar el
modo la manera hacer efectivos, a través de la masa. Esta masa, que aparenta ser un
sujeto de derecho, es –al menos desde una perspectiva estática- sólo la suma de los
acreedores individuales respecto de la cual la ley no efectúa personalización jurídica
alguna, sino imputación económica de actos realizados y obligaciones contraídas por
el deudor -o los funcionarios de la quiebra- a la masa de acreedores, que sufrirá sus
consecuencias o se beneficiará de sus resultados al tiempo de producirse la
liquidación final256. Para ello la dirección del proceso queda en manos del juez
interviniente y del síndico, y la masa tiene un patrimonio distinto al del deudor y
actúa con independencia de este y de los acreedores, a través del síndico quien ejerce
su representación.

a) La masa como persona jurídica.

254
Cfr. Zannoni E., Maunal de Derecho de las Sucesiones, Bs As, 1980, p. 239; Llambías J.
J., Tratado…cit. –parte general-, 15° ed., t. II, n° 1115, ps. 52 y 53.
255
Fornieles, S., Tratado de las Sucesiones, 4° ed., Bs As, 1958, t. I, p. 308; Borda, G.A.,
Manual de Sucesiones, Bs As, 1986, p. 195.
256
Cfr. Plíner A. “La personalidad de la sucesión, de la masa de acreedores en la quiebra y
de la masa de debenturistas”, RDCO n°1 año 1, 1968, p. 51.

102
La apuntada caracterización no fue siempre aceptada. De hecho, la ley 4156
de 1902 consideraba a la antigua Junta de Acreedores como una sociedad legal
accidental, cuyo capital se integraba con el activo del deudor y cuyos socios serían
los acreedores quirografarios. En la analogía societaria así trazada, la affectio
societatis surgía del interés común de los acreedores. Razonablemente, la
calificación legal pronto mereció duras críticas, por cuanto toda sociedad –civil o
comercial- requiere como finalidad propia el logro de utilidades para sus
componentes, las que no se dan en la masa, a la que los acreedores ingresan
forzados, no para ganar sino sólo para intentar recuperar sus créditos257. Además, la
noción de sociedad legal importa un contra sentido, por cuanto las civiles y
comerciales siempre requieren de un acuerdo de voluntad común para su
constitución. Otros veían en la masa a una sociedad –generalmente anónima- donde
los asociados resultaban ser los acreedores, quienes, al igual que aquellos, debían
subordinar sus intereses individuales al interés colectivo. Con el aporte de cada uno
de los acreedores –sus créditos- se formaba entonces el fondo social, el que
coincidía con el activo de la masa. Es por tal aporte que la situación de los
acreedores –se creía- quedaba modificada, convirtiéndose el derecho a la ejecución
individual en una suerte de derecho al dividendo. La masa, además, se encontraba
así provista de órganos análogos a los de la sociedad anónima: el síndico sería su
director y representante, cabiendo a la asamblea de acreedores el rol de órgano
deliberativo258. Por su parte, calificada doctrina se inclinaba por reconocerle
personalidad, ya fuera de manera indirecta al diferenciarla del fallido y
acreedores259, o bien adjudicándole derechamente tal carácter (“la sentencia
declarativa de la quiebra es, pues, el acto constitutivo del nuevo ente, cuya
personalidad jurídica está implícitamente reconocida por la ley que regula la
quiebra”260). Otros le otorgaban personalidad ideal, reputándola persona de
existencia ideal dotada de capacidad para adquirir derechos y obligaciones, la que
se diferenciaba de las personas jurídicas en razón de la distinción que en tal sentido
efectúa el art. 30 del Código Civil, al incorporar la teoría de la realidad prevista en el
Esboço de Freytas –antecedente de la norma-. Para esta corriente, cuando se

257
Cfr. Riera, R., “La masa de acreedores y el reconocimiento de su personalidad como
sujeto de derecho”, LL 114, 1054.
258
Tal la posición de Percerou –Des Faillites et Banqueroutes,, Paris 1913- en reseña
efectuada por Krom E., “Masa de acreedores. Naturaleza jurídica”, en Rev. Lecciones y
Ensayos,1956, p. 96.
259
La masa, representada por el síndico, tiene carácter de tercero con relación al fallido, a los
acreedores individuales y a cualquier otro ente de derecho. Cfr. Fernández R., Fundamentos de la
Quiebra, Bs. As., 1937, p. 977.
260
Bonelli, G. Del Fallimento…cit. n° 247, p. 467. Conf. Plíner A. “La personalidad de la
sucesión…cit. ,”, RDCO n°1 año 1, 1968, p. 48.

103
rechazaba o se negaba el concepto de la masa como persona de existencia ideal, ello
ocurría por no hacerse la debida distinción entre ambas clase de personas261.

b)La masa como instituto del derecho concursal carente de personería:


Desde un punto de vista dinámico, la masa se reduce al conjunto de
facultades que los acreedores del fallido, en conjunto –por mayorías-, pueden ejercer
respecto del proceso, y que antes de la sanción de la LCQ cabía a la Junta de
Acreedores. En esa junta, suerte de órgano concursal en que según dijéramos alguna
doctrina resumía la masa, equivocadamente se creía ver a una persona colectiva con
capacidad propia. Esto “se hace de muy difícil concepción. Para ello habría que
desengastar esa supuesta persona del proceso concursal y demostrar que fuera de el
sigue ‘viviendo’ jurídicamente, como sujeto de derecho. Pero si dentro de la
mecánica de la quiebra esa personalidad evidentemente no existe, fuera de ella es
absolutamente imposible en nuestro ordenamiento señalar un solo acto jurídico que
ese ente pueda ejecutar, o cualquier acto de conducta que se le pueda imputar. La
masa de acreedores, corporizada por la junta o la asamblea, es nada más que un
rodaje, una pieza, del sistema normativo de la falencia, en la que se comporta como
un órgano del proceso en actuación armónica con los demás. No es un sujeto de
derecho”262. Nada tiene en común con una sociedad comercial. En aquella no existe
la affectio societatis, ya que los acreedores concurren a la masa de manera
obligatoria. Tampoco cuenta con patrimonio, el que es en realidad del deudor: en el
concurso la masa no es su sucesora, ni a título universal ni a título singular, por la
sencilla razón de que no sucede al deudor en ninguna relación jurídica263. Puede sí
que, en la equívoca clasificación del Código Civil, se trate de una persona de
existencia ideal propiamente dicha (a la que ya nos referimos), por cuanto puede
contraer derechos y obligaciones -persona es todo ente susceptible de contraer
obligaciones264- , lo que no implica que se trate de una persona jurídica265. No
responde a los caracteres esenciales de ninguna de las instituciones jurídicas del
derecho privado, es una institución forzosa y accidental.266.

261
Tal la posición de Satanowsky, M. en el Primer Congreso Nacional de Derecho
Comercial de 1940, resumida por Riera, R. en “La masa de acreedores y el reconocimiento de su
personalidad como sujeto de derecho”, LL 114 , 1054, quien también adhiere a tal postura.
262
Plíner Adolfo “La personalidad de la sucesión…cit.”, RDCO n°1 año 1, 1968, p. 53.
263
Cfr. Dassen, J., “Naturaleza jurídica de la masa de acreedores”, JA 1943-I p. 528, en
comentario al fallo –en igual sentido- de Cám. Civ. 1° Cap. Fed., n° 751 misma publicación.
264
Vélez, al seguir a Freitas en su Esboço, permite asimilar a todo ente susceptible de
adquirir derechos y contraer obligaciones –como la masa- a personas de existencia ideal, las que no
son, no obstante, personas jurídicas en los términos en que lo son las sociedades.
265
Satanowsky , M. Tratado de Derecho Comercial, Bs. As., 1957, t. II, p…..
135 Cfr. Krom, E, M., “Masa de acreedores….cit. .ps. 103 y 104., quien agrega una
afirmación de la que no participamos: “y si bien no es persona jurídica no puede negársele una cierta
personalidad moral, puesta en relieve en el caso del síndico que representa a la masa sin necesidad de
mencionar a cada uno de sus acreedores; en su desenvolvimiento adquiere la figura de un ente

104
susceptible de adquirir derechos y contraer obligaciones, de allí la existencia de acreedores contra la
masa y la posibilidad de deudores de la masa, que por cierto no son del deudor fallido ni de los
acreedores individualmente considerados”

105
Capítulo III
Elementos del contrato de sociedad

SUMARIO:
14.- Elementos del contrato de sociedad. a.) Introducción. I. Requisitos
generales. Caracterízación II. Requisitos esenciales. Características y distinción. I5.-
Elementos generales del contrato de sociedad. a.-) La capacidad. I.- Generalidades. II.-
Incapaces de hecho. A.-Las personas por nacer. B.-Los dementes y sordomudos que no
sepan darse a entender por escrito III..- Menores. A. Incapacidad para ejercer el comercio.
B.- Para constituir sociedades. 1. Menores adultos bajo patria potestad. 2. Menores adultos
y capacidad laboral; 3. Menores y capacidad por título habilitante; 4. Menores
autorizados. 5. Menores emancipados. a. Emancipación por habilitación de edad. b.-
Emancipación por matrimoni. 6. Menores en los supuestos de indivisión de
establecimientos comerciales.IV.- Fallidos. V.- Condenados penalmente.
VI..Corporaciones eclesiásticas y clérigos. VII.- Magistrados.. VIII.-Inhabilitados IX.-
Límites asociativos. A.- Martilleros y corredores. B.-Sociedad entre cónyuges. C..-
Sociedad entre sociedades. 1. Caracterización .2. Sociedades civiles. 3. Limitaciones a la
participación. 4. Nulidad en las participaciones. 5. Sociedades controladas y vinculadas. 6.
El control en el decreto 677/2001. b) El consentimiento. I. Caracterización. II. Vicios del
consentimiento.A.) Error. B) Dolo. C) Violencia. c.) La causa o fin común. d) Objeto. I.
Caracterización. II. Objeto y capacidad. III. Requisitos. A) Posible B) Preciso y
determinado. III. Licitud del objeto y de la actividad. A.-) Objeto ilícito. B.) Objeto lícito
y actividad ilícita. C.) Objeto prohibido. 16. Elementos específicos del contrato de
sociedad a.) Pluralidad de socios. I. Sociedad unipersonal o empresa individual de
responsabilidad limitada. A). Pluralidad y personalidad. II. Derecho Comparado. A.)
Europa. B.) Estados Unidos. C.) China. D.)América Central y América del Sur.
E)Antecedentes nacionales. b.) Organización.c.) Tipicidad. I.- Estipulaciones tipificantes.
II. Ausencia de tipo. d) Fondo común .I. Generalidades. II. Patrimonio y capital. III.
Capital social: Caracterización y principios. A.) De determinación. B.) De unidad. C.)De
integridad e intangibilidad. D.) De adecuación o suficiencia. E.) Relación del objeto con el
capital social. IV.) Capital social: funciones. A.) De productividad. B.) De garantía. C.)
Determinación de la intensidad con que se ejerce el estado de socio. V.) Aportes. A.)
Inscripción preventiva. B) Bienes susceptibles de aportación. C) Aporte de
créditos.D.)Aporte de títulos E.)Valuación del aporte. 1. Valuación en el caso de
sociedades por parte de interés, en comanditas simples y de responsabilidad limitada. 2.
Valuación en el caso de sociedades por acciones .F.) Evicción y vicios redhibitorios. 49 LS
G.) Mora .H.) Prestaciones accesorias. VI.) Régimen de participación en los beneficios.
VII. Régimen de soportación de las pérdida. e) Domicilio. I..) Domicilio social y sede
social. II.) Competencia. III.) Notificaciones. f). Nombre. I.)Caracterización. II.)
Homonima. g-) Plazo. h.)- Affectio societatis.. I.-Caracterización.II. Falta de affectio
societatis como causal de disolución. i) Diferencias entre el contrato social y el estatuto.

14. Elementos del contrato de sociedad


a.) Introducción
La exigencia legal en punto a los elementos del contrato de sociedad es de vieja
data. Las Ordenanzas de Bilbao -1737- exigían que en la escritura constaran los
nombres y domicilios de los socios, “tiempo en que empezó o empezase la sociedad y
el tiempo en que ha de acabar; aportes del caudal, efecto o industria que cada socio
llevare; administración, trabajo y cuidado en que cada uno ha de entender; dinero que
cada uno podrá sacar anualmente para sus gastos personales o familiares; gastos

106
comunes pertenecientes al comercio; forma en que se han de entender las pérdidas en
créditos fallidos, naufragios y otros accidentes semejantes; prorratas de las pérdidas o
ganancias; estimación que al fin de la sociedad se ha de dar a las mercaderías comunes
y reparto que se ha de hacer de los créditos y haberes que existieren entonces así como
de las cantidades que debieren en común, con todas las demás circunstancias, capítulos
y condiciones lícitas, que se quisieren imponer y pactar”267. Con la sanción del Código
de Comercio estos elementos se sistematizan (arts. 291 y 292), hasta que finalmente la
LS opta por definir la sociedad comercial, enumerando aquellos esenciales, y que se
complementan e integran con los propios del contrato de sociedad (arts. 1 y 11 LS). La
doctrina ha sido mayormente conteste en clasificarlos en específicos y generales, según
hagan estos o no a la validez de su creación, si bien sin que exista unanimidad en
cuanto a cuales requisitos o elementos deben reputarse como esenciales y cuales no268.

I. Requisitos generales. Características.


Efectuada la salvedad respecto de los alcances y validez de las diversas
clasificaciones utilizadas para el estudio de los elementos del contrato de sociedad,
la doctrina mayoritariamente coincide, si bien en ocasiones al sólo efecto de un
mejor orden de exposición de los mismos, en considerar dentro de los requisitos
generales a la capacidad de los contratantes, el consentimiento por estos prestado, la
causa-fin perseguida y el objeto del contrato propiamente dicho.
II..- Requisitos esenciales. Características y distinción.

267
Malagarriga C., Tratado… t. I, p. 202.
268
Para Zavala Rodríguez, C.J., Código…cit. t. I, ps. 287 a 294, nos. 546 a 557-. son
elementos generales del contrato de sociedad la capacidad, el consentimiento y el objeto,
considerando dentro de los específicos al fondo común, la distribución de ganancias y pérdidas, la
affectio societatis y el nombre comercial
Halperín, I. y Butty, E. Curso…-cit. 4° ed. ps. 271 a 328, distinguen entre los elementos
específicos del contrato a la affectio societatis, la participación en las ganancias y pérdidas y el aporte
de cada socio para la conformación del capital, en contraposición con los elementos generales, entre
los que consigna al consentimiento, la pluralidad de socios, el fin común y el objeto
Zaldivar, E. y ots. Cuadernos…cit., t. I, ps. 71 y 72, sostiene que los elementos específicos
se corresponden con la pluralidad de personas, los aportes que conforman el patrimonio social, las
bases internas de organización del ente, la participación en ganancias y pérdidas, la afectio societtis y
la tipicidad, mientras que considera generales al consentimiento –junto con el cual se analiza la
capacidad-, el objeto y la forma -
Para Nissen, R. Curso…cit. ps. 67 y 76-. los elementos específicos son la pluralidad de
partes, la organización, la tipicidad, los aportesel fin societario y la participación en los beneficios y
soportación de las pérdidas, mientras que los elementos generales del contrato de sociedad coinciden
con los propios de todo contrato, a saber, consentimiento, capacidad, objeto y causa –
A su turno Richard, E. y Muiño, O., Derecho...cit. p. -entienden que los elementos
especiales o propios del contrato de sociedad se traducen en los aportes, el régimen de participación
en los beneficios y en las pérdidas y la affectio societtis y los generales consentimiento, capacidad,
objeto y causa. Otros autores, restando importancia a la clasificación, se ocupan derechamente de los
elementos sin efectuar distinciones de clases; entre otros, véase Cabanellas de las Cuevas, G,
Derecho Societario..cit. , -parte general- t. II, p. 13; o Colombres, G. ,Curso…cit. p. 131- quien
descarta las categorías utilizadas por confusas.

107
Habitualmente se entiende por requisito esencial –o elemento específico o
condición de fondo269- aquel sin el cual no se da la creación del sujeto, por lo que
frente a su ausencia no habrá sociedad salvo que la ley disponga otra solución. Su
omisión es equivalente a la ausencia de una condición de fondo, por lo que nada
tienen que ver con la forma del contrato270. Los requisitos esenciales son, a su vez,
tipificantes o no tipificantes, clasificación que surge del art. 17 LS en cuanto prevé
que “es nula la constitución de una sociedad de los tipos no autorizados por la ley.
La omisión de cualquier requisito esencial no tipificante hace anulable el contrato,
pero podrá subsanarse hasta su impugnación judicial”.
Los requisitos tipificantes se relacionan al contexto general de la ley y se
corresponden con aquellas disposiciones negativas o positivas que otorgan
características irreemplazables de cada tipo societario, cuya ausencia afecta la
conformación del ente y lo hace inoperable legalmente271. Tales elementos se hallan
dispersos, por cuanto hacen al contexto de la ley –de allí que la nulidad al respecto
dispuesta sea absoluta e insubsanable272-, correspondiendo al intérprete ubicarlos y
precisar su contenido273. Los requisitos no tipificantes son aquellos que, siendo por
regla general comunes y necesarios para todo contrato social274, no son
determinantes de la tipología y su ausencia no se encuentra suplida por alguna
disposición legal275. Tal omisión, no obstante esencial, no torna nulo el contrato de
sociedad sino solo anulable, dando así posibilidad a que las partes –los socios-
corrijan aquella de manera expresa y siguiendo todas las formalidades requeridas
para el caso, hasta tanto su impugnación judicial se produzca. Resulta coherente

269
Las tres nociones son sinónimas en el campo del derecho societario. Cfr. Etcheverry R.
A., “Sociedades comerciales: replanteo doctrinal de los efectos de su acto creativo”, RDCO año 11,
1979, p. 722.
270
Cfr. Etcheverry R. A., “Sociedades comerciales…lug. cit.
271 Cfr. Etcheverry R. A., “Sociedades comerciales…cit. RDCO año 11, 1979, p. 731;
Zavala J., “Apuntes sobre el régimen de nulidad en la ley de sociedades comerciales”, ED 49-927;
Richard E. y Muiño O., Derecho Societario…cit, , p. 93.
272
Cfr. Zavala J, “Apuntes…cit ED 49-927. En contra Etcheverry R. A., “Sociedades
comerciales…cit. RDCO año 11, 1979, p. 731, quien no considera al requisito de la tipicidad como
de orden público y por tanto entiende que la apuntada nulidad es relativa.
273
Cfr. Halperín I, “El régimen de la nulidad de las sociedades (Un ensayo de
sistematización de las normas del proyecto de ley de sociedades)”, RDCO año 3, 1970, p. 564;
Etcheverry R. A., “Sociedades comerciales…cit. RDCO año 11, 1979, p. 731/2, quien señala que
resulta imposible efectuar un listado de requisitos esenciales tipificantes, ya que un mismo elemento
podrá comportarse como tipificante o no, o ser totalmente fundamental o decididamente neutro, tal el
caso de la sociedad anónima sin directorio, o la sociedad de hecho con un directorio integrado por los
socios.
274
Básicamente los del art. 11 LS, o las relativas a la forma de los aportes y su valuación.
275
Cfr. Escuti I. (h), “Sociedad e invalidez: algunos aspectos”, LL 1976-C p.493.

108
entender incluida entro de la apuntada ausencia de requisitos tipificantes también a
la presencia de cláusulas contractuales que repugnen aquellos276.
Es del caso referirse analizar específicamente a la posición del Dr.
Etcheverrry, quien trae al campo del derecho societario una subcategoría de
elementos esenciales no tipificantes (art. 175 LS). Consideramos que ella obedece a
la creación de un régimen enderezado a obtener un alto porcentaje de validación
para las sociedades que las partes desearan formalizar, conservando un acto jurídico
lícito en beneficio de la actividad mercantil. Con motivo de considerar que existen
actos cuya omisión resulta subsanable no obstante ser esenciales, la distinción
doctrinaria clásica entre elementos generales y específicos merece una readecuación.
Por ello se estima que un sistema como el civilista, que priva de efectos total o
parcialmente al acto jurídico a partir de su desencuentro con el acto histórico, no se
adecua a los requerimientos de la estructura societaria, pues creado un sujeto de
derecho –la sociedad-, si las omisiones, errores o desacuerdos con el supuesto
normativo no son de fundamental importancia, prima el mantenimiento del ente
corrigiéndose tales falencias (art. 17 LS). De allí que para Etcheverry, surge de la
ley, una nueva –y propia- clasificación de los requisitos o elementos del contrato de
sociedad (arts. 1 y 11 LS) 277, los que conforman tres grandes grupos278:
A.-) requisitos o elementos no esenciales: como la distribución de ganancias
y pérdidas, por ejemplo arts. 8 y 9 LS;
B.-) requisitos o elementos de fondo o esenciales: estos a su vez se
subdividen en 1) tipificantes y 2) no tipificantes.
Los no tipificantes se agrupan en cinco categorías, según comprendan o
refieran a: I) los sujetos. Respecto de estos debe a su vez repárarse en su
individualización, su capacidad, el consentimiento y la pluralidad; II) el capital
social, debiendo atenderse los aportes y la distribución de pérdidas y ganancias; III)
el objeto. En términos generales, la ausencia de la designación del objeto no afecta
al tipo279; IV) la causa. Al no estar esta prevista en la LS, la doctrina no causalista la
subsume en el objeto; V) el sujeto de derecho, comprende la organización del sujeto
de derecho –administración, gobierno y fiscalización-, el nombre societario,
domicilio social y plazo expreso de duración.

276
Cfr. Halperín I., “El régimen de la nulidad de las sociedades (Un ensayo de sistematización
de las normas del proyecto de ley de sociedades)”, RDCO año 3, 1970, págs. 564 y 565; ZAVALA
Jorge, “Apuntes sobre el régimen de nulidad en la ley de sociedades comrciales”, ED 49-927.
277
La que consideramos adecuada, atento su mayor rigor científico. No obstante, por razones
metodológicas, habremos de apartarnos de ella a lo largo de este Capítulo cuando tratemos de manera
separada cada uno de los elementos del contrato de sociedad.
278
Cfr. Etcheverry R. A., “Sociedades comerciales: replanteo doctrinal de los efectos de su
acto creativo”, RDCO año 11, 1979, págs. 724 a 729.
279
Cfr. Zavala J., “Apuntes sobre el régimen de nulidad en la ley de sociedades comerciales”, ED 49-
927.

109
C.-) requisitos o elementos de forma: instrumental, en la que puede
encontrarse tanto requisitos esenciales como no esenciales, requisitos de publicidad
y de control de registración

15. Elementos generales del contrato de sociedad


a) La capacidad
La capacidad es el más típico de los atributos de la personalidad (hace a su
naturaleza y esencia) y sirve para definir a las personas como tales: no se trata de
una calidad que conviene o se conforma a la noción de persona del derecho, sino que
integra consubstancialmente esa noción280. Cuando se refiere la aptitud para ser
titular de derechos y obligaciones, se denomina capacidad de derecho. Tal aptitud se
vincula directamente con la naturaleza humana, por lo que las incapacidades de
derecho son excepcionales, deben juzgarse con criterio restrictivo, obedecen siempre
a una causa grave y no pueden ser absolutas (v.gr. esclavitud, muerte civil) sino sólo
relativas a ciertos derechos en particular (v.gr. a comerciar los clérigos –art.1160
Código Civil- entre muchas otras). Atenta su naturaleza, este tipo de incapacidad no
puede ser suplida por representación, lo que deberá tenerse particularmente en
cuenta, como habremos de ver, en materia societaria (v.gr. arts. 27 y 30 LS, entre
otros). Cuando la capacidad se refiere a la aptitud de las personas para ejercer
derechos y contraer obligaciones por sí mismas, se denomina capacidad de hecho.
Puede suceder que, debido a especiales circunstancias, una persona pueda verse
impedida o privada del ejercicio de sus derechos, por lo que deberá necesariamente
recurrir a un representante legal281.
Toda persona es en principio capaz de adquirir derechos y contraer
obligaciones. Respecto de las de existencia visible o humanas, el Código Civil
establece como regla general su capacidad plena para celebrar todo acto y adquirir
todo derecho que no le fuera expresamente prohibido (arts. 52 y 53 Código Civil).
En punto a las personas jurídicas, estas también pueden, de manera similar, adquirir
derechos y ejercer a través de sus representantes los actos que no les fueran
prohibidos (arts. 35 y 41 Código Civil), siendo la capacidad la regla y la incapacidad
la excepción. No obstante, la equiparación consagrada por el Código no es absoluta,

280
Cfr. Llambías, J. J, Tratado…cit. –parte general-, 15° ed. t. I, n° 560, p. 392.
281
“Ocurre a veces que la ley priva al titular de un derecho, del poder o facultad de ejercerlo
por sí mismo. Esta privación se funda en la insuficiencia mental de algunas personas para realizar
ciertos actos (menores, dementes, sordomudos), o bien en la carencia de libertad que traba la libre y
eficaz actuación (condenados); o finalmente, en la necesidad de proteger al interesado y su familia del
peligro de una dilapidación irrazonable de sus bienes (pródigo). En todos estos casos, los actos para
los cuales la ley declara incapaz a una persona, sólo pueden ser realizado por intermedio de sus
representantes legales. Esto da lugar a una diferencia fundamental con las incapacidades de derecho,
puesto que en este caso el acto no se puede realizar ni por sí mismo, ni por intermedio de
representante legal o convencional”. Borda, G.A., Tratado…cit. –parte general-, 11° ed., t. I, ps.
392 a 393 y 395. Id. Llambías, J. J, Tratado…cit. –parte general-, 15° ed. t. I, n° 561, p. 393.

110
por cuanto la capacidad de derecho de las personas jurídicas se encuentra limitada
por el principio de especialidad que obliga al ente a actuar dentro del estrecho
campo de su objeto282.

I. Generalidades
Se encuentran en condiciones de constituir sociedades las personas capaces
de contratar (arts. 52, 53, 126 Cód. Civil y 9 Cód. Comercio), siempre y cuando no
se vean alcanzados por alguna restricción para celebrar el acto en cuestión (arts. 54,
55, 1160 Código Civil y art. 9 párr. 2do. Código de Comercio). En el ámbito
societario, si bien existe coincidencia de este principio general al tiempo de suscribir
el particular contrato plurilateral de organización que da origen al ente regular, el
estudio de la capacidad requerida sobrepasa la de los meros suscriptores al momento
de la constitución y debe tenerse especialmente en cuenta cómo la incapacidad
sobreviniente del socio afecta el vínculo y la funcionalidad de la sociedad283.

II.- Incapaces de hecho


El art. 54 del Código Civil dispone la incapacidad absoluta de las personas
por nacer, los menores impúberes, los dementes y los sordomudos que no sepan
darse a entender por escrito. Su fundamento radica en la insuficiencia mental
consubstancial de la persona carente de discernimiento, o, en el caso del demente
durante el intervalo lúcido (art. 921), el mantenimiento de la incapacidad se funda en
la necesidad de asegurar el orden de las relaciones jurídicas284. Sin la intervención
de representantes legales, los actos que estos pudieran realizar serán nulos, y en
ningún caso tendrán carácter comercial ni se los podrá sujetar a la legislación y
jurisdicción mercantil285.
A.-Las personas por nacer. Las personas por nacer son aquellas que, no
habiendo nacido, están concebidas en el seno materno (art. 63 Código Civil)286. Si
bien son incapaces absolutos (art. 54 inc. 1° Código Civil), la ley prevé que aún
antes del nacimiento pueden adquirir algunos derechos, los que serán irrevocables si
nacieran con vida, aunque esta dure unos instantes. Obviamente tal reconocimiento
no bastará para que terceros suscriban por estos contratos de sociedad –se es menor
desde el alumbramiento-, si bien nada impide que sean titulares de acciones o cuotas
partes de sociedades comerciales adquiridas de manera derivada (v.gr. donación,
etc.) entre la concepción y el alumbramiento287, y en tanto nazcan vivas.

282
Cfr. Lavalle Cobo J., Código Civil…cit. t. I, p. 210.
283
Cfr. Stratta , A.J., La capacidad …cit. LL 1982-A, 729.
284
Cfr. Busso E., Código Civil…cit. t. I, p. 411.
285
Cfr. Fernández R.L. y Gómez Leo O.R.,y Aicega, V., Tratado…cit. 2ª,ed.. I-A, p. 657.
286
Reconoce así el Código Civil la identidad entre vida humana y personalidad.
287
Cfr. Spota, A.G.E. Tratado…cit. t. I, Vol. 3, p. 233.

111
B.-Los dementes y sordomudos que no sepan darse a entender por escrito
El Código Civil declara expresamente incapaces por demencia, y por tanto
inhabilita, a las personas que por causa de enfermedades mentales no tengan aptitud
para dirigir su persona o administrar sus bienes (art. 141), o cuando, sin llegar a tales
supuestos, se estime que del ejercicio de su plena capacidad pueda resultar
presumiblemente un daño a su patrimonio (art. 152 bis. ap. 2°). Igual tratamiento se
da a los sordomudos que no supieran darse a entender por escrito (art. 153 Código
Civil). La ley también prevé a posibilidad de inhabilitar a quienes por embriaguez
habitual, uso de estupefacientes o prodigalidad288, estén expuestos a otorgar actos
jurídicos perjudiciales a su patrimonio (art. 152 bis. ap. 1° y 3° Código Civil).
Declarada judicialmente la inhabilitación, los sujetos no podrán disponer de sus
bienes por actos entre vivos sin la conformidad de su curador, sí en cambio realizar
actos de administración289, salvo que también estos se encuentren limitados por
sentencia (arts. 140 y 152 bis. Cód. Civil). Les resulta vedado, en consecuencia,
celebrar por sí contratos de sociedad, los que en todos los casos suponen disposición
por parte de sus suscriptores. Para constituirlas deberán requerir y obtener la
asistencia de su curador, quien complementará la afectada voluntad del incapaz290.
En caso de violación por parte del inhabilitado de la prohibición en su contra
dispuesta, el acto de disposición por este efectuado será nulo de nulidad absoluta,
por tanto no es posible de confirmación por encontrarse comprometido el orden
público (arts. 1042 y 1047 Código Civil)291.

III. Menores
Son incapaces absolutos los menores impúberes, categoría que comprende a
los nacidos hasta la edad de catorce años, desde entonces y hasta los veintiún años
serán menores adultos, y su incapacidad relativa (arts. 54 inc. 2°, 55 inc. 1° y 127
Código Civil). Afecta a los menores impúberes falta de discernimiento (art. 921),

288
Se entiende por prodigalidad la conducta que observa el pródigo y por pródigo, a la
persona que disipe sus bienes en forma irracional, en detrimento de su patrimonio –cfr.
“Prodigalidad” de Lagomarsino Carlos, en Enciclopedia Jurídica Omeba, Bs. As, 1986 t. XXIII, p.
419-. Respecto de los pródigos, el Código Civil –art. 152 bis. inc. 3- tiene especialmente en cuenta la
exposición que sufre la familia de aquel a la pérdida del patrimonio, por lo que la inhabilitación sólo
procede si el sujeto tuviera cónyuge, ascendintes o descendientes y hubiera dilapidado una parte
importante de sus bienes.
289
La adquisición de acciones, aun cuando no compromete la responsabilidad del sujeto, no
resulta ser un acto de administración ordinaria eximido de autorización. Cfr. Cabanellas de las
cuevas, Derecho Societario cit. Parte General. T.II, 137.
290
Contra esta postura parece pronunciarse Fontanarrosa. R.O. Derecho Comercial
Argentino…cit. , p. 276 al manifestar que curador sólo le asiste la facultad de continuar o cesar
establecimientos de comercio que los incapaces hubieran recibido por herencia, donación o legado
(arts. 443 inc. 12° y 475 Cód. de Com.), nunca para iniciar nuevos, siquiera mediando venia judicial.
291
Cfr. Lagomarsino C., “Los pródigos en la reforma del Código Civil”, ED 23-903.

112
por lo que todo acto lícito llevado adelante por estos es nulo de nulidad absoluta no
susceptible de confirmación (art. 1041).
A. Incapacidad para ejercer el comercio. Siendo loe menores impúberes
incapaces absolutos, no podrán estos llevar adelante actos de comercio, lo que,
además, les impide ser reputados comerciantes, aún cuando sus representantes
comercien por ellos. El resto de los menores –los menores adultos-, sólo alcanzarán
capacidad plena para contratar al llegar a los veintiún años de edad (art. 126
Código Civil). Antes de ello no pueden ejercer el comercio, salvo que hubieran
cumplido los 18 años y acreditaran estar emancipados o autorizados legalmente
(art. 10 Código de Comercio)292.
B.- Para constituir sociedades
1.Menores adultos bajo patria potestad: En el caso del menor adulto bajo
régimen de patria potestad, cabe a sus padres realizar contratos en su nombre,
siempre dentro de los límites legalmente fijados para su administración (art. 274
Código Civil). Tales limitaciones, atento el silencio que sobre la materia guarda la
LS, surgen del art. 297 del Código Civil, que nada dice respecto del contrato de
sociedad, de lo que podría inferirse la posibilidad paterna de suscribirlo en nombre
del menor293. Cabe, no obstante, interpretar el contenido de la norma efectuando una
doble distinción: si se tratara de sociedades que importen la responsabilidad
subsidiaria, solidaria e ilimitada del menor, este, en tanto incapaz, requerirá en todos
los casos autorización judicial en tal sentido (arts. 443 inc. 12 y 475 Código Civil),
mientras que para el caso de la fundación de sociedades de responsabilidad limitada
o la adquisición de acciones de sociedades anónimas, los padres se encuentran
habilitados para representarlos294.
2.Menores adultos y capacidad laboral: desde los 18 años los menores
pueden celebrar contrato de trabajo en actividad honesta sin consentimiento ni
autorización de su representante (art. 128 Código Civil). Ello le permitiría ingresar
como socio industrial a una de capital e industria donde comprometiera su actividad
laboral, o en algún otro tipo societario cuyo aporte consistiera en obligaciones de

292
El Código de Comercio utiliza los términos autorizado y emancipado como sinónimos.
Cfr. Halperín, I.y Butty, E. Curso…cit. 4ª ed .t. I, p. 194; Anaya J. y Podetti H.,Código de Comercio
y Leyes Complementarias - comentado y concordado-, B.s As., 1965, t. I, p. 361.
293
Cfr. Garo, F., Sociedades…cit. , t. I vol. I, , n° 100, p. 188, quien, al tratar el caso de
adquisición de acciones –que aquí asimilamos al de suscripción de contrato social, si bien el autor
citado no lo hace expresamente- sostiene que “los padres como administradores de los bienes de los
hijos bajo su patrio potestad, pueden adquirir con el dinero de ellos acciones de las sociedades a que
aquellos pertenecen, sin necesidad de autorización judicial, pues no se trata de ninguna de las
operaciones en que el mismo Código, por sus arts. 297 y 298, así lo exige”.
294
Cfr. Cámara H., “Capacidad e incompatibilidad de las personas individuales para integrar
sociedades mercantiles”, R.D.C.O., n° 19, 1986, p. 180; Halperín, I.y Butty, E. Curso…cit. 4ª ed .t.
I, n° 15, p. 289, quienes niegan a los padres la posibilidad de representar al menor para fundar una
sociedad anónima, debido a la responsabilidad solidaria e ilimitada que el art. 183 LS dispone para
los fundadores.

113
hacer295. Y si bien el menor se encuentra autorizado a administrar y disponer
libremente de los bienes que adquiere con el producto de su trabajo, ello no lo
habilita a constituir con tales recursos una sociedad comercial, por cuanto su
responsabilidad, al menos hasta la registración, podría superar aquellos. Sí podría, en
cambio, adquirir cuotas o acciones hasta el importe de lo producido con su trabajo.
3. Menores y capacidad por título habilitante: El menor –mayor de
dieciocho años- que hubiere obtenido título habilitante para el ejercicio de una
profesión, podrá ejercerla por cuenta propia sin necesidad de autorización previa
(art. 128 Código Civil). Si bien al igual que el menor que adquiere capacidad
laboral, este puede administrar y disponer libremente de los bienes que obtenga con
el producto de su trabajo, la imposición de ejercer su actividad por cuenta propia
parecería limitar la posibilidad de constituir sociedad con terceros296. Súmase a ello
que el emancipado por título habilitante mantiene una capacidad limitada respecto
de los actos no vinculados con su actividad profesional, careciendo de capacidad de
administración y disposición de los bienes adquiridos con otros recursos que no sean
los provenientes de su profesión, por lo que la capacidad así adquirida es aún más
restringida que la del menor emancipado y la del menor autorizado297.
4.-Menores autorizados: Según prevé el art. 12 Cód. Comercio, el hijo
menor de edad -pero mayor de dieciocho años- “que fuese asociado al comercio del
padre o de la madre, o de ambos, será reputado autorizado y mayor para todos los
efectos legales en las negociaciones mercantiles de la sociedad298”. Trata así el
Código, y para las sociedades de hecho o irregulares299, un raro supuesto de
autorización tácita, que no requiere formalidad alguna y que opera de manera
limitada –se circunscribe a la consecución del objeto de la sociedad a la que el
menor adscribe300-, y pese a la cual el sujeto mantiene su incapacidad respecto de los
restantes actos de comercio hasta alcanzar la mayoría de edad301. Esta previsión,

295
Cfr. Cámara H., “Capacidad e incompatibilidad…” cit. R.D.C.O., n° 19, 1986, p. 197.
296
Cfr. Fernández R.L. y Gómez Leo O.R., Tratado…cit. t. I, p. 337
297
Cfr. Fontanarrosa. R.O. Derecho Comercial Argentino…cit. , p. 281
298
La autorización otorgada no puede ser retirada al menor sino por el juez, a instancia del
padre, de la madre, del tutor o ministerio pupilar, según el caso, y previo conocimiento de causa. Este
retiro, para surtir efectos contra terceros que no lo conocieren, deberá ser inscripto y publicado en el
Tribunal de Comercio respectivo.
299
Sobre este punto, Vid. Muguillo, R. y Muguillo M. T., “Capacidad del menor de 18 años
y sociedad de hecho”, RDCO año 35, 2002, p. 801, quienes se apartan de la doctrina y
jurisprudencia casi unánime para sostener que la norma del art. 12 del Código de Comercio no
confiere ninguna autorización tácita del padre al menor para integrar una sociedad de hecho, sino que
debe considerarse al menor habilitado tácitamente y de manera limitada para ejercer el comercio
reprsentando y obligando al padre en el negocio de este (arts. 135 y 146 del Código de Comercio y
277 del Código Civil).
300
Cfr. Fontanarrosa. R.O. Derecho Comercial Argentino…cit. , p. 290. autorización
restringida al ejercicio de los actos que constituyen el objeto de la explotación social; Fernández R.L.
y Gómez Leo O.R., Tratado…cit. t. I, , p. 347.
301
Cfr. Stratta, A.J. , “La capacidad …” cit. , LL 1982-A, p. 729.

114
propia de la época en que el Código fue sancionado, si bien resulta anacrónica
atendiendo la actual estructura de los negocios sociales, mantiene cierta virtualidad
para aquellas actividades que se desarrollan dentro del régimen artesanal o familiar,
poco inclinado a instaurar con pulcritud escrita sociedades, “ya sea entre padres e
hijos, o bien pequeñas empresas, como lo es un taller de reparaciones de escasa
envergadura302”. Si, en cambio, nos encontráramos frente a sociedades regulares, la
autorización tácita resultará insuficiente al momento de solicitar la inscripción
registral, debiendo el menor, a efectos de asociarse o constituir sociedad, ser
previamente emancipado en los términos del art. 11 Código de Comercio. El art. 12
configura así un extraño supuesto, en que menores que no tienen capacidad para
constituir con terceros sociedad de ningún tipo, atento la incapacidad de hecho que
la afecta, pueden, no obstante, comprometer la totalidad de su patrimonio con los
negocios que realicen303.
5.-) Menores emancipados. Mediante la aplicación del instituto de la
emancipación cesan respecto del menor los efectos de la patria potestad, pasando
este a ser reputado mayor para todos los actos y obligaciones comerciales. Para ello
resulta necesaria la autorización expresa del padre y la madre, la que debe ser
inscripta y hecha pública por ante el Tribunal de Comercio (art. 11 Código de
Comercio). Tal previsión legal no obsta que rige respecto de estos y hasta la mayoría
de edad la prohibición de aprobar las cuentas de sus tutores y darles finiquito, la de
hacer donaciones con los bienes que hubieran recibido a título gratuito y la de
afianzar obligaciones (art. 134 Código Civil).
Los claros términos del art. 11 del Código de Comercio parecen no dejar dudas
respecto de la facultad del menor habilitado para constituir sociedades comerciales o
entrar en ellas con terceros. Incluso el Dr. Siburu señalaba tal posibilidad, aún como
socio solidario o comanditario, “pues, si por el art.12 [de Código de Comercio]
puede ser socio del padre [el menor], con mayor razón puede serlo de un tercero”304.
a. Emancipación por habilitación de edad (art. 131 ap. 3° Código Civil):
Según dispone el art. 131 del Código Civil, los menores que hubieran cumplido
dieciocho años podrán emanciparse por habilitación de edad mediando su
consentimiento y el de quienes ejerzan sobre ellos la autoridad de los padres. Si se
encontraran bajo tutela, el juez podrá habilitarlos –a pedido del menor o del tutor-
previa información sumaria sobre la actitud del menor. Esta habilitación debe ser

302
Gómez Leo O. R. y Gómez Buquerin G., Legislación comercial anotada. Código de
Comercio, Bs As, 1993,t. I, p. 81 y referencia a Cám. Com. D, ED 76-193.
303
Cfr. Stratta, A.J. , “La capacidad …” cit. , LL 1982-A, p. 729
304
Siburu, J.B. Comentario del Código de Comercio Argentino, 3° ed., Bs. As. 1933, , t. 2,
n° 329, p. 147.

115
complementada con la autorización para ejercer el comercio prevista en los
términos del art. 10 y 11 Cód. Com.305, como requisito para poder asociarse.

JURISPRUDENCIA
Las disposiciones del art. 59 del Cód. Civil son inaplicables respecto de los menores
emancipados por habilitación de edad. (Cám..C.C., I, Santa Fe, Sala I, LL Litoral 1999, 888)
Las restricciones establecidas en los arts. 134 y 135 del Cód. Civil sólo rigen para los
menores emancipados por matrimonio, mas no respecto de aquellos que lo han sido por
habilitación de edad. (Del voto del doctor Genesio). (Cám..C.C., I, Santa Fe, Sala I, LL
Litoral 1999, 888)

b. Emancipación por matrimonio (art. 131 ap. 3° Código Civil)306: Los


menores que contraen matrimonio se emancipan y adquieren capacidad civil, sin
perjuicio de las limitaciones dispuestas para todo tipo de emancipación (arts. 131 y
134 Código Civil). Pueden además, y siempre que fueran mayores de dieciocho
años307, ejercer el comercio en la medida en que previamente fueran autorizados
(arts. 10 y 11 Código de Comercio). En tal caso se encuentran habilitados a
asociarse a terceros, por tanto, a constituir sociedades.
c. Menores frente a los supuestos de indivisión de establecimientos
comerciales: El art. 28 LS faculta al causante para imponer, en los casos reglados en
los arts. 51 y 53 de la ley 14.394 la indivisión forzosa de establecimientos
comerciales, industriales, agrícola-ganaderos -y categorías asimilables- a sus
herederos. En tales casos los menores sólo podrán incorporarse al ente como socios
con responsabilidad limitada, debiendo el contrato constitutivo –y sus posteriores
modificaciones mientras aquellos no alcancen la mayoría de edad- ser aprobado por
el juez de la sucesión308. Ya antes de la sanción de la ley 14.394 la jurisprudencia

305
Parte de la doctrina entiende que no resulta necesario dar cumplimento con el inc. 1° del
art. 11 –autorización expresa del padre y de la madre-, por cuanto con la habilitación por edad cesa la
patria potestad. La norma parecería orientarse así únicamente al cumplimiento de los requisitos
formales de inscripción y publicidad. Cfr. Fontanarrosa. R.O. Derecho Comercial Argentino…cit. ,
p. 285.
306
El art. 54 del la res. 7/2005 de la Inspección General de Justicia dispone que las personas
que constituyen la sociedad deben ser plenamente capaces al momento de otorgarse el instrumento de
constitución, refiriendo para el caso particular del art. 131 del Código Civil que: en la emancipación
por matrimonio, el instrumento de constitución debe constar su celebración, referenciándose la
respectiva partida; en la emancipación dativa deben referenciarse el instrumento en que conste la
misma y su inscripción en el Registro de Estado Civil y Capacidad de las Personas, la que deberá ser
anterior o simultánea a la constitución de la sociedad. Para ambos casos de emancipación, debe
consignarse el título de adquisición de los bienes aportados por el menor; si el título de adquisición
fuese gratuito, debe acreditarse la autorización judicial o consentimiento del cónyuge si éste fuere
mayor de edad.
307
La ley civil prevé la posibilidad de que el matrimonio se celebre antes de los 18 años de
edad, por lo que no todo emancipado por matrimonio, por el sólo hecho de casarse, necesariamente
estará en condiciones de ejercer el comercio.
308
Si existiere posibilidad de colisión de intereses entre el representante legal y el menor, se
designará un tutor ad hoc para la celebración del contrato y para el contralor de la administración de
la sociedad si fuere ejercida por aquél.

116
contemplaba esta situación y aceptaba la legalidad de la sociedad constituida entre
una madre y sus hijos menores para continuar con la industria paterna, designando
un tutor ad-hoc para que estos concertaran con la madre los términos del contrato
social, antes de pasarlo para su aprobación al juez y el asesor de menores309. La
norma, que no explicita a que especie de menores comprende, parecería incluir
únicamente a los no emancipados. Ello por cuanto, al no encontrarse los
emancipados sujetos a tutela, no resultan aplicables las previsiones del art. 29 LS -
que complementan el texto del art. 28 LS- y que prevé sanciones para “el
representante del menor”. Asimismo, las prohibiciones de disposición impuestas por
el art. 135 del Código Civil para los menores emancipados parecen más bien
orientarse a la protección de los bienes adquiridos a título gratuito de eventuales
responsabilidades frente a terceros producto de negocios de aquellos, situación
inversa a la prevista en la especie310.

IV.- Fallidos
El inc. 2° del art. 24 del Código de Comercio, en su redacción original,
preveía que por incapacidad legal no podían ejercer el comercio los quebrados hasta
tanto no hubieran obtenido su rehabilitación. Tal disposición, que guarda resabios
del carácter infamante de la quiebra, pronto resultó inútil, por cuanto correspondió a
las sucesivas leyes de quiebras ocuparse de los efectos de la rehabilitación del
fallido311. De hecho, lo que estas establecieron no es un régimen de incapacidad,
sino uno de desapoderamiento que consagra una verdadera carencia de legitimación
sustancial sobre los bienes del sujeto afectados a tal situación312, concomitante con
la declaración de la falencia y que perdura hasta la rehabilitación (arts. 234 y 236
LCQ). La inhabilitación cesa de pleno derecho transcurrido un año de la fecha de la
sentencia de quiebra313, salvo que este sea reducido o dejado sin efecto por el juez o
a pedido de parte, o bien que sea ampliada en razón de la existencia de proceso penal
en contra del fallido (art. 236 LCQ). Además, pesa sobre el fallido la prohibición de
ejercer el comercio por sí o por interpósita persona y de ser fundador de sociedades,
asociaciones, mutuales y fundaciones, ni integrar sociedades o ser factor o
apoderado con facultades generales (art. 238 LCQ). En consecuencia, mientras
duren los efectos de la inhabilitación, los fallidos se encuentran impedidos de
suscribir contrato de sociedad y aún de integrar sus órganos.

309
Cfr. Halperín, I.y Butty, E. Curso…cit. 4ª ed .t. I, p. 290. y n. 16
310
Cfr. Cámara H., “Capacidad e incompatibilidad…”, R.D.C.O., n° 19, 1986, ps. 204 y
205; Stratta, A.J. , “La capacidad …” cit. , LL 1982-A, p. 729.
311
Cfr. Anaya J. y Podetti H.,,Código de Comercio…cit. t. I, p. 405
312
Cfr. Fernández R.L. Gómez Leo O.R.,y Aicega, V., Tratado…cit. 2ª,ed.. I-B, p. 698.
313
O de que fuera fijada la fecha de cesación de pagos para el caso de los integrantes del
órgano de administración de las personas jurídicas, anteriores a la falencia; arts. 235 y 236 LCQ).

117
V. Condenados penalmente
La imposición de pena de reclusión o prisión por más de tres años lleva como
inherente para el penado: a. La inhabilitación absoluta por el tiempo de la condena –
pudiéndose extender la misma hasta tres años más según el delito-, b. Con más –
extremo que aquí nos interesa- la privación de la administración de sus bienes y del
derecho a disponer de estos por actos entre vivos, sujetándolo forzosamente al
régimen de curatela (art. 12 Código Penal). Más, al recuperar la libertad el sujeto, y
aunque tal beneficio fuera provisional, este recupera también su plena capacidad de
hecho, pudiendo en consecuencia adoptar “oficio, arte, industria o profesión, si no
tuviere medios propios de subsistencia” (art. 13 inc. 3, Código Penal). Ello sucede
por cuanto la incapacidad consagrada –que es de hecho y relativa- tiene en miras la
protección del penado y de su familia, y no la punición –en más- del sujeto privado
de la libertad314. Así, solo durante la detención el sujeto no podrá constituir por sí
sociedades, debiendo requerir a tal efecto la asistencia de su curador y la pertinente
autorización judicial. Si pese a ser finalmente la pena impuesta al sujeto menor de
tres años y este igualmente se encontrara detenido, la incapacidad no operará,
aunque deberá el reo otorgar poder a un factor o mandatario para que actúe en su
representación mientras dure la condena315.

JURISPRUDENCIA
No obstante la redacción final de este artículo -art. 12 CP-, la incapacidad de hecho del
penado es relativa. (Cám. Civ. 1°, Cap. Fed., LL 66, 117.)
La incapacidad civil del penado es una incapacidad de hecho, como consecuencia de la
situación de privación de libertad en que se halla. (Cám. Civ. Sala G, JA 1986-III, 114.)
La incapacidad del artículo 12 del Código Penal –curatela del penado- tiene carácter
tutelar y de protección , y no es en momento alguno una accesoria punitiva de la de la condena
impuesta, y siendo la causa de la protección el encerramiento forzoso por la prisión o
reclusión, la misma debe cesar tan pronto la limitación de la libertad desaparezca por cualquier
causa legal –vencimiento de la condena, indulto, amnistía o libertad condicional-. Cám. Civ.
B, LL 1991-C, 136.

VI. Corporaciones eclesiásticas y clérigos.


El Código de Comercio prohíbe ejercer el comercio, en razón de la
incompatibilidad –no incapacidad316- propia de su estado, a las corporaciones

314
Cfr. Manigot, M. Código Penal –anotado y comentado-, Bs. As. 1978, t. I, p. 42; Cámara
H., “Capacidad e incompatibilidad…”, R.D.C.O., n° 19, 1986, ps. 206 y 207. Quien se encuentra
recluido mal puede decidir oportuna y eficazmente sobre la conveniencia de los negocios que atañen
a sus intereses. También Gómez, Soler, Orgaz, Moyano, Busso, Borda, Llambías, Spota, Nuñez,
Oderigo, Chichizola.
Por todos, vid. Anaya J. y Podetti H.,,Código de Comercio…cit. t. I, p. 406, n. 307.
315
Cfr. Fontanarrosa. R.O. Derecho Comercial Argentino…cit. , p. 295
316
Se trata de una incompatibilidad en razón de la persona, por tanto subjetiva según la
distinción hecha por , Siburu, J.B. Comentario…cit. 3° ed., t. II, p. 190. La misma no opera sobre la
capacidad de las personas, que es regla, y sólo consagra restricciones para el ejercicio de ciertos

118
eclesiásticas y a los clérigos de cualquier orden mientras vistan el traje clerical (art.
22 incs. 1 y 2)317, lo que no les impide celebrar actos aislados -si, no obstante la
prohibición el clérigo ejerciera el comercio, adquiría, además, la condición de
comerciante-. Incluso la ley los autoriza a prestar dinero a interés mientras no lo
hicieran de manera habitual (art. 23 Código de Comercio). Por corporaciones
eclesiásticas debe entenderse toda comunidad religiosa oficialmente considerada
religión, incluyéndose sus órdenes y congregaciones –no así las asociaciones laicas,
con fines religiosos, dependientes de estas-, siendo clérigos –Fernández y Gómez
Leo- a. los llamados clérigos seculares, que no están sometidos a las reglas de las
órdenes religiosas; b. a los religiosos que hubieran emitido votos simples; c. los que
vivieren en congregaciones religiosas; d. los curas párrocos, obispos y cardenales; e.
los ministros de religiones no católicas318.
Respecto de su participación en sociedades comerciales, siendo que la ley
prevé expresamente la posibilidad de que estos “sean accionistas” –sin aclarar si tal
condición es originaria o derivada- siempre y cuando no tomen parte de su
administración, con más su posibilidad de ejercer actos de comercio de forma
aislada, no existiría impedimento para que los clérigos –personas físicas- contituyan
sociedades de capital o integren aquellas donde su responsabilidad sea limitada a su
participación (arts. 22 y 23 Código de Comercio). Abona en más dicha posición que
la mera tenencia de acciones no otorga calidad de comerciante.

VII.- Magistrados y jueces


El Código de Comercio prohíbe desempeñarse como comerciantes, en razón
de la incompatibilidad propia de su estado, a los “magistrados civiles y jueces en el
territorio donde ejercen su autoridad y jurisdicción con título permanente” (art. 22
inc. 3). Siendo una incompatibilidad establecida en razón de las personas, nada
impide a sus ascendientes, descendientes y cónyuges llevar adelante –a nombre
propio- tales actividades. La norma tiene como finalidad evitar que el prestigio y la
autoridad del cargo se vean disminuidos por la competencia propia del comercio, y
que pudiera minar la imparcialidad del magistrado, privilegiando sus intereses por
sobre los públicos. El término “magistrados civiles” alude a aquellas personas que
ejercen jurisdicción sobre un territorio determinado en virtud de mandato popular o
por nombramiento de los poderes constituidos, lo que incluye al Presidente de la
República y sus ministros, gobernadores de provincia, intendentes, jueces y
funcionarios nacionales y provinciales, de cualquier fuero, que tengan facultad de

actos, por lo que, de celebrarse estos no obstante la prohibición, resultarán válidos (si se tratara de
una incapacidad, los actos serían nulos).
317
El Código de Comercio recepta así idénticas prohibiciones establecidas por el Derecho
Canónico. Cfr. Castillo R. S. Curso…cit. t. I, p. 179.
318
Cfr. Fernández R.L. y Gómez Leo O.R., Tratado…cit. t. I, , ps. 361 y 362.

119
resolver litigios o causas declarando el derecho319. Respecto de los jueces
nacionales, la prohibición surge además del decreto 1285/58 (su art. 9) que establece
la incompatibilidad del ejercicio de la magistratura con el del comercio
prohibiéndole celebrar cualquier actividad profesional, salvo cuando se trate de la
defensa de los intereses personales, del cónyuge, padres o hijos, o la docencia, lo
que importa tanto como un bloqueo absoluto sobre la matrícula de abogado320.
Siendo que el Código circunscribe la prohibición al territorio donde
magistrados y jueces ejercen su autoridad y jurisdicción con título permanente, se ha
sostenido que “el gobernador de la provincia de Córdoba podría interesarse en una
sociedad constituida en la provincia de Buenos Aires”321. No obstante, tal posición,
que se ciñe al texto legal, no ha sido recibida con beneplácito por una doctrina que
desde antiguo ha propiciado su reforma. “Las razones que existen para que los
magistrados civiles y jueces no puedan tener la calidad de comerciantes, no son de
orden territorial. Un juez de la Capital Federal no debe de ninguna manera
encontrarse en la posibilidad de tener un despacho de comestibles en los suburbios
de la misma. El criterio con que la ley establece esta prohibición, ha debido ser el
mismo que el del inciso 2° [del art. 22 del Código de Comercio] que se refiere a los
clérigos, sin limitación a la parroquia ni a la provincia donde ejercieren su
ministerio”322. En concordancia con tales opiniones, las leyes 13.998 y 21.341
extendieron la incompatibilidad de los jueces nacionales para el ejercicio del
comercio a todo el territorio argentino, interdicción a la que se agregaron los
secretarios judiciales por decreto 1285/58323.
Pero tal prohibición de ejercer el comercio -al igual que en el caso de los
clérigos- no impide a los magistrados celebrar actos aislados324. También pueden
prestar dinero a interés, mientras no lo hagan de manera habitual (art. 23 Código de
Comercio) -de hecho, el mutuo sólo se reputa mercantil si su destino es comercial y
las partes (al menos el deudor) es comerciante; art. 558 Código de Comercio-.
Respecto de las sociedades comerciales, siendo que la ley prevé expresamente la
posibilidad de que los magistrados “sean accionistas” –sin aclarar si tal condición
debe ser originaria o derivada- y siempre y cuando no tomen parte de la gerencia

319
Cfr. Castillo R. S. Curso…cit. t. I, ps.
320
Lo que impide al juez ejercer la profesión de abogado, aún cuando esta no se repute
comercial, siquiera extrajudicialmente. “De allí que frente a este ‘bloqueo total’ del título se haya
establecido una compensación monetaria que conforma el sueldo de los magistrados del Poder
Judicial”, Camps, C., “Incompatibilidades de los magistrados judiciales”, JA 2001-III-903.
321
Cfr. Cámara H., “Capacidad e incompatibilidad…”, R.D.C.O., n° 19, p. 212
322
Rivarola M., Tratado de Derecho Comercial Argentino, Bs. As, 1938, t. I, n° 14, págs.
41 y 42.
323
Cfr. Fernández R.L. y Gómez Leo O.R., Tratado…cit. t. I, p. 362; Chiappini, J., “El ‘juez
comerciante’: problemas de interpretación”, LL 1989-D, p. 1071.
324
Cfr. Segovia L., Código de Comercio de la República Argentina, As As, 1892, n. 108, p.
66.

120
administrativa –directorio, gerencia, sindicatura y consejo de vigilancia-, no existiría
impedimento para que constituyan sociedades de capital o de responsabilidad
limitada325. No obstante, calificada doctrina sostiene lo contrario326, prohibición que
incluso pudiera inferirse con mayor claridad respecto de los jueces alcanzados por el
Reglamento para la Justicia Nacional, que les impone no ejercer el comercio ni
actividad lucrativa alguna sin autorización de la respectiva autoridad de
superintendencia (art. 8 inc. j).

JURISPRUDENCIA
Magistrado. Incompatibilidad. Corresponde destituir a magistrado que llevaba a cabo
actividad comercial mediante la explotación pesquera de buques de su propiedad y la
administración de una sociedad de capital e industria constituida a los mismos fines, toda vez
que dichas conductas resultan incompatibles con la calidad que ostenta y constituyen causal de
mal desempeño en los términos de los arts. 15, inc. a) y 16, inc. b) de la ley 4461 de la
Provincia del Chubut y 165 de la Constitución Provincial. (Tribunal de Enjuiciamiento de
Magistrados, , LLPatagonia 2005, p. 1139.
Magistrados. Autorización. Procede autorizar a un juez de paz de la Capital Federal a
constituir, con su hermano y un tercero, una sociedad de responsabilidad limitada para
explotar un campo recibido por herencia, ubicado en extraña jurisdicción, y se descarta la
intervención del magistrado en la administración y gerencia de la sociedad. (CS, JA 1962-II, 4
n° 15).

IX. Inhabilitados
El art. 152 bis del Código Civil prevé la posibilidad de que se inhabilite
judicialmente a A) quienes por embriaguez habitual o uso de estupefacientes estén
expuestos a otorgar actos jurídicos perjudiciales a su persona o a su patrimonio; B) a
los disminuidos en sus facultades cuando, sin llegar a ser dementes, el juez estime
que del ejercicio de su plena capacidad pueda llegar a resultar un daño a su persona
o su patrimonio; C) a quienes por prodigalidad en los actos de administración y
disposición de sus bienes expusiesen a su familia a la la pérdida del patrimonio. En
todos estos casos se nombrará un curador al inhabilitado y se aplicarán en lo
pertinente las normas relativas a la declaración de incapacidad por demencia y
rehabilitación, por lo que sin la conformidad de aquel los inhabilitados no podrán
disponer de sus bienes por actos entre vivos. Podrán, en cambio, otorgar por sí solos
actos de administración, salvo los que limite la sentencia de inhabilitación teniendo
en cuenta las circunstancias del caso.
Tal inhabilitación no les impide constituir sociedades, siempre que cuenten
con la asistencia de su curador, bajo pena de nulidad del acto. No se trata de un
supuesto de representación del inhabilitado sino de complementación de su
voluntad, este obra por sí, pero la validez o nulidad de su actuación se subordina a la

325
CS, JA 1962-II, 4 n° 15.
326
Cfr. . Fernández R.L. y Gómez Leo O.R., Tratado…cit. t. I, p. 363; Chiappini, J., “El
‘juez comerciante’: problemas de interpretación”, LL 1989-D, p. 1071, Halperin, I., y Butty, E.,
Curso…cit. 4ª ed. t. I, p. 202.

121
expresión de la voluntad de su asistente327. En razón de la asistencia permanente que
estos sujetos requieren, esta complementación debiera circunscribirse al caso de
sociedades de capital o de responsabilidad limitada.

X.- Límites asociativos


A.) Corredores y martilleros. El corretaje es una operación auxiliar del
comercio –por tanto siempre mercantil-, de intermediación y sin representación, en
la que un sujeto denominado corredor procura acercar dos partes para que estas
contraten entre sí de manera directa, cobrando aquel una remuneración por su
actividad328. Siendo que en el ejercicio de su tareas el corredor toma conocimiento
de información sensible y mayormente reservada de las partes involucradas, es que,
a fin de evitar eventuales abuso de su parte en el manejo de aquella, el Código de
Comercio le prohibía realizar cualquier actividad mercantil de manera profesional -
que no fuera de corretaje329- y constituir sociedades de ningún tipo ni denominación
(art. 105). Dado el carácter personal e indelegable de la función de corredor, la
prohibición de constituir sociedades resultaba ineludible, por lo que las sociedades
integradas por corredores fueron reputadas por nuestros tribunales como nulas de
nulidad absoluta, sin que sus socios pudieran alegar su existencia siquiera para
demandar a terceros330.
El rematador -o martillero331- es la persona que realiza la venta al público en
remates o subastas, y al mejor postor, de bienes determinados. El art. 113 del Código
de Comercio requería de los rematadores las mismas cualidades y circunstancias que
las dispuestas para ejercer el corretaje, y aplicaba, respecto de aquellos, las
disposiciones de los arts. 89, 90, 105, 106 y 110. De allí que por imperio de los arts.
105 y 106 quedaba prohibido al martillero constituir sociedades de ningún tipo ni
denominación. No obstante tal limitación, la jurisprudencia y alguna doctrina pronto
aceptó la conformación de numerosas sociedades en violación de la norma,
sosteniéndose que cuando se designaba rematadora a una de estas sociedades,

327
Cfr. Cámara H., “Capacidad e incompatibilidad…”, R.D.C.O., n° 19, p. 200.
328
La ley 25.028, en su art. 34 inc. a). no une al corredor con las partes relación de
colaboración, subordinación o representación.
329
Fontanarrosa. R.O. Derecho Comercial Argentino…cit. , p. 263 “La prohibición
establecida por el art. 105 inc. 1° cód. com. (hoy derogado), no tiene el alcance que generalmente se
le atribuye: ella significa que fuera del comercio específico (corretaje) al que se dedica, no puede el
corredor explotar otra actividad mercantil. La ley ha estimado que en atención a la índole de las
funciones que tales sujetos realizan, era prudente limitar su comercio a la especialidad para evitar
abusos, pero nada más.” Com Butty, E en Halperin, I., y Butty, E., Curso…cit. 4ª ed. t. I, p. 20
330
Cám. Com., D, (voto en disidencia, Dr. Cuartero)ED, 168-116,
331
La denominación de martillero se debe a que este recibía “las ofertas de precio y
mediando un golpe de martillo adjudican las cosas, perfeccionando la compraventa” - Fernández ,R.
L, Código de Comercio de la República Argentina Comentado, Bs As, 1946, t. I, p. 134-.

122
cualquiera de sus socios, bajo la responsabilidad directa y solidaria de todos,
quedaba facultado para realizar el remate332.
Pero con la sanción de la ley 25.028 fueron derogados los arts. 89 a 112 del Código
de Comercio, que preveían el régimen legal de los corredores, y reformado el
decreto 20.266/73 que regulaba con exclusividad la actividad del martillero333. A
partir de entonces, rige en la materia el art. 88 del Código de Comercio, con más el
remozado decreto 20.266/73334 -ahora referido a martilleros y también a
corredores335- que en su art. 15 dispone que “los martilleros pueden constituir
sociedades de cualesquiera de los tipos previstos en el Código de Comercio, excepto
cooperativas, con el objeto de realizar exclusivamente actos de remate. En este caso
cada uno de los integrantes de la sociedad deberá constituir la garantía especificada
en el artículo 3, inciso d)”. Tal previsión viene a zanjar los alcances de la antigua
prohibición, limitándola a cooperativas. Esta norma también es aplicable a los
corredores, atento la remisión hecha en el art. 31 -incluido por ley 25.028- para estos
y respecto de los martilleros (“...es aplicable al ejercicio del corretaje lo dispuesto en
esta ley respecto de los martilleros, en todo lo que resulte pertinente...”). Por su
parte, el decreto 20.266/73 incluso regula las responsabilidades de los suscriptores,
disponiendo que “en las sociedades que tengan por objeto la realización de actos de
remate, el martillero que lo lleve a cabo y los administradores o miembros del
directorio de la sociedad, serán responsables ilimitada, solidaria y conjuntamente
con ésta por los daños y perjuicios que pudieran ocasionarse como consecuencia del
acto de remate. Estas sociedades deben efectuar los remates por intermedio de
martilleros matriculados, e inscribirse en registros especiales que llevará el
organismo que tenga a su cargo la matrícula” (art. 16). La norma modifica así, en
defensa del interés general “que exige la corrección máxima en la conducta de los
martilleros”, el régimen de responsabilidades establecidas por la LS, trasladando la

332
Cfr. Fernández ,R. L, ob. y lug. citado nota anterior; Zavala Rodríguez, C.J., Código de
Comerci…ocit. t. I, p. 154.
Comp. con la posición de Siburu Comentario…cit. t. III, p. 85-.que parecería ser la
contraria: si el cargo de rematador, especie de oficio público, es indelegable, este no puede ser
sustituido ni aún garantizando, porque la ley exige la correcta prestación personal del servicio y no
una garantía del correcto servicio ajeno .
333
El decreto 20.266 también fue modificado por la ley 24.441, art. 7. Este derogaba el
aludido art. 113 del Código de Comercio, junto con los arts. 114 a 122 que preveían el régimen legal
de los rematadores o martilleros. A partir de entonces “los martilleros pueden constituir sociedades de
cualesquiera de los tipos previstos en el Código de Comercio, excepto cooperativas, con el objeto de
realizar exclusivamente actos de remate (art. 15 decreto 20.266/73).
334
Si bien el aert. 88 del Código de Comercio fue también derogado, al igual que el art. 1 del
decreto 20.266, ambos permanecen vigentes hasta que las carreras universitarias de martillero y
corredor sean puestas en marcha
335
Incluye desde la sanción de la ley 25.028 un nuevo capítulo (el 12) sobre los corredores.

123
del ente al socio rematador y a los administradores, los perjuicios que en ejercicio de
sus actividades causen a un asociado336.

JURISPRUDENCIA
Previa a la sanción de la ley 25.028: La prohibición de constituir sociedades al
corredor, refiere precisamente a las sociedades como la de responsabilidad limitada, habida
cuenta que el carácter personal e indelegable de la función --idoneidad, imparcialidad y
honorabilidad-- es incompatible con su ejercicio mediante aquéllas. El art. 105, inc. 1 del Cód.
de Comercio prohíbe a los corredores formar sociedad --de ninguna clase y denominación--; le
impone una incapacidad de derecho para realizar tal acto. Es un caso de incompatibilidad legal
entre el ejercicio de un ramo de la mercatura y todos los demás ramos de ella, impuesta por
motivos de interés del mismo comercio. Veda también a las sociedades ejercer el corretaje,
pues el "indirizzo" de la norma es que el ejercicio de la intermediación sea cumplido por una
persona física que satisfaga los requisitos legales exigidos al corredor. (Cám. Com, B, LL
1995-B, 273 - DJ 1995-1, 833)
Las sociedades de corredores son nulas de nulidad absoluta, careciendo de acción para
demandar el cobro de comisión por un acto de corretaje. (Cám. Com., A, noviembre 18-1993,
“El Gran Mogol S. R. L. c/. Di Pasquale, Vicente y otros”).
El art. 105, inc. 1° del Cód. de Comercio, al imponer al corredor la prohibición de
constituir sociedades, le impone una incapacidad de derecho para realizar tal acto. (Del voto
en disidencia del doctor Cuartero). (Cám. Com, D, LL 1994-E, 94.)
Sociedad de martilleros: Es inaplicable el art. 15 de la ley de martilleros públicos
20.266, que rige para los corredores en virtud de la remisión efectuada en el art. 31 del Cód. de
Comercio -texto según ley 25.028-, a una sociedad anónima que no está constituida
exclusivamente por corredores y cuyo objeto social reviste carácter amplio, sin limitarse a los
actos de corretaje -en el caso, éstos ni siquiera están contemplados expresamente-, ya que
dicho precepto permite constituir sociedades para el ejercicio de la actividad propia del
martillero siempre que se realicen exclusivamente actos de remate. (Cám. Com, E, DJ 2005-
1, 83.)
Sociedad de corredores. Nulidad. En los términos de la ley 19550, la sociedad
integrada por corredores es nula de nulidad absoluta; lo cual significa que los socios no
pueden alegar la existencia de la sociedad, ni aun para demandar a terceros (del voto en
disidencia del doctor Cuartero). (Cám. Com., D, ED, 168-116.)

B.) Sociedad entre cónyuges. Antes de la sanción de la LS, tanto el Código


Civil como el de Comercio guardaban silencio respecto de la posibilidad de que los
cónyuges celebraran, entre sí o entre sí y terceros, contrato de sociedad. Tal omisión
generó prolongados debates entre quienes consideraban prohibidas tales
337
asociaciones y quienes las propugnaban . Estas diferencias fueron finalmente
zanjadas por la ley 19.550, que autorizó a los esposos a constituir conjuntamente una
sociedad comercial o integrar entre sí una ya existente, siempre y cuando se trate de
sociedades por acciones y de responsabilidad limitada (art. 27). Asimismo se
dispuso que cuando uno de los cónyuges adquiera por cualquier título la calidad de
socio del otro en sociedades de distinto tipo, la sociedad debe transformarse dentro
del plazo de seis meses, o cualquiera de los esposos ceder su parte a otro socio o a

336
Cfr. Fontanarrosa. R.O. Derecho Comercial Argentino…cit. , p . 557; Rouillón A.,
Código de Comercio -comentado y anotad, Bs. As., 2005, t. I, p. 183.
337
Por todos ellos, véase Stratta,A. J., “Nuevos enfoques sobre la validez de las sociedades
entre cónyuges”, R.D.C.O. n° 5, año 1972, p. 787.

124
un tercero en el mismo término. Se procuró por esta vía solucionar, para el ámbito
mercantil, el problema que plantean las sociedades entre esposos en materia de
sociedad conyugal. El legislador consideró incompatible la existencia de dos
regímenes económicos “cuando uno de ellos era el resultante de la constitución de
sociedades mercantiles de tipo personalista (arts. 125, 134 y 144), en la que la
responsabilidad de los socios luce ilimitada y solidaria, situación esta que sólo se da
en la sociedad civil si así se hubiere pactado (art. 1747, Cód. Civil)”… y…” por
razonamiento inverso se consideró que en las sociedades con responsabilidad
limitada no mediaban los inconvenientes antes señalados, y que además, en ellas, la
estructuración de los órganos disminuye la posible incidencia de factores que puedan
alterar el normal desarrollo de las relaciones matrimoniales”338.
Como la referida prohibición prevista en el art. 27 LS no encuentra su análoga
en el Código Civil, no existe impedimento para que los cónyuges constituyan o
integren sociedades civiles, aún cuando hubieran expresamente dispuesto la
solidaridad por las obligaciones sociales (art. 1747 Código Civil).
En cuanto a los tipos sociales autorizados para los cónyuges en la LS, estos
son: 1. sociedad anónima: donde la limitación de responsabilidad de sus socios es la
máxima prevista por la ley (art. 163 LS); 2. sociedad en comandita por acciones:
En los casos de sociedades en comanditas por acciones, la norma no aclara si ambos
cónyuges deben poseer idéntica calidad de socios (comanditarios o accionistas, con
responsabilidad limitada), o bien alguno de estos, o los dos, pueden revestir la
calidad de socios solidarios (comanditados no accionistas). Sobre la primera de las
posibilidades, no caben dudas respecto de su viabilidad. En cuanto a la sociedad
integrada por un cónyuge comanditado y otro comanditario, la jurisprudencia y
doctrina parecen mayoritariamente inclinarse por la afirmativa339. Para el caso de
que ambos cónyuges resultaran solidarios, más allá de que la oscuridad de la norma
permitiría tal interpretación, esta contraría la finalidad buscada por el legislador a la
que antes aludiéramos, por lo que resulta inviable340. Respecto de la sociedad en

338
Exposición de Motivos ley 19.550, Capítulo I, Sección V, ap. 1.
339
Cfr. Zaldivar E. y os, Cuadernos…cit. t. I, p. 117; Azpiri J, “La sociedad en comandita
por acciones constituida por cónyuges”, LL 151-273. Idem. Cám. C.C.,II, San Isidro, LL 151-275,
falo en el cual se sostuvo la validez de una sociedad en comandita por acciones constituida por un
cónyuge como socio solidario y otro comanditario, cuya inscripción había sido denegada por el
registro, por no existir prohibición expresa, por no violar los bienes preservados del art. 953 del
Código Civil, por no afectar la comunidad conyugal y por no alterar la normal convivencia entre
esposos. Por su parte, el art. 54 del la res. 7/2005 de la Inspección General de Justicia dispone que,
para el caso de solicitarse la registración de sociedades en comandita por acciones, al menos uno de
los cónyuges socios debe revestir la calidad exclusiva de comanditario, no se admitiéndose que
ambos sean comanditados.
340
Cfr. Barbesi, O. y Grün, E. “Las sociedades entre esposos en la ley 19.550”, La
Información XXVIII, agosto 1973, p. 807; Roitman, H., Ley de Sociedades Comerciales Comentada,
Bs As, 2006, t. I, p. 521; Romano A.A. en Código de Comercio…cit., dir. Rouillón A., t. III, p. 70;
Azpiri J., “La sociedad…cit. LL 151-273, quien sostiene la nulidad absoluta de este tipo de
sociedades por violentar el orden público.

125
comandita simple, si bien excluida para los cónyuges (art. 27 LS), el legislador
debió prever el supuesto en que alguno de estos –o ambos- fueran socios
comanditarios, en cuyo caso se aplicaría la limitación de responsabilidad, salvo los
supuestos de intromisión341; 3. sociedad de responsabilidad limitada: en la que los
socios garantizan solidaria e ilimitadamente a los terceros la integración de los
aportes comprometidos (art. 150 LS).
I. Adquisición originaria y derivada de la calidad de socio. Consecuencias.
Cuando uno de los cónyuges adquiera por cualquier título la calidad de socio del
otro en sociedades que no fueran por acciones o de responsabilidad limitada (art. 27
LS), dentro de los seis meses 1.- la sociedad deberá transformarse; 2.- o cualquiera
de los esposos deberá ceder su parte a otro socio que no fuera su cónyuge342, o a un
tercero. Ambos remedios legales otorgan a la sociedad en infracción una validez
limitada en el tiempo y sujeta a condición resolutoria, e importan la aplicación
atenuada del principio de conservación de la empresa previsto en el art. 100 LS343.
Para el caso de no efectuarse dentro de los seis meses la transformación o la cesión
indicadas, la sociedad será nula y deberá liquidarse (art. 29 LS), a lo que se suma
que la incapacidad del cónyuge es de derecho344 y resulta absoluta, insubsanable, no
susceptible de confirmar e imprescriptible por cuanto no se encuentra consagrada en
atención de las partes sino en protección del interés público345.
A.- Adquisición originaria. Para el caso de que la sociedad sea constituida
ilegalmente entre cónyuges, surge clara la nulidad absoluta, imprescriptible y no

341
Cfr. Zanoni E, Sociedades entre Cónyuges, Cónyuge Socio y Fraude Societario, Bs As,
1980, p. 30; Verón A., Sociedades Comerciales,…cit. t. I, p. 217.
342
El Código Civil prohibe la celebración de contratos de compraventa ni cesiones entre
marido y mujer (arts. 1358 y 1441). Cfr. Barbesi O. y Grün E., “Las sociedades…cit. La Información
XXVIII-1973, p. 807; Cfr. Cámara H., Derecho Societario, Bs As, 1985, p. 127.
343
Atenuada por cuanto la sanción de nulidad prevista en el art. 29 LS viene a contradecir tal
principio. Cfr. Verón A., Sociedades Comerciales,…cit. t. I, ps. 219. Vid.: Cámara H., Derecho
Societario… cit., ps. 216 y 127.. “El plazo se cuenta según el art. 25 del Código Civil. Cuando hay
adquisición de la calidad de socio por cualquier medio intervivos –compraventa, cesión, etc.- se
requiere la inscripción de la transferencia de la parte social para su eficacia frente a la sociedad: no
corre [el plazo] desde la adquisición de las partes sociales por parte del cónyuge del socio, acto
privado a lo mejor ignorado por la sociedad contra la cual tendrá eficacia. En la transmisión mortis
causa, no obstante que opera desde el día del fallecimiento del causante (arts. 3410, 3415 y concs., C.
Civil), debe contarse desde que demuestren su calidad, conforme el art. 155, L.S., donde la
incorporación de los herederos prevista en el contrato social, se hará efectiva cuando acrediten su
calidad: en el interín actuará en su representación el administrador de la sucesión” y cuando los
socios contraen matrimonio luego de constituida la sociedad “en principio el plazo correrá desde la
fecha del acto, pero como esta puede ser ignorada por la sociedad, sobre la cual tendrá vigencia,
desde que llegó a conocimiento de ésta: en la actualidad muchas veces se celebran matrimonios
ocultos”.
344
Cfr. Cámara H., Derecho Societario… cit., p. 124; Stratta,A. J., “Nuevos enfoques sobre
la validez de las sociedades entre cónyuges”, R.D.C.O. n° 5, año 1972, p. 787.
345
Cfr. . Barbesi O. y Grün E., “Las sociedades…cit. La Información XXVIII-1973, p. 809;
Cámara H., Derecho Societario…cit., p. 131.

126
susceptible de confirmar, dispuesta por la LS346. No resultará entonces de aplicación
el art. 17 LS, por cuanto este refiere a actos anulables, mientras que el art. 29 LS la
reputa nula347. Así, la infractora siquiera podría considerarse sociedad, y su
actuación derivaría en una serie de actos sucesiva e insalvablemente nulos, en razón
de la fuente originaria de la cual emanan348. Tal nulidad no sólo afectará al ente
involucrado sino también a los terceros que con este hubieran contratado, a los
socios ignorantes de la incapacidad que afecta a sus coasociados, además de las
contingencias que la violación a la norma trae aparejada a la relación matrimonial349.
B.- Adquisición derivada. Para el caso de que la calidad de socio sea derivada -
adquirida con posterioridad a la constitución- la ley expresamente le otorga al ente
validez temporaria, sujeta a condición resolutoria: la antes referida transmisión o
traspaso de la parte involucrada350. De alli que parte de la doctrina entienda que a.-) la
nulidad dispuesta en el art. 29 LS debe ser subsanable, en especial atendiendo que
cuando la nulidad es absoluta la ley refiere a esta expresamente (arts. 18 y 20 LS), con
más la concordante aplicación del principio de preservación del ente prevista en el art.
100 LS. Para esta línea de pensamiento, la sociedad en violación del art. 27 LS debe ser
considerada sociedad de hecho; b.-) otros ven aplicable para el caso el principio general
del art. 16 LS -primera parte-, considerando posible la continuación de la empresa por
los cónyuges o sus socios aún vencido el plazo previsto en el art. 27 LS, por cuanto
interpretan la ley facilitando la eliminación de la causa de invalidez del contrato de
sociedad, subsanando el vicio351. En esta línea se ha sostenido que, ya sea que se trate
de la participación de los cónyuges en la constitución del ente o de la adquisición
posterior de la calidad de socio por ambos, debe tenerse en cuenta la calidad de
minoritaria o mayoritaria de la participación involucrada, esto es, si la misma puede ser
considerada esencial habida cuenta de las circunstancias352; c.-) para el Dr. Halperín la
infracción sólo acarrea la anulabilidad del acto, sin perjuicio de la inoponibilidad de tal

346
En contra: Alegría H. , “El régimen de nulidad de las sociedades comerciales”, en Rev. de
Der. Priv. y Com. n° 8, , XXXX, ps. 302 y 303. Para este autor, y para el caso de participaciones
minoritarias no esenciales, si en la incapacidad sobreviniente por adquisición posterior de la calidad
de socio puede existir subsanación por transferencia, nada impide la aplicación analógica de tal
solución para el caso de la constitución del ente. Cabe aclarar que para ello el autor considera la
incapacidad de derecho como relativa. Para el caso de participaciones mayoritarias o esenciales, el
vicio puede subsanarse hasta antes de la declaración de nulidad, y los socios pueden, incluso,
continuar con la sociedad restituyendo los aportes a los conyuges.
347
Cfr. Stratta,A. J., “Nuevos enfoques sobre la validez de las sociedades entre cónyuges”,
R.D.C.O. n° 5, año 1972, p. 807.
348
Cfr. Barbesi O. y Grün E., “Las sociedades…cit. La Información XXVIII-1973, p. 811;
Tanto estos autores, como el Dr. Camara, lug. cit. tachan de irrazonable la solución legal.
349
Cfr. Stratta,A. J., “Nuevos enfoques sobre la validez de las sociedades entre cónyuges”,
R.D.C.O. n° 5, año 1972, p. 806.
350
Cfr. Stratta,A. J., “Nuevos enfoques sobre la validez de las sociedades entre cónyuges”,
R.D.C.O. n° 5, año 1972, p, p. 807.
351
Cfr. Romano A.A. en Código de Comercio…cit. dir. Rouillón A., t. III, p. 73.
352
Cfr., Alegría H. , “El régimen de nulidad…” cit., p. 302.

127
nulidad al tercero de buena fe (arts. 1045, 1046 y 1051 del Código Civil)353. En el
mismo sentido, para la Dra. Stratta, si la situación de los terceros frente al acto nulo o
anulable y de acuerdo a las disposiciones del Código Civil en general se detiene a favor
del adquirente de buena fe y a título oneroso, en la LS es aún más amplia: la nulidad no
tiene efectos retroactivos y la sociedad se liquida, salvo, obviamente, que operara antes
del plazo previsto en el art. 27 LS. Lo que la LS no ha previsto es la situación del
tercero de mala fe y la del socio de mala fe respecto de los que no lo fueran, si existiera
déficit al liquidar, supuesto en que cabría entonces la aplicación de los principios
generales contenidos en la ley civil354; d.-) alguna doctrina incluye como posibilidad la
de excluir al socio con justa causa (art. 91 párr. 2° LS), como remedio para evitar la
incorporación del cónyuge cuando recibiera participación en el ente por herencia y su
ingreso estuviera previsto en el contrato, sorteando así la nulidad prevista en el art. 27
LS355.

JURISPRUDENCIA
Sociedad entre cónyuges. Límites. La ley 19.550 sólo admite las sociedades entre
esposos (art. 27), bajo los tipos de sociedades por acciones o de responsabilidad limitada, y en
caso contrario, establece que deberá transformarse en el plazo de seis meses, o ceder su parte
cualquiera de los esposos a otro socio o a un tercero, pues de otra forma se convierte en
sociedad nula (art. 29, ley citada), y debe liquidarse conforme a las disposiciones de los arts.
101 y sigts. de la misma ; pero en el caso por haber entrado en estado de cesación de pagos, es
decir, de falencia, la sociedad de hecho existente sin que los cónyuges, transcurrido en exceso
el plazo aludido, actuaran como lo dispone el citado art. 27, debe procederse a su liquidación,
de conformidad con las disposiciones de la ley 19.551 (arts. 1°, 2°, inc. 5° y concordantes).
(Juzg. 1ª Inst. de Distrito, C.C. 6ª Nom., Santa Fe,., LL 1981-D, 215.)
. El nuevo régimen de sociedades comerciales no ha consagrado una posibilidad
irrestricta de asociación comercial para los cónyuges, desde que establece claras, limitaciones
respecto del tipo de sociedades que los mismos pueden integrar, reduciéndolas a las sociedades
por acciones y de responsabilidad limitada. Para desenvolverse en el ámbito mercantil de un
modo regular, los cónyuges necesariamente deben acudir a alguna de las formas o tipos
societarios expresamente autorizados por la ley comercial, de donde ejercer en común
actividades comerciales sin constituir entre sí una sociedad de las permitidas por la ley o
constituyendo una prohibición, implica un ejercicio irregular de la actividad. (Cám 2ª.C.C. y
Min. San Juan, septiembre 29-1980, “Bataller, Estornell, Francisco y ot.”)
La ley 19550 no ha consagrado una posibilidad irrestricta de asociación comercial para
los cónyuges, desde que establece claras limitaciones respecto del tipo de sociedades que
pueden integrar, reduciéndolas a las sociedades por acciones y a las de responsabilidad limitada
(art. 27, parte 1ª.). (Cám.2ª, C.C. y Min. San Juan, Septiembre 23-1980, “B. E., F. y M. N. F.
de B.”)
La sociedad conyugal tiene delimitado su ámbito de actuación regular al marco en el
que los cónyuges desarrollan una actividad económica en carácter de tales, pero cuando
pretenden realizar actividades mercantiles que exceden dicho ámbito sólo pueden hacerlo del
modo específicamente previsto al efecto por el derecho positivo. Pensar lo contrario,

353
Cfr. Halperín I., “El régimen de la nulidad....”RDCO año 3 n° 17 p. 550.
354
Cfr. Stratta, A. J., “Nuevos enfoques sobre la validez de las sociedades entre cónyuges”,
R.D.C.O. n° 5, año 1972, p p. 806.
355
Cfr. Verón A.V Sociedades Comerciales,…cit. t. I, ps. 219 y 220. En igual sentido,
Nissen R., Ley de Sociedades Comerciales,…cit. t. I, p. 297. Por su patrte, Cámara H., Derecho
Societario, cit. ps 123 y. 126.

128
entendiendo que los esposos cuentan con capacidad jurídica para realizar en común actos de
comercio y ejercer el mismo sin necesidad de formalizar entre si una sociedad de interés,
implicaría admitir que cualquier persona ideal reconocida por la legislación civil (sociedad
civil, asociación, fundación, etc.) podría ser considerada con capacidad suficiente para realizar
como tal la actividad comercial reservada para las sociedades comerciales reguladas por la ley
19550, lo que es claramente inadmisible. (Cám. 2ª,CC y Minería San Juan, Septiembre 23-
1980, B. E., F. Y M. N. F. de B.”).
El desarrollo regular de actividades mercantiles por los cónyuges requiere
necesariamente que lo hagan constituyendo alguno de los tipos sociales autorizados por la ley
19550 tal interpretación esta avalada y corroborada por la propia redacción acordada a los arts.
27 y 29 de la ley citada y el pensamiento del legislador trasuntado en la exposición de motivos.
Por ende, ejercer en común actividades comerciales sin constituir una sociedad de las
permitidas por la ley o constituyendo una prohibida, implica un ejercicio irregular de la
actividad. . (Cám. 2ª,CC y Minería San Juan, Septiembre 23-1980, B. E., F. Y M. N. F. de B.”).
Sociedad entre cónyuges. Adquisición derivada de la calidad de socio. El art. 27 de la
ley 19550 en su segundo párrafo, al disponer sobre la forma en que debe liquidarse la situación
creada en otros tipos de sociedades cuando un cónyuge adquiere, por cualquier título, la calidad
de socio del otro y señalar que uno de los procedimientos es el de que cualquiera de los esposos
ceda su parte, indica: "a otro socio o a un tercero", excluyendo así al cónyuge, confirma la
prohibición contenida en el art. 1358 del Código Civil. (1ra. Inst. en lo Com. de Registro,
Firme, ED, 72-231)
Sociedad entre cónyuges. Inexistencia de sociedad de hecho: Sin perjuicio de la
actividad empresaria que espontáneamente pueda desarrollarse dentro del ámbito familiar, la
norma del art. 27 de la ley de sociedades constituye un obstáculo para la existencia de una
sociedad de hecho entre los cónyuges. (Cám. Com., C, JA 2004-I, 703.)

C.).Sociedad entre sociedades


1. Caracterización El art. 30 LS consagra una incapacidad de derecho para
las sociedades por acciones -anónimas y en comandita por acciones-356, las que sólo
pueden formar parte de sociedades por acciones. La norma, que no reconoce
antecedentes legislativos357, tiene como finalidad la atención de razones de orden
público tendientes a evitar que por medio de participaciones en sociedades no
fiscalizadas se eludan las disposiciones de los arts. 299 y 301 y en la preservación del
interés de los accionistas en caso de extensión de quiebra a la sociedad por acciones si
esta resulta socia con responsabilidad ilimitada358.
La nulidad que afecta el vínculo en caso de violación del precepto (art. 30 LS)
es absoluta, imprescriptible y no confirmable (art. 1074 Código Civil)359, por cuanto la
incapacidad asociativa consagrada es, según dijéramos, de derecho. Ello no importa

356
Cfr. Zaldivar E. y ots., Cuadernos…cit. . t, I, p. 178; Roitman H., Ley de Sociedades
Comerciales cit. –t. I, p. 546.
357
Sin perjuicio de los antecedentes reseñados en la Exposición de Motivos, el art. 30 LS es
una creación original del derecho argentino. Sobre el particular, véase Manóvil, R. Grupos de
Sociedades cit. , ps. 865 a 867 y . 871 quien postula la derogación del artículo por los insolubles
problemas que plantea su infracción .
358
Cfr. Zunino, J., Régimen… cit., 20° ed., ps. 103 y 104; Halperín I. y Otaegui, J.C.
Sociedades Anónimas, Bs As, 2000, ps. 802 y 803, n° 7.
359
Cfr. Manóvil, R. Grupos de Sociedades cit. p. 872.

129
que los entes involucrados se transformen en irregulares360.

JURISPRUDENCIA
Sociedad entre sociedades. Incapacidad. La exposición de motivos de la ley 19550
señala que la regla del art. 31 establece una pauta de incapacidad fundada en el objeto de la
participe y tendiente a evitar su desnaturalización, interpretación que la doctrina comparte en
forma pacifica, destacándose que tutela el consentimiento prestado por el socio para
determinada actividad, y la posibilidad de un adecuado control de esté sobre ella. (1ª Inst.
Com. de Registro, Firme, ED, 92-252)
La prueba de la existencia de una sociedad de hecho -en el caso, el actor afirmó que
ésta era titular de un conjunto económico conformado por una estación de servicio, un
"agroservice" y sus explotaciones- integrada por una sociedad anónima y otras personas, es
particularmente rigurosa (arts. 25 y 30, ley de sociedades), teniendo en cuenta que la ley veda
a las anónimas integrar sociedades de interés, por lo que establece una incapacidad de derecho
para aquél tipo social y la nulidad del negocio en caso contrario. (Cám.C..C. y Gtías Penal
Necochea, ED 201, 265 - LLBA 2002, 1445 - IMP 2003-A, 1469.)
El art. 30 de la ley de sociedades, supone como "prius" la condición societaria del
emprendimiento participado; es decir, que existe la concurrencia de los elementos específicos
del contrato social: fondo común o capital entendido como conjunto de aportes de los socios,
con valor expresado en cifra dineraria susceptible de registro en el pasivo del estado contable,
balance, participación en las utilidades y soporte de las pérdidas y "affectio societatis".
(Cám.Com., B, ED, 161-173, fallo N° 46.218; IMP, 1995-A, 815).
La incapacidad del art. 30 de la ley 19.550,, no alcanza a sociedades anónimas o en
comandita por acciones regidas por un derecho extranjero. Así la sociedad anónima
constituida en Suiza y regida por el derecho suizo (art. 118, 1° párr., ley 19.550), no se rige en
cuanto a su capacidad de tomar parte en una sociedad de responsabilidad limitada argentina
por otro derecho que el del país de su constitución y no por la ley argentina. (Cám. Com., C,
LL 1982-D, 500, con nota de M. E. Malbrán - ED 98, 478).
La interpretación del art. 30 de la ley de sociedades, no se extiende a materias
negociales no societarias, pues existiría el riesgo de frustrar la vocación empresaria que
conviene a las sociedades en general, y especialmente a la anónima. Siendo que nada
específico de la materia societaria impone apartar el principio general de la plena capacidad de
los sujetos de derecho, salvo las expresas restricciones impuestas por la ley, las cuales, deben
siempre interpretarse en su contenido institucional y finalista. (Cám.Com., B, ED, 161-173,
fallo N° 46.218; IMP, 1995-A, 815).

2. Sociedades civiles: Al circunscribirse la incapacidad de derecho prevista en el


art. 30 LS a las sociedades por acciones, nada impide que las sociedades por partes de
interés o cuotas participen en otras de otro tipo, incapacidad que tampoco se aplica
respecto de las sociedades civiles, atento la inexistencia de prohibición en tal
sentido361.

JURISPRUDENCIA
La télesis del art. 30 de la ley de sociedades que está orientada a la tutela del régimen
de tipicidad adoptado por la ley societaria mercantil en vigencia, busca evitar que el tipo
anónima, por su mayor grado de abstracción y complejidad orgánica, vea desplazada de hecho
su administración hacia tipos eventualmente participados, con mayor significación efectiva del
elenco de socios como lo son los personalistas y frustración inclusive de la función de

360
Cfr. Roitman H., Ley de Sociedades Comerciales cit. –t. I, p.p. 547; Escuti, I, “La
batalla en contra del art. 30 de la LS”, ED, 154, 990
361
Cfr. Cámara H., “Capacidad e incompatibilidad…” cit. R.D.C.O., n° 19, 1986, p. 171.

130
contralor interno. Ello importa operatividad de la restricción, en el exclusivo plazo
intersocietario. (Cám. Com., B, septiembre 29-1994, “Brainin, Kurt y otro c. Laboratorios
Elea S. A.”)
3. Limitaciones a la participación La LS dispone –art. 30- que ninguna
sociedad, sin importar su tipo362, excepto aquellas cuyo objeto sea exclusivamente
financiero o de inversión, puede tomar o mantener participación en otra u otras
sociedades por un monto superior a sus reservas libres y a la mitad de su capital y de
las reservas legales363. Con ello se busca limitar la cuantía de las participaciones de
una sociedad en otra, a fin de preservar la autonomía e independencia de sus
actuaciones y que estas desarrollen sus objetos de manera directa, con sus propios
recursos364. De esta forma la LS introduce una incapacidad para el sujeto basada en
su objeto, en el convencimiento de que “las participaciones de otra sociedades deben
ser limitadas cuando el objeto social no es financiero o de inversión. Fijó [la
comisión redactora] tal límite, en atención a que las participaciones que lo exceden
importarían una deformación de las actividades que realmente deberían cumplirse en
consonancia con un objeto no exclusivamente financiero o de inversión. Ello,
además de desnaturalizar el objeto social, implicaría que tal actividad fuera
prevalente en la consecución del mismo, y por ende que solamente pudiera ser
cumplida por sociedades especialmente estructuradas con ese objeto, y por ello
controladas en esa actividad”365. El tope ha sido criticado por excesivo, por cuanto
incluye el total de las reservas libres, las que, por no tener destino ni finalidad
específica, pueden mantenerse indefinidamente sin capitalizar, superando en mucho
las cuentas capital y reserva legal366.

362
El art. 31 LS incluye, por ende, también a las sociedades accidentales o en participación y
las irregulares y de hecho. Cfr. Cabanellas de las Cuevas, G. Derecho Societario…cit. –parte
general- t. II, p. 215; Verón A., Sociedades Comerciales…” cit –t. I, p. 238.
363
El decreto N° 1076/2001 (B.O. 28/08/2001) en su art. 31 exceptúa de los límites
establecidos en el primer párrafo a las sociedades que se incorporen como socios de sociedades de
garantía recíproca. La Comisión Nacional de Valores prevé la inclusión en la cuenta capital, para el
cálculo del tope previsto en el art. 31 LS, a los aportes de los accionistas aún cuando no estuvieran
capitalizados (art. 9 res. 195/92). Para la IGJ –res. 7/2005 art. 54- el cálculo se efectúa según valores
del patrimonio neto resultante de los últimos estados contables aprobados a la fecha de constitución
de la sociedad participada.
364
Nissen, R., Ley de Sociedades Comerciales…”, t. I. p. 306. En igual sentido Manóvil R.,
Grupos de Sociedades…” cit- p. 882 “de algún modo el socio o accionista corre el riesgo de que el
contenio de su consentimiento al aportar a la sociedad sea violentado en alguno de sus aspectos,
particularmente en el relativo al objeto de la sociedad: es muy fácil que una sociedad participada esté
facultada para hacer, y emprenda, lo que la sociedad participante tiene vedado en razón de las
limitaciones de su objeto. Por estas razones es atinada la afirmación de que la formación de un grupo
importa, a menudo, una implícita modificación estatutaria en la sociedad dominante, tanto porque
implica una mediatización de la dirección de los negocios sociales, como porque, cuando la sociedad
participada no tiene idéntico objeto, importa una modificación del objeto de la sociedad” –“-.
Sobre la relación entre la prohibición legal y la preservación del objeto, Exposición de
Motivos, Capítulo I, Sección V, ap. 4.
365
Exposición de Motivos, Capítulo I, Sección V, pto. 4.
366
Cfr. Roitman H., “El cumplimiento del objeto social”, Bs As, 1978, p. 837 y Ley de
Sociedades Comerciales cit. t. I, p. 548; Zaldivar E. y ots., Cuadernos…cit. . t, I, p. 178;

131
La ley exceptúa el caso en que el exceso en la participación resultare del pago
de dividendos en acciones o de la capitalización de reservas. También quedan
excluidas de las limitaciones del art. 31 1er. párrafo las entidades reguladas por la
ley N° 18.061 –actual ley 21.526-, que, a diferencia de aquellas que simplemente
tienen objeto exclusivamente financiero y de inversión, requieren además de
autorización del Banco Central de la república Argentina para funcionar. Asimismo,
el Poder Ejecutivo Nacional puede, según el art. 31 LS, autorizar en casos concretos
el apartamiento de los límites previstos, facultad que luce incompatible con la
competencia jurisdiccional reservada a las provincias respecto de las sociedades bajo
su control, al tiempo que otorga una potestad discrecional impropia del poder
administrador367.
Las participaciones, sea en partes de interés, cuotas o acciones, que excedan
los montos previstos en el primer párrafo del art. 31 LS deben ser enajenadas dentro
de los seis meses siguientes a la fecha de aprobación del balance general del que
resulte que el límite ha sido superado. La constatación debe ser comunicada a la
sociedad participada dentro de los diez días de la aprobación del balance general, lo
que tiene como finalidad hacer efectiva la sanción -pérdida del derecho de voto y
utilidades-. Pero las consecuencias por la omisión de tal obligación informativa no
han sido expresamente legisladas, ni se prevé mecanismo alguno que posibilite al
ente tomar conocimiento del hecho, lo que en la práctica el infractor que lo oculte
prolongará el plazo a su arbitrio.
En rigor y a tenor de lo dispuesto por la norma, las participaciones sólo deben
ajustarse a los límites legales a la fecha de cierre del balance general368. Esto otorga
a la sociedad participante la posibilidad de recurrir a diversos mecanismos para
eludir la sanción, como enajenar y readquirir los excedentes o rotar las tenencias
accionarias de modo que, a la época de percibir utilidades o ejercer el derecho de
voto, se reemplacen unas por otras evitando que la nueva sociedad participada tome
conocimiento de la situación hasta después de aprobarse los balances. En cuanto al
plazo otorgado para la enajenación –seis meses-, es lo suficientemente amplio como
para que esta sea posible a valores no viles369.
El incumplimiento en la enajenación del excedente produce la pérdida de los
derechos de voto y a las utilidades que correspondan a esas participaciones en
exceso hasta que se cumpla con ella. Esta pérdida del derecho patrimonial es

367
Cfr. Verón A.V., Sociedades Comerciales”…cit 2° ed. t. I, p. 324, n° 8; Halperín I. y
Otaegui, J.C. Sociedades Anónimas, cit., p. 811, n° 27.
368
Cfr., Manóvil R., Grupos de Sociedades…” cit- p. 897.
369
Cfr. Zaldivar E. y ots., Cuadernos…cit. . t, IV, ps. 52, 53 y 56, régimen que califican de
complicado y presumiblemente inoperante; Verón A. V., Sociedades Comerciales”…cit 2° ed. t. I, p.
325.

132
definitiva, por lo que no se produce una mera suspensión del cobro, correspondiendo
las utilidades del excedente a la sociedad y no a los restantes socios370. En cuanto a
que participaciones deben considerarse excedentes, su determinación a partir de
balances aprobados resulta difícil –sino imposible- cuando aquellas correspondan a
varias sociedades, máxime si hubo durante el ejercicio numerosos movimientos,
supuesto ineludible en las cotizadas; “estrictamente, debieran computarse como
excedentes las últimas participaciones adquiridas, siguiendo el orden cronológico
dentro del mismo ejercicio”371.
Según la Exposición de Motivos de la ley 19.550, esta procura establecer es una
pauta de incapacidad para que sociedades tomen o mantengan participación en otras
sociedades (Capítulo I, Sección V, ap. 4). No obstante, no parece ser tal la solución
prevista en el art. 31 LS, en cuanto no anula el vínculo participativo y sólo engendra el
deber en cabeza de la sociedad participante de enajenar las tenencias en exceso, sin
siquiera prever la forma de constreñir al ente en tal sentido, más allá de las sanciones
dispuestas372.
4.-Nulidad en las participaciones. Las participaciones recíprocas suelen
encubrir aguamientos de capital, con la consecuente pérdida de su intangibilidad373. En
concordancia, el art. 32 LS dispone la nulidad de la constitución de sociedades o el
aumento de su capital mediante participaciones recíprocas, aún por persona interpuesta.
La infracción a esta prohibición hace responsable en forma ilimitada y solidaria a los
fundadores, administradores, directores y síndicos, lo que alguna doctrina hace
extensivo a los accionistas o socios de mala fe que hubieran participado en la decisión
de aumentar el capital, por aplicación del art. 254 LS374. La norma efectúa una doble
distinción, según se trate de la constitución de sociedades o del aumento de su capital.
Si bien en ambos casos se trata de una nulidad absoluta e insalvable, que involucra la
totalidad del contrato social por cuanto atiende el interés de terceros evitando la
actuación de una persona sin patrimonio375, cabe considerar: a.- Frente al supuesto de
constitución, es el acto constitutivo el que resulta nulo, debiendo aplicarse a la sociedad
el régimen de las sociedades nulas, siendo el efecto de su actuación pasada el mismo
que el de los entes irregulares -atento su actuación de facto- y debe disolverse sin
posibilidad de regularización376; b.- A diferencia del supuesto de constitución, para el
370
Cfr. Zaldivar E. y ots., Cuadernos…cit. . t, IV, p. 53, n° 52.1.2.2.; Halperín I. y Otaegui,
J.C. Sociedades Anónimas…, cit., 2ª.ed. p. 811, n° 8.
371
Cfr. Zaldivar E. y ots., Cuadernos…cit. . t, IV, , p. 52, n° 53.1.2.2.
372
Cfr. Manóvil R., Grupos de Sociedades…” cit- p. 897, quien define la prohibición como
norma imperativa de policía societaria interna.
373
Exposición de Motivos, Capítulo I, Sección V, ap. 5.
374
Cfr. Zaldivar E. y ots., Cuadernos…cit. . t, IV, p. 55, n° 53.1.3.; Verón A.V., Sociedades
Comerciales”…cit 2° ed. t. I, p. 330, n° 3.
375
Cfr. Otaegui J.C. Invalidez de Actos Societarios, Bs, As. 1978, ps. 318 y 319; Manóvil R.,
Grupos de Sociedades…” cit- p. 936.
376
Cfr. Manóvil R., Grupos de Sociedades…” cit- ps. 937 a 939, sin perjuicio de que el
autor se inclina por aplicar a este supuesto la posibilidad saneatoria prevista en la parte final del

133
caso de aumento del capital el art. 32 LS dispone que dentro del término de tres meses
debe procederse a la reducción del capital indebidamente integrado, quedando la
sociedad en caso contrario, disuelta de pleno derecho. El plazo principia desde la fecha
de suscripción del aumento por lo participado; la participación unilateral puede
preexistir en la participante y tornarse recíproca recién con la suscripción por la
participada377.
Tampoco puede una sociedad controlada participar en la controlante ni en
sociedad controlada por esta por un monto superior, según balance, al de sus
reservas, excluida la legal378. Las partes de interés, cuotas o acciones que excedan
estos límites deben ser enajenadas dentro de los seis meses siguientes a la fecha de
aprobación del balance del que resulte la infracción.
El incumplimiento se sanciona conforme las disposiciones del art. 31 LS, al
que anteriormente nos refiriéramos. La solución ha sido criticada por su
complicación e inoperancia, la que pudiera incluso consagrar el efecto inverso al
pretendido. Así Manóvil, “el art. 31 de la LS impone la pérdida de los derechos de
voto y a las utilidades que correspondan a las participaciones en exceso del límite
autorizado. No así, paradójicamente, la pérdida del derecho de suscripción
preferente, con lo que puede llegarse al absurdo de que, aún violándose la norma, la
sociedad continúe incrementando su participación en la controlante. Además, en lo
que hace a la sanción de pérdida del derecho a las utilidades…, en el caso del art. 32
de la LS se agrava la incongruencia de la sanción: la controlada que participa en la
controlante pierde su derecho al dividendo, el cual permanece en el patrimonio de la
controlante. Los accionistas externos de la controlada pierden así su porción en las
utilidades generadas por la inversión de una parte del patrimonio social en la
controlante. ¿Quién obtiene, entonces, el beneficio correlativo a esa pérdida?
Indudablemente la sociedad controlante, que no sufre igual pérdida en la sociedad
controlada, ya que retiene toda la utilidad no asignada a esta última, y no sólo lo que
hubiera correspondido a la proporción de su propia participación social. Por
definición, además, la controlante rige los destinos de la controlada, con lo que no
deberá descartarse que las participaciones recíprocas sean mantenidas en infracción
en forma dolosa, precisamente para obtener este resultado”379.

primer párrafo del art. 32 LS, en atención al principio de conservación de la empresa (art. 100 LS) y
de los actos (arts. 14 inc. 4° y 1037 Código Civil y 218 Cód. Comercio), en la medida en que los
aportes involucrados sean sólo parciales. También por la subsanación, aunque por aplicación del art.
22 LS. Alegría H. , “El régimen de nulidad…” cit., ps. 305 y 306. Id. pero con fundamento en el art.
100 LS; Zaldivar E. y ots., Cuadernos…cit. . t, IV, p. 55, n° 53.1.3.
377
Cfr. Halperín I. y Otaegui, J.C. Sociedades Anónimas…, cit., 2ª.ed. p. 813, n° 9.
378
Se ha señalado la existencia de una hipótesis que debe ser incluída en el art. 32 LS, no
obstante su omisión en el texto legal, tal la adquisición por la participada de acciones en la
participante fuera de los supuestos legislados expresamente y que legitimaría la confusión patrimonial
que la norma procura evitar. Cfr. Halperín I. y Otaegui, J.C. Sociedades Anónimas…, cit., 2ª.ed. p.
813, n° 9.
379
Manóvil R., Grupos de Sociedades…” cit- .p. 942, n° 3.5.b.

134
JURISPRUDENCIA
Sociedad entre sociedades. Límites. Por imperio del art. 30 de la ley 19550, ninguna
sociedad por acciones puede participar de otra que no reviste tal carácter, siendo indiferente
que en esta última preexistan titulares de participación de aquella naturaleza.
Consecuentemente, en virtud del art. 369, inc. h) de aquel cuerpo legal, aquellas sólo pueden
enajenar su participación, pero de ningún modo atraer a otras sociedades o acrecentar esa
participación. (Cám. Com., A, ED, 91-400)
El oscuro texto del art. 386, inc. h) ley 19550 debe ser interpretado en el sentido de
que las consecuencias de la violación de la prohibición contenida en el mismo se concentran,
no sobre las sociedades, sino respecto de la vinculación entre ellas; de modo que la nulidad del
vínculo operará en forma diversa sobre la sociedad participada según fueren las características
de la integración societaria de la misma. En efecto, una interpretación literal de dicha norma
que llevase a admitir lisa y llanamente la irregularidad, conduciría a consecuencias no queridas
por el legislador y totalmente encontradas con la teleología de la ley, a través de la cual se
pretende asegurar la paz y la justicia en la resolución de los litigios, el equilibrio de los
intereses contrarios y la protección de los bienes. (Cám.Com., A, ED, 164-990.)
El art. 30 de la ley 19550 en su redacción no establece ninguna excepción que limite su
aplicación a determinadas sociedades; todas están comprendidas, tampoco existe norma en el
articulado de dicha ley que disponga una suspensión de los efectos del artículo citado, ni
siquiera el art. 369, inc. h), pues la lectura de esta última disposición demuestra que lo allí
dispuesto no es una conducta a observar por la sociedad que no es por acciones, sino que
impone una conducta a las sociedades por acciones que forman parte de aquella y esa
conducta es la de sanear esa participación. (Cám.Com. A, ED, 91-400.)
Sociedad entre sociedades. Límites. Sanciones. Dado que el art. 30 de la LS determina
la falta de legitimación de las accionarias para participar en las que no lo sean, las
consecuencias de la trasgresión a dicha preceptiva no pueden recaer sobre el sujeto vinculado
sino sobre el vínculo, porque la prohibición recae sobre este último y no sobre la partícipe
como tal. A la luz de tales consideraciones, el oscuro y desafortunadamente redactado art. 386,
inc. h) de la ley citada debe ser interpretado en el sentido de que, vencido el plazo en él
establecido, la consecuencia sería la que corresponde a la trasgresión actual de la prohibición,
es decir, la nulidad de dicho vínculo sobre la participada; la cual padecerá una resolución
parcial si la componen más de dos socios o la disolución bajo condición suspensiva del art. 94,
inc. 8º de la ley 19550 en los supuestos de tener tan sólo dos socios o cuando el aporte de la
accionaria resulte decisivo en los términos del art. 16 del mencionado cuerpo legal (del fallo
de 1ª Inst. que la Cámara comparte y hace suyo). (Cám.Com., A, ED, 164-990.)
Sociedad entre sociedades. Límites. Inaplicabilidad. La inaplicabilidad del art. 30 de la
ley 19550 a las sociedades de responsabilidad limitada, resulta específicamente del ámbito de
validez material de la norma, que solo alcanza a las sociedades por acciones participantes y
sujetas al derecho argentino.(Cám. Com., C, ED, 98-478)
Es claro que las sociedades de responsabilidad limitada no se hallan contempladas por
la norma prohibitiva del art. 30 de la ley 19550, que prohíbe participar en sociedades no
accionarias solo a las sociedades por acciones. La sociedad de responsabilidad limitada no se
halla expresamente incapacitada por la norma para participar en sociedad por acciones o ser
participada en estas, ni se advierte fundamento para interpretar extensivamente la norma en
cuestión, que implica una incapacidad de derecho. (Cám. Com., C, ED, 98-478)
La operatoria consistente en la entrega por parte de la sociedad controlante de un pagaré
emitido a cuenta de una futura emisión de acciones de la controlada y en la utilización de dicho
pagaré para pagar una deuda mantenida por la sociedad controlada con un tercero, no constituye
un supuesto de aumento de capital mediante participaciones recíprocas, toda vez que hubo un real
y efectivo movimiento de valores o bienes entre la sociedad controlante y la controlada tendiente a
la cancelación del pasivo de esta última. (Cám. Com., D, LL 2003-F, 55 - IMP 2003-B, 2941).

135
5. Sociedades controladas y vinculadas. La LS considera sociedades
controladas aquellas en que otra sociedad, en forma directa o por intermedio de otra
sociedad a su vez controlada: 1.- posea participación, por cualquier título, que
otorgue los votos necesarios para formar la voluntad social en las reuniones sociales
o asambleas ordinarias; 2.- ejerza una influencia dominante como consecuencia de
acciones, cuotas o partes de interés poseídas, o por los especiales vínculos existentes
entre las sociedades. Por otra parte se considera sociedad vinculada cuando una
participe en más del diez por ciento del capital de otra. La sociedad que participe en
más del veinticinco por ciento del capital de otra, deberá comunicárselo a fin de que
su próxima asamblea ordinaria tome conocimiento del hecho (art. 33 LS).
Obtener una definición acabada de controlante, habida cuenta el carácter
bifronte de un término que combina aspectos económicos y jurídicos, resulta
improbable. No obstante, mayormente se entiende que el control puede ser de hecho
o de derecho, interno o externo. 1.- Control de hecho externo: supone la sujeción de
la sociedad al poder económico de un sujeto que no cuenta con una participación
que le otorgue los votos necesarios para formar la voluntad social. La LS alude a
este tipo de control con los términos influencia dominante y especiales vínculos (art.
33 inc. 2º)380, que presuponen una situación de hegemonía o predominio –
usualmente mediante contratos de concesión, agencia, distribución o franquicia
con cláusulas de exclusividad381- que coloca a una sociedad en situación de
subordinación o dependencia respecto de otra382; 2.- Control de derecho: se ejerce
a través del derecho a determinar por medio del voto la voluntad social; 3.-Control
interno: supone un poder efectivo en la conducción de los negocios sociales,
permitiendo a quienes lo ejercen ostentar el control de la actividad de la sociedad
por medio del voto383.
En ningún caso la sola vinculación entre sujetos, la existencia de un
efectivo control o la pertenencia a un mismo grupo económico, acarrea, per se,
380
Dejo aquí nuevamente expuesto mi cambio de opinión en cuanto a que este tipo de
control no habilita la extensión de quiebra (art. 161 LCQ), como equivocadamente sostuviera
anteriormente.
381
Cfr. Bergel S.D. Y Paolantonio, M., "Los limites de la responsabilidad del
controlante en los supuestos de los contratos de distribución comercial", ponencia al Congreso
Iberoamericano de Derecho Societario y de la Empresa - V Congreso de Derecho Societario
publicada en Derecho Societario y de la Empresa, Córdoba, 1992, t. II, p. 673.
382
Cfr. López Raffo F. El corrimiento del Velo Societario, Bs. As. 2005, p. 133;
Odriozola C. S., “Los grupos de sociedades y los accionistas externos”, LL, 1986-E, 1115 y ss.
Verón A.V., Sociedades Comerciales”…cit Actualización, p. 22, con cita a Ferro Astray. Ferro
Astray, Empresas Controladas, Bs As, 1961, p. 51 y 55.
383
Verón A.V., Sociedades Comerciales”…cit 2° ed. t. I, 24 y 297, con apoyo y cita de
Ferro Astray, ob. y lug. cit. Así se ha dicho que “la doctrina –y a su turno la jurisprudencia de los
tribunales- advirtieron que el verdadero poder no radica en la estructura formal de las asambleas u
órganos de administración, sino en quienes tienen la concreta posibilidad de orientar la política
societaria”, Bergel, S. D., Extensión de la quiebra por abuso, LL 1984 D, p. 972. Sobre el particular
habremos de volver en el Capítulo V, ap. 21c.

136
sanciones384.
6. El control en el decreto 677/2001385. En procura de dotar a la Comisión
nacional de Valores de mayores y mejores herramientas que garanticen la
transparencia del mercado de capitales, el decreto 677/01 abordó de manera directa -
y complementaria de la LS- el tema del control societario. Para ello se procuró
definir al controlante, al grupo controlante o a los grupos de control, y que resultan
ser aquellas personas físicas o jurídicas que posean en forma directa o indirecta,
individual o conjuntamente, participación por cualquier título en el capital social o
valores con derecho a voto que, ya sea de derecho o de hecho386, les otorguen los
votos necesarios para formar la voluntad social en asambleas ordinarias o para elegir
o revocar la mayoría de los directores o consejeros de vigilancia (art. 2° párr. 4). En
concordancia, también se reglamentan las formas de adquisición de participaciones
significativas que conlleven el control de la sociedad y el régimen de contratación
con partes relacionadas (arts. 23 y 73). El decreto incorpora una nueva categoría en
materia de control, el control casi total, cuya existencia habilita tanto a los
accionistas minoritarios a forzar a la persona controlante a ofertar por la compra de
sus tenencias como al controlante a emitir una declaración unilateral de voluntad de
adquisición del capital remanente (art. 25 inc. a y b). Esta variedad de control -casi
total- se verifica cuando un sujeto, de manera directa o a través de controladas,
detenta el noventa y cinco por ciento o más del capital suscripto (art. 26 inc. a).

b.- El consentimiento.
I. Caracterización
La sociedad requiere en su origen el acuerdo de voluntades expresado por los
socios, que incluya consentimiento real y efectivo de los suscriptores. Este
consentimiento resulta necesario aún en los supuestos de constitución sucesiva o
escalonada de sociedades anónimas (art. 168 LS), en los presentes en la asamblea no
representan a los ausentes, ni estos se remiten o someten a cuanto se decida “sino que
con la suscripción, todos, ausentes y presentes, se obligan a someterse a cuanto la
asamblea constitutiva decida en los términos del programa y boletín de suscripción
(arts 170 y 179)”387
No obstante, la LS, la LCQ y la ley 14.394 prevén diversos supuestos en que no
es necesario el consentimiento del sujeto: A) Respecto de los herederos, en el caso de

384
Cfr. Otaegui J. C., Invalidez de actos societarios, Bs As, 1978, p. 293; Miguens, H.,
Extensión de la quiebra y la responsabilidad en los grupos de sociedades, Depalma, Buenos
Aires, 1998, p. 199; López Raffo, F. El corrimiento del velo societario..cit. p.
385
De Régimen de Transparencia de la Oferta Pública (B.O. 19/11/01), modificatorio de la
ley 17.811.
386
En el caso del control de hecho el decreto requiere, además, que este sea ejercido de
forma estable.
387
Halperín I. y Butty, E., Curso…4º ed, t..I, ps. 271 y 272.

137
las sociedades colectivas y en comanditas simples. En tales casos –muerte del socio en
la sociedad colectiva o en comandita simple-, es lícito pactar que la sociedad continúe
con los herederos, a quienes dicho pacto obliga sin necesidad de suscribir un nuevo
contrato, si bien estos pueden condicionar su incorporación a la transformación de su
parte en comanditaria (art. 90 LS). En el caso de las SRL, el contrato puede prever la
incorporación de los herederos del socio, pacto que resulta obligatorio, sin perjuicio de
la libre transmisibilidad de las cuotas que reciban, dentro de los tres meses de
incorporados, y respetando la preferencia del resto de los socios (art. 155 LS); B) En el
concurso respecto de los acreedores quirografarios, en caso de aprobación de
propuestas que impliquen “la constitución de sociedad ... en la que estos tengan calidad
de socios” (art. 43 pár. 2° LCQ), la ley les impone tal calidad, haya o no aceptado el
acreedor la proposición (art. 56 LCQ388). Como efecto de la incorporación se produce
una modificación de los derechos de los acreedores comprendidos, transformándose los
créditos que detentaran en acciones o cuotas de participación social, sobre la base de la
aportación de aquellos a título de desembolso de estas389. Siendo que la norma no alude
a tipo alguno, la sociedad no necesariamente deberá ser por acciones; C) y, en cierta
medida, algo similar sucede con la indivisión forzosa de un establecimiento legalmente
impuesta a los herederos por la ley 14.394. Conforme señala Halperín, ya antes de su
sanción la jurisprudencia contemplaba la situación de los menores que recibían por
herencia la empresa explotada por los padres –situación no prevista entre las
prohibiciones absolutas consagradas en el art. 279 del Cód. Civil-. Así, la Cámara
Civil ya había aceptado la legalidad de una sociedad constituida entre una madre y
sus dos hijos menores para continuar con la industria paterna. En dicha oportunidad
se designó en el sucesorio a un tutor ad-hoc para los menores, quien concertó con la
madre los términos del contrato social, el que fue aprobado por el juez y el asesor de
menores, previo a su inscripción390. La LS en su art. 28 reglamenta los arts. 51 y 53
de la ley 14.394 estableciendo que para el caso de existir herederos menores de
edad, estos deberán ser socios con responsabilidad limitada, y que el contrato
constitutivo deberá ser aprobado por el juez del sucesorio.

II. Vicios del consentimiento.


A fin de que el consentimiento tenga efectos jurídicos, este debe ser expresado
con discernimiento, intención y libertad. Como la seguridad de los negocios exige
conferir valor, en principio, a las situaciones aparentes, el consentimiento se presume
válido en tanto quien lo prestó no demuestre que ha estado viciado por error, dolo o

388
Cfr. Nissen R., Curso…cit.. 67. Sobre la inconstitucionalidad de la norma, véase Mafia,
O., “¿Socios a palos?”, ED 56 p. 957.
389
Cfr. Heredia P., Tratado Exegético de Derecho Concursal, , Bs. As, 2000, t. II, p. 68.
390
Cfr-. Halperín I. y Butty, E., Curso…4º ed, t..I, p. 290 y nota 16.

138
violencia391. La apreciación de todo vicio, sin perjuicio de las prescripciones que sobre
el particular contenga el Código Civil y las excepciones que pudieran existir, queda
sujetos la solución general de la nulidad vincular del art. 16 LS y a la aplicación del
valor de las partes según art. 92 LS392.
A.) Error. Es el falso conocimiento que se tiene de una cosa y debe
considerarse de igual manera que la ignorancia, si bien esta importa ausencia de
conocimiento (art. 923 Código Civil). No todo error importa un vicio del
consentimiento que puede ser invocado como tal393, sino sólo aquellos de hecho
esenciales y excusables (arts. 924, 925 y 929 Cód. Civil), por cuanto los errores de
derecho no se puede invocarlos (arts. 2 y 20 Código Civil). El error esencial es aquel
que no impide la formación del acto, pero puede dar lugar a su nulidad por petición de
la parte cuya voluntad sea afectada, y se circunscribe a la persona del contratante o a
las cualidades de la cosa. Será excusable o no proveniente de una negligencia culpable
cuando ha habido razón para errar (art. 929 Código Civil), fórmula que permite atender
el caso particular según sus circunstancias. Cuando el error fuera inducido por uno de
los contratantes y versara sobra la persona de los socios, el objeto social, el tipo o los
aportes, habilita al engañado el reclamo de daños y perjuicios394.
B) Dolo: la característica del dolo como vicio de la voluntad reside en que la
intención dañosa del agente se orienta a forzar a un sujeto a la realización de un acto
jurídico que de otra forma este no hubiera llevado a cabo (art. 931 Código Civil). Al
igual que en el caso del error, no todo dolo es un medio apto para que resulte la nulidad
del acto. Esta debe ser grave, aludiendo tal calificación a la suficiencia del ardid para
engañar a una persona medianamente diligente (art. 932 inc. 1° Código Civil). Rige
para el caso de las sociedades de personas o de partes de interés la excepción
consagrada en la 2° parte del art. 909 del Código Civil y que permite tener en cuenta
las condiciones especiales de los contratantes en razón de la confianza especial propia
de este tipo de acuerdos. Además, el dolo debe ser la causa determinante del acto, por
lo que de no mediar el mismo, aquel no se hubiera celebrado (art. 932 inc. 2° Código
Civil). Se requiere además que el dolo ocasione un daño importante en el patrimonio
del sujeto engañado, por lo que aquellos de poca entidad no habilitan planteos
nulificantes, y que no sea recíproco, previsión legal que tiene en miras no amparar
conductas tramposas (art. 932 incs. 3° y 4 Código Civil). Si el consentimiento se
encontrara viciado en razón del fraude orquestado por el co-contratante, para que el
mismo pudiera implicar la revocación del contrato social suscripto sería preciso que el

391
Cfr. Borda G.A., Tratado..cit. -Parte Genera-l, 11ª ed. , t. II, n° 1126, p. 278. El error y
el dolo afectan la intención y la violencia la libertad.
392
Cfr. Otaegui J.C., , Invalidez de actos societarios…cit. , n° 53, p. 153.
393
No es causa de nulidad el error sobre las calidades accidentales o accesorias de la cosa, ni
el que provenga de una negligencia culpable (arts. 928 y 929 Código Civil).
394
Cfr., Zaldivar E. y ots., Cuadernos…cit. . t, I, p. 178; Roitman H., Ley de Sociedades
Comerciales cit. –t. I, p. 87.

139
deudor hubiera querido por ese medio defraudar a sus acreedores, y que el tercero con
quien hubiera contratado dicho deudor hubiera sido cómplice del fraude (arts. 968 y
969 Cód. Civil)395.

JURISPRUDENCIA
Es procedente la demanda con apoyo en el enriquecimiento sin causa, mediante la cual
el concubino pretendía el reintegro de sus aportes en la medida en que aumentaron el
patrimonio de la demandada en la relación de concubinato, toda vez que existen presunciones
serias, precisas y concordantes respecto a que la participación de la demandada en la
constitución de una sociedad no pudo haberse concretado sin la ayuda del actor, quien había
cobrado unos meses antes una importante indemnización y, por ende esa situación genera un
crédito a su favor. (Cám. Civ., H, mayo 23-2007, “Molinari, O. c/ Borcosque, M. E.”)

C) Violencia. Existe falta de libertad en el sujeto, por tanto vicio en su voluntad,


cuando se emplee contra éste coerción grave, irresistible e injusta para forzarla a
realizar un acto jurídico. Esta violencia puede asumir dos modalidades, según se trate
de una fuerza irresistible (violencia física; art. 396 Código Civil) o de una amenaza o
intimidación injusta, inminente y grave (violencia moral; art. 397 Código Civil). El
temor reverencial entre contratantes no es causal suficiente para solicitar la nulidad del
acto (art. 940 Código Civil).

JURISPRUDENCIA
La existencia de la sociedad debe quedar acreditada mediante: a), carta firmada por los
socios escrita en el interés común de ellos cualquier documento equivalente a los enunciados
precedentemente, siempre claro está que del mismo resulte en forma clara y notoria la
existencia del affectio societatis y el consentimiento de las partes involucradas. (Cám. Civ., B,
diciembre 16-1982, “Agazzi, S. c/ Delait de Devoto, C..”)
La posibilidad de constituir una sociedad no debe inducir al error de suponer que el
mero hecho de la existencia de una unión extraconyugal implica por sí sola, la existencia de
una sociedad entre los sujetos. (Cám.C.C., I, San Isidro, julio 04-2002, “C., J. C. c. F., H.”)
No resulta procedente la demanda enderezada a obtener la nulidad [en el caso se trataba
de una cesión onerosa de acciones] en una sociedad fundada en el estado de violencia
existente en ese momento, como consecuencia de conflictos gremiales y políticos, si el actor
no ha probado un vicio de intimidación dirigido a ese negocio en particular, máxime cuando la
litis se ha fundado en hechos históricos generales y no en una intimidación dirigida
subjetivamente contra aquél, invocando aquellos hechos para deshacer un negocio inter-
individual cuando la situación general varió. (Cám. Com., D, LL 1984-C, 465 - DJ 1985-1,
344.)

c) La causa o fin común


La causa es un rasgo esencial del contrato asociativo, que la distingue de los
demás contratos, y se orienta a la obtención de un beneficio económico (fin común)
fruto de la producción e intercambio de bienes y servicios396. De allí que la causa, al
afectar la necesidad económica que el contrato se propone satisfacer, afecta por igual
su fin confundiéndose con este, por cuanto el sujeto que lleva a cabo el acto jurídico

395
Zaldivar E. y ots., Cuadernos…cit. . t, I, p. 88

140
busca de él una consecuencia determinada: la causa constituye la función objetiva
que el negocio sociedad tiene y que el derecho estatuye y reconoce397.

JURISPRUDENCIA
En el contrato de sociedad la causa-fin es la participación en los beneficios y en las
pérdidas, y ello requiere la realización de actividad social, dado que sólo de ese modo los
socios pueden compartir beneficios y pérdidas, por lo que la inactividad social es causal de
disolución, pues de otro modo se permitiría la existencia de sociedades que no tienen objeto
social alguno, que no realizan actividad alguna, y que sólo persiguen fines ilícitos, máxime
teniendo en cuenta el orden público y el interés general involucrado en la actuación de las
sociedades (del dictamen de la Fiscal General que la Cámara hace suyo). (Cám. Com, E, LL
2006-E, 386 - IMP 2006-19, 2397)

d) Objeto
I. Caracterización.
En tanto originado en un acuerdo plurilateral de organización, el objeto en el
contrato de sociedad habrá de diferir de aquel propio de los contratos de cambio y
que se agotan en el cumplimiento de las prestaciones recíprocamente debidas. En el
contrato de sociedad el objeto tiene una naturaleza funcional398, por cuanto requiere
del ejercicio continuado de los actos en este previsto para su consecusión. Esta así
constituido por los actos o categorías de actos que por el contrato constitutivo podrá
realizar la sociedad para lograr su fin, y se distingue así de la actividad del ente, que es
el ejercicio efectivo de tales actos399.
El objeto cumple una triple función de garantía, según se atiendan los intereses
de la sociedad, sus socios y terceros. A) respecto de la sociedad, por cuanto al
establecer los actos o categorías de actos que podrá realizar la sociedad para lograr
su fin, delimita su ámbito de actuación; B) respecto de los socios, al circunscribir a
396
Cfr. Halperín I. y Butty, E., Curso…4º ed, t..I, n° 5, p. 279, quienes le otorgan
importancia a tal punto que ha sido considerado sustituto de la affectio societatis; Cabanellas de las
Cuevas G., Derecho Societario…cit., -parte general. t. II, p. 251.
397
Cfr. Zaldivar E. y ots., Cuadernos…cit. . t, I, n° 54, págs. 91 y 92. En contra, Fargosi, H.,
La Affectio Societatis, cit., p. 78, para quien la sociedad no tiene un fin sino sólo un objeto por medio
del cual las partes intentan realizar sus fines individuales.
398
Cfr. Colombres G., Curso...cit. ps. 104 y 105, sin perjuicio de que el autor define al
objeto como la actividad peculiar a partir de la cual se determina una imputación específica.
133 Halperín I. y Butty, E., Curso…4º ed, t..I, n° 6, p. 280; Cabanellas de las Cuevas G.,
Derecho Societario…cit., -parte general. t. II, p. 250.
. Con diferencias, Zaldivar E. y ots., Cuadernos…cit. . t, I, ps. 257 y 266, para quien el
objeto es la actividad económica en vista de la cual se estipula el contrato de sociedad, lo que limita
las facultades de que goza la sociedad y los poderes de que pueden hacer uso sus representantes y
administradores limita las facultades de que goza la sociedad y los poderes de que pueden hacer uso
sus representantes y administradores. A través e este el organismo societario se manifiesta y
desenvuelve –Idem. . Colombres G., Curso...cit. p p. 391; Nissen , R., Ley de Sociedades
Comerciales…cit. 2° ed., t. I, n° 53, p. 158; Romano A.A. en Código de Comercio…cit. dir.
Rouillón A., t. III,, n° 6, p. 25; Roitman H., Ley de Sociedades Comerciales…cit t. I, p. 219. Por el
establecimiento de géneros o categorías de actos en potencia cuya delimitación evita enumerar todas
las hipótesis negociales, Martorell, E., Sociedad de Responsabilidad Limitada, Bs. As., 1989, n° 18,
p. 59.

141
aquellos la actuación de los administradores y el evitar que destino de los aportes
realizados por los socios sea otro que el requerido para la consecusión de los fines
sociales (art. 58 LS); C) respecto de los terceros, es el objeto el que les permite
conocer la validez de las obligaciones que los administradores procuren atribuir al
ente (art. 58 LS).

II. Objeto y capacidad


El objeto no mide ni limita la capacidad del ente. De allí que el art. 58 LS
establezca un régimen de oponibilidad al ente de los actos de sus representantes, y
no de su validez, la que sí se vería afectada de guardar estos relación directa con la
capacidad de la sociedad (se trataría en tales casos de actos nulos; art. 1040 Código
Civil). El Dr. Butty –a quien aquí seguimos- señala que la diferencia no es menor, ya
que un acto inoponible, pero válido, puede ser asumido voluntariamente por aquel a
cuyo respecto fuese inoponible, mientras que el acto nulo por incapacidad del agente
no es factible de ratificación (para el caso, incapacidad de derecho; art. 2 LS).
Además, el art. 63 inc. d LS impone detallar entre los activos “cualquier otra
inversión ajena a la explotación de la sociedad” que mal podrían registrarse si se las
reputara nulas por extrañas al objeto. “La LS no ha adoptado en este tema el régimen
anglosajón del ultra vires, en el cual la capacidad de la corporación sí está limitada
al objeto, exigiéndose coherentemente una extremadamente precisa coincidencia
entre el obrar de los administradores representantes y la detallada mención de
actividades que también se requiere para la enunciación del objeto. Al contrario,
consagra expresamente la oponibilidad a la sociedad de actos ajenos al objeto social
con tal de que no fueren notoriamente extraños”.135

JURISPRUDENCIA
Objeto. Actividad económica: La sociedad, como contrato plurilateral de organización
o asociativo, posee especiales características, de las cuales una se exterioriza: el objeto social.
En nuestro ordenamiento societario éste consiste en la actividad económica en vista de la cual
se estipula el contrato de sociedad, por el que el organismo societario se exterioriza y
desenvuelve. Su "determinación" permite: i) indicar las actividades económicas en que se
invertirá el patrimonio, ii) definir el interés social y iii) fijar las facultades de obrar y limitar la
responsabilidad de los órganos sociales (Halperín, Isaac y Fargosi, Horacio P., cit. por Bernal
y Polanía, RDCO, 1991-B, Ed. Depalma, p. 25 y ss.). La línea trazada por el contrato de
sociedad a la actividad de la persona jurídica no puede desviarse sin contrariar la intención de
los asociados, que la ley sanciona, facilita y protege. (Cám. Com. B, JA 2003-IV-897; Idem.
LL 1980-D, p. 87.)
Cuando se trata de actos notoriamente ajenos al objeto social, es obligación de los
terceros contratantes interiorizarse de las cláusulas del contrato social (Del dictamen de la
Fiscal General que la Cámara hace suyo). (Cám. Com, B, LL 2006-C, 351 - IMP 2006-7,
1067.)

142
III. Requisitos
El objeto social debe ser posible, preciso y determinado, además de lícito.
A) Posible. El cumplimiento del objeto debe ser ab initio física y
facticamente posible (art. 953 Código Civil), ya que lo contrario –imposibilidad
preexistente- produce la nulidad social (art. 530 Código Civil); la imposibilidad
sobreviniente o su cumplimiento, en cambio, son causales de disolución. La
posibilidad fáctica debe valuarse en base a la viabilidad práctica, a la luz de las
circunstancias que rodean a la sociedad, de llevar a cabo las actividades previstas400.
B) Preciso y determinado. El objeto de la sociedad debe ser expresado de
manera clara y sin ambigüedades, de forma tal que permita conocer sus límites. El
Código de Comercio ya preveía que la escritura constitutiva debía contener
“designación específica del ramo de comercio objeto de la sociedad” (art. 291 inc.
4°, ley 8867 del 6/2/1912), antecedente de la actual y más ajustada fórmula de la LS,
que requiere que este sea designado de manera precisa y determinada (art. 11 inc.
3°). La precisión requerida apunta a delimitar debidamente las actividades sociales,
impidiendo que su expansión desnaturalice el objeto para el cual se constituye el
ente. En cuanto a la determinación, esta refiere a las categorías de actividades
económicas que el ente se propone desarrollar para el logro de su fin401, como ser
industrial, inmobiliaria, agropecuaria, etc., no así el detalle exhaustivo –e
innecesario- de cada uno de los actos que tales actividades comprende. La
interpretación en cuanto a los actos o categorías de actos comprendidos en el objeto
debe ser amplia402, atendiendo los ajustes que la variación del tráfico necesariamente
habrá de imponer a un ente al que no resulta conveniente sujetar a rígidos patrones.
La Inspección General de Justicia, en concordancia con la LS,
inveteradamente ha aceptado que nada se opone a que la sociedad se constituya con
objeto plural, siempre que los objetos singulares que lo integren sean también
precisos y determinados403, a condición de que resulte posible su cumplimiento, o
bien de manera más restringida, la aceptación de un objeto único principal seguido
de actividades secundarias o afines que guarden una relación directa de conexidad o
complementación404. Este criterio sufrió alguna alteración a partir del dictado de
modificación de las las Normas de la Inspección (art. 18 res. 6/80; arts. 66 y 67 res.

400
Cabanellas de las Cuevas G., Derecho Societario…cit., -parte general. t. II, ps. 269 y
270 “Si la actividad consiste en enviar equipos a Saturno para realizar allí explotaciones de recursos
minerales, es físicamente posible desde el punto de vista científico, pero es hoy en día irrealizable”.
401
Cfr. Halperín I. y Butty, E., Curso…4º ed, t..I, p. 288, n° 11; Zunino J., Régimen… cit., 20°
ed., p. 90.
402
Cfr. Zaldivar E. y ots., Cuadernos…cit. . t, I, ps. 263 y 264; Halperín, I. Manual de
Sociedades Anónimas, Bs A, 1958, p. 22.
403
Existe, no obstante, una solitaria excepción del año 1972.
404
Cfr. Zaldivar E. y ots., ob. y lug. en la nota 136: Si bien la Inspección solicita una adecuada
relación entre capital social y objeto plural, extremo sobre el que hemos manifestado nuestras
diferencias.

143
7/05) en las que se impuso a los suscriptores un objeto único, definido de forma
precisa y determinada mediante la descripción concreta y específica de las
actividades. La rigidez de la fórmula fue parcialmente mitigada al aceptarse la
inclusión de otras actividades en tanto fueran conexas, accesorias y complementarias
de la principal. Tal solución ha sido severamente criticada por consagrar una
prohibición legal que exhorbita las facultades del poder administrador (art. 11 inc. 3°
LS, arts. 19 y 99 inc. 2° CN).

JURISPRUDENCIA
Objeto. Preciso y determinado. La enumeración genérica, en el estatuto de la sociedad,
de las distintas actividades contractuales de orden comercial, inmobiliario, financiero,
agropecuario y otros, no cumple con la condición que en cuanto al objeto debe contener el
acto constitutivo de la sociedad, que debe ser preciso y determinado, según lo establece el art.
11, inc. 3 de la ley 19550. (Cám. 1º, C.C., Bahía Blanca, ED, 46-723.)
No cumple con las exigencias del inc. 3 del art. 11 de la ley 19550, que requiere que el
objeto de la sociedad sea preciso y determinado, la cláusula del contrato societario referida a
un objeto principal, lo que hace suponer que pueden existir objetos accesorios que no se
mencionan. (Cám. Com., C, ED, 46-722)
Carece de la precisión y determinación exigida por el art. 11, inc. 3, del decreto-ley
19550/72, la cláusula según la cual "... La sociedad podrá realizar todo tipo de actividad lícita
sin limitación" (del fallo de primera instancia). (Cám. Com., A, ED, 63-178)

IV. Licitud del objeto y de la actividad


A.-) Objeto ilícito. El objeto de la sociedad debe ser lícito, o esta resultará
nula de nulidad absoluta (nulidad declarable de oficio y no confirmable; art. 19 LS y
art. 1047 Código Civil). Los terceros de buena fe pueden, no obstante, alegar contra
los socios la existencia de la sociedad, sin que éstos puedan oponer su nulidad405.
Los socios, en cambio, no pueden alegar la existencia de la sociedad para demandar
a terceros ni para reclamar la restitución de los aportes, la división de ganancias o la
contribución a las pérdidas. La ilicitud originaria del objeto resulta ser un supuesto
de improbable verificación, de casi nulo tratamiento en Tribunales. Sin perjuicio de
ello, la LS dispone para tales casos, y con un sentido mayormente moralizador, que
una vez declarada la nulidad debe procederse a la liquidación del ente por quien
designe el juez, consecuencia lógica derivada de la sanción que aquella importa.
Realizado el activo y cancelado el pasivo social y los perjuicios causados, el
remanente ingresará al patrimonio estatal para el fomento de la educación común de
la jurisdicción respectiva, como modo de evitar que regrese de manera indirecta a
socios, administradores y controlantes406. También prevé que los socios, los
administradores y quienes actúen como tales en la gestión social no pueden ignorar

405
Los de mala fe son además excluidos por el art. 1660 del Código Civil, sin perjuicio de que la
Exposición de Motivos –Capítulo I Sección III, pto. 2- alude a su expreso apartamiento para la
segunda parte del art. 18 LS.
406
Cfr. Zunino J., Régimen… cit., 20° ed., p. 97.

144
la ilicitud del objeto, por lo que responderán ilimitada y solidariamente por el
pasivo, social y los perjuicios causados (art. 18 LS).

JURISPRUDENCIA
Objeto ilícito. Resulta trascendente la distinción entre objeto social ilícito y objeto
lícito pero actividad ilícita por cuanto el art. 18 de la ley 19.550, sanciona a las sociedades que
tengan objeto ilícito como nulas de nulidad absoluta y los socios no pueden alegar la
existencia de la sociedad, ni reclamar la restitución de aportes, ni la división de ganancias o
contribución a las pérdidas y tanto aquéllos como los administradores y quienes actúen como
tales en la gestión social responden ilimitada y solidariamente por el pasivo social y los
perjuicios causados. Por el contrario, en la sociedad con objeto lícito que realiza actividades
ilícitas procede su disolución y liquidación a pedido de parte o de oficio quedando a salvo los
derechos de los socios que acrediten su buena fe. (Cám. Com., B, febrero 16-1982, “Banco
Municipal de la Ciudad de Buenos Aires, c/ Citanova, S. A”).
No cabe interpretar el art. 54 de la Ley de Sociedades en el sentido que puede aplicarse
sólo cuando la sociedad sea ficticia o fraudulenta, constituida en abuso del derecho y con el
propósito de violar la ley -lo cual supone intencionalidad en el momento de constitución- y
que prevaliéndose de la personalidad, afecte el orden público laboral o evada normas legales,
ello por cuanto se deja de lado la actuación del ente a que alude la norma mencionada sin
distinguir que una cosa es la nulidad por objeto ilícito en que es adecuado hablar de
desestimación "propiamente dicha" o "absoluta" y otra la inoponibilidad o ineficacia de la
sociedad frente a un acto o actos determinados a que denomina "desestimación limitada o
parcial". (Cám. Trab., X, DT 2006, 593 - IMP 2006-1, 240)
No puede prosperar la demanda que persigue el reconocimiento de una sociedad, que
si existió se encuentra incursa en los términos del art. 1659 del Código Civil y eventualmente
en el art. 18 de la ley 19550, y por lo tanto, nula de nulidad absoluta. Por ello, los socios no
pueden alegar su existencia. (Cám. Com., B, Julio 3-1979, “Splenser, C.c/ Eisler, E.”).
Siendo la sociedad nula, de nulidad absoluta, en los términos del art. 18 de la ley
19550, uno de los socios no puede utilizar la vía que brinda los estrados judiciales para
obtener de sus socios una rendición de cuentas y la división y entrega de las utilidades
producidas por al sociedad ilícita. (Cám. Com., B, Julio 3-1979, “Splenser, C.c/ Eisler, E.”).
La sociedad de hecho existente entre las partes, celebrada con el propósito deliberado
de transgredir el reglamento para la quiniela, se encuentra comprendida en el art. 18 de la ley
19550, y por tanto, los socios no pueden alegar la existencia de la sociedad ni aun para
demandar a terceros o para reclamar la restitución de los aportes, la división de las ganancias o
la contribución a las pérdidas. (Cám.Com., B, ED, 93-556.)
La confiscación a que se refiere el art. 17 de la constitución Nacional borrada para
siempre del Código Penal argentino, es el desapoderamiento de bienes sin sentencia fundada
en ley o por medio de resquisicione militares, por lo que no puede ser asimilada al régimen
legal previsto por el art. 18 de la ley 19550, que prescribe, para el caso de las sociedades nulas,
que el remanente de la realización del activo debe ingresar al patrimonio estatal para el
fomento de la educación común de la jurisdicción respectiva. (CS, ED, 103, 468.)

B.) Objeto lícito y actividad ilícita. Cuando una sociedad de objeto lícito
realice actividades ilícitas, corresponde disolverla y liquidarla, a pedido de parte o
de oficio, aplicándose para ello las normas dispuestas para los casos de objeto ilícito
(art. 19 LS). No obstante, tales actividades pueden ser ignoradas por los socios, por
lo que aquellos que acrediten su buena fe quedarán excluidos de responsabilidades y

145
tendrán derecho a su cuota del remanente407. No debe verse en este supuesto, no
obstante su ubicación en la LS, una causal de nulidad del ente sino uno autónomo de
disolución que sanciona el ejercicio de una actividad ilícita medida sobre
acontecimientos sobrevinientes a la constitución408. La norma alude a actividades
ilícitas, por lo que para la tipificación del supuesto es menester la existencia
conductas reiteradas y frecuentes, ello sin perjuicio de que por su trascendencia un
acto aislado excepcionalmente podrá acarrear la nulidad del ente. La actividad ilícita
no debe guardar relación de medida con el objeto social o con la actividad lícita de
la sociedad para habilitar la sanción409. Tampoco los actos secundarios o accesorios
de actividades lícitas, o las modalidades de tales actos, pueden ser considerados
actividad ilícita en sí410.

JURISPRUDENCIA
Objeto lícito, actividad ilícita. Es procedente disponer la disolución y liquidación de la
sociedad anónima demandada pues la actividad desarrollada, consistente en la intermediación
en la oferta y demanda de recursos financieros sin que mediare autorización de la autoridad de
aplicación (ley 21.526, arts.1, 7 y cctes.) -en el caso, tomaba dinero y lo entregaba en préstamo
a terceros, lucrando con la percepción de intereses a tasas superiores a las que cobraban los
bancos-, en tanto prohibida por la ley, ha devenido en ilícita (doct. arts. 898 y 1066, Cód.
Civil) y por consiguiente subsumible en el art. 19 de la ley de sociedades. (Juzg. 1ª. Inst. Com.
nº. 11, abril 3/ 2001, “Ballester, R. A. y ots c/ Viparita S.A.”)
Tratándose de una sociedad de objeto lícito y actividad ilícita, debe rechazarse el
pedido de levantamiento de embargo pedido por un socio -en el caso, embargaron el crédito y
toda suma de dinero que tenga para percibir en un juicio ejecutivo en el que es actor-, toda vez
que la ley establece la presunción "iuris tantum" de mala fe de todos los socios referida al
conocimiento de dicha actividad ilícita, sin perjuicio de que aquél tenga la oportunidad de
probar su buena fe. (Juzg. 1ª. Inst. Com. nº. 11, abril 3/ 2001, “Ballester, R. A. y ots c/
Viparita S.A.”)
Corresponde la liquidación en los términos previstos por el art. 19 de la ley 19550, que
remite al art. 18 de la misma ley, a la entidad privada que sin autorización del Banco Central
de la República Argentina, intermedio habitualmente entre la oferta y la demanda de recursos
financieros. (Cám.C.C.Lab. y Min. Neuquen, Septiembre 28-1979, “Financo, SRL”.)

C.) Objeto prohibido. Las sociedades que tengan un objeto prohibido en razón
del tipo, son nulas de nulidad absoluta y se les aplican las disposiciones de las de
objeto ilícito, aunque a diferencia de estas y de las de objeto lícito con actividad
prohibida, la distribución del remanente se distribuirá en proporción a la
participación de cada socio en las ganancias (arts. 20 y 109 LS).
La introducción de esta prohibición en razón del tipo no debe llamar a
equívocos: la misma apunta a una forma calificada de ilicitud, donde la

407
La buena fe del socio no se presume. En razón de su relación con el ente, cabe a este acreditar
su desconocimieto de la actividad ilícita desarrollada. Cfr. Exposición de Motivos ley 19.550,
Capítulo I, Sección II, pto. 2.
408
Cfr. Zunino J., Régimen… cit., 20° ed., p. 97.
409
Cfr. Halperín I. y Butty, E., Curso…4º ed, t..I, p. 285.
410
Cfr. Alegría H. , “El régimen de nulidad…” cit., p. 310.

146
correspondencia técnica no esta dada por el concepto de tipicidad sino “por una
regulación para-estructural originada en la intervención del Estado en la economia
… [que]… selecciona la figura societaria adecuada al carácter de la empresa,
prohibiéndose su ejercicio para las restantes figuras receptadas”411. Así, tanto la
actividad como el objeto de la sociedad podrán ser lícitos, y pese a ello estarle
vedado su ejercicio en razón del tipo bajo cuya forma aquella debe realizarse (tal el
caso de los bancos, entidades financieras y aseguradoras, entre otras). Esta nulidad
sólo corresponderá en supuestos de prohibición originaria, ya que de resultar esta
posterior será de aplicación la disolución del ente por imposibilidad sobreviniente en
el cumplimiento de su objeto (art. 94 inc. 4° LS).

JURISPRUDENCIA
Objeto prohibido: Es procedente disponer la disolución y liquidación de la sociedad
anónima demandada pues la actividad desarrollada, consistente en la intermediación en la
oferta y demanda de recursos financieros sin que mediare autorización de la autoridad de
aplicación (ley 21.526, arts.1, 7 y cctes.) -en el caso, tomaba dinero y lo entregaba en préstamo
a terceros, lucrando con la percepción de intereses a tasas superiores a las que cobraban los
bancos-, en tanto prohibida por la ley, ha devenido en ilícita (doct. arts. 898 y 1066, Cód.
Civil) y por consiguiente subsumible en el art. 19 de la ley de sociedades. (Juzg. 1ª. Inst. Com.
nº. 11, abril 3/ 2001, “Ballester, R. A. y ots c/ Viparita S.A.”)

16. Elementos específicos del contrato de sociedad


Ya nos hemos referido a las diversas clasificaciones, y su validez y utilidad,
que en materia de elementos –generales y específicos- del contrato de sociedad
efectúa la doctrina. De manera simplificada puede decirse que el art. 1 LS incorpora
nociones de las que surgen los elementos específicos que hacen a la existencia de la
sociedad, tales como la formación de un fondo común, el capital social, los aportes
de cada socio y la participación en la ganancias y en las pérdidas, todo ello además
signado por la voluntad de constituir un ente en colaboración activa e igualitaria412.

JURISPRUDENCIA
Para que se reconozca la existencia de una sociedad de hecho, se hace necesario
acreditar los hechos que, como elementos esenciales, tipifican el contrato de sociedad, a saber:
aportes y trabajos comunes, y vinculación contractual bilateral (v. gr.: "affectio societatis"
recíproca, gestión y dirección de negocios, actos de comercio comunes, propósito sostenido de
obtener beneficios o de aceptar pérdidas resultantes del trabajo común, existencia de bienes
comunes, etc.), y si bien puede ser acreditado por todos los medios de prueba, ello no implica
que en concreto, cualquier prueba sea idónea para dar por cierta aquella situación
imponiéndose un criterio restrictivo de apreciación. (Cám. C.C.Civ. y Com. 7ª Nom.
Córdoba., LLC 1994, 116).
a.) Pluralidad de socios

411
Cfr. Colombres G. Curso…cit, ps. 165 y 166.
412
Cám. Com., ED, 43-417.

147
La exigencia de la concurrencia de una pluralidad de sujetos en el contrato de
sociedad, parece ser tan antigua como este y atender a su propia naturaleza413. Ya el
derecho romano requería de la reunión, al momento de la formación, de al menos
tres individuos –faciunt collegium-, a fin de que resultara a estos posible deliberar
bajo el régimen de mayorías, pudiendo la asociación incluso subsistir aunque se
renovara posteriormente la totalidad de sus componentes o en ocasiones aún si se
estos se redujeran a uno solo414.
La LS, al igual que la mayoría de los ordenamientos vigentes, exige para la
constitución de sociedades comerciales la concurrencia original de dos o mas
personas (art. 1 LS), consagrando así un elemento específico, sustancial, y no una
mera exigencia formal de la que las partes puedan apartarse, que debe mantenerse
durante toda la vida del ente (art. 94 inc. 8° LS). Ello funciona como un
impedimento para la constitución y funcionamiento de sociedades unipersonales, y,
consecuentemente hace cuanto menos dudosa la procedencia de sociedades de
cómodo en que la pluralidad es sólo formal415.

I.Sociedad unipersonal o empresa individual de responsabilidad limitada


A) Pluralidad y personalidad. La pluralidad de contratantes, que en nuestro
derecho adquiere carácter legal (art. 1 LS), no necesariamente se relaciona con el
otorgamiento de personalidad al sujeto asociativo, ni es el elemento que la justifica.
Para el caso, la familia como grupo de personas al que estrechos vínculos coligan,
no goza de personalidad jurídica416, y sí la tienen en diversos ordenamientos simples
manifestaciones individuales. Incluso, la legislación nacional reconoce personería a
las fundaciones, cuyo origen es también producto de una voluntad única. Quienes,
por el contrario, no aceptan escindir la personalidad jurídica del número de
contratantes, encuentran en el substrato de aquella la regulación de la conducta de
413
Tanto es así que el término sociedad unipersonal, no obstante irreversiblemente instalado en el
campo de derecho como medio técnico que permite atribuir dos patrimonios diferenciados a un
mismo sujeto, encierra una contradicción insoslayable. Lo dicho no empece la utilidad práctica que
pudiera tener el instituto, al que parecería ajustársele mejor, en puridad, denominaciones como
Empresa Individual de Responsabilidad Limitada o similares utilizadas por las diversas legislaciones
centro y sur americanas. Anticipamos entonces nuestra opinión en cuanto a la necesidad y
conveniencia de su recepción legislativa, separada de la LS, por cuanto no compartirían tales
institutos una misma naturaleza con las sociedades comerciales.
414
Cfr. Iglesias J., Derecho Romano, 6° ed. Barcelona, 1979, p. 163, n. 226; Digesto 50, 16, 85,
3, 4, 7, 2)
415
El art. 55 del la res. 7/2005 de la Inspección General de Justicia dispone que este organismo no
habrá de inscribir la constitución de sociedades cuya pluralidad de socios sea meramente formal o
nominal. Incluso prevé que los alcances del ejercicio del control de legalidad que le competen a tal
efecto comprenden la verificación de la existencia de pluralidad en sentido sustancial, a cuyo fin el
organismo podrá evaluar el aporte inicial de cada socio fundador, determinando para decidir sobre la
procedencia de la inscripción, si el mismo reviste relevancia económica mínima suficiente para
conformar, con el de los restantes, un efectivo sustrato plurilateral.
416
Cfr. Suarez Anzorena, C, “La personalidad...”cit. en Zaldivar, E. y ots. Cuadernos…cit. t.,
p.133

148
varios individuos, personificada en un punto común de imputación de todos aquellos
acto humanos determinados por dicho orden, y que juega como causa específica del
negocio colectivo, por lo que la sociedad de un solo socio es un negocio jurídico sin
causa, por tanto nulo e imposible417.
Cualquiera sea la posición que se adopte en cuanto a la relación existente
entre la plurilateralidad y la concesión por el ordenamiento de personalidad, no
puede soslayarse que, en tanto estructuras de recepción de la empresa, hoy día las
sociedades comerciales no son utilizadas únicamente a fin de acumular y concentrar
capitales, sino también como modo de canalizar la inversión del empresario
individual, que procura conjugar su aporte con la limitación de la responsabilidad
propia de algunos tipos. Tal realidad social y del mercado, receptada a nivel
mundial, colisiona con la modalidad clásica que impone la pluralidad de socios para
el negocio societario, y que el art. 1 LS recepta, sin proveer soluciones alternativas.
Debiera entonces repararse en que la plurilateralidad no es, en sí, una relación
humana que merezca protección legal, sino una cuya vigencia y pervivencia se
explica desde su funcionalidad para satisfacer necesidades productivas
empresarialmente organizadas418, de lo que tarde o temprano derivará la aceptación
de personalidad en figuras no necesariamente asociativas, lo que permitirá evitar
recurrir a figuras no deseables –como las sociedades de cómodo- para solucionar
tales lagunas.

II. Derecho Comparado419:


A.) Europa. Con la única excepción del Principado de Lietchenstein en 1926,
ningún país del continente europeo aceptó la unisubjetividad societaria antes de la
construcción del Mercado Común (Tratado de Roma de 1957). En Alemania la
figura se adoptó a partir de la reforma de la GmbHG en 1980 (ley del 4 de julio de
tal año) para la figura de la sociedad de responsabilidad limitada -GmbH- y en 1994
se extendió la posibilidad también a la anónima -AG-. En Francia se receptó por ley
85-697 de 1985 (art. 34 de la ley 66-537 del 24 de julio de 1985, actual art. 223.1 del

417
Colombres G. Curso…cit, ps. 26 y 27, notas 16 y 17. Cabe aclarar que la postura del autor es
anterior al desarrollo, expansión y aceptación de la empresa individual de responsabilidad limitada.
418
Vid. Moro, E., La sociedad de capital unipersonal, Bs. As., 2006, p. 31 y por su parte final, a
a Cabanellas de las Cuevas, G., Introducción al derecho Societario –parte general-, cit. , t. , p. 186.
419
Por toda esta reseña de derecho comparado y antecedentes nacionales, Vid. Moro, E., La
sociedad…cit. ps. 59 a 75 –y sus citas que aquí omitimos-, a quien se agradece habernos permitido
su utilización de esta valiosa monografía, premiada en el Master de Derecho Empresario de la
Universidad Austral en el 2007.
También se puede consultar: García Villalonga J., “Las sociedades de capital y su
organización unipersonal”, -Rev. Argentina de Derecho Empresario, Universidad Austral, n° 2, Bs.
As, 2005- p. 78 y ss. donde se estudia los sistemas de Paraguay, Japón, Austria, Bélgica, Chipre,
Dinamarca, Eslovaquia, Eslovenia, Estonia, Finlandia, Grecia, Holanda, Hungría, Letonia, Lituania,
Malta, Noruega, Polonia, Portugal, República Checa, San Marino y Suecia, cuya mención aquí
omitimos.

149
Cód. de Comercio de 2000) la entreprise induviduelle à responsabillité limitée)
reformando las nociones de sociedad contenidas en el art. 1832 del código civil y en
el art. 34 de la ley 66-537. En 1999 se reconoció también tal posibilidad para la
sociedad por acciones simplificada (société par actions simplifiée unipersonnelle,
SASU). Fruto de la evolución operada en el eje franco-alemán y de los sistemas de
otros países europeos favorables a la figura (Dinamarca -Ley 371 del 13 de Junio de
1973-, Suecia en 1975, Bélgica en 1984, Holanda en 1986) y teniendo en vista la
aceptación fáctica de la sociedad unimembre en el Comon Law, el Consejo de la
comunidad Económica Europea dicta el 21 de Diciembre de 1989 la XII Directiva
(89/667/CEE)420 en materia de Derecho societario que reconoce como vía legal
prioritaria para encauzar la limitación de responsabilidad del empresario individual a
la sociedad unipersonal, no obstante contemplar, asimismo, el expediente técnico del
patrimonio de afectación, esencialmente, por la preexistir de normas portuguesas en
la materia desde 1986).
Posteriormente y ya de manera formal el Reino Unido receptó la sociedad
unimembre (single member private limited companie) a través de la reforma en 1992
de la Companies Act de 1985 y de la Insolvency Act de 1986, mientras que

420
La Comunidad ya había regulado la unipersonalidad de las sociedades en el art. 11.f) de
la primera directiva del Consejo del 9 de Marzo de 1968, en el art. 5.1 de la Segunda Directiva del
Consejo del 13 de Diciembre de 1976 (en la cual se establecía que la reunión de todas las acciones en
una sola mano no implicaría la disolución de pleno derecho de la sociedad), y en el art. 20 de la sexta
Directiva del 17 de Diciembre de 1982. Los objetivos que se persiguen con la Directiva 89/667/CEE
son, básicamente, de dos tipos. Por un lado, se pretende unificar los ordenamientos de los Estados
miembros, suprimiendo las divergencias que han ido apareciendo entre ellos como consecuencia de la
regulación, sólo en algunos, de la sociedad unipersonal con responsabilidad limitada o de figuras
afines a ella (Considerando Cuarto). Por otro lado, se procura facilitar al empresario individual un
instrumento jurídico que le permita llevar a cabo la actividad propia de su negocio con la ventaja de
la limitación de su responsabilidad patrimonial (Considerando Quinto). Con ello, se intenta fomentar
la creación y el desarrollo de pequeñas y medianas empresas, encuadrándose así la Directiva
(Considerando Tercero) en la ejecución del programa de acción previsto para ellas, aprobado por el
Consejo en la Resolución del 3 de Noviembre de 1986. No obstante ello, consciente el legislador
comunitario de la maleabilidad e inherente utilidad de inserción de la sociedad unimembre en otros
ámbitos –como el de los grupos económicos–, se deja amplio margen a los Estados miembros para
que pueden emplearla también en estos otros sectores o bien para que establezcan las restricciones
que estimen necesarias. El tipo social por excelencia para el cual se prevé la unipersonalidad es el de
la sociedad de responsabilidad limitada, lo que guarda perfecta coherencia con la finalidad principal
que sustenta la Directiva: el desarrollo de las PyMEs y el correlativo ofrecimiento de formas jurídicas
aptas para limitar la responsabilidad individual en el negocio. Sin perjuicio de ello, el art. 6 extiende
también el régimen para las sociedades anónimas, siempre y cuando para ellas se prevea en el Estado
miembro la posibilidad de la unipersonalidad. En otro orden de cosas, se diferencian las diversas
hipótesis de unipersonalidad que pueden presentarse (art. 2.1), estableciéndose que en todos los casos
–originaria (momento de la constitución) u sobrevenida (concentración de todas las participaciones en
un único titular)– tal situación deberá ser admitida (para la unisubjetividad sobrevenida se estipula, en
el art. 3, un régimen especial de publicidad).
Moro, E., La sociedad…cit. ps 59 y ss. Autor que aquí seguimos cita como fuentes a
González Fernández, M. B., La sociedad unipersonal en el Derecho español, Madrid, 2004, ps. 53 y
55 y De Donno Sforza, B., Le societá unipersonali nell’esperienza francese e comunitaria, Milano,
2001, p. 106.

150
adecuaron sus legislaciones a la duodécima directiva Luxemburgo desde 1992,
Grecia desde 1993 -decreto nro. 279 del 8 de Julio; Eteria Periorismenis Efthynis
(EPE)-, Italia desde 1993 -decreto nro. 98 modificatorio del art. 2497 CCiv. para la
sociedad limitada-, Irlanda desde 1994, España desde 1995 –ley 2/1995 y ley
7/2003-, y en Portugal - dec. ley 246-86- y Austria desde 1996. Los países
incorporados a la Unión Europea en virtud de la ampliación operada en Enero del
2004 (Polonia, Hungría, República Checa, Eslovenia, Rumania), al encontrarse
ahora alcanzados por la Duodécima directiva, deben adecuar sus regímenes a la
legislación comunitaria.
B.) Estados Unidos: Respecto de las partnerships, limited partnerships y
corporations, cuarenta y nueve Estados miembros de la unión han aceptado para
estas la modalidad unipersonal, adhiriendo al Uniform Commercial Code421. En
relación a la limited liability company –suerte de SRL de aparición en los E.E.U.U.
para 1977 (Wyoming)–, su normativa (Uniform limited liability companies act de
1996) autoriza la constitución por una sola persona de la LLC como opción para el
empresario individual (sole propietorships), lo cual, sin perjuicio de reafirmarse para
el tipo, resultaba generalmente aceptado (Sección 202).
C.) China. La apertura económica China requirió la adaptación de sus
normas, propias de un régimen comunista, a las necesidades de las potenciales
inversiones que sujetos extranjeros pudieran realizar en su territorio. Producto de tal
adecuaciones es la Ley de la República Popular de China sobre Sociedades
Comerciales de 1994 (Zhonghua renmin gongheguo gongsi fa), la que regula: 1.) la
sociedad de capital mixto chino-extranjero (gongheguo zhongwai hezi jingying qiye
fa) (Sino-Foreign Equity Joint Ventures, EJV); 2.) la joint venture contractual con
personalidad jurídica (gongheguo hezuo jinying qiye fa) (Cooperative Joint
Ventures, CJV); 3.) la sociedad de inversión (tou zi xing gong si) (Company for
Business Investment, CBI); d) sociedad por acciones de inversión extranjera
(Foreign Invested Joint Stock Company, JSC); 4.) sociedad en participación
(partnership); 5.) las sociedades de capital exclusivamente extranjero (wán quán wài
guó yang yôu de qì yè) (Wholly Foreign Owned Enterprises, WFOE). Para estas
últimas (WFOE) se acepta la unipersonalidad fundacional, lo que reserva la sociedad
unimembre al ámbito de los grupos económicos, acorde la propia finalidad de la
estructura y la posibilidad de habilitar al inversor extranjero un instrumento que le
permita el manejo total de la compañía.
D.)América Central y América del Sur. Corresponde a Costa Rica el primer
avance hacia la sanción de la unipersonalidad (Empresa Individual de
Responsabilidad Limitada; EIRL, 1961), a quien siguieron Panamá (Empresa
Individual de Responsabilidad Limitada; EIRL; 1966) y El Salvador (Empresa de

421
Cfr. García Villalonga J., “Las sociedades de capital…cit. p. 79.

151
Responsabilidad Limitada (EdRL, 1970), acudiendo estos últimos a la figura del
patrimonio de afectación. Para 1976, Perú adopta el instituto –también denominado
EIRL- concibiendo una nueva persona jurídica en su sistema de derecho privado,
dotada de regulación propia, sin perjuicio de prever la aplicación supletoria del
régimen societario general. El mismo año Brasil recepta normativamente la sociedad
“subsidiaria totalmente integrada”, que habilita la unisubjetividad societaria cuando
el accionista único fuera otra sociedad brasileña. En 1990, Uruguay acepta la
unipersonalidad originaria para la sociedad anónima -dec. 335/90 del PEN del 26 de
agosto de 1990, cuyo art. 10- y, en 1995; Colombia hace lo propio estructurando una
regulación especial para la Empresa Unipersonal (EU; ley 222), persona jurídica
diferenciada de su constituyente; y Chile en 2003, crea la Empresa Individual de
Responsabilidad Limitada, con un criterio legislativo similar al costarricense,
peruano y colombiano, esto es, concibiendo un sujeto de derecho autónomo, con
reglas propias pero con injerencia supletoria de la ley de sociedad comerciales.
E.)Antecedentes nacionales. Pese expansión mundial expuesta , las
empresas individuales de responsabilidad limitada no han sido aún receptadas en
nuestro derecho. Existen, no obstante, numerosos antecedentes legislativos que
anticipan su futura incorporación. Estos –también reseñados por el Dr. Moro-
principian en 1929 con el proyecto del senador Guzmán en 1929, al que lo siguen
los del diputado Rosito (1940, que otorga personalidad a la empresa individual de
responsabilidad limitada), del senador Gómez del Junco (1949, que le da carácter de
patrimonio de afectación), del diputado Aramouni (1990, también sobre la técnica
del patrimonio de afectación) y de la senadora Negre de Alonso (2002, incorpora la
unipersonalidad societaria mediante la reforma de los arts. 1 y 94, inc. 8° LS)422. A
ello se suman diversos proyectos, entre los que se cuentan la ley 23.042 (proyecto de
unificación de la legislación civil y comercial de 1987), vetada por decreto 2719/91;
el proyecto de reforma de la ley 19.550, elaborado por la Comisión designada por el
Ministerio de justicia 465/91; el anteproyecto de reformas sobre fiscalización estatal
obligatoria de las sociedades comerciales (1991); el proyecto de unificación de la
legislación civil y comercial de 1992, que oportunamente obtuviera media sanción
(Cámara de Diputados); el proyecto de reforma al Código Civil (decreto 468/92); el
proyecto de unificación de la legislación civil y comercial de 1998; el anteproyecto -
trunco- de modificación a la ley de sociedades (2003).
Sin perjuicio de tales intentos legislativos, existen institutos que se puede
considerar análogos a la unipersonalidad en las sociedades que surgen del
concordato preventivo (art. 43, LCQ), de la declaración del causante o cónyuge
supérstite (art. 28, LSC), las constituidas por el Estado (art. 1, ley 20.705) y las

422
Cfr. también Amuchástegui F., La Empresa Individual de Responsabilidad Limitada, , Bs
As, 1990, ps. 43 a 64. Vid. Un detalle de todos estos proyectos, en García Villalonga J, “Las
sociedades de capital...” cit., ps. 41 a 52.

152
resultantes de la adquisición forzosa de la totalidad de un paquete accionario (decr.
677/01423)
En cuanto al tema de registración de sociedades de cómodo, debemos poner
en evidencia que LS no prevé cual ha de ser la participación que cada socio deba
guardar al tiempo de suscribir el contrato de sociedad (arts. 1 y 11 inc. 1°),
proporción que queda, por tanto, reservada a las partes. Tampoco prevé, como
hemos visto, la existencia de las mundialmente aceptadas empresas individuales de
responsabilidad limitada, por lo que en ocasiones se ha procurado eludir tal falencia
a través de la constitución de sociedades nominalmente plurales en las que sólo uno
de los socios concentra casi exclusivamente la totalidad del capital social –
sociedades de cómodo-. A fin de entorpecer tal práctica, a partir del año 2003 la
Inspección General de Justicia varió su inveterado criterio negando su inscripción,
fundando su decisión en que las sociedades comerciales constituyen un instrumento
de concentración y acumulación de capitales para el desarrollo de una actividad
económica, que usualmente no pueden ser suministrados por una sola persona,
criterio plasmado en el art. 1 LS y que consagra la pluralidad de socios como
requisito esencial y específico –no meramente formal- del contrato de sociedad
comercial424. No obstante, la propia Inspección establece excepciones para los casos
en que la disparidad en las titularidades sea consecuencia del devenir del negocio,
como la falta de suscripción de determinados accionistas de las acciones emitidas
por sucesivos aumentos del capital, o su atomización producto del fallecimiento de
algunos accionistas, o del movimiento permanente del capital accionario desde la

423
Al tratar el régimen de participaciones residuales (squeeze out) el dec. 677/01 (arts. 25 a
30) incorpora “un sistema que permite la unipersonalización societaria por dos caminos: Por un acto
voluntario del controlante casi total (persona física o jurídica, en el carácter de socio, que disponga al
menos del 95% del volumen accionario, sea en forma directa o a través de otras sociedades
controladas [art. 26]), a quien le confiere el derecho de realizar ofertas de adquisición a los
minoritarios por sus participaciones accionarias a un precio equitativo. Por un acto por el cual algún
accionista minoritario (art. 25 del decreto) fuerce al mayoritario a adquirir la totalidad de las acciones
en manos de la minoría. Del art. 1° del decreto surge que los efectos de la normativa alcanzan ’a las
personas que actúen en la oferta pública y dentro del contexto de las entidades autorreguladas´’. En
consecuencia, su ámbito queda limitado a las sociedades que cotizan en bolsa. No obstante la
controvertida constitucionalidad del decreto en cuestión, lo concreto es que actualmente se encuentra
en vigencia una herramienta legislativa que permite concebir la existencia de un accionista único en
el funcionamiento de una S.A.”. García Villalonga J, “Las sociedades de capital...” cit., ps 61 a 63.
424
Asi se puede ver: “Insp. Gral. Just., noviembre 3-2003 Jasler S.A., res. 1412 exte.
1730450”; “Insp. Gral. Just., noviembre 3-2003 Bosques Verdes S.A., res. 1413 exte. 1.730.569;”
“Insp. Gral. Just., noviembre 3-2003 Vitamina Group S.A. res. 1414 exte. 1.726.761”.
La resolución dictada en el expediente “Fracchia Raymond S.R.L.” fue posteriormente
confirmada por la Cám. Com. E, LL 2006-A, 663, entendiendo que exigencia de la LS de una
pluralidad de socios no podía sujetarse al campo de la autonomía de la voluntad, por lo que la
simulación a la que las partes en esa oportunidad recurrieran resultaba ilícita y el negocio indirecto
invocado, insuficiente.

153
constitución del ente, o cuando la inexistencia de pluralidad de socios fue
consecuencia de procedimientos de reorganización de grupos empresarios425.
El citado autor Moro, resume las distintas posiciones que la doctrina
consigna en defensa de las sociedades de cómodo, según se sostenga que: 1.) la
plurisubjetividad requerida por el art. 1 LS es meramente formal que, a todo evento
se ve cumplimentada con la concurrencia como titulares de participaciones sociales
dos personas; 2.) que por intermedio de las figuras de la simulación lícita o el
negocio indirecto se torna viable su constitución; 3.) que los usos y costumbres
imponen cambios jurisprudenciales ante determinadas necesidades empresarias; 4.)
que en la mayoría de los países del mundo se las acepta; 5.) que de la constitución de
estas sociedades no se deriva daño para terceros ni se contradice el orden interno de
todo ente societario; 6.) que sería inconstitucional por violación del principio de
igualdad (art. 16, CN) que al Estado se permita recurrir a este expediente cuando a
los particulares se les veda tal posibilidad; 7) que la norma del art. 34 LS y la figura
del socio aparente en él regulada legitima su funcionamiento; 8.) que la LS no exige
para tener por configurada la plurilateralidad una participación social en
determinado porcentaje o proporción –ubi lex non distinguit–426.

JURISPRUDENCIA
Sociedades de cómodo: La circunstancia de que uno de los socios de la sociedad
anonima posea la totalidad del paquete accionario no autoriza una sentencia contra la persona
física, quien sólo podrá llegar a responder con su propio patrimonio "previa exclusión de los
bienes sociales, según corresponde, de acuerdo con el tipo de sociedad de la que se trate" (art.
56, ley 19550), máxime no tratándose de una sociedad fantasma que carece de bienes. (Cám.
Civ., D, ED, 109-309.)
Debe confirmarse la resolución que rechazó el pedido de inscripción en el Registro
Público de Comercio de una sociedad de responsabilidad limitada -en el caso, integrada por
dos socios, uno de los cuales tenía el 99,999% del capital societario-, si se trata de un acto
jurídico simulado, faltan elementos esenciales del negocio societario que lo vician desde el
momento mismo del acto constitutivo, tales como la pluralidad de socios, sin que la
simulación pueda considerarse como lícita por violar la concepción contractual de la sociedad
comercial y el régimen del patrimonio en el ordenamiento jurídico argentino. La observancia
de los recaudos legales para constituir una sociedad -en el caso, pluralidad de socios según
arts. 1° y 94, inc. 8°, ley 19.550 (t.o. 1984) y 1648, Cód. Civil- es indisponible para los
particulares, ya que de lo contrario el legislador no habría establecido una autoridad estatal de
control para comprobar su cumplimiento -arts. 6°, ley de sociedades comerciales y 3°, ley de
la Inspección General de Justicia 22.315 lo que revela que la preocupación del Estado por el

425
“Insp. Gral. Just. junio 13-005, resolución Telecom Personal S.A. –Res. 618/2005, exte.
593.933” que remite a su vez a las anteriores Resoluciones, v.gr.. IGJ 925/04 del 27/7/2004
“Clariant Argentina SA”.; Resol. 83/05 del 21/1/2005 “Air Liquide Argentina SA”.; Resol. 88/05 del
24/1/2005 “Banco de Valores SA”.; Resol. 1619/04 del 27/12/2004 “Volkswagen Argentina SA”
. En el caso, la sociedad “Telecom Personal SA.” se había constituido dentro del
procedimiento de privatización de la hasta entonces única empresa de telefonía nacional (ENTel),
cuyas normas regulatorias obligaron a la licitante a tomar una participación del 99,99 % de esta.
426
Cfr. Moro, E., La sociedad…cit.ps. 38 a 40, aclara no compartir tales argumentaciones.
pues considera que la pluralidad de socios es un requerimiento sustancial que no puede reputarse
satisfecho cuando la concurrencia de dos o más personas sólo se observa en el plano externo-formal
pero no en el interno-sustancial.

154
acatamiento de la ley, en esta materia, es de mayor grado (del dictamen de la fiscal general
subrogante que la Cámara hace suyo).(Cám. Com., E, mayo 03-2005, LL 2006-A, 663, LL
2005-D, 178 - IMP 2005-13, 1923 - LL 2005-E, 478, con nota de J. Bazán Idem. JA 2005-
III, 776 - ED 212, 527.)
Sociedad de un socio. Reactivación: La reactivación de una sociedad cuya disolución
ha operado por la causal contemplada en el art. 94, inc. 8º de la ley 19.550 puede ser ordenada
cuando se reconstruye la pluralidad de socios con anterioridad al comienzo de la liquidación y
siempre que la designación de los liquidadores no haya sido inscripta en el Registro Público de
Comercio. (Cám. C. C. I, Rosario, LL Litoral 1997, 413, con nota de H. E. Castellani.)
Ante la reducción a uno del número de socios, la disolución por la causal prevista en
el art. 94, inc. 8° de la ley 19.550, se opera al cumplirse la condición suspensiva mentada en la
norma, es decir, al no reconstituirse la pluralidad de miembros dentro del término de tres
meses. (Cam. Com., A, LL 1988-E, 411)
Unipersonalidad. Sociedad del Estado. El art. 2° de la ley 20.705 en cuanto establece
que las sociedades del Estado "podrán ser unipersonales" es un supuesto de excepción de la
solución consagrada para estos casos, ya que la regla tiene como presupuesto que para el
negocio societario no resulta dispensable la inicial pluralidad de socios (arts. 1°, 16, 34 y 94,
inc. 8°, ley 19-550) En nuestro derecho no puede sustentarse la validez de las sociedades
unipersonales atento a las reglas de la ley 19.550 y en especial frente a lo establecido por el
art. 94, inc. 8° del citado ordenamiento. (Cám.Com., C, LL 1979-C, 289 - ED 84, 289 - JA
1980-IV, 627)

b.) Organización.
Ya hemos dicho, al tratar la naturaleza jurídica del acto constitutivo de una
sociedad, que la organización es una característica principal y distintiva del mismo,
determinante de toda estructura colectiva -de ejecución continuada- mediante la cual
se pretende obtener un objetivo. Ello requiere de la yuxtaposición de los intereses de
los participantes, nota característica de toda forma organizada427. Para su
consecución los agentes económicos disponen sus actividades productivas de un
modo común, creando organizaciones relativamente centralizadas y estables que
estructuran la cooperación productiva de su convivencia social428; es dicha
organización la que “pone deliberadamente la noción de empresa como eje de la
actividad societaria”429.
La actuación pluripersonal de tales agentes presupone la necesidad de una
organización jurídica que estructure cuanto menos su participación, y la forma de
establecer y manifestar una voluntad común430. Conciente de que sin pautas legales
mínimas que garanticen esa organización, la sociedad-empresaria resultará inútil a sus

427
La mención que efectúa la LS en su art. 1 respecto de la organización, según el propio
legislador, “resulta importante, no solo por lo que ella implica como noción insita en las
especificidades del contrato de sociedad y por su relación con la idea económica de empresa –que
constituye la actividad normal de las sociedades mercantiles-, sino también porque brinda referencia
del complejo de intereses comunes, que para el logro del objeto societario, se unen en el organismo
económico patrimonial. Exposición de Motivos Ley 19.550, Capítulo I, Sección I, pto. 1.
428
Cfr. Cabanellas de las Cuevas G., Introducción al Derecho Societario –parte general-,cit.
t. I, p. 401.
429
Cfr. Halperín I. y Butty, E., Curso…4º ed, t..I, p. 256.
430
Cfr. Villegas C., Derecho de las sociedades comerciales, Bs As, 2001, n° 27, p. 63.

155
fines, la LS impone determinar contractualmente a los suscriptores431: i.-) las reglas de
funcionamiento de los órganos sociales y los derechos y obligaciones de los socios (art.
11 incs. 6° y 8° LS); ii.-) las reglas de distribución de las ganancias y pérdidas (art. 11
inc. 7° LS); iii.-) las disposiciones relativas al funcionamiento y disolución de la
sociedad (art. 11 inc. 9° LS).

JURISPRUDENCIA
No puede calificarse como sociedad comercial de hecho a un consorcio vecinal si no
se advierte objeto comercial en su creación ni está presente el concepto o noción de
organización que debe estar inserta en el contrato por su relación con la idea económica de
empresa y que constituye la actividad normal de las sociedades mercantiles (arts. 1°, 21, ley
19.550, modif. por ley 22.903: 8°, Cód. Comercio –(S.C. Bs A, abril 12-1989, “Heguilor, M.
B. c/ Consorcio de Vecinos).

c.) Tipicidad
El tipo resulta ser una estructura no modificable, prevista por la ley432, a la
que deben forzosamente sujetarse las partes para la constitución, funcionamiento,
modificación y extinción de sociedades comerciales regulares. La LS se enrola en la
corriente “aceptada por los proyectos anteriores, apoyada por la doctrina y receptada
por la legislación comparada” que sistematiza las sociedades de acuerdo a tipos
impuestos ad solemnitatem, sancionando en consecuencia con nulidad –no siempre
absoluta- las que se formen en apartamiento de aquellos. Tal previsión responde al
convencimiento de que la admisión de un sistema opuesto, acarrearía serios
trastornos a la seguridad jurídica (art. 17)433, ello sin perjuicio de que, a fin de evitar
el anquilosamiento del régimen, el legislador deba estar atento a la satisfacción de
nuevas necesidades del tráfico con la creación de nuevos tipos o la adecuación de los
existentes434. Los tipos regulares previstos por la ley son la sociedad colectiva (arts.
125 a 133 LS), en comandita simple (arts. 134 a 140 LS), de capital e industria (arts.

431
Y ajustadas al tipo. Cfr. Roitman, H., Ley de Sociedades Comerciales. cit. - t. I, ps. 44 y
45; Richard E.H. y Muiño O,, Derecho Societario…cit. , p. 165.
432
Sobre el carácter normativo del tipo, Vid. Marsili, M. C, Sociedades Comerciales. El
Problema de la Tipicidad, Bs. As., 2003, ps. 24, 25 y 67. “No existe tipicidad fuera del mundo
jurídico, si ésta no se concreta en una caracterización legal … desde un punto de vista técnico, y a
pesar de la utilización polivalente del vocablo tipo no existe verdaderamente “tipo” hasta tanto la
configuración no ingresa al mundo normativo. No hay tipo con sustancia real ya que el tipo es la
previsión legislativa”. A ello se agrega que “la función del tipo es la de proporcionar a los
particulares una plataforma normativa, en el esquema de relaciones que formalizan el equilibrio entre
el poder político y el económico, las técnicas de organicismo e imputación y los alcances que ha de
otorgarse a la imputación diferenciada”.
433
Cfr. Exposición de Motivos Ley 19.550, Capítulo I, Sección I, pto. 1; (Cám. Com. E, ,
ED 106-240; Idem., A, LL 1979-C, p. 6. Sobre este punto, véase Zaldivar, E., Cuadernos…cit. t. I,
vol. I, n° 1.1. bis, p. 26-. para quien “la tipicidad implica establecer un marco de normas jurídicas
que las sociedades deben adoptar en su conjunto; permite el conocimiento fácil y preciso para quienes
se asocian y para los terceros que contratan con aquellas, respecto a la estructura, organización,
imputabilidad, responsabilidades, etc., contribuyendo con ello a la seguridad jurídica”
434
Cfr. Halperín I. y Butty, E., Curso…4º ed, t..I, p. 373 n° 1.

156
141 a 145 LS), de responsabilidad limitada (arts. 146 a 162 LS), anónimas (arts. 163
a 397 LS), anónimas con mayoría estatal (arts. 308 a 314 LS); en comandita por
acciones (art. 315 a 324 LS). Si bien se ha considero excluidas de la tipicidad
societaria a las sociedades de hecho e irregulares. Por nuestra parte y sobre este
particular, preferimos distinguir la tipicidad según su aptitud para alcanzar la
regularidad, más que para negar tal carácter –tipo- a las sociedades de hecho e
irregulares, que también gozan de personalidad, si bien precaria y limitada.

I.- Estipulaciones tipificantes


La adopción por la LS de distintos tipos permite diferenciar las sociedades
entre sí, a partir de diversos requisitos propios de aquellos. Algunos de estos
requisitos son calificados normativamente como tipificantes, lo que permite efectuar
una doble distinción respecto del carácter de la nulidad que pudiere afectar a la
sociedad: por una parte, resultará nula la constitución de una de un tipo no
autorizado por la ley, mientras que por otra parte el contrato será solo anulable si
este, siendo típico, contuviera omisiones de requisitos esenciales no tipificantes. En
el primero de los casos –ausencia de tipo-, la nulidad será absoluta e insubsanable,
con la única excepción de las sociedades extranjeras de tipo desconocido para
nuestra legislación (art. 119 LS). Ello obedece a que la sanción procura la tutela del
principio mismo de tipicidad. Para el resto de los supuestos -vicios esenciales no
tipificantes- cabe la subsanación de la defección hasta su impugnación judicial (art.
1 y 17 LS). El hecho de que la nulidad sea en tales casos subsanable, obedece a la
aplicación preferente del principio de conservación de la empresa (art. 100 LS) y a la
concordante interpretación de las normas civiles en la materia, que hacen que
aquella sea aplicable como último recurso y si no es subsanable el vicio mediante la
aplicación del principio de las nulidades parciales y de normas supletorias de la LS
(art. 1039)435. La no subsanación temporánea del vicio en cuestión importa la
liquidación de la sociedad, con la consecuente extensión de la responsabilidad -
solidaria e ilimitada- a los socios por las obligaciones sociales, salvo el caso de las
sociedades anónimas en que resultan aplicables las disposiciones de los arts. 182 y
183 LS.
La LS, no obstante la distinción que efectúa, no consigna pautas concretas
que permitan distinguir los requisitos esenciales tipificantes de los esenciales que no
tienen ese carácter. Existe no obstante mayor consenso en cuanto a que i.-) los
requisitos esenciales tipificantes son los que caracterizan a cada tipo social, o se
mezclan los requisitos propios de dos o mas tipos (sociedad de responsabilidad
limitada con capital representado en acciones; sociedad anónima con

435
Cfr. Roitman, H., Ley de Sociedades Comerciales. cit. - t. I, p. 345.

157
responsabilidad ilimitada y subsidiaria de sus accionistas, etc.)436. ii.-) los requisitos
esenciales no tipificantes, a diferencia de aquellos tipificantes, son “comunes a todas
las sociedades, no son determinantes de la tipología y [su] ausencia no se encuentra
suplida por alguna disposición legal”437. Se encuentran mayormente en el art. 11 LS,
y refieren –siempre según el caso particular y su gravedad- a defectos en las
calidades personales de los contratantes, a la denominación del ente y su domicilio, a
la determinación del objeto, a cuestiones relacionadas con el capital social, a la
forma en que se efectue la mención de cada aporte, a la determinación del plazo de
duración de la sociedad y a la organización de la administración, gobierno y
fiscalización del ente.

II. Ausencia de tipo


Parte de la doctrina ve en la tipicidad normas mayormente destinadas a
mejorar la organización de los entes asociativos, ajenas al orden público, por lo que
la nulidad referida en el art. 17 LS resultaría ser siempre relativa y subsanable. A
ello se sumaría:
A.) que cuando la ley alude a nulidades absolutas, lo hace de manera expresa
(arts. 18 y 20 LS), por lo que la tipicidad se reduciría a un esquema sobre el que
prepondera la idea general de validez y mantenimiento del sujeto438; B.) incluso, si
bien la LS rechaza la posibilidad de que se recurra a otras formas societarias que
serán nulas aunque estén instrumentadas, por otro lado consiente las sociedades de
hecho (no instrumentadas) y las de tipos autorizados no constituidas regularmente,
declarándolas sociedades irregulares y no sociedades nulas (art. 21 LS)439. Empero,
ello no es así. El legislador ha previsto que la falta de requisitos esenciales
tipificantes hace nula a la sociedad, de manera absoluta e insubsanable440, según se
deriva del doble a partir de la posibilidad de subsanar solo los vicios que afectaran
requisitos esenciales en la medida en que fueran no tipificantes, según el doble juego
de aquellos previsto en el art. 17 LS.

JURISPRUDENCIA
Tipicidad. Requisito esencial tipificante. De acuerdo al texto expreso del art. 315 de la
ley 19550 la existencia de dos categorías de socios diferentes por la responsabilidad diversa
entre ambas, hacen a la tipicidad de las sociedades en comandita. (Cám. Com., A, Febrero 13-
1979, Diale, S. C. A.”)

436
Cfr. Halperín I. y Butty, E., Curso…4º ed, t..I, p. 373 n° 1. p. 421; Verón, A.V.,
Sociedades Comerciales…cit. , t. 1,, p. 122.
437
Cfr. Roitman, H., Ley de Sociedades Comerciales. cit. - t. I, p. 351.
438
Cfr. Etcheverry, R. A., “Sociedades comerciales: replanteo…cit. RDCO año 11, 1979, p.
732.
439
Cfr. Verón, A.V., Sociedades Comerciales…cit. , t. 1,p. 122.
440
Cfr. Zavala J., “Apuntes sobre el régimen de nulidad en la ley de sociedades
comerciales”, ED 49-927.

158
Tipicidad. Adecuación a un tipo. Las sociedades que explotan como negocio las líneas
de colectivos no están en nuestro derecho tipificadas como tales, pese a las reiteraciones
doctrinales pidiendo su incorporación al sistema positivo. Por ello, funcionan con ajuste a
alguna de las estructuras típicas que crea la ley 19550, moldes que no siempre se adecuan a su
realidad subyacente, no tanto porque no sean adaptables las reglas legales, sino por un
generalizado desorden legal, observable en un alto número de estas empresas. (Cám. Com., A,
Abril 17-1979, Sansonetti, P. c/ Guzmán, E. A”.)
Sociedad accidental y participación como tipo: La sociedad accidental o en
participación es una verdadera sociedad, y resulta inobjetable que la ley 19.550 así la haya
encuadrado. Su nota fundamental y tipificantes es el carácter oculto que reviste, pero ello no
es suficiente para descalificarla como tal, de que se encuentran presentes la "affectio
societatis", objeto social, consentimiento de los socios, aportes, división de ganancias y
pérdidas e intención de obtener utilidades. La circunstancia de que carezca de personalidad
jurídica no altera lo expuesto, pues ello es consecuencia de su carácter oculta, ya que la
personalidad es instrumento que facilita la proyección social hacia el exterior. (Cám. Com., D,
LL 1986-D, 656)
Sociedad extranjera de tipo desconocido: Resulta improcedente sostener que por
aplicación de lo dispuesto en los arts. 118 y 119 de la ley 19.550, la designación del
representante de la sociedad extranjera a que alude el art. 118 apart. 3° deba realizarse
conforme a la legislación local que regula a las sociedades anónimas, pues tratándose de una
sociedad extranjera de tipo desconocido en el país, no puede asimilársela, a los efectos
pretendidos, a una sociedad anónima, cuando no concurre la hipótesis prevista en el art. 124.
L.S. ( Cám.Com., E, LL 1988-C, 485 - DJ 1988-2, 1032.)

d.) Fondo común.


I. Generalidades.
La ley impone a los constituyentes la formación de un fondo común,
integrado por la suma de los aportes que cada uno de aquellos se compromete a
efectuar para su afectación a la producción e intercambio de bienes y servicios (art. 1
LS)441. Tales aportes, que individualmente considerados no son sino obligaciones de
dar, una vez efectuados pasan a formar parte del capital de una sociedad cuya
diferente personalidad jurídica respecto de sus socios hace que pertenezcan con
exclusividad a aquella.

JURISPRUDENCIA
La existencia de aportes para formar un fondo común es relevante cuando se trata de
probar la existencia de la sociedad de hecho. (Cám.C. C. I. Rosario, LL Litoral, 2001-450).
Resultan elementos fundamentales para la constitución de una sociedad accidental, la
formación de un fondo común mediante aportes comunes y el reconocimiento recíproco de la
condición de socio. (Cám. Com., E, LL 1996-B, 150, con nota de N. E. Di Bartolo - DJ 1996-
1, 963).

II. Patrimonio y capital

441
La alocución fondo común es de escasa utilización en el derecho societario actual, sin
perjuicio de su reaparición, aunque con distinto alcance, a partir de de la regulación de los contratos
de colaboración empresaria y de las uniones transitorias de empresas, en relación a sus fondos
operativos (arts. 373 y 378 LS). Cfr. Cabanellas de las Cuevas g., Derecho Societario,…cit. t. II, ps.
630 y 631, n° 32.

159
El patrimonio es una noción contable, resultante de la diferencia entre el
activo, compuesto por el total de bienes del sujeto, y el pasivo, compuesto por el
total de sus obligaciones. Debido a su composición, el patrimonio habrá de fluctuar
según la suerte de los negocios que su titular lleve a cabo. El capital social, en
cambio, se integra con el valor del conjunto de los aportes realizados442, y guarda
estrecha relación con la intensidad con que los derechos sociales políticos y
económicos de los aportantes –tenedores de partes de aquel- serán ejercidos. A
diferencia del patrimonio, esencialmente mutable, el capital nominal de una
sociedad se mantiene estable, fijo –por convención- e invariable, cumpliendo así una
función administrativa y jurídica propia de una existencia de derecho y no de
hecho443, y en la medida en que el contrato social no sufra modificaciones mediante
la incorporación de nuevos socios o el acuerdo de su aumento o disminución. La
apuntada fijeza del capital resultará ser, en realidad y producto de las referidas
modificaciones, de variabilidad condicionada a la decisión de los órganos sociales
pertinentes, a tenor de las decisiones que de acuerdo a los requisitos y formalidades
de ley adopten444.
Contablemente, la LS alude en el art. 63 inc. 2° ap. II a) y d) la cuenta capital.
Esta, al igual que las cuentas de reservas y utilidades no distribuidas, integra el
pasivo social que no corresponde a terceros. Se la incluye dentro del patrimonio
neto, pese a la omisión de la norma en tal sentido, por tratarse de una deuda de la
sociedad con sus socios que se encuentra postergada y sólo se hará efectiva al
tiempo de la liquidación, y por una cuestión de índole técnica destinada a retener en
el haber social una porción de elementos de contenido patrimonial que sirvan de
garantía a terceros445.
Las cuentas de capital y patrimonio sólo coinciden al momento de la
suscripción del contrato social, ya que una vez comenzado el giro de los negocios
442
Tal preferencia que damos aquí al carácter de instituto de organización interno del capital
es además consecuente con la eventual inexistencia de equivalencia matemática entre el valor de los
aportes y el valor de capital, para el caso de existir prestaciones accesorias, obligaciones de hacer,
emisiones sobre y bajo la par, etc.
443
Cfr. Vivante C., Trattato di Diritto Commerciale, Milano, 1912, t. II., p. 262, n° 457. Se
reduce a una cifra permanente en la contabilidad que no necesita de un equivalente patrimonial
efectivo -Garrigues J., Curso… 5° ed. t. I, p. 359, n° VI-, o cifra escriturada, suma de los valores
nominales que en cada momento tenga emitidas la sociedad; Uría R., Derecho Mercantil, Madrid,
2000, 27° ed p. 229,.
Para Colombres,G. Curso…cit. p. 133. en una visión que mayormente compartimos, el
capital se traduce en un componente técnico propio del derecho societario, que mirado en cada una de
sus partes es además el objeto de una relación jurídica establecida entre el sujeto sociedad y cada uno
de los sujetos individuales.
Verly H., “Apuntes para una revisión del concepto de capital social”, LL 1997-A, p. 756. La
noción de capital es, en sus orígenes, de índole económica, más allá de su posterior apropiación y
desnaturalización por el derecho societario.
444
Cfr. Verón A.V., Sociedades comerciales…cit. , t. 1, p. 333.; Cabanellas de las Cuevas G.,
Derecho Societario…cit. , t. II, p. 644, n° 32.
445
Cfr. Verly H., “Apuntes….cit. LL 1997-A, p. 756.

160
estas habrán de separarse según sea su resultado. De allí que la relación entre la cifra
capital y el valor patrimonial del ente acuse de manera constante su situación
económica: a medida que el patrimonio rebase al capital, la situación será más
sólida, mientras que el caso contrario significará que las pérdidas han ido
absorbiendo los fondos aportados por los socios446.

JURISPRUDENCIA
Si bien no existe identificación conceptual entre capital social y patrimonio de la
sociedad, es posible asignar como valor del capital social la situación patrimonial de la
sociedad al momento que se efectúe la evaluación. (Cám. Com, C, mayo 31-1995, “Agost
Carreno, L. M. y otro c/Metalúrgica Quilmes S. A”).

III. Capital social: Caracterización y principios


La doctrina ha desarrollado una serie de principios que hacen a la noción de
capital, mediante los cuales en ocasiones se ha procurado no sólo definir las
características del instituto, sino también sostener la prevalencia de determinados
efectos por sobre otros. Las razones de tales preferencias no necesariamente habrán
de ser jurídicas, y pueden también combinarse con otras de índole económica, de
política legislativa o simplemente administrativa, por lo que una apresurada lectura –
y aplicación- de los principios pudiera dar lugar a conclusiones equivocadas.

A.) De determinación. El capital debe ser expresado en una cifra única, en


moneda argentina, con la mención del aporte de cada socio (art. 11 inc. 4° LS), de
forma tal de que sea posible determinar los alcances de la participación política y
económica, activa y pasiva, que a cada uno corresponda en el ente, y, según el caso,
de responsabilidad frente a terceros.
B.) De unidad. El capital social debe ser único –singular-, sin perjuicio de la
existencia de asignaciones patrimoniales a favor de agencias, sucursales o
establecimientos, ya contenidas de una manera centralizada en aquel447.

JURISPRUDENCIA
Si bien no existe identificación conceptual entre capital social y patrimonio de la
sociedad, es posible asignar como valor del capital social la situación patrimonial de la
sociedad al momento que se efectúe la evaluación. (Cám. Com., Sala C, mayo 31-1995,
“Agost Carreño, L. M. y ot. c/. Metalúrgica Quilmes S. A.”)

C.)De integridad e intangibilidad: Sólo la suscripción hecha de manera


íntegra en el contrato social habilita su inscripción. Ello no implica la cristalización
del capital de modo tal que este, como cuenta del patrimonio, permanezca siempre
invariable, sino que, producto de su intangibilidad, la modificación en más o en

446
Cfr. Uría R., Derecho Mercantil, cit. p. 230
447
Cfr. Verón A.V. , Sociedades Comerciales…cit. , t. I, p. 333.

161
menos debe indefectiblemente sujetarse a las reglas a tal efecto previstas en la LS.
Tampoco esto significa que los activos que en el capital se encuentran representados
no sean utilizables; por el contrario, estos habrán de destinarse originariamente a la
consecución del objeto448, lo que ocurre casi inmediatamente449, con más los nuevos
recursos externos al capital con que a posteriori cuente el ente.

JURISPRUDENCIA
El balance cobra especial significación en la sociedad anónima para los socios y los
terceros por su triple función de hacer conocer el estado patrimonial de la sociedad, asegurar la
integridad del capital y dar a conocer los negocios sociales. (Cám. Com., A,LL 1999-F, 159.)

D.) De adecuación o suficiencia. Mediante este se alude a la posibilidad en


el cumplimiento del objeto del contrato social, y que no resultaría posible si el
capital no se adecuara a su ejecución (art. 953 Código Civil)450. Esta posición en
ocasiones confunde el objeto del contrato con la finalidad que a través de su
consecución se procura, y que, cualquiera que fuera, se resume en la obtención de
beneficios. Las partes han comprometido sus aportes a efectos de la obtención de un
fin que seguramente será alcanzado aún pese a la manifiesta insuficiencia del capital
–lo que en realidad suele ser la regla-, y a partir del endeudamiento. Tal perspectiva,
llevada al extremo, reduce la cifra capital a un mero indicador de los porcentajes de
reparto de utilidades y la intensidad con que derechos y obligaciones se ejercen. Sin
llegar a tales límites, el principio de adecuación o suficiencia amerita ser
reformulado si se procura evitar su desuso y que este no se vulnere a través del
mismos el principio liminar en materia de limitación de la responsabilidad de las
sociedades de capital, en las que los socios se obligan sólo hasta ciertas cantidades y
no más, y en las que el ente obtendrá crédito más por su patrimonio que por su
cuenta capital451, aunque en ocasiones esta requiera ser elevada para evitar el reparto
de utilidades ficticias, por sobre un capital insignificante452.

448
Así, alguna doctrina sostiene que el capital, por definición, “solo sirve para ser ‘tocado’,
es decir, para ser invertido, trabajar con él, o, de otra manera, ser usado peligrosamente. El ´capital’
es sólo el número que refleja la cantidad de dinero recibido por la sociedad en pago de sus acciones.
A poco de iniciadas las operaciones este dinero se convertirá en bienes o en créditos o en cualquier
otra cosa integrante del activo (y del pasivo). A partir de ese momento la palabra ‘capital’ sirve sólo
como recordatorio de las sumas que fueron aportadas por los accionistas y para determinar utilidades
y pérdidas, las que resultarán de compara la diferencia entre activo y pasivo de esa sociedad con las
cantidades aportadas por los accionistas”. Le Pera S., “Sobre la futilidad dela noción de capital
social”, LL 1986-B, p. 972.)
449
El originario fondo común con que se constituirá el capital originario –dicho ello en
sentido económico y no jurídico- necesariamente habrá de ser volcado a la producción e intercambio
de bienes y servicios, ya que ello es propio de su fin. Lo contrario importaría la inmovilización, ‘en
garantía’ de sumas cuyo destino legal y convencional es otro.
450
Cfr. Juzg. 1ª,Inst. Com. de de Registro, Capital Federal –firme-, LL 1980-D, p. 464.
451
Tampoco sirve el capital para medir la solvencia del ente, su potencial económico o grado
de endeudamiento, variables que inciden sobre el crédito y que se reflejan de una manera más

162
JURISPRUDENCIA
El Registro Público de Comercio se encuentra facultado para exigir la adecuación del
capital social al objeto de la sociedad cuya inscripción se pretende pues, conforme a lo
establecido en el art. 34 del Código de Comercio y los arts. 6° y 167 de la ley 19.550, el
procedimiento de inscripción de sociedades comprende un control de legalidad sobre el
contrato presentado. (Cám. C.C. II, Santa Fe, LL Litoral 2006 , 1452; LL Litoral 2007 , 157.)
Corresponde revocar la resolución que rechazó la solicitud de inscripción de una
sociedad de responsabilidad limitada por considerar que el capital social era desproporcionado
en atención a los fines sociales perseguidos, pues, dicha facultad judicial sólo puede ejercerse
cuando la desproporción sea muy evidente, o en aquellos casos en que resulte manifiesto que
la cláusula contractual vulnera la ley, pero no puede fundarse en pautas subjetivas de
valoración. (Cám. C.C. Minas, Paz y Trib. San Rafael, LLGran Cuyo 2006, 316 - IMP 2006-
9, 1243)
Frente al irrisorio capital pactado de la sociedad que se pretende inscribir, en relación al
objeto fijado para el ente, aun cuando el decurso posterior de la vida societaria determinaría el
desdoblamiento de los rubros capital y patrimonio, no coincidentes, con el más que probable
incremento del patrimonio -concebido como activo social fijo- por sobre el capital, con la
consecuencia de responder la sociedad ante los terceros -y cumplir el objeto- más bien con el
patrimonio que con el capital, también es cierto que el juez de registro es juez de la legalidad
de la constitución social (art. 6°, ley 19.550 ) en cuyo momento capital y patrimonio
coinciden. Por ello, no cabe -en el momento de determinar la procedencia de la inscripción de
la constitución de la sociedad en el registro- prescindir del análisis de la posibilidad de cumplir
el objeto con el capital asignado, único parámetro aprehensible, siendo que la mención del
capital constituye imposición de la ley a los constituyentes (art. 11, inc. 4°, ley 19.550), y tiene
obvio sentido instrumental, en tanto la legislación como medio político prescriptivo, no se
agota en sí misma. uzg. 1ª,Inst. Com. de de Registro, Cap. Fed. Junio, 30, 1980, “Veca
Constructora,, S.R.L.”.)

E.) Relación del objeto con el capital social. Suele sostenerse que el objeto
del contrato de sociedad, en tanto conjunto de actividades que los socios se
proponen cumplir bajo el nombre social, debe guardar una necesaria proporción con
el capital social, entendido este como conjunto de aportes ordenados a su
consecución, ya que lo contrario importaría la imposibilidad de cumplimiento de
aquel (art. 953 Código Civil)453. Tal posición, sin perjuicio de eventuales aciertos
que en materia de política administrativa pudieran reconocerse, no se ajusta a las
previsiones legales en tanto equipara los efectos económicos –para el ente y
terceros- de la cuenta capital con el patrimonio social.
La idea de que el capital es el conjunto de aportes de los socios única o
principalmente ordenados a la consecución del objeto del contrato debe repensarse.
Es mayormente en función del propio giro del negocio, o más bien del crédito que el

acabada al estudiar la estructura patrimonial –toda- del ente. Cfr. Cabanellas de las Cuevas G.,
Derecho Societario…cit. t. II, p. 638, n° 32.
452
La infracapitalización sería la perdida del contravalor patrimonial de la cifra capital
expresada en el pasivo del balance, que queda colocado en su significación económica por debajo de
dicha cifra. Cfr. Halperín, I y Butty E., Curso…cit. 4° ed., p. 311 n° 48. Alguna doctrina entiende
pertinente la recomposición del valor del aporte, en garantía de terceros.
453
Cfr. Juzg. 1ª,Inst. Com. de de Registro, Capital Federal –firme-, LL 1980-D, p. 464.

163
ente sea capaz de captar, que este llevará a cabo sus actividades, cuya intensidad
fluctuará según el momento económico que atraviese. Por otra parte, la ley no se
ocupa de la coincidencia entre el monto del capital y el objeto social, prescindiendo
de disposiciones generales destinadas a regular la adecuación de aquel con el
desarrollo del negocio, lo que permite encarar cualquier género de actividad
empresarial sin necesidad de demostrar a priori la suficiencia de los recursos
comprometidos454. La noción de capital social, ajustada a su actual significación, se
traduce mayormente a la forma e intensidad con que los socios habrán de ejercer sus
derechos, que a garantías o medios para la consecución del objeto.

JURISPRUDENCIA
Capital. Adecuación al objeto. No constituye óbice a la exigencia de un capital social
adecuado al objeto que la sociedad pretenda desarrollar, la circunstancia de que la ley 19550
no haya reeditado el requisito del capital mínimo contenido por la ley 11645. Nada dice la
exposición de motivos expresamente al respecto, pero de la referencia a una mayor amplitud
no se sigue necesariamente que esta comprenda la permisibilidad de capitales ínfimos.( Juzg.
1ª,Inst. Com. de de Registro, Capital Federal Firme, ED, 90-461.)
El Registro Público de Comercio se encuentra facultado para exigir la adecuación del
capital social al objeto de la sociedad cuya inscripción se pretende pues, conforme a lo
establecido en el art. 34 del Código de Comercio y los arts. 6° y 167 de la ley 19.550 el
procedimiento de inscripción de sociedades comprende un control de legalidad sobre el
contrato presentado. Cuando el capital social aparece como manifiestamente inadecuado para
cumplir el objeto de la sociedad, el juez tiene facultades para denegar la inscripción solicitada.
(Cám.C.C. II, LL Litoral 2006, 1452 – LL Litoral 2007 , 157.)

Capital. Intangibilidad. El art. 68 de la ley 19550, que recepta al derogado art. 364 del
Código de Com. integra el sistema legal destinado al salvaguardar la "intangibilidad" del
capital social, concebida como la relación necesaria e inviolable que debe existir entre el
patrimonio y el valor nominal del capital suscripto, que garantiza la solidez de este y permite
medir su deterioro. (Juzg. 1ª ,Inst. Com. de de Registro, Capital Federal, Firme, Mayo 8-
1978, “Casa Trasorras, Soc. Col ) .

IV.) Capital social: funciones


A.) De productividad. Esta función, de contenido económico y no jurídico, se
relaciona con la aplicación del fondo común, traducido en capital social, para la
producción e intercambio de bienes y servicios. Así entendido, lógicamente tendrá

454
Cfr. Verly H., “Apuntes….cit. LL 1997-A, p. 756. Este autor además señala que la
pretendida coincidencia –suficiencia- entre capital y objeto obedece más un resabio de las primeras
compañías, en las que los aportes de los socios resultaban esenciales para la consecución del objeto,
que a la evolución de sociedades y mercados. En la actualidad son el desarrollo del sistema financiero
y la estructura de financiamiento las herramientas de desarrollo y cumplimiento de los fines previstos
por los socios, por sobre los aportes que estos dispongan para la confección de la cuenta capital. “Esta
observación referida a la disminución de la importancia del capital social en su aspecto de ‘motor
económico’ de la sociedad se ve avalada por la propia normativa, que hace caso omiso de su concepto
como capital productivo”. No obstante ello, La Inspección General de Justicia, mediante res. 09/04 –
su art. 1- modificatoria del art. 18 de las Normas de la Inspección –res. 6/80; 7/05- impuso a los
suscriptores guardar adecuada relación entre el capital suscripto y el objeto, facultando a la
administración a exigir una cifra superior a la prevista por aquellos –aún por sobre la legal; art. 186
inc. 1° LS- si entendiera que es inadecuado o insuficiente.

164
vinculación con el principio de adecuación y suficiencia, a los que antes
aludiéramos, y que relacionan –si bien de manera equívoca- el importe de la cuenta
capital con los factores productivos. Su aplicación ha ido mermando a medida que
los mercados desarrollaban medios alternativos de financiamiento, de forma tal que
esta función, hoy día, ha perdido virtualidad.
B.) De garantía. Esta función otorga a los terceros el derecho a exigir de los
socios la integración de sus aportes, frente a la insuficiencia del patrimonio para
hacer frente a las obligaciones del ente. La misma abriga una razón de conducencia
sistemática y finalista que hace del capital una garantía específica para los
acreedores del ente y que funciona como cifra de retención de la que no puede
disponerse, lo que no sucede con el patrimonio -garantía común sujeta a la ley del
primer embargante-455. Se comprende entonces que los acreedores, que no tienen
acceso directo al patrimonio de los socios con limitación de responsabilidad, y que
sólo cuentan como objeto de ejecución con el patrimonio social, se interesen porque
ese patrimonio no quede reducido por debajo de la cifra que representa las
aportaciones456.
Tal función de garantía, al menos en un sentido clásico del término, debe ser
reformulada. Los sujetos responden con todo su patrimonio, dentro del cual el
capital es solo un instituto de naturaleza societaria que debe ser entendido
mayormente como una cuenta o asiento integrante de aquel. El tercero que evalúa la
solvencia de un ente difícilmente repare únicamente –siquiera principalmente457- en
la cuenta capital458. Pretender que el capital acompañe al patrimonio, abonando así
siempre aquella supuesta garantía, desnaturaliza el régimen societario por violentar
sus normas en torno a limitación de responsabilidad –además de contradecir la
lógica de los negocios y sus estructuras de financiamiento-. De hecho, la existencia
de capitales mínimos para la constitución de sociedades anónimas –único tipo que
las requiere- se corresponde más con la idea del legislador de que no se utilice la

455
Cfr. Halperín, I y Butty E., Curso…cit. 4° ed., p. 311 n° 48.
456
Cfr. Garrigues J., Curso… 5° ed. t. I, p. 359, n° VI.
457
Sin perjuicio de la existencia de excepciones, como la del banco que exigiera al tomador
de un mutuo la indisponibilidad del fondo de garantía por otra vía que no fuera su desafectación por
reducción
458
“Una interesante observación es que a esta grave preocupación del legislador por el
‘capital social’ corresponde una total indiferencia del público. Si alguien quiere informarse sobre
acerca de una sociedad mirará su balance y el patrimonio neto que de él resulta (el ‘valor de libros’).
Mirará además si este balance está auditado y por quién, lo que le permitirá sacar conclusiones sobre
su confiabilidad. Sólo de manera secundaria, y por lo común para ciertas operaciones técnicas de
interpretación, prestará atención al ‘capital social’ … La protección del ‘capital social’ es una
creación del Siglo XIX, en que, a falta de otros medios, para conocer el crédito de una sociedad no se
podía hacer más que leer sus estatutos y la cantidad de ellos fijada como ‘capital’. Le Pera, S., “Sobre
la futilidad dela noción de capital social”, LL 1986-B, p. 972. Cfr. Cabanellas de las Cuevas G.,
Derecho Societario…cit. t. II, p. 638, n° 32; Verly H., “Apuntes….cit. LL 1997-A, p. 756.

165
forma de la anónima en las pequeñas empresas459, que con la apuntada función de
garantía. Lo dicho no importa que la cifra capital no sirva, empero, como resguardo
de la solvencia del ente al impedir la distribución de beneficios que no correspondan
a utilidades realizadas y líquidas, lo que sólo es posible una vez cubiertas las
pérdidas del ejercicio y luego de confrontar los ingresos netos del ejercicio con la
cifra capital –“la distribución de beneficios del ejercicio deberá detenerse al topar
con el monto del capital”-460. En función de ello es que parece más ajustado referir
al capital social no ya como una garantía directa del los acreedores, sino más bien
como una garantía indirecta, producto del efecto que tal cifra de retención ocasiona
al tiempo de la distribución.

C.)Determinación de la intensidad con que se ejerce el estado de socio. La


doctrina suele referir al conjunto de derechos y obligaciones del socio bajo el
equívoco término de estado de socio461, una suerte de prius de relaciones jurídicas
derivadas de una situación preliminar462, y que cobija y combina –a grandes rasgos-
relaciones de ejercicio continuado entre diversos sujetos –los socios- y entre estos y
el ente463, y, en ocasiones, aún respecto de terceros. Se alude así a una suerte de
matriz sobre la que se miden derechos y obligaciones, para señalar la posición en
que el socio se encuentra frente a la sociedad como titular de una serie de
aquellos464, y las consecuencias que tal posición genera. En definitiva, todos los

459
Cfr. Uría R., Derecho Mercantil, cit. p. 231, n° 226; Verly H., “Apuntes….cit. LL 1997-
A, p. 756.
460
Cfr. Halperín, I y Butty E., Curso…cit. 4° ed., p. 311 n° 48; Uría R., Derecho Mercantil,
cit p. 230, n° 225. En palabras de Cabanellas de las Cuevas, G. Derecho Societario…cit. t. II, 2, p.
638, n° 32.: “el capital se reduce a una cifra arbitraria de valor mayormente insignificante y que
protege, si bien muy limitadamente, el patrimonio neto de la sociedad al evitar la distribución de
dividendos que no provengan de ganancias realizadas y líquidas resultantes de balances debidamente
confeccionados y aprobados. “
461
No obstante impuesto en doctrina desde principios del siglo XX, el término dista de ser
pacíficamente aceptado. Desde un principio calificada doctrina desaconsejaba su uso, reconociéndole
sólo su comodidad verbal, destacando la falta de uniformidad del pretendido status, que variaría
según el tipo de sociedad y la extensión de los derechos y obligaciones que cada contrato social
otorgue. Cfr. Halperín, I y Butty E., Curso…cit. 4° ed., p. 427. No obstante, por nuestra parte
diremos que la acepción ha evolucionado notablemente –casi mutado- desde que fuera acuñada por
Tulio Ascarelli a partir de las analogías encontradas entre la relación ciudadano-Estado y socio-
sociedad, por lo que hoy parecería anacrónico centrar su estudio –y propugnar su rechazo- desde la
referida óptica.
462
Situación que pudiera calificarse de cualidad o posición subjetiva compuesta de todo un
haz de relaciones jurídicas. Cfr. Sánchez A., “Las acciones y los derechos del accionista” en
Comentario al Régimen Legal de las Sociedades Mercantiles, dirg. Uría R., Menéndez, A. y
Olivencia, M., t. IV, Madrid, 1994, p. 99.
463
Cfr. Colombres G. Curso…cit. p. 59.
464
Cfr. Jiménez Sánchez G., Derecho Mercantil, 3ª ed. Barcelona, 1995, p. 229. Por su
parte, Villegas, C. Derecho de las Sociedades…cit. 3ª ed. p. 491. se refiere al tema partiendo de que
la acción –el título- incorpora no derechos de crédito ni reales, sino un status al que van unidos
derechos de especial naturaleza y especiales obligaciones. Este status no es típico y uniforme, sino

166
derechos, facultades y poderes que integran la posición jurídica del socio emanan de
su cualidad de tal465, por lo que si resultara privado de la misma se rompería el
vínculo con el ente, convirtiendo al sujeto en un tercero. La doctrina ha agrupado los
derechos que la calidad de socio confiere en dos categorías: patrimoniales y
políticos. Mientras que los patrimoniales se vinculan directa o indirectamente con el
animo de lucro que dimana de toda sociedad comercial –excepción hecha de las del
art. 3 LS- y de sus suscriptores (art. 1 LS), los políticos en su faz activa pertenecen
exclusivamente al socio en cuanto tal, y lo habilitan a participar en las decisiones
que definen la voluntad social466.
El estado de socio se refleja de manera directa en la forma en que el capital se
distribuye entre los socios, dando la medida de la intensidad con que sus derechos
pueden ser ejercidos. Funciona así la cuenta capital social como una suerte de
“sistema métrico interno” que viene a conferir un patrón de equilibrio estructurado
sobre la base de las participaciones de los sujetos en esta467. De allí su importancia
principal en el sistema legal, y su naturaleza eminentemente societaria, que desplaza
a segundo plano aquellas otras funciones de contenido mayormente económico y
aplicación cada vez más reducida.

JURISPRUDENCIA
Es procedente la acción iniciada por un socio contra la sociedad a fin que ésta emita
los títulos representativos de su participación accionaria en el capital social -en el caso,
interpuso acción de nulidad- pues la obtención de dichos instrumentos es el primer y principal
derecho que asiste a todo accionista (art. 280 párr. 4° ley de sociedades) en tanto allí se
incorporan todos los derechos y obligaciones emergentes del estado de socio y permite
evidenciar esa posición jurídica tanto en la faz intrasocietaria como respecto de terceros.
(Cám. C.C.. 3ª Nom. Córdoba, LLC 2002, 698, con nota de J. I. Romero)

V. Aportes
El inc. 4° del art. 11 LS exige que deba efectuarse, al tiempo de la
constitución, la mención del aporte de cada socio. Estos no son sino las obligaciones
de dar o de hacer que aquellos contraen para integrar el fondo común, que habrá de
afectarse a la producción e intercambio de bienes y servicios y que hacen a la
esencia del contrato, de modo tal que sin ellos no habrá sociedad ni socio468. Su falta
de especificación importa la nulidad del contrato social, si bien con carácter relativo,
ya que la misma puede ser subsanada antes de su impugnación judicial (art. 17 LS).

que queda determinado concretamente según el conjunto de normas legales y estatutarias que rigen
toda sociedad y según las circunstancias externas individuales relativas a cada socio.
465
Cfr. Sánchez A., “Las acciones y los derechos del accionista” cit., t. IV, p. 109.
466
Cfr. Sasot Betes M. y Sasot M, Acciones, Bonos, Debentures y Obligaciones
Negociables, Bs. As., 1985, ps. 156 y 150.
467
Verly H., “Apuntes para una revisión …cit LL 1997-A, p. 756, quien incluso afirma que
“la única función que cumple hoy el capital social es la determinación de la posición del socio frente
a la sociedad, delimitando sus derechos políticos y patrimoniales”.
468
Cfr. Halperín, I y Butty E., Curso…cit. 4° ed., , p. 299 n° 30.

167
Por otro lado, la fijeza del aporte apunta a la inexigibilidad de mayores erogaciones
por lo socios y a la improcedencia de la no distribución de utilidades, por lo que el
desarrollo del ente solo puede en principio hacerse mediante aumento de capital o la
formación de reservas para el caso de que estas fueran razonables469.

JURISPRUDENCIA
Aporte. Naturaleza. El aporte efectuado por un socio pasa a formar parte del capital
social, el cual, dada la diferente personalidad jurídica de la sociedad respecto de sus socios,
pertenece con exclusividad a aquélla, queda afectada a su giro y sirve como prenda común a
sus acreedores. (Cám. Com., E, LL 1991-B, 111.)
Los aportes de los socios no son sino las obligaciones de dar o de hacer que contraen
para integrar el fondo social, y no el efectivo cumplimiento de las respectivas prestaciones.
Siendo así, la distribución de las ganancias proporcionadas a los aportes, tiene en cuenta el
valor de las obligaciones prometidas a los socios. Ello sin perjuicio de las reparaciones de los
daños y perjuicios debida por el socio que no cumple su aporte en las condiciones convenidas
y la eventual exclusión del incumplidor en los términos del art. 91 de la ley 19550.
(Cám.Com., C, Diciembre, 7 de 1979 Papillo D. c/. Altieri, J.)
Sin aportes no puede haber socios ni, por ende, sociedad, pues está por naturaleza es
onerosa (art. 1 y conc. Ley 19550). Los aportes pueden transferirse a la sociedad en propiedad
o en uso y goce y pueden efectuarse en el acto constitutivo o durante el desarrollo societario,
en integración única, sucesiva o gradual. También pueden consistir en obligaciones de dar o
hacer y traducirse en dinero, muebles o inmuebles, patentes y marcas, trabajo personal (art. 38
y ss., LS) beneficios de operaciones ya realizadas (art. 1651, Código Civil) o en general en
otros bienes o derechos apreciables en dinero. (Cám. C.C. Junín, ED, 121-508.)
En el supuesto de disolución de una sociedad no puede un socio pedir la restitución lisa
y llana del aporte efectuado, ya que los aportes constituyen en fondo común de la sociedad y
pasan a ser propiedad de esta. Las aportaciones efectuadas por los socios están sujetas a las
contingencias propias de la empresa a la que están destinadas. Esta actividad pudo haber
generado ganancias o perdidas y pretender la restitución lisa y llana de los aportes con
prescindencia de la valuación del patrimonio social a los efectos del determinar cual es la parte
que corresponde al socio, resulta absurdo y no amparado en ninguna norma legal, pues estas
disponen lo contrario (arts. 92 y 109, ley 19550). (Cám.Com., A, ED, 116, 256).
Aportes. Tipo. La prueba del trabajo personal como aporte a una sociedad parece
particularmente dificultosa, porque la dación de trabajo no es inequívocamente indicativa de
un aporte, desde que puede ser dado también a título de relación de trabajo o empleo o bien a
título de locación de servicios. (Cám. Com., B, diciembre 18-2006, “Bonelli, D., H. c/
Berkenstadt, ., E.”)
Aportes. Plazo. Atento que el art. 37 de la ley 19550 funciona como norma supletoria,
el acto constitutivo puede disponer que la integración de los aportes este sujeta a un plazo que
venza con anterioridad a la inscripción, no habiendo en ello agravio alguno, pues la
exigibilidad a partir de la inscripción solo opera ante el silencio del estatuto social.
(Cám.Com., D, ED, 105-232.)
Si el estatuto social difiere la determinación del plazo para la integración de lo aportes
a la decisión del directorio pero subordinando a esté a hacerlo dentro de los plazos legales, se
debe concluir que el plazo legal existe, de conformidad a lo establecido por el art. 37 de la ley
19550, aunque el mismo debe considerarse supletorio e incierto pues la obligación de aportar
recién se hace exigible al producirse la inscripción de la sociedad en el Registro Público de
Comercio, lo cual significa que el directorio al deber obrar dentro de los términos legales,
puede diferir en el tiempo la exigibilidad de los aportes, que acaece con la inscripción pero no
fijar un vencimiento anterior, pues dentro de los plazos legales quiere decir tanto como a partir
de ellos por lo que no autoriza a reducir el término fijado por la ley. (Cám.Com., D, ED, 105-

469
Cfr.. Halperín, I y Butty E., Curso…cit. 4° ed., , p. 300 n° 32.

168
232.).
Aportes. Prescripción. La obligación de los socios de integrar el saldo del capital
suscripto asume caracteres diferentes según se trate de las relaciones entre dichos socios y la
sociedad y de ésta con los terceros, ya que el interés de la sociedad en la integración consiste
en completar el fondo común frente a las necesidades del giro y la mora en la misma dará
lugar a las sanciones del art. 193 de la ley 19550, mientras que frente a terceros el conjunto de
los aportes funciona como garantía específica, determinando la certeza de la existencia, en la
caja social del contravalor efectivo de la cifra capital. En vista de ello, la prescripción como
consecuencia legal de la inacción del acreedor opera, en tal situación, sólo en el plano de las
relaciones entre el ente y los socios remisos, pero resulta inoponible a los terceros pues de lo
contrario se consagraría la inequitativa paradoja de que quienes crearon al sujeto de derecho,
cuya inactividad habría determinado la extinción de la acción en las relaciones internas entre
ellos, se beneficiarían con su ausencia de responsabilidad a la hora de la insuficiencia de la
garantía específica que prometieron frente a los terceros, desvirtuando intolerablemente las
razones que fundan el instituto de la limitación de la responsabilidad por las deudas
societarias. Todo lo cual asume dimensiones particularmente críticas en caso de quiebra de la
sociedad, donde la universalidad de los acreedores presenta un caso de tercería de especial
integridad, pues converge con la finalidad del concurso en orden a la protección del crédito.
(Cám.Com., B, ED, 166-495)
Aumento de capital. Acreditación: El aumento de capital por capitalización de deudas
no debe confundirse con el aporte por el socio de créditos que tiene contra terceros al que se
refiere el art. 41 de la ley 19.550 (t.o. 1984) pues, en la capitalización de deudas se trata de
créditos contra la sociedad, no contra terceros. (Cám. Com., D, IMP 2007-15, 1512.)
La integración del aumento de capital debe ser acreditada con la boleta de depósito
respectiva, según lo previsto en el art. 149 de la ley 19550. (Cám. Com., D, ED, 53, 334).
Aumento del capital. Quíntuplo. Si el aumento de capital de la Sociedad Anónima
dispuesto por decisión de la asamblea se ajusta a lo prescripto por el art. 188 del decreto-ley
19550/72 y a los estatutos de la sociedad, no tratándose, en consecuencia, de una modificación
del estatuto de constitución de la sociedad, ya que dicho aumento se encontraba expresamente
previsto, no procede la exigencia formal del art. 165 (escritura pública) a los efectos de su
inscripción. (Cám.Com. D, ED, 57-670)
Aumento del capital. Revalúo. El aumento de capital dispuesto por la asamblea general
ordinaria de una Sociedad anónima por capitalización del saldo del revalúo contable-ley
15272- y capitalización parcial del revalúo contable-ley 17335- no excede el límite fijado en el
inc. 4 del art. 234 de la ley 19550. (Cám. Com. B, ED, 53, 336)

A.) Inscripción preventiva Cuando para la transferencia de un aporte se requiera


su inscripción en un registro, esta debe hacerse preventivamente a nombre de la
sociedad en formación (3° párr. art. 38 LS). Para ello el funcionario que ordene la
medida debe fijarle un plazo, de forma tal que el bien aportado no permanezca, siquiera
de menar condicional, fuera del dominio pleno del aportante cuando la sociedad
hubiera omitido transitar el iter registral o lo hubiere abandonado de manera definitiva.

JURISPRUDENCIA
Aporte. Insuficiencia de la registración contable. La sola incorporación de un bien
inmueble en el balance de la sociedad no resulta suficiente para tener acreditada la existencia
de un aporte de capital (del dictamen del fiscal de Cámara que ésta hace suyo). (Cám. Com,
Sala B, octubre 30-1997, Electromecánica Na-Riel S. R. L.)
Aporte. Inmueble. Corresponde rechazar la demanda de desalojo si el demandado, a
pesar de haber transferido el dominio del inmueble a una sociedad como aporte de capital, se
encuentra en la actualidad en la posesión del bien, sin que dicho aporte de capital haya sido
publicado en el Boletín Oficial ni fuera inscripto en la Inspección General de Justicia, pues no

169
media título suficiente ni tradición que perfeccione aquella transferencia. (Cám. Civ., I, JA
2004-II, 443.)

B) Bienes susceptibles de aportación. Los aportes pueden consistir en


obligaciones de dar o de hacer, salvo para los tipos de sociedad en los que la ley
exige que consistan en obligaciones de dar (art. 38 LS).
En las sociedades de interés, en razón de la responsabilidad solidaria e
ilimitada de sus socios, pueden efectuarse aportes de todo tipo de bienes, incluso en
uso y goce (art. 45 LS), lo que no sucede en las de responsabilidad limitada, en que
estos sólo pueden ser determinados y susceptibles de ejecución forzosa (art. 39 LS)
En todos los casos se presume que los bienes son aportados en propiedad,
salvo que, tratándose de sociedades de parte de interés, constara expresamente que la
aportación se limita a su uso y goce (art. 45 LS). La forma en el cumplimiento del
aporte debe hacerse efectiva con los recaudos propios de la naturaleza del bien que
involucre: escritura pública, tradición e inscripción en el caso de inmuebles,
tradición y transferencia administrativa en el caso de los automotores, cumplimiento
del la ley 11.867 y art. 44 LS en el caso de fondos de comercio, cesión o endoso para
el caso de créditos, etc. (2° párr. art. 38 LS)470. Si se tratara de bienes gravados, estos
sólo podrán ser aportados por su valor con deducción del gravado, sus intereses,
costos y gastos (art. 43 LS).

C) Aporte de créditos. Cuando lo que se aportara fuera un crédito contra


terceros, la sociedad será cesionaria por la sola constancia en el contrato social. En
tal caso, corresponde al aportante atender los gastos de cobranza y los intereses, ya
que de lo contrario disminuiría el valor de su obligación, como así también
responder por la existencia y legitimidad del crédito, el que de no poder ser cobrado
a su vencimiento transformará la obligación original en una de aportar dinero que
debe hacerse efectiva dentro de los treinta días (art. 41 LS). La razón de esta
disposición reside en que la mora del deudor (art. 37 LS) pudiera obedecer a un
incumplimiento imprevisible del tercero, que involucrara una cantidad importante de
dinero de difícil reemplazo en el corto plazo, ello con más la intención del legislador
de preservar el ente471.

JURISPRUDENCIA
El art. 41 de la ley de sociedades prevé la posibilidad del aporte efectivo de un crédito
que, a su vencimiento, no pueda ser cobrado, en cuyo caso el crédito ya incorporado al patrimonio
societario puede ser remplazado por dinero. (Cám. Com, C, LL 1994-E, 484; ED 158, 666).

470
Cfr. Halperín, I y Butty E., Curso…cit. 4° ed., , p ps. 301 y 302, (nos. 33 y 36.)
471
Cfr. Halperín, I y Butty E., Curso…cit. 4° ed., p. 303, n° 36.

170
D.) Aporte de títulos La ley autoriza el aporte de títulos cotizables en bolsa,
hasta por su valor de cotización (art. 42 LS)472, tomado este al momento de su
efectivo aporte, o en su defecto al del último día de la cotización si se registrase
alguna dentro de los tres meses anteriores473. En cuanto a los título no cotizables –o
cotizables que no lo hicieran desde al menos tres meses- estos se valúan del acuerdo
al régimen ordinario de los aportes en especie (arts. 42 y 51 LS).

E.)Valuación del aporte. Cuando los aportes no sean en dinero, estos deben
ser valuados. Mediante la valuación del aporte se obtiene la determinación de la
suma fija de la cuenta capital social474, lo que permite –con algunas excepciones-
establecer los porcentajes con que los socios habrán de concurrir al reparto de
beneficios, soporte de pérdidas y reintegro de remanentes al tiempo de la liquidación
y la intensidad con que sus derechos políticos pueden ser ejercidos. Pero ese valor,
según antes refiriéramos al mencionar el capital, es más un artificio legal que una
necesidad de la técnica contable475, por lo que las equivalencias obtenidas entre los
suscriptores no necesariamente serán matemáticamente pares.

JURISPRUDENCIA
Valuación del aporte: El art. 53 de la ley 19.550 (t.o. 1984) no resulta aplicable al
aumento de capital por capitalización de deudas por cuanto, éstas no constituyen aportes en
especie, sino débitos compensables que no necesitan pasar por el procedimiento de valuación
de los aportes "in natura". (Cám. Com., D, , IMP 2007-15, 1512)
Valuación del aporte. Revalúo: Todo revalúo es, en definitiva, una mera adecuación
del valor de los bienes del activo a un nuevo nivel, que cuando la ley admite capitalizar una
parte del revalúo, está permitiendo que se adecue el valor de los aportes originales de los
inversores a la sociedad a la nueva realidad patrimonial. (Cám.Com., A, agosto 19-1983,
“Ruberto, G.M. c/ Boris Garfunkel e Hijos, S. A.”)

1. Valuación en el caso de sociedades por parte de interés, en comanditas


simples y de responsabilidad limitada. La primera de las formas de valuación de los
aportes prevista en la LS, es la dispuesta por los propios socio en el contrato
constitutivo (art. 51 LS). Para el caso de las sociedades de responsabilidad limitada y
las en comandita simples –respecto de los aportes de los socios comanditarios-, dada
la limitación de responsabilidad de los socios la ley es más estricta, e imponiendo a
la partes indicar el contrato, además, los antecedentes justificativos de la valuación.
De no preverse contractualmente la forma de valuación, esta se hará según los

472
Por lo que nada impide contabilizar el aporte por debajo de tal valor. Cfr. Roitman H.,
Ley de… cit., t. I, p. 640.
473
Cfr. Richard E. y Muiño O., Derecho Societario… cit., p. 198.
474
El aporte efectuado por un socio pasa a formar parte del capital social, el cual, dada la
diferente personalidad jurídica de la sociedad respecto de sus socios, pertenece con exclusividad a
aquella, queda afectada a su giro y sirve como prenda común a sus acreedores. (Cám.Com. E, LL
1991-B, 111.)
475
Cfr. Cabanellas de las Cuevas G., Derecho Societario,…cit., p. 638, n° 32.

171
precios de plaza o por uno o más peritos que designe el juez de la inscripción (art.
51 LS).
En cuanto al tiempo en que la valuación debe efectuarse, este difiere según se
trate de sociedades colectivas, de responsabilidad limitada o en comanditas simples.
Para el caso de i.-) las sociedades colectivas, la valuación se realiza antes de su
presentación para la registración, ii.-) para el caso del aporte del socio comanditario
o en el de las sociedades de responsabilidad limitada, la valuación será previa si ella
hubiera sido efectuada por los socios en el estatuto, o previa pero con carácter
provisorio si correspondiera su determinación judicial, por lo que la efectuada en el
contrato constitutivo sólo sería indicativa del probable valor.
El socio que fuera afectado por una valuación indebidamente realizada puede
impugnarla de manera fundada dentro del quinto día hábil de notificado. El juez de
inscripción deberá resolver el planteo, con audiencia de los peritos intervinientes. El
procedimiento de impugnación es de instancia única, por lo que la resolución que
adopte el juez del registro será inapelable (art. 52 LS). De producirse la insolvencia
o quiebra de la sociedad, los acreedores sociales también podrán impugnar la
valuación de los aportes, siempre y cuando no hubieran transcurrido cinco años de
su realización y aquella no hubiera sido hecha judicialmente (art. 51 LS).
2. Valuación en el caso de sociedades por acciones. A diferencia del grupo de
sociedades al que refiriéramos anteriormente, en el caso de las sociedades por
acciones la valuación debe siempre ser aprobada por la autoridad de contralor (arts.
53 y 186 inc. 4° LS). Esta se hará i.-) por el valor de plaza, en caso de bienes con
valor corriente, ii.-) por informe de reparticiones estatales o bancos oficiales, iii.-) o
por valuación pericial, cuando a juicio de la autoridad de contralor la valuación no
pueda ser reemplazada por informes de reparticiones estatales o bancos oficiales.
Los aportes efectuados por un valor inferior al de la valuación son admitidos sin
más, pero aquellos cuya diferencia fuera superior requerirán su integración. El
aportante tiene derecho a solicitar la reducción de su aporte según su valuación,
siempre que socios que representen al menos tres cuartas partes del capital, excluido
el peticionante, lo acepten (art. 53 LS).
El procedimiento de valuación resulta apelable (arts. 53 y 169 LS), lo que debe
hacerse de manera fundada, dentro del quinto día de notificada la resolución
administrativa476.

F.) Evicción y vicios redhibitorios. Siendo el aportante un enajenante a título


oneroso, este garantiza a la sociedad por evicción y por vicios redhibitorios (art. 46
LS), por lo que en protección de los socios posteriores y de los terceros resulta

476
A diferencia del caso de las sociedades colectivas, de responsabilidad limitada y en
comanditas simples (art. 52 LS).

172
inaplicable el art. 2098 del código Civil477. Verificada la evicción, nace en cabeza
del órgano de gobierno la facultad de resolver la exclusión del socio, ello sin
perjuicio de la responsabilidad que a este cabe por los perjuicios ocasionados al ente.
Si la exclusión no fuera resuelta, igualmente deberá el valor del bien y también una
indemnización por los daños ocasionados (art. 46 LS). Cabe no obstante al socio
responsable de la evicción evitar la exclusión mediante el reemplazo el bien
involucrado por otro de igual especie y calidad, lo que no impide que deba
indemnizar a la sociedad por los perjuicios ocasionados (art. 47 LS). Esta
posibilidad del socio de forzar al resto de los coasociados a aceptar la sustitución, y
que se aparta de la solución prevista en el art. 2136 del Código Civil, privilegia el
principio de conservación de la empresa por sobre los intereses particulares de
aquellos478. Tal reemplazo facultativo del incumplidor no resulta posible si el aporte
se tratara del usufructo de un bien (arts. 46 y 48 LS), mientras que si el aporte fuera
de uso y goce, salvo pacto en contrario, el socio debe soportar la pérdida total o
parcial cuando ella no fuera imputable a la sociedad o a alguno de sus socios (art. 49
LS)479.

G.) Mora
La integración temporánea del aporte comprometido guarda principal
importancia con el normal funcionamiento del ente, ya que se relaciona de manera
directa con la intensidad con que los derechos sociales habrán de ser ejercidos por
los suscriptores. El socio que no cumpla con tal obligación en las condiciones
convenidas incurre en mora por el mero vencimiento del plazo a tal efecto fijado –
mora automática480-, o, en su defecto, desde la inscripción de la sociedad (art. 37
LS), quedando esta habilitada para exigir el cumplimiento del aporte o bien excluir
al moroso reclamándole, además, los daños y perjuicios derivados. Para la exclusión
del moroso sólo se requiere de decisión asamblearia en tal sentido, operando
entonces aquella automáticamente, lo que constituye un supuesto autónomo distinto
del del art. 91 LS y que prevé la previa tramitación de la acción de exclusión. No
obstante, frente a la inacción de la sociedad procede la aplicación analógica de tal
norma, posibilitando a los socios individualmente demandar la exclusión481.
Si se tratara de sociedades por acciones, la sociedad podrá optar por el
cumplimiento del contrato de suscripción, lo que no impide la suspensión del

477
Cfr. Halperín, I y Butty E., Curso…cit. 4° ed., p. 307, n° 44.
478
Cfr. Zunino, J., Régimen… cit., 20° ed. p. 113.
479
Disuelta la sociedad, el socio podrá reclamar la restitución del bien en el estado en que se
encuentre.
480
En ningún caso será necesario interpelar al moroso (art. 509 Código civil).
481
Cfr. Roitman H., Ley de… cit., t. I, p. 609, quien agrega que en caso de que la sociedad
hubiera optado por exigir el cumplimiento del aporte, los socios no podrán ejercer la acción
individual de exclusión hasta tanto la sociedad no desista de su objetivo inicial o este resulte de
cumplimiento imposible.

173
ejercicio de todos los derechos inherentes a las acciones involucradas, y que se
produce automáticamente (art. 192 LS). La suspensión opera exclusivamente
respecto de las acciones en mora, por lo que el accionista continúa en ejercicio de
los derechos que otorgan aquellas efectivamente integradas482. El estatuto también
puede disponer que los derechos de suscripción correspondientes a las acciones en
mora sean vendidos en remate público o por medio de un agente de Bolsa si se
tratara de acciones cotizables. En tal caso, serán a cargo del moroso los gastos del
remate y los intereses moratorios, sin perjuicio de la responsabilidad que le cupiera
por los daños. El estatuto puede asimismo establecer que se produzca la caducidad
de los derechos del moroso, previa intimación a integrar en un plazo no mayor de
treinta días, con pérdida de las sumas abonadas (art. 193 LS).

JURISPRUDENCIA
Mora: Corresponde suspender la ejecución de una decisión asamblearia en la cual
pudieron participar socios morosos en la integración total de sus aportes, pues conforme lo
establecido por el art. 192 de la ley 19.550, la mora suspende automáticamente el ejercicio de
los derechos inherentes a la acciones, afectándose de tal modo la formación de la mayoría en
la citada asamblea. (Com.Com., D, JA 2002-IV, 736 - ED 201, 259 - LL 2002-E, 795 - IMP
2002-21, 180.
Corresponde revocar la resolución que rechazó el incidente de cobro de aportes
promovido por la sindicatura de la sociedad fallida, toda vez que en el contrato social consta la
integración por los socios de solamente el 25% del capital suscripto al momento de
constitución del ente, por lo que se encuentra acreditada la mora de los socios en la integración
de los aportes suscritos con el alcance exigido por el art. 150 de la LCQ. (Del dictamen de la
Fiscal General Subrogante que la Cámara hace suyo). (Cám. Com., C, diciembre 29-2004,
“Twin S.A. s/quiebra”)
Mora. Prescripción. La falta de cumplimiento del aporte en las condiciones convenidas
tienen como efecto la exigibilidad de la obligación crediticia por la mora del aportante, con
más los daños e intereses. Dicha obligación, por derivar de un aporte, es de tres años, de
conformidad con lo prescripto por el art. 848, inc. 1º del Cód. de Comercio. (Cäm.Com., Sala
A, febrero 21-1996, Vázquez Iglesias, J.r H. y ot. / Aragón Valera S. A. y ots).

H. Prestaciones accesorias. 483 Los socios pueden contribuir al patrimonio del


ente mediante prestaciones accesorias que no integran su capital y sin importar el
tipo de sociedad de que se trate. Estas consisten en diversas obligaciones -dar, hacer
o no hacer- de naturaleza social y estatutaria484, en tanto no importen desembolsos
de sumas de dinero (art. 50 inc. 3° LS), y procuran dar solución al problema que
plantea la necesidad de recibir la prestación de servicios personales (con o sin bienes

482
Zunino J., Régimen… cit., 20° ed., p. 212.
483
Sobre el particular, véase Bussolini Miguez, C.I., “Sobre prestaciones accesorias”,
Biblioteca Universidad Austral, 2007 (inédito), a quien aquí seguimos.
484
Halperín I., Sociedades de Responsabilidad Limitada…cit. 8º ed. p. 115; Verón, , A. V.
Sociedades comerciales..cit. t. I, p. 382. n.1. Se trata de obligaciones distintas de la principal de
aportar el capital social, por las que uno o varios socios asumen la realización de una prestación de
dar, hacer o no hacer a favor de la sociedad. Cfr. Martinez Nadal Apol.lónia, Las prestaciones
Accesorias en la Sociedad de Responsabilidad Limitada, Barcelona, 1997, p. 11.

174
entregados en uso a la sociedad) sin necesidad de emitir participaciones a favor de
quienes las dan, ni de tener que recurrir a contratos no societarios485.
Tales prestaciones i) tienen que resultar del contrato, y precisar su contenido,
duración, modalidad, retribución y sanciones en caso de incumplimiento, o se
considerarán obligaciones de terceros (art. 50 inc. 1° LS); ii) deben ser claramente
diferenciadas de los aportes y no pueden ser en dinero (art. 50 inc. 2° LS); iii) solo
pueden modificarse de acuerdo con lo convenido, o, en su defecto, con la
conformidad de los obligados y de la mayoría requerida para la reforma del contrato
(art. 50 inc. 4° LS); iv) cuando sean conexas a cuotas de sociedades de
responsabilidad limitada, su transmisión requiere la conformidad de la mayoría
necesaria para la modificación del contrato486, salvo pacto en contrario; y si fueran
conexas a acciones, estas deberán ser nominativas y se requerirá la conformidad del
directorio (art. 50 inc. 4° LS); v) además, no pueden ser en dinero (art. 50 inc. 3°
LS), lo que evita que se confundan con aportes.

JURISPRUDENCIA
Prestaciones accesorias. La posibilidad de aportar trabajo como prestación accesoria está
prevista en los arts. 38 y 50 de la ley de sociedades y el art. 27 de la ley de contrato de trabajo,
dice que si estas prestaciones cumplieran las condiciones de principalidad y habitualidad, se
considerarán obligaciones de terceros respecto a la sociedad y quedarán regidas por la ley de
contrato de trabajo. Cám.Trab., I, DT 1987-B, 1258.

VI. Régimen de participación en los beneficios


El derecho del socio a participar en los beneficios –contracara de su deber de
soportar las pérdidas - hace a la esencia del contrato de sociedad comercial (art. 1
LS)487. Este no necesariamente será apreciable en dinero488, ya que comprende toda
ventaja patrimonial de origen social que aumente la fortuna particular de los socios o
disminuya sus cargas489. Se traduce, entonces, en el derecho del socio a participar de
las utilidades –del reparto de las ganancias sociales según la terminología del art. 48
LSA española-, de los frutos, derecho abstracto, sin contenido económico

485
Cfr. Cabanellas de las Cuevas, G. Derecho Societario. cit. t. V, p. 602, n. 50. Estas
tienen su origen en Alemania (siglo XIX), en las sociedades remolacheras en las que sus socios,
además de efectuar los aportes propios de las sociedades anónimas que integraban, asumían la
obligación –distinta de aquélla- de cultivar remolacha azucarera para proveer al nuevo ente. Cfr.
Verón, , A. V. Sociedades Comerciales, t. I, p. 381-
486
Implicando la modificación de la prestación accesoria un incremento en las obligaciones
sociales, da derecho a receso (art. 160 LS). Cfr. Bussolini Miguez, C. I., “Sobre prestaciones
accesorias…”, cit.
487
Cfr. Chindemi M., Régimen de Utilidades en las Sociedades Anónimas, Bs. As., 2004, p.
23.
488
El concepto de beneficio –art. 1 LS- no se resume unicamente en utilidades líquidas y
cuantificables, suceptibles de división aritmética entre los socios, sino también en cualquier otra
ventaja económica que incida directa o indirectamente sobre los socios. Cfr. Cabanellas de las Cuevas
G., Derecho Societario… cit., t. 5, p. 88.
489
Cfr. Zaldivar E.y ots., Cuadernos… cit., t. I, p. 78.

175
determinado y que corresponde al accionista en todo momento, distinto del derecho
al dividendo –que es la concreción práctica de aquel- como derecho de crédito
contingente y condicionado que implica la participación en beneficios490,
preacordados por la asamblea491. De allí que el art. 68 LS refiera que los dividendos
-entendidos como la parte de ganancia social a repartir entre los accionistas, según la
parte del capital que cada uno detente, una vez cerrado y aprobado el ejercicio - no
pueden ser aprobados ni distribuidos a los socios sino por ganancias realizadas y
líquidas –utilidad neta- debidamente aprobadas por el órgano de gobierno492. Y si
bien la disponibilidad de las utilidades netas debe estar a la orden del socio desde la
decisión de la asamblea, corresponde al socio solicitar al ente su entrega. La
constitución en mora sólo puede surgir de un acto fehaciente del que resulte una
interpelación concreta al ente493.
Más allá de la imposición general del art. 1 LS en cuanto a que toda sociedad
comercial conlleva para sus integrantes el derecho a participar en los beneficios y el
deber de soportar las pérdidas, y de la expresa prohibición de que tal mandato sea
vulnerado (art. 13 inc. 1 LS), los socios pueden establecer estatutariamente las reglas
para la distribución de las utilidades y el soporte de las pérdidas. Si solo se hubiera
previsto la forma en que se distriburán las utilidades, esta se aplicará para soportar
las pérdidas, y viceversa. En caso de silencio la misma se hará en proporción de los
aportes realizados (art. 11 inc. 7 LS), salvo que se tratar de sociedades de capital e
industria (art. 141 LS), en que el contrato debe determinar la parte del socio
industrial en los beneficios sociales, caso contrario estos serán fijados judicialmente
(art. 144 LS). La LS también prevé una excepción para las denominadas sociedades
accidentales o en participación, las que no son sujetos de derecho (art. 361), y en las
que las pérdidas que afectaren al socio no gestor no pueden supera el valor del
aporte (art. 365).

JURISPRUDENCIA
En el contrato de sociedad la causa-fin es la participación en los beneficios y en las
pérdidas, y ello requiere la realización de actividad social, dado que sólo de ese modo los socios
pueden compartir beneficios y pérdidas, por lo que la inactividad social es causal de disolución,
pues de otro modo se permitiría la existencia de sociedades que no tienen objeto social alguno,
que no realizan actividad alguna, y que sólo persiguen fines ilícitos, máxime teniendo en cuenta el

490
Cabe distinguir el derecho a la utilidad -genérico de todo socio- del derecho al dividendo,
que nace con la decisión societaria que lo aprueba. Cfr. Cám. Com., A, ED disco láser registro nº
143872.
491
Cfr. Jiménez Sánchez G., Derecho… cit., 3ª ed., p. 230; Lecciones de Derecho
Mercantil, 4° ed., Madrid, 1997, p. 185.
492
Acordado el reparto, nace el derecho al dividendo con un contenido concreto y definido
que coloca al accionista en posición de acreedor de la sociedad, “por tanto, y esencialmente, el
derecho al dividendo es un derecho de crédito que obliga a la sociedad a satisfacer al accionista la
parte de ganancia correspondiente a las acciones que posea”, Sánchez A., “Las acciones y los
derechos del accionista” en Comentario al Régimen Legal de las Sociedades Mercantiles, t. IV,
Civitas, Madrid, 1994, de Uría, Menéndez Aurelio y Olivencia Manuel, p. 122; Vicent Chulià F.,
Introducción al Derecho Mercantil, 13º ed., Valencia, 2000, p. 248.
493
Cfr. Cám. Com., B, ED 92-301.

176
orden público y el interés general involucrado en la actuación de las sociedades (del dictamen de
la Fiscal General que la Cámara hace suyo). (Cám. Com., E, LL. 2006-E, 386 - IMP 2006-19,
2397)
El tema relativo a la participación en los beneficios hace a la esencia del contrato de
sociedad y es al respecto donde la libertad es más amplia. Cám. Com., A, LL 1999-B, 460 - DJ
1999-1, 1086.
La simple comunidad de intereses, resultante aun de un hecho voluntario de las partes -
en el caso, una Comisión central donde el único punto de vinculación de sus miembros era ser
beneficiarios de un proyecto sin mediar interés asociativo alguno-, no forma una sociedad
cuando las partes no han tenido en mira realizar el fin característico del contrato de sociedad,
consistente en obtener un beneficio o un resultado cualquiera que dividirán entre sí. ST., Sala
C.C. Santiago del Estero, LL NOA, 1998-1233; Cám. Civil, A, mayo 30-1980, “Fernández,
O. c/ Rodríguez de Fernández, M. P. y ot., suc.

VII. Régimen de soportación de las pérdidas


El socio, y con los alcances fijados para cada tipo social, tiene la obligación de
soportar las pérdidas (art. 1 LS); el término soportar indica que cada suscriptor o
adherente al contrato plurilateral, consciente del eventual álea de los negocios,
concurre a formar sociedad con el ánimo de compartir aquellas que pudieran
originarse494 . A mayor abundamiento, la ley dispone la nulidad de toda estipulación
en contrario (art. 13 párr. 1º LS), por configurar tal deber un elemento esencial y
específico del contrato. Como consecuencia de ello, si producida la liquidación del
ente los fondos sociales resultaran insuficientes para satisfacer las deudas, los
liquidadores estarán obligados a exigir de los socios las contribuciones debidas de
acuerdo con el tipo de sociedad de que se trate.

JURISPRUDENCIA
Saldos de revalúo. La capitalización del saldo de revalúo que consagra un modo de
actualización del capital no puede, en ningún caso, ya se recurra a fórmulas jurídicas o
contables, ser concebido como ganancias y, por lo tanto, integrativas del dividendo, de
conformidad con lo dispuesto por el art. 68 de la ley 19550. (Cám. Com., D, ED, 70-263.)
Retiros a cuenta. La cláusula del contrato social mediante la cual se autoriza a los
socios a que, con imputación de sus cuentas particulares, efectúen retiros a cuenta, esta
permitiendo la distribución de beneficios sin la existencia de ganancias líquidas y realizadas,
en violación al art. 68 de la ley 19550.( (Juzg. 1ª ,Inst. Com. de de Registro, Capital Federal,
Firme, Mayo 8-1978, Casa Trasorras, Soc. Col).
. Los retiros autorizados por el contrato pueden ser juzgados pago de sueldos o anticipo
de ganancias; si el contrato nada dispone se juzgara que es pago de sueldo cuando corresponde
a servicios personales del socio. Si no existe labor personal del socio retribuida deberá
juzgarse que existe anticipo de utilidad prohibido por el art. 68 de la ley 19550 para todo tipo
de sociedad. .( (Juzg. 1ª ,Inst. Com. de de Registro, Capital Federal, Firme, Mayo 8-1978,
Casa Trasorras, Soc. Col).
Retiro de sumas fijas. Violación del art. 13 LS. La percepción por uno de los socios de
una suma fija mensual implica la exención de aquel de soportar las pérdidas (art. 13, inc. 1.,
Ley 19550), siendo la soportación de las pérdidas requisito esencial de todo contrato de
sociedad mercantil. (Cám. Com., B, ED, 70-253)
Soportación de las pérdidas. Limitación. El requisito de contribución en las pérdidas, en las
sociedades por interés, es sólo susceptible de limitaciones en las relaciones internas, conforme
con el art. 125 de la ley 19550, pero nunca de abolición. (Cam.Com., B, ED, 70, 253.)

494
Cfr. Zaldivar E. y ots., Cuadernos… cit, , t. I, p. 79.

177
Eliminar la incidencia de los gastos de explotación en los resultados para el socio
capitalista, excluyéndolo de las pérdidas, se encuentra reñido con la "affectio societatis" y la
regla áurea del contrato de sociedad que descansa en la participación de los beneficios y la
consiguiente contribución en las pérdidas de los socios en la proporción fijada en el contrato.
Cám. Com., C, marzo 15-1989, “Hilbert, B. I. c/. Romero, E. G. y ots.”

e) Domicilio
El domicilio es el lugar que la ley fija como asiento o sede de la persona,
para la producción de determinados efectos jurídicos495. En el caso de las personas
jurídicas, este viene determinado en primer lugar por sus estatutos debidamente
registrados y, en su defecto, por el lugar donde se lleva a cabo su administración y
actividad.
I.Domicilio social y sede social.
En tanto persona, la sociedad comercial debe contar con un domicilio propio
(art. 44 Código Civil), que se corresponde con la jurisdicción donde esta se
constituye e inscribe. Este domicilio social posee, además, características distintivas
que pueden resumirse en496: 1.) Es de carácter legal, atento corresponder a entes
ideales y porque así lo prevé la ley (art. 90 inc. 3° y 4° del Código Civil); 2.) Tienen
carácter necesario, por cuanto debe figurar en el instrumento constitutivo y su falta
obsta la inscripción (art. 11 inc. 2° LS); 3.) Debe ser real –no simulado-, a fin de no
inducir a terceros de buena fe a engaños sobre la localización del ente; y 4.) Debe ser
único, sin perjuicio de la existencia de sucursales y su localización. La sede social,
en cambio, es un lugar físico determinado, ubicado dentro de la jurisdicción fijada
por el domicilio social, que hace al efectivo funcionamiento del ente, de allí que su
elección se encuentra sujeta a la decisión de los órganos de administración. Al igual
que el domicilio social, se asimila a un domicilio legal en los términos del art. 90
inc. 3° del Código Civil497.
Las apuntadas diferencias, hoy mayormente aceptadas, no se derivaron de
normativa específica alguna hasta ocurrida la modificación del art. 11 inc. 2° LS por
ley 22.903. Previamente la distinción resultaba de construcciones doctrinarias y
jurisprudenciales, apoyadas en las reglas generales del Código Civil, por lo que no
era extraño que los Tribunales confundieran ambas nociones haciendo neceasario el
dictado de un fallo plenario comercial -Quilpe I.L.P. S.A.498- para uniformar los

495
Borda G.A., Tratado… cit., Parte General, t. I, n° 350, p. 344; “es una exigencia
ineludible del buen orden social que las personas puedan ser ubicadas en el territorio. Es necesario
que exista un lugar determinado en donde se les pueda exigir el cumplimiento de sus obligaciones, el
pago de los impuestos, donde se los pueda notificar judicial o administrativamente; se precisa que las
personas tengan un asiento jurídico, en donde puedan reclamar la protección de las leyes”.
496
Por todas, véase Zaldivar E. Cuadernos…cit., t. I,, p. 228, n° 15. También Verón. A. V.,
Sociedades Comerciales…cit., t. I, p. 81 y Roitman H., Ley de Sociedades Comerciales Comentada,
cit. t. I, ps. 204 a 207.
497
Cfr. Roitman H., Ley de Sociedades Comerciales Comentada, cit. t. I, p. 209; Romano
A.A., en Código de Comercio..cit. de Rouillon, A., t. III, p. 23.
498
Cám. Com., en pleno, LL 1977-B, p. 248; JA 1977-II-431.

178
dispares criterios interpretativos. La Cámara entendió que 1.) resultaba improcedente
la asignación del domicilio social en la República –toda-, o incluso en ámbitos
territoriales más reducidos –una provincia-, cuando en estos funcionara más de un
Registro, y 2.) que el contrato social podía limitarse a consignar cual sería la ciudad
o población en que la sociedad tendría su domicilio, en caso de que los socios no
quisieran que la dirección de la administración del ente –entendida como sede-
constituyera una cláusula de aquel. En estos casos, para que el registrador procediera
a la inscripción, resultaba necesario precisar “la dirección … (calle y número) del
domicilio social” por instrumento separado, el que debía presentarse conjuntamente
con el contrato.
Con la sanción de la ley 22.903 las conclusiones elaboradas en el plenario
Quilpe se hicieron norma, por lo que para el caso de los contratos en que solo
constare el domicilio, las partes podrán inscribir la dirección de la sede social
mediante petición por separado, suscripta por el órgano de administración (art. 11
inc. 2° LS). Con ello, la LS circunscribe el domicilio a la jurisdicción del registro de
comercio donde se practicó la inscripción –v. gr. Ciudad Autónoma de Buenos
Aires, ciudad de San Juan-, dando la posibilidad a las partes de que únicamente tal
dato integre el contrato499. De esta forma, se evita que los sucesivos cambios de sede
–v. gr. local, oficina o escritorio donde funciona la administración y dirección de la
sociedad- importen modificaciones estatutarias500.

JURISPRUDENCIA
Domicilio y sede social. La reforma que la ley 22.903 ha introducido al inc. 2° del art.
11 de la ley 19.550 parte de identificar el concepto de domicilio exclusivamente con la
jurisdicción en la que se constituye la sociedad. Por ello, el requisito del citado artículo queda
cumplido con la sola mención de dicha jurisdicción. Sin embargo, cuando se opte por esta
posibilidad, la dirección de la sede social tendrá que inscribirse obligatoriamente por petición
separada, suscripta por el órgano de administración. El principal motivo de esta disposición es
permitir que la "dirección" (ahora distinguida del domicilio) obre fuera del contrato o estatuto,
con lo cual se evita la necesidad de reformarlo cada vez que la sociedad mude la sede. Cám.
Civ., C, LL 1992-C, 500 - DJ 1992-2, 352 - JA 1991-IV, 177.
El fallo plenario del tribunal en los autos "Quilpe, S. A." del 31/3/77 (L.L. 1977-B, p.
248), puntualizó la necesidad de que los terceros cuenten con una inscripción registral
informativa de ubicación precisa del domicilio del comerciante (individual o societario). Y a
tal efecto sentó la doctrina de que el juez de Registro debe denegar la inscripción del contrato
social que no se complemente con el instrumento del que resulta la concreta dirección en el
domicilio, salvo que el mismo ya esté incluido en el instrumento de constitución de sociedad.
(Cám.Com., C, LL 1984-A, 297).
El principio sentado en el art. 90 inc. 3º, del Cód. Civil, tiene vigencia siempre que el
domicilio de la persona de existencia ideal figure en los estatutos, actos constitutivos o
autorizaciones acordadas por la autoridad administrativa competente. Así, en el caso de las

499
Exposición de motivos Ley 22.903, Capítulo I, Sección II, ap. 1. En razón de tal
integración, cada cambio de domicilio importará una modificación del contrato, que requerirá de
registración.
500
No así, obviamente, los sucesivos cambios de domicilio, los que al reformar el contrato
social deberán ser debidamente publicitados y registrados para ser oponibles a terceros.

179
sociedades comerciales, el domicilio será el de su sede social, inscripta en el Registro
respectivo. (Cám. Civ., A, LL 1998-B, 687.)
El domicilio que integra los requisitos exigidos por el art. 11, inc. 2° de la ley 19.550
no es el que corresponde a la sede de la administración de la sociedad, sino aquel que
constituye su "asiento legal" en los términos del art. 90, inc. 3° del Cód. Civil, y que por tanto
surte todos los efectos que la ley asigna al domicilio social inscripto. (Cám. Com., E, LL
1988-C, 88.)
El domicilio que integra los requisitos exigidos por el art. 11 del decreto-ley 19550/72,
inc. 2., no es el que corresponde a la sede social, local o escritorio donde habrá de funcionar la
administración y dirección de la sociedad, sino aquel que, al constituir su "asiento legal",
determina la jurisdicción a la cual deberá quedar sometida con arreglo a lo dispuesto por los
arts. 90, 91 y 100 del Código Civil. (Cám. Com., A, ED, 60-390.)

II. Competencia.
Y si el domicilio determina la jurisdicción a la cual queda sometido el ente,
con arreglo a lo dispuesto por los arts. 90, 91 y 100 del Código Civil501, también
determina la competencia judicial. No obstante, este último principio habrá de ceder
cuando el domicilio fuera ficticio, se hubiera establecido para dificultar la acción de
terceros o para eludir la competencia de determinados tribunales502.

JURISPRUDENCIA
. La trascendencia del domicilio social en los tipos societarios sujetos a conformidad
del poder administrador, que determina incluso la aplicabilidad del art. 90, inc. 3 del Código
Civil, determina la competencia de los jueces correspondientes al mismo, sin que obste a lo
concluido la invocada circunstancia de haberse proyectado una modificación del acto
constitutivo, atento el alcance del artículo citado y el que compete al art. 12 de la ley 19550,
en materia de sociedades de capital en que las formas resultan integrativas, constitutivas.

III. Notificaciones
A efectos de considerar la pertinencia de las notificaciones que se cursen a la
sociedad comercial cuando se tratara de personas de existencia ideal regulares, la
noción de domicilio consignada en la LS debe armonizarse con lo normado por el
Código Civil (art. 90 inc. 3°). Como consecuencia de ello, y en salvaguarda de
terceros y del tráfico en general, la determinación de la sede social hace a las veces
de domicilio legal inscripto, que habilita a presumir iure et de iure que es allí donde
efectivamente la sociedad se encuentra y donde debe ser emplazado, siendo válidas
y vinculantes todas las notificaciones; incluso si en tal sede no se desarrollara
actividad alguna503.
En cuanto a las sucursales, cada una de ellas habrá de contar con un domicilio
especial en el lugar donde opere, a fin de poder cumplir con las obligaciones que en
tanto agentes locales de la sociedad matriz contraigan (art. 90 inc. 4° Código

501
Cám. Com., A, ED, 60-390.
502
Cfr. Roitman H., Ley de Sociedades Comerciales Comentada,…cit. t. I, p. 204.
503
Cfr. Romano A.A., en Código de Comercio..cit. de Rouillon, A., t. III, p. 23 y
jurisprudencia de la CS por este citada ,v.gr. LL 2003-D, 199; DJ 2003-2-365.

180
Civil)504. De allí que las notificaciones que a estas sucursales -o a establecimientos
comerciales que operen fuera de la jurisdicción que fija el domicilio del ente-
pudieran cursárseles, también serán tenidas por válidas, por cuanto resultaría
inadmisible pretender que solo aquellas efectuadas a la sede social cuentan, si con
ello se vulneraran los derechos de terceros y el espíritu y finalidad de la norma505.

JURISPRUDENCIA
Notificación en sede inscripta: Tratándose de personas de existencia ideal regulares, la
noción de domicilio debe entenderse delimitada por el art. 11 inc. 2 ley 19550, armonizado
con lo normado por el inc. 3 del art. 90 CCiv., por los cuales la determinación de un domicilio
legal considerado como la sede social hace presumir "iuris et de iure" que es allí donde se
domicilia la persona jurídica y, consecuentemente, donde debe ser citada a todos los efectos,
pues se tendrán por válidas y vinculantes para la sociedad todas las notificaciones efectuadas
en la sede inscripta. Cám.. Trab., VIII, noviembre 11-2002, “Bonggio, D. A. c/Ocean Fish
Argentina S.A”.; Cám.Com. D, JA 2000-I-582.
No puede obligarse a quien intenta notificar a una sociedad comercial en la dirección
que consta inscripta como sede social, que realice otras diligencias o mayores averiguaciones
tendientes a suplir la falta de especificación del departamento, ya que ésta omisión debe recaer
sobre el ente demandado, quien tenía la carga de constituir y anotar la dirección de su sede,
máxime si se tiene en cuenta que las modificaciones no inscriptas regularmente obligan a los
socios y resultan inoponibles a los terceros -arts. 11, inc. 2° y 12, ley de sociedades
comerciales 19.550. Cám. Trab., III, DJ 2003-2, 693.
Si bien el art. 90, inc. 3° del Cód. Civil acuerda a las personas jurídicas -de las que no
debe excluirse a las sociedades comerciales- un domicilio legal, ante el informe negativo del
oficial notificador, debe practicarse el emplazamiento previsto en el art. 338 del Cód. Procesal,
en la sede social, porque el cambio de sede no es indispensable que se registre pues no implica
modificación del contrato. Fracasado tal emplazamiento debe recurrirse a las reglas procesales
que arbitran la forma de citar al demandado con domicilio incierto (art. 343, Cód. Procesal).
Cám. Com., A, LL 1985-A, 453 - DJ 1985-1, 727 - ED 111, 691.
Domicilio social. Notificación. De acuerdo con el art. 11, inc. 2do. De la ley 19550, t.
o. decreto 841/84, todas las notificaciones efectuadas en la sede inscripta se tendrán por
válidas. (Cám. Com., B, ED, 134-500.)
. El art. 11, inc. 2° de la ley 19550, modificado por la ley 23903, establece que se
tendrán por válidas y vinculantes para la sociedad todas las notificaciones efectuadas en la
sede inscripta, de manera que la dirección de ésta es el domicilio legal de la persona de
existencia ideal, en el sentido del art. 90 del cód. civil. En efecto, aunque el domicilio procesal
sea distinto del legal, pudiendo o no coincidir, por su intermedio se posibilita la notificación
plena que la existencia del domicilio legal requiere; por lo que, es adecuado conferir a este
último el carácter de constituido procesal para viabilizar sin futuros inconvenientes la
notificación para la cual aquél fue instituido. (Cám.Com., sala A, ED, 160-245).
Son válidas todas las notificaciones practicadas en el domicilio social registrado, de
acuerdo con lo establecido por los artículos 11, inc. 2do. De la ley 19550 y 90, inc. 3ro. del
Código Civil. (Cám. Com., B, ED, 134-502.)
El art. 11, inc. 2do. de la ley 19550 en su actual redacción establece expresamente la
validez y vinculación para la sociedad de todas las notificaciones efectuadas en la sede
inscripta. Cám. Com., C, ED, 134-501.
Domicilio. Modificación no inscripta. Mudanza. No obsta a que deba considerarse
competente en una acción intentada contra una sociedad anónima, al juez del lugar del
domicilio establecido en su acto constitutivo inscripto en el Registro Público de Comercio, la
circunstancia de haberse proyectado una modificación de ese acto, o aun la de encontrarse de

504
Cfr. Roitman H., Ley de Sociedades Comerciales Comentada,…cit t. I, p. 215.
505
Cfr. Romano A.A., en Código de Comercio..cit. de Rouillon, A., t. III, p. 25.

181
hecho la sede en otro lugar, atento al alcance del art. 90, inc. 3° del Código Civil y el que
compete al art. 12 de la ley 19550 en materia de sociedades de capital, en las que las formas
resultan integrativas, constitutivas. Cám. Com., D, Junio 15-1979, “di Matteo de Domínguez,
A. E. c/ Di Matteo e Hijos, SA, J.”.
Domicilio social. Domicilio constituido ad litem. La calificación de domicilio
constituido solo corresponde al domicilio procesal o ad litem fijado a los efectos del proceso,
conforme al régimen establecido por el art. 40 del Cód. Procesal. Por consiguiente, no procede
asimilarlo al domicilio social inscripto, sin que ello importe desconocer los efectos que el art.
11, inc. 2 de la ley 19550 (t. o. ley 22093) asigna a las comunicaciones que en él se cursen.
Cám.Com., E, ED, 135-779.
Desde que el domicilio constituido es el domicilio procesal o ad litem, fijado a los
efectos del proceso, no corresponde asimilarlo al domicilio social inscripto, sin que ello
importe desconocer los efectos que el art. 11, inc. 2do. de la ley 19550 le asigna a las
comunicaciones que en él se cursen. Cám.Com., E, ED, 134-409.
Domicilio social. Notificación a otros domicilios. Validez. El art. 11, inc. 2 de la Ley
19550 importa una prerrogativa para los terceros tendiente a proteger sus derechos, pero ello
no enerva la validez de las notificaciones cursadas a cualquier otro domicilio que no sea el
social inscripto; siempre que reúna los recaudos del art. 90, inc. 3 del Cód. Civil. (Cám. Com.,
A, ED, 140-357)
Sede inscripta. Notificación bajo responsabilidad: El instituto de la notificación "bajo
responsabilidad de la parte" resulta inaplicable a las personas de existencia ideal toda vez que,
conforme a lo establecido en el art. 11 inc. 2 de la ley 19.550), la determinación de un
domicilio como sede social inscripta en la Inspección General de Justicia, hace presumir "iure
et de iure" que donde se domicilia la persona jurídica, y consecuentemente donde debe ser
citada a todos los efectos. (Cám. Trab., VIII, DT 2005, 965.
Notificación. Sucursales. La regla del art. 11, inc. 2° "in fine" de la ley 19.550
(reformada por la ley 22.903) que tiene por válidas y vinculantes para la sociedad todas las
notificaciones efectuadas en la sede inscripta, no es excluyente de las que se efectúan en las
sucursales o establecimientos donde efectivamente se realicen negocios sociales (art. 90, inc.
4°, Cód. Civil y su doctrina). (Cám. Com., A, LL 1986-D, 517 - DJ 1986-2, 950)
Domicilio constituido: Tratándose de una sociedad regularmente constituida, su
domicilio legal está dado por el lugar fijado a esos fines en el acto constitutivo, luego
publicitado a través de la inscripción en el Registro Público de Comercio, ello es consecuencia
de la previsión del art. 11 de la ley, inc. 2 de la ley de sociedades concordantemente con lo
dispuesto al respecto por el art. 90 inc. 3 del Código Civil, que otorga prevalencia al domicilio
señalado por los estatutos por sobre el del lugar donde esta situada su dirección o
administración. (Cám. C.C., II, Paraná, LL Litoral 2007, , 431.

f) Nombre
I. Caracterización.
El nombre comercial es aquel bajo el cual el comerciante actúa en el mundo
del tráfico mercantil y que sirve a su vez como elemento de individualización del
fondo de comercio que opera506. Es, por tanto, ajeno a la normativa societaria507. El
nombre social, en cambio, es el signo verbal identificatorio de la sociedad en cuanto
persona jurídica y resulta ser un atributo de tal personalidad societaria508. Puede,
según el tipo social de que se trate, manifestarse a través de las especies razón social
o denominación social (art. 11 inc. 2° LS) y en todos los casos debe ser integrado

506
Cfr. Fontanarrosa R.O. Derecho Comercial…cit. parte general-, n° 183, p. 220.
507
Cám. Com. ED 161-559; Zaldivar E. Cuadernos…cit., t. I, p. 239.
508
Cfr. Cabanellas de las Cuevas, G. Derecho Societario. cit. p. t. 2, p. 531.

182
por las palabras que identifiquen al tipo509. Ambas se distinguen, según: A.) Razón
social: la utilización de la razón social para identificar entes colectivos corresponde
a costumbres comerciales medioevales, tiempos en que las sociedades eran
designadas con los nombres de todos sus socios, escritos sobre los libros de cuentas
o de razón510. Hoy día se trata de un nombre social que, incorporando el nombre de
uno o más socios, refiere a la responsabilidad subsidiaria, ilimitada y solidaria de
estos por las obligaciones sociales, por lo que aquellas sociedades en que la
responsabilidad sea limitada, carecen de razón social511. La LS prevé que si la razón
social no incluyera a todos los socios, deberá adicionársele las palabras y compañía
o su abreviatura (arts. 126, 134 y 142 LS); B.) Denominación social: esta resulta ser
el nombre que identifica a los entes donde la responsabilidad de los socios sea
limitada. Puede ser de fantasía (denominación objetiva), o bien incluir el nombre de
una o mas personas, socias o no (denominación subjetiva), salvo en el caso de las
SRL en que necesariamente debe tratarse de socios (art. 147 LS). No obstante, las
sociedades en que la responsabilidad de sus miembros sea ilimitada, o las de carácter
mixto –en comanditas por acciones-, también pueden optar por la utilización de una
denominación siempre y cuando la integren con las palabras que identifican al tipo o
con su abreviatura (arts. 126, 134 y 142 LS).
El nombre social debe reunir ciertas cualidades, entre las que cuentan las de:
A.-) inconfundibilidad e identificación: sociedades distintas no pueden tener
denominaciones idénticas512. Tampoco debe existir dificultad para distinguirlas, ni
requerirse un esfuerzo distinto del normal para establecer las diferencias entre un
nombre y otro. Para evaluar la posibilidad de confusión se requiere efectuar un
cotejo que involucra su gráfica, fonética y contexto ideológico de las
denominaciones513; B.) veracidad: la denominación no debe ser equívoca, ni inducir

509
La omisión de este recaudo hace responsable solidariamente al administrador con la
sociedad por las obligaciones así contraidas (arts. 126; 134, 142, 147, 164 y 317 LS).
510
Cfr. Cornejo Costas E., Tratado del Nombre Social, Bs As, 1989, n° 18, ps. 73 y 74. Este
se concretaba a su vez en la formula y compañía. “Es conveniente desterrar la noción de razón social,
por cuanto no responde a las razones históricas y técnicas que determinaron su empleo, y, lejos de ser
de la esencia de algún tipo de sociedad, es más bien de la historia de una de ellas, la colectiva”.
511
Cfr. Colombres G., Curso…cit., ps. 123 y 124; Villegas C., Derecho de las Sociedades
Comerciales, …cit. , n° 27 a), p. 64.
512
Sin violentar tales principios, la Inspección General de Justicia acepta la registración de
sociedades de un mismo grupo cuyas denominaciones contengan elementos comunes (art. 60 res.
7/2005).
513
Cfr. Cornejo Costas E., Tratado del Nombre Social…cit. n° 53, ps. 197, 201 y 202.

183
a error sobre la verdadera actividad de la sociedad514, o, en términos de alguna
doctrina, a error respecto del objeto515.

JURISPRUDENCIA
Nombre comercial y nombre social. Mientras el nombre comercial tiene por finalidad
la identificación del comerciante o industrial o la empresa en el ramo de que se ocupa y es un
medio de atracción de clientela, el nombre social, además de esa función, revela la
incorporación de la designada al ámbito de la tipología societaria y a la consecuente
regulación positiva. (Cám. Fed. C.C.I, LL 1994-D, 159 - DJ 1994-2, 776)
Nombre. Características. El nombre de una sociedad debe ser fácilmente distinguible,
de modo que el público no tenga que hacer un esfuerzo distinto del normal para establecer la
diferencia entre dos denominaciones. Ello, a fin de no vulnerar el principio de
inconfundibilidad de la denominación social. Cám.Com., A, agosto 24-1990, “Inspección
Gral. de Justicia: Chanel París, S. A.”.
Una de las características básicas que debe reunir un nombre societario para ser
admitido como tal es el de la inconfundibilidad, ya que la libertad en la elección del nombre
aparece restringida por el llamado principio de "novedad" que veda la adopción de una
denominación ya utilizada por otra sociedad, solución que si bien era explícita en el anterior
Código de Comercio, se encuentra implícita en la economía del nuevo régimen societario de la
ley 19550, particularmente en el art. 126 de este cuerpo legal. Cám. Com., A, ED, 143, 275.
Razón social. Representación. Tratándose de "razón social" o el nombre de una
sociedad, la firma se rige por las reglas de la representación social de manera que todos los
que ponen firmas a nombre de otros deben hallarse autorizados para ello, haciéndose constar
dicha representación con la fórmula "por poder", "por mandato", "por representación" o, como
en la especie, "por Arnaudin y Trebastoni" o "Arnaudin y Trebastoni sociedad de hecho" o
cualquiera otra que identificara el compromiso social de la libranza. Cám. C.C. II, Paraná, ,
noviembre 27-1979, “Pesich, R. J. A. c/ Trebastoni, J. M.,”.
Denominación societaria. Fondo de comercio. Diferencias. El nombre o designación
comercial, como elemento individualizante del fondo de comercio se vincula a un
establecimiento comercial o industrial y procura individualizarlo en la integridad de sus
elementos. Su problemática es ajena a la normativa societaria. En cambio, la denominación de
la persona jurídica es inherente a la sociedad y constituye una estipulación necesaria que debe
expresar el instrumento constitutivo. Cám. Com., B, febrero 21-1994, “Dexter International S.
A. c/. Dabra S. A.”.
Nombre. Inconfundibilidad. Si bien la ley de sociedades no ha reiterado explícitamente
el principio de la inconfundibilidad de las denominaciones o nombres de las sociedades, tal
como lo hacía el art. 300 del Código de Com., el mismo debe considerarse implícito por ser
uno de los inherentes a la materia o, inclusive, por haberse plasmado -siquiera a través de una
aplicación concreta- en el régimen de sociedades, al exigirse que la razón social exprese
indudablemente la identidad de la sociedad (art. 126, ley 19550). Cám. Com., C, octubre 19-
1977, Constructora Cariló, SA.”.
Denominación social. Nombre de los socios. El art. 147 de la ley 19550 expresa
categóricamente que la denominación social de una sociedad de responsabilidad limitada
puede incluir el nombre de uno o mas socio, con lo que obviamente quedan excluidos aquellos
que no reúnen esa calidad, sea que se trate de terceros o de ex socios vivos o muertos, dado
que al no hacer el texto distingos de ninguna índole, la ley vigente no autoriza
interpretaciones. Cám. Com., B, ED, 79-204.

514
Insp. Gral. Just., octubre 19-2004, “Legalitas S.A.”, Res. 1296/2004, exte 607180; Insp.
Gral. Just., julio 15-2004 “Tenaris S.A. Res. 854 exte. 603780. Cfr. Sasot Betes, M. y Sasot M.,
Sociedades Anónimas, Acciones…cit., p… ; Halperín, I y Butty E., Curso…cit., 4° ed., p. 48.
515
Cfr. Halperín, I y Butty E., Curso…cit. 4° ed., n° 68, p. 323; Cabanellas de las Cuevas,
G. Derecho Societario. cit. p. t. II, p. 545; Roitman H., Ley de Sociedades Comerciales
Comentada,cit. t. I, p. 193.

184
El sentido del art. 147 de la ley 19550 en cuanto establece que en la denominación
social puede incluirse el nombre de uno o mas socios, es el de preservar la buena fe de los
terceros que pudieran contratar con la sociedad, confiando en el prestigio y crédito personal de
quien figura en la denominación (fallo de primera instancia). Cám. Com., B, ED, 79-204.
Nombre. Valor. El nombre de una sociedad -sin perjuicio de sus funciones propias- no
es solamente un atributo de la personalidad, sino que debe ser considerado como un bien
inmaterial susceptible de valoración pecuniaria, sobre el que se ejerce un derecho de propiedad
en el sentido del art. 17 de la Constitución Nacional. Cám. Com., Sala A, agosto 24-1990,
“Inspección Gral. de Justicia: Chanel París, S. A.”
Sigla. Omisión. El hecho de haber omitido el representante de la sociedad en el
documento la sigla SRL Y haber puesto el nombre social sin aquélla, hace encuadrar la
situación en la previsión normativa de art. 147, inc. 2 de la ley 19550 y, por lo tanto,
corresponde considerar obligado al firmante personalmente, dado que al omitir las obligatorias
aclaraciones impuestas por la norma de aplicación, quedó sujeto a las consecuencias que ésta
determina. Cám. Com., B, julio 11-978, “Tomas N. c/ Vega A.”.
Sociedad colectiva. Nombre. No parece dudoso que, conforme a la ley 19550, la
denominación deba contener la referencia al tipo de sociedad en alguna de las formas que la
misma señala. Tampoco lo es que si la denominación consiste en una razón social deba,
además, cumplir las condiciones que fija el art. 126 para las sociedades colectivas (fallo de
primera instancia). Cám. Com., A, ED, 79-137.
Sociedad en comaditas por acciones. Nombre. La ley 19550 admite claramente en su
art. 317 que las sociedades en comandita por acciones pueden elegir entre las dos
manifestaciones o especies de nombre, es decir, denominación o razón social. (Cám. Com., A,
ED, 79-136)
La ley 19550 admite claramente en su art. 317 que las sociedades en comandita por
acciones pueden elegir entre las dos manifestaciones o especies de nombre, es decir,
denominación o razón social. (Cám. Com., A, junio 15-1978, “Cavanna, Angel R., S. C. A.”
Por imperio del art, 324 de la ley 19550, supletoriamente para las sociedades en
comandita por acciones, debe aplicarse el art, 134, que determina para las comanditas simples
que actúan con una razón social, que esta se formara exclusivamente con el nombre o los
nombres de los comanditados y de acuerdo con el art. 126 (dictamen del fiscal de cámara).
Cam. Com., A, ED, 79-137.
Si la denominación esta formada por el nombre personal de uno de los socios de una
sociedad en comandita por acciones, no puede eludirse la aplicación del art. 126 de la ley
19550 (fallo de primera instancia). Cam. Com., A, ED, 79-137.
Sociedad de responsabilidad limitada. Denominación. No resulta aplicable el art. 147
de la ley 19550 cuando la denominación societaria no se exhibe como el indebido
aprovechamiento de un nombre de persona ajena a la sociedad, sino como la apropiación -
autorizada por su usuario extranjero- del nombre de otra sociedad con la cual aparece
vinculada por sus operaciones específicas. Cám. Com., D, septiembre 29-1978, “Rohde y
Liesenfeld, SRL.”
En nuestro derecho, la denominación de la sociedad de responsabilidad limitada a
diferencia de la Sociedad anónima, cuando incluye el nombre de una persona física
denominación subjetiva- está sujeta al principio de "veracidad" impuesto por el art. 147 de la
ley 19550 que sólo autoriza la mención del nombre de "uno o mas socios". Cám. Com., B,
ED, 85-466.
Mal puede un individuo afirmar -si pretende asignar algún contenido jurídico a su
aseveración- que es el único titular de una razón social, salvo que con lo dicho se persiga
describir elípticamente que se encuentra en el caso del art. 94, inc. 8o. de la ley 19550. (Cám.
Com., B, mayo 15 1980, “Organización Personal c/ Soluciones, SRL.”
En el sistema societario que rige en nuestro pais, la denominación de la sociedad de
responsabilidad limitada a diferencia de la sociedad anónima, cuando incluye el nombre de
una persona física-denominación subjetiva- está sujeta al principio de "veracidad" impuesto
por el art. 147 de la ley 19550 que sólo autoriza la mención del nombre de "uno o mas socios".
Cám. Com., B, agosto 8-1979, Hirsch, Samuel, SRL”.

185
II. Homonimia
La homonimia o paronimia se da cuando los nombres de dos sujetos resultan
iguales, o cuando, aún sin serlo, presentan similitudes que afectan los principios de
novedad, inconfundibilidad y veracidad propios de toda denominación. Es decir que
para que exista homonimia no es necesario que haya identidad absoluta entre los
nombres, sino que basta con que se de la posibilidad de confusión, la que puede
derivar A.) en designaciones compuestas por varias palabras, de la similitud de
aquellas que tienen mayor relevancia en el conjunto -vocablos dominantes- y que en
la práctica son las que retiene el público en general516; B.) o del uso de la
abreviación del nombre, que puede hacerlo igual o similar a otro517.
Dadas las características y funciones que respecto del sujeto cumple el nombre
social, verificada la paronimia (u homonimia) a toda sociedad le asiste el derecho de
requerir y obtener que se modifiquen aquellos que guarden similitud. Para formular
la petición siquiera es necesario acreditar la existencia de perjuicio518, ya que la
misma se orienta no solo a la defensa del sujeto involucrado, sino también a la de la
buena fe y sinceridad comerciales, a la prevención de la competencia desleal y a la
protección del público y de los terceros519. Incluso se ha entendido que la acción
tendiente a la supresión de la homonimia resulta imprescriptible, atento la propia
naturaleza del nombre social, que constituye un atributo de la personalidad del
ente520.Como regla general, procede la modificación de la denominación de la
sociedad que haya obtenido la inscripción en último término521. Pero tal cuestión es
relativa, no sólo porque habrá de aceptar excepciones, sino también porque tampoco
importa que el reclamo sea anterior o posterior a la conclusión de la inscripción de la
homónima, y que es la Justicia y no al Registro a la que en última instancia cabe
resolver la cuestión. Empero, ello no significa que no corresponda –o convenga- al
perjudicado formular oposición en sede administrativa, sino sólo que lo que en
definitiva esta resuelva no tendrá carácter concluyente para el caso de ser recurrida
la resolución. A fin de evitar casos de paronimia, las normas de la Inspección
General de Justicia disponen que el organismo no conformará “actos constitutivos de
entidades con denominación igual o similar a otras ya existentes", pudiendo observar
y denegar inscripciones que induzcan al público a confusiones sobre la
identificación y diferenciación de las sociedades mercantiles que se registren (res.

516
No así la serie de designaciones genéricas que atañen a la clase de actividad, al objeto
comercial o al tipo de sociedad. Cfr. Rivera J.C., "El nombre en los derechos civil y comercial…”,
cit. ps.133 y 134.
517
Cfr. Cornejo Costas E., Tratado del Nombre Social…cit. n° 53, p. 199.
518
Cfr. Cornejo Costas E., Tratado del Nombre Social…cit. n° 53, p. 197; JA 1962-V-338.
519
Cám.C.C, I, . Rosario, JA 1998-III-526.
520
Cám. Com., E, “Petrocor S.R.L. c/. Petrocor S.A”. s. sumario, RSyC n°5 p. 240;
520
También la res. 7/2005 Inspección General de Justicia, art. 64.

186
6/1980, art. 8 y leyes 22.280 y 22.315)522. En concordancia, la Inspección A.) llegó a
hacer lugar a la oposición de constitución presentada por una sociedad perjudicada,
aún estando la registración en trámite y pese a la inexistencia de vía legal que
habilitara el planteo, por entenderlo asimilable a un recurso de reposición contra el
acto administrativo amparado por el principio de informalismo en favor del
administrado (art. 1, inc. c ley 19.549)523; B.) denegar la inscripción de una
homónima, cuyo defecto pretendía subsanarse mediante el sólo aditamento del
término “servicios”524 y C.) Intimar a una homónima, ya registrada ante el mismo
organismo y por requerimiento de la inscripta en primer término, para que esta
procediera a modificar su denominación social, bajo apercibimiento de solicitar por
vía judicial la revocación de la inscripción525. Cuando la homonimia fuera resuelta
judicialmente, la sentencia que ordene el cese de uso o cambio del nombre social
dentro de determinado tiempo, deberá hacerlo bajo apercibimiento de declararse la
nulidad del ente (art. 17 LS)526.

JURISPRUDENCIA
Nombre. Tutela. El nombre de una sociedad –sin perjuicio de sus funciones propias- no
es solamente un atributo de la personalidad, sino que debe ser considerado como un bien
inmaterial suceptible de valoración pecunaria, sobre el que se ejerce un derecho de propiedad
en el sentido del art. 17 de la Constitución Nacional, del cual no puede privársele
arbitrariamente ni ser utilizado por otra sociedad sin conculcarse además el principio de
inconfundibilidad, pues por el solo motivo de ser el nombre el elemento que individualiza a la
persona jurídica que el ente societario importa, la ley le confiere el derecho a la tutela de su
propia personalidad. Cám. Com. A, LL 1991-A, p. 124.
Homonimia. Oposición. La oposición que formula una sociedad al registro de otra
fundada en la homonimia, plantea el tema del derecho al uso de una cierta denominación
societaria entre quien se considera con prioridad al empleo de ella frente a una sociedad, que
en el íter constitutivo pretende ser registrada con un nombre social idéntico, aunque referido a
otro tipo societario. (Cám. Com., D, LL 1986-D, 161 - DJ 1986-2, 862 - IMP 1986-B, 1657).
Por el solo motivo de ser el nombre el elemento que individualiza a la persona jurídica
que el ente societario importa, la ley le confiere el derecho a la tutela de su propia
personalidad. Cám. Com., A, agosto 24-1990, “Inspección Gral. de Justicia: Chanel París, S.
A.”.
Debe declararse infundada la oposición deducida por una sociedad comercial a la
solicitud de una marca que coincide con su denominación social, pues, teniendo en cuenta que
la situación debe evaluarse a la fecha de solicitud del registro de la marca, cabe concluir que la

522
Insp. Gral. Just., octubre 19-004, “Legalitas S.A.”, res. 1296/2004, exte. 607180; Cám.
Com. D, 30/6/1986 “Kimsa S.R.L”; Resol. Insp. Gral. Just. 1003/2000 "Intelligent Systems S.A." en
RSyC, n. 6, p. 245.
523
Insp. Gral. Just., junio 9-003 “Flor de Liz S.R.L.”, Res. 657/2003 exte. 1720987, suscripta
por Ragazzi, G. con apoyo en Marienhoff -Tratado de Derecho Administrativo, t. I, p. 709-.
524
Cfr. Insp. Gral. Just., noviembre 17-2003 “Castalia Servicios SRL., “ Res. 1319 extpe.
1726436.
525
Insp. Gral. Just., octubre 19-004, “Legalitas S.A”., res. 1296/2004, exte. 607180. En
cambio, desestimó el pedido que se le formulara en cuanto a la revocación de la inscripción de la
sociedad homónima, por la propia Inspección, por exceder ello sus facultades
526
Cfr. Romano A.A., en Código de Comercio..cit. de Rouillon, A., t. III, p. 23.

187
demandada no aportó prueba alguna de que utilizaba aquella designación, desde su
constitución, para distinguir sus productos. Cám. Fed. C.C., III, JA 2005-III, 369.
Es procedente la pretensión de la actora tendiente a que se condene a la demandada a
abstenerse de usar la abreviatura o "sigla" de su denominación social y/o como nombre
comercial dentro del territorio de la provincia de Santa Fe si existe sinonimia entre dicha
abreviatura y el nombre social de la accionante, al haber identidad gráfica y fonética que
induce a confusión, sin que sea óbice para ello la circunstancia de que en el caso se trate de
dos tipos societarios distintos. La circunstancia de que la actora y la demandada tengan objetos
sociales diversos, actividad empresarial diferente o que no se haya demostrado la presencia de
desvío de clientela, no impide ordenar a la demandada se abstenga de utilizar la abreviatura de
su denominación social y/o como nombre comercial, si existe estricta identidad gráfica y
fonética entre dicha abreviatura y el nombre social de la actora, pues de otro modo se afecta el
principio de inconfundibilidad. Cám. C.C., I, Rosario , LL Litoral 2000, 1163.
Los añadidos del tipo societario tienen escaso valor como elemento distintivo para
determinar la posibilidad de confusión entre nombres comerciales. Cám. Fed. C.C., III, LL
1997-E, 692 - DJ 1997-3, 548.
Las circunstancias que se tienen en cuenta para no hacer lugar a la registración de una
sociedad cuya denominación, atento a la semejanza gramatical y fonética, es cuestionada por
otro ente societario, son las atribuciones que al juzgado de registro atribuyen los arts. 6 y 167
de la ley 19550 y la justificada precaución de negar una inscripción cuando el nombre de la
sociedad objeto de la misma resulta ser similar al de otra ya inscripta. 1ª Inst. Com.. Juzg. de
Registro, Firme, ED, 80-649.
Homonimia. Las circunstancias que se tienen en cuenta para no hacer lugar a la
registración de una sociedad, cuya denominación, atento a la semejanza gramatical y fonética,
es cuestionada por otro ente societario, son las atribuciones que al juzgado de Registro
atribuyen los arts. 6 y 167 de la ley 19550, y la justificada precaución de negar una inscripción
cuando el nombre de la sociedad objeto de la misma resulta ser similar al de otra ya inscripta.
1ª Inst. Com. Juzg. de Registro, junio 1-1978, “Quipus, SA”
En el caso que las denominaciones de una SRL y una SA. Se integren con una voz
común -en el subindice, Norfabril, SRL y Norfabril, SA- es evidente que, aunque las mismas
se distinguen por el distinto tipo societario, el principio de inconfundibilidad del nombre se ve
afectado. Por ende, al estar viciado un requisito esencial, no tipificante del contrato de
sociedad nos hallamos con un acto nulo (art. 17, párr. 2, Ley 19550), pero cuya subsanación se
permite por el principio de conservación de la empresa, debiendo procederse, en consecuencia,
a la modificación de la denominación social viciada. Cám. Com., E, ED, 135-552.

g) Plazo.
El instrumento de constitución debe contener el plazo de duración de la
sociedad, que debe ser determinado (art. 11 inc. 5° LS). La LS impone así a los
suscriptores la sujeción a un requisito esencial no tipificante, por lo que la nulidad
que importa la omisión del plazo o el defecto en su determinación es solo relativa
subsanable antes de su impugnación judicial (art. 17 LS)527. Esta exigencia se
orienta a la tutela de los intereses convergentes del ente, socios y terceros, al tiempo
que ratifica principios generales del ámbito societario dirigidos a afirmar la
seguridad jurídica528, como la conservación de la empresa y la protección del
crédito.

527
Cfr. Roitman H., Ley de Sociedades Comerciales Comentada…cit. , t. I, p. 244; Villegas
C. G., Derecho de las Sociedades Comerciales…cit. , p. 67.
528
Exposición de Motivos Ley 19.550, Capítulo I, Sección II, pto. 3.

188
Sin perjuicio de que el plazo contractual usualmente sea medido por años, la
LS sólo exige su determinación, por lo que aquel pudiera resultar de consignar el
vencimiento de un término preciso, o de la producción de hechos o actos concretos
(“mientras dure la concesión administrativa de la onda radial XX”529), o bien de
manera indirecta a través de su objeto530. La determinación tampoco importa la
imposición a los contratantes de un tope mínimo o máximo de duración del ente, sin
perjuicio de la razonabilidad que el plazo mismo debe guardar respecto del fin
originariamente tenido en cuenta. En atención de tal razonabilidad -si bien no
prevista normativamete- parte de la doctrina ha sostenido que el termino que se
extienda por sobre el esperable para la vida humana importaría una violación
indirecta de la ley531, mientras que otros, por el contrario -y para el caso de
sociedades de capital abiertas-, postulen la conveniencia de consagrar la ilimitación
del plazo, atento la naturaleza de los fines de esta forma societaria532.
El plazo se computa desde la fecha de registración del ente, ya que antes de
ello este no se encuentra en condiciones de realizar regularmente otras operaciones
que las tendientes a obtener su inscripción definitiva, y aquellas predispuestas para
su etapa en formación533. Producido el vencimiento, se produce la disolución del
ente -salvo caso de prórroga resuelta y solicitada a la autoridad de registro con
anterioridad-, incurriendo en responsabilidad ilimitada y solidaria los
administradores por toda operación ajena a la atención de los asuntos urgentes del
ente y de su liquidación (arts. 94 inc. 2°, 95 y 99 LS).

JURISPRUDENCIA
Plazo. Determinación. Entre los requisitos que la ley impone a la voluntad de las partes
que constituyen un contrato de sociedad, el art. 11, inc. 5. De la ley 19550, señala el plazo de
duración el cual debe de ser determinado, pues, de esa forma, y aun para el tipo de sociedades
como la colectiva, se tutelan mejor los intereses convergentes y se ratifican principios
dirigidos a afirmar la seguridad jurídica. Vencido ese término, la sociedad se disuelve de pleno
derecho. 1ª Inst. Com.. Juzg. de Registro, ED, 72-233.

529
Verón A.V.,, Sociedades Comerciales…cit. t. I, p. 101, n° 7.
530
Cfr. Villegas C. G., Derecho de las Sociedades Comerciales , lug. cit.-
En contra, Cfr. Halperín, I y Butty E., Curso…cit. 4° ed., n° 72, p. 324-, para quienes si
bien el plazo puede ser cierto en razón del objeto, como en el caso de la explotación de una concesión
que surge de manera indirecta (art. 1765 Código Civil), esta variante no resulta aplicable en la LS que
exige precisión en la duración; Roitman H., Ley de Sociedades Comerciales Comentada…cit. , t. I,
ps. 244 y 245.
531
Así, Halperín, para quien –y contra la práctica usualmente aceptada- un plazo de 99 años,
por excesivo, importa sociedad sin término (Sociedades Anónimas… cit., p. 104 n° 21). La costumbre
de consignar tal plazo -99 años- se derivaría de la aplicación analógica del art. 2 de la ley francesa
(Halperín, id.).
532
Cfr. Verón A.V.,, Sociedades Comerciales…cit. t. I, p. 101, n° 7; Zaldivar E. y ots,
Cuadernos…, cit. t. II p. 82.
533
Cfr. Halperín I. Sociedades Anónimas…cit., p. 84; Roitman H., Ley de Sociedades
Comerciales Comentada…cit. , t., p. 245; En contra, Verón A.V., Sociedades Comerciales…cit. t. I,
p. 101, n° 7.

189
La cláusula del contrato social por el cual el plazo de duración de la sociedad es
indeterminado viola la norma del art. 11 inc. 5º de la ley de sociedades 19., pues el mismo
queda supeditado a la voluntad de sus integrantes. Si los socios de una sociedad constituida
por tiempo indeterminado, lo cual viola la norma del art. 11 inc. 5º de la ley de sociedades
19.550 no reconvienen el plazo de duración de la sociedad, ésta se disuelve "ipso iure",
conforme lo establecido en el art. 94 inc. 2º, de la citada ley. (Cám.Civ., D,, DJ 2000-3, 565).
Si el plazo de duración de la sociedad queda supeditado a la voluntad de los socios,
tiene carácter de indeterminado, en violación a la exigencia del art 11, inc. 6 de la ley 19550.
(Cám.Com., D, ED 53-334.)
Entre los requisitos esenciales que la ley 19550 impone a la voluntad de las partes que
constituyen un contrato de sociedad, el art. 11 señala el plazo de duración que el contrato debe
contener, mencionando en su art. 17 la sanción respectiva; ello tiende a tutelar mejor los
intereses convergentes y ratificar principios encaminados a afirma la seguridad jurídica.
(Cám.1ª, C.C. I, La Plata, ED, 103-702.)
El término de duración de la sociedad, a partir de la inscripción del instrumento
constitutivo, se hace operativo entre los socios y oponible frente a terceros con las
consecuencias previstas por el art. 57 de la ley 19550, dando seguridad a los acreedores
particulares de los socios en las sociedades de interés, dadas las limitaciones de la
ejecutabilidad de las partes sociales. De allí la necesidad de que el plazo de duración este
estipulado contractualmente en forma "determinada" y en ese entendimiento la jurisprudencia
ha rechazado la registración de contratos cuyo termino de vigencia, estaba supeditado a la
voluntad de los socios o preveían cláusulas automáticas de renovación, reafirmando el
principio de que los trámites correspondientes deben cumplirse siempre antes del vencimiento
y nunca con efecto retroactivo. (Cám.1ª, C.C. I, La Plata, ED, 103-702.)
Plazo. Vencimiento. Consecuencias. Si se determinó que la sociedad continuó
operando pese al vencimiento del plazo social y que el apelante fue el administrador de la
misma (siempre en la hipótesis del art. 99 de la ley 19550), su responsabilidad solidaria e
ilimitada por la deuda a que es condenada la sociedad por haberes impagos, indemnización por
despido, vacaciones proporcionales y sueldo anual complementario se le impone por imperio
legal, habida cuenta de que el acaecimiento de una causal de disolución (vencimiento del
plazo) implica para los administradores la obligación de ceñir su actividad a atender los
asuntos urgentes y a adoptar las medidas necesarias para iniciar la liquidación. Por lo tanto, si
tal obligación legal fue incumplida porque la sociedad continuó operando a pesar de su
vencimiento, la responsabilidad solidaria del apelante resulta inobjetable desde que toda
actividad ajena a los fines de liquidación hace responsable a los administradores ilimitada y
solidariamente respecto de los terceros y los socios sin perjuicio de la responsabilidad de
éstos. (SC, Bs.As. ED, 150-276.)
. Vencido el término de duración de una sociedad de responsabilidad limitada sin que
se disponga su liquidación, toda actividad ajena a esos fines hace responsable a los
administradores ilimitada y solidariamente respecto de los terceros y los socios sin perjuicio
de la responsabilidad de éstos. (SC, Bs.As., LL 1992-E, 39 - DJ 1993-1, 866 - DJBA 143,
5318.)
Plazo. Sociedad de hecho. En las sociedades de hecho, no opera la disolución
automática, sino que al no existir plazo de duración ni objeto social de vinculación estable, se
considera exclusivamente la voluntad de los socios de disolver manifestada en forma
fehaciente o auténtica e indiscutible para probar la voluntad del socio exteriorizada
inequívocamente. (Cám. C.C., 2ª Nom. Santiago del Estero, LL NOA 2006, 82.)

h) Affectio societatis.
I.-Caracterización.
El origen del término es atribuido a un comentario de Ulpiano. Este se habría
referido a la importancia que a la affectio cabe respecto del contrato de sociedad, el

190
cual, además de consensual en términos generales, requiere del consentimiento
constante y duradero de sus socios. Los sucesivos juriscunsultos romanos solían aludir
a esta original noción, en lenguaje justinianeo, como affectio o animus societatis, o
contrahendae societatis, o habere tractatum534. Desde entonces la noción ha sido
condiderada como un elemento específico de todo contrato asociativo535, modo en que
también se trasladó al derecho nacional a partir del seguimiento que de la materia
efectuara Vélez Sarsfield en la normativa francesa –y en especial de las opiniones de
Troplong-, según el criterio adoptado por el Código Civil argentino, según se
desprende da la nota a su art. 1648536.
La doctrina suele referirse a la affectio societatis como una voluntad de
colaboración activa, jurídicamente igualitaria e interesada, que habrá de guarda un
mayor o menor acento según el tipo social de que se trate537. Baste reparar en el caso
de las sociedades anónimas abiertas, en que la voluntad conciente de colaboración
usualmente inexiste, como en el sujeto inversor que deviene socio producto de la
decisión especulativa de un tercero (su agente), a veces sin siquiera adquirir
conocimiento de su calidad. Pero esto último no debe llamar a error en cuanto a la
importancia de este requisito no positivizado, ya que la voluntad requerida por la
affectio no es meramente volitiva. Fargosi trata esta particularidad de la siguiente
manera: “…del mismo modo que el ‘animus donandi’ no es la intención de donar,
sino que evidencia el deseo de hacer una liberalidad, …, la ‘affectio societatis’ no es
la voluntad o la intención de asociarse, sino la voluntad de cada socio de adecuar su
conducta y sus intereses personales, egoístas y no coincidentes a las necesidades de
la sociedad para que pueda ella cumplir su objeto, y así, y a través de ella, que se
mantenga durante la vida de la sociedad una situación de igualdad y equivalencia
entre los socios, de modo que cada uno de ellos y en conjunto observen una
conducta que tienda a que prevalezca el interés común, que es el modo de
realización de los intereses personales … la ‘affectio societatis’ … jugaría
preponderantemente en el período que podría denominarse funcional de las
sociedades y revelaría como la conducta de los socios destinada a adecuar sus
intereses personales y egoístas con el objeto social, de modo de hacer posible su
realización, posponiendo aquellos a lo que comunmente se denomina interés
social”538. Así entendida, la apuntada voluntad asociada a la affectio parecería
resumirse mejor en una carga –como señala Butty- desprovista de intención y ánimo,

534
Cfr. Iglesias, J., Derecho Romano…cit. 6° ed. , p. 433.
535
Por una reseña de histórica de la affectio en las doctrinas francesas, italianas, española y
brasileña hasta mediados del siglo XX, véase Fargosi, H.P., La Affectio Societatis, cit., ps. 15 a 47.
536
Cfr. Zaldivar E. y ots., Cuadernos…, cit. . t.I, n° 5.2.5.,. 83.
537
Cfr. Zaldivar E. y ots., Cuadernos…, cit. t.I, n° 5.2.5., p. 81; Halperín, I y Butty E.,
Curso…cit. 4° ed., n° 28, ps. 295 y 298; Villegas C. G., Derecho de las Sociedades
Comerciales…cit. , p. 67.
538
Fargosi, H.P., La affectio Societatis, cit., p. 88.

191
en un ingrediente normativo del contrato que impone una colaboración activa,
aunque atenuada en las sociedades por acciones539.
Empero, algunos autores niegan a la affectio carácter de elemento del
contrato de sociedad, endilgándole en cambio una calidad subjetiva impropia de
todo ordenamiento jurídico540, reputándola innecesaria541, aludiendo a su supuesta
confusión con el consentimiento propio de todo contrato542, reduciéndola al propósito
de cooperación en los negocios sociales543 y llegando incluso a sugerir la
conveniencia de su supresión544.

JURISPRUDENCIA
Affectio. Concepto. La "affectio societatis", elemento esencial de la sociedad, es la
voluntad de cada socio de adecuar su conducta e intereses personales egoístas y no
coincidentes con las necesidades de la sociedad, para que ella pueda cumplir su objeto,
manteniéndose durante la vida de la sociedad una situación de igualdad y equivalencia entre
los socios, sin relaciones de superioridad o dependencia entre ellos, con una deliberada
aceptación de los riesgos propios de una explotación o empresa. Cám. Civ. F, , LL 1999-A,
469 - DJ 1998-3, 683.
Affectio societatis. Intereses atendidos. La affectio societatis es la voluntad de cada socio
de adecuar su conducta y sus intereses personales, egoistas y no coincidentes a las necesidades de
la sociedad, para que pueda ella cumplir su objeto y así, y a través de ella, que se mantenga
durante la vida de la sociedad una situación de igualdad y equivalencia entre los socios, de modo
que cada uno de ellos y todos en conjunto observen una conducta que tienda a que prevalezca el
interés común que es el modo de realización de los intereses personales. CNCiv. Sala A,
diciembre 27-979, re Chevallier Boutell F.M. c. Chevallier Boutell C., ED 88-139.
La affectio societatis consiste en la voluntad de unión, desde el punto de vista económico,
concertada para obtener ganancias y soportar pérdidas. C1°CC San Isidro, Sala I, julio 5-979, re
A.I. de L. C. K. A., SP LL 980-117.

539
Cfr. Halperín, I y Butty E., Curso…cit. 4° ed., n° 28, ps. 295 y 298 “No debe
confundirse affectio societatis con las meras relaciones cordiales y amistosas entre los integrantes de
la sociedad, ya que este tipo de relación buien puede faltar sin que por ello desaparezca la affectio
societatis, relación de naturaleza diferente, vinculada a la existencia de una voluntad común de los
socios para la consecución del fin social y constituida más bien por la disposición anímica activa de
colaboración en todo lo que haga al objeto de la sociedad” (Cám.Com. D, ED 61-494).
540
Cfr. Colombres G., Curso …cit. p. 56.
541
Tal es la posición de Verón, A.V.-Sociedades Comerciales…cit. ,t..I, p. 21-, quien
respecto de las sociedades cerradas, refiere que “si por intuitu personae debe entenderse ‘las
disposiciones o actitudes que se adoptan sin atenerse estrictamente a derecho o razón, sino al respeto
que alguien merece’, puede sostenerse que en la sociedad anónima de familia predomina el intuitu
personae y no el affectio societatis, pues aquel presupone la confianza recíproca, un mayor
acercamiento relacional entre los socios y una ‘cerrazón’ que evita otras o extrañas omisiones”.
542
Cfr. Arauz Castex en cita de Zavala Rodriguez, Código…cit. , t I, p. 292, nro. 556.
“Arauz Castex, al resolver este punto con relación a una sociedad entre escribanos, decía que la
affectio societatis no es un elemento del contrato de sociedad … lo que no puede pretenderse es que
en materia de sociedad haga falta siempre que los socios se profesen algún particular sentimiento o
cosa por el estilo y en los demás contratos no … si la affectio societatis fuese un elemento más del
contrato de sociedad, habrá que ampliar ese criterio e incluir <<la confianza>> en el concepto de
mandato, el <<amor>> en el matrimonio, y así en cada caso que se requiere consentimiento”.
543
Cfr. Cám.Civ. B, , ED 103-620.
544
Muguillo R. y Mascheroni F., Manual de Sociedades Civiles y Comerciales, Bs. As,
1994, p. 43.

192
Affectio societatis. Innecesariedad. No es uniforme el criterio de considerar la affectio
societatis como un determinado propósito de los contratantes, frente al imperativo legal que en
determinados supuestos impone la calidad de socio a un tercero que no tiene la intención ni el
ánimo ni el propósito de adquirirla y asociarse. Tal el caso de los arts. 90 y 155 de la ley
19550 que prevén el pacto de continuación con los herederos del socio muerto cuando se trata
de sociedades colectivas, en comandita simple o de responsabilidad limitada, pues de existir el
pacto seria obligatorio para los herederos. Cám.1ªC.C. Bahía Blanca. ED, 56-595.
El elemento llamado affectio societatis no integra actualmente al noción de sociedad.
La ley 19550, que regula la formación de la sociedad en forma completa, no admite margen
para aquella conceptualización. (Cám. Com., A, marzo 11-1980, Rotter, A. c/ Eidelman de
Topf, I.”)

II. Falta de affectio societatis como causal de disolución.


El ente se disuelve por consecución del objeto para el cual se formó o por
imposibilidad sobreviniente de lograrlo (art. 94 inc. 4° LS). Los Tribunales no han
sido contestes en cuanto a si la falta o pérdida de affectio societatis resulta
asimilable a tal imposibilidad, ni si esta habilita a los socios, en consecuencia, a
peticionar la disolución del ente. Así se ha resuelto autorizar la disolución: A.)
atribuyendo a la pérdida de affectio un cariz economicista que se traduce en la
decisión de los socios de no colaborar en la consecusión del fin común545; B.)
aceptando que la imposibilidad sobreviniente a la que alude el art. 94 inc. 4° LS
pueda ser también subjetiva, como las graves desavenencias en el gobierno de la
sociedad546; C.) o cuando de la falta de affectio –y no de la mera desinteligencia o
discrepancia entre los socios- se deriven conflictos tales cuyas consecuencias lleven
al convencimiento de la imposibilidad de un funcionamiento normal del ente en pos
del objeto social547. Por el contrario, se ha resuelto denegar la disolución A.) Por no
encontrarse prevista entre las causales de disolución dispuestas en la LS548; B.) por
no tratarse de un elemento esencial del contrato de sociedad549; C.) por no ser más
que la denominación específica que en el caso de las sociedades recibe la intención
de celebrar el contrato social, por ende, ajena a las casuales legales de disolución550

JURISPRUDENCIA
Affectio.societatis Perdida. Disolución. Aunque en la demanda no se invoque
concretamente la "affectio societatis" como fundamento del pedido de disolución de una
sociedad -en el caso, de responsabilidad limitada de carácter familiar-, nada impide al
juzgador fundar la sentencia en esa circunstancia si estima que resulta configurada mediante la

545
Cám. Com.Capital Federal, LL t. 64 p. 677, según reseña en Fargosi. H.P La Affectio
Societatis, cit., p. 71.
546
Cám. Com. A, julio 17-2003, “Alberte, E. D. y ot. c/. Alvic S.R.L.”; Farina J.
Compendio de sociedades comerciales, Zeus, 1989, p. 137.
547
Cám. Com. A, julio 17-2003, “Alberte, E. D. y ot. c/. Alvic S.R.L.”; Zunino J.,
Disolución y liquidación, t. II., Bs. As., 1987, ps. 81 y 82; Halperín, I., "Reseña crítica de
jurisprudencia", RDCO, 1971-312 y 313; Cám.. Com., A, LL, 1985-A-671; sala C, Rep. ED, 13-
846, ; íd., LL, 1985-D-476.
548
Cám. Com , D, 12/02/2002, “Comelli de Sidañez, G. c/ Amilcar Comelli S.A. y ot.”.
549
Cám. Com., C, diciembre 14-1979, “Rey, B. c/. Areas, P. A”.
550
Cám. Com , D, 12/02/2002, “Comelli de Sidañez, G. c/ Amilcar Comelli S.A. y ot.,”.

193
prueba aportada, ya que dicha "affectio" es un elemento esencial del contrato de sociedad y su
inexistencia es causal suficiente para disponer la disolución. (Cám. Com. A, LL 2003, F, 118 -
IMP 2004-A, 1321).
Sin perjuicio de descartar como causal de disolución social la ausencia de la affectio
societatis entre los socios atento a que los extremos para que ello suceda se agotan en la
enumeración del art. 94 de la ley 19550, según los casos expresamente previstos en la misma,
puede encuadrarse el supuesto de disolución contemplado en el inc. 1 del art. 94 de la ley
citada, cuando del expediente surge que las partes están contestes en que no puede mantenerse
vigente la sociedad frente al disenso existente entre ellas. (Cám.Com., B, ED, 109-139)
. Aun cuando el pleito se haya iniciado por uno de los socios con la finalidad de dar
curso a la disolución de la sociedad, por justa causa, a raíz de los incumplimientos de los otros
dos socios en la gestión social, corresponde confirmar el decisorio de primera instancia que
dispone la disolución de la sociedad sobre la base de lo dispuesto en el art. 94 inc. 1 de la ley
19550 si en el curso de los autos ha quedado evidenciada la voluntad de los tres socios de que
la Sociedad ya no puede llenar su objeto social y que la misma a concluido. (Cám. Com., B,
ED, 109-139)

Affectio. Pérdida. Disolución. Negativa. La pérdida de la affectio societatis no está


legalmente prevista como causal de disolución de las sociedades, por lo que no parece que un
socio pueda imponer a los restantes la disolución por tal motivo. (Cám. Com , D, 12/02/2002,
r “Comelli de Sidañez, G. c/ Amilcar Comelli S.A. y ot.,”).
La pérdida de affectio societatis no es circunstancia bastante para disolver el contrato
de sociedad, no solamente porque no constituye elemento esencial de el, sino también porque
debieron hacerla valer, al tratarse de un ente no regularmente constituido, por el procedimiento
que autoriza el art. 22 de la ley 19550. (Cám. Com., C, diciembre 14-1979, Rey, B. c/. Areas,
P. A”).
La noción de la affectio societatis, y su valor como elemento del contrato de
sociedades, son cuestiones complejas; también lo es que su ausencia pueda conducir a la
disolución de la sociedad. Esta sala -con distinta integración a la actual- juzgó el 17/9/1975, in
re "Ferrario de Borello, María v. Promocon S.C.A.", que la affectio societatis es un elemento
esencial del contrato de sociedad y su inexistencia, causal suficiente de disolución; respeto,
claro, pero no comparto ese juicio. La affectio societatis -en general, y según su concepto
actual, harto alejado de la concepción romana del cual proviene, donde la sociedad era un
contrato intuito personae- se subsume en la voluntad de contratar, en el consentimiento para
formar sociedad; sociedad que, más allá de afecto especial alguno -es decir: exista éste o no
exista-, se constituye -y éstos son los elementos esenciales de la figura- a partir de (a) la
realización de aportes, a los efectos (b) de participar en los beneficios y de soportar las
pérdidas producidas por la actividad a cuya realización se destinan aquellos aportes. Según
cita de Zaldívar ("Cuadernos..." , t. I, 1989, p. 80, § 5.5.5.), considera Ascarelli que la affectio
societatis "es un simple duplicado del consentimiento necesario para constituir sociedad ".
Adhiero a esa tesis: la affectio societatis no es más que la denominación específica que en el
caso de las sociedades recibe la intención de celebrar el contrato social (contrato que, por lo
demás, ni siquiera celebra quien recibe o compra una acción de una sociedad por acciones o
una cuota parte de una S.R.L., quien simplemente acepta y adhiere al contrato antes
celebrado). La pérdida de la affectio societatis no está legalmente prevista como casual de
disolución de las sociedades; de tal modo, no parece que un socio pueda imponer a los
restantes la disolución por tal motivo (desde luego, si todos los socios están contestes en que
se ha extinguido en ellos al voluntad de continuar la sociead, ésta podrá disolverse, pero por la
causal prevista en el art. 1 ley 19550, lo cual es otra historia). Excepcionalmente, las
divergencias severas entre los socios podrían dar lugar a la disolución cuando los conflictos
entre ellos conduzcan a la paralización de la gestión intrasocietaria y de su actividad comercial
o de producción. Así, bien ha sido dicho que "la discordancia entre los miembros de una
sociedad sólo puede servir de fundamento para su disolución cuando se traduce en la
imposibilidad de lograr su objeto social (art. 94 inc. 4 LS.)". (Cám. Com., E, 27/12/1991,
"Pagliai, A. c/Fernández Lacour, C." ). (Cám. Com , D, 12/02/2002, r “Comelli de Sidañez, G.
c/ Amilcar Comelli S.A. y ot.,”).

194
i.-) Diferencias entre el contrato constitutivo, el estatuto y el reglamento
En términos de Llambias, no resulta posible la confusión conceptual entre
estatutos y contrato social, por cuanto hay entre estos la misma relación que media
entre la parte y el todo. El contrato constitutivo “es mas amplio pues de ordinario
contiene otras previsiones ajenas a los estatutos como la elección de autoridades o
los compromisos de suscripción del capital de la entidad, u otras resoluciones
igualmente circunstanciales; pero los ‘estatutos’ integran el acto constitutivo en
cuanto reciben ese nombre todas las disposiciones que se adoptan genéricamente
para regir la vida futura de la institución y que por ello mismo no agotan su
virtualidad en la consecusión de un objetivo determinado. En suma, los ‘estatutos’
integran el acto jurídico constitutivo y condensan todo cuanto tiene este de durable y
de estructura normativa”551. Así, el contrato constitutivo compendia un conjunto de
declaraciones de voluntad emanadas de los socios circunscriptas a constancias
mínimas exigidas por la normativa del negocio, con más las regulaciones adicionales
facultativas por estos dispuestas. Colombres complementa la noción, distinguiendo
entre las primeras aquellas que se agotan en el acto fundacional o en un período más
o menos breve, de las que persisten en sus efectos regulatorios, por lo menos hasta la
reforma del contrato. Razones de utilidad de índole técnico hicieron eliminar del
orden jurídico de las sociedades las constancias cuya necesidad se agota por su
cumplimiento en el acto fundacional, separándose así el contrato constitutivo del
estatuto social. En este último es donde queda contenido el régimen permanente de
la organización, depurado de disposiciones históricas (sin importancia posterior al
acto fundacional). No obstante, tal separación no importa la asignación de
naturalezas distintas entre contrato y estatuto552.
El reglamento es otro producto del avance del referido proceso de depuración,
y se separa del estatuto, al que se le confían las disposiciones estructurales, mientras
que para aquel se reservan las accesorias o de detalle que del último se derivan553.
En definitiva, el reglamento se reduce al conjunto ordenado de preceptos
complementarios –accesorios o de detalle- del estatuto, establecido con el objeto de
regir el funcionamiento de los órganos sociales en aspectos no previstos en la ley ni
en el contrato (ni, obviamente, en el estatuto del que se desprende)554. De existir, el
reglamento debe inscribirse con idénticos recaudos que el contrato constitutivo (arts.
5 y 167 LS). Sin perjuicio de que en la práctica sólo unos pocos se registran -en la

551
Llambías J. J., Tratado…cit. –parte general-, 15° ed. t. II, ns° 1185 y 1186, ps. 107 y
108; se trata de una ley en sentido material que tiene la particularidad de originarse en la voluntad de
los particulares y que es finalmente sancionada por autoridad estatal –ley de raíz privada-.
552
Ambas son contractuales.
553
Cfr. Colombres G., Curso cit. ps. 77 a 79.
554
Cfr. Zaldivar, E. “Los reglamentos internos de las sociedades comerciales” LL t. 1981-D,
p. 795.

195
mayoría de los casos referidos a clubes de campo-, lo que los hace entonces
inoponibles a terceros, sí serán las previsiones reglamentarias obligatorias para los
socios desde que estas se adopten, como lo es cualquier decisión asamblearia
adoptada conforme a la ley y al estatuto incluso para los accionistas ausentes u
opositores555.

JURISPRUDENCIA
Reglamento. Inscripción: Si el contrato constitutivo previese un reglamento, dictado con
posterioridad a la constitución definitiva de la sociedad, resulta necesario que con respecto al mismo
se cumplan los requisitos establecidos para el contrato social y los estatutos, en lo que respecta a su
inscripción registral y las modificaciones que en él se introduzcan (arts. 5°, 2ª parte, 167, 3ª parte, 50,
235 y 244, ley 19.550). (Cám. Com., B, LL 1981-C, 269 - BCNCom 981-4-3, 7).

555
Cfr. Marinelli J. L., Reglamentos Internos de las Sociedades Comerciales, Bs. As, 2007,
ps. 15, 25, 30 y 31.

196
Capítulo IV

SUMARIO:
17.- Formas de constitución. a.- Su importancia en materia societaria. La regularidad del ente.
b.- Instrumentación. I.- Instrumento privado. II.- Instrumento público. c.- Constitución por
suscripción pública. I.- Mecanismo. Publicidad y registración. II.- Responsabilidad de
promotores y directores. III.- Actos atribuibles a la sociedad. d.- Promesa de contrato de
sociedad. 18.- Publicidad. a.- Publicidad edictual y registral. b.- Publicidad edictual. I.-
Pautas generales y particulares de la publicidad edictual. II.- Críticas al sistema de publicidad
edictual. III.- Falta de publicidad. Defectos en la publicación. Efectos. 19.- Registración. a.-
Función registral del Estado. Su evolución. I.- Antecedentes registrales. A.- Desde la
Revolución de Mayo y antes de la sanción del Código de Comercio. B.- Con la sanción del
Código de Comercio. Creación Registro Público Comercio. C.- Creación de la Inspección
General de Justicia. D.- Registro Nacional de Sociedades por Acciones. Otros Registros
especiales. b.- Importancia de la publicidad registral. c.- Jurisdicción. d.- Inscripción. e.-
Efectos. f.- Inscripción del contrato social. I- Plazo. II.- Legajo. III.- Inscripción del
reglamento. IV.-Existencia de sucursales. Registración. V.- Reformas al contrato social. VI.-
Modificaciones no inscriptas

17.- Formas de constitución

a.- Su importancia en materia societaria. La regularidad del ente


La forma, en sentido amplio, es la manera en que un sujeto expresa su
voluntad a fin de establecer, junto a otro u otros, una relación jurídica. En sentido
normativo, es el conjunto de prescripciones de la ley, respecto de las solemnidades
que deben observarse al tiempo de la formación del acto jurídico. Los interesados
gozan, en principio, de libertad en su elección, salvo que leyes especiales
especifiquen una forma determinada, tal el caso de la ley 19.550 en cuanto a la
constitución de sociedades comerciales regulares se refiere (arts. 973 y 974 Código
Civil)556.
En derecho societario, las formas se relacionan mayormente con la apuntada
regularidad del sujeto de derecho y no con su personalidad, por cuanto su
inobservancia afecta la registración del contrato social y sus modificaciones. Así,
todo contrato por el cual se constituya o modifique una sociedad comercial que
pretenda inscribirse debe hacerse por escrito (art. 4 LS)557, forma a la sucederán
otros requisitos, según el tipo social adoptado (publicidad edictual) y que tampoco

556
La sociedad civil, en tanto no comercial, no se encuentra alcanzada por las normas de
publicidad de la LS. La no registración de la sociedad accidental o en participación dispuesta por el
art. 361 LS es congruente con su objeto, restringido a la realización de una o más operaciones
determinadas y transitorias que no hace del comercio su profesión habitual Cfr. Otaegui J. C.,
“Sociedad comercial y publicidad”, LL 2007-A, 607.
557
Ex profeso dejamos de lado aquí a las sociedades de hecho, que carecen de instrumento
escrito, y las sociedades irregulares, las que si bien cuentan con este no adolecen ab initio de
registración o han abandonado el iter constitutivo.

197
hacen a su existencia, la que principia siempre con el simple acuerdo de los
socios558. Observadas tales formas y obtenida en consecuencia la inscripción, el ente
se considera regular (art. 7 LS), regularidad que se relaciona primordialmente con la
función de garantía que la registración otorga a) a los terceros, quienes, a través de
la publicidad que esta supone, podrán oponer al ente sus reclamaciones559, y b) a los
socios y administradores, quienes habrán de limitar a partir de la regularidad
alcanzada sus responsabilidades frente a terceros según el tipo social de que se trate.

JURISPRUDENCIA
Sociedad de hecho e irregular. Instrumentación: La sociedad irregular es aquella que
instrumentada se halla afectada por cualquier vicio de forma en su constitución, en tanto que la
sociedad de hecho es la que funciona como tal sin haberse instrumentado, la distinción
adquiere particular importancia en lo vinculado con la prueba, ya que la prueba de la
existencia de la sociedad de hecho, debe ser lo más completa posible y concluyente, y puede
acreditarse por cualquier medio de prueba. (Cám. C.C., I, San Isidro, I, LLBA 1996, 105.)
Regularidad. Origen: La condición de regularidad de una sociedad es un aspecto que
tiene que ver con el génesis del ente. (Cám. Com., A, septiembre 17-1992, “Exchange
Turismo, soc. de hecho s/ ped. de quiebra por Arands Berna”).

b.- Instrumentación
La celebración del instrumento constitutivo por escrito permite una mejor
inerpretación de la voluntad que las partes desean expresar560, al tiempo que facilita
el conocimiento y difusión del acto561.
El tipo de instrumento requerido es un tema de vieja data562. Siglos más
tarde, las Ordenanzas de Bilbao disponían que las compañías formadas antes de su
promulgación y las que en más se formasen, debían hacerse por escritura pública en
la que constaran los datos personales de los socios, los plazos y proporciones
estipuladas y un detalle de lo entre las partes convenido. Un testimonio de la
escritura se elevaba al Consulado a fin de que se hiciera saber por ese medio “al
público todo lo que le sea conveniente para su seguridad”, práctica que devino
obligatoria en el ámbito rioplatense a partir de la sanción de la Real Cédula de 1794.

558
Todas las formas previstas en materia societaria –arts. 4, 5, 6, 7, 10, 165, 166 y 315 LS-,
se complementan con las previsiones de los Registros locales, siempre con los alcances del caso, y
que habrán de variar en facultades y competencias según la jurisdicción de que se trate.
559
Cfr. Halperín I. y Butty E., Curso…cit. 4ª ed. t. I, p. 343.
560
La exigencia de la forma escrita se encuentra ya en la Ordenanza francesa de 1673 y en las
Ordenanzas de Bilbao de 1737, las que, a diferencia de las francesas que daban opción por la
escritura privada y pública, imponían esta última. Esa exigencia fue luego reproducida en el art. 284
del código fernandino de 1826. Cfr. Malagarriga C. C., Tratado Elemental…cit t. I, , p. 199; Perrota
S., “Breves estudios sobre la sociedad comercial”, LL 139-875.
561
Cfr. Roitman H., Ley de Sociedades… cit, t. I, p. 126, pto. 6.
562
El párrafo inicial del Título XVIII de las Partidas de Alfonso X el Sabio consignaba que
“para no olvidar los hechos pasados y los hombres supiesen las cosas que eran establecidas como si
fueran hechas de nuevo, están las escrituras”, mientras que la Ley I las definía como “toda carta
hecha por mano de escribano público del Consejo, naciendo de ella muy grande prueba”. Cfr.
González C. E., Constitución de Sociedades Anónimas, Bs. As., 1958, págs. 48 y 49.

198
Meses antes de la declaración de la Independencia, una serie de instrucciones del
Ejecutivo dictadas a instancias del Consulado -5 de enero de 1816- obligaron a
elevar también a escritura las asociaciones de hecho. La posterior adopción, años
más tarde del Código de Comercio español de 1829 por algunas provincias, en el
que se sancionaba con la inoponibilidad respecto de terceros al contrato no
registrado –art. 285- no hizo más que vigorizar el ya instalado requisito de la
escritura pública563.
En concordancia con ello, el primer Código de Comercio argentino requería
para la constitución de sociedades la forma escrita cuando su capital social excediera
determinada suma564, por debajo de la cual podían existir sociedades regulares
contratadas verbalmente y acreditables mediante testigos (arts. 289 y 389)565. Pero
esta última facultad traía dificultades insalvables, ya que al no resultar posible
registrarlas, solía confundírselas con entes irregulares (arts. 36, 293 y 296 del
Código de Comercio) por lo que la doctrina no tardó en señalar que la forma escrita
era la única que armonizaba con la función económica y jurídica de un contrato que
crea “una personalidad jurídica distinta de la de los socios, la persona-sociedad que
actúa permanentemente en la vida jurídica, crea relaciones propias y durables, y que,
por lo mismo, en interés general del comercio, debe exteriorizar inequivocadamente
sus condiciones para darse a conocer a los terceros y cimentar su propio crédito. Una
sociedad cuyos elementos y condiciones de constitución quedan librados a las
fragilidades de la memoria, será siempre un asidero de pleitos, de desconfianzas y de
dificultades”566. En cuanto a la escritura de sociedad, el Código utilizaba este
término como género, por lo que esta podía ser privada o pública, salvo que se
tratara de sociedades anónimas o en comanditas por acciones, las que
necesariamente debían celebrarse por escritura pública (art. 289 Código de
Comercio). Cuando en 1958 se redacta el Anteproyecto de Malagarriga y Aztiria,
antecedente directo de la LS, se efectúan las primeras correcciones sobre el tema,
disponiéndose que el contrato constitutivo de sociedades por acciones (anónimas y
en comanditas por acciones) sólo podía otorgarse por escritura pública (art. 7).
No es de extrañar, entonces, que al tiempo de sancionarse la LS, se previera
que a efectos de su registración y como antecedente indispensable para su
publicidad, el contrato constitutivo –o sus reformas- debe otorgarse por escrito567.

563
Cfr. Mariluz Urquijo J., Notas… Rev., del Instituto de Historia.. n° 22, ps. 104 a 106.
Ello sin perjuicio de la coexistencia de contratos verbales.
564
Mil pesos nacionales.
565
Cfr. Fernández R. L, Código de Comercio… cit., 2° ed., t. I vol. 2, p. 712, n° 1.
566
Siburu, J. B., Comentario del Código… cit., t. IV,p. 265, n° 1098.
567
Cfr. Castillo R., Curso de… cit., 3° ed., t. III, ps. 10 y 11, n° 11. “La complejidad de las
estipulaciones de un contrato social, hace necesaria la forma escrita. Sería en extremo dificil definir la
situación de los socios frente a la sociedad y respecto de terceros, si las condiciones del contrato se
dejaran libradas al recuerdo de lios socios y a la prueba testimonial. El objeto de la sociedad, el aporte
prometido, las facultades de los administrdores, la participación de los socios en las utilidades y la

199
Como excepción y por tratarse de contratos plurilaterales de organización, sin
intereses contrapuestos, no resulta necesaria su suscripción en tantos ejemplares
como partes lo suscriban (art. 1021 Código Civil)568. Como agregado a la forma
escrita, la ley también dispone que, según el caso, el instrumento podrá ser público o
privado (art. 4 LS), ya que, siendo que los trámites necesarios para el cumplimiento
de la registración se encuadran de por sí dentro de la categoría de los instrumentos
públicos (art. 979 Código Civil), exigir su elevación a escritura pública resulta
superfluo569.

I.- Instrumento privado


De elegir las partes celebrar el contrato constitutivo por instrumento privado,
estas deberán ratificar su voluntad por ante la autoridad de contralor, a menos que sus
firmas se encuentren certificadas por escribano público o funcionario competente (art.
5 LS). Alguna doctrina ha sostenido que la sola incomparecencia a tal efecto de alguno
de los suscriptores no obsta la inscripción, ya que para ello es necesario que el reticente
formule oposición expresa y fundada de su negativa, tras lo cual podrá citárselo bajo
apercibimiento de inscribirse el instrumento sin su ratificación570. Tal solución no nos
parece apropiada, ya que para ello resultaría necesario forzar el cumplimiento
contractual asimilando el compromiso asumido a una mera obligación de hacer
(firmar), correspondiendo al juez suscribir el contrato por el moroso o ausente, lo que
deja de lado aspectos sustanciales de la relación socio-ente. Entendemos que la
oposición del firmante sólo generará la resolucion del contrato, sin que sea posible otra
cosa que el resarcimiento por los daños y perjuicios causados571.

II.- Instrumento público


Como excepción, la LS prevé que las sociedades anónimas deben constituirse
únicamente por instrumento público (art. 165 LS), práctica que según refiriéramos se
remonta a los tiempos de las Ordenanzas de Bilbao. Tal criterio, sostenido primero por
el Código de Comercio (art. 289), luego por el Anteproyecto de Malagarriga y Aztiria
de 1958 y finalmente plasmado en la LS, a poco estuvo de cambiar por sugerencia de la
Comisión Redactora integrada entre otros por Halperín, Colombres, Zaldivar,
Odriozola y Fargosi. Estos se inclinaban por otorgar a los contrayentes la facultad de

contribución correlativa en las pérdidas, etcétera, serían difíciles de establecer cuando existiera
desacuerdo entre los socios, faltando la prueba escrita. Tampoco sería posible darle la publicidad
necesaria, para fijar la posición de la sociedad y de los socios entre sí y respecto de terceros.”
568
Cfr. Fernández R. L, Código de Comercio… cit., 2° ed., t. I vol. 2, p. 712, n° 1; CNCom.
Sala C, febrero 9-1989, re Moreno José suc. c. El Charro Moreno S.R.L., LL 1989-C, p. 453.
569
Exposición de Motivos Ley 19.550, Capítulo I, Sección II, apartdo 1.
570
Cfr. Nissen R., Ley de Sociedades…cit., t. I, p. 87, n° 28.
571
Cfr. Roitman H., Ley de Sociedades… cit, t. I, p. 124, “el hecho de que el socio ni
siquiera desee concurrir a ratificar el instrumento constitutivo privado, denota una absoluta falta de
affectio societatis de su parte”.

200
optar entre el instrumento público o privado si la constitución fuera por acto único, por
cuanto “los trámites administrativos y judiciales, de necesario cumplimiento para que
la sociedad quede legítimamente constituida, encuadran en la categoría de instrumentos
públicos (art. 979, Cód. Civil) … [es] jurídica y prácticamente superfluo exigir la
elevación a escritura pública de instrumentos que ya revestían esa categoría, máxime
cuando el control de legalidad compete, en forma exclusiva y excluyente, al órgano
jurisdiccional (art. 6°) y que en el caso de las sociedades por acciones media
intervención previa del organismo estatal de contralor (arts. 167 y 168)”572. Pese a tales
razones, la decisión final del Ministerio de Justicia se apartó del apuntado criterio,
alegando razones de seguridad jurídica573.
Existen no obstante supuestos en los que no se aplica la regla, previendo la LS
o leyes especiales la constitución sin la obligación de recurrir a la escritura pública en
los casos de i.-) constitución sucesiva de de sociedades anónimas, en los que el
instrumento originario es el acta de asamblea constitutiva (art. 179); ii.-) la constitución
de sociedad entre herederos forzosos, en que cabe al juez del sucesorio la aprobación
del contrato (art. 28 LS y 51 y 53 ley 14.394); iii.-) la constitución de sociedad por los
acreedores quirografarios del fallido (art. 43 ley 24.522). En cuanto a las reformas del
contrato, estas no necesariamente deben redactarse en escritura pública, ya que el art.
165 LS sólo requiere tal forma para la constitución del ente, por lo que resulta de
aplicación el art. 4 LS. A ello se suma que la prohibición impuesta por el art. 1184 inc.
10 del Código Civil no resulta de aplicación en materia societaria, donde la LS y el
Código de Comercio han creado un sistema propio con autonomía sistémica574, además
de que en derecho comercial las formalidades son siempre de intrepretación
restrictiva575. Así se ha resuelto que la certificación notarial del acta de asamblea
resulta instrumento suficiente para su registración576. En cuanto a la forma en que todo
documento debe ser presentado, la Inspección General de Justicia ha reglamentado los
diversos supuestos en la Res. 7/2005.

JURISPRUDENCIA
Constitución. Instrumento público: El art. 4 de la ley 19550 establece que el contrato
por el cual se constituya o modifique una sociedad se otorgara por instrumento público o
privado. Sin embargo, esta norma de carácter general, está modificada por el art. 165 del
mismo ordenamiento que, respecto de las sociedades por acciones, dispone que la sociedad se

572
Verón A. V., Sociedades ..cit.., t. p. 40, n° 6, quien transcribe parcialmente el dictamen de
la comisión.
573
Lo que le valió severas críticas de calificada doctrina. Véase Verón A. V., Sociedades
..cit.., t. I, ps. 40 y 41, n° 7.
574
Cfr. Halperín I. y Butty E., Curso…cit. 4ª ed. t. I, p. 344; Verón A. V., Sociedades ..cit..,
t. I, p. 38, n° 3; Zamenfeld V., “Constitución de sociedades por acciones”, RDCO, 1972, p. 697 .
575
Cfr. Roitman H., Ley de Sociedades… cit, t. I, p. 126.
576
Cfr. Cám. Com., A, LL 1979-D, p. 415; Cám. Com., C, ED 87, 427; Roitman H., Ley de
Sociedades… cit, t. I, n° 8.b), p. 129; Fargosi H., “Reforma de estatutos, acta de asamblea y escritura
pública”, LL 1978-D, p. 1025; Nissen R., Ley de Sociedades…cit., t. III, p. 103, n° 384.

201
constituye por instrumento público y por acto único o por suscripción pública. Cám. Com, A,
ED 80,136.
El acta de constitución de la Sociedad Anónima debe ser hecha por instrumento
público como lo requiere el art. 165 de la ley 19550. Cám. Com., B, ED 47, 353.
No cumple con la exigencia de instrumento publico (art. 165, ley 19550) la
constitución de una sociedad por instrumento privado elevado a escritura pública después de
su aprobación por la autoridad de contralor administrativo. Cám. Com., B, ED 49, 352.
Lo estatuido por el art. 4to de la ley 19550 se asienta en un principio formal que
admite tanto el instrumento público como el privado en el contrato constitutivo, a partir de esa
indiferencia en la constitución la misma amplitud se justifica como corolario, en la
modificación del contrato. Pero quebrada en orden a la constitución, por la regla del art. 165,
parece sumamente controvertible que pueda postularse la subsistencia respecto de la
modificación, por cuanto se encuentra vulnerada toda la economía del régimen genérico al
privarse de elasticidad formal a uno de los polos e interrumpirse, de tal suerte, el fluido
tránsito existente entre ambos, el corolario de la alternativa que se admite para la modificación
no puede entenderse subsistente cuando se ha desechado tal alternativa en la constitución.
Cám. Com., C, ED 87, 427.
El art. 165 de la ley 19.550, es preciso al expresar que la sociedad se constituye -entre
una de sus alternativas posibles- por instrumento público y por acto único, al hilo de esa directiva
se ha interpretado que la recordada norma requiere algo más que la autenticidad de las firmas de
un mero instrumento privado -que por eso no adquiere el carácter de público- para la constitución
de las sociedades por acciones, ya que por la importancia y trascendencia que revisten, es
necesario que las manifestaciones de voluntad de las partes -volcadas por sí o por apoderado- se
efectúen ante el oficial público, por cuanto en el futuro se podrá dar fe de que aquéllas fueron
efectivamente reales. Cám. Com., C, LL 1981-A, 478 - ED 91, 528 - JL 981-9, 798.
Forma del contrato de sociedad. Especialidad. No aplicación del art. 1184 Cód.
Civ.: La normativa societaria crea un sistema propio en cuanto a las formas en materia de
sociedades por acciones (arts. 4to y 165, ley 19550) y la especialidad de dicha materia impide
que, en el orden de prelación, se apliquen sin más la ley civil, o concretamente el régimen del
art. 1184 del Código Civil. Cám. Com., D, ED 87, 421; ED 87, 624.

c.- Constitución por suscripción pública


La LS prevé la posibilidad de que las sociedades anónimas se constituyan,
además de por acto único al igual que el resto de los tipos sociales, por suscripción
pública mediante la intervención de promotores (art. 168 y ss.). Sin perjuicio de que
el estudio de esta forma de constitución excede los alcances del presente volúmen,
habremos de referirnos a algunos aspectos de tal modalidad, en cuanto a formas y
medios de publicidad se trata.

I.- Mecanismo. Publicidad y registración


Corresponde a los promotores redactar un programa de fundación, por
instrumento público o privado, que debe someterse a la aprobación y registración
por autoridad de contralor antes de efectuarse oferta para su suscripción a terceros
potencialmente interesados en participar (art. 168 LS). El programa debe contener:
A.-) nombre, edad, estado civil, nacionalidad, profesión, número de documento de
identidad y domicilio de los promotores; B.-) las bases del futuro estatuto; C.-) un
detalle de la naturaleza de las futuras acciones, el monto de las emisiones
programadas, las condiciones del contrato de suscripción y los anticipos de pago a
que obligan; D.-) debe también determinar el banco con el cual los promotores

202
celebrarán contrato, a fin de que este asuma las funciones que se le otorguen como
representante de los futuros suscriptores. Para ello el banco habrá de tomar a su
cuidado la preparación de la documentación correspondiente, la recepción de las
suscripciones y de los anticipos de integración en efectivo, el primero de los cuales
no podrá ser inferior al veinticinco por ciento del valor nominal de las acciones
suscriptas. También deberán individualizarse con precisión los aportes en especie577;
E.-) el programa debe detallar las ventajas o beneficios eventuales que los
promotores proyecten reservarse (art. 170 LS). En todos los casos las firmas de los
otorgantes deben ser autenticadas por escribano público u otro funcionario
competente (art. 170 LS).
Una vez producida la registración del programa, comienza a correr un plazo
de tres meses para su suscripción por terceros –los futuros accionistas- (art. 170 LS).
A tales fines el banco interviniente deberá preparar en doble ejemplar el contrato de
suscripción, que transcribirá el programa y además consignará (art. 172 LS): A.-)
nombre, edad, estado civil, nacionalidad, profesión, domicilio y número de
documento de identidad del suscriptor; B.-) el número de las acciones suscriptas; C.-
) el anticipo de integración en efectivo cumplido; D.-) las constancias de la
inscripción del programa; E.-) la convocatoria de la asamblea constitutiva, la que
debe realizarse en plazo no mayor de dos meses de la fecha de vencimiento del
período de suscripción, y su orden del día.
Transcurridos los tres meses siempre que se hubiera cubierto la suscripción,
los contratos hasta entonces firmados se resolverán de pleno derecho y el banco
deberá restituir de inmediato a cada interesado el total entregado, sin descuento
alguno (art. 173 LS). Si, por el contrario, las suscripciones exceden el monto
previsto, una asamblea constitutiva decidirá su reducción a prorrata o aumentará el
capital hasta el monto de las suscripciones (art. 174 LS). Si bien la LS prevé la
convocatoria de tal asamblea (art. 176 LS), no explicita la forma en que aquella
habrá de realizarse. Sí refiere, en cambio, a la conformidad, publicación e
inscripción relacionada a la efectiva constitución del ente (art. 180 LS), mediante
expresa remisión a las disposiciones de los arts. 10 y 167 LS y sobre cuyas
visiscitudes de aplicación nos referiremos más delante.

II.- Responsabilidad de promotores y directores


Los promotores deben entregar al directorio la documentación relativa a la
constitución de la sociedad y demás actos celebrados durante su formación,
cabiendo al órgano de administración el deber de exigir el cumplimiento de esta
obligación y de devolver la documentación relativa a los actos no ratificados por la

577
En los supuestos en que para la determinación del aporte sea necesario un inventario, éste
se depositará en el banco. En todos los casos el valor definitivo debe resultar de la oportuna
aplicación del artículo 53 LS.

203
asamblea (art. 181 LS). Los promotores responden ilimitada y solidariamente por las
obligaciones contraídas para la constitución de la sociedad, inclusive por los gastos y
comisiones del banco interviniente. Una vez inscripta, la sociedad asume las
obligaciones contraídas legítimamente por los promotores y debe reembolsarles los
gastos realizados si su gestión hubiera sido aprobada por la asamblea constitutiva o
si los gastos hubieran sido necesarios para la constitución (art. 182 LS). En ningún
caso los suscriptores serán responsables por tales obligaciones.
Durante el período fundacional los directores solo tienen facultades para
obligar a la sociedad respecto de los actos necesarios para su constitución y los
relativos al objeto social cuya ejecución durante aquel haya sido expresamente
autorizada en el acto constitutivo. Los directores, los fundadores y la sociedad en
formación son solidaria e ilimitadamente responsables por estos actos mientras la
sociedad no esté inscripta. Por los demás actos cumplidos antes de la inscripción
serán responsables ilimitada y solidariamente las personas que los hubieran
realizado y los directores y fundadores que los hubieren consentido (art. 183 LS).

III.- Actos atribuibles a la sociedad


Inscripto el contrato constitutivo, los actos necesarios para la constitución y
los realizados en virtud de expresa facultad conferida en el acto constitutivo, se
tendrán como originariamente cumplidos por la sociedad. Los promotores,
fundadores y directores quedan liberados frente a terceros de las obligaciones
emergentes de estos actos. El directorio podrá resolver, dentro de los tres meses de
realizada la inscripción, la asunción por la sociedad de las obligaciones resultantes
de los demás actos cumplidos antes de la inscripción, dando cuenta a la asamblea
ordinaria. Si ésta desaprobase lo actuado, los directores serán responsables de los
daños y perjuicios (art. 274 LS). La asunción de estas obligaciones por la sociedad,
no libera de responsabilidad a quienes las contrajeron, ni a los directores y
fundadores que los consintieron (art. 184 LS).

d.- Promesa de contrato de sociedad


La práctica comercial suele contemplar la suscripción de contratos
presocietarios –o promesas de sociedad- en los que las partes se obligan a constituir
un ente de tipo determinado, fijando pautas mínimas para su funcionamiento. Estos
instrumentos no configuran contratos asociativos ni resultan analogables, por lo que
su incumplimiento genera la resolucion de tales promesas sin que sea posible otra
cosa que el resarcimiento por los daños y perjuicios causados, y sin que sea
admisible su ejecución forzada –suscripción por el juez en representación del socio
reticente-578.

578
Cfr. Roitman H., Ley de Sociedades… cit, t. I, p. 120.

204
JURISPRUDENCIA
Promesa de sociedad: El convenio mediante el cual las partes se comprometen a
constituir en el futuro una sociedad, que puede ser calificado como "promesa de sociedad",
contiene todos los elementos esenciales y necesarios para suscribir el contrato definitivo, pero
no posee las formalidades requeridas para el mismo, cuyo otorgamiento las partes difieren
para un momento posterior. (De la sentencia de primera instancia). Cám. Com., C, LL 1994-E,
484 - ED 158, 666.
Es inadmisible la ejecución forzada de un convenio de "promesa de sociedad" porque
ello es incompatible con el "affectio societatis" requerido al momento de la constitución
social, en tanto se trata de un débito de hacer de naturaleza "intuitu persoane" cuyo
incumplimiento sólo puede generar daños y perjuicios. (De la sentencia de primera instancia).
Cám. Com., C, LL 1994-E, 484 - ED 158, 666.

18.- Publicidad

Como regla, la publicidad en materia mercantil guarda directa relación con la


importancia de la actividad económica involucrada. Su finalidad es además de
inmediata, ya que da certidumbre a las relaciones de responsabilidad, mediata, por
cuanto al mismo tiempo tutela al comercio, protegiendo y garantizando el crédito al dar
a conocer las condiciones de los sujetos que actúan, las circunstancias que puedan
influir en su solvencia y responsabilidad personal y procurando dar a terceros
observadores justa medida de aquello579. Produce también efectos externos o internos,
según su relación se de respecto de terceros o del acto inscripto en sí mismo, del propio
ente y de sus socios. Estos efectos pueden a su vez clasificarse de diversas maneras.
Anaya y Podetti los sistematizan según: I.-) los externos, conforme a si la publicidad es
formal, entendida como el derecho de cualquier persona a obtener información sobre
documentos o actos inscriptos en el registro, o material-sustancial y que refiere a los
efectos frente a terceros del hecho inscripto. La publicidad material-sustancial cuanta a
su vez con aspectos positivos, que hacen presuponer que los actos inscriptos son
conocidos por los terceros y les pueden ser opuestos y aspectos negativos que liberan al
tercero de los efectos del acto y de la prueba de su desconocimiento cuando este no
estuviera inscripto; II.-) los internos, que importan una valoración legal de los hechos o
actos que tendrán distinta relevancia según estén o no inscriptos, se clasifican en
constitutivos, cuando la inscripción es indispensable para la existencia de una relación
jurídica, sanatorios –inexistentes en nuestro derecho registral- si la inscripción subsana
defectos de que pudiese adolecer la relación jurídica, y declarativos si solamente
documentan hechos o actos y los anuncian o permiten su conocimiento público, sin
perjuicio de que tales efectos se destruyan por prueba en contrario o que los hechos

579
Cfr. Anaya J. y Podetti H., Código de Comercio… cit, t. I, p. 446; Siburu, J. B.,
Comentario del Código… cit., t. II, p. 215, n° 375.

205
puedan tener eficacia, ser probados y dados a publicidad de otra manera580. En el caso
de la publicidad requerida por la LS esta es siempre declarativa y nunca constitutiva,
por cuanto no se relaciona con la existencia del ente sino solo con su regularidad.
La publicidad que la ley prevé en materia de sociedades comerciales se
efectúa básicamente a través de dos medios, I.-) la publicación de edictos en diarios
oficiales o privados y II.-) la inscripción de ciertos actos en registros oficiales. Ello
sin perjuicio de los efectos extrapublicitarios que en más posee la registración, y de
los que nos ocuparemos más adelante en este Capítulo. En ambos casos estos medios
resultan insustituibles, ya que no tienen por objeto notificar “a terceros determinados
un acto concreto, sino que tienen por destinatarios a terceros indeterminados para
hacer público el acto, poniéndolos en estado de tomar conocimiento y hacerles
oponible dicho acto”581.

a.- Publicidad edictual y registral


La publicidad societaria se realiza básicamente por asientos registrales, en
ciertas circunstancias precedidos por edictos. Con ello trata la ley de “combinar las
ventajas de una difusión general (gráfica a través de breves avisos en diarios oficiales
y/o de gran circulación) eminentemente fugaz pero de proyección virtual ilimitada, con
la posibilidad de acceso perdurable por parte de los ciertamente interesados a los
asientos del registro”582. En nuestro ordenamiento, la registración corresponde a los
diversos Regístros Públicos de Comercio existentes en cada jurisdicción, mientras que
la publicación se efectúa mayormente a través de diarios a cargo del Estado nacional o
provincial, diario de publicaciones lgales en la terminología del art. 10 LS, con más, en
ocasiones, algún otro diario de mayor circulación. Cuando los anuncios son realizados
por medios estatales, tienen carácter de instrumento público, por tanto valor
probatorio en sí, sin necesidad de ninguna certificación especial583; en el ámbito de
la ciudad autónoma de Buenos Aires estas las publicaciones se encuentran a cargo
del Boletín Oficial.
La publicidad edictual –según apuntamos- puede tener un doble carácter. En
ocasiones simplemente procura que los terceros accedan a distintos datos relacionados
con el sujeto al que refiere, sin establecer consecuencias jurídicas para estos más allá
del beneficio por la sanción que pudiera caberle al obligado de publicitar en caso de
incumplimiento. En otros casos, por el contrario, “los datos que se ofrecen al dominio
público se consideran conocidos por terceros, con independencia de que el
conocimiento jurídico se corresponda o no con el conocimiento real. Se trata de una
publicidad legal no sólo por el origen, sino también por sus efectos: los datos
580
Cfr. Anaya J. y Podetti H., Código de Comercio… cit, t. I, ps. 445 y 446, quienes citan en
apoyo de la clasificación a Garrigues, Rodíguez Rodríguez, Satanowsky, Pugliatti y Fontanarrosa.
581
Cfr. Halperín I. y Butty E., Curso…cit. 4ª ed. t. I, p. 349.
582
Adrogué M., “Publicidad Societaria”, JA 1996-IV, p. 674.
583
Cfr. Roitman H., Ley de Sociedades… cit, t. I, p. 282.

206
publicados o inscriptos son oponibles a los terceros sin que estos puedan alegar
ignorancia. La cognoscibilidad, es decir, la mera posibilidad de conocer, equivale al
conocimiento: por el hecho de la publicación o inscripción en un registro público, el
Derecho considera que los terceros conocen los datos publicados e inscritos”584. Las
inscripciones societarias, a diferencia de la publicidad edictual, producen este segundo
efecto. El acto registrado se presume, por esa sóla circunstancia, conocido por el
tercero a quien se le puede oponer y quien, a su vez, puede oponerlo a socios y ente585.
Ello por cuanto la razón de la publicidad se corresponde con la actuación mercantil en
general y que el comerciante trafica no sólo con sus capitales sino con el crédito o
capital ajeno, hecho que se torna tanto más relevante en materia societaria por cuanto
esta presupone para los socios reglas de responsabilidad diversas de las aplicables en
caso de actuación individual586.

b.- Publicidad edictual


Para las sociedades de personas o por parte de interés, y en razón de la
solidaridad e ilimitación en las responsabilidad de los socios por las deudas sociales,
la LS no requiere la realización de publicidad edictual alguna, ello sin perjuicio de la
propaganda que la sola registración en sí supone y que atiende mayormente el
interés del tercero, quien podrá orientar a partir de esta su reclamo a los sujetos
individualizados en el Registro. En cambio, para los tipos sociales de responsabiliad
limitada en que los aportes comprometidos indican el límite de responsabilidad de
los socios587, la LS prevé un régimen de publicidad previo a la registración del
instrumento constitutivo, y que impone al Registro Público de Comercio el control
de la existencia de la publicación de un aviso –en realidad, de un edicto-, a cargo del
solicitante (art. 10 LS).
En su redacción original, la LS disponía la publicación íntegra del contrato
social a registrarse, hasta que la ley 21.357 -de 1976- modificó su art. 10, siendo hoy
día únicamente necesaria la publicidad previa de ciertos datos extractados de aquel.

584
Rojo Á., “El registro mercantil. Organización y funcionamiento” en Curso de Derecho
Mercantil, dirig. por Uría R. y Menéndez A., cit., t. I, p. 165 y 166. Sin perjuicio de la clasificación
apuntada, Adrogué clasifica la publicidad edictual en dos tipos, de llamado y de difusión, según tenga
por objeto habilitar a un sujeto a efectuar un reclamo específico o simplemente anoticiar a terceros en
general. Adrogué M., “Publicidad…”, JA 1996-IV, p. 674.
585
Cfr. Favier Dubois E., El Registro Público de Comercio y las Inscripciones Societarias,
Buenos Aires, 1998, p. 140; Nissen R., “Registro Público de Comercio”, ED 71, 535 y Ley de
Sociedades… cit., t. I, p. 89, n° 29. Antes de la sanción de la LS, véase Siburu, J. B., Comentario del
Código… cit., t. IV, p. 268, n° 1101; Anaya J. y Podetti H., Código de Comercio… cit, t. I, p. 446 –si
bien estos autores no lo refieren de forma expresa, parecerían suscribir tal posición-.
586
Cfr. Otaegui J.C., “Sociedad comercial…” cit. LL 2007-A, 607.
587
En las sociedades de responsabilidad limitada, los socios garantizan a terceros en forma
solidaria e ilimitada unicamente la integración de sus respectivos aportes y la de aquellos
correspondientes a los demás socios (art. 150 LS). La responsabilidad de los socios por las
obligaciones sociales en las sociedades anónimas también se limita a la integración de los aportes,
aunque en este tipo social sólo respecto del capital por estos individualmente suscripto (art. 163 LS).

207
Así, el edicto para la constitución, que debe publicarse por un día en el diario de
publicaciones legales correspondiente, debe contener: I.-) nombre, edad, estado
civil, nacionalidad, profesión, domicilio, número de documento de identidad de los
socios; II.-) fecha del instrumento de constitución; III.-) la razón social o
denominación de la sociedad; IV.-) domicilio de la sociedad; V.-) objeto social; VI.-
) plazo de duración; VII.-) capital social; VIII.-) Composición de los órganos de
administración y fiscalización, nombres de sus miembros y, en su caso, duración en
los cargos; IX.-) organización de la representación legal; X.-) fecha de cierre del
ejercicio. Si en vez de la constitución del ente se tratara de la modificación de su
estatuto o disolución, el edicto deberá contener la fecha de la resolución que las
aprobara. Cuando la modificación afectara la razón o denominación social, el
domicilio, objeto, capital social, composición de órganos de administración y
fiscalización, representación legal y fecha de cierre del ejercicio, la publicación
deberá determinarlo en la forma establecida en el art. 10 inc. a) LS para los casos de
constitución.

I.- Pautas generales y particulares de la publicidad edictual


Complementando el apuntado régimen de publicidad del art. 10 LS, la ley
prevé con carácter general que cualquier publicación que se ordene sin
determinación del órgano de publicidad o del número de días por que debe
cumplirse, se efectuará por una sola vez en el diario de publicaciones legales de la
jurisdicción que corresponda (art. 14 LS)588. No obstante, esta pauta resulta más bien
de excepción, por cuanto se reduce, además de para la constitución y modificación, a
pocos supuestos, como la designación y cesación de administradores (arts. 60 y 12
LS) o la registración de la disolución de la sociedad (art. 98 LS). La LS sí prevé, en
cambio, otros supuestos de publicidad con plazos y condiciones propias, de carácter
especial o particular, tales como: A.-) en el caso de transformación de sociedades,
se requiere la publicación por un día en el diario de publicaciones legales que
corresponda a la sede social y sus sucursales, de un aviso que debe contener: 1)
fecha de la resolución social que aprobó la transformación; 2) fecha del instrumento
de transformación; 3) la razón social o denominación social anterior y la adoptada
debiendo de ésta resultar indubitable su identidad con la sociedad que se transforma;
4) los socios que se retiran o incorporan y el capital que representan; 5) y determinar
cuando la transformación afecte el domicilio de la sociedad, su objeto, plazo, capital,
composición de órganos de administración y fscalización y su duración, la
organización de la representación legal y la fecha de cierre de ejercicio (arts. 77 inc.
4 y 10 incs. 4 a 10 LS); B.-) para la fusión la LS exige la publicación por tres días de

588
Sobre la presunción iure et de iure de que la publicidad que por esta vía se realiza es
conocida por sus destinatarios, mucho se ha opinado. Véase Cornejo Costas E., “El Registro Público
de Comercio”, RDCO, 1977, año 10, p. 837.

208
un aviso en el diario de publicaciones legales de la jurisdicción de cada sociedad y
en uno de los diarios de mayor circulación general en la República, que deberá
contener: 1) la razón social o denominación, la sede social y los datos de inscripción
en el Registro Público de Comercio de cada una de las sociedades; 2) el capital de la
nueva sociedad o el importe del aumento del capital social de la sociedad
incorporante; 3) la valuación del activo y el pasivo de las sociedades fusionantes,
con indicación de la fecha a que se refiere; 4) la razón social o denominación, el tipo
y el domicilio acordado para la sociedad a constituirse; 5) las fechas del compromiso
previo de fusión y de las resoluciones sociales que lo aprobaron (art. 83 inc. 3 LS);
C.-) para la escisión se requiere la publicación de un aviso por tres días en el diario
de publicaciones legales que corresponda a la sede social de la sociedad escindente y
en uno de los diarios de mayor circulación general en la República que deberá
contener: 1) la razón social o denominación, la sede social y los datos de la
inscripción en el Registro Público de Comercio de la sociedad que se escinde; 2) la
valuación del activo y del pasivo de la sociedad, con indicación de la fecha a que se
refiere; 3) la valuación del activo y pasivo que componen el patrimonio destinado a
la nueva sociedad; 4) la razón social o denominación, tipo y domicilio que tendrá la
sociedad escisionaria (art. 88 inc. 4 LS); D.-) a efectos del ejercicio del derecho de
preferencia, la LS prevé que la sociedad haga ofrecimiento a los accionistas
mediante avisos por tres días en el diario de publicaciones legales y además en uno
de los diarios de mayor circulación general en toda la República cuando se tratare de
sociedades sujetas a fiscalización esatal permanente (art. 194 LS); E.-) En cuanto a
la convocatoria a asamblea, la LS dispone que esta se haga por publicaciones
durante cinco días, con diez de anticipación, por lo menos y no más de treinta, en el
diario de publicaciones legales. Además, para las sociedades con fiscalización
estatal permanente, en uno de los diarios de mayor circulación general de la
República. Deberá mencionarse el carácter de la asamblea, fecha, hora y lugar de
reunión, orden del día, y los recaudos especiales exigidos por el estatuto para la
concurrencia de los accionistas. Para el caso de asamblea en segunda convocatoria,
por haber fracasado la primera, las publicaciones se harán por tres días con ocho de
anticipación como mínimo (art. 237 LS).

II.- Críticas al sistema de publicidad edictual


La suficiencia del régimen de publicidad edictual mediante el uso exclusivo
del diario de publicaciones legales ha sido criticado, toda vez que no es frecuente
que socios y terceros lo consulten589. De allí que no resulte inusual que, en las
sociedades por parte de interés y en las de responsabilidad limitada, los estatutos

589
Cfr. Roitman H., Ley de Sociedades… cit, t. I, p. 169. El autor incluso propone como manera
más efectiva para hacer públicos ciertos actos sociales la utilización, simultánea, en diarios de gran
circulación.

209
suelan disponer formas y mecanismos propios de notificación para socios y
administradores, a fin de imponerlos sobre la realización y contenido de las
reuniones sociales, el funcionamiento de sus órganos y de los negocios derivados de
la transferencia de cuotas y acciones a socios y terceras partes.

III.- Falta de publicidad. Defectos en la publicación. Efectos.


El edicto, a diferencia de la registración propiamente dicha, resulta ser un
“dispositivo accesorio tendiente a acreditar la publicidad formal”, por lo que sus
defecciones o bien su falta solo obsta la inscripción del contrato social, no así su
existencia, la que será irregular. No obstante, si aún pese a tales defectos o frente a la
omisión en la publicidad el instrumento igual se inscribiera, este producirá sus
efectos normales590.

19.- Registración

a.- Función registral del Estado. Su evolución.


I.- Antecedentes registrales
La inscripción del contrato de sociedad es, desde antaño, una de las
exigencias que integran el conjunto de formalidades para la constitución de
sociedades comerciales. En francia, las Ordenanzas de Roussillon y de Blois (1563 y
1577) ya lo hacían para las sociedades extranjeras, recaudo que posteriormente se
aplicó para las sociedades locales, a las que además se les imponía la publicación, en
extracto, del contrato (Ordenazas de 1619 y 1673), criterio refrendado por el Código
de 1807 (complementado por decretos de 1814 y leyes de 1833 y 1867)591.
La obligación de inscribir las sociedades comerciales tampoco era por
entonces ajena en actual territorio de la República, en el que se aplicaban las
Ordenanzas de Bilbao y que imponían la registración en el archivo del Consulado de
“todas las personas que actualmente están en Compañía, y en adelante la formaren
en esta Villa, serán obligadas a poner en manos del prior y cónsules de esta
Universidad y Casa de Contratación, un Testimonio en relación de las escrituras que
acerca de ella otorgasen; y al pie de él han de poner los compañeros las firmas de
que han de usar durante el término de dicha Compañía, a fin de que conste por este
medio al público, todo lo que sea conveniente para su seguridad; y el tal testimonio
se ha de poner en el Archivo del Consulado para manifestarle siempre que
convenga”592.

590
Cfr. Favier Dubois E., El Registro Público… cit, p. 86 y 87, quien propone suplantarlo por
una publicación general posterior a la inscripción.
591
Cfr. Malagarriga C. C., Tratado Elemental…cit t. I, p. 204.
592
Cfr. Malagarriga C. C., Tratado Elemental…cit t. I, ps. 204 y 205.

210
A.- Desde la Revolución de Mayo y antes de la sanción del Código de
Comercio: Producida la Revolución de Mayo de 1810 y antes de la declaración de la
independencia, el 22 de noviembre de 1815 la incipiente Nación ya había dictado las
primeras normas en materia de registracion y publicidad, disponiendo el registro
obligatorio de los contratos de sociedad por ante el escribano del Consulado593. Tal
reglamentación, que tenía como finalidad dotar a esa documentación de las
formalidades y seriedad propia de los asuntos que la materia societaria
involucraba594, preanunciaba una tendencia registral que iba a ser receptada por las
legislaciones que sucedieron al moderno Código napoleónico de 1807, plexo
normativo que paradójicamente guardaba silencio al respecto. Así sucedió con el
Código Fernandino de 1829595, adoptado como propio por provincias como
Mendoza, Corrientes y San Juan. Este en su art. 22 disponía la creación del Registro
Público de Comercio, que no sólo se encargaba de la matrícula de los comerciantes
sino que también se ocupaba de la registración de las escrituras de sociedades
mercantiles596, mientras que el art. 28 preceptuaba que las escrituras de sociedad no
inscriptas no producirían efectos entre los otorgantes, no obstante mantener su
eficacia a favor de terceros que hubieran contratado con la sociedad597.
Previo a la sanción del Código de Comercio de la Provincia de Buenos Aires de
1859 y de los nacionales de 1862 y 1889598, la legislación patria introduce en torno a
la constitución de sociedades toda una novedad en la materia: los bancos y
compañías, cuando la responsabilidad del socio fuera limitada, ya no podrían
593
Sobre la razón de esta primera norma, refiere Malagarriga que se encontraría en la poca
utilización -al menos en Buenos Aires- de la practica registral preimpuesta por las Ordenanzas de
Bilbao, lo que quedaba en evidencia con la instrucción del director supremo de publicar aquella en La
Gaceta y otros medios de lugares concurridos, a fin de que no pudiera alegarse su ignorancia -
Tratado Elemental…, cit., t. I, p. 205-.
594
Cfr. Fernández R. y Gómez Leo O., Tratado Teórico Práctico de Derecho Comercial, t. I,
Bs. As., 2005, p. 133.
595
En realidad, si bien este Código ya preveía la idea del Registro como institución destinada a
desplegar efectos sustanciales con relación a terceros, será sólo a partir de la sanción del Código de
Comercio de 1885 que el Registro Mercantil español aparezca como verdadero instrumento técnico
de publicidad legal. Cfr. Rojo Á., “El registro mercantil…”, cit., t. I, p. 167. En punto a la
registración de sociedades mercantiles, esta ya estaba prevista en las Ordenanzas de Bilbao de 1737,
antecedentes del Código de 1829.
596
Este Código preveía la coexistencia de dos categorías de registros de comercio, los centrales
o generales, a cargo de autoridad administrativa, y los regionales o locales, a cargo de autoridad
judicial. El Código de Comercio argentino regularía únicamente estos últimos, tomando como fuente
el Código portugués de 1833 (su art. 209). Sobre el particular, y por todos, véase Favier Dubois E.,
Derecho Societario… cit., ps. 28 a 29.
597
Cfr. Otaegui J.C., “Sociedad comercial…” cit. LL 2007-A, 607. “Es de notar –continúa
Otaegui- que aunque el antecedente del registro Público de Comercio es la matrícula de los gremios y
corporaciones medievales, sus alcances son distintos. La matrícula en la corporación era
indispensable para poder ejercer la profesión propia del gremio. Tal inscripción se hacía con fines
internos. Más tarde se orienta hacia el exterior para conocimiento de terceros. En este momento
preciso puede señalarse el punto de partida de las formas actuales de publicidad mercantil”.
598
Ambos tambien reconocen como fuente en materia de registración y publicidad al Código
Fernandino

211
formarse sin la previa autorización por ley especial de la legislatura (año 1826). Esta
normativa sería durante tres décadas –hasta la apuntada sanción del Código de
Buenos Aires- el único texto legal patrio referente a sociedades anónimas599.

B.- Con la sanción del Código de Comercio. Creación del Registro Público
de Comercio: Con la sanción en 1859 del Código de Comercio de la Provincia de
Buenos Aires se crea el Registro Público de Comercio600. Este viene a ser la oficina
que tiene como finalidad la registración y publicidad de la matrícula de los
comerciantes, individuales y sociales, así como de ciertos documentos cuya
publicidad es exigida por la ley mercantil601. Cumple también una función
conservatoria ya que a través de la actividad registral se deja constancia de diversos
instrumentos mediante su inserción en legajos602. Años más tarde, el Código de
Comercio de la Nación también dispuso que en cada localidad donde exista un Juez
de Comercio debe constituirse un Registro Público (art. 34). De este modo el
ordenamiento patrio se apartó de lalegislación española, en que tales funciones
estaban a cuidado de la autoridad administrativa603. En aquellas jurisdicciones en
que existiera más de un Juzgado, el registro quedaba a cargo de uno solo de ellos.
El Registro se encontraba bajo la dirección del secretario del Juzgado, a
quien cabía la responsabilidad por la legalidad y exactitud formal de los asientos
(art. 23 ley 3.397). Era de su incumbencia controlar que las anotaciones que se
hicieran en el registro coincidieran con lo expresado en el documento original cuya
inscripción el juez le ordenaba604, no pudiendo ir más allá, siquiera cuando se le
impusieran asientos inexactos e ilegales (“no podría el Secretario registrador oponerse
a la orden judicial si ella está en forma. En tal caso la responsabilidad sería del Juez. La
del Secretario existirá cuando por sí haga los asisntos inexactos e ilegales, sea por error
o mala fe”605). Debía entonces únicamente denunciar las anomalías al Juez, por
cuanto carecía de poder para controlar la legalidad del acto, o de facultades
sancionatorias o poder para imponer a las partes la subsanación606. Pero tan estricto

599
El decreto aludía a compañías consolidadas, que eran aquellas en las que los socios no se
encontraban ilimitada, mancomunada y solidriamente obligados por las obligaciones sociales. Hasta
entonces las sociedadea anónimas no requerían autorización legislativa para funcionar, y operaban
gracias a privilegios, como en el caso del Banco de Descuentos (por la Junta de Representantes) o la
Sociedad Rural Argentina (Presidente de la República). Cfr. por todo este párrafo a Mariluz Urquijo
J., “Las sociedades anónimas…” cit. Revista del Instituto de Historia , n° 16, ps. 43 y 44.
600
Este, que es fuente directa de los Códigos de Comercio de 1862 y 1889, se basa a su vez en
el contemporáneo Código Fernandino –español- de 1829, aunque agregando particularidades propias
al tema.
601
Cfr. Fontanarrosa R. O. “El Registro Público de Comercio”, LL t. 51, p. 1141 y Derecho
Comercial… cit., p. 311 n° 236; Anaya J. y Podetti H., Código de Comercio… cit, t. I, p. 449.
602
Cfr. Roitman H., Ley de Sociedades… cit, t. I, p. 142, n° 6.
603
Cfr. Fontanarrosa R.O., “El Registro…”, cit., LL t. 51, p. 1141.
604
Cfr. Anaya J. y Podetti H., Código de Comercio… cit, t. I, p. 451.
605
Siburu, J. B., Comentario del Código… cit., t. II, p. 219, n° 379.
606
Cfr. Fontanarrosa R.O., Derecho Comercial…, cit., vol. I, ps. 311 y 312, n° 236.

212
criterio iría cambiando con el tiempo, a medida de que se generaba consenso de que un
adecuado ejercicio del control de legalidad forzaba al Secretario a oponerse a registrar
actos manifiestamente viciados. Así, la registración pasó lentamente a exceder el mero
efecto material del acto de dar a publicidad, correspondiendo al funcionario efectuar
valoración sobre su validez y legitimidad. Finalmente se impuso la idea de que si el art.
34 del Código de Comercio imponía al Secretario revisar la legalidad de los asientos,
ello conllevaba también el control de que los actos a inscribirse se ajustaran a las leyes
que los regían607.
En 1884, en razón del exceso de trabajo que recaía en la secretaría a cargo
del registro, sus tareas pasan a ser encomendadas a un Jefe o Encargado de
Regisitro608, por lo que “no obstante lo dispuesto en el Código de Comercio, en su
art. 34, el Registro Público de Comercio adquiere vida independiente, con
organización diferente a los tribunales de Comercio de la Capital Federal.
Constituye entonces una repartición administrativa, dependiente de la Cámara de
Apelaciones en lo Comercial, presidida por un jefe o director general, hasta que, por
ley 13.998 del 29 de septiembre de 1950, por imperio de su art. 74, se desvincula el
Registro de la órbita del Poder Judicial, convirtiéndose en un organismo netamente
administrativo, dependiente del Poder Ejecutivo de la Nación”609.
A este nuevo Registro incumbían funciones de índole exclusivamente
administrativas: recibía las solicitudes de inscripción que ante el juez de comercio de
turno se presentaban (art. 29 Codígo de Comercio) y que este le remitía, para luego
inscribirlas, salvo que encontraran impedimentos formales o legales que obstaran la
registración. Pero para el caso de existir tales obstáculos “sus facultades no eran
decisorias del problema presentado por carecer de jurisdicción a esos efectos, sino
que debía limitarse a ‘observar’ su procedencia. Si el interesado no estaba conforme
con dicha observación e insistiera en la inscripción, correspondía el reenvio del
expediente a dicho juzgado original, que era el llamado por la ley para dirimir ese
desacuerdo enre el jefe de Registro y la parte interesada, siempre con apelación anta
la Cámara Comercial”610. Pronto la creciente oparación del registro en la Capital
Federal hizo necesaria la creación del Juzgado Nacional de Primera Instancia en lo
Comercial de Registro (ley 14.769 de 1958), el que habría de tener desde entonces a
su cargo las funciones de aquel.

607
Cfr. Halperín I., “El Registro Público de Comercio y el contralor de legalidad”, LL t. 59, p.
713, quien señala al control de legalidad como una de las funciones capitales que debe cumplir un
Registro como medio eficaz para la ejecución de las tareas que le incumben y para llenar las
necesidades del comercio, que no puede dedicar sus esfuerzos a ello.
608
El Registro de la Capita Federal contaba a principios del siglo XX, además, con dos oficiales
primeros, seis escribientes y diez rubricadores. Cfr. Malagarriga C.C., Código de Comercio
Comentado, t. I, Bs. As., 1917, p. 103.
609
Nissen R., “Registro Público…”, ED 71 535.
610
De Iriondo L., “Juzgado Nacional de Primera Instancia en lo Comercial de Registro”, ED 48,
761.

213
De forma complementaria con el art. 34 del Código de Comercio, que hacía
responsable al encargado de registro por la exactitud y legalidad de los asientos, el
art. 6 LS –año 1972- también le impuso el deber de comprobar el cumplimiento de
todos los requisitos legales y fiscales, antes de la toma de razón y de la realización
de la previa publicación que corresponda. La registración del contrato constitutivo y
sus modificaciones ante el Registro Público de Comercio se refrendaba también en
la LS en su art. 5. No obstante, la sanción de la ley 19.550 no evitó que subsistiera la
superposición de funciones de supervisión estatal sobre las sociedades comerciales,
a las que se les imponía un doble control administrativo y judicial previo a su
registración, en razón del apuntado art. 34 del Código de Comercio que aún
establecía –y establece- que por cada Tribunal de Comercio ordinario habría un
Registro Público de Comercio a cargo del respectivo secretario611. Producto de ello
es que poco tiempo después se consagró legislativamente el consenso existente de
que el Registro Público de Comercio pasara a depender del poder Ejecutivo,
escindiéndose de la esfera judicial.

C.- Creación de la Inspección General de Justicia: Por ley 21.768 se


transfieren a las jurisdicciones locales las funciones que hasta entonces el Código de
Comercio confiaba al Registro612, manteniendo aquellas el sistema registral judicial
anterior, si bien pudiendo optar por la creación de organismos administrativos ad-hoc o
inclusive por sistemas mixtos613. Así, en el ámbito nacional –Capital Federal y
territorios nacionales; v.gr. por entonces el existente en Tierra del Fuego- se hace
opción por la vía administrativa, trasladándose el Registro Público de Comercio desde
el existente Juzgado de Registro a la nueva Inspección General de Justicia de la
Nación. Para ello se dictaron la ley 22.315 (B.O. 7/11/80), que organiza la Inspección
General de Justicia fijándo su competencia y parcialmente sus funciones, y la ley
22.316 (B.O. 7/11/80) que junto al decreto reglamentario 1493/82 (B.O. 16/12/82) de
organización de la Inspección General de Justicia, la complementan.

D.- Registro Nacional de Sociedades por Acciones. Otros Registros


especiales: La expansión del tráfico mercantil, acompañado por sostenidas mejoras en
las comunicaciones, hicieron evidente la necesidad de contar con un índice o registro

611
Cfr. San Millán C., “Antecedente normativo del registro Público de Comercio que explica la
edacción del artículo 34 del Código de Comercio”, LL 1978-B, p. 883. Esta superposición se
originaba en la errónea traspolación del art. 23 del Código Fernandino de 1829 al Codigo de
Comercio la Provincia de Buenos Aires de 1859 –fuente directa del art. 34 del Código Nacional-, que
confiaba tales funciones al secretario “de la Intendencia”, funcionario administrativo y no judicial.
612
La misma ley también creaba el registro de contratos constitutivos de sociedades
(posteriormente sustituida por ley 22.280), mientras que por ley 22.280 (B.O. 3/9/89) se fijaba el
ámbito de aplicación del registro de contratos constitutivos de sociedades comerciales.
613
Sobre los fundamentos, ventajas y desventajas de los sistemas de registro judicial y
administrativos, véase Favier Dubois E., Derecho Societario… cit, ps. 35 a 41.

214
nacional único y centralizado que contuviera todos los datos relativos a las sociedades
por acciones existentes en el país y asentadas en las diversas jurisdicciones locales614.
Complementando el régimen registral apuntado, la LS dispuso en su art. 8 la creación
de un Registro Nacional de Sociedades por Acciones615 -finalmente puesto en
marcha por dec. 23/99 (B.O. 20/1/99)-, al que cada Registro Público de Comercio -
cualquiera sea su jurisdicción territorial- debe remitir para el caso de sociedades por
acciones un testimonio de los documentos existentes con más la constancia de su
registración616. Tal previsión se complementa con las disposiciones de la ley 26.047
en cuanto a los datos pertinentes (art. 4° de dicha ley). Este Registro Nacional, que
es de índole exclusivamente administrativa y cumple funciones informativas y
estadísticas que en nada se superponen con las de los registros locales617, se
encuentra a cargo de la Inspección General de Justicia de la ciudad de Buenos Aires
(ley 22.315). Se trata de un registro de segundo grado, enderezado a registrar
nuevamente las sociedades que cuenten con inscripción previa originaria cumplida
y sus legajos sean llevados por los registros mercantiles locales competentes618.
La Inspección General de Justicia tiene también a su cargo el Registro
Nacional de Sociedades Extranjeras, el Registro Nacional de Asociaciones y
Fundaciones (art. 4 ley 22.315) y el Registro Nacional de Sociedades no Accionarias
(dec. 23/99). El funcionamiento de todos estos registros –con más el de Sociedades por
Acciones- tiene como finalidad permitir a terceras partes obtener información sobre
datos de interés relacionados con los entes con que contratan, al tiempo que resultan
“un medio que posibilita al Estado u organizaciones que llevan a cabo estudios
económicos, adquirir datos con fines estadísticos para determinar y prever el desarrollo
de la política económica”619.
La Ley 26.047 de Registros Nacionales viene a organizar la información
registral, centralizando la información que los diversos registros remitan a un
organismo único, a fin de integrarla a los sistemas que desarrolle la Administración
Federal de Ingresos Públicos. La impronta fiscal de este plexo normativo no altera las

614
Cfr. Cash G., “Registración societaria y registros nacionales”, en Problemas y Cuestiones
sobre las Sociedades, de Vítolo y Pardini, Bs. As, 2006, ps. 24 y 25.
615
Su antecedente inmediato es el Registro análogo previsto en el art. 3 de la ley orgánica de la
Inspección General de Personas Jurídcas -18.805 y su decreto reglamentario 2293/71-, sustituido por
el art. 4 de la ley orgánica de la actual Inspeccion General de Justicia –22.315-.
616
Los testimonios a los que alude la LS han sido sustituidos por la documentación digitalizada
a la que alude la res. 4/99 de la Inspección General de Justicia, que reglamenta el funcionamiento del
registro conjuntamente con las res. 7/03, 8/03, 11/03, 12/03, 5/04, 9/04, 12/04, 22/04, 2/05, 3/05,
4/05, 5/05.
617
Cfr. Verón A. V., Sociedades ..cit.., t. I, p. 59.
618
Cfr. Cash G., “Registración…”, cit., p. 25. Queda entonces “implícitamente vedado al
registrador de segundo grado la posibilidad de ejercer una valoración o juicio acerca de los
testimonios sometidos para su inscripción, aunque sí podría valorar las formas extrínsecas del acto a
inscribir”.
619
Cfr. Roitman H., Ley de Sociedades… cit, t. I, p. 161.

215
autonomías provinciales, e importa también un avance para la publicidad registral y
previsión de homonimias620.

JURISPRUDENCIA
Facultades del Registro Público de Comercio. Revisión: Resulta dudosa la atribución
que pueda competer al magistrado registrador para reexaminar un contrato inscripto bajo el
imperio de la ley 19550, cuando le es presentado nuevamente para anotar la modificación de
cláusulas distintas de aquella que suscita la observación. Ciertamente que el tramite registral
no produce cosa juzgada, pero opera el Instituto de la preclusión. (Cám. Com., D, septiembre
29-1978, “Rohde y Liesenfeld, S. R. L.”).
Facultades del Registro Público de Comercio. Control: La ley de sociedades de 1972
se apartó del sistema de la autorización que establecía el Código de Comercio, conforme a
cuyo art. 318 se encomendaba al Poder Ejecutivo el control de la legalidad y de la oportunidad
o mérito cada vez que se constituía una sociedad anónima, control éste último ordenado a la
tutela del interés público. La liberalización del régimen genérico que para la sociedad anónima
introduce la ley 19550 atiende a la verificación del cumplimiento de los requisitos legales y
fiscales, sin que ello importe, sin embargo, una indiferencia respecto del interés público
comprometido con el funcionamiento de las sociedades anónimas, según resulta de lo
preceptuado por los arts. 301, inc. 2 y 303, incs. 2 y 3. (Cám. Com., C, ED, 84, 286).
Cuando la autoridad administrativa tiene siquiera atribuciones idénticas en materia de
verificación de la legalidad y ejercita análogo poder de policía, no cabe interpretar que carezca
de tales facultades que son inherentes a las funciones que la ley le atribuye y que encuentra
suficiente sustento normativo en lo dispuesto por los arts. 167, 301 y 303 de la ley 19550 y
arts. 3 1. 3 8; 4 1; 4 9, de la ley 18805. (Cám. Com., C, ED, 84, 288).
No puede cuestionarse que la Inspección General de Personas Jurídicas obró en el
ejercicio de sus facultades cuando, ante la masiva constitución de sociedades integradas por
los mismos fundadores, requirió las explicaciones que condujeron a la denegatoria, de
conformidad a lo previsto por el art. 167 de la ley 19550. (Cám. Com., C, ED, 84, 289).
En el ejercicio del control publicístico o fiscalización externa del procedimiento de
constitución de la sociedad anónima -como de la misma manera durante su funcionamiento-,
el órgano de control no es un mero receptor de declaraciones, de las que pasivamente se limita
a tomar nota o conocimiento, pues aun en el mero marco inherente a la calificación de
legalidad interna, se manifiestan inequívocas las atribuciones de comprobación que deben
reputarse implícitas en su normativa. Así, puede traerse a título ejemplarizante los supuestos
concernientes a la ilicitud del objeto que podrá manifestarse solo después de una indagación,
pues el caso del art. 18 de la ley 19550 no ha de revelarse en el propio estatuto salvo hipótesis
de gabinete. (Cám. Com., C, ED, 84, 289).
La filiación de la ley 19550 en el sistema normativo para la constitución de
sociedades anónimas no tiene un carácter absoluto, en tanto la existencia y el funcionamiento
de estas sociedades no puede desentenderse del interés público, en función del cual la ley
establece facultades judiciales y de la autoridad de control. (Cám. Com., C, ED, 84, 284).
Facultades del Registro Público de Comercio: La función del juez de registro no debe estar
acotada al examen de la regularidad formal de los requisitos de constitución de una sociedad,
porque, si el legislador ha establecido una autoridad de control estatal para comprobar el
cumplimiento, cabe inferir que es porque atañe al interés general y que la observación de los
recaudos legales no es disponible para los particulares debiéndose controlar que no se vulnere
la formalidad legal. (Cám. C.C. y Min. de Paz y Tributario, San Rafael, LLGran Cuyo 2006,
316 - IMP 2006-9, 1243).
No puede considerarse que la función de la Inspección General de Justicia está
acotada al examen de la regularidad formal de los requisitos de constitución de una sociedad -
en el caso, se denegó la inscripción de una sociedad de responsabilidad limitada integrada
nominalmente por dos socios, donde uno de ellos tenía el 99,9999% del capital societario-, ya

620
Cfr. Cash G., “Registración…”, cit., p. 22.

216
que dicho contralor abarca el control de legalidad sustancial o de los requisitos de fondo del
negocio jurídico constitutivo, más allá de las formas documentales exteriores. (Cám. Com., E,
LL 2006-A, 663; LL 2005-D, 178; IMP 2005-13, 1923; LL 2005-E, 478, con nota de Jorge
Bazán; JA 2005-III, 776; ED 212, 527).
Facultades del Registro Público de Comercio. Modificación del estatuto: Si bien es cierto que
por la vía de la ampliación del marco referencial, parte de la doctrina se ha remitido a la
aplicabilidad del criterio establecido por el art. 1184, inc. 10 del Código Civil a las
modificaciones del estatuto original, es también verdad que las normas contenidas en la ley
19550 son ulteriores a éste y, especifícamente, dictadas para regular el funcionamiento de las
sociedades comerciales. No hay actualmente una regla equivalente a la sentada por el art. 295
del Código de Com. Cám. Com., A, ED, 80, 138.

b.- Importancia de la publicidad registral


La inscripción del contrato constitutivo por ante el Registro pertinente es, en
sí, un mecanismo de publicidad, y comparte su naturaleza con la que antes
aludiéramos. La relevancia de los asientos –en general- que ante aquel se vuelcan
esta vinculada con la eficacia de la publicidad que prestan a los actos principales de
comercio, y sujeta a los límites que en protección del tráfico y del propio
comerciante deben observarse. “Es natural la tendencia de todo comerciante a
mantener en secreto sus operaciones mercantiles, así como la organización interna
de su establecimiento, sus posibilidades financieras y las demás particularidades de
su explotación621. Hay en ello un deseo, muy respetable dentro de ciertos límites, de
evitar la intromisión de influencias extrañas y la eventualidad de una lucha
económica innoble con competidores desleales. Pero, por otra parte, quienes
contratan con el tienen un interés igualmente respetable en conocer aquellas
circunstancias de la gestión comercial capaces de influir en la apreciación de las
condiciones de seriedad y solvencia del sujeto mercantil con quien celebran el
negocio. De allí que la ley, atendiendo estos intereses contrapuestos, disponga la
publicidad obligatoria de los datos que ella conceptúa importantes para garantizar la
buena fe en el tráfico mercantil. Con tal finlidad el cód. de com. ha instituido una
oficina denominada Registro Público de Comercio, encargada de inscribir esos
hechos importantes para el normal desenvolvimiento del comercio”622.
El Registro Público es, entonces, una institución esencialmente dirigida a
terceros623. Como las exigencias de la vida económica “harían inviable un sistema en
que los sujetos inscriptos tuvieran que acreditar el conocimiento de los asientos
registrales por esos terceros, ese conocimiento se objetiva de tal modo que la
oponibilidad del contenido del Registro no está en función del conocimiento real y
efectivo de los asientos, sino en función de una presunción legal de

621
En igual sentido, Anaya J. y Podetti H., Código de Comercio… cit, t. I, p. 445.
622
Fontanarrosa R.O., “El Registro…”, cit., LL t. 51, p. 1141 y Derecho Comercial…, cit., vol.
I, p. 310.
623
En igual sentido, Fernández R. L, Código de Comercio… cit., t. I, p. 80; Zaldivar E. y ots.,
Cuadernos…cit., Vol. I, pto. 563, ps. 105 y 106, aludiendo al interés general que a través de la
publicidad registral se tutela.

217
conocimiento”624. La registración llena así funciones insutituibles en la vida jurídica
en razón de sus efectos: “respecto de los terceros, por la apariencia creada por esa
registración; respecto de los acionistas para la decisión de conflictos internos y para
el propio Estado”. De allí que el cumplimiento de los recaudos crea una presunción
absoluta del conocimiento del acto, para el cual es indiferente la buena fe del tercero
o el dolo del socio, por lo que si por error o mala fe el contrato se inscribe con
diferencias, estas “tendrán que juzgarse como omitidas625”, en razón de la
prevalencia de la mencionada apariencia.

c.- Jurisdicción
En el caso de las sociedades anónimas que no hagan oferta pública de sus
acciones, su contralor cabe a la Inspección General de Justicia (leyes 22.315, 22.316
y Res. IGJ 7/2005). Además del control de constitución, estas quedan sujetas a su
fiscalización durante su funcionamiento, disolución y liquidación, cuando: i.-) hagan
oferta pública de sus acciones o debentures; ii.-) engan capital social superior al que
el Poder Ejecutivo prevea (art. 299 inc. 3 LS); iii.-) sean de economía mixta (arts.
308 y ss. LS); iv.-) realicen operaciones de capitalización, ahorro o en cualquier
forma requieran dinero o valores al público con promesas de prestaciones o
beneficios futuros; v.-) exploten concesiones o servicios públicos; vi.-) se trate de
sociedad controlante de o controlada por otra sujeta a fiscalización, conforme a
alguna de las situaciones antes descriptas. Salvo tales supuestos, la fiscalización por
la Inspección a las sociedades se limita al contrato constitutivo, sus reformas y
variaciones del capital (art. 300, 53 y 167 LS). Sin perjuicio de ello, la Inspección
General de Justicia siempre podrá ejercer funciones de vigilancia cuando se lo
soliciten accionistas que representen el diez por ciento del capital suscripto o lo
requiera cualquier síndico y cuando lo considere necesario, en resguardo del interés
público (art. 301 LS).
Con excepción del acto constitutivo, corresponde a la Comisión Nacional de
Valores la fiscalización de las sociedades que hagan oferta pública (ley 22.169).
Cabe a la Inspección General de Justicia inscribir en forma automática las
modifiaciones de su eststuto, disolución y liquidción (art. 4 inc. c ley 22.315 y art.
38 Res. 7/05).

JURISPRUDENCIA
Jurisdicción registral: Tanto el decreto ley 142.277/43, como la ley 18.805 y la ley
22.315, en especial su art. 9ª mediante el cual quiso sintetizarse el cúmulo de posibilidades de
control, en razón de la materia, signados a la Inspección General de Justicia, permiten
distinguir entre actos de reconocimiento o autorización para funcionar como personas

624
Rojo Á., “El registro mercantil..” cit., p. 166.
625
Cfr. Halperín I. y Butty E., Curso…cit. 4ª ed. t. I, ps. 82 y 349 respectivamente.

218
jurídicas, que competen a los organismos del domicilio del ente, sean de jurisdicción nacional
o provincial, y actos de admisibilidad de operatoria en materia de captación de ahorro público
para operaciones no comprendidas en la regulación de entidades financieras, reservado a aquel
organismo en todo el territorio de la Nación. (Cám. Com., A, LL 1986-E, 52 - DJ 1986-2,
933).
Si bien las normas de la Inspección General de Justicia son normas locales que
podrían considerarse que no rigen frente a extraña jurisdicción, revelan un criterio que sí debe
prevalecer frente a la consideración de la persistencia de la primera registración en esta
jurisdicción. (En el caso se estableció que a los efectos de la competencia en la quiebra debía
prevalecer la primera registración de la sociedad). Del dictamen del Fiscal de Cámara, a cuyos
fundamentos se remite el tribunal. (Cám. Com., B, LL 1981-C, 646).

d.- Inscripción
El art. 6 LS prevé el control judicial del cumplimiento de todos los requisitos
legales y fiscales del instrumento constitutivo, previo a su registración626. Se trata de
un control de legalidad, aunque sin efectos saneatorios627, que procura evitar los
problemas que a terceros en general y al comercio en particular acarrearía una
registración defectuosa. Para ello corresponde al encargado del Registro examinar
previamente los documentos que se le exhiban, fiscalizando que sus formas se
ajusten a las requeridas a tales fines. Estas funciones en el ámbito nacional –según
apuntáramos- caben a la Inspección General de Justicia (leyes 22.315 y 22.316 y Res.
7/2005)628, la que ha fijado
los requisitos a los que deben sujetarse las presentaciones que pretendan
registrarse629, y las facultades de control –formal y de legalidad- que sobre las
mismas caben a dicho organismo antes de ordenar la inscripción630.

626
La LS utiliza el término toma de razón, el que debe ser entendido con el alcance señalado.
627
Cfr. Verón A. V., Sociedades ..cit.., t. I, p. 53; Zunino, J. O., Régimen…, cit., p. 87; Romano
A. A. en Código… cit, de Rouillón A., t. I, ps. 12 y 15; art. 40 Res. IGJ 7/2005 “la inscripción no
convalida ni sanea los actos o contratos que sean total o parcialmente nulos o anulables según el
derecho de fondo. Sin perjuicio de ello, el contenido del documento y su inscripción se presumen
exactos y válidos. La inscripción produce respecto del propio acto inscripto efectos internos
declarativos o constitutivos según las normas aplicables al mismo y efectos externos de oponibilidad
a terceros”.
628
Existen además diversas entidades que, en razón de la actividad del ente, ejercen funciones
de jurisdicción sobre el mismo; v.gr. Comisión Nacional de Valores, Superintendencia de Seguros,
Banco Central de la Nación Argntina, etc.
629
Respecto de las sociedades comerciales se inscriben ante la Inspección General (res. 7/2005
art. 35): 1.- la constitución, modificación, alteración, complemento, creación o cierre de sucursal,
reglamento, transformación, fusión, escisión, disolución, prórroga, reactivación, liquidación y
cancelación de la sociedad; 2.- la designación y cese de miembros de los órganos de administración,
representación y en su caso fiscalización; 3.- las variaciones de capital; 4.- la emisión de obligaciones
negociables y debentures, sus alteraciones y cancelaciones; 5.- la regularización, disolución,
liquidación y cancelación de sociedades no constituidas regularmente; 6.- la transmisión por
cualquier título de cuotas de sociedades de responsabilidad limitada y partes de interés de sociedades
colectivas, en comanditas simples, de capital e industria y en comanditas por acciones; 7.- la
constitución, modificación, cesión y cancelación de derechos reales sobre cuotas; 8.- los embargos u
otras medidas cautelares que recaigan sobre cuotas y partes sociales, sus modificaciones o
levantamientos, y las medidas cautelares que afecten a sociedades; 9.- los contratos y documentos de
sociedades constituidas en el extranjero en los términos de los artículos 118, 119 y 123 de la Ley N°

219
JURISPRUDENCIA
Constitución. Documentación registrable: La agregación al expediente de los
antecedentes de la sociedad (contrato constitutivo y sus eventuales modificaciones) es
necesaria no solo para acreditar la calidad de socios de los otorgantes de la reforma, sino
también para determinar si la registración de esta resulta o no procedente en los términos del
art. 6 de la ley 19550. (1° Inst. Com. Cap. Reg., agosto 18-1978, “Martes, S. R. L.”).
Constitución. Firmas: El art. 5 de la ley 19550 a los efectos de otorgar autenticidad al
documento admite que las firmas que los suscriben se encuentren certificadas por notario
público, sin que corresponda imponer otros recaudos. En consecuencia si este recaudo se
encuentra cumplido, no cabe exigir la ratificación previa de los otorgantes ante el órgano
judicial, por más que los signatarios del instrumento lo hubieran firmado en fechas sucesivas y
así resulta de las actuaciones notariales, que obviamente modifican la declaración contenida al
pie del documento. (Cám. Com., C, agosto 24-1979, “Antigal Sociedad Colectiva”).

e.- Efectos
En nuestro sistema legal la sociedad es sujeto de derecho desde el acuerdo
fundacional, siendo la inscripción una condición de regularidad pero no de
existencia (art. 7 LS), lo que resulta entre otros del régimen de aportes normado por
los arts. 38 y siguientes de la LS631. Es solo desde la registración que el contrato
social será oponible a terceros, rigiendo repecto del ente las normas propias del tipo
adoptado y la consecuente limitación de responsabilidad de sus socios según el
caso632. Ello no implica que –según ya dijéramos- la registración resulte saneatroria
o convalidatoria de los vicios constitutivos de la sociedad, aunque una vez registrado
el contrato se genera una presunción iuris tantum de su varacidad y legalidad633.
Tampoco produce efectos retroactivos -existe regularidad en el ente sólo apartir de
su fecha de inscripción634-, por lo que los administradores, fundadores y socios de las
sociedades durante la estapa fundacional resultan ser solidaria e ilimitadamente
responsables por los actos previos a la registración (art. 183 LS).
Pese a ello, la doctrina discrepa en punto a si la inscripción tiene carácter
constitutivo o declarativo. Una inscripción es constitutiva cuando la situación

19.550, en los casos y de conformidad con lo dispuesto en las disposiciones del Título III del Libro
III; 10.- la situación concursal de las sociedades, sus socios, administradores, representantes e
integrantes de órganos de fiscalización; 11.- las medidas cautelares que afecten actos registrables de
la sociedad.
630
Compete al organismo verificar la legalidad del documento y del acto en él contenido,
comprendiéndose en ello la verificación del cumplimiento de todos los requisitos formales y
sustanciales que en cada caso correspondan (art. 38 res. 7/2005).
631
1° Instancia Comercial de Registro, octubre 15-980, re Producar S.R.L., ED 92-814.
632
La falta de inscripción del contrato constitutivo hace a los socios solidaria e ilimitadamente
responsables por las obligaciones sociales y los priva del beneficio de excusión, al tiempo que los
inhibe de invocar el contrato entre partes ni terceros (art. 23 LS).
633
Cfr. Roitman H., Ley de Sociedades… cit, t. I, ps. 150 y 155. La fuerza probatoria, la
presunción de veracidad y legalidad que se adjudica a la inscripción emana del control de legalidad
impuesto al Registro. Cfr. Verón A. V., Sociedades ..cit.., t. I, p. 56. Art. 40 IGJ Res. 7/2005.
634
Cfr. Halperín I. y Butty E., Curso…cit. 4ª ed. t. I, ps. 84 y 85; Roitman H., Ley de
Sociedades… cit, t. I, ps. 143 y 155.

220
jurídica queda convalidada en su existencia o validez a partir de su recepción en un
asiento del registro, mientras que será declarativa cuando el ordenamiento le
reconozca existencia y validez extraregistral, circunscribiéndose la toma de razón
mayormente a un tema de oponibilidad635. i.-) algunos autores se inclinan por
otorgarle carácter constitutivo –“de existencia más que de regularidad”-, por lo que
sólo a partir de la inscripción en el Registro Público de Comercio –que es
integrativa- nacería la personalidad que la ley atribuye al ente, siendo hasta tanto un
mero proyecto de realización. Ello en virtud de que el art. 7 LS –en concordancia
con los arts. 182, 183 y 184- tiene el alcance de establecer que sólo a partir de la
inscripción son aplicables las normas para las sociedades en general y para las
anónimas en particular636. Se agregan en favor de esta postura los equívocos
términos de la Exposición de Motivos de la LS, en los que si bien se consigna que
“la sociedad sólo se considerará regularmente constituida con la inscripción en
registro público”, ello lo es “en razón del carácter constitutivo que en materia de
sociedades tiene la publicidad que se efectúa a través del Registro Público de
Comercio”637. ii.-) En cambio, para otra parte de la doctrina, en cambio, todas las
inscripciones societarias, en la medida en que están sujetas al control previo de
legalidad, tienen un efecto declarativo638. Estas no sanean vicios de los que pudieran
adolecer los actos y documentos registrados, ni convalidan nulidades. Tal legalidad,
entonces, sólo se presume, por lo que cabe a quien pretenda que la inscripción no
corresponde a un acto real, producir la prueba en contrario639. En concordancia, la
registración no se relaciona con la constitución del ente, que existe a partir de la
voluntad concurrente de los socios, y se orienta a la regularidad y publicidad frente a
terceros (es integrativa)640. Este es en definitiva el criterio adoptado por la
Inspección General de Justicia, para la cual la toma de razón no convalida ni sanea
los actos o contratos que sean total o parcialmente nulos o anulables para el derecho
de fondo, sin perjuicio de lo cual el contenido del documento y su inscripción se
presumen exactos y válidos. La inscripción produce respecto del propio acto
inscripto efectos internos, declarativos o constitutivos según las normas sustantivas
aplicables, y efectos externos de oponibilidad a terceros (art. 40 Res. 7/2005).

635
Cfr. Adrogué M., “Publicidad…”, JA 1996-IV, p. 674.
636
Cfr. Halperín I. y Otaegui J., Sociedades Anónimas… cit., 2° ed., p.139 n° 55; Verón A. V.,
Sociedades ..cit.., t., ps. 55 y 56; Villegas C. G., Derecho de las Sociedades… cit., p. 89; Zaldivar E.
y ots., Cuadernos…cit., Vol. I, ps. 104 y 105, n° 5.6.3. Cabe no obstante señalar que al dar los citados
autores a la inscripción carácter constitutivo, más bien parecerían aludir estos únicamente a que la
actuación anterior del ente –excepción hecha de la sociedad en formación- es irregular.
637
Exposición de Motivos Ley 19.550, Capítulo I, Sección II, pto. 1.
638
Cfr. Favier Dubois E., El Registro Público… cit, p. 133; Suárez Anzorena C.,
“Personalida…” cit., en Cuadernos… cit., de Zaldivar E. y ots., Vol. I, n° 8.8.2, p. 148; Nissen R.,
“Sobre la necesidad de modificar las normas previstas por la ley 19.550 en materia de registración de
actos societarios”, LL 1989-E, p. 866.
639
Cfr. Fontanarrosa R.O., “El Registro…”, cit., LL t. 51, p. 1141.
640
Cfr. Cornejo Costas E., “El Registro…”, cit., RDCO, 1977, año 10, p. 837.

221
Asimismo, la inscripción también otorga fecha cierta al acto (art. 1085 Código
Civil).

JURISPRUDENCIA
Inscripción. Efectos: La inscripción en el Registro Público de Comercio le otorga a la
sociedad de responsabilidad limitada regularidad con todos los efectos jurídicos que de ello se
desprende, siendo un efecto de singular importancia aquel que implica una suerte de navaja o
corte con la situación anterior a dicha inscripción. (Cám. Civ. y Com. 5° Nom., Córdoba, LL
1998-F, 877 - LLC 1998, 1124).
Si en el contrato social se estableció el domicilio de la sociedad accionada en una
dirección determinada de la ciudad de Buenos Aires, aquél surte la plenitud de sus efectos,
debiendo ser considerado como legal en los términos del art. 90, inc. 3° del Cód. Civil, sin
admitirse prueba en contrario, mientras la emplazada no altere tal inscripción registral. Cám.
Civ., K, LL 1992-A, 305).
Resulta de dudosa necesidad -en materia comercial- que el contrato social se redacte
en doble ejemplar, no sólo porque el art. 4° de la ley 19.550, no lo impone, sino porque la
correspondiente inscripción en el Registro Público de Comercio le quita toda utilidad, máxime
si se atiende a la solución que consagra el art. 1025 del Cód. Civil. (Cám. Com., C, LL 1989-
C, 453 - DJ 1989-2, 765).
Tratándose de una sociedad regularmente constituida, su domicilio legal está dado
por el lugar fijado a esos fines en el acto constitutivo, luego publicitado a través de la
inscripción en el Registro Público de Comercio, ello es consecuencia de la previsión del art.
11 de la ley, inc. 2 de la ley de sociedades, concordantemente con lo dispuesto al respecto por
el art. 90 inc. 3 del Código Civil, que otorga prevalencia al domicilio señalado por los
estatutos por sobre el del lugar donde esta situada su dirección o administración. (Cám. Civ. y
Com., II, Paraná, LLLitoral, 2007, 431).
No cabe dudar que en nuestro sistema legal la sociedad es sujeto de derecho desde el
acuerdo fundamental, siendo la inscripción una condición de regularidad, pero no de
existencia, lo que resulta, entre otros, del régimen de aportes normado por los arts. 38 y sgtes.
de la ley 19550. (Juz. Reg., Capital, ED, 91, 814).
Carácter de la inscripción: La inscripción tiene, en le supuesto del art. 12 de la ley
19550, carácter constitutivo, en razón de que su efecto jurídico depende de un acto
determinado a cumplirse. (Cám. Com, B, ED, 88, 249).
Falta de inscripción: Resulta erróneo sostener la inexistencia de una sociedad por su
falta de inscripción, en tanto es pacífico el criterio doctrinario y jurisprudencial que concede
personalidad propia al ente no obstante la carencia apuntada. (Cám. Com., C, LL 1982-C,
365).
Existe responsabilidad solidaria de los socios de una sociedad -en el caso, de
responsabilidad limitada- firmantes de los pagarés cuya ejecución se pretende si la emisión de
éstos es posterior a la formalización del contrato social pero anterior a su inscripción en los
registros correspondientes, pues en tal caso debe ser juzgada como una sociedad irregular
(arts. 21 y 23, ley 19.550). Cám. Apel. Civ. y Com., Concepción del Uruguay, LL 2001-A,
638, (43.266-S) - LLLitoral, 2000, 236).
Cabe confirmar la resolución por la cual la Inspección General de Justicia intimó a
una sociedad constituida en el extranjero a cumplir con la inscripción registral prevista en el
tercer párrafo del art. 118 de la ley 19.550 (t.o. 1984), bajo apercibimiento de iniciar las
acciones judiciales correspondientes, pues la resolución administrativa recurrida no causa
agravio actual a la impugnante en tanto la consecuencia del referido emplazamiento no es otro
que una reiteración de las facultades genéricas conferidas por la ley 22.315 a dicha
dependencia estatal. Cám. Com., D, LL 2006-A, 2; IMP 2005-23, 3087).
Es procedente la sanción aplicada por la Administración Fed. de Ingresos Públicos en
los términos del art. 39 de la ley 11.683 -t.o. en 1998 y sus modif.- ante la ausencia de
presentación de la declaración jurada exigida por la res. general 4120 (DGI), aún cuando en la
fecha fijada por el Fisco Nacional para el cumplimiento de dicha presentación la sociedad

222
anónima no se encontraba inscripta en el Registro Público de Comercio, toda vez que la
persona jurídica nace a partir de la suscripción del contrato social y, la falta de inscripción
únicamente la convierte en una sociedad irregular o, en formación, que como tal se encuentra
contemplada en el art. 49 inc. b) de la ley 20.628 (t.o. 1997) y, por ello obligada a cumplir con
el deber de información omitido. Trib. Fed. Nac., A, LL 28/11/2005, 11).
La inscripción en el Registro Público de Comercio de la modificación del contrato
social, tiene carácter declarativo y no constitutivo, como consecuencia de ello, el acto
modificado existe como tal, proyecta sus efectos propios, sin que pueda perjudicar a los
terceros. Cám. Civ. y Com. 7°, Córdoba, septiembre 25-1984, “La Ganadera de Jesús María,
S. A. c. Crozza, Osvaldo P.”).

f.- Inscripción del contrato social641.

I.- Plazo
Corresponde al Registro Público de Comercio la inscripción de las sociedades
de toda sociedad mercantil –y sus modificaciones-, cualquiera sea su objeto, con la
única excepción de las sociedades en participación (art. 36, inc. 3° Código de
Comercio). Idéntico recaudo deberá también cumplirse en el Registro Público de
Comercio correspondiente a cada sucursal (art. 5 LS)642. Con ello ha buscado el
legislador dar publicidad a terceros sobre la existencia del ente, su denominación o
razón social, las garantías que ofrece, los capitales de que dispone y las calidades
personales de sus administradores643, previsión original que ha sido ampliada
sustancialmente a partir de la sanción de la LS con la incorporación de tantos actos
societarios de registración obligatoria “que puede decirse sin temor a error que el
registro se ha convertido en un instituto primordialmente destinado a dar publicidad a

641
Sin perjuicio de que habremos de ocuparnos de la registración del contrato social y de sus
modificaciones en general, la LS prevé la registración de diversos actos. Favier Dubois efectúa un
listado –no taxativo- de ellos, el que transcribimos: 1.- contrato o estatutos constitutivo (art. 36 inc. 6
Cód. Comercio y arts. 5 y 167 LS); 2.- sus reformas y modificaciones (arts. 5 y 12 LS); 3.-
reglamento (arts. 5 y 167 LS); 4.- sucursal (art. 5 LS); 5.- regularización de sociedad de hecho o
irregular (art. 22 LS); 6.- embargos sobre partes de interés (art. 57 LS; 7.- nombramiento y cesación
de administradores (art. 60 LS) y poderes (art. 36 inc. 4 Cód. Comercio); 8.- transformación (art. 77
inc. 5 LS); 9.- fusión (art. 83 inc. 5 LS); 10.- cancelación de sociedad fusionada o absorbida (art. 84
LS); 11.- escisión (art. 88 inc. 6 LS); 12.- exclusión de socios (art. 92 inc. 5 LS); 13.- disolución (art.
98 LS); 14.- prórroga (art. 95 LS); 15.- reactivación (art. 95 LS); 16.- nombramiento de liquidador
(art. 102 LS); 17.- distribución parcial (art. 107 LS); 18.- cancelación de inscripción (art. 112 LS);
19.- sociedad extranjero para el ejercicio habitual de su objeto (art. 118 LS); 20.- sociedad extranjera
para participar en sociedd nacional; 21.- cesión de cuotas de S.R.L. (art. 152 LS); 22.- derechos reales
y medidas precautorias sobre cuotas (art. 156 LS); 23.- programa de fundción de S.A. por suscripción
pública (art. 168 LS) e inscripción de su estatuto (art. 180 LS); 24.- aumento de capital sin modificar
el estatuto (art. 188 LS); 25.- resultado de la suscripción del aumento del capital (art. 201 LS); 26.-
reducción de capital (art. 204 LS); 27.- asignación de funciones personales dentro del directorio (art.
274 LS); 28.- nombramiento y cesación de miembros del consejo de vigilancia (art. 280 LS); 29.-
contrato de fideicomiso para emisión de debentures (art. 339 LS); 30.- emisión de obligaciones
negociables (art. 30 leyes 23.576 y 23.962). Cfr. Favier Dubois E., Derecho Societario… cit., ps. 55 y
56. En igual sentido véase Nissen R., “Registro Público…” cit., ED 71-535.
642
Ver ley 21.768 y su modificación por ley 22.280.
643
Cfr. Siburu, J. B., Comentario del Código… cit., t. II, p. 221, n° 381.

223
los actos societarios”644
También se impone a todo comerciante la obligación de presentar al registro
general el documento que deba inscribirse645, dentro de los quince días –corridos que
incluyen feriados, arts. 27, 28 y 29 del Código Civil- de la fecha de su otorgamiento
(art. 39 Código de Comercio). Si se realiza la inscripción en término, sus efectos
respecto de los terceros se remontan –se retrotraen- hasta la fecha de otorgamiento
de los actos o documentos (por aplicación analógica de los arts. 3149 y 3150 del
Código Civil)646.
Todo intento de registración posterior a los quince días a los que alude el art. 39
del Código de Comercio resulta tardío, por lo que solo podrá hacerse la inscripción de
no mediar oposición de parte interesada y que para el caso son los otorgantes del acto.
Esta solución tendría su explicación en que, siendo que transcurrido el plazo el
documento ya no tendrá eficacia respecto de terceros hasta su inscripción, pudiera
ocurrir que a alguno de los suscriptores lo asistieran ahora razones para no dar plena
eficacia al acto por haber pasado la oportunidad que tenía en vista al celebrarlo647. Pero
tal oposición no podrá fundarse exclusivamente en el vencimiento del plazo legal,
debiendo existir un motivo real que prima facie prive de legalidad al documento que se
procura inscribir648. La decisión en última instancia sobre la procedencia de las
oposiciones corresponde a la justicia (art. 5 ley 22.315) 649, más allá de que la ley
apuntada con más la 22.316 transfirieran a la Inspección General de Justicia las
atribuciones registrales propias del Registro Público de Comercio. En concordancia,
la Inspección se ha declarado incompetente para resolver sobre sobre eventuales
oposiciones650. Contrario sensu, presentado el contrato dentro de tal plazo, no cabe a

644
Rouillón A., Código… cit., t. I, p. 72.
645
Se trata en realidad de una carga que incumbe a quien pretende un determinado efecto, y de
cuyo cumplimiento se deriva.
646
Cfr. Zavala Rodríguez C., Código… cit, t. I, p. 89; Fernández R. L, Código de Comercio…
cit., t. I vol. 1, p. 83; Fontanarrosa R.O., Derecho Comercial…, cit., vol. I, p. 325, n° 252; Perrota S.,
“Breves estudios sobre la sociedad comercial”, LL t. 139, p. 875.
647
Cfr. Fontanarrosa R.O., Derecho Comercial…, cit., vol. I, p. 325, n°. 252.
648
Cfr. Gómez Leo O. y Gómez Buquerin G., Código de… cit., vol. I p. 100, quienes entre otras
razones refieren como suficientes para obstar la inscripción tardía la discusión por parte de los socios
del alcance del acto social, si el impugnante se separó de la sociedad, si los herederos del socio
fallecido se opusieran, si la modificación que se pretende inscribir se refiere directa o indirectamente
a un acto impugnado judicialmente por simulación o nulidad. Id. Halperín I. y Otaegui J., Sociedades
Anónimas… cit., 2° ed., p. 85; Verón A. V., Sociedades ..cit.., t. I, p. 56; Nissen R., Ley de
Sociedades…cit., t. I, p. 96, n° 31. En contra y a favor de suficiencia de oposición por el mero
vencimiento del plazo, véase Siburu, J. B., Comentario del Código… cit., t. II, p. 227, n° 387;
Castillo R., Curso de… cit., 3° ed., t. III, p. 11, n° 12; De Iriondo L., “Juzgado Nacional…”, cit., ED
48, 761; Stordeur E., Manual de… cit., p. 79.
649
Cfr. Verón A. V., Sociedades ..cit.., t. I, p. 57.
650
Ley Orgánica 22.315, art. 5; CNCom. Sala E, septiembre 25-1987, re Alarvox SRL, LL 1988-
A, p. 41.

224
los otorgantes posibilidad de oponerse, mientras que si la presentación fuera posterior
y no mediaran oposiciones, esta tendrá efectos sólo a partir de la fecha de registro651.
Sin perjuicio de lo apuntado, la aplicación en el ámbito del derecho
societario del tal criterio legal del art. 39 inc. 3° del Código de Comercio (al que
remite el art. 5 LS) luce, cuanto menos, desafortunada, llegándose incluso a sostener
su inaplicabilidad lisa y llana652. La retroactividad allí dispuesta contradice un
sistema registral irretroactivo y que prevé que la sociedad sólo se considera
regularmente constituida desde su inscripción (arts. 7 y 12 LS)653. A ello se agrega
que la utilización de la oposición del Código resulta extraña, se limitaría a los
supuestos de modificación del contrato social con posterioridad a los quince días de
su otorgamiento, las que quedarían relegadas por eventuales medidas cautelares
anotadas durante su transcurso654, y dictadas en el proceso de nulidad que se inicie.

JURISPRUDENCIA
Inscripción tardía. Efectos: El art. 5 de la ley 19550 determina que la inscripción
deberá efectuarse en los términos de los arts. 36 y 39 del Código de Com., O sea dentro de los
quince días de la fecha de su otorgamiento. Por cierto que, después de este término, la
inscripción no está prohibida, pues sólo podrá hacerse, no mediando oposición de parte
interesada, y no tendrá efecto sino desde la fecha del Registro. (Cám. Apel., II, Mar del Plata,
febrero 15-1977, “Drabble, S. C. A.”).
Constitución. Plazo del art. 39 del Código de Comercio: El art. 39 del Código de
Com., no modificado por la ley 19550, impone la perentoriedad de la tramitación constitutiva
a quien se halle con facultades para hacerlo. Cám. Com., A, ED,72, 231.
El art. 5 de la ley 19550 determina que la inscripción deberá efectuarse en los
términos de los arts. 36 y 39 del Código de Com., o sea dentro de los quince días de la fecha
de su otorgamiento. Por cierto que, después de este término, la inscripción no está prohibida,
pues sólo podrá hacerse, no mediando oposición de parte interesada, y no tendrá efecto sino
desde la fecha del Registro. Cám. Apel., II, Mar del Plata, febrero 15-1977, “Drabble, S. C.
A.”.
Oposición por vencimiento de plazo del art. 39 Cód. Com: La presentación ante el
Registro Público de Comercio del trámite de regularización de la sociedad, no es, en la
armonía del articulado legal, un impedimento para la oposición por parte de los socios
disconformes, en los términos del art. 39 del Cód. de Comercio, pues de lo contrario la falta de
activación o abandono de aquel trámite privaría de poder pedir la disolución y aun la
regularización a los socios, y fundamentalmente por el art. 7° de la ley 19.550, que prescribe
que la sociedad se considera regularmente constituida con su inscripción en el Registro
Público de Comercio, teniéndose presente además que el art. 22 de la ley 19.550, no habla de

651
Cfr. Zavala Rodríguez C., Código… cit, t. I, p. 89; Siburu, J. B., Comentario del Código…
cit., t. II, p. 215, n° 375. En contra, Zaldivar E. y ots., Cuadernos…cit., Vol. I, pto. 563, págs. 104 y
105.
652
Cfr. Nissen R., Ley de Sociedades…cit., t. I, p. 99, por haber sido el art. 39 del Código de
Comercio superado por los arts. 7 y 12 LS, los que, a diferencia de aquel, prevén las consecuencias
que la no inscripción ocasiona al ente, socios y terceros.
653
Cfr. Halperín I. y Otaegui J., Sociedades Anónimas… cit., 2° ed., ps. 84 y 85; Nissen R., Ley
de Sociedades…cit., t. I, p. 98, n° 31 y “Nuevamente sobre el artículo 39 del Código de Comercio
(oposición a la registración de actos societarios)”, LL 1989-C, p. 321; Roitman H., Ley de
Sociedades… cit, t. I, p. 138 nota d).
654
Cfr. Roitman H., Ley de Sociedades… cit, t. I, , p. 141.

225
"presentación", sino de "regularizarla" y ello comprende ambos supuestos. (Juzg. Reg. y Soc.,
Salta, LL 1989-C, 322 - DJ 1991-2, 358).

II.-Legajo
Una vez ordenada la inscripción, el Registro forma un legajo por cada
sociedad con los duplicados de las diversas tomas de razón y demás documentación
relativa a la misma, lo que atiende a la concentración y claridad con que aquel debe
informar sus actos a terceros (art. 9 LS)655. Si bien su consulta es pública, ello no
obsta a que el Registro pueda requerir una tasa retributiva a los ocasionales usuarios
a cambio de brindar la información que le soliciten656. “Debe distinguirse la
inscripción de un documento con su incorporación al legajo. La incorporación al
legajo de un documento no produce los mismos efectos que su inscipción
(publicidad material y formal). El legajo se compone con los duplicados de todas las
diversas tomas de razón (instrumentos inscriptos) y la demás documentación relativa
a la sociedad que es ingresada el registro para obtener cada inscripción (títulos,
boletas de depósitos, edictos publicados, etc.) además de la expresamente indicada
por la LS (por ej. art. 67 y 111 LS)”657.

III.- Inscripción del reglamento:


Hemos dicho en el Capítulo anterior que el contrato constitutivo contiene un
conjunto de declaraciones de voluntad emitidas por los socios, entre las que cabe
distinguir las que se agotan en el acto fundacional de aquellas que persisten en sus
efectos regulatorios. Por razones de utilidad tecnico-jurídico la doctrina separa unas
de otras, reservándose las últimas, que se resumen en un régimen permanente de
organización, al estatuto, del que a su vez –por idénticas razones- ocasionalmente se
escinde el reglamento. A este último corresponden todas las disposiciones accesorias
o de detalle que se derivan de aquel658. De existir tal reglamento, debe inscribirse
con idénticos recaudos que los dispuestos para el contrato constitutivo (arts. 5 y 167
LS). Empero, la LS no exige idéntica forma instrumental a la aludida en el art. 165
para la sociedad anónima –instrumento público- ya que el reglamento no integra el
acto constitutivo ni se somete a la conformidad de la autoridad administrtiva –por
vía del reglamento no puede variarse el estatuto ni suplirse normas legales-659.

JURISPRUDENCIA

655
Zunino J., Régimen… cit., 20° ed., p. 88.
656
Cfr. Halperín I. y Butty E., Curso…cit. 4ª ed. t. I, p. 350.
657
Cfr. Roitman H., Ley de Sociedades… cit, t. I, p. 165.
658
Cfr. Colombres, G., Curso…cit. ps. 77 a 79. Id. Zaldivar E., “Los reglamentos…” cit., LL t.
1981-D, p. 795 y Verón A. V., Sociedades ..cit.., t. I, p. 46.
659
Cfr. Halperín I., Sociedades Anónimas, cit., 2° ed., p. 135, n° 49.

226
Reglamento. Inscripción: Si el contrato constitutivo previese un reglamento, dictado
con posterioridad a la constitución definitiva de la sociedad, resulta necesario que con respecto
al mismo se cumplan los requisitos establecidos para el contrato social y los estatutos, en lo
que respecta a su inscripción registral y las modificaciones que en él se introduzcan. La
inscripción tiene eficacia constitutiva en razón de que su efecto jurídico depende de un acto
determinado a cumplirse, criterio que resulta extensivo al reglamento interno que se dicte de
conformidad con las disposiciones de la ley 19.550. Cám. Com., B, LL 1981-C, 269 –
BCNCom., 981-4-3, 7).

IV.- Existencia de sucursales. Registración


El contrato constitutivo debe también registrarse en cada jurisdicción donde el
ente instale una sucursal660. Por sucursal debe entenderse todo establecimiento
secundario, de carácter permanente, dotados de una relativa autonomía, destinado a
colaborar en la explotación realizada por el establecimiento principal y cuyas
características salientes son661: A.-) ser una simple extensión de la empresa a la que se
subordina y con la que comparte el objeto; B.-) no existe, por tanto, afectación al
régimen de unidad patrimonial (una sociedad, un patrimonio); C.-) se encuentra a
cargo de un factor o gerente dotado de alguna autonomía dentro de los parámetros
generales fijados por la administración central; D.-) su clientela es diferente de la del
establecimiento principal; E.-) la contabilidad de la sucursal integra la de la casa
matriz. La omisión en su registración hace inoponible a terceros las limitaciones
impuestas al gerente o factor en los términos de los arts. 133 y 135 del Código de
Comercio662.

V.- Reformas al contrato social


La reforma del contrato social no reviste identica naturaleza que su
constitución, por cuanto ya no son los socios fundadores quienes emiten la declaración
de voluntad, sino al propio ente a través de sus órganos. No se trata de un acto
contractual en el que lo primordial es la forma, y que se ve sustituido por el acta que
recoje la reforma. Esta distición se traslada a los instrumentos que en consecuencia se

660
La resol. 7/2005 de la Inspección General de Justicia requiere para la inscripción de la
apertura de una sucursal en ámbito de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, por una sociedad
domiciliada en jurisdicción provincial, constancia auténtica del Registro Público de Comercio que
acredite la vigencia de la matrícula social -o dictamen de precalificación que consigne que se verificó
dicho extremo-, primer testimonio de escritura pública o instrumento privado original, conteniendo la
decisión de la apertura de la sucursal, su ubicación y la designación del representante a cargo de la
misma, con sus datos de identidad completos y la indicación de las facultades que se le confieren
conforme al artículo 135 del Código de Comercio –con poder del factor protocolizado en escritura
pública- (art. 91). También impone a las sociedades locales el deber de informar sobre la apertura de
sucursal u otra representación en jurisdicción provincial, dentro de los treinta días de inscripta (art.
92).
661
Por todo el párrafo, Fontanarrosa R.O., Derecho Comercial…, cit., vol. I, p. 204, n° 169
662
Cfr. Verón A. V., Sociedades…, cit., 2° ed., t. 1, n° 7, p. 62; Nissen R., Ley de
Sociedades…cit., t. I, p. 101, n° 33.

227
emiten y que pueden diferir desde la escritura pública al instrumento público
certificante de un instrumento privado663

JURISPRUDENCIA
Reformas al contrato social. Inscripción. Corresponde disponer la formación de un
expediente único a fin de inscribir el contrato constitutivo de una sociedad anónima, la venta
de acciones de uno de los socios y la modificación al estatuto social -en el caso, el juez del
Registro había dispuesto la formación de expedientes separados para cada instrumento- pues
no existe norma en el Código de Comercio, ley de sociedades o ley orgánica de tribunales que
impida el trámite conjunto a los requerimientos de inscripción relacionados con una misma
sociedad. Cám. Civ. y Com., II, Santiago del Estero, LLNOA, 2001, 625.

VI.- Modificaciones no inscriptas


El Código de Comercio disponía que cualquier reforma o ampliación que se
hiciera en el contrato social debía formalizarse e inscribirse con las mismas
solemnidades prescriptas para su celebración. En caso incumplimiento de tal
recaudo, los socios no podían prevalerse de las modificaciones acordadas ni entre sí
ni frente a terceros (art. 295). Con la sanción de la LS se dispuso que las
modificaciones no inscriptas regularmente obligan a los socios otorgantes, quienes,
en cambio, no pueden oponerlas a terceros (art. 12 LS). El fundamento de la norma
estriba en la necesidad de dar fijeza y publicidad a los actos sociales664, además de
que la liberación del tercero sería contraria a la buena fe. Los sucesores a título
singular o socios que ingresaran con posterioridad no quedan obligados por tales
modificaciones irregulares665. Por su parte, los terceros sí pueden alegar en su favor,
contra la sociedad y los socios, la existencia de modificaciones no inscriptas cuando
se tratara de sociedades de parte de interés (art. 12 LS)666. Pero la tendencia actual
en la materia parece inclinarse lentamente hacia la oponibilidad de las reformas no
escritas -a las que se atribuye carácter declarativo- aún para el caso de las
sociedades anónimas y de responsabilidad limitada, pese a la supuesta veda
consagrada por el art. 12 LS in fine. Ello por cuanto se entiende mayormente que el
régimen de la citada norma debe ser interpretado sintáctica y finalísticamente,
otorgando así autonomía al primer párrafo de la norma, y que lo contrario importaría
una vinculación con “las doctrinas que atribuyen carácter integrativo-constitutivo a
las formas en materia de sociedades de capital, en conexión con postulaciones

663
Cfr. Cám. Com., A, LL 1979-D, p. 415.
664
Cfr. Siburu, J. B., Comentario del Código… cit., t. IV, p. 274, n° 1107.
665
Cfr. Halperín I. y Butty E., Curso…cit. 4ª ed. t. I, p. 345.
666
Alguna la doctrina considera pertinente, pese al silencio de la norma, distinguir entre quienes
ignoraban la existencia de la modificación no inscripta -terceros de buena fe- y quienes efectivamente
la conocen –terceros de mala fe–, ya que la posición contraria violaría el art. 1195 del Código Civil.
Cfr. Escuti I. y Richard E., “La sociedad comercial y las modificaciones no inscriptas”, RDCO 1978,
p. 715; Favier Dubois E., Derecho Societario… cit., p. 221.

228
relativas a la naturaleza de los entes colectivos no necesariamente compartibles y
que de todos modos se encuentran en retroceso”667. A tal criterio se le suma otro de
carácter gramatical, que ateniéndose a la separación –por un punto- de la primera y
segunda parte del art. 12, demostraría que la intención del legislador ha sido la de
excluir la posibiliad a los terceros de invocar contra las sociedades por acciones y de
responsabilidad limitada las modifiaciones del contrato, pero que la invocación de
las mismas entre los socios es plena para todos los tipos sociales668.

JURISPRUDENCIA
Modificación: El acto constitutivo de la sociedad anónima no es similar al acto
modificativo del estatuto social, ya que: a), son distintos los sujetos, pues en el primero
quienes emiten la declaración de voluntad son los accionistas fundadores, mientras que en el
segundo se trata de la voluntad exteriorizada por un órgano de la sociedad ya constituida, es
decir, la asamblea ; b), por su naturaleza, pues en el primer caso se trata de un acto contractual
y el segundo no reviste tal carácter ; c), por la materia, pues en el primer caso lo primordial es
la declaración de voluntad de crear un sujeto de derecho, resultando la aceptación del estatuto
social una consecuencia de lo primero, mientras que en el acto modificativo sólo se pretende
modificar una o varias de las cláusulas de dicho estatuto social: d), por su forma, pues en el
acto constitutivo el oficial público recoge y da fe de las declaraciones de voluntad de los
sujetos participantes del acto, necesarias para lograr el consentimiento contractual, mientras
que en el acto modificativo lo primordial es el acta que recoge la deliberación de la asamblea
(del dictamen del fiscal de Cámara, cuyos fundamentos comparte el tribunal). (Cám. Com., D,
LL 1980-B, 487 - ED 87, 423; Cám. Com., A, LL 1979-D, 417).
Modificación de estatutos. Falta de registración: La declaración efectuada ante el
escribano y recogida en escritura pública no cumple ningún papel como elemento necesario y
condicionante de la modificación de los estatutos. Lo que ocurre es que se ha confundido la
declaración de voluntad de modificar los estatutos que sólo pueden emanar del único órgano
societario habilitado para hacerlo, o sea, la asamblea, con los actos materiales e instrumentales
que luego debe realizar el órgano de representación para cumplir con la registración del acta
impuesta por el art. 5 de la ley 19550, previos los conformes administrativos requeridos por
las leyes 18805 y 17811, y la publicidad prevista por el art. 10 de la ley 19550. (Cám. Com.,
A, LL 1979-D, 417).
Las modificaciones del contrato social no inscriptas regularmente obligan a los socios
otorgantes. Ello es así, pues quienes han intervenido en el otorgamiento de la modificación de
aquél no pueden posteriormente alegar que desconocían la existencia de dicho acto jurídico.
Para los socios, el acto jurídico modificatorio produce efectos desde su otorgamiento, sin
necesidad de inscripción alguna. La inscripción en el Registro Público de Comercio de la
modificación del contrato social, tiene carácter declarativo y no constitutivo, como
consecuencia de ello, el acto modificado existe como tal, proyecta sus efectos propios, sin que
pueda perjudicar a los terceros. Cám. Civ. y Com. 7° Nom., Córdoba, septiembre 25-
1984, “La Ganadera de Jesús María, S. A. c. Crozza, Osvaldo P.”).
La modificación del estatuto social de las sociedades anónimas debe efectuarse por
instrumento público pero éste no tiene por qué ser necesariamente la escritura pública,
bastando la certificación notarial (el instrumento público), del acta de la asamblea que
continúa revistiendo el carácter de instrumento privado (del dictamen del fiscal de Cámara al
que adhiere el Tribunal). (Cám. Com., A, LL 1979-D, 417).

667
Butty E., su voto (en disidencia) en Noel Carlos Martín Marcelo c. Noel y Cía. s. sumario,
Cám. Com., B, ED 168-471. Por el carácter declarativo de la inscripción registral de las
modificaciones, véase Verón A. V., Sociedades ..cit.., t. I, p. 105, n° 2,
668
Cfr. Nissen R., Ley de Sociedades…cit., t. I, p. 181, n° 72.

229
El art. 95 de la ley 19.550, es una disposición clara, categórica e imperativa,
característica que le imprime el verbo "deber" que no existía en el código de comercio, lo que
hace suponer que fue deliberadamente incorporada para evitar distintas interpretaciones.
Importa atender, asimismo, el sistema de publicidad estructurado por la ley en virtud del cual
el contrato de sociedad es oponible a los terceros en tanto y en cuando éste se halle registrado
y se encuentre vigente su término de duración. (Cám. Civ. y Com., I, La Plata, agosto 05-
1982, “Galvanotecnia San Martín, S. R. L.”)
Toda modificación no inscripta regularmente en torno al domicilio social es
inoponible a los terceros, pues el domicilio inscripto subsiste a todos los efectos mientras la
modificación no sea debidamente registrada y comunicada a las autoridades competentes.
(Cám. Civil, A, LL 1990-B, 504 - DJ 1990-2, 539).
La circunstancia de que la deudora haya modificado su objeto social y dicha
modificación no haya sido inscripta ante la Inspección General de Justicia, no resulta óbice al
reconocimiento de la acreencia en el concurso preventivo -en el caso, una entidad bancaria
pretende verificar una deuda proveniente de una hipoteca-, toda vez que la interpretación del
principio del art. 58 de la ley concursal 24.587 debe hacerse teniendo en cuenta la protección
de los terceros que contratan con dicha sociedad. (Cám. Com., D, DJ 2005-2, 1107).
No puede obligarse a quien intenta notificar a una sociedad comercial en la dirección
que consta inscripta como sede social, que realice otras diligencias o mayores averiguaciones
tendientes a suplir la falta de especificación del departamento, ya que ésta omisión debe recaer
sobre el ente demandado, quien tenía la carga de constituir y anotar la dirección de su sede,
máxime si se tiene en cuenta que las modificaciones no inscriptas regularmente obligan a los
socios y resultan inoponibles a los terceros -arts. 11, inc. 2° y 12, ley de sociedades
comerciales 19.550. (Cám. Trab., III, DJ 2003-2, 693).
Las modificaciones del contrato social no inscriptas, no pueden ser alegadas por los
terceros en contra de la sociedad, como tampoco ésta puede invocarla en contra del tercero,
salvo que se la hiciesen conocer en el mismo acto de relacionarse, pues en tal supuesto el
tercero posteriormente no podrá invocar la no inscripción como causal de inoponibilidad, dada
que tiene conocimiento personal de la modificación. (Cám. Civ. y Com. 7° Nom., Córdoba,
septiembre 25-1984, “La Ganadera de Jesús María, S. A. c. Crozza, Osvaldo P.”.)
Si bien la modificación estatutaria que instituyó como justa causa de exclusión la
resolución de los contratos de explotación no fue inscripta en el Registro Público de
Comercio, no cabe admitir su ignorancia por quienes se encontraban presentes durante las
deliberaciones de la asamblea que decidió su aprobación, máxime cuando la falta de
inscripción no impidió a los impugnantes hacer efectivo el derecho de impugnación de dicha
decisión asamblearia. (Cám. Com., C, LL 1996-B, 373 - IMP 1996-A, 1704 - DJ 1996-1,
1132).
Modificación. Instrumento público. Del carácter genérico de la regla sentada por el
art. 4° de la ley 19.550, no puede extraerse ninguna conclusión sólida para el problema de la
forma que deben revestir los actos modificativos del estatuto de una sociedad anónima. De lo
allí estatuido solamente, cabe sentar que, no mediando disposición en contrario, las sociedades
pueden constituirse o modificarse por instrumento público o privado; e inclusive que una
sociedad constituida por instrumento público puede modificarse por instrumento privado o
viceversa. Pero hay reglas particulares para ciertos tipos de societarios (arts. 165 y 361, ley
citada); en el caso de las sociedades anónimas, la regla especial se refiere concretamente a la
forma impuesta para la constitución y con ello se desplaza la aplicabilidad del art. 4°; y tal
desplazamiento no parece que pueda entenderse fragmentariamente, vale decir, solamente
respecto de la constitución, manteniéndose inalterada e impoluta respecto de la modificación.
Cám. Com., C, LL 1980-B, 396 - ED 87, 429).
Constitución. Forma del contrato de sociedad. Reformas estatutarias: El
desplazamiento de la aplicabilidad del art 4to de la ley 19550 en el art. 165 que
especifícamente se refiere a la forma impuesta para la constitución de las sociedades
anónimas, no puede entenderse fragmentariamente, vale decir, solamente respecto de la

230
constitución, manteniéndose inalterada e impoluta respecto de la modificación. (Cám. Com.,
C, ED, 87-427).
El acto constitutivo de la sociedad anónima no es similar al acto modificativo del
estatuto social, ya que: a), son distintos los sujetos, pues en el primero quienes emiten la
declaración de voluntad son los accionistas fundadores, mientras que en el segundo se trata de
la voluntad exteriorizada por un órgano de la sociedad ya constituida, es decir, la asamblea ;
b), por su naturaleza, pues en el primer caso se trata de un acto contractual y el segundo no
reviste tal carácter ; c), por la materia, pues en el primer caso lo primordial es la declaración de
voluntad de crear un sujeto de derecho, resultando la aceptación del estatuto social una
consecuencia de lo primero, mientras que en el acto modificativo sólo se pretende modificar
una o varias de las cláusulas de dicho estatuto social: d), por su forma, pues en el acto
constitutivo el oficial público recoge y da fe de las declaraciones de voluntad de los sujetos
participantes del acto, necesarias para lograr el consentimiento contractual, mientras que en el
acto modificativo lo primordial es el acta que recoge la deliberación de la asamblea (del
dictamen del fiscal de Cámara, cuyos fundamentos comparte el tribunal). Cám. Com., D, LL
1980-B, 487 - ED 87, 423).
Modificación del contrato. Sede: Si bien el art. 90, inc. 3° del Cód. Civil acuerda a las
personas jurídicas -de las que no debe excluirse a las sociedades comerciales- un domicilio
legal, ante el informe negativo del oficial notificador, debe practicarse el emplazamiento
previsto en el art. 338 del Cód. Procesal, en la sede social, porque el cambio de sede no es
indispensable que se registre pues no implica modificación del contrato. Fracasado tal
emplazamiento debe recurrirse a las reglas procesales que arbitran la forma de citar al
demandado con domicilio incierto (art. 343, Cód. Procesal). Cám. Com., A, LL 1985-A, 453 -
DJ 1985-1, 727 - ED 111, 691).
La finalidad de la inscripción registral de las modificaciones del estatuto es
meramente publicitaria, mas no posee efectos constitutivos. Tal publicidad, en su faceta
negativa, implica que la modificación no puede ser opuesta a terceros en tanto éstos pueden
alegar su desconocimiento. (Cám. Com., C, LL 1996-B, 373, - IMP 1996-A, 1704 - DJ 1996-
1, 1132).
Las modificaciones del contrato social no inscriptas, no pueden ser alegadas por los
terceros en contra de la sociedad, como tampoco ésta puede invocarla en contra del tercero,
salvo que se la hiciesen conocer en el mismo acto de relacionarse, pues en tal supuesto el
tercero posteriormente no podrá invocar la no inscripción como causal de inoponibilidad, dada
que tiene conocimiento personal de la modificación. (Cám. Civ. y Com. 7° Nom.,
Córdoba, septiembre 25-1984, “La Ganadera de Jesús María, S. A. c. Crozza, Osvaldo P.”.
La declaración efectuada ante el escribano y recogida en escritura pública no cumple
ningún papel como elemento necesario y condicionante de la modificación de los estatutos. Lo
que ocurre es que se ha confundido la declaración de voluntad de modificar los estatutos que
sólo pueden emanar del único órgano societario habilitado para hacerlo, o sea, la asamblea,
con los actos materiales e instrumentales que luego debe realizar el órgano de representación
para cumplir con la registración del acta impuesta por el art. 5to de la ley 19550, previo los
conformes administrativos requeridos por las leyes 18805 y 17811, y la publicidad prevista
por el art. 10 de la ley 19550 (dictamen del fiscal de Cámara). Cám. Com., D, ED, 87, 422).

231
Capítulo V
Personalidad societaria

SUMARIO:
20.- Personalidad. a.)- Teorías en torno a la personalidad societaria. I.)- Primer grupo.
Teorías de la ficción. A.) Teoría de la ficción propiamente dicha (Savigny). B.)-
Teoría de la personificación (von Puchta, Pfeiffer, Ardnts, Roth y Laurens). C.-) Teoría
de la representación (Bohlau y Randa). D.)- Críticas a la teoría de la ficción. II.)-
Segundo grupo. Teorías negatorias de la personalidad. A.)- Teoría de los derechos
individuales peculiares (Ihering – Van Den Heuvel). B.)- Teoría del patrimonio de
afectación (Bekker, Brinz, Koppen y Windscheid). C.-) Teoría de la función social o de
los bienes sin sujeto (Duguit). D.)- Teoría de la propiedad colectiva (Planiol –
Barthélemy). E.)- Críticas a las teorías negatorias. III.)- Tercer grupo.Teorías de la
realidad. A.)- Basadas en la voluntad. B.)- Basadas en el interés (Rosin - Bernatzik –
Michoud). IV.)- Cuarto grupo. A.)- Teoría de la institución (Harriou, Renard, Busso,
Borda, Llambías). V.)- Quinto grupo. A.- Teorías normativas (Ferrara, Ascarelli,
Kelsen). 1.)- La personalidad en Ferrara. 2.)- La personalidad en Kelsen. B.)-
Teorías normativas en el Derecho Argentino. 1.)- La personalidad en Colombres
–neokelsenianismo-. 2.)- Teorías naturalistas en el derecho Argentino. La razón
natural en la posición normativa de López Raffo. b.)- Personalidad en la LS. Comienzo.
21.- Desestimación- a.)- Antecedentes. I.)- Clasificación. b.)- Sistema de la ley
19.550. I.)- Alcances. II.)- Actuación de la sociedad que habilita la inoponibilidad.
A.-) Encubrir la consecución de fines extrasocietarios. B.-) Configurar un mero
recurso técnico. C.-) violación de la ley, el orden público y la buena fe. c.)-
Sujetos pasivos de la extensión. d) Prescripción

1.- Personalidad

La sociedad nace de un contrato plurilateral -de organización- que da como


resultado un sujeto de derecho, presupuesto básico de un sistema normativo que no
se concibe sin este669, y cuyo fin se limita a aquel que el ordenamiento legal le tiene
en miras -y no más allá670-. Si bien la suerte de aquel contrato y de esta sujeto de
derecho permanecen indisolublemente unidas, la sociedad es más que el mero
acuerdo, aunque sea éste el marco para juzgar su capacidad y competencia.
Persona es todo sujeto suceptible de adquirir derechos y contraer
obligaciones, caracteres que lo hacen apto potencial para actuar como titular activo o
pasivo de relaciones jurídicas. Tal creación de la técnica del derecho, aceptada
desde antiguo, no es más que una adecuación a la realidad económica y social que
regula la actividad mercantil. Dentro de ella la sociedad comercial es el medio por el
cual se hace posible la actuación colectiva en una ocupación económica,
normalmente organizada de manera durable como empresa y orientada a un fin

669
Cfr. Suárez Anzorena C., “Personalidad…” cit., en Cuadernos… cit., de Zaldivar E. y ots.,
Vol. I, p. 129; Alegría H., “El régimen de nulidad…”, cit., p. 290.
670
Cfr. Etcheverry R. A., “Sociedades comerciales: replanteo…”, cit., p. 719.

232
común671. Para ello las ley las dota de la calidad de sujetos de derecho, limitando
empero sus alcances (art. 2 LS). Esta noción se integra a la de la capacidad con que
toda persona cuenta por el sólo hecho de serlo, si bien con las consecuencias
particulares que el ordenamiento le confiere en razón de la categoría -de persona- de
que se trate672. La capacidad difiere a su vez de la de imputación, mecanica mediante
la cual la ley atribuye un hecho, acto o situación jurídica a determinada persona. A
tal fin fija “diversos recaudos, variables según el supuesto, entre los cuales está la
capacidad de cumplir el acto, adquirir los derechos o asumir las obligaciones que de
el deriven y tambien las consecuencias sancionatorias de la ejecución de un acto
prohibido. Hacen asimismo a la imputación, la mecánica legal para la formación y
expresión de la voluntad social, la actuación en nombre o por cuenta de la sociedad,
el objeto societario –el acto de quien obra por la sociedad debe vinculársele, porque
no le es imputable si fuere notoriamente extraño a su objeto- y, en cuanto a la
atribución de actos ilícitos y sus consecuencias, el régimen del art. 43 del Cód.
Civ.”673

JURISPRUDENCIA

Personalidad. Fines: La personalidad no es atributo esencial o una realidad


prenormativa en las personas jurídicas, sino una función que sirve para realizar intereses
humanos que la ley le reconoce, diferenciando esa personalidad de la de cada uno de sus
miembros, pero tal diferenciación habá de mantenerse en tanto no exceda el marco de la
normativa creada en atención a sus fines, o sean extaños a ellos. (Cám. Civ., C, LL 1988-B, p.
383).
La teoría de la personalidad jurídica permite frenar y evitar el abuso sin resentir
concepciones dogmáticas. La personalidad no es atributo sustancial o una realidad
prenormativa en las personas jurídicas, sino una función que sirve para realizar intereses
humanos que la ley reconoce, con diferenciación de esa personalidad de la de cada uno de sus
miembros. Pero tal distinción habrá de mantenerse en tanto no exceda del marco de la
normativa privada en atención a sus fines, o sea extraña a ellos. Ello conduce a reputar
ineficaz la forma societaria para satisfacer fines o intereses que excedan el que la disciplina
nomativa reconoce como legítimo. Tal concepción hallaría basamento normativo en el art. 2°
de la ley 19.550, en cuanto dispone que la sociedad es un sujeto de derecho con el alcance
fijado en esta ley. (Cám. Civ., D, LL 1982-B, p. 276).
La sociedad comercial es un sujeto de derecho, con el alcance fijado en esta ley, dice
el art. 2 de la ley 19550 la exposición de motivos que acompañaba al proyecto de ley
explicaba claramente la verdadera y actual noción de personalidad en el ámbito mercantil

671
Cfr. Halperín I. y Butty E., Curso…cit. 4ª ed. t. I, p. 245 y 248; Richard E. y Muiño O.,
Derecho Societario… cit., ps.35 y 36. En la atribución de personalidad no sólo debe verse un recurso
de la autonomía de la voluntad para la mejor organización económica, sino como política legislativa
de resguardo de los terceros, como la forma de afectar el patrimonio del nuevo sujeto a las
obligaciones que su actuación genere, sin perjuicio de la responsabilidad mayor o menor de los que
determinaron el medio. Cfr. Richard E., “Nulidad absoluta de sociedad”, en Revista de Derecho
Privado y Comunitario, n° 8, Bs. As., 1995, p. 275.
672
Cfr. Suárez Anzorena C., “Personalidad…” cit., en Cuadernos… cit., de Zaldivar E. y ots.,
Vol. I, p. ps. 130 y 131.
673
Cfr. Suárez Anzorena C., “Personalidad…” cit., en Cuadernos… cit., de Zaldivar E. y ots.,
Vol. I, p. 131.

233
societario: la realidad jurídica. A ella se la reconoce como medio técnico para realizar el fin
lícito que se proponga un grupo de individuos, admitiéndose soluciones diversas para los
casos en que ese recurso técnico es empleado mas allá de las razones de su regulación (Cám.
Com., A, ED, 79, 351).
Se asiste hoy a una suerte de renovación de la teoría de la personalidad jurídica, que
permite frenar y evitar el abuso sin resentir concepciones dogmáticas. Se parte de la base de
que la personalidad no es atributo sustancial o una realidad prenormativa en las personas
jurídicas, sino una fnción que sirve para realizar intereses humanos que la ley reconoce,
diferenciando esa personalidad de la de cada uno de sus miembros. Pero tal diferenciación
habrá de mantenerse en tanto no exceda del marco de la normativa privada en atención a sus
fines, o sea, extraños a ellos. Ello conduce a reputar inefcaz la forma socetaria para satisfacer
fines o intereses que exceden el que la normativa reconoce como legítima. Tal concepción
hallaría basamento normativo en el art. 2° de la ley 19.550, en cuanto dispone que la sociedad
es un sujeto de derecho con el alcance fijado en esta ley. (Cám. Civ., C, LL 1981-A, p. 90;
ED, 96, 212).
Sociedad. Personalidad diferenciada. La circunstancia que las sociedades
codemandadas sean accionistas de la empleadora no autoriza a condenarlas solidariamente al
pago del crédito surgido de la extinción de la relación laboral, dado que las sociedades
comerciales constituyen sujetos de derecho con personalidad diferenciada de sus integrantes y
el hecho que una sociedad tenga como principal socio a otro ente societario no basta para
desplazar este principio. (Cám. Trab., IV, septiembre 29-2006, “Juárez, Roque A. y otro c. La
Cabaña S.A. y otros”, DT Online).
Los socios carecen de legitimación para demandar directamente a terceros por los
daños producidos en el patrimonio social, aun cuando tales daños incidan también en su
patrimonio individual al disminuir el valor real de sus acciones, ello es así como consecuencia
de la diversa personalidad jurídica de la sociedad respecto de sus socios. (CSJN, RCyS 2006-
VII, 68 - IMP 2006-15, 1922).
La sociedad de hecho tiene personalidad aunque ilimitada y no se desdibuja por el
hecho de que cualquiera de los socios pueda representarla, por lo cual si no se accionó en
contra de la sociedad de hecho no puede responsabilizarse a los integrantes traídos a juicio por
derecho propio y no como socios. (Cám. Trab., I, junio 14-2006, “Bossolasco, José A. c.
Transporte Alzaga S.R.L. y otros”, LL Online).
Personalidad. Alcances: En la esfera del derecho societario, y con mayor razón en
materia de sociedades cooperativas, es menester aplicar un criterio restrictivo en orden a la
capacidad de la persona de existencia ideal, a fin de evitar el abuso de la personalidad jurídica
societaria en perjuicio de los fines que la propia ley tuvo en miras al reconocerlas como
sujetos de derecho, con capacidad limitada a la realización de su objeto preciso y determinado.
(Cám. Civ., Com. y Cont. Adm., Río Cuarto, LLC 1995, 918).
Persona y capacidad: Es improcedente la pretensión de la ejecutante en orden a que
el apoderado de la sociedad constituida en el extranjero debía responder personalmente por el
importe del pagaré, ya que la existencia del ente fue debidamente acreditada con la
presentación del estatuto, razón por la cual corresponde reconocerle el carácter de sujeto de
derecho con capacidad suficiente para estar en juicio —artículo118 de la ley 19.550—. (Cám.
Com., C, DJ 06/06/2007, 423).
Siendo que la sociedad extranjera actora es accionaria de una persona jurídica
nacional y que pretende actuar judicialmente en resguardo de sus derechos, corresponde
reconocerle carácter de sujeto de derecho con capacidad suficiente para estar en juicio sin que
deba cumplir con el recaudo del art. 123 de la ley 19.550 (t.o. 1984), ya que se encuentra
incursa en el art. 118 de la misma normativa, en cuanto dispone que su existencia y forma
están determinadas por las leyes del lugar de su constitución. (Cám. Com., C, LL 29/01/2007,
4 - IMP 2007-3, 307).

a.- Teorías en torno a la personalidad societaria

234
I.- Primer grupo. Teorías de la ficción
Estas teorías, que se inspiran en el derecho revolucionario francés, la
tradición medioeval y los antecedentes regalistas del antiguo régimen674, encuentran
su posterior formulación dogmática en Alemania –Savigny-. Según ellas, las únicas
personas de existencia real son las humanas, por lo que la persona jurídica se reduce
a un ser imaginario, artificial y ficticio, creado por la ley al sólo efecto de que ciertas
instituciones lleven adelante sus cometidos cuando de ello se derive un beneficio
público, mensurable según criterio del Estado.
Esta doctrina alberga a quienes consideran a las sociedades como realidades
puramente jurídicas, que al ser creadas artificialmente por el legislador por razones
de conveniencia lo habilitan a someterlas a su vigilancia, y, llegado el caso, también
a quitarles su personalidad y disolverlas675. En tanto ficciones, las sociedades no
están dotadas de voluntad -en todos los casos esta es suplida por sus representantes-,
no obstante por una razón de conveniencia o de interés económico o social “el
derecho los considera como si fueran personas”676. De tal necesaria representación
se deriva como consecuencia la imposibilidad de delinquir de estos entes, por cuanto
carecen de una voluntad en tal sentido, sólo reservada a los seres humanos.

A.- Teoría de la ficción propiamente dicha (Savigny)


El sistema clásico de responsabilidad ha sido desarrollado de manera
completa por primera vez por Savigny. Prevaleció en Alemania hasta fines de
la primera mitad del siglo XIX y en Francia hasta comenzado el siglo XX677. En
este, si bien el derecho subjetivo es un poder atribuido a una voluntad, por lo
que sólo corresponde a los sujetos dotados de tal –las personas físicas o
naturales-, el derecho positivo puede modificar tal principio, negando
capacidad natural a algunos hombres o extendiéndola a entes que no son
hombres, como las personas jurídicas. Para ello es necesario recurrir a una
ficción, consistente en admitir que tales entes piensan y quieren, aunque en
verdad sean ineptos para ello: por una razón de conveniencia social o de interés
económico, el derecho los considera como si fueran personas678. Savigny utiliza
el término persona jurídica por oposición a las naturales, para indicar que
aquellas no existen como personas, sino es para el cumplimiento de un fin
jurídico. Su existencia, entonces, no es natural o necesaria sino artificial y
contingente. Además, la persona jurídica tendrá como característica su perpetua
incapacidad de obrar, ya que si todo acto supone el ejercicio del pensamiento y

674
Cfr. Barcia López A., La Teoría General de las Personas Jurídicas y el Problema de su
Responsabilidad Civil por Actos Ilícitos, Bs. As., 1918, ps. 88 y 99.
675
Cfr. Salvat R., Tratado… cit., t. I, p. 921.
676
Cfr. Borda G., Tratado de Derecho Civil… cit., t. I, 6° ed., p. 550.
677
Cfr. Salvat R., Tratado… cit., t. I, p. 921.
678
Llambías, J.J. Tratado… -parte general-, cit., 9ª,ed t. II, p. 12, n° 1059.

235
voluntad humanos, tal condición jamás podría darse en un ser enteramente
ficticio679. El autor incluye dentro de la especie a las corporaciones, sociedades
de artesanos y sociedades industriales cuyo carácter esencial “está en que su
derecho descansa, no en uno de sus miembros individualmente considerado, ni
aun en todos sus miembros reunidos, sino en un conjunto ideal; siendo una
consecuencia particular pero importante de este principio, que el cambio parcial
ó total de sus miembros no toca á la esencia ni á la unidad de la corporación”
680
.
Esta es la teoría que inspiró a Vélez en la redacción de Código Civil 681, y
que prevalece a lo largo de muchas de sus disposiciones682: el art. 32 al hablar
de personas de existencia ideal les da un carácter puramente ficticio frente a las
reales –humanas-; los arts. 45 y 48 al prever la intervención del Estado en la
creación y extinción de personas jurídicas las hace meras creaciones de aquel;
el art. 49 deja librado al Estado la resolución entre la extinción y continuación
de la persona jurídica; el art. 43 al establecer que las personas jurídicas no
responden por los delitos o cuasidelitos cometidos por sus miembros o
administradores lo hace sobre la base de que se trata de personas ficticias
desprovistas de voluntad real.
B.- Teoría de la personificación (von Puchta, Pfeiffer, Ardnts, Roth y
Laurens)
Siguiendo la línea argumental trazada por Savigny, los continuadores de su
teoría sostuvieron que las personas jurídicas tenían una existencia simplemente ideal
porque la personalidad se atribuye en ella a una noción abstracta: la ficción de la
creación legal de un ser puramente ficticio. Si sólo el legislador cuenta con tal
capacidad creativa, sólo este podría atribuir al nuevo sujeto capacidad y
personalidad. Con tales argumentaciones procuraban solucionar el conflicto que
suscita el derecho en su faz subjetiva como poder de obrar atribuido a una voluntad
–tal como entonces se la entendía-, impropio de personas no humanas carentes de
voluntad.

679
Cfr. Savigny M.F.C., Sistema de Derecho Romano Actual, t. II, 2° ed., traducción de
Mesía Jacinto y Poley Manuel, Madrid, (sin fecha de edición) n° LXXXVI, p. 60 y n° CXII d), p 196.
La capacidad de las personas jurídicas no procede de ningún defecto individual sino de la naturaleza
general y constante de esta clase de personas.
680
Savigny M.F.C., Sistema de… cit., t. II, 2° ed., n° LXXXVI, p. 61.
681
Cfr. Suárez Anzorena C., “Personalidad…” cit., en Cuadernos… cit., de Zaldivar E. y
ots., Vol. I, p. 136; Cifuentes Santos, “El concepto...”, cit., p. 888. En la nota al pie de página al
título I (“De las personas jurídicas”), sección primera (“De las personas en general”), libro
primero (“De las personas”) del Cód. Civ., el propio Vélez Sarsfield reconoce que de la obra
de Savigny “ha tomado F REITAS las doctrinas que forman las bases del título que proyecta, al
cual seguimos a la letra”. Cfr. Smith J. C., “Personas jurídicas” en Enciclopedia Jurídica Omeba, t.
XXII, Bs. As., año 1964, p. 274. En contra, Llambías, J.J. Tratado… -parte general-, cit., 9ª,ed t. II,
p. 26.
682
Cfr. Salvat R., Tratado… cit., t. I, p. 921.

236
C.- Teoría de la representación (Bohlau y Randa)
La teoría de la representación no difiere sustancialmente de la de la
personificación, con el agregado principal de negarle aquella al legislador la facultad
crear sujetos de derecho. Partiendo de que la voluntad es un requisito esencial de la
personalidad, sostiene que, siendo el derecho incapaz de dotar a entes artificiales de
una real facultad de querer, debe contentarse con una ficción más modesta, como la
de considerar jurídicamente a patrimonios sin dueño como si tuvieran un sujeto de
derecho, lo que si bien no es propiamente una persona, hace a sus veces de esta
(Bohlau; o en términos de Randa, “al concebir la persona jurídica, no debe
entenderse que, por virtud de la ley, exista un sujeto donde falta, sino que procede
como si existiera”683). De esta forma, al negar al derecho la posibilidad de dar origen
a sujetos artificiales, se equipara a través de la ficción a un patrimonio sin sujeto
titular con una persona. “Nos encontramos en presencia de un conflicto entre las
exigencias del comercio (necesidad de un patrimonio sin sujeto) y las exigencias de
la lógica (necesidad de un sujeto de derecho), conflicto que debe ser resuelto
mediante ficción o mejor mediante equiparación. Un patrimonio materialmente sin
sujeto es tratado por el derecho como si lo tuviese, éste recibe de la ley, no el
carácter de una persona sino su función o rol (personen-rolle). En suma, la persona
jurídica no es una personalidad creada por la voluntad del Estado, sino un
patrimonio de destinación, sin sujeto, al cual se le hace posible su existencia en el
comercio jurídico mediante la atribución de una función de persona” (Bohlau)684.
D.- Críticas a la teoría de la ficción:
Estas teorías parten del reconocimiento de cuanto menos tres presupuestos
que hacen difícil su aceptación. Por un lado, el carácter ficticio del sujeto al que
pretenden atribuir derechos y obligaciones luce inconsistente a efectos de construir
una teoría sólida –la ficción solo enmascara el problema, contentándose con fingirlo
o suponerlo resuelto685-. Por otra parte, la mentada vinculación entre voluntad y
derecho como un todo inescindible que hacen a la existencia de este último no es tal:
la voluntad se orienta más bien a su ejercicio. En tanto conceptualmente errónea –en
términos de Llambías-, esta teoría además conduce a consecuencias injustas: falsea
el sentido del reconocimiento estatal de la persona jurídica –la interpreta como una
creación ex nihilo y concesión gratuita de un privilegio-, produce un divorcio entre
el sujeto de derecho y sus miembros y ofrece un cuadro deficiente de los medios de
extinción del ente, reduciéndolos a su destrucción por obra del legislador686. Por

683
Para ambos, ver Barcia López A., La Teoría General…, cit., p. 113.
684
En cita de Barcia López A., La Teoría General…, cit., p. 113.
685
Cfr. Barcia López A., La Teoría General…, cit., p. 104.
686
Llambías, J.J. Tratado… -parte general-, cit., 9ª,ed t. II, p. 14, n° 1060. El autor
concluye que la teoría de la ficción “arriba a la funesta, pero ineludible irresponsabilidad de la
persona jurídica por las consecuencias de la actividad ilícita de sus gestores, lo cual sería
bastante, por su manifiesta injusticia, para descartar una doctrina que la impone”.

237
último, equipara a la persona jurídica con un mero instrumento de las políticas del
Estado, de creación ficticia y arbitraria, desconociendo en aquellas el rol propio de
poderosas “individualidades colectivas” que tornan su personalidad “tan necesaria e
indispensable como la física”687.

JURISPRUDENCIA

Inaplicabilidad de la teoría de la ficción: Si bien la razón de ser de la personalidad


societaria está en dar al grupo de personas el medio técnico para el logro de sus fines, que sus
miembros persiguen en común, es lo cierto que esa realidad jurídica que no es ninguna ficción
de la ley ni una realidad física, en el particular caso de las sociedades accidentales ha sido
desechada expresamente por el legislador, dejando una importante duda, atento a lo dispuesto
en los arts. 1° y 2° de la ley 19.550, si estamos frente a una sociedad en sentido técnico
jurídico o no. (Cám. Com., B, LL 1986-B, 348).

II.- Segundo grupo. Teorías negatorias de la personalidad


Las falencias evidenciadas por las teorías de la ficción, con más el furor
cientificista propio de principios del siglo XX, generaron una importante corriente
doctrinaria negatoria de la personalidad de cualquier ente no humano. A fin de dar
explicación sobre la condición de bienes y derechos afectados por dichos medios y
siempre dentro de las teorías negatorias, es posible identificar al menos cuatro
variantes. En todos los casos estas reducen a la persona jurídica a meras
argumentaciones tendientes a encubrir realidades subyacentes más complejas, frente
a la imposibilidad de dar una solución concreta a estas.

A.- Teoría de los derechos individuales peculiares (Ihering – Van Den


Heuvel)
Para Ihering el derecho subjetivo es un interés jurídicamente protegido,
por lo que su titular debe ser un sujeto dotado de aptitud no para obrar sino para
gozar de las ventajas que el ejercicio de aquel presupone. De allí que sólo las
personas físicas, quienes se aprovechan o benefician de los derechos atribuidos
a personas jurídicas artificiales que integran, son los verdaderos destinatarios,
beneficiarios o titulares de los derechos que en apariencia estas últimas poseen.
La persona jurídica se reduce así a un sujeto aparente que oculta a los
verdaderos titulares de los intereses jurídicos que cobija, a un instrumento
técnico destinado a corregir la falta de determinación de los sujetos 688. Para
quienes apoyan esta teoría, sostener lo contrario importaría incurrir en el error
de atribuir al ente derechos que son propios de sus miembros, quienes en

687
Cfr. Barcia López A., La Teoría General…, cit., p. 106.
688
Cfr. Suárez Anzorena C., “Personalidad…” cit., en Cuadernos… cit., de Zaldivar E. y
ots., Vol. I, p. 136.

238
definitiva son los beneficiarios de la utilidad que rinden los patrimonios de las
llamadas personas morales689.
B.- Teoría del patrimonio de afectación (Bekker, Brinz, Koppen y
Windscheid)
Esta vertiente, cuyo punto de partida es Savigny en cuanto a que también
niega la personalidad de cualquier sujeto no humano, no reconoce la posibilidad de
que entes –meras ficciones- adquieran derechos y contraigan obligaciones en
idénticos términos que aquellos690. No obstante sí aceptan el recurso técnico de
afectar determinados bienes o derechos a los que no asignan dueño alguno a un fin o
destino especial –derechos impersonales-, esto es, al objeto para que sirven
(Windscheid, 1853). Allí donde no hay una persona determinada como poseedora de
un bien o titular de algún derecho, debe haber alguna cosa para la cual el bien existe
o el derecho pueda ejercerse, por lo que no carecen tales supuestos de protección
jurídica: desde que pertenecen a un fin, se encuentran afectados a un sujeto
determinado y el derecho positivo garantiza la efectividad de su destino. “Esos
derechos impersonales se ejercitan, naturalmente, por un ser capaz de voluntad, que
los pone en movimiento y hace funcionar, en orden al fin o en provecho del objeto, a
que se encuentran afectados. A este último corresponde el del derecho, y a aquel su
disposición”691. Con ello se configura así un patrimonio de afectación, diferenciado
del patrimonio propio y único del sujeto que dispusiera tal afectación. No obstante,
tal patrimonio de afectación no importa la creación de un nuevo sujeto de derecho, y
en el conviven, en una suerte de condominio consagrado a aquel destino
especialmente previsto, los bienes propiedad de cada uno de sus titulares.
C.- Teoría de la función social o de los bienes sin sujeto (Duguit)
Esta corriente propugna la observación científica de toda realidad desde una
perspectiva netamente positiva, libre de toda noción metafísica, dentro de la que
incluye –y por tanto cuya validez descarta- las de derecho subjetivo y persona
jurídica. En el universo de Duguit692, sólo se percibe la solidaridad social que
vincula a los hombres y la existencia de voluntades individuales cuya manifestación
permite y ampara la norma objetiva693, a la que todo individuo debe acatamiento. No
hay propiamente derechos y obligaciones sino situaciones jurídicas subjetivas,

689
Cfr. Llambías, J.J. Tratado… -parte general-, cit., 9ª,ed t. II, p. 17, n° 1065. La persona
jurídica no sería otra cosa que “un instrumento técnico destinado a corregir la indeterminación
de los sujetos”.
690
“Windscheid la califica de entidad inexistente é imaginaria, creada artificialmente por
medio de una operación intelectual, obedeciendo a una tendencia natural del espíritu humano. Para
Bekker, se mantiene sólo por el uso y la comodidad del lenguaje, es una expresión innocua, que
facilita las operaciones de la mente”. Barcia López A., La Teoría General…, cit., p. 116.
691
Bekker, en cita de Barcia López A., La Teoría General…, cit., p. 119.
692
Que es una amplísima teoría de derecho público y privado.
693
Cfr. Llambías, J.J. Tratado… -parte general-, cit., 9ª,ed t. II, p. 16, n° 1064.

239
contrarias o conformes a la regla de derecho694. Para ello no se requiere la utilización
de la –para Duguit- perimida noción de derecho subjetivo, el que, entendido como
poder de un sujeto de imponerse a otro, resulta materia de orden metafísico que no
debiera tener lugar en la organización positiva de una sociedad moderna695. En el
campo del derecho no existe otra realidad jurídica que la del derecho objetivo, por lo
que el hombre no tiene derechos sino sólo deberes que cumplir respecto de la
sociedad en que vive696. Ello importa la necesidad de que el jurista “aplique a las
ciencias sociales el método positivista de observación de la realidad social”. Desde
ese punto de vista “las llamadas ‘personas jurídicas’ no son sujetos de derecho,
simplemente porque el sujeto de derecho no existe. Tal colectividad, tal fundación,
etc., ¿persiguen un fin conforme a la solidaridad social? Pues eso basta para que los
actos tendientes a ese fin constituyan supuestos protegidos por el derecho
objetivo”697.
D.- Teoría de la propiedad colectiva (Planiol – Barthélemy)
Al igual que para el resto de los sistemas negatorios de la personalidad, para
Planiol no existen dos órdenes o tipos de sujetos sino sólo uno, al cual la ley con
exclusividad se orienta: el ser humano individual o colectivamente considerado, por

694
Cfr. Barcia López A., La Teoría General…, cit., p. 123.
695
Cfr. Duguit L., Le Droit Social, Le Droit Individuel et La Transformation de L’Etat,
Paris, 1911, p. 4.
696
Cfr. Borda G., Tratado de Derecho Civil…, t. I, 6° ed., p. 554, n° 616.
697
Cfr. Llambías, J.J. Tratado… -parte general-, cit., 9ª,ed t. II, ps. 16 y 17, n° 1064; Cfr.
Borda G., Tratado de Derecho Civil…, t. I, 6° ed., p. 554, n° 616; Barcia López A., La Teoría
General…, cit., ps. 124 y 125. Este último autor transcribe parte de la conferencia que Duguit diera
en la Universidad de Buenos Aires –Les transformations générales du droit privé depuis le Code
Napoléon- y que parcialmente reproducimos: “Pienso que el individuo no tiene derechos, que la
colectividad tampoco los tiene, pero que todos los individuos están obligados, porque son seres
sociales, a obedecer a la regla social; que todo acto individual que viola esta regla provoca
necesariamente una reacción social, la cual reviste formas diversas, según los tiempos y los países, y
que todo acto individual, conforme a esta regla, recibe una sanción social … Las colectividades,
asociaciones, corporaciones, fundaciones ¿son o no son sujetos de derecho, en virtud de la
naturaleza? Yo nada sé y ello me es del todo indiferente. ¿Pueden ser, o no, titulares de derechos
subjetivos? De ello nada sé y tampoco me interesa, por esta buena razón: no existiendo el derecho
subjetivo, tampoco existe el sujeto de derecho. La única cuestión que se presenta es una cuestión de
hecho. Una colectividad, asociación, corporación, fundación, ¿persigue un fin conforme a la
solidaridad social … y por consiguiente al derecho objetivo…? Si esto es así, todos los actos
realizados con ese objeto deben ser reconocidos y protegidos jurídicamente. La afectación de los
bienes a ese fin debe también ser protegida. No tengo que saber si la colectividad es o no un sujeto de
derecho, capaz de ser parte de un acto jurídico, sino tan sólo, si el fin perseguido por la colectividad
es conforme a la interdependencia social … el derecho subjetivo de propiedad no existe … la verdad
pura y simple es esta: el individuo que quiere, determinando por el fin que persigue la colectividad,
quiere una cosa conforme al derecho, y su acto producirá un efecto que deberá protegerse, porque el
derecho protege ante todo en el acto jurídico el fin que lo determina, mas bien que la voluntad misma
… en una palabra, volvemos siempre al mismo hecho, al hecho de la función social, a la función
realista de función social, que reemplaza completamente a la concepción metafísica de derecho
subjetivo”.

240
lo que la idea de una personalidad ficticia es superficial y falsa698. Esta sólo encubre
la realidad subyacente y que para el caso de esta corriente doctrinaria resultaría ser
un estado de propiedad. A diferencia de la copropiedad simple, en que la indivisión
es transitoria por no habérsela previsto como finalidad originaria, la propiedad
colectiva es un estado particular de la propiedad que apunta a la indivisibilidad
consagrándola como su propio fin y razón de ser. Tanto que la propiedad colectiva
suprime la autonomía de las partes individualmente consideradas que hubieran
asistido a su constitución699. La propiedad colectiva, no obstante, no se confunde con
la propiedad individual en su estado de copropiedad indivisa, ya que esta última deja
subsistente la autonomía de las partes individuales –cada una, aunque materialmente
confundida con las otras, tiene su propietario particular diferenciado de los otros-,
por lo que siempre es transitoria o pasajera. La propiedad colectiva es en cambio un
estado particular de la propiedad que tiene en sí misma un fin y razón de ser, en que
se suprime la autonomía de las partes individuales, las que ni siquiera, en rigor de
verdad, existen700.
Según esta idea, los bienes son la propiedad colectiva de los distintos
miembros de las distintas entidades que se consideran personas jurídicas. Así, los
bienes del Estado serían la propiedad colectiva de todos los ciudadanos de un país,
los de las corporaciones o asociaciones en general pertenecerían colectivamente a
sus socios, los de establecimientos de utilidad pública o fundaciones a los
beneficiarios: las personas jurídicas desaparecerían para ser reemplazadas por
patrimonios colectivos, donde los bienes que forman su patrimonio no serían sino
fenómenos de propiedad colectiva subsistentes al lado de la propiedad individual701.
“Nosotros, dice a su vez M. Berthelemy702, podemos ser, de tres modos, propietarios
de un campo o un rebaño: individualmente, es decir cada uno por parte divisa, por
un número determinado de anilamales; indivisamente, es decir cada uno por una
cuota parte del campo o del rebaño, colectivamente, es decir, perteneciéndonos el
todo como si no fuéramos más que uno solo. Cuando digo que el estado es una
persona moral, no quiero decir otra cosa que esto: los franceses son colectivamente
propietarios de bienes y titulares de derechos”. Aceptar la idea de una personalidad

698
Cfr. Planiol M., Traité Élémentaire de Droit Civil, 7° ed., t. I, Paris, 1915, p. 947 n°
3017; “l’ idée de la personnalité fictive est une conception simple, mais superficielle et fausse, qui
cache aux yeux la persistance jusqu’ á nos jours de la propriété collectieve á coté de la propriété
individuelle: elle mérite donc d’ etre abandonnée”.
699
Cfr. Planiol M., Traité Élémentaire…, cit., 7° ed., t. I, p. 943, n° 3005; “…ces parts
n’existent pas: il y a usage commun de la chose, ou affectation compléte á l’utilité générale, qui dans
beaucoup de cas peut étre procurée sans aucun contact avec la hose utilisée”.
700
Cfr. Barcia López A., La Teoría General…, cit., ps. 137 y 138. Se trata sólo del uso
común de la cosa su afectación completa al interés general y que en oportunidades se da sin que
siquiera exista contacto con esta.
701
Cfr. Salvat R., Tratado… cit., t. I, p. 922.
702
La cita, de Droit Administratif -págs. 43 y 32- pertenece a Barcia López A., La Teoría
General…, cit., p. 138.

241
ficticia es, para esta corriente, una idea simplista y superficial que solo procura
evitar abordar el problema de la propiedad individual frente a la propiedad coletiva
(“es necesario reemplazar el mito de la personalidad por una noción positiva, que no
puede ser otra que la propiedad colectiva”)703.
E.- Críticas a las teorías negatorias
Aunque debido a la dificultad de precisar su esencia, algunos autores
hayan creído conveniente el prescindir del concepto persona jurídica, la
doctrina sostiene la inconveniencia de estas simplificaciones, más aún cuando,
si comparan las ventajas y desventajas que el mantenimiento de la figura
comporta, la razón indica que son mayores las ventajas que los
inconvenientes704. En punto a las variantes de estas teorías, Llambías refiere
que las del patrimonio de afectación y la de la función social o de los bienes sin
sujeto resultan contradictorias por cuanto no sirven de soporte a la relación jurídica
pertinente –no se puede tener algo sin que alguien lo tenga705-, mientras que las de
los derechos individuales peculiares y la de la propiedad colectiva, al asimilar el
fenómeno de la persona jurídica a una calidad especial de derechos individuales o de
propiedad, fracasan cuando se intenta dar por esa vía alguna explicación del Estado
o la Iglesia706. Estas últimas, en especial, parecen reposar sobre la idea falsa de que
los miembros de la persona jurídica vendrían a tener la propiedad de los bienes de
esta, con lo que desaparece la separación e independencia jurídica entre la persona y
sus miembros, base fundamental de la personalidad707. A ello se agrega que la teoría
pasa por alto la existencia de un interés colectivo que difiere del individual y que en
ocasiones se le contrapone.

703
Cfr. Planiol M., Traité Élémentaire…, cit., 7° ed., t. I, p. 948, n° 3017. Para los
sostenedores de esta teoría “la pretendida persona jurídica no es sino una concepción simple pero
superficial, que esconde a los ojos la persistencia, hasta nuestros días, de la propiedad colectiva al
cabo de la propiedad individual. En verdad esta propiedad colectiva se aproxima al condominio, con
la diferencia de que en el condominio cada titular es dueño exclusivo de una cuota ideal, en tanto que
en la propiedad colectiva es el conjunto de propietarios el único titular: hay una asociación de
propietarios”. Cfr. Llambías, J.J. Tratado… -parte general-, cit., 9ª,ed t. II, p. 17, n° 1066.
704
Cfr. Boldó Roda, Levantamiento del Velo y Persona Jurídica en el Derecho Español,
Navarra, 1997, p. 50.
705
“Esta doctrina, que expresada en francés y en Francia, como observa Vareilles-Sommiers,
no habría tenido éxito alguno, formulada en Alemania y alemán, fue tomada a lo serio, conquistó los
sufragios de un buen número de juristas alemanes y de algunos italianos. Sin embargo, su triunfo fue
efímero; bien pronto se comprendió que no pasaba de un tejido de sofismas y paradojas … cualquiera
sea la idea que se tenga de derecho subjetivo, siempre resulta lógicamente inseparable de ella el
concepto de sujeto o titular. El sujeto es el necesario punto de apoyo del derecho, y a él debe referirse
toda relación jurídica, que no puede quedar suspendida en el vacío. Todas las definiciones del
derecho en su aspecto subjetivo, comportan una atribución: de poder, de goce, de tutela; luego, es
indispensable que exista un destinatario investido de esa atribución”. Barcia López A., La Teoría
General…, cit., ps. 119 y 120.
706
Cfr. Llambías, J.J. Tratado… -parte general-, cit., 9ª,ed t. II, p. 18, n° 1067.
707
Cfr. Salvat R., Tratado… cit., t. I, p. 923.

242
III. Tercer grupo. Teorías de la realidad
Esta corriente procura captar en la realidad social –que se manifiesta en
la reunión de individuos- el fundamento de la persona jurídica. Su trasfondo
sociológico debe encontrarse en el florecimiento del capitalismo moderno y en
la consiguiente avidez por multiplicar las relaciones societarias sin necesidad
de recurrir a la primitiva sociedad anónima, que requería autorización estatal,
pero contando como en el caso de ésta, con la personalidad708. Las teorías de la
realidad, que pueden clasificarse según se basen en la voluntad o en el interés,
tienen todas caracteres comunes: i.-) reputan como falso que sólo el hombre
individual, en razón de su naturaleza, pueda ser titular de derechos709; ii.-)
consideran que la persona jurídica, como tal, responde a la realidad de los
fenómenos sociales, que indica una vida de la entidad diversa de sus miembros;
su existencia se impone al legislador, no a la inversa, por mera constatación de
la realidad; iii.-) rechazan por inaceptable toda explicación basada en el artificio o
la ficción710. Resultan así realistas no sólo en cuanto al método que utilizan sino
también en cuanto al fondo del asunto, ya que admiten la realidad de las personas
morales711.

A.- Basadas en la voluntad


Este grupo comprende aquellas teorías que fundan la subjetividad jurídica en
la voluntad, “partiendo de la idea de que el derecho subjetivo es un poder atribuido
a una voluntad por el derecho objetivo, necesitan demostrar que la persona moral
esta dotada de una voluntad propia, para poder llegar a la conclusión de que la
persona moral es en la realidad un sujeto de derecho”712. Dentro de esta corriente se
reunen las713: i.-) organicistas, que conciben a las sociedades como organismos con
actos de volición semejantes a los que se producen en el organismo humanos. Estas
corrientes pueden, a su vez, clasificarse según la posición sea organicista biológica u
organicista social. La primera –organicista biológica (Lilienfeld, Schaeffle y Renée

708
Cfr. Suárez Anzorena C., “Personalidad…” cit., en Cuadernos… cit., de Zaldivar E. y
ots., Vol. I, p. 137, n° 8.4.3.
709
“Desde el punto de vista del derecho, ser una persona, estar dotado de personalidad, son
términos que tienen un significado mucho más amplio [que persona humana], significando poder ser
sujeto de derechos y obligaciones; desde este punto de vista, por consiguiente, la personalidad
jurídica puede perfectamente ser atribuida, no solo a los seres humanos, sino también a esas otras
entidades ideales llamadas personas jurídicas o morales, puesto que ellas gozan de la expresada
aptitud. Las personas jurídicas o morales son, pues, verdaderas personas, tan reales y existentes como
los mismos seres humanos”. Salvat R., Tratado… cit., t. I, p. 923.
710
Cfr. Llambías, J.J. Tratado… -parte general-, cit., 9ª,ed t. II, p. 20, n° 1068; Busso E.,
Código Civil… cit., t. I, p. 259, n° 40.
711
Cfr. Busso E., Código Civil… cit., t. I, p. 259, n° 40.
712
Busso E., Código Civil… cit., t. I, p. 260, n° 41.
713
Tal las clasificación de Busso -Código Civil… cit., t. I, n° 42 a 46- recogida por Llambías,
J.J. Tratado… -parte general-, cit., 9ª,ed t. II, n° 1070-, a quienes aquí seguimos.

243
de Worms - asimila a la persona jurídica al organismo psicofísico del individuo
humano, y le otorga una voluntad estructurada idéntica a la de un ser individual714.
La teoría organicista social (Gierke) no identifica a las personas jurídicas con los
individuos ni con organismos biológicos individuales, sino con un ente real
constituido por individuos reunidos y organizados para concretr fines que estan mas
allá del plano de los intereses individuales, todo ello través de un unidad de
voluntad y de acción que no es la mera suma de voluntades individuales, sino de una
voluntad superior manifestada a través de los órganos de la comunidad asociada y
organizada715. Así, los entes colectivos son organismos sociales dotados tanto como
el hombre de una potestad propia y de querer -por lo tanto capaces naturalmente de
ser sujetos de derecho-, independiente de toda intervención del Estado (a diferencia
de lo sostenido por la teoría de la ficción en que la intervención del Estado es
creativa)716; ii.-) la teoría de Zitelmann, quien también habla de una unidad orgánica
pero entendiendo por ello la unidad de varias partes que concurren a formar un todo.
“Un conjunto de individuos, desde el momento en que está realmente unido , viene a
constituir un ser nuevo, distinto de los individuos que lo componen, pero
absorviendo la cualidad común a ellos. Si dos unidades A y B se reúnen
simplemente, permanecen siempre como A más B, pero si a esa reunión se añade
una fuerza de unidad orgánica, A y B dan lugar a una nueva dimensión C, que
siendo distinta de A y Btiene las cualidades de ambas”717; y iii.-) la concepción de
Jellinek, quien reconoce en las personas jurídicas una voluntad que no debe ser
entendida en sentido filosófico sino jurídico, otorga a estas una unidad –también
jurídica- derivada del fin común que une a los miembros. La unidad jurídica da lugar
a una personalidad, también jurídica, concebida como una capacidad de ser sujeto de
derecho: desde que esa unidad y esa personalidad existen, cabe atribuirle los actos
de voluntad que la dirigen a su fin718.

B.- Basadas en el interés (Rosin - Bernatzik – Michoud)


Este grupo comprende aquellas teorías que evolucionaran a partir del
pensamiento de Ihering en punto a la preeminencia del interés por sobre la voluntad
(el derecho subjetivo equivale a interés jurídicamente protegido –la satisfacción de
intereses humanos-). No obstante sus sostenedores no descartan la importancia que
la voluntad guarda para el derecho, sino que sólo la subordinan, ya que este no
puede ejercitarse por individuos carentes de conciencia sobre sus actos – la voluntad

714
Cfr. Smith J. C., “Personas jurídicas”, cit., p. 268.
715
Cfr. Smith J. C., “Personas jurídicas”, cit., p. 268. Se trata de una suerte de organismo
social o unidad de vida sui generis, realidad estructural independiente de la de los seres individuales.
716
Cfr. Borda G., Tratado de Derecho Civil…, t. I, 6° ed., p. 556, n° 618.
717
Busso E., Código Civil… cit., t. I, p. 260, n° 45.
718
Busso E., Código Civil… cit., t. I, p. 260, n° 46. Estos actos serán para el mundo físico
actos de voluntad de individuos, pero para el mundo jurídico actos de voluntad de la colectividad.

244
interviene al tiempo de ponerse en movimiento el derecho-. “La voluntad hace a la
dinámica y no a la estática del derecho. Sostener lo contrario significaría confundir
la capacidad de derecho y la capacidad de obrar. Ambas quedarían identificadas, o
mejor aún, reducidas a la segunda, vale decir que, no sería persona verdadera, ni
podría tener derechos, quien no fuese capaz de voluntad; afirmación contradicha por
las soluciones más constantes y universales del derecho de todos los tiempos y
países, que ha distinguido siempre y por doquier ambos conceptos, reconociendo
subjetividad jurídica a seres privados de voluntad como las personas por nacer, los
impúberes, los dementes. Si el derecho subjetivo se identificase con la facultad de
querer … a punto de ser exacto el entinema je veux, donc j’ai des droits, deberíamos
negar toda subjetividad a los individuos desprovistos de voluntad personal y propia.
Y en los casos de representaciones legales o necesarias sería preciso atribuir el
derecho al representante y o al representado, al tutor y no al pupilo, al órgano o
administrador de una corporación o fundación y no al instituto mismo”719. Siendo el
interés del grupo distinto del de los individuos que lo componen, y debiendo
atribuirse tal interés a un sujeto, puede derivarse la existencia de una persona distinta
de aquellos. Es Bernatzik, quien complementando las teorías de la voluntad con el
interés (todo acto de voluntad debe tener un contenido, por lo que la voluntad no es
un fin sino un medio para los fines del individuo), redefine el derecho subjetivo
como el interés protegido mediante el reconocimiento de un poder de voluntad
humana, y al sujeto de derecho como el titular de todo interés humano que el orden
jurídico reconoce en cuanto da fuerza jurídica a la voluntad necesaria para realizarlo.
“El sujeto del fin y el de la voluntad pueden coincidir en una misma persona, pero,
pueden también encontrarse separados. Siempre es necesario una voluntad para la
realización de los fines de un sujeto; mas no es indispensable que esa voluntad sea la
suya, sino que puede pertenecer a otro sujeto jurídico. En tal caso, el sujeto de la
voluntad ejercita un derecho ajeno, en antítesis al sujeto que ejercita un derecho
propio. Semejante separación de los sujetos: de voluntad y de fin, ocurre en la
representación, y de un modo más complicado, en las personas jurídicas. También
aquí el fin realizado es ajeno al sujeto de la voluntad. Por ello, son requisitos
esenciales de toda persona y por tanto de las personas jurídicas: un fin humano y una
voluntad destinada a realizarlo, siendo indiferente que el sujeto del fin sea un
individuo o una colectividad”720.
Estas ideas son posteriormente reelaborada por Michoud, para quien “el
objeto de la protección jurídica no es la voluntad en sí mima, o voluntad abstracta,
sino el contenido del acto de volición: ‘no se puede querer sin querer alguna cosa’ y
esa cosa es el objeto de la protección: ‘la ley protege, no la voluntad, sino el interés

719
Barcia López A., La Teoría General…, cit., ps. 88 y 177.
720
Barcia López A., La Teoría General…, cit., ps. 88 y 182.

245
que esa voluntad representa’ ... el hombre no es un ente de existencia aislada, sino
un ser social que se agrupa y forma sociedades con otros hombres que tienen
intereses afines. Por consiguiente, para que el derecho sea instrumento de progreso
debe garantir y elevar a la dignidad de subjetivos los intereses colectivos y
permanentes de los grupos humanos. Debe reconocer como legítimo el interés que
persigue el grupo, y en consecuencia ello implica reconocer su personalidad. Para
que tenga lugar ese reconocimiento es menester que se cumplan dos condiciones: a)
Que el grupo sea titular de un interés colectivo real, distinto de los intereses
individuales de los miembros; b) Que tenga una organización capaz de desplegar
una voluntad colectiva que lo representará en las relaciones jurídicas’”721.

IV. Cuarto grupo


A.)- Teoría de la institución (Harriou, Renard, Busso, Borda, Llambías)
Esta corriente722, de raices más políticas que jurídicas, concibe a la sociedad
como una suerte de empresa u obra independiente de la voluntad que la crea y de las
voluntades que en ella se manifiestan, ideada para perdurar a los individuos. Así
pensada, la institución, prevista para atender un interés intermedio entre el interés del
individuo y del estado, resulta ser un organismo dotado de: i.-) propósitos de vida y
medios de acción superiores a los de los sujetos que la componen, a los que rige una
idea directriz y causa final del ente; ii.-) un principio de autoridad que le permitirá
cumplir tal directriz y; iii.-) la comunión de todos los miembros del ente alrededor de
tal directriz. Se la trata como una realidad fáctica y no jurídica, a la que precede una
realidad histórica que condiciona a la sociedad. De esta resulta un régimen jurídico que
no consiste en un conjunto de normas, “sino en una tonalidad, en una manera necesaria,
aunque incierta, de la actuación del referido ser social. En vez de reglas jurídicas
aparece una fuente orientadora de variable captación. Dicho ‘ser social’ no se
encontrará regulado por normas derivadas de la voluntad individual, sino por un
sistema de jerarquías determinantes de distintos status y ordenadas por un cúmulo de
constataciones preexistentes a la ley” 723. En resumidas cuentas, en el reconocimiento
de la personalidad no hay ficción ni discrecionalidad estatal. Los elementos de la

721
Busso E., Código Civil… cit., t. I, p. 262, n° 55.
722
Por todo este párrafo, véase Colombres, G., Curso…cit. ps. 16 a 23.
723
“La sociedad concebida por el institucionalismo, es una sociedad estructurada y compleja
en la que está la familia, la Iglesia, los sindicatos profesionales, el ejército (las empresas societarias),
etc., como seres sociales, como realidades prejurídicas; se encuentran allí no ya formal o
intemporalmente, sino en su devenir histórico, dotadas de un pasado, cargados de experiencia y de
contenido. El derecho no surge de una voluntad pura incondicionada, sino principalmente de una
serie acumulada de hechos consumados”. Soler Sebastián, citado por Colombres, G., Curso…cit. p.
18.

246
institución existen –preexisten- en la relidad social, y el derecho sólo se limita a
verificarlos para reconocer a esta como sujeto de derecho724.

V.)- Quinto grupo


A.)- Teorías normativas (Ferrara, Ascarelli, Kelsen)
A fin de explicar la atribución de personalidad a sujetos no humanos,
incluso aquellos no considerados necesarios (como el Estado), parte de la
doctrina ha pretendido romper con las concepciones naturalistas a las que
acusan de apoyarse en datos extrajurídicos, sustituyéndolas por esquemas
normativistas que confieren al ordenamiento jurídico la facultad de definir la
condición de persona, relegando el dato extrajurídico a la mera causa histórico-
social de la sanción de la norma725. Estas teorías en cualquiera de sus variantes
hallan en la ley la fuente de origen del sujeto: “la personalidad es tan sólo una
disciplina que se resuelve en normas, que tratan siempre de relaciones entre
hombres; no es ella el estatuto de un hombre nuevo, sino una dinámica de
relaciones que se resuelve por dicho medio. Debe reconocerse en la misma un
instrumento de técnica jurídica que disciplina unitariamente las elaciones de los
socios respecto de terceros. de otro modo los socio aparecerían como
condóminos de los bienes sociales”726.
1.)-La personalidad en Ferrara
Para Ferrara el derecho en sí mismo no es ni un poder de la voluntad ni
un interés resguardado, sino en una fuerza jurídica para la protección de un
interés727. El derecho objetivo impone deberes para la salvaguarda de intereses
humanos, cuyo reflejo es el poder de exigir por los beneficiarios de la norma y
en propia ventaja, el cumplimiento de tales deberes. Como correlato, el derecho
en su faz subjetiva no es más que un efecto del derecho objetivo,
individualizado y hecho propio del titular –potestad jurídica ideal derivada del
mandato contenido en la norma- y que puede definirse como “un poder jurídico
que tiene por fuente el derecho objetivo y se dirige contra los otros hombres
para obtener el cumplimiento de los deberes impuestos por las normas jurídicas
con el fin de obtener la satisfacción de intereses humanos”728. En la concepción
724
Cfr. Llambías, J.J. Tratado… -parte general-, cit., 9ª,ed t. II, p. 25, n° 1080. “Cuando
el Estado actúa arbitrariamente y desconoce esa realidad objetiva que es la institución,
negándole con la calidad de persona el acceso al comercio jurídico tortura la naturaleza de las
cosas, como también impone un ‘desorden’ cuando niega a los individuos humanos la calidad
de personas del derecho que les corresponde”; Cfr. Borda G., Tratado de Derecho Civil…, t. I, 6°
ed., p. 562, n° 621.
725
Cfr. Suárez Anzorena C., “Personalidad…” cit., en Cuadernos… cit.,Vol. I, p. 132, n°
8.2.
726
Suárez Anzorena C., “Personalidad…” cit., en Cuadernos… cit., Vol. I, p. 132, n° 8.2 y
ps. 137 y 138, n° 8.4.4.
727
Sin identificar derecho con interés, como lo hacía Ihering.
728
Barcia López A., La Teoría General…, cit., p. 190.

247
del autor, la primera función del derecho es entonces la de regular las conductas
de aquellos individuos quienes, en función de dicha regulación, adquieren el
carácter de sujetos de derecho, por lo que la subjetividad jurídica es un atributo
del hombre que también se traslada a toda forma de organización social por este
implementada y por el derecho positivo reconocida 729. La personalidad jurídica
–individual o colectiva- no sería por tanto un hecho ni una ficción, sino una
categoría determinada por el derecho a la cual este puede relacionar con
cualquier sustrato fáctico730. “Según Ferrara, la personalidad jurídica funciona
así en el derecho como un concepto unificador de las relaciones jurídicas que se
dan tanto entre individuos como entre organizaciones. Y puesto que las
sociedades, corporaciones, fundaciones y otros grupos organizados sólo pueden
ser concebidos como persiguiendo un interés o una finalidad comunes a todos
sus elementos constitutivos, su personalidad jurídica no es otra cosa que la
unificción conceptual de su propia actuación”731.
2.)- La personalidad en Kelsen
Para Kelsen el término persona sólo importa una construcción jurídica. Ya
sea que con esta se aluda a una persona física o a una persona jurídica, ambas
nociones no resultan ser mas que recursos técnicos mentales-artificiales a los que se
recurre para aprehender una parte del derecho privado732 (el conocimiento jurídico
sólo reconoce personas, noción que comprende ambos términos en una única
categoría). La persona es entonces, cualquiera sea su especie, una construcción de la
ciencia del derecho. En cuanto tal, es tan poco una realidad social, como -lo que, con
todo, a veces, se supone- una creación del derecho. Cuando se afirma que el orden
jurídico otorga a un hombre personalidad jurídica, sólo se quiere decir que el orden
jurídico convierte su comportamiento en el contenido de obligaciones y derechos. Es
la ciencia del derecho la que da expresión a la unidad de esas obligaciones y
derechos mediante el concepto de persona física diferente del concepto de hombre,
al que cabe recurrir como concepto auxiliar733. Así, la sociedad comercial pasa a ser

729
Cfr. Smith J. C., “Personas jurídicas”, cit., p. 269.
730
Se trata de un instrumento de técnica, un producto del derecho objetivo, un medio, “el
más adecuado y perfecto sin duda, para la protección y tutela de los intereses humanos, no requiere
en él investido, ni la voluntad ni el interés; sólo exige la aptitud para ser titular de aquella potestad
ideal, que constituye la esencia del derecho”. Barcia López A., La Teoría General…, cit., p. 191.
731
Cfr. Smith J. C., “Personas jurídicas”, cit., p. 269.
732
Smith J. C., “Personas jurídicas”, cit., p. 271. O según el propio Kelsen, “cuando dos o
varios individuos pretenden llevar adelante, por cualquier razón, ciertos objetivos económicos,
políticos, religiosos, humanitarios u otros, dentro del dominio de validez de un orden jurídico estatal,
su comportamiento cooperativo dirigido a la realización de esos objetivos a un orden normativo
particular que regula que regula ese comportamiento y constituye así la asociación". Kelsen H.,
Teoría Pura del Derecho, 10° ed., México, 1998, p. 186.
733
Cfr. Kelsen H., Teoría… cit., 10° ed., p. 198.

248
la personificación de un orden que regula la conducta de varios individuos734. En
punto a su voluntad, es claro que la sociedad no puede tenerla en el sentido en que la
tiene un ser humano: como la aptitud de ser titular de derechos y obligaciones es un
atributo exclusivamente humano735. Para hablar de voluntad de la sociedad se
requerirá, además de un orden jurídico especial, la presencia dentro del mismo de un
individuo o grupo de individuos facultados para obrar de una manera especial: como
órganos. "Cuando se dice que el orden jurídico concede a una agrupación
personalidad jurídica, ello significa que el orden jurídico estatuye obligaciones y
derechos cuyo contenido es la conducta de seres humanos que son órganos o los
miembros de la asociación constituida por los estatutos, y que esta compleja
situación puede ser descrita con ventajas, en cuanto de una manera relativamente
más simple, mediante el recurso auxiliar de una personificación del estatuto
constituyente de la asociación; pero esta personificación, y su resultado, el concepto
auxiliar de persona jurídica, es un producto de la ciencia que describe el derecho, y
no un producto del derecho mismo. Ello no se ve modificado por el hecho de que
también la autoridad creadora de derecho, el legislador, se puede servir de éste,
como de cualquier otro concepto creado por la ciencia jurídica"736.

B.)- Teorías normativas en el Derecho Argentino


1.)- La personalidad en Colombres (neokelsenianismo):
Colombres explora el problema que sucita imputar voluntad a las sociedades
desde una perspectiva puramente normativa, propia de las corrientes positivas que a
mediados del siglo XX dominaban la escena jurídica737. Funda sus estudios en la

734
"Cuando dos o varios individuos pretenden llevar adelante, por cualquier razón, ciertos
objetivos económicos, políticos, religiosos, humanitarios u otros, dentro del dominio de validez de un
orden jurídico estatal, su comportamiento cooperativo dirigido a la realización de esos objetivos a un
orden normativo particular que regula ese comportamiento y constituye así la asociación … entonces
la asociación constituye una sociedad, en cuanto así se designa una agrupación organizada, es decir,
una agrupación constituida por un orden normativo que estatuye las funciones que deben ser
desempeñadas por los individuos que son designados para las misma de la manera determinada en los
estatutos. Es decir, un orden normativo que establece órganos de ese tipo que funcionan con base en
una división del trabajo. El orden normativo constitutivo de la asociación es su estatuto, que adquiere
validez mediante un acto jurídico (negocio jurídico) determinado por el orden jurídico estatal".
Kelsen H., Teoría Pura… cit., p. 186.
735
"Dado que las obligaciones y los derechos subjetivos sólo pueden tener por contenido
conducta humana, el orden jurídico sólo puede imponer obligaciones o conceder derechos a seres
humanos. Con la afirmación de que la asociación, como persona jurídica, es sujeto de obligaciones y
derechos de determinados hombres, en la medida justamente en que la conducta de esos hombres
configura el contenido de los mismos, siendo interpretados, sin embargo, como obligaciones o
derechos de la persona jurídica, refiriéndoselos a ella y atribuyéndoselos". Kelsen H., Teoría Pura…
cit., p. 186.
736
Kelsen H., Teoría Pura… cit., p. 199.
737
Para Colombres “el derecho es norma y nada más que norma”, por lo que será a la luz de
la concepción Kelseniana de persona –a la que recurrentemente alude- que habrá de construir su obra.

249
perspectiva kelseniana del derecho, y que asigna al término persona el rol de mera
construcción jurídica738, o de simple recurso artificial, idea secundaria auxiliar no
imprescindible, y útil solamente para hacer una parte del derecho privado739. Persona
jurídica sería, entonces, la personificación de un orden que regula la conducta de
varios individuos, o mejor, un punto común de atribución de todos aquellos actos
humanos determinado por el mismo orden. En puridad, no cabría hablar de derechos
y deberes de la sociedad, los que sólo son aplicables a los seres humanos cuya
conducta es la única que puede ser normada, sino que los derechos y deberes
presentados como de la sociedad, son derechos y deberes que los miembros de esta
poseen en una forma específica (un orden jurídico especial), distinta de aquellas en
que poseen otros deberes y derechos sin el carácter de miembros de un persona
colectiva740. En punto a su voluntad, es claro que la sociedad no puede tenerla en el
sentido en que la tiene un ser humano: tanto aquella, como la titularidad de derechos
y obligaciones, son atributos exclusivamente humanos. Para hablar de voluntad de la
sociedad se requerirá, según refiriéramos en el apartado anterior, además de un
orden jurídico especial la presencia dentro del mismo de un individuo o grupo de
individuos facultados para obrar de una manera especial -como órganos-.
2.)- Teorías naturalistas en el derecho Argentino. La razón natural en la
posición normativa de López Raffo
López Raffo desarrolla su posición naturalista en conjunción con la
técnica normativista antes reseñada. Para el autor, la sociabilidad del hombre es
un dato evidente de la realidad que debe ser respetada por el Estado, siempre
que aquella conlleve una actividad lícita. En tales casos cabe a éste otorgar
personalidad jurídica a las agrupaciones que revistan ciertas características,
según criterios valorativos impuestos por el propio Estado. Así, la personalidad
jurídica en el campo del derecho mercantil se reduce a una creación legislativa
originada en una realidad prenormativa insoslayable (la natural sociabilidad del
ser humano), que se concede a ciertas reuniones de personas consideradas
merecedoras del posterior recurso normativo por entenderse que sus fines son
útiles al bienestar de la economía en general, por lo que ese reconocimiento por

Desecha también las corrientes naturalistas encontraban un paralelo analogable entre los seres vivos y
entes ideales -cfr. Colombres G., La Teoría del…cit., ps. 17 y 36-.
738
Tanto la denominada persona física con que se alude al “hombre sujeto de derecho” como
la persona jurídica con que se alude a la “sociedad”.
739
La personalidad jurídica no constituye para esta corriente más que la unidad personificada
de un conjunto de normas, donde los derechos y obligaciones son normas. –La teoría..., págs. 24 y
25.
740
Colombres G., La Teoría del…cit., ps. 41 y 42; o, en términos de Kelsen, el derecho de
una persona jurídica es el derecho colectivo de los individuos cuya conducta está regulada por el
orden jurídico parcial constitutivo de la comunidad que se presenta como persona jurídica.

250
parte del Estado de personalidad no resulta arbitrario sino discrecional741. “Por
otra parte, cuando la LSC no le reconoce la calidad de sujeto de derecho a
determinadas agrupaciones (como por ejemplo las sociedades accidentales o en
participación –art. 361-, las agrupaciones de colaboración –art. 367- y las
uniones transitorias de empresas –art. 377-) ello no importa ir contra la
naturaleza de las cosas, porque la personalidad jurídica no surge de la realidad,
sino que es un instrumento jurídico, un recurso técnico que crea y emplea el
legislador. Lo que surge de la realidad social con evidencia es la tendencia del
hombre a asociarse con otros para desarrollar en común una actividad
económica ... la CN recepta ese derecho natural en el art. 14. La CSJN, por su
parte, tiene establecido que la denegación de la personalidad jurídica no viola el
derecho constitucional de asociarse con fines útiles. En efecto, nuestra Carta
Magna recepta el derecho natural de asociarse, y no la posibilidad de acceder a
la personalidad jurídica, que no es un derecho natural” 742.

b.)- Personalidad en la LS. Comienzo


Los autores de la ley 19.550 seguían en su mayoría, al tiempo de su
redacción, los principios de las entonces en boga doctrinas normativistas, de
modo que no era extraño encontrar en doctrina juicios como que “la sociedad
resulta [así] no sólo una regulación del derecho constitucional de asociarse con
fines útiles y una forma de ejercer libremente actividad económica, sino que
constituye una realidad jurídica, esto es, ni una ficción de la ley (reñida con la
titularidad de un patrimonio y demás atributos propios de la sociedad –
domicilio, nombre, capacidad, etc.-), ni una realidad física, en pugna con una
ciencia de valores. Realidad jurídica que la ley reconoce como medio técnico
para que todo grupo de individuos pueda realizar el fin lícito que se
propone”743. Pero ello no importó que la LS diera cabida o se vinculara sin más
con las teorías de la realidad de la persona jurídica, a poco que se repare en que

741
Cfr. López Raffo F., El Corrimiento… cit.,ps. 44 a 49, n° 1.2.6. En tanto no sea
irrazonable o injustificadamente discriminatorio. De las dos asepciones previstas por la Real
Academia para el término discriminar, (i) seleccionar excluyendo y (ii) dar trato de
inferioridad a una persona o colectividad por motivos raciales, religiosos, políticos, etc. el
autor utiliza la primera, aclarando que “la discriminación no es buena ni mala per se, sino que
depende de los fundamentos que se tengan al momento de aplicarla. Es lícito tratar en forma
desigual a lo que es desigual”.
742
Cfr. López Raffo F., El Corrimiento… cit., p. 48, n° 1.2.6.
743
Halperín I., Sociedades Comerciales –parte general-, Bs. As., 1964, p. 89 (en cita
de López Raffo F., El Corrimiento… cit., ps. 41 a 44, quien en cierta forma adhiere a tal
concepción). Términos que luego serían reproducidos en la Exposición de Motivos de la ley
19.550 -Capítulo Primero, Sección I, punto 2-: “Realidad Jurídica, esto es, ni una ficción de la ley
... ni una realidad física en pugna con un ciencia de valores. Realidd jurídica que la ley reconoce
como medio técnico para que todo grupo de individuos pueda realizar el fin lícito que se propone”.

251
aquella consagra limitaciones a la personalidad que obedecen a circunstancias
de distinta naturaleza y no se condicen con el mero reconocimiento de un dato
prenormativo -es la propia ley la que la establece los límites de la utilización
del recurso jurídico que crea (art. 2 LS)744-. La personalidad jurídica societaria
no depende, entonces, de acto voluntario alguno del poder público, ni requiere
su autorización especial –sistema de concesión-, sino solo del cumplimiento de
determinados requisitos que el ordenamiento jurídico establece -sistema de
bases normativas745-.
También pueden clasificarse los distintos sistemas de reconocimiento de
la personalidad según el momento en que consideran que esta comienza a
operar. Siguiendo tal criterio pueden distinguirse el i.-) sistema de inscripción:
algunas legislaciones, como la española respecto de sociedades anónimas y de
responsabilidad limitada, vinculan el nacimiento de la personalidad con la
inscripción registral746; ii.-) sistema contractual: como el de la LS, que acepta
la personalidad de las sociedades en formación, irregulares y aún de hecho, sin
que se requiera previa publicidad y con independencia de su registración,
bastando para ello la existencia de un acto constitutivo747.

JURISPRUDENCIA

Personalidad. Imputación de actos: Los actos realizados por los socios y administradores de
una sociedad en representación del ente, en principio, no les son imputables a título personal,
pues, no puede confundirse la personalidad de aquéllos con la de la sociedad, de acuerdo a lo
previsto por la ley 19.550 (t.o. 1984) y los arts. 33 y sigtes. del Cód. Civil. Cám. Trab., VIII,
LL 08/03/2006, 11 - LL 2006-B, 222 - IMP 2006-7, 1008.
La circunstancia que las sociedades codemandadas sean accionistas de la empleadora no
autoriza a condenarlas solidariamente al pago del crédito surgido de la extinción de la relación
laboral, dado que las sociedades comerciales constituyen sujetos de derecho con personalidad
diferenciada de sus integrantes y el hecho que una sociedad tenga como principal socio a otro
ente societario no basta para desplazar este principio. Cám. Trab., IV, septiembre 29-2006,
“Juárez, Roque A. y otro c. La Cabaña S.A. y otros”, DT Online.
Personalidad. Desestimación. Insuficiencia: Si no se atacó oportunamente el acto constitutivo
de la sociedad como simulado, ni se insinuó ninguno de los medios procesales que abren
camino a la llamada desestimación de la personalidad jurídica; debe concluirse que, con
arreglo a las normas de los arts. 33, párr. final del Cód. Civil y 2 de la ley 19550, los socios, en
tanto actúen en su propio y exclusivo interés, son sujetos diferentes y distinguibles del ente

744
Cfr. Manóvil R., Grupos…, cit., ps. 964 y 965.
745
Cfr. Manóvil R., Grupos…, cit., p. 970; López Raffo F., El Corrimiento… cit., p. 49,
n° 1.3.
746
Ley de Sociedades Anónimas, art. 7 inc. 1 y Ley de Sociedades de Responsabilidad
Limitada, art. 11 inc. 1. Otro tanto prevé el Código Civil paraguayo, en sus arts. 967 y 1050, por los
cuales las sociedades comerciales adquieren personalidad jurídica y comienzan su existencia a
partir de su inscripción en el registro de las personas jurídicas y asociaciones creado por el art.
345 de la ley nº 879/81.
747
Cfr. Manóvil R., Grupos…, cit., p. 965; López Raffo F., El Corrimiento… cit., p. 55,
n° 1.3.2; Suárez Anzorena C., “Personalidad…” cit., en Cuadernos… cit., de Zaldivar E. y ots., Vol.
I, p. 146, n° 8.8.1; Nissen R., Curso…cit., p. 125.

252
societario del que forman parte y que el patrimonio y la actividad de unos y otros no son
susceptibles de ser confundidos. Cám. Apel. Civ. y Com., Bahía Blanca, I, ED, 148, 540.

21.)- Desestimación
La personalidad que la ley reconoce a las personas jurídicas y que se orienta
a la realización de intereses humanos, sólo habrá de mantenerse en tanto no se
exceda el marco de la normativa creada para la atención de tales fines. Así, frente a
supuestos de ilicitud de las conductas de las que se deriven su uso desviado, la forma
societaria podrá ser reputada ineficaz748. La diferenciación entre la persona-
sociedad y sus miembros, por tanto, no es absoluta, sino que habrá de ceder en
determinadas circunstancias para dar lugar a la inoponibilidad –o
desestimación- de la personalidad jurídica, y que tiene como propósito apartar
total o parcialmente sus efectos en aquellos supuestos en que la sociedad sea
utilizada incorrectamente749. Distintas situaciones jurídicas particulares harán
posible prescindir de la forma de sociedad con la que se encuentre revestido el
grupo de personas y los bienes que utilizan, negando su existencia autónoma
como sujeto de derecho. Esta inoponibilidad es también un remedio frente al
abuso de los privilegios que en ocasiones importan ciertos tipos sociales que
limitan la responsabilidad del socio al capital aportado, y que en algunos casos
se permitirá al juzgador prescindir de la forma jurídica misma, negando la
existencia autónoma del sujeto de derecho, mientras que en otros se mantendrá
la existencia autónoma del ente, pero negándosele al socio la responsabilidad
limitada750”.

a.)- Antecedentes
La inoponibilidad no nace como una doctrina atribuible a la idea unitaria
de jurista alguno, sino a través de su progresiva aplicación por los tribunales
para dar solución a problemas concretos. Razonablemente puede decirse que
reconoce su origen en el derecho norteamericano, o al menos la fórmula
penetración del velo751, utilizada por primera vez por Wormser en su obra
Piercing the Veil of Corporate Entity, de 1912752. Esta es prontamente acogida
en Alemania, principalmente a través de los trabajos de Serick y cuyos estudios
habrán de propagarse –junto con la aceptación de la teoría- al resto de

748
Cfr. CNCiv. Sala C, agosto 27-981, re Brave Luis, LL 1982-A, p. 274.
749
Cfr. López Raffo F., El Corrimiento… cit., p. 62, n° 2; Manóvil R., Grupos…, cit., p.
953.
750
Cfr. Dobson J., El abuso de la Personalidad Jurídica, 2ª ed., Bs. As., 1991, ps. 11 y 12.
751
Posteriormente se la designará, indistintamente, como desestimación o redhibición de la
personalidad jurídica, teoría de la penetración del ente, corrimiento del velo societario, inoponibilidad
de la personalidad o abuso de la personalidad jurídica, entre otras y muchas fórmulas.
752
Cfr. Dobson J., El Abuso…cit., ps. 17 y 18.

253
Europa753. Doctrinariamente, la teoría de la inoponibilidad en la República
Argentina comienza su camino –sin perjuicio de la existencia de antecedentes
aislados- no sólo a partir de la obra de Serick sino también de la labor de Masnatta y
Colombres754. Años más tarde, al tiempo de promulgarse la ley 19.550 -1972-, y
más allá de la clara impronta anglosajona del disregard, lo cierto es que el instituto
que finalmente consagraría nuestro derecho sería más amplio que aquel755, ya que
permitiría no solo imputar la actuación a un socio, sino también al controlante
externo de hecho no socio (art. 33, inc. 2 LS)756.
Antes de su consagración legal, la inoponibilidad había sido receptada de
manera acabada en el país por vía jurisprudencial, a partir del precedente
“Compañía Swift de La Plata S.A. Frigorífica s/quiebra-"757, en el que con fecha 8
de noviembre de 1971 se decretó la quiebra indirecta de Compañía Swift de La
Plata S.A. y su extensión al resto de las empresas del grupo Deltec al que
aquella pertenecía. Para ello el Tribunal interviniente había previamente
rechazado el concordato preventivo de la concursada, no obstante su aprobación
por los acreedores. El magistrado de primera instancia que resolviera la medida
–Dr. Lozada- aludía en los considerandos que el concordato propuesto

753
Serik plantea la posible utilización de la teoría en su país basándose en la
constatación de abusos de la forma de la persona jurídica, que se darían cuando con la ayuda
del ente se tratara de burlar una ley, quebrantar obligaciones, o perjudicar fraudulentamente a
terceros. En Italia, a partir de los trabajos de Ascarelli, los problemas de la personalidad jurídica ya
ocupan un lugar importante en doctrina, lo que facilitó su introducción; en España, si bien la
orientación de la jurisprudencia americana era ya conocida entre los especialistas, será en 1958 con
la traducción del libro de Serik que la inoponibilidad se dará a conocer definitivamente. Cfr. López
Raffo F., El Corrimiento… cit., ps. 64 y 65, n° 2.1, con cita a Boldó Roda, Levantamiento… cit.
754
Cfr. Colombres, G., su Curso… de 1966, y de Masnatta , El abuso del derecho a
través de la persona colectiva -teoría de la penetración-, de 1968.
755
Cfr. Halperín I. y Butty E., Curso…cit. 4ª ed. t. I, p. 340. Etcheverry R.A., Derecho
comercial y económico. Formas jurídicas de la organización de la empresa, Bs. As., 1989, p.
30.
756
“Dado que la inoponibilidad de la persona jurídica, está relacionada con la
diferenciación entre la persona jurídica y sus miembros, y que el controlante externo no es un
socio, resulta evidente que la regla del art. 54, párr. [3º] de la LS en cuanto concierne a los
controlantes externos no configura un supuesto de aplicación de la doctrina de la
desestimación de la personalidad. La aplicación de la regla del art. 54 de la LS configura un
supuesto de atribución de responsabilidad en el que se impone a estos controlantes externos el
cumplimiento de obligaciones sociales o el resarcimiento de determinados perjuicios”. Otaegui
J., “El art. 54 de la ley de sociedades comerciales: inoponibilidad de la personalidad jurídica”,
ED, 121, p. 813. También López Raffo F., El Corrimiento… cit., p. 116, quien agrega que el
art. 54 también contempla otro supuesto de controlante que no es socio, tal es el caso del
controlante indirecto interno, o sea el que posee un control interno de derecho o de hecho
sobre una sociedad (art. 33, inc. 1 y 2, primera parte de la LSC), la cual a su vez posee el
mismo control sobre otra y así hasta llegar a la última controlada. “En los casos de controlante
indirecto interno, a pesar de no ser socio, hay desestimación de la personalidad o
descorrimiento del velo societario pero en forma escalonada, puesto que primero se descorre el
velo de la sociedad cuya actuación se cuestiona, para luego correr el velo de la controlante de
esta última y así hasta llegar al controlante indirecto”.
757
Fallo publicado en JA 15-350 y ss. y JA 19-575-576

254
implicaba una continuación de la actividad de una sociedad que resultava
gravoso para el interés general, además de que la convocatoria sólo incluía “una
parte, fracción o sección de una unificada estructura de decisión [el llamado
grupo Deltec] e interés, que hace a ella un solo conjunto, con un mismo y
común propósito de lucro, y una misma voluntad actuante y coordinada,
ejecutada por un mismo conjunto de hombres”, que operaba con sus intereses
confundidos y donde la conducción económica diferenciada entre los entes del
grupo había desaparecido. Si bien la Sala C de Cámara Nacional de
Apelaciones en lo Comercial de la Capital Federal posteriormente confirmó el
fallo -6 de junio de 1972-, sólo lo hizo parcialmente, por cuanto la quiebra de
Compañía Swift de La Plata S.A. no fue extendida al esto de las empresas del
grupo Deltec, argumentandose para ello una insuficiente identificación de los
pretensos extendidos integrantes del grupo, los que, en algunos casos, siquiera
habían sido emplazados a juicio. Finalmente la Corte Suprema resolvió con
fecha 4 de septiembre de 1973 extender la quiebra al resto de las sociedades del
grupo y ejecutar colectivamente sus bienes, por cuanto “el régimen de la
personalidad jurídica no puede utilizarse en contra de los intereses superiores
de la sociedad ni de los derechos de terceros ... las técnicas manipuladas para
cohibir el uso meramente instrumental de las formas societarias varían y
adoptan diferentes nombres, pero todas postulan en sustancia la consideración
de la realidad económica y social y la supremacía del derecho objetivo ... la
apariencia de formas jurídicas que asumen distintas fracciones del mismo
grupo, estructuralmente unificadas ... no debe producir el efecto de que una
parte sólo formalmente diferenciada ... sea la única afectada por la decisión
judicial ... las formas jurídicas que la ley argentina prevé para actividades
lícitas y conformes a su derecho objetivo no pueden legitimar políticas
económicas y financieras contrarias a las necesidades de nuestra sociedad, que
han sido efectivamente comprobadas por la justicia del país”758.
I.-) Clasificación: El instituto de la desestimación puede clasificarse en
al menos tres grupos, los que tienen en común que todos dejan de lado, al
aplicarla, alguna de las consecuencias propias de la calidad de persona
jurídica759. Varían según: A.-) que el resultado de la acción importe el
allanamiento de la calidad de sujeto de derecho de la sociedad, como en los
casos de simulación absoluta o nulidad por objeto ilícito. En estos supuestos se
deja de lado de manera definitiva la separación entre la persona sociedad y sus
miembros, lo que implica la desaparición del ente de la vida jurídica; B-) que el

758
ED, t. 51, p. 222.
759
Cfr. López Raffo F., El Corrimiento… cit., ps. 68 a 72, n° 2.2, quien elabora la
clasificación que reproducimos –a su vez, a partir de las obras de Dobson J., -El Abuso…cit. - y
Cabanellas de las Cuevas G. -Derecho societario…, cit., t. III-.

255
resultado de la acción importe la inoponibilidad o ineficacia de la personalidad
societaria frente a un acreedor determinado. En estos supuestos la calidad de
sujeto de derecho se mantiene en todos sus aspectos, pero no es oponible a tal
acreedor, en cuyo beneficio el velo de la personalidad se levanta permitiendo
imputar la actuación de la sociedad directamente a socios o controlantes (art. 54
LS)760; C.-) que el resultado de la acción consista en la declaración de la
quiebra de una persona, que se extiende a otra (arts. 160 y 161 LCQ). En estos
casos se dejan de lado definitivamente los efectos propios de la personalidad
jurídica societaria.

JURISPRUDENCIA

Personalidad. Uso instrumental de la forma. El régimen de la personalidad jurídica no puede


utilizarse en contra de los superiores intereses de la sociedad ni de los derechos de terceros. El
uso meramente instrumental de las formas societarias cede ante la consideración de la realidad
económica y la supremacía del derecho objetivo. (CSJN, LL 151, 515).

b.-) Sistema de la ley 19.550


El art. 2 LS determina que la sociedad es un sujeto de derecho con el
alcance fijado en la ley, dando así cuenta de que la separación existente entre
persona jurídica, socios e integrantes de sus órganos, puede ser dejada de lado
frente determinadas circunstancias. El último párrafo del art. 54 LS, que
corresponde a un agregado posterior en la LS (ley 22.903), viene a completar y
reglamentar aquél fijando el alcance al establecer que la actuación de la sociedad
que encubra la consecución de fines extrasocietarios, constituya un mero recurso
para violar la ley, el orden público o la buena fe o para frustrar derechos de terceros,
debe imputarse directamente a los socios o a los controlantes que la hicieron posible,
quienes responden solidaria e ilimitadamente por los perjuicios causados. Ello
importa la pérdida, para el caso concreto, del goce del régimen legal especial de
la personalidad jurídica societaria a partir del incumplimiento de requisitos
impuestos para su funcionamiento –es decir, la no aplicación del principio de
separación de la persona jurídica reducida únicamente a alguno de sus aspectos
o efectos-761 y circunscripta a supuestos de legitimación activa de terceros762.

760
Permite allanar judicialmente el resguardo protector de la diferenciación de patrimonios
entre sociedad de capital y socio o controlante, llevando al perjudicado por el actuar desleal o
interesado del socio a buscar en el patrimonio individual de este la reparación del daño derivado de la
insolvencia deliberada de la persona jurídica. Cfr. Cám. Lab., I, Santa Fe, JA 2000-IV-798.
761
Cfr. López Raffo F., El Corrimiento… cit., p. 94; Dobson J., El Abuso…cit., p. 11;
Manóvil R., Grupos…, cit., p. 953 y 972, quien agrega que la desestimación “no provoca, por lo
menos por sí misma, la nulidad de la sociedad, ni afecta sus vínculos internos, ni tampoco sus
restantes relaciones con el mundo jurídico externo. En forma simple y sencilla, cuando se dan
los presupuestos que define la norma, la personalidad de la sociedad se declara inoponible a
quien lo haya así invocado, y ello al solo efecto del objeto concreto de su reclamo” –id. P.
1009-.

256
Parte de la doctrina ha sostenido que este agregado a la LS no implica en
realidad desestimación de la personalidad, por cuanto circunscribe sus efectos a
la inoponibilidad del tipo elegido, haciendo responsables de manera solidaria a
socios y controlantes, sin perjuicio de la limitación de la que en principio y de
acuerdo a este gozan763. Por nuestra parte, no compartimos tal criterio. Sobre el
punto, y dando cuenta de la desestimación producida, López Raffo efectúa una
doble distinción764: i.-) cuando se trata de establecer la atribución de un pasivo,
de una deuda o de una responsabilidad patrimonial, nos encontramos frente a
una extensión de la imputación en la que no se desimputa a la sociedad (aquella
pesa sobre la sociedad y sobre el socio o controlante no socio)765. Esto se da en
casos de desestimación activa directa con motivo de un conflicto externo. Pero
cuando se trata de un supuesto de desestimación activa con motivo de un
conflicto interno (en el que también podría haber una atribución de un pasivo),
en principio la imputación de la actuación de la sociedad cae en cabeza
exclusivamente del socio o controlante no socio, por lo que se trata de un
traslado de la imputación. ii.-) En cambio, si se tratara de un supuesto de
desestimación activa indirecta con motivo de un conflicto con terceros, siendo
que lo que se busca es la atribución de un determinado bien al socio o
controlante, la imputación de la actuación recae exclusivamente en cabeza de
estos –opera así una traslación de la imputación-.

JURISPRUDENCIA

762
Omite la legitimación pasiva y que corresponde a los propios socios, supuesto sí previsto
en el art. 189 de la LSA uruguaya. Para el caso argentino, cabrá recurrir a institutos del derecho
común (v. gr. el abuso del derecho contemplado en el art. 1071 del Código Civil), tal como lo
permite expresamente el punto 1 del Título Preliminar del Código de Comercio y su art. 207.
El art. 54 último párrafo de la LS se puede aplicar en esos casos por vía analógica (art. 16 del
Código Civil). Cfr. López Raffo F., El Corrimiento… cit., p. 86; quien además cita alguna
jurisprudencia aislada contraria a la aplicación de la desestimación pasiva -Simancas, María
Angélica c. Crosby, Ronald Kenneth y otro s. sumario (22.12.1997), CNCom., sala C,
ERREPAR, DSE, nº 131, octubre/98, t. X, p. 359 y ss.-.
763
Cfr. Moeremans D. y Richard E., “Inoponibilidad de la personalidad jurídica como
forma de extensión de la responsabilidad de socios o controlantes”, Congreso Argentino de
Derecho Comercial, comisión II, Buenos Aires, 1990, Vol. 2, p. 187; Junyent Bas F. y Filippi
L., “Personalidad y tipicidad: inoponibilidad del tipo”, Congreso Iberoamericano de Derecho
Societario y de la Empresa - V Congreso de Derecho Societario, en Derecho societario y de la
empresa, Córdoba, FESPRESA, 1992, t. II, p. 611..
764
López Raffo F., El Corrimiento… cit., ps. 68 y ss., con apoyo en Manóvil R.,
Grupos…, cit., p. 1021.
765
Cuando se den alguna de las situaciones previstas por la última fracción del art. 54 LS, es
legítimo que se suspenda el beneficio de la personalidad por vía de declarar su inoponibilidad
respecto de los perjudicados, haciendo responsables directos a los socios que abusaron de la
limitación de la responsabilidad común. Cfr. Cám. Lab., I, Santa Fe, JA 2000-IV-798.

257
Personalidad. Desestimación: La ley admite, como uno de los efectos de la
personalidad jurídica reconocida a las sociedades, la separación patrimonial de estos sujetos de
derecho respecto de sus integrantes, principio que debe mantenerse y respetarse en tanto no se
violen reglas superiores del ordenamiento jurídico que hagan aplicable el criterio de
funcionalidad sustentado por el art. 2° de la ley 19.550 (Adla XXXII-B, 1760), pero ello no
impide que se aplique la doctrina de la penetración de la persona jurídica cuando se advierte la
utilización abusiva de tal ficción en perjuicio de los trabajadores. (Cám. Trab., V, DT 1988-B,
2147).
La violación de normas legales y estatutarias dirigidas a mantener la diferenciación
de los patrimonios de las sociedades, cometida con el solo objeto de realizar una gestión
común de los patrimonios, es fundamento suficiente para tener por debidamente acreditada la
confusión patrimonial inescindible que autoriza la declaración de la extensión de la quiebra de
la fallida respecto de la sociedad controlada, pues se trata de un mismo centro de poder,
decisión o unidad de dirección. No obsta a ello la circunstancia de que las personas físicas de
sus titulares hayan sido las causantes de la desviación de los respectivos intereses sociales,
pues la confusión en las directivas y la afectación en los patrimonios se produjo con relación a
las dos sociedades vinculadas, antes que en lo referido a los patrimonios de aquéllos. Cám.
Civ. y Com., Mar del Plata, II, LL 1998-C, 261.
La teoría de la personalidad jurídica, permite frenar y evitar el abuso sin resentir
concepciones dogmáticas. La personalidad no es atributo sustancial o una realidad
prenormativa en las personas jurídicas, sino una función que sirve para realizar intereses
humanos que la ley reconoce, con diferenciación de esa personalidad de la de cada uno de sus
miembros. Pero tal distinción habrá de mantenerse en tanto no exceda del marco de la
normativa privada en atención a sus fines, o sea extraña a ellos. Ello conduce a reputar
ineficaz la forma societaria para satisfacer fines o intereses que excedan el que la disciplina
normativa reconoce como legítimo. Tal concepción hallaría basamento normativo en el art. 2°
de la ley 19.550, en cuanto dispone que la "sociedad es un sujeto de derecho con el alcance
fijado en esta ley". Cám. Civ., D, LL 1982-B, 276.
El Pacto de San José de Costa Rica en cuanto consagra el derecho de toda persona a
la tutela judicial efectiva -art. 8° inc. 1-, es predicable tanto respecto de las personas físicas
cuanto de las jurídicas pues la norma no contiene distinciones, y no debe perderse de vista que
las personas jurídicas son sólo una ficción legal y que por detrás de ellas se encuentran
individuos, por lo que privarlas de la tutela judicial efectiva importaría en última instancia
desposeer indirectamente a éstos de dicha garantía, lo cual no resulta admisible (del voto del
doctor Cafferata). Cám. Cont. Adm., Córdoba, I, septiembre 17-2003, “Presal S.A. c.
Secretaría de Ingresos Públicos y otra”, LL Online.
Resulta aplicable la doctrina de la penetración del la persona jurídica si el
codemandado -en el caso, socio de la SRL demandada- utilizó abusivamente la ficción legal
de la sociedad que oportunamente había constituído para perjudicar a los trabajadores. Cám.
Trab., V, mayo 31-2000, “Bernardez, Carlos Osir y otros c. Caras S.R.L. y otro”.
El art. 54 de la ley 19.550 diseña, como tipo legal, el supuesto de una sociedad
ficticia y fraudulenta constituida en abuso del derecho y con el propósito de violar las leyes,
esto es, una situación cuya gravedad extrema justifica hacer excepción de la regla de la
personalidad jurídica diferenciada entre la sociedad, sus integrantes y órganos, sobre la que
reposa la estructura misma del sistema institucional de la República, en cuanto instrumenta al
propósito del Preámbulo de la Constitución Nacional de promover el bienestar general. Cám.
Trab., VIII, marzo 31-2006, “Barbosa, María del C. c. Socorro Médico Privado SA y otro”,
LL Online.
Desestimación. Criterio. Si bien es cierto que el art. 2º de la ley 19.550, admite como
uno de los efectos de la personalidad jurídica reconocida a las sociedades, la separación
patrimonial de estos sujetos respecto de sus integrantes; no es menos cierto que este principio
debe mantenerse en tanto no se violen las reglas superiores del ordenamiento jurídico que
hacen aplicables el criterio de funcionalidad recogido en esa última parte del art. 54 (según
redacción de la ley 22.903 -LLC, 1984-83-). Así lo ha entendido la jurisprudencia, cuando se
advierte la existencia de un abuso que causa un agravio a la justicia en perjuicio de alguien,
producido por una sociedad pantalla intentando cubrir la responsabilidad patrimonial del

258
verdadero responsable, a través de la propia insolvencia. Cám. Civ. y Com., 7a Nom.,
Córdoba, LLC 1996, 372.
El uso y abuso de la sociedad para efectuar negocios clandestinos denominados "en
negro", en beneficio directo de los socios o empleados de jerarquía, sin el pertinente registro
contable o con una doble contabilidad, una caja especial y una cuenta bancaria a nombre de
terceros, indica a la par que evadir fraudulentamente obligaciones impositivas y previsionales,
entre otras, distorsionar el fin lícito del sujeto de derecho, burlando su patrimonio que es la
garantía de terceros, esto es, excediendo las razones de la regulación legal del llamado recurso
técnico que constituye la personalidad jurídica de la sociedad, habilitada dentro o limitada por
los alcances queridos por la ley 19.550, la cual se encarga, en los artículos 18 y 19, de
determinar el camino a seguir en los casos de violaciones. Juzg. Conc. y Soc., II, Córdoba,
mayo 26-1986, “Quarti, Jorge y otro c. Italbó, S. R. L.”.
La teoría de la personalidad jurídica, permite frenar y evitar el "abuso" sin resentir
concepciones dogmáticas. La personalidad no es atributo sustancial o una realidad
prenormativa en las personas jurídicas, sino una función que sirve para realizar intereses
humanos que la ley reconoce, con diferenciación de esa personalidad de la de cada uno de sus
miembros. Pero tal distinción habrá de mantenerse en tanto no exceda del marco de la
normativa privada en atención a sus fines, o sea extraña a ellos. Ello conduce a reputar
ineficaz la forma societaria para satisfacer fines o intereses que excedan el que la disciplina
normativa reconoce como legítimo. Tal concepción hallaría basamento normativo en el art. 2°
de la ley 19.550, en cuanto dispone que la "sociedad es un sujeto de derecho con el alcance
fijado en esta ley". Cám. Civ., D, LL 1982-B, 276.

I.)- Alcances
El art. 54 LS no prevé un supuesto de nulidad -tampoco uno de
disolución (arts. 19 y 94 LS)- por lo que la existencia –subsistencia- del ente se
da sin solución de continuidad, sin perjuicio de la responsabilidad que pudiera
caberle a socios y controlantes. Ello no implica desobligar a la sociedad, lo que
amplía –no reduce- el espectro patrimonial resarcitorio del que puede servirse
el tercero perjudicado por la actuación del ente766.
La norma no efectúa precisión alguna respecto del alcance de la
responsabilidad que cabe a socios y controlantes, por lo que corresponde someterla a
las reglas ordinarias en la materia. El daño indemnizable, que debe guardar relación
de causalidad con la conducta imputada, habrá de ser entonces efectivo, esto es,
traducible a un perjuicio susceptible de apreciación pecuniaria (art. 1068 C. Civ.).
Ocasionalmente podrá haber incluso otros perjudicados distintos de quienes
solicitaran la desestimación (terceros y socios y controlantes que no participan
de la maniobra), como en el caso de que determinados bienes en apariencia de
pertenencia de la sociedad en realidad fueran de sus socios o controlantes. En
este supuesto, las acciones de responsabilidad, que resultan del art. 54 in fine de
la LSC, son de naturaleza extracontractual, por lo cual el plazo de prescripción
es en principio de dos años, de acuerdo a lo que surge del art. 4037, Cód. Civ.

766
Cfr. Otaegui Julio, “Inoponibilidad...”, p. 113; Manóvil R., Grupos…, cit., ps. 1021 y
1019 nota 315.

259
767
. Lo dicho en nada empece la referencia de carácter general que habremos de
efectuar en el apartado d) subsiguiente.

JURISPRUDENCIA

Desestimación. Crietrio de aplicación. Su recepción jurisprudencial es amplia, y aun


cuando -atinadamente- se ha señalado que su operatividad debe ser excepcional de modo tal de
no desvirtuar las reglas legales que son inherentes a los tipos societarios comprometidos (es
sabido que la limitación de la responsabilidad en las sociedades comerciales de capital tiene un
sustrato de promoción de la actividad empresaria de riesgo en los ámbitos mercantil y
financiero), no hay razón para no echar mano a la misma en la medida en que se acredite que
se ha materializado uno o más de los supuestos viabilizantes que contempla el art. 54 LS.
(Cám. Lab., I, Santa Fe, JA 2000-IV, 798, y que cita entre otros a Cám. Civ., E, ED 10, 870 y
disco láser ED 1999, Registro n. 11390; Cám. Com., A, ED 93, 558; Cám. Com., B, LL 1987-
A, 659; SC Bs. As., disco láser ED 1999, Reg. n. 58217).
La sociedad es un sujeto de derecho y como tal una unidad jurídica diversa y distinta
de toda otra persona, inclusive de los socios que la integran. Tal principio admite excepciones
que se justifican para los supuestos en que la forma societaria ha sido utilizada para violentar
derechos de terceros, o para la consecución de fines extrasocietarios o constituya un recurso
para violar la ley, el orden público o la buena fe, recurriendose en tales supuestos a la llamada
doctrina de la desestimación de la personalidad que de alguna manera parece recoger la
reforma de la ley de sociedades en el art. 54 segunda parte. Dicha desestimación, y las teorías
elaboradas sobre la base de la misma, deben ser aplicadas con sumo cuidado, valorando las
circunstancias particulares de cada supuesto sometido a decisión y observando no echar por
tierra en forma definitiva el principio de la personalidad societaria: una aplicación irrestricta
de las teorías mencionadas podría llevar a consagrar la excepción como regla, circunstancia
que no fue la que inspiró el nacimiento de tal remedio jurídico. (Cám. Com., B, SAIJ
N0007080).
La desestimación de la personalidad societaria debe ser cuidadosamente utilizada,
pues su aplicación irrestricta llevaría a consagrar la excepción como regla. Tal principio
admite excepciones en los supuestos en que la forma societaria se haya utilizado para violar
derechos de terceros, para conseguir fines extrasocietarios, para violar la ley, el orden público
o la buena fe. (Cám. Com., B, LL 1992-C, p. 420).
A los fines de la aplicación excepcional de la "teoría del corrimiento del velo" no
basta que se verifiquen los supuestos previstos en la norma (art. 54, ley 19.550 -Adla, XLIV-
B, 1319- t. o.) y su invocación oportuna -en el caso, se levantó el embargo trabado sobre un
bien perteneciente a un socio de la sociedad ejecutada-, sino que es menester demostrar que
existió el propósito deliberado de defraudar, prueba que si bien es poco común no es en
definitiva difícil. (ST, Jujuy, LLNOA 2001, 554).
La doctrina de la desestimación de la personalidad jurídica debe emplearse en forma
restrictiva, pues, su aplicación requiere la insolvencia de la sociedad ya que ante la
inexistencia de un perjuicio concreto a un interés público o privado no se advierten razones
que justifiquen su aplicación, y aun en este supuesto es preciso acreditar el uso abusivo de la
personalidad, dado que no cabe descartar que la impotencia patrimonial haya obedecido al
riesgo propio de la actividad empresaria (del voto en disidencia parcial del doctor Lorenzetti.
La mayoría de la Corte Suprema declaró inadmisible el recurso extraordinario por aplicación
del art. 280 del Código Procesal). (CSJN, mayo 29-2007, “Daverede, Ana M. c. Mediconex
S.A. y otros”, LL Online; Juzg. Com. 1a Inst. Nro. 9, LL 1991-A, 254 - DJ 1991-1, 628).
Consagrando nuestro derecho positivo la distinta personalidad de la sociedad
anónima respecto de las personas individuales que la forman y que con su aporte integran su
capital (arts. 2º, 56 y 57, ley 19.550 y arts. 33, apart. 2º, inc. 2º, Cód. Civil según la reforma de

767
Cfr. López Raffo F., El Corrimiento… cit., p. 147; Otaegui J.C., Concentración
Societaria, Bs. As., 1984, ps. 480 y 481.

260
la ley 17.711, y fundamentalmente art. 39 del mismo cuerpo legal), parece lícito echar mano
del mecanismo incorporado por el art. 54, apart. 2º de la ley 19.550, que consagra en nuestro
ordenamiento la teoría del "disregard of the legal entity", en un supuesto donde o bien la
sociedad ha desnaturalizado su objeto mediante actos que contrarían la razón para la que fue
creada, o bien sus socios la han utilizado como mecanismo para mediatizar su objetivo
concreto de violentar los límites a la disposición gratuita de su patrimonio, o esterilizar o
neutralizar el principio esencialmente igualitario consustancial a la sucesión mortis causa de
herederos forzosos. (Cám. Civ. y Com., Bahía Blanca, I, DJ 1994-1, 348).
En nuestro derecho, ni el conjunto económico, ni el estado de dominación ni el
control ni la estructura en "holding", ni el sistema de filial y madre para citar sólo algunas
variantes de combinación de empresas económicas, han justificado por sí solos la aplicación
de la teoría del "disregard of legal entity". Por lo demás, en muchas ocasiones se ha arribado a
soluciones en que la desestimación aparece como un exceso que perjudica toda la creación
jurídica que implica la estructura llamada persona de existencia ideal, en el derecho. (Cám.
Com., A, LL 1980-C, 27 - ED 85, 488).
Personalidad. Desestimación. Criterio fiscalista: La distinta personalidad que el
derecho común atribuye a la sociedad con respecto a los socios, puede no tener influencia
alguna en los preceptos que establezca el derecho público en su rama conocida como derecho
fiscal, ya que este pondera, sobre todo, las distintas manifestaciones de la actividad económica
y lo hace muchas veces sin atarse a las clasificaciones del derecho privado. (CS, LL 1991-E, p.
37).
Desestimación e inoponibilidad. No cabe interpretar el art. 54 de la Ley de
Sociedades en el sentido que puede aplicarse sólo cuando la sociedad sea ficticia o
fraudulenta, constituida en abuso del derecho y con el propósito de violar la ley -lo cual
supone intencionalidad en el momento de constitución- y que prevaliéndose de la
personalidad, afecte el orden público laboral o evada normas legales, ello por cuanto se deja
de lado la actuación del ente a que alude la norma mencionada sin distinguir que una cosa es la
nulidad por objeto ilícito en que es adecuado hablar de desestimación "propiamente dicha" o
"absoluta" y otra la inoponibilidad o ineficacia de la sociedad frente a un acto o actos
determinados a que denomina "desestimación limitada o parcial". (Cám. Trab., X, JA
14/12/2005, 43 - IMP 2006-1, 240 - DT 2006 (abril), 593).
El art. 54 de la ley 19.550 diseña, como tipo legal, el supuesto de una sociedad
ficticia y fraudulenta constituida en abuso del derecho y con el propósito de violar las leyes,
esto es, una situación cuya gravedad extrema justifica hacer excepción de la regla de la
personalidad jurídica diferenciada entre la sociedad, sus integrantes y órganos, sobre la que
reposa la estructura misma del sistema institucional de la República, en cuanto instrumenta al
propósito del Preámbulo de la Constitución Nacional de promover el bienestar general. (Cám.
Trab., VIII, marzo 31-2006, “Barbosa, María del C. c. Socorro Médico Privado SA y otro”,
LL Online.

II.)- Actuación de la sociedad que habilita la inoponibilidad


A diferencia del supuesto del art. 19 LS, en que la sociedad de objeto
lícito desarrolla una actividad ilícita, la actuación a la que alude el art. 54 LS
no refiere a un ilícito genérico sino a la finalidad buscada y que hace aplicable
la desestimación (encubrir la consecución de fines extrasocietarios, como un
mero recurso para violar la ley, el orden público o la buena fe o para frustrar
derechos de terceros)768. Tal actuación puede resultar de una serie de actos o

768
Cfr. López Raffo F., El Corrimiento… cit., p. 98. “No [se] castiga la existencia
misma de la sociedad sino su actuación. Lo que se reprime es el uso que se hace de la sociedad
en un caso concreto, y ese uso se manifiesta a través de la actuación del ente. Así, por
ejemplo, puede ocurrir que una sociedad se constituya con el objeto de violar la legítima. El

261
bien de un único acto de magnitud, extremo este que habrá de valorarse según
el caso particular. Si bien el accionar doloso resulta obviamente incluido en el
art. 54 LS, la norma empero guarda silencio para el caso de actuar culposo, no
resultando claro si comprende también dichos supuestos. En tal sentido se ha
sostenido que los dos efectos que trata el art. 54 LS, la inoponibilidad propiamente
dicha y la extensión o traslado de la imputación que es su efecto, por un lado, y la
responsabilidad por los perjuicios causados por quienes hicieron posible la
actuación, por el otro lado, no tienen los mismos requisitos: solamente el segundo
requiere la presencia de culpa769. Las finalidades referidas en el 3er. párrafo del art.
54 LS y que habilitan el planteo de desestimación son:
A.-) Encubrir la consecución de fines extrasocietarios: el fin societario,
y que se enuncia en el art. 1 LS, es producir o intercambiar bienes o servicios.
Contrario sensu, los no definidos fines extrasocietarios serán aquellos que se
aparten de tal presupuesto y cuya consecusión la actuación del ente encubre.
La ley toma el término encubrir del mascherant utilizado por el art. 437 del
Código de Comercio francés, lo que ha generado más de un equívoco, por
cuanto para que se configure la conducta tipificada en el art. 54 LS resulta
indistinto que la actuación sea o no oculta770. En cualquier caso, estaremos
siempre frente a un supuesto de simulación ilícita771, en el que bajo la
apariencia de un acto jurídico determinado se está cumpliendo uno cuya causa

sólo hecho de constituirla no da lugar a la desestimación. Lo que sí puede dar lugar a un


pedido de desestimación por parte del heredero perjudicado es, entre otros, el acto por el cual
la sociedad adquiere un bien del causante”; Manóvil R., Grupos…, cit., p. 1022.
769
Cfr. Manóvil R. “¿‘Imputación’ al socio (o controlante) o ‘responsabilidad’? (A
propósito del art. 54, tercer párrafo, de la Ley y como parcial réplica a una erudita ponencia)”,
Congreso Iberoamericano de Derecho Societario y de la Empresa - V Congreso de Derecho
Societario publicada en Derecho societario y de la empresa, Córdoba, FESPRESA, 1992, t. II,
ps. 627 y ss.; Grupos..., págs. 1030 y ss. “No [se] requiere de ninguna demostración de tipo
subjetivo o intencional vinculada a la generación de daños y perjuicios. Basta con la
constatación de que se ha configurado alguno de los supuestos enunciados: sociedad cuya
actividad está enderezada a la consecución de fines extrasocietarios, o sociedad usada para
violar la ley, el orden público o la buena fe, o a través de cuya utilización se frustran derechos
de terceros. Más allá de la redacción textual de la norma, es evidente que lo único que interesa
es que se produzca objetivamente alguna de esas situaciones. No es preciso probar la
intencionalidad o la culpa, ni se exime de la consecuencia legal quien probare que no obró con
dolo, con culpa o con intención de dañar o de violar la ley, el orden público o la buena fe. Para
hacer aplicable la disposición basta que se compruebe el desvío de la finalidad para la cual la
ley otorgó a la sociedad la condición de sujeto de derecho”.
770
Cfr. Cabanellas de las Cuevas G., Derecho societario… cit., t. 3, p. 94.
771
“La causa por la cual la ley admite la utilización de la disciplina abreviada que
implica la personalidad jurídica es utilizada por el socio o el controlante como un dato no
sincero frente a terceros, mientras que bajo tal apariencia se persiguen otros fines. Es decir
que no se utiliza una estructura sincera de manera abusiva sino que tal estructura es usada
como un medio aparente para conseguir, en realidad, otros fines; se utiliza una apariencia para
fines impropios. Y toda vez que sólo la simulación ilícita es sancionada, estos otros fines
deben aparecer como ilícitos o perjudiciales para terceros”. Caputo J., “La inoponibilidad...”,
p. 146.

262
no es la propia del exteriorizado (art. 955 Código Civil)772. Más allá de la
ilicitud en la simulación, el art. 54 LS resuelve el perjuicio al tercero con la
inoponibilidad de la actuación societaria a dicho tercero, lo que importa una
sanción menos rigurosa que la nulidad impuesta para la simulación ilícita por el
Cod. Civ. (arts. 954, 1044 y 1045)773;
B.-) configurar un mero recurso técnico774: El mero recurso técnico al
que alude la ley suele asimilarse al montaje orquestado a través de una sociedad
comercial cuya real finalidad es una violación de la ley, y que se resume en una
simulación (art. 953, Cód. Civ.)775, o un abuso de derecho que encubre un
negocio en fraude –también a la ley- que habilita el ejercicio de la acción
pauliana (arts. 1071 y 961 Código Civil)776. No es necesario que del recurso
técnico utilizado se derive que toda actuación de la sociedad tienda a violar
normas -el orden público, la buena fe o frustre derechos de terceros-, sino que
basta con que tal extremo se verifique en el caso concreto que se le impute.
Sólo sobre el acto alcanzado se producirán los efectos de la inoponibilidad;
C.-) violación de la ley, el orden público y la buena fe: i.-) de la ley:
cuando la LS refiere a la ley no lo hace únicamente respecto de ese cuerpo
normativo, sino de todo el ordenamiento, por lo que la desestimación abarca un
sinnúmero de supuestos. Baste reparar en que su aplicación y según apuntáramos
excede el ámbito de la materia societaria y aún del propio derecho comercial; i.-) del
orden público: bajo tal denominación –orden público-, la doctrina engloba al
conjunto de principios eminentes –fundamentales- a los cuales se vincula –y en los
cuales se cimienta- la digna subsistencia de la organización social establecida777. Si
bien la positivación de esta noción dista de ser pacífica por las dificultades que tal
tarea acarrea, su supresión resulta imposible778, como se confirma en el Código de

772
Cfr. Otaegui J.C, Concentración… cit., p. 473 y “El art. 54 de la Ley de
Sociedades: inoponibilidad de la personalidad jurídica”, ED 121-805; López Raffo F., El
Corrimiento… cit., p. 116.
773
Cfr. Otaegui Julio, “Inoponibilidad...” cit., , p. 106 y “El art. 54...”cit., p. 814. En
contra, Halperín I. y Butty E., Curso…cit. 4ª ed. t. I, p. 340; López Raffo F., El Corrimiento…
cit., p. 118.
774
La Exposición de Motivos de la Ley 22.903 refiere a un mero recurso técnico –no así el
texto legal- previsto “para tratar en forma unitaria, a ciertos efectos y dadas determinadas hipótesis, a
un sustrato pluripersonal” (Capítulo I, Sección VI, pto. 3).
775
Cfr. Dobson J., El abuso.. cit., p. 416.
776
Cfr. Otaegui J.C., “Inoponibilidad...”, págs. 108 y 109.
777
Cfr. Llambías, J.J. Tratado…cit , t. I, ps. 158 y 163. Para este autor –noción que
compartimos- el término orden público resulta “fluido y relativamente impreciso” en cuanto a su
contenido concreto, por exigencia de su propia naturaleza. Tal aparente laxitud no debiera invocarse
en procura de amparo de situaciones ajenas al mismo, máxime en el ámbito societario, donde el orden
público dificilmente se vea involucrado.
778
“Debemos rendirnos ante una evidencia, el orden público, al margen de los esfuerzos por
definirlo, retorcelo, enmarcarlo, limitarlo, negarlo o preverlo, existe.” Ruchelli H. F. y Ferrer H. C.,
El Orden Público, Bs. As., 1991, p. 11. Sin perjuicio de ello, no ha sido poca –ni poco calificada- la
doctrina que ha bregado por su supresión, por reputarla una fórmula general que importa para la

263
Comercio (el art. 18 es fuente directa del art. 21 del Código Civil)779 y la propia LS
(art. 54, entre otros); iii.-) Buena fe: El ordenamiento jurídico se articula sobre
estimaciones positivas cuyo sentido se proyecta hacia valores puros, en los que
la comunidad apoya sus vivencias axiológicas780. La buena fe es un principio de
carácter general, positivado en el art. 1198 del Código Civil respecto de la
celebración, interpretación y ejecución de los contratos, que la persona jurídica
societaria no puede violentar781. Si bien el art. 54 LS alude exclusivamente a su
quebrantamiento, sin mencionar la moral y las buenas costumbres, la violación
de estas últimas también conduce a la inoponibilidad de la personalidad jurídica
por aplicación del art. 1071 del Código Civil782; iv.-) Frustración de derechos
de terceros: de manera general la LS en su art. 54 refiere a toda frustración de
derechos derivada de cualquier fuente783, forma de obrar propia del negocio
fraudulento (art. 961 Código Civil) y que encubre un interés exclusivamente
particular784.

JURISPRUDENCIA
Desestimación. Violación de la ley, orden público y buena fe: Ya sea a tenor de lo prescripto
por el artículo 54 de la ley 19.550 o el artículo 274 del mismo cuerpo normativo, debe
extenderse en forma solidaria la condena al presidente del directorio de la sociedad anónima
que contrató a la actora -en el caso, un conjunto económico utilizó en forma abusiva el período
de prueba- en virtud de haber consignado en sus registros laborales una fecha de ingreso
posterior a la real, pues dicha conducta constituye un recurso para violar la ley, el orden
público y la buena fe que perjudica a un tercero como es el trabajador. Cám. Trab., X, DT
2005 (noviembre), 1624.
Corresponde responsabilizar en los términos del art. 54 de la ley 19.550 al socio
presidente de la sociedad demandada, por la falta de registración de un contrato de trabajo,
pues si bien no puede afirmarse que la incorrecta registración del trabajador encubra la
consecución de fines extra societarios, constituye un recurso para violar la ley, el orden
público laboral, la buena fe y frustrar derechos de terceros. Cám. Trab., X, LL 2003-A, 401.
A los efectos de la inoponibilidad de la persona jurídica, en los términos del tercer
párrafo del art. 54 de la ley de sociedades (t.o. 1984), no resulta necesaria la prueba de la
intencionalidad de utilizar la sociedad como escudo de incumplimiento, sino que es suficiente
con la demostración de la violación de las normas de orden público —en el caso, de índole
laboral— por parte de la sociedad, no siendo una transformación de la obligación ni tampoco
su novación sino una privación parcial de efectos frente a terceros. (Cám. Trab., VII, febrero
20-2007, “Oviedo, Gladys E. c. Wasserman Textil S.R.L. y otro”, LL Online.

dogmática jurídica una seria perturbación, o un mero recurso tendiente a resolver –no resolver-
necesidades derivadas de la ausencia de esquemas jurídicos sólidos. Cfr. Colombres G., “El orden
público en el Código de Comercio”, JA 1964-II, p. 23.
779
Cfr. Colombres G., “El orden público…” cit., JA 1964-II, p. 26.
780
Cfr. Borga E., Enciclopedia Jurídica Omeba, t. II, B-Cla., Bs. As., 1971, p. 403, en voz
buena fe.
781
Cfr. Manóvil R., Grupos…, cit., p. 1028.
782
Otaegui J.C, Concentración… cit., ps. 476 y 477.
783
Cfr. Manóvil R., Grupos…, cit., p. 1029.
784
Cfr. Otaegui J.C, Concentración… cit., p. 477; López Raffo F., El Corrimiento…
cit., p. 129.

264
Personalidad. Desestimación. Supuestos: Los diversos supuestos en que se ha
reconocido y aplicado la teoría de la desestimación de la personalidad jurídica pueden
sistematizarse en: 1°), desestimación en beneficio de terceros acreedores de la sociedad y en
detrimento de los socios por haber mediado simulación en perjuicio de aquéllos en materia de
locaciones ; 2°), en beneficio de terceros y en detrimento de los socios por haber mediado
simulación en perjuicio de aquéllos por haber el demandado preconstituido una sociedad
anónima para eludir obligaciones alimentarias y las derivadas de la sociedad conyugal ; 3°),
desestimación activa en detrimento de los socios y en beneficio de terceros acreedores en
materia de derecho fiscal ; 4°), en beneficio de los socios y en perjuicio de terceros por haber
mediado simulación en perjuicio de los socios en los supuestos de sociedades de capital e
industria y en fraude de la ley laboral ; 5°), desestimación en beneficio del interés público por
razones de estado en virtud de las cuales se regula la sociedad por sus socios (atribución de la
nacionalidad a las sociedades por la nacionalidad de los socios), y en virtud de las cuales se
regula a los socios por la sociedad (regímen de liquidación de la propiedad enemiga, decreto
11.599/46), ; 6°), desestimación en beneficio del interés público por razones de política
jurídica en virtud de las cuales se regula la sociedad con sus socios (sociedades de agentes de
bolsa y martilleros), ; 7°), desestimación en beneficio del interés público por razones de
política jurídica en virtud de las cuales se regula a los socios por la sociedad (extensión de la
quiebra prevista en los arts. 164 y 165 de la ley 19.551). Cám. Com., B, LL 1983-B, 362.

c.)- Sujetos pasivos de la extensión


Operada la desestimación, la actuación de la sociedad que encubra la
consecución de fines extrasocietarios, constituya un mero recurso para violar la
ley, el orden público o para frustrar derechos de terceros, se imputará
directamente a los socios o a los controlantes que la hicieran posible, quienes
responderán solidaria e ilimitadamente por los perjuicios causados (art. 54 LS).
Los administradores sociales, en tanto integrantes de órganos, no pueden ser
reputados controlantes, por lo que no son pasibles de la desestimación de la
personalidad en el caso de que actuaran torpemente, ello sin perjuicio de las
responsabilidades que le competen por los cargos que ocupan en la sociedad785.
Lo dicho no empece la estrecha relación existente entre el art. 54 LS in fine y
las previsiones de los arts. 58 y 59, en especial en cuanto al parámetro de
conducta debido por los administradores, ni que el uso desviado de socios y
controlantes haga también responsables a quienes hubieran contribuido
culpablemente a que la actuación nociva se hiciera posible –este último
supuesto, siempre por culpa propia- (arts. 59 y 274 LS; arts 512, 902 y 1109 del
Código Civil)786. La ley incluye entonces como imputados directos por el
accionar extrasocietario a: i.-) todo socio, controlante o no, sin perjuicio de la
responsabilidad que respecto del ente en más les cabe a tenor de lo dispuesto en
el primer párrafo del art. 54 LS; ii.-) en cuanto al controlante propiamente
dicho, habida cuenta del carácter bifronte del término control, que combina aspectos
económicos y jurídicos, resulta dificultoso obtener una definición omnicomprensiva.
Sin perjuicio de ello, se entiende que este mayormente puede ser de hecho o de

785
Cfr. López Raffo F., El Corrimiento… cit., p. 134.
786
Cfr. Verón A. V., Sociedades ..cit.., 2° ed., t. 1, p. 415.

265
derecho, de tipo interno o externo. a.-) el control de hecho externo supone la
sujeción de la sociedad al poder económico de un sujeto que no cuenta con una
participación que le otorgue los votos necesarios para formar la voluntad social. La
LS alude a este tipo de control con los términos influencia dominante y especiales
vínculos (art. 33 inc. 2º)787, que presuponen una situación de hegemonía o
predominio –usualmente mediante contratos de concesión, agencia, distribución
o franquicia con cláusulas de exclusividad788- que coloca a una sociedad en
situación de subordinación o dependencia respecto de otra789; b.-) el control de
derecho es aquel que permite a determinados sujetos, a partir del porcentaje del
capital social que detenten, direccionar la voluntad social a través del ejercicio
dirimente de su derecho a voto; c.-) el control interno supone un poder efectivo en la
conducción de los negocios sociales, que permite a quienes lo ejercen ostentar el
control de la actividad de la sociedad, lo que usualmente se realiza también mediante
el voto790. En ningún caso la sóla vinculación entre sujetos, la existencia de un
efectivo control de la naturaleza que fuera o la pertenencia a un mismo grupo
económico, acarrea, per se, sanciones791.

JURISPRUDENCIA
Personalidad. Inexistencia de control que habilite la desestimación: Si bien no cabe
duda de que las dos líneas de colectivos que un ente societario explotaba, continuaron en
manos de otras dos sociedades diferentes, por haber aquella caído en disolución por pérdida de
su capital social, de ésto, que concierne a l identidad del objeto de esos distintos entes
societarios, y aun de la identidad de personas físicas que los componen, no puede seguirse que
las mencionadas sociedades respondan concurrentemente a un acreedor de aquella disuelta,
por cuanto no ha habido una transferencia de fondos de comercio que deba regirse por la ley
11867; que las tres sociedades conforman sujetos de derechos distintos con la consiguiente
diferencia de responsabilidades patrimoniales (arts. 2., Ley 19550 y 32 y 39, Código Civil), y
que en autos nada permite suponer que entre las tres haya existido una unidad económica, esto
es, un patrimonio en realidad único, puesto disfrazadamente bajo la titularidad de personas
jurídicas distintas, así como tampoco existe obligación propter rem en los términos del art.
3266 del Código Civil, "respecto de la misma cosa", ni ha habido transformación de sociedad,

787
Dejo aquí nuevamente expuesto mi cambio de opinión en cuanto a que este tipo de
control pudiera habilitar la extensión de quiebra (art. 161 LCQ), como equivocadamente sostuviera
anteriormente.
788
Cfr. Bergel S. y Paoloantonio M., "Los limites de la responsabilidad…”, cit. p. 673.
789
Cfr. López Raffo F., El Corrimiento… cit., p. 133; Odriozola C.S., “Los grupos
de…” cit., LL 1986-E, ps. 1115 y 1116; Verón A. V., Sociedades ..cit.., t. actualización, p. 22, con
cita a Ferro Astray.
790
Verón A. V., Sociedades ..cit.., t. I, ps. 24 y 297, con apoyo y cita de Ferro Astray,
Empresas Controladas, Bs. As. 1961, p. 51 y 55. Así se ha dicho que “la doctrina –y a su turno la
jurisprudencia de los tribunales- advirtieron que el verdadero poder no radica en la estructura formal
de las asambleas u órganos de administración, sino en quienes tienen la concreta posibilidad de
orientar la política societaria”, Bergel S., Extensión de la quiebra por abuso ..., LL 1984 D, p. 972.
791
Cfr. Otaegui J.C., Invalidez de actos…, cit., p. 293; Miguens H., Extensión de…
cit., p. 199; López Raffo F., El Corrimiento… cit., p. 136.

266
ni fusión ni escisión societaria, por hallarse la sociedad originaria en estado de liquidación
Cám. Com., B, ED, 74, 701.
Sujetos pasivos. Los consejeros, el gerente y el síndico de las sociedades cooperativas
no quedan personalmente obligados por los actos jurídicos que celebren las mismas, pero
responden solidaria e ilimitadamente por los daños que causaren a la sociedad, a los socios o a
terceros en caso de mal desempeño del cargo, violación a la ley, al estatuto o cuando medie
dolo, abusivo de facultades o culpa grave. Cám. Civ., Com. y de Flia., Río Cuarto, LL 2000-B,
845, (42.491-S), LLC 2000, 200.
Los administradores y los representantes del ente societario deben obrar con lealtad y
con la diligencia de un buen hombre de negocios, y el incumplimiento de ese deber por parte
de los primeros, los hace responder ilimitada y solidariamente ante la sociedad, los accionistas
y los terceros por el mal desempeño de su cargo, así como por la violación de la ley, el
estatuto o el reglamento y por cualquier otro daño producido por dolo, abuso de facultades o
culpa grave. Cám. Trab., X, abril 07-2006, “Acosta, Mendoza Andrés c. Simet S.A. y otros”,
LL Online.
El socio o controlante que aplicare los fondos o efectos de la sociedad a uso o
negocio de cuenta propia o de tercero está obligado a traer a la sociedad las ganancias
resultantes siendo las pérdidas de su cuenta exclusiva. El art. 54, 2° párr., de la ley 19.550
prevé la imputación directa de la actuación de la sociedad a los socios o controlante, quienes
responderán ilimitada y solidariamente por los perjuicios causados, cuando concurran los
extremos legales, pero no constituye un mecanismo legal idóneo para lograr la exención de la
responsabilidad de quien -en el caso, socia comanditada de una sociedad en comandita simple
que pidió ser desvinculada de la quiebra del ente afirmando no ser la real socia porque su
ingreso se debió a la necesidad de cumplir con la ley 17.565 regulatoria de la actividad
farmacéutica-, ostensiblemente y en virtud de la publicidad exigida por la ley y de la actuación
concretada en un negocio, revistió el carácter de socio, así fuera aparente. (Cám. Com., E, LL
2004-A, 518).
Corresponde extender a los directores y administradores de una sociedad anónima, la
responsabilidad solidaria por las obligaciones laborales del ente, por vía de la desestimación
de la personalidad jurídica y a tenor de los arts. 54, 59, 274, 284, 295, 296, 297 y concordantes
de la ley de sociedades comerciales (Adla, XXXII-B, 1760), ya que la transferencia del único
bien inmueble de aquella, realizada en la misma época en la que se estaba negociando la
reapertura del establecimiento y la existencia de conductas dilatorias ante los requerimientos
de los trabajadores, permite concluir que existió un obrar fraudulento. (Cám. Trab., X,
Córdoba, LLC 2003 diciembre, 1347).
Personalidad jurídica. Inexistencia de control que habilite la desestimación: La
circunstancia de que uno de los socios de la Sociedad anonima posea la totalidad del paquete
accionario no autoriza una sentencia contra la persona física, quien sólo podrá llegar a
responder con su propio patrimonio previa exclusión de los bienes sociales según corresponde
de acuerdo con el tipo de sociedad de que se trate (art. 56 ley 19550) máxime no tratándose de
una sociedad fantasma que carece de bienes (Cám. Civ., D, ED, 109, 309).

d.)- Prescripción
La solicitud de desestimación de la personalidad jurídica que habilita la
imputación de la actuación de la sociedad a socios y controlantes, no es materia
autónoma que permita predicar respecto de ella un plazo propio de
prescripción792. Dado que de la naturaleza misma del instituto se desprende que
su efecto es la extensión o el traslado de la imputación de derechos,

792
Seguimos aquí, por todo el punto, a Manóvil R., Grupos…, cit., p. 1051-, a cuyo
estudio sobre el particular remitimos.

267
obligaciones o situaciones jurídicas, la posibilidad de lograr esa extensión o
traslado de imputación depende, en primer término, de los propios derechos,
obligaciones o situaciones jurídicas involucradas. Baste reparar en el supuesto
de ocultamiento de bienes en la sociedad por uno de los cónyuges, en que el
otro cónyuge podrá obtener la inoponibilidad de la personalidad jurídica
mientras no haya prescripto el derecho a reclamar que los bienes involucrados
formen parte de la sociedad conyugal. De ello se sigue que la prescripción para
demandar la extensión o el traslado de la imputación es idéntica a la
prescripción de la acción principal, sea ésta de naturaleza contractual o
extracontractual793.

JURISPRUDENCIA

Personalidad. Desestimación: La regla del art. 2 de la ley 19550, aplicable


plenamente a la sociedades comerciales en lo que hace a su personalidad, tiene plena vigencia
en situaciones en que se advierten actos ilícitos, o bien en situaciones de fraude a la ley,
tomado en su acepción genérica. (Cám. Com., A, ED, 85, 488).
Personalidad. Desestimación. Criterio de aplicabilidad. La ley admite como uno de
los efectos de la personalidad jurídica reconocida a las sociedades (art. 2, ley 19550) la
separación patrimonial de estos sujetos de derecho respecto de sus integrantes. Este principio
legal debe mantenerse y respetarse en tanto no se violen reglas superiores del ordenamiento
jurídico que hagan aplicable el criterio de funcionalidad sustentado por la citada norma legal
(Cám. Com., A, noviembre 30-1979, “Roberto c. Lanzani, Sandro”, íd. diciembre 6-1979,
“Blanco, Rosa A. C. Benjamín Schapiro y otros”, id. febrero 26-1980, “Stir Seler, S. C. A.,
Quiebra”).
Desestimación. Sociedad de responsabilidad limitada: Es improcedente extender a
los socios de una sociedad de responsabilidad limitada la condena impuesta al ente por
obligaciones laborales, ya que no se puede prescindir de considerar la personalidad
diferenciada del ente y sus socios y administradores, a menos que se acredite que la sociedad
fuera ficticia o fraudulenta o constituida en abuso de derecho y con el propósito de violar la
ley prevaliéndose de dicha personalidad, lo cual en el caso no fue invocado ni demostrado.
(Cám. Trab., I, LL 24/08/2004, n°7).
Personalidad. Desestimación: Para la aplicación de la teoría de la desestimación de la
personalidad societaria, aquel que pretende la condena solidaria de los socios debe demostrar
que los mismos se desempeñaron como socios gerentes, ya que dicho cargo, en sí mismo,
refleja un accionar íntimamente relacionado con la deliberación y organización empresaria, o
que aquellos participaron en la administración, organización y gestión de la persona jurídica
demandada (del voto del doctor Balestrini). (Cám. Trab., IX, agosto 26-2005, “Salina, Esteban
A. c. Saveas S.R.L. y otros,” LL Online).
Como se expresó en la fundamentación de la ley 22903, avalando la introducción del
actual párr. 2 del art. 54 de la ley 19550, cuando a través del sujeto se persiguen fines que
conllevan la violación de la ley, del orden público o la buena fe o se frustren derechos de
terceros, se establece que las consecuencias se imputarán directamente a los socios o a quien
controla a la sociedad siendo inoponible la personalidad jurídica. (Cám. Civ., F, ED, 143,
151).
Puesto que del convenio habido entre las partes surge que éstas se han valido de las
formas exteriores de la técnica societaria para enmascarar una actuación personal -
manifestación ésta, que es característica de la negociación indirecta- resulta apropiado

793
Cfr. Manóvil R., Grupos…, cit., p. 1051.

268
encuadrar el caso dentro de la situación prevista por el art. 54 de la ley 19550. (Cám. Com., B,
ED, 169, 359).
Si de las pruebas aportadas surge que el domicilio real de la demandada coincide con
el domicilio social, que el giro de la sociedad se vincula exclusivamente con un inmueble y
con un automóvil, que el inventario de la sociedad incluye bienes personales de la primera y
que en las operaciones concertadas por la empresa aparecen fundamentalmente gastos
efectuados por pagos de expensas, luz, gas, teléfono, sin ubicarse ningún otro desprendimiento
de excepción, todo lo cual no condice con el acta de constitución de la sociedad donde figura
un objeto comercial, industrial, constructor, inmobiliario, agropecuario y financiero, debe
concluirse que la actuación de dicho ente encubre la obtención de fines extrasocietarios en
miras al interés personal de la demandada; por lo que, el caso encuadra dentro de los términos
del art. 54 de la ley 19550 y, consecuentemente, cabe declarar la inoponibilidad de la
personalidad jurídica de la sociedad de marras. (Cám. Com., C, ED, 164, 1065).
El art. 54, inc. 2 de la ley 19550, introducido por la ley 22903 recoge en el ámbito de
nuestro derecho positivo el criterio que armoniza con lo dispuesto en el art. 2 del mismo texto,
respecto a la inoponibilidad de la forma societaria en cuanto se trata de actos que persiguen la
consecución de fines ajenos a aquéllos para los cuales ha sido creada. Así cabe considerar el
acto de venta realizado por el mandatario individual de uno solo de los socios, como contrario
a los fines de la sociedad, ajenos a las operaciones inmobiliarias y, cuando, además, el
inmueble enajenado años antes la sociedad lo prometió en venta a otra persona. (Cám. Civ., F,
ED, 143,151).
Desestimación. Relación laboral: Los socios de la sociedad anónima demandada no
pueden ser responsabilizados solidariamente con ella, con fundamento en los arts. 54 y 274 de
la ley 19.550, por las irregularidades habidas en la registración de la relación laboral de un
dependiente, dado que sólo puede imputarse responsabilidad a las personas físicas que
conforman la sociedad cuando se acredita que la figura societaria ha sido utilizada como mero
instrumento para la consecución de finalidades extrasocietarias, como mero recurso para violar
la ley, el orden público o frustrar derechos de terceros, lo cual no ha sido acreditado. (Cám.
Trab., VIII, LL 08/03/2006, 11 - LL 2006-B, 222 - IMP 2006-7, 1008).
La condena al pago de una indemnización por despido impuesta a una sociedad
anónima no puede extenderse al socio de esta última, dado que no se acreditó que hubiera
mediado una utilización fraudulenta de la personalidad societaria, ni que se hubiera desviado
su objeto con el propósito de encubrir un mero instrumento para violar la ley, el orden público,
o la buena fe. (Cám. Trab., II, DJ 19/07/2006, 909).
La aislada comisión de ilícitos laborales por parte de una sociedad que funciona
normalmente, no justifica que se aplique la teoría de la desestimación de la personalidad
jurídica, pues la misma sólo procede cuando sus socios o controlantes han utilizado la
sociedad como una mera pantalla o instrumento para cometer actos abusivos o fraudulentos.
(Cám. Trab., VI, LL 13/07/2005, 16; Cám. Trab., VI, diciembre 15-2004, “Peralta, Alejandro
R. y otro c. Puerto de Buenos Aires S.A. y otro”, LL Online).

269
Capítulo VI
Organicismo

SUMARIO:
22.- Organicismo. a.- Evolución de la relación entre los sujetos que ejercen funciones
sociales necesarias, con la sociedad, socios y terceros. I.- Teoría del mandato. A.- Críticas
a la teoría del mandato. II.- Teoría de la representación necesaria –Garo-. III- Teoría de la
representación legal –Otaegui-. A.- Críticas a la teoría de la representación. IV.- Teoría
del contrato de trabajo. V.- Teoría de la fiducia. VI. Teoría del órgano. A.- La teoría del
órgano en Kelsen. B.- La teoría del órgano en la visión de Colombres. C.- La teoría del
órgano en la actualidad. b.- Aspectos objetivos y subjetivos. I.- Órganos y formación de
la voluntad social. II.- Órganos y competencias funcionales. A.- Órgano de
administración y competencia funcional. 1. En la sociedad de hecho. 2. En las
sociedades por partes de interés. a. La sociedad colectiva. b. Sociedad en comandita
simple. c. Sociedad en comandita por acciones. d. Sociedad de capital e industria. 3.
En las sociedades de capital. B.- Órgano de gobierno.C.- Órgano de fiscalización. 1.
Fiscalización en las sociedades por parte de interés. 2.- Fiscalización en las
sociedades de capital. D.- La represetación. Actuación de la sociedad frente a
terceros. 1.- Órgano de representación. 2.- Relación entre el objeto social y la
actuación del representante. c.- Críticas a la teoría orgánica. 23. Responsabilidad
penal de la sociedad comercial

22.- Organicismo

Las sociedades requieren instrumentar su funcionamiento regular a través de


un sistema que les es propio, y que se estructura en torno a órganos, a los que se les
confía la realización de diversas tareas y funciones necesarias para la consecusión de
sus fines, funciones que pueden ser según el caso imprescindibles (administrar,
representar y gobernar) o simplemente necesarias o convenientes (fiscalizar). El
organicismo no es otra cosa que el sistema que regula la expresión de voluntad de
las sociedades, en su ámbito interno y externo, o sea, el régimen de imputabilidad al
orden jurídico especial denominado sociedad794. Para que podamos hablar de
órganos, al menos en el campo del derecho societario, se requiere estar frente a un
ente dotado de personalidad, aunque la misma sea precaria como en el caso de las
sociedades irregulares y de hecho (art. 21 y ss. LS).

a.- Evolución de la relación entre los sujetos que ejercen funciones sociales
necesarias, con la sociedad, socios y terceros
La teoría orgánica, al igual que cualquier teoría jurídica, requiere de la
participación de personas para pasar al acto. Desde los albores del derecho societario, y
aún antes de su desarrollo –von Gierke, 1880-, diversas han sido las formas en que el
derecho ha apreciado la naturaleza de la relación entre los sujetos que se involucran
con la formación, administración y representación del ente, y con la propia sociedad,
sus socios y terceros.

794
Cfr. Colombres, G., Curso…cit. p. 143.

270
I- Teoría del mandato
En concordancia con las teorías en boga al tiempo de su sanción, el Código de
Comercio, antes de la reforma de 1972 que suprimió sus arts. 282 a 449 e incorporó la
LS, disponía que, respecto de los derechos y obligaciones de los administradores
sociales, todo lo que no estuviere previsto en los estatutos o en las resoluciones de la
asamblea general sería regido por las reglas del mandato (art. 346)795. Tan marcada era
a fines del siglo XIX la asimilación del administrador con la figura del mandatario, que
la remisión efectuada por el Código de Comercio fué incluso considerada superflua por
la doctrina, para la que “aunque [el artículo] no hubiera sido incluído en el Código,
habría que acudir, ante la ausencia de disposiciones legales y de cláusulas estatutarias o
de resoluciones de la asamblea de socios, a las reglas del mandato (comercial, y
supletoriamente civil) puesto que los directores y los síndicos son, por la naturaleza
misma de sus funciones, mandatarios”796.
Obligaciones y responsabilidades del administrador se juzgaban, antes de la
sanción de la ley 19.550, por las reglas del mandato, instituto temporario y revocable
ad nutum -por tanto también renunciable-, que requería del sujeto designado las
mismas condiciones personales que el Código Civil exigía para ser mandatario, con
más la calidad de accionista para el caso de las sociedades anónimas (art. 336 Código
de Comercio). Tal es la posición que aún hoy se mantiene respecto de la sociedad civil,
por lo que para esta: i) los administradores tienen las mismas obligaciones y derechos
que el mandatario respecto del mandante (art. 1700 Código Civil); ii) par el caso de que
el contrato no estipulase el modo de administrar, cualquier socio puede hacerlo como
mandatario del ente (art. 1677), aunque se ha entendido que cuando la administración
se ejerce promiscuamente por todos los socios, no existe tal delegación de funciones,
por lo que no hay propiamente mandato, considerándose que cada socio trabaja en pro
de sus propios intereses797; iii) de preverse contractualmente el mandato para
administrar –o de incorporarse este posteriormente-, rigen para su revocación las reglas
dispuestas en los arts. 1681 y 1682 del Código Civil.
Si bien la previsión del art. 346 del Código de Comercio simplificaba, en
apariencia, la cuestión sucitada en torno a la naturaleza del vínculo del administrador
societario, nada fácil resultaba saber de quién se era mandatario. En este punto, la
doctrina se dividía entre quienes consideraban al director como un mandatario
directo de los socios, y aquellos que entendían que el mandato le era en realidad
conferido por la sociedad. En el primero de los casos, considerar al director como un
mandatario de los socios contradecía el régimen de responsabilidad diferenciada propio
de las personas jurídicas (socio-sociedad). Además, obviaba que los administradores
nunca actúan por encargo de los socios, sino como si estos fueran la sociedad
misma, y en procura de la consecusión de los fines sociales (que solo así coincidían
con los propios de los socios). Si, por el contratrio, se consideraba que era la sociedad

795
Que concordaba a su vez con el art. 1904 inc. 3° del Código Civil.
796
Malagarriga C., Derecho Comercial Argentino, t. II, 4° ed., Bs. As., 1936, p. 221;
Satanowsky M., Estudios de Derecho Comercial, Bs. As., 1950, p. 288, n° 7.
797
Garo F., Sociedades… cit, t. I vol. I, p. 284.

271
la que otorgaba el mandato a sus administradores, quedaba sin definir la forma en que
el ente expresaba su voluntad en tal sentido: no podía hacerlo a través de los propios
directores (mandatarios) ni de los socios (sujetos con personalidad diferenciada de la
del ente). Por ello cierta doctrina efectuaba para el caso una distinción, reputando como
mandante a la Asamblea General de Accionistas (art. 347 Código de Comercio),
subordinando al mandatario-administrador a las condiciones determinadas por las
leyes, los estatutos o las decisiones de la asamblea798. Esta posición, que anticipaba la
pronta irrupción de la teoría del órgano, pasaba no obstante por alto la falta de
personería de cualquier reunión de socios, por tanto su imposibiliad para otorgar
mandatos.
A.- Críticas a la teoría del mandato: como veremos más adelante, la idea de un
órgano implica la actuación de la sociedad de forma directa, por y para sí, a través de
aquel, lo que permite sortear las fallas lógicas insalvables de las que adolece la teoría
del mandato, por cuanto esta última: i) se corresponde con una concepción contractual
bilateral de sociedad, caduca, que reputa a esta como un acuerdo en el cual los
contratantes designan mandatarios para la gestión social799; ii) desde tal perspectiva, y
para el derecho societario, mandante y mandatario coincidirían impidiendo el
otorgamiento del mandato; iii) además, en cualquier caso se requiere un mandante en
condiciones de otorgar mandato, esto es, un sujeto dotado de capacidad a tales fines, y
si bien la sociedad pudiera hacerlo a través de terceros, no pueden estos –o aquel-
instituirse (auto designarse) como mandatarios, o designar a su vez otros800; iv) el
representante del ente en realidad no actúa como mandatario, sino como si fuera el
propio ente, por lo que no existe el predominio del interés del otorgante propio del
mandato ordinario; v) alguna doctrina incluso ha señalado que la aplicación forzada de
las reglas del mandato, en tanto contrato bilateral, a las relaciones que nacen de un
contrato plurilateral de organización, obligaba a una constante distorsión de las reglas
que lo rigen –tal el caso de la extinción de la relación de representación-801.

II.- Teoría de la representación necesaria –Garo-:


Para esta corriente doctrinaria –también anterior a la sanción de la LS-, los
administradores resultan ser representantes necesarios del ente en los términos de los
arts. 35 y 36 del Código Civil, sin perjuicio de que sus funciones se rijan, en general,
por las reglas del mandato, atento la remisión prevista en el art. 1870 inc. 3°802. La
primera de estas normas permite a las personas jurídicas actuar “por el ministerio de los
representantes que sus leyes o estatutos les hubiesen constituido”, mientras que la
segunda reputa actos de la sociedad aquellos celebrados por tales representantes, en

798
Cfr. Siburu, J. B., Comentario del Código… cit., t. V, ps. 149 y 183.
799
Cfr. Verón A. V., Sociedades ..cit.., t. I, p. 422.
800
Cfr. Highton F., “La representación, el mandto y el órgano de la person jurídica (aspctos
prácticos), LL 1978-A, p. 458.
801
Cfr. Cabanellas de las Cuevas G., Derecho Societario…cit., t. 4, p. 16.
802
Art. 1870: “Las disposiciones de este título son aplicables ... 3° a las representaciones por
administraciones o liquidaciones de sociedades, en los casos en que así se determine en este Código y
en el Código de Comercio.”

272
tanto no “excedan los limites de su ministerio803”. En ambos casos se parte de la
concepción savigniana de considerar a la persona jurídica como una ficción, por tanto
incapaz absoluta de hecho, y que en consecuencia indefectiblemente requiere de un
representante necesario. Se distingue así al administrador del mero mandatario, por
cuanto las funciones y poderes de aquel los superan en mucho: su limite natural –
legal- le viene impuesto y esta dado por la realización de todos los actos necesarios
para la consecución del objeto, siendo su conducta reglada por -y en el siguiente orden-
: i) el contrato social, cuando este se ajuste a la ley; ii) las normas legales relativas a la
administración social; iii) las disposiciones referidas al mandato comercial; iv) las
disposiciones referidas a la administración de sociedades civiles; v) sólo en último
término, por las disposiciones referidas al mandato civil804.

III.- Teoría de la representación legal –Otaegui-:


Sin manifestarse de manera explícita en favor de la teoría de la representación,
aunque destacando su conveniencia frente a las falencias de la teoría del órgano, puede
verse una evolución de aquella en el trabajo de Otaegui. Para el autor resulta
suficiente, para la atribución a la sociedad de las consecuencias de los actos jurídicos
realizados por sus representantes legales actuando en tal carácter, el instituto de la
representación legal. En esta el alcance de las facultades del representante no depende
de la voluntad del representado –como en el mandato- sino del régimen legal vigente,
que se las asigna. En punto a la responsabilidad: i) contractual de la sociedad frente a
terceros, esta no reulta de su actuación a través de órganos, sino de que el ente contrata
directamente por intermedio de un representante legal, o indirectamente a través de un
mandato conferido por dicho representante legal; ii) la extrancontractual no surge de
que el ente cuente con órganos, sino de la política legislativa que se adopte en sentido
negativo o afirmativo805.

A.- Críticas a la teoría de la representación: En ambos casos –representación


necesaria o representación legal- la teoría no resuelve satisfactoriamente el problema
del instituyente de la voluntad: si la representación es necesaria, esta recae siempre
sobre persona determinada por ley, y no por aquella voluntariamente elegida por los
interesados –los socios-806. Tampoco se ocupa satisfactoriamente de la pérdida de
individualidad que el administrador, en cuanto integrante del órgano sufre, y que hace
que los actos por el órgano realizados –si bien con su necesaria participación- les sean
atribuidos de manera exclusiva al ente807.

803
Extremo este último en cierta forma analogable a la doctrina del ultra vires posteriormente
incluida en el art. 58 LS.
804
Cfr. Garo F., Sociedades… cit; t. I vol. I, ps. 283 y 284.
805
Cfr. Otaegui J.C., Administración Societaria… cit., ps. 44, 45, 47 y 48.
806
Cfr. Zaldivar E. y ots., Cuadernos…cit., Vol. I, p. 288.
807
Cfr. Richard E. y Muiño O., Derecho Societario… cit., p. 208. En igual sentido, Verón A.
V., Sociedades ..cit.., t. I, p. 422-, para quien mientras en la representación la idea central presupone
dos sujetos, las personas jurídicas cuentan con uno sólo cuya voluntad se expresa a través del órgano,
con lo que el concepto de representación, al no exitir esta, resulta una entelequia.

273
IV.- Teoría del contrato de trabajo:
Para cierta doctrina de principios del siglo XX, en especial alemana, el vínculo
entre el director de una sociedad anónima y esta se reducía a un contrato de trabajo, el
cual, junto con las disposición es legales de la materia, fijaba los derechos y
obligaciones de las partes. Esta posición, que en un principio fue parcialente receptada
por la Corte Suprema808, fue rápidamente abandonada. Si bien a responsabilidad que la
ley establece para los directores con la sociedad es contractual809, la naturaleza del
vínculo nunca es laboral810. Más bien, como diremos más adelante, la relación emana
de una suerte de contrato de administración811, cuyo contenido viene determinado
parte por ley -con carácter imperativo o dispositivo supletorio-, parte por el estatuto de
cada ente812: una obligación jurídica compleja de administración social, con notas
distintivas propias y otras comunes a las locaciones de servicios –y aún de obras-.

V.- Teoría de la fiducia


Para cierta corriente doctrinaria anglosajona, los directores son fiduciarios –
trustees- de la sociedad, investidos por la asamblea, y obligados por normas de
rectitud, probidad, buena fe y honradez propias del propósito que se les confía813.

VI.- Teoría del órgano


Las falencias de las teorías imperantes y que antes describiéramos, con más la
imposición legal de las reglas del mandato a los administradores (art. 346 Código de
Comercio), forzaron el ingenio de los estudiosos del derecho, generando el avance de
modernas doctrinas que, en desmedro de aquellas, veían en su relación un
funcionamiemto orgánico. A partir del ya aludido carácter necesario del mandato814, y
808
Véase Zaldivar E. y ots., Cuadernos…cit., Vol. I, p. 288, nota 3, quienes aclaran que la
misma sólo pudo tener asidero bajo el imperio de la derogada ley de de sociedades alemana de 1937,
en que el consejo de vigilancia contrataba a los directores.
809
Cfr. Bonelli F., La Responsabiltá degli Amministatori di Societá per Azioni, Milán, 1992,
p. 157.
810
Y más allá del más allá del doble rol de empleado-director que ocasionalmente pudiera
desempeñar, y que hoy es mayormente aceptada por la doctrina, siempre y cuando las labores de
aquel superen las propias del directorio y puedan considerarse subordinadas. En contra, véase
Rangugni D.E., “Algunos aspectos...”, LL 1999-B, p. 120.
811
Se trata de una obligación jurídica compleja de administración social, con notas
distintivas propias y otras comunes a las locaciones de servicios –y aún de obras-.
812
Cfr. Aranguren Urriza F.J., "Régimen general de la responsabilidad civil de los
administradores de sociedades anónimas y de responsabilidad limitada: causas, efectos y extinción",
en la Responsabilidad de los Administradores de Sociedades de Capital, Estudio de Derecho Judicial,
Madrid, 2000, p. 22.
813
Cfr. Bollini Shaw C. (h), “Que es el directorio, su responsabilidad y la remoción del
mismo relcionado con la ley 19.550”, ED 49-345, quien ve como de utilidad para el caso aplicación
de esta teoría -que exorbita el simple cuidado de los intereses del ente-, que los administradores al
actuar deben hacerlo “a favor de los intereses tanto de los accionistas, como clientes, obreros y con
fines que sean favorables a la sociedad en general y al Estado”.
814
Los administradores no resultaban ser mandatarios facultativos, sino necesarios –
imprescindibles- para la realización del órden jurídico sociedad.

274
de que la novedad organicista impedía que los directores de manera singular fueran
considerados aisladamente mandatarios815, es que la teoría clásica entró en una crisis
definitiva. No extrañaba entonces leer recurrentes críticas al sistema816, como las
apuntadas por Rivarola a mediados del siglo XX -anticipándose en décadas a la LS-
sobre que el doble carácter (mandatario y órgano) en los administradores “existe en
realidad, y que la teoría de un simple mandato no puede prosperar. La persona jurídica,
como un ente suceptible de adquirir derechos y contraer obligaciones, es una voluntad
creada por la voluntad unánime de los asociados, para cuya vinculación jurídica es
indispensable la existencia de un órgano, cuyas manifestaciones de voluntad la obligan
o la hacen adquirir derechos: en todo lo que los administradores realizan esta función
de manifestaciones de voluntad propia que obligan al ente jurídico, son un órgano de la
sociedad; en todo lo que sea ejecución de los actos en que la ley considera a la sociedad
vinculada jurídicamente, son representantes de esta última. Así, cuando el consejo de
administración decide una operación cualquiera social, esa decisión es función del
órgano de la sociedad; cuando el mismo consejo de administración realiza el acto
decidido, por sí o por personas por él encargadas, es representante de la sociedad817”.
Como vemos, la doctrina fue paulatinamente abandonando la teoría del mandato, para
adscribir francamente a la más moderna –y revolucionaria818- teoría organicista que
pronto la suplantaría819. Esta, a diferencia de aquella, explicitaba la naturaleza de la
relación entre los sujetos que integran el órgano, con la sociedad y los socios. Así, las
normas generales y aplicables a todos los tipos sociales contenidas en los arts. 58 y

815
“El artículo 346 se refiere a los derechos y obligaciones ‘de los directores’, es evidente
que ninguno de ellos puede considerarse aisladamente como mandatario: el mandato lo ejerce el
diretorio, y como en todos los casos de mandatos necesarios (como lo son los de los dementes,
personas por nacer e impúberes) la deliberación o sea la manifestación de la voluntad para crear,
modificar o extinguir la vinculación jurídica es función del directorio y no de uno cualquiera o varios
de los directores mientras no se reunan, deliberen y esuelvan sobre el acto que ha de realizarse. A la
inversa, la función de representación de la sociedad anónima para ejecutar el acto ya deliberado y
resuelto por el directorio, es función que corresponde a la persona o personas integrantes del mismo a
quienes el estatuto confiera tales funciones.” Rivarola M., Sociedades Anónimas… cit., t. II, ps. 41 y
42.
816
Cfr. Wathelet J.M., “La representación legal de la sociedad anónima y la proteción de los
terceros”, RDCO 1, 1968, p. 751.
817
Rivarola M., Sociedades Anónimas… cit., t. II, ps. 44 y 45.
818
De origen aleman y propia del derecho público, su difusión masiva en el ámbito
societario sólo comienza a partir de la obra de von Gierke, a quien con justicia se lo señala como el
fundador de la teoría del órgano, cerca del año 1880. De allí que, cuando nuestra ley finalmente la
adopta, esta ya contaba, en puridad, con casi un siglo de desarrollo
819
“Las reglas del mandato no explican en realidad ni la función ni la responsabilidad del
directorio: éste es un órgano de la sociedad. Su régimen estático y funcional está dado por un capítulo del
C.Com, reglamentado por los estatutos sociales. Es en aquel, y en estos, y no en los artículos que tratan
del mandato, en donde hay que escrutar la naturaleza jurídica del directorio. Ella consiste en un órgano de
gobierno y de administración de la sociedad anónima, un instrumento de la entidad por medio de la cual
ésta exterioriza su voluntad jurídica”. Zavala Rodríguez C.J., Código… cit., t. I, p. 429.

275
59 responden a esta posición820, y la propia ley alude en oportunidades a los órganos
sociales821.

A.- La teoría del órgano en Kelsen. En la revolucionaria visión kelseniana del


derecho, órgano de toda comunidad822 –por tanto de toda sociedad- es aquel
individuo que ejerce una función que por imperio de la ley puede ser atribuida a
aquella. A su vez, la sociedad ejerce tal función a través de un individuo que actúa
como su órgano. La esencia del organicismo radica, entonces, en la atribución de
actividad a la sociedad. Así, “un individuo es órgano de una comunidad en tanto y
en cuanto cumpla una conducta atribuible a la comunidad (Kelsen denomina a este
sujeto como portador de la función orgánica); y una conducta es atribuible a la
comunidad cuando se encuentra determinada, como condición o consecuencia, por
el orden normativo constitutivo de la comuniad” (a la que Kelsen refiere como
función orgánica en sentido amplio) ... en donde “el concepto de órgano, como
portador de una función distinta del portador, es un concepto sustancial, y en cuanto
tal utilizable con conciencia de que, desde el punto de vista del conocimiento
científico, la sustancia se reduce a la función. En el concepto de órgano, como
portador de la función, el elemento personal es escindido del elemento material, e
independizado, aunque aquel esté inseparablemente ligado a este”823. Como
consecuencia de ello es que, más allá de la imprescindible actuación del hombre, este,
individualmente considerado, no reviste importancia para el funcionamiento de la
comunidad. En cuanto a la representación de la sociedad, la actuación del órgano es
vista como si la función que este lleva a cabo el individuo fuera en realidad
desempeñada por la propia sociedad (ficción que permite verla como persona activa y
que Kelsen denomina ficción de la atribución).

B.- La teoría del órgano en la visión de Colombres. Según dijéramos, la teoría


del órgano no era desconocida con anterioridad a la sanción de la LS. Su aplicación
ya se pregonaba no obstante la orfandad normativa, siendo a partir del trabajo de
Colombres -y su relectura de la teoría kelseniana- que esta se abre curso en nuestro
medio para posteriormente consagrarse legalmente. Este autor explora el problema
que sucita imputar voluntad a las sociedades, desde una perspectiva puramente
normativa, propia de las corrientes positivas que por entonces ya dominaban la esena
jurídica824. Si persona desde la perspectiva kelseniana resulta ser siempre una
820
Cfr. Zaldivar E. y ots., Cuadernos…cit., Vol. I, p. 289; Halperín I. y Butty E., Curso…cit.
4ª ed. t. I, p. 333.
821
CNCom., Sala A, Octubre 27-1978, del voto de Etcheverry, ED, 82-375. Ver arts. 73, 84,
158, 3er. título de la sección 3era., Sección IV, Título II, SRL, en la LS.
822
Comunidad entendida como orden normativo que regula el comportamiento de una
multiplicidad de individuos.
823
Cfr. Kelsen H., Teoría Pura… cit., ps. 161 y 162.
824
Para Colombres “el derecho es norma y nada más que norma”, por lo que será a la luz de
la concepción kelseniana de persona –a la que recurrentemente alude- que habrá de construir su obra.
Desecha también las corrientes naturalistas encontraban un paralelo analogable entre los seres vivos y
entes ideales -cfr. Colombres G., La Teoría del…cit., ps. 17 y 36-.

276
construcción jurídica, tanto la denominada persona física con que se alude al
“hombre sujeto de derecho”, como la persona jurídica con que se alude a la
“sociedad”, resultan no ser más que recursos artificiales, ideas secundarias,
auxiliares, no imprescindibles, útiles solamente para hacer captar una parte del
derecho privado825. Persona jurídica sería, entonces, la personificación de un orden
que regula la conducta de varios individuos, o mejor, un punto común de atribución
de todos aquellos actos humanos determinado por el mismo orden. En puridad, no
cabría hablar de derechos y deberes de la sociedad, los que sólo son aplicables a los
seres humanos cuya conducta es la única que puede ser normada, sino que los
derechos y deberes presentados como de la sociedad, son derechos y deberes que los
miembros de esta poseen en una forma específica (un orden jurídico especial),
distinta de aquellas en que poseen otros deberes y derechos sin el carácter de
miembros de un persona colectiva826. En punto a su voluntad, es claro que la
sociedad no puede tenerla en el sentido en que la tiene un ser humano: tanto aquella,
como la titularidad de derechos y obligaciones, son atributos exclusivamente
humanos. Para hablar de voluntad de la sociedad se requerirá, según refiriéramos en
el apartado anterior, además de un orden jurídico especial la presencia dentro del
mismo de un individuo o grupo de individuos facultados para obrar de una manera
especial: como órganos.
Un individuo obra como órgano si su conducta corresponde al orden especial
constitutivo de la persona colectiva, en función de la cual se atribuye al orden
especial “sociedad” la conducta de los individuos facultados como órganos –
atribución que no corresponde a una realidad natural sino que es producto de una
construcción jurídica-827. Decir que la sociedad tiene órganos implica : i) que los
individuos están organizados normativamente; ii) que sólo aquellos que sean
facultados como órganos formarán la voluntad que será atribuida en sus efectos al
orden jurídico especial que la sociedad importa para cada uno de aquellos; por lo
que el órgano será aquella estructura normativa que determina cuando y de que
manera la voluntad o el hecho de un individuo –o varios- serán “imputados en sus
efectos”828, a un grupo de individuos vinculados en un orden jurídico especial (o
825
La personalidad jurídica no constituye para esta corriente más que la unidad personificada
de un conjunto de normas, donde los derechos y obligaciones son normas. –La teoría..., págs. 24 y
25.
826
Colombres G., La Teoría del…cit., ps. 41 y 42; o, según Kelsen mismo, el derecho de una
persona jurídica es el derecho colectivo de los individuos cuya conducta está regulada por el orden
jurídico parcial constitutivo de la comunidad que se presenta como persona jurídica.
827
Cfr. Colombres G., La Teoría del…cit., p. 37 para el párrafo anterior, y ps. 42 a 44 para
este párrafo.
828
El término imputación utilizado por Colombres pertenece a la primera edición de la
Teoría Pura del Derecho de Kelsen, de 1934. En su segunda edición, de 1960, Kelsen sustituye el
vocablo por atribución. “En escritos anteriores he esignado a la operación intelectual de que se trata
como ‘imputación’. Pero como con esa palabra sobre todo se designa la conexión normativa de dos
hechos, análoga a la conexión causal, tuve que distinguir la imputación de una función a la comuniad
como imputación ‘central’, de la conexión normativa entre dos hechos, como imputación ‘periférica’.
Esta terminología no es muy satisfactoria, y lleva a equívocos. Limito, pues, ahora el uso de la
palabra ‘imputación’ al enlace normativo entre dos hechos”. Kelsen H., Teoría Pura… cit., p. 161.

277
“vinculados en sociedad”)829. Introduce así Colombres toda una novedad en nuestro
derecho: al reducir al órgano a un mero esquema normativo, se aparta de la
perspectiva mayoritaria –no sólo kelseniana- que reputa que el órgano es siempre –y
solamente- un individuo-representante830. De manera análoga –aunque en derecho
comparado- ya se expedía Méndez, al criticar la concepción orgánica subjetiva (que
entendía por órgano al hombre habilitado por los estatutos para querer por la
colectividad y cuya voluntad valía por tal habilitación estatutaria como voluntad
legal de la colectividad) por simplista y confundir, al limitarse a apreciar la
exterioridad de la acción orgánica, “el sujeto titular del órgano, con la unida técnica
a la que sirve”831.

C.- La teoría del órgano en la actualidad. Siendo la sociedad un conjunto


normativo carente –per se- de sustrato físico, la ley le atribuye voluntad propia
cuando esta resulte de la manifestación de voluntad de las personas que integran sus
órganos, expresada de acuerdo a sus competencias y las previsiones de la ley o el
estatuto. De allí que, producto de la falta de elemento humano, la sociedad no pueda
existir sino por medio de sus órganos, sin los cuales no adquiriría materialidad,
reduciéndose a una mera abstracción sin injerencia práctica en la vida del hombre.
Trazando una analogía con el estudio del órgano que para derecho público efectuara
Méndez, cabe distinguir el concepto de órgano en sí mismo, estáticamente
considerado, de su noción dinámica, vale decir, en actividad. Desde el punto de vista
estático el órgano es una porción funcional nominada y definida del estatuto –una
unidad técnica-, que cuenta con forma, nombre y contenido. Desde el punto de vista
dinámico se le agrega un cuarto elemento, el hombre y su energía vital y física, que
anima el órgano para que este adquiera virtualidad y deje de ser una mera
abstracción832.
“Adviértase que, aún dado y no concedido que la sociedad sea contrato, su
aspecto predominante no es contractual. Es también –y sobre todo- una relación
jurídica que presupone la existencia de órganos. El hecho de que existan tales

829
“Así como el derecho es un conjunto de normas, la denominada ‘sociedad’ no puede ser
otra cosa que el conjnto de normas denominado estatuto. Porque constituye una aberración hacer de
ella un cuerpo dotado de una pseudo-naturaleza propia que permita diferenciar luego una vida suya
interna de otra externa. El orden jurídico especial se origina en un contrato; luego deviene el período
normativo (estatuto), pero siempre se trata de un orden normativo. El órgano será en consecuencia un
esquema normativo dentro del orden urídico especial-estatuto. Será el conjunto de normas que
determinen las condiciones en que cieros individuos darán lugar a efectos jurídicos previstos y con
directa imputación para los individuos supeditados a ese orden jurídico especial”. Colombres
Gervasio, La teoría ..., págs. 89 y 90.
830
Cfr. Colombres Gervasio, La teoría ..., págs. 45 a 49. Sin efectuar un razonamiento
análogo, Fontanarrosa se refiere a los órganos como estructuras creadas por la ley o los estatutos para
el gobierno del ente, no así a sus integrantes. Véase Fontanarrosa R.O., Derecho Comercial…, cit.,
vol. I, p. 457.
831
Cfr. Méndez A., La Teoría del Órgano, Montevideo, 1949, p. 17. Si bien este autor se
refería exclusivamente a los órganos del Estado, entendemos que para el caso la analogía es aplicable.
832
Cfr. Méndez A., La Teoría del… cit., p. 19; si bien este jurista alude exclusivamente a
fracciones determinadas del Estado que refiere como unidades técnicas.

278
órganos y de que, por consiguiente, la vida de la sociedad se desarrolle
necesariamente por intermedio de esos órganos, los cuales están dispuestos,
precisamente, para hacer posible la actividad social, permite decir que existe siempre
una organización social y, precisamente, que la sociedad es un organismo”833. A
través de la aplicación de la teoría orgánica se considera que la sociedad se
desempeña por sí a través de sus órganos: la actuación de sus integrantes se imputa
directamente a aquella.
La calidad de órganos expresa una suerte de realidad biológica, como si los
dirigentes formasen un cuerpo con la sociedad, siendo también de ésta la voluntad
de ellos, de modo tal que no son ni sus encargados, ni sus mandatarios sino sus
representantes, que actúan en virtud de los poderes y dentro de los límites que les
confieren los estatutos sociales834. Pero el vocablo –órgano- no sirve sino como una
mera analogía con fines didácticos. La teoría del órgano, en su versión pura, es
extraña a todo elemento natural –aún filosófico-, y se limita a explicar meras
realidades normativas y sus divisiones funcionales.
Dentro de las tres concepciones orgánicas fundamentales, subjetiva, objetiva
y técnica, la mayoría de la doctrina comercialsta parece seguir la primera de ellas,
que denomina tanto órgano al hombre que, ya sea de manera individual o conjunta,
está habilitado a “querer por la colectividad y cuya voluntad vale por esta
habilitación estatutaria como voluntad legal de la colectividad” 835 (aspecto
personal), como a cada una de las estructuras jurídicas intra societarias que aquellos
integran (aspecto estructural) 836. En todo caso, son siempre personas quienes forman
los órganos837, y asu vez, los óganos de un sujeto dotado de personalidad son las
personas que por voluntad de la ley, o del contrato social, o de un acto societario por
aquella y este permitido, se encuentran utorizadas para manifestar la voluntad del
ente y para decidir sobre los asuntos sociales desarrollando las funciones necesarias
para la consecusión del objeto. En concordancia con ello, la doctrina mayormente
alude a las personas que desempeñan las funciones de administración como órganos

833
Messineo F., Manual de Derecho Civil y Comercial, t. V, Bs. As., ps. 296 y 297.
834
Cfr. Guyenot J., Curso de… cit., vol. I, p. 422 n° 33.
835
Cfr. Méndez A., La Teoría del… cit., p. 17. La concepción objetiva aprecia desde el
punto de vista externo el fenómeno de la fragmentación estatal –recordemos que la teoría es
prontamente receptada por el derecho público- dejando de lado su estructura y los problemas de la
actividad; la concepción técnica estudia el oficio –porción funcional determinada- que a través de la
acción del agente cumple una función del Estado.
836
No obstante, y según dijéramos, tanto Méndez como Colombres concluyen que el órgano
es un esquema normativo, apartándose así de la perspectiva kelseniana –seguida incluso por
doctrinarios no positivistas- de que el órgano es siempre un individuo-representante. Tampoco
Otaegui suscribe tal postura, calificando al órgano de institución jurídica propia de una colectividad
de personas de existencia visible, con o sin personalidad propia, cuya razón de ser es el cumplimiento
de determinadas funciones necesarias para el adecuado desenvolvimiento de dicha comunidad. Sus
funciones podrán consistir en la celebración de actos jurídicos imputables a ente si este goza de
personalidad –una sociedad- o directamente a los integrantes de la comunidad, si esta no tuviera
personalidad diferenciada –como los debenturistas y tenedores de bonos, arts. 354 y 232 LS- Cfr.
Otaegui J.C., Administración Societaria, cit., ps. 46 y 47.
837
Cfr. Guyenot J., Curso de… cit., vol. I, p. 422 n° 33.

279
sociales838, haciendo también notar que el órgano es una parte funcional de la
estructura total que conforma la sociedad839; o que quien desempeña las funciones
del órgano conforme a su estructura y naturaleza se halla legitimado para manifestar
la voluntad del ente y obrar sin que los terceros deban librarse a la investigación de
los vicios de composición y funcionamiento840.

JURISPRUDENCIA
Órgano. Teoría: Si la sociedad empleadora entregó a su dependiente un certificado
de trabajo y luego alega que lo hizo "de favor", tal conducta se inscribe en la "teoría de los
actos propios" y esta conclusión soslaya la relativa implicancia que la voluntad íntima de la
persona física concreta haya tenido en relación con un acto que efectuó en su calidad de
órgano de la persona jurídica, toda vez que la denominada teoría del órgano dejó atrás a la
antigua teoría del mandato, de modo tal que en la actualidad ya no se puede hablar de dos
voluntades distintas, una la del representante legal y otra la de la sociedad en su calidad de
representada, sino de una sola y única voluntad, que fue exteriorizada a través de aquél
asumiendo plena responsabilidad ante terceros mientras el acto jurídico llevado a cabo por
dicho representante deja al descubierto la voluntad misma de la sociedad en su carácter de
órgano, dando plena fe a un reconocimiento remuneratorio distinto al asentado en sus libros
contables. Cám. Trab., IX, DT 1998-B, 1679.
Si bien la teoría orgánica no es aludida expresamente en la preceptiva legal, la
doctrina en general entiende que ha sido receptada por la ley 19550: el art. 159 señala la
obligatoriedad de tomar acuerdos entre los socios previa deliberación y luego indica las
mayorías según los casos. La sección IV esta precedida por un título-tercero- que indica: "de
los órganos sociales". Cám. Com., A, ED, 82-375.
Cuando el legislador se refiere en el art. 46 del Código Procesal a las personas que se
presentan en juicio por un derecho que no les es propio, lo hace para englobar a más de los
representantes legales, a aquellos mandatarios convencionales que pueden denominarse
necesarios: los gerentes, directores, etc., de sociedades o asociaciones y personas jurídicas,
que, en virtud de su propia naturaleza, no pueden actuar sino por intermedio de los órganos
que los instrumentos constitutivos han determinado (arts. 35 y 36, Código Civil y 268, ley
19550). Cám.Apel. Civ. Com, San Martín, II, ED, 115-185.
La reforma de 1972 receptó la teoría del órgano, siendo connatural a la misma que en
el desenvolvimiento del órgano colegiado (asamblea o reunuión de socios) se requiera que el
acto jurídico que de éste emane resulte compatible con su naturaleza y conforme con las
previsiones que rigen tal acto colegial, las personas participantes puedan intervenir a título de
integrantes del órgano de un sujeto de derecho, atribuyéndole las consecuencias del acto a ese
sujeto o bien actuar a título personal, distinguiéndose de este modo las imputaciones de las
conductas y sus consecuencias, pues va de suyo que en el primer supuesto deberán

838
Cfr. Zaldivar E. y ots., Cuadernos…cit., Vol. I, p. 289.
839
Cfr. Zaldivar E. y ots., Cuadernos…cit., Vol. I, ps. 288 y 289; Colombres G., Curso…cit.
p. 143.
840
Cfr. Halperín I. y Otaegui J., Sociedades Anónimas… cit., 2° ed., p. 210; Brunetti A.
Tratatto del Diritto delle Societá, t. II, Milán, 1948, p. 258. Para Richard E. y Muiño O., Derecho
Societario… cit., p. 209, para ; para formar la voluntad del ente; para Sasot Betes y Sasot, los órganos
permiten definir la voluntad social –si son de gobierno-, poner en ejecución los actos de gestión y
representación necesarios para el cumplimiento del objeto social –si son órganos de administración- y
asegurar que las decisiones y gestiones de este último se mantengan dentro del marco de la ley y los
estatutos –órgano de fiscalización-, en Sociedades Anónimas, El Órgano de Administración, p. 31;
para Roitman los órganos son los medios por los cuales la voluntad del ente social se conforma, se
ejecuta en consonancia y se vincula con los terceros en el mundo jurídico -Roitman H.,
“Representación en la sociedad anónima”, en Revista de Derecho Privado y Comunitario, n° 6,
Santa Fe, 1994, p. 276-.

280
cumplimentarse todos los recaudos de convocación y régimen deliberativo colegial,
encontrándose estrechamente vinculado a la persona jurídica. Cám. Com., A, ED 82, p. 369.
Debe ser diferenciada de la persona del representante, la del órgano de una persona
jurídica. En el terreno del derecho privado la representación supone una neta y absoluta
separación entre las dos esferas jurídicas del representante y el representado, de tal forma que
haga aparecer posible, al menos, abstractamente, que el negocio produzca sus efectos en la
persona de qien lo realiza: pero semejante separación, con la consiguiente posibilidad, esta a
priori excluida por la posición del órgano, especialmente cuando este no sea una persona
singular, que pueda, abstractamente, efectuar el negocio para sí. El órgano carece, en cuanto
tal, de una individualidad jurídica propia y distinta, diferente e independiente de la persona de
que es órgano; forma un todo con esta persona y sus actos son referidos a ella como propios.
Cám. Com., B, LL 1979 A-316.
Las personas jurídicas, sociedades -sean sociedades del estado o anónimas- cuentan
con sus propios órganos de representación, administración, gobierno y fiscalización. Someter
sus actos -sean resoluciones de los directores de las sociedades, sus decisiones de asambleas, o
los que cumpla la sindicatura o el consejo de vigilancia, en su caso-, a eventuales recursos de
revocatoria y demás, importaría subvertir el orden jurídico particularizado de las sociedades
mercantiles, instituyendo por encima de ellas, superiores jerárquicos con facultad de examinar
la legitimidad y la oportunidad de las decisiones que pueda adoptar su directorio, se asamblea,
consejo de vigilancia o sindicatura. CS, SAIJ, J0012799.

b.- Aspectos objetivos y subjetivos


El órgano es un esquema normativo dentro del orden jurídico especial-
estatuto, “el conjunto de normas que determinen las condiciones en que ciertos
individuos darán lugar a efectos jurídicos previstos y con directa imputación para los
individuos supeditados a ese orden jurídico espeial”841. En cuanto tal, el órgano tiene
un aspecto objetivo, que es el conjunto de facultades, funciones y atribuciones que la
ley y el contrato le atribuyen, al que en parte nos refiriéramos cuando tratamos su
competencia842.
El órgano tiene también un aspecto subjetivo que es el componente personal de
los individuos que son sus miembros843, con más la regulación de su integración y los
derechos, facultades, deberes y responsabilidades de aquellos844.
La organización particular de cada sociedad identificará la regularidad
(interna) de los actos que se celebren por ella, “de su observancia se desprende, en
principio, la regularidad de las decisiones o actuaciones. Podrán existir, sin embargo,
actos irregulares, es decir, que no se adapten a los requisitos que tanto la ley, el
estatuto o los reglamentos (o la costumbre societaria) hayan establecido. La
situación, en cada caso, es particular. Si se trata de actos societarios internos, la
distribución de competencias es, en principio, inderogable e irrenunciable. Por esa
razón, desde que se trata de actos institucionales, su cumplimiento será, de ordinario,
841
Cfr. Colombres G., La Teoría del…cit., ps. 89 a 90. Para este autor, quien desarrolla sus
ideas a partir del pensamiento positivo Kelseniano, siendo el derecho sólo y únicamente un conjunto
de normas, la sociedad se reduce a un subconjunto de normas denominado estatuto, del que el órgano
es, en consecuencia, un sub-esquema.
842
Cfr. Zaldivar E. y ots., Cuadernos…cit., Vol. I, p. 289; Cfr. Otaegui J.C., Administración
Societaria, cit., ps. 50 y 51.
843
Cfr. Zaldivar E. y ots., Cuadernos…cit., Vol. I, p. 289.
844
Cfr. Suárez Anzorena y ots, “Competencia del directorio en la S.A. nacional”, R.D.C.O.,
n° 15, 1982, p. 823.

281
requisito para su regularidad y consecuente validez. El representante orgánico, que
lo es frente a terceros, sólo podrá llevar a ejecución los actos internos cuando éstos
fueren regulares, es decir, adaptados a la ley y los estatutos”845.

I.- Órganos y formación de la voluntad social


Los entes tienen para la ley una voluntad propia distinta de la de aquellas
personas que integran sus órganos, y que expresan a través de estos. Tales sujetos,
que autorizados por la ley o el contrato desarollan las funciones orgánicas, ejercen
una representación obligada a cargo de un órgano que carece de individualidad
jurídica propia, de allí que sus actos sólo son atribuidos a la persona jurídica846, y
nunca a aquellos847. Decir que una sociedad tiene órganos implica afirmar que los
individuos que la integran estan organizados según un orden normativo, y que,
facultados estos en tánto órganos, forman la voluntad que se imputa al ente. A los
órganos se imputa, entonces, una voluntad.
Ello presupone la existencia previa de deliberación848 –acto anterior a la
consagración de la voluntad-, y el gobierno del órgano según las reglas de la
mayoría. La deliberación sería el negocio jurídico unilateral y colegiado849 por el
cual los órganos colectivos de las ‘personas jurídicas’ prevén la expresión de la
voluntad con el fin de crear directa o indirectamente relaciones de derecho850.
En el proceso de formación de la voluntad del órgano, el proceso psicológico
de cada uno de sus titulares o componentes no desempeña ningún papel directo o
inmediato en la formación de la voluntad del todo, porque la deliberación viene a
sustituirlos. “Cada voluntad natural se vuelca en la deliberación de tal manera que

845
Alegría H., “La representación societaria”, en Revista de Derecho Privado y
Comunitario, n° 6, Santa Fe, 1994, ps. 251 y 252.
846
Cfr. Halperín I. y Butty E., Curso…cit. 4ª ed. t. I, p. 333.
847
Los actos llevados a cabo por los integrantes de los órganos sociales, cumpliendo
funciones que le son propias de acuerdo a la ley y el estatuto, son atribuidos a la propia sociedad
como si esta los actuara.
848
El proceso por el que se consagra la voluntad consta de tres etapas: i) el propósito, que se
confunde con el orden del día; ii) la deliberación como acto típicamente democrático (político más
que jurídico, ya que el derecho sólo fija reglas para que no se desvirtúe su ejercicio) y necesario para
la formación de la voluntad de los entes colectivos –por tanto prenegocial-, y iii) la decisión o
resolución, y que se relaciona con la problemática conexa con el principio mayoritario y su
ejerecicio. Colombres G., La Teoría ... cit., págs. 49 a 53. En similar sentido, para Méndez en el
proceso de formación de la voluntad técnica –la propia del órgano-, la voluntad de los integrantes del
órgano no desempeña ningún papel directo o inmediato en la formación de la voluntad del todo,
porque aperece un elemento técnico, la deliberación, que viene a sustituirlos -La Teoría… cit., ps. 38
y 39.
849
No es un acto colectivo, porque en estos varias declaraciones derivadas del ejercicio de
derechos distintos, se unen –no se fusionan- para la satisfacción de intereses comunes paralelos;
tampoco es un acto simple, sino una forma especial de acto complejo, y que se denomina acto
colegiado. Colombres G., La teoría ... cit., págs. 56 y 58.
850
Colombres G., La teoría ... cit,, págs. 55 y 56. Es el recurso que tienen para expresar su voluntad
los grupos de individuos organizados. Unilateral por cuanto las voluntades no confrontan sino que se
fusionan y unen; colegiado por cuanto es un acto único formado por la fusión de las declaraciones de
los miembros de un mismo órgano.

282
sólo participa expresada técnicamente en la voluntad orgánica posterior. La
deliberación es, pues, de esencia en todo órgano compuesto ...(y se actúa a través de
ella)... para llegar a la formalización de su voluntad mediante la aplicación del
principio mayoritario. Aquella es, pues, no el refljo de una o más voluntades
psicológicas sino, mediante una ‘fictio juris’, la manifestación volitiva del conjunto.
De acuerdo con el principio mayoritario la voluntad del órgano es el resultado de un
número coincidente de voluntades particulares de las que componen en todo
(‘quorum’). Las expresiones volitivas contrarias las de esa mayoría, como las de los
titulares ausentes, quedan absorbidas por ella851.” Lo dicho en nada obsta a que la
participación del hombre siga siendo fundamental para que la construcción lógica
jurídica adquiera virtualidad: lo que quiere decirse es que el órgano existe con
independencia de quienes sean su titulares. Si bien el hombre sería su sostén o
soporte –su elemento vertebral o de sustentación-, una vez incorporado al mismo
disuelve su individualidad natural para transformarse en un elemento técnico de
aquel; si su voluntad psicológica se desborda o desvía, recaerá sobre su titular –y no
sobre el ente- la obligación de reparar el daño852.

JURISPRUDENCIA
Órganos y formación de la voluntad social: Corresponde calificar como socio, y no
como trabajador dependiente, al integrante de una cooperativa que tuvo la efectiva posibilidad
de participar en la formación de la voluntad social mediante su intervención en las asambleas,
ya que ésta configura una característica esencial del vínculo cooperativo que no halla su
correlato en el derecho del trabajo. Cám. Trab., III, LL 27/01/2004, 3.
Es ineficaz el mandato otorgado para intervenir en la asamblea de la sociedad
controlada en virtud de una decisión que refleja la voluntad unilateral del presidente y
vicepresidente de la sociedad controlante, ajena a una determinación societaria impuesta por
las reglas estatutarias. Tal circunstancia pone de manifiesto la incapacidad del mandatario
designado para expresar la voluntad de la sociedad controlante y la existencia de una falla en
la formación de la voluntad social, proveniente de un defecto en la votación (voto nulo), que
determina la invalidez de la asamblea de la sociedad controlada. Cám. Com., A, LL 1998-B,
618.
Si estando presentes la totalidad de los socios -ó el 100% del capital accionario- el
99,6% ratificó la resolución adoptada en anterior asamblea -cuestionada en juicio- de pagar
dividendos en especie con acciones de la que era titular la sociedad, es indudable que aquella
forma de distribuir los dividendos representó el verdadero pensar de los socios en esta materia,
sin que puedan argüirse los óbices formales que en la primera reunión pudieron haber incidido
en la formación de la voluntad social. Cám. Com., C, abril 18-1996, “Madanes, Mónica c.
Cipal Cía. Inversora S. A.”.
Los pactos de sindicación de acciones son válidos si el entendimiento entre los
accionistas aparece normalmente enderezado a la formación de su voluntad expresada en la
asamblea y conllevan a la elaboración de una política común y estable con el único límite del

851
Méndez A., La Teoría del… cit., ps. 38 y 39; En los órganos pluripersonales existe una
voluntad orgánica que sobrepasa la correspondiente a la de los sujetos que lo componen. La voluntad de
cada titular contribuye a formar la del órgano, y la del individuos se diluye en aquella, por lo que
expresada de manera separada o aislada, nada importa. Id. págs. 36 y 37.
852
Méndez A., La Teoría del… cit., ps. 48, 49 y 56. “Terminamos diciendo que el proceso
de incorporación del hombre al órgano es esencialmente técnico y que las relaciones jurídicas que
puedan manifestarse entonces se refieren en principio al orden especial de los derechos funcionales o
a la regulación del órgano y no al titular como parte del órgano.”

283
respeto y preeminencia del interés social (del fallo de primera instancia confirmado por la
Cámara). Cám. Com., E, LL 1996-D, 408 - DJ 1996-2, 716.

II.- Órganos y competencias funcionales

El órgano no tiene capacidad sino competencia853. La competencia es la


medida del poder jurídico de actuación de cada órgano societario, por lo que es la
ley la que determina sus alcances854. Ello en nada empece el hecho de que cada
órgano cuente con una esfera de atribuciones que le son propias, las que se ajustan a
la especialización de tareas indispensables para el funcionamiento de cualquier ente.
No obstante, no son tales tareas las que delimitan la competencia orgánica, sino la
ley que las asigna.
En cuanto al funcionamiento del órgano propiamente dicho y los eventuales
vicios en punto a su falta de legitimación, esta pertenecerá al campo de la
anulabilidad y no de la nulidad, habida cuenta que las reglas al respecto dispuestas lo
son en interés puro y exclusivo de la sociedad, y no de terceros855. Distinto será el
caso, como veremos más adelante, en que los actos exhorbiten la capacidad propia
del ente –nunca del órgano-, lo que involucrará nulidades en oportunidades
insalvables.
Cada órgano tiene, entonces, una competencia funcional propia que la ley o el
estatuto le atribuye para el mejor desarrollo de las finalidades del ente856, no pudiendo
aquellos, en principio, inmiscuirse en la esfera de actuación de otros857. Ello no importa
853
“El órgano se integra de dos elementos, uno objetivo que al propio tiempo es
estrictamente jurídico y que esta constituido por el conjunto de facultades, funciones y atribuciones
que el ordenamiento legl y el pacto de las partes le atribuye; y el otro, subjetivo, o sea la persona o las
personas que lo integran o ejercen, aplican y usan dichas facultades, funciones y atribuciones. Aquel
elemento constituye el contenido y la materia del órgano, que no otorga ni atribuye a éste capacidad
ni derechos subjetivos, los que sólo corresponden a la sociedad de la que el órgano forma parte,
además en dicho conjunto de facultades estriba la competencia del órgano, o sea la medida y el límite
de sus funciones; y habrá tantos órganos del ente colectivo como funciones correspondan a este. Los
titulares o miembros del órgano, es decir, los funcionarios, los administradores, los agentes de la
sociedad que individual o colecyivamente integran el órgano, constituyen el medio y el
instrumentoimprescindible para poner en funciones la esfera de la competencia, para actualizar y
ejercitar las facultades y las atribuciones asignadas y referidas a cada órgano; en suma, las personas
que cosntituyen al órgano son el vehículo necesario para atribuir al ente los actos que ejecuten y
realicen , y para imputarle los efectos de tales actos”. Barrera Graf J., La representación voluntaria
en derecho privado. Representación de sociedades, Mexico, 1967, ps. 177 y 178, citado por
Colombres, G., Curso…cit. p. 143.
854
Cfr. Suárez Anzorena y ots., “Competencia del…” cit., p. 823.
855
Cfr. Colombres, G., Curso…cit. p. 148.
856
Cfr. Galgano F., Derecho Comercial, Las Sociedades, vol. II, Santa Fé de Bogotá, 1999,
p. 329.
857
“La teoría del órgano trata de identificar y calificar la distribución interna de funciones y
competencias en una sociedad y, en ciertos casos, su proyección externa. Por ende, no se aplica única
ni necesariamente a funciones que conllevan la actuación externa (representativa) de la sociedad
frente a terceros, sino a toda función social. Por ende, existirá (según el grado de evolución orgánica
identificado por el tipo social) un órgano de gobierno (asamblea o reunión de socios), otro u otros de
administración (administradores, gerentes en la sociedad de responsabilidad limitada, directorio,
consejo de administración, comité ejecutivo, etc.), eventualmente uno de representación diferenciado

284
la consagración de compartimentos de funcionalidad estancos, toda vez que la
apuntada competencia no resulta de una posición de predominio o subordinación, sino
del funcionamiento armónico de los órganos858.

A.- Órgano de administración y competencia funcional: Cabe a este la realización


y cumplimiento del objeto social -fin particular del ente-, que se corresponde con las
previsiones generales para todos los tipos sociales resumidos en la producción e
intercambio de bienes y servicios –fin general del ente; art.1 LS-. En cumplimiento
de tales recaudos el órgano habrá de llevar adelante diversas tareas y funciones
gestorias, propias de su funcionamiento (esfera interna), algunas de las cuales habrán
de vincular al ente con los terceros (esfera externa).
En términos generales, podría definirse a la administración como aquella
tareas destinada a decidir de forma ejecutiva sobre las actividades y gestiones que
mejor se encaminen al cumplimiento de los fines sociales previstos en los
estatutos859. En este sentido, corresponde al administrador la más importante función
en el seno de la sociedad: ejecutar las pautas de gobierno que los socios le señalen y
la de adoptar diariamente otras muchas decisiones en la esfera de sus competencia.
Toda la vida social fluye a través del directorio, “y es su actuación, acertada o
desacertada la que hece prosperar a la sociedad o la lleva al fracaso y a la ruina”860.
La administración comercial cuenta con características que le son propias.
Para el caso, esta no resulta analogable con la administración civil: mientras que
para esta última existen una serie de actos excluidos que, enumerados por el Código
Civil requieren de poder especial, en la administración societaria no se dan tales
supuestos, ya que pueden los administradores realizar todos los actos necesarios para
la consecusion del objeto. Solo les resultan vedados los actos de disposición –
entendidos como actos propios de la esfera del gobierno social-, reservados
exclusivamente a otro órgano conformado por la reunión de socios o asamblea861.

del de administración, y órganos de contralor interno (sindicatura, consejo de vigilancia). Lo


importante es destacar que cada órgano actúa dentro de los límites funcionales que la ley (y
eventualmente el contrato o estatuto) le atribuyen. No son personas diferenciadas de la sociedad
misma y por ende no tienen atributos de capacidad sino determinada competencia funcional”,
competencias que definen al órgano por ser, en general, privativas del mismo”. Alegría H., “La
representación…” cit., p. 247.
858
Cfr. Halperín I. y Otaegui J., Sociedades Anónimas… cit., 2° ed., ps. 209 y 210.
859
Cfr. Bergós Tejero J.J., “Responsabilidad civil y mercantil de administradores y altos
directivos”, en Obligaciones y Responsabilidades de Directivos y Administradores, Barcelona, 1996,
p. 9.
860
Uría R., Menéndez A. y García de Enterría J., “S.A. Órganos sociales. Los
administradores” en Curso de Derecho Mercantil, t. I, de Uría R. y Menéndez A., Madrid, 1999, p.
895.
861
Para Otaegui -Administración Societaria, cit., ps. 52 y 59- las funciones del
administrador abarcan i) la gestión operativa de los negocios sociales, consistente en la realización de
las operaciones configurativas de las actividades integrantes del objeto social; ii) la gestión
empresaria, que importa la conservación, desarrollo y dirección de la empresa anexa a la sociedad;
iii) la cogestion societaria, que involucra el cumplimiento del estauto del comerciante y la
participación en el funcionamiento interno de la sociedad y iv) una última faceta que incluye la
ejecución frente a terceros de los actos jurídicos para el cumplimiento de las funciones de gestión

285
Son actos de disposición -según la clasificación de Otaegui862-, por tanto
reservados al órgano de gobierno: i) la elección y remoción de los administradores e
integrantes de los restantes órganos; ii) la aprobación de estados contables, gestión
de administrdores, el ejercicio de las acciones de responsbilid contra estos y la
aplicación de los beneficios sociales863; iii) la reforma del contrato social, el
aumento de capital o cualquier acto que pudiera propender a la disolución
anticipada. Dentro de esta última categoría el autor incluye a aquellos que afecten
directamente el giro social, tales como la enajenación de la hacienda o una parte
sustancial de la misma en proporción tal que impida la continuación del negocio.
Existen sin embargo una serie de funciones “que pueden ubicarse en una zona gris, o
sea, aquellas que frente a la posición dubitativa y contradictoria de la doctrina
pueden reputarse tanto actos de administración como actos de disposición”, en cuyo
caso correspondería reputarlos como de disposición864.

JURISPRUDENCIA
Órgano de administración y competencia funcional: Es facultad del directorio de la
sociedad anónima decidir el otorgamiento de poderes de representación -en el caso, para
representar judicialmente a la sociedad- toda vez que constituye un acto típico de
administración, asignado por la ley al órgano societario. Trib. Sup. Civ. y Com., Córdoba,
LLC 2001, 432.
Si bien parece fuera de debate que quien debe tomar la determinación de designar
apoderado es el Directorio de la sociedad anónima, excepción hecha del supuesto de que esa
facultad ha sido delegada estatutariamente en el Presidente del Directorio, corresponde revocar
la resolución que hizo lugar a la excepción de falta de personería deducida —en el caso, en
una ejecución hipotecaria— con sustento en que el poder al abogado fue otorgado sólo por el
Presidente, si el Directorio ratificó, posteriormente, lo actuado por aquél, pues debe admitirse
la actuación de quien se presenta con un poder otorgado por determinación del Presidente de
la sociedad anónima y que luego es ratificado por el Directorio. Cám. Civ., Com. y Cont.
Adm., II, Río Cuarto, LLC 2006 , 512.
Los pactos de sindicación de accionistas destinados a tener operatividad sobre el
ámbito del directorio, no pueden constituirse en instrumentos de subversión de la estructura
orgánica de la sociedad, alterando la distribución de competencias y el régimen de actuación
que la ley atribuye a los órganos sociales. Por ello, no parece dudoso que un director no podría
ser constreñido a votar contra su convicción, resultando a tal efecto irrelevante lo dispuesto en
la convención; como asimismo que no podría excusar su responsabilidad derivada de lo
reglado por los arts. 59, 272, 274 y concs., ley 19.550, invocando la sujeción a un pacto de
sindicación. Cám. Com., C, LL 1983-B, 257.

1. En la sociedad de hecho: Tanto en el caso de la sociedad irregular como


en el de la de hecho, la LS (art. 23) prevé que los socios –y quienes contraten en
nombre de la sociedad- quedarán ilimitadamente obligados por las operaciones

operativa, gestión empresaria y cogestión societaria, y que configura la función de representación del
administrador societario.
862
Cfr. Otaegui J.C., Administración Societaria, cit., ps. 60 a 63.
863
Cualquier acto relacionado con la distribución de beneficios es un acto de disposición. El
autor también incluye entre estos a la firma de cualquier contrato del que derive una restricción a la
distribución de ganancias, y a la venta de participaciones sociales en otras sociedades que otorguen
una posición dominante o posición de privilegio.
864
Verón A. V., Sociedades ..cit.., t. I, p. 427.

286
sociales865, en forma solidaria y directa, sin poder alegar la previa excusión de los
bienes del ente (art. 56 LS)866, ni invocar respecto de terceros o entre sí derechos o
defensas nacidas del contrato social867. Si bien es cierto que nos encontramos frente
a un sujeto de derecho diferenciado de los socios que lo integran, se da en éste falta
de plenitud en el atributo de la personalidad, debido en gran medida al modo en que
los socios enfrentan con su patrimonio las deudas de la sociedad con terceros868.
Como consecuencia de ello y de la falta de registración del ente, es que en las
relaciones con terceros, cualquiera de los socios representa a la sociedad (art. 24
LS).

JURISPRUDENCIA
Sociedad de hecho. Administración: Tratándose de una sociedad de hecho, los
acreedores pueden exigir el pago de la deuda a los deudores solidarios o a cualquiera de ellos,
y dicha situación no varía si la demanda es dirigida contra la sociedad irregular, cuya
administración puede ser ejercida por cualquiera de los socios. Cám. Trab., VIII, TySS 2005,
544.
Sociedad irregular. Cónyuges. Administración: Si una sociedad colectiva deviene
irregular como consecuencia de la incorporación de la cónyuge de uno de los socios, no
procede contra ella la condena de rendir cuentas, en tanto ésta no cumplió tareas de
administración. Cám. Com., E, marzo 09-2000, “Couñago de Palermo, María del Carmen y
otro c. Palermo, Mario S. y otro”.

2.- En las sociedades por partes de interés: Se distingue en doctrina un


grupo de sociedades a los que comunmente se denomina como por partes de
interés, en contraposición a las sociedades por acciones, y en las que el
elemento personal de su organización resulta ser un elemento distintivo. La
sencilla estructura de estas sociedades personalistas no requiere la existencia
de órganos diferenciados en los que distribuir las diferentes tareas, extremo
conocido como autorganicismo de estructura simple, por cuanto el carácter de
órgano corresponde a cualquiera de los socios –o clase de socios- que actúan
de manera directa como si fueran la sociedad869. Ello contrasta con el
organicismo diferenciado propio de las sociedades de capital, en el que el
carácter de integrante del órgano resulta de un negocio societario previo.

865
Cfr. Verón A. V., Sociedades ..cit.., t. I, p. 185.
866
Al respecto, y refiriéndose a la norma del art. 164 LC –actual 160 LCQ- decía Farina que
la misma “se aplica con toda razón a las sociedades de hecho, en las cuales los socios carecen de
beneficio de excusión.” Cfr. Farina J., La Quiebra de la Sociedad de Hecho y su Extensión a los
Socios, Colección Jurisprudencial Zeus, Rosario 1986, T. 42, D 129-130.
867
La LS se enrola así en una posición hostil respecto de estas especies societarias, buscando
extender en la mayor medida posible la responsabilidad de los socios respecto de las obligaciones del
ente, y al mismo tiempo obstaculizar el ejercicio de los derechos de los socios. Cfr. Cabanellas de las
Cuevas G., Derecho Societario…, cit., T. 6, p.511.
868
Cfr. CNCom. Sala A, abril 6-981, ED 93-548. Este fallo refiere, también, a una “mengua
en el tipo”, extremo que merece un tratamiento especial y que excede los alcances del presente
trabajo.
869
Cfr. Otaegui J.C., Administración Societaria, cit., p. 49; Gagliardo M., “Asamblea nula
(quorum…)”, cit., JA 2000-II-709.

287
Producto de la simpleza estructural propia de las sociedades por parte de
870
interés , que torna innecesaria la existencia de órganos diferenciados, es que la
función orgánica de representación mayormente se confía al órgano de
administración, confundiéndolos.

JURISPRUDENCIA
La representación cambiaria es suficiente si se menciona que el suscriptor actúa como
representante de la sociedad, bastando el sello aclaratorio e identificatorio del nombre social,
tanto más si se trata de un representante de una sociedad comercial colectiva, en donde no se
encuentran tan nítidamente separados el órgano de administración y representación del órgano
de gobierno. Cám. Civ. Com., Bell Ville, LLC 2000, 436.

a. La sociedad colectiva: La sociedad colectiva desarolla su actividad en


nombre colectivo, cabiendo a sus socios responder por las consecuencias de aquella
de forma personal, solidaria, ilimitada871 y subsidiaria872. Dado el alcance de tales
responsabilidades, la LS confiere a todos ellos la facultad de ejercer de manera
promiscua la administración del ente. Ello empero no imñporta la inexistencia del
órgano de administración sino sólo su informal actuación para el caso de que el
contrato no regulara su funcionamiento (art. 125 LS). Otro tanto sucede respecto de
la representación social.

JURISPRUDENCIA
Sociedad colectiva. Representación: La representación cambiaria es suficiente si se
menciona que el suscriptor actúa como representante de la sociedad, bastando el sello
aclaratorio e identificatorio del nombre social, tanto más si se trata de un representante de una
sociedad comercial colectiva, en donde no se encuentran tan nítidamente separados el órgano
de administración y representación del órgano de gobierno. Cám. Civ. Com., Bell Ville, LLC
2000, 436.

b. Sociedad en comandita simple: Una de las características salientes de


este tipo de entes es la existencia de dos categorías de socios como requisito
tipificante, los comanditados –o colectivos- con responsabilidad subsidiaria,
solidaria e ilimitada (arts. 134 y 125 LS), y los comanditarios cuya responsabilidad
alcanza sólo el capital que se obliguen a aportar873. La ley reserva a los primeros –o
eventualmete a terceros- la calidad de administradores (art. 136 LS), estándole
vedado a los socios comanditarios inmiscuirse en la administración de la sociedad

870
Cfr. Zaldivar E. y ots., Cuadernos…cit., Vol. I, p. 293.
871
Ilimitación impuesta por el art. 125 LS y cuyo pacto en contrario resulta inoponible a
terceros, considerándose de orden público aún antes de la sanción de la LS. Cfr. Malagarriga C. C.,
Tratado Elemental…cit t. I, p. 270.
872
Los socios no son codeudores de la sociedad, sino corresponsables con esta. Cfr. Halperín
I., Curso de Derecho Comercial, t. 2, Bs. As., 1977, p. 31.
873
Cfr. Zaldivar E. y ots., Cuadernos…cit., Vol. II, p. 52; Malagarriga C. C., Tratado
Elemental…cit t. I, p. 287 quien refiere que nos encontraríamos rente a una sociedad comercial por
su objeto en la que coexisten socios de responsabilidad ilimitada y solidaria, únicos con atribuciones
para encargarse de su administración, y socios excluídos de ésta y responsables sólo, cada uno de
ellos, hasta el valor de los capitales o cosas que cada uno se comprometió a aportar.

288
(art. 137 LS) –o ser mandatario de la misma- bajo pena de transformar su
responsabilidad en solidaria e ilimitada respecto de los actos individualmente
realizados no obstante la prohibición legal, propagándose esta responsabilidad aún a
aquellos en que no hubiere intervenido, si su actuación fuera habitual874. Aún así, el
socio comanditario puede realizar los actos urgentes que requiera la gestión de los
negocios sociales, sin incurrir por ello en responsabilidad por ejercicio de conductas
prohibidas en los arts. 136 y 137 de la LS. Los casos de intromisión del
comanditario de los que pudiera derivar la ilimitación de la responsabilidad son
denominados en doctrina bajo el rótulo de supuestos de inmixión, y pueden ser
agrupados en: a) casos de intromisión del comanditario en la gestión societaria, b)
de inmixión en la representación y c) de intrusión ocasional en la administración.
Ahora bien, la circunstancia de que los socios comanditarios no puedan intervenir en
la dirección y administración de la empresa, no significa que carezcan de derecho
para ejercer el control interno en la marcha social, en salvaguardia de sus
intereses875.

JURISPRUDENCIA
Sociedad en comandita simple. Administración: Aun cuando el aporte de la socia
comanditada sea mínimo con respecto al capital social, si a su cargo se encontraba la
dirección y administración de la sociedad, no puede, en principio, considerársela
trabajadora dependiente, lo que torna improcedente el reclamo de aportes formulado,
salvo que se acredite la existencia de una sociedad simulada con el fin de eludir
derechos laborales y de seguridad social. Cám. Trab., VI, DT 1994-A, 103.

c. Sociedad en comandita por acciones: Este tipo social, subespecie de la


comandita simple876, se caracteriza por tener dos tipos de socios, los comanditados –
o colectivos- con responsabilidad subsidiaria, solidaria e ilimitada y cuyos aportes
no pueden representarse en acciones, y los comanditarios cuya responsabilidad
alcanza sólo el capital que suscriben y cuyos aportes sí se representan en acciones877.
Los socios comanditados responden por las obligaciones sociales en idénticos
términos que los socios de la sociedad colectiva (art. 315 LS878), mientras que el
socio comanditario sólo responde por las obligaciones sociales con el capital que
suscriba, el que, al igual que en las sociedades anónimas, se representa por acciones.
874
La mera desaparición de la limitación de responsabilidad originalmente prevista no
convierte al socio comanditario en socio solidario, aunque ahora pueda ser demandado conjuntamente
con la sociedad y sin que se aplique el régimen del art. 56 LS ni el beneficio de excusión en este
previsto. Cfr. Halperín I., Curso de ... cit.,, Vol. II, p. 42. En contra de esta solución, véase Cabanellas
de las Cuevas, quien entiende que no existen motivos para imponer al comanditario un régimen de
responsabilidad más severo que el previsto originariamente para los comanditados. Cfr. Cabanellas de
las Cuevas G., Derecho Societario… cit., T. 5, p. 684.
875
Cfr. CNCom. Sala de Feria, enero 20-1972, ED, 44-559.
876
Cfr. Zaldivar E. y ots., Cuadernos…cit., Vol. III, p. 705.
877
Cfr. Halperín I., Curso de ... cit., Vol. II, p. 447.
878
El fundamento de la extensión de la quiebra de la sociedad en comandita por acciones al
socio comanditado podría encontrarse en que este negocia colectivamente, razón por la cual le son
aplicables las normas de responsabilidad del socio colectivo. Cfr. Otaegui J.C., La Extensión ..., p.
47.

289
Al igual que su par simple, cuenta con órganos claramente diferenciados en sus
competencias e integración, sin perjuicio del mayor sesgo impersonal propio de esta
variante accionaria. La LS limita la integración de la administración al socio
comanditado –o a algún tercero-, cuyos deberes regla de manera particular para
remitir sólo de manera supletoria al régimen de las en comanditas simples (art. 324
LS).

JURISPRUDENCIA
Sociedad en comandita por acciones. Administrador o gerente. El órgano para
querellar dentro de los límites del estatuto social, en la sociedad en comandita por acciones es
el administrador o gerente que representa a la empresa. Cám. Crim. y Correc., IV, LL 1999B,
772 (41.241S); ED, 174485.

d. Sociedad de capital e industria: La ley denomina como sociedad de


capital e industria879, a la que se constituye entre una o más personas que
suministran fondos –socios capitalistas- y que responden por las operaciones
sociales en idénticos términos que los socios de una sociedad colectiva (art. 141 LS),
por una parte, y los socios industriales que aportan unicamente su trabajo y limitan
su responsabilidad880 hasta la concurrencia de las ganancias no percibidas881. Dicha
responsabilidad no habrá de variar para el caso de que el socio industrial intervenga
en la administración, hecho que la ley autoriza882.

3. En las sociedades de capital: El cláramente diferenciado régimen de


administración y representación propio de las sociedades de responsabilidad limitada
(incluimos aquí ambos tipos, SRL y SA) nos evita en esta instancia mayores
comentarios al respecto, sin perjuicio de que habremos de tratarlos con mayor
detalle en el segundo volúmen de esta obra. Diremos simplemente por ahora que la
adminisración de la sociedad de responsabilidad limitada corresponde a la gerencia,
y que caben a los gerentes idénticos deberes que para los directores de las
sociedades anónimas (art. 157 LS)883, y que deberán prestar con la lealtad y con la
diligencia de un buen hombre de negocios (art. 59 LS), fórmula que les otorga un
margen de discrecionalidad o espacio autónomo de decisión que les permite elegir
entre cualquiera de las opciones razonables que se les presenten, dadas las

879
Cfr. Resulta equívoco el uso del término industria consignado en la LS, y que sólo refiere
a trabajos y servicios, lo que deja de lado gran parte de la actividad que esta desarrolla. Verón A. V.,
Sociedades ..cit.., t. II, p. 672.
880
Al menos en parte, y para calificada doctrina, es esta “exagerada limitación de
responsabilidad de los socios industriales” una de las causas de la poca aceptación de tales
sociedades en la práctica. Cfr. Zaldivar E. y ots., Cuadernos…cit., Vol. II, p. 98.
881
“Significa que el socio industrial sólo responderá por las obligaciones sociales en caso de
que existan ganancias sin distribuir (dentro del patrimonio social), y aunque haya deudas sociales,
pues éstas no guardan relación con los resultados, sino con las posibilidades financieras de la
sociedad; en otras palabras, las deudas no se satisfacen con ganancias, sino, por lo común, con
disponibilidades o entregando otros bienes.” Verón A. V., Sociedades ..cit.., t. II, p. 682.
882
Sólo si el nombre de socio industrial figura en la razón social su responsabilidad será
solidaria e ilimitada.
883
Cfr. Cám. Com., D, LL 1993-B, p. 279.

290
circunstancias del caso particular, por tratarse la suya de una obligación de medios y
no de resultados. La administración en la sociedad anónima corresponde al
directorio, órgano social necesario y permanente, de actuación y de ejecución884.
Este se integra por directores, quedando en cabeza de quien lo presida la
representación del ente.

JURISPRUDENCIA
Sociedad de responsabilidad limitada. Administración: La inobservancia del recaudo
de la concurrencia de dos suscriptores -requerido por el estatuto para obligar a la sociedad- al
emitir el representante de la demandada un título valor a nombre de aquélla, resulta inoponible
al tenedor del referido documento al no haberse alegado ni probado, que la operación fuera
notoriamente extraña al objeto social o bien que el tenedor hubiera tenido conocimiento
efectivo de la infracción al régimen de administración plural. Cám. Civ. y Com., III,
Resistencia, LL 1998-F, 873, (41.060-S) - LLLitoral, 1998-2-40.
Debe rechazarse el cargo de aportes formulado contra los dos integrantes de una S. R
L. que explotan un negocio de confitería-bar si de autos surge que los citados sujetos no
recibieron órdenes o instrucciones de un organismo superior atento a ser las referidas personas
los únicos socios de la entidad -teniendo a su cargo en forma conjunta, la administración de la
misma-, con lo que tal gestión no resulta subordinada y susceptible de generar aportes. Cám.
Seg. Soc., II, DT 1991-B, 1305 - DJ 1991-2, 549.
Sociedad anónima. Administración: No resultan atendibles las quejas de los
directores de una sociedad anónima que fueron sancionados con multa por la Comisión
Nacional de Valores -en el caso, por infracción al deber de informar-, relativas a la ausencia de
imputación subjetiva o diferenciada de responsabilidad, ya que ésta nace de la sola
circunstancia de integrar el órgano, de manera que cualesquiera que sean las funciones que
efectivamente cumple un director, su conducta debe ser juzgada en función de la actividad
obrada o no realizada por el órgano, aunque el imputado alegue funciones normales o que no
haya actuado efectivamente en relación con los hechos que se reputan disvaliosos. Cám.
Com., E, LL 2004-B, 141 - IMP 2004-A, 1338.

B.- Órgano de gobierno: La reunión de socios o asamblea es un órgano


colegiado, no permanente, deliberante, y que se ocupa –entre otros- de resolver los
actos fundamentales para el cumplimiento del objeto social. Comunmente se lo
denomina órgano de gobierno, pese a que lo ambiguo e impreciso de un término que
en nada contribuye a la delimitación de competencias y más bien parece dirigirse a
reconocer su calidad de órgano superior de la voluntad social885. En términos
generales, los actos de gobierno se orientan a la faz interna del ente. Estos pueden
agruparse según la función que atiendan en886: i) dirigidas a la fijación del contenido
del estatuto y de los elementos básicos de la estructura jurídica societaria; ii)
destinadas a fijar la integración de los restantes órganos societarios y a consultar su
acción; iii) encaminadas a asegurar el ejercicio de los derechos de los socios en el
marco societario; y iv) cuyo ejercicio supone una modificación sustancial en la
estructura de la organización económica que subyace en la sociedad; o bien en razón
de la calidad del acto –anteriormente aludidos como de disposición-, en887: i) la
elección y remoción de los administradores e integrantes de los restantes órganos; ii)
884
Es necesario por cuanto la sociedad no puede constituirse, operar y presentarse frente a
terceros sin la existencia de su órgano de administración; y es permanente porque este es el encargado
de la actividad gestora orientada al logro del fin social –ello sin perjuicio de la pauta mínima de
funcionamiento dispuesta en el art. 267 LS-.

291
la aprobación de estados contables, gestión de administrdores, el ejercicio de las
acciones de responsbilid contra estos y la aplicación de los beneficios sociales; iii) la
reforma del contrato social, el aumento de capital o cualquier acto que pudiera
propender a la disolución anticipada.

C.- Órgano de fiscalización: Sabido es que mientras mayor sea la


responsabilidad que asuma el socio según el tipo social de que se trate (v.gr.
sociedad colectiva), mayor será su posibilidad de involucrarse en la administración y
en el control de los negocios sociales: por lo tanto, menor será la necesidad de que
terceros –en este caso un órgano- velen por sus intereses. Por el contrario, mientras
menor sea su responsabilidad de acuerdo al tipo elegido (v.gr. sociedad anónima),
menor también será su posibilidad de involucramiento personal, por tanto mayor la
necesidad de que terceros ejerzan un adecuado control de la gestión. La razón de ser
del órgano de fiscalización se encuentra, entonces, en la necesidad de controlar de
manera permanente la marcha de la administración social y la gestión de los
negocios, especialmente cuando el socio no goza de tal facultad, con el fin de
prevenir los abusos en detrimento de la sociedad o de los intereses sociales. Ejerce
entonces un control permanente, tanto de las tareas de administración de la sociedad
como sobre las distintas gestiones cumplidas por el directorio de la misma. “El
propósito de su designación es evitar, o remediar, cuando aún sea oportuno,
cualquier tipo de abuso o falsedad, como también cualquier acción que pueda
redundar en perjuicio de la sociedad, considerada como ente autónomo, o de los
intereses sociales individuales”888. Así, el órgano de fiscalización, cualquiera sea su
especie y el tipo social al que pertenezca, tiene por finalidad, básicamente, la de
controlar que la actividad de administración se sujete a la ley, al estatuto y al
reglamento.

1.- Fiscalización en las sociedades por parte de interés: En las sociedades


por parte de interés el control de gestión de los administradores es llevado de manera
personal por los propios socios, mediante el examen directo que la ley les permite de
los libros y papeles sociales (art. 55 LS). De allí que estos tipos de entes carezcan,
usualmente, de un órgano de fisclización, si su existencia –cualquiera fuera la forma
que se le diera- no estuviera específicamente prevista en el estatuto.

2.- Fiscalización en las sociedades de capital: El contralor de la actividad


del órgano de administración queda, en las sociedades anónimas, a cargo de la
sindicatura (arts. 284 a 298 LS) y/o del consejo de vigilancia (arts. 280 a 283 LS), el
que podrá reemplazar a aquella –la sindicatura- mediante auditorías anuales (art. 283

885
Cfr. Suárez Anzorena y ots., “Competencia del…” cit., p. 825.
886
Clasificación efectuada por Gagliardo M., “Asamblea nula (quorum…)”, cit., JA 2000-II-
709.
887
Cfr. Otaegui J.C., Administración Societaria, cit., ps. 60 a 63.
888
Cfr. Itzigsohn de Fischman María, en Enciclopedia Jurídica Omeba, t. XXV, Bs. As.,
1968, p. 567.

292
LS). Mientras ello no ocurra, y de coincidir ambos órganos, existirá un control
interno promiscuo889, atento la superposición de tereas de ambos –coexistencia que
en la práctica rara vez suele darse-. i. Sindicatura: resulta optativa, salvo en aquellos
casos en que el ente no sea uno de los descriptos en el art. 299 LS890, la sindicatura.
Su razón de ser estriba en la necesidad de controlar permanentemente la marcha de
la administración social, la gestión de los negocios por el directorio, en procura de
prevenir los abusos sociales891, lo que incluye –en más- desde la sanción de la ley
22.903 –de 1983- la eventual desaprobación de los negocios entre administradores y
el ente, de no contar aquellos con quorum (art. 271 LS). Puede entonces decirse que
la sindicatura representa –con carácter permanente- a todos los accionistas en la
tarea de control interno de la administración892. Prueba de ello es que compete a la
asamblea tanto su elección como revocación, facultad esta que, una vez concedida a
los accionistas, no puede ser restringida ni suprimida estatutariamente, tanto que la
remoción sin causa no resulta posible mediando oposición del cinco por ciento del
capital social (art. 287 LS). ii.- Consejo de vigilancia: El consejo de vigilancia –
incorporado al derecho nacional con la sanción de la ley 19.550893- resulta ser un
órgano social -facultativo894- que tiene como misión permanente fiscalizar los
aspectos formales de la administración social y controlar su gestión895, a veces
compartiéndola, todo ello con el cargo de informar periódicamente a los accionistas
al respecto. Para el caso de que el estatuto prevea su existencia, este, que coexistirá
con la sindicatura de no prescindirse de la misma896, compartiendo en oportunidades
atribuciones y funciones –art. 281 inc. g LS-, se integra por tres y quince
accionistas897, los que deberán designados por la asamblea por categorías –de existir
las mismas- (art. 262 LS) o por voto acumulativo si así se solicitara oportunamente
(art. 263 LS). Los miembros del consejo de vigilancia son reelegibles

889
Cfr. Zaldivar E. y ots., Cuadernos…cit., Vol. III, p. 596.
890
Por aplicación del art. 284 LS, que exige la existencia de sindicatura colegiada de número
impar en las sociedades anónimas que hagn oferta pública de sus acciones o debentures, tuvieran un
determinado capital, sean de economía mixta, realicen operaciones de capitalización, de ahorro o
requieran valores al público, o se trate de una sociedad controlante o controlada de una sujeta a
fiscalización por las causas enumeradas (art. 299 LS).
891
Cfr. Halperín I. y Otaegui J., Sociedades Anónimas… cit., 2° ed., p. 617.
892
En este entendimiento es que el art. 289 LS otorga a las minorías el derecho a elegir al
menos un integrante del órgano de fiscalización, mediante el voto acumulativo, y que el art. 284 LS
otorga a cada acción y en todos los casos derecho a un solo voto para la elección y remoción de los
síndicos -sin perjuicio de la aplicación del art. 288-.
893
Sus origenes parecerían remotarse al Código de Comercio alemán de 1861 –y su
modificación de 1884. Sobre la evolución del instituto, véase Fargosi H., “Anotaciones sobre el
consejo de vigilancia en las sociedades anónimas”, LL 146-852.
894
La existencia –o no- del consejo de vigilancia –igual que la sindicatura salvo los casos del
art. 299 LS- se corresponde con la decisión que en tal sentido adopten los socios al tiempo de
constituir la sociedad o modificar sus estatutos. No se trata, por tanto, de un órgano necesario. De
existir, este puede tanto suplantar a la sindicatura –de la que se prescindiría- como compartir tareas
con aquella.
895
Cfr. Zaldivar E. y ots., Cuadernos…cit., Vol. III, p. 605.
896
Ello por cuanto la prescindencia de sindicatura en razón de la existencia de consejo de
vigilancia, se encuentra expresamente prevista en el art. 283 LS.
897
Por lo que terceras partes –aún tenedores de bonos- resultan excluídos. Tampoco podrán
serlo accionistas que no fueran personas físicas, atento el carácter personal e indelegable del cargo.

293
indefinidamente, y, al igual que los directores, pueden ser revocados en sus cargos
ad nutum por la asamblea.

D.- La represetación. Actuación de la sociedad frente a terceros


1.- Órgano de representación898: El administrar el ente no necesariamente
implica representarlo. Administración y representación pueden no coincidir: en tal
caso, los administradores desprovistos de representación se limitan a proveer a la
gestión interna, por lo que su actividad –ajena a terceros- no hace a la sociedad
adquirir derechos ni contraer obligaciones899.
Según viéramos, en las sociedades de personas o partes de interés los
órganos de administración y representación pueden fundirse y confundirse entre sí
(arts. 127, 128, 136 y 143 LS). Inclusive, el órgano de gobierno pudiera en ocasiones
superponer su funciones con las de los demás, extremo que no se da en las
sociedades de responsabilidad limitada y anónimas, en los que, si bien la reunión de
socios o la asamblea concurren en oportunidades a formar la voluntad social, no la
declaran frente a terceros900. En las sociedades de responsabilidad limitada, la
gerencia también ejerce la administración y representación, en razón de lo dispuesto
en el art. 157 LS, y que incluye tanto la decisión sobre los negocios a emprenderse
como su ejecución901. En cambio, para las sociedades anónimas la ley sí efectúa una
clara distinción, estableciendo que la representación corresponde al presidente del
directorio, sin perjuicio de que, previsión estatutaria mediante902, otros directores
también pudieran ejercerla junto con aquel (art. 268 LS).
Pero cualquiera sea el supuesto, resultará imprescindible recurrir a otros
sujetos distintos del ente para que este se manifieste frente a terceros. Los actos
llevados adelante por el órgano de representación serán imputados a la sociedad
cuando hayan sido realizados de acuerdo a la ley y a las competencias que les son

898
En puridad no cabría hablar de representación orgánica, habida cuenta que, si es la propia
sociedad la que a través del sus órgano actúa, esta no requeriría de representación alguna. Cfr.
Schmidt K., Derecho Comercial… cit, 1997, p. 477.
899
Cfr. Messineo F., Manual de… cit., t. V, p. 467. Del mismo autor “el representante difiere
del órgano de la persona jurídica, ante todo, porque: 1) como no todos los representantes son órganos,
así no siempre órgano implica representación: algunos, como la asamblea, tienen más bien funciones
deliberativas y, si se prefiere, directivas, pero con carácter prevalentemente interno; algunos otros,
como el administrador, pueden asimismo carecer de representación; 2) y también porque el
representante expresa su propia voluntad y presupone o puede presuponer una voluntad del
representante separada mientras que el órgano es siempe el depositario y el vehículo (o portador) de
la voluntad única, que es de la persona jurídica; tanto que, haciendo abstracción del órgano, la
persona jurídica no podría tener ni –menos aún- expresar una volunad (el organo es elemento
intrínseco de la persona jurídica); 3) finalmente, porque representante es quien obra a nombre de otro,
mientras que el órgano es el trámite por el que la persona jurídica obra directamete y en nombre
propio” –en cita de la obra Doctrina General del Contrato, t. I, realizada por Halperín I. y Otaegui J.,
Sociedades Anónimas… cit., 2° ed., p. 211, nota 8.
900
Como en el caso de la ratificación de la decisión de concursamiento de la sociedad del
art. 6 L.C.Q.
901
Cfr. Cám. Com., C, LL 1998-B, 654.
902
Sin tal disposición contractual, el acto de un integrante del órgano de administración no
obliga al ente.

294
propias. Estas personas, aún cuando también integraran el órgano de
administración903, al actuar como representantes se limitan a cumplir un rol –
representativo- que es extraño a aquel y sus competencias. De hecho, las
responsabilidades de tales sujetos habrán de variar según actúen como
administradores (relación interna) o bien sólo ejerzan la representación del ente
(relación externa)904. La representación importa, entonces, una competencia orgánica
propia –una más, como administrar o gobernar-, por lo que estamos frente a un
órgano diferenciado dentro de la estructura societaria –como los de administración o
gobierno-. Este criterio es el adoptado por la LS, en cuanto distingue e incluso
distribuiye, como expresamente hace en el caso de las sociedades anónimas y su
presidente, competencias representativas (art. 268 LS). No obstante, calificada
doctrina entiende que la apuntada distinción legal resulta insuficiente para reputar al
presidente del directorio como un órgano social diferenciado del de administración,
otorgándole en cambio calidad de subórgano de aquel –aptitud orgánica limitada-,
por ser la suya una actividad meramente integrativa905.
Pero el órgano de representación, que trabaja en la esfera externa del ente,
suele no hacerlo de manera exclusiva. De allí que no todas las personas cuyas
conductas son imputadas a la sociedad necesariamente integren sus órganos. Existe
en todo ente una organización que les es propia y necesaria para el cumplimiento de
sus fines, la que involucra a trabajadores, apoderados, mandatarios, etc.., los que se
relacionan directamente con la sociedad y eventualmente por esta frente a
terceros906. En ocasiones, y mayormente a partir de la apariencia que estos
integrantes –no orgánicos- crean, con auxilio del ente, frente a tales terceros, es que
sus actos serán imputables a la sociedad como veremos más adelante.

JURISPRUDENCIA
Órgano de representación: Según la doctrina del órgano los representantes
estatutarios de la sociedad expresan la voluntad de la sociedad: son parte de ella a diferencia
de los representantes voluntarios -mandatarios- que expresan su propia voluntad, si bien lo
hacen en nombre y representación del mandante. Concebida la persona jurídica como un orden
normativo parcial es centro de imputación de derecho y obligaciones. Ese orden normativo
actúa y se expresa a través de individuos por lo que, en el marco de esta doctrina, cuando un
individuo que obra como órgano de una persona jurídica hace valer un crédito, es decir que el
órgano es parte integrante de ese orden normativo parcial de la persona jurídica, lo que haga
ese individuo, que actúa como órgano, será imputado a la persona jurídica respectiva y esto es

903
Nos referimos ahora al órgano como vehículo, instrumento o el trámite por medio el cual
se expresa la voluntad del ente social, según la terminología de Fontanarrosa R.O., Derecho
Comercial…, cit., vol. I, p. 457- y no a los sujetos que lo integran.
904
Verón A. V., Sociedades ..cit.., t. I, p. 429.
905
Así Suárez Anzorena C., para quien “existe, pues, en el presidente y en razón de la ley,
una propia y limitada aptitud orgánica (representa a la sociedad ante terceros y ejecuta las decisiones
del directorio en el orden interno; preside asambleas y suscribe sus actas; convoca al directorio), más
aquella, en lo esencial, es desprendimiento –y no delegación- de la competencia directorial o
instancia para su ejercicio, sin que a la vez sea suficiente su actividad en asambleas, indepediente de
la competencia directorial, para otorgarle propia categoría de órgano” en “Competencia del…” cit., p.
828.
906
Cfr. Cabanellas de las Cuevas G., Derecho Societario… cit., t. 4. 18.

295
sólo un aspecto funcional de la persona jurídica, o un punto de referencia de normas de
competencia. Cám. Trab., IX, DT 1998-B, 1679.
La interpretación del principio contenido en el art. 58 de la ley de sociedades debe
hacerse teniendo en cuenta la protección de los terceros, con énfasis particular en el campo de
los títulos de crédito, ya que la buena fe de éstos debe necesariamente ser preservada, en aras
de la seguridad y legitimidad de que están investidos los papeles de comercio desde que son
lanzados a la circulación. Por ello, la firma de un socio obliga a la persona jurídica que integra,
debiendo presumirse -ante la falta de prueba en contrario- que el mismo actuó en ejercicio del
órgano de representación de la demandada. Cám. Civ. y Com., III, Resistencia, LL 1998-F,
873, (41.060-S) - LLLitoral, 1998-2-40.
El órgano representativo de la sociedad obliga a ésta por todos los actos que no sean
notoriamente extraños al objeto social, sin que las limitaciones estatuarias a la representación
sean oponibles a terceros. La administración de la sociedad importa la deliberación de la
decisión del órgano de ella y pertenece a su esfera interna. Por el contrario, la representación
se refiere a su vinculación con terceros e importa determinar si el acto realizado por el
representante societario es imputable a la sociedad, es decir, se refiere a su esfera externa.
Cám. Civ., D, LL 1996-C, 249 - DJ 1996-2, 337.

2.- Relación entre el objeto social y la actuación del representante: El


primer párrafo del art. 58 LS que prescribe que “el administrador o el representante
que de acuerdo con el contrato o por disposición de la ley tenga la representación de
la sociedad, obliga a esta por todos los actos que no sean notoriamente extraños al
objeto social” 907. La norma encierra una doble finalidad, por cuanto procura a) la
protección de terceros, a los que exime de indagar respecto de la capacidad propia
del ente con el que contratan –salvo que la notoria incapacidad de este haga
inexcusable el accionar de aquellos-, b) así también como la de los socios, evitando
que los administradores del capital cuya custodia les confiaran para el cumplimiento
de un fin preciso y determinado, exedan este. La protección se concreta a través de
la inoponibilidad al ente del acto en exceso celebrado, imputándose las
consecuencias de la actuación directa y personalmente sobre el epresentante de la
sociedad, sin que esta se encuentre obligada a cumplir las obligaciones emergentes
de dichos actos908. De allí que, ejecutada la obligación aunque fuera parcialmente –o
tolerada la actuación del administrador sin facultades-, el ente ya no podrá alegar la
inoponibilidad del acto909.
La doctrina del ulta vires –tal el nombre con que ordinariamente se conoce a los
regímenes similares al previsto en el art. 58 LS- tiene su origen en la jurisprudencia
inglesa de fines del siglo XIX, más precisamente en una decisión de la Cámara de los
Lores (Ashbury Railway Carriage and Iron Co. Ltd. v. Rihe) que relcionaba de manera
directa la capacidad del ente a su objeto impidiendo a los administradores obligarlo por
fuera de este(año 1873). A través de la alocución actos notoriamente extraños

907
Como correlato, debe considerarse que el art. 11 inc. 3º LS dispone que el objeto social
debe ser preciso y determinado, criterio de utilidad para circunscribir debidamente los alcances del
término notoriamenete extraño del art. 58 LS.
908
Cfr. Haggi G. y Nissen R., “Las garantías otorgadas por las sociedades comerciales y la
doctrina ‘ultra vires’”, ED 169-297.
909
Cfr. Halperín I. y Butty E., Curso…cit. 4ª ed. t. I, p. 447.

296
empleada por la LS910, en cierta forma se recepta la teoría anglosajona al tiempo que
se sanciona con la inoponibilidad respecto de accionistas y terceros de los actos de
los administradores celebrados en exceso. En la práctica, se denomina como ultra
vires a todo acto extraño al objeto, por tanto celebrado en exceso del poder de los
administradores y que sirve para imputar su responsabilidad911. A través de ellos
también se distinguen los actos de administración ordinaria que refieren a la
actividad mercantil estatutariamente prevista o aquella útil para la realización de tal
actividad912-. La fórmula del art. 58 LS, de comprensión amplia, general y típica,
cuenta con el límite que le da la normativa societaria a través de una apreciación en
el cumplimiento de uno de sus datos técnicos: el objeto social913. No resulta ser este
el caso de otros ordenamientos, como el español, en el que la sociedad quedará
obligada frente a terceros que hayan obrado de buena fe y sin culpa grave, aún
cuando se desprendiera de sus estatutos debidamente inscriptos que el acto no esta
comprendido en el objeto social914. De allí que, para tal derecho, el objeto social no
opera como límite a la capacidad de la sociedad, resultando inaplicable el ultra
vires915.
Si bien los actos celebrados por los administradores en violación a este
principio resultarían anulables –el órgano no cuenta con una capacidad de la que la
sociedad adolece, sino sólo , y según dijimos, de una esfera de competencias-, debe
guardarse que la rigidez en su aplicación no obste la debida protección de los
derechos de terceros de buena fe916, por lo que ante la duda en torno a que
determinada obligación sea o no notoriamente extraña al objeto –cuestión de hecho-
se impone considerar al acto como obligando a la sociedad917, ello sin perjuicio de
las acciones de responsabilidad contra los administradores que corresponda
aplicar918. Consideramos entonces que, en circunstancias no claramente definidas,

910
El antecedente de la norma es el art. 302 del Código de Comercio.
911
Nuestra legislación recepta parcialmente el sistema –mayormente a partir de la interpretación del
art. 58 LS-, determinándose a partir del objeto –base de la capacidad general del ente- la
responsabilidad de los órganos gestorios (lo que resulta más afín con el sistema continental
germánico). Cfr. Zaldivar E. y ots., Cuadernos…cit., Vol. I, ps. 267 y 268; Verón A. V., Sociedades
..cit.., t. I, p. 91; Colombres, G., Curso…cit. p. 105.
912
Cfr. Halperín I. y Butty E., Curso…cit. 4ª ed. t. I, p. 450.
913
Cfr. Colombres, G., Curso…cit. p. 153.
914
La representación se extenderá a todos los actos comprendidos en el objeto social
delimitado en los estatutos. Cualquier limitación de las facultades representativas de los
administradores, aunque se halle inscripta en el registro Mercantil, será ineficaz frente a terceros. La
sociedad quedará obligada frente a terceros que hayan obrado de buena fe y sin culpa grave, aún
cuando se desprenda de los estatutos inscritos en el Registro Mercantil que el acto no esta
comprendido en el objeto social. Art. 120 1° y 2° LSA
915
Cfr. Lojendio Osborne I., “Los administrdores de la sociedad anónima”, en Derecho
Mercantil de Jimenez Sánchez Guillermo, 3° edición,, Barcelona, 1995, p. 294.
916
Cfr. Mascheroni F., El Directorio en la Sociedad Anónima, Bs. As., 1978, p. 78.
917
Cfr. Nissen R., Ley de Sociedades…cit., t. II, p. 37; Zaldivar E. y ots., Cuadernos…cit.,
Vol. I, p. 297.
918
Cfr. Halperin I. y Butty E., Curso de Derecho…, cit., 4ª ed., p. 447.

297
habrá de primar la teoría de la apariencia919, por lo que terceras partes –a las que
protege- pueden presumir que el acto otorgado por quien invoca y razonablemente
pudiera ser persona hábil para tales fines, efectivamente lo hace en representación
del ente y dentro del límite impuesto por su objeto920. Esta apariencia podría incluso
darse a través de la actuación de sujetos ajenos a los órganos sociales (dependientes
y funcionarios), por tanto sin facultades regladas para obligar al ente. Asimismo,
cabrá también realizar la aplicación del ultra vires con menor rigor en las sociedades
cerradas -de familia-921.
En este contexto, los actos podrán: i.-) adecuarse al objeto social: lo que
sucederá cuando se trate de actos útiles, conexos, complementarios o subordinados
al objeto social, por tanto válidos y oponibles a la sociedad922. Se ajustarán también
al objeto el otorgamiento de garantías (avales, fianzas u otras) cuando las
operaciones garantidas sean celebradas por la sociedad, ya que cabría entender a las
mismas como conexas al objeto social -serían necesarias para su consecución- y
autorizadas por el art. 63 inc. 3° LS923; ii.-) extralimitarse del objeto social, sin
llegar a ser notoriamente extraños: en tales casos cabe tener los actos por válidos,
igual que para el supuesto anterior. Los eventuales perjuicios que tales actos –
oponibles al ente por el tercero- ocasionaran a la sociedad, podrán, si así se
resolviera (ámbito interno), ser reclamados al representante que exorbitara sus
funciones; o iii.-) ser notoriamente extraños: son notoriamente extraños al objeto
social los actos de disposición ajenos al mismo, los que directa o indirectamente
pueden modificar las condiciones de existencia o funcionamiento de la sociedad, los
que excedan de la administración normal de la sociedad según su naturaleza (salvo
que razones de urgencia impidn la reunión y deliberación de la asamblea) y los de
delegación de una categoría indeterminada por parte de la asamblea924. En tales
casos –actuación notoriamente extraña al objeto-, la sociedad no se obligaría frente
a terceros. Pero cabe preguntarse si, no obstante la violación de la norma, estos actos
no podrían ser confirmados. Para cierta doctrina, siendo el ultra vires un límite al
poder de los administradores y a la capacidad misma de la sociedad, los actos de los

919
Conforme el principio de la apariencia, la existencia y los alcances del acto con relación a
los terceros de buena fe deben ser juzgados sobre la base de su manifestación externa, de modo que
esa configuración produzca convicción respecto de su regularidad y realidad. Ahora bien, si el acto
fuera notoriamente extraño –para lo cual cabe atender al caso particular-, los terceros no podrán
considerarse defraudados, ya que la registración del contrato los habría impuesto del contenido del
objeto de la sociedad. En este caso, la protección legal es ya en favor de los socios, y no de los
terceros. Cfr. Nissen R., Ley de Sociedades…cit., t. II, ps. 38 y 39.
920
Los terceros normalmente contratan con el ente guiándose en su apariencia, por lo que
serían defraudados si pudieran oponérseles hipotéticas limitaciones estatutarias. Cfr. Cám. Civ., C,
LL 1985-D, p. 80.
921
Cfr. Verón A. V., Sociedades ..cit.., t. I, p. 444. No obstante, este autor observa un criterio
estricto al tiempo de evaluar los efectos del acto ultra vires, señalando su carácter de absolutamente
ineficaces y no ratificables cuando fueran modificatorios del objeto social. Ob. cit. P. 446.
922
Cfr. Halperín I. y Otaegui J., Sociedades Anónimas… cit., 2° ed., p. 514.
923
Cfr. Haggi G. y Nissen R., “Las garantías otorgadas…”, cit., ED 169-297.
924
Cfr. Halperín I. y Otaegui J., Sociedades Anónimas… cit., 2° ed., ps. 515 y 516; Verón A.
V., Sociedades ..cit.., t. I, p. 446.

298
representantes notoriamete extraños al objeto social son insalvablemente nulos, aún
cuando los socios posteriormente y de manera unánime los ratificaran, toda vez que,
siendo estos propios de “una actividad que la sociedad está incapacitada de
desplegar ... el objeto social veda su realización”925. La sociedad, entonces, no
quedaría obligada frente a terceros no por la exorbitancia misma del acto, sino por su
propia incapacidad para obligarse. Otra corriente sostiene, por el contrario, que el
problema no atañe a la presunta capacidad del ente, sino a la inoponibilidad del acto
por exceso del rol funcional, con la consecuente caida de los limites de la
responsabilidad del representante926. Esta última es la posición que entendemos
correcta y la que en definitiva adopta la LS, que evita expedirse sobre la nulidad o
anulabilidad de negocio celebrado, limitándose a eximir de responsabilidad al ente
por el mismo –y no al sujeto integrante del órgano que cometiera la infracción-, de
suerte tal que aquel puede ser ratificado asambleariamente. Cabrá en tal caso evaluar
si habrá de requerirse para la ratificación del acto la unanimidad, o bien bastará con
el voto mayoritario, habilitando a los disidentes a ejercer el receso927.
Por último, la ley dispone que el régimen de representación se aplica aún
cuando existiera infracción de la organización plural, si se tratara de obligaciones
contraidas mediante títulos valores, o contratos entre ausentes, de adhesión o
concluidos mediante formularios, salvo cuando el tercero tuviere conocimiento
efectivo de que el acto se celebra en infracción de la representación plural (art. 58
LS)928. Tal previsión resulta lógica, si se tienen en cuenta las características de los
documentos involucrados, y la necesidad de que el sistema orgánico propio de las
sociedades comerciales –más allá de las responsabilidades internas que se generen- no
entorpezca la utilización de aquellos, previstos para garatizar una mayor celeridad en el
tráfico y el desarrollo del comercio. También puede en ello verse la aplicación de la
teoría de la apariencia929.

JURISPRUDENCIA
Repesentación: Si la sociedad actuó dentro de los límites de su mandato, y no
obstante ser necesaria la firma de dos de los tres socios gerentes para obligarla, resulta válido

925
Verón A. V., Sociedades ..cit.., t. I, p. 444. Sin perjuicio de ello, este autor justifica
ciertas desviaciones en la actividad normal de las sociedades cuando en circunstancias
extraordinarias deba recurrirse a estas para salvaguardar la continuidad de la actividad empresaria,
citando como ejemplo la actividad financiera en momentos de crisis productivas –ob. cit. p 446-. Por
el carácter insalvable de la nulidad, véase Colombres, G., Curso…cit. p. 105.
926
Cfr. Butty E., “La inoponibilidad de la persona jurídica por violación de la legítima”, en
Las Sociedades Comerciales y la Transmisión Hereditaria, Bs. As., 1993, p. 47.
927
Cfr. Haggi G. y Nissen R., “Las garantías otorgadas…”, cit., ED 169-297.
928
“Esto implica en buena medida un apartamiento radical del régimen vigente. La solución
no podría ser otra, teniendo en cuenta la conjugación necesaria que debe hacerse entre los intereses de
los terceros y de los socios, por un lado, y la tónica actual del ráfico mercantil, por el otro, connotada
por su celeridad. No cabe a este respecto amparar en aras de la seriedad del comercio y de la segurdad
de las relaciones jurídicas de los derechos de quienes contratan con las sociedades a través de formas
que, como las indicadas, están inicialmente destinadas a facilitar la rapidez de las transacciones”
Exposición de Motivos, Capítulo I, sección VIII, ap. 1.
929
Cfr. Mascheroni F., Ley de sociedades y nuevo régimen de control, Bs. As., 1981, p. 93.

299
el contrato firmado por uno de ellos juntamente con la beneficiaria de un poder general -
comprensivo de poderes especiales- otorgado válidamente por los tres dos socios gerentes en
nombre y representación de la sociedad. Cám. Com., A, ED, 61-531.
El gerente de una sociedad de responsabilidad limitada se encuentra facultado para
ejercer la administración y representación del ente en virtud de lo establecido en los arts. 157 y
concs. de la ley 19.550. Dicha actuación no sólo incluye la decisión de los negocios que la
sociedad emprenderá, sino también su ejecución. Cám. Com., C, LL 1998-B, 654.
Cuando una persona jurídica participa en un negocio por medio de su órgano
calificado para ello, la figura del órgano absorbe la del representante, y el negocio es
estipulado or la persona jurídica, a nombre propio, a diferencia de lo que ocurre cuando la
persona jurídica se vale de un representante diverso del órgano, investido del respectivo poder,
en cuyo caso el negocio lo estipula dicho representante en nombre de otro, es decir, de la
persona jurídica. Cám. Com., A, LL 1977-A, p. 432.
En la S.R.L., la representación plural no implica necesariamente representación
conjunta, en caso de silencio del contrato, se entiende que los gerentes pueden actuar
indistintamente (ley de sociedades, art. 157 -ley 22.903-). (En el caso, la cláusula contractual
decía: "...la administración y representación ... de la sociedad, estará a cargo de ambos socios
como gerentes..."; se juzgó que ella no indicaba que la representación debiera ser conjunta).
Cám. Com., C, RJCOM, 1989-5844.
Con fundamento en el art. 157 de la ley de sociedades, una importante corriente
doctrinaria entiende que en el caso de sociedades de responsabilidad limitada, a la función
gerencial va unida la de la representación del ente societario frente a terceros. Cám. Civ. y
Com., III, RJCOM, 1986-5844.
Se encuentran proscriptos del marco de atribuciones que le son propias los actos que
alteren las condiciones de existencia y funcionamiento de la sociedad, existiendo una marcada
diferencia entre las funciones del órgano de gobierno y el de Administración de la sociedad,
siendo a este último, a quien le está vedado comprometer a la sociedad que representa. Cám.
Com., A, ED, 86-204.
Ulta vires: A los fines de analizar la responsabilidad de los directores por el manejo
irregular de los fondos sociales, debe tenerse en cuenta el objeto de la sociedad fallida. De
tratarse de negocios financieros para los cuales se recurre al ahorro público, la exigencia del
buen desempeño de los órganos de administración y fiscalización debe ser más estricta que en
las sociedades cerradas y con objeto comercial. Cám. Com., E, LL 12/09/00.
El presidente del directorio nunca puede obrar como órgano de administración de la
sociedad, sino sólo ejerciendo la representación de ella, y no es, por lo tanto, quien puede
determinar la voluntad de la sociedad. Es decir, que la mentada representación que ejerce el
presidente del directorio es el mero instrumento o medio en cuya virtud la sociedad se
manifiesta frente a los terceros, porque las funciones de la administración constituyen
relaciones internas de la organización societaria. Cám. Civ., C, RSyC nª 19, nov./dic. 2002, p.
177.
Cualquier hecho o acto jurídico que haga adquirir derechos o contraer obligaciones a
la sociedad no podría ser emprendido por el representante en violación de la competencia
atribuida al directorio como órgano de administración. Por consiguiente, es acertado concluir
que la celebración del contrato de locación de servicios que constituye el objeto del litigio, era
ajeno por completo a las incumbencias del presidente del directorio, aun cuando en una
asamblea posterior no se hubiera desconocido la onerosidad del trabajo profesional de los
integrantes del estudio locador, ni la validez del objetable mandato que también se les había
otorgado para actuar en juicio. Cám. Civ., C, RSyC nª 19, nov./dic. 2002, p. 177.
El art. 58 de la ley 19.550 en su actual redacción atiende a las necesidades de la
realidad económica de nuestros tiempos y consagra soluciones que derivan de la aplicación de
las teorías de la apariencia y del riesgo, pues lo que el legislador ha procurado es preservar la
buena fe de los terceros que entran en contacto con la sociedad mediante el representante que
aparentemente tiene facultades para hacerlo. En la tal tesitura, hace cargar sobre la sociedad el
acto formalmente mal celebrado en tanto ella ha creado el riesgo de la actuación irregular,
sobre la base de que la seguridad del tráfico jurídico no debe depender de la existencia o no de
las previas deliberaciones del órgano, amparando de ese modo al tercero que tiene derecho a

300
presumir que se han cumplido las regulaciones internas societarias. Cám. Civ., C, RSyC nª 19,
nov./dic. 2002, p. 177.
Relación entre el objeto social y la actuación del representante. Corresponde
rechazar el cuestionamiento efectuado por el actor respecto de la personería del apoderado del
demandado con fundamento en la carencia de constancia alguna en el instrumento acerca de la
existencia de autorización al presidente del directorio para su otorgamiento. Ello, en tanto el
acta de directorio y su verificación notarial no resultan indispensables para legitimar la
actuación del representante del órgano en tal sentido, en mérito a la función representativa que
compete a aquél y en tanto el acto no resulta extraño al objeto social. Cám. Civ. y Com., II,
Paraná, LLLitoral, 1997-1067.
No es lícito admitir que las sociedades puedan defraudar a terceros con solo alegar la
inexistencia de constancias en el libro de actas del directorio sobre los actos o contratos
celebrados por sus representantes legales, llenando las formalidades debidas y en negocios
propios del objeto social; la representación de la sociedad se refiere a la actuación externa, con
los terceros, de allí que si obra dentro del objeto social, el presidente del directorio que la
representa legalmente según los estatutos, obliga a la sociedad. (Del dictamen del Fiscal de
Cámara que ésta comparte y hace suyo). Cám. Com., D, noviembre 13-1995, “Frabia S. A.
s/quiebra s/inc. de verif. por: Banco Cabildo S. A.”.

c.- Críticas a la teoría orgánica


Pese a los avances y conveniencia de esta posición, la doctrina orgánica ha sido
insuficiente para explicar ciertas cuestiones relacionadas con la gestión de la sociedad,
por lo que no es de extrañar que en ocasiones aún se recurra “en subsidio a las normas
del mandato para interpretar la relación que existe entre el o los administradores con la
sociedad930”. También se han señalado como falencias que i) la imputación de los actos
del órgano a la persona se explicte mejor para algunos autores recurriendo al instituto
de la representación por resolver esta mejor el problema de atribución al ente de los
hechos ilícitos de sus representantes legales, extremo inexplicable a través de la
doctrina organicista, por exceder la realzación de un hecho ilícito la competencia del
órgano931; ii) o que la responsabilidad extracontractual de la persona jurídica no
encuentra sustento en la doctrina organicista; iii) o bien que es incorrecto ceñir la teoría
orgánica a la celebración de actos jurídicos imputables a un sujeto: la sindicatura, en
tanto órgano, se reduce en términos generales al control de legitimidad del
funcionamiento de otros órganos (vigilar, art. 294 inc. 9 LS), lo que no implica la
celebración de actos jurídicos (art. 994 Cód. Civil). Asimismo, existen comunidades –
no sujetos de derecho- que cuentan con órganos asamblearios –debenturistas y
tenedores de bonos-, cuyas imputaciones jurídicas recaen directamente sobre sus
integrantes932. Pero pese a tales dificultades, la teoría del órgano ha brindado una gran
utilidad a la ciencia del derecho en el desarrollo de un complejo sistema de reglas y
principios aplicables al campo societario933, y aún hoy responde satisfactoriamente a la
mayor parte de la problemática de la voluntad y representación social.

930
Como sucede en el caso de las Coopertivas. Cfr. Nissen R., Curso de Derecho… cit., p.
218.
931
Cfr. Villegas C. G., Derecho de las Sociedades… cit., p. 166; Otaegui J.C., Administración
Societaria, cit., ps. 44 a 47.
932
Cfr. Otaegui J.C., Administración Societaria, cit., ps. 44 a 47.
933
Cfr. Cabanellas de las Cuevas G., Derecho Societario… cit., t. 4, p. 17.

301
23. Responsabilidad penal de la sociedad comercial

El art. 43 del Código Civil, en su redacción original, naturalmente adscribió


al principio romano societas delinquere non potest,934 al disponer que “no se puede
ejercer contra las personas jurídicas, acciones criminales o civiles por indemnización
de daños, aunque sus miembros en común o sus administradores, hubiesen cometido
delitos que redunden en beneficio de ellas”, consagrando así en nuestro derecho la
imposibilidad de las sociedades para delinquir, por lo que no resultaba factible
aplicar aplicarles a estas penas, sino únicamente sanciones administrativas o civiles.
Complementaban la aplicación del societas delinquere non potest, la imposibilidad
de violar el principio de la personalidad de la pena, la ausencia del elemento
subjetivo indispensable para fundar el reproche penal y la ineficacia de una sanción
penal correctiva sobre una persona jurídica935.
Pero la creciente y cada vez más compleja criminalidad de empresa, que
suele recurrir a la utilización de sociedades a efectos de eludir responsabilidades
penales, ha hecho necesario atenuar la rigurosidad del antiguo postulado. “La
empresa genera innumerables obstáculos para el control jurídico penal del
despliegue delictivo, actos tales como: la modificación constante de la distribución
de tareas o competencias, fragmentación y traslado de las decisiones como de la
responsabilidad, descentralización de la gestión en los diferentes ámbitos, accionar
burocrático que impide, incluso a empleados u órganos internos el cotejo y/o
verificación de un accionar institucionalmente desviado”936. Así se han abierto
camino paulatinamente diversas teorías en torno al principio societas delinquere
potest –inverso al consgrado por el Código Civil-, postulado propio del derecho
anglosajón que permiten responsabilizar tanto al ente como a los integrantes de sus
órganos por los actos ilícitos cometidos a través de la empresa (ello siempre en la
medida de su participación en el hecho atribuido a la persona ideal, y a efectos de
evitar caer en supuestos de responsabilidad penal objetiva).
A partir de entonces ha resultado necesaria la elaboración doctrinaria de
soluciones que permitan responsabilizar a quienes de hecho o de derecho utilizan la
estructura empresaria para la comisión de ilícitos. Estas parten esencialmente de
“reconocer la coexistencia de dos vías de imputación cuando se produce un hecho
delictivo protagonizado por el ente colectivo; de una parte, la que se dirige a la
persona jurídica como unidad independiente y, de la otra, la atribución tradicional a
las personas físicas que integran la persona jurídica. Como lógica consecuencia de
esta escisión, la responsabilidad, en los dos casos, se determina obedeciendo a
parámetros diferentes: en las personas humanas, mediante la aplicación de la teoría

934
Cfr. Chichizola M., La Responsabilidad Penal de las Personas de Existencia Ideal, LL 109, págs.
686 y 687.
935
Cfr. Causa 2984 Peugeot Citroën Argentina S.A. s/ Recurso de Casación, CNCP, Sala III,
16/11/2001, del voto de Riggi.
936
Hernández Siri G., Responsabilidad Penal de las Personas Jurídicas, serie Biblioteca
Universidad Austral, Bs. As., 2008 –en imprenta-.

302
del delito tradicional; en las personas jurídicas, por medio de un nuevo sistema” 937.
Dentro de los varios remedios propuestos se encuentra la novedosa teoría del obrar
por otro, y que no se trata de un sistema autónomo aplicable a las personas jurídicas,
sino de una variante o ajuste de la responsabilidad penal convencional938. También
puede verse la solución legislativa del Código Penal español (art. 31) y que dispone
que quien actúe como administrador de hecho o de derecho de una persona jurídica,
o en nombre o en representación legal o voluntaria de otro, responde personalmente
aunque no concurran en él las condiciones, cualidades o relaciones que la
correspondiente figura de delito o falta requiera para poder ser sujeto activo del
mismo, si tales circunstancias se dan en la entidad o persona en cuyo nombre o
representación se obre.

JURISPRUDENCIA
Responsabilidad penal de la sociedad comercial: Es posible imputar responsabilidad
penal a las personas jurídicas por el delito de contrabando, sobre la base de la realización del
hecho presuntamente delictivo por parte de alguna persona física que ostente el carácter de
órgano societario de la persona de existencia ideal y/o por resultar ésta beneficiaria del delito
investigado. Cám. Penal Econ., B, LL 2006-C, 33.
Atento que el art. 887 del Cód. Aduanero contempla la responsabilidad de las
personas de existencia ideal con relación a las penas pecuniarias correspondientes a delitos
incurridos por sus empleados, cabe revocar la resolución por la cual se embargaron los bienes
de una sociedad comercial por un delito aduanero supuestamente cometido por un
dependiente, si no se encuentran reunidos los extremos del art. 306 del Cód. Procesal respecto
de quien fue encausado como dependiente del ente. Cám. Penal Econ., A, DJ 2005-2, 444.
Las personas jurídicas no pueden ser responsabilizadas penalmente porque existe una
imposibilidad de realizar a su respecto el principio de culpabilidad en tanto no es factible la
alternativa de exigirles un comportamiento diferente al injusto —dada su incapacidad de
acción y de autodeterminación—, negando así la base mínima del juicio de reproche (del voto
en disidencia del doctor Zaffaroni). CSJN, mayo 30-2006, “Fly Machine S.R.L.”, LL
25/07/2006, 4, LL 2006-D, 523, LL 12/07/2006, 9, LL 2006-D, 332, - IMP 2006-17, 2075, -
LLP 2006, 1151.

937
Baigún David, La responsabilidad penal de las personas jurídicas (ensayo de un nuevo
modelo teórico), Bs. As, 2000, p. 27. También Bacigalupo S., Responsabilidad penal de las personas
jurídicas, 2001, pág. 27. En esta obra la autora realiza un pormenorizado análisis de la persona
jurídica como sujeto de Derecho Penal, a la que remitimos a efectos de ampliar las consideraciones
expuestas en el presente.
938
Vidal Albarracín H. G., Un Fallo Aleccionador, La Ley, S.J.P. del 30/11/1998, p. 15.

303
Capítulo VII
Documentación y contabilidad social

SUMARIO:
24.- Documentación y contabilidad social. a.- Finalidad. b.- Criterios contables básicos . c.-
Código de Comercio y LS. I-Estados contables, Libros contables y libros sociales propiamente
dichos. II.- confección de Estados Contables de sociedades comerciales. d.- Formalidades
extrínsecas e intrínsecas de los libros de comercio. I.- Libro Diario. II.- Formalidades
extrínsecas y medios mecánicos en la LS. III.- Libro de Inventarios y Balances. A.-
Formalidades. 25.- Estados Contables básicos en la LS. a.- Balance social. I.-) En el activo y
exponiéndolos en orden a su liquidez. II.-) En el pasivo. b.- Estado de resultados. c.- Estado de
Origen y Aplicación de Fondos (art. 62 LS). d.- Estados Contables Complementarios. I.-
Notas y cuadros complementarios. II.-Información Complementaria. A.- Memoria. B.-
Informe de sindicatura. 1.- Comunicación de los estados contables a la autoridad de contralor.
26.- Conservación de libros. 27.- Libros sociales propiamente dichos- a.-) Libro de actas de
asamblea (arts. 73 y 249 LS). b-) Libro de actas de directorio. c.-) Libros de actas de los
órganos de fiscalización. d.-) Libro de registro de acciones. e.-) Libro de registro de asistencia a
asamblea (art. 238 LS). 28.- Responsabilidad civil de los administradores derivada de los
Estados Contables. 29.- Responsabilidad penal. a.- Balance e informe falso. I.- Balance falso.
II.- Informe falso. b.- Balance e informe falsos y derecho a la información. c.- Posibles autores
del delito de informe falso. d.- Ámbito de aplicación del art. 300 inc. 3° CP. I.- Sujetos
excluidos. El consejo de vigilancia y otros. e.- Balance falso y administración fraudulenta. I.-
Ruptura del régimen de solidaridad orgánica de la LS

24.- Documentación y contabilidad social

a.- Finalidad
Una correcta contabilidad permite al comerciante conocer la situación de sus
negocios. De allí que la necesidad de registrar las operaciones mercantiles939 -aunque
más no sea informalmente- resulte posiblemente tan vieja como el comercio mismo940,
pudiéndose encontrar antecedentes en tal sentido en la antigua Sinear –luego
Babilonia-, aún antes de la redacción del código de Hammurabi941. Desde sus albores,
la técnica contable ha evolucionado constante y significativamente –en especial su
sistematización a partir la introducción de la partida doble942-, erigiéndose en una

939
El proceso de registración consiste básicamente en fijar un hecho de contenido
patrimonial en un medio apto para servir de asiento al mismo, medio que no necesariamente deba ser
un libro. Cfr. Gariglio J., “Libros de Comercio”, en Elementos del Derecho Comercial –director
Alberti Edgardo-, Bs. As., 1987, p. 33.
940
La contabilidad entendida en un sentido amplio es posiblemente tan antigua como la
existencia del hombre sobre la tierra. El hombre primitivo siquiera requería de la matemática -como
herramienta para representar valores o cantidades- para desarrollar una elemental idea de cantidad y
pertenencia. Es la teneduría de libros como forma de un rudimentario sistema contable la que se
remonta a unos 3.000 años antes de Cristo. Sobre lo dicho y la evolución de la ciencia contable, véase
Cháves O., Chyriknis H., Dealecsandris R., Pahlen Acuña R. y Viegas J., Teoría Contable, Bs. As.,
1998, ps. 43 a 47.
941
Cfr. Fernández R. y Gómez Leo O., Tratado Teórico… cit., t. II, p. 80.
942
Fra Luca Paciolo, Tractatus de Computis et Scripturis, Venecia, 1494. La partida doble,
desarrollada a partir del S. XIV, surge de la evalución de la partida simple, que se limita a asentar
registraciones sin procedimientos ni principios preestablecidos, siendo de tal simplicidad no permitía
la detección de errores. Su primera sistematización ordenada corresponden a los 36 capítulos a esta
dedicada en la obra de Paciolo Cfr. Vázquez R. y Bongianino de Salgado C., Nociones de Teoría

304
herramienta comercial imprescindible.
La contabilidad resulta ser hoy día una disciplina técnica o rama del
conocimiento que a partir del procesamiento de datos sobre la composición y evolución
del patrimonio de un sujeto, de los bienes de propiedad de terceros en su poder y de la
medición y previsión de ciertas contingencias, produce información para la toma de
decisiones por sus administradores, socios y terceros interesados, y que también sirve
para vigilar los recursos y obligaciones del ente943. En definitiva, se ha transformado en
el lenguaje de los negocios944, a partir de su triple fundamentación y que consagra la
tutela de945: i.-) los intereses del comerciante, quien a partir de esta puede i.a.) conocer
inmediatamente el estado del negocio y apreciar si este progresa o decae, y i.b.)
acreditar sus derechos, toda vez que los asientos de sus libros, debidamente llevados,
constituyen prueba en su favor sobre las relaciones con otros comerciantes; ii.-) atiende
el beneficio del comercio en general y el provecho social, a través de la tutela de ii.a.)
el interés de los terceros que contratan con el comerciante, cuyas operaciones deben
reflejarse en la contabilidad de este, espejo de su vida económica y marcha de los
negocios; ii.b.-) el provecho general a través de la actuación del Estado, para el caso de
que mediante el ejercicio del poder de policia de aquel, sea necesario reconstruir la
contabilidad del comerciante. Puede asismismo el Estado –como en ocasiones los
terceros- apreciar mediante la contabilidad la corrección con que fueron llevadas las
operaciones, las causas de las situaciones de crisis del comerciante, etc.; ii.c) del bien
común, por cuanto facilita al fisco las tareas de evaluación de la solvencia de los
sujetos y la consiguiente recaudación impositiva; iii.) en el caso de las sociedades, y
como referimos en otras partes de este trabajo, la contabilidad es de especial interés
para el ejercicio de los derechos de los socios y la eventual atribución de
responsabilidades de administradores y fiscalizadores –e incluso, en oportunidades, de
los mismos socios-.

b.- Criterios contables básicos


En términos generales y salvo contadas excepciones dispuestas en leyes
especiales, la contabilidad debe ser llevada con criterios uniformes de valuación y ser
expresada con claridad, veracidad y exactitud (arts. 33 inc. 2, 43, 51, 53 Código de
Comercio). En nuestra legislación se integra, minimamente, con los libros que el
comerciante –y según su especialidad- se encuentra obligado a llevar, con más la

Contable, Bs. As., 1998, ps. 12 y 13. Si bien el Código de Comercio no refiere a la partida doble
como forma de registración –alude sólo a la regularidad de los asientos-, lo cierto es que esta se ha
impuesto a la fecha como única adecuada.
943
Cfr. Fowler Newton E., Cuestiones Contables Fundamentales, Bs. As. 1994, p. 5;
Cabanellas de las Cuevas G., Derecho Societario… cit., t. 7, p. 15.
944
En cuanto permite conocer que sucede con y dentro del ente. Cfr. Biondi M., Teoría de la
Contabilidad, Bs. As., 1999, p. 27.
945
Sobre esta, que aquí resumimos, véanse Halperín I. y Butty E., Curso…cit. 4ª ed. t. I, ps.
222 y 223; Fernández R. y Gómez Leo O., Tratádo… cit., t. II, ps. 85 y 86; Fontanarrosa R.O.,
Derecho Comercial…, cit., vol. I, ps. 328 y 329.

305
documentación respaldatoria y complementaria de sus asientos y actividades946.
Respecto de los criterios apuntados, nos limitamos a decir: i.) Claridad: se trata de un
requisito propio de toda contabilidad obligatoria que se orienta a facilitar un
conocimiento rápido, fácil, evidente e inequívoco de la situación del comerciante
(arts. 43 y 52 Código Comercio); ii.) Veracidad: procura que la contabilidad no
oculte o dismule ninguna circunstancia o contingencia relacionada al ente (arts. 43,
51 y 53 del Código de Comercio); iii.) Exactitud: si bien este requisito se encuantra
expresamente contemplado en el Código de Comercio al tratar el balance, resulta
evidente que es propio de toda la contabilidad del comerciante (art. 51). A fin de que
la información que se le requiere resulte eficaz, esta debe aproximar con la mayor
exactitud posibile los valores de los activos y pasivos de que se ocupa (la exactitud,
como término absoluto, resulta inviable en cuanto a criterios de valuación se trata).
iv.) Uniformidad: las normas particulares y criterios para la preparación de la
documentación contable de un determinado comerciante deben ser aplicadas de
manera uniforme de un ejercicio a otro -cualquier cambio sustancial en su aplicación
debe ser informado947-, lo que no importa su mantenimiento inalterable cuando las
circunstancias del caso hicieran aconsejable su modificación948. De tal modo la
información contable producida en diferentes ejercicios resultará comparable por el
propio comerciante y por terceros, (arts. 33 inc. 2, 43 y 51 Código de Comercio.

JURISPRUDENCIA

Contabilidad. Documentación social. Principios. Exactitud. Cuando la exactitud de


los asientos pueden comprobarse mediante documentación que permite reconstruir las
operaciones, la eventual tardanza de los asientos no influye negativamente, máxime si la
conducta de tal actitud, asumida por la actora, fue denunciada e instrumentada ante el
organismo de contralor (Inspección General de Justicia); es del arbitrio del órgano judicial, el
decidir el grado de eficacia de la contabilidad compulsada, frente a los posibles vicios de que
pudiera adolecer la misma para restarle o no valor probatorio. Cám. Com., A, LL 1987-B, 422
- DJ 1987-2, 328.
Contabilidad. Documentación social. Principios. Uniformidad. Las obligaciones
enunciadas por el art. 33 del Cód. de Comercio deben ser cumplidas por todos los que ejercen
el comercio en forma habitual, incluso los no matriculados, a quienes el incumplimiento del
inc. 1º de dicho artículo, no los releva de la obligación de cumplir con los restantes, y en
especial con el segundo, en tanto manda a seguir un orden uniforme de contabilidad y de tener
-aunque no estén rubricados- los libros necesarios a tal fin complementados con la
documentación respectiva (art. 43, Cód. de Comercio.) y a los efectos de tener por cumplido
los requisitos del art. 11, inc. 6º de la ley 24.552 la pauta definitoria está dada no por un

946
“Exigir la documentación respaldatoria de los asientos contables de los libros de
comercio no constituye una interpretación razonable de los arts. 43, 44 y 63 del Cód. de Comercio,
porque desnaturaliza el principio legal sobre la eficacia probatoria entre comerciantes, contradice lo
prescripto por el art. 26 inc. 1 del cuerpo normativo mencionado y otorga mayor importancia a las
facturas o a los remitos que a los libros”. Cám. Com., B, LL 04/12/2006, 5 - LL 2006-F, 743.
947
Así lo prevé el art. 65 inc. e de la LS, en cuanto dispone la obligación de consignar en
notas todos los cambios en los procedimientos contables o de confección de los estados contables
aplicados con respecto al ejercicio anterior, explicándose la modificación y su efecto sobre los
resultados del ejercicio.
948
Cfr. Vázquez R. y Bongianino de Salgado C., Nociones… cit., p. 118.

306
elemento formal como la regularidad sino por otro sustancial, que es la adecuada
funcionalidad de las registraciones contables, en tanto brinden elementos suficientes para
describir la gestión y situación del concursado. Cám. Civ. Com., II, San Martín, LLBA 1998,
1132.

c.- Código de Comercio y LS


Sin pejuicio de las expresas previsiones que en materia de documentación y
contabilidad social contiene la LS (arts. 61 a 73), el Código de Comercio impone a
todo comerciante –mariculado o no- la obligación de registrar sus operaciones de
forma organizada, por tanto, de llevar libros contables según pautas comúnes (arts. 43 a
66). La sociedad comercial no es ajena a esta normativa949, que le impone “tener una
contabilidad mercantil organizada sobre una base uniforme y de la que resulte un
cuadro verídico de sus negocios y una justificación clara de todos y cada uno de los
actos susceptibles de registración contable”, registración que debe además
complementar con la documentación respectiva (art. 43 Código de Comercio). Así, al
tratar el Código en forma general las obligaciones de quienes profesan el comercio
(Titulo II, Capítulo I) impone a estos, además, seguir un orden uniforme en la
contabilidad y asentarla en libros que deben conservar –junto con otros documentos-
hasta por diez años (arts. 33 y 67), ciertas formalidades cuya finalidad es la de evitar
defecciones o registraciones que alteren la organización contable. Estas formalidades
han sido distinguidas por la doctrina entre extrínsecas e intrínsecas. Las formalidades
extrínsecas surgen del art. 53 del Código de Comercio e imponen que los libros
indispensables se encuentren encuadernados y foliados, debidamente individualizados
y anotados por la autoridad de contralor pertinente según sus reglas. Las formalidades
intrínsecas, que se encuentran contempladas en los arts. 44, 45, 54 y 66 del Código de
Comercio, refieren al modo en los libros deben llevarse (idioma, cronología, orden de
los asientos y forma de conservación). Sobre todas estas volveremos más adelante.
Respecto de la LS propiamente dicha y de la forma de la presentación en
general de los estados contables por esta prevista, su art. 63, ap. 4° refiere que: a.-)
la información debe agruparse de modo tal que sea posible distinguir y totalizar el
activo corriente del activo no corriente y el pasivo corriente del pasivo no corriente.
A tales fines la norma define como corriente a todo activo o pasivo cuyo
vencimiento o realización se produzca dentro de los doce meses a partir de la fecha
del balance general, salvo que las circunstancias aconsejarn otra base para efctuar tal
distinción (art. 63 ap. 4 inc. a) LS). Mediante tal previsión permite que el usuario de
la contabilid obtenga información útil para juzgar la capacidad financiera del ente –
además de facilitar la preparación del estado de origen y aplicación de fondos-950.;
b.-) Los derechos y obligaciones deberán mostrarse indicándose si son
documentados, con garantía real u otras (art. 63 ap. 4 inc. b) LS); c.-) El activo y el
pasivo en moneda extranjera, deberán mostrarse por separado en los rubros que

949
En cuanto comerciante. Arts. 1 y 5 Código de Comercio y art. 1 LS.
950
Cfr. Verón A.V., Estados Contables y Libros de Comercio, 2° ed., Bs. As., 1978, p. 144.

307
correspondan (art. 63 ap. 4 inc. c) LS). De manera complementaria la LS prevé la
confección de Anexos frente a la existencia de activo y pasivo en moneda extranjera
detallando: las cuentas del balance, el monto y la clase de moneda extranjera, el
cambio vigente o el contratado a la fecha de cierre, el monto resultante en moneda
argentina, el importe contabilizado y la diferencia si existiera, con indicación del
respectivo tratamiento contable art. 65 ap. 2 inc. f) LS); d.-) En cuanto a las partidas,
la ley prohibe que se compensen las que, por ser distintas entre sí no guarden
ninguna vinculación (art. 63 ap. 4 inc. d) LS). La ley busca evitar que se afecte la
claridad expositiva del balance en perjuicio de la correcta comprensión de la
situación patrimonial y financiera del ente951.
En la medida en que resulte aplicable según el tipo, deben quedar en la sede
social copias del balance, del estado de resultados del ejercicio y del estado de
evolución del patrimonio neto, y de notas, informaciones complementarias y cuadros
anexos, a disposición de los socios o accionistas, con no menos de quince días de
anticipación a consideración por ellos (art. 62 LS). Cuando corresponda, también se
mantendrán a su disposición copias de la memoria del directorio o de los
administradores y del informe de los síndicos (art. 67 LS).
En en ámbito societario propiamente dicho y en palabras de Megna que
hacemos nuestras, la contabilidad importa mayormente: “a) Anotar con medios
técnicos idóneos (libros manuales, fichas, copiadores, registros mecánicos,
electromecánicos, etc.) cuanto acto y hecho jurídico sea imputabe al ente por la
actuación de los administradores en cumplimiento del objeto societario. b) Servir de
medio para la formulación periódica de estados de resultdos (balande general, cuenta
de ganancias y pérdidas, etc.), como asimismo de elementos de juicio para
confeccionar la memoria, si correspondiere, a efectos de que los administradores y
fiscalizadores informen a socios y accionistas del resultado de la gestión. c) Permitir el
control directo por parte de los socios no administradores cuando la Ley lo autoriza
(Art. 55). d) Facilitar a las autoridades de contralor el cumplimiento de funciones
asignadas por la Ley o reglamentación. ... e) Permitir la verificación por parte del
Estado, en los casos de percepción tributaria, de su correcta aplicación e igualmente de
otras manifestaciones económico-financieras. ... f) Mediante la exhibición de libros y
documentación fehaciente poder respaldar, en juicios contra terceros, las operaciones
celebradas y que son controvertidas. g) Decidir el otorgamiento de créditos por parte de
acreedores y proveedores, previo análisis de la composición patrimonial del ente y del
resultado histórico de las operaciones sociales y sus perspectivas futuras. h) Mantener o
incorporar inversionistas en función al estudio del rendimiento de las empresas. i)
Calificar la conducta individual de los administradores, integrantes del consejo de

951
Cfr. Verón A.V., Estados Contables y… cit., , 2° ed., p. 148. “Dos ejemplos de esta
práctica prohibitiva son frecuentes: a) Acreedores con saldo deudores; b) Deudores con saldos
acreedores. En ambos casos se suele deducirlos del monto total de la cuenta, compensación que la ley
no admite tratándose de distintas partidas.”

308
vigilancia y síndicos ... j) Determinar la responsabilidad penal de las personas indicadas
anteriormente ... k) Ordenar un sistema integrado de información con el propósito de
planear y controlar la acción empresaria. l) Permitir la intervención de los profesionales
que tendrán a su cargo la auditoría anual ... como así también la certificación de estados
contables ...952”
Sin perjuicio de los beneficios que conllevan las apuntadas exigencias legales,
no debe olvidarse que su observancia no importa una obligación para el ente –sin
perjuicio de los términos utilizados en los arts. 33 y 43 del Código de Comercio-, sino
solo de una carga en sentido técnico953, que principia con la iniciación de la actividad
comercial y termina con el cese de la actividad mercantil954. Quienes observen en
tiempo y forma tales cargas obtendrán como retribución determinadas ventajas o
efectos útiles. Producto de ello es que se priva al comerciante incumplidor, como
sanción, de diversos beneficios mayormente relacionados con la prueba de sus
operaciones. Sin perjuicio de la apuntada disonancia legal (obligación-carga), la
conducta pretendida parecería en puridad tratarse además de una especie de deber –
noción más general que la de obligación- que si bien no puede ser exigido por acreedor
alguno, impone al obligado ajustar su conducta a mandatos de una norma general
establecida tanto en beneficio del sujeto a la que se impone como también de una
variada gama de intereses que el legislador desea tutelar955.

JURISPRUDENCIA

La contabilidad como carga especial. La circunstancia de que el fallido no haya


dejado libros y registros contables que permitan determinar o, en su caso, impugnar la
acreencia insinuada, no debe pesar a su favor, porque tenía la carga legal de llevar su
documentación en debida forma (del dictamen de la Fiscal General). Cám. Com., E, , IMP
2007-11 (junio), 1179.
Tratándose de una sociedad irregular (de hecho), la falta de libros rubricados de
contabilidad es la consecuencia lógica e ineludible derivada de esa condición y de ninguna
manera ello constituye una tacha ni puede dar lugar a tildar su conducta de reprochable. Trib.
Fisc., D, diciembre 29-2000, “Rubén César Anselmo y Alberto Alfredo Anselmo, soc. de
hecho”.
La contabilidad que están obligadas a llevar las sociedades controlantes y
controladas, conforme a los arts. 43 y 67 del Cód. de Comercio y arts. 61 a 71 de la ley de
sociedades, es una garantía de información confiable para ambas sociedades, socios y terceros
acreedores. Cám. Civ. y Com., III, Córdoba, LL 1999-D, 754, (41.666S) - LLC 1999, 574.
El rigor impuesto por el Código de Comercio acerca de los libros que deben llevarse
esta contemplado para proteger el interés del mismo comerciante, pero fundamentalmente el
de los terceros que contraten con la sociedad y del Estado para la debida percepción de los
impuestos y el control de la actividad, por lo cual cuando se pretende reclamar una reparación

952
Megna P.P., en Cuadernos… cit., de Zaldivar E. y ots., Vol. I, ps. 325 y 326.
953
A diferencia de la obligación, en la que existe un sujeto en condición de exigir su
cumplimiento.
954
Cfr. Fernández R. y Gómez Leo O., Tratado…, t. II, ps. 1, 2 y 88 quienes califican de
impropia la designación utilizada en el Código de Comercio; Cabanellas de las Cuevas G., Derecho
Societario… cit., t. 7, p. 37.
955
Así se tutela también el interés de los trabajadores, del fisco, de administradores, socios y
acreedores. Cfr. Rouillón A., Código… cit., t. I, p. 79.

309
por el lucro cesante causado por un hecho ilícito —en el caso, se clausuró en forma ilegítima
el establecimiento comercial que explotaban los actores—, también el daño debe surgir de los
libros y documentación respaldatoria. Cám. Civ. y Com., I, Mercedes, LLBA 2006 , 660.
La negativa u omisión de presentar los libros de comercio para su examen y
constatación es particularmente reprochable en una sociedad anónima. Cám. Com., B, JA
1998-II-149.
Libros, atraso y consecuencia: Si los libros de comercio se llevaban con considerable
atraso no existe ninguna razón que autorice suponer que la ley 19550, por el hecho de permitir
la constitución de una sociedad entre cónyuges, haya derogado las claras prohibiciones del
Código Civil (arts. 1358, 1807, inc. 1.) que tienden a evitar fraude en perjuicio de terceros y
violar la regulación legal de la sociedad conyugal. Cóm. de Reg., ED, 72-231.
Libros, citación de terceros: Cabe rechazar la citación de terceros promovida en una
causa fundad en la venta de acciones, cuando la citada como tercero es la sociedad emisor, y la
finalidad de tal solicitud consiste en asegurar la producción de prueba sobre libros contables y
demás documentación de dicha sociedad, toda vez que esta es un sujeto de derecho diverso de
los accionistas que la integran y por lo tanto ajena a la controversia suscitada respecto del
contrato aludido, y además, la finalidad perseguida es extraña al objeto de la citación de
terceros al proceso. Cám. Com., E, diciembre 18-2000, “García Mata de Smart Luz c. Baro
S.A. y otro s/ ordinario”.
Libros. Prueba: Tratándose de la relación contractual entre un comerciante y alguien que no lo
es, los libros de comercio del primero carecen de fuerza probatoria en favor de su dueño, aun
como principio de prueba por escrito, porque no emanan de la persona contra la cual se quiere
hacerlos valer, pudiéndoselos considerar a lo sumo como una prueba indiciaria que puede
servir de base a presunciones. Cám. Civ. y Com., II, Bahía Blanca, JA 1995-II-39.
Sólo cabe otorgar valor indiciario a los asientos contables de los libros de la actora a
los fines de acreditar la relación contractual y la consecuente acreditación de la deuda del
demandado, puesto que el art. 63 CCom. rige entre comerciantes y su efecto probatorio es
relativo cuando se lo pretende hacer valer frente a quien no tiene esa calidad. Cám. Civ. y
Com. San Nicolás, LL BA B856512.
Corresponde considerar que la pericia contable carece de la eficacia probatoria
otorgada por el a quo si no se trata de un pleito entre comerciantes, la contabilidad examinada
por el perito no aparece complementada con documentación auténtica, el perito no tuvo a la
vista el Libro Diario —registro contable reputado indispensable por el art. 44 del Cód. de
Comercio— y el Libro Inventario, en el que aparece registrada la deuda reclamada, fue
rubricado tres años después de la fecha de emisión de las facturas. Cám. Com. E, LL 2006-A,
724.
Como lo dijera esta Cámara, en anterior composición parcial, si una de las partes
lleva los libros de comercio de un modo legal, y la otra (también comerciante) no lleva libros,
el caso se decide por lo probado con los libros de quien los presentó (arts. 56 y 63 CCom.)
(conf. "Azucarera Juan B. Terán v. Corralón San Cristobal S.R.L. s/ordinario" 4/4/1986; ídem
"San Juan Y Cía. S.R.L. v. Calvera s/cobro de Pesos", 23/4/1986; en igual sentido C. Civ. y
Com. Tucumán, sala 1ª, "Iggam S.A. v. El Constructor S.A. s/ordinario", 25/4/1990; LL 1982-
A-228; ED 68-403). Ese criterio se torna de inexorable aplicación al caso, no sólo porque es lo
que ha ocurrido, sino también porque quien no llevaba los libros se sometió a la prueba
pericial en los libros de la actora. Y no tiene idoneidad para poner en duda las constancias de
aquellas registraciones la simple negativa del demandado en el sentido de que alguna
documentación que apoya en los asientos es falsa, pues ello no significa carencia de
documentación (LL 1, 983-D-455), ello ante la omisión del accionado de llevar libros, y
conforme a las normas del Código de Comercio mencionadas, pues de otro modo se echaría
por tierra el sistema probatorio implementado por ese Código y que tiende a la protección del
comercio y de los comerciantes dadas las modalidades propias del tránsito. Cám. Civ. y Com.,
I, Tucumán, agosto 12-1992, “Frigorífico Industrial del norte S.A. c. Mena Miguel s. cobro
ordinario y embargo preventivo”. No puede invocar como agravio el recurrente (que es
comerciante) de que se hayan tomado en consideración las constancias de los asientos de los
libros de la contraparte (también comerciante), si nada hizo para contrarrestarlos con una
demostración en contrario a partir de sus propios asientos contables. El criterio jurisprudencial

310
al respecto es abundante y coincidentemente contrario a la pretensión de la apelante: "Los
libros de comercio hacen prueba para el comerciante que los lleva cuando su adversario no
presenta asientos en contrario, hechos en libros arreglados a derecho, ni acredita plena y
concluyentemente la inexactitud de lo que resulta de la contabilidad de su oponente" (C. Nac.
Com., sala B, 16/5/1988). ED 132-565. El Derecho en Disco Laser - (c) Albremática, 1994
Referencia: 472491. "La obligación imperativa de cada comerciante de llevar la contabilidad
regular de sus operaciones (cap. III, del tít. II Civ. y Com.) conduce a establecer que entre
comerciantes y por hechos de su comercio, cuando se ofrece la circunstancia de que sólo uno
de ellos lleve sus libros y asientos con satisfacción de los recaudos legales, las anotaciones
registradas en éstos son prueba suficiente en juicio (art. 63 Ver Texto párr. 2º CCiv.), salvo
que el adversario presente una prueba que debe ser "plena y concluyente para desvirtuar tales
anotaciones" (C. 1ª Civil San Luis, 27/2/1967). ED 32255. El Derecho en Disco Laser (c)
Albremática, 1994, Referencia: 254344 "Los libros de comercio compulsados tienen eficacia
plena en favor de su propietario, si no se ha negado que los mismos han sido llevados con las
formalidades de ley, habiéndose traído a un litigio entre comerciantes, tratándose de una
cuestión vinculada o emergente del comercio, ya que son actos registrables en ellos, y sobre
todo, cuando no han sido desvirtuados por otras pruebas más eficaces o por las constancias de
libros regularmente llevados por su contrario" (C. 1ª Civ. y Com. Mercedes, 31/10/1968) ED
32-273. El Derecho en Disco Laser (c) Albremática, 1994 Referencia: 254341. "Las
constancias de los libros de comercio de los comerciantes, que se hallan complementadas por
la documentación correspondiente, hacen plena prueba contra el comerciante que no lleva
libros registros" (C. Nac. Com., sala A, 31/3/1965). ED 11-271. El Derecho en Disco Laser (c)
Albremática, 1994 Referencia: 222750. "Siendo ambas partes comerciantes, los asientos de los
libros de comercio, referentes a hechos del comercio, hacen prueba si la contraparte no
presenta en contrario libros arreglados a derecho u otra prueba plena y concluyente" (C. Nac.
Com., sala A, 8/3/1963). ED 6-841. El Derecho en Disco Laser (c) Albremática, 1994 -
Referencia: 207600. Cám. Civ. y Com., II, Tucumán, febrero 23-1995, “Heraldo J. iriondo
S.A. c. Fusión S.R.L. s. cobro de pesos”.
El art. 63 del Cód. de Comercio establece como principio general, que los libros de
comercio harán prueba en litigios sostenidos entre comerciantes. Este principio no es absoluto
y esa prueba podrá tenerse en cuenta también en juicios seguidos contra no comerciantes,
cuando los asientos contenidos en los libros se hallan respaldados por la documentación
pertinente (conf. art. 43 Cód. de Com.) y ésta fue acompañada en autos. Si ante el reclamo de
cobro de la suma adeudada por la internación de una persona el establecimiento hospitalario
no aportó comprobante alguno que corrobore lo asentado en los libros, no cabe hacer
excepción al principio general contenido en el art. 63, en cuanto a la trascendencia de la
prueba consistente en los libros del comerciante, si el juicio no es seguido contra otro
comerciante. Sostener lo contrario sería admitir que una parte, comerciante, puede constituirse
libremente la prueba de crédito con sólo asentarlo -por el monto que fuere- en sus libros de
comercio, litigando contra un no comerciante que por tanto, no lleva libros, sin que medie
como requisito para la plena admisión de esa prueba, el respaldo detallado y preciso de los
comprobantes que acrediten cada rubro que se trasladó a los libros. Cám. Civ., F, julio 12-
1989, “Instituto Argentino del Diagnóstico c. Starosta de Rogan s. cobro de pesos”.
Dado que la fuerza probatoria de los libros de comercio se funda en máximas de la
experiencia, como la que supone que en los libros regularmente llevados los asientos se
practican cuando el comerciante aún ignora que las operaciones que registra constituirán el
origen de un futuro pleito, los libros de actas de directorio y diario reconstruidos carecen de
vigor probatorio a favor de su dueño. Cám. Com., A, LL 1999-F, 754, (42.076-S) - ED 182,
158.
Libros. Prueba. Exhibición: Si la actora había anunciado que promovería contra la
demandada acción de daños y perjuicios, corresponde admitir parcialmente el pedido
formulado en los términos del art. 323 del Cód. Procesal -en el caso, exhibición de estatutos,
actas de asamblea, libro de registro de acciones, estados contables, memorias y actas de
directorio de la sociedad demandada-, pues ante la imposibilidad de obtener
extrajudicialmente la información requerida, resulta la única vía idónea para conocer los datos
necesarios a fin encuadrar adecuadamente la pretensión. Cám. Com., C, DJ 19/05/2004, 202.

311
I.- Estados contables, Libros contables y libros sociales propiamente
dichos: El art. 44 del Código de Comercio impone a todo comerciante llevar, además
de los que en forma espercial el Código u otras leyes impongan956, mínimamente dos
libros: el Diario y el de Inventarios y Balances. Pueden también llevarse cuantos se
crean convenientes para un mejor orden de los negocios, toda vez que la ley sólo
refiere al mínimo requerido957. De
manera complementaria –y en ocasiones aludiendo de manera directa a los libros
impuestospor el Código de Comercio- la LS prevé para impone a las sociedades
comerciales una modalidad especial para la confección y presentación de su
información contable. La doctrina la ha agrupado y clasificado de distintas maneras,
si bien siguiendo el texto de la ley 19.550 esta mayormente coincide en dividirla
en958: i.-) Estados Contables Básicos: estos estan integrados por el Balance General
(art. 63 LS), el Estado de Resultados (art. 64 párr. 1° LS), el Estado de Resultados
Acumulados (art. 64 párr. 2° LS) y, en su caso, por el Estado de Origen y Aplicación
de Fondos (art. 62 párr. últ. LS); ii.-) Estados Contables Complementarios:
integrados por las Notas Complementarias (art. 65 LS) y los Cuadros Anexos (art.
65 LS); finalmente por la iii.-) Información complementaria del art. 66 LS
(Memoria). La LS impone el llevado de libros sociales propiamente dichos –o
internos-, entre los que pueden listarse los de actas de asamblea (arts. 73 y 249 LS),
de actas de directorio (art. 73 LS) de actas de los órganos de fiscalización (art.s 73 y
290 LS), de registro de acciones (art. 213 LS), de registro de asistencia a asamblea
(art. 238).
En resguardo de los derechos de los socios y a fin de su correcto ejercicio en
asamblea, en la sede social deben quedar copias del balance, del estado de resultados
del ejercicio y del estado de evolución del patrimonio neto, y de notas,
informaciones complementarias y cuadros anexos, a su disposición con no menos de
quince días de anticipación a su consideración por ellos. Cuando corresponda,
también se mantendrán a su disposición copias de la memoria del directorio o de los
administradores y del informe de los síndicos (art. 67 LS).

II.- Confección de Estados Contables de sociedades comerciales: i.-) Para la


confección de los estados contables de sociedades por partes de interés, se aplican las
disposiciones de los arts. 51 y 52 del Código de Comercio; ii.-) Para la confección de
los estados contables de sociedades de responsabilidad limitada incluidas en el inc.
2° del art. 299 LS y las sociedades por acciones, se aplican las disposiciones de los

956
Distingue así el Código dos tipos de libros obligatorios: los generales, comunes a todos
los comerciantes –Diario e Inventario y Balances- y los especiales, cuyo número y contenido será
variable de acuerdo a la naturaleza e importancia de las actividades a registrarse. Cfr. Cabanellas de
las Cuevas G., Derecho Societario… cit., t. 7, p. 39.
957
Cfr. Fontanarrosa R.O., Derecho Comercial…, cit., vol. I, p. 332.
958
De entre las muchas clasifcaciones existentes, escogemos –y seguimos aquí- la propuesta
por Verón A.V., Estados Contables y… cit., , 2° ed., ps. 113, 133 y ss.

312
arts. 62 a 66 LS, de acuerdo a los principios contables antes señalados y a las
previsiones sobre la materia contenidas en el Código de Comercio, en cuanto fueran
de aplicación. Ello por cuanto, en realidad, la LS no ha derogado el Código de
Comercio en materia de libros de comercio, sino que ha constituido un sistema de
exigencias sobre la base de la documentación y contabilidad exigida por aquel959.
Estos tipos deben presentar anualmente los estados contables (balance art. 63 LS;
estado de resultados art. 64 LS, notas complementarias art. 65 LS y memoria art. 66
LS), haciendo constar en el balance de ejercicio la fecha en que se cumple el plazo
de duración del contrato social960 (art. 62 LS). Los estados contables
correspondientes a ejercicios completos o períodos intermedios dentro de un mismo
ejercicio, deberán confeccionarse en moneda constante961.
Además, las sociedades controlantes (art. 33, inc. 1 LS) deben presentar como
información complementaria estados contables anuales consolidados, confeccionados
con arreglo a los principios de contabilidad generalmente aceptados y a las normas que
establezca la autoridad de contralor (art. 62 LS). Cuando los montos involucrados sean
de significancia relativa, a los efectos de una apropiada interpretación, serán incluidos
en rubros de conceptos diversos. Con el mismo criterio si existiesen partidas no
enunciadas específicamente, pero de significación relativa, deberán mostrarse por
separado. La Comisión Nacional de Valores, otras autoridades de contralor y las
bolsas, podrán exigir a las sociedades incluidas en el art. 299 LS la presentación de un
estado de origen y aplicación de fondos por el ejercicio terminado962, y otros
documentos de análisis de los estados contables.

d.- Formalidades extrínsecas e intrínsecas de los libros de comercio


Por imposición legal (art. 54 Código de Comercio) todo libro indispensable
debe encuadernarse y foliarse para su presentación ante el Tribunal de Comercio, para
su individualización y anotación963. Se trata de las formalidades extrínsecas a las que
antes aludiéramos y que se resumen en el aspecto exterior e interior de los libros y a la
participación de los organismos de contralor, previo a la intervención en aquellos –
asiento de registraciones- del comerciante. La individualización y anotación de los
libros por el Tribunal se encuantra sujeta a la previa inscripción del comerciante en la
matrícula964. En cuanto a los libros no indispensables, estos no requieren llevarse de
acuerdo a formalidad alguna. El idioma en que los libros se lleven también es

959
Cfr. Richard E. y Muiño O., Derecho Societario… cit., p. 255.
960
En procura de evitar inadvertencias sobre el vencimiento de los plazos fijados para la
duración de la sociedad. Exposición de Motivos Ley 22.903, Capítulo I, Sección XII, ap. 2.
961
Ley 22.903, art. 1° LS.
962
Fondos son el activo corriente, menos el pasivo corriente (art. 62 LS).
963
La ley dice “para que se los individualice en la forma en que determine el respectivo
tribunal superior y se ponga en ellos nota datada y firmada del destino del libro, del nombre de aquel
a quien pertenezca y del número de hojas que contenga”.
964
Fontanarrosa R.O., Derecho Comercial…, cit., vol. I, p. 341.

313
considerado una formalidad extrínseca. Para su admisión en juicio estos deben
encontrarse en el idioma del país (art. 66 Código de Comercio), disposición de la
que parecería derivarse la obligación, para el comerciante argentino, de llevarlos
exclusivamente en castellano965. Respecto de los comerciantes extranjeros, al no
existir imposición del idioma español –basta con que los libros se lleven en algún
idioma vivo966-, estos pueden hacerlo en sus propias lenguas, si bien deberán
traducirlos por un interprete judicialmente designado si pretenden que sean
admitidos en juicio. En el caso de las sociedades comerciales, en tanto personas del
país, deben llevar sus libros y registraciones en castellano, al igual que a las sociedades
extranjeras inscriptas en los términos de los arts. 123 y 124 LS.
Respecto de las formalidades intrínsecas (modo en que los libros deben
llevarse), el Código en su art. 54 prohibe alterar en los asientos el orden progresivo de
las fechas y operaciones con que deben hacerse967, dejar blancos o huecos que permitan
intercalaciones o adiciones, efectuar raspaduras o enmiendas, tachar asientos, mutilar
partes del libro, arrancar sus hojas o alterar la encuadernación y foliación.

JURISPRUDENCIA

Formalidades extrínsecas e intrínsecas de los libros de comercio. La prueba pericial


contable es indivisible, pero su indivisibilidad (que es próxima a la confesional), está
subordinada a que todos los libros de comercio, sean éstos los obligatorios o los
complementarios y auxiliares, se encuentren llevados de acuerdo a las formalidades intrínsecas
y extrínsecas de los arts. 53, 54 y 55 del Cód. de Comercio. Civ., Com. y del Trab., Bell Ville,
LLC 1994, 367.
El Código de Comercio obliga a los corredores a llevar un asiento exacto y metódico
de todas las operaciones en que intervienen, tomando nota de cada una inmediatamente
después de concluida, en un cuaderno manual foliado, poniendo los asientos por orden
riguroso de fechas, y expresando en cada caso los nombres y domicilios de los contratantes,
las calidades, cantidad y precio de las cosas que fueran objeto de negociación, los plazos y
condiciones de pago y todas las circunstancias ocurrentes que pueden contribuir al mejor
esclarecimiento del negocio. Cám. Com., B, LL 1989-B, 100 - DJ 1989-1, 953.

I.- Libro Diario


En el libro Diario se asientan, día por día y según el orden en que se efectúen,
todas las operaciones que el comerciante realice, las letras u otros papeles de crédito -
otorgados, recibidos, afianzados o endosados- y, en general, todo cuanto reciba o
entregue por cuenta propia o ajena por cualquier título, de modo que de cada partida
resulte claramente quien es el acreedor y quien el deudor en la negociación anotada
(art. 45 Código de Comercio). El término operación, base del sistema contable, no es
definido por el Código que sólo enuncia aquel en algunas de sus normas. Este carece

965
Cfr. Fernández R. y Gómez Leo O., Tratado…cit., t. II, p. 116.
966
Cfr. Halperín I. y Butty E., Curso…cit. 4ª ed. t. I, p. 225. El término vivo utilizado por los
autores se correponde con el del código de comercio alemán “lengua viva y con signos caligráficos
propios”.
967
Esta exigencia, establecida específicamente para el libro Diario, es aplicable a todos los
libros. Cfr. Fontanarrosa R.O., Derecho Comercial…, cit., vol. I, p. 342.

314
de un sentido técnico legal concreto, por lo que son las reglas contables las que
determinan cuales movimientos requieren asentarse y cuales no968. La realidad señala
que los asientos corresponden a “hechos jurídicos en ejecución de negocios jurídicos:
el comerciante no registra en sus libros los actos de celebración de contratos, sino los
actos de ejecución de estos969”
Sin perjuicio de las características físicas del libro diario –cualquiera sea su
sustrato material, v.gr. art. 63 LS-, el Código de Comercio alude en realidad a la
contabilidad de tal forma llevada (día a día), por lo que no existe inconveniente para
que un mismos sujeto lleve tantos libros diarios como clases o tipos de operaciones
celebre970. Respecto de los pagos y cobros que se hagan o reciban en efectivo, estos
pueden asentarse en el libro de Caja (art. 46 Código de Comercio), facultativo e
integrante del Diario, evitando así su registración en este último. Dada la creciente
bancarización de los medios de pago, con más las crecientes restricciones existentes
para la cancelación de deudas en dinero efectivo (dec. 434/2000) es que la utilización
del antiguo libro de Caja se circunscribe mayormente a pequeños comercios de
minoreo. Como variante de este, cuando consigna exclusivamente operaciones
bancarias, se lo ha redenominado como libro de Bancos (o libro de Caja y Bancos), de
amplia difusión y utilización.

JURISPRUDENCIA

Libro diario. Si bien los libros contables "auxiliares" en la práctica resultan útiles y
necesarios, lo son en cuanto complementen a los libros indispensables u obligatorios, pero de
ningún modo pueden servir de prueba a favor del comerciante si los libros obligatorios faltan o
son llevados irregularmente. Por tanto, los asientos a los que obliga el art. 45 del Cód. de
Comercio no pueden ser suplidos con las constancias del libro IVA-Ventas, en razón de la
omisión de llevar el "Diario" y de lo dispuesto en la citada disposición legal. Cám. Com., A,
LL 1996-D, 391 - DJ 1996-2, 837.
Es improcedente excluir del procedimiento del acuerdo preventivo extrajudicial al
deudor que no llevaba contabilidad en forma regular y presentó una certificación efectuada por
un contador público matriculado sobre el "libro diario copiador no rubricado", pues aún desde
una interpretación restrictiva del art. 72 de la ley 24.522 (Adla, LV-D, 4381) aquel cumplió
con los requisitos que dicha norma establece, ya que el libro diario contiene una descripción
de todas las operaciones que hace el comerciante y, en general, de cuanto recibiere y entregare
por cualquier título con indicación del sujeto acreedor y deudor de cada partida. Cám. Com.,
C, Sup. Esp. Acuerdo Prev. Extrajudicial 2004 (noviembre), 137 - ED 211, 148 - IMP 2004-B,
2904.

II.- Formalidades extrínsecas y medios mecánicos en la LS


Razonablemente el Código de Comercio, sancionado en 1862 y cuyo

968
Cfr. Cabanellas de las Cuevas G., Derecho Societario… cit., t. 7, p. 44.
969
Así, no se inscribirá el contrato de locación del inmueble en el cual funciona el ente, pero
sí los pagos y demás erogaciones efectuados en razón de tal locación, ni las ordenes de compra, pero
sí las facturaciones por sus precios. Los instrumentos de los negocios jurídicos integrarán la
documentación que justifica los asientos (remitos, facturas, órdenes de compra, correspondencia,
etc.). Halperín I. y Butty E., Curso…cit. 4ª ed. t. I, ps. 224 y 225.
970
Cfr. Fernández R. y Gómez Leo O., Tratado… cit., t. II, p. 103.

315
antecedente más próximo en la materia fuera el francés de 1808, no preveía más que la
atención y llenado manual de libros. Frente a tal realidad, lucía atendible la redacción
del antiguo art. 53971. Pero tal previsión pronto dejó de adecuarse a la cada vez más
compleja, voluminosa y engorrosa contabilidad requerida por las sociedades
comerciales para su giro y a la concentración de capital en torno a las grandes empresas
por estas organizadas. La falta de flexibilidad y adaptabilidad del texto legal fue
parcialmente solucionada con la sanción de la LS972 –y su posterior reforma por ley
22.903973-, autorizando a prescindir del cumplimiento de las formalidades impuestas
por el artículo 53 del Código de Comercio para llevar los libros contables –Diario y
auxiliares (subdiarios), IVA compras e IVA ventas, no así el de Inventarios y
Balances-, en la medida que la autoridad de control o el Registro Público de
Comercio autorizaran previamente su sustitución “por ordenadores, medios
mecánicos o magnéticos u otros” (art. 61 LS). Esta previsión legal importa la
posibilidad –al tiempo de su sanción toda una novedad- de que la sociedad comercial
se aparte de los requisitos formales extrínsecos (necesidad de encuadernación,
foliación y rúbrica) impuestos para la teneduría convencional de libros974. En cuanto
a la formula empleada, ordendores, medios mecánicos o magnéticos, esta reviste un
mero carácter enunciativo –a tal fin la norma agrega “u otros”-, pudiendo las
sociedades solicitar la aprobación de la utilización de cualquier método de registro
en la medida en que este cumpla con los parámetros legales de llevado de una
contabilidad.
La petición del ente a la autoridad de control o el Registro Público para
apartarse de las formalidades del art. 53 del Código de Comercio debe incluir una
adecuada descripción del sistema, con dictamen técnico o antecedentes de su
utilización. La petición, una vez autorizada, deberá transcribirse en el libro de
Inventarios y Balances (art. 61 LS). De no mediar observación previa o rechazo
fundado por parte de la autoridad de control, los pedidos de autorización se
considerarán automáticamente aprobados dentro de los treinta días de efectuados.

JURISPRUDENCIA

971
No obstante, si bien la actual redacción del art. 53 –dec. 4.777/63 y ley 16.478- no se
corresponde con su original, recepta y complementa el espíritu señalado.
972
La ley 19550 haciéndose eco de las dificultades e inconvenientes del régimen que el
Código de Comercio establece para el diario, admite la posibilidad de que se autorice el empleo de
otros medios de contabilización, manteniéndolo como un libro centralizado con asientos globales,
pero supeditado la autorización a que se adopten métodos de contabilización que permitan
individualizar las operaciones, sus correspondientes cuentas acreedoras y deudora, y su verificación
con arreglo al art. 43 del Código de Comercio. Cám. Com., C, ED 71-432.
973
El Código de Comercio ya había sido modificado en tal sentido, aunque de manera
insuficiente, por el decreto 4777/63. Este había sustituído los arts. 43 y 44 originales, que imponían la
teneduría de tres libros básicos (Diario, Inventarios y Copiador) complementados por oros de carácter
auxiliar cuyos registros a la postre se transcribían de manera resumida en aquellos.
974
Cfr. Nissen R., Curso…cit., p. 235.

316
Formalidades extrínsecas y medios mecánicos en la LS. Las constancias de un
sistema computarizado resultan insuficientes para probar la emisión de facturas que se reclama
-en el caso, por el supuesto servicio de telefonía celular - si el actor no acompañó los libros
rubricados que exige el art. 61 de la ley 19.550 (Adla, XLIX-D, 3806), pues la eventual
autorización para el empleo de medios mecánicos no releva al sujeto de la carga de los libros,
con la única franquicia de llevar el Diario con asientos globales. Cám. Com., B, ED 198, 98 -
LL 2002-F, 589.
Corresponde valorar los libros de comercio conforme una pericia contable cuando el
sistema contable del actor -en el caso, operador de bolsa que reclama el cobro de un saldo
deudor por operaciones bursátiles- se basa en registraciones por medios mecánicos sin
complementarse con la documentación respectiva, en tanto no son llevados de la forma legal.
Cám. Com., A, DJ 2001-2, 896.
Libro diario. Medios alternativos de llevarlo: La ley 19550 haciéndose eco de las
dificultades e inconvenientes del régimen que el Código de Comercio establece para el diario,
admite la posibilidad de que se autorice el empleo de otros medios de contabilización,
manteniendo el diario como un libro centralizado con asientos globales, pero supeditado la
autorización a que se adopten métodos de contabilización que permitan individualizar las
operaciones, sus correspondientes cuentas acreedoras y deudora, y su verificación con arreglo
al art. 43 del Código de Com. Cám. Com., C, ED, 71-432.

Dentro de sus competencias, la Inspección General de Justicia -Res. 6/80, art.


83 - y a fin de analizar las solicitudes de autorización a que refiere el art. 61 LS,
requiere que las sociedades presenten: a.) una exposición amplia del sistema que
pretendan utilizar, precisando, de ser el caso, los propósitos de la modificación
propuesta y sus diferencias con el sistema anterior. Debarán además acompañar la
diagramación de los elementos a emplear, ejemplificando su uso; b.) designación del
libro, registro, etc., donde habrá de constar la contabilización de análisis; c.)
demostrar que se da cumplimiento con de lo requerido en el segundo párrafo del art.
61 LS975; d.) demostrar técnicamente el grado de inalterabilidad de las registraciones
que aseguren el medio a emplear dentro del sistema contable propuesto. Toda esta
información debe ser firmada por un profesional en Ciencias Económicas,
matriculado, que no sea gerente, administrador o socio, ni esté en relación de
dependencia con la sociedad que efectúe la petición.
En cuanto a los sistemas de contabilización aplicables, la Inspección General
de Justicia (Res. 6/80 art. 84) considera aceptables aquéllos en los que la
información es volcada en hojas de papel consistente -mínimo veinte gramos-, con
tinta indeleble según procedimientos resultantes de máquinas de contabilidad de
registro directo, registro unitario o computadoras electrónicas, y habilita, a pedido de
la sociedad interesada, las hojas que contengan las anotaciones. Tal habilitación
deberá solicitarse dentro de los veinte días corridos a partir del último día del mes a
que las anotaciones correspondan. La presentación debe hacerse por grupos
homogéneos según la materia, con denominación apropiada, así como la del libro
rubricado donde conste su resumen, en su caso, y numerando correlativamente las

975
“La petición deberá incluir una adecuada descripción del sistema, con dictamen técnico o
antecedentes de su utilización, lo que, una vez autorizada, deberá transcribirse en el libro de
Inventarios y Balances.”

317
hojas de cada grupo. También debe acompañarse como antecedente la hoja
inmediata anterior habilitada o, según el caso, indicar que se trata de la primera hoja
a autenticar. En la última hoja la Inspección General de Justicia deja constancia del
nombre de la sociedad, materia contenida y de la fecha y aclaración de firma del
funcionario habilitante.
A pedido de sociedad interesada, la Inspección General de Justicia también
puede habilitar elementos de registración correlativamente numerados, para su uso
específico posterior cuando sean autorizados según las disposiciones aplicables,
pudiendo emplearse a tales fines el sistema de ficha maestra o elementos similares.
Previamente a su aplicación, las sociedades deben poner en conocimiento de la
Inspección General de Justicia las claves de codificación empleadas en los medios
de registración autorizados según el art. 61 LS informando la fecha en que se
comenzará a utilizarlas y, en su caso, la de modificación o cese. En caso de
adoptarse un plan de cuentas de cuya nomenclatura no surja en forma clara y precisa
el concepto de los débitos y créditos de cada cuenta, deberá transcribirse o copiarse
dicho plan en uno de los libros rubricados previstos en el art. 61 LS, con una
información resumida del concepto de tales débitos y créditos.
La LS autoriza que el Diario sea llevado mediante asientos globales que no
comprendan períodos mayores de un mes (art. 61), ello también como mecanismo para
agilizar la obligatoriedad impuesta para la registración de las actividades. En todos los
casos, el sistema de contabilización que se adopte debe permitir la individualización de
las operaciones, las correspondientes cuentas deudoras y acreedoras y su posterior
verificación, de acuerdo a criterios de uniformidad, veracidad (art. 43 Código de
Comercio), claridad y exactitud a los que antes aludimos.

III.- Libro de Inventarios y Balances


El inventario es la descripción detallada de cada uno de los elementos
integrantes del activo y del pasivo del comerciante individual o social, o sea el
recuento de todos los bienes y derechos de que es titular y de todas las deudas que
gravan su patrimonio, seguida de su pertinente valuación976.
El Libro de Inventarios y Balances debe abrirse con la descripción exacta del
dinero, bienes, muebles y raices, créditos y otra cualquiera especie de valores que
formen el capital del comerciante al tiempo de empezar su giro (art. 48 Código de
Comercio). No es otra cosa que el relevamiento analíticamente procesado y su
comprobación contable del activo y del pasivo del ente, con indicación de sus
valores a la fecha que se practica977. Al inventario de constitución habrán de seguir,
periódicamente, los inventarios de ejercicio que preceden los balances –también- de
ejercicio. Para la estimación de los valores de los elementos integrantes del activo y
del pasivo “hay que tener presente que la explotación de una empresa, las cosas, los
bienes, los servicios, se estiman tomando en onsideración la utilidad que pueden

976
Fontanarrosa R.O., Derecho Comercial…, cit., vol. I, p. 344; Halperín I. y Butty E.,
Curso…cit. 4ª ed. t. I, p. 226.
977
Cfr. Verón A.V., Estados Contables y… cit., , 2° ed., p. 29.

318
rendir a la misma. Por consiguiente, su valor depende de muchas circunstancias,
algunas de ellas de índole subjetiva, que complican notablemente la estimación. Por
ejemplo, una máquinaria de difícil obtención en el país, pero que sólo puede ser útil
a muy pocos establecimientos, tiene indudablemente un valor de costo; pero si
hubiera que venderla en plaza en un momento determinado, podría ocurrir que no
hubiese interesados en adquirirla; en tanto que para la empresa que la posee y a la
que permite producir intensivamente las mercaderías que fabrica, esa maquinaria
tiene un valor muy superior al de costo978”. La definición del criterio de valuación,
entonces, no resulta ser un problema menor: su objeto es el de definir la medida de
valor que se va a aplicar a cada uno de los activos y pasivos y su relación con los
activos consumidos (como el costo de ventas y las amortizaciones), por lo que
indefectiblemente habrá de recurrirse al auxilio de la técnica contable. Estos criterios
son básicamente dos, el de la valuación al costo y que refiere al del costo incurrido
al momento de la incorporación del bien o servicio al patrimonio social y el de
valores corrientes o de mercado, que consiste en aplicar los valores corrientes para
la valuación de los bienes o servicio existentes al cierre del período, así tambien
como los activos consumidos durante el mismo al momento de consumirlos979.
Sólo una vez realizado el necesario inventario se confecciona el balance.
Existe entre ambos, más allá de su independencia conceptual, una relación que
permite afirmar su interdependencia: uno es la base para la confección del otro; el
inventario expone detalladamente sus elementos constitutivos para su presentación
sintética en el balance mediante cuentas y rubros980. Cuando se trata del inventario
de ejercio, que mayormente se realiza en el caso de las sociedades comerciales no
abiertas de manera anual, este precede al denominado balance de ejercicio (cuyo
cierre anual depnderá de la fecha que libremente los socios fundadores fijen para el
cierre del ejercicio). Este es una relación ordenada del inventario981, en el que se
expresa el estado económico de la empresa y los resultados de su explotación en un
momento determinado982. Se caracteriza –entre otras- por983: i.) suministrar
información contable a sus usuarios determinando el resultado del período y
exponiendo las situaciones financiera, económica y patrimonial; ii.) exponer la
situación de la empresa en un momento dado a través de las partidas que componen
el activo, pasivo y patrimonio neto; el comerciante consigna todos sus bienes,
créditos y acciones, así como toda deuda y obligación pendiente a la fecha del

978
Fontanarrosa R.O., Derecho Comercial…, cit., vol. I, p. 345.
979
Cfr. Biondi M., Teoría… cit., ps. 93 y 94.
980
Cfr. Verón A.V., Estados Contables y… cit., , 2° ed., ps. 29 y 30. “Inventario y balance
sin expresar lo mismo deben necesariamente coexistir, integrar e influir. Un balanc sin inventario
carece de significación contable y económica”.
981
Es precisamente en el libro de Inventarios donde, cada año, debe extenderse el balance
general (de allí la denominación de este único libro como de Inventarios y Balances. Antes de la
reforma del Código de Comercio por decreto 4.777/63 el libro se denominaba unicamente “de
Inventarios”.
982
Fontanarrosa R.O., Derecho Comercial…, cit., vol. I, p. 345.
983
Cfr. Verón A.V., Estados Contables y… cit., , 2° ed., p. 141.

319
balance, sin reserva ni omisión alguna (art. 48 Codigo de Comercio). El balance
debe además acompañarse con un cuadro contable demostrativo de las ganancias y
pérdidas, del que surje el resultado del ejercicio (art. 52 Código de Comercio) o
estado de resultados (art. 64 LS).
En tanto obligatorio, todo balance debe expresar con claridad, veracidad y
exactitud compatible con su finalidad la situación financiera del ente a su fecha, en
base a cuentas abiertas y de acuerdo a criterios uniformes de valoración (art. 51
Código de Comercio). Se orienta al buen orden de las cuentas sociales, en cuanto
resume el estado de la empresa a fin de ilustrar a administradores, acreedores y al
Estado (mayormente a través del fisco). Pero principalmente sirve a los socios para
evaluar y controlar la gestión de administración, analizar el futuro de los negocios
sociales, disponer la distribución de las utilidades o, en su caso, la forma de afrontar
las pérdidas984.

JURISPRUDENCIA

Libro de Inventarios y Balance. El balance no es otra cosa que una descripción


gráfica de carácter estático de la situación económica, financiera y patrimonial de la sociedad
en un momento dado, y la figuración o incorporación de determinado crédito en dicho cuadro
carece de efectos constitutivos de derechos y nada predica sobre la existencia del mismo ni al
momento de la redacción de aquél, ni mucho menos su subsistencia en períodos posteriores.
Cám. Com., C, LL 1991-B, 68 - DJ 1991-1, 783.
Los bienes recibidos en depósito son una de las informaciones que deben consignarse
en el balance de una sociedad, por específica indicación de la ley. Por tanto, su omisión
conduce al delito de balance falso. Cám. Pen. Econ., A, LL 1996-A, 98.
Las irregularidades de la contabilidad de la sociedad y en particular la falta del libro
de inventarios, antecedente necesario e imprescindible del balance, han afectado el derecho de
información de los accionistas ya que si bien a ellos les está vedado la consulta directa de los
libros sociales (art. 55, ley de sociedades -Adla, XLIV-B, 1310-), no puede aceptarse que en
tales circunstancias aquéllos estuvieran en condiciones de conocer el desenvolvimiento social
dada la inidoneidad de un balance practicado de la manera indicada, y ello arrastra consigo la
nulidad de la asamblea ordinaria llamada a aprobar los estados contables. Cám. Civ. y Com.,
Azul, LLBA 1998, 199.
Balance. Importancia. El balance tiene especial importancia en la sociedad anónima,
tanto para los socios cuanto para los terceros, por su triple función de hacer conocer el estado
patrimonial de la sociedad, asegurar la integridad del capital, dar a conocer los negocios
sociales y sus consecuencias, la distribución de las utilidades o la de las pérdidas. Cám. Com.,
A, febrero 21-1996, “Vázquez Iglesias, Javier Hugo y otra c. Aragón Valera S. A. y otros”.
La resolución asamblearia que aprueba los balances de la sociedad es susceptible de
suspensión cautelar -en el caso, se dispuso la suspensión preventiva por la existencia de un
doble juego de ejemplares para el mismo período- pues los estados contables que tienen
importancia en cualquier empresa, cobran especial significado en la sociedad anónima para los
socios y terceros, en tanto permiten conocer el estado patrimonial, asegurar la integridad del
capital, dar a conocer los negocios sociales y la distribución de utilidades o pérdidas. Cám.
Com., B, LL 2002-A, 9 - DJ 2001-3, 1112 - IMP 2002-1, 153 - IMP 2002-A - JA 13/02/2002,
81 - JA 2002-I.

984
Cfr. Halperín I. y Butty E., Curso…cit. 4ª ed. t. I, ps. 229 y 230.

320
A.- Formalidades: El Libro de Inventarios y Balances de las sociedades
comerciales debe ceñirse a las disposiciones del art. 53 del Código de Comercio (art.
63 LS). Corresponde entonces que se encuentre encuadernado y foliado, además de
debidamente individualizados por el Registro de Comercio correspondiente985, lo
que lo diferencia del Diario, y que, según apuntamos, puede ser llevado por medios
mecánicos. Caben tambien respecto del Inventario y Balance las prohibiciones del
art. 54 del Código de Comercio, y que vedan al comerciante: i.-) alterar en los
asientos el orden progresivo de las fechas y operaciones con que deben hacerse,
según lo prescripto en el art. 45; ii.-) dejar blancos y huecos, debiendo todas las
partidas sucederse unas a otras sin que entre ellas quede lugar para intercalaciones ni
adiciones; iii.-) hacer intercalaciones, raspaduras ni enmiendas. Todas las
equivocaciones y omisiones que se cometan deben salvarse por medio de un nuevo
asiento hecho en la fecha en que se advierta la omisión o el error; iv.-) tachar asiento
alguno; v.-) mutilar alguna parte del libro, arrancar alguna hoja o alterar la
encuadernación o foliación. Para el caso de que el Libro carezca de alguna de las
formalidades que le son propias o adolezca de vicios, no tendrán valor en juicio
(arts. 53, 54 y 55 Código de Comercio). En concordancia, el art. 56 del mismo
Código prevé, en caso de contienda judicial, que el comerciante que omita en su
contabilidad aguno de los libros obligatorios, o que los oculte, será juzgado por los
asientos en los libros de su adversario.

JURISPRUDENCIA

Libros. Funciones: Corresponde confirmar la resolución de la Comisión Nacional de


Valores que impuso multa solidaria a los directores de una sociedad y al síndico por presentar
con retraso el estado contable de aquélla, resultando inaudible el argumento de la inexistencia
de perjuicio a terceros, dado que en el ámbito de control estatal lo que interesa es el correcto
cumplimiento de las obligaciones del sujeto responsable, en función del interés general en aras
del cual han sido instituidas —en el caso, la tutela del ahorro público—, y que la
responsabilidad administrativa presupone el incumplimiento de un deber que genera un riesgo,
desconectado en principio de sus consecuencias. Cám. Com., B, LL 2006-A, 720 - IMP 2006-
5, 790
Libros. Rúbrica: Desde un estricto punto de vista científico, cabe efectuar una
distinción entre los libros de comercio y los extracontables (Libro de Actas de Directorio). A
los fines del análisis de los requisitos de forma y de las finalidades que fundamentan dicha
observancia, unos y otros libros se inspiran en idénticas razones. En efecto, si bien el art. 53
CCom. prescribe que "Los libros que sean indispensables conforme las reglas de este Código,
estarán encuadernados y foliados...", el art. 44, establece como tales al Diario y al de
Inventarios y Balance, además de los que en forma especial impongan este Código u otras
leyes. Y viniendo el Libro de Actas impuesto como indispensable para las sociedades
comerciales por el art. 73 ley 19550, y aplicable para las reuniones que el art. 159 establece en
las sociedades de responsabilidad limitada de menos de veinte socios, dicha ley a mayor
abundamiento forma parte integrante del estatuto de los comerciantes, conforme art. 367 de la
misma (vid. Carlino, Bernardo P., "Sindicatura Práctica de Sociedades Anónimas", Ed.

985
El art. 53 del Código de Comercio prevé que estos deben individualizarse poniéndose “en
ellos nota datada y firmada del destino del libro, del nombre de aquel a quien pertenezca y del
número de hojas que contenga.” La Inspección General de Justicia es la encargada en el ámbito de la
ciudad de Buenos Aires de su rúbrica Res. 6/80 art. 104.

321
Macchi 1983, p. 311; en igual sentido Fernández y Gómez Leo, "Tratado Teórico Práctico de
Derecho Comercial", Ed. Depalma 1988, t. II , p. 89), por lo que resulta natural que los
requisitos de forma sean aplicables a unos libros y al otro, aunque científicamente no
pertenezcan a la misma categoría. Por otra parte, en cuanto al Libro Mayor, si bien es
considerado un clásico libro auxiliar, en tanto "...al mismo se trasladan las anotaciones del
Libro Diario, abriendo una cuenta especial para cada corresponsal..." (Fernández - Gómez
Leo, op. y loc. cit., p. 113), resulta obvio que participa de las características y requerimientos
de aquel, por lo que también le son aplicables las exigencias que este tiene respecto a la forma
"Son libros de comercio no solamente los que enumera taxativamente el art. 44 CCom., sino
también todos los que se refieren a la contabilidad y permiten apreciar debidamente el giro de
los negocios, como es el caso de los llamados libros auxiliares" (Cam. Fed., JA, 50-409; Cam.
1ª Civ. y Com. Santa Fe, J., 1, 173; C. Nac. Com., LL 11-463, citados por Fernández - Gómez
Leo, op. y loc. cit., p. 112). Cám. Civ. y Com., II, Tucumán, Lexis Nº 25/12450.
Libros. Prueba: Precisamente a los libros de comercio le ley de fondo (arts. 63 y 64
del CCom.), les otorga una eficacia especial, lo que ha hecho calificar el sistema como una
prueba tasada (CF. A. Polo Diez "Leyes Mercantiles y Económicas", Madrid, 1956, I, 307
ídem Devis Echendia I, 86). Es necesario señalar que la peculiaridad del sistema probatorio de
los libros de contabilidad entre comerciantes que el derecho sustancial regula, se presenta,
desarrolla y resuelve, no en el terreno de la admisibilidad de la prueba, sino en el terreno de la
eficacia, puesto que el legislador ha otorgado un valor o fuerza probatoria especial en favor del
propietario de los libros cuando: a) se los lleve con determinadas formalidades; b) se tratare de
un juicio contra otro comerciante; y c) se trate de un hecho referente al comercio del dueño de
los libros. Empero, en todos los casos la prueba es indivisible: el adversario del dueño de los
libros no puede aceptar sólo los asientos favorables a su pretensión y desechar los contrarios a
ella. Respecto de los actos no comerciales, en litigios entre comerciantes, los libros de
comercio sólo sirven como principio de prueba por escrito (art. 64 CCom.). Lexis Nº 25/870
La contabilidad del comerciante interesa a los terceros que contratan con él, por las
diferencias o litigios que a posteriori puedan ocurrir, lo que de otro modo y en atención a
naturaleza de las transacciones comerciales, las mismas se podrían complicar ante la falta de
documentos. Por ello es que para que los libros de comercio sirvan como prueba a favor de la
parte que los exhibe, es necesario que los libros sean los que la ley prevé, y encuadernados y
rubricados en legal forma (arts. 43, 44, 53, 54, 55 y 63 CCom.), y debe tratarse de pleitos
seguidos entre comerciantes, de modo que los libros de uno de ellos puedan ser neutralizados
por los asientos del otro. Y por contrapartida, los libros no llevados en esa forma pueden ser
prueba contra el comerciante que los confecciona, pero no a su favor (art. 63 parte 2ª CCom.).
Se pueden llevar en regla a los fines perseguidos por el Código de Comercio, los libros
mencionados en el art. 44 (indispensables) y siguientes (auxiliares), previo inexorable
cumplimiento del requisito de presentación ante el Registro Público de Comercio para su
individualización y rúbrica, y el art. 55 CCom., dispone que los libros mercantiles que
carezcan de algunas de las formalidades prescriptas en el art. 53, no tienen valor alguno en
juicio en favor del comerciante, y el art. 56 establece que el comerciante que omita en su
contabilidad alguno de los libros que se declaran indispensables por el art. 44, será juzgado en
la controversia que diere lugar a la providencia de exhibición y cualquiera otra que tenga
pendiente, por los asientos de los libros de su adversario.” Cám. Civ. y Com., IV, Córdoba,
Lexis Nº 35002118.
La circunstancia de haberse llevado en legal forma el libro de inventario y balances,
no supera –como en el caso-, el defecto del libro diario consistente en registrar un asiento de
fecha anterior a la de la rubrica, sino a la inversa, pues tal libro “no hallo su apoyo” en un
diario “debidamente rubricado”, de modo que también el de inventario y balances carece de
valor probatorio, es decir: el defecto del diario se proyecta sobre el libro de inventario y
balances, por lo que “la aparente” regularidad de este no mejora al diario. Cám. Com., D,
Lexis Nº 11/33329.
En lo relativo al segundo agravio, cabe aclarar que la sentencia consideró que la falta
de presentación del libro balances e inventario -con motivo del extravío- generaba una
presunción en contra de la demandada. Es, precisamente ello lo que ocasiona el agravio. Cám.
Com., E, JA 1996-IV-524.

322
Forma de presentar los estados contables. Los socios de una sociedad tienen
legitimación para iniciar una acción de responsabilidad contra el administrador si -como en el
caso- éste omitió acreditar llevar una contabilidad en legal forma, ni dio cumplimiento a su
obligación de convocar a asamblea para el tratamiento de los estados contables de cada
ejercicio, pues resulta necesario evitar el aprovechamiento de conductas que importen el
funcionamiento irregular del ente, en perjuicio, no sólo de la sociedad sino también de los
derechos de los restantes socios. Cám. Com., A, LL 2003-A, 842 - IMP 2003-A, 1475.
Corresponde declarar la nulidad de las asambleas -extraordinaria y ordinaria- de la
sociedad anónima demandada, toda vez que fueron celebradas omitiendo cumplir con la
obligación de poner a disposición de los accionistas, en la sede social, copias del balance y del
estado de resultados con no menos de 15 días de anticipación a su consideración por dicha
asamblea, pues ello implicó una violación al derecho de información de los accionistas,
quienes carecían de los datos indispensables para deliberar sobre los aspectos propuestos en la
convocatoria. Cám. Com., B, LL 2004-C, 440 - IMP 2004-A, 1342 - Sup. Esp. Sociedades
Comerciales 2004 (diciembre), 169.

25- Estados Contables básicos en la LS

a.- Balance social


Sin perjuicio de lo anteriormente referido respecto de los balances –en
general-, la LS en su art. 63 regula de manera específica el balance social. Según la
norma, este deberá suministrar la siguiente información, divida en dos grandes
rubros, activo y pasivo.
I.-) En el activo y exponiéndolos en orden a su liquidez: i.-) en primera
instancia se consignan las disponibilidades986, entre que la LS enumera a.) “el dinero
en efectivo en caja y bancos” y “otros valores caracterizados por similares principios
de liquidez, certeza y efectividad”, lo que comprende el dinero de curso legal –en
caja de la empresa o su cuenta corriente cuando fuera de libre disponibilidad-,
cheques, depósitos en plazo fijo y b.) la “moneda extranjera” (art. 63 ap. 1 inc. a)
LS); ii.-) A las disponibilidades siguen los créditos, que son derechos que el ente
posee contra terceros para percibir sumas de dinero u otros bienes o servicios no
incluidos en el rubro diponibilidades987. La LS impone distinguir aquellos
provenientes de las actividades sociales –por ventas- de los que no lo son. Por
separado, cualquiera sea la naturaleza del crédito, deben indicarse aquellos con
sociedades controlantes, controladas o vinculadas, los que sean litigiosos y cualquier
otro crédito. En todos los casos, cuando corresponda se deducirán las previsiones
por créditos de dudoso cobro y por descuentos y bonificaciones (art. 63 ap. 1 inc. b)
LS); iii.) La ley alude luego a los bienes de cambio, agrupados de acuerdo con las
actividades de la sociedad. Estos deben indicar de manera separada las existencias
de materias primas, los productos en proceso de elaboración y terminados, las
mercaderías de reventa y los rubros requeridos por la naturaleza de la actividad
social (art. 63 ap. 1 inc. c) LS). Los bienes de cambio son aquellos destinados a la

986
Se trata de importes aplicables rápidamente a la cancelación de pasivos. Cfr. Fowler
Newton E., Análisis de Estados Contables, 3° ed., Bs. As, 2002, n° 5.5., p. 146.
987
Res. Técnica N° 9 Consejo Profesional de Ciencias Económicas, 11/12/1987, Capítulo
III, ap. A.3.

323
venta en el curso habitual de la actividad del ente, o que se encuentran en proceso de
producción para la venta, o que resultan generalmente consumidos en la producción
de los bienes o servicios que se destinan a la venta, así como los anticipos a los
proveedores por las compras de estos bienes988 -se excluyen los activos que se
consumen en la comercialización de bienes o servicios destinados a la venta, tales
como muestras de propaganda y embalaje-989. iv.-) Les siguen las inversiones,
fórmula con la que alude a colocciones de fondos que las empresas realizan al
margen de su actividad principal, y que pueden considerarse corrientes o no –
atendiendo su liquidez- según resulten realizables dentro del año contado a partir de
la fecha de cierre del ejercicio990. Persiguen la obtención de una renta o algún otro
beneficio que no forme parte de los activos dedicados a su activid principal. Así lista
“las inversiones en título de la deuda pública, en acciones y en debentures, con
distinción de los que sean cotizados en bolsa, las efectuadas en sociedades
controlantes, controladas o vinculadas, otras participaciones y cualquier otra
inversión ajena a la explotación de la sociedad”, aclarando que “cuando corresponda
se deducirá la previsión para quebrantos o desvalorizaciones” (art. 63 ap. 1 inc. d) y
art. 65 ap. 2 inc. c) LS); v.-) Los bienes de uso, con indicación de sus amortizaciones
acumuladas (art. 63 ap. 1 inc. e) LS)991. Se trata de aquellos bienes tangibles
destinados a ser utilizados en la actividad principal del ente y no a la venta habitual
–como los de cambio-, incluyendo a los que están en construcción, tránsito o
montaje y los anticipos a proveedores por compra de estos bienes992. También se
prevé la confección de un cuadro anexo que contenga el detalle para cada cuenta
principal de los saldos al comienzo, los aumentos y las disminuciones, y los saldos
al cierre del ejercicio (art. 65 ap. 2 inc. a) LS); vi.-) Deben consignarse los bienes
inmateriales, por su costo con indicación de sus amortizaciones acumuladas (art. 63
ap. 1 inc. f) LS). Concordantemente el art. 65 ap. 2 inc. b) LS) prevé la confección
de un cuadro anexo con el detalle de aquellos y sus de similar contenido al requerido
para los bienes de uso -saldos de comienzo, aumentos y disminuciones y de cierre
del ejercicio-. Se trata de las “inmovilizaciones incorpóreas” -llave, marcas,
patentes, etc.- representadas por derechos y valores nominales que tienen un plazo
de existencia limitado por ley o por contrato y de bienes abstractos de valor
económico explotable993;

988
Res. Técnica N° 9 Consejo Profesional de Ciencias Económicas, 11/12/1987, Capítulo
III, ap. A.4.
989
Cfr. Fowler Newton E., Normas Contables Argentinas, Bs. As., 1997, p. 429.
990
Cfr. Verón A.V., Estados Contables y… cit., , 2° ed., p. 170.
991
Si en el balance contable de una sociedad no consta el detalle de los bienes de uso, de la
mercadería vendida, de los gastos y préstamos financieros, del pasivo corriente y ni siquiera fue
acompañado de la memoria y notas complementarias correspondientes, el mismo infringe lo
dispuesto por los arts. 64, 65 y 66 de la ley de sociedades. Cám. Com., C, febrero 14-2000, “Uranga,
Gabriel c. Sugmo S. R. L. y otros”.
992
Res. Técnica N° 9 Consejo Profesional de Ciencias Económicas, 11/12/1987, Capítulo
III, ap. A.5.
993
Cfr. Verón A.V., Estados Contables y… cit., , 2° ed., p. 184. Por tratarse de
“inmovilizaciones inmateriales corresponde se clasifiquen dentro del gupo de activos no corrientes”.

324
vii.-) Los los cargos diferidos, que son los gastos y cargas que se devenguen en
futuros ejercicios o se afecten a éstos994 (art. 63 ap. 1 inc. g) LS). Representan
cuentas intangibles que comprenden aquellos gastos que deben incidir en más de un
período anual y dependen exclusivamente de la posibilidad futura de producir
ganancia995;
viii.-) los otros activos (art. 63 ap. 1 inc. h) LS), fórmula general que incluye todo
otro rubro que por su naturaleza corresponda ser incluido como activo y no hubiera
sido listado en el apartado 1 del art. 63 LS.

II.- ) En el pasivo: Este comprende las obligaciones ciertas del ente y todas
aquellas contingentes que deban registrarse996, y la ley lo subdivide básicamente en
dos, pasivo propiamente dicho y patrimonio neto.
Es pasivo propiamente dicho el que se integra por i.-) las deudas, debiendo
indicarse separadamente las comerciales, las bancarias, las financieras, las
existentes con sociedades controlantes, controladas o vinculadas (art. 33 LS), los
debentures emitidos por la sociedad; por la sociedad, los dividendos a pagar y las
deudas a organismos de previsión social y de recaudación fiscal. Asimismo se
mostrarán otros pasivos devengados que corresponda calcular (art. 63, ap. 2 pto. I
inc. a) LS); ii.-) las previsiones que corresponda efectuar por eventualidades que se
consideren susceptibles de concretarse en obligaciones de la sociedad (art. 63, ap. 2
pto. I inc. b) LS). Se trata de partidas que, a la fecha a la que se refieren los estados
contables, representan importes estimados para hacer frente a situaciones
contingentes que probablemente originen obligaciones para el ente997; iii.-) la LS
también alude de manera general a todo otro rubro que por su naturaleza represente
un pasivo hacia terceros (art. 63, ap. 2 pto. I inc. c) LS); iv.-) en el pasivo se
computan también los bienes en depósito, los avales y garantías, y los documentos
descontados. A estas y otras la ley las designa como cuentas de orden (art. 63, ap. 3
LS); v.-) finalmente se incluyen las rentas percibidas por adelantado y los ingresos
cuya realización corresponda a futuros ejercicios (art. 63, ap. 2 pto. I inc. d) LS).
El patrimonio neto se integra por: i.-) el capital social998, con distinción en
su caso, de las acciones ordinarias y de otras clases (art. 63, ap. 2 pto. II inc. a) LS).
También deben consignarse los supuestos del art. 220 LS, de verificarse, en cuanto
se permite a la sociedad adquirir sus acciones: a) para cancelarlas y previo acuerdo
de reducción del capital-; b) excepcionalmente, con ganancias realizadas y líquidas o
reservas libres cuando estuvieren completamente integradas y para evitar un daño

994
En este caso -afectación- deben deducirse las amortizaciones acumuladas que
correspondan.
995
Cfr. Verón A.V., Estados Contables y… cit., , 2° ed., p. 187.
996
Res. Técnica N° 8 Consejo Profesional de Ciencias Económicas, 11/12/1987, Capítulo
III, ap. A.2.a.
997
Res. Técnica N° 9 Consejo Profesional de Ciencias Económicas, 11/12/1987, Capítulo
III, ap. B.B.2. En las previsiones, las estimaciones incluyen el monto probable de la obligación
contingente y la posibilidad de su concreción.
998
Sobre este punto remitimos a lo expuesto en el Capítulo III ap. 16 de este volúmen.

325
grave –extremo que debe justificarse en la próxima asamblea ordinaria; o c) para
integrar el haber de un establecimiento que adquiere o de una sociedad que
incorpore; ii.-) las reservas, ganancias retenidas en la sociedad con una finalidad
determinada, ya sea por imposición legal o estatutaria, o voluntarias, o técnicas
provenientes de revaluaciones y de primas de emisión999 (art. 63, ap. 2 pto. II inc. b)
LS), iii.-) los resultados acumulados -utilidades de ejercicios anteriores- y en su
caso, para deducir, las pérdidas (art. 63, ap. 2 pto. II inc. c) LS); iv.-) todo otro rubro
que por su naturaleza corresponda ser incluido en las cuentas de capital pasivas y
resultados (art. 63, ap. 2 pto. II inc. d) LS).

b.- Estado de resultados

El estado de resultados –o cuenta de ganancias y pérdias según el art. 52 del


Código de Comercio-, es regulado de manera específica por la la LS en su art. 64.
Este suministra un resumen analítico de los hechos y factores significativos que
durante un período determinado dieron lugar a un aumento o disminución de los
recursos económicos netos del ente, excluidos aquellos cambios resultantes de
distribuciones o inversiones adicionales de los acionistas1000.
Según la LS este debe exponer: i.-) El producido de las ventas o servicios,
agrupado por tipo de actividad. De cada total se deducirá el costo de las mercaderías
o productos vendidos o servicios prestados, con el fin de determinar el resultado (art.
64 ap. I inc. a) LS). ii.-) Los gastos ordinarios de administración, de
comercialización, de financiación y todo otro que corresponda cargar al ejercicio
(art. 64 ap. I inc. b) LS), haciendo constar, especialmente los montos de: a)
retribuciones de administradores, directores y síndicos (art. 64 ap. I inc. b) pto. 1
LS); b) otros honorarios y retribuciones por servicios; (art. 64 ap. I inc. b) pto. 2
LS); c) sueldos y jornales y las contribuciones sociales respectivas; (art. 64 ap. I inc.
b) pto. 3 LS); d) gastos de estudios e investigaciones; (art. 64 ap. I inc. b) pto. 4 LS);
e) regalías y honorarios por servicios técnicos y otros conceptos similares; (art. 64
ap. I inc. b) pto. 5 LS); f) los gastos por publicidad y propaganda; (art. 64 ap. I inc.
b) pto. 6 LS); g) los impuestos, tasas y contribuciones, mostrándose por separado los
intereses, multas y recargos; (art. 64 ap. I inc. b) pto. 7 LS); h) los intereses pagados
o devengados indicándose por separado los provenientes por deudas con

999
Art. 70 LS. Las sociedades de responsabilidad limitada y las sociedades por acciones, deben
efectuar una reserva no menor del cinco por ciento (5 %) de las ganancias realizadas y líquidas que
arroje el estado de resultados del ejercicio, hasta alcanzar el veinte por ciento (20 %) del capital
social. Cuando esta reserva quede disminuida por cualquier razón, no pueden distribuirse ganancias
hasta su reintegro. En cualquier tipo de sociedad podrán constituirse otras reservas que las legales,
siempre que las mismas sean razonables y respondan a una prudente administración. En las
sociedades por acciones la decisión para la constitución de estas reservas se adoptará conforme al
artículo 244, última parte, cuando su monto exceda del capital y de las reservas legales: en las
sociedades de responsabilidad limitada, requiere la mayoría necesaria para la modificación del
contrato.
1000
Cfr. Verón A.V., Estados Contables y… cit., , 2° ed., ps. 221 y 222.

326
proveedores, bancos o instituciones financieras, sociedades controladas, controlantes
o vinculadas y otros; (art. 64 ap. I inc. b) pto. 8 LS); i) las amortizaciones y
previsiones. (art. 64 ap. I inc. b) pto. 9 LS). Cuando no se hiciera constar algunos de
los rubros, ya sea parcial o totalmente por formar parte de los costos de bienes de
cambio, bienes de uso u otros rubros del activo, deberán exponerse como
información del directorio o de los administradores en la memoria. iii.-) Las
ganancias y gastos extraordinarios del ejercicio; (art. 64 ap. I inc. c) LS). iv.-) Los
ajustes por ganancias y gastos de ejercicios anteriores. (art. 64 ap. I inc. d) LS).
El estado de resultados debe además presentarse de modo que muestre por
separado la ganancia o pérdida proveniente de las operaciones ordinarias y
extraordinarias de la sociedad, determinándose la ganancia o pérdida neta del
ejercicio a la que se adicionará o deducirá las derivadas de ejercicios anteriores, no
pudiendo compensarse las distintas partidas entre sí. Se complementa con el estado
de evolución del patrimonio neto, en el que se incluyen las causas de los cambios
producidos durante el ejercicio en cada uno de los rubros integrantes del patrimonio
neto (art. 64 ap. 2° Código de Comercio).

JURISPRUDENCIA

Resultados no asignados. Por su naturaleza, la cuenta de resultados no asignados del


patrimonio neto es una cuenta de resultados y por su origen es una subdivisión de la cuenta
capital, ya que en principio, las utilidades, las pérdidas y los gastos debieran figurar en esta
última, dado que aumentan o disminuyen el patrimonio de la empresa. Cám. Com., B, LL
2002-D, 181 - IMP 2002-15, 171.

c.- Estado de Origen y Aplicación de Fondos (art. 62 LS)


La Comisión Nacional de Valores, otras autoridades de contralor y las
bolsas, podrán exigir a las sociedades incluidas en el art. 299 LS, la presentación de
un estado de origen y aplicación de fondos –o de variaciones de capital corriente-
por el ejercicio terminado, y otros documentos de análisis de los estados contables.
Entiéndese por fondos el activo corriente, menos el pasivo corriente (art. 62 LS).
Este presenta un resumen de las actividades de financiación e inversión del ente,
mediante la exposición de las causas de la variación el capital corriente (o de los
fondos) durante el período considerado1001.

d.- Estados Contables Complementarios


I.- Notas y cuadros complementarios
A efectos de que toda la información contable requerida por el Código de
Comercio y la LS pueda ser volcada en los estados contables, usualmente se recurre
a cuadros y notas, integrantes de aquellos (art. 65 LS).

1001
Res. Técnica N° 8 Consejo Profesional de Ciencias Económicas, 11/12/1987, Capítulo
VI, ap. B.B.I.

327
Las notas refieren a: i.-) bienes de disponibilidad restringida explicándose
brevemente la restricción existente; ii.-) activos gravados con hipoteca, prenda u otro
derecho real, con referencia a las obligaciones que garantizan; iii.-) el criterio
utilizado en la evaluación de los bienes de cambio, con indicación del método de
determinación del costo u otro valor aplicado; iv.-) el procedimiento adoptado en el
caso de revaluación o devaluación de activos debiéndose indicar además, en caso de
existir, el efecto consiguiente sobre los resultados del ejercicio; v.-) los cambios en
los procedimientos contables o de confección de los estados contables aplicados con
respecto al ejercicio anterior, explicándose la modificación y su efecto sobre los
resultados del ejercicio; vi.-) los acontecimientos u operaciones ocurridos entre la
fecha del cierre del ejercicio de la memoria de los administradores, que pudieran
modificar significativamente la situación financiera de la sociedad a la fecha del
balance general y los resultados del ejercicio cerrado en esa fecha, con indicación
del efecto que han tenido sobre la situación y resultados mencionados; vii.-) los
resultados de operaciones con sociedades controlantes, controladas o vinculadas,
separadamente por sociedad; viii.-) las restricciones contractuales para la
distribución de ganancias; ix.-) el monto de avales y garantías a favor de terceros,
documentos descontados y otras contingencias, acompañadas de una breve
explicación cuando ello sea necesario; x.-) los contratos celebrados con los
directores que requieren aprobación, conforme al art. 271 LS, y sus montos; xi.-) el
monto no integrado del capital social, distinguiendo en su caso, los correspondientes
a las acciones ordinarias y de otras clases y los supuestos del artículo 220.
Por su parte, los cuadros anexos consignan i.-) bienes de uso, detallando para
cada cuenta principal los saldos al comienzo, los aumentos y las disminuciones, y
los saldos al cierre del ejercicio. Igual tratamiento corresponde para las
amortizaciones y depreciaciones, indicándose las diversas alícuotas utilizadas para
cada clase de bienes, debiendo informarse por nota al pie del anexo el destino
contable de los aumentos y disminuciones de las amortizaciones y depreciaciones
registradas; ii.-) bienes inmateriales y sus correspondientes amortizaciones con
similar contenido al requerido en el inciso anterior; iii.-) inversiones en títulos
valores y participaciones en otras sociedades, detallando: denominación de la
sociedad emisora o en la que se participa y características del título valor o
participación, sus valores nominales, de costo de libros y de cotización, actividad
principal y capital de la sociedad emisora o en la que participa. Cuando el aporte o
participación fuere del cincuenta por ciento o más del capital de la sociedad o de la
que se participa, se deberán acompañar los estados contables. Si el aporte o
participación fuere mayor del cinco por ciento y menor del cincuenta citado, se
informará sobre el resultado del ejercicio y el patrimonio neto según el último
balance general de la sociedad en que se invierte o participa. Si se tratara de otras
inversiones, debe detallarse su contenido y características, indicándose, según
corresponda, valores nominales de costo, de libros, de cotización y de valuación
fiscal; iv.-) previsiones y reservas, detallándose para cada una de ellas saldo al
comienzo, los aumentos y disminuciones y el saldo al cierre del ejercicio, e

328
informándose por nota al pie el destino contable de los aumentos y las
disminuciones y su razón para estas últimas; v.-) el costo de las mercaderías o
productos vendidos, detallando las existencias de bienes de cambio al comienzo del
ejercicio, analizado por grandes rubros y la existencia de bienes de cambio al cierre.
Si se tratara de servicios vendidos, se aportarán datos similares, a los requeridos para
la alternativa anterior que permitan informar sobre el costo de prestación de dichos
servicios; v.-) el activo y pasivo en moneda extranjera detallando: las cuentas del
balance, el monto y la clase de moneda extranjera, el cambio vigente o el contratado
a la fecha de cierre, el monto resultante en moneda argentina, el importe
contabilizado y la diferencia si existiera, con indicación del respectivo tratamiento
contable.

II.- Información Complementaria


A.-) Memoria: El art. 66 LS la regula de manera específica, imponiendo a los
administradores el deber de informar sobre el estado de la sociedad en las distintas
actividades en que se haya operado y su juicio sobre la proyección de las
operaciones y otros aspectos que se consideren necesarios para ilustrar sobre la
situación presente y futura de la sociedad. Del informe debe resultar: a) las razones
de variaciones significativas operadas en las partidas del activo y pasivo; b) una
adecuada explicación sobre los gastos y ganancias extraordinarias y su origen y de
los ajustes por ganancias y gastos de ejercicios anteriores, cuando fueren
significativos; c) las razones por las cuales se propone la constitución de reservas,
explicadas clara y circunstanciadamente; d) las causas, detalladamente expuestas,
por las que se propone el pago de dividendos o la distribución de ganancias en otra
forma que en efectivo; e) una estimación u orientación sobre perspectivas de las
futuras operaciones; f) las relaciones con las sociedades controlantes, controladas o
vinculadas y las variaciones operadas en las respectivas participaciones y en los
créditos y deudas; g) los rubros y montos no mostrados en el estado de resultados,
por formar parte los mismos parcial o totalmente de los costos de bienes del activo.

JURISPRUDENCIA

Memoria. El presidente y único director de la sociedad anónima, tiene la obligación


de información en la memoria, en su carácter de administrador del ente. Cám. Com., B,
octubre 07-1997, “Marocco, Oscar c. Lamartine S. A.”.
Es preciso advertir en la memoria que se han de hacer las reservas o se han de
capitalizar los dividendos, y ello constituye un fundamento común de la carga que se impone a
los administradores respecto de las reservas y con relación a la distribución de utilidades que
no fueran abonadas en efectivo, toda vez que en alguna medida ambas decisiones importan
diferir o reducir la expectativa del socio a la percepción de un dividendo en efectivo. La
omisión del Directorio en explicar en su memoria anual las razones que determinaron en su
momento la necesidad de la sociedad de capitalizar utilidades no implica violación a lo
dispuesto por el art. 66, inc. 4° de la ley 19.550, cuando en la especie el Directorio nada
propuso en dicha memoria, limitándose a expresar en ese instrumento que en relación al

329
destino de las utilidades, -excluidas las sumas correspondientes a la reserva legal-
correspondía a la asamblea resolver sobre ellas. Cám. Com., D, LL 1985-D, 95 - DJ 985-55,
792.

B.-) Informe de sindicatura: Dentro de los deberes del síndico se encuentra


la de presentar a la asamblea ordinaria un informe escrito y fundado sobre la
situación económica y financiera de la sociedad, dictaminando sobre la memoria,
inventario, balance y estado de resultados (art. 294 inc. 5°). Se trata de una de las
funciones de mayor trascendencia que la ley haya puesto en sus manos, atento la
calificación técnica de los síndicos para valorar fundamentalmente la información
presentada a los socios1002

JURISPRUDENCIA

Informe de la sindicatura: Constituye deber del síndico societario presentar a la


asamblea ordinaria un informe escrito y fundado sobre la situación económica y financiera de la
sociedad dictaminado sobre la memoria, inventario, balance y estado de resultados. Cám. Com.,
D, LL 1997-D, 17.

1.- Comunicación de los estados contables a la autoridad de contralor: Dentro


de los quince días de su aprobación, las sociedades de responsabilidad limitada cuyo
capital alcance el importe fijado por artículo 299, inc. 2° LS, deben remitir al Registro
Público de Comercio un ejemplar de cada uno de esos documentos. Cuando se trate de
una sociedad por acciones, se remitirá un ejemplar a la autoridad de contralor y, en su
caso, un ejemplar del balance consolidado (art. 67 LS)1003.

26.- Conservación de libros

La obligación de llevar libros, en tanto propia de todo comerciante, coincide


con el comienzo de la celebración habitual de actos de comercio –incluimos así a
todo tipo de sociedad comercial- y concluye al cesar su realización1004. Respecto de
las sociedades comerciales, esta se extiende hasta la inscripción de su cancelación el
el registro respectivo.
La sociedad se encuentra obligada, además, a conservar sus libros sociales,
Diario e Inventarios y Balances, y de toda correspondencia relacionada con su giro
(arts. 33 y 67 Código de Comercio)1005 hasta diez años después del cese de su
actividad, alocución esta última de contenido más económicoque jurídico. De allí

1002
Cfr. Roitman H., Ley de Sociedades… cit, t. IV, n° 6, págs. 264 y 265.
1003
El balance consolidado y el individual no son dos instrumentos distintos, pues en ambos
se expone la misma información aunque con metodologías diferentes, máxime cuando el primero de
ellos forma parte del estado de resultados (art. 65, ley 19.550), aun cuando sea considerado como
información complementaria por el art. 62 de la ley de sociedades comerciales. Cám. Com., D, LL
1999-B, 566 - DJ 1999-2 , 479 - IMP 1999-A, 1346.
1004
Sobre la adquisición de la calidad de comerciante y el cese del estado, véase
Fontanarrosa R.O., Derecho Comercial…, cit., vol. I, ps. 271 a 274.
1005
En este caso el plazo es computable desde sus respectivas fechas.

330
que el referido cese en ningún caso importe la simultánea extinción de las
obligaciones del ente, ni la imposibilidad de que se produzcan reclamos aún mucho
tiempo después, por lo que la ley impone la conservación de documentación que
pudiera ser de utilidad frente a tales eventualidades. Cuando el cese de las
actividades obedezca a una causal de disolución seguida de la liquidación del ente,
corresponde al Juzgado de Registro determinar la persona que habrá de conservar
libros y papeles sociales (art. 112 LS).

JURISPRUDENCIA

Conservación de libros. Quiebra. El juez de la quiebra tiene facultades para disponer


la destrucción de la documentación contable y libros de contabilidad en la medida en que la
obligación de conservación de los libros que establece el art. 33 inc. 3º del Cód. de Comercio,
se mantiene en cabeza del síndico. El Código de Comercio establece el plazo durante el cual la
documentación debe ser conservada (art. 67, Cód. de Comercio). (Del dictamen del fiscal de
Cámara cuyos fundamentos fueron compartidos por la Cámara de Apelación). Cám. Com., A,
DJ 1996-2, 836.

27.- Libros sociales propiamente dichos

Corresponde a las sociedades comerciales llevar, además de los libros contables


comunes a todo comerciante, otra serie de libros (libros sociales propiamente
dichos1006), en los que el ente registra los actos de naturaleza societaria. En todos los
casos se trata de libros de comercio en los términos del Código, y mayormente son los
que a continuación enumeramos.

JURISPRUDENCIA

Libros sociales y libros de comercio: El libro de actas de asambleas, de registro de


asistencia y el registro de acciones del art. 213 de la ley 19550, son libros de comercio en el
sentido del art. 44 del Código de Com. Cám. Com.,C, febrero 13-1980, “Serviacero, SA”.
Conforme al art. 73 de la 19550, con arreglos al cual las actas deben labrarse en un
libro especial, cabe concluir un documento labrado separadamente, aunque lleve las firmas de
los legitimados, no será acta de asamblea, sin perjuicio de que pueda asignársele alguna
eficacia probatoria conforme a las circunstancia del caso. Cám. Com.,C, ED, 87-428.
El libro de actas de asamblea, de registro de asistencia y el registro de acciones del
art. 213 de la ley 19550, son libros de comercio en el sentido del art. 44 del Código de Com.
Cám. Com.,C, ED, 87-428.

a.-) Libro de actas de asamblea (arts. 73 y 249 LS)


Toda acta que refleje la deliberación de un órgano colegiado debe labrarse en
un libro especial (art. 73 LS). Aquellas propias del órgano de gobierno se vuelcan
en los comunmente denominados libros de actas de asamblea -para las sociedades
por acciones- o de reunión de socios -en el caso de las sociedades de personas o

1006
Alguna doctrina incluso se refiere a estos como “libros de comercio”, en tanto lo son
todos aquellos respecto de los cuales el Código de Comercio o las leyes especiales que regulan la
actividad mercantil imponen el deber jurídico de llevarlos. Soler Aleu A., Las Actas de Directorio en
las Sociedades Anónimas -serie ensayos jurídicos n° 18-, Bs. As., 1976, p. 10.

331
partes de interés-. Este libro debe llevarse con las formalidades de todo libro de
comercio. En el caso de las sociedades por acciones, las actas de las asambleas
deben confeccionarse y firmarse por el presidente y los socios designados al efecto.
Igual criterio corresponde para el caso de las sociedades de responsabilidad limitada
(art. 162 LS) salvo previsión estatutaria en contrario. En cambio, en el caso de las
sociedades por parte de interés, salvo disposición contractual, las actas deben ser
suscriptas por todos los presentes1007. Siendo que la firma del acta debe hacerse
dentro de los cinco días de celebrada la asamblea (art. 73 LS), se colige que la LS no
requiere inmediatez entre el acto y su transcripción, consignándo por tanto aquella
sólo un resumen de lo sustancialmente resuelto. No existe inconveniente para que las
actas de asamblea sean llevadas en un libro común –único- conjuntamente con las de
directorio.

JURISPRUDENCIA

Libro de actas de asamblea. Procede disponer la intervención judicial de una


sociedad anónima y remover a los administradores societarios cuando, -como en el caso-, de la
pericial caligráfica surge que: a) No existieron reuniones regulares del directorio durante la
vida de la entidad pues sólo se realizaron reuniones informales b) Existen irregularidades en el
libro de actas de asamblea y que no se corresponde con el libro de asistencia a asamblea, c)
Hay irregularidades en el libro de depósito de acciones, carencia de fechas y depósitos que no
coinciden –como en el caso- las firmas; d) El tratamiento de te temas que no figuran en el
orden del día. Cám. Com. C, LL 12/7/2004, F 107768, nro. 71326/96.
La omisión de incluir en el "orden del día" el tratamiento de la responsabilidad de los
directores, no obsta a su consideración en la asamblea, dado que la merituación de su conducta
es consecuencia directa de la naturaleza de los estados contables. Cám. Com., C, JA 1985-IV-
207.

Es procedente la remoción de los directores de una sociedad anónima por haber


incumplido el deber de obrar con lealtad y con la diligencia del buen hombre de negocios -art.
59 y concordantes, ley 19.550 (t.o. 1984)-, lo que se pone de manifiesto, en este caso y entre
otras cuestiones, por irregularidades en el libro de actas, su falta de correspondencia con el
libro de asambleas, el tratamiento de temas que no figuran en el orden del día, la falta de
respaldo documental de los asientos contables y la violación del tope del veinticinco por ciento
para el retiro de retribuciones según art. 261 de la ley de sociedades comerciales. Cám. Com.,

C, LL 2004-D, 943 -Sup. Esp. Soc. Com. 2004 (diciembre), 185 - IMP 2004-B, 2876.
Es inadmisible sostener la nulidad de una asamblea fundada en que el acta de la
reunión correspondiente se haya labrado ante escribano público y no se incorporara al libro
respectivo de la sociedad de responsabilidad limitada, cuando quien pide la nulidad por ese
motivo ha reconocido que el libro de actas se encontraba en su poder, sin que haya acreditado
que lo pusiese a disposición de los nuevos gerentes elegidos para que la escritura realizada por
el escribano público pudiese pasarse a ese libro de actas.” Cám. Com., B, LL 1988-E, 92.
El libro de actas de asambleas de la sociedad anónima es uno de los libros que deberá
ser rubricado de conformidad con lo prescripto por el art. 53 del Cód. de Comercio, careciendo
en su defecto de valor probatorio, como específicamente lo establece el art. 63 del mismo
cuerpo legal. Cám. Com., B, LL 1983-A, 368.
Constituye uno de los presupuestos esenciales de forma en orden a la eficacia de las

1007
Cfr. Megna P.P., en Cuadernos… cit., de Zaldivar E. y ots., Vol. I, p. 336.

332
reuniones asamblearias, el otorgamiento de acta en el libro que específicamente ordena utilizar
el art. 73 de la ley 19.550, el que requiere ser llevado con las formalidades de los libros de
comercio. Cám. Com., B, LL 1997-A, 364.
Es procedente la remoción de los directores de una sociedad anónima por haber
incumplido el deber de obrar con lealtad y con la diligencia del buen hombre de negocios -art.
59 y concordantes, ley 19.550 (t.o. 1984)-, lo que se pone de manifiesto, en este caso y entre
otras cuestiones, por irregularidades en el libro de actas, su falta de correspondencia con el
libro de asambleas, el tratamiento de temas que no figuran en el orden del día, la falta de
respaldo documental de los asientos contables y la violación del tope del veinticinco por ciento
para el retiro de retribuciones según art. 261 de la ley de sociedades comerciales. Cám. Com.,
C, LL 2004-D, 943 - Sup. Esp. Soc. Com. 2004 (diciembre), 185 - IMP 2004-B, 2876.
Violan el derecho a la debida información que tienen los accionistas y configuran
irregularidades susceptibles de impugnación: a) las decisiones que liberan al directorio de la
obligación de presentar anualmente a la asamblea el informe sobre los estados contables, b) las
que eximen al directorio de la presentación de la memoria anual sobre el estado de la sociedad
y su juicio sobre las proyecciones de las operaciones, c) las que liberan al directorio de la
obligación de poner a disposición de los accionistas, en la sede social, copias del balance y del
estado de resultados, con el plazo de antelación previsto en la ley, y d) la que liberan a los
órganos sociales colegiados de llevar libros de actas de sus resoluciones o niegan al accionista
el derecho de obtener copia firmada del acta de asamblea. Cám. Com., B, LL, 1996-D, 641,
IMP 1996-A, 117.

b.-) Libro de actas de directorio


En este libro los administradores de las sociedades anónimas vuelcan de
manera resumida1008, en actas, las consideraciones y resultados de sus reuniones,
debiendo suscribir las mismas los asistentes (art. 73 LS). De esta forma la LS
procura tanto asegurar la validez de la decisión adoptada como justificar frente a los
socios la gestión que se dice hecha por los administradores1009. Las actas de
directorio pueden llevarse en un libro común –único- juntamente con las de
asamblea. Sin perjuicio de que no resulta usual llevar libros de reunión de gerentes –
para las sociedades de responsabilidad limitada- o de reunión administradores –para
los demás tipos sociales-, su confección viene impuesta para todo tipo social en la
medida en que la administración sea confiada a un órgano colegiado (art. 73 LS).

JURISPRUDENCIA

Libro de actas de directorio. Falta: La falta de exhibición del libro de actas de


directorio, como el de inventario y balances para la compulsa por los inspectores designados,
sumado a la falta de publicación legal de la convocatoria a la asamblea de accionistas por no
tratarse de una asamblea unánime, constituyen irregularidades violatorias de la ley 19550 que
ameritan la declaración de ineficacia del acto. Insp. Gral. Just., 27/04/2005, Industrias Bravi
S.A., Lexis 1/70017998-1 Res. 480/2005 exte. 583501

1008
Cfr. Mascheroni F., Direcctorio, Sindicatura y Consejo de Vigilancia, Bs. As., 1987, p.
75.
1009
Cfr. Megna P.P., en Cuadernos… cit., de Zaldivar E. y ots., Vol. I, p. 333.

333
Libro de actas de directorio: Es improcedente la demanda interpuesta por el ex
presidente de una sociedad anónima fallida contra los restantes socios fundadores integrantes
del directorio, con el fin de que inscriban su renuncia al cargo, pues la pieza certificada
acompañada para acreditar la aceptación de la renuncia es manifiestamente insuficiente a tal
fin, siendo que el acta de las deliberaciones del órgano de administración debe labrarse en un
libro especial -actas de directorio-, llevado con las formalidades de los libros de comercio.
Cám. Com., E, LL 2005-E, 32.
Es improcedente la demanda interpuesta por el ex presidente de una sociedad
anónima fallida contra los restantes socios fundadores integrantes del directorio, con el fin de
que inscriban su renuncia al cargo, pues la pieza certificada acompañada para acreditar la
aceptación de la renuncia es manifiestamente insuficiente a tal fin, siendo que el acta de las
deliberaciones del órgano de administración debe labrarse en un libro especial -actas de
directorio-, llevado con las formalidades de los libros de comercio. Cám. Com., E, LL 2005-E,
32.
Dado que la fuerza probatoria de los libros de comercio se funda en máximas de la
experiencia, como la que supone que en los libros regularmente llevados los asientos se
practican cuando el comerciante aún ignora que las operaciones que registra constituirán el
origen de un futuro pleito, los libros de actas de directorio y diario reconstruidos carecen de
vigor probatorio a favor de su dueño. Cám. Com., A, LL 1999-F, 754, (42.076-S) - ED 182,
158.

c-) Libros de actas de los órganos de fiscalización


Sin perjuicio de que, al igual que en el caso de la gerencia de la sociedad de
responsabilidad limitada, no resulta usual llevar libros de reunión de síndicos o de
reunión miembros el consejo de vigilania, su confección resultaría ineludible para
todo tipo social en la medida en que la fiscalización fuera confiada a un órgano
colegiado, de acuerdo a las previsiones de los arts. 73 y 290 LS1010.

d.-) Libro de registro de acciones


La LS (art. 213) impone a toda sociedad llevar un libro de registro de
acciones con las formalidades de los libros de comercio (arts. 53 LS). El libro, de
libre consulta por los accionistas, debe consignar: a) clases de acciones, derechos y
obligaciones que estas comporten; b) su estado de integración, con indicación del
nombre del suscriptor, a fin de verificar eventuales moras; c) si son al portador, los
números; si son nominativas, las sucesivas transferencias con detalle de fechas e
individualización de los adquirentes; d) Los derechos reales que gravan las acciones
nominativas, a fin de que estos tengan efectos contra la sociedad y terceros. La LS
contempla la posibilidad de que el titular de las acciones -o certificados
provisionales- constituya prenda sobre estas (art. 219 LS), prenda que no importa la
transmisión siquiera parcial del estado de socio1011 y que debe notificarse a la

1010
Cfr. Nissen R., Curso…cit., p. 235. Art. 290 LS: Cuando la sindicatura fuere plural,
actuará como cuerpo colegiado, y se denominará "Comisión Fiscalizadora". El estatuto reglamentará
su constitución y funcionamiento. Llevará un libro de actas. El síndico disidente tendrá los derechos,
atribuciones y deberes del artículo 294 [LS].
1011
Cfr. Strasser I., “La adquisición de acciones prendadas y la propiedad de los títulos
acciones dados en prenda”, ED 200-945.

334
sociedad e inscribirse en sus registros (arts. 213 inc. 4 y 215 LS)1012. También
resulta viable el usufructo de acciones (a favor de una o varias personas; art. 218 LS;
art. 2821 Cód. Civil) como forma específica del usufructo de créditos1013 (arts.
2875, 2904 y 2907 Cód. Civil, entre otros)1014; caso que en particular presenta
delicados problemas producto de la disociación entre la titularidad de la acción y el
uso de algunos derechos (como el de percibir ganancias sociales), dado que sus
efectos no se circunscriben a las relaciones entre el usufructuario y el nudo
propietario, sino que inciden sobre la propia sociedad emisora1015. El usufructo
requiere además de la entrega de la cosa –los títulos- al usufructuario, en el caso de
las acciones nominativas y escriturales, su notificación a la sociedad y posterior
inscripción en el libro de registro de acciones (arts. 213 y 215 LS)1016; e) la
conversión de los títulos, con los datos que correspondan a los nuevos títulos; f)
cualquier otra mención que derive de la situación jurídica de las acciones y de sus
modificaciones (condominio, adquisición de acciones por la propia sociedad y
amortización; arts. 209, 220 y 223).
Sin perjuicio de que el llevado del libro resulta impuesto por ley (art. 213
LS), su inexistencia o la deficiente –o reticente- registración de las tenencias no
afecta el status soci derivado de las transferencias que eventualmente se efectúen –si
probablemente el ejercicio de derechos-, negocios en los que reconocen su causa1017.
En concordancia con esto el art. 207 refiere a la presunción de la calidad de
accionistas que otorgan las constancias de las cuentas abiertas en el registro de
acciones escriturales.
El estatuto puede autorizar que todas las acciones o algunas de sus clases no
se representen en títulos, suplantándoselas por escriturales (art. 207). En tal caso, las
tenencias deben inscribirse en cuentas llevadas a nombre de sus titulares por la
sociedad emisora en un registro al que se aplican en lo pertinente las previsiones del
art. 213 LS -a las que antes aludimos- o por bancos comerciales -o de inversión o
1012
Lo que, con más la nominatividad obligatoria de las acciones, ha resuelto la cuestión
planteada en torno a la notificación al deudor, frente a las dispares soluciones dadas por el Código de
Comercio y el Código Civil en sus arts. 584 y 3209 respectivamente. Cfr. Chindemi M., Régimen
de… cit., p. 223; Halperín I. y Otaegui J., Sociedades Anónimas… cit., 2° ed., p. 383; Sasot Betes M.
y Sasot M., Sociedades Anónimas, Acciones… cit., ps. 360 y 361.
1013
Su consagración específica respecto de las acciones es relativamente reciente -año 1972-.
Anteriormente el Código de Comercio no contenía norma alguna sobre la materia, por lo que se
aplicaban exclusivamente las del Código Civil, lo que generaba no pocas polémicas interpretativas.
1014
Cfr. Aztiria E., Usufructo de Acciones, Bs. As., 1956, p. 53. Se trata de una especie del
usufructo de títulos de crédito o títulos valores, el cual es a su vez una especie del usufructo de
créditos.
1015
Cfr. Uría R., Menéndez A. y García de Enterría J., “La sociedad anónima: la acción
como objeto de negocios jurídicos” en Uría R. y Menéndez A., Curso de Derecho Mercantil t. I,
Madrid, 2000, p. 858.
1016
Cfr. Chindemi M., Régimen de… cit., p. 218.
1017
En contra, Verón, para quien se trata de un registro o formalidad indispensable “para la
validez de la transferencia de las acciones nominativas y no puede suplírsela por la voluntad de
transferencia de ellas (aunque haya sido autorizada por el directorio)”. Ello en función de la
necesidad de la sociedad de conocer a anteriores y actuales accionistas. Cfr. Verón A. V., Sociedades
..cit.., t. III, p. 513.

335
cajas de valores- autorizados. La calidad de accionista se presume por las
constancias de las cuentas abiertas en el registro de acciones escriturales y en todos
los casos la sociedad es responsable ante los accionistas por los errores o
irregularidades de las cuentas, sin perjuicio de la responsabilidad del banco o caja de
valores ante la sociedad, en su caso.
La sociedad, la entidad bancaria o la caja de valores deben otorgar al
accionista comprobante de la apertura de su cuenta y de todo movimiento que
inscriban en ella. Todo accionista tiene además, derecho a que se le entregue, en
todo tiempo, constancia del saldo de su cuenta, a su costa.

JURISPRUDENCIA

Libro de registro de acciones: En el marco de la demanda por impugnación de


aquella asamblea, pidió el actor la suspensión de lo decidido y la inscripción de su
participación en el registro de accionistas. Sostuvo que ese acto contiene serias irregularidades
al haberse violentado normas estatutarias y de la Ley de Sociedades. Según su versión, tales
irregularidades consistieron en una ilegítima negativa por parte del directorio a reconocer su
participación societaria y, consecuentemente, la no registración en el libro de Registro de
Acciones, que derivó en la negativa al ejercicio de sus derechos políticos. Destacó el
incumplimiento de la sociedad pues al remitir carta documento notificando la transferencia
accionara en los términos del art. 215 LSC., con la firma del transmitente Sr. Carman y el
actor como adquirente, fue devuelta sin notificar al ser rechazada la comunicación. CÁM.
Com., B, JA 2003-II-742
El registro que torna oponible la transferencia de acciones frente a la sociedad
emisora no es cualquier anotación practicada en los documentos sociales, sino el asentamiento
que se efectúe en el libro de Registro de Acciones respectivo, resultando insuficiente a tal fin
la constancia en el libro de actas de asamblea. Cám. Com., A, JA 1996-III, síntesis.
La sola constancia del libro de actas de asamblea resulta insuficiente para legitimar al
presunto socio, puesto que el registro que hace oponible la transferencia frente a la sociedad
emisora no es cualquier anotación en los documentos sociales, sino el asentamiento que se
practique en el libro de registro de acciones respectivo (arts. 213, inc. 3º, ley 19.550 y 23. ley
20.643). Cám. Com., C, LL 1990-B, 604.
Resulta formalmente procedente la medida cautelar de anotación de litis en el libro de registro
de acciones, cuando el juicio pudiera tener como consecuencia la modificación de sus
asientos, especialmente cuando se ha admitido el embargo de acciones con inscripción en el
mentado libro. Cám. Com., E, RDCO 1997-757.
El registro que torna oponible la transferencia de acciones frente a la sociedad
emisora no es cualquier anotación practicada en los documentos sociales, sino el asentamiento
que se efectúe en el libro de Registro de Acciones respectivo, resultando insuficiente a tal fin
la constancia en el libro de actas de asamblea. Cám. Com., A, JA 1996-III, síntesis.
El registro que torna oponible la transferencia de acciones frente a la sociedad emisora no es
cualquier anotación practicada en los documentos sociales, sino el asentamiento que se efectúe
en el libro de Registro de Acciones respectivo (arts. 213, inc. 3°, ley 19.550 y 33, ley 20.643),
resultando insuficiente a tal fin la constancia en el libro de actas de asamblea. Cám. Com., A,
LL 1995-D, 118 - DJ 1995-2, 721.
Cuando las acciones son al portador, para su cesión o transferencia basta la simple
entrega. Pero cuando son nominativas, como en la especie, no es suficiente con la sola entrega,
es necesario cumplir con otros requisitos (arts. 2°, 208, 213 y 215, ley 19.550). Es decir, en el
caso de las acciones nominativas la transferencia debe inscribirse en el registro pertinente que
es llevado con las formalidades de los libros de comercio (art. 53, Cód. de Comercio), en el
cual la ley indica que se debe asentar obligatoriamente la transmisión de ese tipo de acciones y
de los derechos reales que las graven y recién surtirá efectos respecto a la sociedad y terceros

336
desde su inscripción (art. 215, cit.). Siendo así, no caben dudas entonces que para transferir las
acciones nominativas es necesario contar con el asentimiento del cónyuge no administrador al
tratarse de derechos cuyo registro han impuesto las leyes en forma obligatoria (art. 1277, Cód.
Civil). Cám. Civ. y Com., Tucumán LL 1985-B, 560, (36.811-S), - JA 984-IV, 593.

e.-) Libro de registro de asistencia a asamblea (art. 238 LS)


Aquellos accionistas debidamente convocados que deseen concurrir a la
asamblea, deberán depositar en la sociedad sus acciones –certificados de depósitos o
constancia de las cuentas de acciones escriturales- con no menos de tres días hábiles
de anticipación a la fecha fijada para el acto1018. La ley exceptúa del depósito a
aquellos accionistas que en igual tiempo comunicaran su asistencia, cuando el
registro fuera llevado por la misma sociedad (art. 238 LS)1019. Producida la
comunicación, los adminstradores consignarán el dato de aquellos que hubieran
manifestado en tiempo y forma su voluntad de participar en el libro de registro de
asistencia a asamblea. Quienes concurran a la asamblea deben además firmar el
libro (art. 238 LS), ya que su finalidad principal es la de acreditar el cumplimiento
del quorum requerido por ley para otorgar validez al acto asambleario1020. La falta
de presencia del libro de asistencia en el lugar de celebración de la asamblea
provoca –en principio- su nulidad, no obstante lo cual tal ausencia puede ser suplida
mediante acta notarial, en la medida en que esta contenga los requisitos exigidos por
ley1021.

JURISPRUDENCIA

Libro de registro de asistencia: Puede estimarse probada la calidad de accionista, con


el contrato originario de sociedad, el libro de acciones y registro de asistencia a asambleas, el
libro de registro de accionistas y la percepción de utilidades.” Cám. Com., C, JA 1998-III-530.
La calidad de accionista de una sociedad anónima puede ser demostrada, en ausencia
de los títulos representativos de las acciones, por la escritura pública constitutiva de la
sociedad en la cual el actor figure como socio fundador, el libro de registro de accionistas y el
de asistencia a asambleas en los cuales se encuentre asentado su nombre en tanto titular de un
número variable de acciones y por la percepción de utilidades, circunstancia esta última que
sólo se condice con la calidad de accionista. Cám. Com., C, LL 1998-B, 678 - DJ 1998-1,
1094.
Las disposiciones de la ley de sociedades, determinan que en la convocatoria deberá
mencionarse (entre otros requisitos), fecha, hora y lugar de la reunión (art. 237, ley de
sociedades), que son de indudable gravitación, porque hacen a la certeza del momento en que
se realiza la asamblea, en relación a la concurrencia de los accionistas. Asimismo se establece
que "los accionistas o sus representantes que concurran a la asamblea firmarán el libro de

1018
Este plazo se computa retroactivamente a partir de la hora cero del día fijado para la
asamblea, excluyéndose los días domingos y feriados nacionales. Art. 54 Res. 6/80 Inspección
General de Justicia.
1019
Tanto la falta de depósito como la acreditación extemporáneas inhiben al accionista de
participar en la asamblea. Respecto de los supuestos de comunicación tardía, y en contra de lo aquí
sostenido, puede verse López Tilli A., Las Asambleas… cit., p. 107, para quien el depósito no hace a
la esencia del acto asambleario, por lo que la sociedad podrá aceptar el depósito ad referendum de lo
que a la postre resuelva la asamblea.
1020
Cfr. Nissen R., Curso…cit., p. 237.
1021
Cfr. Verón A. V., Sociedades ..cit.., t. III, p. 909.

337
asistencia, en el que se dejará constancia de sus domicilios, documentos de identidad y del
número de votos que les corresponda"; libro, que cobra singular importancia para la
verificación del quórum y el cómputo de votos. La verificación de la omisión de tales
recaudos, que no son meramente formales, debe llevar la nulidad declarada, sin que puedan
obstar a ello prácticas o costumbres en contrario. Cám. Civ. y Com., II, Rosario, marzo 02-
1988, “Montani, Juan C. y/u otro c. Bonomi y Cía., S. C. A.”.

28.- Responsabilidad civil de los administradores derivada de los Estados


Contables
Este deber, no obstante, no cabe a los administradores sociales por cuanto
corresponde al órgano de administración presentar periódicamente a los socios, para su
aprobación, los estados contables de la sociedad que administran, sustituyendo así tal
obligación. El fundamento de ello se basa “fundamentalmente en la doctrina orgánica
que no admite la existencia de sujetos distintos dentro de una sociedad, resultando por
ello inadmisible el procedimiento de rendición de cuentas” por cuanto este “contempla
la existencia de dos personas, esto es, el obligado a formularlas y el dueño del negocio
a quien se someten las cuentas de una o varias operaciones de carácter mercantil”1022.
En ningún caso la aprobación de los estadpos contables implica la de la gestión de los
directores, administradores, gerentes, miembros del consejo de vigilancia o síndicos,
hayan o no votado en la respectiva decisión, ni importa la liberación de
responsabilidades (art. 72 LS).

JURISPRUDENCIA

Rendición de cuentas: Si bien resulta improcedente la acción por rendición de cuentas


durante la vigencia del contrato social, no queda indefenso de ninguna manera el socio que se
hubiera retirado de la administración, dejando al restante consocio a cargo de aquélla, por
cuanto siempre tiene a su alcance las acciones de responsabilidad contra el socio que no
cumplió con sus obligaciones de administrador (arts. 15, ley 11645 y 55, 59, 157, 276 a 279,
ley 19550), así también como las del derecho penal que pudieran eventualmente corresponder.
Cám. Com., A, ED, 74-704.
La rendición de cuentas en las sociedades comerciales regularmente constituidas se
cumple a través: 1) contabilidad regular, que se integra con los respectivos comprobantes (art.
44, Código de Com.); 2) el derecho de los socios a examinar los libros y papeles sociales y
recabar del administrador los informes que estimen pertinentes, sea directamente, en su caso,
durante la asamblea o reuniones de socios o mediante el órgano de fiscalización (arts. 55 y
294, ley 19550 y 284 y 340, Código de Com.); 3) el derecho de los socios a aprobar o
impugnar los estados contables y la gestión de los administradores (arts. 69, 234, 275 y 276,
ley 19550). Cám. Com., A, ED, 74, 701.
Si bien no cabe una asimilación absoluta entre el balance y la rendición de cuentas-
distintas son las formas y objeto de uno u otro acto, así como los efectos de su aprobación, art.
72 de la ley 19550, no puede desconocerse que el balance, entre otras funciones, cumple la de
hacer las veces de una periódica rendición de cuentas de los administradores, debiendo
admitirse, en consecuencia, que dentro del régimen de las sociedades regulares, el balance
suple, en principio, la rendición de cuentas general, que incumbe a todo administrador (art. 71,
ley 19550) de forma que, presentado el balance, podía caber pedido de explicaciones o

1022
Cfr. Nissen R., Curso…cit., p. 228, sin perjuicio de señalar que este autor no acepta la
aplicación irrestricta del principio que veda la petición de rendición a los administradores sociales.

338
informes ampliatorios o complementarios, impugnaciones generales o particulares,
rendiciones de cuentas referidas a operaciones o bienes determinados, pero no una rendición
de cuentas de la gestión total realizada durante la vigencia de la sociedad, o un lapso de ésta.
Cám. Com., A, ED, 74, 702.
La rendición de cuentas, cuando es debida por los administradores, se debe a la
sociedad y no a los socios individualmente, toda vez que las sociedades comerciales regulares
son personas jurídicas (art. 2., Ley 19550) y es la sociedad la dueña del patrimonio en gestión,
pero ello no obsta a que la acción social sea ejercida por un socio, pues ante la inacción de la
sociedad, puede resultar admisible la actuación individual del socio en interés de la sociedad,
pero es previo que la cuestión sea planteada internamente. Cám. Com., A, ED, 74,703.
Es correcta la tajante diferencia que entiende que: a) la rendición de cuentas procede
para quien actúa por otro o tiene obligación de restituir, quedando comprendida en esta
situación las sociedades que no son típicas, como las de hecho o irregulares, pues en ellas
quien de los socios realice un acto de administración, está actuando por otro; no por la
sociedad sino por el consorcio, a quien compromete en forma ilimitada, solidaria y no
subsidiaria, y b) las distintas acciones que la ley prevé contra el órgano administrador de una
sociedad regular, entre las cuales cabe incluir la de remoción (art. 59, ley 19550). Aplicable a
todas las sociedades regularmente constituidas. Cám. Com., A, ED, 74-705.
En las sociedades de responsabilidad limitada, la formulación de los estados
contables previstos por la ley y su tratamiento por el órgano societario, excluyen la posibilidad
de que los socios gerentes recurran individualmente a la vía establecida por el art. 68 del Cód.
de Comercio para requerir la rendición de cuentas de otro socio gerente, aun cuando haya sido
este último quien efectivamente ejerció la administración. Cám. Com., D, LL 1999-C, 225 -
DJ 1999-1, 603.
Las cuentas de sociedades regulares deben ser demandadas a través de
procedimientos específicos que, acordes con el tipo societario, correspondan a los efectos de la
formación y aprobación de los balances, siendo improcedente la rendición de cuentas con
arreglo a lo normado en el Código de Comercio y en el Código Procesal. Cám. Com., C, LL
1992-C, 157 - DJ 1992-2, 264.
Mientras en las sociedades de hecho o irregulares se admite la rendición de cuentas
en virtud de que los administradores actúan por los consocios, a quienes obligan en forma
solidaria e ilimitada (conf. art. 23, ley de sociedades), en el caso de las regularmente
constituidas la ley ha creado un sistema específico que contempla diversas acciones para
obtener información relativa a la realidad contable de la sociedad. En consecuencia, en este
último supuesto deben instarse las acciones propias del sistema societario (art. 781, Cód.
Procesal) o bien requerir al órgano de gobierno que accione por rendición de cuentas. Cám.
Com., C, LL 1995-C, 592 - DJ 1995-2, 546.
Responsabilidad del administrador. Deberes referidos a los estados contables. El gerente
debe actuar conforme a la ley, el estatuto y el reglamento, con el objetivo de obtener una
exitosa gestión; ello se juzga por los resultados expresados en los estados contables. Cám.
Com., B, SJA 21/12/2005. SJA 21/12/2005; JA 2005-IV-síntesis.
El derecho de información que posee el accionista consiste en conocer el
desenvolvimiento social mediante lo que reflejan los libros, estados contables y
documentación complementaria relativa a los resultados de ejercicio y documentos sociales.
Cám. Com., B, JA 1997-III-573.
Una vez inscripta la sociedad de responsabilidad limitada, quedó regularmente
constituida, por lo que las cuentas y los resultados de la gestión realizada durante el período de
formación deben ser expresadas a través del procedimiento específico de la formulación de los
balances, estados contables y demás documentación que deben ser sometidos periódicamente a
la consideración de los socios. Cám. Com., C, JA 1988-IV-635.
La exigencia a los comerciantes de llevar una contabilidad completa y ordenada se
inspiran en la finalidad de proporcionar la comprobación rápida del contenido de sus
operaciones, con proyecciones indudables en el ámbito de los procedimientos judiciales, y
resulta adjunto al ejercicio del comercio, la obligatoriedad de seguir un orden uniforme de
contabilidad y tener en legal forma los libros necesarios a este fin (arts. 33 inc. 2, 43, 44 y 63
CCom.), para impedir el fraude y favorecer la buena fe. Por ello las constancias no rubricadas

339
no carecen de todo valor, sino que constituyen un indicio que deberá ser debidamente valorado
por el sentenciante.” Cám. Civ. y Com., IV, Córdoba, Lexis Nº 35002118.
El plazo del art. 67 ley 19550 para poner a disposición de los socios la
documentación necesaria para la aprobación de los balances, no apunta sólo a la protección del
socio sino también a mantener la coherencia del sistema de la ley de sociedades, en cuanto
rige la vida de entes que para su dirección se manejan por el régimen de mayorías, que exige
un conocimiento y una información sincera y amplia para que el debate asambleario sea pleno.
Por lo tanto, aunque en el caso el impugnante no atacó el contenido sustancial de los estados
contables propuestos al celebrarse la asamblea, cabe igualmente decretar la nulidad de la
decisión que los aprobó, ya que, la actitud del actor se hallaba plenamente justificada, pues no
se encontraba en condiciones de expedirse respecto de este tema, al no haber tenido la
oportunidad de confrontar el balance. Cám. Com., B, JA 2001-III-síntesis.
El balance muestra la naturaleza y cuantificación de los recursos de la empresa en un
momento determinado, los derechos de los acreedores de la empresa y la participación residual
de los propietarios en dichos recursos (dictamen 8° del Instituto Técnico de Contadores
Públicos). Y tal estado contable debe efectuarse sobre realidades jurídicas, o sea, sobre todo lo
que es un derecho como tal reconocido por las leyes e incorporado al patrimonio, en forma
definitiva, y no en expectativa (cfr. H. Alegría, Sociedades anónimas, p. 65). En el supuesto de
autos, la omisión de contabilizar las operaciones mercantiles de la sociedad infringe lo
establecido en el art. 64, apartado I, inc. a, en tanto dispone exponer el producido de las ventas
o servicios, incide en el resultado del balance y desvirtúa la veracidad y completividad que
debe brindar el accionista. Tal conducta resulta entonces, contraria a la ley y, por ende, la
acción de impugnación fundada en lo dispuesto por el art. 251 de la ley 19550, resulta
procedente. (Omissis). Cám. Com., A, noviembre 22-1996, “Calvo, Marta E. y otro v.
Industrias Record S.A.”

29.- Responsabilidad penal

a.- Balance e informe falso


Sin perjuicio de las responsabilidades de carácter civil en que pudieran
incurrir fundadores, directores, administradores, síndicos y liquidadores de
sociedades anónimas (la ley también se refiere a cooperativas y otras personas
colectivas), el art. 300 inc. 3º del Código Penal (CP) prevé duras sanciones para el
caso de verificarse la existencia de lo que doctrinariamente se conoce –más allá de la
incorreción del término1023- como balance falso1024. Se trata de aquel balance en el
1023
La expresión, si bien sirve para identificar el tipo penal, es incorrecta. En primer término
“porque se sanciona no sólo a quien autoriza o publica un balance falso, sino también cuando es
incompleto. Una segunda razón es que no sólo el balance falso o incompleto es materia de la
prohibición. En realidad una posible clasificación de las distintas hipótesis del art. 300 inc. 3° del
Cód. Penal podría ser la siguiente: ‘1’ publicación; o ‘2’ autorización de un balance, cuenta de
ganancias y pérdidas o los correspondientes informes, falsos o incompletos; ‘3’ informar a la
asamblea o reunión de socios con falsedad o reticencia sobre hechos importantes para apreciar la
situación económica de la empresa.” Spolansky Norberto, “Balance falso, proceso penal y bien
jurídico tutelado”, LL 138-224. El término también ha sido criticado tanto por impreciso como por
desactualizado. El CP se refiere al balance como al documento pluricomprensivo que antaño
confundía -mezclaba- este con el estado patrimonial, el de resultados del ejercicio y el de resultados
acumulados. Debiera la ley referir al delito de estados contables falsos. Cfr. Verón A. V., La
Sindicatura y el Delito de Balance Falso, Bs. As., 1981, p. 57.
1024
Conc. arts. 437 y 457 LS francesa de 1966, que castiga con prisión de 1 a 5 años con más
una multa para el caso de informar deficientemente y a sabiendas al socio; art.2621 Código Civil
italiano, que prevé una pena de reclusión de 1 a 5 años y multa para el síndico que exponga
fraudulentamente hechos u oculte en todo o en parte los mismos.

340
que, a sabiendas, los sujetos mencionados omitieran incluir constancias que debieran
figurar, o asentaran otras que no coincidieran con la realidad, derivándose de ello la
confusión de terceros producto del engaño respecto de la situación de la que el
balance debe ser un fiel reflejo1025. El CP reprime, entonces, con prisión de seis
meses a dos años a quienes, en ejercicio de su cargo “a sabiendas publicare,
certificare o autorizare un inventario, un balance, una cuenta de ganancias y pérdidas
o los correspondientes informes, actas o memorias, falsos o incompletos o informare
a la asamblea o reunión de socios, con falsedad o reticencia, sobre hechos
importantes para apreciar la situación económica de la empresa, cualquiera que
hubiere sido el propósito perseguido al verificarlo”. Todas estas figuras a su vez se
reducen en dos especies: balance falso e informe falso.

I.- Balance falso: Refiere así el CP a una serie de violaciones al comercio, la


industria y la confianza de los negocios, dirigida por tanto a un número
indeterminado de personas, y donde la fe pública es el bien jurídico protegido1026.
Frente a esta múltiple tutela, el delito de balance falso es pluriofensivo, ya que afecta
tanto el patrimonio de fisco, acreedores y socios1027, como la regularidad y
corrección de la actividad económica en general1028. Asimismo es un delito formal de
peligro abstracto, que se concreta con la sola autorización o firma de la
documentación del caso, aún sin necesidad de que esta se hubiera dado a conocer a
terceros1029, y que no requiere la existencia de perjuicio real ni potencial para
perfeccionarse1030. No obstante, cabe tener presente que no se dará el delito de
balance falso con la sola e inadecuada contabilización si ésta se originara en una
errónea apreciación de orden técnico1031, sin la intención –por ende- de perjudicar1032.
El sujeto activo de esta figura será, por tanto, quien de acuerdo con la ley se
encuentre encargado de autorizar o publicar. Responderá, entonces, sólo quien

1025
Cfr. Gómez Eusebio, Leyes Penales Anotadas, t. IV, Bs. As., 1954, p 249.
1026
Cfr. Dayenoff D. E., Código Penal de la Nación Argentina, anotado con jurisprudencia,
Bs. As., 2000, p. 449. Sobre el particular véase Eldhart – “El delito de balance e informe falso y el
bien jurídico protegido”, JA 2001-II p. 1128- quien tras un minucioso estudio respecto del bien
jurídico protegido para el caso de este delito, concluye en que lo que se tutela es el derecho del
público a disponer de información verdadera y completa acerca de las personas colectivas.
1027
El art. 300 CP en su inc. 3° contempla la posibilidad de perjuicio para los tomadores de
acciones y para los ya accionistas: los unos toman acciones de menor o ningún valor y los otros no
pueden defenderse de tales manejos. Cfr. González Roura, Derecho Penal, t. III, Bs. As., 1925, p.
473.
1028
Cfr. Ramos Mejía E., “Balance falso”, LL 151-932.
1029
Cfr. Breglia Arias O. y Gauna O., Código Penal y Leyes Complementarias -comentado,
anotado y concordado-, 3ª ed., Bs. As. 1994, p. 1004; Verón A.V., La Sindicatura en las Sociedades
Anónimas, Bs. As., 1977, p. 269.
1030
Cfr. Pagano J. L. (h), Derecho Penal Económico, Bs. As., 1983, p. 130.
1031
La figura no requiere improvisación sino una premeditada acción, una estudiada
connivencia de especialistas. Cfr. Bello Knoll S. y D’albora F. (h), “Balance Falso. La Sociedad
Comercial ante el Tercer Milenio”, t. III, VII Congreso Argentino de Derecho Societario, p. 286;
Cám. Penal Econ., III, ED 96-486.
1032
Cfr. Pagano J. L. (h), Derecho Penal... cit., p. 134.

341
autoriza ejerciendo dicha función y quien publica teniendo la facultad o deber para
hacerlo, y en tanto actúe como integrante del correspondiente órgano social1033.
Si bien precisar los alcances del término publicar un balance falso encierra
complicaciones, cabe en principio entender que la ley refiere así al hecho de llevarlo
a conocimiento de un número indeterminado de personas, haciéndolo notorio. Dicha
acción no requiere necesariamente de su publicación en diarios, folletos u hojas
impresas1034. La acción se vincula con el deber general de informar a cargo de las
personas comprendidas en el art. 300 inc. 3° CP, por lo que “la falsedad de los
balances publicados motu propio no constituye delito sino existe disposición legal
que le imponga la obligación de efectuar tales publicaciones.” Así, puede incluirse
en el tipo la conducta consistente en la presentación obligada ante entes estatales,
como la AFIP o el Banco Central, de balances falsos o incompletos, cuando por este
medio se llegara al conocimiento del público en general1035. En cuanto al término
autorizar, la ley parece aludir al hecho de aprobar o refrendar el documento en
cuestión, de acuerdo con la función societaria que le corresponda al autor,
acreditando o abonando la corrección de su contenido y su veracidad1036.
Respecto de la acción de certificar, esto es, dar por cierta la verdad de un
hecho , la misma cabe a quienes la ley impone tales tareas. Así, el director
1037

certifica la veracidad de los extremos que pone en conocimiento de los socios y


terceros al elevar un balance (art. 61 a 67 LS). En lo que al síndico societario se
refiere, y sin que ello sea obice para juzgar su responsabilidad de acuerdo a las
previsiones del art. 300 CP, éste técnicamente no certifica -ni publica, ni autoriza-
los estados contables e informes en los que interviene (art. 294 inc. 5° LS)1038, sino
que produce un informe escrito y fundado sobre la situación económica y financiera
de la sociedad, dictaminando sobre la memoria (art. 66 Cód. Com.), inventario,
balance (art. 63 Cód. Com.), notas complementarias (art. 65 Cód. Com.) y estado de
resultado (art. 64 Cód. Com.)1039. De allí que, aunque los estados contables sean
falsos, el dictamen del síndico no necesariamente lo sea, habida cuenta que éste se
basa en elementos de juicio disponibles muchas veces a través de los mecanismos
usuales del arte, y que habitualmente no exhiben muestras del engaño u omisión
perpetrado1040. Cabrá, entonces, probar respecto de éste que ha obrado a sabiendas, o
sea, con conocimiento efectivo de la realización del tipo penal.

1033
Cfr. Soler S., Derecho Penal Argentino, t. V, Bs. As., 1963, p. 360.
1034
Cfr. Gómez Eusebio, Leyes Penales... cit., t. IV, p 249.
1035
Cfr. Abraldes S., “Delito de balance falso (inc. 3°del art. 300 del Código Penal)”, en
Enfoques –Contables y Administrativos-, Bs. As., 2000, p. 896; Navarro G., Faudes al Cmercio y la
Industria. Los Delitos de los artículos 300 y 3001 del Código Penal, Bs. As., 1998.
1036
Cfr. Verón Alberto Victor, La Sindicatura y el Delito..., p. 36.
1037
Diccionario de la lengua española, Real Academia Española 21ª edición 1992.
1038
Cfr. Rusenas R. O., Balances Falsos e Incompletos. Responsabilidad de Directores,
Síndicos y Auditores, Bs. As., 2002, p. 59.
1039
Cfr. Verón A. V., La Sindicatura y el Delito..., p. 38.
1040
Cfr. Verón A. V., La Sindicatura y el Delito..., págs. 42 y 43.

342
II.- Informe falso: El CP castiga de idéntica manera a quien informare a la
asamblea o reunión de socios, con falsedad o reticencia, sobre hechos importantes
para apreciar la situación económica de la empresa, cualquiera que hubiere sido el
propósito perseguido al verificarlo. El legislador a querido así englobar –
errónemanete- a las ya mencionadas “sociedades anónimas, cooperativas y otras
personas colectivas” bajo el equívoco término empresa1041, por lo que tal debe ser el
alcance de la norma. La reticencia a suministrar datos económicos, patrimoniales o
financieros –modalidad omisiva del tipo1042- vulnera el derecho del socio a
informarse debidamente, de manera completa, “es decir, se establece –para el sujeto
activo- el deber jurídico de decir no sólo la verdad sino toda la verdad1043.”
Cabe tener presente que, respecto de la tutela consagrada en la segunda parte
del inc. 3° -informe falso-, existe una diferencia radical en cuanto a aquella a la
que se orienta su primera parte (véase IIa). Coincidimos entonces con lo apuntado
por Abraldes en cuanto a que esta figura, introducida en el CP en 1968, y que alude
a la idea de un informe falso o reticente a la asamblea o reunión de socios “da por
tierra con el concepto constituido en derredor del tercero indeterminado, de la
confianza general del público como parámetro estrechamente vinculado a la fe
pública, epígrafe que no incluye la confianza entre contratantes –podría decirse que
un vínculo de tales características une al socio como cualquiera de los posibles
sujetos activos enumerados por el artículo-”, por lo que la protección parece
orientarse no ya a la fe pública sino a una tutela anticipada del patrimonio1044. Nos
encontramos, por tanto, frente a un delito no ya de peligro abstracto, como en el caso
del balance falso propiamente dicho, sino de peligro concreto1045.

b.- Balance e informe falsos y derecho a la información


De esta forma la ley tutela el derecho a la información, y que dimana del
estado de socio1046. El mismo puede ser resumido como aquel con que cuenta cada
socio, y que le permite tener noticia del desenvolvimiento del ente mediante la
inspección de sus libros y documentos sociales, y del requerimiento de aclaraciones
a los administradores1047. Se trata de un derecho esencial e inderogable1048,

1041
Empresa es organización de los factores de la producción, a efectos de producir bienes y
servicios.
1042
Cfr. Rusenas R. O., Balances Falsos... cit., p. 56.
1043
Cfr. Spolansky N., “Balance falso...” cit., LL 138-224; cfr. Soler S., Derecho Penal…
cit., t. V, p. 361.
1044
Abraldes S., “Delito de balance...” cit., p. 896, quien sigue así –y cita- la opinión de
Handler Edmundo en “El delito de balance falso y la fe pública”, ED 116-793.
1045
Cfr. Eldhart R., “El delito de balance…”, cit., JA 2001-III, p. 1139.
1046
El estado de socio es una suerte de prius de relaciones jurídicas derivadas de una
situación preliminar, que cobija y combina relaciones de ejercicio continuado entre diversos sujetos -
socios- y entre estos y el ente. Cfr. Colombres, G., Curso…cit. p. 59.
1047
Cfr. De Aguinis A.M., “El derecho de información de los accionistas”, R.D.C.O. 1978,
año 11, p. 288.
1048
Cfr. Verón A. V., Sociedades ..cit.., t. I, p. 504; Nissen R., Ley de Sociedades…cit., t. I,
p. 369.

343
cualitativo, limitado1049, preventivo1050, instrumental en tanto sirve para el ejercicio
de otros1051, tales como el de voto1052, el de suscripción preferente, el de
impugnación de los acuerdos sociales, el derecho al dividendo y a la cuota de
liquidación. Mediante el mismo, que se manifiesta a través de solicitudes
ocasionales de información -y que debe ser ejercido de manera social1053, sincera1054,
no abusiva (su límite estará dado por el art. 1071 del Código Civil y el derecho al
secreto que habilita al ente a negarse a dar determinada información técnica), ni
obstruccionista-, se tutela tanto el interés individual del socio en su calidad de tal
como el interés de la sociedad en salvaguarda de su recto funcionamiento1055, toda
vez que opera como medio a través del cual el socio participa en los órganos
sociales. Va de suyo que la debida tutela de este derecho fundamental hace a la
suerte de un regular y equilibrado funcionamiento de las relaciones intra societarias.
Es importante reparar en que no gozan del derecho a la información, por no
ser propiamente socios, los llamados socios aparentes y ocultos (art. 34 LS) y los
socios del socio (art. 35 LS). Siendo que el art. 300 CP alude a aquellos datos que se
brinden a la asamblea o reunión de socios, parecería razonable, entonces, no incluir
dentro del tipo al hecho de informar a estos con falsedad o reticencia. Por el
contrario, respecto del socio propiamente dicho, cuando este, pese a encontrarse
inhibido de recabar información por estar en mora respecto de su aporte (arts. 37 y
192 LS), aún así obtuviera la misma del administrador, se encontrará aquel
protegido por la norma.
La importancia en punto a la calidad de la información que se exhiba cobra
mayor virtualidad en los casos de las sociedades anónimas que carezcan de
sindicatura y las de responsabilidad limitada con capital superior al previsto en el
art. 299 párr. 2º LS, ya que la LS no concede en estas a los socios el derecho a
examinar los libros ni los papeles de la sociedad personalmente, lo que sí sucede en

1049
Por cuanto del ejercicio irrestricto del derecho a informarse no puede derivarse un
perjuicio al propio ente. Cfr. De Oliveira A. J., Direito Comercial, vol. IV, Lisboa, 2000, p. 320.
1050
Una información veraz, completa y temporánea evita sorpresas al socio. Cfr. De Aguinis
A.M., “El derecho de información…” cit., p. 288.
1051
Se trata de un derecho que debe permitir a su titular “un adecuado conocimiento del
devenir societario, esencial tanto para el ejercicio tanto de los restantes derechos como para la
comprensión y evaluación de la conducta de los demás socios y de los administradores”, y cuya
importancia y utilidad se acrecienta en aquellas sociedades donde el socio permanece alejado de la
gestión y los negocios en nombre del ente realizados. Cfr. Sánchez Calero J., “La información del
socio ante la Junta General. Notas en torno al art. 51 LSRL”, en Revista de Derecho de Sociedades nº
8, año V, Navarra, 1997, p. 122. En definitiva, es una herramienta de control social coincidente con el
cauce ordinario a través del cual el socio accede al control de la gestión de los administradores. Cfr.
Sánchez A., “Las acciones…”, cit., p. 170.
1052
Aunque independiente del derecho de voto, es complementario del mismo.
1053
La posibilidad de que de las indagaciones del socio pudieran derivarse la divulgación no
querida de secretos comerciales de la compañía -lo que atenta contra su marcha y repercute sobre las
ganancias de la misma-, resulta ser un límite para el ejercicio del derecho de información y cuyos
guardianes son en primera instancia admnistradores y síndicos, y, en último lugar, los propios socios.
1054
Cfr. Mascheroni F. y Muguillo R., Régimen Jurídico del Socio, Bs. As., 1996, p. 137.
1055
Cfr. Luchinsky R., “Apostillas sobre la dinámica judicial en torno al derecho de
información de los socios en las sociedades mercantiles”, RDCO 1993-A, año 26, p. 201.

344
las de pesonas (art. 55 LS). En estos casos el socio cuenta únicamente con aquella
información que directores, administradores, síndicos y liquidadores les brinden, ya
que habida cuenta del tipo social de que se trata, las tareas de cotejo de información
social sólo podrán hacerse de manera indirecta y a través de los órganos a tales fines
dispuestos. En concordancia con ello, el art. 67 LS impone a los órganos
correspondientes en las sociedades el deber de poner a disposición de los socios -
para su examen- copias del balance, estado de resultado y evolución del patrimonio
neto –todo ello con más sus notas e información complementaria1056- con un mínimo
de quince días de anticipación a su tratamiento en reunión de socios1057. Asimismo,
en procura de dar publicidad a la referida documentación social, aunque no ya
teniendo en miras al socio sino a terceras partes -lo que se relaciona más con lo
apuntado en II del presente estudio que con la tutela específica consagrada en la
segunda parte del inc. 3° del art. 300 CP-, el segundo párrafo del art. 67 LS impone
el deber a las sociedades anónimas y de responsabilidad limitada con un capital
superior al fijado en el art. 299 LS de remitir aquella –dentro de los quince días de
aprobada- al Registro Público de Comercio.
La doctrina actual augura un mayor desarrollo y ejercicio de este derecho, a
partir del auge de las comunicaciones electrónicas1058, y de las nuevas corrientes
sancionatorias de las omisiones, reticencias o falsedades con que la información se
brinde1059.

c.- Posibles autores del delito de informe falso


El informe falso, en tanto delictum propium –al igual que en el caso del
balance falso-, exige una determinada condición jurídica en el autor1060. La misma
cabe a: a.) El fundador: Son fundadores las personas físicas o jurídicas que asumen
la iniciativa de constituir o crear la sociedad. Quedan estipulados como socios en el
acto constitutivo1061, a diferencia de los promotores (art. 168 LS), suerte de
representantes que firman el programa de fundación1062. Solo puede hablarse de
fundadores propiamente dichos en la constitución por acto único, por cuanto la ley
no se refiere así respecto de quienes concurren a constituir un ente por suscripción
pública1063. b.) El director: En tanto integrante del órgano de administración social y

1056
En realidad, el derecho de información del socio en estos casos –asambleas en las que
habrán de evaluarse diversos documentos- parte a su vez del deber de los administradores de hacer
constar con claridad los asuntos que habrán de tratarse. Cfr. Sánchez Calero F., Principios de
Derecho Mercantil, Madrid, 1994, p. 166.
1057
El plazo de quince días del art. 67 LS debe computarse en días corridos, y descontarse el
día de la celebración de la asamblea. Cfr. Verón A. V., Sociedades ..cit.., t. actualización, p. 91
1058
Cfr. Vicent Chuliá Francisco, Introducción al Derecho Mercantil, 13º ed., Valencia,
2000, p. 248.
1059
Tal el caso del art. 293 del Código Penal español de 1995. Cfr. Fernández Pérez N., La
Protección Juridica del Accionista Inversor, Derecho de Sociedades nº 14, Navarra, 2000, p. 388.
1060
Jiménez de Asua L., “La responsabilidad Criminal”, Buenos Aires, 1948, p. 801
1061
Cfr. Rocha Degreef, “El delito de balance e informes falsos”, ED 145-843.
1062
Cfr. SCBA, del 2/11/1971; ED 44-428
1063
Cfr. Farina J., Tratado… cit., t. II-B, 1980, p.80.

345
más allá de sus funciones respecto de terceros, representa al accionista y se
encuentra investido de la confianza de este último para la gestión de los negocios
sociales1064. Si bien la ley indica que su responsabilidad respecto de la sociedad se
extingue por aprobación asamblearia de su gestión (art. 275 LS) no ocurre lo mismo
en materia penal1065. c.) El administrador: Dentro de la –amplia y equívoca- noción
de administrador, cabe incluir a los gerentes de las sociedades de responsabilidad
limitada, no así a otras –también equívocas- categorías gerenciales1066. Respecto de
los demás tipos sociales deberá evaluarse la función del sujeto imputado, siguiendo
para ello los estatutos del ente –en tanto sistema legal que la limita- y su conducta,
todo ello con más la particular naturaleza de la persona colectiva involucrada. En las
fundaciones será administrador quien integre el Consejo de Administración (art. 10
de la ley 19.836) o el comité ejecutivo (art. 14 ibídem)1067. d.) El liquidador:
Liquidador es quien provee a la clausura de la gestión, cuya actividad se endereza a
la realización de la actividad crediticia y a la extinción del pasivo, formando la masa
residual sujeta a división y devolución1068. No debe confundirse a este sujeto, por
tanto, con el liquidador designado judicialmente en caso de sociedad de objeto
ilícito, y cuyas funciones se centran en hacer efectivos los bienes de un ente
inexistente, sin tener que efectuar balances u otras demostraciones del estado
económico financiero de la persona colectiva que estén dirigidos a número
indeterminados de personas1069. e.) El síndico: La sindicatura, ya fuera individual o
grupal, es un órgano permanente –aunque mayormente facultativo- cuya función
primera es la fiscalizar el comportamiento del órgano de administración, velando por
el interés de los accionistas. Razonablemente cabe a esta, y así lo dispone el CP, el
tipo que estudiamos. Puede también tratarse –la sindicatura- de una sociedad civil
con responsabilidad solidaria, constituida exclusivamente por profesionales de la
índole referida. Alcanzará a estos la responsabilidad penal del caso.

d.- Ámbito de aplicación del art. 300 inc. 3° CP


El art. 300 CP refiere a administradores, síndicos y liquidadores de
sociedades anónimas, cooperativas u otras personas colectivas, lo que parecería
excluir a las asociaciones y a las sociedades civiles, atento su carácter no
comercial1070. Por nuestra parte, y sin perjuicio de que de la ubicación del tipo –
fraudes al comercio y a la industria-, nos inclinamos por la inclusión de estos entes
en la medida en que sus balances afectaran la fé publica, también incluida dentro del

1064
Cfr. Rotman E., “La responsabilidad penal del contador certificante”, en revista de
Derecho Penal, Criminología y Criminalística, LL 1973, nros. 1 y 2 p.124
1065
Navarro G., “Fraudes al…” cit., ps. 85 a 86.
1066
Cfr. Navarro G., “Fraudes al…” cit., p. 87.
1067
Cfr. Navarro G., “Fraudes al…” cit., p. 88.
1068
Cfr. Romero Villanueva H., “El delito de Balance Falso en el Ámbito Societario”,
RDCO, t. 35, año 2002, Buenos Aires, p. 125.
1069
Navarro G., “Fraudes al…” cit., p.88
1070
En este sentido, véase Verón A.V., La Sindicatura y el delito..., p. 30; Eldhart R., “El
delito de balance...” cit., p. 1138.

346
bien jurídico tutelado de naturaleza múltiple. Además, la apuntada exclusión por
parte de la doctrina se debería mayormente a que el art. 300 CP en su anterior
redacción aludía a establecimientos mercantiles, lo que permitía suponer que se
dejaban de lado los de naturaleza civil. La actual referencia a personas colectivas
refuerza la posición que aquí sostenemos.

I.- Sujetos excluidos. El consejo de vigilancia y otros. Según viéramos, el


sujeto activo del delito debe revestir una calidad jurídica específica –fundador,
director, administrador, liquidador o síndico, listado esté que por ninguna razón
podría el interprete ampliar analógicamente. Asimismo, queda excluido de la
represión penal quien ejecuta la acción típica en una empresa unipersonal1071, el
comerciante individual1072 y la persona jurídica de derecho público. Efectuada esta
aclaración, trataremos algunos casos puntuales. a.-) El consejo de vigilancia: El CP
en su art. 300 inc. 3º alude unicamente al síndico1073, lo que excluye a los miembros
de otros órganos de fiscalización privada, tal el caso del consejo de vigilancia y sus
integrantes, habida cuenta de la prohibición de generalización de la ley penal (art.
18 Constitución Nacional) y que inhibe a su aplicador de aumentar el nivel de
generalización de los elementos positivos del tipo delictivo1074. Sin perjuicio de ello,
sí pudiera caber respecto de aquellos –y de cualquier profesional certificante1075- la
aplicación de idéntica pena en virtud de su participación criminal necesaria (art. 45
CP) o su eventual carácter de instigador (art. 209 CP), o bien de una pena reducida si
su participación fuera secundaria (art. 46 CP). Cabe no obstante efectuar, para el
caso, la siguiente consideración: la inclusión de la figura del balance falso al CP, y
donde se alude de manera exclusiva –y excluyente- al síndico, se remonta al año
1903 (ley 4188), época en que inexistía el consejo de vigilancia al que refiere el art.
280 LS –su incorporación al derecho nacional data del año 1972 (ley. 19.550)1076.
Este –también- órgano de fiscalización, que resulta ser facultativo1077, tiene como
misión permanente controlar aspectos formales de la administración social y su
gestión1078, la que a veces comparte. Resultan mayormente de aplicación al mismo
las disposiciones atinentes a la sindicatura –a la que incluso supera en atribuciones y
1071
Navarro G., “Fraudes al…” cit., p. 85.
1072
Ramos Mejía E., “Balance Falso”, LL 151-935.
1073
Cabe tener presente que los sujetos activos descriptos en el inc. 3º son especiales, por lo
que el delito sólo puede ser cometido por quienes reunan dichas cualidades. Cfr. Bello Knoll S. y y
D’albora F. (h), “Balance Falso...” cit., p. 288.
1074
Lo que impropiamente se conoce como prohibición de analogía. Cfr. Jakobs G., Derecho
Penal -Parte General- Fundamento y Teoría de la Imputabilidad, trad. Cuello Contreras y Serrano
Gonzalez de Murillo, Madrid, 1995, p. 100.
1075
Cfr. Aguilar Caravia Oscar, “El delito de balance falso”, LL 1986-D, p. 1117.
1076
Su antecedente inmediato es la ley francesa de sociedades de 1966.
1077
La existencia –o no- del consejo de vigilancia –igual que la sindicatura salvo los casos
del art. 299 LS- se corresponde con la decisión que en tal sentido adopten los socios al tiempo de
constituir la sociedad o modificar sus estatutos. No se trata, por tanto, de un órgano necesario. De
existir, este puede tanto suplantar a la sindicatura –de la que se prescindiría- como compartir tareas
con aquella.
1078
Cfr. Zaldivar E. y ots, Cuadernos… cit., Vol. III, p. 605.

347
funciones (art. 280 LS), siendo de su competencia presentar a la asamblea sus
observaciones sobre la memoria y los estados contables (art. 281 LS), pudiendo
incurrir al hacerlo en falsedad o reticencia. Parece entonces necesario, en una futura
reforma del CP, su inclusión en el tipo. b.-) Gerentes de sociedades anónimas: En
cuanto al gerente de la sociedad anónima, si bien el mismo participa activamente de
la administración del ente, se trata de un empleado jerárquico1079, por lo que el tipo
previsto en el art. 300 CP no lo alcanza1080. Solo podrán incurrir en el delito si
colaborasen con los autores, por vía de los principios de de participación
criminal1081. c.-) Auditor: La ley penal omite incluir en el tipo a la auditoría anual
que, según prevé el art. 283 LS, puede reemplazar a la sindicatura. Por lo tanto, de
allí que el auditor no pueda ser autor del delito previsto en el art. 300 CP1082, salvo
que este acumule otras funciones –como la de síndico-1083.

e.- Balance falso y administración fraudulenta


El delito de balance falso suele ser vinculado con el de administración
fraudulenta (art. 173 inc. 7º Código Penal) –o con sus rasgos esenciales1084-, por ser
aquel un vehículo del administrador para obtener un provecho ilegítimo,
produciéndose para parte de la doctrina un desplazamiento del tipo del art. 300 inc.
3º del Código Penal cuando el comportamiento acarrea un perjuicio patrimonial. Sin
embargo, no resulta claro que ello sea así. Si nos atenemos a los distintos bienes
jurídicos tutelados por estos dos tipos penales (la fe pública en un caso-véase IIa-, el
patrimonio en el otro), luce más acertada la concurrencia ideal de ambos delitos1085.

I.- Ruptura del régimen de solidaridad orgánica de la LS: Para el caso de


los directores, síndicos y liquidadores, la LS establece expresamente que su
responsabilidad hacia la sociedad, accionistas y terceros, por daños derivados del
mal desempeño de su cargo o de la violación de la ley, estatuto o reglamento, es
solidaria1086. La misma -solidaridad- se manifiesta en una responsabilidad personal e
individual de cada uno de los integrantes del órgano de administración respecto del
importe total del perjuicio ocasionado a la sociedad, cumpliendo una función de
garantía o de refuerzo de los derechos del acreedor, con el fin de facilitarle que
pueda reparar el perjuicio sufrido por una actuación que se presume conjunta de
todos. Dicha solidaridad se funda en la imposición legal a los sujetos, como

1079
Cfr. Zunino J., Régimen… cit., 20° ed., p. 247.
1080
Cfr. Rotman E., Los Fraudes al Comercio y a la Industria, Bs. As., 1974, pag.124.
1081
Cfr. Rotman E., “La responsabilidad penal del…” cit., p.120.
1082
Cfr. Rusenas R. O., Balances Falsos… cit., p.103
1083
Posición aceptada en doctrina. Véase Farina J., Tratado… cit., t II-B, p.423
1084
Cfr. Bacigalupo E., Cuestiones Penales de la Nueva Ordenación de las Sociedades y
Aspectos Legislativos del Derecho Penal Económico, Bs. As., 1974, p. 68.
1085
Cfr. Baigún D. y Bergel S., El Fraude en la Administración Societaria, Bs. As. 1991, p.
208. Lo contrario importaría asignar al comportamiento del art. 300 inc. 3º del Código Penal un tinte
patrimonial que la voluntad del legislador no ha querido.
1086
Arts. 59, 108, 274, 296 y 280 LS.

348
conjunto1087, de una serie de deberes comunes concentrados en el órgano que
integran, de donde se deriva que correspondería a sus miembros responsabilidad por
sus actos, considerada la conducta omisiva como tal1088 -sin perjuicio de la posterior
distinción de la propia acción dañosa no impedida1089-. De alli que –y siguiendo en
ello a Bonelli-, la solidaridad legal del integrante del órgano no puede ser
considerada como una responsabilidad objetiva y sin culpa derivada de hecho ajeno:
esta es siempre por por hecho propio (no exhorbitante del límite de las propias
atribuciones) y por culpa propia. La solidaridad existe –subsiste- sólo cuando el
sujeto culposo se encuentre en falta por la comisión de una acto ilegítimo, o por no
haber prevenido el mismo con una diligente vigilancia, por lo que sin culpa no hay
solidaridad1090 -no hay solidaridad en el nacimiento de la responsabilidad sino
presunción de culpa colectiva-.
Cabe tener presente que el mero incumplimiento por parte de fundadores,
directores, administradores, síndicos y liquidadores de sus deberes de publicar,
informar, certificar y autorizar, no importa la aplicación, per se, de la norma del art.
300 inc. 3º CP, ya que este no sanciona la conducta omisiva del integrante del
órgano por tratarse de un delito de comisión –no de comisión u omisión, como sí
prevén las normas comerciales-. Para la ley penal es necesario el conocimiento
positivo de que lo publicado, autorizado o informado es falso, incompleto o reticente
según el caso1091. Tal requisito viene a romper con la responsabilidad objetiva
solidaria propia del sistema orgánico societario, la que no resulta de aplicación en
materia penal.

1087
Se trata de un supuesto de culpa colectiva, en el que se presume la de todos los
integrantes del órgano, los que sólo se exculpan en aquellos casos previstos por la ley. Cfr. Lojendio
Osborne I., “Los administrdores…” cit., p. 297.
1088
Si bien una primera lectura de la LS pudiera llevarnos a considerar que sólo la acción
culposa genera responsabilidad, la omisión en el cumplimiento de los deberes también debe reputarse
como acción. En igual sentido, aunque en comentario al ordenamiento español, cfr. Magro Servet V.,
“La responsabilidad civil de los administradores de Sociedades. Especial referencia a la prescripción
de la acción para exigirles responsabilidad civil”, en Revista de Actualidad Civil n° 48, LXXVII, 27
de diciembre de 1999 al 2 de enero de 2000, Madrid, 2000, p. 1629.
1089
Para el caso concreto de los administradores, aunque la responsabilidad se atribuya
solidariamente a todos, cada uno podrá exculparse mediante el mecanismo previsto en el último
párrafo del art. 274 LS. De allí que a) no hay solidaridad en el nacimiento de la responsabilidad, sino
presunción de culpa colectiva; b) ni la solidaridad puede significar imposibilidad de individualización
de culpa, sino que la solidaridad se refiere al resarcimiento del daño por los administradores que sean
responsables –culpables por acción u omisión- de los perjuicios irrogados a la sociedad. Sobre el
particular, véase Polo E., “Los administradores y el consejo de administración de la sociedad
anónima” en Comentario al Régimen Legal de las Sociedades Mercantiles, t. VI, de Uría R.,
Menéndez A. y Olivencia M., Madrid, 1992, págs. 300 y 301.
1090
Cfr. Bonelli F., La Responsabilità degli… cit., ps. 111 a 115.
1091
Cfr. “Miguel F. Critto s/ art. 300 inc. 3º C. Penal”, en R.D.C.O., Depalma, año 13, 1980,
p. 587.

349
Capítulo VIII
Nulidades

SUMARIO:
30.- Régimen de nulidades en el ámbito societario. a.- El acto jurídico societario. b.-
El régimen general de las nulidades y la LS. I.- La especificidad en materia societaria.
II.- Irretroactividad de la nulidad societaria. A.- Nulidad vincular (art. 16 LS). B.-
Nulidad por atipicidad y anulabilidad por falta de requisitos esenciales tipificantes (art.
17 LS). C.- Estipulaciones nulas (art. 13 LS). II.- Irretroactividad de la nulidad
societaria. c.- El orden público y su relación con el derecho societario. I.- Rechazo o
inclusión del orden público en derecho societario. II.- La imperatividad en el derecho
comparado

30.- Régimen de nulidades en el ámbito societario

a.- El acto jurídico societario


Acto jurídico es todo acto humano, voluntario y lícito, que tenga una
finalidad inmediata específicamente jurídica, esto es, crear, modificar, transferir,
conservar o aniquilar derechos (art. 944 Código Civil)1092. Cuando es lícito, el acto
debe conformarse objetivamente a derecho, ya que no se concebiría que el
ordenamiento tutelara aquellos contrarios al mismo, de lo que se infiere que la
voluntad del sujeto debe subordinarse a la norma1093. No obstante, en oportunidades
el acto jurídico habrá de producir efectos, aunque éste sea defectuoso tanto respecto
de su propia licitud como de la voluntad del sujeto. El acto requiere de1094: i.-) un
sujeto capaz e idóneo, por cuanto la capacidad no es sólo un atributo de la persona
sino también un elemento del acto jurídico, el cual, para ser válido, tiene que ser
otorgado por quien pueda cambiar el estado de su derecho1095; ii.-) debe además
contar con un objeto, esto es, de cosas que esten en el comercio o hechos que no
sean imposibles, ilícitos, contrarios a las buenas costumbres o prohibidos por las
leyes, o que se opongan a la libertad de las acciones o de la conciencia, o que
perjudiquen los derechos de un tercero. Los actos jurídicos que no se adecúen a tales
requerimientos serán nulos, como si no tuviesen objeto alguno (art. 953 Código
Civil). iii.-) forma, o sea la exteriorización de la voluntad del sujeto respecto del
objeto en orden a la consecución del fin jurídico propuesto1096. Si bien el principio
1092
Corresponde aclarar que “la denominación de acto jurídico, que emplea el Cód. Civil
argentino y que también es utilizada en el derecho francés, se corresponde con el concepto de
‘negocio jurídico’ expuesto en la ley positiva y en la ciencia jurídica italiana y alemana, así como
también por la mayor parte de la doctrina española. En cambio, cuando en estos paises se emplea el
nombre de acto jurídico, tiene el sentido que entre nosotros se suele relacionar con el concepto de
simple acto voluntario lícito, que regula el art. 899” -Cifuentes S., en Belluscio A. y ots., Código
Civil y Leyes Complementarias –comentado, anotado y concordado-, t. 4, Bs. As., 1982, p. 262– y
que es aquel que no tiene por fin inmediato alguna adquisición, modificación o extinción de derechos.
1093
Cfr. Cifuentes S., Código Civil y… cit., t. 4, p. 264.
1094
Sin que la presente afirmación, meramente introductoria e instrumental al tema que nos
ocupa, importe opinión contraria respecto de otras clasificaciones que aluden a elementos esenciales
particulares, elementos naturales y elementos accidentales, ya sean abstractos o concretos.
1095
Cfr. Cifuentes S., Código Civil y… cit., t. 4, p. 282.
1096
Cfr. Llambías, J.J. Tratado… -parte general-, cit., 9ª,ed t. II, n° 1453, p. 325.

350
general es el de la libertad de formas (art. 974 Código Civil), en el ámbito de las
sociedades comerciales se requiere para su constitución y modificación formas
determinadas, lo que se funda en el afán del legislador de evitar la improvisación,
comprobar la seriedad del acto, precisar la declaración de voluntad y garantizar los
intereses de los terceros1097; y iv.-) contar con una causa fin subjetiva –aquello que
las partes se propusieron al contratar-1098. Este elemento, introducido al Código Civil
mediante la incorporación de los arts. 1131 a 1133 de su par francés, resulta ser
aquello jurídicamente relevante para determinar la voluntad del sujeto a fin de
celebrar el acto y en cuya licitud está la licitud del negocio jurídico1099.
El acuerdo social, producto de la voluntad de los socios expresada a través de
los procedimientos legales prescriptos, es tambien un acto jurídico. Que este sea
reglado dentro de un medio técnico -la sociedad comercial1100- no importa que no
sea, además, un acto humano, distinto del hecho natural en cuya producción es ajena
la acción del hombre. La voluntad de este –el socio- para la conformación del acto
jurídico societario imputable al ente adquiere características propias y habrá de
juzgarse según la particular estructura interna de la voluntad correspondiente a las
sociedades comerciales y a la libertad de expresión, discernimiento e intención de
los sujetos individuales que integran sus órganos. Además, el acto jurídico societario
así obtenido, se sujeta al régimen de nulidades propio de todo acto, con más el
propio de la LS y que resulta de aplicación preferente.

b.- Régimen general de las nulidades y la LS


Los actos jurídicos bilaterales tienen, con relación a terceros, efectos
relativos producto de su no intervención en su realización (res inter alios acta aliis
neque prodesse neque necere potest). La mayoría de los negocios comerciales
importan actos de esta especie. En los actos unilaterales, en cambio, el otorgante
prevé proyectar sus efectos respecto de los terceros hacia quienes aquellos se
dirijen1101. Algunos actos jurídicos societarios adquieren frente a terceros tal
carácter, por no tratarse de actos ordinarios del tráfico –bilaterales- en los que el ente
busca relacionarse de manera directa con aquellos, a través de sus representantes.
Pero en ambos casos, y en cuanto a la declaración de la voluntad, sus consecuencias
y su objeto fin-social, las leyes procuran dotar de estabilidad al acto mediante la
aplicación restrictiva de nulidades, principio que si ordinariamente se potencia en
materia mercantil, más aún sucede en el ámbito societario. Ello no quiere decir que

1097
Cfr. Perrota S., “Breves estudios sobre la sociedad comercial”, LL 139-875.
1098
Cfr. Borda G., Tratado, Parte General, cit., t. II, 12° ed., n° 842 p. 93.
1099
Cfr. Salvatierra L., “Nulidad del acto jurídico societario”, Revista Argentina de Derecho
Empresario de la Universidad Austral, n° 2, Bs. As., 2005, p. 251 quien cita en apoyo a, entre otros,
Busso, Llerena, lafaille, Mosset Iturraspe, Borda y Zannoni.
1100
Proviene de un acto plurilateral orgánico interno propio del ámbito societario. Cfr.
Manóvil Rafael, “Impugnación de las decisiones asamblearias violatorias de normas de órden público
y de normas imperativas: una imprescindible distinción”, V Congreso de Derecho Societario,
Córdoba, 1992, t. II, p. 305.
1101
Cfr. Borda G., Tratado… Parte General, cit., t. II, 12ª ed., n° 872, p. 120.

351
en aras de esa estabilidad se deba sacrificar la regla moral1102 (art. 953 Código
Civil), como bien da cuenta la LS al tratar, entre otras, la nulidad de las llamadas
cláusulas leoninas (art. 13 LS).
La nulidad societaria –al igual que cualquier otra- es la sanción legal que
priva de sus efectos normales a un acto jurídico –aunque eventualmente no de todos
sus efectos-, en virtud de una causa originaria, es decir, existente al momento de su
celebración1103. El Código Civil distingue los actos así afectados en dos categorías,
nulos y anulables, sin definir los mismos y recurriendo a su enumeración –no
taxativa- en los artículos 1041 a 1044 –actos nulos- y 1045 –actos anulables1104. A
los fines de este trabajo, diremos que son: i.-) actos jurídicos nulos aquellos en que
el vicio que los afecta es manifiesto1105. La nulidad de un acto es manifiesta cuando
la ley expresamente así lo declare (o bien la imponga como pena; art. 1038 Código
Civil) y opera de pleno derecho. En tales casos “el papel del juez es pasivo: se limita
a comprobar la existencia de una invalidez declarada de pleno derecho por la ley. Es
una nulidad precisa, rígida, insuceptible de estimación cuantitativa, taxativamente
determinada por la ley1106”. A su vez, estos serán nulos de forma absoluta o relativa,
según la nulidad hubiere sido consagrada en defensa del orden público1107, o el
interés particular de las partes, respectivamente, sin importar que el vicio fuera
manifiesto o oculto1108. De allí que la nulidad absoluta, que puede ser peticionada
por cualquiera –diremos en nuestro caso, accionista o no-, y que si fuere manifiesta
debe ser declarada de oficio por el Juez (art. 1047 Código Civil), resulta
inconfirmable –por tanto imprescriptible1109-, mientras que la nulidad relativa solo

1102
Cfr. Spota A.E.G., Tratado… cit., t. I, Vol. 1, ps. 48 y 60.
1103
Cfr. Borda G, Tratado… Parte General, cit., t. II, 12ª ed., p. 374.
1104
Son nulos los actos otorgados por incapaces de hecho (art. 1041) y de derecho (art. 1042
y 1043), o se presumiera fraude o simulación ilícita, estuviera pohibido su objeto, no observara la
forma legal sacramental prevista (art. 1044). Son anulables cuando la incapacidad del agente fuera
accidental o desconocida por la ley al tiempo de celebrarse el acto, o la ilicitud del objeto sólo
surgiera de una investigación, o cuando existiera una voluntad viciada por simulación, error,
violencia o fraude (art. 1045).
1105
Sin perjuicio de ser esta la manera mas generalizada en doctrina de distinguir el acto
nulo –del anulable-, y la que aquí seguimos, cabe destacar que existiendo también actos nulos con
vicios ocultos (piénsese en el padre que adquire bienes de su hijo menor por interpósita persona),
alguna calificada doctrina contemporánea se aparta de este criterio, concluyendo que el acto nulo es
aquel que acusa una falla rígida y legalmente determinada con respecto al sujeto –su capacidad-, la
causa, el objeto o la forma. Cfr. Cifuentes S., Código Civil y… cit. t. 4, p. 699.
1106
Cfr. Borda G, Tratado… Parte General, cit., t. II, 12ª ed., p. 380.
1107
Como criterio orientativo de la universal aridez reconocida al tema –y sin perjuicio de
que habremos de volver sobre el particular- calificada doctrina extranjera entiende que se dará la
violación del orden público cuando el acuerdo lesione derechos y libertades constitucionales del
socio, "y quizás también cuando lesione los principios configuradores del Derecho contable, o de la
sociedad anónima (por ej., si se acuerda la revalorización libre de activos, o la celebración de junta
universal -asamblea unánime- sin asistencia de todo el capital)". Vicent Chuliá F., Introducción…
cit., 13º ed., Valencia, 2000, p. 297.
1108
Cfr. Borda G, Tratado… Parte General, cit., t. II, 12ª ed., p. 385.
1109
“Las nulidades absolutas no son susceptibles de prescrpción, ya se hagan valer por vía de
acción, ya por vía de excepción: lo que es inmoral, lo que es contrario al orden social, lo que se

352
procede a pedido de parte legitimada y es, por el contrario, prescriptible1110. La ley
también diferencia si la nulidad es total o parcial, según afecte el todo o parte del
acto viciado (arg. art. 1039 C. Civil), en cuyo caso –nulidad parcial- este permanece
válido respecto de sus partes no afectadas. La asamblea, en principio, no constituye
un acto jurídico en particular, sino que se trata de una conjunción de ellos, por lo que
resulta posible escindir cuál o cuales de estos se encuentran viciados de nulidad1111.
De allí que, por ejemplo, la nulidad de un acto asambleario puede ser declarada
respecto de solo algunos de los puntos de su orden del día. Lo mismo sucede
respecto de las nulidades que afecten algunas de las cláusulas estatutarias, caso en
que, como veremos, la regla es su pervivencia y la nulidad del contrato la excepción.
ii.-) actos anulables: si, contrariamente a lo que refiriéramos al tratar los actos nulos,
el vicio permaneciera ab initio oculto, necesitándose prueba de su existencia, el acto
será sólo anulable y permanecerá válido hasta tanto sea judicialmente anulado1112.
No se trata de un nullus en sí, sino que el acto producirá sus efectos hasta la formal
declaración de invalidez, precedida de una labor de investigación o apreciación por
parte del juez (art. 1046 Código Civil) 1113. Por sí misma la ley es impotente para
aniquilar el acto, cuya anulación depende de circunstancias de hecho –flexibles,
variables y susceptibles de apreciación1114-.
Existe para parte de la doctrina una tercera categoría de actos denominados
inexistentes –suerte de no actos-, a los que no son aplicables las apuntadas reglas de
los actos nulos o anulables. Para esta corriente, la resolución inexistente no produce

reputa inexistente por falta de formas sustanciales, no puede subsanarse por el trascurso del tiempo”
CSJN, JA 60-367.
1110
Cabe tener también presente, conforme señala Nissen, que la clasificación entre actos
nulos y anulables reviste carácter formal, mientras que la que distingue entre nulos de nulidad
absoluta o nulos de nulidad relativa es de carácter sustancial. Así pueden darse tanto actos nulos o
anulables de nulidad absoluta como actos nulos y anulables de nulidad relativa. Nissen R.,
Impugnación Judicial de Actos y Decisiones Asamblearias, Bs. As., 1989, p. 6.
1111
Cfr. Farrés D., "La impugnación asamblearia en las cooperativas", LL 23/07/01.
1112
Por su parte, la ley de sosciedades anónimas española de 1989 (art. 115) define a los
acuerdos nulos como aquellos contratos a la ley, y anulables a aquellos que se opongan a los estatutos
o lesionen, en beneficio de uno o varios accionistas o de terceros, los intereses de la sociedad. Ahora
bien, aún pese a la claridad con que el criterio nulificante fué -en apariencia- resuelto, la doctrina
española no coincide en cuanto a los alcances del término ley, distinguiendo entre preceptos
dispositivos (podrían ser dejados de lado sin que se torne nulo el acuerdo) y preceptos imperativos (su
violación acarrea la nulidad insalvable). Dentro de la posición radical que no habilita a distinguir
grados dentro de las normas -en razón del silencio de la LSA-, puede verse a Jiménez de Parga R.,
"La impugnación de los acuerdos sociales en la ley reguladora de la sociedad anónima", en Estudios
de Derecho Mercantil en Homenaje al Profesor Manuel Broseta Pont, t. II, Valencia, 1995, p. 1805.
Por el contrario, parecería haber consenso en cuanto a que no corresponde efectuar distinción entre
cláusula estatutaria imperativa y dispositiva, cabiendo considerar a todas dentro de esta última
categoría, por tanto, anulables.
1113
Cfr. Colombres, G., Curso…cit. p. 170. Distinto es el criterio de distinción efectuado
por Williams, para quien el acto es nulo si la norma que establece la invalidez tutela un interés
general de la colectividad y es anulable si tutela a una persona o personas. Cfr. “La impugnación de
las decisiones asamblearias nulas y el artículo 251 de la ley 19.550”, LL 1983-C, p. 1047.
1114
Art. 1045 Código Civil; Cfr. Borda G, Tratado… Parte General, cit., t. II, 12ª ed., p.
380.

353
efectos jurídicos -en ningún caso podría producirlos-, por lo que debe distinguirsela
de la resolución nula, que si bien por regla no produce efectos en ciertas condiciones
sí podría hacerlo, y de la resolución anulable, que, en tanto irregularidad o
deficiencia imputable, no produce nulidad. De ello se derivaría que los actos
inexistentes i.-) no se confirman ni prescriben; ii.-) los actos nulos no se confirman
si son de nulidad absoluta y iii.-) los actos anulables tienen existencia jurídica
mientras no sean anulados por sentencia, pudiendo en consecuencia prescribir los
vicios que los afecten1115. En el ámbito del derecho societario, suelen citarse como
casos de actos inexistentes, entre otros: la no existencia del ente del cual la
resolución hipoteticamente emana; respecto de la asamblea, la falta efectiva de
reunión o de las formas esenciales para la convocatoria o la votación1116; o por
defectos en la redacción del acta1117, o por carecerse de acta1118. Todos estos
supuestos serían también de aplicación para los demás órganos colegiados.
Es obvio entonces que la aceptación o rechazo de la teoría de la inexistencia
del acto es de particular interés, habida cuenta de que, entre sus efectos,
encontramos que los derechos transmitidos –o aparentemente transmitidos- no tienen
valor (arg. art. 1051 C. Civ.) y que la acción que la declare resultaría imprescriptible.
Esta categoría refiere, entonces, a situaciones que sólo tienen la apariencia de actos
jurídicos, pero sobre los que, por no ser tales, no resulta posible hablar de
nulidad1119. Alguna doctrina extranjera –v.gr. portuguesa, su ley al igual que la
argentina no contempla la inexistencia-, entiende que supuestos tales como la
transcripción de una asamblea jamás convocada o celebrada importa un acto que
escapa del régimen de nulidades sociales1120. La doctrina mexicana suele referirse
con el término asambleas de papel a aquellas que realmente no se han celebrado, y
que sin embargo se vuelcan a libros; no obstante, se las considera válidas –producen
sus efectos- si ningún socio, administrador, comisario o tercero interesado reclamar
temporáneamente su nulidad1121. Por nuestra parte entendemos que el actual
ordenamiento societario, y en el ámbito particular de las decisiones de órganos
colegiados, las resoluciones asamblearias podrán ser nulas o anulables, según su

1115
Cfr. Verón A. V., Sociedades ..cit.., t. III, p. 904. También parecería aceptar esta
categoría, aunque difiriendo en cuanto a sus alcances, Fargosi H. –véase “Caducidad o prescripción
de la acción de nulidad de asamblea de sociedad por acciones”, LL 1975-A, p. 1064.
1116
Cfr. Verón A. V., Sociedades ..cit.., t. III, p. 904.
1117
Cfr. López Tilli A., Las Asambleas de Accionistas, Bs. As., 2001, p. 326
1118
Cfr. Halperín I. y Otaegui J.C., Sociedades Anónimas… cit., p. 705, crieterio éste que no
compartimos, como más adelante habremos de sostener-.
1119
Según Borda –quien se refiere y acepta con fines prácticos esta categoría- sólo puede
hablarse de actos inexistentes frente a algunos supuestos extremos: la falta de acuerdo de voluntades
o disentimiento entre las partes; la inexistencia del objeto del acuerdo; la falta de cumplimiento de las
formalidades legales del acto, sólo cuando este debe necesariamente integrarse con la actuación de un
oficial público –matrimonio celebrado en ausencia dl oficial-. Cfr. Tratado…, Parte General, 12ª ed.,
t. II, ps. 393 y 395.
1120
Cfr. De Oliveira A.J., Dereito Comercial …cit., Vol. IV, p. 395.
1121
Cfr. Barrera Graf J., Instituciones de Derecho Mercantil, México, 1989, p. 561.

354
caso, más no inexistentes1122. Tal conclusión no resulta intrascendente en cuanto a
sus consecuencias, a poco que se repare en que, a diferencia de la acción de nulidad
–cuando esta fuera relativa-, la declaración de inexistencia, no prescribe -ni precluye
en términos procesales- y la cosa juzgada no obsta su planteamiento1123.

I.- La especificidad en materia societaria: El contrato de sociedad, aparte de


los vínculos intrasocietarios que genera, da nacimiento a una persona de derecho que
fuerza a diferenciar el vínculo obligacional fundado en el contrato de los efectos de
la actividad organizada que da origen a la persona jurídica. Producto de tal
distinción es que los vicios que afectan el vínculo, incluso al punto de invalidar el
contrato, no impiden que se reconzca la actividad desarrollada pretendidamente en
nombre de la sociedad1124. Esta marcada diferencia respecto del régimen general de
nulidades del acto jurídico previsto en el Código Civil ha sido expresamente
expuesto por el legislador al tiempo de sancionar la LS. En materia de nulidades, “el
proyecto [se refiere la Exposición de Motivos] innova, al igual que el anteproyecto,
modernizando la legislación vigente. Es sabido que con excepción hecha de
dispositivos referidos a situaciones particulares, como los arts. 1652, 1659, 1660 y
1661 del Cód. Civil, ni este cuerpo legal ni el Código de Comercio contienen
disposiciones orgánicas en punto a la nulidad del contrato de sociedad. Ello se torna
más grave si se tiene en cuenta que la regulación de la nulidad y de los vicios de
consentimiento contenidos en el Código Civil son de difícil aplicación al contrato
constitutivo de las sociedades, ello como consecuencia de la naturaleza de contrato
plurilateral de organización que éste reviste, de las características peculiares de los
distintos tipos societarios, de las diversas causas de anulabilidad y de la distinta
posición en que en ellos se encuentran los socios, los acreedores sociales y los que lo
son sólo de aquéllos. Persuadida de esa idea la Comisión organizó un régimen de
nulidad que se conceptúa acorde con esas circunstancias, teniendo en vista las
soluciones dadas por la más moderna legislación comparada. En tal sentido, y
modificando el contenido del art. 6 del anteproyecto aunque manteniendo
sustancialmente su solución, se establece que la nulidad, anulabilidad o resolución
del contrato no se producirá cuando la nulidad o anulación afecte el vínculo de
alguno de los socios, salvo que la participación o la prestación, con arreglo a las
circunstancias, deba considerarse esencial. Es decir que si la sociedad es de sólo dos
socios caerá el contrato por carecer, de acuerdo con el art. 1º, de la exigencia del

1122
Cfr. Cám. Com., A, ED 87-504, fallo 32.885; “la ley de sociedades no contiene ningún
supuesto de acto inexistente”.
1123
Cfr. Borda G., Tratado…, Parte General, cit., 12ª ed., t. II, p. 397.
1124
Cfr. Alegría H., “El régimen de nulidad…”, cit., ps. 291 y 292; “...la invalidez del
vínculo que arrastra la invalidez o inoponibilidad del contrato, no perjudica el efecto de la actuación
común y la configuración de cierta personalidad en beneficio de los terceros de buena fe. Aparece así
como impropio, o por lo menos impreciso hablar de ‘nulidad de la sociedad’. Cuando más se podrá
hablar de nulidad (invalidez) del contrato; o de invalidez del vínculo de los socios, con afectación a la
inoponibilidad del contrato, y, por otro lado, de causal de disolución y liquidación de la actividad
desarrollada bajo el manto de la sociedad, para lo futuro”.

355
mínimo de dos socios (conf. Arts. 93 y 94, inc. 8º), y lo propio acontecerá cuando la
prestación sea fundamental para el logro del objeto social. Por el art. 17 se prevé un
régimen de subsanación de la nulidad que cubre la omisión de cualquier requisito
esencial no tipificante, que de suyo haga anulable el contrato. En este aspecto el
proyecto ha buscado asegurar la vigencia del principio de conservación de la
empresa, que resulta también del art. 100, en la convicción de que no importa
ventaja alguna el impedir la subsanación del vicio mientras no medie impugnación
judicial. La solución contraria pecaría de antieconómica, toda vez que no conjugaría
los distintos tipos de intereses que convergen en el fenómeno societario y que deben
ser tutelados coherentemente”1125.
El legislador tuvo en cuenta para la materia el régimen del Código Civil
italiano de 1942. Este fijaba un sistema propio del derecho societario, amén de
efectuar un reenvío a las normas generales según el tipo de violación de que se trate,
cuando el ordenamiento especial no bastase. Si la nulidad versaba sobre la ley o el
acto constitutivo, se aplicaba la especialidad societaria, mientras que si la nulidad se
derivaba de la ilicitud o imposibilidad del objeto, se sujetaba a las disposiciones del
derecho común (arts. 2377 a 2379 Código Civil)1126. No obstante la inspiración
apuntada, el legislador argentino no formuló un régimen de característica dual,
apartándose deliberadamente del derecho común, siendo en cambio su intención la
aplicación excluyente del derecho societario1127. Basta reparar para evidenciar la
apuntada diferencia en que el hoy derogado art. 2379 del Código Civil italiano
determina que deben ser consideradas nulas aquellas deliberaciones que tengan
objeto imposible o ilícito -el resto sólo es anulable-, mientras que la LS, por el
contrario, hace atacable de nulidad a toda decisión asamblearia contraria a la ley,
estatuto o reglamento –lo que incluye las decisiones nulas y anulables-. Ello
responde al propósito de no dejar supeditados los actos decididos por las asambleas
a la eventual contingencia de la promoción de acciones de nulidad absoluta, lo que
afectaría la continuación o subsistencia de la sociedad y la fijeza de sus negocios1128.

1125
Exposición de Motivivos, Ley 19.550, Capítulo I, Sección III.
1126
El brevísimo art. 2379 del Código Civil italiano fué suplantado, el 1 de enero de 2004,
por un extenso texto y dos secciones (art. 2379 bis y ter), que modifican y reglamentan en detalle el
régimen de nulidades societarias. Ello en nada empece lo aquí dicho respecto de la LS, por cuanto
esta toma como fuente el antiguo art. 2379 y las demás normas a las que remite. No habremos de
ocuparnos aquí del nuevo régimen italiano.
1127
Cfr. Bazán J., “Acerca de las nulidades asamblearias, del derecho societario y del orden
público”, trabajo inédito difundido en el marco de las VI Jornadas Nacionales de Institutos de
Derecho Comercial, 1998. Esta es tambien, aunque con algunas diferencias, la posición de Williams –
“La impugnación..”, cit., LL 1983-C, p. 1047- y de Fargosi –“Caducidad…”, cit., LL 1975-A, p.
1061-.
1128
Cfr. Williams J., “La impugnación…”., cit., LL 1983-C, p. 1046; quien incluso afirma
que debe advertirse “al respecto que el art. 2379 del Cód. Civil italiano, en forma expresa, remite a
las normas del derecho común en materia de nulidades (arts. 1421, 1422 y 1423) y sólo para
deliberaciones nulas por imposibilidad o ilicitud del objeto, mientras que el art. 251 no formula
distinción alguna y su texto justifica la interpretación efectuada en el sentido de que quedan sujetas al
plazo y procedimiento por él previstos, tanto las acciones por nulidad absoluta como por nulidad

356
La LS, por tanto, impone un orden especial, particularmente en cuanto a los efectos
de las nulidades, con aplicación supletoria del Código Civil. Juicio que se refuerza si
se tiene en cuanta que la LS sólo habla de nulidad, sin más detalles, operando la
remisión e integración al Código Civil dispuesta en los arts. 207 y 384 LS, y que la
nulidad de las deliberaciones y decisiones asamblearias del art. 251 LS obedece a un
régimen único que se aparta del establecido en un Código que regula la nulidad del
acto jurídico en general sin prever la del acto jurídico colegial1129. Sólo cuando la
decisión asamblearia vulnera el orden público se violenta la especificidad de la LS,
resultando entonces de aplicación el del Código Civil, lo que armoniza con el fin
buscado por el régimen societario -el fortalecimiento de la estabilidad y fuerza
vinculante de las decisiones asamblearias1130-.
A partir de tales pautas Salvatierra ha intentado sistematizar los principios
orientadores que rigen a la invalidez e ineficacia societaria –en terminología del
autor-, adaptando la teoría general de las nulidades del derecho civil al ámbito
comercial y a las especiales características de los actos jurídicos plurilaterales y
colegiados. Los mismos también atienden la certeza y velocidad del tráfico
comercial en protección de los terceros de buena fe y de la economía en general, y se
resumen en: i.-) interpretación restrictiva de las nulidades absolutas, en caso de duda
deberá entenderse a la nulidad como relativa y prescriptible; ii.-) interpretación
restrictiva de toda nulidad implícita; iii.-) un plazo de prescripción breve para las
nulidades relativas; iv.-) la aplicación de las consecuencias propias de los actos
colegiados y que se traduce en la especial legitimación requerida para plantear la
nulidad de actos colegiados orgánicos, la limitación de sus efectos –entre otros-; v.-)
aplicación de las consecuencias propias a los actos plurilaterales, tendientes a la
conservación del mismo: nulidad parcial (vincular), resolución parcial, posibilidad
de reconducción, etc.; vi.-) interpretación amplia de las formas de subsanación del
acto, en concordancia con la subsanabilidad de las nulidades -aún las absolutas-
hasta su declaración judicial (aplicación amplia del art. 1046 del Cód. Civil), y en
ciertos casos aún después; vii.-) la irretroactividad frente a terceros de buena fe de
los efectos de las nulidades -aún las absolutas-, sobre el contrato de sociedad; viii.-)
la inoponibilidad de los efectos de la nulidad de una decisión orgánica a los terceros
de buena fe (art. 2413 y 2778), la cual solo generará la posibilidad a los afectados de

relativa quedando excluidas de la disposición legal las disposiciones absolutas o relativas referentes a
supuestos distintos o que nada tengan que ver con las decisiones asamblearias.”
1129
Cfr. Halperín I., Sociedades Anónimas… cit., p. 639; Otaegui lo acepta, toda vez que
habla de la imprescriptibilidad de la ación de nulidad de la decisión asanblearia, cuando afecte el
orden público - Invalidez de actos…, cit., p. 144-.
1130
Cfr. Fargosi H. y Giraldi P., “Nuevamente sobre la nulidad de asambleas de sociedades
anónimas”, ED 174, p. 1003.

357
iniciar las acciones de daños y perjuicios que correspondan contra los responsables
del acto, por “todas las pérdidas e intereses” (art. 1057)1131.

JURISPRUDENCIA
Régimen de nulidad en materia societaria: La diferencia entre la sociedad y otros
contratos surge de advertir en el convenio que se celebra, los caracteres esenciales, del
contrato de sociedad. Ellos han sido enumerados en general, en la ls: 1, pero el rasgo
sobresaliente lo constituye la formación de un fondo autónomo de imputación jurídica
diferenciada, que adquiere la calidad de sujeto de derecho (LS: 2; CC 33 ver texto , último
apartado). Es necesario señalar que, si bien las partes, en el amplio campo de la autonomía de
la voluntad pueden convenir sociedad, no tiene en cambio facultades para considerarlas nulas
cuando lo crean conveniente (arg. CC. 1037). Si bien un convenio no será sociedad porque las
partes lo digan instrumentalmente, sino según se cumplan o no los requisitos del supuesto
normativo, si ellas pactan otra figura, pero la sociedad emerge, la misma tendrá plena
existencia como tal. Creada una sociedad, la nulidad sólo se produce por la existencia de
vicios de fondo en el contrato plurilateral que la estructura; la invalidez opera de una manera
propia, de acuerdo al derecho de categoría para el cual se ha establecido (LS 16 y ss.). Cám.
Com., A, marzo 27-1981, Lexis nº 11/4703.

II.-Irretroactividad de la nulidad societaria

El art. 16 LS fija efectos especiales ante la nulidad vincular, disponiendo la


no afectación del vínculo eventualmente devenido unipersonal, en respuesta a la
institucionalización de la personificación jurídica y recepción de un método o
sistema de empresa1132. Por su parte, el art. 17 LS autoriza la subsanación retroactiva
de nulidades relacionadas con requisitos esenciales no tipificantes, mientras que el
art. 195 LS dispone la cancelación de las suscripciones que unicamente hubieran
correspondido al accionista privado del derecho de suscripción preferente, etc;
restringiendo la invalidez y protegiendo la subsistencia del acto en cuanto fuera
convalidable1133. Así, y a diferencia del régimen de nulidades del Código Civil, el de
la LS –restringido pero prioritario- no prevé la producción del efecto típico de aquel:
la retroactividad de la nulidad. Sólo cuando la nulidad invocada afectare el órden
público podrá eludirse la normativa particular de la LS y la pauta general de
preservación de los actos (y del propio ente; art. 100 LS). Cuando se pretenda la
existencia de una nulidad absoluta, deberá entonces acreditarse que lo que esta en
juego es la organización social, la moral o las instituciones fundamentales del
Estado, esto es, intereses superiores a los meramente patrimoniales de la sociedad y
de sus socios1134.

1131
Por todo este párrafo, cfr. Salvatierra L., “Nulidad del…”, cit., , ps. 267 a 269. Por su
parte, Otaegui sistematiza el estudio de las nulidades societarias a partir de una doble distinción,
según afecten el contrato o estatuto (nulidades de constitución) o su funcionamiento (nulidades de
funcionamiento). Cfr. Otaegui J.C., Invalidez de actos…, cit., ps. 134 y 125.
1132
Cfr. Richard E., “Nulidad absoluta…” cit., p. 270.
1133
Ralló M. G., “Impugnación de asambleas en la S.A.”, LL 25/2/04.
1134
Cfr. Cám. Com., A, LL 1999-C, p. 423.

358
JURISPRUDENCIA
Nulidades societarias. Irretroactividad. De acuerdo con el régimen establecido por el
Cap. I, sección III de la ley 19550, la nulidad declarada no comporta la retracción de los
efectos cumplidos, sino que rige ex nunc, conforme al principio general prevaleciente en
materia societaria. Cám. Com., ED, 99-519.
Según el régimen de la ley 19550, la nulidad declarada no importa la retractación de
los efectos cumplidos, sino que rige ex nunc, de acuerdo al principio general prevaleciente en
materia societaria. En materia de nulidad de sociedades, la nulidad del vínculo no produce la
nulidad el contrato, lo cual implica que dicha calidad debe ser encausada a través de la
regulación prevista para la resolución parcial del contrato social, contemplada en el art. 92 de
la ley 19.550, a fin de materializar la exclusión del incapaz, sin que esa circunstancia
trascienda a la sociedad [...] la comprobación de la existencia del vicio provocada por la
participación de una sociedad anónima en sociedad accidental, no produce consecuencias
desde el punto de vista practico en la situación litigiosa, si se tiene presente que la nulidad no
determina la extinción del negocio con los efectos previstos en el derecho civil (arts. 1050,
1052 Código Civil), sino que opera como causal de disolución que sólo tendría operatividad a
partir del pronunciamiento judicial declarativo. Cám. Com., C, ED, 99-519.
La designación de nuevos directores como designación social, no habiéndose acreditado
decreto de suspensión de los efectos de la asamblea (art. 252 in fine ley 19.550), mantiene
virtualidad dado que la eventual nulidad que pudiera llegar a dictarse no modificaría el actual
status de los directores anteriores ya que en ningún caso podría tener efectos retroactivos por
tratarse de una nulidad societaria". Cám. Com., A, LL 1986-A, 457. – DJ 1986-1, 560.

A.- Nulidad vincular (art. 16 LS): El art. 16 LS se ocupa de las nulidades


relacionadas con el vínculo de alguno de los socios, estableciendo que su nulidad o
anulabilidad no produce “la nulidad, anulación o resolución” del contrato1135, salvo
cuando la participación o prestación del socio involucrado deba considrarse esencial.
La positivación de tal postulado importó un avance en la regulación legal, que
recogía así la opinión de la por entonces doctrina mayoritaria -en consonancia con el
carácter de plurilateral del contrato de sociedad- y fijaba pautas especificas y
limitativas de la nulidad genética por nulidad o anulación del vínculo de uno o mas
socios1136. El precepto importa la instauración de un régimen de nulidades propio,
apartado del ámbito de regulación del Código Civil1137, ya que lo contrario
acarrearía la abrogación del sistema especial del art. 251 LS por el texto general del
Código Civil, pasando por alto tres cuestiones indisponibles1138: a) el carácter del
derecho comercial, categoría histórica creda para regular la conducta de sujetos
especiales1139; b) la especificidad del régimen societario; y c) la falta de norma

1135
La técnica del art. 16 LS ha sido criticada por poco depurada y confusa, ya que en esta se
mezclan supuestos de invalidez con otros de ineficacia, y el vínculo de los socios con la participación
o prestación a su cargo Cfr. Salvatierra L., “Nulidad del…”, cit., p. 270, quien atribuye la imprecisión
terminológica al intento de comprimir en un sólo artículo el contenido de cuatro de fuente Italiana, y
al diferente significado que tienen en ambas legislaciones términos similares
1136
Cfr. Alegría H., “El régimen de nulidad…”, cit., p. 287.
1137
Cfr. Fargosi H. y Giraldi P., “Nuevamente sobre la nulidad…”, cit., ED 174, p. 996.
1138
Seguimos en ello a Fargosi H. y Giraldi P., “Nuevamente sobre la nulidad…”, cit., ED
174, p. 996.
1139
Tal posición, por cierto que mayoritaria entre la doctrina comercialista, rechaza la
concepción del derecho mercantil a partir del derecho civil.

359
expresa en el Código Civil que efectivamente consagre la imprescriptibiliad de las
nulidades absolutas1140. Además, el art. 16, en su parte final, dispone que para el
caso de las sociedades de dos socios, el vicio de la voluntad de uno de ellos hace
anulable el contrato. Si, en cambio, se tratara de sociedades de más de dos socios,
para que se de la anulabilidad el vicio deberá afectar la voluntad de aquellos a los
que pertenezca la mayoría del capital.

JURISPRUDENCIA

Nulidad vincular. Diferencias entre la LS y el Código Civil: En materia de nulidad


de negocios plurilaterales, la nulidad del vínculo no produce la nulidad del contrato, lo cual
significa que la nulidad debe ser encausada a través de la regulación prevista para la
resolución parcial en el art. 92 de la ley 19550, a fin de materializar la exclusión del incapaz,
sin que caiga la sociedad. Cám. Com., C, ED, 99-519.
En el supuesto de incapacidad de uno de los contrayentes de una sociedad accidental,
el vicio sólo afecta al vínculo pero no compromete ni conmueve la subsistencia del contrato,
pues como lo estatuye la LS (art. 16) que recoge los principios consagrados por la legislación
italiana (CC 1942), en materia de nulidades de negocios plurilaterales, la nulidad del vínculo
no produce la nulidad del contrato. Ello quiere decir que las consecuencias que genera la
nulidad del vínculo deben ser encauzadas a través de la regulación prevista para la resolución
parcial en la ls: 92, a fin de materializar la exclusión del incapaz, sin que caiga la sociedad.
Cám. Com., C, Lexis Nº 11/4700

B.- Nulidad por atipicidad y anulabilidad por falta de requisitos esenciales


tipificantes (art. 17 LS).
El art. 17 LS alude a dos supuestos de nulidad bien diferenciados: i.- ) por
una parte reputa nula la constitución de sociedades de tipos no autorizados, por lo
que la ausencia de tipo importa la nulidad absoluta e insubsanable del contrato
social, con la única excepción de las sociedades extranjeras de tipo desconocido (art.
119 LS). No obstante la literalidad del precepto, alguna doctrina considera que si la
sociedad afectada ha producido actos jurídicos, sus efectos serán iguales a los
producidos por una sociedad irregular, por lo que, por aplicación del art. 22 LS si
estas pueden regularizarse mediante la adopción de un tipo legal sin disolución y con
continuidad de la personalidad, nada impediría que las sociedades atípicas tambien
lo hagan1141.; ii.-) mientras que por otra parte el art. 17 LS dispone que la omisión de
cualquier requisito esencial no tipificante hace anulable el contrato, si bien tal
nulidad resulta subsanable hasta su impugnación judicial –esto último por aplicación
preferente del principio de conservación de la empresa y la concordante
interpretación de las normas civiles en la materia1142-. La no subsanación

1140
Para esta corriente sólo son imprescriptibles las acciones enumeradas en el art. 4019 del
Código Civil. Cfr. Aguiar Henoch, Hechos y Actos Jurídicos, t. III, Buenos Aires, 1950, p. 417.
1141
Cfr. Alegría H., “El régimen de nulidad…”, cit., p. 306. El autor, incluso, también
considera viables la transformación y la fusión de tales entes.
1142
Cfr. Roitman, H., Ley de Sociedades Comerciales. cit. - t. I, ps. 345, 351 y 352, para
quien la subsanación debe ser practicada por la sociedad, de manera expresa (art. 12 LS), y mediando

360
temporánea del vicio en cuestión importa la liquidación de la sociedad, con la
consecuente extensión de la responsabilidad -solidaria e ilimitada- a los socios por
las obligaciones sociales, salvo el caso de las sociedades anónimas en que resultan
aplicables las disposiciones de los arts. 182 y 183 LS.
Mayormente se entiende que los requisitos esenciales tipificantes son los que
caracterizan a cada tipo social, o se mezclan los requisitos propios de dos o mas
tipos1143, mientras que los no tipificantes son “comunes a todas las sociedades, no
son determinantes de la tipología y [su] ausencia no se encuentra suplida por alguna
disposición legal”1144. Se encuentran por lo general en el art. 11 LS –incs. 1 a 51145-,
y refieren –siempre según el caso particular y su gravedad- a defectos en las
calidades personales de los contratantes, a la denominación del ente y su domicilio, a
la determinación del objeto, a cuestiones relacionadas con el capital social, a la
forma en que se efectue la mención de cada aporte, a la determinación del plazo de
duración de la sociedad y a la organización de la administración, gobierno y
fiscalización del ente.

JURISPRUDENCIA
Simulación. Nulidad absoluta: Debe rechazarse la demanda por simulación del
contrato constitutivo de una SCA celebrado en 1968, si la sociedad no regularizó su situación
en los términos del art. 370 LS y, por tanto, a la fecha de inicio de la acción sólo cabía
considerarla como una sociedad irregular, porque no subsanado el vicio de que aquella entidad
adolecía (no individualización de los socios comanditarios), la sociedad era nula, de nulidad
absoluta (LS art. 17), operando ésta como causal de disolución (nota al art. 21 LS), sin
perjuicio de que los socios continuasen la actividad comercial y fuesen considerados como
integrantes de una sociedad irregular cuyo patrimonio era el de la sca. Por ello, la acción de
simulación de la sociedad carece de toda finalidad, habida cuenta que la entidad había dejado
de ser tal por expresa disposición de la ley. Cám. Com., B, Lexis Nº 11/5539.
Atipicidad. Nulidad: La validez de un negocio societario requiere el cumplimiento de
una serie de exigencias imperativas en cuanto a su contenido; pudiendo distinguirse entre los
requisitos establecidos para las sociedades en general, los que caracterizan a cada tipo
societario, y los referentes a la validez de los negocios jurídicos en general. Si se soslaya el
cumplimiento de los requisitos que corresponden al "tipo", la sociedad tendrá un vicio cuya
incidencia será diversa de la del derecho común, tornándose posible la subsanación de aquel,
no contando la distinción entre nulidad y anulabilidad a los fines societarios en lo relativo al
régimen del contrato. La violación de preceptos imperativos es causa de disolución,
produciéndose el efecto inverso al de constitución, pero sin retrotraer los efectos al tiempo de
la constitución de la sociedad. Ello en virtud de la modalidad característica del contrato
plurilateral de organización, de la protección de los terceros y la dinámica del sujeto colectivo.
La existencia de un vicio de fondo determina que el contrato no sea jurídicamente idóneo para
crear el sujeto de derecho pretendido, no nace una sociedad típica, sino irregular, porque sin

la unanimidad de los otorgantes por tratarse de la subsanación de un vicio y no de la modificación del


estatuto.
1143
Cfr. Halperín I. y Butty, E., Curso…4º ed, t..I, p. 373 n° 1. p. 421; Verón, A.V.,
Sociedades Comerciales…cit. , t. 1,, p. 122; Roitman, H., Ley de Sociedades Comerciales. cit. - t. I,
p. 344.
1144
Cfr. Roitman, H., Ley de Sociedades Comerciales. cit. - t. I, p. 351.
1145
Cfr. Romano A. A. en Código… cit, de Rouillón A., t. III, p. 43.

361
perjuicio de la nulidad que lleva en su seno, y que operara como causa de liquidación, un
sujeto de derecho aun precario comienza a actuar y así crea obligaciones, adquiere derechos y
es una realidad que subsistirá hasta que una de las partes reclame la liquidación. Cám. Com.,
A, Lexis nº 11/11190.
Requisitos. Nombre. Nulidad: El derecho a la defensa del nombre no puede ser
irrestricto, y debe ejercerse prudencialmente, pues lo contrario implicaría un ejercicio abusivo
del derecho. 2. La posibilidad de que el uso de la raíz "Tanus" pueda causar agravio atendible
o no depende, exclusivamente, de la posibilidad de producir confusión en los terceros que
deben contratar con las personas jurídicas en litigio. El régimen de publicidad que informa
nuestro sistema societario, impide que ello ocurra ya que el individualizar la sociedad
mediante sendos nombre, se informará, concretamente, sobre cada una de ellas. El presunto
perjuicio de confusión por parte de terceros que se dice querer evitar no es verosímil, pues al
adicionarse la voz "argentina" se establece una diferencia sustancial y formal visible hasta
para los menos avezados, y mucho más para aquellos que realicen contratos con cualquiera de
ambas sociedades, ya que para ello deberán recurrir a los respectivos contratos sociales,
enervándose cualquier posibilidad de confusión. Del voto del dr. Viale: el nombre comercial y
la designación procuran individualizar un establecimiento industrial o comercial en la
totalidad de sus elementos y su problemática es ajena a la normativa societaria (ley 22362: 28
ver texto ). Por el contrario, la denominación de la persona jurídica es inherente a la sociedad
y constituye una estipulación necesaria que debe expresar el instrumento constitutivo a los
fines identificatorios del ente, quien cuenta con derecho a obtener el cese de la denominación
social por otra sociedad homónima. Ello así pues la homonimia entre dos sociedades
comerciales afecta un requisito que hace a las formalidades del acto constitutivo, pues importa
vicio de confundibilidad que hace anulable el contrato (ls 17, 2° párr. Ver texto ). (en el caso,
el nombre social de la actora era "Tanus SA", en tanto que la denominación que originó el
pleito fue "Tanus Argentina SA"). Cám. Com., A, Lexis Nº 11/8210
Requisitos no tipificantes. Nulidad: Aun cuando una sociedad anónima, constituida
con posterioridad al dictado de la ley 24578 ver texto, haya quedado inscripta sin cumplir con
el requisito de nominatividad de sus acciones, se configura un supuesto de omisión de un
requisito esencial no tipificante (art. 17 ver texto ls.), referido al modo de negociación de los
títulos representativos del capital, que la inscripción registral no puede sanear (conf. Favier
Dubois, eduardo m. [h], en "El Registro Público de Comercio y las Inscripciones Societarias",
1998, ed. Ad-hoc, p. 140). Cám. Com., E, Lexis Nº 11/39966
Nuevas teorías han sido aceptadas o sólo por la doctrina, sino también incorporadas
paulatinamente a la legislación que nos rige, tal el de la empresa. Este concepto de empresa
implica una moderna concepción publicística que, por corresponder a los altos intereses
nacionales, debe tenerse muy presente. El comercio, contenido esencial de la empresa, más
allá de la finalidad objetiva e inmediata del lucro, cumple otras finalidades objetivas y
mediatas de extraordinario interés público y por ende nacional. Esto es en parte, el contenido
de las doctrinas referidas; y esta la conceptualidad que comienza a materializarse en la
legislación y que debe hacerse efectiva también en la jurisprudencia. Lo expuesto conjuga con
el ls: 100, que establece las normas de interpretación y dice que en caso de duda sobre la
existencia de una causal de disolución, se estará en favor de la subsistencia de la sociedad. La
importancia de este enunciado incorporado a la legislación, la encontramos claramente en la
exposición de motivos, sec. XII, ap. 11, donde se consigna que la ley vuelve a hacer aplicación
del principio de conservación de la empresa que inspira todo su articulado. El estado, por
ende, procura la conservación y continuidad de las empresas y este sentido es el que inspira
todo el contexto legal en vigor. Los ls: 96 ver texto y 94 ver texto -6°, 8° y 9°, son reiterativos
de este aspecto, como lo es también la ley 19551 ver texto . Del voto del dr. Gaibisso: en
coincidencia con el principio de conservación de la empresa, considerado no sólo para
proteger el interés general, sino también para mantener vigente el patrimonio que ha servido
de base a la actividad societaria, el art. 17 LS prevé un régimen de subsanación de la nulidad
que cubre la omisión de cualquier requisito no tipificante, que de suyo haga anulable el
contrato. Al respecto señala el mensaje de elevación del proyecto -sec. Iii, ap. 1-: "en este
aspecto se ha buscado asegurar la vigencia del principio de conservación de la empresa, que
resulta también del ls: 100, en la convicción de que no importa ventaja alguna el impedir la

362
subsanación del vicio mientras no media impugnación judicial. La solución contraria pecaría
de antieconómica, toda vez que no conjugaría los distintos tipos de intereses que convergen en
el fenómeno societario y que deben ser tutelados coherentemente". Los conceptos expuestos
dan suficiente fundamento para propiciar la subsanación de los defectos en que incurrió la
asamblea que decidiera la prórroga de la sociedad. (el defecto consistió en que la asamblea no
sesionó con el quorum necesario, de acuerdo al ls: 244; no obstante, se le concedió un plazo
para subsanar tal vicio, fundándose, entre otras razones, en la teoría de la conservación de la
empresa). Cám. Com., B, Lexis Nº 11/5052
Nulidad. Ausencia de requisitos sustanciales. Pluralidad de socios: (del dictamen
fiscal; 104.290) La ley de sociedades ver texto establece como requisito esencial para su
constitución, la pluralidad de socios (ley 19550 arts. 1 ver texto , 11 ver texto y concs. Y art.
1648 ver texto cciv.), que debe mantenerse durante toda la existencia del ente (art. 94 ver texto
inc. 8 ls.); tan es asi que si mediare vicio que afecte la voluntad de uno de los otorgantes del
contrato constitutivo de una sociedad de socios, este último resultaría anulable en virtud de lo
dispuesto por el art. 16 ver texto párr. 2° ls.; además, ese carácter esencial de la pluralidad es
confirmado por la propia exposición de motivos de la ley 19550, al referirse al art. 94 ver texto
inc. 8, y acompañado por importante doctrina (conf. Halperín, "sociedades anónimas", 1978,
depalma, p. 73); concepto de sociedad en el proyecto de ley de sociedades comerciales, DRCO
1969, p. 268; Zaldívar y otros, "cuadernos de derecho societario", vol. I, p. 72, ed. Abeledo
perrot, 1980; sasot betes y sasot, "sociedades anónimas, constitución, modificación y
extinción", ed. Ábaco, p. 94; Matta y Trejo, "en torno al control administrativo en la
constitución de sociedades anónimas", ll 1979-c-285 y ss.; Butty, "acerca del control estatal
sobre las sociedades comerciales", suplemento especial ll, abril de 2005, p. 173) y
jurisprudencia (conf. C. Nac. Com., sala c, "macoa s.a. y otras ", voto del dr. Anaya, dictamen
fiscal del dr. Di iorio, ll 1979-c-285). Cám. Com., E, exte. 72348/04 mayo 3-20005 “Fracchia
Raymond S.R.L.”.
Nulidad. Falta de regularización. Nulidad. Si una sociedad en comandita por acciones no
regularizó su situación en los términos de la ls: 370 vencido el plazo fijado en ella, sólo cabe
considerarla como una sociedad irregular porque no subsanado el vicio del que adolecía (no
individualización de los socios comanditarios) la sociedad será nula de nulidad absoluta,
operando ésta como causa de disolución, sin perjuicio de que los socios continúen la actividad
comercial como integrantes de una sociedad irregular cuyo capital será el de la sociedad en
comandita por acciones nula. Cám. Com., A, Lexis nº 11/11189
Sociedades irregulares y de hecho. Nulidad. Cláusulas válidas. Etapa: Si bien pueden
abrigarse fundadas dudas en cuanto a que la relación que vinculara a las partes constituyera un
verdadero contrato de sociedad, en atención a las alegaciones expuestas por la demandante en
su escrito inicial y los propios términos de la convención glosada a fs. 24/6, que colisionan
con el concepto legal plasmado en el art. 1 Ver Texto ley 19550, lo cierto es que la conclusión
a la que se arriba en el pronunciamiento de primera instancia ha sido consentida por ambos
litigantes. De tal manera, debe tenerse por inamovible que entre actora y demandada existió
una sociedad irregular, cuya disolución y liquidación fue dispuesta judicialmente, con arreglo
al procedimiento indicado en el punto tercero de la parte dispositiva del fallo (fs. 180 vta.). En
cuanto a la nulidad de las cláusulas del contrato, individualizadas en el escrito de
reconvención (fs. 74 vta./6), corresponde efectuar un distingo, ya que si bien muchas de las
estipulaciones podrían ser objetables desde el punto de vista del régimen de la nulidad
societaria, sólo cabe detenerse en el examen de aquellas convenciones que puedan tener
incidencia o relevancia en la faz liquidatoria ordenada y consentida. Por el contrario, debe
prescindirse del juzgamiento de aquellas cláusulas que, en nuestro concepto, carezcan de
efectos u operatividad, luego de disuelta la sociedad; máxime si se considera que el
impugnante no ha discernido en su memorial de agravios, cuál o cuáles de dichas
estipulaciones tendrán incidencia o servirán de base a la labor liquidatoria de los peritos
árbitros a designar. Desde el punto de vista que se ha dejado esbozado, sólo cabe hacer lugar a
la nulidad de las cláusulas séptima, décima y novena del contrato agregado a fs. 24/6. Las dos
primeras (7ª y 10ª) por cuanto hacen recaer los gastos de conservación y mantenimiento de
muebles e instalaciones, así como las erogaciones por servicios públicos (electricidad,
teléfono, gas), multas administrativas, seguros y gastos del personal exclusivamente en el

363
socio industrial. Del mismo modo, la cláusula 10ª debe ser reputada parcialmente nula por
poner a cargo exclusivo del socio industrial todos los impuestos referentes a la explotación del
negocio (ingresos brutos, IVA., ganancias, gravámenes municipales). Así debe ser entendido,
puesto que eliminar la incidencia de los gastos de explotación en los resultados para el socio
capitalista, excluyéndolo de las pérdidas, se encuentra reñido con la affectio societatis y la
regla áurea del contrato de sociedad que descansa en la participación de los beneficios y la
consiguiente contribución en las pérdidas de los socios en la proporción fijada en el contrato,
mas sin que pueda admitirse que cualquiera de ellos esté exento de soportar los quebrantos de
la actividad comercial (art. 13 inc. 1, LS.). Idéntico razonamiento cabe aplicar respecto de la
cláusula que asegura la retribución fija en moneda constante al socio capitalista, sin atender a
la existencia o no de utilidades, por cuanto esa convención elimina el riesgo que supone toda
sociedad y destruye la igualdad jurídica de los socios (arts. 1, 11 inc. 7, 13, inc. 3, LS.). En
consecuencia de los expresado, a los fines liquidatorios, deberá prescindirse de lo dispuesto
por las cláusulas séptima, décima y novena, por lo que, a falta de regla para distribuir las
utilidades y soportar las pérdidas, ellas se dividirán por partes iguales entre socio capitalista y
socio industrial (art. 144 LS; art. 1780 CCiv.), con la limitación en cuanto a las pérdidas que
establece el art. 141, LS., para el socio industrial, quien sólo responderá hasta la concurrencia
de las ganancias no percibidas. Cám. Com., C, RDCO 1989-562.

C.- estipulaciones nulas (art. 13 LS): El art. 13 LS enumera una serie de


estipulaciones a las que declara nulas1146, y que en doctrina son conocidas como
cláusulas leoninas. Estas tienen como antecedentes directos a los arts. 1652 a 1654
del Código Civil, si bien la ley se aparta de estos en razón del régimen de
especialidad societaria al que antes aludiéramos1147. Por su intermedio se procura
evitar que se vulnere el principio distributivo consagrado en el art. 1 LS y resguarda
la vocación del contrato social de observar siempre la igualdad entre los socios como
elemento esencial del contrato1148. Estas cláusulas son: i.-) que alguno o algunos de
los socios reciban todos los beneficios o se los excluya de ellos, o que sean liberados
de contribuir en las pérdidas (art. 13 inc. 1° LS). Se trata de un concepto absoluto de
sociedad leonina, similar a la del art. 1562 del Código Civil1149, que se extiende a
todo supuesto en que la participación en las utilidades o contribución en las pérdidas
sea irrisoria, resultando de ello un verdadero fraude a la ley1150. Frente a tal
supuesto, será de aplicación la resolución del art. 11 inc. 7 LS, debiendo los socios
distribuir utilidades y soportar las pérdidas en proporción asus aportes. Lo dicho no
importa la prohibición de cláusulas tendientes a restringir las pérdidas o a dar a unos

1146
Si bien para alguna doctrina la enumeración efectuada por el art. 13 resulta taxativa, por
considerar que las nulidades de carácter sancionatorio deben ser expresas (Stordeur E., Manual de…
cit., p. 78), lo cierto es que esta debe interpretarse con criterio amplio a fin de comprender en ella
otros supuestos de cláusulas leoninas (Farina J., Tratado… cit., p. 261).
1147
A diferencia de la ley civil en que la nulidad resulta insubsanable y afecta todo el
contrato, la referida en el art. 13 LS es sólo parcial (“son nulas las estipulaciones”) por lo que en los
casos en que la cláusula sea separable, su invalidez no habrá de afectar el contrato. Cfr. Roitman H.,
Ley de Sociedades… cit, t. I, p. 268.
1148
Cfr. Zaldivar E. y ots, Cuadernos… cit., Vol. I, n° 5.6.2., p. 100. Importan una limitación
a la autonomía de la voluntad en procura de evitar la desnaturalización del contrato y la pérdida de
equilibrio que debe primar en el mismo. Cfr. Stordeur E., Manual de… cit., p. 77.
1149
Si bien para el caso de la sociedad civil, la nulidad afecta todo el contrato.
1150
Cfr. Halperín I. y Butty E., Curso…cit. 4ª ed. t. I, n° 56, p. 316.

364
socios mayor proporción en las ganancias que a otros1151; ii.-) que al socio o socios
capitalistas se les restituyan los aportes con un premio designado o con sus frutos, o
con una cantidad adicional, haya o no ganancias, o que se asegure al socio su capital
o las ganancias eventuales (art. 13 incs. 2 y 3 LS). Esta previsión apunta al
mantenimiento de la intangibilidad del capital social, evitando que los socios se
garanticen la devolución íntegra de sus aportes cualquiera sea la suerte de los
negocios del ente; iii.-) que la totalidad de las ganancias y aún de las prestaciones de
la sociedad pertenezcan al socio o socios sobrevinientes (art. 13 inc. 4 LS),
prohibición que se orienta a la salvaguarda no ya de los derechos del socio, sino de
sus herederos, los que se verían privados de la transmisión que en su favor se
produce por el sólo deceso de aquel. La LS se aparta de la disposición del inc. 3 del
art. 1654 del Código Civil, que admite la licitud de este tipo de cláusulas en la
medida en que se fije en beneficio de los sucesores una cantidad que compense la
pérdida, inclinándose por disponer “explícitamente la nulidad del pacto para evitar
cualquier interpretación que ante el silencio legal pudiera, aún por vía indirecta,
validarlo”1152; iv.-) que permitan la determinación de un precio para la adquisición
de la parte de un socio por otro, que se aleje notablemente de su valor real al tiempo
de hacerla efectiva (art. 13 inc. 5 LS). La propia LS en su Exposición de Motivos
justifica la sanción a este tipo de cláusulas refiriendo que si “la Comisión ha
entendido que no obstante el nuevo texto del art. 1654 del Código Civil [antecedente
de la norma societaria] y la referencia que allí se efectúa al principio de la excesiva
onerosidad sobreviniente admitida por el nuevo art. 1198 del Código citado, la
cuestión en materia mercantil debía ser solucionada distintamente, en mérito a las
características de las sociedades comerciales y para asegurar la máxima protección
de la seguridad jurídica. En este sentido se han receptado los principios admitidos
por la jurisprudencia comercial, por lo que se ha reemplazado el concepto de jmusto
precio contenido en el inc. 5° del art. 13 del Anteproyecto por el valor real, en la
inteligencia de que este concepto vinculado al requisito de la diferencia notable al
tiempo de hacer efectivo el precio, permitirá la aplicación de criterios más estrictos y
objetivos”.

JURISPRUDENCIA

Artículo 13 LS. Alcances: El sustento de la acción en el art. 13 de la ley 19550 lleva


consigo no la promoción de una sentencia declarativa sino la de una sentencia de condena ya
que su última consecuencia sería la nulidad parcial del contrato social por transgresión al inc.
1° del artículo citado. Cám. Com., B, febrero 21-1979, “Romero, Sebastián c. El Cóndor,
S.A.”

1151
Cfr. Zaldivar E. y ots, Cuadernos… cit., Vol. I, n° 5.6.2., p. 100; Roitman H., Ley de
Sociedades… cit, t. I, p. 272.
1152
Exposición de Motivos de la ley 19.550, Capítulo I, Sección II, apartado 4.

365
El art. 13 de la ley 19550 dispone la nulidad de determinadas estipulaciones
contractuales, o sea la nulidad parcial del contrato, tratándose de una nulidad absoluta y, por lo
tanto, imprescindible, ya que se funda en razones de orden público y no en salvaguardia de un
mero interés particular. Se trata, además, de una disposición que rige para todos los tipos
societarios previstos por la ley 19550. Cám. Com., B, febrero 21-1979, “Romero, Sebastián c.
E. Cóndor, S.A.”.
Estipulaciones nulas: Toda vez que la percepción por uno de los socios de una suma
fija mensual, implica la exención de aquel de soportar las pérdidas (ls: 13-1°), siendo la
soportación de estas requisito esencial de todo contrato de sociedad mercantil, es que la
declaración de nulidad de dicha cláusula, contraria al espíritu societario, solicitada por el socio
afectado, es procedente, razón por la cual este conserva el interés en la declaración de nulidad.
Cám. Com., B, Lexis nº 11/16682.
La cláusula estatutaria por la que se prevé la caducidad de los derechos del accionista,
fundada en la omisión de concurrir a canjear sus acciones, constituye una suerte de
desapoderamiento, no sólo de su carácter de socio, sino también del valor patrimonial de su
parte. Ello importaría una excepción a los principios que emergen de la LS art. 13. Cám.
Com., E, Lexis nº 11/4696.
Nulidad. Emisión con prima: La LS (art. 202), en su segundo párrafo, reza: "se podrá
emitir con primas (...) Conservando la igualdad en cada emisión". Pues bien, la locución "se
podrá" no tiende, a denotar alternatividad o facultad para elegir libremente acudir al
mecanismo de emisión con primas o sin ellas; más bien tiende a subrayar la legitimidad de la
emisión con primas, asunto que fuera cuestionado en antiguas interpretaciones. Así, entonces,
de su empleo no se sigue necesariamente que no exista obligatoriedad: el carácter forzoso,
quizá no universal, puede venir impuesto en ciertos casos -como en la especie- porque la
ausencia de sobreprecio vulnere respecto de las acciones anteriores al aumento, la ecuación
conmutativa que es de la esencia de relaciones de naturaleza contractual como lo es la
societaria, al menos para esta clase de temas y aunque se trate de la anónima; se configuraría
una hipótesis leonina comprendida en el campo conceptual de la ls: 13, aunque en materia de
anónimas no se deba hablar de socios sino de acciones, lo cierto es que resulta incuestionable
la necesaria atribución de management empresario anterior al aumento de capital, a las
acciones a su vez anteriores, conducción productora del mayor valor patrimonial, que quedaría
injustamente diluido o aguado por el acceso a la portación de las nuevas acciones con su sola
integración nominal. La obligatoriedad, pues, aparece impuesta no por la letra de la ley, pero
si por la coherencia del sistema y por operatividad de principios primigenios del derecho
privado (CCiv: 953, 1139, y 1201). En síntesis, en la emisión con primas deberá acudirse
siempre que la realidad económica así lo imponga por existir diferencia entre patrimonio neto
y capital sociales. Cám. Com., B, Lexis Nº 11/28422.
Art. 13 LS. Nulidad parcial. La parte actora pretende con su demanda se dicte una
sentencia declarativa con sustento en la LS (art. 13). Por sentencia declarativa o de mera
declaración se entiende que son aquellas que tienen por objeto la pura declaración de la
existencia de un derecho y no van más allá de esa declaración. Es por ello que la sentencia
meramente declarativa no requiere un estado de hecho contrario al derecho, sino que basta un
estado de incertidumbre sobre el derecho, y por eso no obliga a nada, sino que se limita a
declarar o negar la existencia de una situación jurídica, vale decir que no es susceptible de
ejecución, porque la declaración judicial basta para satisfacer el interés del actor. Tratando de
interpretar la petición de los actores llego a la conclusión de que los mismos han pretendido la
declaración de nulidad de la forma de distribución de dividendos que resultaría de la
aplicación del sistema de comparencia. A ello llego conjugando las expresiones del escrito de
demanda con los términos de la expresión de agravios pero con la particularidad de que estos
últimos no pueden ser receptados atento lo dispuesto por el CPR 277. El sustento de la acción
en la LS (art. 13) lleva consigo no la promoción de una sentencia declaratoria sino la de una
sentencia de condena, ya que su última consecuencia sería la nulidad parcial del contrato
social por transgresión al art. 13 LS inc. 1°. Rectificando expresiones de la demandada debo
dejar sentado que esta norma legal dispone la nulidad de determinadas estipulaciones
contractuales o sea la nulidad parcial del estatuto, tratándose de una nulidad absoluta y por lo
tanto imprescindible ya que se funda en razones de orden público y no en salvaguardia de un

366
mero interés particular. Se trata, además, de una disposición que rige para todos los tipos de
sociedades previstos en la ley 19550 ver texto . En las condiciones expuestas precedentemente
cabe desestimar la procedencia de una sentencia declarativa con el alcance solicitado por la
actora en los términos de un escrito de demanda. Ello es así ante la ausencia de una acción de
nulidad respecto del contrato social y de sus eventuales modificaciones cuando no se han
traído a autos ni el estatuto social vigente al 30.10.70, ni el que se hubiera aprobado
adecuando sus disposiciones a la actual ley 19550 (art. 369 ver texto ). Cám. Com., B, Lexis
Nº 11/4704.
Art. 13 inc. 5 LS: Ante el reclamo efectuado por los herederos del socio fallecido, a
fin de que los socios sobrevivientes adquieran las cuotas del causante, a los efectos de
determinar el valor de la cuota, no puede estarse a lo convenido en el contrato social, pues si
bien allí se dispuso que los herederos deben vender las cuotas del causante al resto de los
socios y estos adquirirlas, debiendo determinarse el valor de ellas de común acuerdo entre los
socios en forma anual, en oportunidad de aprobar el balance de la sociedad y además establece
que el ejercicio social cierra el 31 de julio de cada año; en tanto el fallecimiento del socio
ocurrió un 21 de diciembre de 1999, cabe encuadrar la cuestión en lo previsto por el art. 13 ver
texto inc. 5 ley 19550, y determinar el valor de la cuota al 31 de diciembre del año del deceso,
pues según las explicaciones periciales, por el modo de registro de las operaciones, la fecha
más cercana al fallecimiento a la que es posible determinarlo es esta fecha, de manera de no
apartarse de su valor real al tiempo de hacerla efectiva, según lo dispuesto en la referida
norma. Ello asi pues, los actores no pudieron ejercer ningún derecho de socios atento la
cláusula que disponía la transferencia forzosa de las cuotas, de modo que -en el caso- y con
base en el art. 1198 ver texto Cciv., corresponde estar al valor del 31/12/1999. Cám. Com., E,
Lexis Nº 11/39397

c.- El orden público y su relación con el derecho societario


Según hemos dicho, mayoritariamente se sostiene la imprescriptibilidad de la
acción de nulidad contra todo acto jurídico violatorio del orden público, por tanto, de
toda decisión asamblearia contraria al mismo1153. No obstante, si bien esta fórmula
resulta válida, requiere en materia societaria para su correcta aplicación de varias
precisiones en cuanto a sus alcances.
En términos generales, se denomina orden público al conjunto de principios
eminentes –fundamentales- a los cuales se vincula –y en los cuales se cimienta- la
digna subsistencia de la organización social establecida1154, y su positivación dista
de ser pacífica1155, su supresión resulta imposible1156. El orden público societario,
1153
El carácter inmoral de los actos no se pierde por el mero transcurso del tiempo. “Si la
nulidad es absoluta, la acción de impugnación de la decisiones asamblearia es imprescriptible”. Cám.
Com., B, ED 91-492; “El plazo de caducidad que prevé el art. 251 de la LS no resulta aplicable en
caso de nulidad absoluta de la decisión asamblearia sujeta a los arts. 18 y 1047 del Cód. Civil.” Cám
Com., C, ED 142-244.
1154
Cfr. Llambías J.J., Tratado… Parte General… cit., t. I, ps. 158 y 163. Para este autor –
noción que compartimos- el término orden público resulta “fluido y relativamente impreciso” en
cuanto a su contenido concreto, por exigencia de su propia naturaleza. Tal aparente laxitud no debiera
invocarse en procura de amparo de situaciones ajenas al mismo, máxime en el ámbito societario,
donde el orden público dificilmente se vea involucrado.
1155
No obstante asociarse exclusivamente al derecho civil e internacional, el tema del orden
publico en el derecho argentino tuvo su origen en el Código de Comercio. “Cuando se sancionó para
el Estado argentino en 1862 el C. Com. dado para la Prov. de Bs. As. en 1859 y hasta la
promulgación en 1869 del C.C., la legislación privada que había comenzado a instaurarse de acuerdo
a los dictados del art. 67, inc. 11, Const. Nac., no tenía otro objeto de exámen en el problema que me
ocupa –orden público- que los preceptos de aquel. O sea que se hace necesario puntualizar dos cosas:
1º Que durante 7 años la teoria del órden público en el derecho privado obligacional y contractual

367
que aquí nos ocupa, no sería una especie de un género -orden público-, sino una
mera categoría doctrinaria de reducido ámbito de aplicación y contorno general
indefinido1157, tendiente a simplificar su estudio.

I.- Rechazo o inclusión del orden público en derecho societario: Si la


nulidad de un acto jurídico se origina en la violación de una norma de orden público,
aquella es absoluta, por tanto, imprescriptible1158. Contrariamente, no toda nulidad
absoluta importa per se la violación de reglas de orden público, principio este –el de
ligar nulidades absolutas con violaciones al orden público- propio del “derecho civil
en donde adquiere fuerza de verdad irrefutable, no obstante no existir ninguna norma
que así lo exprese1159”. A partir de la ya apuntada especificidad del derecho
societario, la naturaleza jurídica del contrato de sociedad y el especial régimen de de
nulidades consagrado en la LS, se ha llegado a afirmar la imposibilidad sin más de
que una decisión societaria lesione el orden público. Si el contrato social en
definitiva propende al logro del interés particular del suscriptor –del socio aunque a
través del ente-, una resolución social –tal la asamblearia- jamás será de orden
público, ni podrá atenar contra normas de tal carácter. De allí que calificada doctrina
sostenga la inexistencia de dichas normas en la ley de sociedades, inexistiencia que

argentino, no tuvo otro punto de partida que el código mercantil. 2º Que cuando se sancionó el C.C.,
sus normas no fueron primigénias, sino reformadoras” (Colombres G., “El orden público…” cit., JA
1964-II, ps. 23, 24 y 26). El art. 18 de aquel Código es, aunque Velez Sarsfield omitiera su mención
al tiempo de redactar el art. 21 del Código Civil, su fuente más directa. Así se ha apuntado que el
orden público, en tanto fórmula genral, importa para la dogmática jurídica una seria perturbación, un
mero recurso tendiente a resolver –o a no resolver- necesidades derivadas de la ausencia de esquemas
jurídicos sólidos, y que debe ser desterrada, como lo hace Colombres en el trabajo citado, y para
quien “cuando el fundamento técnico legal sonaba inalcanzable, y cuando era menester abrogar un
derecho que no se hacía conveniente defender, allí apraecía el vacuo concepto de ‘orden público’ para
restañar un interés que se antojaba inderogable. Y al acerto judicial seguía el apoyo doctrinario en mil
logradas explicaciones de lo que el propio sistema jurídico era impotente de fundamentar.” No
obstante, señala el autor, que ello no implica que el orden público adolezca de sustancia: ésta es
exclusiva del propio derecho positivo, por el cual existe. Lo que debe desterrarse es la fórmula orden
público.
1156
“Debemos rendirnos ante una evidencia, el orden público, al margen de los esfuerzos por
definirlo, retorcelo, enmarcarlo, limitarlo, negarlo o preverlo, existe.” Ruchelli H. F. y Ferrer H. C.,
El Orden Público… cit., p. 11.
1157
Así –siguiendo a Bakmas-, en el campo del derecho público societario podemos
distinguir un principio de derecho privado rector, la autonomía de la volunad y la libertad de
contratar: ambos de interés público y rango constitucional. Bastaría idetificar el otro objeto de interés
público cuyo desconocimiento afectaría el orden público, para, sopesando ambos términos de la
ecuación, determinar la razonabilidad del sacrificio del primero en aras del segundo. Cfr. Bakmas I.,
“Sociedades anónimas y orden público. La normativa constitucional. Las sociedades cerradas”, LL
2001-F, p. 1448.
1158
No obstante alguna doctrina ha sostenido la prescriptibilidad de las nulidades absolutas,
por aplicación del plazo decenal del art. 4023 del Código Civil, y a partir de las diferencias existentes
entre el art. 1047 y el art. 809 del Esbozo de Freitas, supuesta fuente de aquel -en defecto del Código
Napoleón, lo que haría inaplicables doctrina y jurisprudencia francesa-, y por no estar contemplada –
la invalidez absoluta- entre los supuestos del art. 4019 del Código Civil. Cfr. Garibotto J. C., Teoría
General… del Acio Jurídico, Buenos Aires, 1991, págs. 291 y 292.
1159
Bazán J., “Acerca de las nulidades…”., ob. cit.

368
encuentra su explicación en el interés particular que se persigue a través de un
instrumento de contenido estrictamente patrimonial- el contrato social-, sumado a la
especificidad de la materia societaria1160.
Por el contrario, la mayoría de la doctrina se inclina por reconocer la
existencia en el derecho societario de ciertas previsiones legales que hacen al orden
público1161, si bien con diferencias en cuanto a su las mismas y sus alcances.
Empero, lo que el ordenamiento societario en oportunidades contiene –y más allá de
dispersas disposiciones de orden público- son normas imperativas1162, inderogables
o indisponibles, destinadas a la protección de derechos e intereses individuales, cuya
violación no acarrea una nulidad absoluta. Leyes de orden público y normas
imperativas no deben ser confundidas1163, por no existir identidad conceptual entre
ambas, las que trasuntan una formalidad lógica diferente. “La imperatividad sólo se
predica de las leyes cuya observancia no pueden dejar de lado las convenciones de
los particulares, en tanto que el carácter de orden público alude a los momentos o
fundamentos por los cuales se comunica esa imperatividad a la ley. En otros
términos, cuando se habla de ‘orden público’ se mira en la causa que produce la
imperatividad irrefragable de ciertas leyes, mientras que cuando se contempla esa
imperatividad sólo se verifica el efecto que aquella causa ha provocado. De ahí que
cuando ambas calificaciones correspondan, de hecho, a las mismas sanciones

1160
Cfr. Bazán J., “Acerca de las nulidades…”, ob. Cit.,; Fargosi H., para quien “la ley, para
mi, no tiene absolutamente ninguna norma de orden público; es una ley que regula relaciones de
contenido patrimonial y no otra cosa que relaciones de contenido patrimonial. De este modo, lo que
podrá haber son normas imperativas o indisponibles, pero eso es una materia distinta del órden
público” –“Temas de derecho societario, ciclo mesas redondas”, edición del Colegio de Abogados de
Capital Federal, 1990, p. 18-. En igual sentido, Bakmas I., “Sociedades anónimas…” cit., LL 2001-F,
p. 1448. Para Colombres nada hay de orden público en la LS, por lo que “en derecho societario
adquiere primordial interés la fijación del alcance de la imperatividad, o sea la determinación de
cuales son las estipulaciones de la ley que pueden ser derogadas por convención. Ello se debe a la
naturaleza del contrato de organización que el acto constitutivo inviste. La compleja normación del
vínculo societario en el contrato o estatuto y sus efectos a terceros, da lugar a múltiples problemas
frente a textos legales, cuyo carácter imperativo o supletorio, será de gran utilidad práctica”. Cfr.
Colombres G., “El orden público…” cit., JA 1964-II, p. 28. La tipicidad es para el autor un caso,
igual que la facultad de revisión de libros por el socio.
1161
Cfr. Halperín I., Sociedades Anónimas… cit., p. 756; Otaegui J.C., Invalidez de
actos…, cit., ps. 395 y 421; Manóvil R., “Impugnación de resoluciones asamblearias violatorias de
normas de orden público y de normas imperativas: una imprescindible distinción”, V Congreso de
Derecho Societario, t. II, Córdoba, 1992, p. 305. Verón refiere como criterio distintivo que la nulidad
absoluta afecta a normas de orden público o a derechos inderogables de los accionistas, y que la
nulidad relativa se da cuando hay vicios formales en el funcionamiento, en la deliberación, o en el
interés particular o grupal de accionistas -Sociedades Comerciales…, cit., t. 3, p. 904, con apoyo en
Ferrara, Garo, Carnelutti y Brunetti-.
1162
Y que no deben ser confundidas con las normas imperativas contractuales a las que
refieren autores clásicos –tal el caso de Colombres- como aquellas que insertas en el contrato
constitutivo o incorporadas por una posterior reforma, no pueden ser suprimidas durante la duración
del ente por fijar una nota peculiar y constante del tipo. Cfr. Colombres, G., Curso…cit. p. 93.
1163
En contra, Borda G., Tratado de Derecho Civil…, t. I, 6° ed., n° 47, ps. 58 y 59- una
cuestión es de orden público cuando responde a un interés general y colectivo, por oposición a las
cuestiones de derecho privado, que sólo involucran intereses particulares. Así, toda ley imperativa
sería de orden público, conceptos por tanto sinónimos.

369
legales, no es posible por esa circunstancia admitir una identificación de dos
conceptos formalmente diferentes, de los cuales uno es efecto del otro1164”.
Desarticulada la inexistente sinonimia, el problema se centrará en determinar cuales
normas son de cumplimiento imperativo y cuales no1165.
Que la ley sea obligatoria no necesariamente implica que sea imperativa la
obligatoriedad importa el deber de acatamiento de sus estipulaciones, mientras que
la imperatividad significa que no puede ser dejado sin efecto el precepto por ella
contenido por ninguna estipulación contraria, legal o convencional, sino a costa de la
perdida de tal calidad a través de un proceso de sustitución1166. “La inderogabilidad
e indisponibilidad contractual de las normas imperativas impone la renuncia in
abtsracto a la protección delas mismas. Pero ante una resolución asamblearia que
fuera contratria a una norma imperativa, surge un derecho concreto de hacer valer
aquella protección. Este derecho es disponible por el sujeto protegido: esta en juego
unicamente su particular interés referido al caso concreto y podría renunciarlo o
transar sobre el. Por lo tanto para ejercerlo es legítimo y lógico que la Ley disponga
que tiene la carga de hacerlo conforme al régimen (art. 251 y ss) y antes de expirar
el plazo de caducidad que ella fija”1167.
Otra doctrina distingue el orden público del interés público, que hace a la
conveniencia de un país en un momento determinado, pero que no se identifica con
aquel. El interés público prevalece sobre el interés privado pero no sobre el orden
público. Para estos autores, el régimen de la sociedad es de interés público pero no
de orden público1168. Así los derechos de voto acumulativo y de receso son
indisponible y por ello indisputadamente de interés público, y son ajenos al orden
público y podrían suprimirse sin afectar a las garantías constitucionales o a la moral
o las buenas costumbres. En el mismo campo del interés público cabe ubicar a la
estabilidad de los acuerdos asamblearios de la sociedad anónima. El plazo del art.
251 protege al interés público y prevalece sobre el interés privado de la sociedad y
de los impugnantes, por ello es de caducidad. Empero, si bien la caducidad como
instituto destinado a salvaguardar el interés público prima sobre el interes privado,
no puede contrariar el orden público. El interés público fincante en la estabilidad de
los acuerdos asamblearios está supeditado a que dichos acuerdos respeten el órden
público, “por ello es que interpreto [Otaegui] que el plazo de caducidad del art. 251
de la LS solo es aplicable a resoluciones asamblearias nulas por lesionar un interés
privado o sea de nulidad relativa (art. 1048 Cód Civil) pero no a las resoluciones
asamblearias nulas por afectar el orden público (art. 1047 Código Civil)”1169. A

1164
Llambías J.J., Tratado…, Parte General, t. I, ps. 162 y 163.
1165
Cfr. Colombres G., “El orden público…” cit., JA 1964-II, p. 24.
1166
Cfr. Colombres G., “El orden público…” cit., JA 1964-II, p. 26.
1167
Manóvil R., “Impugnación…” cit., p. 305.
1168
Otaegui J.C. -“Caducidad y prescripción de la impugnación de acuerdos asamblearios a
la luz de dos fallos”, ED 148-262 e Invalidez de actos…, cit., p. 46-, quien se refiere en el trabajo
que citamos a la sociedad anónima exclusivamente.
1169
Cfr. Otaegui J.C., “Caducidad…”, ED 148-262; Invalidez de actos…, cit., p. 46.

370
partir del dictado del fallo “Abrecht c. Cacique Camping S.A. s. Sumario”1170,
alguna doctrina ha señalado la existencia de una nueva categoría de supuestos en que
aquellas normas, destinadas al conflicto en la formación intrasubjetiva de la
voluntad, no corresponde sean aplicadas al régimen de impugnación del art. 251 LS
por ser ajenas al mismo. En el caso de marras, ciertos accionistas encubrieron
mediante una maquinación el despojo al resto de los socios de sus tenencias bajo el
ropaje de un aumento de capital, formalmente válido, supuesto de acto jurídico
realizado con dolo y falsa causa -un acto jurídico societario sólo aparentemente
destinado reglar relaciones internas de la sociedad- usado para finalidades
extrasocietarias1171.
En cuanto a la existencia de normas de orden público en el régimen
societario, su determinación tampoco encierra una dificultad menor. Si bien la
tipicidad parecería ser una de ellas, alguna doctrina se inclina por ver en esta sólo
una regla destinada a mejorar la organización de los entes asociativos que la LS
pretende regular. Para tal corriente, la duplicidad referida en el art. 17 LS parecería
surgir de que, al mencionar el texto legal a la sociedad nula, en realidad se esta
aludiendo a una nulidad relativa, por tanto subsanable, por lo que en concordancia
con ello, cuando la ley quiso decir nula de nulidad absoluta, lo hizo expreamente
(arts. 18 y 20). Así interpretado, el alcance de la tipicidad vendría a integrar, aún
teniendo en cuenta su naturaleza de norma de orden, un esquema con
preponderancia marcada de la idea de validez y mantenimiento del sujeto sociead
comercial1172. En cuanto a las nulidades dispuestas en el art. 13 LS, estas parecen
también involucrar el orden público por exceder su finalidad la mera protección de
intereses particulares1173, si bien será distinto el planteo cuando nos refiramos a la
nulidad de normas estatutarias que cuando lo hagamos respecto de resoluciones de
asamblea violatorias de aquellos principios.

II.- La imperatividad en el derecho comparado


El art. 360.2 de la ley francesa de sociedades de 1966 determina la nulidad de
toda decisión orgánica que contraríe una norma imperativa. Pero tal imperatividad,
al igual que en nuestro derecho, no ha tenido una pacífica lectura. “Respecto de esta
cuestión, el concepto de norma imperativa del derecho de sociedades anónimas en el
ámbito de aplicación del artículo 360.2 ha sido objeto de distintas interpretaciones.
Así [se ha] considerado que se trata de toda norma que no admite disposición o

1170
Cám. Com., D, ED 168-544.
1171
Manóvil Rafael Mariano, “El uso desviado de los mecanismos societarios como supuesto
excluido de la caducidad del art. 251 de la LS en un fllo que marca un hito”, ED 168-545. Continúa el
autor –extremo con el que concordamos y al que aludiéramos en otra parte de esta obra, que “esta
nueva categoría no abarca tampoco supuestos de violación del orden público ... ni determina que las
nulidades consiguientes sean absolutas. Son casos de nulidades relativas, susceptibles de
confirmación y prescripción, y comprendidas por el art. 1045 del cód. civil. Por ello es acertado la
doctrina del fallo cuando a este supuesto le aplica la prescripción bianual del art. 4030 del cód. civil”.
1172
Cfr. Etcheverry R. A., “Sociedades comerciales: replanteo…”, cit., p. 732.
1173
Cfr. Roitman H., Ley de Sociedades… cit, t. I, p. 269.

371
actuación de hecho en contrario, completando el concepto con aquellas normas
cuyas disposiciones son calificadas como de orden público. [Otros] consideran que
en el Derecho de sociedades el concepto de norma imperativaen el sentido del art.
360.2, incluiría no sólo aquella de orden público o cuya disposición en contrario es
prohibida, sino tambien aquellos casos en los que aun cuando no exista norma que
prevea una sanción expresa, la irregularidad cometida vulnera intereses dignos de
protección jurídica. En este caso, la imperatividad de la ley se derivará de los
intereses que la misma pretende proteger. [también hay sostenedores] a favor de
deducir la imperatividad de la norma a partir de los intereses que pretende
protegidos, [quienes conectan] la nulidad radical con la infracción de la
normaimperativa considerando que la nulidad absoluta se deriva de la violación de
norma dictada en protección de intereses públicos, frente a la nulidad relativa como
sanción aplicable a los casos de infracción de normas dictadas en protección de los
intereses de una persona o grupo de personas”1174
La cuestión también ha sido abordada por la ley peruana –LGS, la más
moderna de américa al tiempo de redactar este trabajo- y la que en su art. 150 trata la
acción de nulidad de para invalidar los acuerdos de la junta contrarios a normas
imperativas, o que incurran en causales de nulidad previstas en la LGS o en el
Código Civil. Por su parte, para el art. VIII del Proyecto de Título Preliminar de
Código Civil define la norma imperativa como “aquella disposición legislativa que
establece un mandato que debe ser necesriamente cumplido por quienes caen en su
supuesto, sin que puedan expresar válidamente voluntad distinta o en contrario”.

1174
Alcalá Díaz M. A., La Impugnación de Acuerdos del Consejo de Administración de
Sociedades Anónimas”, Madrid, 1998, p. 51, nota 27, con apoyo en Bézard P., La Societé anonyme,
Paris, 1986, págs. 326 y ss., Mercadal, M.B., Janin M.P., Societés Commerciales, 20° ed., Paris,
1990, ps. 1108 y ss., Merle P. Societés Commerciales, en Droit Commercial, 1988, p. 453 y Gourlay
P.G. Le Conseil de administrtion de la societé anonyme, p. 225.

372
Capítulo IX
Prórroga, reconducción y Reactivación
Sociedades en formación, irregulares y de hecho

SUMARIO:
32.- Prórroga, Reconducción y Reactivación. a.- Introducción. b.- Prórroga y
reconducción. Antecedentes legales. I.- En el Código de Comercio. II.- En la LS. c.-
Prórroga. I.- decisión adoptada con quorums y mayorías requeridas. A.- En las
sociedades por partes de interés. B.- En las sociedades de responsabilidad limitada. C.-
En las sociedades por acciones.II.- Plazo e inscripción. III.- Receso en caso de
prórroga. d.- Reconducción. I.- Responsabilidad. e. Reactivación. I.- Reactivación y
causales del art. 94 LS. 33.- La sociedad en formación. a.- Antecedentes. I.- Durante la
vigencia del Código de Comercio. II.- A partir de la sanción de la LS. III.- A partir de
la sanción de la ley 22.903. IV.- La sociedad en formación en la actualidad. b.-
Personalidad de la sociedad en formación. c.- Actos cumplidos durante el régimen
fundacional. 34.- La sociedad irregular y la sociedad de hecho. a.- Introducción. I.-
Antecedentes. A.- Código de Comercio. B.- Ley 19.550 –LS-. b.- Sociedad irregular y
sociedad de hecho, su distinción. c.- Personalidad y tipicidad. d.- Denominación. e.-
Prueba de la existencia del ente. f.- Responsabilidades generales de los socios. g.-
Representación. I.- Relación del ente con terceros. h.- Regularización. i.- Disolución y
liquidación. j.- Concubinato y sociedad de hecho.

32.- Prórroga, Reconducción y Reactivación

a.- Introducción
Entre los requisitos que la ley impone a los suscriptores del contrato de
sociedad se encuentra el de fijarle al ente un plazo de duración determinado (art. 11,
inc. 5 LS). Tal previsión procura principalmente una mejor tutela de los intereses
convergentes de los socios, con más los de terceras partes que toman así nota cierta
de hasta que fecha la sociedad habrá de conservar su plenitud jurídica1175. En
concordancia con ello es que, vencido el término, la sociedad se disuelve de pleno
derecho (art. 94 inc. 2° LS).
Procurando mitigar tal fatal efecto la LS –como ya lo hacía el Código de
Comercio- contempla el instituto de la prórroga, cuya finalidad es la de extender el
plazo de duración de la sociedad sin alteración de su personalidad por un período
adicional al originalmente acordado por los socios, siempre y cuando estos adopten
tal decisión y procuren su registro antes del vencimiento. Pero habiendo resultado
esta solución insuficiente para atender los numerosos casos de sociedades que
involuntariamente omitían tal recaudo, la LS incorporó con posterioridad el instituto
de la reconducción, medio técnico por el cual una sociedad disuelta por vencimiento
del plazo para operar recupera su plenitud jurídica. Emparentada con este último
instituto, aunque sin consagración legal, la reactivación vino a sumarse por vía
analógica para atender la preservación de la empresa en marcha frente a supuestos
que no se circunscriban a cuestiones relacionadas con el plazo de duración del ente.
En cierta forma, y sin perjuicio de las similitudes y diferencias apuntadas, tanto la
1175
Cfr. Zaldivar E. y ots, Cuadernos… cit., vol. IV, p. 304; Nissen R., Ley de
Sociedades…cit., t. II, p. 213.

373
prórroga como la reconducción y la reactivación se orientan todas a la preservación
de la empresa.

b.- Prórroga y reconducción. Antecedentes legales

I.- En el Código de Comercio: El Código de Comercio se ocupaba en su art.


424 –que reproducía el art. 331 del Código español de 1829- de la prórroga de
sociedades, disponiendo que estas “no se entienden prorrogadas por la voluntad
presunta de los socios, después de que hubiere cumplido el término estipulado en el
contrato. Si quisieren continuar en sociedad, la renovarán por un nuevo contrato,
sujeto a todas las formalidades prescriptas para el establecimiento de las
sociedades”. Requería así la ley del consentimiento expreso y unánime de los socios,
salvo en el caso de las sociedades anónimas en que se solicitaba –de no prever lo
contrario el estatuto- la “presencia de socios que representen las tres cuartas partes
del capital, y el voto favorable de socios presentes que representen la mitad del
capital, por lo menos” (art. 354). Las mayorías legales impuestas hallaban su razón
de ser en que se consideraba a la prórroga como una grave modificación de los
estatutos1176, la que, mal utilizada, podía transformarse en una herramienta para
mantener en una prolongada expectativa a los acreedores de los socios, cuyos
derechos se vinculan, si bien de manera indirecta, con la disolución de la sociedad
así impedida1177. No preveía el Código de Comercio, en cambio, la reconducción de
la sociedad, por lo que, después de vencido el plazo previsto en el contrato era
necesaria la liquidación del ente y la formación de una nueva sociedad1178.

II.- En la LS: En concordancia con su antecedente inmediato, la LS en su


redacción originaria –año 1972- disponía que, vencido el plazo de duración del
contrato, la prórroga de la sociedad requería el “acuerdo unánime de los socios,
salvo pacto en contrario y lo dispuesto para las sociedades por acciones y las
sociedades de responsabilidad limitada con veinte o más socios. La prórroga debe
resolverse y la inscripción solicitarse antes del vencimiento del plazo de duración de
la sociedad” (art. 95 LS). Se entendía que el acuerdo, aunque la ley nada decía, debía
ser expreso, ya que de admitirse la prórroga tácita la sociedad sería de plazo
indeterminado1179. Si la decisión de los socios de prorrogar el contrato se adoptaba
después de vencido el plazo original –la prórroga no podía convenirse con efecto
retroactivo-, o aún antes pero omitiendo comunicar tal extremo al Registro Público,
la sociedad se convertía en irregular1180. Al igual que el Código de Comercio, la LS

1176
Cfr. Malagarriga C.C., Código de Comercio Comentado, t. II, p. 241.
1177
Cfr. Siburu, J. B., Comentario del Código… cit., t. V, p. 299.
1178
Cfr. Castillo R., Curso de… cit., 3° ed., t. III, p. 346.
1179
Cfr. Zaldivar E. y ots, Cuadernos… cit., Vol. IV, p. 309.
1180
Cfr. Arecha M. y García Cuerva H., Sociedades Comerciales –análisis y comentario de
la ley 19.550 y complementarias-, 2° ed., Bs. As., 1983, p. 165; Halperín I. y Butty E., Curso…cit. 4ª
ed. t. I, p. 325 –no así Butty–.

374
ignoraba la posibilidad de reconducción del ente, sin perjuicio de calificadas
disidencia como la de Cámara, que admitía la procedencia de la reactivación -
revitalización- de la sociedad en pos de su preservación (“que el ente colectivo
mantiene su personalidad ideal en el período de liquidación … pues no desaparece
con la disolución sino que se prepara a morir … por ende no se trata de dar vida a un
cadáver sino de dejar sin efecto la sentencia de un condenado a muerte”)1181.
Lentamente la jurisprudencia fue apartándose del criterio legal general, en
procura de dar solución a una situación que, si bien se ajustaba a derecho, resultaba
injusta por desproporcionada ya que condenaba al ente activo y productivo a su
liquidación por la sola omisión de comunicar en tiempo y forma a los Registros. En
tal sentido, y como antecedente directo de la posterior inclusión de la reactivación en la
LS, puede verse el fallo La Distribuidora Musical S.R.L.1182 dictado por el juez de
Registro –e integrante de la posterior Comisión Reformadora- Enrique Manuel Butty,
quien autorizó la reconducción de una sociedad de plazo vencido, no obstante la por
entonces inexistencia de norma en tal sentido. A partir de la adopción del principio de
identidad por la LS y por el cual la sociedad mantiene su personalidad plena –aunque
con algunas restricciones respecto de su objeto- aún después de producida la causal de
disolución, se resolvió que “no constituye óbice para denegar la solicitud de una
reactivación la posibilidad de que se hubiera comenzado la liquidación, con
repercusión sobre la efectividad del capital social, por cuanto la hipotética inscripción
de un acuerdo de reactivación no importaría juzgar sobre la responsabilidad que, en
caso de tal comienzo, tocaría a los socios en los términos del art. 106 de la ley 19.550
de lo que se sigue la inexistencia de gravámenes a terceros; ni el derecho a la cuota de
liquidación que nacería para los socios por el hecho de la disolución. Parece obvio que
la eventual ‘revitalización’ de la sociedad no podría ser admitida sino como tal, esto es,
importando la identidad del ente reactivado. Resultaría conveniente entonces por
motivos incluso de certeza, en una registración dirigida a terceros, no recurrir al
eufemismo de juzgarlo como importando constitución lisa y llana: ello implicaría, por
de pronto, ignorar el estado de liquidación de la sociedad anterior, sujeto distinto de sus
miembros, cuyo derecho al nombre se vería incluso vulnerado por la adopción de su
designación por el ‘nuevo’ ente.”

1181
Cfr. Cámara H., Disolución y Liquidación de Sociedades Mercantiles, Bs. As., 1957, ps.
335 y 336. Además, a favor, Zaldivar E. y ots, Cuadernos… cit., Vol. IV, p. 317; Ramos Mejía E.,
“Una reforma necesaria a la ley de sociedades”, LL 1979-A, p. 839. En contra, Sirvén Manuel, “La
reactivación social: un concepto antisocietario y antijurídico”, ED 71-591; Roimiser M., “La
reactivación de sociedades con plazo de duración vencido: un instituto sin cabida en nuestro régimen
societario”, R.D.C.O. 1977, año 10, p. 277.
1182
Juz. de Reg. Com., ED 88-818. El fallo se trató de toda una novedad en la materia,
apartándose del criterio general hasta entonces seguido por la jurisprudencia y gran parte de la
doctrina –sin perjuicio de antecedentes aislados, que pueden cotejarse en la profusa reseña efectuada
por Giuntoli M. en “Breves consideraciones sobre la reconducción de sociedades comerciales”, en
ED 100-943-. Cfr. Arecha M., en nota al mismo –“Consideraciones sobre la reactivación de
sociedades con plazo de duración vencido”-. Sobre otros antecedentes registrales, y por todos, ver la
reseña efectuada por Zaldivar E. y ots, Cuadernos… cit., Vol. IV, ps. 326 a 333.

375
Finalmente la ley 22.903 introdujo una modificación al art. 95 LS para
incorporar el instituto de la reconducción societaria –de la que se a su vez
desprendería la no reglada reactivación- a fin de solucionar el problema de las
sociedades que omitían peticionar la inscripción de la prórroga de sus contratos
antes del vencimiento de su plazo. “Los generalizados reclamos recibidos, como así
la tendencia que se advierte en los últimos eventos académicos, fallos judiciales y
decisiones administrativas, han decidido a la Comisión a incorporar esta figura,
procurando una composición cautelosa. En tal sentido la reconducción es referida a
la sola hipótesis de la expiración del plazo originario o sus renovaciones, lo que no
implica tomar partido sobre su admisibilidad en otros supuestos y por ser tal
hipótesis la más acuciante1183”.

JURISPRUDENCIA

Prórroga –antes de la sanción de la ley 22.903-: Sostener que la sociedad de plazo de


duración vencido no se encuentra disuelta, deja sin sustento lo reglado expresamente por el art.
95 de la ley 19550 para la prórroga de la sociedad, cuyo intento de continuación debe
peticionarse antes de vencimiento del plazo de duración, careciendo de validez el convenio
con posterioridad. Esto es así porque a partir del término fijado, las expectativas de los
terceros y la responsabilidad de los administradores resultan diferentes y de esta manera se
amparan otros intereses como el de los acreedores particulares de los socios, ya que si éstos no
tuvieron cuidado de prorrogarles a tiempo, la consecuencia puede conocerse con precisión y
sin posibilidad de discusiones. Cám. Civ. Com., I, La Plata, ED, 103-703.
No resulta admisible que, no obstante ser el problema de la reactivación o renovación
arduamente discutido en doctrina y jurisprudencia, los juristas que proyectaron la ley 19550
hayan guardado silencio sobre el tema. Es lícito suponer que al fijar las condiciones de la
prórroga consideraron eliminada toda posibilidad de que la vida de la sociedad se extendiera
mas allá del plazo fijado si aquellas no eran respetadas. Com. de Reg. ED, 72-233.

c.- Prórroga
La prórroga es la decisión adoptada por el órgano de gobierno, de acuerdo a
los quorums y mayorías legales, que tiene por objeto extender el plazo de duración
de la sociedad y por el cual el accionista obligó su capital1184, sin que por ello se
opere alteración alguna en la personalidad del ente por el período adicional
acordado1185. Para ello es necesario que la resolución se adopte y su correspondiente
inscripción se solicite antes del vencimiento del término que se pretende
extender1186. Esta posibilidad, que propicia la ratificación de principios dirigidos a

1183
Exposición de Motivos Ley 22.903, Capítulo I, Sección XII, ap. 2. Concluían también
los legisladores que “la diciplina legal de la reactivación se complementa, por lo demás, con la
modificación del primer párrafo del art. 62 (y que impone a las sociedades hacer constar en sus
balances la fecha en que se cumple el plazo de duración), procurando circunscribir de la menara más
eficaz posible las inadvertencias sobre el vencimiento de los plazos fijados para la duración de la
sociedad”.
1184
Cfr. Siburu, J. B., Comentario del Código… cit., t. V, p. 175.
1185
Cfr. Zaldivar E. y ots, Cuadernos… cit., Vol. IV, p. 303.
1186
Cfr. Zunino J., Disolución y Liquidación, t. 2, Bs. As., 1987, p. 302 n° 390; en el
momento y la forma en que la solicitud se efectúe se centra la diferencia entre prórroga y
reconducción.

376
afirmar la seguridad jurídica, surge del art. 95 LS y que atiende i.-) los intereses
convergentes de los socios1187, de la sociedad y de terceros; ii.-) y en concordancia
con el art. 100 LS, el principio de la preservación o conservación de la empresa1188,
que tiende a proteger su marcha, tutelando intereses de carácter general que
trascienden los particulares del ente que los canaliza y moviliza. iii.-) Sin perjuicio
de ello, la solución no desatiende los intereses de terceros, en cuyo favor se prevén
recaudos tales como la debida publicidad del acto, la exigencia de que la prórroga se
resuelva e inscriba antes de vencer el plazo de duración del ente o la imposibilidad
de prorrogar si no se satisface previamente al acreedor embargante de una parte de
interés1189. Incluso de ha entendido que los acreedores del socio pueden impugnar la
prórroga cuando la misma encubra un fraude de sus derechos1190. Para ello deben
cumplirse los requisitos del art. 962 del código Civil y que “el voto –o sea el acto-
del deudor haya sido decisivo para llevar adelante la prórroga, pues en caso
contrario la revocación de dicho acto, según lo prevé el art. 961 del mismo Código,
no impediría la prórroga y sería un ejercicio estéril que no podría afectar el derecho
de los restantes socios de ejercer sus atribuciones en materia de prórroga de la
sociedad”1191.

I.- decisión adoptada con quorums y mayorías requeridas: Como requisito


previo para prorrogar el plazo de duración del contrato social, la LS exige que los
socios adopten tal decisión en reunión o asamblea debidamente convocada y
celebrada, con los quorums y mayorías a tales fines dispuestos. Tal manifestación de
voluntad debe ser expresa y formal, ajustada a las solemnidades legales –ad
validitatem- bajo pena de nulidad1192.
A.-) En las sociedades por partes de interés, la prórroga requiere el acuerdo
unánime de los socios (art. 95 párr. 1° LS). Tal previsión legal puede ser dejada de
lado si existiera una disposición estatutaria menos gravosa que así lo permitiera. El
art. 57 LS prevé una limitación al respecto, impidiendo la prórroga de la sociedad
para el caso de existir embargantes de las partes de interés de los socios, hasta tanto
sean desinteresados. El fundamento de esta norma estriba en la protección del interés
de terceros, parte integrante de los intereses convergentes en la empresa a los que

1187
Juzgado de 1ra. Instancia en lo Comercial de Registro, octubre 15-1976, ED 72-233 y
Exposición de Motivos Ley 19.550, Capítulo I, Sección II, apartado 3.
1188
Verón A. V., Sociedades ..cit.., t. II, p. 270; Zunino J., Régimen de… cit., 20° ed., p. 154
y Disolución… cit., t. II, p. 303 n° 391; Molina Sandoval C., Régimen Societario –parte general-, t.
I, Bs. As., 2004, p. 329.
1189
Cfr. Zunino J., Disolución… cit., t. 2, ps. 303 y 304, n° 391.
1190
Cfr. Halperín I. y Butty E., Curso…cit. 4ª ed. t. I, p. 325.
1191
Cabanellas de las Cuevas G., Derecho Societario… cit., t. 2, p. 700.
1192
Cfr. Cámara H., Derecho Societario… cit., p. 536. “Así, por ejemplo, una comunicación
que todos los socios dirigieran al público, anunciando ostensiblemente su unánime decisión de
prorrogar la sociedad, o la correspondencia que con ese mismo fin enviaran a su clientela, o cualquier
otro procedimiento semejante de expresar la intención que los anima, no serían suficientes, en
concepto de la ley. Ninguno de esos procedimientos ni otros análogos es adecuado para prolongar, de
modo regular, la vida de la sociedad”; id. págs. 536 y 537.

377
antes aludiéramos. Existiendo embargo, la autoridad registral no inscribirá la
prórroga y cabrá considerar a la sociedad disuelta desde el vencimiento de su plazo
de duración aunque aquella haya sido solicitada en término, salvo que el socio
afectado o la sociedad obtengan el levantamiento de la medida, o bien que a
solicitud del acreedor o de la sociedad el juez disponga la liquidación del haber
social del deudor1193. El impedimento señalado también es aplicable para los casos
de reconducción.
B.-) En las sociedades de responsabilidad limitada se aplican los quorums y
mayorías previstas en el art. 160, atento la remisión efectuada en la última parte del
art. 95 párr. 1° LS. Usualmente es el contrato social el que establece las reglas
aplicables a las resoluciones que tengan por objeto su modificación, tal el caso de la
prórroga, debiendo la mayoría –sin computar al socio involucrado- representar como
mínimo mas de la mitad del capital social. En defecto de regulación contractual, la
LS impone como requisito obtener la conformidad de las tres cuartas partes del
capital social. Si un solo socio representare el voto mayoritario, se necesitará
además, el voto del otro. Además, los socios que votaron en contra de la prórroga
tienen derecho de receso (art. 245 LS).
C.-) En las sociedades por acciones se aplican los quorums y mayorías
previstas en el art. 244 parte final LS, atento la remisión efectuada en la última parte
del art. 95 párr. 1° LS. Se requiere entonces obtener tales conformidades en
asamblea extraordinaria, con, en primera convocatoria, la presencia de accionistas
que representen el sesenta por ciento de las acciones con derecho a voto -si el
estatuto no exige quórum mayor- y en segunda convocatoria de accionistas que
representen el treinta por ciento de las acciones con derecho a voto -salvo que el
estatuto fije quórum mayor o menor-, debiendo en ambos casos adoptarse las
resoluciones por mayoría de acciones con derecho a voto, sin aplicarse la pluralidad
de voto salvo que se tratara de una sociedad que hiciera oferta pública de sus
acciones. Además, los socios que votaron en contra de la prórroga tienen derecho de
receso (art. 245 LS).

II.- Plazo e inscripción: La prórroga deberá resolverse y la inscripción


solicitarse antes del vencimiento del plazo de duración de la sociedad. (art. 95 párr.
1° LS). Basta con que la inscripción sea peticionada ante el organismo pertinente,
sin importar que esta efectivamente se produzca con posterioridad al vencimiento
del plazo. La LS adopta así un criterio pragmático, sin perjuicio de que es la
registración la que hace que el acto surta efectos respecto de terceros, reconociendo
las dificultades prácticas que pudieran suscitarse en el trámite de inscripción –y de
publicación previa-, evitando a la sociedad las contingencias propias del iter y de las
que se pudiera derivar, de no ser así, riesgo en la continuidad del ente1194.

1193
Cfr. Zunino J., Disolución… cit., t. II, p. 311 n° 395.
1194
Cfr. Zaldivar E. y ots, Cuadernos… cit., vol. IV, ps. 310 y 311; Cfr. Zunino J.,
Disolución…cit., t. II, p. 308 n° 393, “la tramitación administrativa posterior no atañe a la caducidad

378
Es entonces la petición de registración -precedida de la decisión de prorrogar
adoptada por los socios antes del vencimiento del plazo de duración de la sociedad-
lo que produce la prolongación de la vida normal del ente1195, sin solución de
continuidad. La omisión decisoria o registral en que los socios pudieran incurrir, no
tornan a la sociedad irregular, como mayormente se sostenía antes de la sanción de
la ley 22.9031196. La LS se enrola –según antes refiriéramos- con mayor énfasis a
partir de su reforma del año 1983 en la denominada teoría de la identidad del ente
antes y después de la disolución: la personalidad de la sociedad en liquidación se
mantiene, conservando esta la casi totalidad de sus atributos hasta que la cancelación
de la inscripción, incluso su capacidad procesal activa y pasiva1197. Sólo se opera
con la causal de disolución el pasaje automático y sin solución de continuidad al
estado de liquidación, y que no trata sobre la personalidad. Así, “la desorbitación del
iter liquidatorio sólo producirá, en el peor de los casos, problemas de inoponibilidad
de tal obrar a la sociedad cuando fuera notoriamente extraño a dicho iter” en los
términos del art. 58 LS o de responsabilidad de los liquidadores o socios: “no hay
irregularidad sobreviniente a la constitución definitiva”1198. La actividad del ente
ulterior a su plazo de duración sólo genera responsabilidad solidaria de los
administradores para con terceros y socios (art. 99 LS), sin degradación de su
primitiva tipología1199.

JURISPRUDENCIA

Prórroga. Inscripción: El art. 95 de la ley 19550 establece que la prórroga de la


sociedad no sólo debe resolverse antes del vencimiento del plazo de duración de ella,
sin que también la inscripción debe solicitarse antes de ese vencimiento aunque puede
decretarse tiempo después, cumplidos los requisitos formales o fiscales necesarios
(Cám. Civ. Com, I, Sala I, ED 57-307.
Resulta improcedente, conforme lo establecido por el art. 95 de la ley 19550, el pedido
de inscripción de una prórroga, cuando al momento de elevarse a escritura pública la

del derecho de prórroga”, solución “impuesta por las particulares condiciones de la tramitación
burocrática administrativa en nuestro medio”.
1195
Cfr. Butty Enrique –su fallo-, Juz. de Reg., ED 88-818, y más allá de que este podría
sufrir una reducción del capital, si algunos de los socios habilitados a tal fin ejercieran el derecho de
receder (arts. 160 y 245 LS).
1196
Cfr. Malagarriga C.C., Código de Comercio Comentado, t.II, p. 241; Arecha M. y García
Cuerva H., Sociedades Comerciales –análisis y comentario de la ley 19.550 y complementarias-, 2°
ed., Bs. As., p. 165; Halperín I. y Butty E., Curso…cit. 4ª ed. t. I, p. 325 –no así Butty-; Castillo R.,
Curso de… cit., 3° ed., t. III, p. 346; Fernández R. L, Código de Comercio… cit., 2° ed., t. I vol. 2, p.
699; o una mera comunidad según Siburu, J. B., Comentario del Código… cit., t.V, p. 299.
1197
Cfr. Romano A. A. en Código… cit, de Rouillón A., t. III, p. 247; Roitman H., Ley de
Sociedades… cit, t. I, p. 450.
1198
Halperín I. y Butty E., Curso…cit. 4ª ed. t. I, p. 325 –no así Butty-, con apoyo en cita de
Cám. Com., A, ED 164-990; Cámara H., Derecho Societario.. cit., p. 533; Arecha M.,
“Consideraciones sobre la reactivación de sociedades con plazo de duración vencido”, ED 88-818;
Favier Dubois E., Derecho Societario… cit., p. 359. En contra, véase Nissen R., Ley de
Sociedades…cit., t. II, ps. 240 a 245.
1199
Cfr. Cámara H., Derecho Societario… cit., p. 533.

379
decisión de la asamblea extraordinaria de prórroga del contrato, éste se encontraba
vencido. Com. de Reg., ED, 72-232.

En cuanto a la prórroga automática del contrato y que este pudiera prever, la


doctrina se inclina por aceptar su validez en el caso de las sociedades por parte de
interés y por cuotas, siempre y cuando1200 i.-) se encuentren limitadas en su número,
de modo tal de que el plazo determinado requerido por la LS (art. 11 inc. 5°) no se
torne ilusorio; ii.-) se inscriba la prórroga en el Registro Público de Comercio antes
de vencido el plazo. La falta de resolución social convencional a favor de la prórroga
del ente se suple con la cláusula contractual en tal sentido, seguida por la
manifestación del órgano de administración de servirse de esta1201. A este requisito
debe sumarse la ausencia de oposiciones en la forma y números estipulados. iii.-) se
satisfaga a los acreedores de los socios de sociedades de personas (art. 57 LS). La
viabilidad de la prórroga automática no resulta clara para el caso de las sociedades
por acciones, cuyo capital se encuentra mayormente previsto para circular1202, sin
perjuicio de que alguna doctrina ha sostenido lo contrario para aquellas no
comprendidas en el art. 299 LS (cerradas o de familia), a partir del denominado
criterio dimensional de la empresa, que las hace más asimilable a entes intuitu
personae, pese a su manifestación accionaria externa1203.
En cambio, no es aceptable la prórroga tácita a partir de la sola continuidad
de la operatoria comercial, sin ningún aditamento, por cuanto con posterioridad al
vencimiento del plazo de duración de la sociedad los administradores sólo pueden
atender asuntos urgentes y adoptar las medidas tendientes al inicio de la liquidación
(art. 99 LS).

JURISPRUDENCIA

Prórroga tácita: La ley 19550 de sociedad comerciales no admite la prórroga tácita, y


fija concretamente las condiciones en que ella debe solicitarse, amparando de esta
manera otros intereses, como el de los acreedores particulares de los socios, pues si
estos no han tenido cuidado de prorrogarla a tiempo, esto es, antes del vencimiento, la
disolución de derecho aparece como una consecuencia que se puede precisamente
conocer y valorar sin posibilidad de discusiones. Es, en el fondo, una declaración de
disolución hecha por los socios, que se realiza aunque la declaración haya sido hecha y
publicada en una declaración anterior a aquella en que fue fijada y publicada la
duración de la sociedad. Cóm. de Reg., ED, 72-233.

1200
Cfr. Zaldivar E. y ots, Cuadernos… cit., Vol. IV, ps. 312 y 313; Romano A. A. en
Código… cit, de Rouillón A., t. III, p. 234; Roitman H., Ley de Sociedades… cit, t. II, p. 455; Zunino
J., Disolución… cit., t. II, p. 312 n° 397.
1201
Zaldivar E. y ots, Cuadernos… cit., Vol. IV, p. 312; Zunino J., Disolución… cit., t. II, p.
313 n° 397.
1202
La ley de sociedades comerciales uruguaya -16.060- sí contiene previsión respecto de los
casos de prórroga automática, la que debe comunicarse al Registro para su incorporación al legajo
antes del vencimiento del plazo (art. 161).
1203
Zunino J., Disolución… cit., t. II, p. 317 n° 397.

380
III.- Receso en caso de prórroga: La LS prevé que, para el caso de las sociedades de
responsabilidad limitada y sociedades por acciones, los socios que votaron en contra
de la prórroga tienen derecho de receso (arts. 160 y 245 LS). La LS contempla así,
dentro de los intereses convergentes en el instituto, el interés individual de los socios
que no quieran seguir ligados al ente por sobre los plazos originariamente
acordados1204. No obstante el silencio de la norma respecto de las sociedades
personalistas, y a partir del cambio que implica para los derechos y obligaciones del
socio tanto la prórroga como la reconducción, alguna doctrina ha sostenido la
viabilidad del receso aún en estas, siempre y cuando la decisión –por previsión
contractual- no requiera de la unanimidad1205.

d.- Reconducción
La sola producción de una causal de disolución no extingue la vida del ente,
el que subsiste como sujeto de derecho hasta una vez efectuada la partición
definitiva y cancelada su inscripción en el Registro Público de Comercio (art. 112
LS). Conserva durante su liquidación la personalidad, rigiéndose por las normas
correspondientes a su tipo en cuanto fueran compatibles (art. 101), si bien operando
una restricción de su objeto orientada a la finalización y cancelación de relaciones
jurídicas pendientes. Esto no importa una disminución en la capacidad de la
sociedad, sino restricción indirecta a partir de la legitimación propia del órgano de
liquidación1206, lo que potencialmente habilita al ente durante todo el iter liquidativo
a intentar tanto su reconducción como su reactivación1207.
La reconducción es el acto por el cual una sociedad disuelta y no liquidada
recupera su plenitud jurídica1208, retornando a la actividad empresaria –a cuya
finalidad se orienta- después del vencimiento de su plazo de duración. Se diferencia
de la prórroga en que en esta la continuidad del ente se da sin interrupción
alguna1209. La reconducción tiene, entonces, efectos que le son propios1210, y que se
1204
Cfr. Zunino J., Disolución… cit., t. II, p. 304 n° 391; Dasso A.A., El Derecho de
Separación o Receso del Accionista, 2° ed., Bs. As., 1985, n° XXXII, p. 147.
1205
Cfr. Romano A. A. en Código… cit, de Rouillón A., t. III, p. 235; Cfr. Zunino J.,
Disolución… cit., t. II, p. 310 n° 394; Roitman H., Ley de Sociedades… cit, t. II, p. 457.
1206
Cfr. Colombres, G., Curso…cit. p. 201. Con anterioridad a la sanción de la LS la
doctrina entendía que se daba un cambio en el objeto, ya que el ente dejaba de perseguir la
realización de negocios lucrativos para concentrarse en liquidar los pendientes, del mismo modo que
se ocupaba de liquidar sus activos para atender sus pasivos. Cfr. Garo F., Sociedades… cit., t. I vol.
II, ps. 204 y 208, n° 429.
1207
Esta sola variación de la actividad social, que de productiva se transforma en
liquidatoria, no supone un aniquilamiento del objeto social que fulmine la posibilidad de reactivar.
Cfr. Verón A. V., Sociedades ..cit.., t. actualización, p. 194.
1208
Zaldivar E. y ots, Cuadernos… cit., vol. IV, p. 305. Estos autores utilizan el término
reactivación, mientras que otros prefieren reconstitución, reconstrucción, renovación o revocación de
la disolución. Nosotros utilizaremos en este Capítulo el de reconducción por ser el adoptado por la
LS, sin perjuicio de que este parecería ser una especie del género reactivación, circunscripto a los
supuestos de vencimiento del plazo del contrato.
1209
Cfr. Cámara H., Derecho Societario…, cit., ps. 548 y 549.
1210
La circunstancia de que la regulación de ambas figuras recaiga en un mismo artículo
responde a una cuestión meramente coyuntural. Cfr. Zunino J., Disolución… cit., t. II, p. 321 n° 400;

381
dan en el período intermedio que transcurre entre la configuración de la causal de
disolución y su revocación. Siendo que la LS no prevé un plazo para su formulación,
esta es procedente hasta que no se efectúe la cancelación del contrato en el registro
Público de Comercio1211.
Según refiriéramos, la reconducción se incorporó a la LS con la sanción de la
ley 22.903. Desde entonces esta puede resolverse por acuerdo unánime de los socios,
salvo pacto en contrario. Para el caso de las sociedades por acciones y de
responsabilidad limitada, regirán los quórums y mayorías legales que consignáramos
al tratar la prórroga. Todo ulterior acuerdo de reconducción debe adoptarse por
unanimidad, sin distinción de tipos (art. 95 párr. 2°).
La posibilidad reconductoria en los términos del primer párrafo del art. 95
LS –prórroga- cesa con la inscripción del nombramiento del liquidador, y todo
acuerdo posterior de reconducción debe adoptarse por unanimidad, sin distinción de
tipos. Alguna doctrina ha señalado que este requisito otorga un verdadero poder de
veto a favor de las minorías disidentes, cuyo ejercicio abusivo no debe ser amparado
(art. 1071 Código Civil)1212. La forma en que la reconducción fuera consagrada ha
merecido críticas de quienes señalan que la misma no se circunscribe a supuestos de
olvidos en el vencimiento del plazo, a los que la norma exclusivamente parece
referirse, viendo en esta un verdadero instrumento que permite a los socios resolver
la vuelta de la sociedad a la actividad dinámica empresaria, por lo que la inscripción
del liquidador como tope temporal para la vigencia de las mayorías dispuestas en los
arts. 160 y 244 LS carece de sentido1213.

I.- Responsabilidad: En términos generales, resultan de aplicación para el


caso de reconducción las normas sobre prórroga. Sin perjuicio de ello, desde el
vencimiento del plazo hasta la inscripción de la reconducción, se mantendrá la
responsabilidad solidaria e ilimitada impuesta a los liquidadores en favor de socios y
terceros en el art. 99 LS (art. 95 párr. 2°).

e.- Reactivación
Sin perjuicio de que a la LS se incorporó en oportunidad de su reforma por
ley 22.903 únicamente el instituto de la reconducción, el que se circunscribe
exclusivamente a supuestos del vencimiento del plazo de duración del contrato
social, la doctrina inmediatamente se inclinó por la admisibilidad de la reactivación
como solución frente a otras hipótesis1214. No obstante, y más allá de la eventual
analogía que con fines prácticos pudiera realizarse del instituto legal y del a partir de

Verón A. V., Sociedades ..cit.., t. actualización, p. 193; Zaldivar E. y ots, Cuadernos… cit., Vol. IV,
p. 305.
1211
Cfr. Romano A. A. en Código… cit, de Rouillón A., t. III, p. 235; Zunino J.,
Disolución… cit., t. II, p. 321 n° 401.
1212
Molina Sandoval C., Régimen Societario… cit., t. I, p. 334.
1213
Cfr. Nissen R., Ley de Sociedades…cit., t. II, ps. 229 a 231.
1214
Cfr. Cámara H., Derecho Societario… cit., p. 506.

382
este inferido, estos no son equiparables. A diferencia de la reconducción, en la que
se procura poner en vigencia un contrato vencido, en la reactivación es la misma y
vigente sociedad, quien resuelve a través de un acto de naturaleza corporativa
remover una causal de disolución –distinta de la prevista en el art. 94 inc. 2 LS- para
retomar su plenitud jurídica y proseguir su actividad económica1215.
La solución luce en concordancia con las tendencias legislativas que parecen
orientarse a la morigeración de los efectos nocivos de la disolución de sociedades,
ya sea sorteando las causales legales, o habilitando la reactivación del ente en estado
de liquidación1216. En ese sentido, la Exposición de Motivos de la ley 22.903 aclara
al incluir la reconducción -inexistente en el cuerpo legal original- que si bien esta
refiere a la sola hipótesis de la expiración del plazo originario o sus renovaciones,
ello “no implica tomar partido sobre su admisibilidad en otros supuestos”, lo que
deja expedita la reactivación para los casos en que el juzgados pudiera considerarla
pertinente o bien el estatuto la previera. Cupo entonces a la doctrina, mayormente
con acierto y a partir de tales consideraciones, deducir la viabilidad de una
reactivación sin consagración legal expresa1217, inferible de la inteligencia de la
apuntada Exposición de Motivos con más la de los arts. 94 inc. 8°, 95, 96 y 100 LS,
entre otros. Se permite así a los socios remover las distintas causales de disolución
previstas en la ley, una vez ocurridas, por cuanto hasta la inscripción de la
cancelación en el Registro la sociedad continúa gozando de personalidad plena, sin
perjuicio de las eventuales restricciones que respecto de su objeto pudiera sufrir.
Quienes aceptan la reactivación a partir de sus similitudes con la
reconducción, entienden que aquella debe adoptarse por unanimidad para el caso de
las sociedades de personas, o por mayoría para el caso de sociedades de
responsabilidad limitada y por acciones- En estos últimos supuestos, los socios
opositores quedan habilitados a receder1218.

I.- Reactivación y causales del art. 94 LS: Algunas de las causales de


disolución del art. 94 LS incluyen remedios técnicos para su remoción. Para los
casos en que inexista tal previsión, resulta de aplicación el art. 95 párr. 2° LS y que
funciona como un remedio general de aplicación para aquellas que no tengan
previsión específica suficiente para ello, o cuya remoción no resulte contraria al
orden público1219. Vistas en particular, las causales son: a.-) por decisión de los
socios (art. 94 inc. 1° LS): operada la causal de disolución por decisión del órgano
competente según el tipo social de que se trate, esta puede ser revocada. Esta

1215
Cfr. Zaldivar E. y ots, Cuadernos… cit., vol. IV, ps. 318 y 325; Cámara H., Derecho
Societario… cit., p. 569.
1216
Cfr. Cámara H., Derecho Societario… cit., p. 517.
1217
Cfr. Zaldivar E. y ots, Cuadernos… cit., Vol. IV, p. 318; Verón A. V., Sociedades ..cit..,
t. actualización, p. 193.
1218
Cfr. Zaldivar E. y ots, Cuadernos… cit., Vol. IV, ps. 305, 306, 337, 338 y 339.
1219
Giuntoli M., “Breves consideraciones…”, cit., ED 100-943.

383
reactivación del ente debe adoptarse por unanimidad en el caso de las sociedades de
personas (art. 131 LS) o por mayoría de acuerdo a las previsiones legales
establecidas para la reconducción de sociedades de responsabilidad limitada y de
acciones1220, lo que habilita a los socios opositores de estas últimas a receder1221. Ya
sea que se analogaran la reactivación y la reconducción, o bien que se derivara
aquella a partir de esta por falta de previsión legal, en ambos casos resultaría que
una vez inscripto el nombramiento del liquidador, el acuerdo de reconducción debe
adoptarse por unanimidad, sin distinción de tipos (art. 95 párr. 2°); b.-) por
expiración del término por el cual se constituyó (art. 94 inc. 2° LS): resulta para el
caso de aplicación la solución expresamente prevista en el art. 95 párr. 2°, cuyo
tratamiento ya efectuáramos y al cual nos remitimos; c.-) Por cumplimiento de la
condición a la que se subordinó su existencia (art. 94 inc. 3° LS). De manera similar
que para el supuesto de disolución por determinación de los socios, esta causal
puede ser removida por decisión del órgano competente. La reactivación debe
adoptarse por unanimidad en el caso de sociedades de personas o por mayoría de
acuerdo a las previsiones legales establecidas para la reconducción de sociedades de
responsabilidad limitada y por acciones, lo que habilita a los socios opositores de
estas últimas a receder. Ya sea que se analogaran la reactivación y la reconducción,
o bien que se derivara aquella a partir de esta por falta de previsión legal, en ambos
casos resultaría que una vez inscripto el nombramiento del liquidador, el acuerdo de
reconducción debe adoptarse por unanimidad, sin distinción de tipos (art. 95 párr.
2°); d.-) por consecución del objeto para el cual se formó, o por la imposibilidad
sobreviniente de lograrlo (art. 94 inc. 4°): Nuevamente, de manera similar que para
los supuestos de disolución por decisión de los socios y de cumplimiento de la
condición a la que se subordinó la existencia del ente, esta causal puede ser
removida por decisión del órgano competente. La reactivación debe adoptarse por
unanimidad en el caso de sociedades de personas o por mayoría de acuerdo a las
previsiones legales establecidas para la reconducción de sociedades de
responsabilidad limitada y por acciones, lo que habilita a los socios opositores de
estas últimas a receder. Ya sea que se analogaran la reactivación y la reconducción,
o bien que se derivara aquella a partir de esta por falta de previsión legal, en ambos
casos resultaría que una vez inscripto el nombramiento del liquidador, el acuerdo de
reconducción debe adoptarse por unanimidad, sin distinción de tipos (art. 95 párr.
2°); e) Por pérdida del capital social (art. 94 inc. 5° LS): la propia LS prevé que
disolución no se produce si los socios acuerdan su reintegro total o parcial, o su
aumento (art. 96 LS); f) Por declaración en quiebra: no obstante, la disolución
queda sin efecto si se celebra avenimiento (art. 94 inc. 6° LS); g) Por su fusión en
los términos del artículo 82 LS (art. 94 inc. 7° LS): más allá de que la fusión no

1220
En las sociedades de responsabilidad limitada se requiere la conformidad de las tres
cuartas partes del capital social (art. 160 LS). Si un solo socio representare el voto mayoritario, se
necesitará además, el voto del otro. En las sociedades anónimas y en comandita por acciones se
requieren las conformidades previstas en el art. 244 LS.
1221
Cfr. Zaldivar E. y ots, Cuadernos… cit., Vol. IV, ps. 305, 306, 337, 338 y 339.

384
importa disolución sino alteración de los estatutos de las sociedades involucradas
con simultánea extinción de la antigua estructura jurídica y transmisión del
patrimonio societario sin liquidación1222, esta puede revocarse –por tanto removerse
la causal de disolución- hasta la inscripción del acuerdo definitivo (arts. 86 y 97
LS)1223; h.-) por reducción a uno del número de socios, siempre y cuando no se
incorporen nuevos en el término de tres meses (art. 94 inc. 8° LS). Sin perjuicio de
los términos utilizados por la LS, la reactivación es posible aún después de
transcurrido el plazo, mientras que no hubiera cancelado aún su inscripción. Puede
hasta entonces recomponerse la relación jurídica del ente con la incorporación de
uno o más integrantes, recuperando así aquel la plena vigencia de su estructura
societaria1224, ello sin perjuicio de la responsabilidad incurrida por el socio único
durante dicho lapso (art. 94 inc. 8° LS); i.-) por sanción firme de cancelación de
oferta pública o de la cotización de sus acciones (art. 94 inc. 9° LS). No obstante, la
disolución que sucede a esta causal podrá quedar sin efecto por resolución de
asamblea extraordinaria reunida dentro de los sesenta días, de acuerdo con la
previsión del artículo 244 párrafo 4°. Al igual que en el supuesto anterior, su
reactivación es posible aún después de transcurrido el plazo, y mientras que no
hubiera cancelado aún la inscripción1225, debiendo ajustar la sociedad su actividad
fuera del ámbito de la Comisión Nacional de Valores; j.-) Por resolución firme de
retiro de la autorización para funcionar cuando leyes especiales la impusieren en
razón del objeto: Retirada definitivamente por resolución firme la autorización
administrativa necesaria para que la sociedad cumpla su única actividad, esta queda
disuelta ipso iure, ya que por su naturaleza, la causal no requiere ser constatada ni su
acaecimiento declarado por los socios1226. Este supuesto, a diferencia de los
anteriores, no admite reactivación por cuanto la disolución, al ser impuesta por el
Estado para aventar el peligro que ello implicaría para la comunidad, no es
removible por voluntad de los particulares1227.

JURISPRUDENCIA

Reactivación: Que la prórroga de la sociedad en el sentido del art. 95 de la ley 19550


por una parte, y la llamada reactivación, reconstitución o revocación de la disolución
constituyan supuestos ontológica y jurídicamente diferentes, parece incuestionable. Com. de
Reg., ED 88-818.

1222
Cfr. Solari Costa O., El Acto…, ps. 22 y 23, quien señala que, producto de tal diferencia
es que en la fusión resultan innesarias nuevas publicaciones para inscribir la disolución (art. 84 LS),
se suprime el pedido de informes y resulta innecesario adjuntar copias de escrituras.
1223
Cfr. Giuntoli M., “Breves consideraciones…”, cit., ED 100-943.
1224
Cfr. Zaldivar E. y ots, Cuadernos… cit., Vol. IV, p. 335; Giuntoli M. “Breves
consideraciones…”, cit., ED 100, 43.
1225
Cfr. Giuntoli M., “Breves consideraciones…”, cit., ED 100-943.
1226
Insp. Gral. Just., octubre 10-003 re L’Clan S.R.L., res. 1225 exte. 83549; Insp. Gral.
Just., septiembre 29-003 re Selectora J.L.A. y Asociados S.A., res 1193 exte. 1525781; Insp. Gral.
Just., septiembre 11-003 re Río de La Plata Servicios Empresarios S.A. res. 1144; Insp. Gral. Just.,
agosto 5-003 re Assort S.R.L., res. 914 exte. 1512430.
1227
Cfr. Giuntoli M., “Breves consideraciones…”, cit., ED 100-943.

385
La procedencia de la reactivación se debe a una interpretación armónica de la ley
19550 y subsidiariamente del Código Civil, compatibilizando lo dispuesto por los arts. 94 y 95
de la ley citada con con lo regulado por el art. 100 de la misma, 1197 y parr. 1 del art. 1198 del
Código Civil, teniendo en consideración que la fijación del plazo social está dado
fundamentalmente en función de los mismos socios. Min. y Reg. de Com., Salta, ED, 97-388.
La reactivación societaria debe ser interpretada restrictivamente y en forma
cuidadosa, analizando detalladamente cada caso concreto, para evitar el abuso y
generalización irresponsable, pues de lo contrario los arts. 94, inc. 2 y 95 de la ley 19550
serían letra muerta de la ley. Min. y Reg. de Com., Salta, ED, 97-388.
En materia societaria prórroga y reactivación son conceptos netamente distintos, y
nada justifica aplicar las mismas normas a ambos supuestos. Lo proscripto es la aceptación de
la prórroga después del vencimiento del plazo, pues la ley argentina no contempla la
reactividad para el caso del art. 94 inc. 2 de la ley 19550, como la han disciplinado
expresamente para las hipótesis disolutorias de los incs. 6, 8 y 9 del mismo artículo. Civ. y
Com., III, Córdoba, ED, 105-352.
Mientras no haya concluido el proceso liquidatorio de la sociedad disuelta con la
cancelación prevista por el art. 112 de la ley 19550 debe reputarse válida la reactivación. Civ.
y Com., VI, Córdoba, ED, 105-352.
En la reactivación, salvo el caso del acreedor embargante de la sociedad de personas
(art. 57, ley 19550) no se aprecia lesión alguna al interés de los terceros acreedores sociales:
que estos puedan circunstancialmente percibir sus créditos con anterioridad al vencimiento del
plazo obligacional, como consecuencia de la liquidación, es circunstancia contingente que, si
puede resultarles beneficiosa, no debe importar nacimiento de derecho alguno a que la
liquidación se materialice, en tanto la medida de su interés esta determinada por el plazo que
ellos mismos confirieron a la sociedad deudora. Com. de Reg., ED, 91-711.
Reactivación –en contra-: La reactivación constituye un concepto antisocietario y
antijurídico, ya que la personalidad social, y a la que hace mención el art. 101 de la ley 19550,
no deja lugar a dudas en el sentido de que la sociedad no puede resucitar (dictamen del fiscal
de Cámara). Cám. Com., B, ED, 76-436.

33.- La sociedad en formación.


La sociedad en formación es aquella que, debidamente instrumentada de
acuerdo a alguno de los tipos previstos por la ley, ha solicitado su registración
definitiva ante el Registro Público de Comercio, encontrándose esta en trámite1228.

a.- Antecedentes.
I.- Durante la vigencia del Código de Comercio: Respecto de las sociedades
anónimas, el Código de Comercio preveía que sus fundadores o administradores
respondían de manera solidaria e ilimitada por los actos practicados hasta su
constitución definitiva. Constituido el ente se tenía por ratificada tácitamente la
gestión de aquellos, quienes contaban entonces con derecho a que se les
reembolsaran los gastos efectuados1229.
Empero, si la constitución no se producía, cabía a aquellos atender las
consecuencias, incluyendo el soportar las deudas sociales, los perjuicios a terceros
1228
Cfr. Etcheverry R., “El régimen actual sobre sociedades irregulares y de hecho, y su
diferenciación con las sociedades en formación”, R.D.C.O. año 18, 1985, p. 681; Roitman H., Ley de
Sociedades… cit, t. III, p. 183.
1229
Cfr. Fernández R. L, Código de Comercio… cit., 2° ed., t. I vol. 2, p. 469; Siburu, J. B.,
Comentario del Código… cit., t. V, p. 92. La norma del art. 324 del Código de Comercio se
complementaba con el art. 2.305 del Código Civil, respecto de las obligaciones del gestor de negocios
ajenos.

386
por la inejecución de obligaciones sociales y la restitución a los suscriptores de toda
suma entregada por acciones emitidas o para el pago de deudas sociales (art. 324
Código de Comercio). Ello era atendible si se reparaba en que la doctrina entendía
que los futuros socios, durante la etapa fundacional, no se encontraban ligados entre
sí por ninguna obligación, por lo que los actos de los fundadores sólo correspondían
a estos1230. Incluso, atendiendo la gravedad del vicio u omisión en que los
fundadores o administradores hubieran incurrido, se agravaba su responsabilidad1231.

II.- A partir de la sanción de la ley 19.550 –LS-: Con la sanción de la LS se


pretendió dejar de lado las deficiencias del Código de Comercio y sus remisiones,
legislando para ello de manera integral dentro de la propia ley la atribución de
responsabilidad de fundadores y administradores. Se previó así que para el caso de
constitución simultánea, los fundadores y los directores resultan solidaria e
ilimitadamente responsables por los actos practicados y por los bienes percibidos.
Una vez inscripta, eran a cargo de la sociedad la atención de las obligaciones
contraídas para la constitución, la que debía reembolsar los gastos a fundadores y
directores (art. 183 LS). Complementando la norma, el art. 184 en su redacción
original preveía que, una vez inscripta la sociedad, los promotores, fundadores y
directores quedaban liberados frente a terceros por las obligaciones referentes a los
actos de constitución. En ningúna caso la asunción por la sociedad de las
obligaciones contraidas por aquellos los liberaba de responsabilidad.
Estos esfuerzos pronto se manifestaron insuficientes. La ley dejaba varias
hipótesis sin solución, al tiempo que consagraba la ya entonces perimida idea de la
no exitencia del ente hasta tanto su proceso de constitución finalizara, negándole
eficacia retroactiva a lo actuado durante un iter que solía ser prolongado (arts. 7,
167, 182, 183 y 184 LS).

JURISPRUDENCIA

Sociedad en formación –antes de la sanción de la ley 22.903-: Corresponde dejar sin


efecto la sentencia en cuanto condena solidariamente a los integrantes de la sociedad de
responsabilidad limitada demandada, por las obligaciones anteriores contraídas por la sociedad
en formación, si carece, en el punto, de fundamentación suficiente, no pudiendo considerarse
tal la mera invocación de los arts. 23, 24 y Con. Del decreto-ley 19550/ 72 inaplicables al caso
de sociedades legalmente constituidas y que suponen la justificación previa de la extensión de
la responsabilidad a la sociedad en formación, la acreditación de la identidad de los socios
integrantes de la misma y las razones que justifican el apartamiento de la relación procesal
subjetiva fijada. CS, ED, 71-523.
Habida cuenta el tiempo transcurrido entre la celebración del contrato constitutivo y
la inscripción del mismo en el Registro Público de Comercio, no resulta dudoso que la
inscripción no puede retrotraer sus efectos a la fecha del contrato, máxime no invocándose que
la petición de inscripción fuera efectuada tempranamente (art. 39, Código de Com. y 5 y 7, ley
19550), siendo así, las obligaciones contraídas por la sociedad en formación con anterioridad a
la inscripción del contrato hace responsable a los socios solidariamente, sin que la pretendida

1230
Cfr. Siburu, J. B., Comentario del Código… cit., t. V, p. 92.
1231
Cfr. Zavala Rodríguez C., Código… cit, t. I, p. 396.

387
asuncion de tales obligaciones por la sociedad los libere de su responsabilidad. Cám. Com., C,
abril 11-1979, “Pichler, Otto c. Martínez, Gerardo”.

III.- A partir de la sanción de la ley 22.903: La ley 22.903 se hizo eco de las
discusiones que en torno a la responsabilidad de los socios por los actos cumplidos
durante el período fundacional habían tenido lugar en los Congresos Nacionales de
Derecho Societario de 1977 y 1982, deslindando con mayor claridad la
responsabilidad de los administradores durante dicho lapso y circunscribiendo la
legitimidad de su gestión a los actos fundacionales y a los concernientes a la
consecusión del objeto cuando estos se hallaran autorizados en el contrato1232. Con
su sanción se limitó la responsabilidad de los socios por los actos hechos en exceso -
salvo consentimiento por parte de los mismos (art. 183 LS)-, salvando así el régimen
anterior que importaba gravarlos incluso por sobre los socios de sociedades no
constituidas regularmente1233. A partir de la reforma se acepta expresamente la
personalidad –existencia1234- de las sociedades en formación. En concordancia, el
art. 184 se ocupó de distinguir las situaciones en que la responsabilidad por los actos
llevados a cabo durante el iter pasan dirctamente a cabeza de la sociedad, liberando a
quienes los habían ejecutado, de aquellos que requieren resolución aprobatoria de
asamblea ordinaria para su asunción por el ente. En los hechos, puede decirse que el
régimen de los ats. 183 y 184 viene a consagrar una estructura imputativa de
responsabilidad para el caso de la realización por el ente en formación de actos de
constitución y de gestión, completamente apartado del sistema de irregularidad al
que antes remitía1235.

IV.-. La sociedad en formación en la actualidad: Si bien comunmente la


sociedad se considera en formación desde la iniciación de los trámites ante el
organismo de control hasta su registración definitiva1236, sus efectos se retrotraen a
la fecha fijada en el contrato de sociedad, en la que principian los derechos y
obligaciones de los socios (art. 36 LS). De allí que pueda considerarse en formación
a la sociedad en su tránsito temporal entre la firma del documento constitutivo hasta
su inscripción final, siendo indistinto que durante tal iter comience o no a operar1237.
Producto de ello es que el contrato social es oponible entre socios –por tanto
sus órganos operativos-, desde la fecha fijada en el contrato de sociedad (art. 36 LS)
y siempre y cuando el trámite de registración se inicie antes de transcurridos quince
días (art. 39 LS). Frente a terceros el contrato no tiene efectos sino hasta su
registración, y si bien los derechos y obligaciones de los socios comienzan desde la
fecha fijada en el contrato de sociedad, estos responden también por los actos

1232
Cfr. Exposición de Motivos Ley 22.903, Capítulo II, Sección V, ap. 2.
1233
Cfr. Nissen R., “Consideraciones sobre la ley 22.903 de reformas a la ley 19.550”, LL
1983-D, p. 996.
1234
Cfr. Halperín I. y Otaegui J., Sociedades Anónimas… cit., 2° ed., p. 166.
1235
Cfr. Etcheverry R., “El régimen actual sobre sociedades irregulares…”, cit., p. 681.
1236
Cfr. Nissen Ricardo, Sociedades Irregulares… cit., p. 62.
1237
Cfr. Etcheverry R., “El régimen actual sobre sociedades irregulares…”, cit., p. 681. Su
operatoria en ningún caso la trnsforma en irregular.

388
realizados en nombre o por cuenta de la sociedad, por quienes hayan tenido hasta
entonces su representación y administración, de acuerdo con lo que se dispone para
cada tipo de sociedad (art. 36 LS).

b.- Personalidad de la sociedad en formación


Según referimos, durante la vigencia del art. 324 del Código de Comercio se
entendía que los suscriptores de acciones no se encontraban ligados entre sí por
ninguna obligación, no existiendo entre estos sociedad sino sólo un interés común no
vinculante, por lo que los actos de los fundadores no correspondían a aquellos ni a ente
alguno1238. Con la sanción de la LS, tal criterio, duramente atacado por la doctrina,
varió. El art. 183 LS les reconoce expresamente personalidad jurídica y capacidad
desde que el contrato social se suscribe, admitiendo en concordancia que puede quedar
obligada por actos relativos al objeto social y atribuyéndole capacidad para realizar los
actos necesario para su constitución y los relacionados con el objeto social1239. Ello no
importa asimilarlas durante su tránsito registral con sociedades las irregulares1240, sin
importar cuanto tiempo se prolongue aquel y siempre que las demoras no se deban a
causas imputables a sus promotores, fundadores y directores. Sólo el abandono
voluntario y definitivo de los trámites de registración convierten a la sociedad en
irregular1241. Para determinar si la dilación equivale a tal abandono cabrá atender a la
falta de prosecusión de un trámite de registración cuya marcha sea razonable1242.
La LS incluso permite a la sociedad en formación la inscripción preventiva de
bienes a su nombre por transferencia de aportes (art. 38 LS), inscripción que no tiene
eficacia retroactiva porque la ley es integrativa-constitutiva: se circunscribe a los bienes
aportados registrables en los registros pertinentes y no a sociedad y al Registro Público
de Comercio1243. Con ello se procura sustraer durante, el trámite de contitución, el
activo comprometido de los avatares y posteriores obligaciones del socio aportante, de
forma tal que de la sociedad no se vea posteriormente privada de aquel. De allí que,
para el caso de que así se prevea estatutariamente dentro de los actos autorizados a los
que nos referimos antes, la sociedad en formación pueda durante el iter constitutivo
adquirir y enajenar bienes registrables, e incluso disponer de aquellos recibidos a título
de aporte aún antes de su inscripción1244.

1238
Cfr. Siburu, J. B., Comentario del Código… cit., t. V, p. 92.
1239
Cfr. Verón A. V., Sociedades ..cit.., t. III, p. 213; Nissen R., “Consideraciones sobre la
ley 22.903…” cit., LL 1983-D, p. 996; Curá J.M., “Sociedad en formación”, LL 1996-A, p. 149.
1240
La inscripción es condición de regularidad de ente y no de su existencia, tanto es así que
la LS reconoce personalidad a las sociedades irregulares y de hecho. Cfr. Halperín I. y Otaegui J.,
Sociedades Anónimas… cit., 2° ed., p.. 166; Favier Dubois E., “La sociedad anónima…”, ED 133,
220; Curá J.M., “Sociedad en formación”, LL 1996-A, p. 148.
1241
Cfr. Etcheverry R., “El régimen actual sobre sociedades irregulares…” cit., p. 681;
Favier Dubois E., “La sociedad anónima…” cit., ED 133-220; Stordeur E., Manual de… cit., p. 81;
Cám. Com. C, ED 133-220.
1242
Cfr. Suárez Anzorena C., “Personalidad…” cit., en Cuadernos… cit., de Zaldivar E. y
ots., vol. I, p. 147 VER
1243
Cfr. Halperín I. y Otaegui J., Sociedades Anónimas… cit., 2° ed., p. 81.
1244
Cfr. Favier Dubois E., “La sociedad anónima…” cit., ED 133-220.

389
JURISPRUDENCIA

Sociedad en formación. Personalidad: La carencia de inscripción en el Registro


Público de Comercio obsta a la existencia de una de una personalidad plena de las sociedades
anónimas y -en el mejor de los supuestos- sólo se está en la presencia de una personalidad
restringida, con eficacia respecto de los actos para su constitución y los relativos al objeto
social expresamente autorizados (argumento artículo 183, ley 19550, reformada por ley
22903) (disidencia del doctor Petrachi). CS, ED 129-326.
Sociedad en formación y personería –su falta-. Las sociedades anónimas en
formación carecen de personalidad jurídica y, por ende, no pueden estar en juicio ni por sus
órganos ni por representación, conclusión esta que debe ser mantenida a pesar de lo dispuesto
por los artículos 183 y 184 de la ley 19550 (referida por ley 22.903), ya que dichos preceptos
sólo facultan a los directores para obligar a la sociedad respecto de los actos cuya ejecución
durante el iter constitutivo haya sido expresamente autorizada. Por los demás actos son
responsabilizados en forma solidaria e ilimitada quienes los hubiesen realizado o consentido,
aunque posteriormente la sociedad, una vez inscripta, asuma las obligaciones resultantes de
tales actos cuya realización no estaba permitida. CS, ED, 129-326.
Las sociedades en formación no tienen personalidad jurídica y carecen del derecho de
estar en juicio, sin que para desvirtuar tal doctrina puedan traerse a colación las reglas que
rigen las sociedades irregulares; ya que la personalidad jurídica que la ley de sociedades
concede a estas últimas, a más de ser limitada y precaria, es para amparar al comercio y a
terceros y no en beneficio de sus integrantes (artículos 21 a 26, ley 19550). CS, ED, 129-326.
Sociedad en formación. Regularidad. La doctrina que sostiene la aplicabilidad del
régimen de las sociedades irregulares a las sociedades que han comenzado sus operaciones
sociales antes de la inscripción registral, encuentra reparos insuperables bajo el régimen de la
ley 19550. Cám. Com., Sala C, octubre 21-1982.
No cabe aplicar a la sociedad anonima en formación el régimen especialmente
previsto en los arts. 21 y sgtes. de la ley 19550, como tampoco las reglas imperfectas, pero
claras del Código de Comercio, que respondían a la doble vertiente Italo-francesa referente a
las sociedades no constituidas regularmente. Cám. Com., A, ED, 93-146.
La sociedad es un contrato plurilateral de organización consensual y este
encuadramiento jurídico se mantiene en la ley 19550. La etapa regularizadora busca lograr el
tipo regular de sociedad, pero no puede sostenerse que en ese período temporal exista "otra"
sociedad llamada "en formación" o una sociedad irregular (sin perjuicio de que ella naciera
después). La sociedad que se está gestando es la misma que llegara a su regularización, al
inscribirse en el registro. Cám. Com., A, ED, 93-147.
Sociedad en formación. Trámite: La existencia de un lapso entre la concertación del
contrato y la constitución definitiva de una sociedad mediante su inscripción registral no
implica que durante el período intermedio exista una sociedad iregular sino una en formación,
la que no resulta equiparable ni asimilable a aquella, pues la etapa formativa constituye el
período necesario para obtener el tipo regular seleccionado en el instrumento constitutivo.
Cám. Fed. Civ. y Com., II, LL 1996-A, p. 148.
Sociedad en formación. Abandono del trámite: Si ha transcurrido un tiempo prudencial
desde la constitución de la sociedad, sin que la misma haya sido registrada, debe concluirse
que no es una sociedad en formación, como se ha pretendido denominarla, sino un ente
irregular, regido por los arts. 21 y sgtes. de la ley 19550 (fallo de primera instancia) Cám.
Com., A, ED, 94-613.

c.- Actos cumplidos durante el régimen fundacional


Los arts. 183 y 184 LS –reformados por ley 22.903- aluden a fundadores,
promotores y directores. Por i.-) fundadores1245 la ley designa a aquellos sujetos que
1245
Arts. 166 últ. párr., 183, 184 y 185 LS .

390
participan en la constitución simultánea de un ente suscribiendo el contrato
constitutivo; ii.-) por promotores1246 se conoce a aquellos sujetos que actúan en la
etapa preconstitutiva de la sociedad anónima, recurriendo para ello a la suscripción
pública de sus acciones. Estos actúan a su propio riesgo –redactan el programa,
contratan a un banco interviniente, realizan los trámites conducentes a la celebración
de la asamblea y rinden cuentas de ello- persiguiendo obtener un provecho por su
gestión, ya sea en dinero o a través de una participación en la sociedad por cuya
iniciativa se crea1247; iii.-) los directores son los integrantes del órgano social
necesario1248, permanente, de actuación y de ejecución, cuyas funciones se
circunscriben mayormente a la gestión, administración1249 y representación de la
sociedad y que comunemente se conoce como directorio. Siendo que los arts. 183 y
185 LS se aplican analógicamente para todos las sociedades regulares1250, caben sus
prescripciones a los administradores en general.
Los directores solo tienen facultades para obligar a la sociedad respecto de los actos
necesarios para su constitución y los relativos al objeto social cuya ejecución
durante el período fundacional haya sido expresamente autorizada en el acto
constitutivo1251. Los directores, los fundadores y la sociedad en formación son
solidaria e ilimitadamente responsables por estos actos mientras la sociedad no esté
inscripta (art. 183 LS). Si bien suele sostenerse que los actos necesarios son
únicamente aquellos tendientes a la registración del contrato1252, cabe además incluir
entre estos a aquellos actos propios de la conservación de los bienes recibidos, como la
adquisición de los aportes, los trámites, los gastos de publicación e inscripción, la
valuación de los aportes no dinerarios1253. Una vez inscripta la sociedad todos estos
actos se reputarán como realizados por aquella, quedando directores, fundadores y
promotores eximidos por las responsabilidades que de tales actos pudieran derivarse.
Además, siendo que, producto de la inscripción la socidad queda regularmente
constituida, no corresponden eventuales acciones de rendición de cuentas contra los
directores por los actos realizados durante el período en formación: estas incumben ya
a los estados contables que oportunamente habrán de someterse a consideración de los

1246
Arts. 168 párr. 1 y 3, 170 incs. 4 y 5, 175, 176 párr. 2, 178, 179 inc. 1, 181, 182, 184 y
185.
1247
Cfr. Verón A. V., Sociedades ..cit.., t. III, p. 204.
1248
La LS no sólo reconoce así personalidad a las sociedades en formación sino también la
operatividad de sus órganos.
1249
Podría definirse como aquella destinada a decidir de forma ejecutiva sobre las
actividades y gestiones que mejor se encaminen al cumplimiento de los fines sociales previstos en los
estatutos. Cfr. Bergós Tejero J.J., “Responsabilidad civil…” cit., p. 9.
1250
Cfr. Etcheverry R., “El régimen actual sobre sociedades irregulares…” cit., p. 681;
Nissen R., Sociedades Irregulares… cit., p. 63.
1251
Según el art. 183 LS, sólo los directores obligan a la sociedad –siempre y cuando ajusten
su actuación a los parámetros antes referidos-, lo que configura una novedad introducida por la ley
22.903, toda vez que la LS en su redacción original admitía que cualquiera de los socios obligaba al
ente, como si se tratara de una sociedad irregular.
1252
Algunos autores agregan a estos los actos conservatorios del capital y los prepartorios
del giro. Cfr. Nissen R., Sociedades Irregulares… cit., p. 56.
1253
Cfr. Verón A. V., Sociedades ..cit.., t. III, p. 221.

391
socios1254. Opera así la registración como una suerte de condición suspensiva (art. 545
Código Civil)1255. En atención de la buena fe negocial1256, la LS dispone que el
directorio podrá resolver, dentro de los tres meses de realizada la inscripción, la
asunción por la sociedad de las obligaciones resultantes de los demás actos –aquellos
que no fueran necesarios para la constitución y los relativos al objeto social no
autorizados contractualmente- cumplidos antes de la inscripción, dando cuenta a la
asamblea ordinaria. Si ésta desaprobase lo actuado, los directores serán responsables de
los daños y perjuicios que hubieran ocasionado, aplicándose para su determinación y
eventual reclamo los criterios sentados en los arts. 59 y 274 LS. La asunción por la
sociedad de estas obligaciones por la sociedad no libera de responsabilidad a quienes
las contrajeron, ni a los directores y fundadores que los consintieron (art. 184 LS).
Parecería ser que, mientras el ente no se encuentre inscripto, “la sociedad en
formación sólo tiene una capacidad limitada a los actos necesarios para su
constitución definitiva; pero cuando se extiende a los actos relativos al objeto social
cuya ejecución durante el período fundacional haya sido expresamente autorizada en
el acto constitutivo, parece gozar de una capacidad casi plena, con lo cual, sin duda,
se aproxima al concepto unificador de la sociedad regular como ente ineluctable de
la continuación de una misma persona: la sociedad en formación1257.” De hecho, la
sociedad puede operar dentro de su objeto, aún en la etapa fundacional, sin que por
ello pueda considerársela irregular, lo que permite a los socio comenzar con el giro
empresario –sometiéndose al régimen de responsabilidades y autorizaciones antes
referido- en cuanto el trámite registral hubiera comenzado.

JURISPRUDENCIA

Sociedad en formación. Representación: Tampoco es de aplicación el principio del


art. 24 de la ley 19550, en cuanto a la representación de la sociedad por cualquiera de los
socios, valida para las irregulares, y asimismo, la excepción al principio del art. 26, que solo
para ellas prescribe, conforme a su ubicación metodológica y no para las sociedades en
formación. Cív. Com., II, Bahía Blanca, agosto 5-1980, “Menéndez, Eduardo c. Lucanero,
Antonio y Otros”.
No hay razón para excluir la aplicabilidad del parr. 3 del art. 167 de la ley 19550, que
establece que la sociedad, relación a los trámites conducentes a la inscripción es representada
por mandatarios especiales o por sus representantes estatutarios, respecto de los demás actos
practicados durante tal lapso, toda vez que ninguna norma del derecho societario permite
fundar la legitimación de cualquier fundador para vincular negocialmente a la sociedad en
formación y comprometer, de todos los que con el concurrieron a la constitución de la
Sociedad anonima. Cám. Com., C, ED 102-734.
Sociedad en formación. Actos llevados a cabo: Toda vez que los actores fueron
contratados a posteriori de la inscripción del contrato social de la sociedad codemandada,
resulta improcedente condenar al codemandado, pues, la circunstancia que en su calidad de
presidente de la sociedad haya impartido directivas o abonado salarios, no implica en modo
alguno que hubiera sido el beneficiado directo de los servicios prestados por los accionantes,

1254
Cfr. Cám. Com., C, ED 133-220.
1255
Cfr. Nissen R., “Consideraciones sobre la ley 22.903…” cit., LL 1983-D, p. 996.
1256
Etcheverry R., “El régimen actual sobre sociedades irregulares…” cit., p. 681.
1257
Cfr. Verón A. V., Sociedades ..cit.., t. III, p. 222.

392
sobre todo, cuando su actuación se llevó a cabo dentro del marco de representación de la
persona jurídica que integra, máxime si no surge acreditado que la sociedad hubiese sido
constituida para defraudar los derechos de los acreedores o que fuera por sus componentes
para lograr fines propios o personales ajenos a la finalidad societaria. Cám. Trab., I, julio 10-
2006, “Pandolfo, Carla Daniela y otros c. Fusion Network S.A. y otros”, LL Online.

34.- La sociedad irregular y la sociedad de hecho

a.- Introducción
Las ventajas que conlleva la explotación de emprendimientos comerciales
por intermedio de personas jurídicas regularmente constituidas son ampliamente
conocidas, siendo a través de estas que la mayoría de los negocios se realizan1258. No
obstante, la práctica de actividades comerciales recurriendo a sociedades irregulares
y de hecho1259, si bien minoritaria, lejos de presentarse como una situación de
carácter excepcional -y más allá del disvalor con que estos entes son tratados por la
ley1260- integra una realidad negocial que se multiplica y expande1261. Baste
considerar los micro emprendimientos –cuentapropistas que se asocian en épocas de
crisis- o las explotaciones tradicionales de familia –usualmente industrias de corte
artesanal o antiguos emprendimientos rurales-, que se realizan apartados del ropaje
societario convencional, de uso reservado para la pequeña y gran empresa. La
velocidad con que se desenvuelven –muchas veces la misma velocidad con que se
abandonan-, suele agregarles un componente particular: que las partes mayormente
pospongan de manera permanente los pertinentes trámites de regularización1262.
Pero dentro de la categoría de los denominados contratos asociativos, es
decir, contratos que tienen como objetivo central la organización de una comunidad
de intereses –con aportes para su desarrollo, compartiendo gastos y repartiendo
utilidades-, no todos serán sociedades comerciales. Tal el caso de los condominios,
los consorcios de propiedad horizontal, las sociedades acidentales y los contratos de
colaboración empresaria comprensivos de las denominadas agrupaciones de
colaboración y de las uniones transitorias de empresas, y que revelan una comunidad
de intereses donde los intereses individuales no se diluyen en un sujeto distinto: para
que exista sociedad se requiere, además del consentimiento de los contratantes en
1258
Cfr. con trabajo del autor, “Concurso de sociedades comerciales irregulares y de hecho”,
en Contribuciones para el Estudio del Derecho Concursal, Homenaje al Profesor Dr. Ariel Á. Dasso,
Bs. As., 2005, p. 15.
1259
La doctrina y jurisprudencia reconocen a las sociedades irregulares personalidad jurídica
aunque precaria y limitada a los alcances de los arts. 22 y 26 de la ley 19550 como sujeto de derechos
distinto a la persona de los socios, y sin perjuicio de la responsabilidad de éstos, que puede ser
perseguida en el mismo juicio, corresponde sustanciar, en consecuencia, con la sociedad irregular el
litigio cambiario, reservando para una etapa ulterior la extensión de la sentencia a sus socios. Cfr.
Cám. Com., C, ED 73-253.
1260
La LCQ es muy severa con las sociedades de hecho y en particular con sus socios, pues
de lo contrario se los colocaría en un pie de igualdad respecto de los sujetos que integran sociedades
debidamente constituidas. Cfr. Cám. Com., C, ED 60-378.
1261
De alli su inclusión en la LS. Véase Exposición de Motivos ley 19.550, Capítulo I,
Sección IV, apartado 1.
1262
Cfr. Verón A. V., Sociedades ..cit.., t. I, ps. 154 y 157.

393
materia de aportes, actividad común y participación en pérdidas y ganancias, que
además exista una integración total de los intereses individuales que se diluyen para
incorporarse a un nuevo patrimonio cuyo titular es un nuevo sujeto de derecho1263.
En cuanto a la comercialidad de la de la sociedad irregular, esta surge de su
mismo contrato constitutivo, mientras que para otorgar tal calidad a la sociedad de
hecho será necesario que la actividad que despliegue sea comercial.

I.- Antecedentes:
A.- Código de Comercio: El segundo párrafo del art. 296 del Código de
Comercio disponía que “la sociedad que no se haga constar por escrito, y cuyo
instrumento probatorio no se haya registrado, será nula para lo futuro, en el sentido de
que cualquiera de los socios podrá separarse cuando le parezca; pero producirá sus
efectos, respecto de lo pasado, en cuanto á que los socios se deberán dar
respectivamente cuenta, según las reglas de derecho común, de las operaciones que
hayan hecho, y de las ganancias ó pérdidas que hayan resultado”. Esta disposición se
complementaba con las de los arts. 41, 288, 294 párr. 2 y 297 y que en su conjunto
establecían el régimen de aplicación. La norma del Código de Comercio seguía en su
redacción un texto de Massé, quien refería que “la ley puede, sin duda, hacer que una
sociedad que no ha sido regularmente constatada sea nula, pero no puede hacer que no
haya existido, que no haya funcionado. Se han hecho aportes que pertenecen a alguien;
hay ganancias que es necesario repartir; hay pérdidas que es necesario pagar. La
nulidad no mira, pues, sino el porvenir: ella respecta el pasado: desde luego, los hechos
cumplidos que tienen carácter comercial, pueden ser establecidos por la prueba
testimonial según las reglas generales admitidas en materia de comercio”. Frente a tales
efectos, el uso del término nulidad resultaba cuanto menos impropio, por cuanto la
sociedad existe validamente y las cosas no vuelven en nungún caso, al momento en que
el acto nulo se celebró1264; se trata de una nulidad a futuro1265.
La ley reconocía entonces personalidad a las sociedades irregulares y de hecho,
atribuyendo efectos a sus actos pasados, pero reputándolas nulas para lo futuro. Tal
extremo no importaba que la sociedad no debiera disolverse con el acuerdo unánime de
los socios o, en su defecto mediante declaración judicial pedida por uno de estos y
posteriormente inscripta en el Registro1266.
Cabía a los terceros considerar existente la sociedad y accionar contra la misma,
“o prescindir de ella y accionar directamente contra los socios, a quienes la ley hace
responsables ilimitada y solidariamente (288 y 294, 2° ap.); pero, si reconocen la
existencia de la sociedad, deben atenerse al contrato social por lo que respecta a la

1263
Cfr. Cám. Civ. y Com., IV, Rosario, septiembre 13-004, “Aiello, Silvia c. Piriz, Susana”,
sent. n° 75/04; Zannoni E. A., "Contrato asociativo y sociedad", en Revista de Derecho Privado y
Comunitario n. 3, Bs. As., 2004, p. 67.
1264
Cabe entonces liquidar el ente, no pedir su nulidad. Esta viene impuesta por ley para lo
futuro.
1265
En Siburu, J. B., Comentario del Código… cit., t. IV, p. 280, n° 1112, a quien
corresponde la cita a Massé.
1266
Cfr. Fernández R. L, Código de Comercio… cit., t. I, vol. 2, ps. 409, 410 y 411.

394
responsabilidad limitada o ilimitada de los socios, y si optan por una vía les está
vedado desistir y seguir la otra”. Respecto del futuro, los terceros no podían compeler a
los socios a continuar los negocios iniciados, pero sí exigirles que efectúen sus aportes,
de conformidad con el contrato social, a efecto de responder a los compromisos
contraidos por la sociedad. Respecto del pasado, los terceros tenían acción para
considerar existente la sociedad y hacer efectivas sus obligaciones, o reclamar a en su
defecto a los socios (arts. 288 y 294 ap. 2° Código de Comercio)1267. Para su
liquidación, y sin perjuicio de la referncia del art. 296 al derecho común, la doctrina
mayormente estaba de acuerdo en llevarla adelante según lo pautado en el contrato
social, de existir este1268.

B.- Ley 19.550 –LS-: La LS sustituye la hasta entonces imperante sanción de nulidad
del contrato por la inoponibilidad de sus cláusulas. Con su reforma por ley 22.903
incorpora además la regularización del ente irregular, habilitando incluso el receso para
los socios que se opusieran. Tales previsiones receptan la realidad social que demuestra
que las sociedades irregulares y de hecho perduran como medios para emprender
ciertos cometidos en forma colectiva, atemperando así rgorismos extremos que
llevaban a su indefectible liquidación1269.

b.- Sociedad irregular y sociedad de hecho, su distinción


La sociedad irregular es aquella que, no obstante instrumentada acorde
cualquiera de los tipos autorizados, omite o abandona de manera definitiva su iter
constitutivo, ya furera por por propia voluntad, o por encontrarse afectada por algún
vicio de forma en su constitución1270. Respecto de la sociedad de hecho se ha
sostenido mayormente que es aquella que funciona como sociedad aún no
habiéndose instrumentado1271, por haber sido su contrato celebrado verbalmente1272.
No obstante, tal definición peca por insuficiente, en cuanto deja fuera a aquellas
sociedades que poseen un rudimentario convenio escrito donde las partes estipulan
derechos y deberes. Tal la posición de calificada doctrina que apunta la existencia
de dos especies de sociedad de hecho, según tengan o no convenio escrito, de

1267
Cfr. Fernández R. L, Código de Comercio… cit., t. I vol. 2, p. 412; Castillo R., Curso
de… cit., 3° ed., t. III, ps. 20, 21 y 22, ns.° 26, 28 y 29.
1268
Siburu, J. B., Comentario del Código… cit., t. IV, p. 282, n° 1115,
1269
Informe de la Comisión Reformadora, diciembre 15-1982, pto. 5.1. párr. 2, LI, 1983,-
XLVIII-355.
1270
En la sociedad irregular se dan los elementos básicos para la configuración de la entidad,
pero en definitiva no llegan a cumplirse todas las formalidades necesarias para su constitución. Cfr.
Zaldivar E., “Sociedad de hecho y sociedad…” cit., p. 69.
1271
Cfr. Halperín I. y Butty E., Curso…cit. 4ª ed. t. I, p. 401; o “que carece en absoluto de
instrumento fundacional”. También Zaldivar E., “Sociedad de hecho y sociedad...” cit., p. 67 y
Cuadernos… cit., t. I, p. 122; Nissen R., Sociedades Irregulares… cit., p. 21; Perciavalle M.,
Sociedades Irregulares… cit., p. 10.
1272
Cfr. Cám. Civ. y Com., II, San Isidro, abril 21-005, “Fernández Rosa c. Ibarra Jorge”,
exte 96479. En los autos se ventilaba la ruptura de una pareja de concubinos que explotaban un
comercio propiedad de uno de ellos desde antes de la convivencia.

395
similares efectos1273. En cuanto a la mercantilidad de este tipo de entes, la sociedad
irregular lo será por el sólo hecho de haber adoptado uno de los tipos previstos en la
LS, mientras que a efectos de determinar el carácter de la sociedad de hecho
resultará necesario evaluar previamente si su actividad es –o no- comercial (art. 21
LS).

JURISPRUDENCIA

Sociedad de hecho. Definición: Se trata de una sociedad de hecho aquella que no se encuentra
instrumentada bajo forma alguna, pública o privada y, por consiguiente, no adoptó ninguno de
los tipos legales que permiten determinar la naturaleza comercial, por aplicación de los
principios contenidos en los arts. 1 y 3 de la ley 19550. ED, 74-715.

c.- Personalidad y tipicidad


Desde la sanción del Código de Comercio la doctrina se inclinó por
reconocer la personalidad de estas sociedades1274. Con la LS ello se hace de manera
expresa (art. 2), si bien se les concede personalidad precaria y limitada1275: i.-)
precaria, por cuanto cualquiera de los socios puede, en cualquier momento, solicitar su
disolución. No obstante, tal previsión de la LS en su redacción original ha sido
morigerada con la reforma introducida por ley 22.903, que reformula el problema de la
disolución reajustándola a la hipótesis de la regularización como medio para evitar que
la sociedad pueda extinguirse por voluntad de uno sólo de los socios1276; ii.-) limitada
por cuanto no produce la plenitud de sus efectos normales1277, ya que cualquiere de sus
socios la representa (art. 24 LS) y estos –o quienes contraten en nombre del ente-
quedan solidariamente obligados por las obligaciones sociales sin gozar del beneficio
de excusión ni poder oponer limitaciones o defensas que surjan del contrato social
(arts. 56 y 24 LS).
La Exposición de Motivos de la ley 19.550 las regula “como integrando una
categoría de sociedades viciadas en su forma y sometidas a un régimen único,
cualquiera haya sido el tipo que los constituyentes hayan querido adoptar1278”, por lo
que la doctrina entiende que nos encontramos frente a una clase de sociedades que
1273
Cfr. Etcheverry R., Sociedades Irregulares… cit., p. 119. De no ser el caso, “un simple
factum asociativo, al poseer un rudimentrio convenio escrito donde las partes estipulan derechos y
deberes, sin apuntar a una figura típica, no sería sociedad dehecho ni tampoco irregular.”
1274
Cfr. Siburu, J. B., Comentario del Código… cit., t. IV, p. 282, n° 1114; Castillo R.,
Curso de… cit., 3° ed., t. III, p. 25, n° 34; Fernández R. L, Código de Comercio… cit., 2° ed., t. I vol.
2, p. 410;
1275
La calificación de precaria utilizada en la Exposición de Motivos -Ley 19.550, Capítulo II,
Sección IV, ap. 1- corresponde a Castillo, quien durante la vigencia del Código de Comercio sostenía
que los entes irregulares “llevan una existencia precaria, pues apenas cualquiera de los socios quiera
retirarse de la sociedad, esta tendrá que disolverse y entrar en liquidación.” Curso de… cit., 3° ed., t.
III, p. 17 n° 23.
1276
Exposición de Motivos Ley 22.903, Capítulo I, Sección IV.
1277
Parte de la doctrina se expresa contra el criterio del legislador que impone retricciones a los
entes irregulares. Cfr. Perciavalle M., Sociedades Irregulares… cit., p. 2; Romero J., Sociedades
Irregulares y de Hecho, Bs. As., 1982, ps. 22, 94 y ss; Nissen R., Sociedades Irregulares… cit., p. 70.
1278
Exposición de Motivos Ley 19.550, Capítulo I, Sección IV, ap. 1.

396
carecen de tipicidad propia1279. Por nuestra parte, y según dijimos al tratar el tema de
su transformación y regularización, esta resulta posible en razón de considerarlas la
LS como tipos legales (o, en su defecto, subtipos asimilabes en relación especie-
especie1280). Además, si las sociedades irregulares y de hecho “no fueran típicas,
serían nulas, dado el estricto sentido que es posible reconocer en la norma que
emerge del art. 17 de la ley vigente; si no fueran típicas, tampoco serían sociedades
(arg. art. 1°, ley 19.550) ... la ley, de algun modo, crea requisitos típicos para estas
sociedades, es decir caractres salientes e irremplazables en su estructura (sin
perjuicio de que algunos sean comunes a vario tipos); el ordenamiento, hasta cierto
punto, no desconoce, sino que autoriza la contitución de sociedades irregulares y de
hecho, porque prevé una respuesta normativa (de validez) para los supuestos
históricos en que ellas se generan; pese a que contituyen transgresiones formales al
orden jurídico, éste les ha dado un esttuto ... para no violentar el principio jurídico de
no contradicción, ebemos concluir que las sociedades no cosntituidas regularmente
‘son’ sociedades; y son típicas, en el sentido, tanto e la teoría general del derecho,
como de la terminología societaria1281”

d.- Denominación
Sin perjuicio de la forma o modalidad con que las sociedades irregulares y de
hecho se denominen frente a terceros, no cabe atribuir a esta los efectos de un nombre
o razón social.

e.- Prueba de la existencia del ente


La existencia de la sociedad irregular surge habitualmente del documento a
través del cual se la instrumenta, acreditación de una realidad que se complica en el
caso de los entes de hecho, por carecer estos de convenio. En términos generales,
siendo que aquella puede ser demostrada por cualquier medio (art. 25 LS, lo que
remite a la prueba general de los contratos del Código Civil1282), bastará al tercero
con establecer la gestión de negocios en común para probar así su utilización y
extender la responsabilidad -solidaria e ilimitada- a todos los integrantes del ente por
las obligaciones sociales. Ahora bien, ésta posibilidad no significa que toda

1279
Cfr. Anaya J., “La transformación de sociedades en la Ley 19.550”, en Estudios en
Homenaje a Isaac Halperín, Bs. As., 1978, p. 427; Zaldivar E. y ots, Cuadernos… cit., vol. IV, p.
104; Sasot Betes M. y Sasot M., Sociedades Anónimas, Constitución, Modificación y Extinción, Bs.
As., 1982, p. 482.
1280
Tipo regular y tipo irregular. Sobre el particular, véase además Etcheverry R., “El
régimen actual sobre sociedades irregulares…”, p. 681.
1281
Etcheverry R., Sociedades Irregulares… cit., ps. 144 y 145. Una sociedad será típica
cuando se ajuste a los rasgos esenciales que su ley determina para ser considerada sociedad -idem p.
146-; también en “El régimen actual sobre sociedades irregulares…” cit., p. 681.
1282
En cuanto a la exteriorización de la relación asociativa, se siguen las pautas de los arts.
208 y 209 del Código de Comercio. Cfr. Junyent Bas F., “La sociedad de hecho, supuestos
especiales, y su situación ante el concurso preventivo y la quiebra”, ED 203-999.

397
probanza sea per se idónea1283, debiendo ser las que se invoquen concordantes,
conducentes1284 y “concluyentísimas”1285. La ley admite, entonces, una amplia
libertad para probar su existencia (art. 25 LS, art. 208 Código de Comercio), siendo
las cuestiones atinentes a tales fines de orden procesal y no sustancial, por lo que
resultan admisibles la prueba de informes, el reconocimiento judicial y pericial, las
presunciones, documentales, testimoniales, inscripciones en los diversos organismos
fiscales y de contralor de la actividad del caso, etc1286.
Resultan ser de utilidad como prueba de la existencia del ente -y a veces de la
calidad de socio que se atribuya-, las facturas y remitos extendidos a nombre de la
sociedad o por esta, la publicidad de su operatoria, las cuentas corrientes bancarias a
la orden recíproca o conjunta de los socios, los recibos de pago, la correspondencia
en general, las operaciones bancarias en procura de recursos financieros, la
acreditada titularidad conjunta de la habilitación municipal de los depósito de
mercaderías1287. En concordancia con lo apuntado es que se tuvo por probada la
existencia de una sociedad de hecho mediante un contrato de cesión en el cual se
transferían los derechos que un sujeto poseía en esta1288. Cuando quien pretenda
probar la existencia del ente sea uno de los presuntos socios, no bastará a tal efecto
la sola prueba testimonial1289, principio limitativo que entendemos corresponde
extender a terceros (art. 208 y 209 C. Com.). En tales casos, adquiere especial
importancia la comprobación de los aportes, pues este es un elemento esencial del
contrato de sociedad, sin el cual no puede tenerse por acreditada su existencia1290, la
que, para el caso de ser negada, solo podrá ser declarada mediante resolución
judicial1291.

1283
Cfr. Cám. Com., E, RDCO 1990-A p. 338. En contra de esta posición –mayoritaria-,
véase Etcheverry, para quien admitir la falta de instrumentación como característica distintiva
importaría que un simple factum asociativo dotado de un rudimentario convenio escrito, no sería ni
sociedad de hecho ni sociedad irregular, sino una suerte de tercera categoría. –cfr. Etcheverry R.,
Sociedades Irregulares… cit., p. 119-.
1284
La existencia debe inferirse de “los indicios o constancias necesarias, como también un
serio poder de convicción impuesto por las probanzas aportadas en conjunto, lo más completo posible
y por sobre todas las cosas concluyente, y su eficacia será apreciada con un criterio estricto y
riguroso” - Verón A. V., Sociedades ..cit.., t. I, p. 198-; Junyent Bas F., “La sociedad de hecho...” cit.,
ED 203-999.
1285
Cfr. Otaegui Julio, La Extensión de la Quiebra, Bs. As., 1998, p. 51.
1286
Cfr. Cám. Civ. y Com., I, Rosario, febrero 3-004, “López, Oscar L. v. Bordi, Lorenzo
A.”.
1287
Cfr. Cám. Com., A, RDCO 1990-B, p. 771.
1288
Cám. Civ. y Com., II, Tucumán, julio 2-003 “Molinos Río de la Plata S.A. v. Cristian Delaporte y
otros S.H.”.
1289
Véase doctrina legal del art. 209 Cód. Com. Para que sea admisible la prueba testimonial
resulta necesaria la existencia previa del principio de prueba por escrito. Cfr. Zaldivar E. y ots,
Cuadernos… cit., vol. I, p. 126. Por un criterio más amplio de interpretación del art. 25 LS en materia
de prueba –sin que importe violentar lo dicho-, véase Cabanellas de las Cuevas G., Derecho
Societario… cit., t. 6, p. 435.
1290
Cám. Com., C, RDCO 2003-833.
1291
Cfr. Otaegui Julio, La Extensión ..., p. 51.

398
JURISPRUDENCIA
Sociedad de hecho. Prueba: La prueba de la existencia de una sociedad de hecho -en
el caso, para enervar la acción de desalojo iniciada por el locatario contra un comodatario- va
más allá de la simple demostración de que se cumple una determinada tarea en común, aun
cuando se determine la habitualidad de la misma y que ésta constituye una imposición de
particulares condiciones de vida y subsistencia, sino que debe acreditarse que se han efectuado
aportes y que existe affectio societatis, pues éste es el elemento subjetivo que diferencia a la
sociedad de otras situaciones jurídicas de comunidad indivisa de bienes como la copropiedad o
la indivisión misma. Cám. Civ., Com., Trab. y Flia., Villa Dolores, LLC 2004 (diciembre),
1214.
La prueba de la existencia de una sociedad de hecho está a cargo de quien la invoca;
tal exigencia puede ser cumplida mediante cualquier elemento probatorio, pues rige el criterio
de amplitud (conf. art. 25 ley 19.550); mas la valoración de los elementos aportados con tal
finalidad debe ser rigurosa, por lo que se exige que la prueba del contrato sea no sólo
convincente e idónea, sino inequívoca y concluyente. Con arreglo al criterio expuesto,
adquiere especial importancia la prueba de los aportes, pues este es un elemento esencial del
contrato de sociedad, sin el cual no puede tenerse por acreditada su existencia. Cám. Com., C,
RDCO 2003-833.
Diversas fuentes, en especial que una persona con sus actos repetidos ostente una
calidad de integrante que después, obviamente, no se puede desconocer. Las pautas a que se
puede acudir para dar sentido a esos hechos provienen del comportamiento ordinario de los
individuos y de algún modo estaban incluidas en la enunciación que contenía el anterior art.
298 CCom., que aunque fue derogado por la ley 19550 es invocable para espejar esas
situaciones (Llambías, "Código Civil Anotado", tomo III-B, p. 475/476): al conformar
repetidamente las liquidaciones emitidas a nombre de la sociedad, con el compromiso que de
esa intervención emerge, sin dudas exteriorizó la participación que le concernía como socio
(art. 1665, CC. ap. 3; aquel art. 298, inc. 3). Cám. Civ. y Com., JA 1997-II-636.
La justificación de la existencia de una sociedad irregular o de hecho está prevista por
los arts. 25 de la ley 19550 y 1665 del Código Civil, bastando solamente la prueba de alguno
de los hechos que el último texto enumera, u otros análogos, en razón de que la enumeración
que contiene no es taxativa, llegandose incluso a echar mano de los indicadores fácticos
contenidos en el art. 298 del Código de Com. Pese a su derogación por el art. 368 de la ley
mencionada. Cám. Civ. Com., Junín, ED, 121-507.
La prueba testimonial es medio corroborante para probar la sociedad de hecho,
siempre que exista principio de prueba por escrito que haga verosímil el hecho litigioso,
concordando dicha interpretación con lo previsto por el art. 25 de la ley 19550 y lo sustentado
en la exposición de motivos de la citada ley en cuanto a que la amplitud de la prueba debe
ajustarse al derecho común, concepto que comprende también la norma del art. 209 del
Código de Comercio. Cám. Com., A, ED, 96-628.
Si bien la ley 19550 no dice cuales son las características que pueden tipificar la
existencia de una sociedad de hecho, como lo hacía el art. 298 del Código de Com., Es
indudable que los ejemplos que aquel contenía guardan también validez al presente, y si cabe
dejar constancia que aquellos no cubre la amplia gama de matices que en un determinado
momento pueden tenerse en cuenta para sostener que una sociedad de hecho existe, conviene
tenerlos como pautas orientadoras partiendo de la base de que se presume-como decía el
Código de Comercio derogado- que existe o ha existido sociedad siempre que alguien ejercite
actos propios de sociedad, y que regularmente no hay costumbre de practicar sin que la
sociedad exista. Cám. Com., B, julio 17-978, “Mariochetti de Napoli, Olinda c. Echegaray,
Aldo”.
En cuanto a la prueba de la existencia de una sociedad de hecho cabe destacar lo que
dispone el art. 25 de la ley 19550 en el sentido de que la existencia de la sociedad puede
acreditarse por cualquier medio de prueba. Por ello, si bien corresponde tener presente que la
norma transcripta consagra la amplitud de las medidas a utilizar para probar la existencia de la
sociedad, cabe agregar que esa prueba debe ser suficientemente coincidente e idónea en tal
sentido. Si bien la ley 19550 no dice cuales son las características que tipifican la existencia de

399
una sociedad de hecho, como lo hacía el art. 298 del Código de Com., Es indudable que los
ejemplos que este contenía pueden tener validez en el presente. Cám. Com., B, julio 3-1979,
“Splenser, Carlos c. Eisler, Erik”.
La ley 19550 reitera la exigencia del art. 209 del Código de Com. en materia de
prueba de sociedades de hecho, y ello surge de la exposición de motivos que contiene una
inequívoca referencia a la misma cuando tras mencionar la amplitud probatoria que se
consagra en la materia agrega, "con sujeción al derecho común". Cám. Com., C, ED, 74-721.
Por aplicación del principio general del onus probandi incumbit actori corresponde, a
quien alega la existencia de una sociedad de hecho, la prueba de la misma, debiendo señalarse
que, de acuerdo con lo previsto en los art. 364 y 378 del Código de Com. y 25 de la ley 19550,
el actor puede valerse de cualquier medio de prueba para demostrar la veracidad de su
afirmación. Cám. Com., B, ED, 72-144.
Para acreditar la existencia de una sociedad irregular o de hecho, el art. 25 de la ley
19550 admite la amplitud de los medios de prueba, sin perjuicio de que la eficacia de dichos
medios de prueba deba ajustarse a los principios generales sobre la materia, lo cual implica
limitar la admisibilidad de la prueba testimonial al supuesto de existencia de principio de
prueba por escrito cuando el valor excede la suma indicada en el art. 209 del Código de Com.
Cám. Com., A, ED, 78-765.
Sociedad de hecho. Prueba. Testigos: A tenor de lo determinado por el art. 25 de la
ley 19550, y teniendo presente que la norma de dicha ley sobre sociedades no regularmente
constituidas se basa en la doctrina y jurisprudencia elaboradas durante la vigencia del Código
de Comercio, la declaración testimonial no constituye un elemento probatorio de la existencia
de este tipo de sociedades. Cám. Com., B, ED, 77-456.
Para acreditar la existencia de una sociedad irregular o de hecho, el art. 25 de la ley
19550 admite la amplitud de los medios de prueba, sin perjuicio de que la eficacia de dichos
medios de prueba deba ajustarse a los principios generales sobre la materia, lo cual implica
limitar la admisibilidad de la prueba testimonial al supuesto de existencia de principio de
prueba por escrito cuando el valor excede la suma indicada en el art. 209 del Código de Com.
Cám. Com., A, junio 30-1978, “Suárez Rosa E. C. Cruz, Carlos”.
Si no existe contrato que justifique la existencia de la sociedad irregular, la prueba
testimonial no es idónea para acreditarla, en tanto no medie principio de prueba por escrito. El
art. 25 de la ley 19550 no se aparta de este principio uniforme, ya que en la exposición de
motivos se dice que la amplitud de prueba admitida debe ajustarse al derecho común. Cám.
Com., A, ED, 63-405.
Al permitir demostrar la existencia de una sociedad de hecho mediante "...los hechos
de que resulte su existencia, aunque se trate de valor excedente a la tasa de la ley...", el art.
1665 del CCiv. no es taxativo sino meramente ejemplificativo, admitiendo por implicancia la
prueba testifical, cuanto más si existe principio de prueba por escrito. Ello porque el principio
del art. 1193 del CCiv. sólo es absoluto cuando se pretende probar el contrato mismo, pero no
cuando lo que se intenta acreditar son hechos que -exteriorizando la actuación de las partes-
descubren que ha mediado el acuerdo de voluntades que la ley exige para que el contrato
exista y que el mismo encuadra en alguna de las excepciones a que se refiere el art. 1191 del
mismo código y en tales supuestos todas las pruebas son admisibles. SC. Bs. As., Ac. 32637
del 3/7/1984.
Las pruebas testimoniales por sí solas no bastan para acreditar la existencia de una
sociedad de hecho, pero pueden constituir una presunción sobre las mismas, que sumado a
otros elementos permiten al juez formar convicción sobre la existencia del ente irregular. SC
Mendoza, I, noviembre 17-003 “Sureda, María de C. v. Oga, Adriana E.”
Sociedad irregular. Prueba. La demostración de la existencia de la sociedad irregular
está prevista en los arts. 1665 del Código Civil, 25 de la ley 19550 u 298 del código de com.,
Aplicable por analogía (art. 16, Código Civil). Solo basta la prueba de alguno o algunos de los
hechos que el texto enumera y otros análogos, en razón de que la enunciación que contienen
no es taxativa, desde que por su naturaleza resulta aceptable la más amplia libertad probatoria.
Cám. Civ., F, ED 98-203.
Es jurisprudencia reiterada que e para la acreditación de la existencia de una sociedad
de hecho, son admisibles todos los medios de prueba aceptados por el derecho, pues así

400
también lo previene el art. 25 de la ley 19550, pero ello no significa que cualquier medio
convictivo implica que en concreto pueda ser idóneo para dar por probada la sociedad, ya que
en cada caso se impone analizar las aportaciones acreditativas pertinentes a fin de apreciar si
de su conjunto surge un serio poder de convicción que autorice a admitir la existencia de la
sociedad que se alega. Cám. Com., A, ED, 92-331.
Si bien el art. 298 del Código de Com. ha quedado derogado por la ley 19550, no
existen razones para prescindir de la utilización de las pautas que indicaba esta norma, la cual
no resultaba taxativa, pero indicaba para considerar probada la sociedad de hecho la
realización de actos que importaban admitir claramente el carácter de socio. Cám. Civ., G, ED,
94-562.
Si bien la ley 19550 no dice cuales son las características que tipifican una sociedad
de hecho como lo hacía el art. 298 del Código de Com., es indudable que los ejemplos que
aquella contenía guardan también validez al presente, y si cabe dejar constancia que aquello
no cubren la más amplia gama de matices que pueden tenerse en cuenta para sostener que una
sociedad de hecho existe, conviene tenerlos como pautas orientadoras partiéndose de la base
de que se presume, como decía el Código de Comercio derogado, que existe o ha existido
sociedad siempre que alguien ejercita actos propios de sociedad y que regularmente no hay
costumbre de practicar sin que la sociedad exista. Cám. Com., B, agosto 25-1980, “Usabiaga,
Florencio c. Arroyo, Honorio y Otros”.
Para acreditar la existencia de una sociedad debe demostrarse la de los elementos
exigibles para el nacimiento del contrato, y a que se refiere el art. 1 de la ley 19550 para ello,
mas que la prueba directa, no exigible, se ponderara todos los elementos aportados a los autos,
aun por vía presuncional. Civ. Com., II, Mercedes, agosto 6-1981, “Garay, Néstor R. C Pesce,
Julio”.
Sociedad irregular. Prueba. Criterio restrictivo. Aun en presencia de lo dispuesto por el art.
25 ley 19550 la valoración de la prueba de la sociedad de hecho debe hacerse con extremo
rigor. Cám. Crim. y Correc., V, octubre 27- 1978, “Santapá, Carmelo”.

f.- Responsabilidades generales de los socios


Tanto en el caso de la sociedad irregular como en el de la de hecho, la LS
(art. 23) prevé que los socios –y quienes contraten en nombre de la sociedad-
quedarán ilimitadamente obligados por las operaciones sociales1292, en forma
solidaria y directa, sin poder alegar la previa excusión de los bienes del ente (art. 56
LS)1293, ni invocar respecto de terceros o entre sí derechos o defensas nacidas del
contrato social1294. Si bien es cierto que -según apuntáramos- nos encontramos
frente a un sujeto de derecho diferenciado de los socios que lo integran, se da en éste
falta de plenitud en el atributo de la personalidad, debido en gran medida al modo en
que los socios enfrentan con su patrimonio las deudas de la sociedad con

1292
Cfr. Verón A. V., Sociedades ..cit.., t. I, p. 185.
1293
Al respecto, y refiriéndose a la norma del art. 164 LC –actual 160 LCQ- decía Farina que
la misma “se aplica con toda razón a las sociedades de hecho, en las cuales los socios carecen de
beneficio de excusión.” Cfr. Farina J., La Quiebra de la… cit., t. 42, D 129-130.
1294
La LS se enrola así en una posición hostil respecto de estas especies societarias,
buscando extender en la mayor medida posible la responsabilidad de los socios respecto de las
obligaciones del ente, y al mismo tiempo obstaculizar el ejercicio de los derechos de los socios. Cfr.
Cabanellas de las Cuevas G., Derecho Societario… cit., t. 6, p. 511. Respecto de la prohibición de
invocar derechos surgidos del contrato aún entre socios, Nissen se manifiesta en contra por excesiva y
por colisionar con las previsiones del art. 1197 del Código Civil. Véase Sociedades Irregulares..., p.
95.

401
terceros1295. El fundamento de la responsabilidad solidaria e ilimitada de los socios
debe buscarse en la ausencia de registración del contrato social y en el disfavor con
que el legislador ha contemplado desde antiguo estas prácticas asociativas1296,
siendo la pérdida del beneficio de excusión consecuencia de la precariedad antes
señalada.
En punto al plazo de prescripción para las acciones –entre socios- derivadas
de este tipo de relaciones, este no se encuentra previsto en la LS, por lo que resulta
necesario remitirse sobre el particular al régimen del Código de Comercio1297, y, en
su caso y por reenvío de este1298, al Código Civil. Sobre el particular, no existe
consenso respecto de si se trata de la trienal del art. 848 inc. 1° del Código de
Comercio o la decenal general del del art. 846. La mayoría de la doctrina parecería
inclinarse por la segunda hipótesis -diez años, art. 846 Código de Comercio1299-, por
considerar i.-) que las previsiones del art. 848 inc. 1°, en cuanto aluden a cuestiones
“derivadas del contrato de sociedad” no resultrían de aplicación para sociedades
irregulares y ii.-) si los socios no pueden invocar derechos ni defensas nacidos del
contrato social, mal podrían prevalerse de un plazo de prescripción más corto en
razón de la existencia de tales intrumentos.
En concordancia, la sentencia que se pronuncie contra el ente tendrá también
el efecto de cosa juzgada contra los socios en relación a su responsabilidad social,
por lo que podrá ser ejecutada contra ellos1300. No obstante, en todo caso y aún
dentro del marco de este tipo de sociedades, corresponde siempre diferenciar las
obligaciones del ente de las personales de sus componentes, en tanto los deudores de
aquella no lo son de los socios en forma personal1301, y viceversa. Esta circunstancia
impide que los terceros puedan optar por demandar a los socios individualmente por

1295
Cfr. Cám. Com., A, ED 93-548. Este fallo refiere, también, a una “mengua en el tipo”,
extremo que merece un tratamiento especial y que excede los alcances del presente trabajo.
1296
Las disposiciones legales dictadas en torno a estas han tendido a desalentar su actuación.
Cfr. Nissen R., “Concurso de sociedades no constituidas regularmente”, LL 1984-C, p. 846.
1297
En términos generales la LS no contiene disposiciones respecto de la prescripción, con la
salvedad hecha sobre la suscripción preferente (art. 195 y 196) y otros pocos casos dudosos (en
cuanto a si trataría de plazos de prescripción o bien de caducidad).
1298
La prescripción mercantil está sujeta a las reglas establecidas para las prescripciones en
el Código Civil, en cuanto ello no se opusiera a lo específicamente reglado por el Código de
Comercio (art. 844 Cód. Com.).
1299
Cfr. Perciavalle M., Sociedades Irregulares…, p. 22.
1300
“Es solidaria la condena recaída en la acción entablada contra el socio de la sociedad
irregular por la obligación contraída por este, aunque en la demanda se hubiera omitido pedirlo así,
pues esa solidaridad emana de la ley y ésta debe ser aplicada de oficio por el juez.” Cám. Com., B,
ED 16-425.
1301
Del sólo hecho de que el art. 24 LS disponga que en sus relaciones con terceros
cualquiera de los socios representa a la sociedad, no puede extraerse como conclusión insoslayable
que cualquier operación realizada por aquellos vincule necesariamente al ente. Admitir tal hipótesis
importaría tanto como sostener que el socio, por el sólo hecho de serlo, ha perdido toda posibilidad de
realizar transacciones en forma individual o particular. Partiendo de este error podría justificarse la -
también errónea- conclusión de que la imputación de la conducta del socio al ente debiera mantenerse
hasta tanto se demostrara que el socio ha actuado por sí, alterando el régimen de la carga de la
prueba. Cfr. Cám. Com., C, ED disco láser 1999, registro nº 33779.

402
las obligaciones sociales, debiendo previamente obtener una condena judicial contra
la sociedad1302. Así el acreedor deberá demostrar, primeramente, la calidad de socio
–por tanto de deudor- del accionado, lo que no siempre resulta tarea sencilla si no se
tratara de imputar responsabilidad a quien detentara de manera ostensible el rol de
administrador, y en función de que es posible encontrar una variedad de conductas
patrimoniales comunes o promiscuas, en ausencia de la constitución y registro de
una sociedad a la cual sindicar esa actuación1303.

JURISPRUDENCIA

Sociedad irregular. Rendición de cuentas: Por el pedido de actuación como sociedad


irregular, los socios deben rendirse cuentas de los negocios realizados conforme al contrato
social, según resulta del art. 22 de la ley 19550. Cám. Com., C, noviembre 7-1979, “Milanesi,
Orestes c. Edificadora Laprida, S. C. A.”.
A diferencia de lo que ocurre en las sociedades regulares, en las que la exigibilidad de
las obligaciones resultantes de contrato social y del ordenamiento legal de las sociedades, hace
que la vía normal a los efectos de dar cuenta de la administración y de los resultados de la
gestión económica cumplida transite por los canales de los estados contables que deben
someterse periódicamente a los socios (art. 69, ley 19550), en las sociedades irregulares los
socios se deben rendición de cuentas de los negocios realizados. Cám. Com., C, agosto 31-
1979, re “Calzón, Oriel c. Mandelli, Antonio”.
Sí deben distinguirse aspectos diversos atinentes a la rendición de cuentas: a) el
vinculado con la comprobación de la obligación de rendirlas; b) el relacionado con el trámite
de la rendición en sí. La comprobación es previa, ya que no se puede exigir al demandado el
cumplimiento de una obligación que desconoce. Ésta presupone el reconocimiento de la
obligación, o, en su defecto, una sentencia que la establezca, luego de debatirse la procedencia
de una petición en tal sentido. La cuestión en la que se debate la obligación de rendir cuentas
es, por su naturaleza, previa a la rendición y distinta de las cuentas ya rendidas. Cám. Com.,
octubre 7-004, “Selser, Jorge G. y otros c. Astrovsky, David A.”; misma Sala, “Huarte
S.A.C.I. y C. v. José Suiero y Cía. s/ordinario”, del 9/6/1994.
Sociedad irregular. Actuación del socio y relación con terceros: La resolución
tomada por uno de los socios de una sociedad de hecho en exceso de sus atribuciones (en el
caso, un despido), puede ser discutido posteriormente entre los socios, pero nunca ser opuesta
tal limitación a los terceros (en el caso, despedidos), por cuanto aquel procedió dentro de las
atribuciones propias que como socio de una sociedad de hecho le confiere la ley de
sociedades, sin perjuicio de reconocer eventualmente, que se el proceder de éste hubiese sido
dañoso para los otros socios, deba responder-si medio culpa de su parte en la adopción de
aquella decisión- por aplicación del art. 1725 del Código Civil y 54 de la ley 19550. Cám.
Com., B, febrero 28-1978, “Carbone, Edith c. Carbone, Paula”.
El hecho de que el art. 24 de la ley 19550 discipline que en sus relaciones con los
terceros, cualquiera de los socios representa a la sociedad, no puede extraerse como
conclusión insoslayable, que las operaciones realizadas por los componentes de la entidad, la
vinculen necesariamente a ésta, pues admitir ese temperamento, importaría tanto como
sostener que los socios, por se tales, han perdido toda posibilidad de realizar transacciones en
forma individual o particular, lo que, ciertamente es inaceptable. Y menos válido aun es
postular que esa conclusión debe mantenerse hasta tanto se demuestre que el socio ha actuado
por si, por cuanto ello al menos en principio, altera el régimen de la carga de la prueba. Cám.
Com., C, julio 21-978, “Mainardi, Carlos c. Bonta, Roberto”.
Sociedad de hecho. Socios y terceros. Titulo ejecutivo. No mediando obligación
cambiaria de los socios de un ente irregular, no resulta dudosa la improcedencia de

1302
Cfr. Cám. Com., C, ED 24/09/01.
1303
Cfr. Quintana Ferreyra F. y Alberti E., Concursos, t. 3, Bs. As., 1991, p. 28.

403
demandarlos individualmente, pero no puede juzgarse inconducente el haber traído a juicio a
los firmantes del pagaré como socios del ente obligado, pues a partir de lo actuado a su
respecto quedan individualizados y, consiguientemente, expedita la ejecución en su contra,
con sustento en lo dispuesto por los arts. 23 y 56 de la ley 19550, evitando por ese medio que,
luego de la sentencia contra la sociedad, que no opuso excepciones, se susciten contiendas
originadas en la calidad de socio que ahora es dable tener por acreditada a la luz del
reconocimiento de los emplazados. Cám. Com., C, ED, 99-381.
Sociedad Irregular. Responsabilidad de los socios: Conforme al art. 23 de la ley
19550, los socios de los entes irregulares quedan solidariamente obligados por las operaciones
sociales, sin poder invocar el beneficio de exclusión. Por ello, la circunstancia de que el actor
haya desistido de proseguir la acción contra uno de los socios, no quita ello validez a la norma
expuesta de la ley de sociedades, por cuanto la sentencia dictada contra la sociedad tiene
fuerza de cosa juzgada contra los socios en relación a su responsabilidad social. Cám. Com.,
A, Julio 23 1979, “Somoza, Adalberto en Nicol, Miguel c. Somoza, Hnos.”.
Sociedad irregular. Resolución parcial –improcedencia-: La demanda por resolución
parcial, según el régimen del art. 91 de la ley 19550, es inaplicable a las sociedades irregulares
en razón de que los socios no pueden invocar en sus relaciones derechos o defensas nacidas
del contrato social. Cám. Com., C, ED, 81-643.
Sociedad irregular. Exclusión de socio –improcedencia-: La acción de exclusión de
socio prevista en el art. 91 de la ley 19550 no es procedente cuando se trata de sociedades
irregulares o de hecho, ya que la misma sólo es viable respecto de los tipos societarios a que
hace referencia la norma legal mencionada. Cám. Com., B, marzo 30-1979, “Orta, Alberto c.
Bravo, Rosendo”.
La regulación de la resolución parcial que hace la ley 19550 no rige para las
sociedades de hecho, cuya disolución acaece como consecuencia del mero arbitrio de
cualquiera de los socios que pretenda apartarse de la comunidad de hecho (fallo de primera
instancia). Cám. Com., A, ED, 82-364.

g.- Representación
Como consecuencia de la falta de registración del ente es que, en las
relaciones con terceros, cualquiera de los socios representa a la sociedad sin
necesidad de pedir autorización alguna (art. 24 LS). En función de ello y de la
imposibilidad de esgrimir la existencia del contrato social es que ningún socio puede
reclamar el derecho contractual de administrar y representar al ente, siendo
inoponibles los órganos que en aquel se hubieran instituido1304.

JURISPRUDENCIA

Sociedad de hecho. representación: El otorgamiento del poder general no denota en


modo alguno un hecho societario sino todo lo contrario, toda vez que recayendo la
administración de una sociedad de hecho en cualquiera de sus socios indistintamente
tal recaudo no era necesario. Cám. Com., A, mayo 28-1984, “Stahlschmitd, A. de M.
M. c. Yañez, Roberto M.”.

I.- Relación del ente con terceros: En razón de las previsiones del art. 294 del
Código de Comercio la sociedad de hecho y la irregular no se encontraban
legitimadas para solicitar a sus eventuales cocontratantes el cumplimiento las
obligaciones asumidas. A partir de la sanción de la LS, la sociedad puede ejercer los
derechos emergentes de los contratos celebrados con terceras partes (art. 23 LS) y

1304
Cfr. Roitman H., Ley de Sociedades… cit, t. I, p. 475.

404
forzar su ejecución, sin que aquellas puedan oponer la irregularidad a efectos de
incumplir1305. Esta previsión legal se funda en que no sería justo beneficiar al
tercero, quien en una primera instancia ha reconocido la existencia del ente al
contratar con él, con la eximición de sus deberes1306.
De contar los terceros con el instrumento de constitución de la sociedad
irregular, podrán notificar sus reclamos al domicilio en este denunciado como si se
tratara del social inscripto1307, sin perjuicio de las notificaciones a los socios, de
entenderlas pertinentes. Para el caso de la sociedad de hecho, en cambio, deberán
cursar la notificación al lugar del asiento principal de los negocios, con más las
correspondientes a los socios, para el caso de resolver la parte actora dar traslado a
los mismos. Por otra parte, tampoco podrán los socios invocar frente a terceros
limitaciones que resulten del objeto social, ya que ello importaría procurar defensas
nacidas del contrato, contrariando así el art. 23 LS, por lo que cabe concluir que la
sociedad funciona en la práctica como de objeto indeterminado. Para quienes
adhieran a esta postura, los socios responderán también -lógicamente- en forma
solidaria por los actos ilícitos de sus administradores o dependientes, como
consecuencia del juego armónico entre el art. 1066 del C. Civ. y el reconocimiento
de la personalidad dispuesto por el art. 26 LS1308. De la imposibilidad de invocar
derechos o defensas nacidas del contrato social se deriva la improcedencia del
planteo de eventuales tercerías que la sociedad pretenda hacer respecto de los bienes
aportados por los socios, cuando sus acreedores particulares pretendan
ejecutarlos1309. Por último señalaremos que a su vez los acreedores del ente también
pueden accionar contra los terceros que contrataran en nombre de la sociedad (art.
23 LS), por las operaciones sociales por estos concretadas, habida cuenta que la ley
les impone -según dijéramos- solidaridad.

JURISPRUDENCIA

Demandas contra la sociedad irregular y de hecho: resulta procedente la ejecución dirigida


contra bienes de propiedad de los integrantes de la sociedad irregular o de hecho, aun cuando
no hubieran sido demandados y condenados en forma personal, siempre que se encuentre
acreditado en la causa el carácter de socios de los mismos. Cám. Trab., III, abril 16-999,
“Frizzi Haydée v. Wyzenberg Myriam y otro”.

h.- Regularización
Para quienes entienden que nos encontramos frente a sociedades que carecen
de tipicidad, la transformación no es posible1310. Tampoco aceptan la transformación
1305
Cfr. Nissen R., Sociedades Irregulares… cit., p. 73.
1306
Cfr. Halperín I. Y Butty E., Curso… cit., p. 404.
1307
En contra (no así respecto de la jurisdicción), Perciavalle M., Sociedades Irregulares…,
p. 20, con apoyo en Cám. Com., D, octubre 25-1988, ERREPAR Sociedades Comerciales t. II p.
013.001.002 n° 22.
1308
Cfr. Halperín I. y Butty E., Curso…cit. 4ª ed. t. I, p. 340.
1309
Cfr. Nissen R., Sociedades Irregulares… cit., p. 107.
1310
Cfr. Anaya J., “La transformación de…” cit., p. 427; Zaldivar E. y ots, Cuadernos… cit.,
vol. IV, p. 104; Sasot Betes M. y Sasot M., Sociedades Anónimas, Constitución… cit., p. 482.

405
aquellos que sostienen que la única sociedad apta a tales fines es la regularmente
constituida1311. No obstante, el art. 22 LS prevé la posibilidad de su regularización –
adoptando un tipo regular1312-, para lo cual la dispone un mecanismo muy similar al
de la transformación1313, y que en realidad importa una “constitución dentro de los
tipos previstos por la ley1314”. Para quienes consideran a las sociedades irregulares y
de hecho como subtipos previstos en la LS, la solución es análoga: la regularización
es el camino para que estos entes cambien de tipo. Así, no se disuelve la sociedad
irregular, continuando la regularizada en los derechos y obligaciones de aquella.
Tampoco se modifica la responsabilidad anterior de los socios por las operaciones
celebradas con anterioridad a la regularización (art. 22 LS). La petición de
regularización corresponde a cualquiera de los socios, quienes podrán requerirla
comunicándolo a todos los socios en forma fehaciente. La resolución se adoptará por
mayoría de socios –no de capital-, debiendo otorgarse el pertinente instrumento,
cumplirse las formalidades del tipo y solicitarse la inscripción registral dentro de los
sesenta días de recibida la última comunicación efectuada por el socio que solicita la
regularización. No lograda la mayoría1315, o no solicitada en término la
inscripción1316, cualquier socio puede provocar la disolución desde la fecha de la
resolución social denegatoria o desde el vencimiento del plazo, sin que los demás
consocios puedan requerir nuevamente la regularización (art. 22 LS). Por el
contrario, de obtenerse las mayorías legales la LS prevé “una suerte de derecho de
receso al disponer que los socios que votaron contra la regularización tienen derecho
a una suma de dinero equivalente al valor de su parte a la fecha del acuerdo social”,
según el art. 92 LS1317.

JURISPRUDENCIA

Sociedad de hecho. Transformación: El art. 74 del decreto-ley 19550/72 recibe el concepto de


transformación sin excluir de la institución a ninguna sociedad. Dado que las sociedades de
hecho están previstas en la ley e inclusive aludidas como ente distinto de sus integrantes (vgr.
especialmente arts. 23 a 26 del decreto-ley citado) y que la ley no distingue en cuanto a sus
beneficiarios, no se advierte impedimento legal para la procedencia de la transformación de
una sociedad de hecho en sociedad de responsabilidad limitada. Civ. Com., San Isidro, ED,
68-425.

i.- Disolución y liquidación

1311
Cfr. Halperín I., Curso… cit., t. 1, p. 315. ACTUALIZAR
1312
Tal previsión no importa la atipicidad previa de este tipos de entes. La LS alude así a
cualquiera de los tipos regulares en esta previstos.
1313
Cfr. Nissen R., Ley de Sociedades…cit., t. II, p. 117.
1314
Halperín Isaac, Sociedades Anónimas, cit. p. 715 n° 5 actualizar
1315
O si habiendo sido convocados, los socios no se reunieran a deliberar y votar el tema. En
tal caso se entiende que hay un rechazo implícito a la proposición. Cfr. Etcheverry R., Sociedades
Irregulares… cit. -su apéndice de actualización-, Bs. As., 1981, p. 10.
1316
Sanción que luce exagerada.
1317
Cfr. Halperín I. y Butty E., Curso…cit. 4ª ed. t. I, p. 410.

406
Así como cualquiera de los socios puede solicitar la regularización del ente,
también cualquiera de ellos puede exigir su disolución. Esta se producirá a la fecha
en que el socio notifique fehacientemente tal decisión a todos los consocios, salvo
que la mayoría de éstos resuelva regularizarla dentro del décimo día1318, y, con
cumplimiento de las formalidades correspondientes al tipo, se solicite su inscripción
dentro de los sesenta días, computándose ambos plazos desde la última notificación.
(art. 22 LS). La liquidación de las sociedades irregulares y de hecho se rige por las
normas del contrato –de existir- y de la LS (su art. 22).
Tanto los socios que votaron contra la regularización como el socio que
peticionara la disolución y su planteo fuera rechazado, tienen derecho a receder. En
tal caso recibirán una suma de dinero equivalente al valor de su parte a la fecha del
acuerdo social que la dispone, aplicándose el artículo 92 LS (salvo su inciso 4°).
Mientras el receso no hubiere sido inscripto en el Registro Público, la obligación de
los recedentes por las deudas sociales continúa. En cuanto a la decisión de retirarse
del ente irregular, la misma sólo produce efectos con respecto a terceros desde que la
disolución se hubiera inscripto (art. 98 LS), sin perjuicio de que entre los socios
cuenta desde que aquella fuera notificada fehacientemente (art. 22 LS)1319.

JURISPRUDENCIA
Sociedad de hecho. Disolución. La disolución de una sociedad no implica la extinción
ipso facto de su personalidad, la que subsiste a ese efecto (conf. art. 101 LS.), sino una
particular situación jurídica regulada por la ley, un proceso que comprende una serie de
operaciones destinadas a poner fin a los negocios pendientes, durante cuyo transcurso el ente
conserva su personalidad hasta la extinción del pasivo social y eventual distribución del
remanente –se trata de un hecho o acto jurídico que abre el proceso liquidatorio conducente a
la extinción de la sociedad, mediante la realización de todos los actos necesarios para que
queden totalmente extinguidas las relaciones jurídicas entre la sociedad y los terceros, entre
aquélla y los socios, y las de estos últimos entre sí. Cám. Com., C, septiembre 6-002,
“Otaegui, Javier F. v. Ghergherian, Alejandro G.”
En la sociedad irregular o de hecho, el pedido de disolución solicitado por alguno de
los socios, deviene procedente en virtud de lo dispuesto por el art. 22 de la ley 19550,
debiendo estarse en cuanto a la fecha en que se ha producido dicha disolución a la de
notificación del traslado de la demanda. Cám. Com., A, ED, 118-495.
Sociedad de hecho. Disolución. Rendición de cuentas: disuelta la sociedad de hecho
procede su liquidación a través de su modo natural, que es la rendición de cuentas (arts. 101 y
112 LS). La aparente contradicción que, entre socios, tal planteo pudiera ocasionar ante la
falta de carácter de administrador alguno de los requeridos, se resuelve interpretando que la
secuencia procesalmente prevista para la rendición torna indiferente quién sea el rindiente o
quién reciba las cuentas, ya que cualquiera de ellas tiene asegurado su derecho de defensa en
juicio y podrá formular las cuentas u observarlas. Cám. Com., B, octubre 7-004, “Selser, Jorge
G. y otros c. Astrovsky, David A.”; misma Sala, “Huarte S.A.C.I. y C. v. José Suiero y Cía.
s/ordinario”, del 9/6/1994.
Sociedad de hecho. Disiolución. Oponibilidad. La disolución de una sociedad de
hecho no puede hacerse valer contra terceros hasta tanto no se cumpla con lo dispuesto por el
art. 98 de la ley 19550, es decir, hasta tanto no se inscriba, previa publicación en su caso, pues

1318
La manifestación mayoritaria por parte de los socios en cuanto a la regularización del
ente inhibe al peticionante de iniciar la disolución.
1319
Exposición de Motivos Ley 19.550, Capítulo I, Sección IV, ap. 2.a.

407
frente al tercero la sociedad sigue existente (en el caso, debe prosperar la defensa de falta de
legitimación pasiva opuesta por el socio demandado, que había sido demandado por un ex
socio de una sociedad de hecho, que se titulaba cesionario de todos los derechos de la sociedad
disuelta). Cám. Com., ED, 74-720.
Sociedad de hecho. Disolución. Notificación. Si bien la norma establecida por el art.
22 de la ley 19550 no exige, necesariamente, que la voluntad del socio de disolver la sociedad
se exteriorice por medio de una demanda judicial, sino que conforme a la citada disposición
legal basta que se notifique fehacientemente tal decisión a los restantes consorcio, la
disolución debe tenerse por operada a la fecha de la notificación de la demanda, cuando es en
tal oportunidad en que el consocio toma conocimiento de la voluntad del otro de disolver la
sociedad. Cám. Com., B, ED, 72-145.
El mero hecho de que uno de los socios haya dejado de concurrir a la sede social es
totalmente inhábil para darle carácter de comunicación fehaciente a que se refiere el art. 22 de
la ley 19550 por ello, no habiéndose acreditado la existencia de una comunicación en tal
sentido anterior a la fecha de notificación de la demanda, a ella debemos atenernos para tales
efectos. Cám. Com., A, junio 6-1979, “Cuesta, Idilfo c. Sordo, Ricardo”.
Sociedad irregular. Precariedad: La sociedad irregular se encuentra signada desde su
origen por una precariedad que es tradicional en nuestro derecho positivo e inequívoca en la
vigente disciplina del art. 22 de la ley 19550, puesto que en cualquier disolución por la mera
voluntad de uno de los socios. A los efectos de las relaciones internas y sin perjuicio de los
derechos de terceros, esa disolución se opera desde el momento en que se ejecutó una
notificación fehaciente a los demás socios. Cám. Com., C, agosto 31-1979, “Calzón, Oriel c.
Mandelli, Antonio”.
Sociedad irregular. Disolución. El acto jurídico destinado a extinguir el contrato de
sociedad de hecho no es un contrato, pues no es fuente de obligaciones, sino una convención
jurídica por la que las partes han establecido las condiciones para ejercer el derecho de
disolver la sociedad que les otorga el art. 22 de la ley 19550. Civ. Com., II, Morón, ED, 165-
46.
Tanto en la ley anteriormente vigente en materia de disolución de sociedades irregulares (art.
29, Código de Com.) Cuanto en la actual (art. 22, ley 19550), cualquier de los socios puede
exigir su disolución, la que es total, pues en sociedades de este tipo, no cabe la disolución
parcial. Civ. Com., III, La Plata, ED, 90517.
Resultan inaplicables las reglas sobre retiro doloso o intempestivo a las sociedades
irregulares, atento a que el derecho a provocar la disolución, de conformidad al art. 22 de la
ley 19550, no es suceptible de restricciones ni puede engendrar ninguna responsabilidad; lo
contrario importaría una forma de coartarlo. Cám. Com., C, ED 81-643.
La naturaleza de la sociedad disuelta de común acuerdo y en la que el actor percibió
como reintegro de aportes y compensación una suma, no da acción al socio para reclamar
ningún resarcimiento si no hay constancias que existiera un compromiso de pago de una
cantidad mayor, ya que la sociedad irregular es un sujeto de derecho con personalidad precaria
y limitada (arts. 22 y 26, ley 19550) cuyo patrimonio se integra con las prestaciones de las
socios, que no las intercambian. Cám. Com.,C, febrero 21-1978, “Maluf, Aniceto c.
Argenseda, SA.”.
Sociedad irregular. Liquidación. Pautas. El art. 21 de la ley 19550 acepta la
procedencia de tomar en cuenta las prescripciones contractuales fijadas para la liquidación de
la sociedad irregular (dictamen del fiscal de Cámara). Cám. Com., B, ED, 74-716.
Sociedad irregular. Liquidador. Designación. Funciones. En el caso de que se
pretenda la liquidación de una sociedad irregular, si no se ha previsto una regla contractual
para la liquidación y dado que tampoco puede invocarse la existencia de un órgano de
administración al que se remite el parr. 1. del art. 102 de la ley 19550, deviene atinada la
designación de un liquidador en los términos del art. 102 premencionado, a cuyo
nombramiento deberá proveer el juez en la etapa respectiva. Civ. Com. Junín, 724-SJ, ED,
119-651.
Si ambas partes están contestes en disolver la sociedad, resulta procedente la
designación de un liquidador, quien deberá ajustar su contenido con lo dispuesto por los arts.
101 y sigts. de la ley 19550. Com. 1ra., ED, 74-719.

408
Sociedad irregular. Disolución. Notificación. El art. 22 de la ley 19550 preceptúa
ciertamente que la disolución de la comunidad irregular sobreviene con una comunicación
fehaciente de voluntad en tal sentido, por cualquiera de los componentes. Pero si la ley prevé
que esa conducta provoca la disolución, no dice, en cambio, que tal consecuencia no pueda
devenir de otras conductas orientadas al mismo fin, pero no consistentes, necesariamente, en
una comunicación fehaciente. En este aspecto es menester tener presente, para la inteligencia
de la solución, el viejo principio lógico según el cual la evidencia de que una causa provoca
determinada consecuencia no excluye la existencia de otras causas que lleven a similar
resultado. Cám. Com., D, ED 78-129.

j.- Concubinato y sociedad de hecho


Si bien el concubinato permite presumir una comunidad de intereses esta no
hace presumir que haya ademas una sociedad de hecho, a la que no equivale1320. En
la apreciación de la prueba de los hechos societarios realizados por concubinos no
corresponde adoptar un criterio amplio, no obstante parece razonable por razones
morales no exigir a estos comienzo de prueba por escrito como si se tratase de que
una sociedad entre sujetos que no hubieran convivido1321. Sí es necesario evaluar la
existencia en forma estricta y rigurosa, ya que lo corriente y normal en este tipo de
relaciones es que a las partes no las mueve un propósito encaminado a la obtención
de utilidades o beneficios económicos para dividirlos entre si, elemento esencial de
la sociedad, cualquiera sea su carácter1322.

JURISPRUDENCIA

Sociedad de hecho y concubinato. En la apreciación de la prueba de los hechos


societarios realizados por concubinos, no corresponde adoptar un criterio amplio, sino que es
necesario hacerlo en forma estricta y rigurosa, pues lo corriente y normal en este tipo de
relaciones es que a las partes no las mueve un propósito encaminado a la obtención de
utilidades o beneficios económicos para dividirlos entre si, elemento esencial de la sociedad,
cualquiera sea su carácter (arts. 1648, Código Civil y 1, ley 19550). Cám. Civ., D, marzo 13-
1984, “G., N. E.”
El concubinato permite presumir una comunidad de intereses. Pero ésta no hace
presumir que haya una sociedad de hecho, a lo que no equivale. Y es "de hecho" aquélla
sociedad que carece de toda instrumentación, por haber sido su contrato celebrado
verbalmente. Y, si bien es cierto que cuando ha existido una relación concubinaria entre los
supuestos comuneros no existe disposición legal alguna que imponga un criterio restrictivo
para apreciar la prueba de la alegada sociedad de hecho, tampoco hay fundamento suficiente
para sostener que ese criterio deba ser liberal. Sup. Corte Bs. As., Ac. 42400 del 27/11/1990;
C.Civ. y Com San Isidro, Sala 2°, abril 21-005, re Fernández Rosa c. Ibarra Jorge, exte
96479. En los autos se ventilaba la ruptura de una pareja de concubinos que explotaban un
comercio propiedad de uno de ellos desde antes de la convivencia.

1320
Cfr. Cám. Civ. y Com, II, San Isidro, abril 21-005, “Fernández Rosa c. Ibarra Jorge”,
exte 96479. En los autos se ventilaba la ruptura de una pareja de concubinos que explotaban un
comercio propiedad de uno de ellos desde antes de la convivencia, extremo que en esa oportunidad se
demostrara, más allá de la presunción general en contra.
1321
Cfr. Perciavalle M., Sociedades Irregulares…, p. 36; Halperín I. y Butty E., Curso…cit.,
4ª ed. t. I, p. 410.
1322
Cfr. Cám. Civ., D, marzo 13-1984, “G.N.E”.

409
CAPITULO X
SUMARIO
1.- La sociedad en formación
a.- Antecedentes
I.- Durante la vigencia del Código de Comercio
II.- A partir de la sanción de la LS
III.- A partir de la sanción de la ley 22.903
IV.- La sociedad en formación en la actualidad
b.- Personalidad de la sociedad en formación
c.- Actos cumplidos durante el régimen fundacional
2.- La sociedad irregular y la sociedad de hecho
a.- Introducción
I.- Antecedentes
A.- Código de Comercio
B.- Ley 19.550 –LS-
b.- Sociedad irregular y sociedad de hecho, su distinción
c.- Personalidad y tipicidad
d.- Denominación
e.- Prueba de la existencia del ente
f.- Responsabilidades generales de los socios
g.- Representación
I.- Relación del ente con terceros
h.- Regularización
i.- Disolución y liquidación
j.- Concubinato y sociedad de hecho.

410
Capítulo XI
Intervención de sociedades
SUMARIO:
35.- Intervención judicial. a.- Interés jurídico tutelado. b.- Evolución del instituto en el
derecho argentino. c.- Requisitos de procedencia. I.- la verosimilitud del derecho invocado
(art. 113 LS). II.- el peligro en la demora y la gravedad del daño (arts. 113 y 115 LS). III.-
prestación de contracautela (art. 116 LS). A.- Innecesariedad de contracautela. IV.-
agotamiento de las instancias societarias (art. 114 LS). d.- Características de la medida. I.-
Plazo. Provisoriedad. Revocabilidad. II.- Se dicta inaudita parte. III.- Carácter restrictivo
(arts. 114 LS y 225 inc. 1° CPCCN). IV.- Es accesoria a la demanda de remoción del
administrador (art. 114 LS). V.- Es discrecional. e.- Juez competente. f.- Sujetos
legitimados para pedir la intervención. I.-) El socio. II.- La autoridad de contralor (arts.
301 inc. 2 y 303 LS). III.-) El representante de los debenturistas (arts. 345 y 346 LS). IV.-)
La sindicatura. V.-) Los terceros. 36.- Otros supuestos de intervención. a.- Intervención
en las sociedades en formación. b.- Intervención en las sociedades no constituidas
regularmente. c.- Sociedades en etapa liquidativa. d.- Cooperativas. 37.- Forma y
alcances de la resolución de intervención. a.- Cualidades del interventor. b.- Interventor
persona jurídica. c.- Impugnación de la cautelar. d.- Remoción del interventor. 38.-
Modalidades de intervención. Tipos. a.-) Veeduría. b.-) Coadministración. c.-)
Administración judicial. d-) Interventor recaudador e interventor informante (arts. 223 y
224 CPCCN). 39.- Honorarios del interventor. 40.- Intervención del órgano de
fiscalización. 41.- Mediación . 42.- La intervención en el derecho comparado. a.-
Bolivia. b.- Brasil. c.- Francia. d.- Italia. e- Uruguay

35.- Intervención judicial


Cualquiera sea el tipo que se adopte, toda sociedad presume la necesaria
existencia de un órgano permanente, de actuación y de ejecución, cuyas funciones se
circunscriban mayormente –y según el caso- a la gestión, administración y
representación de la sociedad1323. Como regla, en principio, sus integrantes no
responden personalmente en razón de los actos imputables al ente, por lo que resulta
justificado que la confianza en estos depositada tenga como contracara un conjunto de
medidas jurídicas -acciones1324- tendientes a prevenir, influyendo en sus conductas e
induciéndolos a cumplir diligentemente las obligaciones propias del cargo que
detentan, reparando en su caso las consecuencias dañosas que su obrar negligente o
culposo pudiera ocasionar. Cuando los administradores pusieran en riesgo grave a la
sociedad del cual resultara un perjuicio nacerá su responsabilidad legal y orgánica (arts.
59 y 274 LS) de la que se derivará: i.-) su remoción ad nutum seguida de las acciones
sociales pertinentes (art. 276 LS); ii.-) en su defecto, el ejercicio de la acción de
remoción cuando a tales fines fuera necesaria la invocación de causa, por así haberse
previsto contractualmente (sociedad colectiva, sociedad en comandita simple, sociedad

1323
Le cabe decidir y ejecutar las actividades que entiendan mejor respondan al
cumplimiento del objeto social y a las pautas de gobierno que le fije la asamblea.
1324
Sobre el particular, nuestro anterior trabajo La Acción Social de Responsabilidad Contra
el Directorio, Bs. As., 2006.

411
de capital e industria, sociedad de responsabilidad limitada y sociedad en comandita
por aciones; arts. 129 2do. párr., 136, 143, 157 y 319 LS respectivamente), con más las
correspondientes acciones sociales; iii.-) o bien para el caso de la sociedad anónima,
cuando los peticionantes de la remoción no contaran con las mayorías necesarias para
solicitarla y debieran en consecuencia acudir a la justicia.
En los dos últimos supuestos –requisitoria de justa causa o ausencia de
mayorías legales- la acción de remoción puede acompañarse con el pedido de
intervención judicial del ente (arts. 113 y ss. LS y 222 CPCC)1325. Este importa la
irrupción por un tercero, designado judicialmente, en la faz interna de la sociedad, en
cuyos asuntos habrá de participar con los alcances de las facultades que le fueran
concedidas según las circunstancias que habilitaran la petición1326. La medida, de
naturaleza cautelar, conjuga aspectos particulares específicamente previstos en la ley de
fondo con aquellos típicos de los códigos de rito. Su carácter es excepcional y su
aplicación restrictiva, al igual que todo otro supuesto que implique alguna injerencia
del poder judicial en la vida normal de una persona.
Con la alocución intervención judicial la LS refiere a toda medida cautelar
no autónoma, cualquiera sea la intensidad con que se otorge según la gravedad de la
situación y del grado de cumplimiento de las condiciones de procedencia (veeduría,
coadministración o administración), que tiende a asegurar derechos vinculados a un
proceso principal de carácter social del que es accesoria e instrumental1327. Carece
por tanto de autonomía1328, por lo que no constituye un fin en sí misma, y esta
“ineludiblemente preordenada a la emanación de una ulterior providencia definitiva,
el resultado práctico de la cual aseguran preventivamente. Nacen, por decirlo así, al
servicio de una providencia definitiva, con el oficio de preparar el terreno y de
aprontar los medios más aptos para su éxito. Esta relación de instrumentalidad o,
como han dicho otros, de subsidiaridad, que liga inevitablemente toda providencia
cautelar a la providencia definitiva en previsión de la cual se dicta, es el carácter que

1325
Según veremos más adelante, y no obstante la previsión del art. 114 LS, la acción de
remoción no es la única que puede dar lugar a la intervención judicial.
1326
Cfr. Macagno A., “Atipicidad procesal de la intervención judicial de sociedades”, JA
2005-I, p. 866; Mascheroni F. y Muguillo R.oberto, Régimen Jurídico… cit., Bs. As. p. 267.
1327
Cfr. Pérez Peña Laura, Intervención Judicial de Sociedades Comerciales, Bs.As., 2005,
p. 27; Otaegui J.C., Administración Societaria… cit., ps. 457 y 464; Roitman H., Ley de
Sociedades… cit, t. II, p. 636. Sin perjuicio de lo sostenido, en puridad el proceso principal a cuyo
servicio se encuentra la intervención puede ser diverso, según se trate de la remoción del
administrador propiamente dicha o bien de otras cuestiones par las cuales se requiere a la remoción
como vehículo: disolución y liquidación, liquidación y distribución, etc. Cfr. González A.C., “La
intervención judicial cautelar”, LL 1992-B, p. 1096. De hecho, la acción de remoción carece de
significación si la intervención se derivase de la acefalía o vacancia en el órgano de administración o
de la convocatoria a asamblea para normalizar el ente. Cfr. Gagliardo M., Responsabilidad de los
Directores de Sociedades Anónimas, 2° ed., 1994, Bs. As., p. 313.
1328
Tal el carácter que desde su primera redacción –art. 137 Anteproyecto de Malagarriga y Aztiria;
dec. 9.311/58- tiene la norma a fin de “aclarar que el peticionarla no puede constituir una acción
independiente”. Dec. 9.311/58 Anteproyecto, Informe Preliminar, Sección Décimotercera.

412
más netamente distingue la providencia cautelar de la llamada declaración de
certeza, con predominante función ejecutiva”1329.
La LS dispone para su petición la interposición, con carácter previo, de una
demanda de remoción de los administradores (art. 114 LS), con lo que se daría a
entender que la intervención sólo resulta procedente en tal caso. No obstante, ello no
es así, por cuanto los tribunales han resuelto la aplicación de tal cautelar –
mayormente en grado de veeduría- en otros supuestos, sin perjuicio de lo cual es
claro que en todos los casos se trata de una medida cautelar en que una persona
designada por un juez, en calidad de auxiliar externo de este, interfiere en la
actividad económica del ente para controlarla, asegurar la ejecución forzada de
alguno de sus activos o bien para impedir que se produzcan alteraciones
perjudiciales en el estado de sus bienes1330. Este control o intromisión, que se da casi
exclusivamente en el ámbito del órgano administrador1331, también
excepcionalmente ha sido aplicado a los de gobierno y fiscalización.
La intervención apunta a evitar que durante el trámite del proceso principal –tutela
in limine litis1332- se produzcan alteraciones al normal funcionamiento del ente, por
cuanto es sabido que los planteos judiciales pueden insumir prolongados períodos
durante cuyo desarrollo los administradores societarios podrían “realizar actos
perjudiciales para la sociedad, los socios, terceros y aún para el interés público o la
colectividad toda, por lo que la providencia final devendría ineficaz o ilusoria. Con
ello, se mantienen los principios de dinamismo y celeridad propios del sistema
societario, el cual debe obrar eficazmente, para evitar que ‘...el control definitivo del
órgano de gobierno llegue demasiado tarde, con el perjuicio materializado’,
asegurando de esa forma la conservación de la empresa, su estabilidad, la
participación social y el interés público”1333.

JURISPRUDENCIA
Intervención. Normativa aplicable. La intervención de sociedades se encuentra
sometida, para su procedencia, a los requisitos preceptuados por la ley 19550 (arts. 113 a 116)
y por el Código Procesal. Cám. Com., A, septiembre 27-1978, “Oliva, Humberto c.
Transportes Castro Barros, S.A.”
El art. 224 Código Procesal que autoriza a sustituir la administración de la sociedad por
divergencias entre socios derivadas de una administración irregular, no puede servir de
fundamento a la intervención de una sociedad comercial, toda vez que la materia se encuentra
hoy regulada por la ley 19550, norma de fondo y posterior al código de forma, que sólo es

1329
Cámara H., Derecho Societario… cit., p. 656.
1330
Cfr. Palacio L.E., Derecho Procesal Civil –procesos cautelares y voluntrios-, t. VIII,
Buenos Aires, 1985, p. 200.
1331
Cfr. Etcheverry A., “El veedor judicial ante las sociedades comerciales”, LL 1976-B, p.
479.
1332
Cfr. Cámara H., Derecho Societario… cit., p. 586.
1333
Pérez Peña L., Intervención Judicial… cit., ps. 31 y 32.

413
aplicable en tanto y en cuanto se compatible con aquélla. Cám. Com.,B, septiembre 8-1977,
“Calvaliesi, José c. Trafilana, S.A.”

a.- Interés jurídico tutelado


La intervención judicial se orienta a la tutela del propio ente1334, atendiéndose
con ello principalmente la conservación de la empresa (arts. 113 y 100 LS), sin
perjuicio de que, de forma mediata o indirecta -y no exclusiva- se tutelan también
los intereses subjetivos de los socios1335. De allí que la medida no será en principio
procedente cuando su objeto radique en la mera obtención por los socios de
información social, toda vez que esta no tiene en vista la salvaguarda de sus
eventuales derechos patrimoniales1336, ni cuando se centre en reclamos de derechos
que a estos les fueran negados o ignorados1337, ni tampoco cuando se tratara de
ventilar simples discrepancias de criterios ente socios, ni cuando se procurara
satisfacer así un interés individual del socio que no importe evitar un peligro al
ente1338. Tampoco la sóla circunstancia de no llevar regularmente los libros sociales
justifica la intervención cuando el peticionante fuera también, junto con los órganos
encargados, responsable de dicha omisión1339. Este criterio tuitivo ha sufrido, no
obstante lo apuntado anteriormente, una creciente flexibilización principalmente a

1334
Cfr. Perrota S., Intervención Judicial en las Sociedaes Comerciales, Bs. As., 1965, p. 18;
Halperín I. y Otaegui J., Sociedades Anónimas… cit., 2° ed., p. 226; Cámara H., Derecho
Societario… cit., p. 612; Rouillón Adolfo, “Interpretación restrictiva y facultades del juez en materia
de intervención judicial de sociedades comerciales”, Colección Jurisprudencial Zeus-Rosario, t. 15, p.
298; Roitman H., Ley de Sociedades… cit, t. II, p. 635; Dasso A.A., “La intervención judicial en la
sociedad anónima”, LL 1990-A, p. 636; González A.C., “La intervención judicial cautelar”, LL 1992-
B, p. 1096; Cabanellas de las Cuevas G., Derecho Societario… cit., t. 8, p. 314; Cfr. Fenochietto C.,
Código Procesal… cit., t. 1, 2° ed., p. 789, n° 6; Odriozola C., “Intervención judicial…” cit., en
Cuadernos… cit., de Zaldivar E. y ots., vol. IV, p. 423 –quien apunta que subsidiariamente también
se tutela el interés del socio por cuanto ordinariamente coincide con aquel-. Páez Juan Luis (P.J.L.),
“Intervención judicial”, LL 110, p. 890 apunta a la preservación del “interés social”. Alguna doctrina
también apunta al interés social, si bien relacionándolo de manera directa con la protección, por su
intermedio, de la empresa. Mascheroni F. y Muguillo R., Régimen Jurídico… cit., Bs. As. p. 267 y
Escuti Ignacio, “Apuntes sobre la intervención judicial y la conservación de la empresa”, JA 2006-II,
p. 749. Contra tal posición, y por la protección de los erechos del socio y terceros como primera
razón del instituto, véase Verón A. V., Sociedades ..cit.., t. II, ps. 378 y 386.
1335
Cfr. Pérez Peña L., Intervención Judicial… cit., ps. 89 y 90. Cuando la medida se decreta
a pedido de una minoría, en contra de la voluntad de la mayoría, la medida además de preservar el
interés social tiene por finalidad la defensa de los derechos de aquella –cuando fueran conculcados
por mayorías cómplices o partícipes de los adminisradores, o aún negligentes-. Cfr. Farina J.,
Tratado… cit., p. 444.
1336
Cám. Com., A, LL 148, p. 565; Cám. Com., D, mayo 26-004, “Katz, Marta v. Aizpur
S.A. y otro”.
1337
Por no ser la tutela tenida en vista por la intervención. Cfr. García Caffaro J.L., “Pasado
y presente de la intervención judicial de sociedad anónima”, LL 152-803.
1338
Cfr. Otaegui J.C., Administración Societaria, cit., p. 459.
1339
En tales casos, eventualmente, procederá la designación de un mero veedor. Cám. Civ. y
Com., III, Rosario, Zeus -Rosario-, t. 15, p. 295.

414
partir de la inclusión también de los intereses particulares del socio1340. En tal
sentido se ha resuelto que si bien en términos generales las medidas que hacen a la
administración de la sociedad, cuando perjudican a los socios, no habilitan la
intervención, ello cede en caso de que aquellas resulten adoptadas intencionalmente
para perjudicar a la minoría1341. En concordancia, la ley de sociedades comerciales
uruguaya concede la cautelar frente a la negativa de los administradores a los socios
del ejercicio de derechos esenciales (art. 184 LSU).

JURISPRUDENCIA

Intervención judicial. Intereses tutelados. La intervención judicial de la sociedad


responde no sólo a los intereses particulares de los socios, sino primordialmente a los del ente
sobre el cual recae. Cám. Civ. y Com., II, Resistencia, LLLitoral 2006 (julio), 767 - IMP
2006-17, 2180.
Para ponderar si procede disponer la intervención judicial -en grado de
administración- de una sociedad anónima, el tribunal debe buscar el justo equilibrio entre los
intereses en juego, atendiendo siempre al porvenir de la persona colectiva, sin tomar una
injerencia infundada en los negocios del ente, pero sin esperar que éste se desmorone. Bajo tal
perspectiva, la comprobación de circunstancias que revelan el irregular funcionamiento de la
sociedad -haciendo peligrar su operatividad-, constituye fundamento idóneo para disponer la
medida cautelar. Ello sin perjuicio de la determinación ulterior de los responsables de los
daños y los derechos de las distintas facciones. Cám. Com., E, LL 1997-E, 1067.

b.- Evolución del instituto en el derecho argentino


Ni el Código de Comercio de 1862 ni su sucesor de 1889 preveían la
intervención societaria, por lo que frente a la inexistencia de normas comerciales que
la autorizaran, los tribunales aplicaban a la materia las disposiciones del Código
Civil –arts. 1681 a 1684-, atenta la remisión de carácter general por aquellos
dispuesta (Título Preliminar n° I y art. 207)1342. El ordenamiento civil, en términos
generales, disponía que cuando el administrador hubiera sido designado en el
contrato social, no podría ser removido sin causas legítimas, dentro de las cuales se
incluía la pérdida de la confianza de los socios o la sobreviniencia de un
impedimento, conservando aquel su cargo hasta que se dispusiera la remoción
judicial. En particular, el art. 1684 preveía que habiendo peligro en la demora el juez
podía decretar la remoción luego de comenzado el pleito, nombrando en sustitución
un administrador provisorio, socio o no socio1343. Estas soluciones del Código Civil

1340
Cfr. Romano A. A. en Código… cit, de Rouillón A., t. III, ps. 265 n° 2 y 268 n° 2.4.;
Cabanellas de las Cuevas G., Derecho Societario… cit., t. 8, p. 296; Gurdulich G., Intervención
Judicial en las Sociedades Comerciales, 2° ed., Rosario, 1998, p. 16.
1341
Cám. Com., B, LL 110, p. 890.
1342
Cfr. Perrota S., Intervención Judicial… cit., p. 18.
1343
La fuente del art. 1684 del Código Civil es el Esboço de Freitas (art. 3116) y permanece
inalterado a la fecha, siendo de aplicación para el caso de sociedades civiles, por lo que al hablar en
pasdo lo hacemos únicamente respecto de las sociedades comerciales, las que en la actualidad

415
incluso llegaron a aplicarse en el caso de las sociedades anónimas pese a regir para
estas el principio de libre revocabilidad del mandato (art. 336 del Código de
Comercio).
Pero tales disposiciones -latas en cuanto no imponían al socio el agotamiento
previo de la vías internas en pro de una solución1344- no contemplaban las notorias
diferencias que separan a las sociedades civiles de las comerciales, por lo que las
teorías desarrolladas a partir del Código Civil se resumían en buena medida en
construcciones forzadas1345. Así, hasta la sanción de la LS, se fueron perfilando dos
caminos en procura de dar una solución al tema de la intervención, distinguiendo por
un lado la hipótesis de su viabilidad de la medida para los casos en que fuera
necesaria justa causa para la remoción, e, invocada la misma, el administrador la
rechazara, de los supuestos de inviabilidad y que se daban –en principio- cuando la
revocación del administrador fuera posible con la simple anuencia de la mayoría de
los socios1346. Es en dicho contexto y luego de medio siglo de dispar aplicación del
instituto que la Cámara Comercial de la Capital dicta el plenario Uman Simón c.
Seglín Gregorio y otros1347, en el que condensa su evolución. Allí se hacía incapié
en que la intervención judicial podía ser distinguida según esta tratara de la
designación de i.-) un administrador provisorio, medida más grave de las previstas y
adoptable “a pedido de los componentes de la sociedad para hacerse cargo de los
bienes y los negocios sociales en sustitución provisoria de la administración
existente, con facultades de dirección y gobierno como representante de la sociedad
y con independencia de la voluntad de los socios. Sus derechos y obligaciones se
rigen por los arts. 1870, inc. 3°, 1945 y concs. del cód. civil, y actúa con sujeción a
la amplitud o restricción de sus poderes y atribucionesde conformidad a las
facultades que se le confieren sin alterar lo sustancial de su función, en lo que le son
propias de acuerdo a la índole de la misión que cumple, no pudiendo incurrir en
gastos que no sean los corrientes de la administración sin ser autorizados
expresamente, ni nombrar empleados o auxiliares sin el mismo requisito, debiendo
rendir cuentas de su gestión, producir los informes que hagan a su cometido, y
requerir autorizaciones especiales en todo lo que salga del curso normal de la
administración”; ii.-) un interventor judicial -medida más atemparada que la
designación de administrador-, decretable a instancia de los socios “y en razón de

cuentan con una normativa propia. El Código Civil francés, también fuente primaria de nuestro
Código, no contenía disposiciones analogas y sólo preveía la remoción del administrador por
revocación de mandato (art. 1856), por lo que el desarrollo del instituto en la argentina se debe
mayormente a la interpretación doctrinaria y jurisprudencial del art. 1684 del Código Civil.
1344
Cfr. Machado J.O., Exposición y Comentario del Código Civil Argentino, t. IV, Bs.
As.,1900, p. 519.
1345
Cfr. Macagno A., “Atipicidad procesal…” cit.,, JA 2005-I, p. 866.
1346
Odriozola C., “Intervención judicial…” cit., en Cuadernos… cit., de Zaldivar E. y ots.,
vol. IV, p. 398.
1347
Sentencia del 26 de noviembre de 1948, LL 53 págs. 193 y 401.

416
motivos de su administración, para interfrir en esa administración asitiendo a las
partes en el negocio intervenido, y sin cuya presencia y asenso nada puede hacerse
con arreglo a la mayor o menor extensión de su cometido, pero sin fcultades de
dirección y gobierno: es decir, realiza treas de fiscalización y contralor, tendiente a
la coordinación de los interses en pugna ... debe designarse interventor judicial y no
administrdor provisorio, cuando así se limite la petición, o cuando no existe causal
bastante acreditada para el reemplazo inmediato del titular; o existe riesgo de
incurrir en un exceso de precaución con los trastornos consiguientes”; o bien iii.-) un
inteventor al sólo efecto de hacer efectivo un embargo. El plenario también se
disponía que tanto para designar un administrador provisorio como un interventor
judicial era menester recabar también la revocación del mandato del administrador
por vía de acción y areditar el riesgo del perjuicio inmiente –siendo insuficiente a tal
efecto la mera información testimonial-.
Diez años después del dictado de Uman y antecediendo en algo más de una
década la sanción de la LS, la Corte Suprema dicta el fallo Feune de Colombi Diego
P. y otros c. La Esmeralda Capitalización S.A.1348. Este viene en cierta forma a
complementar el plenario y a dar forma definitiva a la tendencia tribunalicia que a
la postre se reflejaría primero en el Anteproyecto de Ley General de Sociedades de
Malagarriga y Aztiria -dec. 9.311/58- y luego en a LS de 1972, abriendo la
intervención a todos los tipos sociales y a supuestos ajenos al ambito de la
administración social propiamente dicha. Para la Corte, si bien “la doctrina de la
intervención o administración judicial de las socieades elaboradas con fundamento
en el art. 1684 del Cód. Civil, solamente es aplicable a las sociedades anónimas en
los casos de acefalía de su directorio y de la sindicatura porque en tal clase de
sociedades existe un órgano propio o superior, como la asamblea, para juzgar los
actos de los administradores, tal razón que indudablemente es decisiva en los casos
comunes, pierde su eficacia ante una situación como la de autos, en lo que lo
cuestionado en el pleito involucra la constitución y funcionamiento de la propia
asamblea, al impugnarse la validez de los títulos que invocan parte de sus
componentes, impugnación que ‘prima facie’ han enconrado justificada los
tribunales ordinarios”.
Al tiempo de dictarse Feune la necesidad de sancionar leyes especiales sobre
una materia de tal trascendencia y repercusión en la actividad empresaria resultaba
evidente. Es en ese contexto que la intervención es por primera vez tratada, de
manera especial, en los arts. 137 a 144 del Anteproyecto de Ley General de
Sociedades de Malagarriga y Aztiria del año 1958 – dec. 9.311/58 y cuyo texto
finalmente fuera adoptado por la LS con mínimas reformas-. Hasta entonces, según
dijéramos, las soluciones quedaban subordinadas al criterio de los Tribunales, y, más

1348
Sentencia del 25 de abril de 1958, LL 90 p. 392.

417
allá de la eliogiable labor por aquellos cumplida a fin de salvar la laguna legal, se
repetían las voces que no aceptaban que mediante función pretoriana se resolvieran
las numerosas cuestiones que la materia sucitaba y que imponían “la necesidad
impostergable de textos legales”1349. El referido Anteproyecto procuró así dar un
estatuto legal de carácter general a un régimen de intervención judicial que sólo
contaba con el artículo 1684 del Código Civil y que se aplicaba a casos muy
distintos que aquellos para los cuales Vélez Sarsfield lo había previsto. A dieferncia
de este, admitía la intervención ante actividades de la administración que hicieran
peligrar la vida de la sociedad, y caracterizaba la medida como cautelar a fin de
aclarar que peticionarla no constituía una acción independiente1350.
En concordancia con esta tendencia, en el año 1932 por ley 11.645 se reguló
la constitución y funcionamiento de las sociedades de responsabilidad limitada,
intento legislativo en el que se reconocen algunos de los caracteres de lo que a la
postre sería la LS. Así, su art. 13 imponía el previo agotamiento de los recursos
previstos por el contrato social. Sentado ello, “para que prosperara la remoción del
gerente y la designación de un administrador provisional era necesario acreditar: 1)
que se ha inciciado el proceso principal sobre remoción del socio gerente; 2) peligro
en la demora; 3) que se habían agotado infructuosamente los recursos contractuales
y legales para remediar las irregularidades determinantes de tan grave medida”1351.
Posteriormente, por ley 17.454 –año 1968- se sancionó el Código Procesal
Civil y Comercial de la Nación, que regulaba orgánicamente la intervención y
administración judicial (arts 222 y ss.), en tres grados: i.-) intervención sin
ingerencia alguna en la administración (art. 223 CPCCN); ii.-) , administración por
sustitución de los originales administradores, cabiendo en tales casos al juez fijar sus
funciones. (art. 224 CPCCN); y veeduría, a pedido de parte o aún de oficio (art. 227
CPCCN). Pero la falta de especialidad de los régímenes civil y procesal respecto de
las sociedades comerciales, sin perjuicio de las solitarias previsiones de la ley
11.645, más que mitigar las falencias preanunciaban la sanción de leyes específicas
sobre la materia. Es así que con el posterior dictado en 1972 se introduce un régimen
especial de intervención que recoge la vasta experiencia judicial y los importantes
antecedentes doctrinarios sobre el tema, remitiéndose en subsidio a las normas
procesales locales1352.
La sanción de la LS hizo necesaria la modificación del antiguo régimen del
CPCCN, a fin de armonizar ambos institutos. Su reforma –por ley 22.434 del año
1981- procuró eliminar las dificultades interpretativas que se originaban en la doble

1349
Cfr. Perrota S., Intervención Judicial… cit., p. 82.
1350
Informe Preliminar, Sección Décimotercera –de la intervención judicial-.
1351
Verón A. V., Sociedades ..cit.., t. II, p. 416.
1352
Exposición de Motivos Ley 19.550, Capítulo I, Sección XIV, ptos. 1 y 4.

418
regulación existente en la materia, limitándose a arreglar sólo dos modalidades
genéricas y autónomas de intervención -interventor recaudador e interventor
informante; arts 223 y 224-, las que, de no resultar directamente aplicables a los
supuestos regidos por la ley sustancial1353, sólo han de tenerse como fuentes
subsidiarias o pautas de interpretación analógica. Además, cabe tener en cuenta que
las disposiciones del CPCCN –y los demás códigos de rito locales- regulan la
intervención de un modo genérico en protección no sólo del interés social –
intrasocietrio, como sucede en la LS- sino también en el individual de los socios y
aún de los terceros -extrasocietario-1354, por lo que su aplicación es complementria o
principal, según el caso. En ese sentido incluso los tribunales y la doctrina han
efectuado un doble distingo: mientras que la LS tiene en miras el interés social –y
aún el de los socios- frente a actos de administración que comprometan sus
intereses, el CPCCN tutela legítimos intereses de terceros frente a la falta de otras
medidas igual de eficaces1355.
En cuanto a las regulaciones procesales provinciales, estas han sido divididas
por Pérez Peña en tres grandes grupos1356: “El primero, comprende aquellos Códigos
que han adoptado la regulación del Código Procesal Nacional en su redacción actual.
Entre ellos se encuentran el Código Procesal Civil y Comercial de Córdoba (arts.
475-480), el Código Procesal Civil y Comercial de Corrientes (art. 222-227), el
Código Procesal Civil y Comercial de Chubut (arts. 222-227), el Código Procesal
Civil y Comercial de Entre Ríos (arts.219 a 224), el Código Procesal Civil y
Comercial de Misiones (art. 222-227), el Código Procesal Civil y Comercial de Río
Negro (arts. 222 a 227), el Código Procesal Civil y Comercial de Santa Cruz (arts.
223-228), el Código Procesal Civil, Comercial, Laboral, Rural y Minero de Tierra
del Fuego (arts. 250-255), En este grupo, también podemos incluir al Código
Procesal Civil y Comercial de Tucumán (arts. 245-248) el cual aún cuando presenta
un régimen diverso a los anteriormente mentados, dado que instaura dos tipos
autónomos diversos de intervención de sociedades, impone la aplicación prioritaria
de los regímenes especiales. En el segundo grupo se hallan aquellos regímenes
procesales que aún conservan la regulación que contenía el Código Procesal
Nacional en su antigua redacción. El mismo comprende: el Código Procesal Civil y
Comercial de la Provincia de Buenos Aires ( arts. 222 a 227), el Código Procesal
Civil y Comercial de Catamarca (art. 222-227), el Código Procesal Civil y
Comercial de Chaco (arts. 222-227), el Código Procesal Civil y Comercial de

1353
Art. 222. Ámbito. Además de las medidas cautelares de intervención o administración
judiciales autorizadas por las leyes sustanciales, que quedan sujetas al régimen establecido por ellas,
podrán disponerse las que se regulan en los artículos siguientes.
1354
Cfr. Roitman H., Ley de Sociedades… cit, t. II, p. 639.
1355
Cám. Civ. y Com. Fed., LL 1982-A, p. 274. Gurdulich G., Intervención Judicial… cit.,
p. 10.
1356
Pérez Peña L., Intervención Judicial… cit., ps. 80 A 82.

419
Formosa (arts. 222-227), el Código Procesal Civil de La Pampa (arts. 214-219), el
Código Procesal Civil y Comercial de La Rioja (arts. 110-115), el Código Procesal
Civil y Comercial de Neuquén (arts. 222-227), el Código Procesal Civil y Comercial
de Salta (arts. 222-227), el Código Procesal Civil y Comercial de San Juan (arts.
227-232), el Código Procesal Civil y Comercial de San Luis (arts. 222-227) y el
Código Procesal Civil y Comercial de Santiago del Estero (arts. 222-227) ... El
tercer y último grupo está compuesto por los códigos que no regulan la cuestión,
cual es el caso del Código Procesal Civil y Comercial de Santa Fe, o sólo la regulan
parcialmente, como el Código Procesal Civil y Comercial de Jujuy (art. 276),
correspondiendo aplicar en dicho caso el régimen previsto en la ley societaria y, en
subsidio, las normas genéricas que regulan las medidas cautelares en dichos cuerpos
legales”.

c.- Requisitos de procedencia


El art. 225 CPCCN refiere una serie de requisitos de aplicación a toda
intervención judicial, “cualquiera sea [su] fuente legal y en cuanto fuera compatible
con la respectiva regulación”. Las mismas deben interpretarse armónicamente con
las previsiones específicas que sobre la materia contiene la LS, y que resultan –
según dijéramos arriba- de aplicación preferente.
I.-) la verosimilitud del derecho invocado (art. 113 LS): siendo que la
finalidad del procceso cautelar es la de asegurar la eficacia práctica de la sentencia
que en definitiva se dicte, su fundabilidad no puede depender de un conocimiento
exhaustivo y profundo de la materia controvertida en el las actuaciones principales,
sino deuno periférico o superficial del derecho invocado -fumus boni iuris-1357

JURISPRUDENCIA

Intervención. Requisitos generales. Siendo la intervención judicial de la sociedad una


medida de gravedad, se impone al juzgador el estricto cumplimiento de los requisitos
establecidos en el art. 114 y concs. de la ley 19550, es decir: a) el peticionante debe acreditar
su condición de socio, requisito que se cumplimenta con el contrato social adjuntado como
prueba; b) debe acreditar también la existencia de peligro de gravedad tal que haga peligrar la
existencia misma de la sociedad; c) debe el peticionante promover previamente acción de
remoción, porque de las pruebas aportadas en ella, surgirá la existencia de los hechos que
justifiquen o no la intervención; d) debe el peticionante haber agotado los recursos previstos
en el contrato social (del voto de la doctora Garay de Cebe). Cám. Civ. Com. Común, I,
Tucumán, ED, 117-619.
Intervención. Verosimilitud del derecho. Es improcedente la intervención judicial de
la sociedad de responsabilidad limitada, si no se hallan acreditados los requisitos exigidos por
el art. 114 de la ley 19550, toda vez que el peticionante no ha arrimado ningún elemento de

1357
Cfr. Palacio L.E., Derecho Procesal… cit., t. VII, n° 1223, p. 32.

420
juicio que resulte prima facie acreditada la verosimilidad del derecho, ni la Comisión de actos
susceptibles de poner en peligro el desarrollo normal de las actividades sociales que,
coincidentemente, exige a esos efectos el art. 222, inc 2 del código procesal. Cám. Com. A,
ED, 70-250.
Es procedente la medida cautelar consistente en la intervención judicial de una
sociedad, ya sea en virtud del societario -arts. 113 y sgtes. de la ley 19.550- o bien en virtud
del ordenamiento procesal analógico -art. 112 del Código Procesal Civil de Mendoza- cuando
se hayan acreditado el derecho que asiste a los socios y el peligro en la demora, requisitos
comunes a ambas normativas. Civ. Com. y Minas, 1°, San Martín, LLGran Cuyo, 2001-545.
Corresponde rechazar las medidas cautelares incoadas tendientes a suspender
preventivamente las decisiones asamblearias e intervenir judicialmente una sociedad anónima,
toda vez que el accionante no acreditó su calidad de accionista -arts. 112 y 251, ley 19.550
(t.o. 1984) - resultando por lo tanto insuficiente la verosimilitud del derecho invocada para
intervenir en el desenvolvimiento social. Cám. Com.,C, LL 2005-E, 242.
Conforme la reforma introducida por la ley 22.434 en el Código Procesal Civil y Comercial de
la Nación que consagró la posibilidad de disponer las medidas previstas para la intervención
judicial en el ámbito de las sociedades comerciales, cabe ordenar la designación de un
interventor informante en la entidad en la cual los actores ostentan participación, puesto que se
encuentra justificado la verosimilitud en el derecho y el peligro en la demora desde que la
asamblea de accionistas en la cual se designó administrador fue irregularmente convocada, sin
poder los actores participar en el acto y ejercer los derechos que les competen. Cám. Com., E,
LL 25/01/2007, 4.
Procede la intervención judicial de la sociedad anónima en la cual, como
consecuencia de las desavenencias entre los socios, no se han realizado las asambleas
necesarias para la consideración de los balances y otros estados contables por lo que aparece
prudente proteger al ente privado hasta que todas las rencillas y controversia de los socios
resulten dirimidas y la administración sea retomada por quienes resulten legitimados para tal
actuación. Cám. Com., D, JA 2002-III, 815.
El comprometer el patrimonio social en operaciones ajenas al objeto de la sociedad, y
en beneficio particular, es de por si grave, pues significa un apartamiento palmario de las
obligaciones de los gerentes, lo cual justifica la procedencia de la intervención judicial
requerida. Cám. Civil y Com. Con. Adm., San Francisco, LL 1999-D, 752, (41.659S) - LLC
1999, 469.

II.-) el peligro en la demora y la gravedad del daño (arts. 113 y 115 LS): Ya
hemos apuntado que la acción principal a la que la cautelar se relaciona –
principalmente la de remoción del administrador- suele insumir largos períodos
antes de su culminación (art. 15 LS). Si debiera esperarse el dictado de sentencia
para que la sustitución o el control se hagan efectivos, la medida carecería de
virtualidad, por lo que la celeridad en su aplicación viene a actuar como paliativo.
La demostración del peligro en la demora -periculum in mora- y que habilita la
intervención suele constituir una circunstancia de difícil apreciación judicial. Es
indudable que si el administrador ha sido detenido a consecuencia de un delito, esa
circunstancia se acredita por sí sola1358, mientras que si lo que se imputa son
acciones o negocios que el peticionante de la medida augura como prontamente
ruinosos, la prueba posiblemente resulte imposible inaccesible al peticionante. En
cuanto a la gravedad del daño -ocasionado u ocasionable-, este debe guardar relación

1358
Cfr. Páez Juan Luis (P.J.L.), “Intervención judicial”, LL 110, p. 890.

421
directa con las acciones y omisiones de los administradores y resultar de imposible
subsanación por otra vía1359. Sobre tales conductas, que constituyen situaciones de
hecho cuya valuación corresponde al magistrado, tampoco pueden marcarse pautas
seguras de inerpretación1360. En todos los casos, de actos y omisiones debe derivarse
un peligro para el ente que justifique la intervención, sin que ello importe que el
peligro necesariamente afecte la existencia misma de la sociedad o que sea necesaria
la existencia de daños consumados, bastando con que potencialmente estos puedan
ocasionarse1361.
En términos generales, la falta de lealtad configura una inconducta que habilita
la intervención, siendo en cambio discutible que un incumplimiento de carácter
genérico (como el deber de diligencia) pueda revestir suficiente gravedad como para
habilitar la intervención (art. 59 LS). “Una afectación de la gestión empresaria, el
agravio de su patrimonio o las situaciones conflictivas estructurales insolubles, y
fundamentalmente cuando exista peligro o inminencia de que se consumen actos o
daños irreparables para la sociedad o el interés social en caso de no adoptarse la
intervención (cuya prueba esta a cargo del peticionante y su apreciación será librada
a criterio del tribunal), serían los lineamientos esenciales de aquellos supuestos en
los que se debería entender por cumplido este requisito”1362. La subfacturación, por
afectar directamente el patrimonio social, también es una causa grave que habilita la
intervención1363. En cambio, las simples desaveniencias entre los socios o la
supuesta pérdida de la affectio societatis no son asimilables al peligro grave
requerido por la LS1364. No obstante, si de aquella desunión se derivaran conflictos
que, trasladándose al funcionamiento de la asamblea la hicieran inoperable o la
tornaran de manera permanente en irregular, resultará prudente habilitar una
intervención cuya fundamentación primera es la preservación del interés social y el
de la empresa.

JURISPRUDENCIA
Intervención. Requisitos. Peligro grave. Pueden ser considerados elementos de
convicción que prima facie permitan justificar la existencia de peligro grave para la sociedad,
de grado tal que autorice la designación de veedores, la circunstancia que el directorio no haya
informado en asamblea la desaparición de la parte sustancial de sus libros de contabilidad,
máxime cuando en la asamblea se consideraron los documentos a que alude el art. 243 de la

1359
Roitman H., Ley de Sociedades… cit, t. II, p. 706.
1360
Cfr. Odriozola C., “Intervención judicial…” cit., en Cuadernos… cit., de Zaldivar E. y
ots., vol. IV, p. 407.
1361
Cfr. Romano A. A. en Código… cit, de Rouillón A., t. III, p. 267 n° 2.3; Cabanellas de
las Cuevas G., Derecho Societario… cit., t. 8, p. 344.
1362
Mascheroni F. y Muguillo R., Régimen Jurídico… cit., Bs. As. p. 293.
1363
Cfr. Mascheroni F. y Muguillo R., Régimen Jurídico… cit., Bs. As. p. 292.
1364
Cfr. Odriozola C., “Intervención judicial…” cit., en Cuadernos… cit., de Zaldivar E. y
ots., vol. IV, p. 393; Roitman H., Ley de Sociedades… cit, t. II, p. 709.

422
ley 19550, y "esa pérdida" fue conocida por la sociedad con anterioridad a dicha asamblea.
Asimismo, el hecho de que los directores en tal asamblea hayan votado la aprobación de los
estados contables, la fijación de su propia remuneración y la consideración de la acción de
responsabilidad contra el órgano de administración, no obstante la prohibición del art. 241 de
la ley de sociedades. Finalmente, si de las diligencias cumplidas por los veedores resultaría
verosímilmente la existencia de operaciones realizadas por la sociedad que carecerían de
adecuado respaldo documentario. Cám. Com., C, septiembre 14-1979, “Kukcievicz, Irene c.
Establecimientos Metalúrgicos Cavanna, S.A.”.
La ausencia prolongada de uno de los socios de una sociedad colectiva integrada
exclusivamente por los dos socios administradores -administración conjunta resulta
objetivamente y de suyo un hecho que pone en peligro grave a la sociedad, por cuanto ello
implica la paralización administrativa del ente hasta tanto se decida sobre la demanda de
exclusión del socio ausente, y resulta de suyo gravoso para la sociedad y cada uno de los
socios en virtud de la responsabilidad personal comprometida (art. 125 ley 19550). Adviértase
además que ante la composición social ya descripta, la remoción del administrador en tales
circunstancias no encuentra cauce por los recursos del contrato de sociedad, habida cuenta las
reglas aplicables. Cám. Com., C, noviembre 4-1977, “Bernhardt, María c. Weinstein de
Horischnil, L.”
La circunstancia de no existir documentación de la sociedad- sin que quepa
determinara quien es el responsable-, ella está virtualmente paralizada en lo que hace a la
consecución de su objeto principal, mora respecto de obligaciones anteriores al inicio de la
gestión actual del administrador, la existencia de pleitos pendientes con ejecuciones de altos
montos, y que sus órganos naturales no tengan vinculación con el administrador, dan cuenta de
la existencia del grave peligro para los intereses sociales a que alude el art. 114 de la ley
19550 por lo que tales elementos son más significativos y suplen con exceso a la mera
información testimonial que alude el art. 115, in fine, pues se trata en el caso de aportaciones
objetivas que tienen aun mayor fuerza de convicción que las manifestaciones de algún testigo.
Cám. Com., B, ED 78-179.
Corresponde confirmar la resolución que decretó la medida cautelar de intervención
judicial de la sociedad demandada en grado de veeduría toda vez se encuentra acreditado el
peligro en la demora relativo al interés objetivo de la sociedad, teniendo en cuenta la
desatención de sus obligaciones fiscales e impositivas cuya ejecución ya habría sido
promovida en varios procesos con el riesgo que la ejecución forzada de bienes del activo
importa para la sociedad. Cám. Com., A, DJ 2004-3, 424.
A los fines de la procedencia de la intervención judicial de una sociedad se requiere
que el perjuicio invocado sea de naturaleza tal que exista un verdadero peligro en la demora
relativo al interés objetivo de la sociedad-en el caso desvío de facturación del que se
desprende que el socio gerente realiza en interés propio operaciones de la sociedad-,
debiéndose evaluar su procedencia con criterio restrictivo. Cám. Com., A, LL 2000-E, 894.
Debe revocarse la resolución que dispuso la intervención judicial de sociedad de
responsabilidad limitada, por cuanto los conflictos existentes entre los socios integrantes de la
misma —en el caso, problemas contables y de información— no adquieren magnitud y
trascendencia tal que justifiquen la medida, pues ésta se encuentra reservada a casos extremos
en los que se verifique que los actos u omisiones de quienes la representan pudieran ocasionar
un grave perjuicio al normal desarrollo de las actividades de la sociedad. Cám. Civ. y Com., II,
Resistencia, LLLitoral 2006 (julio), 767 - IMP 2006-17, 2180.

III.- Prestación de contracautela (art. 116 LS1365): De conceder la


intervención, el tribunal deberá fijar al peticionante una contracautela, atendiendo

1365
Su antecedente es el art. 141 del Dec. 9.311/58 -Anteproyecto de Malagarriga y Aztiria-.
Como medida cautelar, la intervención no requería audiencia de las autoridades de la sociedad y se
decretaba –según el Anteproyecto- una vez acreditados sumariamente por el peticionante los

423
las circunstancias del caso y los perjuicios que la medida pudiera causar a la
sociedad. La ley procura que el tribunal sea equitativo en cuanto a los alcances o
eventuales mejoras de la contracautela (art. 201 CPCCN), a fin de evitar que esta,
por elevada, torne imposible el ejercicio del derecho que se reconoce al peticionante,
pero cuidando también que, por establecer un importe bajo, no se desamparen los
intereses del ente frente a un eventual rechazo de la pretensión principal1366. La
importancia de la contracautela, que en todos los casos debe contemplar las costas
casuídicas (art. 116 LS), variará, entonces, según sea la intensidad con que la medida
se otorgue: veeduría, coadministración o administración. También dependerá de la
mayor o menor certeza que el tribunal tenga del derecho que se alegue, siendo la que
en definitiva se fije inversamente proporcional1367. Atento a que la LS no hace
referencia al tipo de contracautela debida, esta podrá ser real, personal o
juratoria1368, sin perjuicio de que la mayoría de las veces resultará aconsejable
inclinarse por las dos primeras, siendo muy pocas las oportunidades en que se fijen
cauciones juratorias. a.-) caución real: la contracautela real es la regla en materia de
intervenciones, a tenor de los potenciales perjuicios que la suspensión del
funcionamiento de alguno de sus órganos o cualquier otra interferencia en la vida
societaria pudiera causar al ente. Usualmente se resume en el depósito de sumas de
dinero o valores, si bien nada impide que se acepten hipotecas, prendas, fianzas con
arreglo a los requisitos del art. 1998 del Código Civil u otras garantías a criterio del
tribunal. No resulta en cambio clara la posibilidad de que el peticionante de la
medida ofrezca como contracautela por eventuales daños sus títulos en la sociedad
cuya intervención requiere, a tenor de la prohibición impuesta al ente –sujeto pasivo
de la acción- de recibir sus propias acciones en garantía (art. 222 LS)1369. Sin
perjuicio de ello, alguna doctrina ha sostenido lo contrario1370. b.-) caución

extremos correspondientes y dispuesta la contracautela que el tribunal estimara pertinente (Informe


Preliminar, Sección Décimotercera).
1366
Cfr. Pérez Peña L., Intervención Judicial… cit., ps. 141 y 142; Gurdulich G.,
Intervención Judicial… cit., p. 71.
1367
Cám. Civ. Com., I, San Isidro, LL 1980-D, p. 103; Palacio L.E., Derecho Procesal…
cit., t. VII, n° 1225, p. 39.
1368
Cfr. García Caffaro J.L., “Pasado y presente de la intervención…” cit., LL 152-803;
Mascheroni F. y Muguillo R., Régimen Jurídico… cit., Bs. As. p. 297; Palacio L.E., Derecho
Procesal… cit., t. VIII, p. 225. En contra, y para quienes la misma sólo puede ser real, véase
Odriozola C., “Intervención judicial…” cit., en Cuadernos… cit., de Zaldivar E. y ots., vol. IV, p. 410
y Cfr. Sasot Betes M. y Sasot M-, Sociedades…, Administración… cit., p. 490.
1369
Cfr. Cámara H., Derecho Societario… cit., p. 667; Molina Sandoval C., Intervención
Judicial de Sociedades Comerciales, Bs. As., 2003, p. 170.
1370
Cfr. Vítolo D. y Nissen R., “La intervención judicial de las sociedades comerciales. Su
regulación a través de normas de fondo y de forma”, ED 95-769 y Roitman H., Ley de Sociedades…
cit, t. II, ps. 757 y 758; Cám. Com., A, ED t. 57, p. 305; Richard E. y Muiño O., Derecho
Societario… cit., p. 245; Cabanellas de las Cuevas G., Derecho Societario… cit., t. 8, p. 282;
Mascheroni F. y Muguillo R., Régimen Jurídico… cit., Bs. As. p. 298, estos autores por entender –en
posición que no compartimos por confundir, a nuestro criterio, el sujeto garantizado- que no es la
sociedad la que toma los títulos “sino el órgano jurisdiccional”.

424
personal: la caución personal se configura cuando un tercero (no el solicitante de la
medida) se hace cargo de los daños que la cautela pudiera ocasionar, afectando para
ello todo su patrimonio y no un bien en particular1371. Atendiendo a la mayor certeza
del derecho alegado, en ocasiones los tribunales han entendido pertinente su
fijación1372. c.-) caución juratoria: la misma se concede unicamente frente a
hipótesis de máxima verosimilitud del derecho, por cuanto no refuerza la
responsabilidad de quien solicita la medida1373. Sin perjuicio de ello, existen
antecedentes jurisprudenciales en los que se ha entendido suficiente la prestación de
una caución juratoria, en especial cuando los daños que pudieran resultar de la
intervención en perjuicio de la sociedad o de los socios oponentes no fueran
patrimonialmente de importancia1374.

JURISPRUDENCIA
Contracautela: La contracautela exigida a quien solicita una medida precautoria -en
el caso intervención judicial de una sociedad- es la garantía que debe suministrar el mismo a
fin de asegurar la reparación de los daños que puedan ocasionarse al afectado cuando hubiere
sido decretada indebidamente, quedando librada al arbitrio judicial su determinación, su
calidad y monto de conformidad con la mayor o menor verosimilitud del derecho y
particularidades del caso. Cám. Com., A, LL 2000-E, 894.

A.- Innecesariedad de contracautela: No corresponde la fijación de


contracautela cuando la medida fuera peticionada por la Nación, las provincias o
quien ejerza las funciones de Registro Público de Comercio (art. 200 CPCCN), o
cuando esta fuera pedida por el fiduciario en representación de los debenturistas (art.
346 LS)1375. También podría omitirse la fijación de contracautela cuando la
intervención se otorgara como simple veeduría, si no se apreciara en tales supuestos
“cuál sería el gravamen material que podría ocasionar a la sociedad demandada la
observación de la regularidad de sus actos por un auxiliar de la justicia”1376.

1371
Cfr. De Lazzari E., Medidas Cautelares, vol. I, 2° ed., La Plata, 1995, p. 118.
1372
Cám. Civ. y Com., I, San Isidro, LL 1980-D, p. 103.
1373
Cfr. Podetti ……, Tratado de las Medidas Cautelares, Ediar, Buenos Aires, 1969, p. 84;
Palacio L.E., Derecho Procesal… cit., t. VII, n° 1225, p. 40; Roitman H., Ley de Sociedades… cit, t.
II, p. 755, si bien este último la admite, la considera una formalidad que nada agrega a la
responsabilidad genérica de toda persona, por lo que es partidario de admitirla únicamente en casos
de máxima verosimilitud del derecho.
1374
Cám. Com., A, LL 87, p. 46.
1375
Cfr. Cámara H., Derecho Societario… cit., p. 667; Cabanellas de las Cuevas G., Derecho
Societario… cit., t. 8, p. 282.
1376
Cfr. Pérez Peña L., Intervención Judicial… cit., p. 143, quien cita en su apoyo el fallo la
Cám. Com., D, RSyC N° 28, p. 186.

425
IV.-) agotamiento de las instancias societarias (art. 114 LS): La intervención
se traduce en la última opción con que el peticionante cuenta para evitar un daño
inminente a la sociedad. De allí que su planteo sólo resultará factible cuando
previamente se hubieran agotado todas las instancias ante los órganos naturales del
ente, los recursos acordados en el contrato social y las demás normas que rijan su
funcionamiento y se orienten a sustituir a los administradores1377. La razón de tal
previsión debe encontrarse en que corresponde en primera instancia a los socios
considerar el comportamiento irregular de los administradores en procura de agotar
las posibilidades de solución en el ámbito privado1378, quedando luego por defecto
abierta la instancia judicial1379, lo que luce concordante con el carácter restrictivo de
la medida1380. Sin perjuicio de lo dicho, en ocasiones se ha justificado la eximición
del agotamiento previo de las vías sociales como requisito para pedir la intervención
cuando resulte evidente que estas habrán de resultar infructuosas1381, y que el daño a
ocasionarse frente a la previsible negativa fuera real e inminente1382.

JURISPRUDENCIA

Intervención. Agotamiento de las vías. Si bien la intervención judicial en una


sociedad debe acreditarse con criterio restrictivo, deben entenderse cumplidos todos los
recaudos exigidos por los arts. 113 y 114 de la ley 19550, aun cuando estrictamente no se
agotaron todos los medios previstos por el contrato social, al no convocarse a asamblea a
efectos de proceder a solicitar a lo largo del juicio se ha demostrado que la convocatoria de
dicha asamblea hubiera sido totalmente ineficaz. Cám. Com., A, ED 77-422.
La intervención judicial, en cualquiera de las formas previstas por la ley de
sociedades está rodeada de características singulares, y se erige como medida cautelar
societaria de excepción, a la cual puede recurrirse una vez agotadas todas las posibles
instancias para conjurar el peligro potencial que provendría de acciones u omisiones. Cám.
Com., B, LL 1997-D, 353.

d.- Características de la medida


1377
Cfr. Roitman H., Ley de Sociedades… cit, t. II, p. 713; Cám. Com., A, LL 148, p. 565.
1378
Cfr. Carvajal J.C., “La intervención judicial de las sociedades comercialesen la ley
19.550 y en el Código Procesal”, ED 78-833.
1379
Cfr. Odriozola C., “Intervención judicial…” cit., en Cuadernos… cit., de Zaldivar E. y
ots., vol. IV, p. 406.
1380
Cfr. Otaegui J.C., Administración Societaria, cit., p. 460.
1381
Cfr. Halperín I. y Butty E., Curso…cit. 4ª ed. t. I, p. 455; Halperín I. y Otaegui J.,
Sociedades Anónimas… cit., 2° ed., p. 480. Así, para Romano, “desde una perspectiva general cabe
afirmar que no cabe exigir el agotamiento de la vía interna en una sociedad en la que existe un
conflicto entre la mayoría y la minoría que permite inferir cuál va a ser el resultado de dicho
recorrido, o en una sociedad en que el peligro grave esta dado por un daño inminente que se quiere
evitar a través de la cautelar”, Romano A. A. en Código… cit, de Rouillón A., t. III, p. 269 n° 2.4. Id.
Cám. Com., B, LL 1979-B, p. 382, en que se tuvo en cuenta que la proporción que poseían los
peticionantes de la medida resultaba insuficiente para obtener un resultado satisfactorio dentro del
marco de actuación normal que les correspondía.
1382
Cám. Com., C, LL 1988-A, p. 64.

426
I.- Plazo. Provisoriedad. Revocabilidad: Siendo que la provisoriedad hace a la
naturaleza de la intervención1383, el decreto que la imponga debe precisar el término
de su duración y que solo podrá ser prorrogado mediante información sumaria que
acredite su necesidad. Su extensión dependerá tanto de la tutela tenida en cuenta al
momento de decretarse la cautelar, como del tiempo que presuntivamente dmandará
la superación de las causas que la motivaron. Si la cautelar se hubiera decretado en
un juicio que persiga la remoción judicial de los administradores, lo que presupone
que el tribunal ha advertido la existencia de motivos que prima facie la justifican,
probablemente la intervención se extienda hasta que el proceso principal
concluya1384. Si, en cambio, se hubiera otorgado con carácter de veeduría, su
duración será presumiblemente acortada, sin perjuicio de que esta pudiera
transformarse en coadministración y extenderse también hasta la conclusión del
pleito.
Consecuentemente con la provisoriedad propia de la medida es que la
intervención resulta, además, revocable en cualquier etapa del proceso principal1385,
a partir de los eventuales cambios en las circunstancias que determinaron su dictado
(arts. 115 LS y 225 inc. 3° CPCC)1386. Ello ha llevado a cierta doctrina a sostener
que, si con anterioridad al vencimiento del plazo previsto para la intervención, no
mediare una nueva resolución expresa en cuanto a su continuidad, la misión
encomendada a los interventores caduca al fenecer aquel, renaciendo en
consecuencia las facultades del órgano societario natural1387. No obstante, esta
solución no luce prudente toda vez que, de subsitir las razones que ordenaron la
cutelar, se dejaría al ente en idéntica situación, por lo que correspondería al

1383
La apuntada provisoriedad significa sustancialmente que los efectos jurídicos de la
medida “no sólo tienen duración temporal, sino que tiene duración limitada a aquel período de tiempo
que deberá transcurrir entre la emanación de la providencia cautelar y la emanación de otra
providencia jurisdiccional, que en la terminología común se indica en contraposición a la calificación
de cautelar dada a la primera con la calificación de definitiva. La provisoriedad de las providencias
cautelares sería, pues, un aspecto y una consecuencia de una relación que tiene lugar entre los efectos
de la providencia antecedente (cautelar) y los de la providencia subsiguiente (definitiva), el inicio de
los cuales señalaría la cesación de los efectos de la primera”. Cfr. Cámara H., Derecho Societario…
cit., p. 681, quien cita y sigue así a Calamandrei.
1384
Cfr. Farina J., Tratado… cit., p. 460.
1385
Excluye la posibilidad de la cosa juzgada, limitándose a un anticipo de la garantía
jurisdiccional que se dispensará en el juicio ordinario. Cfr. Perrota S., Intervención Judicial… cit., p.
21.
1386
Cfr. Pérez Peña L., Intervención Judicial… cit., p. 33, “esta interinidad impide la
configuración de la cosa juzgada, debido a que su adopción constituye solamente un anticipo de la
garantía de protección jurisdiccional que se hará efectiva en el proceso de conocimiento principal”;
Farina J., Tratado… cit., 445; González A.C., “La intervención judicial cautelar”, L.L. t. 1992-B, p.
1099.
1387
Cfr. Carvajal J.C., “La intervención judicial…” cit., ED 78-833; Cámara H., Derecho
Societario…, p. 697.

427
administrdor judicial permanecer en su cargo hasta su reemplazo efectivo, por
aplicación analógica del art. 257 LS1388.

JURISPRUDENCIA
Intervención. Plazo. Es menester tener en cuenta, y hacerlo en cada ocasión que se
presenten ante la justicia aspectos originados en intervenciones sociales, la vocación de la ley
hacia la mayor brevedad de tales medidas. Esto surge del espíritu del art. 115 in fine de la ley
19550, pues, sea por reducción del término de la medida, o por aceleración del proceso
principal es deseable en todo caso que la administración por la justicia tenga rápido desenlace.
Cám. Com., D, ED 92-700.
El computo del plazo de caducidad en una medida cautelar, en el caso, designación de
interventor recaudador, comienza a correr desde la notificación "ministerio legis" en el
expediente de la providencia donde toma posesión del cargo dicho funcionario. Cám. Com.,
C, DJ 2002-1, 549 - LL 2002-B, 447.
Dado que art. 35 bis apartado III de la ley 21.526 de entidades financieras no estatuye
ningún plazo cierto para la finalización de la intervención judicial dispuesta en una entidad
financiera, y el síndico que representa a la entidad no solicitó la fijación de término alguno, no
corresponde decretar el cese de la medida argumentando que se halla vencido el término por el
cual debía actuar la intervención, máxime cuando ello se dispuso sin sustanciación previa con
los representantes del Banco Central de la República, peticionario de la medida. Cám. Civ. y
Com., I, La Plata, LLBA 1999, 1157.
Intervención. Provisoriedad. Será viable por vía incidental, el planteo modificatorio
de la medida cautelar, si ha mediado un cambio de circunstancias, pues, la provisoriedad es un
signo definitorio de dichas medidas, por ello, en tanto se produzca el acaecimiento de nuevos
sucesos, o la incorporación de datos distintos, que de algún modo alteran y mudan el estado
anterior, generando un emplazamiento sobreviniente, que resulta ser ajeno al que se tuvo en
consideración al momento de ordenarse la medida, tal hecho posibilita un nuevo examen de la
procedencia de la cautela. Cám. Com., A, DJ 02/05/2007, 1141.
Intervención. Caducidad. En una acción de impugnación de la asamblea de
accionistas celebrada y de remoción del directorio, en la cual en forma cautelar se solicita la
intervención judicial de la sociedad, resulta aplicable el plazo de caducidad de 6 meses
previsto en el art. 330 inc. 1 del Cód. Procesal Civil y Comercial de la Nación dado que, dicho
proceso debe tramitar por la vía ordinaria. Cám. Com., A, DJ 21/02/2007, 417.

II.- Se dicta inaudita parte: la medida se otorga inaudita parte (art. 198
CPCC), con lo que se procura evitar que la demandada o los administradores
involucrados adopten medidas que tornen ilusoria una eventual sentencia que
pudiera hacer lugar a la pretensión principal1389. Esta ausencia inicial de
contradictorio, que se difiere o aplaza hasta el momento de la traba de la medida1390,
se compensa parcialmente con la fijación de la contracautela que mitiga los
perjuicios derivados del eventual posterior rechazo de la pretensión principal1391.

1388
Cfr. Sasot Betes M. y Sasot M-, Sociedades…, Administración… cit., p. 499; Verón A.
V., Sociedades ..cit.., t. II, p. 458.
1389
Cfr. Roitman H., Ley de Sociedades… cit, t. II, ps. 635 y 653; Cámara H., Derecho
Societario… cit., p. 670.
1390
Cfr. Palacio L.E., Derecho Procesal… cit., t. VIII, p. 69.
1391
Cfr. Macagno A., “Atipicidad procesal…” cit., JA 2005-I, p. 866; Rouillón A.,
“Interpretación restrictiva…”, cit., p. 298.

428
III.- Carácter restrictivo (arts. 114 LS y 225 inc. 1° CPCCN): Ya hemos
señalado que el art. 1684 del Código Civil, de aplicación en la materia hasta la
sanción de la LS, disponía que habiendo peligro en la demora el juez podía decretar
la remoción luego de comenzado el pleito, nombrando en tal caso un administrador
provisorio. No obstante esta primeras opiniones, lo cierto es que no fue tal el criterio
observado por doctrina y jurisprudencia, las que lenta y concordantemente fueron
cimentando las bases de una intervención de aplicación restrictiva. Para ello se
apoyaron en el carácter excepcional y de emergencia de las medidas precautorias,
que aconsejan que su adopción se efectúe siempre con gran circunspección y
finalidad concreta, no sólo en interés de los sujetos involucrados sino también de la
seriedad de la justicia1392. “El embargo [la intervención], de medio cautelar, pasa
frecuentemente a ser un medio de coacción psicológica, un medio expeditivo podría
decirse, para agarrar al adversario del cuello; no sirve (como hipócritamente se dice)
para mantener durante el curso de la litis la igualdad de las partes y la estabilidad de
sus respectivas situaciones patrimoniales, sino que sirve, por el contrario, para poner
a una de las partes en condiciones tales de inferioridad, que se la constriña, antes de
decidirse la litis, a pedir merced por asfixia. Todos los abogados saben que
conseguir la obtención de un embargo significa muy a menudo haber vencido en la
causa; esto vale especialmente a propósito del embargo judicial”1393.
De acuerdo con estas ideas, el art. 138 del Dec. 9.311/58 -Anteproyecto de
Malagarriga y Aztiria- preveía que la autoridad judicial debía apreciar la
procedencia de la intervención con criterio de máxima restricción, por tratarse de
“una medida extrema, un remedio de los que en terapéutica son llamados heroicos, y
a los que, por obvias razones, no debe recurrirse más que cuando todos los demás
hayan fracasado”1394. No es de extrañar que al tiempo de la sanción de la LS la
opinión mayoritaria de jueces y juristas considerara que, en cualquiera de sus formas
y modalidades, la pertinencia de la intervención judicial debía siempre ser apreciada
por el juez con criterio restrictivo, tal como finalmente se dispusiera (art. 114 LS;
art. 225 CPCCN), dándole así carácter de instituto cautelar societario de excepción,
al que sólo puede recurrirse a esta una vez agotadas todas las posibles instancias

1392
Cfr. Colombo C., Código Procesal Civil y Comercial de la Nación –anotado y
comentdo-, t. II, Bs. As., 1969, n° 9, p. 370.
1393
Calamandrei ...., Derecho Procesal Civil, t. III, 288, cita esta que repite antes que nosotros. Cfr.
Colombo C, Código Procesal… cit., t. II, n° 9, p. 370. La cita en cuestión no debe ser interpretada
fuera del contexto en que se vierte, y no importa desconocer la función de garantía que las cautelares
brindan sino advertir sobre las consecuencias de su aplicación con liviandad.
1394
Dec. 9.311/58 Anteproyecto, Informe Preliminar, Sección Décimotercera. En contra, y
por una interpretación flexible del criterio restrictivo previsto en la LS, véase Pérez Peña Laura,
Intervención Judicial de Sociedades Comerciales, Ad-Hoc, Buenos Aires, 2005, págs. 48 y 49 y
Vítolo D. y Nissen R., “La intervención judicial…” cit., ED 95-769.

429
para conjurar el peligro potencial de las acciones y omisiones de los
administradores1395. También abonan el apuntado criterio razones de prudencia
económica, atento el daño que al prestigio comercial de la sociedad una intervención
que tome estado público puede ocasionar1396, con más la mesura que debe primar en
su otorgamiento para evitar el contrasentido que importaría conceder una remoción
anticipada del administrador que desnaturalizaría el instituto, por tratarse de la
pretensión principal a la que la cautelar siempre va aneja1397. Atendiendo estas
razones es que la prudencia en su otorgamiento además habrá de conjugarse con la
intensidad –grado- en su concesión. Así, habra de estarse en primer lugar por la
designación de un mero veedor cuando ello fuera suficiente, en segundo término por
a una coadministración atenuada y sólo recurrirse a la administración con
desplazamiento como último recurso. Tal restrictividad también debe ser
considerada según el tipo social del ente para la que se la peticione1398, debiendo
extremarse los recaudos de procedencia en aquellos de capital, atento su particular
estructura y complejo organicismo diferenciado, que suelen dotar al socio de
diversas posibilidades de solución que permiten dejar de lado la intervención1399.

JURISPRUDENCIA
Intervención. Carácter restrictivo de la medida. No procede la intervención
judicial requerida cuando esta constituiría un modo indirecto de practicar una
instrucción probatoria, en cuyos términos escapa tanto del art. 113 y concs. de la ley
19550, cuanto de la recaudación contemplada en el Código Procesal (arts. 222, inc. 1
y 223 de dicho cuerpo legal). Cám. Com., D, septiembre 2-1979, “Favre, Luis c.
Worldwide Financial Corp Ltda.”.
Debe tenerse presente que la ley 19550 se ocupa de la intervención judicial en
los arts. 113 a 117 e impone un módulo interpretativo de "criterio restrictivo" que
debe alcanzar necesariamente a los elementos de conocimiento destinados a justificar
la verosimilitud del derecho y peligro en la demora. Cám. Com., B, septiembre 23-
1981, “Wainer, Beatriz c. A. De c. Agrest, S.A.”
Las situaciones previstas en la sección XIV del capítulo I, ley 19550, son de
excepción y deben ser restrictivamente interpretadas, pero ellas resultan aplicables a
casos en que el comportamiento de los órganos societario se desarrollan dentro del
marco normativo. Cám. Com., E, ED 94-631.

1395
Cfr. Migliardi F., “Criterio estrictivo para dispone la intervención de sociedades
anónimas”, LL 148, p. 565; Dasso A.A., “La intervención judicial…” cit., LL 1990-A, p. 636; Cám.
Com., B, LL 1990-A, p. 636; Cám. Com., B, SJA 3/3/2004; JA 2004-I-702; Cfr. Halperín I. y
Otaegui J., Sociedades Anónimas… cit., 2° ed., p. 458. En contra, y por una interpretación flexible del
criterio restrictivo previsto en la LS, véase Cfr. Pérez Peña L., Intervención Judicial… cit., ps. 48 y
49 y Vítolo D. y Nissen R., “La intervención judicial…” cit., ED 95-769.
1396
Cfr. García Caffaro J.L., “Pasado y presente de la intervención…” cit., LL 152-803;
Rouillón A., “Interpretación restrictiva…” cit., p. 298. Este último alude a la inmediata restricción del
crédito que necesariamente sigue a la remoción de los administradores naturales del ente.
1397
Cám. Civil y Com., III, Rosario, Colección Jurisprudencial Zeus -Rosario-, t. 15, p. 295.
1398
Cfr. Rouillón A., “Interpretación restrictiva…” cit., p. 298.
1399
Cám. Civil y Com., III, Rosario, Colección Jurisprudencial Zeus -Rosario-, t. 15, p. 295.

430
La intervención judicial de una sociedad, en cualquiera de las formas
previstas por la ley, está rodeada de características singulares y es una medida
cautelar societaria de excepción, a la que puede recurrirse una vez agotada todas las
posibles instancias para conjurar el peligro potencial que se invoca. Por ello, impera
un criterio restrictivo en la materia, considerando que la intervención no puede
importar una injustificada intromisión o interferencia en los negocios de la sociedad,
para no provocar un daño mayor que el que se quiere evitar. Cám. Com., B, LL 1998-
A, 186 - DJ 1998-1, 1092.
La intervención judicial requiere que el perjuicio invocado sea tal que exista un
verdadero peligro en la demora, relativo al interés objetivo de la sociedad, debiendo
evaluar su procedencia con criterio restrictivo, más cuando se trata de una sociedad
anónima. Cám. Com., A, LL 1999-D, 192 - DJ 1999-3, 138; Cám. Com., B, LL 1997-
D, 353.
El remedio de la intervención judicial es excepcional y sólo viable en la
sociedad anónima cuando no cabe la posibilidad de que los órganos de dirección y
fiscalización puedan constituirse. Cám. Civ. y Com., II, Rosario, julio 03-1979,
“Aldave, Pedro N. c. Rolfo, S. A.”.

IV.- Es accesoria a la demanda de remoción del administrador (art. 114 LS):


La LS impone como requisito de procedencia para la intrvención judicial, la previa
promoción de la acción de remoción. Tal exigencia no debe ser malinterpretada, ya
que el planteamiento de la acción principal puede ser, cuanto menos,
concomitante1400, y, en última instancia, nada impide tener por cumplido el requisito
con la sóla presentación judicial de aquella, sin requerirse su notificación o
contestación1401. En contraposición con el art. 114 LS, el art. 207 CPCCN otorga al
peticionante de la medida un plazo de hasta diez días posteriores a su obtención para
plantear la demanda, por lo que a tenor del texto legal no sería menester que la
acción de remoción anteceda la peticion de intervención1402. No obstante, tal

1400
Cfr. Romano A. A. en Código… cit, de Rouillón A., t. III, p. 270 n° 2.5.; Roitman H.,
Ley de Sociedades… cit, t. II, ps. 651 y 717. Este autor entiende procedente la petición de
intervención durante el trámite de diligencias preliminares o de prueba anticipada a la acción de
remoción (arts. 323 a 326 CPCCN); Richard E. y Muiño O., Derecho Societario… cit., p. 242. Sin
hacer referencia al proceso de mediación, Carvajal J.C., “La intervención judicial…” cit., ED 78-833,
para quien a fin de obtener la cautelar debe demostrarse haber también promovido la acción de
remoción “pues como medida cutelar que es [la intervención], se tona inaudita pars ... implica
necasariamente la promoción de acción de fondo ya que de lo contrario se concedería a una parte la
posibilidad de presionar a la otra utilizando el poder jurisdiccional para obtener solo la medida
cautelar”.
1401
Cfr. Mascheroni F. y Muguillo R., Régimen Jurídico… cit., p. 293; Cámara H., Derecho
Societario… cit., p. 658, quien refiere que para tener por cumplido el requisito del art. 114 LS “es
menester se haya incoado la demanda principal, lo cual basta: no requiere notificación ni menos
contestación trabándose la litis.”
1402
En este sentido, ver Dasso A.A., “La intervención judicial…” cit., LL 1990-A, p. 636,
para quien “la acción de remoción, es obvio, puede haber sido iniciada en forma previa o conjunta
con el pedido de intervención e incluso, con posterioridad a la misma a condición de su inmediata
promoción dentro del término procesal por tratarse de medida cautelar, de carácter provisional (art.
202, Cód. Procesal), la cual caduca en la hipótesis de que no interrumpiese la demanda de fondo,
(acción de remoción) dentro de los diez días siguientes al de su traba”. En sentido análogo García

431
previsión no resulta de aplicación por cuanto debe primar la solución establecida en
el art. 195 CPCCN en cuanto a que las providencias cautelares podrán ser solicitadas
antes o después de deducida la demanda a menos que de la ley resultare que ésta
debe entablarse previamente, lo que inhibe la formulación anticipada de la
intervención judicial tornando aplicable el art. 207 CPCCN para el caso de las
sociedades comerciales 1403.
Pero más allá de las disposiciones del art. 114 LS, la acción de remoción no es
la única que puede dar lugar a la intervención judicial, máxime a partir de la
creciente flexibilización en torno a los interese tutelados por el instituto y la
inclusión también –en oportunidades y siempre con carácter restrictivo- de aquellos
particulares del socio. En tal sentido se ha concedido la intervención, mayormente
en carácter de veeduría, en supuestos en que las decisiones sociales se adopten
intencionalmente para perjudicar a la minoría1404. En este sentido hacemos nuestras
las consideraciones de Etcheverry en punto a una flexibilización del criterio que
permita disponer la intervención con grado de veeduría no necesariamente a partir
de una demanda de remoción, en función de1405: i.-) respecto del ejercicio previo o
simultáneo de la acción de remoción, hay casos en que resulta de mayor utilidad y
procedencia el nombramiento de un veedor sin que necesariamente la petición
principal deba orientarse a tales fines. Así es atendible designación de interventores
en supuestos alejados del régimen de administración de las sociedades comerciales,
como las que se dictan en juicios relacionados con la constitución de un tribunal
arbitral y otros tantos donde procedería el nombramiento de un veedor sin el
necesario acompañamiento o procedencia de la acción por remoción; ii.-) Además,
“¿por qué exigir peligro grave, si el “mero veedor” puede ser un formidable
instrumento para que el juez conozca la verdad, sin que posea como contrapartida
los efectos nocivos que justamente ha señalado la doctrina que desaconseja la
institución? Si lo que busca el socio (supongamos minoritario sin poder de remoción
propio) es la definitiva separación del administrador no se explica cuál es la razón de
peso para exigirle la prueba de un peligro grave para tan sólo concederle el derecho
de que la justicia conozca de cerca el manejo de la sociedad por medio de un veedor.
Hay que agregar a todo lo dicho, las dificultades probatorias con las que puede
encontrarse quien intente demostrar “la existencia del peligro” (art. 114, decreto-ley
19.550 72) para la sociedad, para la cuál sólo pide un “mero veedor. Es que además,

Caffaro J.L., “Pasado y presente de la intervención…” cit., LL 152-803, si bien respecto de la acción
de remoción y sólo para el caso de las sociedades anónimas.
1403
Cfr. Palacio L.E., Derecho Procesal… cit., t. VIII, p. 225, para quien el referido plazo
del caducidad de diez días no resulta de aplicación por ser ajeno al “específico régimen establecido
por la ley 19.550”; Cabanellas de las Cuevas G., Derecho Societario… cit., t. 8, ps. 268 y 271.
1404
Cám. Com., B, LL 110, p. 890.
1405
Cfr. Etcheverry A., “El veedor judicial…” cit., LL 1976-B, p. 479, a quien seguimos en
todo este párrafo, resumiéndolo o transcribiéndolo.

432
podría el socio tener sospechas graves que no pudiera probar o confirmar y entonces
la utilidad de admitir el remedio legal es evidente; y los posibles daños de un socio
díscolo estarían protegidos con la contracautela que tal vez podría exigirse en casos
dudosos”; iii.-) la legislación de fondo exige se acredite la urgencia, inminencia o
gravedad del peligro, omitiendo que “es seguro que en casos donde existan
irregularidades graves pero sin urgencia o peligro en la demora, sería muy útil el
nombramiento de un veedor; los efectos saneatorios y morales serían muy positivos.
Sin embargo, tal vez por exceso en las precauciones para mantener el
funcionamiento de los órganos naturales , se han dejado de lado otros valores como
el interés público y el de los socios que se verían burlados ante ciertas
manifestaciones patológicas de la administración. En síntesis, un posible y lejano
peligro para la sociedad debería ser suficiente para justificar la admisión del
nombramiento de un mero veedor. El texto de la ley positiva lo prohíbe.”.

JURISPRUDENCIA

Intervención. Demanda de remoción previa. Cabe rechazar el pedido de intervención


de una sociedad de hecho que fue interpuesto por uno de sus socios, pues, las medidas
cautelares tienden a resguardar una posterior providencia definitiva y, en el caso, la demanda
principal no ha sido siquiera especificada por la requirente. Cám. Com., E, LL 2005-E, 560.
Es improcedente la intervención judicial de una sociedad comercial solicitada como
medida cautelar accesoria de la demanda tendiente a la remoción de administradores, pues el
art. 114 de la ley 19.550 exige como recaudo de procedencia que se haya deducido la acción
de remoción referida. Cám. Com., E, ED 193, 494.
Quien solicita la medida cautelar de la intervención judicial de la sociedad debe
promover con anterioridad o en forma simultánea la acción de remoción contra sus
administradores, resultando insuficiente la realización de una mediación prejudicial, pues no
implica la promoción de esa acción. Cám. Com., A, LL 1999-E, 908, (41.898-S) - ED 177,
278.

V.- Es discrecional: El juez puede disponer una medida precautoria distinta


de la peticionada, o bien limitarla de acuerdo con la importancia del derecho que se
intenta proteger y las particulridades del caso (art. 204 CPCCN)1406.

e.- Juez competente


Resulta competente para ordenar la intervención el juez de comercio del
domicilio de la sociedad, por cuanto cabe a este la atención de la demanda principal.
Alguna doctrina ha sostenido que, si no obstante ello, por razones de urgencia
justificada la acción principal fuera interpuesta ante un juez incompetente, este

1406
Cfr. Fenochietto C., Código Procesal… cit., t. 1, 2° ed., p. 789, n° 5 g.

433
tendría excepcionalmente facultad para dictar la medida cautelar antes de remitir la
causa al tribunal que corresponda1407.

JURISPRUDENCIA
Intervención. Juez competente. En casos en que se alegan graves
irregularidades en el manejo de un ente sindical provincial, adherido a una federación,
resulta competente la justicia provincial para conocer sobre un pedido de intervención
judicial a los fines de lograr la normalización del mismo. Cám. Civ., Com., Trab. y
Minas, II, Catamarca, LL 1999-D, 797 - LLNOA 2000, 223.

f.- Sujetos legitimados para pedir la intervención


Siendo que la intervención se orienta principalmente a la preservación del
ente y de sus intereses, serán sus socios quienes mayormente habrán de solicitarla.
No obstante, el elenco de legitimados comprende a otros sujetos, entre los que se
encuentran los socios, la autoridad de contralor, el representante de los
debenturistas, la sindicatura y, para cierta doctrina, aún los terceros. En cuanto al
sujeto pasivo, la intervención se solicita contra la sociedad. También serán parte los
integrantes del órgano de administración cuya remoción se pretende, en tanto sujetos
pasivos –junto con ente- de la acción principal1408. Este recaudo tiene como finalidad
garantizar el derecho de defensa en juicio –art. 18 CN- de los individuos cuya
actuación, imputable al ente, hubiera ocasionado el daño o puesto en peligro al
mismo1409.
Son entonces sujetos activos:
I.-) El socio (art. 114 LS): Quien acredite calidad de socio, sin importar el
porcentaje del capital social que su tenencia represente1410, cuenta con legitimación
activa para solicitar la remoción del administrador, por tanto, para peticionar
accesoriamente la intervención judicial1411. Como excepción al apuntado criterio de
legitimación, la LS dispone que el socio comanditario en la sociedad en comandita

1407
Roitman H., Ley de Sociedades… cit, t. II, p. 651, quien agrega respeto de las
intervenciones dictadas por jueces de instrucción en procura de asegurar los bienes sociales que “tales
casos no encuadran estrictamente en las previsiónes del art. 113 LS, relacionadas a la acción de
remoción, sino a otras acciones de fondo.
1408
Cfr. Halperín I. y Otaegui J., Sociedades Anónimas… cit., 2° ed., p. 478; Otaegui J.C.,
Administración Societaria, cit., p. 465; Verón A. V., Sociedades ..cit.., t. II, p. 431.
1409
Cfr. Halperín I. y Otaegui J., Sociedades Anónimas… cit., 2° ed., p. 478 y nota 74; Cfr. Pérez
Peña L., Intervención Judicial… cit., p. 113.
1410
Cfr. Carvajal J.C., “La intervención judicial…” cit., ED 78-833.
1411
Cfr. Pérez Peña L., Intervención Judicial… cit., p. 93 y 94; Verón A.V., Sociedades
Comerciales… cit., t. 2, p. 428; Cámara H., Derecho Societario… cit., p. 645, quien señala que, no
obstante la previsión legal, en algún caso se rechazó la pretensión por carecer la misma de interés,
habida cuenta de lo reducida de la participación social del actor.

434
por acciones, cuando se requiera la invocación de justa causa para la remoción del
administrador, deberá poseer al menos el cinco por ciento del capital social (art. 319
LS). Otorgada la medida, carecerá de importancia que durante su trámite el socio
desistiera de ella, por cuanto la cautelar no se orienta a la satisfacción de sus
intereses sino a los de todos los que de una u otra manera los tienen comprometidos
con la entidad1412. No cuentan con legitimación a.-) los accionistas en mora en la
integración de sus aportes1413; b.-) el socio del socio (art. 35 LS); c.-) para alguna
doctrina, el socio aparente y el socio oculto, ya que el primero, aunque pueda ser
reputado responsable frente a terceros, no tiene el carácter de socio en sus relaciones
intrasocietarias, mientras que al socio oculto la falta de legitimación le cabe como
sanción por el fraude en que incurre con tal conducta frente a sus acreedores (art. 34
LS)1414; d.-) el usufructuario de acciones o cuotas sociales, quien, salvo pacto en
contrario o usufructo legal, sólo tiene derecho a percibir las ganancias durante el
usufructo quedando el ejercicio de los demás derechos derivados de la calidad de
socio en cabeza del nudo propietario. Estas consideraciones caben también para el
acreedor prendario (arts. 218 y 219 LS)1415;

JURISPRUDENCIA

Intervención. Requisitos. Calidad de socio. Expresamente requiere el art. 114 de la


ley 19550 que el peticionante de la intervención acredite su condición de socio, lo que
obviamente deberá tener lugar según las reglas del tipo societario de que se trate. Tratándose
de una Sociedad anonima, es esencial la presentación de las acciones correspondientes. Cám.
Com., D, abril 14-1978, “Pastor, Jorge c. Tachella, Guillermo”.
Resulta procedente la designación de un interventor judicial con las facultades del art.
115 de la ley 19550 concordantes con los arts. 223 y 224 de Código Procesal si la intervención
ha sido solicitada por un socio, que ha acreditado la calidad de tal, el peligro y gravedad,
promovido acción de remoción y agotado los recursos del contrato social. Cám. Com., A,
mayo 27-1977, “Saturnini, Eduardo c. Morte, Mariano A.”
Corresponde rechazar las medidas cautelares incoadas tendientes a suspender
preventivamente las decisiones asamblearias e intervenir judicialmente una sociedad anónima,
toda vez que el accionante no acreditó su calidad de accionista -arts. 112 y 251, ley 19.550
(t.o. 1984) (Adla, XLIV-B, 1319)- resultando por lo tanto insuficiente la verosimilitud del
derecho invocada para intervenir en el desenvolvimiento social. Cám. Com., C, LL 2005-E,
242.

1412
Cfr. Sasot Betes M. y Sasot M., Sociedades…, Administración… cit., p. 499 –con apoyo
en Cám. Com. Cap. Fed., LL 19 p. 23; Halperín I. y Otaegui J., Sociedades Anónimas… cit., 2° ed., p.
475 nota 75. En contra, ver Cámara H., Derecho Societario… cit., p. 655 y Pérez Peña L.,
Intervención Judicial… cit., p. 94.
1413
Cfr. Cámara H., Derecho Societario… cit., p. 649; En contra de esta solución, con
carácter de excepción, para el caso de que el estado de mora resulte claramente desproporcionado y a
fin de evitar un daño irreparable a la sociedad, véase Aguirre F., “Aspectos de la intervención judicial
de sociedades comerciales”, en Cuestiones de Derecho Societario en Homenaje a Horacio P.
Fargosi, Bs. As., 2004, p. 248.
1414
Cfr. Pérez Peña L., Intervención Judicial… cit., ps. 94 y 95.
1415
Cfr. Pérez Peña L., Intervención Judicial… cit., p. 95.

435
II.-) La autoridad de contralor (arts. 301 inc. 2 y 303 LS): La autoridad de
contralor no puede disponer la intervención por sí1416. Sólo se encuentra facultada
para solicitarla al juez del domicilio de la sociedad, cuando el ente hiciera oferta
pública de sus títulos o intermediara en el crédito, en los casos en que las
resoluciones de los órganos sociales fueran contrarias a la ley, o bien en cualquier
otra oportunidad sin importar el tipo de ente cuando lo que se procurara fuera el
resguardo del interés público. En tales supuestos la intervención tiene por objeto
remediar las causas que la motivaron, o, de no ser ello posible, proceder a la
disolución y liquidación del ente. Siendo que lo que se atiende en estos casos es el
interés general, no será necesario acreditar la existencia de un peligro grave1417.
Incluso, alguna doctrina ha sostenido la falta de necesidad de inicio de la acción de
remoción1418.

JURISPRUDENCIA
Intervencíon por autoridad de contralor. El interventor que ha asumido
judicialmente la administración de una sociedad en virtud de lo dispuesto por el art.
303, inc. 2° de la ley 19550, ha asumido en la especie la representación de aquélla,
pues su actividad supone necesariamente el desplazamiento de los administradores
designados por los mecanismos sociales y, justamente, en materia de una sociedad
anonima, la intervención judicial constituye una de las causales de cesación del
directorio. Cám. Com., B, octubre 26-1977, “Franchi, Reynaldo c. Frigorífico San
Fernando”.
Dada la circunstancia de haber sido la intervención decretada en base al art.
303, inc. 2' de la ley 19550, el interventor cumple funciones de administrador
desapareciendo por ello el directorio como representante de la sociedad. Cám. Com.,
B, octubre 26-1977, “Franchi, Reynaldo c. Frigorífico San Fernando”.
La instancia judicial ha sido incorrectamente habilitada por la Inspección
General de Justicia cuando la resolución atacada no ha importado el ejercicio de
facultad jurisdiccional por parte de la Administración, pues aquélla consistía en el
mero anuncio de la decisión estatal de solicitar la intervención judicial de la sociedad,
sin afectar de manera inmediata los derechos subjetivos o intereses legítimos de
aquélla y, menos aún, importar el ejercicio del poder sancionatorio del ente estatal.
Cám. Civil, A, LL 1997-F, 645.
Corresponde rechazar el recurso deducido por una mutual contra la resolución
de la Inspección General de Justicia que declaró irregulares las operaciones
consistentes en la recaudación de dinero de terceros, su administración y adjudicación
o entrega de bienes realizada, ordenó la devolución del dinero a los suscriptores y
peticionó la designación de un interventor judicial, pues aquélla cuenta con la

1416
Res. IGJ 523, noviembre 16-1983 en expte. “Mercafer S.A.”, fallo 68.408 LL t. 148, p.
581; Halperín I. y Otaegui J., Sociedades Anónimas… cit., 2° ed., ps. 477, 479 y 480.
1417
Cfr. Pérez Peña L., Intervención Judicial… cit., p. 96; Vítolo D. y Nissen R., “La
intervención judicial…” cit., ED 95-769.
1418
Cfr. García Caffaro J.L., “Pasado y presente de la intervención…” cit., LL 152-803.

436
posibilidad de declarar irregulares e ineficaces los actos sometidos a su jurisdicción
cuando sean contrarios a la ley, el estatuto o los reglamentos (art. 6°, inc. f), ley
22.315, lo que comprende atribuciones tendientes al control del cumplimiento de sus
decisiones y la posibilidad de ocurrir a un juez para hacerlas efectivas (del dictamen
del fiscal que la Cámara hace suyo). Cám. Com., A, noviembre 22-2002, “Inspección
Gral. de Justicia c. Cilsa Mutual”, LL Online.

III.-) El representante de los debenturistas (arts. 345 y 346 LS): La LS prevé


que el fiduciario, en los casos de debentures con garantía común o con garantía
flotante, tiene siempre la facultad de pedir la suspensión –no la remoción1419- del
directorio: a.-) cuando no hayan sido pagados los intereses o amortizaciones del
préstamo después de treinta días de vencidos los plazos convenidos; b.-) cuando la
sociedad deudora hubiera perdido la cuarta parte del activo existente al día del
contrato de emisión; c.-) o cuando se produzca la disolución forzosa o la quiebra de
la sociedad (art. 345 inc. 3° LS). La ley tutela de este modo en primer término a
determinados terceros acreedores, los debenturistas, por sobre el interés social1420,
consagrando así una excepción a la regla general sobre la materia, como también lo
hace al tratar la intervención por pedido de la autoridad de contralor. También como
excepción la LS dispone para el caso un procedimiento especial: formulada la
petición de suspensión del directorio, el juez debe disponerla sin más trámite1421,
nombrando en su reemplazo a los fiduciarios, quienes recibirán la administración y
los bienes sociales bajo inventario (art. 346 LS). Estos pueden continuar el giro de
los negocios de la sociedad deudora sin intervención judicial y con las más amplias
facultades de administración, incluso la de enajenar bienes muebles o inmuebles, o
realizar la liquidación de la sociedad de acuerdo con lo que resuelva la asamblea de
debenturistas que a tal efecto debe convocarse (art. 347 LS).
IV.-) La sindicatura: Dentro de las amplias facultades y deberes que la ley
confiere e impone a la sindicatura, no se encuentra la de peticionar la intervención
judicial (art. 294 LS). Tal omisión ha llevado a considerar que el supuesto resulta
vedado1422, cabiendo al órgano de fiscalización sólo el deber de vigilancia del de
administración, no pudiendo inmiscuirse en cuestiones ajenas a su competencia y
propias del órgano de gobierno. Sin perjuicio de ello, alguna doctrina se inclina por
reconocerle legitimación cuando se tratara de casos de vacancia en la

1419
Por lo que no se trataría específicamente de una intervención en los términos de los arts.
113 a 117 LS. Roitman H., Ley de Sociedades… cit, t. II, p. 673.
1420
Cfr. Pérez Peña L., Intervención Judicial… cit., p. 99; Otaegui J.C., Administración
Societaria, cit., p. 476.
1421
En alguna oportunidad se ha sostenido que la falta de traslado al ente importaría una
violación del dercho de defensa, por lo que correspondería al juez oir en primer término a los
representantes de la sociedad emisora. Cfr. Verón A. V., Sociedades Comerciales... cit., t. 4, p. 760.
1422
Cfr. Cámara H., Derecho Societario… cit., p. 651; Pérez Peña L., Intervención
Judicial… cit., p. 100.

437
administración, sumados a la reticencia –por el motivo que fuera- de la asamblea de
ocuparse del tema1423, o cuando correspondiera designar un interventor a fines
liquidativos, o bien para sustituir al administrador incurso en alguna
incompatibilidad para el ejercicio del cargo (arts. 102, 264 y 265 LS)1424.

JURISPRUDENCIA
Intervención por el órgano de administración: Si los accionistas no pueden
reemplazar al síndico en la fiscalización general de la administración y
contabilidad de la sociedad anónima; inversamente, la sindicatura no puede
sustituir a los socios en el propiciamiento de la intervención judicial, ya que tal
extrema medida cautelar solamente a ellos y previo cumplimiento de requisitos
que demuestren la conveniencia de la intromisión, les es conferida (art. 113, ley
19.550); sin perjuicio de ello resulta de toda evidencia que ante la retención
indebida de los libros de comercio de dicha sociedad, "prima facie" demostrada
mediante acta notarial, es prudente decretar -bajo responsabilidad del
solicitante- el secuestro de aquella documentación y su entrega a la sindicatura
a fin de que a la luz de lo que de ellos surja, se encuentre en condiciones de
promover las medidas que dentro de sus atribuciones y deberes y por la vía
pertinente estime corresponder (art. 294, ley 19.550). Civ. Com., III, La Plata,
mayo 12-1981, “Fernández, Casandra c. Marzorati, S.A.”

V.-) Los terceros: Los terceros, en tanto sujetos relacionados a la sociedad por
vínculos externos, no cuentan con legitimación para solicitar su intervención en los
términos de la LS1425. Esta tutela principalmente el interés social, del cual aquellos
son ajenos, sin perjuicio del tipo de relación que mantengan con el ente1426. No
obstante, algunos autores les reconocen la facultad de recurrir a esta cautelar en las
condiciones y con los alcances dispuestos en las leyes de rito, en tanto la misma no
exceda de la designación de un interventor informante (art. 224 CPCCN)1427, salvo
supuestos de excepción –herederos, cónyuges- y que habilitarían la designación de
un administrador1428.

1423
Cfr. Mascheroni F. y Muguillo R., Régimen Jurídico… cit., Bs. As. p. 282; Romano A.
A. en Código… cit, de Rouillón A., t. III, p. 266 n° 2.2.; Vítolo D. y Nissen R., “La intervención
judicial…” cit., ED 95-769; Aguirre F. “Aspectos de la intervención judicial…” cit., p. 250.
1424
Cfr. Gurdulich G., Intervención Judicial… cit., p. 50.
1425
Cfr. Farina J., Tratado… cit., p. 446.
1426
Cfr. García Caffaro J.L., “Pasado y presente de la intervención…” cit., LL 152-803.
1427
El tercero cuenta con legitimación orientada unicamente a la recaudación y no a la
administración del ente deudor. Cfr. González A.C., “La intervención judicial cautelar”, LL 1992-B,
p. 1096.
1428
Cfr. González A.C., “La intervención judicial cautelar”, LL 1992-B, p. 1096; Cabanellas
de las Cuevas G., Derecho Societario… cit., t. 8, ps. 293y 294; Favier Dubois E., “La intervención
judicial por terceros (lege lata)”, en Derecho Societario y de la Empresa, t. II, Córdoba, 1992, p. 395.

438
JURISPRUDENCIA
Intervención. Legitimación de terceros. Los supuestos en que es procedente la
medida cautelar de intervención de sociedades no se agotan en los contemplados por
la ley 19550, los cuales están referidos a situaciones originadas entre los socios dentro
del ámbito comprendido en el régimen societario, esto es, cuando se trata de
cuestiones que se limitan a la materia regida por normas que regulan la sociedad
comercial. Pero existen otros casos entre los que se ha destacado la posibilidad de que
la intervención sea decretada a pedido del acreedor, expresando que mientras la ley
19550 legisla esta medida exclusivamente en protección de los socios o la sociedad,
para los supuestos en los cuales los actos de los administradores pongan en peligro
sus derechos, el código procesal la contempla para cautelar legítimos intereses de
terceros, a falta de otra medida precautoria eficaz, sin perjuicio de contener, este
cuerpo legal, disposiciones comunes a ambas intervención. Cám. Civ., C, ED 96-212.

37.- Otros supuestos de intervención

a.- Intervención en las sociedades en formación


Atendiendo idénticas razones y requisitos que para las sociedades
regularmente constituídas, la intervención también resulta procedente durante la
etapa de formación del ente. En estos casos los fines de la cautelar se reducen al
cumplimiento y culminación de la registración, con más la realización de aquellos
actos orientados a la consecución del objeto estatutariamente autorizados a realizarse
durante el iter. La medida persigue así la inscripción definitiva del ente o la
obtención de una definición sobre su estado financiero, administrativo y destino1429.

b.- Intervención en las sociedades no constituidas regularmente


Atendiendo al principio de conservación de la empresa1430, la intervención
judicial es procedente respecto de sociedades irregulares1431, y aún accidentales o en
participación1432. Para ello deben darse respecto de tales entes los mismos requisitos

1429
Cfr. Pérez Peña L., Intervención Judicial… cit., p. 146; Molina Sandoval C.,
Intervención Judicial… cit., p. 87; Otaegui J.C., Administración Societaria, cit., p. 467; Verón A. V.,
Sociedades ..cit.., t. II, p. 424; Cabanellas de las Cuevas G., Derecho Societario… cit., t. 8, p. 334;
Mascheroni F. y Muguillo R., Régimen Jurídico… cit., Bs. As. p. 292. Estos autores refieren el
retraso, la demora o la paralización de los trámites inscriptorios como una causa grave que prima
facie habilita la intervención.
1430
Cfr. Pérez Peña L., Intervención Judicial… cit., p. 155; Boleso H., “Intervención judicial
en las sociedades constituidas irregularmente”, LL 1986-E, p. 1015.
1431
Cám. Com., pleno, LL 53 p. 193;; Cámara H., Derecho Societario… cit., ps. 630 y 644;
Otaegui J.C., Administración Societaria, cit., p. 467; Roitman H., Ley de Sociedades… cit, t. II, p.
675; Páez Juan Luis (P.J.L.), “Intervención judicial”, LL 110, p. 890; Couso J.C, “La intervención y
los distintos tipos societarios”, La Información, t. LVIII, año LIX, n° 704, p. 362; Farina J.,
Tratado… cit., p. 459; Mascheroni F. y Muguillo R., Régimen Jurídico… cit., Bs. As. p. 295.
1432
Cfr. Otaegui J.C., Administración Societaria, cit., p. 459.

439
fácticos exigidos para las sociedades regulares1433. En contra de tal solución, alguna
doctrina ha negado la posibilidad de intervenir estos entes a partir de la administración
promiscua que les cabe y de la que se derivaría como única solución la de pedir la
disolución y liquidación1434. A ello se sumaría que, siendo la inoponibilidad la regla
de la irregularidad, no resultaría posible cumplir con los recaudos de los arts. 113 y
114 LS1435.

JURISPRUDENCIA

Intervención de sociedad de hecho. Revocación. Corresponde decretar la


remoción como administrador de una sociedad de hecho cuando aquel no cumplió
con sus funciones con la lealtad y diligencia a que hace referencia el art. 59 de la ley
19550, a lo que se une su maliciosa negativa de haber constituido con el actor una
sociedad de hecho-comprobada en juicio y disuelta por sentencia firme- y de su falta
de rendición de cuentas a éste ultimo Cám. Com., B, agosto 12-1977, “Mele, Héctor
c, Tardioli, Augusto”.
Intervención de sociedad de hecho. Procedencia. Dado el juego que
establecen las disposiciones de la ley 19550 aplicables a los casos de disolución y
liquidación de la sociedad -que incluyen las no constituidas regularmente- deben
hacerse lugar al pedido de remoción de administradores, pues, en caso contrario, la
liquidación de la sociedad -decretada y firme- estaría precisamente a cargo de
aquellos por imperio de los arts. 102 y 105 de la ley citada, lo cual presumiblemente
no resultaría ninguna garantía para los intereses del actor (en autos, la sentencia de
primera instancia hizo lugar a la demanda por disolución y liquidación de la
sociedad). Cám. Com., B, agosto 12-1977, “Mele, Héctor c, Tardioli, Augusto”.
Si no se ha promovido la acción de remoción del administrador de la sociedad
irregular, la intervención judicial prevista en los arts. 113 de la ley 19.550, y 222 del
Cód. Procesal carece de respaldo instrumental que la justifique. Cám. Com., C, LL
1995-C, 285.
Intervención de sociedad de hecho. Improcedencia: A los socios de una
sociedad irregular les está proscripto ; exigirse los aportes recíprocamente, salvo en la
instancia liquidatoria ; demandar por exclusión de socio ; accionar los consorcios por
daños y perjuicios derivado del incumplimiento del contrato social demandar por
remoción de administrador, ni solicitar intervención judicial, a menos que se accione
por disolución y nombramiento de liquidador ; exigir la división de las ganancias y
las pérdidas ; demandar por rendición de cuentas en los términos del art. 70 del Cód.
de Comercio sin previa disolución del ente ideal, etcétera. Civ. y Com., III, Córdoba,
marzo 23-1984, “Taormina, Próspero c. Zapata de Caminos, Irene”.
La medida cautelar de intervención judicial que regulan los arts. 113 y sigtes.
de la ley 19.550, y 222 y sigtes. del Cód. Procesal, en principio, no resulta procedente

1433
Cfr. Boleso H., “Intervención judicial…” cit., LL 1986-E, p. 1015.
1434
Cfr. Richard E. y Muiño O., Derecho Societario… cit., p. 251. También ; Cabanellas de
las Cuevas G., Derecho Societario… cit., t. 8, ps. 332 y 333, aunque este autor se muestra partidario
de una modificación de los textos legales que permitan así su intervención.
1435
Cfr. Romero J., Sociedades Irregulares… cit., p. 161.-; Romano Alberto, en Código de
Comercio -anotado y comentado-, de Rouillón, t. III, La Ley, Buenos Aires, 2006, p. 62.

440
respecto de sociedades no constituidas regularmente. Cám. Com., C, LL 1995-C, 285;
Cám. Com., C, LL 1997-D, 410, JA 1996-IV, 521 - DJ 1997-3, 393.

c.- Sociedades en etapa liquidativa


Durante la etapa liquidativa la sociedad conserva su personalidad, si bien
debe orientar sus actos exclusivamente a tales fines. El administrador es sustituido
para ello por un liquidador cuya remoción judicial, de existir justa causa, puede ser
solicitada por socios y síndico, lo que por tanto lo habilita el pedido de intervención
anejo a aquella acción1436.

JURISPRUDENCIA

Intervención. Liquidador. Medidas. Si el administrador judicial de la sociedad


demandada ha sido designado liquidador por asamblea extraordinaria, en tales
condiciones no resulta dudoso que dicho funcionario inviste la representación de la
sociedad en su carácter de órgano social que sustituye al directorio para los fines de
liquidación (arts. 102 y 105, ley 19550), sin que la circunstancia de que se encuentre
impugnada la decisión asamblearia que lo designara permita alterar la solución, en
tanto no haberse dispuesto suspender la ejecución de la resolución cuestionada en las
actuaciones pertinentes, de conformidad con lo dispuesto en el art. 252 de la ley
19550. Cám. Com., C, mayo 8-1979, “Scalabrini, Inés c. Manufactura de Productor
Industriales, S.A.”.
Resulta procedente la medida cautelar de administración judicial de la sociedad en
comandita solicitada ante el fallecimiento del socio comanditado, pues, de no hacerse
lugar a la medida podría causarse no sólo un perjuicio a la sociedad sino también a los
accionantes quienes persiguen la liquidación del ente social, en virtud de la falta de
regularización en el término de tres meses de conformidad con lo previsto en el art.
140 de la ley de sociedades (t.o. 1984). Cám. Com., D, DJ 05/04/2006, 929 - IMP
2006-7, 1063.

d.- Cooperativas
Siendo las cooperativas asimilables en cuanto a su naturaleza con las sociedades
comerciales, la doctrina myoritariamente acepta la posibilidad de que sean
intervenidas judicialmente. A ello se agrega i.-) que la ley de cooperativas –20.337-
en su art. 118 dispone la aplicación supletoria de la normativa de la LS en materia de

1436
Cfr. Halperín I. y Otaegui J., Sociedades Anónimas… cit., 2° ed., p. 459; Cámara H.,
Derecho Societario… cit., ps. 586 y 633; Otaegui J.C., Administración Societaria, cit., p. 467; Pérez
Peña L., Intervención Judicial… cit., p. 159; Roitman H., Ley de Sociedades… cit, t. II, p. 677;
Romano A. A. en Código… cit, de Rouillón A., t. III, p. 264; Molina Sandoval C., Intervención
Judicial… cit., p. 99; Couso J.C., “La intervención…” cit., p. 362; Farina J., Tratado… cit., p. 460;
Cabanellas de las Cuevas G., Derecho Societario… cit., t. 8, p. 335; Verón A. V., Sociedades ..cit.., t.
II, p. 424.

441
sociedades anónimas1437, lo que habilita recurrir al instituto; ii.-) que dicha ley
faculta al Instituto Nacional de Acción Cooperativa a solicitar la intervención
judicial cuando los órganos de la cooperativa realicen actos u omisiones que
importen un riesgo grave para su existencia (art. 100 inc. 10.b). Confirmando tal
posición, los tribunales incluso han autorizado la intervención de cooperativas
irregulares1438.

JURISPRUDENCIA

Cooperativa. Intervención. Aun cuando pudiera sostenerse que la remisión


que efectúa la ley 20.337 (art. 118), a la ley 19.550, no comprende a las disposiciones
de los arts. 113, 117, de todos modos el art. 100, inc. 10, b), de la primera ley citada
exige, para la procedencia de la intervención de la sociedad cooperativa, que los
órganos de ésta realicen actos o incurran en omisiones que importen riesgos graves
para su existencia, extremo éste no configurado en autos. Cám. Com., B, LL 1980-C,
94.

37.- Forma y alcances de la resolución


La intervención debe dictarse de acuerdo con las formas previstas en el art. 161
CPCCN, por tanto, con los requisitos propios de las resoluciones interlocutorias (art.
225 inc. 1° CPCCN)1439. Debe enunciar con claridad sus fundamentos y la misión que
deberán cumplir el o los interventores –si se tratar de una comisión-, así como sus
atribuciones de acuerdo con sus funciones, las que no podrán ser mayores que las
otorgadas a los administradores por la LS o el contrato social (arts. 115 LS y 225 inc.
3° CPCCN)1440. En todo caso estas se orientan a la regularización de la sociedad y la
conservación de sus bienes, por lo que deben ser ordenadas sólo hasta lo indispensable
y de modo tal que no signifiquen una extorsión o imposibiliten el normal

1437
Cfr. Pérez Peña L., Intervención Judicial… cit., p. 168. “Aún cuando la regulación de la
intervención judicial se encuentre en el Capítulo I, sobre disposiciones generales a todos los tipos
societarios, la misma es aplicable a las sociedades anónimas –y a los demás tipos- aún cuando la
sección específica que las regula así no lo refiera expresamente, así como las normas sobre remoción
de directores de la sociedad anónima”. Id. Cámara H., Derecho Societario… cit., p. 637; Gurdulich
G., Intervención Judicial… cit., ps. 39 a 40; Roitman H., Ley de Sociedades… cit, t. II, p. 683;
Romano A. A. en Código… cit, de Rouillón A., t. III, p. 263; Molina Sandoval C., Intervención
Judicial… cit., p. 106.
1438
Cám. Com., A, LL 87, p. 46.
1439
Si bien sólo es apelable, estando vedado el plenteo de revocatoria (art. 117 LS).
1440
La LS efectúa una triple distinción entre misión, funciones y atribuciones de la
intervención, que para alguna doctrina no resultan “un mero artificio verbal”, definiendo a la misión
como el propósito que se busca lograr con la intervención, a las funciones como el encuadramiento
que corresponde al interventor dentro de la estructura organizativa del ente y a las atribuciones como
los poderes jurídicos que se otorgan a aquel para que cumpla su función y alcance los fines
implícitos en la misión encomendada. Cfr. Cabanellas de las Cuevas G., Derecho Societario… cit., t.
8, p. 279.

442
desenvolvimiento del ente1441. Su graduación, por tanto, queda librada al arbitrio del
juez1442, quien se expidirá según el peligro y gravedad del caso ajustando las
atribuciones según el tipo de intervención de que se trate. Si se decreta con fines de
control, coadministración o administración requerirá una más prolija enumeración de
funciones que si se decretra como medida sustitutiva de embargo en que será suficiente
con determinar el porcentaje de entradas brutas dentro del cual corresponde practicar la
recaudación1443. Ello no impone una enumeración exhaustiva de las funciones y
aribuciones, ya que existen algunas que implícitamente resultan de la naturaleza del
cargo1444, sin perjuicio de lo cual el juez no puede limitarse a referirlas genericamente
sino que debe hacerlo específicamente y de forma conexa con la causa determinante de
la designación del administrador judicial1445.

JURISPRUDENCIA

Intervención. Administrador judicial. Medidas. La situación de vacancia en la


administración de la sociedad -siempre y cuando se haya dado cumplimiento a los demás
requisitos previstos por los arts. 113 y sigts. de la ley 19550- tornan procedente la intervención
judicial, debiendo el interventor designado realizar todos los actos urgentes de conservación
de los bienes a través de las medidas indispensables de protección de estos y defensa de los
derechos del ente societario que no admita demora, aportando asimismo los elementos
conducentes para el logro del más pronto restablecimiento de la normalidad societaria. 1a Inst.
Com. Cap. –Juz. 24-, junio 8-1978, “Arrabito, Esteban y otro c. Forgiant, S.A.”

a.- Cualidades del interventor


El Anteproyecto de Malagarriga y Aztiria -dec. 9.311/58- preveía que el
interventor administrador debía ser una persona no socia, “en lo posible” entendida
en el ramo de los negocios que constituyeran el objeto de la sociedad (art. 144). Se
procuraba así “evitar lo que ahora ocurre con frecuencia, o sea que se encomiende la
intervención a personas, muy honorables, pero también muy incompetentes"1446. A
diferencia del Anteproyecto, la LS guarda silencio en cuanto a las cualidades y
calidades del interventor, por lo que resulta de aplicación para el caso la normativa
contenida en los códigos de rito, en tanto fuentes subsidiarias y pautas de
interpretación analógica. El CPCCN dispone que la designación debe recaer en
“persona que posea los conocimientos necesarios para desempeñarse atendiendo a la

1441
Cfr. Pérez Peña L., Intervención Judicial… cit., p. 136; Cám. Civ., C, ED 72, p. 638.
1442
Cfr. Dasso A.A., “La intervención judicial…” cit., LL 1990-A, p. 636; Roitman H., Ley
de Sociedades… cit, t. II, p. 733.
1443
Cfr. Palacio L.E., Derecho Procesal… cit., t. VIII, p. 223.
1444
Cfr. Palacio L.E., Derecho Procesal… cit., t. VIII, p. 224.
1445
Cfr. Sasot Betes M. y Sasot M., Sociedades…, Administración… cit., p. 495.
1446
Informe Preliminar. Anteproyecto de Ley de Sociedades. Sección décimotercera. De la
intervención judicial.

443
naturaleza de los bienes o actividades en que intervendrá; será, en su caso, persona
ajena a la sociedad o asociación intervenida”. Se entiende por persona ajena al ente
no sólo a los socios, sino también a los integrantes de sus órganos, gerentes,
empleados y controlantes, así como todo sujeto que tenga interés en la acción de
remoción –por lo que el solicitante de la medida se encuentra impedido de ejercerla-
1447
. La cuestión sigue siendo, según se ve, de fundamental importancia: la
designación de un interventor inidóneo puede producir mayores perjuicios que los
que se tratan de evitar con la medida1448, por lo que el Tribunal debe dar en la
elección del sujeto “tantas o mayores pruebas de prudencia que en la decisión misma
de intervenir, conviene en general que recaiga en un extraño no socio, en lo posible
con el título de abogado, salvo en los casos en que haya que controlar la
contabilidad, en los cuales naturalmente, parece másindicada la elección de un
contador público”1449.
La designación o cesación del interventor, cuando este fuera un
coadministrador o un administrador judicial, debe ser inscripta en los registros
correspondientes e incorporada al respectivo legajo de la sociedad, realizándose la
publicidad del caso, como si se tratara de un administrador social elegido por los socios
(art. 60 LS)1450.

b.- Interventor persona jurídica


El art. 266 LS dispone que el ejercicio del cargo de director es personal e
indelegable –por tanto intuitu personae-, de lo que se derivaría que la la función resulta
vedada a las personas jurídicas1451. A ello se suma la imposibilidad de aplicar a entes
ideales los deberes de conducta previstos para sujetos individuales1452.

1447
Cfr. Roitman H., Ley de Sociedades… cit, t. II, p. 729, notas 2424 y 2426; Cabanellas de
las Cuevas G., Derecho Societario… cit., t. 8, p. 277; Cám. Com., D, LL 1996-C p. 772.
1448
Cfr. Carvajal J.C., “La intervención judicial…” cit., ED 78-833.
1449
Verón A. V., Sociedades ..cit.., t. II, p. 442.
1450
Siendo que la finalidad de la norma es poner en conocimiento de terceros quienes son los
sujetos que pueden representar al ente, no existe razón para hacer excepciones con los
administradores judiciales, cuya temporalidad y especialidad de sus funciones no cambia el principio.
Cfr. Cámara H., Derecho Societario… cit., p. 684.
1451
Cfr. Galgano F., Manuale Elementare de Diritto Commerciale, 2ª ed., Bolonia, 1986, p. 192;
Mascheroni F., El Directorio en la… cit., p. 55.
1452
Cfr. García Tejera N., "Deberes de conducta de los directores de S.A. Tratamiento en las
sociedades cerradas y en las sociedades del inc. 1º del art. 299", en El Directorio en las Sociedades
Anónimas -Homenaje al Profesor Consulto Dr. Carlos S. Odriozola, Bs. As., 1999, p. 36. La
capacitación del buen hombre de negocios del art. 59 LS, para el caso, no es propia de personas
físicas. No obstante, no siempre es esta la posición de nuestra doctrina. Según la reseña efectuada por
Otaegui –véase Halperín I. y Otaegui J., Sociedades Anónimas… cit., 2° ed., p. 462- la Inspección
General de Personas Jurídicas, mediante resolución general 5/77 dispuso que no resultaba admisible
la designación como administrador de una persona jurídica, pero como la resolución general 6/80
derogatoria de la anterior no volvió a referirse al tema, esto resultaría viable. En igual sentido, aunque
por otras razónes, también se expide Martorell E.E., Los Directores de Sociedades Anónimas, 2ª ed.,
Bs. As., 1996, ps. 205 y 206. En derecho comparado, el ordenamiento societario español –arts. 8f y

444
c.- Impugnación de la cautelar
Siendo la intervención judicial una medida cautelar que se resuelve inaudita
parte, la sociedad sólo habrá de tomar conocimiento de la resolución que la dispone
al tiempo de hacerse efectiva. Concedida, esta podrá ser apelada por los
administradores removidos y el propio ente1453, al solo efecto devolutivo (arts. 117
LS y 198 CPCC). Ello tiene por finalidad evitar que la intervención se torne ilusoria,
ya que de permitirse la apelación con efecto suspensivo los administradores
cuestionados pudieran adoptar conductas tendientes a burlara1454. Si bien la forma de
la resolución es la prevista en el art. 161 CPCCN, esto es, adecuada a los requisitos
de un interlocutorio (art. 225 inc. 1° CPCCN), no puede impugnarse por vía de
recurso de reposición (art. 198 ap. 3° y 238 CPCCN) por cuanto la LS no contempla
tal posibilidad cuando la decisión disponga la medida. En cambio sí procede la
revocatoria cuando la intervención fuera denegada.

d.- Remoción del interventor


El interventor puede ser removido, de oficio o a pedido de parte, en caso de
incumplimiento de los deberes generales y específicos a su cargo (art. 226 –parte final-
CPCCN). Al igual que para el caso de los administradores, las faltas deben ser lo
suficientemente graves como para poner en peligro los fines previstos para la
intervención. La remoción no afecta la medida cautelar en sí, la que perdura mientras
subsistan las circunstancias que motivaron su dictado y sólo autoriza al reemplazo de
un interventor por otro1455.

JURISPRUDENCIA

125 LSA-, sí se acepta la participación en calidad de directores de personas jurídicas, aunque en tales
casos no puede inscribirse su nombramiento en el Registro Mercantil en tanto no conste la identidad
de la persona física designada para el ejercicio de las funciones propias del cargo. Cfr. Sánchez
Calero F., Principios de... cit., Madrid, 1994, p. 194; Gómez Calero J. Responsabilidad de Socios y
Administradores frente a Acreedores Sociales, Madrid, 1998, p. 91; Lojendio Osborne I., “Los
administrdores…” cit., p. 294. El ordenamiento holandés también acepta como administradores a
personas jurídicas, incluso de cualquier nacionalidad –cfr. De Savornin Lohman Hans, Duties and
Liability of Directors and Shareholders under Netherlands Law, Londres, 1996, p. 7-. La LSG
peruana de 1989 autoriza la designación de personas jurídicas como gerentes –no directores- (art.
193).
1453
Cfr. Cámara H., Derecho Societario… cit., p. 682; Halperín I. y Butty E., Curso… cit.,
vol. I, 4° ed., p. 459; Verón A. V., Sociedades ..cit.., t. II, p. 465.
1454
Cfr. Gurdulich G., Intervención Judicial… cit., p. 75; Cabanellas de las Cuevas G.,
Derecho Societario… cit., t. 8, p. 269.
1455
Cfr. Palacio L.E., Derecho Procesal… cit., t. VIII, p. 228; Cfr. Cabanellas de las Cuevas
G., Derecho Societario… cit., t. 8, p. 280; Sasot Betes M. y Sasot M., Sociedades…,
Administración… cit., p. 500; Verón A. V., Sociedades ..cit.., t. II, p. 458; Cabanellas de las Cuevas
G., Derecho Societario… cit., t. 8, p. 285.

445
Intervención. Remoción. Es improcedente la remoción del administrador judicial—
designado como interventor de una sociedad como consecuencia de una medida cautelar—
cuando no reveló abuso en el cumplimiento de sus funciones, ya que si bien debe darse por
finalizado el cargo, lo es como consecuencia de que luego de un largo tiempo transcurrido
desde que asumió no se obtuvieron resultados positivos de su labor. Cám. Com., A, LL
21/12/2006, 6.
Siendo el interventor judicial un órgano de la sociedad nombrado por el tribunal, su
conducta debe juzgarse básicamente con las pautas establecidas por el art. 59, primera parte de
la ley de sociedades comerciales 19.550 (t.o. 1984), que no se aparta de la noción de culpa
expresada en los arts. 512 y 902 del Cód. Civil, por lo que si no se demostró que su función se
ejerció de manera arbitraria, excesiva o abusivamente, viéndose perjudicados los intereses de
la sociedad, no corresponde su remoción. Cám. Com., A, mayo 04-2006, “Tasselli, María V.
y otros c. Iate S.A y otros”, LL Online.
Es desestimable el pedido de remoción del funcionario a quien fue encomendada
inicialmente una veeduría en una sociedad anónima y luego una coadministración, si no se vierte
en forma concreta una imputación objetiva respecto de un hecho o conducta precisamente
reprochable respecto de aquél. Son insuficientes a ese efecto, los agravios subjetivos, reproches
personales y pareceres sobre la conveniencia de otra conducta diversa de la adoptada por el
funcionario. Cám. Com., D, julio 03-1997, “Ferro, Juan F. c. Aircom S.A.”.

4.- Modalidades de intervención. Tipos


La intervención puede consistir en la designación de un mero veedor, de uno o
varios coadministradores, o de uno o varios administradores, según las particularidades
del caso y la gravedad de las conductas denunciadas. Además, la mutabilidad propia de
esta cautelar hace posible que, en base a las irregularidades efectivamente constatadas,
el juez pueda ordenar que lo que en principio fuera una veeduría se transforme en
administración, o viceversa1456. Cualquiera sea la intensidad con que la intervención se
conceda -o ajuste-, el veedor administrador carecerá de vinculación societaria y no será
representante de ninguna de las partes en el proceso1457: se trata de un auxiliar del juez
que en representación de éste ejerce la administración del ente1458, de acuerdo a las
directivas que le imparte el Tribunal1459.
El cargo de interventor debe desempeñarse personalmente (art. 226 inc. 1°
1456
Romano A. A. en Código… cit, de Rouillón A., t. III, p. 271 n° 2.
1457
Podrá en cierto modo reemplazar o sustituir a las autoridades de la entidad intervenida,
pero nunca comomandatrio o representante de ellas, sino como funcionario judicial sujeto a
directivas, instrucciones, vigilancia y sanciones del juez que la dispuso. Cfr. Verón A. V., Sociedades
..cit.., t. II, p. 388; Cfr. Sasot Betes M. y Sasot M., Sociedades…, Administración… cit., p. 482.
1458
Cfr. Perrota S., Intervención Judicial… cit., p. 83, para quien “con cada intromisión del
Poder Judicial cesan tales órganos y se arrasa de tal manera con el prinicpio de la personalidad ya que
se produce una invasión a la entidad que ve desplazados a quienes por su voluntad inicial y anterior,
confirió mandato para dirigirla y governarla. Y ello se ha producido por la voluntad no de todos los
socios –que concurrieron mediante el ordenamiento conferido a la sociedad, a fijar sus límites de
ación y poder- sino de uno solo, actor en el juicio que obtiene el amparo jurisdicciona de la
pretensión”. En contra, véase Romano A. A. en Código… cit, de Rouillón A., t. III, p. 261, para quien
el administrador, en tanto auxiliar de la justicia actúa “dentro del órgano de administración de la
sociedad, con el alcance que dispondrá [el juez] en la respectiva resolución”.
1459
Roitman H., Ley de Sociedades… cit, t. II, p. 726; Páez Juan Luis (P.J.L.), “Intervención
judicial”, LL 110, p. 890; Macagno A., “Atipicidad procesal…” cit., JA 2005-I, p. 866. El “origen de
su investidura no es societario sino judicial”, Etcheverry A., “El veedor judicial…” cit., LL 1976-B,
p. 479.

446
CPCCN), por lo que sus facultades no son delegables1460, en concordancia con lo
también dispuesto respecto del administrador social (art. 266 LS). Ello no quiere decir
que el interventor no pueda valerse de colaboradores a fin de desempeñar con mayor
efiacia sus tareas; de requerir la participación de tales auxiliares deberá en todos los
casos pedir al tribunal autorización previa a tales fines (art. 225 parte final CPCCN).
Ya hemos señalado que la intervención supone una verdadera inmixión estatal
en la vida de entes privados, que altera el equilibrio social contractualmente establecido
en materia de dirección y manejo del ente1461. En concordancia, cabe entonces al
administrador evitar la adopción de medidas que que no sean estrictamente necesarias
para el cumplimiento de su función, o que comprometan su imparcialidad respecto de
las partes interesadas, o puedan producirles daño o menoscabo de sus intereses (art.
226 inc. 3° CPCCN). En cuanto al contacto entre juez y administradores, este debe ser
personal y directo. Cabe al interventor mantener suficientemente informado al
Tribunal, durante todo el tiempo de la intervención, de todas las circunstancias “que
crea de interés para poder dirimir la causa en definitiva” y del “verdadero estado
patrimonial de la sociedad objeto de la medida” cuando ello fuera pertinente1462. Ello
incluye el intercambio de información y “puntos de vista con criterio de buen
empresario. Dando instrucciones y velando por un cometido dinámico y conservador
respecto a contrataciones y en relaciones bancarias y financieras. Buscando la
economía de gestión. Su desempeño no puede delegarse y, de oficio, sobrevendrá la
remoción ante la evidencia de una gestión del interventor poco útil u onerosa”1463.

JURISPRUDENCIA

Intervención. Tipos. Intervención judicial es la medida cautelar en cuya virtud una


persona designada por el juez, en calidad de auxiliar externo de éste, interfiere en la
actividad económica de una persona física o jurídica, sea para asegurar la ejecución
forzada, caso del interventor recaudador, o para impedir que se produzcan alteraciones
perjudiciales en el estado de los bienes, caso del interventor informante, o del
interventor administrador o coadministrador. Cám. Civil, A, LL 1995-C.

a.-) Veeduría
Se trata del grado menor de intervención, y que no importa desplazamiento en
la administración social natural1464. El veedor no se inserta en el órgano de
administración -menos aún lo desplaza-, por lo que no asume funciones
administrativas ni las comparte. Sólo le estan reservadas cuestiones muy concretas,

1460
Cfr. Morello A., Sosa G. y Berizonce R., Códigos Procesales en lo Civil y Comercial de
la Provincia de Buenos Aires y de la Nación –comentados y anotados-, t. II-C, Bs. As., p. 861, ap. C.
1461
En los supuestos de coadminitración y administración con desplazamiento. Cfr.
Mascheroni F. y Muguillo R., Régimen Jurídico… cit., Bs. As. p. 268.
1462
Cfr. Carvajal J.C., “La intervención judicial…” cit., ED 78-833.
1463
Cfr. Morello A., Sosa G. y Berizonce R., Códigos Procesales… cit., t. II-C, p. 861, ap. c.
1464
Cfr. Dasso A.A., “La intervención judicial…” cit., LL 1990-A, p. 636.

447
mayormente tareas de vigilancia y control de los administradores, sobre las cuales
debe informar y dar cuenta al Tribunal que lo ha designado. Para tales fines cuenta
con la facultad de asistir a las reuniones que se celebren pudiendo solicitar toda la
información que entienda necesaria para llevar adelante sus labores1465. Tiene
también como misión el examen y control de libros y papeles sociales, y el deber de
informar sobre todo hecho que pudiere repercutir en la marcha de los negocios del
ente1466. Entre otras causas, suelen tomarse como indicio para la designación de un
veedor la negativa en suministrar información al socio titular de una parte
importante del capital social, la existencia de erogaciones del directorio de carácter
personal1467, las sospechas de desvío de fondos hacia otras personas jurídicas, sin
ninguna contrapartida1468 y la demora injustificada en los administradores en la
confección de los estados contables1469.
Atendiendo a las características propias de la veeduría, cabe considerar que
virtualidad tienen las previsiones legales generales respecto de esta si se la compara
con la coadministración y la administración judicial. Se ha señalado las disonancias
existentes, sugiriendo una modificación de los requisitos procesales que faciliten su
apliación, en función de1470: i.-) en lo que atañe al ejercicio previo o simultáneo de la
acción de remoción, hay casos en que resulta de mayor utilidad y procedencia el
nombramiento de un veedor sin que necesariamente la petición principal deba
orientarse a tales fines. Así es atendible designación de interventores en supuestos
alejados del régimen de administración de las sociedades comerciales, como las que
se dictan en juicios relacionados con la constitución de un tribunal arbitral y otros
tantos donde procedería el nombramiento de un veedor sin el necesario
acompañamiento o procedencia de la acción por remoción; ii.-) además, “¿por qué
exigir peligro grave, si el “mero veedor” puede ser un formidable instrumento para
que el juez conozca la verdad, sin que posea como contrapartida los efectos nocivos
que justamente ha señalado la doctrina que desaconseja la institución? Si lo que
busca el socio (supongamos minoritario sin poder de remoción propio) es la
definitiva separación del administrador no se explica cuál es la razón de peso para
exigirle la prueba de un peligro grave para tan sólo concederle el derecho de que la
justicia conozca de cerca el manejo de la sociedad por medio de un veedor. Hay que
agregar a todo lo dicho, las dificultades probatorias con las que puede encontrarse
quien intente demostrar ‘la existencia del peligro’ (art. 114, decreto-ley 19.550 72)

1465
Cfr. Etcheverry A., “El veedor judicial…” cit., LL 1976-B, p. 479; Vítolo D. y Nissen
R., “La intervención judicial…” cit., ED 95-769.
1466
Cfr. Carvajal J.C., “La intervención judicial…” cit., ED 78-833.
1467
Cám. Com., D, marzo 26-004, “Masi, Mauro v. Sanford S.A.C.I.F. y A. y otros”.
1468
Cám. Com., D, marzo 22-004, “Codere S.A. v. Vázquez Loureda, Carlos M. y otros”.
1469
Cfr. Cám. Com., D, Errepar Sociedades, II, 023-003-001 n° 7.
1470
Cfr. Etcheverry A., “El veedor judicial…” cit., LL 1976-B, p. 479, a quien seguimos en
todo este párrafo.

448
para la sociedad, para la cuál sólo pide un ‘mero veedor’. Es que además, podría el
socio tener sospechas graves que no pudiera probar o confirmar y entonces la
utilidad de admitir el remedio legal es evidente; y los posibles daños de un socio
díscolo estarían protegidos con la contracautela que tal vez podría exigirse en casos
dudosos”; iii.-) la legislación de fondo exige se acredite la urgencia, inminencia o
gravedad del peligro, omitiendo que “es seguro que en casos donde existan
irregularidades graves pero sin urgencia o peligro en la demora, sería muy útil el
nombramiento de un veedor; los efectos saneatorios y morales serían muy positivos.
Sin embargo, tal vez por exceso en las precauciones para mantener el
funcionamiento de los órganos naturales , se han dejado de lado otros valores como
el interés público y el de los socios que se verían burlados ante ciertas
manifestaciones patológicas de la administración. En síntesis, un posible y lejano
peligro para la sociedad debería ser suficiente para justificar la admisión del
nombramiento de un mero veedor. El texto de la ley positiva lo prohíbe.”

JURISPRUDENCIA
Interventor. Veedor. Designación. La procedencia de la designación de un veedor no
se agota en los supuestos regulados en la ley de sociedades (arts. 114 y 115 ley 19550) ya que
la ley adjetiva autoriza que sea de oficio, o a petición de par té, que el juez pueda designar
veedores para que vigilen operaciones o actividades (art. 227, Código Procesal). Cám. Com.,
C, mayo 15-1980, “Kukcievicz, Irene c. Establecimientos Metalúrgicos Cavanna, S.A.”.
La reducción del número de integrantes del directorio, que torna inaplicable el
ejercicio para el actor del derecho concedido por el art. 263 de la ley 19550, alterándose el
equilibrio que se registraba en ejercicios anteriores en la Administración de la sociedad, en la
que participaban los cuatro accionistas, autoriza la designación de un veedor judicial. La tarea
de control encomendada al veedor judicial excluye la de auditoría. Cám. Com., B, ED 96-714.
Conforme con el art. 115 de la ley 19550 la intervención puede consistir en la
designación de un mero"veedor", de uno o varios coadministradores o de uno o varios
administradores. De allí que si se trata de un veedor, no desplaza a la administración social
natural; si se trata de un coadministrador, concurre con aquélla; pero si se trata de un
administrador es evidente que se produce la remoción del directorio o del órgano que asume la
administración según el tipo. Cám. Com., B, octubre 26-1977, “Franchi, Reynaldo c.
Frigorífico San Fernando”.
Las funciones del interventor veedor no se hallan determinadas en la ley 19550. Pero
el art. 227 del Código Procesal expresa que se nombrara "para que vigile las operaciones o
actividades que se ejerzan, o se informe al juzgado sobre los puntos que en la providencia se
establezcan. Cám. Com., A, junio 30-1978 “Cabouli, Jaime c. García Nieto”.
Si el tenedor de las acciones, no es su titular registral y, ello impide que, pendiente el
litigio, pueda intervenir en la sociedad demandada, corresponde la designación de un veedor,
que permita informar al tenedor de las mismas, el desarrollo de la actividad de dicho ente.
Cám. Com., D, noviembre 03-1993, “Mackinlay, Carlos R. c. DHL Internacional S.A.”
Corresponde designar un interventor veedor si desde la constitución de la sociedad el
socio no logró conocer la marcha de los negocios del ente, ni consultar los libros de comercio
y se le negó el ingreso al lugar fijado para la realización de la asamblea por él impugnada.
Cám. Com., D, LL 2000-F, 982, (43.215-S).

b.-) Coadministración

449
El coadministrador actúa conjuntamente con los integrantes del órgano de
administración, sin desplazarlos. Dentro de los alcances de las potestades que le sean
concedidas, sin su participación “nada puede hacerse ...[no obstante]... no posee
facultades de dirección y gobierno absolutas; no sustituye la voluntad de los
administradores, ni se hace cargo de los bienes del patrimonio social. Ciertos
tribunales han incluso conferido facultades de veto al coadministrador”1471. Al igual
que al interventor, le cabe desempeñar personal e indelegablemente su cargo,
presentar informes periódicos según le sea requerido por el Tribunal con más un
informe final al concluir sus tareas y sujetarse a las disposiciones generales que a los
administradores impone la LS (art. 266 inc. 2° CPCCN y art. 59 LS)1472.

JURISPRUDENCIA

Intervención. Coadministrador. Debe disponerse la intervención de la sociedad en


grado de coadministración cuando se comprueban circunstancias -en el caso, estados contables
sin la firma del profesional que hizo la auditoría, constitución de reserva facultativa por un
porcentaje importante del patrimonio neto, diversos importes consignados del patrimonio neto,
extravío de libros sociales- que ponen de manifiesto de alguna manera su irregular
funcionamiento, generándose además, un estado de incertidumbre en cuanto a la conducción
de los negocios societarios. Cám. Com., E, LL 07/01/2004, 3 - IMP 2004-A, 1326.
Es improcedente la intervención judicial de una sociedad anónima, en grado de
coadministración si las pruebas ofrecidas por el peticionante -en el caso, falta de pago de un
mutuo hipotecario, falta de registración de balances y asambleas- resultan insuficientes para
acreditar el peligro en la demora que justifica la cautelar merituada en función del perjuicio
que podría ocasionar para el interés societario, que predomina sobre el particular. Cám. Com.,
B, LL 2001-E, 715 - DJ 2001-3, 473.

c.-) Administración judicial


Se trata de la medida cautelar de intervención de mayor gravedad, ya que
implica una verdadera interdicción judicial para la sociedad y su funcionamiento, con
la suspensión provisional del órgano de gobierno y su reemplazo por un auxiliar de
justicia que actúa en interés del ente y de los socios1473, sin que ello importe
dependencia de la volunad de estos últimos1474. Su carácter de recurso extremo hace
que sólo casos de probada gravedad la justifiquen, por lo que usualmente se la asocia a

1471
Cfr. Roitman H., Ley de Sociedades… cit, t. II, p. 738; Palacio L.E., Derecho Procesal…
cit., t. VIII, p. 215.
1472
Cfr. Cámara H., Derecho Societario… cit., p. 689; Cabanellas de las Cuevas G., Derecho
Societario… cit., t. 8, p. 433; Vítolo D. y Nissen R., “La intervención judicial…” cit., ED 95-769. En
contra Cfr. García Caffaro J.L., “Pasado y presente de la intervención…” cit., LL 152-803, para
quien, tratándose el interventor de “un auxiliar de la administración de justicia responsable según las
directivas judiciales contenidas, generalmente, en el auto de su designación y siempre ante el juez, a
quien incumbe decidir la existencia de responsabilidad y su extensión, y no frente a la sociedad de
cuyos eventuales perjuicios se hará cargo inmediato el peticionante que prestó la contracautela (art.
116 LS)” –cita en su apoyo un plenario de la CNCom. de septiembre 8-1954 LL t. 76, p. 198-.
1473
Cfr. Roitman H., Ley de Sociedades… cit, t. II, p. 739.
1474
Cfr. Sasot Betes M. y Sasot M., Sociedades…, Administración… cit., p. 482.

450
supuestos en que el órgano de administración ponga en peligro la propia existencia del
ente o comprometa seriamente su patrimonio o la continuidad de sus actividades.
En principio, el administrador judicial cuenta con idéntica competencia y
facultades con las que contaba el órgano removido, quedando limitadas a las
disposiciones del contrato social y la ley, y en especial, a la índole de sus tareas y los
términos de su designación1475. Tal intromisión en la vida orgánica del ente, que
importa la suspensión de la administración contractual, no empece el normal
funcionamiento de los restantes órganos sociales, como el de gobierno, que continúa
en cabeza de los socios a quienes en definitiva cabe la aprobación de los estados
contables producidos durante la intervención. Obviamente, tampoco el tribunal ni su
auxiliar, sustituyen a los socios en punto a la orientación comercial de la empresa1476.
Hasta tanto el interventor no se hubiera constituido en cada causa judicial en
trámite en que la sociedad fuera parte, los administradores removidos deben continuar
representando al ente1477

JURISPRUDENCIA

Intervención. Administrador. Cabe confirmar la resolución que dispuso agravar la


medida cautelar y disponer la designación de un administrador de la sociedad con
desplazamiento de los administradores naturales, ya que, producida la veeduría dispuesta,
surgen actualmente datos que justifican profundizar la intervención debido a la ausencia de
registros contables, el manejo discrecional de los negocios sociales, la falta de presentación de
balances y el manejo deficitario de la administración que permiten inferir con suficiente grado
de verosimilitud el derecho alegado por el actor. Cám. Com., JA 2004-I, 702.
Corresponde hacer lugar a la intervención judicial con desplazamiento del órgano de
administración actuante en una sociedad en reemplazo de la veeduría dispuesta cautelarmente
con anterioridad, toda vez que las apreciaciones formuladas en el pronunciamiento que
resolvió sobre esta última medida se agravaron dando lugar a una situación de anarquía en la
conducción de dicho ente, en virtud de las manifestaciones del solicitante y del informe del
veedor que las corroboran. Cám. Com., D, LL 2000-D, 638 - DJ 2000-3, 124.

d.-) Interventor recaudador e interventor informante (arts. 223 y 224


CPCCN)
Según dijéramos, la ley 22.434, procurando eliminar las dificultades
interpretativas que se originaban en la doble regulación existente en materia de
intervención entre el CPCCN y la LS, mantuvo dos modalidades genéricas y
autónomas de intervención: el interventor recaudador (art. 223 CPCCN) y el
interventor informante (art. 224 CPCCN). Ninguna de estas resultan, salvo
excepciones, directamente aplicables a los supuestos regidos por la ley sustancial, por
lo que sólo han de tenerse como fuentes subsidiarias o pautas de interpretación
analógica. En concordancia con la LS, el CPCCN prevé la concesión de ambos tipos de

1475
Cfr. Mascheroni F. y Muguillo R., Régimen Jurídico… cit., Bs. As. p. 274.
1476
Cfr. Cámara H., Derecho Societario… cit., p. 691.
1477
Cfr. Roitman H., Ley de Sociedades… cit, t. II, p. 739.

451
intervención con carácter restrictivo (art. 225 inc. 1°), las que pueden distinguirse
según: a.-) el intreventor recaudador –colector o recolector- puede ser designado por
pedido de un acreedor, por falta de otras medidas de mayor eficacia y necesariamente
como complemento de un embargo decretado sobre ingresos que se perciben en forma
sucesiva1478. El monto de lo obtenido por esta vía no podrá exceder del cincuenta por
ciento de las entradas brutas del sujeto embargado -cabe al interventor determinar e
informar cuales son estas entradas-, y los importes que así se perciban deberán ser
depositados a la orden del juzgado en el plazo que este determine (art. 223 ap. 2°
CPCCN). Este tipo de intervención no tiene injerencia en la administración social, y
atento sus marcadas diferencias con los ditintos grados de intervención previstos en la
LS, se ha llegado a sostener que nada impide su coexistencia si ello fuera necesario
para una mejor tutela de los distintos interees que amparan1479. No obstante, en
determinadas circunstancias el inerventor puede retener fondos e incluso disponer de
ellos con el objeto de pagar los gastos normales u ordinarios derivados de sus
funciones, y que resultan ser los que habitualmente se invierten en la sociedad objeto
de la cautelar1480. En cuanto a eventuales gastos extraordinarios que el interventor deba
efectuar, el CPCCN le impone solicitar autorización previa, salvo en quellos casos en
que la demora pudiera acarrear mayores perjuicios, supuesto en que deberá informar al
tribunal dentro del tercer día de realizado (art. 225 inc. 5°); b.-) el interventor
informante tiene a su cargo comunicar periódicamente al Tribunal que lo ha designado
sobre el estado de los bienes objeto del juicio o de las operaciones cuyo control se le
confiaran, de manera análoga al veedor previsto en el art. 115 LS al que antes
aludiéramos. Rige para el caso el principio de que la información que el interventor
brinde al requirente de la medida no puede sonrepasar los límites de la que este
regularmente pudiera obtener, de forma tal que la intervención no se transforme en una
ventaja o mejor posición de la que normalmente tendría en el curso natural de la
operatoria social1481.

JURISPRUDENCIA

Interventor informante. Debe designarse un interventor informante sin


injerencia en las decisiones sociales, y no un interventor con desplazamiento del
órgano natural del ente, tal como lo pretende el peticionante de la medida cautelar,
toda vez que la mera existencia de quebrantos o pérdidas no ilustran por sí un obrar
del administrador que amerite su remoción. Cám. Com., A, LL 29/01/2004, 4 - IMP
2004-A, 1335.

1478
Por lo que no procede cuando el embargo pueda hacerse efectivo mediante la inscripción
en registros, depósito o secuestro. Cfr. Palacio L.E., Derecho Procesal… cit., t. VIII, ps. 205 y 206.
1479
Cfr. Cabanellas de las Cuevas G., Derecho Societario… cit., t. 8, p. 273.
1480
Cfr. Palacio L.E., Derecho Procesal… cit., t. VIII, p. 229.
1481
Mascheroni F. y Muguillo R., Régimen Jurídico… cit., p. 276, con apoyo en Cám. Com.,
E, JA 1990-II-452.

452
Conforme la reforma introducida por la ley 22.434 en el Código Procesal
Civil y Comercial de la Nación que consagró la posibilidad de disponer las medidas
previstas para la intervención judicial en el ámbito de las sociedades comerciales,
cabe ordenar la designación de un interventor informante en la entidad en la cual los
actores ostentan participación, puesto que se encuentra justificado la verosimilitud en
el derecho y el peligro en la demora desde que la asamblea de accionistas en la cual se
designó administrador fue irregularmente convocada, sin poder los actores participar
en el acto y ejercer los derechos que les competen. Cám. Com., E, LL 25/01/2007, 4.

39.- Honorarios del interventor

La actividad del interventor no se presupone gratuita1482. Como regla general,


este –cualquiera fuera el grado de la intervención- sólo percibirá honorarios una vez
que fuera aprobado el informe final de su gestión, aunque si la misma debiera
prolongarse lo suficiente como para justificar el pago de anticipos, se los fijará en
adecuada proporción al probable importe total de aquellos1483. El pacto de
honorarios celebrado por el ineterventor será nulo e importará ejercicio abusivo del
cargo. En principio, los honorarios deben ser soportados por el sujeto condenado en
costas –el peticionante de la medida, de resultar perdidoso, o el director removido de
hacerse lugar al reclamo de aquel-. No siendo solvente el sujeto impuesto del pago,
cabe atenderlos en primera instancia a la sociedad, principal beneficiaria de una
acción de carácter social, y, subsidiariamente, a cualquier otra parte que pudiera
haber intervenido en el proceso. Respecto de estas últimas, siendo el interventor
judicial un auxiliar de la justicia, resulta ajeno a sus particulares situaciones por lo
que sus trabajos deben ser retribuidos por cualquiera de ellas, sin perjuicio de la
eventual repetición que posteriormente entre estas pudiera tener lugar1484. El
interventor carece de derecho a cobrar honorarios si hubiera sido removido del cargo
por ejercicio abusivo. Si en cambio la remoción se debiera a su negligencia, el
derecho a honorarios o la proporción que le corresponda será determinado por el
juez (art. 227 CPCC).

JURISPRUDENCIA

1482
Cfr. Verón A. V., Sociedades ..cit.., t. II, p. 458.

1483
Cfr. Verón A. V., Sociedades ..cit.., t. II, p. 460. Para la regulación del honorario
definitivo se atenderá a la naturaleza y modalidades de la intervención, al monto de las utilidades
realizadas, a la importancia y eficacia de la gestión, a la responsabilidad en ella comprometida, al
lapso de la actuación y a las demás circunstancias del caso (art. 227 CPCC).

1484
Cfr. Vincent M., “Honorarios del interventor judicial”, LL 1988-D, p. 435; Cám. Com.,
A, LL 1988-D, p. 435.

453
Anticipos. Honorarios. El interventor judicial es un auxiliar de la justcia que puede
reclamar a cualquiera de las partes el pago de sus honorarios o de los anticipos fijados a
cuenta. Cám. Com., A, LL 1988-D, p. 435.
Las partes están obligadas en forma solidaria al pago de los honorarios regulados a
los interventores y éste puede ejercitar sus derechos por la totalidad del monto contra
cualquiera de los obligados al pago, ello sin perjuicio de que aquéllas puedan repetirse entre sí
en la proporción que corresponda. Cám. Com., A, LL 1999-E, 513 - DJ 1999-3, 705.
Si los honorarios del interventor fueron regulados sin que mediara decisión definitiva
sobre las costas del pleito, esa retribución debe ser atendida por la parte que pidió la
intervención y no por quien resultó afectado por la medida, ello con carácter provisorio y hasta
tanto medie pronunciamiento sobre la accesoria. Cám. Com., B, DJ 21/02/2007, 422.
La sociedad intervenida debe soportar en forma provisoria y solidaria con el
peticionario de la medida, el adelanto de los honorarios de quien ha sido designado interventor
judicial, pues aquella viene a erigirse en beneficiaria directa de la administración ejercida por
el auxiliar, además de no existir razón conceptual que permita relevarla del pago de los
emolumentos de quien desempeña la calidad de administrador. Cám. Com., D, DJ 2003-3,
629.
Los interventores judiciales sólo pueden reclamar a la parte no condenada en costas el
cincuenta por ciento de los honorarios que les sean regulados, por aplicación de la reforma
introducida en el art. 77 del Cód. Procesal por el art. 9° de la ley 24.432, enmienda que tuvo
por finalidad restringir la responsabilidad de la parte que tuvo razón para litigar y debe
considerarse vencedora. Cám. Com., C, DJ 2004-2, 414.
Corresponde hacer lugar al pedido de regulación de honorarios -en el caso formulado
por el abogado designado interventor judicial de la sociedad accionante, con retribución fija-,
máxime si se cuenta que las tareas profesionales no se presumen gratuitas y la regla
establecida en el art. 2º de la ley 21.839 constituye un supuesto de excepción que debe ser
interpretado restrictivamente. Cám. Com., C, LL 2000-C, 682 - DJ 2000-2, 849.
A los efectos de regular los honorarios del auxiliar del interventor judicial o
colaborador "experto en materia económica" deben aplicarse analógicamente las normas
correspondientes a la regulación de esos interventores -arts. 7º, 15 y 16, ley 21.839 y
supletoriamente art. 227, Cód. Procesal-. Para la regulación de los honorarios del interventor
judicial las normas aplicables -arts. 7º, 15 y l6, ley 21.839 - deben interpretarse en función de
distintas pautas como son: la importancia y complejidad de la labor desarrollada, el resultado y
trascendencia que la misma tuvo en relación al proceso, el lapso de actuación, el valor del
caudal administrado y los ingresos producidos. Cám. Com., A, LL 2000-C, 538 - DJ 2000-2,
685.

40.- Intervención del órgano de fiscalización

La intervención del órgano de fiscalización no resulta posible por extralimitar


los alcances de la medida cautelar prevista en los arts. 113 y ss. LS, y que se refiere
exclusivamente al desplazamiento del órgano de administración1485. Por otra parte,
atento las funciones propias de la sindicatura –y aún del consejo de vigilancia- no
parece probable que su actuación pueda comprometer los intereses sociales de modo tal
que justifiquen una intervención. Sin perjuicio de lo señalado, alguna doctrina ha
entendido lo contrario1486, mayormente a partir de la remisión efectuada por los arts.

1485
Cám. Com., B, ED 164-1013; misma Sala, Revista ERREPAR Sociedades t. II p.
023.003.002 –cita de Gurdulich G., Intervención Judicial… cit., p. 18-.
1486
Cfr. Linares Luque A., “Notas sobre la intervención judicial de la sindicatura societaria”,
ED 164-1012 y “la intervención judicial de la sindicatura societaria”, en Derecho Societario
Argentino e Iberoamericano, t. I, Bs. As., 1995, p. 295.

454
298 y 280 LS con más las disposiciones de los arts. 222 y 232 CPCCN1487.

41.- Mediación

Respecto de las medidas cautelares, la ley 24.573 difiere la continuación del


trámite de mediación hasta tanto aquellas fueran decididas (art. 2 inc. 6°). Ello habilita
el planteamiento de la intervención judicial omitiendo el procedimiento de mediación,
y que esta reservado sólo a la acción principal –de remoción, art. 114 LS-1488. En
última instancia, nada impide tener por cumplido el requisito del art. 114 LS con la sóla
presentación judicial de la acción de remoción, sin requerirse que esta haya sido
notificada o contestada1489.
No pasamos por alto que tal solución, que entendemos acertada, colisiona al
menos en apariencia con el requisito de procedencia de previa -o al menos
concomitante1490- promoción de la acción de remoción impuesta por el art. 114

1487
Roitman H., Ley de Sociedades… cit, t. II, p. 665; Molina Sandoval C., Intervención
Judicial… cit., p. 45; Aguirre F. “Aspectos de la intervención judicial…” cit., p. 247. Con criterio
radical –que no compartimos- extensible al órgano de gobierno, véase Palomino L.A., “Intervención
Judicial de Sociedades Comerciales”, LL 1996-D, p. 1510.1.
1488
Cfr. Cám. Com., D, LL 1997-C, p. 246; Cám. Com., E, JA 1999-IV-764; Romano A. A.
en Código… cit, de Rouillón A., t. III, p. 270 n° 3. Un antecedente en tal sentido es también
consignado por Aguirre F. “Aspectos de la intervención judicial…” cit., p. 262 –autos Ehrenböck
Richard y otra c. Erenböck (h) Heriberto y otros, publicado en Lexis n° 300000917.
El art. 207 CPCC otorga al peticionante un plazo de hasta diez días posteriores a la
obtención de la medida cautelar para plantear la demanda, por lo que alguna doctrina ha considerado
que si siquiera es menester que la acción de remoción anteceda la peticion de intervención, tampoco
habrá de serlo la mediación. “La acción de remoción, es obvio, puede haber sido iniciada en forma
previa o conjunta con el pedido de intervención e incluso, con posterioridad a la misma a condición
de su inmediata promoción dentro del término procesal por tratarse de medida cautelar, de carácter
provisional (art. 202, Cód. Procesal), la cual caduca en la hipótesis de que no interrumpiese la
demanda de fondo, (acción de remoción) dentro de los diez días siguientes al de su traba” (Dasso
A.A., “La intervención judicial…” cit., LL 1990-A, p. 636; García Caffaro J.L., “Pasado y presente
de la intervención…” cit., LL 152-803, aunque respecto de la acción de remoción y sólo para el caso
de las sociedades anónimas). Pero tal solución, según antes referimos, no resulta de aplicación por ser
ajena al “específico régimen establecido por la ley 19.550”. Cfr. Palacio L.E., Derecho Procesal…
cit., t. VIII, p. 225.
1489
Cfr. Mascheroni F. y Muguillo R., Régimen Jurídico… cit., p. 293; Cámara H., Derecho
Societario… cit., p. 658, quien refiere que para tener por cumplido el requisito del art. 114 LS “es
menester se haya incoado la demanda principal, lo cual basta : no requiere notificación ni menos
contestación trabándose la litis”.
1490
Cfr. Romano A. A. en Código… cit, de Rouillón A., t. III, p. 270 n° 2.5.; Roitman H.,
Ley de Sociedades… cit, t. II, ps. 651 y 717. Este autor entiende procedente la petición de
intervención durante el trámite de diligencias preliminares o de prueba anticipada a la acción de
remoción (arts. 323 a 326 CPCCN); Richard E. y Muiño O., Derecho Societario… cit., p. 242. Sin
hacer referencia al proceso de mediación, Carvajal J.C., “La intervención judicial…” cit., ED 78-833,
para quien a fin de obtener la cautelar debe demostrarse haber también promovido la acción de
remoción “pues como medida cutelar que es [la intervención], se tona inaudita pars ... implica
necasariamente la promoción de acción de fondo ya que de lo contrario se concedería a una parte la
posibilidad de presionar a la otra utilizando el poder jurisdiccional para obtener solo la medida
cautelar”.

455
LS1491. Incluso, algunos tribunales nacionales han exigido a partir de ello –siguiendo
un criterio más que discutible- no sólo la necesidad del inicio de la mediación previa
sino aún su conclusión para dejar expedita la acción de remoción y la intervención
junto con esta cautelarmente requerida1492, lo que cuanto menos consegra una
desigualdad respecto de otras jurisdicciones donde el procedimiento de conciliación
no existe.
En el ámbito nacional, donde resulta de aplicación una ley de mediación
cuanto menos desafortunada en materia societaria –y cuya reforma o supresión para
el caso se requiere1493-, el inconveniente se zanja solicitando simultáneamente la
acción y su cautelar, peticionando la suspensión de la primera y reserva de ambas
(art. 197 CPCCN) hasta que se la resolución de esta última se produzca.

JURISPRUDENCIA

Intervención. Improcedencia del trámite de mediación. Corresponde conocer en la


solicitud de intervención judicial de una sociedad comercial, si se inició la acción de remoción
de los administradores; aunque no se haya agotado el proceso de mediación respecto de la
pretensión principal ni desarrollado mediación previa a la petición cautelar que no la requiere.
Cám. Com., E, LL 1999-E, 430 - IMP 1999-B, 2783 - JA 1999-IV, 764.
No corresponde imponer al peticionario de la medida cautelar prevista en el art. 113
de la ley 19.550 el requerimiento de la mediación obligatoria (art. 2º, inc. 6º, ley 24.573),
como recaudo previo para proveer la solicitud de intervención judicial, pues ésta requiere la
promoción de la acción de remoción de los administradores de la sociedad (art. 114, ley de
sociedades). Cám. Com., D, LL 1997-C, 247 - DJ 1997-2, 1049.
Intervención. Caducidad. Mediación. El plazo de caducidad de la medida precautoria
previsto por el art. 207 del Cód. Procesal se computa desde la traba de la medida, teniendo
efectos suspensivos sobre dicho plazo la iniciación del trámite de mediación previa, cesando
tal suspensión a los veinte días corridos de la fecha del acta de finalización de la mediación.
Cám. Com., A, DJ 2003-2, 1127.

42.- La intervención en el derecho comparado

a.- Bolivia
El Código de Comercio boliviano –dec. 14.379- dispone en su art. 176 que el
administrador –socio o no- de la sociedad colectiva puede ser removido en cualquier
tiempo, sin necesidad de invocación de causa y por decisión de la mayoría, salvo que
existiera pacto en contrario (conc. arts. 1521 y 1535 Código de Comercio). Invocando
la existencia de justa causa, cualquier socio podrá pedir la remoción, enumerando la ley
entre tales razones a la realización de actos dolosos o culposos en contra de los
1491
Cfr. Pérez Peña L., Intervención Judicial… cit., p. 136. La redacción del art. 114 LS y
que mueve a equívoco pudiera reconocer su antecedente en el art. 1684 del Código Civil, de
aplicación hasta la sanción de aquella, y que preveía que “habiendo peligro en la demora el juez
podrá decretar la remoción luego de comenzado el pleito...”.
1492
Cám. Com., A, ED 177-278.
1493
Cfr. Anaya J., “Acerca de la prejudicilidad de la mediación y sus excepciones”, ED 177-
279.

456
intereses comunes, la incapacidad o el incumplimiento de obligaciones e impedimento
o prohibición para ejercer el comercio. La disposición también rige para el caso de las
sociedades en comadita simple (art. 188), comandita por acciones para el caso de los
socios comanditados (art. 356 y 3601494) y de responsbilidad limitada cuando la
gerencia no fuera colegiada (art. 203). En las sociedades de responsabilidad limitada
con gerencia colegiada (art. 203) y en las sociedades anónimas, se aplican los arts. 332,
342 y 749.
El cuanto a la intervención cautelar que pudiera solicitarse juntamente con la
remoción, esta se encuentra regulada en el Código de Procedimiento Civil (decreto
ley 12.760), como remedio frente a la inexistencia de otra medida precautoria eficaz
-o como complemento de otra ya dispuesta a pedido de un socio, si los actos u
omisiones de los administradores de los administradores de los bienes de la sociedad
le pudieren ocasionar grave perjuicio o pusieren en peligro el normal desarrollo de
las actividades delente (art. 164 inc. 2°). Cabe al interventor la vigilancia y cuidado
del activo, comprobar los ingresos y egresos del ente, dar cuenta inmediata al juez
de toda irregularidad que advierte en la administración e informar periódicamente al
juez sobre la marcha de su cometido. En todos los casos sus funciones deben
limitarse a lo indispensable, procurando evitar su injerencia en la administración
(art. 165) 1495.

b.- Brasil1496
No obstante el antecedente existente en el Esboco de Freitas (art. 3116 y que
Vélez Sarsfield tomara para la redacción del art. 1684 del Código Civil), ni el
Código de Comercio de 1850 ni el Código Civil de 1916 incluyeron disposiciones
específicas sobre la materia. Esta sólo es prevista tardíamente y en forma aislada en
la ley antitrust 8884/94, y nuevamente ignorada en el Código Civil de 2002. Ello no
ha impedido su aplicación restrictiva, en oportunidades como cautelar innominadaa
partir de lo dispuesto en el art. 461 del Código de Proceso Civil. “No obstante, es
considerada ... como un recurso in extremis: la intervención en sociedades
comerciales es una medida cautelar que debe ser usada con extrema prudencia,
teniendo en cuenta los peligros de ntorpecimiento de la actividad empresarial que
una gestión judicial invariablemente acarrea”1497.

1494
No obstante, el socio comanditario puede pedir judicialmente la remoción con justa
causa cuando detente al menos el diez porciento del capital social.
1495
En el caso de concurso preventivo el Código de Comercio prevé la posibilidad de que se
designe un tercero para administrar determinados bienes del concursado, en cuyo caso cabrá fijarle
sus funciones, atribuciones y responsabilidades, las que serán independientes de las del síndico, al
igual que su duración y remuneración (art. 1521).
1496
Por todo este párrafo, véase el trabajo sobre el particular efectuado Aguirre F. “Aspectos
de la intervención judicial…” cit., ps. 229 y 230.
1497
Aguirre F. “Aspectos de la intervención judicial…” cit., ps. 229 y 230, con cita a Da
Silva Ovidio, Do Processo Cautelar, Río de Janeiro, 1996, p. 123.

457
c.- Francia
Si bien la ley de sociedades francesa no contempla la intervención judicial de
sociedades, esta resulta de aplicación a partir de la creación pretoriana del instituto del
administrador provisorio por parte de los tribunales1498. La medida, de carácter
excepcional1499, se otorga en casos de graves crisis que entorpezcan o impidan el
normal funcionamiento de la sociedad, y se orienta a asegurar la gestión de los
negocios sociales en vista de la preservación del ente. Las simples desaveniencias entre
socios no bastan, entonces, para justificarla1500. Resultan legitimados para solicitarla
los socios y los administradores, no así los acreedores por no concordar sus intereses
con el inerés social1501. La función usualmente recae sobre alguno de los sujetos
integrantes de las listas de mandatarios judiciales. El decreto de intervención fija el
alcance de sus poderes, la duración de las tareas y la remuneración que habrá de
corresponderle -la que en principio estará a cargo de la sociedad-. En principio sólo le
cabe la realización de medidas de urgencia necesarias para evitar daños mayores a la
sociedad, con más aquellas correspondientes a la administración ordinaria –
mayormente referidas a la conservación de bienes-. Excepcionalmente también podrá
realizar actos de disposición si ello fuera necesario para una mejor tutela del interés
social1502. La designación debe ser anotada en los registros pertinentes, previa
publicidad del caso1503.
También como creación pretoriana los tribunales también aceptan la
designación de un controlador de gestión o de un observador de gestión, dotados de
poderes más reducidos que los de los interventores, y cuyas funciones se yuxtaponen a
las de los órganos sociales, sin sustituirlos1504. El controlador de gestión se designa
normalmente a pedido de sujetos que, habiendo transferido paquetes de acciones de
cierta importancia respecto del capital social, requieran la fiscalización del ente
mientras el pago de la cesión no hubiera concluido, en cambio, el observador de
gestión tiene por único objeto comunicar a terceros, generalmente a bancos fiadores de
la operación –siguiendo el ejemplo-, por tanto ni accionistas ni acreedores, todo acto

1498
Cfr. Cozian M., Viander A. y Deboissy F., Droit des Sociétés, 19° ed., Paris, 2006, n°
373, p. 179.
1499
Cfr. Ripert G. y Roblot R., Traité de Droit Commercial, t. 1, 17° ed., Paris, 1998, n°
1156, p. 907.
1500
Cfr. Merle P., Droit Commercial, Sociétés Commerciales, 10° ed., Paris, 2005, n° 574,
págs.685 y 686; Cozian M., Viander A. y Deboissy F., Droit des Sociétés… cit., 19° ed., ns° 374 y
376, p. 179.
1501
Cfr. Merle P., Droit Commercial… cit., 10° ed., n° 575, p.687 con apoyo en Com. 16
févr. 1988, Bull. Joly 1988, p. 270, n° 68, PLC.
1502
Cfr. Cozian M., Viander A. y Deboissy F., Droit des Sociétés… cit., 19° ed., ns° 379 y
380, p. 180; Ripert G. y Roblot R., Traité de Droit… cit., t. 1, 17° ed., n° 1157, p. 910.
1503
Cfr. Merle P., Droit Commercial… cit., 10° ed., p. 688.
1504
Cfr. Cozian M., Viander A. y Deboissy F., Droit des Sociétés… cit., 19° ed., n° 386, p.
182.

458
que pudiera comprometer el valor de los títulos, revisando para ello documentos del
ente y asistiendo a las reuniones de los órganos sociales1505. Mientras que el
controlador en cierta forma interfiere con la gestión, el observador se limita a asistir a
las deliberaciones de los órganos sociales, hacer conocer a los acreedores todos los
actos suceptibles de alterar el valor de las acciones, realizar informes sobre el tema y
vigilar la regularidad y efectividad de los actos relacionados con su gestión llevados a
cabo por el ente1506.
A diferencia de las figuras anteriores, las que según dijéramos son creaciones
propias de los juzgados, la ley sí prevé la designación de un experto de gestión para el
caso de las sociedades por acciones y las sociedades anónimas de responsabilidad
limitada -SARL- (Código de Comercio, arts. L. 225-231 y L. 223-37,
respectivamente). En el caso de las SARL, los socios que representen al menos el diez
por ciento del capital social pueden solicitar a la justicia la designación de un experto a
fin de que prepare y presente un informe sobre una o más operaciones del ente. Distinto
es el caso de las sociedades por acciones, en las que los socios que representen al
menos el cinco por ciento del capital social pueden pedir al presidente del consejo de
administración o al directorio, por escrito, explicaciones sobre una o más operaciones
de la sociedad o alguna de sus filiales1507. Sólo frente a su silencio, demora de más de
un mes, o de brindar una espuesta que estimaran no satisfactoria, podrán acudir al
tribunal, para que este designe un experto que evalúe e informe sobre el tema1508. El
Código de Comercio y el Código de Procedimiento también prevén la posibilidad de
designar un experto in futurum (Cód. Com arts. L. 225-231 y NCPC art. 145), cuya
función es recabar cierta información si bien de manera preventiva, a fin de asegurar el
resultado de un eventual pleito.

d.- Italia
Existiendo fundada sospecha de que los administradores, en violación de sus
deberes, hubieran cometido graves irregularidades en su gestión de las que pudieran
derivarse daños a la sociedad o a alguna de sus controladas, los socios de sociedades
por acciones, encomanditas por aciones y cooperativas que representaran la décima

1505
“Ayant pour mission de faire connaitre á des banques bénéficiant d’ un nantissement d’
actions d’ une société, dont elles n’etient ni actionnaires, ni créanciéres, tous actes qui seraient
susceptibles de compromettre la valeur des titres, de se faire communiquer tous documents et d’
assister á toutes les reunions des organes sociaux”. Merle P., Droit Commercial… cit., 10° ed., n°
577, p. 689 con apoyo en CCom. Lyon, 30 mars 1978, Rev. Sociétés 1979, 320; Ripert G. y Roblot
R., Traité de Droit… cit., t. 1, 17° ed., n° 1156, p. 909.
1506
Cfr. Cozian M., Viander A. y Deboissy F., Droit des Sociétés… cit., 19° ed., n° 389, p.
184.
1507
No así el accionista de una sociedad holding, el que no puede solicitar la designación de
un experto en gestión para revisar una operación de una controlada. Cfr. Ripert G. y Roblot R., Traité
de Droit… cit., t. 1, 17° ed., n° 1747, p. 1294.
1508
Cfr. Cozian M., Viander A. y Deboissy F., Droit des Sociétés… cit., 19° ed., ns° 382 y
383, p. 181.

459
parte del capital social podrán denunciarlo judicialmente1509. El tribunal, a costa del
requirente y oídos los administradores, podrá ordenar la inspección de la gestión,
imponiendo a aquel y según las circunstancias del caso, una caución por los eventuales
perjuicios que la intromisión ocasionara (Código Civil, art. 2409, párr. 1 y 2). Dicho
trámite se suspende tempotalmente si, previamente, la asamblea resuelve sutituir a los
administradores y síndico con personas de probada capacidad, a fin de que evalúen si la
violación denunciada subsiste y, en su caso, la eliminen dando cuenta al tribunal sobre
el particular (Código Civil, art. 2409, párr. 3). De persistir la irregularidad, el tribunal
puede convocar a la asamblea en procura de solucionar la cuestión, o, en los casos más
graves, remover a los administradores –y aún al síndico- designando en tal acto uno o
más administradores judiciales estableciendo sus funciones y la duración de las
mismas1510. La finalidad del instituto no es la de establecer la responsabilidad de
aquellos, sino la de preservar, en la medida de lo posible, la continuidad de la empresa
en marcha1511. De ser pertinente, cabrá al administrador judicial el inicio de acciones
sociales contra administradores y síndicos (Código Civil, art. 2409, párr. 4 y 5). Antes
del vencimiento del plazo de su gestión el administrador judicial debe rendir cuenta al
tribunal.

e.- Uruguay
La propia ley de sociedades refiere a la intervención como una medida cautelar
de aplicación restrictiva (arts. 184 y 185), que procede cuando los administradores i.-)
realicen actos o incurran en omisiones que pongan en peligro grave al ente o nieguen a
los socios el ejercicio de derechos esenciales. En estos caso la intervención supone la
existencia de un proceso principal iniciado o a iniciarse, operando aquella como
diligencia preliminar (art. 311 Código General del Proceso; art. 62 ley 13.355 y art. 184
LSCU)1512; o bien ii.-) cuando por la causa que fuere no resulte posible a los órganos
sociales adoptar resolucuiones válidas, de forma tal que se vea afectado el normal
desarrollo de la actividad social. Si se diera tal hipótesis, no será necesario entablar un
juicio posterior, por lo que la medida resulta autosatisfactiva. Esta tiene como único
propósito desbloquear la inactividad o traba del funcionamiento de los órganos

1509
En el caso de las cooperativas se requiere además de un décimo del numero total de
asociados, salvo el caso de aquellas que cuenten con más de tres mil asocidos, un veinte por ciento de
estos (art. 25 45 quinquiesdiecies). Para el caso de las sociedades que hagan oferta pública el
porcentaje requerido es del veinte. El Códigó dispone que los estatutos podrán prever porcentuales
menores. La petición de intervención también puede ser hecha por la sindicatura, el consejo de
vigilanci o el comité de control de la gestión y en el caso de la sociedad que haga oferta pública de
sus acciones por el ministerio público, en cuyo caso as cotas son a cargo de la sociedad.
1510
Dentro de estas se incluyen la de convocar y presidir la asamblea que resuelva sobre la
designación de nuevos administradores y la de proponer, según el caso, la liquidación o el concurso
de la sociedad.
1511
Cfr. Conforti Cesare, La Responsabilitá Civile degli Amministratori di Societá, t. I, ,
Milán, 2003, ps. 551 y 553.
1512
Cfr. Rippe S., Sociedades Comerciales –ley 16.060-, 8° ed., Montevideo, 1999, p. 92.

460
sociales, por lo que se agota en sí misma1513.
Al igual que la LS la LSCU requiere al peticionante de la medida acreditar su
calidad de socio y el previo agotamiento de los recursos previstos en el contrato social
(art. 185). La LSCU efectúa una cuadruple distinción en cuanto a las clases de
interventores y sus atribuciones, según sean: i.-) un mero veedor, con función
unicamente para inspeccionar los negocios sociales e informar al respecto; ii.-) un
ejecutor de medidas concretas, dentro de las que se cuentan las de recuadar y controlar;
iii.-) un coadminstrador; iv.-) un administrador con desplazamiento. En todos los
casos, su responsabilidad se juzga de acuerdo a las disposiciones relativas a los
administradores sociales, en cuanto fueran compatibles (art. 187 LSCU), y las
funciones que les se les asignen no podrán ser mayores que las otorgadas a los
administradores por la ley o contrato social, debiendo requerir autorización judicial
expresa y fundada antes de enajenar o gravar bienes que integren los activos fijos del
ente, o sscribir acuerdos transaccionales, conciliatorios o arbitrales (art. 186 LSCU).
El plazo de duración puede ser prorrogado mediando información sumaria de
necesidad. En cuanto al procedimiento aplicable a la intervención, la normativa
uruguaya prevé un régimen de carácter general, el del Código General del Proceso, y
un réginen especial, el de la LSCU, donde se establecen los requisitos y disposiciones
de fondo para la medida, que habrá de regirse por las disposiciones de aquel atento la
expresa remisión en tal sentido por esta efectuada (art. 188 LSCU).

1513
Cfr. Rippe S., Sociedades Comerciales… cit., 8° ed., p. 92; Mezzera Álvarez R. y Rippe
S., Curso de Derecho Comercial, t. II vol. I, Montevideo, 1998, p 30.

461
Capítulo XI
Resolución, disolución y liquidación
SUMARIO:
43.- Resolución parcial. a.- Introducción. I.- Antecedentes. II.- En la LS. b.- Supuestos de resolución
parcial. I.- Convencionales. II.- Legales. A.- Muerte de un socio. 1.- Antecedentes. 2.- Ley 19.550. a.-
) sociedad colectiva. b.-) sociedad en comandita simple. c.-) sociedad en comandita por acciones. d.-)
sociedad de capital e industria. e.-) sociedad accidental o en participación. f.-) sociedad de
responsabilidad limitada. g.-) sociedad anónima. B.- Exclusión de socios. 1.- Teorías que justifican la
exclusión del socio. 2.- Teorías contractualistas. 3.- Teorías sancionatorias.4.- Teorías de la finalidad
pública. 5.- La justa causa de exclusión y el incumplimiento grave. C.- Otros supuestos de exclusión.
1.- Acción de exclusión y extinción del derecho. 2.- Sujetos legitimados para solicitar la exclusión.
D.- efectos de la exclusión. E.- Exclusión en sociedad de dos socios (art. 93 LS). F.- Exclusión del
socio en la sociedad civil. 44.- Disolución (arts. 94 a 100). a.- la decisión de los socios (art. 94 inc.
1° LS). b.- por expiración del término por el cual se constituyó (art. 94 inc. 2° LS). c.- Por
cumplimiento de la condición a la que se subordinó su existencia (art. 94 inc. 3° LS). d.- por
consecución del objeto para el cual se formó, o por la imposibilidad sobreviniente de lograrlo (art. 94
inc. 4°). e.- Por pérdida del capital social (art. 94 inc. 5° LS). f.- Por declaración en quiebra,
quedando la disolución sin efecto si se celebrare avenimiento o concordado resolutorio (art. 94 inc. 6°
LS). g.- Por su fusión en los términos del artículo 82 LS (art. 94 inc. 7° LS). h.- por reducción a uno
del número de socios. i.- por sanción firme de cancelación de oferta pública o de la cotización de sus
acciones y por resolución firme de retiro de la autorización para funcionar cuando leyes especiales la
impusieren en razón del objeto. j.- Otras causales. k.- Petición de disolución. l.- Administradores:
facultades y deberes. m.- Principio de conservación de la empresa. n.- Indivisión de establecimientos
comerciales. 45.- Liquidación (arts. 101 a 112). a.- Antecedentes. b.- Personalidad del ente durante
la etapa liquidatoria. c.- Designación de liquidador. Remoción. I.- Inscripción. d.- Obligaciones y
responsabilidades del liquidador. I.- Facultades del liquidador. II.- Inventario y balance de
liquidación. Informes. III.- Partición y distribución parcial. IV.- Balance final y proyecto de
distribución. V.- Insuficiencia de fondos. Contribuciones debidas. VI.- Cancelación de la Inscripción

1.- Resolución parcial

a.- Introducción
La LS prevé la posibilidad de que, ya fuera por motivos convencionales o en
razón de determinados incumplimientos por parte del socio a sus obligaciones para
con el ente, este abandone la sociedad de manera voluntaria -retiro- o forzosa -
exclusión-, produciendo así la resolución parcial del contrato plurilateral de
organización (arts. 89 a 93). En tales supuestos, la extinción del vínculo contractual
del socio no acarrea la extinción del contrato –salvo circuntancias especiales-,
manteniéndose la personalidad societaria y preservándose la empresa.

I.- Antecedentes: El antecedente directo del régimen de resolución parcial de


la LS son los derogados arts. 419 a 423 del Código de Comercio. Durante su
vigencia se permitía la rescisión parcial del contrato de sociedad –de personas o de
responsabilidad limitada1514-, a pedido de cualquiera de los socios, con o sin

1514
Tal el término consignado en el art. 419 del Código de Comercio, acertadamente
sustituido en la LS por el de resolución y que la doctrina ya utilizaba al tratar el referido artículo. Así,
Siburu, J. B., Comentario del Código… cit., t. V, n° 1525, p. 290; Zavala Rodríguez C., Código… cit,

462
conformidad de los otros socios, formulado ante juez competente1515. Para ello debía
verificarse la existencia de alguna de las causales enumeradas -no taxativamente1516-
en el art. 419 y que se resumían en: a.-) el inc. 1° aludía al uso por “un socio de los
capitales comunes y de la firma social, para negocios por cuenta propia”, extremo
que motivaba la pérdida de mutua confianza y cooperación en buqueda de un
objetivo común y que debía primar en los contratos asociativos1517; b.-) sus incs. 2° y
3° preveían la introducción “á ejercer funciones administrativas de la compañía, el
socio á quien no competa hecerlas según el contrato de sociedad” o “cometiendo
algún socio o administrador dolo o fraude en la administración o contabilidad”; c.-)
“dejando de poner en la caja de la sociedad el capital que cada uno estipuló en el
contrato, después de haber sido requerido o verificado” (inc. 4°). Tal supuesto
reproducía lo ya dispuesto por el art. 404, y que daba la opción a la sociedad de
ejecutar los bienes del socio, o de “rescindir el contrato en cuanto al socio omiso,
con las circunstancias del art. 420”; d.-) “ejcutando algún socio por su cuenta,
operaciones de comercio que no le sean lícitas, con arreglo a la disposición de los
arts. 308 y 384” (inc. 5°), artículos que, respectivamente preveían i.-) que en las
sociedades sin “género determinado de comercio” les estaba prohibido a los socios
hacer operaciones por su cuenta sin el consentimiento expreso de sus coasociados,
bajo pena de aportar al fondo común el beneficio de las peraciones y el soporte de
las pérdidas de estas ;y que ii.-) al socio comercial le estaba vedado, salvo pacto en
contrario, llevar adelante operaciones extrañas a la sociedad bajo pena de perder las
ganancias obtenidas y ser excluido de la sociedad; e.-) “ausentándose un socio que
estuviera obligado a prestar oficios personales, si habiendo sido requerido para
egresar y desempeñar sus deberes, no lo verificara, o en su defecto, acreditase una
causa justa que lo impidiese hacerlo temporalmente” (inc. 6°); f.-) “pereciendo
totalmente la cosa que el socio se había comprometido a poner en especie” (inc. 7°);
g.-) “por la muerte de uno de los socios, sino contiene la escritura social pacto
expreso para que la sociedad parcial subsista entre los socios sobrevivientes” (inc.
8°), causal que, no obstante resultar inaplicable en razón de su deficiente
redacción1518, sirviera de antecedente al actual art. 90 LS; h.-) “por la demencia u

t. I, ps. 533 y 534. Colombres propone su cambio por resiliación, que, a diferencia de la resolución no
tiene efectos ex tunc. Colombres, G., Curso…cit. p. 205.
1515
Cfr. Castillo R., Curso de… cit., 3° ed., t. III, p. 348.
1516
Cfr. Castillo R., Curso de… cit., 3° ed., t. III, p. 348; Zavala Rodríguez C., Código… cit,
t. I, p. 536; Fernández R. L, Código de Comercio… cit., t. I, p. 691. El art. 419 mencionaba, según
este último autor, hechos violatorios del contrato sinalagmático de sociedad, especialmente contrarios
a la confianza y armonía que deben reinar entre socios y que les imponen la eliminación del culpable
en salvaguarda de los intereses sociales.
1517
Cfr. Siburu, J. B., Comentario del Código… cit., t. V, n° 1525, p. 290.
1518
Este inciso, tomadoliteralmente, carece de sentido, pues si la muerte del socio que no
figura en la razón social produce la rescisión parcial del contrato, el agregado anodino relativo a la no
existencia en éste de una cláusula en el mismo sentido, oscurece el significado de la disposición, ya
que igual efecto tendrá lugar exista o no la referida cláusula ... debemos, pues, prescindir del referido
agregado y resolver la cuestión de acuerdo con el régimen adoptado por el código en lo relativo al
fallecimiento del socio y con los principios del derecho común.” Fernández R. L, Código de
Comercio… cit., t. I, ps. 692 y 693; Siburu, J. B., Comentario del Código… cit., t. V, n° 1525, p. 292.

463
otra causa que produzca la inhabilitación de un socio para administrar sus bienes”
(inc. 9°) o “por la simple voluntad de uno de los socios, cuando la sociedad no tenga
plazo determinado” (inc. 10°).

II.- En la LS: El instituto de la resolución parcial se orienta principalmente a


la preservación de la empresa (art. 100 LS), a partir de la posibilidad que otorgan los
contratos plurilaterales de resolver el vínculo de alguna de las partes sin que ello
afecte la suerte de aquel. La resolución parcial opera sobre vínculo particular entre
un socio –o varios de estos- y la sociedad, produciendo la modificación del contrato
social al reducir el número original de suscriptores –socios-, pero sin alterar la
estructura ni continuidad del ente1519.
La resolución habrá de efectuarse atendiendo las particulares características
del ente: i.-) En las sociedades por partes de interés, las calidades y cualidades
personales de sus integrantes tienen para estos principal importancia, de forma tal
que la subsistencia del ente se encuentra mayormente relacionada con el
mantenimiento del elenco original de socios y siempre que estos conserven aquellas;
ii.-) En las sociedades por cuotas se conjugan caracteres de las sociedades por parte
de inerés y por acciones, por lo que, atendiendo la LS aquellos propios del primer
grupo, les da tratamiento análogo; iii.-) En las sociedades por acciones y en razón de
la limitación de responsabilidad para estas prevista, es que la resolución resulta
inaplicable, salvo contadas excepciones; iv.) En las sociedades irregulares y de
hecho, y atento a la inoponibilidad frente a propios y terceros de las estipulaciones
sociales –por lo que cualquier alteración de su estructura carece de relevancia-, la
resolución parcial es inviable (art. 23 LS)1520, siendo sólo procedente la disolución
(art. 22 LS); v.-) Las sociedades accidentales o en participación también resulta
procedente la resolución parcial, atento lo dispuesto en los art. 90 y 91 LS; vi.-) En
en caso de las sociedades en liquidación, parte de la doctrina les niega la posibilidad
de resolver parcialmente alguno de los vínculos asociativos. En tanto se orienta a la
continuidad y conservación de las empresas, la resolución parcial se ubica en las
antípodas de la liquidación; además, se estaría otorgando un injustificado privilegio
al socio saliente, que cobraría su parte antes que los demás1521.

Jurisprudencia
Resolución parcial. Continuidad. En materia de nulidades de negocios plurilaterales
la nulidad del vínculo no produce la nulidad del contrato. Ello quiere decir que las
consecuencias que genera la nulidad del vínculo debe ser encausadas a través de la regulación
prevista para la resolución parcial en el art. 92 de la ley de sociedades, a fin de materializar la

1519
De esta forma se evita su disolución, liquidando para ello al socio saliente el valor de su
participación, continuando aquel el cumplimiento normal de su objeto previa modificación del
contrato social. Cfr. Zunino J., Régimen… cit., 20° ed., p. 146; Zaldivar E. y ots, Cuadernos… cit.,
Vol. III, p. 196.
1520
Cfr. Zaldivar E. y ots, Cuadernos… cit., Vol. IV, p. 200.
1521
Cfr. Zaldivar E. y ots, Cuadernos… cit., Vol. IV, p. 202.

464
exclusión del incapaz sin que caiga la sociedad. Cám. Com., C, abril 04-1982, “Estudio
Ingeniero Alfredo Van Lacke y Asociados, S. R. L. y otro c. Artayer, Marcos E. y otro”.
Resolución parcial. Improcedencia. Es improcedente la resolución parcial en las
sociedades por acciones, salvo en los supuestos excepcionales que se presentan para la
exclusión del accionista en mora, el derecho de receso y los pactos particulares insertos en el
estatuto social. Cám. Com., C, LL 1988-A, 65 - DJ 1988-1, 737.

b.- Supuestos de resolución parcial


La LS prevé como supuestos de resolución parcial la muerte del socio y su
exclusión (arts. 90 y 91)1522. A estos se suman los que convencionalmente establezca
el contrato social (art. 89 LS).

I.- Convencionales: La ley autoriza a los socios a prever estatutariamente otras


causales de resolución parcial además de las dispuestas por ley (art. 89 LS), salvo en
el caso de las sociedades anónimas y del socio comanditario en la sociedad en
comandita por acciones. De allí que pueda pautarse su retiro anticipado, ya sea
voluntario o bien para el caso de producirse determinados eventos, como el paso del
tiempo. Sin perjuicio de la amplitud de las cláusulas en tal sentido puedan preverse,
no cabe la posibilidad de que la exclusión se produzca por la solo decisión de la
mayoria de los socios o por la sola conveniencia de estos1523. Cuando el retiro
obedezca a la decisión unilateral e incausada del socio involucrado1524, este estará
sujeto a que no se efectúe de manera intempestiva –atendiendo para ello las
condiciones de plaza, inexistencia stocks de mercadería, etc.-, ni se haga de mala
fe1525.
En todos los casos, siendo que el socio resuelve su vínculo con el ente, cabe al
mismo solicitar se le reenbolse el valor de su participación, cuya determinación debe
respetar la pauta general dispuesta en el art. 13 inc. 5° LS.

JURISPRUDENCIA
Resolución parcial. Previsión estatutaria. El art. 89 de la ley 19.550 permite
establecer en el estatuto causales de resolución parcial no previstas legalmente y, por
consiguiente, cabe entender que nada impide contemplar causales especiales que puedan dar
origen al retiro forzado del socio, cuando concurran circunstancias que lo hayan apartado de la
actividad empresaria para la cual fue constituida la sociedad, como lo es sin dudas la
resolución de los contratos de explotación de las unidades microómnibus. Cám. Com., C, LL
1996-B, 373 - IMP 1996-A, 1704 - DJ 1996-1, 1132.
Resolución convencional: Si bien del juego armónico de los arts. 89, 90 y 91 de la ley
19550 surge que en el caso de una sociedad de responsabilidad limitada la muerte de un socio

1522
También puede agregarse entre estos el derecho de receso, lo que por razones
metodológicas no habremos de tratar aquí.
1523
La mera decición mayoritaria no puede considerarse justa causa, ya que no es ético ni
justo que la sociedad pueda, en cualquier momento y sin fundar tal resolución, separar a un socio
contra su voluntad. Cfr. Zunino J., Disolución… cit., t. 1, p. 162.
1524
Alguna doctrina considera incluido entre los supuestos de retiro voluntario a la rescisión.
1525
Cfr. Zaldivar E. y ots, Cuadernos… cit., Vol. IV, p. 204, con apoyo en Salvat; Verón A.
V., Sociedades ..cit.., t. II, p. 125; Zunino J., Disolución... cit., p. 199; Roitman H., Ley de
Sociedades… cit, t. II, p. 345.

465
no causa la disolución de pleno derecho de la sociedad, de ningún modo resulta prohibido que
los socios puedan pactar esa causal de resolución (fallo de primera instancia). Cám. Com., B,
diciembre 30-1977, “Metal Lux, SRL”.

II.- Legales. A.- Muerte de un socio. 1.- Antecedentes: Las Ordenanzas de


Bilbao, de aplicación en materia Comercial en el territorio patrio aún después de la
declaración de Independencia y hasta el dictado del Código de Comercio, prevían
“desfázese la compañía por la muerte de uno”1526, quedando los herederos sujetos a
pasar por lo obrado hasta el momento de la muerte y no más. Por entonces algunos
contratos ratificaban tales principios reiterando que la muerte de un socio equivalía
al fin de la sociedad, mientras que otros, por el contrario, establecían que si alguno
de los socios moría pasaban a representar sus intereses la persona designada por el
fallecido o su sucesor en iguales términos que aquel1527. En concordancia con
talesprácticas, el art. 419 inc. 8° del Código de Comercio preveía la resolución
parcial del contrato de sociedad en caso de muerte de alguno de los socios, siempre
y cuando no existiera pacto expreso para que la sociedad subsista entre los
sobrevivientes, norma que, según refiriéramos anteriormente, no resultara aplicable
en los términos dispuestos atento su deficiente redacción. A su vez, el art. 423
disponía que en caso de disolución parcial de la sociedad por muerte de un socio, sus
herederos sólo tendrían derecho a la partición considerada al tiempo de la muerte y
sin gozar de derechos ulteriores que no derivaran directamente de la actuación del
fallecido, mientras que el art. 422 en sus incisos 5, 6 y 7 aludía a la disolución total
de la sociedad por voluntad del socio que figurara en la razón social en las
sociedades de plazo indeterminado y por separación o muerte del socio cuyo nombre
integrara la razón social.
Producto de ello es que previo a la sanción de la LS, y a partir de la
inteligencia de tales normas, con más los principios de derecho común, resultaba de
aplicación que “a) la muerte del socio cuyo nombre figura en la razón social,
produce necesariamente la disolución total de la sociedad (422, 7°); b) la muerte del
socio cuyo nombre no figura en la razón social, autoriza a rescindir parcialmente el
contrato de sociedad, aunque nada se disponga al respecto en el mismo; c) sí, para
este último caso, se establece en el contrato social que la sociedad continuará con los
herederos del socio fallecido, tal estipulación es perfectamente válida para las partes
y es ley para ellas, sin perjuicio de los derechos que a los herederos acuerda el
código civil; también es perfectamente válida la cláusula estableciendo que la
sociedad se disuelve totalmete por tal motivo”1528. Con la sanción de la ley 11.645
1526
Se receptaba así una de las máximas del derecho romano respecto de la resolución del
contrato social, ex personis (las otras eran ex rebus, ex voluntate y ex actione), y a partir de la cual
por la muerte de un socio cuando no se hubiera pactado lo contrario, no se podrá obligar a los
herederos a continuar aquel, y que no constituía un sujeto de derecho distinto de los socios. Cfr.
Guberman I., El Fallecimiento como Causal de Recisión parcial o Disolución Total en las
Sociedades de Personas, Buenos Aires, 1959, p. 12.
1527
Cfr. Mariluz Urquijo J., “Notas sobre la evolución…”, ps. 104 a 115, quien cita como
fuente el Caítulo X, n° 9 de las Ordenanzas.
1528
Fernández R. L, Código de Comercio… cit., t. I, p. 693

466
sobre sociedades de responsabilidad limitada, se estableció que la muerte del socio
no operaba como causal de disolución social si ello no se preveía expresamente en el
contrato, habilitándose unicamente la resolución parcial (art. 22)1529.

2.- Ley 19.550: A partir de la sanción de la ley 19.550, en las sociedades


colectivas, en comandita simple, de capital e industria y en participación (todas ellas
usualmente denominadas sociedades de personas), la muerte de un socio resuelve
parcialmente el contrato (art. 90 párr. 1° LS). La LS pasó aponer así en
funcionamiento el ya en boga principio de la conservación de la empresa (art. 100
LS), incluso para el caso las sociedades constituidas por dos socios (art. 94 inc. 8°
LS)1530.
Para las sociedades colectivas y en comandita simple, el mismo art. 90 párr.
2° LS dispone que es lícito pactar que la sociedad continúe con sus herederos –
menores o mayores-, pacto que obliga a éstos sin necesidad de suscribir un nuevo
contrato, no obstante poder estos condicionar su incorporación a la transformación
de su parte en comanditaria (art. 90 LS), evitandose así asumir una responsabilidad
personal no deseada1531.
Tal continuidad forzosa, que tiene –una vez más- en miras principalmente la
supervivencia del ente y la continuidad de la actividad empresaria, reconoce como
origen directo el art. 1670 del Código Civil. La norma civil no reconoce la calidad
de socio del heredero salvo que todos los otros socios consintiesen la situación, o
bien si ello se hubiera convenido con el fallecido –en el contrato social o en acto
posterior- y posteriormente aceptado por el heredero. Atento la aparente
discordancia de tal previsión, frente a las disposiciones del art. 1671 –que refiere a
los cesionarios de derechos sociales-, parte de la doctrina entiende que el art. 1670
alude unicamente al socio fallecido que no fuera administrador social o cuya
importancioa personal fuera tal que tornara inviable la sociedad sin su presencia1532.
Queda a partir de la sanción de la LS, entonces, de existir previsión
contractual y para las sociedades colectivas y en comandita simple, en cabeza de los
socios supervivientes la decisión de incorporar –o no- a los herederos. La pauta
estatutria no necesariamente debe referir a la totalidad de los herederos del causante,
siendo lícito la exclusión de algunos de ello, en la medida en que con ello no se viole
la legítima1533. Si se resolviera la no inclusión, cabrá liquidar los derechos del socio
fallecido correspondiendo a estos una suma de dinero que represente el valor de su

1529
Pese a tal disposición, la sociedad se disolvía por aplicación del art. 422 inc. 7° del
Código de Comercio si aquella tenía razón social y el nombre del fallecido figuraba en ella. Cfr.
Guberman I., El Fallecimiento… cit., p. 53.
1530
Cfr. Verón A. V., Sociedades ..cit.., t. II, ps. 132 y 133.
1531
Cfr. Exposición de Motivos Ley 19.550, Capítulo I, Sección XII, ap. 2.
1532
Cfr. Smith J., en Código Civil… cit., t. 8, p. 577.
1533
No resulta de aplicación el art. 1175 del Código Civil, y que prevé que no pueden ser
objeto de un contrato la herencia futura, aunque se celebre con el consentimiento de la persona de
cuya sucesión se trate. Cfr. Zaldivar E. y ots, Cuadernos… cit., vol. IV, p. 233; Verón A. V.,
Sociedades ..cit.., t. II, p. 145.

467
parte, a la fecha de fallecimiento1534, como si se tratara de un supuesto de exclusión
(art. 92 inc. 1° LS). Serán también de aplicación en lo pertinente, entonces, los
incisos 2°, 3° y 4° del art. 92, y a cuyas consideraciones remitimos. Por el contrario,
si la resolución de los socios sobrevivientes fuera la de dar cumpliemiento con la
pauta contractual y en virtud de esta incorporar a los herederos del socio, se
requerirá en todos los casos el consentimiento de los mismos. Ello ha motivado que,
en atención a dichas particularidades contractuales y recaudos requeridos, calificada
doctrina entendiera que la incoporación no se produce sin solución de continuidad,
por la solo muerte del causante, sino que al requerir de actos entre vivos, “cada
heredero pasa a ser socio por la aceptación de la herencia, más no ipso iure con el
fallecimiento del causante sino con el tiempo y bajo el régimen de aceptación de la
herencia; de aquí que el reconocimiento de la calidad de heredero es presupuesto
legal indispensable para ejercitar los derechos que derivan del conrato de sociedad
como consecuencia de la muerte del socio”1535.
Así, el régimen sucesorio afecta a las sociedades de la siguiente manera:
a.-) sociedad colectiva: la muerte del socio produce la resolución parcial del
contrato de sociedad. No obstante, la LS prevé la posibilidad de contractualmente se
establezca la incorporación obligatoria de los herederos a la sociedad, con los
alcances que más abajo señalamos;
b.-) sociedad en comandita simple: la muerte del socio, ya fuera
comanditado o comanditario, produce la resolución parcial del contrato de sociedad.
No obstante, la LS prevé la posibilidad de contractualmente se establezca la
incorporación obligatoria de los herederos a la sociedad, pudiendo condicionarla a la
transformación de su parte en comanditaria y con los alcances que más abajo
señalamos;
c.-) sociedad en comandita por acciones: Sin perjuicio de la omisión del
texto legal (art. 90 LS), corresponde incluir al socio comanditado, al igual que en la
sociedad en comandita simple, atento su carácter intuitu personae en ambos tipos
sociales. Cabe también, entonces, la posibilidad de contractualmente se establezca la
incorporación obligatoria de los herederos a la sociedad, pudiendo estos
condicionarla a la transformación de su parte en comanditaria y con los alcances que
más abajo señalamos;
d.-) sociedad de capital e industria: la muerte del socio, ya fuera capitalista o
industrial, produce la resolución parcial del contrato de sociedad, teniendo los
herederos únicamente derecho a la suma de dinero que represente el valor de su
parte, según señalamos más abajo;
e.-) sociedad accidental o en participación: la muerte del socio, fuera o no
gestor, produce la resolución parcial del contrato de sociedad;
f.-) sociedad de responsabilidad limitada: para el caso de este tipo social, no
incluído en el art. 90 LS, rigen las previsiones del art. 155 LS. Según estas, si el

1534
Cfr. Nissen R., Ley de Sociedades…cit., t. II, p. 173.
1535
Cfr. Verón A. V., Sociedades ..cit.., t. II, p. 142.

468
contrato previera la incorporación de los herederos del socio, el pacto será
obligatorio para éstos y para los socios. La incorporación se hará efectiva cuando los
sucesores acrediten su calidad -en el ínterin actuará en su representación el
administrador de la sucesión-. La correcta inteligencia del art. 155 LS, introducida
en la LS por ley 22.903, requiere de su interpretación. Así Zunino, quien explica que
“en su redacción anterior esta norma remitía a los preceptos del también reformdo
art. 152, del cual resultaba a favor de los socios sobrevivientes la acultad de
oponerse al ingreso de los herederos del premuerto o, en todo caso, les permitía (a
ellos o a la sociedad) adquirir las cuotas ejerciendo el derecho de preferencia. Fiel a
su tendencia hacia la libre trasmisibilidad e las cuotas, la ley 22.903 eliminó el
párrafo relativo a la tal remisión, precisamente, para evitar las trabas al ingreso de
los herederos a la sociedad, equiparando la solución en este aspecto con el régimen
de las sociedades por acciones. Sin embargo, al dejar vigente el párrafo que venía a
renglón seguido, es decir, el relativo al ‘pacto de incorporación de los herederos’
(que sí se justificaba en la redacción anterior debido a la existencia de las antedichas
trabas), ha complicado la inteligencia general de la norma pues, por interpretación a
contario sensu podría afirmarse ahora que de no existir tal pacto, ni los herederos
estarían obligados a ingresar ni los socios a aceptar su ingreso. Empero, y por lo
expuesto, esto no es así: la circunstancia de no haberse modificado el art. 90 (que
excluye a las SRL, salvo pacto en contrario, de la resolución parcial por muerte del
socio) y la ya anotada filosofía de la ley en el tema, dicen claramenete que, muerto
un socio, sus herederos lo suceden proporcionalmente en su calidad de socio con o
sin pacto de continuación (salvo previsión contractual en contrario, pero no de
continuación sino de exclusión de los herederos).”1536
Por el contrario, si la cláusula contractual estableciera una mera opción para
la incorporación de los herederos, dispuesta a favor de los socios supérstites, esta
resultaría -en principio- obligatoria y no sujeta a aceptación de los sucesores1537.
El segundo párrafo del art. 155 LS dispone que las limitaciones contractuales a la
transmisibilidad de las cuotas serán inoponibles a las cesiones que los herederos
realicen dentro de los tres meses de su incorporación. El legislador ha pretendido
con esta facilidad para el egreso del heredero otorgarle una contrapartida razonable a
la condición de socio que se le impone1538. No ostante, la sociedad o los socios
podrán ejercer opción de compra por el mismo precio que el heredero obtuviera de
un tercero –u otro socio-, dentro de los quince días de haberse comunicado a la
gerencia el propósito de ceder sus cuotas. Cabe a la gerencia poner el hecho en
conocimiento de los socios en forma inmediata y por medio fehaciente;
g.-) sociedad anónima: en tanto sociedad de capital, esta no se ve afectada por la
muerte del socio, excepción hecha del art. 94 inc. 8° LS. No obstante, es lícito pactar
estatutariamente la no incorporación de los herederos, dando a los accionistas

1536
Zunino J., Régimen… cit., 20° ed., p. 187.
1537
Cfr. Cám. Com., B, abril 22-005, “Faille de Gómez Acuña Elena c. Kucza María”, SJA
12/10/2005.
1538
Exposición de Motivos Ley 22.903, Capítulo II, Sección IV, ap. 9.

469
supérstites y aún a la propia sociedad el derecho de opción o de preferencia para la
adquisición de las tenencias del fallecido1539.

JURISPRUDENCIA
Muerte del socio. S.R.L. Ante la muerte de uno de los socios, el silencio de los
herederos debe interpretarse como que han optado por la resolución parcial del contrato social,
quedando en manos de la sociedad la comunicación para que ejerzan sus derechos económicos
-reclamación de la cuota liquidatoria- y eventualmente la consignación de su importe. Cám.
Civ. y Com., I, Bahía Blanca, LL 1993-D, 412.
La situación provocada por la muerte de un socio en orden a las cuotas o partes
societarias de las que era titular, no puede resolverse por remisión directa a la regla genérica
de continuidad sucesoria de los herederos respecto de la persona de su causante (art. 3410,
Cód. Civil), desde que dicha previsión debe ajustarse a las particularidades del tipo societario
y a las variantes que, en punto a la autonomía de la voluntad, acuerda la propia ley de
sociedades comerciales. La muerte del socio genera el derecho de sus herederos de recibir el
valor de la parte que el causante tenía en la sociedad a la fecha de su muerte (art. 92, ley de
sociedades), y ese valor "real", en el sentido de no meramente contable, comprende el valor
llave, salvo que la cláusula o pacto lo dejara expresamente de lado (art. 1788 bis, Cód. Civil).
En las sociedades de responsabilidad limitada el principio es que los herederos se incorporan a
la sociedad si nada se dice, pareciendo razonable sostener la independencia de régimen entre
el específicamente societario y el sucesorio, pero el contrato social puede disciplinar la
cuestión en dos sentidos diametralmente opuestos: o tornando obligatoria la incorporación,
pero dejando a salvo la prohibición de las limitaciones absolutas a la transmisibilidad,
mediante el régimen de inoponibilidades establecidas en el art. 155, apart. 2° de la ley de
sociedades comerciales; o facultando el derecho de receso en los términos de análogos pactos
(art. 89, ley de sociedades) es decir, reglando la posibilidad de que los sucesores del socio
cedan su interés recibido hereditatis causa. Cám. Civ. y Com., I, Bahía Blanca, LL 1993-D,
412.
Muerte del socio. S.A. Cuando el causante ha sido titular de acciones o socio en
cualquier tipo de sociedad, en la sucesión sólo se puede pedir informes acerca de la
participación que pudiera corresponderle al mismo y aun de la marcha de la actividad
económica de la empresa. Cám. Civ., C, LL 1980-B, 579.

B.- Exclusión de socios: El art. 91 LS prevé que cualquier socio en las


sociedades colectivas, en comandita simple, de capital e industria, en participación y
de responsabilidad limitada, puede ser excluido si mediare justa causa (art. 91 LS)
1540
, siendo nulo el pacto en contrario1541. También puede serlo el socio comanditado
en la sociedad en comandita por acciones. La exclusión importa la eliminación del

1539
Cfr. Romano A. A. en Código… cit, de Rouillón A., t. III, n° 2.2., p. 214, con apoyo en
Cám. Com., B, LL 1994 D-275.
1540
Cierta doctrina propugna la inclusión, por analogía, de las sociedades anónimas cerradas
o de familia –cfr. Favier Dubois E. y Spagnolo L., “La exclusión del socio en la sociedad anónima
personalísima por vía de la desestimación del tipo social” en La Actuación Societaria, Bs. As., 2005,
p. 155-. Por nuestra parte consideramos que tal posición, a tenor de las previsiones legales vigentes,
resulta inviable por asistémica -contra legem-. Lo dicho no importa valoración respecto de la
conveniencia –o no- de una reforma legal en tal sentido.
1541
Esta nulidad dispuesta en la parte final del párr. 1° del art. 91 LS ha llevado a parte de la
doctrina a considerar que la justa causa aludida involucra el orden público. Cfr. Verón A. V.,
Sociedades ..cit.., t. II, p. 150; Arecha M. y García Cuerva H., Sociedades Comerciales… cit., p. 150.

470
socio de la sociedad, sin o contra su voluntad1542, por haberse este transformado en
un elemento perturbador de la buena marcha del ente, atento privilegiar la ley la
conservación de la empresa y el interés social por sobre el particular del socio
excluido1543.

1.- Teorías que justifican la exclusión del socio. a.- Teorías


contractualistas: Detrás de cada supuesto de exclusión encontramos en la conducta
previa del excluído un incumplimiento de obligaciones contractuales asumidas al
tiempo de suscribir el –o adherir al- contrato plurilateral de organización. Sería a
partir de tal incumplimiento voluntario, culpable o aún no imputable al sujeto1544,
que se habilitaría a su respecto la resolución parcial del contrato social, y como
aplicación del pacto comisorio dispuesto en el art. 216 del Código de Comercio1545.
La exclusión nace ara esta corriente “como derecho de la sociedad o de los socios en
particular, cuando uno o alguno de ellos no cumpla o esté imposibilitado de cumplir,
voluntaria o involuntariamente, por causas que le son imputables o no, con los
deberes y las obligaciones que les impone el mero hecho de pertenecer a una
sociedad y que en definitiva se traduce en aquella ‘voluntad de colaboración activa,
jurídicmente igualitaria e interesada’, con que se definió la affectio societatis”1546.
b.- Teorías sancionatorias: Para estas corrientes doctrinarias, la exclusión
castiga al socio incumplidor en tutela del interés general –coincidiendo así
parcialmente con las teorías de la finalidad pública y del propio ente, por haberse
transformado el socio en un elemento perturbador de la buena marcha de los
negocios, atento privilegiar la ley la conservación de la empresa y el interés social
por sobre el particular del socio excluido1547.
c.- Teorías de la finalidad pública: Para estas corrientes la exclusión del
socio deriva de la decisión legal de preservación del ente, por motivos de interés
público. El Estado resguarda por su intermedio el bienestar colectivo producido por

1542
Cfr. Zunino J., Disolución… cit., t. I, p. 93¸ Zavala Rodríguez C., Código… cit, t. II, p.
534.
1543
Cfr. Verón A. V., Sociedades ..cit.., t. II, p. 119; Zaldivar E. y ots, Cuadernos… cit., vol.
IV, ps. 206 y 210. Para estos autores –posición que compartimos- la posibilidad de excluir a un socio
“es un mecanismo instaurado por la ley a favor de los coasociados y de la compañía misma, para
facilitar la preservación del equilibrio y necesario estado de igualdad jurídica que debe gobernar toda
relación social”.
1544
Tal el caso de la incapacidad, inhabilitación, declaración en quiebra o concurso civil del
sujeto, previstas en el art. 91 LS.
1545
Cfr. Cámara H., Disolución...cit., p. 34.
1546
Cfr. Zunino J., Disolución… cit., t. 1, ps. 94 y 95.
1547
Cfr. Zaldivar E. y ots, Cuadernos… cit., vol. IV, ps. 206 y 210. Para estos autores la
posibilidad de excluir a un socio “es un mecanismo instaurado por la ley a favor de los coasociados y
de la compañía misma, para facilitar la preservación del equilibrio y necesario estado de igualdad
jurídica que debe gobernar toda relación social”. No obstante señalan que tal teoría, llevada a sus
extremos, resulta incompleta por cuanto resutaría innecesaria la insoslayable intervención de la
autoridad judicial para juzgar la procedencia o no de la exclusión; Odriozola C., “Algunas
consideraciones sobre la exclusión del socio”, JA 1964-V, p. 108.

471
el normal funcionamiento de las sociedades comerciales, al que privilegia por sobre
el particular de los socios.

d.- la justa causa de exclusión y el incumplimiento grave: A fin de posibilitar


la exclusión del socio, sus peticionantes deben acreditar la existencia de una justa
causa. La LS dispone, de manera enunciativa, que habrá tal cuando el socio incurra
en grave incumplimiento de sus obligaciones sociales (art. 91 LS). De igual forma,
el art. 1734 del Código Civil también requiere para la exclusión la existencia de justa
causa, solo que a diferencia de la LS, el ordenamiento civil enumera estas en el art.
1735 (como anteriormente las enumerara, respecto de las sociedades comerciales el
derogado art. 419 del Código de Comercio1548). Sin perjuicio de su especialidad, el
Código Civil puede ser tomado como indicativo. Este consigna como justas causas
“1°) cuando contra la prohibición del contrato cediese sus derechos a otros. 2°)
cuando no cumpliese alguna de sus obligaciones con la sociedad, tenga o no culpa.
3°) cuando le sobreviniese alguna incapacidad. 4°) cuando perdiese la confianza de
los otros socios, por insolvencia, fuga, perpetración de algún crimen, mala conducta,
provocación y discordia entre los socios, u otros hechos análogos”.
El grave incumplimiento de sus obligaciones sociales resulta ser entonces la
formula general dispuesta por la ley para el caso (art. 91 LS), y que importa
reconocer un amplio margen de discrecionalidad al juzgador a fin de evaluar que
conductas u omisiones habilitan la exclusión. Se trata, en todos los casos, de
considerar distintos supuestos de hecho atendiendo las circunstacias legales y
contractuales que los enmarcan, sin atender a los factores subjetivos que motivaran
la conducta del socio, bastando la existencia de un solo incumplimiento grave
objetivamente considerado1549. En cuanto a la gravedad de la conducta, la pauta
legal parece entonces aludir más a las consecuencias que esta genere que a la
intencionalidad del sujeto. Existen otras normas que habilitan la exclusión del socio,
y que alguna de la doctrina asimila al incumplimiento grave de obligaciones1550,
tales como la mora en el cumplimiento del aporte (art. 37 LS), el caso de evicción en
el aporte efectuado cuando el aportante no reemplazara el bien por otro de igual
especie o calidad (arts. 46 y 47 LS), o el caso de realización de actividades en
competencia en las sociedades personales o accidentales o en prticipación (art. 133
LS).

1548
Este consignaba diversas causales de resolución parcial del contrato, a partir de diversas
actitudes perniciosas por parte de un socio, como la utilización del capital común y la firma social
para llevar adelante negocios por cuenta propia, o actuando dolosamente respecto de la
administración y contabilidad social, o incumplir con sus aportes, o tornarse demente o inhabil para
administrar.
1549
Cfr. Zunino J., Disolución… cit., t. 1, ps. 101 y 102. Por tanto, no resulta necesaria la
acreditación de dolo o culpa en la conducta del socio excluido.
1550
Cfr. Stordeur E., Manual de… cit., p. 101 n° 175.

472
C.- Otros supuestos de exclusión: La LS también prevé supuestos especiales
de exclusión para socio de la sociedad colectiva, en comandita simple, de capital e
industria, en participación y del socio comanditado en la comandita por acciones1551.
Estos pudieran ver afectadas sus cualidades personales, lo que repercute en el ente e
indirectamente también en sus coasociados, tal el caso de que sean declarados a.-)
incapaces o se los inhabilite1552; b.-) sean declarados en quiebra o concurso civil -
salvo en las sociedades de responsabilidad limitada (art. 91 LS)-, o c.-) cuando por
otras circunstancias contractualmente así se previera (art. 89 LS).

JURISPRUDENCIA

Exclusión de socio. Criterio restrictivo. La exclusión del socio de la sociedad art. 91,
ley 19.550 (Adla, XXXII-B, 2125) es un remedio que debe ser administrado con suma
prudencia por lo que ha de preferirse la conservación del vínculo si no media prueba
concluyente de su inconducta. Cám. Civ. y Com., I, Rosario, LLLitoral 2000, 1119 -
LLLitoral 2001, 506.
Exclusión del socio. Conducta contraria al interés social: Es procedente la exclusión
del socio que exhibió una conducta contraria al interés social -en el caso, obtuvo ganancias
impropias mediante la desviación de clientes valiéndose de su condición de administrador-, si
la misma se tradujo en un perjuicio económico para la sociedad. Cám. Com., A, LL 2001-C,
221.
Exclusión del socio. Aportes. El art. 37 de la ley 19.550, faculta a la sociedad a
excluir al socio que no cumpla con los aportes en las condiciones convenidas. Tal resolución
debe ser notificada al interesado y, en el supuesto de ser acatada, se efectiviza sin más, sólo
cabe estar a las resultas del juicio en caso de que el disconforme hubiese formalizado la
reclamación judicial que la ley faculta promover. Quiere ello decir que si la sociedad, en uso
de facultades que le son propias, conforme al derecho acordado por el art. 37 citado, optó por
la exclusión, la promoción de una demanda a ese efecto resulta innecesaria. Cám. Com., A,
LL 1982-B, 170 - ED 997, 366.
Exclusión del socio. Conducta contraria al interés social: Las disposiciones del art.
91 de la ley 19.550, en tanto disponen que la exclusión del socio de la sociedad exige la
existencia de justa causa consistente en grave incumplimiento de sus obligaciones, configuran
un "standard" amplio que pone al juez en la tarea de analizar las circunstancias concretas de
cada caso y concluir si las conductas que implican incumplimiento de obligaciones o
transgresión de deberes de socio justifican su exclusión. La falta de utilización de los
mecanismos societarios de solicitud de información sobre la marcha de los negocios de la

1551
El art. 91 LS expresamente deja de lado al socio de la sociedad de responsabilidad
limitada, atento a que, del carácter mixto de las mismas (combina caracteres de las personas y las de
capital) surge la limitación de responsabilidad del socio al aporte comprometido.
1552
El Código Civil declara incapaces por demencia, por tanto los inhabilita, a las personas
que por causa de enfermedades mentales no tengan aptitud para dirigir su persona o administar sus
bienes (art. 141), o cuando, sin llegar a tales supuestos, se estime que del ejercicio de su plena
capacidad pueda resular presumiblemente un daño a su patrimonio (art. 152 bis. ap. 2). Igual
tratmiento se da a los sordomudos que no supieran darse a entender por escrito (art. 153 Cód. Civil).
También prevé a posibilidad de inhabilitar a quienes por embriaguez habitual, uso de estupefacientes
o proldigalidad, estén expuestos a otorgar actos jurídicos perjudiciales a su patrimonio (art. 152 bis.
ap. 1 y 3 Cód. Civil). La imposición de pena de reclusión o prisión por más de tres años lleva como
inherente para el penado: a) la inhabilitación absoluta por el tiempo de la condena –pudiéndose
extender la misma hasta tres años más según el delito-, b) con más –extremo que aquí nos interesa- la
privación de la administración de sus bienes y del derecho a disponer de estos por actos entre vivos,
sujetándolo forzosamente al régimen de curatela (art. 12 Código Penal).

473
sociedad no configura un grave incumplimiento de las obligaciones que justifique la exclusión
del socio -en el caso, socio no administrador de una sociedad de responsabilidad limitada que
efectuó una denuncia penal ante la existencia de irregularidades en la contabilidad-, máxime
cuando no se ha probado que dicho obrar importara una conducta desleal y negativa respecto
de los intereses sociales. Cám. Civ. y Com., I, Rosario, LLLitoral 2000, 1119 - LLLitoral
2001, 506.
Corresponde excluir de la sociedad al socio que perturbó su normal funcionamiento,
comprometiendo tanto la continuidad del ente como el interés social -en el caso, obtuvo
ganancias impropias mediante la desviación de clientes valiéndose de su condición de
administrador- toda vez que ello pone en evidencia la falta de "affectio societatis" y vocación
para el trabajo común. Cám. Com., A, LL 2001-C, 221.
La exclusión del socio cuotista es procedente si éste impidió sistemáticamente a sus
consocios y coadministradores el ingreso a la sede social negándoles así el derecho a la
colaboración activa y a la gestión funcional administrativa de la sociedad, pues ello configura
culpa grave en los términos del segundo párrafo del art. 91 de la ley de sociedades. Cám.
Com., B, octubre 15-1999, “Macedonio, René F. y otro c. Gomez, Luis M.”.
Tanto recorriendo los diversos incisos del art. 419 del código de com., como los arts.
37, 40, 91 y 133 de la ley 19550, comprobamos que el principio informante de la exclusión de
socio lo constituyen alguna transgresión de las obligaciones sociales, en especial, el deber de
colaboración y los actos contrarios a la confianza y a la armonía que debe reinar entre los
asociados. Cám. Com., B, ED 82-389.
Exclusión del socio. Causa grave. Para probar la existencia de causales de exclusión
ha de bastar una certeza moral, que excluya toda duda razonable, basada en hechos concretos
que impliquen un indicio serio, objetivo y grave de la existencia de una conducta reñida con la
calidad de socio. Aplicando estos principios a las infracciones incurridas por el accionado
Moiguer, las que han quebrado por un lado, la armonía y la disciplina indispensables para la
actividad normal de la sociedad y, por otro, se han traducido en hechos concretos que en
función de sus particularidades de modo, tiempo y lugar; se arriba a la conclusión de que
estamos en presencia de una conducta que considerada globalmente en su conjunto es
incompatible objetivamente (Farina, "Estudio de Sociedades Comerciales", p. 77; Escuti,
"Receso, Exclusión y Muerte del Socio" cit., p. 62), con la "affectio societatis" que debe
presidir las relaciones de los socios entre ellos y contra la sociedad, tomada esta acepción en el
sentido que le da Fargosi ("La affectio societatis", 1956), como situación de igualdad y
equivalencia entre los socios, de modo que cada uno de ellos y todos en su conjunto, observen
una conducta que tienda a prevalecer el interés común que es modo de realización de los
intereses personales.” Cám. Com., A, marzo 24-000 “Gagliardo Osvaldo E. y otro v. Moiguer,
Fernando y otro s/sumario”.
Exclusión del socio: La ley 19550 ha superado las dificultades que presentaba el art.
419 del Código de Com., incorporando, entre las numerosas causales de exclusión de socio,
una sumamente amplia, a punto tal que permite englobar las diversas situaciones fácticas que
la cambiante y rica realidad nos puede presentar. Especifícamente, cuando la ley hace mención
al grave incumplimiento por parte del socio de las obligaciones sociales, la que por su
flexibilidad y abstracción permite prever todas las posibles causales que se pueden presentar.
Cám. Com., B, ED 82-389.
Exclusión del socio. Mora: El art. 37 de la ley 19550 faculta a la sociedad a excluir al
socio que no cumple con los aportes en las condiciones convenidas. Tal resolución debe ser
notificada al interesado y en el supuesto de ser acatado se efectiviza sin más, y sólo cabe estar
a las resultas del juicio en caso que el disconforme hubiere formalizado la reclamación judicial
que la ley le faculta a promover. Quiere ello decir que si la sociedad, en uso de las facultades
que le son propias, conforme al derecho acordado por el art. 37 citado, optó por la exclusión,
la promoción de la demanda resulta innecesaria. Cám. Com., A, octubre 15-1981, “Const.
Atlántida, SRL C. Mizrahi, Moisés”.
Exclusión del socio. Cautelar. Cuando el actor peticiona ut singult la exclusión de un
socio, no es de aplicación la cautela que exige el art. 91 de la ley 19550. Cám. Com., D, mayo
23-1978, “Giordano, Carlos c. Possetti, Alberto”.

474
Exclusión de socio. Causales no previstas. Corresponde confirmar la sentencia que
hizo lugar a la demanda de exclusión de socio interpuesta por una sociedad de responsabilidad
limitada, pues, se acreditó que el accionado fue enviado a otro país para desarrollar la
continuidad de la empresa y se sustrajo de la obligación de prestar a la actora todo el tiempo
necesario para la buena marcha de los negocios sociales de acuerdo a lo establecido en el
estatuto social, en tanto suscribió un contrato para cumplir los mismos objetos que la actora y
seguramente hubo de destinar dicho tiempo a la nueva sociedad. Cám. Civ. y Com., I, Santa
Fe, LLLitoral 2006 (mayo), 516 - IMP 2006-5, 789.
La ley 10550 ha superado las dificultades que presentaba el art. 419 CCom. derogado,
incorporando entre las numerosas causales de exclusión de socio, una sumamente amplia, a
punto tal que permite englobar las diversas situaciones fácticas que la cambiante y rica
realidad nos puede presentar. Nos referimos específicamente a cuando la ley hace mención al
grave incumplimiento por parte del socio de las obligaciones sociales, la que por su
flexibilidad y abstracción permite prever todas las posibles causales que se puedan presentar.
Cám. Com., A, marzo 24-000 “Gagliardo Osvaldo E. y otro v. Moiguer, Fernando y otro
s/sumario”.
El art. 89 de la ley 19.550 permite establecer en el estatuto causales de resolución
parcial no previstas legalmente y, por consiguiente, cabe entender que nada impide contemplar
causales especiales que puedan dar origen al retiro forzado del socio, cuando concurran
circunstancias que lo hayan apartado de la actividad empresaria para la cual fue constituida la
sociedad, como lo es sin dudas la resolución de los contratos de explotación de las unidades
microómnibus. Cám. Com., C, LL 1996-B, 373, - IMP 1996-A, 1704 - DJ 1996-1, 1132.

1.- Acción de exclusión y extinción del derecho: La acción de exclusión


puede ser llevada adelante únicamente por la sociedad o por alguno de los socios
individualmente. En ambos casos estaremos frente a una misma acción, de
naturaleza social, por cuanto procura evitar un perjuicio que afecta directamente a la
sociedad y sólo de manera indirecta a sus socios1553. El derecho de exclusión se
extingue si no es ejercido por la sociedad –o algún socio- en el término de noventa
días –corridos; art. 28 Código Civil- seguidos a la fecha en la que, por cualquier
causa, se conoció el hecho justificativo de la separación (art. 91 LS, 3er. párr.). La
fecha de conocimiento podrá variar según quien ejerza la acción, ya que no
necesariamente todos los socios –y en su caso el ente- tomen conocimiento
simultáneamente de la causal de exclusión. Siendo que el no ejercicio de la acción
extingue el derecho, nos encontramos frente a un plazo de caducidad, que no se
interrumpe, suspende ni dispensa1554. Este plazo no se aplica para la exclusión por
mora en la integración del aporte, por ser ajeno al supuesto del art. 37 LS y porque

1553
Es social por cuanto seorienta a la protección, defensa reconstrucción y reparación del
patrimonio o de los intereses del ente en general, por lo que se atribuye legitimación para su ejercicio
en primer término a la sociedad y subsidiariamente a los socios como titulares de un interés indirecto
en la defensa del patrimonio social.
1554
Cfr. Halperín I., Sociedades de Responsabilidad Limitada… cit., 8° ed., p. 285; Zaldivar
E. y ots, Cuadernos… cit., vl. IV, p. 217; Zunino J., Disolución… cit., t. 1, p. 181; Escuti I., Receso,
Exclusión y Muerte del Socio, Bs. As., 1978, p. 75; Verón A. V., Sociedades... cit., t. II, p. 162;
Martorell E.E., Sociead de Responsabilidad Limitada… cit., p. 408; Arecha M. y García Cuerva H.,
Sociedades Comerciales… cit., 2° ed., p. 152; Mascheroni F., Manual de Sociedades de
Responsabilidad Limitada, Bs. As., 1987, p. 270; Nissen R., Ley de Sociedades…cit., t. II, p. 180;
Stordeur E., Manual de… cit., p. 102.

475
implicaría privar a la sociedad librarse del socio renuente a cumplir con lo
prometido1555.

JURISPRUDENCIA

Exclusión del socio. Extinción del derecho: Si bien para el ejercicio de la acción
judicial por exclusión de socio el art 91 de la ley 19550 establece en su apartado. 3 un plazo de
caducidad de noventa días a contar de la fecha en que se conoció el hecho justificativo de la
separación, dicho plazo no se aplica en el supuesto de exclusión por mora en la integración del
aporte (art. 37, ley CI.) por cuanto ello importaría el absurdo de impedir que la sociedad pueda
excluir al socio renuente que no pudo integrar el aporte prometido. Cám. Com., B, agosto 24-
1979, “Mantra, SRL C. Sánchez, Carlos J.”.
Si bien la demanda de exclusión de socio fue incoada cuando ya había vencido el
plazo de noventa días corridos desde el conocimiento del hecho que la motiva, no por ello
puede sostenerse la extinción del derecho, pues, éste es ejercido por la sociedad en los
términos del art. 91, tercer párrafo, de la ley 19.550 cuando el órgano social la decide y es
entre el acto reprochado y tal decisión expresada fehacientemente que no puede transcurrir
más de noventa días, por lo cual, tomada la decisión dentro de ese plazo, la acción judicial
sólo queda sujeta al término de prescripción general establecido por el art. 848, inc. 1° del
Código de Comercio. Cám. Civ. y Com., I, Santa Fe, LLLitoral 2006 (mayo), 516 - IMP 2006-
5, 789.
La ley de sociedades determina el momento a partir del cual debe computarse el plazo
de caducidad, previsto en el art. 91, para ejercer el derecho de exclusión de socios. Aun
cuando el vicio merituado por la sentencia, o los incumplimientos atribuidos al socio
demandado en la asamblea societaria que decidió la iniciación del juicio, se hubiese
prolongado en el tiempo, no autoriza a prescindir del plazo para ejercer la acción de exclusión
del socio, prevista en el art. 91 de la ley de sociedades. Si bien el art. 91 de la ley 19.550
establece que el derecho a solicitar la exclusión de un socio se extingue superados los noventa
días siguientes a la fecha en que se conoció el hecho justificativo de la separación, no parece
adecuado a derecho aplicar rigurosamente el dies a quo legal si el vicio alegado se ha
mantenido en el tiempo (del fallo de primera instancia). Cám. Com., E, LL 1998-D, 306 - DJ
1998-2, 567.
El art. 2° de la ley 25.561 (modificatoria del art. 29 de la ley 24.573) que otorgó a la
mediación efectos suspensivos respectos de la prescripción liberatoria, no puede aplicarse al
plazo que el art. 91, tercer párrafo, de la ley de sociedades comerciales estatuye para la acción
de exclusión de un socio, dado que éste último es un plazo de caducidad y no de prescripción.
El plazo de caducidad de la acción de exclusión de un socio, que prevé el art. 91, tercer
párrafo, de la ley de sociedades comerciales, se computa por días corridos a partir del día en
que se produjo la exteriorización —por cualquier medio— de la causal de exclusión, de
acuerdo a lo previsto por el art. 28 del Cód. Civil. Cám. Com., A, IMP 2006-19, 2403 - DJ
04/10/2006, 364.
La acción de exclusión de un socio debe ejercerse judicialmente, sea por la sociedad
o por el socio individualmente en el término de noventa días siguientes a la fecha en que se
conoció el hecho justificativo de la separación ; el no ejercicio en ese plazo extingue el
derecho, por tratarse de un plazo de caducidad. Es insuficiente la decisión asamblearia que
decide excluir un socio sin citarlo o notificarlo, por cuanto para excluirlo es necesario la
acción judicial. Cám. Com., A, LL 1987-B, 478.
La exclusión del socio no está prevista en el art. 54 de la ley 19.550, y por ello no
resulta ajustado a derecho pretender su exclusión. Cám. Com., D, LL 1993-C, 168, - DJ 1993-
2, 216.
La acción de exclusión de socio prevista en el art. 91 de la ley 19.550, no es
procedente cuando se trata de sociedades irregulares o de hecho, ya que la misma, sólo es

1555
Verón A. V., Sociedades ..cit.., t. II, p. 162.

476
viable respecto de los tipos societarios a que hace referencia la norma legal mencionada. Cám.
Com., B, LL 1980-C, 388.

2.- Sujetos legitimados para solicitar la exclusión: Si la exclusión la decide


la sociedad, y esta no es aceptada por el socio excluido, la acción será ejercida por el
representante del ente (o por quien los socios ad-hoc designen si la aquella se refiere
a los administradores). Puede simultáneamente disponerse judicialmente la
suspensión provisoria de los derechos del socio cuya exclusión se persigue (art. 91
LS), medida que tiende a que la sociedad pueda desenvolver sus actividades con
normalidad, “más no –en principio- para adoptar decisiones que, como la
transformación de la sociedad, importan una modificación del acto constitutivo, que
pueda alterar el régime de responsabilidad, incluido el del socio cuestionado”1556.
Así, a.-) en las sociedades por parte de interés corresponde que la decisión de
excluir a un socio sea adoptada por la totalidad de los socios restantes, por tratarse
de una modificación al estatuto (art. 131 LS); b.-) en las sociedades de
responsabilidad limitada, usualmente es el contrato social el que establece las reglas
aplicables a las resoluciones que tengan por objeto su modificación, debiendo la
mayoría –sin computar al socio involucrado- representar como mínimo mas de la
mitad del capital social. En defecto de regulación contractual, la LS impone como
requisto obtener la conformidad de las tres cuartas partes del capital social (art. 160
LS). Si un solo socio representare el voto mayoritario, se necesitará además, el voto
del otro; c.-) en las sociedades en comandita por acciones, tratándose de un
supuesto asimilable a la cesión de la parte del comanditado, resulta de aplicación el
art. 323 LS1557, y que impone obtener las conformidades previstas en el art. 244.
Este a su vez dispone la realización de asamblea extraordinaria, la que requiere –
siempre sin computar al socio involucrado- en primera convocatoria de la presencia
de accionistas que representen el sesenta por ciento de las acciones con derecho a
voto -si el estatuto no exige quórum mayor- y en segunda convocatoria de
accionistas que representen el treinta por ciento de las acciones con derecho a voto -
salvo que el estatuto fije quórum mayor o menor-. En ambos casos las resoluciones
deben adoptarse por mayoría absoluta de los votos presentes que puedan emitirse,
salvo cuando el estatuto exijiera mayor número; d.-) en las sociedades por acciones,
sin perjuicio de la inaplicabilidad del régimen de resolución parcial (arts. 90 y 91
LS), la LS prevé un supuesto de excepción asimilable –aunque impropiamente- al de
exclusión del socio, para el caso de mora en la integración de los aportes –tambien el
incumplimiento de las prestaciones accesorias comprometidas, art. 50 LS1558-,
únicamente respecto de las acciones involucradas y si así se hubiera dispuesto
expresamente en el estatuto. Ello por cuanto el art. 193 LS prevé que el estatuto

1556
Verón A. V., Sociedades ..cit.., t. II, p. 164.
1557
Cfr. Zaldivar E. y ots, Cuadernos… cit., Vol. IV, p. 216.
1558
Cfr. Verón A. V., Sociedades ..cit.., t. II, p. 126.

477
podrá disponer que los derechos de suscripción correspondientes a las acciones en
mora sean vendidos a los demás socios o terceros1559, cargando el suscriptor moroso
los gastos del remate y los intereses moratorios, ello sin perjuicio de su
responsabilidad por los daños ocasionados. Tal venta no requiere de autorización ni
trámite judicial previo.
Cuando la exclusión es ejercida individualmente por uno de los socios1560,
esta se sustanciará con citación de todos los socios (art. 91 LS). La citación resulta
ineludible, ya que de prosperar la demanda no sólo se alterará el elenco de socios,
sino que los socios que mantengan su condición se verán afectados por el pago del
reembolso debido al excluido1561. A diferencia de cuando la acción es ejercida por la
sociedad, no cabe en este caso disponer judicialmente la suspensión provisoria de los
derechos del socio cuya exclusión se persigue, ello atento tanto a la inexistencia de
previsón legal en tal sentido en el art. 91 párr. 4° LS, como al carácter restrictivo con
que, en razón de la gravedad de la medida, debe ser aplicada1562.
Las acciones de exclusión, en tanto personales, deben promoverse ante el
juez comercial del domicilio del socio involucrado1563, al que cabe, tras tramitarse
demanda de conocimiento (art. 15 LS), pronunciarse sobre la procedencia de la
exclusión. “De prosperar la demanda de exclusión, la sentencia tendrá efectos
declarativos por lo que entre socios la separación se entenderá producida a la fecha
en que la causal fue invocada –ya sea judicial o extrajudicialmente-. Lo contrario
sería reconocer una injusticia al permitir al ‘socius rixosus’ tomar ventaja de la
duración del pleito para beneficiarse de operaciones sociales exitosas que pudieron
haber tenido lugar con posterioridad al hecho que originó la separación”1564. Si bien
desde que la sentencia que resuelva la exclusión el socio será considerado, respecto
de la sociedad, como un extraño, esta debe ser inscripta en el Registro Público de
Comercio ya que aquel responde hacia los terceros por las obligaciones sociales
hasta la registración de la modificación (art. 92 inc. 5 LS). La LS también prevé que
la posibilidad de que la esociedad excluya al socio que no cumpliera con el aporte
comprometido en tiempo y forma o que incurriera en evicción en sus aportes –en
ambos casos sin perjuicio de la acción judicial que a efectos de reparar el daño

1559
En remate público o por medio de un agente de Bolsa si se tratara de acciones cotizables.
1560
Algunos autores sostienen la existencia de un deber, a cargo del socio, de poner en
conocimiento de la sociedad la existencia de la causal de exclusión para que sea el ente y no aquel
quien lleve adelante la acción. La legitimación del socio sólo se daría de manera subsidiara, ante la
inacción de la sociedad. Cfr. Nissen R., Ley de Sociedades…cit., t. II, p. 173.
1561
Cfr. Halperín I., Sociedades de Responsabilidad… cit., 8° ed., p. 285; Martorell E.E.,
Socidead de Responsabilidad Limitada… cit., p. 408.
1562
Verón A. V., Sociedades ..cit.., t. II, p. 163; Zunino J., Disolución… cit., t. 1, p. 179. En
contra, Nissen R., Ley de Sociedades…cit., t. II, p. 173.
1563
Cfr. Zaldivar E. y ots, Cuadernos… cit., vol. IV, p. 215.
1564
Cfr. Zaldivar E. y ots, Cuadernos… cit., vol. IV, p. 218; Verón A. V., Sociedades ..cit..,
t. II, p. 166; Zunino J., Disolución… cit., t. 1, p. 185.

478
pudiera iniciársele; arts. 37 y 46-. En tales supuestos, la exclusión se hace efectiva
sin que sea necesaria la interposición de demanda por parte del ente, quedando al
socio excluido como única aternativa la de impugnar judicialmente la resolución
social.

JURISPRUDENCIA

Acción de exclusión. Legitimados. No parece guardar congruencia peticionar, y


mucho menos acoger esa pretensión, la suspensión del ejercicio de los derechos de un socio
que se quiere excluir, si se alega que las acciones con las cuales los demandados afirmaban su
calidad de socios son falsas, toda vez que el art. 91 de la ley 19550, al legislar sobre la acción
intentada, presupone que el socio que se pretende excluir ostente ese carácter. Cám. Com., B,
abril 10 1980, “Jeralco, S. C. A. C. Zadoff, Carlos”.

D.- Efectos de la exclusión: La exclusión del socio produce, entre otros, los
efectos listados en el art. 92 LS. El socio excluido tiene derecho a una suma de
dinero que represente el valor de su parte a la fecha de la invocación de la exclusión
(art. 92 inc. 1° LS). La norma excluye, por tanto, la posibilidad de que el socio
reciba pago alguno en especie, quien deberá conformarse con la suma de dinero que
represente su parte1565. La liquidación de la parte del socio saliente, atento el silencio
de la ley, corresponde al órgano de administración –salvo disposición estatutaria en
contrario- debiendo participar en la fijación del valor el socio excluido. En cuanto al
cálculo del valor de la cuota parte del socio excluido, la norma también guarda
silencio. Sobre el particular, y atendiendo las particularidades del caso, luce
prudente la posición de Verón, para quien cabe la confección de un balance especial
de separación o de determinación de parte, distinto del ordnario o de ejercicio –o
aún del de liquidación propiamente dicho-, y que se realiza en base a valores reales –
no meramente contables- de empresas vivas o en marcha, incluyendo la llave del
negocio1566. Cualquier controversia sobre el valor de la cuota liquidatoria del socio
excluido no prolonga su vínculo con el ente, ya que se trata de una consecuencia
natural de la resolución parcial del contrato y que solo se puede efectuar luego de
resuelto aquel1567. Respecto de la fecha en que el valor debe calcularse, la ley
dispone que sea a la de la invocación de la causal de exclusión, procurando así evitar
i.-) que los socios disminuyan aquel en detrimento del excluido y en razón de la
evolución de un giro social del que ahora es ajeno, ii.-) ni beneficiar incausadamente
con el incremento del los ingresos sociales a quien ya no reviste estado de socio.
Ello habida cuenta de que, según refiriéramos anteriormente, de prosperar la
demanda de exclusión, la sentencia tendrá efectos declarativos por lo que entre

1565
Verón A. V., Sociedades ..cit.., t. II, p. 171. En concordancia con ello es que, de haber el
socio excluido aportado el uso y goce de bienes, no podrá exigir la entega de ellos si fueran
indispensables para el funcionamiento de la sociedad, debiendo en tal caso abonar el ente su parte en
dinero (arts. 49 y 92 inc. 4° LS) . -Idem. p. 181-.
1566
Verón A. V., Sociedades ..cit.., t. II, ps. 178 a 173.
1567
Cfr. Nissen R., Ley de Sociedades…cit., t. II, p. 198.

479
socios la separación se entenderá producida a la fecha en que la causal fue invocada
ya sea judicial o extrajudicialmente.
Si al tiempo de la exclusión existieran operaciones pendientes o en curso de
ejecución, el socio excluido participará en los beneficios o, en su caso, soportará sus
pérdidas (art. 92 inc. 2° LS). En salvaguarda de este derecho es que el socio excluido
podrá controlar aquellos aspectos relacionados con tales operaciones, cabiéndole
incluso, ante la negativa o reticencia del ente, solicitar judicialmente la designación
de un veedor1568. Como contracara de este derecho del ex socio y en salvaguarda de
la continuidad de la sociedad, es que esta podrá retener la parte del excluido hasta
concluir las operaciones en curso al tiempo de la separación (art. 92 inc. 3 LS).
En el supuesto del artículo 49 LS –pérdida del aporte de uso y goce-, el socio
excluido no podrá exigir la entrega del aporte si éste es indispensable para el
funcionamiento de la sociedad y se le pagará su parte en dinero (art. 92 inc. 4° LS).
Tal previsión tiene en miras la subsistencia de la sociedad.
El socio excluido responde hacia los terceros por las obligaciones sociales
hasta la inscripción de la modificación del contrato en el Registro Público de
Comercio. Tal previsión del art. 92 inc. 5° LS es coincidente con la disposición del
art. 12 que establece que, si bien las modificaciones no inscriptas regularmente
obligan a los socios otorgantes, estas son inoponibles a los terceros, más allá de que
estos puedan alegarlas contra la sociedad y los socios (salvo en las sociedades por
acciones y en las sociedades de responsabilidad limitada). De allí que el socio
excluido se encuentra facultado a repetir de sus ex socios toda cantidad que frente a
terceros debiera atender como consecuencia de obligaciones sociales contraidas con
posterioridad a su exclusión y anteriores la registración de la modifición del
contrato.

JURISPRUDENCIA

Efectos de la exclusión. Reembolso. La posibilidad de obtener el reembolso de lo


aportado sólo puede ser admitida frente a una norma expresa que lo autorice, como ocurre en
el caso de exclusión de un socio (art. 92, ley de sociedades 19.550), o cuando se ejercita el
derecho de receso. Cám. Com., E, LL 1991-B, 111.

E.- Exclusión en sociedad de dos socios (art. 93 LS): Existiendo justa causa,
en las sociedades de dos socios también procede la exclusión judicial, o voluntaria si
hay acatamiento por el excluido. Para el caso, se aplican los mismos efectos que en
las sociedades de más de dos socios (art. 92 LS) y el socio inocente asume el activo
y pasivo sociales, sin perjuicio de la disolución del ente por reducción a uno del
número de socios, siempre que no se incorporen nuevos socios en el término de tres
meses1569 (art. 94, inciso 8). Tal previsión tiene en miras la preservación de la

1568
Cfr. Escuti I., Receso… cit., ps. 76 y 77.
1569
En este lapso el socio único será responsable ilimitada y solidariamente por las
obligaciones sociales contraídas.

480
empresa (art. 100 LS) cuya continuidad queda en manos del socio único hasta la
subsanación de la pluralidad perdida o la disolución definitiva.

JURISPRUDENCIA

Exclusión de socio. Sociedad de dos: La ausencia prolongada de uno de los socios de


una sociedad colectiva integrada exclusivamente por los dos socios administradores con
administración conjunta resulta objetivamente y de suyo un hecho que pone en peligro grave a
la sociedad, por cuanto ello implica la paralización administrativa del ente hasta tanto se
decida sobre la demanda de exclusión del socio ausente, y resulta de suyo gravoso para la
sociedad y cada uno de los socios en virtud de la responsabilidad personal comprometida (art.
125, ley 19550). Adviértase, además, que ante la composición social ya descripta, la remoción
del administrador en tales circunstancias no encuentra cauce por los recursos del contrato de
sociedad, habida cuenta las reglas aplicables. Cám. Com., C, ED 77-215.

F.- Exclusión del socio en la sociedad civil: En las sociedades civiles se


requiere para le exclusión de un socio, al igual que en la LS, la existencia de justa
causa (art. 1734 Código Civil y art. 91 LS). De esta forma el Código consagra un
principio de orden, de carácter excepcional1570, tendiente a evitar exclusiones
intempestivas y arbitrarias producto conflictos de intereses propios de toda actividad
humana organizada1571. Tales justas causas, que deben ser interpretadas
restrictivamente, son listadas en el art. 1735 (como análogamente también las
enumeraba, respecto de las sociedades comerciales, el derogado art. 419 del Código
de Comercio).
La justa causa se verifica cuando: 1°) contra la prohibición prevista en el
contrato, el socio cediese sus derechos a otros. Esta causal encuentera su
justificación en el carácter intuitu personae del contrato de sociedad civil, que veda
el acceso al ente de terceros sin el consentimiento expreso de los coasociados; 2°) el
socio no cumpliese alguna de sus obligaciones con la sociedad, tenga o no culpa. Tal
solución incluye entonces los supuestos de incumplimiento derivados de fuerza
mayor o caso fortuito, y que se justificaría en que el socio incumplidor no podría
requerir a sus coasociados el cumplimiento de las obligacones a su cargo1572; 3°)
cuando sobreviniese al socio alguna incapacidad de hecho o de derecho que le
impidiera cumplir acbadamente con sus obligaciones sociales. En realidad esta
causal resulta sobreabundante, por cuanto se encuentra comprendida en la referida
en el punto anterior: la incapacidad que habilita la exclusión es aquella de la que se
deriva la imposibilidad de cumplir, tal el caso de una demancia1573; 4°) Cuando el
socio perdiese la confianza de los otros socios “por insolvencia, fuga, perpetración
de algún crimen, mala conducta, provocación y discordia entre los socios, u otros
1570
No obstante, el derecho de los coasociados de requerir la exclusión del socio es
irrenunciable, a tenor de lo dispuesto por el art. 1653 inc. 1°).
1571
Cfr. Smith J., Código Civil… cit., t. 8, p. 642.
1572
Cfr. Smith J., Código Civil… cit., t. 8, p. 644.
1573
Cfr. Borda Contratos… cit., t. II, n° 1416, p. 331.

481
hechos análogos” (art. 1735 inc. 4°). “Lo sustancial en la estructura lógica de la
norma es la pérdida de confianza, aún cuando, con carácter enunciativo, ella se
conceptúe por derivación de alguno de los hechos mencionados en su texto u otros
equiparables a éstos en gravedad”1574. En relación con este último supuesto, el art.
1736 exime de entre los sujetos excluibles al socio industrial fallido, quien, no
obstante la quiebra, podrá continuar ejerciendo su profesión.
También será necesaria justa causa para que el socio renuncie en las
sociedades por tiempo determinado (art. 1738), la que existirá 1°) cuando el
administrador hubiese sido removido, o hubiese renunciado a su cargo, 2°) o cuando
exista justa causa para la exclusión de un socio. En tal supuesto, todo coasociado
goza de la posibilidad de optar entre requerir la exclusión del socio incurso en la
causal, o bien apartarse él mismo de la sociedad1575. En cambio, en las sociedades
por tiempo indeterminado cualquier socio puede renunciar a ella en tanto no lo haga
de mala fe –en cuyo caso la renuncia será nula respecto de los socios, art. 1741- o
intempestivamente (art. 17391576).
En cuanto a la exclusión o renuncia de cualquiera de los socios, resultan los
siguientes efectos patrimoniales, todos ellos listados en el art. 1742 del Código
Civil: 1°) En relación a los negocios concluidos, el socio excluido o renunciante sólo
participará de las ganancias realizadas hasta el día de la exclusión o renuncia; 2°)
Respecto de los negocios pendientes, la sociedad continuará con el socio excluido o
renunciante hasta su terminación. El Código civil procura con ello tanto evitar la
exclusión deliberada de un socio con el propósito de privarlo de las ganancias
resultantes de un negocio, como cubrir a la sociedad de renuncias intempestivas que
pretendan eludir la contribución debida por las pérdidas de un mal negocio
pendiente1577; 3º) En cuanto a las deudas de la sociedad anteriores al día de la
exclusión o renuncia, los acreedores conservan sus derechos contra el socio excluido
o renunciante del mismo modo que contra los socios que continuasen en la sociedad,
aunque éstos hayan tomado a su cargo el pago total; salvo si expresamente y por
escrito, exonerasen al socio excluido o renunciante; 4º) Las deudas de la sociedad
posteriores a la exclusión o renuncia, los acreedores sólo tendrán derecho contra los
socios que continuasen en la sociedad, y no contra el socio excluido o renunciante, a
no ser que hubiesen contratado sin saber la exclusión o la renuncia.

44.- Disolución (arts. 94 a 100)

1574
Cfr. Smith J., Código Civil… cit., t. 8, p. 645.
1575
Cfr. Smith J., Código Civil… cit., t. 8, p. 648.
1576
Art. 1740: “La renuncia será de mala fe, cuando se hiciere con la intención de
aprovechar exlusivamente algún provecho o ventaja que hubiese de pertenecer a la sociedad. Será
intempestiva, cuando se haga en tiempo en que aún no esté consumado el negocio, que hace el objeto
de la sociedad.”
1577
Cfr. Smith J., Código Civil… cit., t. 8, ps. 653 y 654.

482
La disolución no es propiamente una situación o estado jurídico, sino un
prius de relaciones –jurídicas- que consiste en el “acaecer de uno de los
determinados supuestos que la ley o el contrato social preven”: se trata del
presupuesto o condición para la apertura de un procedimiento, ya sea este de
reorganización o de liquidación1578. Al tratar la disolución de la sociedad comercial,
la LS en realidad se ocupa de las causales en esta o en otros ordenamientos
positivadas (arts. 94, 19, 32, 140 y 146), o en el contrato social si los socios hubieran
dispuesto alguna no prevista normativamente (art. 89 LS).
El art. 94 LS enuncia determinadas causales de disolución. Estas deben
complementarse con aquellas estatutariamente dispuestas (art. 89 LS), con más las
previstas tanto en otros apartados de la propia LS (arts. 19, 32, 140 y 146) como en
otros ordenamientos (art. 151 ley 24.522). estas son:

a.-) la decisión de los socios (art. 94 inc. 1° LS)


Asiste a los socios el derecho de resolver la disolución anticipada de la
sociedad, por la sola voluntad de hacerlo y en la medida en que tal decisión sea
adoptada por el órgano competente –con quorum y mayoría legala- según el tipo
social de que se trate. Por tanto, i.-) en las sociedades por parte de interés:
corresponde que la decisión sea adoptada por la totalidad de los socios restantes, por
tratarse de una modificación al estatuto (art. 131 LS); ii.-) en las sociedades de
responsabilidad limitada: si el contrato social no establece la regla aplicable a este
tipo de resolución, la LS impone como requisto obtener la conformidad de las tres
cuartas partes del capital social (art. 160 LS). Si un solo socio representare el voto
mayoritario, se necesitará además, el voto del otro; iii.-) en las sociedades anónimas
y en comandita por acciones: se requiere obtener las conformidades previstas en el
art. 244 –en asamblea extraordinaria- con, en primera convocatoria la presencia de
accionistas que representen el sesenta por ciento de las acciones con derecho a voto -
si el estatuto no exige quórum mayor- y en segunda convocatoria de accionistas que
representen el treinta por ciento de las acciones con derecho a voto -salvo que el
estatuto fije quórum mayor o menor-, debiendo en ambos casos adoptarse las
resoluciones por mayoría de aciones con derecho a voto, sin aplicarse la pluralidad
de voto.

JURISPRUDENCIA
Disolución anticipada. Decisión de los socios. La disolución de la sociedad es un
acto discrecional y voluntario de los accionistas que puede ser llevado a cabo sin necesidad de
justificar su causa. Ello implica que no es necesaria la fundamentación del voto y que no
procede la revisión judicial de la fundamentación que se hubiere dado, pues el accionista tiene
asegurado el reintegro del valor de sus acciones en la proporción que lo permita el remanente

1578
Cfr. Colombres, G., Curso…cit. p. 198.

483
resultante del trámite liquidatorio (del fallo de primera instancia confirmado por la Cámara).
Cám. Com., E, LL 1996-D, 408 - DJ 1996-2, 716.
La disolución anticipada de la sociedad por decisión de los socios -causal establecida
en el art. 94 inc. 1º, ley de sociedades comerciales- debe adoptarse por medio de una
asamblea, razón por la cual no puede disolverse aquélla mediante una causal convencional de
disolución prevista en el estatuto. Cám. Com., E, LL 2000-C, 468.
Aun cuando el juicio fue promovido por exclusión de uno de los socios por justa
causa a raíz de los incumplimientos de los demandados, procede decretar la disolución de la
sociedad por aplicación de lo dispuesto por el art. 94, inc. 1° de la ley 19.550, si durante el
curso del proceso se ha comprobado el consenso de los socios en el sentido de que la sociedad
no podía mantenerse vigente por causa de las divergencias habidas entre los socios, siendo
además que la sociedad no operaba. Cám. Com., A, LL 1987-E, 263 - DJ 1988-1, 711.
La falta de disolución de la sociedad no puede retrotraerse más allá de la oportunidad
en que alguno de los socios exteriorizó o hizo saber a los demás su voluntad de disolver el
ente. Cám. Com., A, LL 2003-F, 585 - IMP 2003-B, 2947.
Disolución anticipada. Fallecimiento de socio. Pacto. Habiendo los socios
establecido la liquidación de la sociedad en caso de fallecimiento de cualquiera de ellos, la
misma es la que debe regir esa consecuencia de la disolución debiendo las partes o sus
sucesores someterse a dichas convenciones, careciendo los jueces de facultades para
modificarlas en tanto no se comprometa el orden público. SCJ Bs. As., LLBA 1997, 260.

b.-) por expiración del término por el cual se constituyó (art. 94 inc. 2°
LS)
Se trata de una causal de disolución de origen contractual1579, por cuanto si
bien es la ley la que impone la determinación de un plazo de duración para la
sociedad (art. 11 inc. 5° LS), cabe a los socios estipular su extensión, por tanto el
cumplimiento de lo por estos previsto. Vencido ese término, la sociedad se disuelve
de pleno derecho1580, sin necesidad de declaración de voluntad alguna del ente, los
socios o la autoridad de contralor1581, extremo del que algunos autores infieren la
innecesariedad de publicidad o incripción alguna1582. No obstante ambas previsiones
son necesarias por aplicación del art. 98 LS, en cuanto refiere a la eficacia de la
disolución “respecto de terceros”, sin aditamentos que nos permitan suponer
excluidos a terceros que, en razón del carácter público del Registro, estarían de
antemano en conocimiento de las fechas de expiración de los términos de cada
contrato. Rige entonces la pauta que establece que la disolución de la sociedad, se
encuentre o no constituida regularmente, sólo surte efetos respecto de terceros desde
su publicación registral, previa publicación en su caso.

JURISPRUDENCIA

Disolución por vencimiento del término del contrato. Operada la causal de disolución
del artículo 94 inciso 2 de la ley de sociedades, la sociedad no se transforma en irregular, y la
responsabilidad de los socios respecto de las obligaciones contraídas con anterioridad a la
expiración del término por el cual se constituyó en ente societario, debe ser determinada en
función del tipo social. CS, Tucumán, LLNOA 2005 (agosto), 1026 - IMP 2005-17, 2365.

1579
Cfr. Cámara H., Disolución… cit., p. 224.
1580
Com. de Reg., ED, 72-233; Verón A. V., Sociedades ..cit.., t. II, p. 204.
1581
Cfr. Zaldivar E. y ots, Cuadernos… cit., vol. IV, p. 262.
1582
Verón A. V., Sociedades ..cit.., t. II, ps. 205 y 263.

484
La disolución de sociedades por expiración del término -arts. 1764 del Cód. Civil y
422 y sigts. del Cód. de Comercio-, funciona con estrictez, operando por el transcurso del
tiempo, sin necesidad de ningún acto de los socios, sus acreedores particulares y los extraños
en general, por cuanto se ha considerado superfluo de aquéllos resuelvan la liquidación, ya que
al formalizar el contrato efectuaron tal declaración y al asentarlo, el registro del término de
vida otorgó a este acto los efectos positivos de la publicidad - conf. art. 429, Cód. de
Comercio-. En lo dicho se incluyen únicamente las sociedades cuyo contrato esté registrado y
con término fijo, pero no aquéllas cuyo plazo sea condicional o incierto, desde que los terceros
no pueden conocer el momento de su vencimiento. (La sociedad actora en el caso inscribió el
contrato en que figuraba aquél, en el Juzgado en lo Comercial de Registro). Cám. Cont. Adm.
Fed., III, octubre 28-1980, “Danieletto, Canosa y Allerand c. Gobierno Nacional -Fuerza
Aérea Argentina”.
La circunstancia de haber expirado el plazo de constitución acordado en el contrato
social, sin que los socios hubieran pactado antes su prórroga, implica una causal disolutoria
ipso iure con arreglo a lo dispuesto en el art. 94 inc. 2 de la ley 19550, sin que para ello pueda
interpretarse que se requería alguna declaración, sea de los socios, de los órganos sociales o de
la autoridad de contralor, por la razón de que ellos, además de los terceros, tenían un
conocimiento preestablecido de la fecha hasta la cual los socios se habían obligado a
permanecer unidos para obtener el fin económico. Civ. Com., I, La Plata, ED, 103-703.
Si bien el mero vencimiento del plazo produce la disolución de la sociedad (art. 94,
inc. 2, ley 19550), y en el orden extensivo esa disolución no surte efectos respecto de los
terceros hasta tanto se inscriba previa publicación en su caso (art. 98, ley CI.) Ello no significa
que se transforme en una sociedad de hecho; ello solo ocurrirá cuando se continúe con los
negocios de la sociedad en lugar de procederse a su disolución. Cám. Com., A, diciembre 12-
1978, “Casoff, Juan y Cía. SA s. quiebra”.
Es sabido que la expiración del plazo contractual produce la disolución de la sociedad
(art. 94, inc. 2, ley 19550), cesando el ente en su actividad especulativa e iniciándose las
operaciones de liquidación. Cám. Com., A, ED 82-369.
La disolución de la sociedad por el transcurso del término por el cual fue constituida,
opera automáticamente e impone su liquidación. De este modo, continuando su gestión, lo
hizo como sociedad irregular (art. 21, ley 19550), por lo que la sociedad cuya inscripción se
requiere es una nueva sociedad, una persona distinta de la anterior, y la adquisición que ella
hace del fondo de comercio que explota la primera, hace necesario cumplir los requisitos
establecidos por la ley 11867. Cám. Com., B, septiembre 17-1976, “Olimpo, SRL”.
La disolución por vencimiento del término fijado en el contrato social opera de pleno
derecho y no requiere inscripción para surtir efectos respecto de terceros. Una interpretación
diversa dejaría sin sustento lo reglado por el art. 95 de la ley 19550 para la prórroga de la
sociedad cuya inscripción debe peticionarse antes del vencimiento del plazo de duración de las
sociedad. Cám. Com., C, ED 89-381.
Cabe concluir que pese a lo establecido por el art. 98 de la ley 19550, vencido el
plazo de duración de la sociedad esta queda disuelta automáticamente, disolución social que es
también oponible a terceros, sean estos acreedores, autoridad de control, el propio estado e
incluso penitus extraneae, aunque ello no significa que operada la disolución por vencimiento
del plazo no deba cumplirse con los recaudos de liquidación previstos por los arts. 101 y sgtes.
de la ley 19550 (del fallo de primera instancia). Cám. Com., C, ED 89-383.
Si después del vencimiento del plazo de duración de la sociedad (en comandita por
acciones, en el caso) se solicitó por la única titular del capital colectivo y por el representante
del comanditario la inscripción de la prórroga de la misma, que había sido resuelta con
anterioridad, esto provoca, por lo menos, un caso de duda sobre la existencia de una causal de
disolución, que debe decidirse en favor de la subsistencia de la sociedad (art. 100, ley 19550),
sin perjuicio de los derechos de terceros. Cám. Apel., II, Mar del Plata, febrero 15-1977,
“Drabble, S.C.A.”.

c.-) Por cumplimiento de la condición a la que se subordinó su existencia


(art. 94 inc. 3° LS)

485
Para el caso de haberse incluido alguna condición resolutoria en el contrato
social, frente a su cumplimiento, operará la disolución del ente. Pero a diferencia del
supuesto del inc. 2° del art. 94 -expiración del término-, será necesaria la expresión
de la voluntad social en tal sentido para que el iter liquidatorio comience.

JURISPRUDENCIA

Disolución por cumplimiento de condición: No obstante admitir el art. 94, inc. 3, de la


ley 19.550, la posibilidad de someter la disolución anticipada de la sociedad a una condición
resolutoria, ésta sólo puede ser válida en la medida en que no excediere el marco de
legitimidad del sistema vigente.La imposibilidad de hecho prevista como condición resolutoria
y que determina la invalidez de ésta, puede ser natural o jurídica (en el caso condición relativa
a la disolución anticipada de una sociedad). La condición contemplada en el art. 94, inc. 3° de
la ley 19.550, no debe ser imposible, contraria a las buenas costumbres o prohibida por las
leyes (art. 530, Cód. Civil). Cám. Com., A, LL 1981-A, 569.

d.-) por consecución del objeto para el cual se formó, o por la


imposibilidad sobreviniente de lograrlo (art. 94 inc. 4°)
El cumplimiento del objeto social importa tanto como el cumplimiento de la
finalidad última de la sociedad, por lo que tal evento la vacía de contenido, forzando
su liquidación. No obstante, esta causal es difícil que se verifique en la práctica, ya
que la mayoría de las actividades sociales tendientes al cumplimiento del objeto
resultan continuadas y no se agotan –lo que no importa que el logro de este resulte
imposible, sino que se subsume en la actividad misma tendiente a ello y que se
resume en la rentabilidad obtenida en tales tareas-. En cuanto a la imposibilidad para
la consecusión puede ser considerada tanto objetiva como subjetivamente; en el
primer caso, pueden tratarse de hechos de la naturaleza, impedimentos de índole
técnica, revocación de una concesión de servicio público para cuya explotación se
constituyó la sociedad, etc.; en el segundo, de la desfavorable situación financiera,
pérdida de ciertos elementos importantes, o graves desavenencias en el gobierno de
la sociedad1583. De la falta de affectio –no de la mera desinteligencia o discrepancia
entre los socios- que motive conflictos tales cuyas consecuencias lleven al
convencimiento de la imposibilidad de un funcionamiento normal del ente en pos
del objeto social, puede incluso derivarse su disolución1584. De hecho, esgrimir
desaveniencias entre los socios para justificar la petición de disolución es en nuestra
literatura jurídica una práctica tan antigua como la patria misma. Mariluz Urquijo lo
ilustra con un curioso ejemplo. “A principios del siglo XIX se dilucidó ante el
Consulado la cuestión de si ciertos desórdenes de la vida privada de uno de los

1583
Cám. Com., A, julio 17-003, “Alberte, Elena D. y otro v. Alvic S.R.L.”.
1584
Cám. Com., A, julio 17-003, “Alberte, Elena D. y otro v. Alvic S.R.L.”; Zunino J.,
Disolución… cit., t. 2, ps. 81 y 82; Halperín I., "Reseña crítica de jurisprudencia", RDCO, 1971-312 y
313; Cám. Com., A, LL 1985-A-671, n. 97; Cám. Com., C, Rep. ED, 13-846, n. 127; íd., 30/4/1985,
LL, 1985-D-476, entre otros citados en apoyo del primer fallo.

486
socios podía dar pie a que otro solicitase la disolución de la compañía. Habiendo
surgido desinteligencias entre Raimundo Rial, socio capitalista, y Juan Rodriguez
Andrade, socio industrial, el primero hizo sorprender al segundo por una partida de
soldados que una noche lo encontró junto a una mulata casada en el almacen donde
debía trabajar. Inmediatamente Rial pretendió que ese hecho le daba motivo para
disolver anticipadamente la compañía “por no ser justo ni regular que con mis
intereses se le permita fomentar sus vicios y sus pasiones”, insistiendo en el
abandono de tareas que era consiguiente a ese género de expansiones. El 5 de junio
de 1804 el tribunal, integrado por Francisco Ignacio de Ugarte, Eugenio Balbastro y
Cornelio de Saavedra, respectivamente prior, cónsul y teniene de cónsul del Real
Tribunal del Consulado, declaró no haber lugar a la disolución ‘y mientras el socio
Rodriguez Andrade permanezca en la prisión por la causa criminal que se le sigue
debe correr a cargo de Rial la administración de los fondos e intereses de la sociedad
llevando la correspondiente cuenta formal de todo bien sea para entregar con ella el
manejo de los dichos intereses a su referido socio si obtiene su libertad antes del
vencimiento del término de la compañía o bien para que en caso de no obtenerla
cumplido dicho término se proceda a la división con arreglo a sus pactos o como les
conviniere...’. Por otra parte en un iforme dirigido por Sebastián de Velasco, oidor
juez de alzadas, al Virrey se rechaza terminantemente que Rial tuviese personería
para celar la conducta privada de su compañero”1585.

JURISPRUDENCIA

Disolución por imposibilidad de cumplir con el objeto social. Aun cuando el pleito se
haya iniciado por uno de los socios con la finalidad de dar curso a la disolución de la sociedad,
por justa causa, a raíz de los incumplimientos de los otros dos socios en la gestión social,
corresponde confirmar el decisorio de primera instancia que dispone la disolución de la
sociedad sobre la base de lo dispuesto en el art. 94 inc. 1 de la ley 19550 si en el curso de los
autos ha quedado evidenciada la voluntad de los tres socios de que la sociedad ya no puede
llenar su objeto social y que la misma a concluido Cám. Com., B, ED, 109-139.
La inactividad de la sociedad, la existencia de conflictos insolubles entre los socios,
la pérdida de la "affectio societatis", reiterados ejercicios sin ganancias y sin estados
contables, la falta de reuniones de directorio y asambleas, tienen entidad suficiente para
incluirse en el concepto de imposibilidad de alcanzar el objeto social (art. 94, ley de
sociedades comerciales) que torna procedente la demanda por disolución. Cám. Com., A, LL
2003-F, 585 - IMP 2003-B, 2947.
El anómalo proceder atribuido al cesionario de las acciones con relación al manejo de
los bienes sociales no es subsumible en la previsión del art. 94, inc. 4º de la ley de sociedades,
si no se demuestra que la consecución del objeto para el cual se constituyó el ente hubiera sido
afectado por dichas irregularidades. Cám. Com., D, agosto 27-1999, “Cornet D'Hunval, María
Luisa c. Cerro Cuadrado S. A. y otros”.
La sociedad comercial debe contar para la consecución del objeto para el cual se
formó con una infraestructura siquiera básica y elemental, acorde con el giro mercantil

1585
Cfr. Mariluz Urquijo J., “Notas…” cit., p. 114.

487
dirigido necesariamente a la producción o intercambio de bienes o servicios (art. 1º, ley
19.550). Cám. Com., B, agosto 28-1996, “Plus Computers S. A. c. Hitachi Data System”.
En el contrato de sociedad la causa-fin es la participación en los beneficios y en las
pérdidas, y ello requiere la realización de actividad social, dado que sólo de ese modo los
socios pueden compartir beneficios y pérdidas, por lo que la inactividad social es causal de
disolución, pues de otro modo se permitiría la existencia de sociedades que no tienen objeto
social alguno, que no realizan actividad alguna, y que sólo persiguen fines ilícitos, máxime
teniendo en cuenta el orden público y el interés general involucrado en la actuación de las
sociedades (del dictamen de la Fiscal General que la Cámara hace suyo). Cám. Com., E, LL
2006-E, 386 - IMP 2006-19, 2397.
Causal de disolución –objeto ilícito-: Cuando el art. 19 de la ley 19550 sanciona con
la disolución a aquellas sociedades que teniendo un objeto lícito, ejerzan actividad ilícita,
además de proceder, en consecuencia, con los principios que informan la normativa del art.
953 del Código Civil, esta sancionando un proceder no computable como actividad societaria
a tenor de lo dispuesto por un objeto lícito, pues esa serie de actos no estarían contribuyendo al
fin propuesto por los socios al crear en ente. Cuando el art. 19 de la ley 19550 sanciona con la
disolución a aquellas sociedades que teniendo un objeto lícito, ejerzan actividad ilícita, además
de proceder, en consecuencia, con los principios que informan la normativa del art. 953 del
Código Civil, está sancionando un proceder no computable como actividad societaria a tenor
de lo dispuesto por un objeto lícito, pues esa serie de actos no estarían contribuyendo al fin
propuesto por los socios al crear el ente. Com. 1° Inst. Juz. 6,ED, 80-589.

e) Por pérdida del capital social (art. 94 inc. 5° LS)1586.


Esta causal, que conoce su origen en el art. 422 inc. 3° del Código de
Comercio1587, parte del supuesto iure et de iure de que frente a la inexistencia de
capital social que priva al ente del fondo común necesario para la consecusión de sus
fines, su objeto se torna incumplible. La pérdida, por lo tanto, deberá ser total,
operando la causal sólo luego de constatar su existencia y procederse a su
declaración1588. No obstante, en el caso de pérdida del capital social la disolución no
se produce si los socios acuerdan su reintegro total o parcial, o su aumento (art. 96
LS). En cuanto al reintegro del capital, este importa la entrega de nuevos aportes por
los socios a fin de recomponer aquel, sin que por ello sea necesario entregar nuevas
acciones o participaciones1589, mientras que el aumento de capital importa la
inyección de nuevas sumas al giro, con la consecuente emisión de títulos
representativos. Respecto del límite de la reducción del capital la ley no impone

1586
Producto de la devaluación dispuesta por el Gobierno de la República Argentina en
2002, el art. 1° del Decreto N° 1269/2002 (B.O. 17/7/2002) suspendió la aplicación del inciso 5 del
art. 94 LS hasta el 10 de diciembre de 2003, como medida tendiente a evitar que las sociedades
masivamente se vieran incursas en la causal. Por decreto 1293/2003 (B.O. 23/12/03) su suspensión
fue posteriormente prorrogada.
1587
Este preveía que las sociedades se disolvían totalmente por la pérdida de su capital
social. Para el caso de las sociedades anónimas, el Código disponía que la pérdida del setenta y cinco
por ciento de su capital importaba su disolución ipso iure (art. 369), sin que fuera necesaria
declaración judicial o extrajudicial alguna, imponiendo a los directores responsabilidad personal y
solidaria hacia los terceros por las obligaciones contraidas a nombre de la sociedad después de que la
existencia del déficit haya llegado o debido llegar a su conocimiento. Cfr. Fernández R., Código de
Comercio… cit., t. I vol. 2, p. 608.
1588
Verón A. V., Sociedades ..cit.., t. II, p. 224.
1589
Cfr. Zunino J., Régimen… cit., 20° ed., t. II, p. 152.

488
ninguno, por lo que este puede eventualmente reducirse a cero para luego disponerse
la nueva integración1590.

f) Por declaración en quiebra, quedando la disolución sin efecto si se


celebrare avenimiento o concordado resolutorio (art. 94 inc. 6° LS).
Como fenómeno económico, la quiebra resulta ser una fuente generadora de
daños que afecta en primera instancia al propio sujeto fallido1591, acarreando su
disolución. Esta medida dispuesta en la LS, necesaria a los fines liquidativos propios
de la quiebra, tiende en realidad a poteger los intereses generales de la
comunidad1592. La parte final del inciso prevé que disolución queda sin efecto de
celebrarse avenimiento, modo de conclusión de la quiebra que requiere del acuerdo
de todos los acreedores -art. 225 ley 24.522- o concordato resolutorio, previsto este
últimno en el art. 222 de la ley 19.551 y derogado por ley 24.5221593.

JURISPRUDENCIA

Disolución. Avenimiento. Las sociedades se disuelven por quiebra, salvo avenimiento


o concordato resolutorio, con lo cual, aunque se considerase aplicable a las sociedades fallidas
el instituto de la rehabilitación, es manifiesto que la calificación de conducta es ociosa, si hay
avenimiento o acuerdo resolutorio, la rehabilitación es inmediata, sin calificación de conducta
desde la reforma de 1983 (ley 22.917 -Adla, XLIII-D, 3768-), si no los hubiera, la
rehabilitación es imposible pues la sociedad está irremisiblemente disuelta. Cám. Civ. y Com.,
I, Rosario, abril 16-1993, “Tortul Metalúrgica S. R. L., quiebra”.

g) Por su fusión en los términos del artículo 82 LS (art. 94 inc. 7° LS).


La LS prevé la disolución a causa de la fusión decidida en los términos del
art. 82. Según dijéramos, esta fusión se da cuando i.-) dos o más sociedades se
disuelven sin liquidarse, para constituir una nueva –fusión propiamente dicha, o
simple, o pura, o por creación, o por constitución, o por consolidación-; ii.-) o bien
cuando una ya existente incorpora a una u otras, que sin liquidarse son disueltas –
fusión por incorporación, o por absorción, o impropia-. En ambos supuestos los
patrimonios de dos o más sociedades fusionantes se unifican en un solo patrimonio,
y, en consecuencia, en vez e coexistir varios sujetos de derecho existirá en lo
sucesivo un único sujeto de derecho (nuevo o preexistente)1594. No obstante, y en
puridad, se ha señalado con acierto que en la fusión no hay disolución sino una
alteración de los estatutos de las sociedades involucradas –categoría jurídica

1590
“Se permite así conservar el valor del establecimiento y la empresa en marcha como
fuente de trabajo”. Exposición de Motivos, Capítulo I, Sección XII, ap. 8.
1591
Su antecedente inmediato es el art. 422 inc. 4° del Código de Comercio, y que imponía
la disolución total de las sociedades cuando estas fueran declaradas en quiebra (id. art. 370 inc. 2°).
1592
Cfr. Zaldivar E. y ots., Cuadernos… cit., vol. IV, p. 271.
1593
El mismo disponía que la quiebra podía concluirse mediante propuesta aprobada por los
acreedores formulada dentro de los treinta dias de la última publicación de edictos que hcieran saber
de aquella.
1594
Cfr. Otaegui J., Fusión y Escisión de Sociedades Comerciales, Bs. As., 1981, ps. 39 y
40.

489
distinta-, con simultánea extinción de la antigua estructura jurídica, y transmisión del
patrimonio societario sin liquidación1595.

JURISPRUDENCIA

Disolución. Fusión. Según el art. 82, párr. 1º de la ley 19.550 (Adla, XLIV-B, 1310),
la fusión mediante absorción implica la disolución de la sociedad absorbida que, por ende,
deja de ser sujeto de derecho. Absorbida de ese modo una sociedad, y por ello disuelta, se
transmiten ipso iure a la sociedad absorbente los derechos y obligaciones de la primera. Cám.
Com., D, marzo 15-1996, “Monómeros Vinílicos S. A. s/conc. prev. s/inc. cumplimiento de la
propuesta”.

h.-) por reducción a uno del número de socios


Ello siempre y cuando no se incorporen nuevos en el término de tres meses,
por lo que esta causal legal de disolución opera como condición suspensiva. En
dicho lapso el socio único será responsable ilimitada y solidariamente por las
obligaciones sociales contraídas (art. 94 inc. 8° LS). En razón del avance de las
teorías que avalan la existencia de la sociedad unipersonal de responsabilidad, de las
que antes diéramos cuenta, presumiblemente esta causal -que abreva en el carácter
contractual de la sociedad- habrá de sufrir morigeraciones en su aplicación.

JURISPRUDENCIA

Disolución. Reducción a uno del número de socios. Ante la reducción a uno del
número de socios, la disolución por la causal prevista en el art. 94, inc. 8° de la ley 19.550, se
opera al cumplirse la condición suspensiva mentada en la norma, es decir, al no reconstituirse
la pluralidad de miembros dentro del término de tres meses. Cám. Com., A, LL 1988-E, 411.
La disolución de una sociedad producida con motivo de la reducción a uno del número de
socios (art. 94, inc. 8 º, ley 19.550) no obsta su reactivación por la reincorporación de nuevos
socios, aún luego de producido el vencimiento del plazo de tres meses que la citada norma
contempla. Cám. Civ. y Com., I, Rosario, LLLitoral 1997, 413.
La acción intentada consistente en demostrar que el presentante, por medio de una
serie de circunstancias, detente la totalidad del capital de una sociedad, se encuentra
especifícamente contemplada por la ley 19550, art. 94 inc. 8vo, como causal de disolución,
hipótesis que reconoce procedimiento, y su sustanciación insumirá la cuestión que se intenta
dilucidar por el procedimiento de la acción meramente declarativa. Cám. Com., D, ED 86-715.

i.-) por sanción firme de cancelación de oferta pública o de la cotización


de sus acciones y por resolución firme de retiro de la autorización para
funcionar cuando leyes especiales la impusieren en razón del objeto.
La primera de estas causales de disolución podrá quedar sin efecto por
resolución de asamblea extraordinaria reunida dentro de los sesenta días, de acuerdo
con el artículo 244 cuarto párrafo (art. 94 inc. 9° LS). Respecto de la segunda,
"parece propio que estando condicionado a una autorización expresa la admisión a

1595
Cfr. Solari Costa O., El Acto de… cit., ps. 22 y 23, quien señala que, producto de tal
diferencia es que en la fusión resultan innesarias nuevas publicaciones para inscribir la disolución
(art. 84 LS), se suprime el pedido de informes y resulta innecesario adjuntar copias de escrituras.

490
un determinado sector de la actividad empresaria, su cancelación debe acarrear la
disolución de la sociedad; de lo contrario, perdurarían estructuras como mera forma,
inhábiles, para cumplimiento del objeto de su creación”1596. Retirada definitivamente
por resolución firme la autorización administrativa necesaria para que la sociedad
cumpla su única actividad, la misma queda automáticamente disuelta –ipso iure-,
pues por la naturaleza de la causal no requiere ser constatada ni su acaecimiento
declarado por los socios1597. "Si la actividad que constituye el objeto de la sociedad
es de las que determinan que la ley específica de su regulación imponga
(generalmente por razones de interés público) el requisito previo de la autorización
tiene que producir la disolución. Esto así, aunque no sea mas que en virtud de la
imposibilidad sobreviviente de lograr el objeto para el que se había constituido la
sociedad (art. 94, inc. 4 LS). Pero, precisamente, la causal que comentamos pretende
para el caso una especificidad propia y distinta de la precitada: aquí el supuesto
fáctico que informa a la causa es, lisa y llanamente, el retiro de la autorización para
funcionar, no la imposibilidad sobreviviente de lograr el objeto que, a lo sumo, será
una consecuencia previsible. Por ello es que la disolución en este caso opera ipso
iure, mientras que en el supuesto del inc. 4 la imposibilidad tiene que ser constatada
y declarada por los socios, solución incompatible con las razones de interés público
ya señaladas"1598.

JURISPRUDENCIA

Disolución. Revocación de la autorización para funcionar. El cese de la actividad


empresarial por actos externos e internos que conciernen intrínsecamente al objeto
específicamente contemplado como meta y que aunados al disenso entre los socios, produjo la
cesación de la actividad económica e imposibilitó el funcionamiento de los órganos societarios
-en el caso, se generó una situación de desconfianza y serio desacuerdo entre los dos únicos
accionistas, a lo que debe sumarse la revocación de la autorización que tenía el ente para
realizar la actividad específica prevista en el contrato-, legitima al accionista para demandar la
disolución, aun cuando la existencia de la causal disolutoria no fuera reconocida y declarada
por la asamblea. Cám. Com., A, LL 2003-F, 585 - IMP 2003-B, 2947.
El retiro de autorización a una sociedad legalmente constituida no puede tener como
consecuencia su ingreso a las disposiciones que enmarcan las sociedades irregulares o de
hecho, sino que, perdida su capacidad funcional debe entrar en liquidación, rigiendo lo
dispuesto en el art. 102 de la ley 19550/72 (se trataba, en el caso, de una Sociedad anónima).
Cám. Civ., B, ED 60-167.
Disolución. Actividad ilícita. La disolución y liquidación es la sanción que
corresponde imponer a la sociedad que realizó una actividad ilícita porque intermedió con
habitualidad en la oferta y demanda de recursos financieros -en el caso, tomaba dinero y lo
entregaba en préstamo a terceros, lucrando con la percepción de intereses a tasas superiores a

1596
Exposición de Motivos Ley 22.903, Capítulo I, Sección XII, pto. 1.
1597
Insp. Gral. Just., octubre 10-003, “L’Clan S.R.L.”, res. 1225 exte. 83549; Insp. Gral.
Just., septiembre 29-003, “Selectora J.L.A. y Asociados S.A.”, res 1193 exte. 1525781; Insp. Gral.
Just., septiembre 11-003, “Río de La Plata Servicios Empresarios S.A.” res. 1144; Insp. Gral. Just.,
agosto 5-003, “Assort S.R.L.”, res. 914 exte. 1512430.
1598
Cfr. Zunino J., Régimen… cit., 20° ed., t. II, p. 177.

491
las que cobraban los bancos-, pues no se trata de un supuesto de nulidad. Juz. Com., nro.
11, abril 03-2001, “Ballester, Rolando A. y otros c. Viparita S.A.”, LL Online.

j.-) Otras causales


Según refiriéramos, la enunciación del art. 94 LS no agota todos los
supuestos legales de disolución previstos para las sociedades comerciales –sin
perjuicio de los convencionales; art. 89 LS-, ya que existen otras disposiciones en tal
sentido la propia LS e incluso fuera de esta (arts. 151, ley 24.522)1599. Así, el art. 19
LS dispone que cuando la sociedad de objeto lícito realizare actividades ilícitas,
deberá procederse a su disolución y liquidación, ya fuera a pedido de parte o de
oficio, mientras que el art. 32 LS establece la nulidad en la constitución de
sociedades o el aumento de su capital mediante participaciones recíprocas, aún por
persona interpuesta. La infracción a tal prohibición hace responsable en forma
ilimitada y solidaria a los fundadores, administradores, directores y síndicos, y la
sociedad debe, dentro del término de tres meses, proceder a reducir el capital
indebidamente integrado, o quedará disuelta de pleno derecho. También el art. 140
LS se refiere al tema, estableciendo que sin perjuicio de lo dispuesto en los arts. 136
y 137 LS en cuanto a la administración de las en comanditas simples y a las
prohibiciones para los socios comanditados, en caso de quiebra, concurso, muerte,
incapacidad o inhabilitación de todos los socios comanditados, puede el socio
comanditario realizar los actos urgentes que requiera la gestión de los negocios
sociales contando con un plazo de tres meses para regularizar o transformar la
sociedad, o, de lo contrario, esta debe disolverse.
En las sociedades de capital e industria, cuando no sea el socio industrial
quien ejerza la administración, resultan igualmente de aplicación las previsiones del
art. 140 LS por remisión hecha en el art. 145 LS. Así, en en caso de quiebra,
concurso, muerte, incapacidad o inhabilitación del socio capitalista administrador,
puede el socio industrial realizar los actos urgentes que requiera la gestión de los
negocios sociales, contando con idéntico plazo para regularizar o transformar la
sociedad.
Si bien la inactividad de la sociedad no se encuentra prevista expresamente
como causal de disolución, la profundización de la previsión contenida en el art. 94,
inc. 4 LS permite incluirla, utilizando a tal fin una aplicación extensiva del concepto
contenido en dicho inciso que autoriza a disolver la sociedad "por consecución del
objeto para el cual se formó, o por la imposibilidad sobreviniente de lograrlo".1600.
Incluso, la Inspección General de Justicia, recurriendo por analogía a los arts. 94 -
incs. 3, 4, 5, 8 y 9- y 303 LS, ha procurado la disolución y liquidación de entes

1599
En las sociedades accidentales o en participación, la declaración de quiebra del socio
gestor produce la disolución de la sociedad, no teniendo los demás socios derechos sobre los bienes
sujetos a desapoderamiento hasta que se hayan pagado a los acreedores del concurso y cancelado los
gastos (art. 151 ley 24.522).
1600
Com. Cap. Fed., 6°, julio 20-1978, “Nieto Rivera, Eduardo c. Termofer, S. C. A.”

492
inactivos, frente a la evidencia de que estos no podrán cumplir con el objeto
social1601.

JURISPRUDENCIA

Disolución. Causales no previstas en el art. 94 LS. El art. 94 de la ley 19550 contiene


en sus distintos incisos las causales de disolución de las sociedades mercantiles. La
enumeración propuesta por dicha norma no agota las causales de disolución, toda vez que el
art. 89 del citado cuerpo legal posibilita que los socios puedan prever en el contrato
constitutivo causales de disolución no previstas en la ley. Por otro lado, hay varias
disposiciones al margen de los artículos citados que regulan supuestos de disolución (arts. 19,
32, 140, 145), existiendo incluso otros ejemplos fuera de la ley de sociedades (art. 155, ley
19551; art. 39, ley 18061; arts 48 y 51, ley 20091 y art. 7., Ley 12906). Juz. Com. 1ra. Nro. 6,
ED, 80-588.
Disolución. Causales no previstas en el art. 94 LS –inactividad-: Si bien la
inactividad de la sociedad no se encuentra prevista expresamente como causal de disolución
en nuestra legislación comercial, de la profundización de la previsión contenida en el art. 94,
inc. 4. De la ley 19550 permite incluir a la causal enunciada dentro de dicho precepto,
utilizando a tal fin una aplicación extensiva del concepto contenido en dicho inciso, que
autoriza a disolver la sociedad, "por consecución del objeto para el cual se formó, o por la
imposibilidad sobreviniente de lograrlo". Juz. Com. 1ra. Nro. 6, ED, 80-588.
Disolución. Causales no previstas en el art. 94 LS –falta de affectio-: “La noción de
la affectio societatis, y su valor como elemento del contrato de sociedades, son cuestiones
complejas; también lo es que su ausencia pueda conducir a la disolución de la sociedad. Esta
sala -con distinta integración a la actual- juzgó el 17/9/1975, in re "Ferrario de Borello, María
v. Promocon S.C.A.", que la affectio societatis es un elemento esencial del contrato de
sociedad y su inexistencia, causal suficiente de disolución; respeto, claro, pero no comparto
ese juicio. La affectio societatis -en general, y según su concepto actual, harto alejado de la
concepción romana del cual proviene, donde la sociedad era un contrato intuito personae- se
subsume en la voluntad de contratar, en el consentimiento para formar sociedad; sociedad
que, más allá de afecto especial alguno -es decir: exista éste o no exista-, se constituye -y éstos
son los elementos esenciales de la figura- a partir de (a) la realización de aportes, a los efectos
(b) de participar en los beneficios y de soportar las pérdidas producidas por la actividad a cuya
realización se destinan aquellos aportes. Según cita de Zaldívar ("Cuadernos..." , t. I, 1989, Ed.
Abeledo-Perrot, p. 80, § 5.5.5.), considera Ascarelli que la affectio societatis "es un simple
duplicado del consentimiento necesario para constituir sociedad ". Adhiero a esa tesis: la
affectio societatis no es más que la denominación específica que en el caso de las sociedades
recibe la intención de celebrar el contrato social (contrato que, por lo demás, ni siquiera
celebra quien recibe o compra una acción de una sociedad por acciones o una cuota parte de
una S.R.L., quien simplemente acepta y adhiere al contrato antes celebrado). La pérdida de la
affectio societatis no está legalmente prevista como casual de disolución de las sociedades; de
tal modo, no parece que un socio pueda imponer a los restantes la disolución por tal motivo
(desde luego, si todos los socios están contestes en que se ha extinguido en ellos al voluntad
de continuar la sociead, ésta podrá disolverse, pero por la causal prevista en el art. 1 ley
19550, lo cual es otra historia). Excepcionalmente, las divergencias severas entre los socios
podrían dar lugar a la disolución cuando los conflictos entre ellos conduzcan a la paralización
de la gestión intrasocietaria y de su actividad comercial o de producción. Así, bien ha sido
dicho que "la discordancia entre los miembros de una sociedad sólo puede servir de
fundamento para su disolución cuando se traduce en la imposibilidad de lograr su objeto social
(art. 94 inc. 4 LS.)". Cám. Com., E, diciembre 27-1991, "Pagliai, Aníbal v. Fernández Lacour,

1601
Insp. Gral. Just., junio 13-005, “Radio Codificada S.A.”, Res. 619/2005 exte. 1.631.616.
En el caso, el ente había mudado su domicilio sin notificar a la Inspección, y ya no presentaba
balances.

493
César"; Cám. Com., D, febrero 12-002 “Comelli de Sidañez, Graciela v. Amílcar Comelli
S.A.”
Disolución. Causales no previstas en el art. 94 LS –falta de affectio-: La
circunstancia de existir una gravísima desarmonía entre los socios, sin que ella sea imputable a
alguno de ellos, resulta procedente disponer la disolución de la sociedad y, aunque la causal no
se encuentre literalmente expresada entre las que contempla el art. 94 de la ley 19550, debe
entenderse implícita en su inc. 4 en cuanto alude a la imposibilidad sobreviniente para lograr
el objeto para el cual se constituye la sociedad. Cám. Com., C, junio 22-1979, “Ferradas,
Alfredo c. Noel, José A.”
Disolución. Causales no previstas en el art. 94 LS –falta de affectio-: Sin perjuicio de
descartar como causal de disolución la ausencia de affectio societatis entre los socios, atento a
que los extremos para que ello suceda se agotan en la enumeración que hace el art. 94 de la ley
19550, salvo los casos expresamente previstos en ella, es lo cierto que si todas las partes en
juicio de disolución están de acuerdo en que no puede mantenerse vigente la sociedad en el
actual estado de disenso entre ellas, sin mayor esfuerzo podría concluirse que se da el supuesto
contemplado en el inc. 1 del art. 94 de la ley 19550. Cám. Com., B, ED, 92-300.

k.- Petición de disolución


La disolución de la sociedad regular o irregular sólo surte efecto respecto de
terceros luego de su inscripción registral y previa publicación de edictos para el caso
de requerirse (art. 98 LS). La resolución declara el estado de disolución del ente –no
lo constituye- y que se produce con anterioridad a su registración, por lo que no hace
a su existencia o validez, sino que refiere a la eficacia del acto respecto de terceros
de buena fe que se relacionaran con el ente en la ignorancia de la ocurrencia de una
causal de disolución1602. La publicidad previa se efectua por un día en el diario de
publicaciones legales correspondiente al domicilio del ente para el caso de las
sociedades de responsabilidad limitada y por acciones, oportunidad en que se dará a
conocer a terceros la fecha de la resolución social que aprobó la disolución (art. 10
ap. b) LS) 1603.
Como regla y de acuerdo a lo interpretado por calificada doctrina, la acción
por disolución judicial de la sociedad debe ser ejercida por uno o varios socios,
careciendo de legitimación los acreedores sociales, quienes "en defensa de sus
derechos cuando los crean en peligro, disponen de las medidas preventivas
acordadas por la ley, hasta llegar a la declaración de quiebra siempre que reúnan los
presupuestos legales, pero de ningún modo se interferirán en la vida interna de la
organización social"1604. Si en cambio se ha reconocido legitimación para formular
la petición al Registro1605.

1602
Cfr. Adrogué M. y García Cuerva H., “La publicidad registral de la constitución y
disolución de las sociedades comerciales y de las modificaciones al contrato social”, LL 1978-D, p.
1032.
1603
La publicidad del art. 10 LS no parece ser necesaria en el caso de quiebra del ente, por
ser esta suplida por aquellas previstas en la ley 24.522. Verón A. V., Sociedades ..cit.., t. II, p. 263.
1604
Cám. Com., E, mayo 4-004, “Velisech, Delma A. v. Edificio Uriarte S.R.L.”, exte.
78989/94, con cita de Cámara H., Disolución… cit., p. 300 y Arecha M. y García Cuerva H.,
Sociedades Comerciales… cit., 2° ed., p. 166.
1605
Cám. Com, E, LL 2006-E, 386 - IMP 2006-19, 2397.

494
JURISPRUDENCIA

Disolución. Demanda. En virtud de lo previsto en el art. 303 inc. 3 de la ley 19.550


(t.o. 1984), la Inspección General de Justicia se encuentra legitimada para promover una
demanda a fin de solicitar la disolución y liquidación de una sociedad en virtud de la
"imposibilidad sobreviniente" de lograr el objeto social prevista en el art. 94 inc. 4 de la citada
ley, con prescindencia de que la pretensión tenga o no fundamento, así como de lo que pudiera
decidirse en punto a la procedencia de subsumir la "inactividad social" en el supuesto que
prevé el mencionado artículo. Cám. Com, E, LL 2006-E, 386 - IMP 2006-19, 2397.
Las sociedades no constituidas regularmente se encuentran sujetas a una acción de
disolución permanente, en tanto para que ello se produzca bastará con que cualesquiera de los
socios manifieste su voluntad en tal sentido, de conformidad con lo dispuesto por el art. 22 de
la ley 19.550. Lo expuesto torna innecesaria la interposición de una demanda de disolución y
liquidación. Cám. Civ. y Com., II, Rosario, LL 1999-A, 495, (41.215-S) LLLitoral, 1998-2-
305.
La acción judicial por disolución de la sociedad debe promoverse contra todos los
socios, pues todos ellos tienen derecho a ser escuchados, careciendo de viabilidad dicha acción
si no afecta a uno de los socios o no se determina que no existan otros, además del
individualizado por la actora. Cám. Com., E, LL 1989-D, 173 - DJ 1989-2, 1087.
Disolución y publicidad: Conforme con la interpretación de que no debe inscribirse la
disolución de la sociedad, operada por la expiración del término por el cual se contrajo, el
nuevo texto del art. 10 de la ley 19550 (ley 21379) establece que en la publicidad requerida
para la disolución de las sociedades de responsabilidad limitada y por acciones debe indicarse
la fecha de la resolución social que aprobó la disolución, lo que evidentemente resulta
inaplicable al supuesto de expiración del término, ya que allí se opera sin que medie
resolución alguna, por el solo transcurso del tiempo, de ahí que, en estos casos, la única
publicidad registral que podría corresponder sería la destinada a que los terceros conociesen
que la disolución no se operó por haberse prorrogado la sociedad (art. 95) desde que la
concerniente a la fecha de disolución ya se cumplió al tiempo de constituirse la misma. Cám.
Com., C, ED 74-708.
Inscripción de la disolución: A diferencia del Código de Comercio que excluía de la
inscripción en el Registro Público de Comercio a los supuestos de disolución de sociedades
por la expiración del término por el cual se contrajo (art. 249), la ley 19550 no estableció
distinción alguna respecto de la necesidad de inscribir la disolución para que surta efectos
respecto de terceros (art. 98). Cám. Com., C, ED 74-708.
Disolución. Inscripción. Si es preciso compatibilizar el art. 98 de la ley 19550 con el
art. 10 de dicha ley en su nueva redacción, ello debe hacerse subordinando la forma a la
sustancia y no a la inversa, de manera tal que ante la existencia de casos en que es innecesario
que la sociedad declare la disolución por operarse la misma ipso jure (vgr. art. 94, incs. 2., 6.,
y 9., Ley 19550) no cabe interpretar que en los mismos la disolución no debe inscribirse sino
más bien que en ellos es preciso adecuar el contenido de las publicaciones - cuando
correspondieren- a las circunstancias del caso. Cám. Com., A, ED, 74-709.
De acuerdo con el art. 98 de la ley 19550 la disolución de la sociedad no surte efecto
respecto de terceros hasta tanto no se inscriba, previa publicación en su caso. Cám. Com. A,
ED 74-708.
La actual exigencia de que las publicaciones de la disolución contengan la "fecha de
la resolución de la sociedad que la aprobó" (art. 10, ley 19550) no puede interpretarse como
limitando indirectamente la inscripción de la disolución a los casos en que esta debe ser
declarada por la sociedad, pues ello excede notoriamente el objeto de la norma y los fines de
su reforma. Cám. Com., A, ED, 74-709.
Siendo que la disolución de la sociedad debe ser inscripta para que surta efecto contra
terceros, no es procedente ordenar la inscripción de la designación de liquidadores de la
sociedad (art. 102, ley 19550) si previamente no se ha inscripto la disolución, pues si ésta no
se reputa conocida por los terceros mientras no se inscriba es inaceptable que deban serlo los

495
actos que necesariamente dependen de ella. Este principio, si bien no escrito, está en la base
misma de la posibilidad jurídica. Cám. Com., A, ED, 74-709.
Dado que el art. 98 de la ley 19550 no trae excepción- como sucedía con el derogado
art. 492 del Código de Com.- debe entenderse que la inscripción también corresponde en el
caso de disolución de la sociedad por expiración del término por el cual la misma se
constituyó (art. 94, inc. 2., Ley 19550). Cám. Com., A, ED, 74-709.

l.- Administradores: facultades y deberes


Los administradores, con posterioridad al vencimiento de plazo de duración
de la sociedad, o al acuerdo de disolución, o a la declaración de haberse comprobado
alguna de las causales de disolución, solo pueden atender los asuntos urgentes y
deben adoptar las medidas necesarias para iniciar la liquidación (art. 99 LS). Tales
limitaciones impuestas por la LS no importan una excepción al régimen de
organicidad, el que continúa vigente hasta que la liquidación concluya, sino un
recorte en las competencias de los órganos sociales que ahora sólo podrán realizar
tareas tendientes a aquella. Podrá el órgano de administración, no obstante,
continuar los negocios celebrados por el ente pero no concretar nuevos, enajenar las
existencias de mercaderías pero no incrementarla con nuevas adquisiciones y hacer y
recibir pagos en razón de operaciones pendientes, no pudiendo la asamblea
confirmar actos en exceso1606. Cualquier operación ajena a esos fines hace
responsables a los administradores solidariamente respecto a los terceros y los
socios, solidaridad que se erige garantía o refuerzo de los derechos del acreedor. La
ilimitación que además grava su responsabilidad excede, en el caso de las sociedades
anónimas, la garantía que debe constituir todo director sino que éstos responden con
todo su patrimonio personal por el perjuicio causado. Los poderes oportunamente
otorgados a favor de los administradores sociales mantienen su eficacia, sin
perjuicio de las limitaciones señaladas y de los recortes que al respecto algunos de
estos pudieran sufrir por haber concluido el ciclo negocial operativo de la
empresa1607.

JURISPRUDENCIA

Liquidación. Momento. Responsabilidad: Ante el vencimiento del plazo del contrato


social los administradores están obligados a adoptar las medidas necesarias para iniciar la
liquidación, y si este proceso de liquidación no está demostrado, la responsabilidad de los
socios respecto de la deuda por la que fue condenada la sociedad de responsabilidad limitada,
se impone por imperio legal (Del voto de la doctora Mambelli) Cám. Lab., III, Rosario, IMP
2007-3, 308.
Disolución. Órganos sociales. La quiebra de la sociedad comercial no produce "ipso
iure" el cese, suspensión o desaparición de los órganos societarios, subsistiendo ciertas
facultades de los mismos que no pasan ni se transfieren a la sindicatura concursal. Juz. 1a Inst.
Civ. y Com., Azul, LLBA 1994, 418.

1606
Cfr. Halperín I. y Butty E., Sociedades Anónimas… cit., p. 842.
1607
Cfr. Verón A. V., Sociedades ..cit.., t. II, p. 313; Cámara H., Disolución… cit., p. 416.

496
Disolución. Administradores. Vencido el término de duración de una sociedad de
responsabilidad limitada sin que se disponga su liquidación, toda actividad ajena a esos fines
hace responsable a los administradores ilimitada y solidariamente respecto de los terceros y
los socios sin perjuicio de la responsabilidad de éstos. SCJ, Bs. As., LL 1992-E, 39 - DJ 1993-
1, 866 - DJBA 143 , 5318.
Producida la disolución de la sociedad de hecho, ésta conserva su personalidad a los
efectos de la liquidación (art. 101, ley 19.550), manteniendo todos sus atributos sociales:
domicilio, patrimonio, social, nombre, etc. ; aunque obviamente queda restringido su objeto en
cuanto a que la actividad del órgano liquidador estará circunscripta a "todos los actos
necesarios para la realización del activo y cancelación del pasivo" ; la liquidación está a cargo
del órgano de administración -art. 102, ley citada- salvo estipulación en contrario. Cám. Civ. y
Com., Concepción del Uruguay, diciembre 21-1979, “Fernández, M. c. Rueda, J. E.”

m.- Principio de conservación de la empresa


Es claro que la economía tal cual como hoy la concebimos no se hubiera
desarrollado sin el auxilio de las sociedades comerciales, suerte de motores
multiplicadores que concentran capitales y esfuerzo en torno a objetivos comunes.
No obstente, y sin perjuicio de los fines individuales de las personas que
concurrieran a la suscripción del contrato plurilateral o de quienes posteriormente
los sustituyeran, las sociedades también existen porque el ordenamiento las autoriza
teniendo en miras los intereses de la comunidad, no siendo la satisfacción de
aquellos más que consecuencia de estos1608. De allí que tanto “emprender, continuar
o finiquitar una actividad económicamente productiva, afectan el llamado ‘interés
público’, ya que la insuficiencia, extinción o agotamiento de las fuentes productoras
pueden implicar desocupación o merma de producción con la lógica disminución del
producto bruto nacional, es decir, afectando directamente el bienestar general del
país. Ante ese ‘interés público’ comprometido por un eventual riesgo relacionado
con la situación personal del empresario, el Estado tiende a intervenir mediante
diversas tutelas. Una de ellas es la conservación de la empresa1609” que el art. 100
LS consagra. En caso de duda sobre la existencia de una causal de disolución, se
estará en favor de la subsistencia de la sociedad (art. 100 LS), fórmula general que
refiere –y aplica1610- la LS al por la doctrina denominado principio de preservación
o conservación de la empresa1611, y que tiende a proteger su marcha, tutelando así
intereses de carácter general que trascienden los particulares del ente que los
canaliza y moviliza.

1608
Los fines societarios generales se adscriben al desarrollo social, surgen por y para el
desarrollo del hombre y no para la satisfacción de determinados intereses económicos –que se
reflejan en los fines particulares del ente-.
1609
Quintana Ferreyra F. y Richard E., “La conservación de la empresa en las leyes de
sociedades 19.550 y de Concursos 19.551”, RDCO, 1978, p. 1376.
1610
“La sección termina disponiendo que en caso de duda sobre la existencia de una causal
de disolución debe estarse por la subsistencia de la sociedad (art. 100). Es decir que la ley vuelve a
hacer aplicación del principio de conservación de la empresa que inspira todo su articulado y
particularmente esta parte (arts. 94, inc. 6°, 8° y 9° etcétera).” Exposición de Motivos, Capítulo I,
Sección XII, pto. 11.
1611
Verón A. V., Sociedades ..cit.., t. II, p. 270; Zunino J., Régimen… cit., 20° ed., p. 154;
Quintana Ferreyra F. y Richard E., “La conservación de la empresa…” cit., RDCO, 1978, p. 1376.

497
Así, el principio de conservación pudiera resumirse en el instituto que,
atendiendo a razones económicas y sociales, orienta la permanencia de la empresa
económicamente viable y socialmente útil, permitiéndole subsanar la ocurrencia de
ciertos hechos que comprometen la suerte de la sociedad organizadora1612. Pero la
conservación no es un fin en sí y no tiene carácter absoluto.

JURISPRUDENCIA

Disolución. Principio de conservación de la empresa. El principio de la conservación


de la empresa tiene una vinculación indirecta con el de conservación del contrato de sociedad
a que refiere el art. 100 de la ley 19550 sin identificarse con el mismo. Pero en ambos casos
este principio no tiene un alcance absoluto ni constituye un fin en si mismo, y es cierto que
bajo la directiva legal resultante de la norma citada la disolución de la sociedad debe
examinarse con criterio restrictivo, lo que no excluye que otro tanto debe ocurrir con el
examen de esa amputación de la sociedad que importa la exclusión de socio. Cám. Com., Sala
C, junio 22 1979, “Ferradas, Alfredo José A.”.
Desde la óptica del interés comunitario es notoria la conveniencia de la reactivación
en cuanto la misma se orienta a la conservación de una empresa en funcionamiento, conlleva
la pervivencia de la fuente de trabajo y su mantenimiento en el ámbito de la actividad
productiva. La figura de la reactivación no se encuentra prohibida, y en algunos supuestos (art.
94, incs. 6°, 8° y 9°, ley 19.550), está expresamente permitida, siendo la interpretación
favorable al instituto la que más se compadece con el principio axil de la conservación de la
empresa verdadero dogma para el legislador argentino (v. gr. arts. 51/53, ley 14.394, art. 3475
bis, Cód. Civil agregado por la ley 17.711, ley 18.832: Exposición de Motivos -Cap. I, Sec.
3°., arts. 17, 100, 90, 93 y 94, inc. 8° y 96- ley 19.550: arts. 25, 42, 61, inc. 2°, 198, 199, ley
19.551). Civ. y Com., III, Córdoba, LL 1983-B, 472.
Al hacer lugar a la reactivación, se debe, en una interpretación armónica de la ley de
sociedades y subsidiariamente del Código Civil, compatibilizar lo dispuesto en los arts. 94 y
95, con lo regulado por los arts. 100 de la ley de sociedades, 1197 y párr. 1° del art. 1198 del
Cód. Civil, y el principio de que la fijación del plazo determinado está dado fundamentalmente
en función de los socios, como así también, en que demostrado en el caso concreto la
continuación de la sociedad, la voluntad de los socios se debe tratar de conciliar los intereses
de los mismos y de la sociedad en base al principio de conservación societaria y de la empresa
-ínsitos expresa e implícitamente en la ley de sociedades y en la Exposición de Motivos de la
misma- y el ya citado de la voluntad de las partes, con los intereses de terceros evitando que
por medio de la reactivación se perjudique a alguien en particular y a la comunidad en general.
Com. Minas y Reg., Salta, octubre 07-1981, “Herrera Blanco, S. R. L.”.
La restricción del objeto social de la sociedad disuelta y su liquidación a los actos
liquidatorios, importa la prohibición a los liquidadores y a la propia sociedad a exorbitar la
liquidación por actos aislados ; pero ello no excluye decisiones que, con carácter genérico,
restituyan el objeto a su plenitud, como son las tendientes a la "reactivación", "reconstitución"
o "revocación de la resolución" ; todo lo cual se ordena, en definitiva, a la vigencia del
principio de conservación de la sociedad (arg. arts. 100, 94, incs. 6°, 8° y 9° y concs., ley
19.550), que no constituye mera especie del "favor negotii", ya que no puede obviarse la
índole empresaria del objeto social, que determinaría frecuentemente el resultado de la
frustración de la empresa como consecuencia de la de la sociedad titular de la hacienda, con
desfavorable repercusión para el interés general. Juz. Com. de Reg. LL 1980-C, 446.

n.- Indivisión de establecimientos comerciales


1612
En concordancia con tal principio la LS prevé un sistema de nulidades propio, ajustado a
las particularidades del contrato plurilateral y que permite su subsistencia frente a determinados
vicios que afecten de forma temporaria o permanente el vínculo con los suscriptores.

498
El art. 28 LS posibilita al causante imponer en los casos reglados en los arts.
51 y 53 de la ley 14.3941613, la indivisión forzosa de establecimientos comerciales,
industriales, agrícolo ganaderos -y categorías asimilables- a sus herederos, por un
plazo no mayor de diez años, salvo que algunos de ellos fueran menores, supuesto
en que puede prorrogarse hasta que alcancen la mayoría de edad. Si bien la
Exposición de Motivos de la LS refiere que tal facultad esta destinada a proteger a
los menores1614, lo cierto es que la norma, además de defender la unidad y
estabilidad familiar tambien protege a las empresas comerciales impidiendo que la
muerte del socio principal conlleve su desintegración1615.
De existir herederos menores de edad, estos sólo podrán incorporarse al ente
como socios con responsabilidad limitada. Además el contrato constitutivo deberá
ser aprobado por el juez de la sucesión y si existiere posibilidad de colisión de
intereses entre el representante legal y el menor, se designará un tutor ad hoc para su
celebración y para el contralor de la administración de la sociedad si fuere ejercida
por aquél. La jurisprudencia ya contemplaba antes de la sanción de la ley 14.394 la
situación de los menores y aceptaba la legalidad de una sociedad constituída entre
una madre y sus dos hijos menores para continuar con la industria paterna1616. La
infracción del artículo 28 LS, sin perjuicio de la transformación de la sociedad en
una de tipo autorizado, hace solidaria e ilimitadamente responsables al representante
del menor y a los consocios mayores de edad, por los daños y perjuicios que aquel
sufra (art. 29 LS). Siendo hoy día la sociedad de capital la expresión jurídica de tales
establecimientos comerciales e industriales, sus cuotas o acciones estarían
alcanzadas por los beneficios consagrados por la ley 14.394 –de haberse impuesto la
indivisión-, no cabiendo a los acreedores del de cujus su ejecución, debiendo
limitarse estos al cobro de sus créditos con las utilidades que la sociedad acredite y
que al ejecutado correspondan1617.

45.- Liquidación (arts. 101 a 112)

La liquidación constituye un procedimiento técnico jurídico-contable1618,


obligatorio e inderogable1619, que se activa con la ocurrencia de una causal de

1613
En rigor idéntica imposición puede ser adoptada por el cónyuge supérstite que hubiere
colaborado en adquirir o formar, en todo o en parte, el establecimiento, respecto de los demás
herederos (art. 53 ley 14.394). Contra tal prevision legal, véase Guaglianone A.H., “La indivisión
hereditaria pactada o impuesta y la ley 14.394”, JA 1956 II, págs. 89 a 91.
1614
Exposición de Motivos ley 19.550, Capítulo Primero, Sección V, ap. 2.
1615
Cfr. Cámara H., “Capacidad e incompatibilidad de las personas individuales para
integrar sociedades mercantiles”, R.D.C.O., n° 19, Bs. As., 1986, p. 204.
1616
Cfr. Halperín I. y Butty E., Curso…cit. 4ª ed. t. I, p. 290 y nota 16.
1617
Cfr. Sandler M., “La indivisión de cuotas o acciones para mantener la unidad del control
societario post-morten”, en Las Sociedades Comerciales y la Transmisión Hereditaria, Bs. As., 1993,
p. 132.
1618
Cfr. Garo F., Sociedades… cit., t. I vol. II, p. 206.
1619
Cfr. Zunino J., Disolución… cit., t. II, p. 252.

499
disolución1620, mediante el cual una sociedad que conserva su personalidad a ciertos
efectos, continúa operando hasta su extinción aunque, con funciones restringidas a la
conclusión de las relaciones jurídicas pendientes1621. Durante dicho lapso
corresponderá al órgano liquidador la realización del activo social a fin de atender
los pasivos y de distribuir el remanente, de existir, entre los socios según las
previsiones estatutarias al respecto o en proporción de sus tenencias. De no existir
saldo a favor, habrán de concurrir en atención de los pasivos los socios, según
corresponda al tipo social de que se trate.

a.- Antecedentes
El código de Comercio no reglamantaba de manera minuciosa la liquidación
de sociedades, a la que se abocaba de manera general, sin distinción de tipos. Seguía
sobre el particular el modelo del Código brasileño de 1850, a su vez inspirado en el
español de 18291622. El art. 422 de nuestro Código, en su último párafo y luego de
ocuparse de enumerar una serie de causales de disolución (siete), concluía que en
todos los casos las sociedades debían continuar –conservando su personalidad y
estructura- si bien al sólo efecto de finalizar los negocios pendientes y proceder a la
liquidación de los finalizados. Esta norma guardaba inteligencia con las previsiones
del art. 435 del mismo Código, que consideraba a la sociedad existente al sólo efecto
de su liquidación, consignando que “el uso de la firma social por el liquidador sólo
importa la facultad de liquidar y contraer obligaciones que sean consecuencia natural
e inmediata de la liquidación”1623.
Tiempo después, la LS habrá de seguir la tradición legislativa nacional resultante de
los mencionados arts. 422 y 435 del Cód. de Comercio, según refiere su propia
Exposición de Motivos1624, aunque adhiriendo a la teoría de la identidad del ente
antes y después de su disolución, y por lo cual mantiene su personalidad
conservando durante la liquidación y hasta la cancelación de la inscripción la casi
totalidad de sus atributos, incluso su capacidad procesal activa y pasiva1625.

1620
Cfr. Halperín I. y Otaegui J., Sociedades Anónimas… cit., 2° ed., p. 838. Con la
disolución comienza el estado de liquidación que termina una vez cancelado el pasivo y distribuido el
remanente.
1621
Cfr. Verón A. V., Sociedades ..cit.., t. II, ps. 304 y 307.
1622
Cfr. Tonón A., “La supervivencia de la sociedad liquidada y cancelada en el derecho
argentino”, ED 100-971.
1623
Cfr. Siburu, J. B., Comentario del Código… cit., t. V, p. 311, n° 1578. Este refería que
“la teoría que casi unánimemente aceptan hoy los tratadistas, los Códigos y la jurisprudencia, es la de
la supervivencia dela sociedad.Según ella, la sociedad, después de su disolución, no desaparece ni
pierde su personalidad, sigue viviendo, pero su actividad se reduce a los actos necesarios a la
liquidación. No existe ya para especular, sino para liquidarse; no para crear nuevas relaciones
jurídicas, sino para solucionar las que estan creadas en el momento de la disolución. Su vida no
concluye sino con el término de la liquidación, cuando se produce la división entre socios”.
1624
Exposición de Motivos Ley 19.550, Capítulo I, Sección XIII, ap. 1°
1625
Cfr. Romano A. A. en Código… cit, de Rouillón A., t. III, p. 247.

500
b.- Personalidad del ente durante la etapa liquidatoria
Según refiriéramos, la disolución no extingue la vida del ente, que subsiste
como sujeto de derecho hasta que, efectuada la partición definitiva, se cancele la
inscripción del contrato social en el Registro Público de Comercio (art. 112 LS)1626.
En concordancia, el art. 101 LS prevé que hasta tanto concluya su liquidación y a
ese solo efecto, la sociedad conserva su personalidad rigiéndose por las normas
correspondientes a su tipo en cuanto fueran compatibles. Producto de ello y de la
estructura del ente, es que este puede ser declarado en quiebra aún en su etapa
liquidatoria1627.
El proceso de la liquidación de la sociedad es la consecuencia del decreto de
su disolución: el fin de la primera es la extinción total del ente, que tiene su punto de
partida en la segunda1628. La liquidación opera a partir de la verificación de alguna
causal de disolución y según las particularidades que antes señaláramos para cada
una de ellas. El comienzo y fin del iter liquidatorio no es automático ni simultáneo,
razón por la cual la LS impone a los administradores el cumplimiento de
determinadas obligaciones –y responsabilidades- desde que opera la causal de
disolución. Estas se resumen en: i-) restricción del objeto social a la finalización y
cancelación de las relaciones jurídicas pendientes, lo que no importa disminución en
su capacidad sino restricción indirecta a partir de la legitimación propia del órgano
de liquidación1629. En concordancia con ello es que, según dijéramos, el art. 99 LS
limita las tareas del órgano de administración a la atención de asuntos urgentes y
medidas necesarias para iniciar la liquidación, lo que importa un recorte en sus
competencias. Deberán los administradores hasta tanto ello suceda, y luego los
liquidadores, continuar los negocios celebrados por el ente, pero no concretar
nuevos1630, salvo que los mismos favorezcan la liquidación1631. Así, la supervivencia

1626
Com. de Reg., ED, 72-233.
1627
Cfr. Malagarriga C.C., Código de Comercio Comentado, t. II, n° 505, p. 430.
1628
Cfr. Garo F., Sociedades… cit., t. I vol. II, p. 204.
1629
Cfr. Colombres, G., Curso…cit. p. 201. Con anterioridad a la sanción de la LS la
doctrina entendía que se daba un cambio en el objeto, ya que el ente dejaba de perseguir la
realización de negocios lucrativos para concentrarse en liquidar los pendientes, del mismo modo que
se ocupaba de liquidar sus activos para atender sus pasivos. Cfr. Garo F., Sociedades… cit., t. I vol.
II, 1949, ps. 204 y 208, n° 429.
1630
Cfr. Halperín I. y Butty E., Sociedades Anónimas… cit., ps. 842 y 843; Garo F.,
Sociedades Comerciales… cit., t. I vol. II, p. 209. Sin perjuicio de tales consideraciones, mayormente
aceptadas en doctrina y jurisprudencia, Enrique Butty al actualizar la obra de Halperín refiere una
interesante disidencia –que no obstante no compartimos-, señalando que “en el estado actual de la
problemática de la liquidación, las interpretaciones parecen inclinarse en el sentido de que la
personlidad de la sociedad en liquidación es irrestrictamente plena, lo cual supone capacidad del ente
para fines ajenos a la liquidación como tal ... la frase ‘a ese efecto’ en el art. 101 L.S., podría
obedecer a una imperfecta traspolación del texto fuente, el art. 264 de la ley española de sociedades
anónimas que emplea la palabra ‘durante’ la liquidación ... la legislación actual, a partir de la reforma
de 1983, admite la reconducción, o revocción del estado de liquidación; lo cual –con toda obviedad-
constituye lo opuesto contradictorio de la liquidación.” Halperín I. y Butty E., Curso…cit. 4ª ed. t. I,
ps. 335 y 336. Esta posición coincide con la anteriormente sostenida por el autor como Juez de 1ra.
Instancia en lo Comercial de Registro, junio 4-1980, re “La Distribuidora Musical S.R.L.”, ED 88-

501
del ente en liquidación significa para los acreedores sociales que la disolución
resulta inoperante –res inter alios- toda vez que la sociedad subsiste en iguales
condiciones, debiendo atenderse las obligaciones como si nada hubiese sucedido1632.
ii.) la liquidación de la sociedad corresponde usualmente a los integrantes del órgano
de administración o a quien en sustitución de estos se designe por mayoría de votos
(art. 102 LS). En ambos casos el órgano de liquidación sustituye al órgano de
administración, produciendo su caducidad1633. No sucede lo mismo con los órganos
de gobierno y de fiscalización (art. 294 inc. 10° LS), cuya operatividad perdura
durante todo el trámite liquidatorio.iii.-) simultáneamente se produce la
modificación del nombre social con el aditamento “en liquidción” (art. 105 último
párrafo LS), a fin de prevenir a terceros del estado de la sociedad y la consecuente
restricción del objeto por esta sufrido.

JURISPRUDENCIA

Liquidación. Personalidad del ente. La excepción de falta de personería opuesta a la


sociedad anónima demandante basada en el vencimiento del plazo fijado para su duración no
puede prosperar atento que la continuidad de la personalidad durante el proceso liquidatorio es
una realidad jurídica y material que no puede ser ignorada a partir de lo dispuesto
expresamente por el art. 101 de la ley de sociedades comerciales. Cám. Civ. y Com., San
Nicolás, LLBA 1998, 280.
La sociedad que se disuelve según convenio de socios no es irregular, aunque haya habido una
modificación no inscripta, toda vez que las consecuencias de dicha omisión la tornan pasible
de lo establecido por el art. 12 de la ley 19550, pero no la sancionan con los efectos de la
irregularidad. Cám. Com., C, ED, 70-343.
Acerca de la naturaleza de la sociedad en liquidación, la ley adoptó el sistema de la
identidad; por lo tanto, la personalidad de aquélla subsiste durante la liquidación. Cám. Com.,
B, LL 1999-C, 566.
Subsiste una legitimación residual implícita del fallido ya que la disolución de la
sociedad por la quiebra no produce la extinción de su personalidad jurídica la que continúa
hasta la terminación de la liquidación. Juz. Civ. y Com., nro. 1, Azul, LLBA 1994, 418.
Importando la disolución en el régimen societario vigente el pasaje al estado de
liquidación, parece evidente -en orden al consecuente problema de la naturaleza de la sociedad
en dicho estado- que la ley ha adoptado el sistema de la identidad. La personalidad de la
sociedad en liquidación se mantiene (art. 101, ley 19.550), importando ello la identidad del
ente antes y después de la disolución, hasta consumarse el fin del contrato con la cancelación
de la inscripción (art. 112, ley citada). Juz. Com. de Reg., LL 1980-C, 446.
Producida la disolución de la sociedad de hecho, ésta conserva su personalidad a los
efectos de la liquidación -art. 101, ley 19.550, manteniendo todos sus atributos sociales:
domicilio, patrimonio, social, nombre, etc.. Cám. Civ. y Com., Concepción del
Uruguay, diciembre 21-1979, “Fernández, M. c. Rueda, J. E.”

818, y que resumiera la posición finalmente adoptada por el legislador de 1983 para introducir el 2do.
párrafo del art. 95 LS sobre reconducción. En sentido análogo, véase Nissen R., Ley de
Sociedades…cit., t. II, ps. 252 y 253.
1631
Según referiremos más adelante.
1632
Cfr. Verón A. V., Sociedades ..cit.., t. II, p. 310. Cámara H., Disolución… cit., p. 406.
1633
Cfr. Colombres, G., Curso…cit. p. 201. En concordancia, el art. 102 LS requiere la
inscripción delliquidador en el Registro Público de Comercio.

502
Naturaleza: Acerca de la naturaleza de la sociedad en liquidación, la ley adoptó el
sistema de la identidad; por lo tanto, la personalidad de aquélla subsiste durante la liquidación.
Cám. Com., B, LL 1999-C, 566.
Producida la disolución de la sociedad de hecho, ésta conserva su personalidad a los
efectos de la liquidación -art. 101, ley 19.550-, manteniendo todos sus atributos sociales:
domicilio, patrimonio, social, nombre, etc.. Cám. Civ. y Com., Concepción del
Uruguay, diciembre 21-1979, “Fernández, M. c. Rueda, J. E.”.
La sociedad comercial que se encuentra en proceso de liquidación tiene legitimación
sustancial pasiva respecto de la demanda laboral instada por un acreedor, pues, a la fecha en
que se interpuso la demanda subsistía su personalidad jurídica, la cual recién se extingue con
la cancelación de la inscripción registral, que en el caso tuvo lugar luego de iniciarse la acción.
SCJ, Mendoza, IMP 2006-7, 1064 - LLGran Cuyo 2006 (marzo), 190.
La personalidad de que goza la sociedad disuelta está limitada a los fines de la
liquidación. El art. 101 de la ley 19550 es claro en tal sentido, declarando la subsistencia de la
personalidad a esos efectos, superando cualquier posición doctrinaria en este particular, y
siguiendo la tradición legislativa nacional que resulta de los arts. 422 y 435 del Código de
Com. Juz. Com. de Reg., ED, 72-233.
La expresión a ese efecto contenida en el art. 101 de la ley 19550 entraña una
limitación temporal para las sociedades en liquidación pero en modo alguno de carácter
sustancial; conforme con la teoría de la identidad la sociedad conserva su personalidad, la
misma que tenía antes de su liquidación, por lo que no le está vedado decidir la remoción de
una causal de disolución. 1° Inst. Civil y Com., III, Córdoba, ED 105-352.
La expresión a ese efecto contenida en el art. 101 de la ley 19550 entraña una
limitación temporal para las sociedades en liquidación pero en modo alguno de carácter
sustancial; conforme con la teoría de la identidad la sociedad conserva su personalidad, la
misma que tenía antes de su liquidación, por lo que no le está vedado decidir la remoción de
una causal de disolución. 1° Inst. Civil y Com., III, Córdoba, ED 105-352.
La sociedad tiene una personalidad jurídica distinta a la de sus socios (art. 2, ley
19550), lo que subsiste aun en la etapa de liquidación. Cám. Com., C, noviembre 22-1978,
“Garavano, Alfredo c. Cristalería el Faro, S.A.”
Al ser declarada en quiebra la sociedad, ésta no pierde su personería (arts. 94, inc. 6.,
Y 101, ley 19550) y, consecuentemente, no pueden los accionistas en su calidad de tales
invocar la representación de aquellas que, si se encuentran en estado de liquidación,
corresponde que actúen por sus representantes, conforme con el art. 120 de la ley 19550. Cám.
Com. C, ED, 74-702.
Disuelta la sociedad, no queda otro camino que su liquidación, ya que a tenor del art. 101 de la
ley 19550, aquella conserva su personalidad restringida al solo efecto del cumplimiento de los
trámites respectivos. Si por el contrario, el ente continúa su actividad en infracción a tales
normas, encuentra sanción en lo establecido por los arts. 21 y sigts. de la ley citada, es decir,
que pasa a ser una sociedad irregular con todas las secuelas y consecuencias que la
normatividad establece (dictamen del fiscal de Cámara). Cám. Com., B, Septiembre 17 1976,
“Olimpo, SRL”.
Es cierto que pudiera sostenerse que la personalidad subsistente es limitada, al
restringirla aparentemente el art. 101 de la ley 19550 "... A ese efecto... " (La liquidación),
pero en una concepción que no derive la personalidad exclusivamente del conferimiento por
ley, sino más bien de la realidad de las relaciones prenormativas que son su sustento
ontológico, parece preferible interpretar que la personalidad -concepto unívoco se mantiene
plenamente- operándose solo una mutación del objeto social que queda restringido, por la
disolución a los actos liquidatorios, como lo postula alguna doctrina. Juz. Com. de Reg., ED,
88-819.

c.- Designación de liquidador. Remoción


El art. 434 del Codigo de Comercio disponía que una vez disuelta la
sociedad, cabía a los socios autorizados para administrarla proceder a su liquiación

503
bajo la misma firma y con el aditamento “en liquidación”, salvo que
contractualmente se hubiera estipulado otra cosa o que los socios posteriormente
decidieran designar otro liquidador. Actualmente la LS prevé que corresponde a los
administradores la liquidación de la sociedad, salvo casos especiales o estipulación
en contrario (art. 102 LS).
Tales administradores o sus sustitutos conforman el órgano de liquidación,
necesario, nuevo y sobreviniente que encuentra su causa en la disolución y que
sustituye al de administración ocupándose de las tareas propias de su competencia -
ahora restringida-, con más las que por sus funciones le caben. Atiende, además, de
las relaciones externas del ente como si fuera la propia sociedad1634. Para el caso de
que la liquidación no estuviera a cargo de los integrantes del ahora caduco órgano de
administración, el liquidador o los liquidadores serán nombrados por mayoría de
votos dentro de los treinta días de haber entrado la sociedad en estado de liquidación
(art. 102 LS). Estas mayorías son: a.-) en las sociedades por partes de interés: No
tratándose de una resolución que importe una modificación del contrato ni la
transferencia de la parte de un socio a otro socio, únicos supuestos en que se
requiere el consentimiento de todos los socios, resulta suficiente para la designación
del liquidador la decisión de la mayoría (art. 131 LS); b.-) en las sociedades de
responsabilidad limitada: no tratándose de una resolución social que concierna a la
modificación del contrato, parece razonable que, así como la designación y la
revocación de gerentes o síndicos se adopta por mayoría del capital presente en la
asamblea o participe en el acuerdo –salvo previsión estatutaria- (art. 160 in fine LS),
los liquidores sean elegidos por idéntica mayoría; c.-) en las sociedades anónimas:
corresponde a la asamblea extraordinaria resolver sobre la disolución de la sociedad
y el nombramiento, remoción, gestión y retribución de los liquidadores (art. 235 inc.
4° LS), con las mayórías y quorums dispuestos en el art. 244 LS -primera parte1635-.
El art. 102 LS también prevé que, de no designarse los liquidadores, o
designados que sean éstos no desempeñaren el cargo, cualquier socio puodrá
solicitar al juez el nombramiento omitido o una nueva elección. El primero de los
supuestos –omisión en la designación- puede obedecer tanto a la falta de adecuación
de la conducta de los administradores a las previsiones del art. 99 LS1636 como a la

1634
Se trata de un órgano que representa activa y pasivamente a la sociedad, no a socios o
acreedores. Cfr. Zaldivar E. y ots, Cuadernos… cit., Vol. IV, n° 61.8.1, p. 358; Colombres, G.,
Curso…cit. p. 201; Verón A. V., Sociedades ..cit.., t. II, p. 316 –es respecto de la sociedad en
liquidación lo que el órgano de administración es a la sociedad en funcionamiento-.
1635
Se reune en primera convocatoria con la presencia de accionistas que representen el
sesenta por ciento de las acciones con derecho a voto, si el estatuto no exige quórum mayor, y en
segunda convocatoria con la concurrencia de accionistas que representen el treinta por ciento de las
acciones con derecho a voto, salvo que el estatuto fije quórum mayor o menor. Las resoluciones en
ambos casos serán tomadas por mayoría absoluta de los votos presentes que puedan emitirse en la
respectiva decisión, salvo cuando el estatuto exija mayor número.
1636
“Los administradores con posterioridad al vencimiento de plazo de duración de la
sociedad o al acuerdo de disolución o a la declaración de haberse comprobado alguna de las causales
de disolución, solo pueden atender los asuntos urgentes y deben adoptar las medidas necesarias para
iniciar la liquidación.”

504
ausencia de convocatoria a los socios para la elección de liquidadores1637. El
segundo supuesto –no desempeño del cargo- involucra la no aceptación del liquiador
designado, quien no asume así sus funciones, o la asunción de las mismas no
obstante la aceptación. En ambos casos la petición debe formularse en sede judicial,
ya fuera para que el magistrado designe liquiador –en cuyo caso ya no podrá ser
removido sino es por decisión judicial en contrario1638- o bien convoque a reunión de
socios a tales fines.
Los liquidadores pueden ser removidos por las mismas mayorías requeridas
para designarlos. Cualquier socio, o el síndico en su caso, puede demandar la
remoción judicial por justa causa (art. 102 LS).

JURISPRUDENCIA

Liquidador. Designación. Mal pudo el socio accionado liquidador iniciar siquiera la


ejecución de las funciones que estaban a su cargo cuando el demandante se negó a concurrir a
la formalización del primer paso tendiente a tal efecto, necesario para la inscripción registral
impuesta por el art. 429 del Cód. de Com., requisito éste insoslayable, sin que pueda siquiera
conjeturarse la eficacia de otro procedimiento de liquidación unilateralmente asumido por el
socio cuya actuación como liquidador es resistida por el otro socio y siendo precisamente que
su desplazamiento de tal función es el objeto de litigio. Cám. Com., C, LL 1983-B, 730, con
nota de Francisco Migliardi.
En materia de liquidación societaria, la regla general es que la misma esté a cargo de
quien desempeñaba la administración durante la etapa de vigencia plena de la actividad
societaria. Ese principio básico reconoce excepciones: la "estipulación en contrario" y los
"casos especiales", excepciones que -como tales- han de interpretarse restrictivamente a fin de
evitar que su extensión burle el criterio general. Referente al método seguido para el
nombramiento de liquidador de una sociedad, los 30 días a que se refiere el art. 102 de la ley
de sociedades, sólo tienen relevancia en tanto que -durante dicho lapso- no puede solicitarse
designación judicial de liquidador, por contraste, vencido ese término y siendo necesario
designar liquidador, se abre la posibilidad de acudir a la justicia para que efectúe el
nombramiento. Pero este nombramiento judicial no apareja, en modo alguno, que el juez deba
necesariamente acudir al sorteo de un liquidador, marginando el principio básico de la 1ª parte
del art. 102 de la ley de sociedades, cuando no se han configurado las situaciones de excepción
allí mencionadas. Cám. Civ. y Com., I, Rosario, junio 14-1986, “Malkovic y Cía., S. A. c.
Ambros-Palmegiani, S. A. y otra”.
Por la índole misma de la sociedad accidental, la liquidación se hace, de ordinario,
por el socio gestor, que es quien realizará las operaciones de la sociedad. Cám. Com., D, LL
1986-D, 656, (37.385-S).
Si los liquidadores de la sociedad cooperativa pueden ser removidos por la asamblea
sin invocación de motivos, o sea ad nutum, con el sólo recaudo de las mismas mayorías
requeridas para su designación, no puede dudarse que también puede hacerlo invocando causa
justificada; y sólo en su defecto, si ésta se rehusa o si es omisa, cualquier socio o el síndico
puede demandar judicialmente la remoción invocando justa causa. SCJ, Bs. As., LLBA 1996,
124 - DJBA 150, 815.
Liquidadores. Remoción. No corresponde considerar circunstancias configurativas de
excepción al principio general que impone designar liquidador al administrador, la sola
existencia de un litigio entre socios, o la probabilidad de desmedro de los intereses de algún

1637
Cfr. Nissen R., Ley de Sociedades…cit., t. II, p. 259.
1638
Este tipo de designación importa una intervención tutelar de la autoridad judicial para
asegurar el desarrollo del proceso liquidatorio, supliendo la falta de acuerdo de los socios sobre el
modo de liquidar el patrimonio social. Cfr. Verón A. V., Sociedades ..cit.., t. II, p. 324.

505
socio, pues el socio que invoque -y acredite- la actuación antifuncional del liquidador, siempre
tendrá la posibilidad de lograr la remoción judicial (o su separación cautelar), por justa causa
(art. 102, LS). Cám. Civ. y Com., I, Rosario, junio 14-1986, “Malkovic y Cía., S. A. c.
Ambros-Palmegiani, S. A. y otra”.

I.- Inscripción: Los tribunales, con anterioridad a la sanción de la LS y a


partir de las disposiciones de los arts. 371 y 434 del Código de Comercio1639, que
consideraban –salvo diposición contractual en contrario- al administrador como
liquidador natural de la sociedad, resolvieron que resultaba innecesaria toda
publicación e inscripción referida al mismo, dado que el carácter de tal reviste no
derivaba de una designación sino de la propia ley1640. No obstante tal precedente, la
LS se inclinó por imponer la inscripción del liquidador en el Registro Público de
Comercio (art. 102 párr. 2° LS), trámite no necesario para que comience a
desarrollar sus tareas. Ello ha movido a alguna doctrina a sostener que “al igual que
sucede con los administradores, quienes conservan su cargo ‘hasta ser
reemplazados’, la inscripción de los mismos en el Registro Público de Comercio
tiene carácter declarativo; por lo tanto el liquidador, aún no registrado, es hábil para
ejecutar la voluntad social, y sus actos son plenamente oponibles para la sociedad y
frente a terceros, como ha sido sostenido por nuestra jurisprudencia”1641. Por nuestra
parte, y atento integrar los liquidadores –aún cuando fueran estos los anteriores
administradores- un nuevo órgano con competencia específica, corresponde en todos
los casos su anotación, y su falta de incripción se asemejará a la falta de registración
del administrador (art. 60 LS), produciendo el mismo efecto –inoponibilidad a
terceros de buena fe de los actos ejecutados-.

JURISPRUDENCIA

Inscripción del liquidador. Innecesariedad. La sociedad en liquidación, a los fines de


encarar todas las operaciones necesarias para terminar los asuntos pendientes (venta de
inmuebles, mercaderías, instalaciones y aun del fondo de comercio en bloque, etc.), y
establecer así el activo neto a distribuir, continúa existiendo en los hechos, conserva su
personalidad jurídica a los efectos de la liquidación y el órgano de administración resulta el
liquidador natural -conf. art. 434, Cód. de Comercio y art. 102, 1ª parte, ley 19.559- sin que se
requiera su inscripción. Esta está prevista por el art. 102 para el liquidador o liquidadores
"nombrados" en defecto de tal circunstancia, esto es, si no se cumple el principio general de
ser, quien administra, el liquidador de la sociedad. Cám. Cont. Adm. Fed., III, octubre 28-
1980, “Danieletto, Canosa y Allerand c. Estado Nacional -Fuerza Aérea Argentina”.

1639
Art. 371: “Disuelta la sociedad, será liquidada por los directores o administradores, sino
se dipone otra cosa por los estatutos”; Art. 434: “Disuelta una sociedad, los socios autorizados para
administrarla durante su existencia, deben proceder a la liquidación, bajo la misma firma, con el
aditamento <<en liquidación>>, a no ser que hubiese estipulación diversa en el contrato, o que por
consentimiento unánime de los socios, o a pluralidad de votos en caso de discordia, se encargue la
liquidación a alguno de los otros socios, o a persona de fuera de la sociedad”.
1640
Cfr. Cám. Com., C, ED 57-671. En igual sentido y aún luego de la sanción de la LS,
véase Nissen R., Ley de Sociedades…cit., t. II, p. 260.
1641
Nissen R., Ley de Sociedades…cit., t. II, p. 259; Romano A. A. en Código… cit, de
Rouillón A., t. III, p. 249.

506
d.- Obligaciones y responsabilidades del liquidador
Salvo aquellas previsones especialmente dispuestas en la Sección XIII de la
LS que se ocupa de la liquidación (arts. 101 a 112), las obligaciones y la
responsabilidad de los liquidadores se rigen por las disposiciones establecidas para
los administradores sociales (arts. 108, 59 LS). Así, cabe a los liquidadores –igual
que a administradores y síndicos- el deber de actuar con la lealtad y con la diligencia
de un buen hombre de negocios (art. 59 LS), pauta a través de la cual se juzgan sus
culpabilidades, en función de la conducta observada y contrastada contra la
esperable, sin tener para ello en cuenta sus condiciones de mayor habilidad o
personales. El cartabón del buen hombre de negocios importa reconocer un margen
de discrecionalidad o espacio autónomo de decisión que permite al liquidador elegir
entre cualquiera de las opciones razonables que se les presenten dadas las
circunstancias del caso particular, al tiempo que les impone la previsión de
acontecimientos que no resulten absolutamente desacostumbrados para la actividad
liquidatoria que les cabe. Fija también de manera concomitante un criterio abstracto
y típico de valuación y que pretende del liquidador una diligencia en su gestión por
sobre la propia del hombre medio (art. 902 Código Civil).
En tanto integrantes de un órgano social, cae sobre los liquidadores –de ser
aquel colegiado- y a partir de la necesaria actuación conjunta para que una decisión
resulte imputable al ente (art. 105 LS), la presunción de culpa colectiva de todos
quienes han concurrido a su realización. La ley establece expresamente que la
responsabilidad de los directores por daños derivados de las faltas a sus obligaciones
es solidaria e ilimitada (arts. 59 y 108, 103, 105 LS). La solidaridad se manifiesta en
una responsabilidad personal e individual de cada uno de los sujetos que integran el
órgano de liquidación respecto del importe total del perjuicio ocasionado, la
ilimitación hace que esta se extienda a todo su patrimonio personal.
En cuanto a las acciones societarias propiamente dichas, y a partir de la
remisión expresa efectuada por el art. 108 LS, caben contra el liquidador la social y
la individual de responsabilidad (art. 276 y 279 LS): i.-) la acción social de
responsabilidad, de naturaleza societaria y contractual, atiende la reparación de
aquel perjuicio colectivo que afecta directamente a la sociedad; puede decirse que su
carácter social está dado en cuanto la misma se dirige a la protección, defensa
reconstrucción y reparación del patrimonio o de los intereses del ente en general; ii.-
) según el art. 279 LS, tanto los accionistas como los terceros conservan siempre sus
acciones individuales contra los directores, consagrando así la conocida como
individual de responsabildad, aplicable también al liquidador por remisión del art.
108 LS. Se trata de una acción autónoma tendiente a reparar el daño que se infiera a
aquellos, en forma personal y directa en sus patrimonios, con motivo de la actuación

507
de los liquidadores. Su naturaleza es bifronte1642, contractual o extracontractual
según el acto lesivo realizado por el liquidador. Sobre ambas acciones habremos de
ocuparnos con mayor detalle al tratar la responsabilidad de los administradores.

JURISPRUDENCIA

Liquidador. Obligación de rendir cuentas. Ante la disolución de la sociedad debe


procederse a su liquidación, debiendo los socios responsables rendir cuentas, en ese período,
de su gestión en cuanto a las que no hubieran sido aprobadas durante la vigencia de la
sociedad y hasta la concreción de la partición, resultando de aquélla los saldos deudores o
acreedores. Cám. Com., C, LL 1993-D, 268 - DJ 1993-2, 343.
Liquidador. Deberes. Debe ser confirmada la sentencia que excluye al socio de la
calidad de liquidador que le asigna el contrato, como consecuencia de su omisión en registrar
contrataciones de personal y sus erogaciones, pues la labor del liquidador consiste -entre
múltiples aspectos- en poner fin a las relaciones laborales. Cám. Com., D, LL 1983-C, 469.
Liquidador. Órgano. Los liquidadores no son representantes de los socios, ni de los
acreedores sociales. En virtud del principio de la continuidad de la personalidad que prescribe
nuestra ley, resulta que los liquidadores asumen las funciones de órgano de la sociedad con
todas las consecuencias que ello implica. Cám. Civ. y Com., III, Rosario, junio 26-
1979, “Blejer, David y otros c. Tiempo, S. A.”.
El liquidador reemplaza a los administradores para los fines propios de la liquidación;
representando activa y pasivamente a aquélla y no a los socios ni a los acreedores. Es entonces
un verdadero órgano social, actuando en sus relaciones externas como si fuera la sociedad
misma, con las limitaciones expresadas en relación al objeto de su misión (arts. 105 y 106 ley
19.550). Cám. Civ. y Com., Tucumán, mayo 23-1978, “Provincia de Tucumán c. Inmobiliaria
del Norte, S. A.”.

I.- Facultades del liquidador: Los liquidadores ejercen la representación de


la sociedad y se encuentran facultados para celebrar todos los actos necesarios para
la realización del activo y cancelación del pasivo (art. 105 LS)1643. Tal previsión es
consecuente con el mantenimiento de la personalidad del ente y del sistema
organicista, imperante aún en etapa liquidativa. No existe pauta legal que imponga a
los liquidadores una forma o método para llevar a cabo la liquidación. Puede
realizarse mediante la venta aislada de los bienes sociales, en bloques o aún en masa,
a través de una transferencia de fondo de comercio (ley 11.867) o mecanismo
similar, operando de contado o en cuotas mientras ello resulte ventajoso1644.
Inclusive, y más alla de que producida la causal de disolución la actividad social se
endereza a la liquidación del ente, esta puede realizar nuevos negocios si ello es
conveniente para una mejor liquidación1645. Incluso, mientras no haya concluido su

1642
Resulta dificultoso atribuir una naturaleza unívoca a la acción individual, habida cuenta
que, si bien en principio es la persona jurídica -y no los integrantes de sus órganos- quien responde
frente a terceros, será la ilicitud del acto cometido por el director -y no eventuales faltas de
organicidad- de la que se derivará la responsabilidad por los daños.
1643
Reemplazan a los administradores en la administració-liquidación de la sociedad. Cfr.
Siburu, J. B., Comentario del Código… cit., t. V, p. 315, n° 1585.
1644
Cfr. Verón A. V., Sociedades ..cit.., t. II, ps. 348 y 349; Nissen R., Ley de
Sociedades…cit., t. II, p. 250.
1645
Romano A. A. en Código… cit, de Rouillón A., t. III, ps. 247 y 253.

508
proceso liquidatorio mediante la cancelación prevista en el art. 112 LS1646, mediando
resolución asamblearia en tal sentido aún el ente reconducible es reactivable -salvo
para el caso de las causales previstas en los incs. 9 y 10 del art. 94 LS-, señalando
parte de la doctrina que la fusión –o la escisión- puede en ocasiones resultar
necesaria o justificada a los fines liquidatorios1647.
En términos generales les cabe “administrar y tutelar la integridad del
patrimonio social, realizando los actos conservatorios necesarios, llevando la
contabilidad de la empresa, dirigiéndola dentro de los limites de la liquidación,
cobrando los créditos sociales contra terceros, rclamando a los socios la suma
adeudada, contrayendo préstamos en caso necesario, usando la denominación social
como manda la ley, depositando las cantidades percibidas, transigiendo y
suscribiendo compromisos, convocando a reunión de socios cuando sea necesario, y
solicitando el concurso o quiebra de la sociedad cuando se produzcan las causas que
lo hacen procedente1648”, pero más allá de tales facultades, los liquidadores se hallan
sujetos a las instrucciones de los socios, impartidas según el tipo de sociedad, so
pena de incurrir en responsabilidad por los daños y perjuicios causados por el
incumplimiento (art. 105 LS).
Los liquidadores deben actuar siempre empleando la razón social o
denominación de la sociedad con el aditamento en liquidación, ya que su omisión
los hace ilimitada y solidariamente responsables (art. 105 LS). Tal previsión, que
tiene su antecedente en el art. 434 del Código de Comercio, obedece al cuidado de la
buena fe negocial que impone hacer saber a los terceros que el ente se encuentra en
etapa liquidativa.

JURISPRUDENCIA

Liquidador. Funciones. Representación. La figura del liquidador, contemplada en el


art. 102 de la ley 19.550, ostenta la representación necesaria de la sociedad en cuanto persona
jurídica en estado de liquidación, y se halla investida de la facultad de celebrar todos los actos
necesarios para la realización del activo y cancelación del pasivo de aquélla, actividad ésta que
no sólo constituye una potestad sino que es una verdadera obligación; y en lo que hace a la
extensión de dicha representación, no cabe duda que sus facultades abarcan la actuación
judicial, es decir, intervenir en los litigios en que la sociedad fuere actora o demandada. Por
ello, la actuación en el juicio de expropiación de la sociedad de su liquidador judicial importó
el ejercicio de funciones propias y específicas cargo que por su naturaleza es remunerado, por
lo que no existen razones para otorgarle una retribución adicional por el cumplimiento de sus
deberes propios y no surge que el desempeño del peticionario haya sido en el carácter de
profesional de una de las partes, susceptible de devengar honorarios (arts. 1°, 2° y 47, ley
21.839), sino que por el contrario, tal actuación es asimilable a la de la sociedad que
representó judicialmente, es decir, la propia parte. CSJN, LL 1984-B, 13.

1646
Cfr. Civil y Com., 3° Nom., Córdoba, ED, 105-352.
1647
Cfr. Romano A. A. en Código… cit, de Rouillón A., t. III, p. 197; Zunino J.,
Disolución… cit, t. II, p. 347; Solari Costa O., Fusión y Escisión Nacional y Trasnacional de
Sociedades, Bs. As., 1996, p. 129. En contra, Nissen R., Ley de Sociedades… cit., t. 2, p. 137.
1648
Cfr. Verón A. V., Sociedades ..cit.., t. II, p. 337.

509
A las sociedades en liquidación le son aplicables todas las preceptivas establecidas
para la sociedades en general en lo que fuera compatible, por los actos constitutivos o por los
estatutos. Es así como a estar al carácter meramente dispositivo del art. 102 de la ley 19550, la
liquidación de sociedad esta a cargo del órgano de administración, salvo casos especiales o
estipulación en contrario. Cám. Com., A, ED, 82-370.
La figura del liquidador, contemplada en el art. 102 de la ley 19550, ostenta la
representación necesaria de la sociedad en cuanto persona jurídica en estado de liquidación, y
se halla investida de la facultad de celebrar todos los actos necesarios para la realización del
activo, y cancelación del pasivo (art. 105, de dicha ley) quehacer este que no sólo constituye
una potestad sino que es una verdadera obligación. CS, ED, 108-118.
La sociedad declarada disuelta judicialmente debe liquidarse, y para ello se requiere
un liquidador, sin que obste que sea el propio administrador o alguno de los socios y aun un
tercero, en caso de discrepancia. El art. 102 de la ley 19550 regla minuciosamente el
procedimiento de designación del liquidador, y el art. 103 y los siguientes señalan, sus
funciones. Civ. Com., II, Bahía Blanca, ED, 93-779.
Acción de liquidación: Si en el caso se demando la liquidación de la sociedad y los
accionados se allanaron a dicha pretensión, se configura así un supuesto de una sociedad en
liquidación correspondiendo en consecuencia aplicar las disposiciones pertinentes de la ley
19550, en virtud de lo establecido en el art. 1777 del Código Civil. Cám. Civ., D, ED 135-545.
A las sociedades en liquidación le son aplicables todas las preceptivas establecidas
para la sociedades en general en lo que fuera compatible, por los actos constitutivos o por los
estatutos. Es así como a estar al carácter meramente dispositivo del art. 102 de la ley 19550, la
liquidación de sociedad esta a cargo del órgano de administración, salvo casos especiales o
estipulación en contrario. Cám. Com., A, ED, 82-370.
Si en el caso se demando la liquidación de la sociedad y los accionados se allanaron a
dicha pretensión, se configura así un supuesto de una sociedad en liquidación correspondiendo
en consecuencia aplicar las disposiciones pertinentes de la ley 19550, en virtud de lo
establecido en el art. 1777 del Código Civil. Cám. Civ., D, ED 135-545.

II.- Inventario y balance de liquidación. Informes: La liquidación puede


hacerse tanto extrajudicialmente –como usualmente sucede- como judicialmente, en
cuyo caso no se altera el procedimiento ni se cambia a los encargados de ejecutarla,
salvo que la decisión del tribunal resolviera lo contrario1649. Los liquidadores están
obligados a confeccionar dentro de los treinta días de asumido el cargo –prorrogable
hasta ciento veinte días; art. 103 LS- un inventario y balance del patrimonio social,
que pondrá a disposición de los socios. Ambos instrumentos, que refieren a actos
celebrados durante la etapa preliquidativa y que delimitan la gestión del ahora
caduco órgano de administración –sustituido por el de liquidación-, son en interés de
liquidadores, socios y acreedores y reflejan la situación financiera, económica y
patrimonial de la empresa con vistas a su realización1650.
El art. 103 LS no prevé más que la puesta a disposición del balance inicial a
los socios, sin referencia alguna a su aprobación o rechazo. En función de ello es que
parte de la doctrina se inclina por la aplicación analógica para el caso del art. 110 LS
y que alude al balance final de liquidación1651, que habilita la impugnación del
1649
Cfr. Halperín I. y Otaegui J., Sociedades Anónimas… cit., 2° ed., p. 841.
1650
Cfr. Verón A. V., Sociedades ..cit.., t. II, p. 328, quien en razón de ello entiende que,
aunque la ley no lo contemple, debiera elaborarse también un estado de resultados.
1651
Cfr. Nissen R., Ley de Sociedades…cit., t. II, p. 263; Romano A. A. en Código… cit, de
Rouillón A., t. III, p. 251.

510
balance inicial en el término de quince días corridos. De intentarse una acción
judicial, esta deberá promoverse en el término de los sesenta días siguientes,
acumulándose todas las impugnaciones en una causa única. La no confección y
puesta a disposición en término del balance inicial es causal de remoción de los
liquidadores y les hace perder el derecho de remuneración, así como les
responsabiliza por los daños y perjuicios ocasionados (art. 103 LS).
Durante la etapa liquidativa, además, los liquidadores deberán informar a los
socios por lo menos trimestralmente sobre el estado de la liquidación. En las
sociedades de responsabilidad limitada cuyo capital alcance el importe fijado por el
artículo 299 inc. 2° LS y en las sociedades por acciones, el informe se suministrará a
la sindicatura (art. 104 LS)1652. Se trata de una verdadera rendición de cuentas, que
debe ajustarse a los términos previstos en los arts. 68, 69, 71 y 74 LS1653, cuyo
incumplimiento habilita la remoción. Si la liquidación se prolongare, se
confeccionarán además balances anuales (art. 104 LS).

JURISPRUDENCIA

Balance de liquidación. Es facultad del juez otorgar, dentro de los límites legales, el
término para presentar un inventario y balance, previsto por el art. 103 de la ley 19550, cuando
se trata de una liquidación ordenada judicialmente y de naturaleza contenciosa, aun cuando
pueda aparecer excesiva la fijación del máximo legal, según el giro comercial y el tiempo
transcurrido. Dicho plazo (120 días) no debe computarse desde la notificación de la
providencia sino desde la fecha en que el liquidador asumió el cargo. Cám. Com., C, ED, 70-
245.
Cabe denegar el reclamo dinerario de un socio de una sociedad de responsabilidad
limitada, en concepto de valor de parte —computados el aporte y las ganancias de la
explotación—, efectuado al momento de solicitar la disolución de la sociedad, toda vez que
tales compensaciones no provienen de un balance de liquidación, cuyo procedimiento a cargo
de un liquidador no se puede obviar, e implica la caducidad de cualquier derecho de los socios
de retirar suma de dinero a cuenta de utilidades o gastos. Cám. Com., E, IMP 2007-7, 802.
Balances anuales. Estando la sociedad en liquidación desde hace largo tiempo, existe
por ello la obligación de confeccionar balances anuales (art. 104, ley de sociedades), cuya
consideración y aprobación debe ser hecha a través de la correspondiente asamblea de socios
estando obligados los liquidadores a mantener y llevar la contabilidad social (art. 108, ley de
sociedades). Cám. Civ. y Com., II, Rosario, marzo 02-1988, “Montani, Juan C. y/u otro c.
Bonomi y Cía., S. C. A.”

III.- Partición y distribución parcial: El Código de Comercio, en el inc. 3°


del art. 436 disponía que los liquidadores estaban obligados a proceder
inmediatamente a la partición de los bienes sociales una vez que hubiera finalizado
la liquidación, o aún antes si los socios acordaran que los dividendos se hicieran “a
razón de tanto por ciento, a medida que los bienes se vayan liquidando, después de

1652
Cabe volver a señalar aquí que durante la liquidación el ente no pierde su personalidad ni
desaparece sin más el organicismo sobre el que se basa su funcionamiento.
1653
Cfr. Nissen R., Ley de Sociedades…cit., t. II, p. 265.

511
satiasfechas todas las obligaciones sociales”, lo que importaba tanto como efectuar
depósito de cantidad suficiente para su pago (art. 442 Código de Comercio)1654.
En concordancia con ello, el art. 107 LS dipone que si todas las obligaciones
sociales estuvieren suficientemente garantizadas, podrá hacerse partición parcial
(art. 107 LS). No bastará, por tanto, la mera constatación de la existencia de activo
excedente sobre los pasivos sociales, sino que el liquidador debe garantizar el pago
de estos últimos. Los accionistas que representen la décima parte del capital social
en las sociedades por acciones y cualquier socio en los demás tipos, pueden requerir
en esas condiciones la distribución parcial. En caso de la negativa de los
liquidadores la incidencia será resuelta judicialmente.
El acuerdo de distribución parcial se publicará en la misma forma y con los
mismos efectos que el acuerdo de reducción de capital (arts.83 inc. 2° y 204 LS).

JURISPRUDENCIA

Distribución parcial. Corresponde rechazar la acción tendiente al cumplimiento de un


convenio de partición, adjudicación y liquidación parcial de cosas comunes de una sociedad
por el cual se acordó la escrituración de un inmueble de propiedad de aquélla a nombre de la
actora, toda vez que los socios debieron acudir al procedimiento establecido en los arts. 101 a
112 de la ley 19.550 atento que no tienen la potestad de repartirse la totalidad de los bienes
porque ello implica una disolución, liquidación y partición privada sin intervención de la
autoridad de contralor, con alta potencialidad dañosa para terceros y acreedores ante la
omisión de publicitar la disolución social. Cám. Com., B, LL 01/12/2005, 5.

IV.- Balance final y proyecto de distribución: El art. 109 LS dispone que,


extinguido el pasivo social, los liquidadores confeccionarán el balance final y el
proyecto de distribución: reembolsarán las partes de capital y, salvo disposición en
contrario del contrato, el excedente se distribuirá en proporción a la participación de
cada socio en las ganancias. Se inicia así la etapa de partición final –por
contraposición con la provisoria del art. 107 LS-, propia del proceso de liquidación e
inmediatamente previa a su conclusión, la que sólo se da con la cancelación del
contrato en el Registro Público de Comercio. El balance final debe también incluir
los honorarios del liquidador1655.
Atento su finalidad, el referido balance difiere de aquellos de cierre de
ejercicio, por cuanto se reduce a indicar las disponibilidades existentes, los
resultados “provenientes de la gestión liquidcional y las cuentas de contrapartida
patrimonial indicativas de los saldos globales a favor de los socios”; en cuanto al
proyecto de distribución que lo acompaña, este nada dice respecto del momento en
que tal distribución debe realizarse y que “es una cuestión de prudencia y equilibrio,
en el que se concatenan los intereses de los socios con las posibilidades técnicas y
materiales y con la duración y extinción de las relaciones jurídicas existentes1656”.

1654
Cfr. Malagarriga C.C., Código de Comercio Comentado, t. II, p. 404.
1655
Cfr. Favier Dubois E., Derecho Societario… cit., p. 366.
1656
Verón A. V., Sociedades ..cit.., t. II, ps. 364 y 367.

512
En el aspecto económico, la partición final importa simplemente i.-) la
devolución a cada socio que detente una parte del capital originariamente suscripto e
integrado al momento de la constitución del ente, disminuido o actualizado según las
viscisitudes sufridas por la cuenta capital y la participación de aquel al respecto a lo
largo de la vida del ente; y ii.-) la distribución de todo excedente, también entre los
socios, pero según las pautas que a tal efecto se hubieran previsto contractualmente.
En defecto de previsión estatutaria, la adjudicación del excedente se hará respetando
las proporciones observadas en la tenencia de capital.
El balance final y el proyecto de distribución suscriptos por los liquidadores
deben ser comunicados a los socios, quienes podrán impugnarlos en el término de
quince días. En su caso, la acción judicial correspondiente se promoverá en el
término de los sesenta días siguientes. Se acumularán todas las impugnaciones en
una causa única (art. 110 LS). En las sociedades de responsabilidad limitada cuyo
capital alcance el importe fijado por el artículo 299, inciso 2), y en las sociedades
por acciones, el balance final y el proyecto de distribución suscriptos también por
los síndicos, serán sometidos a la aprobación de la asamblea. Los socios o
accionistas disidentes o ausentes, podrán impugnar judicialmente estas operaciones
en el término de sesenta días computado desde la aprobación por la asamblea (art.
110 LS).
El balance final y el proyecto de distribución aprobados deben agregarse al
legajo de la sociedad en el Registro Público de Comercio, y se procederá a la
ejecución (art. 111 LS). Los importes no reclamados dentro de los noventa días de la
presentación de tales documentos en el Registro Público de Comercio, deben
depositarse en un banco oficial a disposición de sus titulares. Transcurridos tres años
sin ser reclamados, estos se atribuirán a la autoridad escolar de la jurisdicción
respectiva (art. 111 LS).

JURISPRUDENCIA

Liquidación. Balance final. El balance final cuya confección impone el art. 109 de la
ley 19.550 al liquidador de una sociedad, constituye una virtual rendición de cuentas
sustancialmente disímil del balance del ejercicio, en tanto queda reducido a indicar las
disponibilidades existentes, los resultados provenientes de la gestión liquidatoria y las cuentas
de contrapartida patrimonial indicativas de los saldos globales a favor de los socios. Cám.
Com., D, LL 1999-C, 225 - DJ 1999-1, 603.
Liquidación. Oposición. La oposición del demandado a que la liquidación de la
sociedad se lleve a cabo sin tener precisiones respecto a la forma en que se distribuían los
créditos, constituye una negativa concreta al progreso de la demanda, pues en la etapa
liquidatoria se podría determinar la existencia de los créditos favorables a la sociedad y las
deudas que pesan sobre ella, para efectuar la distribución del remanente entre los socios. Cám.
Com., C, LL 1997-E, 708 - DJ 1997-3, 850.

V.- Insuficiencia de fondos. Contribuciones debidas: Cuando los fondos


sociales fueran insuficientes para satisfacer las deudas, los liquidadores están
obligados a exigir de los socios las contribuciones debidas de acuerdo con el tipo de
sociedad o del contrato constitutivo (art. 106 LS). Con términos similares ya el art.

513
437 del Código de Comercio disponía que los socios ilimitadamente responsables
atendieran, agotados los bienes sociales, los pasivos del ente, o bien que los socios
limitadamente responsables completaran sus aportes en caso de mora. Respecto de
los primeros –socios ilimitadamente responsables- su responsabilidad resulta
también solidaria (arts. 125, 134, 141 y 315 LS1657), por lo que bastará al liquiador
acreditar la insuficiencia del patrimonio para que quede habilitada la reclamación
hasta el cumplimiento íntegro de la obligación a cualquiera de los deudores (art. 705
Código Civil), lo que aumenta las posibilidades de pago y erije a la solidaridad como
el medio más perfecto de garantía personal1658. La estructura de la obligación
solidaria hace surgir un frente común de acreedores o deudores, en el que cada
individuo puede comportarse como un acreedor o deudor singular con respecto a la
totalidad del objeto1659. Lo expuesto no obsta que aquel o aquellos socio que
hubieran satisfecho la totalidad de lo adeudado por el ente puedan, posteriormente,
ejercer acción de regreso contra el resto de los socios.
En las sociedades regulares por partes de interés la ilimitación en la
responsabilidad viene también acompañada de su subsidariedad1660, por lo que sólo
podrá hacérsela efectiva en los bienes particulares del socio después de agotados los
bienes del ente. Producto de la subsidiaridad de la responsabilidad, gozan entonces
los socios del beneficio de excusión (art. 2012 Cód. Civ.), que no es otra cosa que el
derecho a oponerse a que se haga efectiva la condena contra la sociedad hasta tanto
el aceedor no haya ejecutado todos los bienes del deudor. Este beneficio, que no
funciona de pleno derecho y debe ser alegado por el socio perseguido en sus
bienes1661, encuentra su justificación directa en la análoga fianza, que consiste en
proporcionar al acreedor más firmes perspectivas de satisfacción de su crédito contra
el deudor principal pero sin desplazar a este último de su obligación1662. Tanto el
beneficio de excusión con que cuenta el socio ilimitadamente responsable como el
beneficio de división son, en términos generales, rechazados por el ordenamiento

1657
Si bien se ha señaldo que se trata de una solidaridad especial, por cuanto no es ni la de
los codeudores solidarios –los socios responden por una deuda ajena- ni la de los fiadores solidarios,
aunque se asimila bastante a esta última, lo que justificaría someterlos a esta en todo cuanto sea
compatible con su calidad de socios. Cfr. Tonón A., “Las acciones de los acrredores sociales contra
los socios después de liquidada y cancelada la sociedad”, ED 102-980.
1658
Cfr. Boffi Boggero L.M. Tratado de las Obligaciones, t. 3, Bs. As., 1975, p. 544.
1659
Cfr. Llambías J.J., Código Civil… cit., t. II-A, p. 507.
1660
Dentro de las características de la subsidiaridad en la responsabilidad del socio se puede
apuntar como efectos de la misma –según Verón- que: a) es improcedente reclamar simultáneamente
contra el socio y la sociedad; b) los bienes particulares de los socios no incluidos en la formación del
capital no pueden ser ejecutados para el pago de la deuda social sino después de ejecutados todos los
bienes de la sociedad; c) es inadmisible la acción por cobro de una deuda social dirigida contra uno
de los socios a título personal, la subsidiaridad perdura aún cuando la sociedad se halle en estado de
liquidación, por más que aquel no pueda acogerse al beneficio de excusión si la sociedad ha sido
disuelta y los bienes que le corresponderían en la liquidación le fueran entregados. Cfr. Verón A. V.,
Sociedades ..cit.., t. II, p. 579.
1661
Cfr. Halperín I. y Butty E., Curso…cit. 4ª ed. t. I, p. 437.
1662
Cfr. Borda G., Tratado… Contratos… cit., t. II. 7ª ed., p. 464.

514
comercial en cuanto prescribie que el fiador no podrá invocarlos ya que estos “nunca
se admiten en materia comercial” (art. 480 Cód. Com.)1663.
Respecto de los socios limitadamente responsables, estos responden hasta el
importe suscripto y no integrado, ya sea el propio o de sus coasociados según se
trate de sociedades anónimas o de responsabilidad limitada (arts. 163 y 150 LS).
Existen, sin embargo, excepciones a ello en las que se imponen a los socios las
deudas sociales, tal el caso de la responsabilidad solidaria e ilimtada impuesta al
socio de la sociedad de responsabilidad limitada por la sobrevaluación de los aportes
en especie (art. 150 párr. 2° LS).

JURISPRUDENCIA

Liquidación. Responsabilidad del socio. Límites. Es improcedente condenar a los


socios de una sociedad de responsabilidad limitada en quiebra a cancelar las obligaciones de
ésta en virtud de una cláusula contractual que imponía a aquellos una contribución para
satisfacer las deudas en caso de liquidación, pues dicha disposición sólo funciona "ad intra" a
los fines de enjugar las deudas en caso de liquidación voluntaria, pero no opera "ad extra", en
tanto ello desnaturalizaría el tipo societario, obligando a los socios en forma ilimitada por las
obligaciones del ente con los terceros. Cám. Com., B, LL 2001-F, 790 - DJ 2002-1, 190 - IMP
2002-A, 1240 - ED 197, 349.

VI.- Cancelación de la Inscripción: La conclusión de las tareas liquidativas


marca la extinción -de hecho- de la personalidad jurídica del ente. Procede luego,
como último acto útil y posible en relación a este1664, la incripción de la cancelación
del contrato social en el Registro Público de Comercio (art. 112 LS). Esta tiene
efectos declarativos1665, ya que, aún inscripta, de ser inexacta por verificarse la
posterior existencia de pasivos no denunciados –por tanto no cancelados- o de
activos, la liquidación deberá reabrirse a tales fines, sin perjuicio de la
responsabilidad de los liquidadores1666. Ello por cuanto, aún cancelada la sociedad
en el Registro, los acreedores sociales no atendidos mantienen sus acreencias y los
socios conservan su responsabilidad por las deudas sociales1667, al menos hasta la

1663
En la fianza comercial la regla es que se puede perseguir directamente al fiador –lo
contrario a lo que la LS prevé para el caso particular que aquí tratamos-, sin excutir los bienes del
deudor, con la sóla limitación de la interpelación previa al deudor –y que no es excusión- y elderecho
del fiador ejecutado directamente, de ofrecer bienes del deudor a embargo. Cr. Zavala Rodríguez C.,
Código… cit, t. II, p. 323.
1664
No sólo en interés del propio ente, sino tambien en resguardo del interés público y del
los acreedores.
1665
En contra, Zunino J., Disolución… cit., t. II, p. 474.
1666
Cfr. Halperín I. y Otaegui J., Sociedades Anónimas… cit., 2° ed., p. 854; Tonón A., “Las
acciones de los acreedores…” cit., ED 102-980; Romano A. A. en Código… cit, de Rouillón A., t. III,
2006, p. 260; Sosa de Irigoyen M., Cancelación Registral de las Sociedades Comerciales, Bs. As.,
2006, p. 93.
1667
Y que empieza a correr: i.-) en el caso de las acciones contra socios de responsabilidad
ilimitada, el plazo comienza a correr desde que los bienes sociales fueron excutidos infructuosamente
o, en su defecto, desde que el acrredor social tuvo conocimiento del balance final de aprobación, o, en
última instancia, desde la cancelción de la inscripción; ii.-) en los casos de socios con responsabilidad
limitada, el plazo computa desde que el acreedor tomó conocimiento del balance final de liquidación,

515
ocurrencia de la prescrpción de las acciones de aquellos contra el ente. Así,
verificada la existencia de pasivos insatisfechos, cabe solicitar la reapertura de la
liquidación, correspondiendo a: i.-) los socios con responsabilidad ilimitada hacerse
cargo de la totalidad de las deudas pendientes y ii.-) a los socios con responsabilidad
limitada, la devolución de la cuota de liquidación que pudieren haber percibido1668.
En defecto de un acuerdo entre los socios, corresponde al Juez de Registro
decidir quien conservará los libros y demás documentos sociales (art. 112 LS)1669.
En cuanto al tiempo, y atento el silencio de la LS, resulta de aplicación el art. 67 del
Código de Comercio, por lo que estos deberán guardarse hasta transcurridos diez
años del cese de la actividad –esto es, de cancelada la inscripción del contrato-. El
fundamento de la norma reside en que son los libros de comercio -con más su
registración- la garantía que la sociedad exige para el control de la actividad
comercial1670. El precepto refiere tanto a los libros sociales (actas y registros) como
a los contables propiamete dichos y enumerados en el art. 44 del Código (diario e
inventarios y balances, sin perjuicio de otra documentación que correspondan a una
adecuada integración de un sistema de contabilidad según la importancia y
naturaleza de las actividades).

JURISPRUDENCIA

Cancelación. Una razonable interpretación teleológica del art. 12 de la ley 14499


impone considerar el recaudo exigido por aquel como propio, en rigor, de la inscripción de la
cancelación del contrato social (art. 112, ley 19550), pues hasta dicho momento podrán
precisamente los acreedores, perseguir contra el ente societario el cobro de sus créditos,
mientras que la inscripción de la disolución. Más bien les beneficia, en tanto la restricción del
objeto social y facultades de los liquidadores a los actos liquidatorios será oponible a los
terceros e inimputables a la sociedad las operaciones exorbitantes de dicho ámbito, que
pudieran disminuir la garantía que comporta el patrimonio social en liquidación para los
acreedores, entre los que se encuentra el fisco por título previsional. Juz. de Reg., ED, 88-304.
La sociedad comercial que se encuentra en proceso de liquidación tiene legitimación
sustancial pasiva respecto de la demanda laboral instada por un acreedor, pues, a la fecha en
que se interpuso la demanda subsistía su personalidad jurídica, la cual recién se extingue con
la cancelación de la inscripción registral, que en el caso tuvo lugar luego de iniciarse la acción.
SCJ, Mendoza, IMP 2006-7, 1064 – LL Gran Cuyo 2006 (marzo), 190.
Importando la disolución en el régimen societario vigente el pasaje al estado de
liquidación, parece evidente -en orden al consecuente problema de la naturaleza de la sociedad
en dicho estado- que la ley ha adoptado el sistema de la identidad. La personalidad de la
sociedad en liquidación se mantiene (art. 101, ley 19.550), importando ello la identidad del
ente antes y después de la disolución, hasta consumarse el fin del contrato con la cancelación
de la inscripción (art. 112, ley citada). Juzg. de Reg. LL 1980-C, 446.

o, en su defecto, desde la cancelación. Cfr. Tonón A., “Las acciones de los acrredores…” cit., ED
102-980.
1668
Sosa de Irigoyen M., Cancelación… cit., ps. 92 a 97.
1669
Es en tal circunstacis en que se designa un”conservador de libros que cumple las
funciones de archivero”. Sosa de Irigoyen M., Cancelación… cit., p. 68.
1670
Cfr. Gómez Leo O. y Gómez Buquerin G., Código de… cit., vol. I p. 137.

516
Capítulo XII
Transformación, fusión y escisión
SUMARIO:
46.- Transformación. a.- Antecedentes. b.- En la actualidad. c.- Responsabiliad de los
socios. d.- Sujetos transformables. I.- Sociedades Civiles. e.- Procedimiento. I.- Receso.
II.- Rescisión y caducidad. 47.- Fusión. a.- Sujetos legitimados para fusionarse. b.-
Requisitos. Compromiso previo de fusión. I.- Oposición a la fusión. II.- Acuerdo
definitivo de fusión. III.- Inscripción registral. IV.- Receso y preferencias. c.-
Revocación. d.- Rescisión: justos motivos. 48.- Escisión. a.- Requisitos. b.- Oposición.
c.- Instrumento definitivo de escisión

46.- Transformación
La transformación de una sociedad regularmente constituida se produce cuando esta,
en procura de reestructurar su forma, abandona el tipo originalmente escogido para
adoptar otro de los previstos por la ley y a cuya normativa en el futuro habrá de
someterse, sin disolverse ni alterar sus derechos y obligaciones (art. 74 LS). Las
razones para ello suelen obedecer a nuevas necesidades del ente referidas a la
organización de la explotación que lleva a cabo, a la imposición legal de ciertos
tipos para ciertas actividades, a la ocurrencia de ciertos eventos, a requerimientos de
los socios relacionados con las responsabilidades propias de cada tipo, a mayores o
menores costos impositivos, etc.

a.- Antecedentes
Antes de la sanción de la LS regía en la materia el art. 317 del Código de
Comercio, que declaraba nulo cualquier intento de los accionistas de transformar
una sociedad anónima en cualquier otra especie de asociación1671. Tan arraigado
resultaba entonces el criterio legal que Malagarriga refería que “La voluntad
expresada por la asamblea [de accionistas] es la voluntad de la sociedad. Pero ésta
tiene unos estatutos que son para los accionistas lo que para nuestros legisladores la
Constitución Nacional. En contra de esa Carta fundacional nada pueden resolver los
socios1672”. Pero con la sanción de la ley 11.645 –su art. 23- que incorporara al
Código de Comercio las sociedades de responsabilidad limitada comienza a abrirse
camino la doctrina que aconsejaba la adopción de la transformación de las
sociedades civiles y comerciales. Pero pese a tal nueva normativa, la doctrina
entendió que no resultaba posible concebir la transformación sin disolución,

1671
Art. 317 Código de Comercio: “Después de instalada la sociedad con la licencia
correspondiente, toda deliberación ulterior de los accionistas contra los estatutos de la sociedad, o que
tenga el efecto de que sean violados o que dé a los fondos sociales otro destino, o que transforme la
sociedad anónima en otra especie de asociación, es nula y de ningún valor. El administrador que
obrara en virtud de ella, responde personalmente frente a los terceros con quienes contratare”.
1672
Malagarriga C.C., Código de Comercio Comentado, t. II, p. 114, quien concluía que
“pueden –los socios- sí reformarla en determinadas condiciones; pero mientras la reforma no haya
llegado a su perfecta sanción, esto es, dentro de nuestro régimen, a la aprobación gubernativa, deben
ajustarse los actos sociales a los primitivos estatutos”.

517
argumentando mayormente las serias limitaciones derivadas de eventuales
aleraciones en las garantías de los acreedores sociales, y que la norma no preveía1673.
Halperín, quien se manifestaba a favor de una reforma que incluyera y reglamentara
el instituto, refería que “en nuestro derecho la transformación de la sociedad
anónima está prohibida por el art. 317, Cód. de Com., porque aún cuando se reúna la
unanimidad, existe la responsabilidad hacia los acreedores (arts. 337 y 353, Cód. de
Com.). En nuestro derecho, en su estado actual, una sociedad anónima no puede
transformarse en el sentido aquí expuesto: es menester crear un segundo ente y
enajenarle el patrimonio social, conforme a las reglas de la ley 11.867 –transferencia
de fondo de comercio-, con las perturbaciones que introduce el régimen de
oposiciones y los gravámenes fiscales. Salvo que se transforme en una sociedad de
responsabilidad limitada, de la ley 11.645, conforme a su art. 231674”. La LS vino
finalmente a regular de manera integral y por primera vez en nuestro derecho el
instituto de la transformación, de forma tal de no dejar lagunas que permitieran
excusar la responsabiliodad de la sociedad transformada o de los socios, salvo que
los acreedores –personalmente notificados- no se opongan o contraten con el ente
luego de adoptada la nueva forma1675.

b.- En la actualidad
Respecto de la personalidad del ente y por expresa previsión legal, opera con
la transformación un mero cambio de forma de la sociedad, con susbsistencia de
aquel1676, toda vez que las formas –entendidas aquí como tipos- tienen por fin
proteger y actuar la voluntad de los socios, quienes desean continuar la persona
jurídica1677. Ello no obstante que, en puridad y desde una concepción positivista en
la que el substrato de la personalidad jurídica es la regulación de la conducta de
varios individuos -personificada en un punto común de imputación que juega como
causa específica del negocio colectivo-, en la transformación lo substante no es el
sujeto sino la empresa1678, la que se reorganiza ajustada ahora al traje del nuevo tipo
escogido. Lo dicho en nada empece que nos encontremos frente a un instituto
autónomo con reglas específicas y efectos jurídicos propios, un acto de gestión
interna que se traduce en una modificación estatutaria que altera las relaciones de

1673
Cfr. Garo F., Sociedades… cit., t. I, vol. II, p. 167.
1674
Halperín I. Manual… cit., ps. 397 y 398.
1675
Exposición de Motivos Ley 19.550, Capítulo I, Sección X. “Por supuesto que no podían
quedar inermes los socios, y por ello los arts. 77 y 79 regulan detalladamente los requisitos y la forma
del ejercicio de sus derechos, buscando una conciliación, en la medida de lo posible, delas distintas
situaciones que se pueden presentar”.
1676
Cfr. Zaldivar E. y ots, Cuadernos… cit., vol. IV, p. 68.
1677
Cfr. Halperín I. y Butty E., Curso…cit. 4ª ed. t. I, p. 387.
1678
Lo contrario importaría subjetivar la empresa. Cfr. Colombres G., La Teoría del…cit., ps. 26 y
27, notas 16 y 17. Consecuente con esta posición, para el autor no resultaba posible regular la
transformación del ente, siendo necesaria su extinción para, solo luego, constituir una nueva sociedad
adecuada al tipo escogido. Id. Curso… cit., ps. 70 a 75.

518
socios y terceros1679, pero que consagra un cambio de tipo con subsistencia de la
sociedad original. La transformación “opera dentro de una misma y única sociedad y
como acto voluntario de los socios1680”.

JURISPRUDENCIA

Transformación. Subsistencia del ente original. La transformación de una sociedad


no implica el cambio de objeto ni reforma o modificación del estatuto social, sino únicamente
la mutación de tipo societario en otro. La transformación de una sociedad en otro tipo
societario no implica la pérdida de la personalidad social, pues continúa la preexistente sin
solución de continuidad. Cám. Apel., Civ. y Com., III, Concordia, LLLitoral, 1999970 (157S).
Cuando media transformación societaria, el mandato otorgado por la anterior
sociedad no queda invalidado, pues la mutación operada no afecta la condición de persona de
derecho de que gozaba la instituyente. Cám. Civ. y Com., Concepción del Uruguay, LLLitoral,
1998-1-83.

c.- Responsabiliad de los socios


La ley prevé no sólo la no disolución del ente (art. 74 LS), sino que, como
lógica derivación de la técnica de identidad1681, además dispone que la
transformación no modifica la responsabilidad solidaria e ilimitada que los socios
tuvieran bajo el anterior tipo, aun cuando se tratara de obligaciones que deban
cumplirse con posterioridad a la adopción del nuevo (art. 75 LS1682). De esta forma
se procura que no se vean perjudicados los terceros contratantes con sociedades de
personas o de partes de interés, quienes presumiblemente han tenido en cuenta la
garantía que para sus créditos representan los patrimonios individuales de cada
socio. El régimen de responsabilidad del socio sólo se modificará entonces para el
caso de que los acreedores sociales así lo consintieran expresamente1683. La LS trata
de esta forma la liberación de responsabilidad de socios solidariamente obligados
con el ente, sin aludir a consentimiento alguno de los acreedores respecto de una
transformación que se llevará a cabo sin su participación1684. Por el contrario, si en
razón de la transformación existieran socios que asumieran responsabilidad
ilimitada, ésta no se extiende a las obligaciones sociales anteriores a la
transformación, salvo que la acepten expresamente (art. 76 LS1685).

1679
Zaldivar E. y ots, Cuadernos… cit., vol. IV, p. 75; Sasot Betes M. y Sasot M.,
Sociedades Anónimas, Constitución… cit., p. 485.
1680
Cfr. Sasot Betes M. y Sasot M., Sociedades Anónimas, Constitución… cit., p. 481.
1681
Cfr. Halperín I. y Butty E., Curso…cit. 4ª ed. t. I, p. 391.
1682
De esta forma la LS incluye todo tipo de obligación y sus contrataciones
complementarias, servicios técnicos o reparaciones, contratos de duración y de ejecución continuada,
etc. Cfr. Nissen R., Ley de Sociedades…cit., t. II, p. 123.
1683
Y siempre y cuando se tratara de sociedades en que la responsabilidad del socio sea
ilimitada y solidaria, no requiriéndose tal consentimiento en el caso inverso (v.gr. sociedad anónima
que adopta como tipo una colectiva).
1684
Cfr. Verón A. V., Sociedades ..cit.., t. actualización, p. 104.
1685
Esta solución es incorporada a la LS por Ley 22.903, por cuanto el anterior art. 76
preveía que con la ransformación, los socios asumían las obligaciones sociales anteriores. La
Comisión reformadora suprimió por “excesivamente gravosa esta garantía adicional gratuitamente

519
JURISPRUDENCIA

Transformación. Responsabilidad del socio. No debe confundirse pues implican actos


jurídicos totalmente distintos de transformación (arts. 74 a 81, ley 19.550), la fusión y escisión
(arts. 82 a 88 ley 19.550), de la cesión de las partes sociales. En las primeras situaciones se
requiere al menos el consentimiento del acreedor o en caso contrario subsiste la
responsabilidad anterior de los socios (arts. 75 y concs., Ley de Sociedades). Y en el caso de
fusión y escisión la oposición reviste la condición impeditiva del acto ya que no puede
realizarse sino son desinteresados o debidamente garantizados debiendo resolverse
judicialmente las discrepancias que se plantearon acerca de la garantía (art. 83, inc. 2°, párr.
2°, Ley de Sociedades). La variación del tipo de sociedad, puede significar alterar el régimen
de responsabilidad personal de cada socio respecto de terceros. La ley, para evitar posibles
fraudes, y para proteger a esos terceros, mantiene la responsabilidad de los socios por los actos
anteriores a la transformación, salvo que los acreedores consientan la transformación. Y
cuando en virtud de la transformación, existen socios que asumen responsabilidad ilimitada,
ésta extiende a las obligaciones sociales anteriores a la transformación (art. 76, ley 19.550).
Cám. Civ. y Com., Junín, octubre 29-1981, “Pita, Julio L. c. Westrepp Curá e Hijos, Soc. en
Com. por Accs.”

d.- Sujetos transformables


Siendo que la ley alude llanamente a la transformación de sociedades por
adopción de un tipo, sin más aditamentos (art. 74 LS), la utilización del instituto
parecería caberle a todo ente. No obstante, i.-) respecto de las sociedades irregulares
y de hecho, para quienes entienden que carecen de tipicidad, la transformación no
será posible1686. Pese a ello, el art. 22 LS prevé la posibilidad de su regularización –
adoptando un tipo-, para lo cual la dispone un mecanismo muy similar al de la
transformación1687 y que en realidad importa una constitución dentro de los tipos
previstos por la ley1688. Para quienes consideran a las sociedades irregulares y de
hecho como subtipos previstos en la LS, la solución es análoga: la regularización es
el camino para que estos entes cambien de tipo. En cuanto a las sociedades en
liquidación, y mientras la decisión de disolver sea revocable, los socios pueden optar
por la transformación; ii.-) las sociedades accidentales y en participación no resultan
transformables, por cuanto no cuentan con personalidad jurídica diferenciada de sus
integrantes (art. 362 LS); iii.-) atendiendo a que la personalidad de la sociedad en
liquidación se restringe a tales fines –liquidatorios; arts. 101 y 105 LS-, la
transformación parecería estarle vedada1689. No obstante, mientras no haya
concluido su proceso liquidatorio mediante la cancelación prevista en el art. 112 LS,

otorgada a los terceros que no contaron con ella al tiempo de generarse la obligación”. Exposición de
Motivos Ley 22.903, Capítulo I, Sección X, ap. 2.
1686
Cfr. Anaya J., “La transformación de…” cit., p. 427; Zaldivar E. y ots, Cuadernos… cit.,
Vol. IV, p. 104; Sasot Betes M. y Sasot M., Sociedades Anónimas, Constitución… cit., p. 482.
Tampoco la aceptan aquellos que sostienen que la única sociedad apta para transformarse es la
regularmente constituida. Cfr. Halperín Isaac, Curso de Derecho Comercial, t. 1, Depalma, Buenos
Aires, 1982, p. 315.
1687
Cfr. Nissen R., Ley de Sociedades…cit., t. II, p. 117.
1688
Halperín I. y Otaegui J., Sociedades Anónimas…, cit. p. 862 n° 5.
1689
Cfr. Zaldivar E. y ots, Cuadernos… cit., vol. IV, p. 103; Nissen R., Curso…cit., p. 258.

520
mediando resolución asamblearia en tal sentido, el ente reconducible es
transformable salvo para el caso de las causales previstas en los incs. 9 y 10 del art.
94 LS1690. iv.-) en punto a las cooperativas, estas no pueden transformarse en
sociedades comerciales o asociaciones civiles (ley 20.337, art. 6). Más allá de tal
expresa prohibición, parte de la doctrina entiende que la norma deja a salvo la
transformación inversa, esto es, de una sociedad comercial en cooperativa1691, en
tanto se entienda a esta como uno de los tipos a los que alude el art. 74 LS.

I.- Sociedades civiles. La LS alude a la transformación de sociedades por


adopción de otro de los tipos previstos, sin más aditamentos ni alusión a ley
particular. A partir de ello es que alguna doctrina ha entendido que la transformación
no se circunscribe a la tipología propia de la LS, pudiendo las sociedades civiles, a
las que consideran un tipo propio del Código Civil, transformarse en sociedades
comerciales1692. Por nuestra parte disentimos con tal postura, por cuanto coincidimos
con aquellos que consideramos que las sociedades civiles, no obstante gozar de
personalidad plena y ser sujetos de derecho, no resultan típicas –ni organizadas- en
los términos de la LS1693. Además, entendemos que la LS ciñe su aplicación al
ámbito de las sociedades comerciales, a las que específicamente regula, no
existiendo motivo para considerar que esta pudiera aludir a otras sociedades
reglamentadas diversas normas especiales o generales.

JURISPRUDENCIA

Transformación. Sociedades irregulares. Las sociedades irregulares carecen de


tipicidad, por lo cual no es posible su transformación en sociedad comercial, aunque se les
reconozca una personalidad jurídica precaria y limitada, es decir que no se adecuan al
concepto normativo de transformación que ineludiblemente supone la existencia de un tipo
societario que luego muta en otro manteniéndose la personalidad. CS, Tucumán, LL 1996-E,
656, (39.041-S).
Transformación de sociedad concursada. Es inconstitucional el decreto 94/01 (Adla,
BO, 2001/01/30), que declaró disueltas y en estado de liquidación las sociedades anónimas
A.T.C. y T.E.L.A.M. -previamente concursadas- y dispuso la asunción de su pasivo por el
Estado Nacional, en el marco de la ley de emergencia pública y consolidación del pasivo
estatal 25.344, pues contraría lo dispuesto en el régimen legal aplicable a la transformación de
sociedades comerciales, previsto en la ley 19.550, propiciando con ilegalidad manifiesta su
modificación por una norma de jerarquía inferior. Cám. Com., B, LL 2003-D, 739.

1690
Cfr. Anaya J. “La transformación de…”, cit., p. 427; Halperín Isaac, Sociedades
Anónimas, cit. p. 715 n° 5 b y nota 10.
1691
Cfr. Romano A. A. en Código… cit, de Rouillón A., t. III, p. 186; Richard E. y Muiño
O., Derecho Societario… cit., p. 824.
1692
Cfr. Nissen R., Curso…cit., p. 258 y Nissen R. en calidad de Inspector General de
Justicia para res. 27/07/2004 Price Waterhouse & Co. Sociedad Civil. Por el contrario, esta postura
no acepta la transformación de sociedades comerciales en civiles, atento el régimen de publicidad
propio de aquellas y que atiende mayormente la seguridad en el tráfico.
1693
Cfr. Zaldivar E. y ots, Cuadernos… cit., vol. IV, ps. 106 y 107.

521
e.- Procedimiento
La ley impone el cumplimiento de una serie de requisitos procedimentales a
fin de llevar adelante la transformación, los que se encaminan a la atención de
intereses de terceros, la seguridad del tráfico en general, a la preservación delos
intereses particulares de los socios y a la tutela de la integridad patrimonial de propia
sociedad1694.
Como primera medida se requiere el acuerdo de los socios para modificar el
contrato, y que deberá ser unánime en las sociedades por parte de interés –salvo
pacto en contrario (arts. 131, 139 y 145 LS)-. Para el caso de las sociedades de
responsabilidad limitada, cabe establecer en el contrato las reglas aplicables a las
resoluciones que tengan por objeto su modificación, debiendo la mayoría que así lo
decida representar como mínimo mas de la mitad del capital social (art. 160 LS). En
defecto de tal regulación contractual, se precisará el voto de las tres cuartas partes
del capital social. Para ambos casos, si un solo socio representare el voto
mayoritario, se necesitará, además, el voto de otro. En las sociedades anónimas, la
resolución de transformación -que compete a la asamblea extraordinaria; art. 235
inc. 4° LS- configura uno de los denominados supuestos especiales referidos en el
art. 244 párr. 4° LS por lo que debe adoptarse con el voto favorable de la mayoría de
acciones con derecho a voto, sin aplicación de pluralidad de voto (art. 244 párr. 4°).
Por su parte, el art. 1277 del Código Civil dispone que es necesario el
consentimiento de ambos cónyuges para la transformación –también para la
fusión1695- de sociedades de personas, cuando se involucren participiaciones
adquiridas de manera originaria o derivada durante la vigencia de la sociedad
conyugal. El supuesto incluye la transformación entre sociedades de personas y
entre sociedades de personas y de capital –no a la inversa-. La conformidad del
cónyuge (registralmente un no socio), que puede ser tanto anterior -y orientada a-
como posterior a la resolución aprobatoria de la transformación, debe hacerse de
manera expresa, salvo para el supuesto de transformación del art. 27 LS1696. La
finalidad originariamente buscada por el legislador era la de evitar que uno de los
cónyuges –principalmente el marido- dispusiera libremente de los bienes
gananciales al aportarlo al ente, o bien que transformara las partcipaciones
gananciales en sociedades de personas, en acciones al portador1697, para luego, atento
su libre transmisibilidad, enajenarlas La norma -incluida en el Código Civil
mediante ley 17.711- es criticable por cuanto omite que la transformación involucra
exclusivamente a los entes y no a sus socios1698, parece haber perdido actualidad a

1694
Cfr. Verón A. V., Sociedades ..cit.., t. actualización, ps. 106 y 107.
1695
La norma no obstante omite la escisión, en la que se produce la transferencia de bienes
un sujeto a otro.
1696
En que ambos cónyuges son socios. Cfr. Cámara H., Derecho Societario… cit., p. 500.
1697
El legislador habría tomado como hipótesis una mayor facilidad para controlar el destino
de los activos sociales en las sociedades de personas que en los de capital. Cfr. Cámara H., Derecho
Societario... cit., p. 492 con cita a Fassi y Bossert.
1698
En cuanto adopta el sistema organicista, para nuestra ley no existe la decisisión
individual de un socio (o de un socio y su cónyuge) sino la resolución del órgano competente para

522
partir de la reglamentación por la ley 19.550 de la transformación1699 –y fusión-,
vetustez que se asentúa luego de la sanción de la ley 24.587 y que impuso la
nominatividad obligatoria de las acciones. Resultaría más lógico hoy día, a fin de
resguardar tales extremos, “exigir dicho requisito cuando se transforma la sociedad
anónima o de responsabilidad limitada en sociedad de personas, por agravarse la
responsabilidad de los socios”1700, supuesto contrario al del art. 1277 del Código
Civil. Estas razones han llevado a parte de la doctrina comercialista a manifestarse
contra tal previsión legal1701.
El art. 1277 del Código Civil alude a sociedades de personas, por oposición a
aquellas denominadas de capital, lo que dificulta resolver sobre la inclusión o
exclusión de sus previsiones, para el caso de transformación, de la sociedad de
responsabilidad limitada, mayormente considerada de carácter mixto. Sin perjuicio
de su falta de mención expresa y de la dificultad para clasificarla, la doctrina ha
entendido que estas, en cuanto involucran participaciones sujetas a registración, se
encuentran también comprendidas en el precepto1702.
Debe también confeccionarse un balance especial, cerrado a una fecha que no
exceda de un mes a la del acuerdo de transformación y puesto a disposición de los
socios en la sede social con no menos de quince días de anticipación a dicho acuerdo,
de lo que se infiere “que los administradores responsables de confeccionar el
mencionado balance especial, en el mejor de los casos, cuentan teóricamente con sólo
15 días para proceder a su elaboración1703”. Estos estados contables especiales, que
deben contener la información requerida por los arts. 63 y 65 LS1704, requieren además
ser aprobados con las mismas mayorías establecidas para los balances de ejercicio (art.

resolver la transformación. Es la voluntad de la sociedad (no de uno o varios un socios-cónyuges) y


que que excede la mera suma de voluntades individuales de los socios, la que impone abandonar la
forma o especie primitiva para adoptar otra distinta. Cfr. Cámara H., Derecho Societario… cit., ps.
488 y 489; Méndez Costa M.J., Código Civil Comentado, Santa Fe, 2004, p. 208.
1699
Según dijéramos, la LS dispone la no disolución de la sociedad ni la alteración de sus
derechos –art. 74-. No se produce, por lo tanto, transferencia alguna de bienes.
1700
Nissen Ricardo, “El artículo 1277 del Código Civil y su aplicación a las sociedades
comerciales”, LL 1997-F, p. 751.
1701
“No es difícil concluir la postura negativa con el asentimiento conyugal en la
transformación y fusión de sociedades comerciales, que atenta contra la personalidad de ellas –
diferente de sus integrantes-, que ... ninguna legislación foránea, anterior o posterior a la ley 17.711,
reclama la conformidad del cónyuge de los socios para la transformación y fusión de sociedades de
personas, actos normales durante la existencia de estas empresas, mcho más justificados en los
tiempos actuales, dosnde se tiende a la concentración empresarial. Este ‘invento’ delegislador civil
patrio, como es lógico, suscita plurales problemas, patentizando ligereza en el obrar”. Cámara H.,
Derecho Societario… cit., ps. 489 y 490.
1702
Cfr. Méndez Costa M.J., Código Civil… cit., p. 208; Halperín Isaac, Sociedades
Anónimas, p. 861. En contra, Verón A. V., Sociedades ..cit.., t. actualización, p. 109; Cámara H.,
Derecho Societario… cit., ps. 497.
1703
Verón A. V., Sociedades ..cit.., t. actualización, p. 111.
1704
Cfr. Verón A. V., Sociedades ..cit.., t. actualización, p. 113.

523
77 inc. 2° LS1705), y no las requeridas para la aprobación del balance especial a las que
aludieramos ut supra.
Posteriormente se instrumenta la transformación, acto que esta a cargo de los
órganos competentes de la sociedad que se transforme. A tales fines se requirá de la
concurrencia de los nuevos otorgantes, dejando constancia de los socios que se
retiran, el capital que representan y el cumplimiento de las formalidades del nuevo
tipo societario adoptado. Ello se acompaña con la publicación de un aviso, por un
día, en el diario de publicaciones legales que corresponda a la sede social de la
transformante y sus sucursales, publicidad que no puede ser suprimida ni sustituida
por que se dirije principalmente a los socios, ya que tiene como principal finalidad la
de poner en conocimiento de aquellos la existencia del acuerdo, para que puedan
ejercer en tiempo y forma el derecho de receso1706. El aviso debe contener: a) la
fecha de la resolución social –asamblea- que aprobó la transformación; b) la fecha
del instrumento de transformación; c) la razón social o denominación social anterior
y la adoptada, debiendo de ésta última resultar indubitable su identidad con la
sociedad que se transforma; d) el detalle de los socios que se retiran o incorporan y
el capital que representan; e) si la transformación afectara ciertos aspectos del
estatuto (domicilio, objeto, plazo de duración, capital social, composición de los
órganos de administración y fiscalización, organización de la representación legal y
fecha de cierre del ejercicio), la publicación deberá determinarlo.
Finalmente, una vez cumplida con la requerida publicidad, se procede a la
inscripción del instrumento con copia del balance firmado en el Registro Público de
Comercio y demás registros que correspondan por el tipo de sociedad, por la
naturaleza de los bienes que integran el patrimonio y sus gravámenes (art. 77 inc. 5°
LS). La inscripción tiene un efecto sustantivo que es el de dar plena eficacia al acto,
ya que desde la registración la sociedad funciona regularmente con su nuevo tipo
frente a terceros1707. Estas inscripciones deben ser ordenadas y ejecutadas por el Juez
o autoridad a cargo del Registro Público de Comercio.

JURISPRUDENCIA

1705
Así, para la sociedad colectiva, en comandita simple –supuesto en que los comanditarios
votan- y de capital e industria, la mayoría absoluta del capital salvo que el contrato fijara un régimen
distinto (arts. 131, 132, 139 y 145 LS); en el caso de las sociedades de responsabilidad limitada, por
mayoría del capital presente en la asamblea, salvo que el contrato exija una mayoría superior (art. 160
LS); para la sociedad anónima, en presencia de accionistas que representen la mayoría de las acciones
con derecho a voto –en 1ra. convocatoria- o cualquiera sea el número de accionistas presentes –2da.
convocatoria-, por la mayoría absoluta de votos presentes que puedan emitirse, salvo que el contrato
estableciera un número mayor (art. 234 LS).
1706
Cfr. Verón A. V., Sociedades ..cit.., t. actualización, p. 120, para quien, con apoyo en
Garrigues y Uría “se trata de una publicidad dirigida especialmente a los accionistas y no a los
acreedores, porque estos en la transformación de la sociedad anónima no corren peligro, y cuando la
sociedad toma una forma personalista, incluso queda fortificada la garantía de sus créditos con la
responsabilidad personal de los socios colectivos”; Zaldivar E. y ots, Cuadernos… cit., vol. IV, p. 85.
1707
Cfr. Zaldivar E. y ots, Cuadernos… cit., Vol. IV, p. 89; Favier Dubois E., Derecho
Societario… cit., p. 224; Romano A. A. en Código… cit, de Rouillón A., t. III, p. 190.

524
Transformación. Art. 1277 Código Civil. Resulta procedente que la I.G.J. deniegue la
solicitud de transformación de una S.C.A. en una SA cuando el capital comaenditado de dicho
ente corresponde a una persona de estado civil casada y no cuenta con el asentimiento de su
cónyuge para que se opere el cambio de tipo social. Ello toda vez que el art. 1277 del Código
Civil dispone que tratándose de sociedades de personas, para la transformación y fusión de
estas es necesario el consentimiento de ambos cónyuges. Cám. Com., D, abril 19-995,
Eruditos Prácticos Legis, Régimen Societario Argentino, abril 2005/2006, n° 0700, p. 101.

Transformación. Efectos sobre las obligaciones. Acciones personales en sociedades


transformadas. Tratándose de una acción declarativa de condena patrimonial de tipo personal
referida a la acción correspondiente al socio del socio de una sociedad posteriormente
transformada, no teniendo la acción personal un régimen especial de prescripción en los
códigos de fondo, se encuentra regida por la general establecida en el art. 846 del Cód. de
Comercio, o el establecido en el art. 4023 del Cód. Civil, conforme a la regla general del art.
844 del primer cuerpo de leyes que remite a ésta; que en ambos casos es similar: diez años,
comenzando a correr la prescripción desde la fecha del título de la obligación (arg., art. 3956),
atento a que carece de plazo de vencimiento. Cám. Civ. Com. y Lab., Venado Tuerto, JA 89-
93.

I.- Receso: Según refiriéramos, no siempre la decisión de transformar la


sociedad requerirá del consentimiento unánime de los socios. En tales casos, los
ausentes y quienes hubieran votado en contra tienen derecho de receso, siendo de
aplicación supletoria las previsiones del art. 245 LS1708. La cuestión es diferente para
los socios de sociedades de responsabilidad limitada, los que no gozan del derecho
de receder frente a la transformación cuando hubieran estado ausentes, toda vez que
el art. 160 párrafo cuarto LS, de contenido especial, circunscribe su ejercicio a los
“socios que votaron en contra”, en oposición a la norma del art. 78 LS y que alude a
un más amplio “socios que han votado en contra y ausentes”. En todos los casos sí
es claro que no quedan comprendidos los socios presentes que se hubieran
abstenido.
El receso no afecta la responsabilidad del recedente hacia los terceros por las
obligaciones contraídas hasta que la transformación se inscriba en el Registro
Público de Comercio. Hasta que ello suceda, la sociedad, los socios con
responsabilidad ilimitada y los administradores garantizan solidaria e ilimitadamente
a los socios recedentes por las obligaciones sociales contraídas desde el ejercicio del
receso hasta su inscripción (art. 78 LS in fine). El receso debe ejercerse dentro de los
quince días de obtenido el acuerdo social referido en el art. 77 LS1709, salvo: a.-) que
el contrato fijara un plazo distinto y b.-) lo dispuesto para algunos tipos societarios.
Esta última fórmula parecería aludir a la regulación que especialmente se hubiera
previsto en materia de receso para cada tipo social, y que en las sociedades de
responsabilidad limitada habilita sólo a quienes hubieran votado en contra de la
transformación, según ya dijimos. El reembolso de las partes de los socios
recedentes se hará sobre la base del balance de transformación. La transformación
1708
Exposición de Motivos Ley 22.903, Capítulo I, Sección X, ap. 4.
1709
El art. prolonga el plazo de cinco días previsto en el art. 245 LS para quienes votaran en
contra, llevándolo a quince días, al igual que para los ausentes.

525
no afecta las preferencias de los socios salvo pacto en contrario (art. 79 LS), con lo
que la ley procura que se mantenga la proporcionalidad de las tenencias, aún
después del retiro de uno o varios socios1710.

JURISPRUDENCIA

Transformación. Receso. Frente al principio de la continuación de la empresa, el


derecho de receso aparece legislado como un dispositivo de defensa de los socios minoritarios
en las sociedades anónimas a fin de que puedan soslayar las decisiones de la mayoría que
modifican el contrato de organización original, es decir, busca equilibrar los distintos intereses
en juego. Cám. Civ. Com. Fed., II, LL 1998-C, 489 - DJ 1998-3, 93.

II.- Rescisión y caducidad: El acuerdo social de transformación puede ser


dejado sin efecto mientras ésta no se haya inscripto, por ser tal la oportunidad esta
que el legislador entendió más apropiada, incluso por sobre la publicación a la que
alude el art. 80 LS. Si esta última se hubiera efectuado, deberá realizarse una nueva
al solo efecto de anunciar la caducidad de la transformación, siendo los
administradores responsables solidaria e ilimitadamente por los perjuicios derivados
del incumplimiento de la inscripción (art. 81 LS). Frente al silencio de la norma, en
cuanto a la forma de la publicación parecería que esta debiera efectuarse por un día
en el diario de publicaciones legales que corresponda a la sede social, de similar
manera que la prevista en el art. 77 inc. 4° LS1711. Al igual que para otorgar el
acuerdo de transformación, para su rescisión se requiere acuerdo unánime de los
socios, salvo pacto en contrario y lo dispuesto para algunos tipos societarios,
cuestión ya tratada y a la que remitimos.
El acuerdo de transformación caduca –de manera automática1712- si a los tres
meses de haberse celebrado no se inscribió el respectivo instrumento en el Registro
Público de Comercio1713, salvo que tal plazo resultare excedido por el normal
cumplimiento de los trámites ante la autoridad que debe intervenir o disponer la
inscripción (art. 81 LS). En caso de haberse publicado, deberá efectuarse una nueva
publicación al solo efecto de anunciar la caducidad de la transformación (art. 81 LS).
Los administradores son responsables solidaria e ilimitadamente por los perjuicios
derivados del incumplimiento de la inscripción o de la publicación.

47.- Fusión

1710
Cfr. Romano A. A. en Código… cit, de Rouillón A., t. III, p. 193.
1711
Cfr. Verón A. V., Sociedades ..cit.., t. actualización, p. 130.
1712
Cfr. Verón A. V., Sociedades ..cit.., t. actualización, p. 131.
1713
Respecto de la Ley 19.550, la Ley 22.903 –que modificó la totalidad del instituto de la
transformación, con excepción del art. 74-, “introduce un plazo e caducidad en el art. 81, tendiendo a
dar claridad y certeza a la situación societaria, que no puede permanecer indefinidamente abierta en
un proceimiento de transformación.” Exposición de Motivos Ley 22.903, Capítulo I, Sección X, ap.
6.

526
La fusión es un acto jurídico de naturaleza societaria orientado a la
concentración y organización de empresas, que permitie el agrupamiento de los
medios de producción de por lo menos dos sociedades, las que por tal vía procuran
mejorar los beneficios que de forma separada obtienen1714.
Según dispone la ley habrá fusión cuando i.-) dos o más sociedades se
disuelvan sin liquidarse, para constituir una nueva –fusión propiamente dicha, o
simple, o pura, o por creación, o por constitución, o por consolidación-; ii.-) o bien
cuando una ya existente incorpore a una u otras, que sin liquidarse son disueltas –
fusión por incorporación, o por absorción, o impropia- (art. 82 LS). En ambos
supuestos los patrimonios de dos o más sociedades fusionantes se unifican en un
solo patrimonio, y, en consecuencia, en vez e coexistir varios sujetos de derecho
existirá en lo sucesivo un único sujeto de derecho (nuevo o preexistente)1715. Al
inscribirse en el Registro Público de Comercio el acuerdo definitivo de la fusión y el
contrato o estatuto de la nueva sociedad (o el aumento de capital que hubiere tenido
que efectuar la incorporante1716), la nueva sociedad o la incorporante adquiere la
titularidad de los derechos y obligaciones de la o las sociedades disueltas,
produciéndose la transferencia total, a título universal tanto pasiva como activa1717,
de sus respectivos patrimonios.

JURISPRUDENCIA

Fusión. Finalidad. La fusión de sociedades constituye el instrumento jurídico más


perfecto de la concentración de empresas y, al permitir el agrupamiento de los medios de
producción de por lo menos dos sociedades, puede ser utilizado tanto para la concentración
horizontal como vertical, en tal sentido debe entenderse también el criterio de la ley 19550 al
legislar la materia, en conjunto, para todas las sociedades, cualquiera sea su forma. Cám.
Com., B, ED, 103-165.

Fusión. Transmisión de patrimonios. El art. 82 de la ley de sociedades (modificado


por la ley 22.903) indica que, sin necesidad de liquidación, las sociedades se disuelven a
efectos de producir la fusión de ellas. También expresa que la nueva sociedad o la
incorporante adquiere la titularidad de los derechos y obligaciones de las sociedades disueltas,
lo que ocurre por la transferencia total de sus patrimonios, a partir de la inscripción en el
registro Público de Comercio. Civ., Com. y Minas, n. 11, Mendoza, LLGran Cuyo, 1999-446.

1714
Cfr. Cám. Com., B, ED, 103-165. Para Solari Costa la fusión es un fenómeno de
reorganización de sociedades, complejo, predominantemente contractual y corporativo, que produce
sinergías de beneficios superiores a la suma de los que brindan aisladamente cada sociedad. Cfr.
Fusión y Escisión… cit., p. 75 y El Acto de… cit., p. 17. Ver también Otaegui J., Fusión y Escisión…
cit., ps. 28 y ss.
1715
Cfr. Otaegui J., Fusión y Escisión… cit., ps. 39 y 40.
1716
Aumento que para alguna doctrina no necesariamente habrá de producirse, si existieran
en la incorporante acciones emitidas no suscriptas (art. 191 LS) o propias adquiridas (art. 220 LS).
Cfr. Romano A. A. en Código… cit, de Rouillón A., t. III, p. 196.
1717
Cfr. CNCom. Sala B, diciembre 6-982 re Carabassa Isidoro c. Canale S.A. y otra, ED
103-167.

527
La nueva sociedad o la incorporante adquiere la titularidad de los derechos y
obligaciones de las sociedades disueltas, lo que ocurre por la transferencia total de sus
patrimonios, a partir de la inscripción en el Registro Público de Comercio, sin necesidad de
que los administradores de la extinta contraten la cesión de cada uno de los créditos, ni se
endosen los títulos de crédito o se notifique a los deudores cedidos. Civ., Com. y Minas, n. 11,
Mendoza, LLGran Cuyo, 1999-444.

Un elemento característico, esencial de la fusión, consiste en la transmisión del


patrimonio de una sociedad a otra. Se trata de una transmisión universal de la totalidad del
patrimonio, activa y pasivamente. En la fusión por absorción, el aporte es hecho por la
sociedad absorbida a la sociedad absorbente, que procede, correlativamente, a un aumento de
su capital. Cám. Com., B, LL 1983-B, 362.

a.- Sujetos legitimados para fusionarse


La fusión es una institución de naturaleza societaria, por lo que sólo resulta
aplicable a personas jurídicas. Dentro de tales, cabe distinguir: i.-) Irregulares y de
hecho: La reorganización mediante fusión parece estar reservado únicamente a
sociedades regularmente constituidas, de allí que, atento la precariedad de la
personalidad de las sociedades irregulares y de hecho, estas no podrían sujetarse a
un procedimiento inconciliable con tal circunstancia1718. No obstante, para parte de
la doctrina sí podrían fusionarse en la medida en que simultáneamente –en realidad,
previamente- con la fusión, adopten uno de los tipos previstos por la ley, para luego
disolverse sin liquidarse1719; ii.-) para las sociedades concursadas, la LCQ en su art.
43 las habilita a proponer a sus acreedores su reorganización, aludiendo así a
modificaciones en su estructura organizativa, tal el caso de la fusión1720 –o escisión
y transformación- y que importa una técnica de reagrupamiento de empresas
tendiente a la maximización de las utilidades de las sociedades involucradas.
Respecto de la sociedad quebrada, la solución, en cambio, no es tan clara.
Atendiendo a que la personalidad de que goza la quebrada se restringe a fines
liquidatorios, la fusión parecería exceder los límites de aquella1721. No obstante,
alguna doctrina no cree ver en la fusión de la quebrada un exceso en los alcances de
su personalidad ni una contradicción con los fines liquidativos del proceso falencial,
liquidación que se produce con la entrega de los bienes de la fallida, corporizados en
acciones de la incorporante1722; iii.-) En cuanto a las sociedades en liquidación,
atendiendo que su personalidad se restringe a tales fines –liquidatorios-, la fusión

1718
Cfr. Otaegui J., Fusión y Escisión… cit., ps. 39 y 53; Nissen R., Ley de Sociedades…cit.,
t. II, p. 137; Romano A. A. en Código… cit, de Rouillón A., t. III, p. 197.
1719
Cfr. Solari Costa O., El Acto de… cit., p. 29; Rodríguez Peluffo D., “Fusión: las etapas
críticas (primera parte)”, ED 178-1013. En realidad, la sociedad se regulariza para luego fusionarse;
no se regulariza al fusionarse.
1720
Cfr. Heredia P., Tratado Exegético… cit., t. 2, p. 70.
1721
Tal la posición de Nissen -Ley de Sociedades…cit., t. II, p. 137-, a partir de la
interpretación de los arts. 82 y 101 LS; Halperín I., Sociedades Anónimas… cit., p. 723.
1722
Cfr. Otaegui J., Fusión y Escisión… cit., p. 86; Solari Costa O., El Acto de… cit., p. 30.
Sobre las posiciones a favor y en contra, véase Heredia P., Tratdo Exegético… cit., t. 5, ps. 412 y 413.

528
parecería estarle vedada1723. Pero pese a ello, mientras no haya concluido su proceso
liquidatorio mediante la cancelación prevista en el art. 112 LS1724, mediando
resolución asamblearia en tal sentido, el ente reconducible es reactivable salvo para
el caso de las causales previstas en los incs. 9 y 10 del art. 94 LS. Incluso, parte de la
doctrina ha señalado que la fusión –o la escisión- puede resultar necesaria o
justificada a los fines liquidatorios1725; iv.-)las fundaciones de objetos análogos
pueden fusionarse entre sí, por previsión de la ley 19.836 (arts. 29 y 36 2do.
Párrafo). No obstante, “en la práctica ello no ocurre porque si bien las fundaciones
pueden realizar tareas coordinadas, dificilmente admiten tener que subordinarse
todas a un único Consejo, y no manejar cada una su propio patrimonio”1726. Las
cooperativas también pueden fusionarse entre sí, mientras tengan objetos comunes o
complementarios (ley 20.337 art. 83); v.-) las sociedades accidentales y en
participación no resultan fusionables, por cuanto no cuentan con personalidad
jurídica diferenciada de sus integrantes (art. 362 LS).

JURISPRUDENCIA

Fusión. Fondos de comercio. En materia impositiva, las normas del decreto-ley 9420
(art. 48, inc. g) aluden exclusivamente a sociedades. En tal sentido, los procedimientos de
fusión y escisión se encuentran reservados únicamente para las sociedades regulares
tipificadas en la ley 19.550, por lo cual los fondos de comercio solamente están exentos de
pago del impuesto de sellos cuando revisten alguna forma societaria específica. SC, Bs. As.,
LL 1993-B, 213 - DJ 1993-1, 898 - DJBA 144, 661.

b.- Requisitos. Compromiso previo de fusión


Como primer acto, los representantes de las fusionantes habrán de suscribir el
instrumento denominado compromiso previo de fusión, contrato de organización que
refleja las intenciones –expectativas- de las partes involucradas y que debe contener: i.-
) una exposición de los motivos y finalidades de la fusión (art. 83, inc. 1, ap. a LS).
Esta refleja tanto las tratativas llevadas a cabo por los administradores de las
fusionantes como las razonables expectativas que sus socios pueden aguardar de la
reorganización proyectada y atiende al debido conocimiento e información requerido a
tales fines1727; ii.-) la incorporación de los balances especiales de fusión de cada
sociedad –como anexos al contrato-, preparados y suscriptos por sus administradores,
con informes de los síndicos en su caso y confeccionados sobre bases homogenias y
criterios de valuación idénticos (art. 83, inc. 1, ap. b LS). Estos estados contables –con
más la relación de cambio referida en el apartado c del inc. 1° del art. 83 LS- permiten
a los socios de las fusionantes evaluar la importancia de sus futuras participaciones en
la incorporante, o la conveniencia, en su defecto, de plantear el receso. No se trata de
1723
Cfr. Nissen R., Ley de Sociedades…cit., t. II, p. 137.
1724
Cfr. Civ. y Com. 3° Nom., Córdoba, ED, 105-352.
1725
Cfr. Romano A., en Código… cit., p. 197; Zunino J., Disolución… cit, t. II, p. 347.
1726
Giuntoli M.C., Fundaciones, Bs. As., 1994, p. 104.
1727
Exposición de Motivos Ley 22.903, Capítulo I, Sección XI, ap. 1.

529
estados contables analogables con los balances de ejercicio, sino de estados de
situación patrimoniales. Los mismos deberán encontrarse cerrados en una misma fecha,
que no será anterior a tres meses a la firma del compromiso previo de fusión (art. 83
LS); iii.-) la relación de cambio –de canje- de las participaciones sociales, cuotas o
acciones (art. 83, inc. 1, ap. c LS), y que se traduce en la equivalencia o porcentual de
valor en la nueva sociedad lo que el socio tenía en la sociedad extinguida –por cuanto
la fusión importa también la transferencia de los socios de la fusionante a la
continuadora-1728. Esta relación reviste particular importancia, por cuanto apunta a
mantener el “equilibrio en la ecuación conmutativa subyacente en la causa contractual
de cada sociedad1729”, el que mayormente habrá de perderse al concurrir a la formación
de un nuevo capital. De allí que se considere adecuado incluir para su valoración la
llave del negocio y otros intangibles que las normas contables normalmente impiden
reflejar en los estados contables, a fin de obtener un valor de las acciones adecuado a la
realidad económica de las empresas que se fusionan1730; iv.-) el proyecto de contrato o
estatuto de la nueva sociedad o las modificaciones del contrato o estatuto de la
sociedad absorbente según el caso (art. 83, inc. 1, ap. d LS); v.-) las limitaciones que las
sociedades convengan en la respectiva administración de sus negocios y la garantía que
establezcan para el cumplimiento de una actividad normal en su gestión, durante el
lapso que transcurra hasta que la fusión se inscriba (art. 83, inc. 1, ap. e LS). Esta
previsión se justifica si se repara en que durante el tiempo que transcurre entre la
suscripción del acuerdo prvio de fusión y la concreción de la misma, las fusionantes -y
en su caso la incorporante- habrán de continuar con sus explotaciones, produciendo
variaciones en sus situaciones patrimoniales que, de haberse tenido en cuanta al
momento de evaluar la fusión, pudieran haber obstado su progreso. De no pactarse lo
contrario, desde el acuerdo definitivo la administración y representación de las
sociedades fusionantes disueltas estará a cargo de los administradores de la sociedad
fusionaria o de la incorporante, con suspensión de quienes hasta entonces la ejercitaban
(art. 84 LS).
Tanto el compromiso previo de fusión como los balances especiales
requieren ser aprobados por las sociedades participantes en la fusión, cumpliendo
cada una de ellas con los requisitos necesarios para la modificación del contrato
social o estatuto. A tal efecto deben quedar copias en las respectivas sedes sociales
del compromiso previo y del informe del síndico en su caso, a disposición de los
socios o accionistas con no menos de quince días de anticipación a su consideración
(art. 83, inc. 2 LS).
A fin de resguardar los intereses de terceras partes, también será necesaria la
publicación, por tres días, de un aviso en el diario de publicaciones legales de la

1728
Cfr. Solari Costa O., El Acto de… cit., ps. 23 y 34.
1729
Halperín I. y Butty E., Curso…cit. 4ª ed. t. I, p. 398.
1730
Cfr. Rodríguez Peluffo D., “Fusión: las etapas críticas (segunda parte)”, ED 183-1495.
El autor incluye en el cómputo los quebrantos impositivos, las desgravaciones y excenciones
impositivas, previsionales, laborales y valores que surjan de valorizar razones de orden económico
(mercados, competencia, productos, patentes, marcas).

530
jurisdicción de cada sociedad y en uno de los diarios de mayor circulación general
en la República (art. 83 inc. 3 LS). Este deberá contener: i.-) la razón social o
denominación, la sede social y los datos de inscripción en el Registro Público de
Comercio de cada una de las sociedades; ii.-) el capital de la nueva sociedad o el
importe del aumento del capital social de la sociedad incorporante. Esto último -
aumento de capital de la incorporante- no necesariamente implicará la modificación
de estatutos, en la medida en que no se supere el quintuplo del capital existente, o
cuando se trate de una sociedad que haga oferta pública de sus acciones, sin importar
la magnitud del aumento (art. 188 LS); iii.-) la valuación del activo y el pasivo de las
sociedades fusionantes, con indicación de la fecha a que se refiere; iv.-) la razón
social o denominación, el tipo y el domicilio acordado para la sociedad a
constituirse; v.-) las fechas del compromiso previo de fusión y de las resoluciones
sociales que lo aprobaron;

JURISPRUDENCIA

Fusión. Compromiso previo. El compromiso de fusión no les confiere a las


sociedades el derecho a exigir el cumplimiento, ni de reclamar daños y perjuicios en caso de
falta de ejecución, pudiendo aun establecerse una cláusula que disponga la caducidad de pleno
derecho del compromiso si las asambleas no se reúnen dentro de una fecha predeterminada o
si las mismas no se pronuncian al respecto. Si bien nuestro derecho contiene algunos de los
elementos que deben integrar el compromiso de fusión, como ser su otorgamiento por los
representantes de las sociedades y la exigencia de un balance a la fecha del compromiso, cabe
establecer que dicho compromiso debe -en general- contener las siguientes indicaciones: 1),
los motivos, finalidades y condiciones de la fusión ; 2), las fechas según las cuales deben
fijarse las cuentas de las sociedades interesadas a los efectos de establecer las condiciones de
la operación ; 3), la designación y valuación del activo y del pasivo a los efectos de la
transmisión de la sociedad absorbida ; 4), la relación de canje de los derechos sociales ; 5), el
monto previsto de la prima de fusión ; 6), la indicación de los métodos de valuación utilizados.
La resolución a tomarse sobre el compromiso de fusión en la asamblea general
extraordinaria de la sociedad absorbida, recae sobre dicho compromiso y la documentación
adjunta al mismo, que debe aprobarse con los requisitos y mayorías necesarias para resolver la
reforma del contrato social, pero sin aplicarse la pluridad del voto (art. 244, última parte, ley
19.550). Cám. Com., B, LL 1983-B, 362.
Fusión. Balance especial: Es materialmente imposible que los balances especiales
exigidos por la ley para el supuesto de fusión estén preparados para el mismo día en que se
suscribe el acuerdo de fusión; pues es sabido que la confección de un balance lleva tiempo, y
mas si se trata de patrimonios de cierta envergadura, tal como lo establece el art. 234 in fine de
la ley 19550, al disponer que para considerar los estados contables, la asamblea será
convocada dentro de los cuatro meses de cerrado el ejercicio; agregando luego que solamente
puede interpretarse que los balances especiales de fusión deben estar preparados a la fecha del
compromiso de fusión, pero ello no significa que tengan que estar realizados a dicha fecha,
sino que forzosamente habrán sido hechos en una fecha anterior. Cám. Com., A, ED, 101-699.
La sociedad no puede ser constreñida a confeccionar un balance actualizado a la
fecha del acuerdo de fusión, porque ello es materialmente irrealizable, bastando con que exista
a la fecha del compromiso un balance realizado en un tiempo lo más próximo que sea posible
a la fecha del acuerdo; y la medida de lo que debe considerarse próximo al compromiso de
fusión la suministra la propia ley 19550 cuando concede un plazo de cuatro meses para la
consideración de los estados contables por la asamblea a contar desde el cierre del ejercicio.
Cám. Com., A, ED, 101-699.

531
Fusión. Administración: El art. 84 de la ley 19550 establece una presunción iuris
tantum acerca de que los administradores de la sociedad absorbente administran y representan
a la absorbida. Cám. Com., A, ED, 161-629.

El art. 84 de la ley 19.550 dispone una presunción juris tantum acerca de que los
administradores de la sociedad absorbente administran y representan a la absorbida. Cám.
Com., A, ED, 161-629.

Fusión. Administración: La fusión de sociedades va precedida de actos que


demandan cierto tiempo, durante el cual cada parte mantiene su personería y puede conservar
la administración de los negocios propios, con las limitaciones y garantías que se convengan
para el cumplimiento normal de su gestión hasta que el acuerdo definitivo sea inscripto,
pudiendo extenderse esa situación hasta su completa ejecución, de acuerdo a los arts. 82, 83
incs. 1, 3, y 5, 84 -último párrafo-, y 87, inc. e), de la ley de sociedades. Cám. Civ. Com. y
Cont. Adm., Río Cuarto, LL 2000-B, 841 (42.479-S) - LL Córdoba, 1999-1059.

I.- Oposición a la fusión: Dentro de los quince días desde la última


publicación del aviso previsto en el art. 83 inc. 3° LS, los acreedores de las
sociedades fusionantes de fecha anterior –este su deuda vencida o no- podrán
oponerse a la fusión. No obstante, tales oposiciones no impiden la prosecución de las
operaciones de fusión. La LS sólo prevé un corto diferimiento para el otorgamiento
del acuerdo definitivo (art. 83 inc. 4 LS) y que sólo podrá hacerse una vez
transcurridos veinte días del vencimiento del plazo antes indicado, a fin de que los
oponentes que no fueren desinteresados o debidamente garantizados por las
fusionantes puedan obtener embargo judicial. Ello en modo alguno importa
considerar sus acreencias como de plazo vencido, por tanto exigibles, habida cuenta
que la norma así no lo prevé y que su finalidad se limita a evitar la mengua,
producto de la fusión, en la solvencia originariamente ostentada por el deudor1731. A
fin de obtener el embargo, el opositor deberá acreditar no sólo que en razón de la
disminución de su garantía peligra el cobro de su crédito, sino también el
cumplimiento de cada uno de los demás recaudos previstos por la ley para la
procedencia de la cautela1732. Solo para el caso de que el acreedor hubiera obtenido la
inhibición general de bienes de alguna de las sociedades fusionantes, la fusión
resultará inviable1733.

JURISPRUDENCIA

Fusión. Oposición. El ofrecimiento efectuado por la sociedad que pretende fusionarse


consistente en garantizar debidamente al acreedor oponente de la fusión conforme al art. 83,
inc. 2° de la ley 19.550, es un hecho relevante que debe considerarse suficiente a efectos de
acceder a la sustitución de la medida precautoria decretada. Cám. Com., A, ED, t. 91, p. 805 -
LL, 1981-D, 615.

1731
En contra, véase Nissen R., Ley de Sociedades…cit., t. II, p. 145 y Rodríguez Peluffo D.,
“Fusión: las etapas críticas (segunda parte)”, ED 183-1495.
1732
Cfr. Chomer H., “Dos inusuales temas societarios: la fusión y el receso desde la
perspectiva de los acreedores”, LL 2004-C, 1486.
1733
En contra, Solari Costa O., El Acto de… cit., ps. 148 a 151, por limitarse la fusión a un
proceso de reorganización sin disposición onerosa o gratuita de bienes.

532
No debe confundirse pues implican actos jurídicos totalmente distintos de
transformación (arts. 74 a 81, ley 19.550), la fusión y escisión (arts. 82 a 88 ley 19.550), de la
cesión de las partes sociales. En las primeras situaciones se requiere al menos el
consentimiento del acreedor o en caso contrario subsiste la responsabilidad anterior de los
socios (arts. 75 y concs., Ley de Sociedades). Y en el caso de fusión y escisión la oposición
reviste la condición impeditiva del acto ya que no puede realizarse sino son desinteresados o
debidamente garantizados debiendo resolverse judicialmente las discrepancias que se
plantearon acerca de la garantía (art. 83, inc. 2°, párr. 2°, Ley de Sociedades). Cám. Civ. y
Com., Junín, octubre 29-1981, “Pita, Julio L. c. Westreep Curá e Hijos, Soc. en Com. por
Accs.”.
El ofrecimiento efectuado por la sociedad que pretende fusionarse, consistente en
garantizar debidamente al acreedor oponente de la fusión, conforme al art. 83, inc. 2 de la ley
19550 es un hecho relevante que debe considerarse suficiente a efectos de acceder a la
sustitución de la medida precautoria decretada con anterioridad. Cám. Com., A, ED, 96-602.
Fusión. Conformidad. Innecesariedad. La fusión por absorción otorga a la absorbente
legitimación activa respecto de los créditos de la sociedad absorbida, no siendo exigible para
perfeccionar la transmisión de los activos de la entidad fusionada la aceptación o conformidad
del deudor cedido; la actitud de éste es irrelevante desde que no está habilitado para aprobar o
rechazar la cesión ni para impedir sus efectos. Cám. Civ., I, JA, 1998-IV-460.
Resulta improcedente aplicar los principios de la cesión de derechos litigiosos
previstos en el art. 1445 del Cód. Civil, a la transmisión de la titularidad de un crédito de un
banco a otra entidad bancaria, en virtud de la fusión por absorción que este último efectúa
respecto al primero conforme lo previsto en el art. 82 de la Ley de Sociedades, ya que en
materia de sucesión a título universal entre sociedades anónimas es de aplicación la ley de
sociedades, razón por la cual resulta innecesario requerir la conformidad del deudor porque el
procedimiento de la Ley de Sociedades reemplaza los requisitos del Cód. Civil. Civ. Com. y
Minas, nro. 1, San Luis, LLGran Cuyo 2006 (setiembre), 1084.

II.- Acuerdo definitivo de fusión: Cumplidos los recaudos antes referidos, y


una vez transcurridos quince días desde la última publicación de edictos para el caso
de que existieran oposiciones a la fusión, los representantes de las sociedades podrán
celebrar el acuerdo definitivo de fusión.
Si bien este resulta ser una derivación lógica del acuerdo de fusión que dio
principio al iter, no nesariamente ambos acuerdos habrán de coincidir. De hecho, el
compromiso previo –y los balances a este anexados- debieron contar con la posteror
aprobación asamblearia, la que bien someterlo a ciertas modificaciones1734. El
acuerdo definitivo de fusión deberá contener: i.-) la transcripción de las resoluciones
sociales aprobatorias de la fusión (art. 83, inc. 4, ap. a LS); ii.-) la nómina de los
socios que ejerzan el derecho de receso y capital que representen en cada sociedad
(art. 83, inc. 4, ap. b LS). Sin perjuicio de que no existe norma que así lo imponga,
parece prudente que, frente a una cantidad tal de recedentes que altere
sustancialmente la ecuación tenida en cuenta al tiempo de suscribirse el acuerdo de
fusión, los administradores de la fusionante afectada ponga tal extremo tanto en
conocimiento de los socios como de los administradores de las otras sociedades
involucradas (fusionantes o incorporante)1735; iii.-) la nómina de los acreedores que
habiéndose opuesto hubieren sido garantizados y de los que hubieren obtenido

1734
Cfr. Sasot Betes M. y Sasot M., Sociedades Anónimas, Las Asambleas, Bs. As., 1978, p.
471.
1735
Cfr. Solari Costa O., El Acto de… cit., ps. 127 y 128.

533
embargo judicial; en ambos casos constará la causa o título, el monto del crédito y
las medidas cautelares dispuestas, y una lista de los acreedores desinteresados con
un informe sucinto de su incidencia en los balances a que se refiere el art. 83 en su
inciso 1, ap. b (cfr. art. 83, inc. 4, ap. c LS). Al igual que en el caso anterior, y sin
perjuicio de que tampoco existe norma que así lo imponga, parece prudente que,
frente a la obtención por parte de los acreedores de una fusionante de una cantidad
tal de opositores garantizados y embargantes que altere sustancialmente la ecuación
tenida en cuenta al tiempo de suscribirse el acuerdo de fusión, los administradores
de la afectada ponga tal extremo tanto en conocimiento de los socios como de los
administradores de las otras sociedades involucradas (fusionantes o incorporante)1736;
iv.-) la agregación de los balances especiales y de un balance consolidado de las
sociedades que se fusionan (art. 83, inc. 4, ap. d LS). Salvo que en el compromiso
previo se haya pactado en contrario, desde el acuerdo definitivo la administración y
representación de las sociedades fusionantes disueltas estará a cargo de los
administradores de la sociedad fusionaria o de la incorporante, con suspensión de
quienes hasta entonces la ejercitaban (art. 84 LS). Sin perjuicio de ello, siempre
queda a salvo el ejercicio de la acción de rescisión del acuerdo definitivo de fusión
por justos motivos hasta el momento de su inscripción registral (art. 87 LS).
Respecto del cumplimiento del art. 1277 del Código Civil por parte de los
cónyuges de los accionistas de las fusionantes respecto de las participaciones
gananciales, véase lo dicho al tratarse el procedimiento de transformación.

JURISPRUDENCIA

Acuerdo definitivo de fusión. Requisitos. Aprobado el compromiso de fusión, vencido


el plazo para ejercer el derecho de receso si procediere (art. 245, ley 19.550), y para formular
las oposiciones de la ley 11.867, se formaliza el acuerdo definitivo de fusión siempre y cuando
no haya revocación o rescisión (arts. 87 y 88, ley citada), el que debe contener: a), las
resoluciones aprobatorias de las sociedades interesadas en la operación ; b), la nómina de
socios recedentes y capital global que representan ; c), nómina de los acreedores que hayan
formulado oposición ; d), las bases de la ejecución del acuerdo con cumplimiento de las
normas de disolución de la sociedad absorbida y la especificación clara y concreta de las
participaciones sociales que corresponden a los socios de la sociedad que se disuelve y sus
características y e), la agregación de los balances especiales previstos en el art. 83, inc. 1° de
la ley 19.550 y del balance consolidado de las sociedades fusionantes. Cám. Com., B, LL
1983-B, 362.
Acuerdo definitivo de fusión. Requisitos. Publicidad: Conforme con el art. 98 de la
ley 19550, la publicidad de la disolución constituye requisito necesario e ineludible, y de allí
que debe considerarse que la sociedad absorbida no esté definitivamente extinguida si no se ha
publicado el acuerdo definitivo de fusión. Cám. Com., B, ED 74-706.
Acuerdo definitivo de fusió. Plazos y efectos. En lo relativo a las fechas en las cuales
deben ser fijadas las cuentas de las sociedades interesadas en fusionarse, es preciso tener
presente que la vida de las sociedades subsiste, sin solución de continuidad, y que su
patrimonio cambia diariamente, por lo cual, teniendo en cuenta que el proceso de fusión exige
un cierto plazo, las condiciones de la operación deben determinarse en una fecha prefijada a
los efectos de establecer la situación patrimonial de las sociedades. Tal fecha debe ser la
misma para todas las sociedades y, si fueran distintas, sólo resultarían válidas bajo la

1736
Cfr. Solari Costa O., El Acto de… cit., p. 129.

534
condición de que puedan resultar comparables entre sí; por ello se suele insertar la llamada
"cláusula de retroactividad", que generalmente toma en cuenta la fecha del balance.
Tratándose de una fusión por absorción, una vez cumplidos los requisitos previstos en los incs.
1° y 2° del art. 83 de la ley 19.550 y transcurridos los plazos establecidos por la ley 11.867, y,
en su caso, el término del art. 245 de la ley de sociedades, se debe celebrar por los
representantes legales de las sociedades fusionantes el acuerdo definitivo de fusión, de cuyo
contenido da cuenta el inc. 3° del citado art. 83. Cám. Com., B, LL 1983-B, 362.
Fusión. Balances. Criterio. En los balances de situación patrimonial -carácter que
revisten los balances de fusión, distintos de los balances de ejercicio- influye la forma de
valuar los bienes del activo, y tal valuación no puede realizarse sobre la base de los criterios
utilizados en los balances de ejercicio de cada una de las sociedades fusionadas, por cuanto
éstas deben confeccionar dichos balances de fusión sobre pautas uniformes. Cám. Com., B,
LL 1983-B, 362.

III.- Inscripción registral: La fusión exige como requisito de cumplimiento la


inscripción del acuerdo definitivo en el Registro Público de Comercio (art. 83 inc. 5°
LS). Es sólo a partir de tal acto que opera la disolución de las sociedades absorvidas
y la transferencia total de sus patrimonios1737, en términos análogos a los de una
sucesión a título universal por causa de muerte1738. Consecuentemente, siendo que la
transferencia de patrimonios esta acompañada de la extinción de las fusionantes,
desde entonces puede considerarse a los otrora socios de aquellas como socios de la
incorporante. También opera con la inscripción de la transferencia de todo vínculo
laboral existente con las sociedades disueltas, pasando a la sociedad incorporante
todas las obligaciones emergentes del contrato de trabajo –los que subsisten sin
solución de continuidad1739- que aquellas tuvieren con sus trabajadores al tiempo de
la transferencia y conservando el trabajador la antigüedad adquirida y los derechos
que de esta se deriven (art. 225 LCT). Cuando las sociedades que se disuelven por la
fusión estén inscriptas en distintas jurisdicciones deberá acreditarse que en ellas se
ha dado cumplimiento al artículo 98 LS. En caso de constituirse la sociedad
fusionaria, el instrumento debe otorgarse por los órganos competentes de las
fusionantes con cumplimiento de las formalidades que correspondan al tipo
adoptado. Al órgano de administración de la sociedad así creada incumbe la
ejecución de los actos tendientes a cancelar la inscripción registral de las sociedades
disueltas, sin que se requiera publicación en ningún caso. En el supuesto de
incorporación es suficiente el cumplimiento de las normas atinentes a la reforma del
contrato o estatuto. La ejecución de los actos necesarios para cancelar la inscripción

1737
Cfr. Cámara H., Derecho Societario… cit., p. 456; Rodríguez Peluffo D., “Fusión: las
etapas críticas (segunda parte)”, ED 183-1495.
1738
Cfr. Colombres, G., Curso…cit. p.189; Nissen R., Ley de Sociedades…cit., t. II, ps. 136
y 137.
1739
La pervivencia del contrato de trabajo en la fusión importa la transmisión de todo el
contenido en marcha de este, es decir, todo el plexo de posisciones jurídicas subjetivas que las
constituyen: entre ellos los que hacen a la categoría, remuneración, benficios especiales de que gozare
el personal transferido, poderes de dirección y deberes de conducta. Cfr. Lalanne Julio, “Fusión de
sociedades: problemática laboral”, TySS, 1997-273.

535
registral de las sociedades disueltas, que en ningún caso requieren publicación,
compete al órgano de administración de la sociedad absorbente (art. 84 LS).
Tanto en la constitución de nueva sociedad como en la incorporación, las
inscripciones registrales que correspondan por la naturaleza de los bienes que
integran el patrimonio transferido y sus gravámenes deben ser ordenados por el juez
o autoridad a cargo del Registro Público de Comercio (art. 84 LS).La resolución de
la autoridad que ordene la inscripción, y en la que contarán las referencias y
constancias del dominio y de las anotaciones registrales, es instrumento suficiente
para la toma de razón de la transmisión de la propiedad (art. 84 LS).

JURISPRUDENCIA

Acuerdo definitivo de fusión. Inscripción. Efectos. Operada e inscripta la fusión por absorción,
la sociedad incorporante adquiere legitimación para perseguir por la vía ejecutiva el cobro de
los títulos de crédito librados a favor de la entidad absorbida, pues aceptar que la transmisión
patrimonial en bloque consagrada por el art. 82 de la ley de sociedades se ciña solamente a los
"derechos creditorios sustanciales", despojándolos de los carriles procesales predispuestos por
las leyes adjetivas, importa apartarse o contradecir la finalidad tenida en miras por la ley
22.903 que modificó sustancialmente el régimen jurídico aplicable a la fusión de sociedades.
TS, Córdoba, LLC 2005 (junio), 494 - IMP 2005-13, 1931.
Efectos. La inscripción del acuerdo definitivo de fusión y del contrato o estatuto de la nueva
sociedad o el aumento de capital que hubiere tenido que efectuar la sociedad incorporante (art.
82, ley 19.550) determina la transferencia total de los respectivos patrimonios, sin que sea
necesario indicar de manera expresa que ella incluye títulos valores -en el caso, un pagaré- o
que éstos deban endosarse para su cobro. Cám. Civ. y Com., Rosario, I, LLLitoral 2001, 1400.
Acuerdo definitivo de fusión. Inscripción. Efectos. La falta de endoso del pagaré librado a
favor de una sociedad que se fusionó con otra no impide a la incorporante accionar a fin de
obtener su cobro, pues la inscripción de la fusión opera la transferencia total de los respectivos
patrimonios. Cám. Civ. y Com., Rosario, I, LLLitoral 2001, 1400.
La inscripción registral del acuerdo definitivo de fusión de dos sociedades anónimas, torna
oponible el acto a cualquier tercero, sin que resulte menester el cumplimiento de recaudos
adicionales para que la absorbente adquiera la titularidad de los derechos y obligaciones de la
sociedad disuelta (art. 82, ley 19.550). Cám. Com., E, febrero 25-1997, “Banco Bansud S. A.
c. Micha, Elías y otro”.
La extinción de las sociedades fusionantes o incorporadas se produce desde el momento en
que se inscribe en el Registro Público de Comercio el acuerdo definitivo de fusión y el
contrato o estatuto de la nueva sociedad, por lo que no habiendo inscripción de acuerdo
definitivo de fusión en los registros pertinentes, no puede tenerse por inexistente como
persona jurídica a la sociedad anónima fusionada, por lo que mantiene la capacidad para
formular los reclamos judiciales que hagan a la prosecución de sus créditos, manteniendo,
pues, su legitimación para accionar. Cám. Civ. y Com., Junín, LLBA 1996, 1020.

Como consecuencia de la fusión, el activo y el pasivo de la sociedad absorbida se transfieren


a la absorbente, lo que otorga poder general para actuaren juicio a los mismos mandatarios que
venían ejerciendo la representación de aquella. Cám. Civ. Com. y Cont. Adm., Río Cuarto, LL
2000-B, 841 (42.479-9)- LLCórdoba, 1999-1059.

La absorbente posee legitimación activa respecto de los créditos de la sociedad absorbida, no


siendo exigible para perfeccionar la transmisión de los activos de la entidad fusionada la
aceptación o conformidad del deudor cedido; la actitud de éste es irrelevante desde que no está

536
habilitado para aprobar o rechazar la cesión ni para impedir sus efectos. Cám. Civ., I, JA,
1998-IV-460.

La inscripción registral del acuerdo definitivo de fusión de dos sociedades anónimas, torna
oponible el acto a cualquier tercero, sin que resulte menester el cumplimiento de recaudos
adicionales para que la absorbente adquiera la titularidad de los derechos y obligaciones de la
sociedad disuelta (art. 82, ley 19.550). Cám. Com., E, LL 1997-E, 1068, sec. Jurisp. Agrup.,
caso 12.025.

Acuerdo definitivo de fusión. Inscripción. Efectos. Contratos de trabajo: La fusión por


absorción o por anexión se produce cuando una sociedad incorpora a otra u otras sociedades
que se disuelven, pero no se liquidan, implicando para la sociedad absorbente un aumento de
capital y por otro lado se sustituye en los derechos y obligaciones de la otra, por lo que el
transmitente y el adquirente del establecimiento en el que labore el trabajador serán
solidariamente responsables respecto de las obligaciones emergentes del contrato de trabajo
existentes a la época de transmisión y que afecten a aquel debiendo tenerse por transmitente a
cada una de las sociedades fusionantes (o absorbidas) y por adquirente a la compañía
resultante de la fusión o incorporante. Trab, II, La Matanza, DT 1998-B, 1777; LLBA 1998-
492.

IV.- Receso y preferencias: En cuanto a receso y preferencias, el art. 85 LS


prevé la aplicación de lo dispuesto por los artículos 78 y 79, a los que ya
aludiéramos cuando tratamos los supuestos de transformación. No obstante, cabe
destacar que, a diferencia del caso de los socios de la sociedad incorporada, los
socios de la incorporante no cuentan con el derecho de receder (art. 245 LS) en
razón de que para el legislador toda reorganización en tal sentido redunda en un
beneficio patrimonial para esta última (cuestión no necesariamente cierta).

JURISPRUDENCIA

Receso. Frente al principio de la continuación de la empresa, el derecho de receso


aparece legislado como un dispositivo de defensa de los socios minoritarios en las sociedades
anónimas a fin de que puedan soslayar las decisiones de la mayoría que modifican el contrato
de organización original, es decir, busca equilibrar los distintos intereses en juego. Cám. Civ.
y Com. Fed., II, LL 1998-C, 489 - DJ 1998-3, 93.
Celebradas las asambleas que aprueban el compromiso de fusión en cada una de las
sociedades, los socios gozan del derecho de receso en los términos del art. 78 de la ley 19.550,
(conf. art. 85), y la adquisición de las partes de los socios recedentes se rige por las normas del
art 245 (conf. art. 79, 2ª parte). Aprobado el compromiso de fusión, vencido el plazo para
ejercer el derecho de receso si procediere (art. 245, ley 19.550), y para formular las
oposiciones de la ley 11.867, se formaliza el acuerdo definitivo de fusión siempre y cuando no
haya revocación o rescisión (arts. 87 y 88, ley citada), el que debe contener: a), las
resoluciones aprobatorias de las sociedades interesadas en la operación ; b), la nómina de
socios recedentes y capital global que representan ; c), nómina de los acreedores que hayan
formulado oposición ; d), las bases de la ejecución del acuerdo con cumplimiento de las
normas de disolución de la sociedad absorbida y la especificación clara y concreta de las
participaciones sociales que corresponden a los socios de la sociedad que se disuelve y sus
características y e), la agregación de los balances especiales previstos en el art. 83, inc. 1° de
la ley 19.550 y del balance consolidado de las sociedades fusionantes. Cám. Com., B, LL
1983-B, 362.
En el sistema de fusión estructurado por la ley 19550 los socios de las sociedades
fusionadas tienen en relación a los trámites de fusión, la posibilidad de ejercer el derecho de

537
receso y el de informarse acerca del trámite de la misma, recurriendo a las autoridades de la
sociedad consolidataria, toda vez que los administradores de la fusionada quedan suspendidos
en el ejercicio de sus cargos hasta tanto se efectúe la constitución definitiva de la sociedad
mediante su inscripción en el Registro Público de Comercio. Cám. Com., C, ED 74-706.

c.- Revocación
El compromiso previo de fusión puede ser dejado sin efecto por cualquiera
de las partes, si no se han obtenido todas las resoluciones sociales aprobatorias en el
término de tres meses. Incluso las resoluciones sociales aprobatorias pueden ser
revocadas, mientras no se haya otorgado el acuerdo definitivo (art. 86 LS). Entre las
razones de tal hipotética revocación suelen citarse el ejercicio del derecho de receso
por accionistas en número tal que rompan la ecuación negocial tenida en cuenta para
la fusión, o incluso la existencia de oposiciones de acreedores sociales en cantidades
que, al no poder ser desinteresados, agraven sobremenera el estado financiero de las
sociedades involucradas1740. Para ello deben tomarse recaudos iguales a los
establecidos para la celebración del compromiso previo de fusión y siempre que no
causen perjuicios a las sociedades, los socios y los terceros (art. 86 LS).

d.- Rescisión: justos motivos


Cualquiera de las sociedades involucradas puede demandar la rescisión del
acuerdo definitivo de fusión por justos motivos, hasta el momento de su inscripción
registral (art. 87 LS). En términos generales pueden entenderse como justos motivos
–entre otros- aquellos que resulten de la existencia de compromisos obligacionales
incompatibles con los propios de la sociedad absorvente, no contemplados en el
compromiso de fusión, o de aquellos otros que producirían una alteración tal en las
condiciones económicas de la sociedad absorvente que su ejecución supondría una
lesión grave e injustificada1741. La demanda de rescisión deberá interponerse en la
jurisdicción que corresponda al lugar en que se celebró el acuerdo (art. 87).

48.- Escisión

El instituto de la escisión tiene como origen razones de índole fiscal que


favorecen -desde su primigenia óptica impositiva- los procesos de
reorganización1742. Si bien se presenta como como un medio de desconcentración -
desdoblamiento de una persona jurídica en varias1743- dirigido a la especialización,
por tanto contrario a la fusión, en realidad integra con la lista de mecanismos legales

1740
Cfr. Sasot Betes M. y Sasot M., Sociedades Anónimas, Constitución… cit., p. 584.
1741
Tal cual lo previsto en el Proyecto de Malagarriga C. y Aztiria E. en su art. 184.
1742
Cfr. Cám. Com., E, ED 106-238.
1743
Cfr. Morel J., “La escición de sociedades y la transmisión de sociedades”, LL 1986-D, p.
955.

538
de concentración de empresas1744. La LS en su art. 88 prevé cuatro supuestos de
escisión: i.-) cuando una sociedad sin disolverse destina parte de su patrimonio para
fusionarse con sociedades existentes (escisión incorporación o por absorción); ii.-)
cuando una sociedad sin disolverse destina parte de su patrimonio para participar
con ellas en la creación de una nueva sociedad (escisión fusión); iii.-) cuando una
sociedad sin disolverse destina parte de su patrimonio para constituir una o varias
sociedades nuevas (escisión escisión); y iv.-) cuando una sociedad se disuelve sin
liquidarse para constituir con la totalidad de su patrimonio nuevas sociedades
(escisión división).

JURISPRUDENCIA

Escisión. Supuestos. La escisión supone (art. 82, ley 19550) aplicar parte del
patrimonio para la creación de una sociedad nueva, con la consiguiente reducción del capital
(art. 88, ley CI.) Lo cual está excluido cuando un ente cayó en disolución por pérdida total del
capital. Cám. Com., B, ED, 74-707.

a.- Requisitos
La escisión exige el cumplimiento de una serie de requisitos, que la LS prevé
en su art. 88. Los mismos son: i.-) Resolución social aprobatoria de la escisión del
contrato o estatuto de la escisionaria, de la reforma del contrato o estatuto de la
escindente en su caso, y el balance especial al efecto, con los requisitos necesarios
para la modificación del contrato social o del estatuto en el caso de fusión. En
cuanto a receso y preferencias, el art. 88 LS prevé la aplicación de lo dispuesto por
los artículos 78 y 79, a los que ya aludiéramos cuando tratamos los supuestos de
transformación; ii.-) El balance especial de escisión no será anterior a tres meses de
la resolución social respectiva, y será confeccionado como un estado de situación
patrimonial; iii.-) La resolución social aprobatoria incluirá la atribución de las partes
sociales o acciones de la sociedad escisionaria a los socios o accionistas de la
sociedad escindente, en proporción a sus participaciones en ésta, las que se
cancelarán en caso de reducción de capital. También será necesaria la publicación de
un aviso por tres días en el diario de publicaciones legales que corresponda a la sede
social de la sociedad escindente y en uno de los diarios de mayor circulación general
en la República. El aviso deberá contener: a.-) la razón social o denominación, la
sede social y los datos de la inscripción en el Registro Público de Comercio de la
sociedad que se escinde; b.-) la valuación del activo y del pasivo de la sociedad, con
indicación de la fecha a que se refiere; c.-) la valuación del activo y pasivo que
componen el patrimonio destinado a la nueva sociedad; d.-) la razón social o
denominación, tipo y domicilio que tendrá la sociedad escisionaria.

1744
Cfr. Fargosi H., Estudios de Derecho Societario, Bs. As., 1978, ps. 157 y 158.

539
En los casos de escisión-fusión no serán de aplicación los requisitos
enumerados en el art. 88 LS y a los que aludimos supra, sino los de los arts. 83 a 87
LS previstos para los supuestos de fusión, y a los que remitimos.

JURISPRUDENCIA
Escisión. Régimen de mayorías. SRL.Si la sociedad de responsabilidad limitada tiene
menos de veinte socios la reforma del contrato social exige tanto en primera como en segunda
convocatoria para el cambio de objeto, prórroga, fusión, escisión y toda modificación que
imponga mayor responsabilidad, la presencia de la totalidad -de socios- dado que exige
unanimidad. Cám. Com., A, febrero 25-1983, “Inspección General de Justicia c. Agrosemillas
Argentinas, S. R. L.”

b.- Oposición
Los acreedores de fecha anterior al cuerdo tendrán derecho de oposición,
según las previsiones del régimen de fusión y dentro de los quince días desde la
última publicación del aviso al que alude el art. 83 LS. Tales oposiciones no impiden
la prosecución de las operaciones, y la LS sólo prevé que el acuerdo definitivo no
podrá otorgarse hasta veinte días después del vencimiento del plazo antes indicado, a
fin de que los oponentes que no fueren desinteresados o debidamente garantizados
puedan obtener embargo judicial.

JURISPRUDENCIA

Escisión. Oposición. El contrato de escisión de una sociedad anónima, por medio del
que transmitió en forma parcial a título universal su patrimonio a favor de la sociedad
escisionaria, resulta oponible a los terceros y produce, respecto de los que contrataron con
dicha sociedad, efectos similares a los de la cesión —en el caso, se consideró que los
cesionarios tenían legitimación pasiva en la ejecución prendaria seguida contra la
escindente—, por cuanto, basta con que se haya tenido conocimiento directo de su
concertación mediante la notificación de la demanda y la anexión del contrato de escisión
registrado ante la Inspección General de Justicia para que se lo juzgue perfeccionado respecto
de ellos. Cám. Com., E, IMP 2007 (enero), 118.
El embargo previsto en la ley de sociedades tiende a asegurar que en una escisión-
fusión, el acreedor de la sociedad escindente no vea disminuida la prenda común objeto de su
garantía por la aparición de los acreedores de la otra entidad, que confluirán sobre el
patrimonio unificado por causa de la fusión. Cám. Com., D, LL 2000-F, 302 - DJ 2000-3,
1113.

c.- Instrumento definitivo de escisión


Vencidos los plazos correspondientes al derecho de receso y de oposición y
embargo de acreedores, se otorgarán los instrumentos de constitución de la sociedad
escisionaria y de modificación de la sociedad escindente, practicándose las
inscripciones según el artículo 84 LS1745. Respecto del cumplimiento del art. 1277
1745
Tanto en la constitución de nueva sociedad como en la incorporación, las inscripciones
registrales que correspondan por la naturaleza de los bienes que integran el patrimonio transferido y
sus gravámenes deben ser ordenados por el juez o autoridad a cargo del Registro Público de

540
del Código Civil por parte de los cónyuges de los accionistas de las escisionarias
respecto de las participaciones gananciales, véase lo dichos para los casos de
transformación.

JURISPRUDENCIA

Instrumento definitivo de escisión. Requisitos. Si la escisión de una sociedad anónima implicó,


efectivamente, la transmisión parcial a título universal del patrimonio de la sociedad
escindente a la escisionaria, también se transmitió el crédito motivo de la demanda, y es
procedente la acción, aunque se omitiera anejar el balance especial de escisión y
documentación complementaria, si no se demostró que la actora no es la titular del crédito
reclamado. Cám. Com., A. julio 17-1998, “Zéneca S. A. c. Servicios Agropecuarios El Litoral
S. R. L.”.
El contrato de escisión de una sociedad anónima, por medio del que transmitió en forma
parcial a título universal su patrimonio a favor de la sociedad escisionaria, resulta oponible a
los terceros y produce, respecto de los que contrataron con dicha sociedad, efectos similares a
los de la cesión —en el caso, se consideró que los cesionarios tenían legitimación pasiva en la
ejecución prendaria seguida contra la escindente—, por cuanto, basta con que se haya tenido
conocimiento directo de su concertación mediante la notificación de la demanda y la anexión
del contrato de escisión registrado ante la Inspección General de Justicia para que se lo juzgue
perfeccionado respecto de ellos. Cám. Com., E, IMP 2007 (enero), 118.

Comercio. La resolución de la autoridad que ordene la inscripción, y en la que contarán las


referencias y constancias del dominio y de las anotaciones registrales, es instrumento suficiente para
la toma de razón de la transmisión de la propiedad.

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Zunino Jorge, Disolución y Liquidación, ts. 1 y t. 2, Astrea, Buenos Aires, 1984 y 1987.
- Régimen de Sociedades Comerciales, 20° edición, Astrea, Buenos Aires, 2005.

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