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Carituto 15 PARTE OBJETIVA DEL TIPO: II. ESPECIALMENTE EN DELITOS DE RESULTADO: CAUSALIDAD E IMPUTACION OBJETIVA Secorén 1%. InrRopucci6n los delitos comisivos de resultado, sean tipos puramente ivos o tipos de resultado pero con modalidades limitadas cucion, la perfeccién del tipo objetivo, es decir su consu- , requiere no sélo que se produzca de cualquier manera y alquier causa el resultado descripto en él tipo, sino ademas a una determinada relacién o nexo de unién precisamente accién tipica y dicho resultado. Dicha relacién es doble y : en primer lugar es precisa una relacién de causalidad la accion y el resultado, pero en segundo lugar se requiere ‘élacién de imputacién objetiva entre el resultado y la accién. le el siglo XIX y hasta la segunda mitad del XX la doctrina y isprudencia penal se limitaban a requerir y discutir la primera jas relaciones, o sea la relacién o nexo causal entre accién y ltado, que ademas se consideraba componente del elemento ion;-en sentido amplio, mds bien que del tipo, o en cualquier componente del tipo, pero también de la accién. Ahora bien, ‘as que un sector defendia un concepto ontoldégico de rela- uisal como relacién légico-real de causa a efecto entre una yun resultado, otro sector mantenia la introduccién de leraciones normativas en la relacién causal para restringir iplitud y lograr limitaciones de la responsabilidad penal que sideraban justas ante determinados cursos causales ané- © problematicos. rente’a esto, en la época mas reciente, la doctrina (y jurispruden- | mayoritaria considera con razén que los intentos de restriccio- Ja responsabilidad partiendo de conceptos normativos de la n de causalidad suponen una equivocada sobrevaloracién de portancia y capacidad de este elemento (de modo paralelo alo también ha sucedido con el concepto de accién, como hemos saree Cap.15 334 Dreco-Manugt Li visto supra 10/5 y ss., especialmente 10/56); y que la car nexo causal es una relacién légico-real, normalmente de. ter material 0 fisico, pero a veces de caracter psiquico (influ psiquicamente en otra persona), que se puede establecer enti accién humana y un resultado (0, por el contrario, entre otro, natural y el resultado}, que exigen los tipos de resultado y en, tae no se deben introducir consideraciones normativas res} vas. También se sostiene que el sentido del tipo en los delitos sultado no se conforma con la mera relacién de causalidad mat {o excepcionalmente psiquica) entre la accién y el resultado. que supone un segundo requisito adicional, la “imputaci6; jetiva” (término utilizado por contraposicién a la imputacién jetiva: dolo o imprudencia, imputabilidad y culpabilidad del § del resultado a la accién conforme a criterios normativos dicos. Esto es, que en los delitos de resultado la parte posit iva. tipo (0 el tipo, sin mas, en ia terminologia mayoritaria) como ind del injusto especifico del delito exige, para poder afirmar qe con conducta el sujeto ha “matado”, “lesionado”, “dafiado”, “e: etc., no sélo que la accién haya “causado” -influido o condicio causalmente- el resultado, sino que haya “producido como’. suya” el resultado; y esto supone que conforme a diversos cri normativos se pueda atribuir, imputar el resultado como obra pre samente de una accién y no del azar o de otro factor, y mas co: tamente, como obra precisamente de la peligrosidad de la acci la norma quiere evitar que se produzca. 4 Si falta la relacién de causalidad 0 la de imputacién objetiu Fes pecto del resultado, las consecuencias son diversas para el eli comisivo doloso o para el imprudente: en ninguno de ellos habr: delito consumado, pero mientras que en los delitos dolosos cabi la posibilidad de punicién por formas imperfectas de ejecuc (tentativa en sentido amplio), en el delito imprudente, al no punibles tales formas imperfectas, la consecuencia es la impvu dad como tal tipo imprudente (salvo que la conducta impruder hubiera realizado ya otro delito resultativo imprudente distint: salvo que constituya por si misma un delito de peligro). 5. 2, Ahora bien, aunque el criterio de la imputacién objetiva estab inicialmente concebido en exclusiva para los delitos de resulta como requisito objetivo del tipo, adicional al de la relacién cau: en la doctrina moderna se va haciendo mayoritaria la opinién. que laimputacién objetiva tiene dos niveles 0 componentes: por parte, efectivamente la imputacién objetiva del resultado, pero por la otra, la imputacion objetiva de la propia conducta; infra 15/10: se examinara en detalle esta cuestién. Si esto es asi, la imputaci objetiva ciertamente desempefiara su papel mas importante en lo: ARTE OBJETIVA DEL TIPO: Ir 335 Cap. 15 side resultado; la imputacién objetiva de la conducta también ara como requisito del tipo en los delitos de mera conducta, 0 iso en las fases anteriores a la consumacién: en la tentativa o ibién en los actos preparatorios excepcionalmente punibles. n-los delitos de omisién impropia -de comisién por omisién, ado es un requisito exigido, unas veces implicita, otras expli- ente, para su perfeccién —la consumacién- por el tipo de los ¢ lelitos de resultado, y significa el enlace o nexo de unién, légico y entre una conducta (0, por el contrario, entre otro factor del “undo no humano) como causa u origen y un resultado material mal como efecto o consecuencia de aquélla. La cuestién se aplica frecuentemente porque pueden ser multiples los factores ié influyen causalmente en la produccién de un evento, 0 porque len actuar influyendo no directamente, sino a través de otros ictores intermedios en dicha producci6n del resultado (al igual ie también puede haber pluralidad de resultados). lasta bien avanzado el siglo XX ha sido muy frecuente consi- 8 derar la relacién causal como un (sub)componente de la accién mo primer elemento del delito; concretamente, se consideraba al iltado (o modificacién del mundo externo) y a la relacién causal e con la “accién en sentido estricto” (0 movimiento corporal intario, manifestacién de la voluntad al exterior, normalmente forma de actividad) como parte integrante de la “accién en sen- amplio”, es decir, la realizacién del impulso de voluntad en for- de actividad humana mas las.modificaciones que ésta produce el mundo exterior. Esto no sélo en el concepto causalista de cién, que ponia el énfasis en el aspecto externo o de causacién de la misma, sino también en el concepto final de accién, que la itiende como “supradeterminacién (0 control) final del curso cau- 5 ”. En la doctrina moderna, en cambio, se sostiene un concepto estricto de accién y se concibe la relacién causal como un elemento o ‘igido por el tipo objetivo en los delitos de resultado. Mayoritaria- mente, desde que las consideraciones normativas de restriccién de la responsabilidad se tratan en la nueva categoria de la imputacién Cap.15 336 Digco-Manug Luzoy | 10 1 objetiva, se sostiene un concepto ontolégico de causalidad co; me a la teoria de la condici6n. j Ahora bien, incluir la causalidad como elemento de la accién como elemento del tipo no ha prejuzgado necesariamente la nat raleza, ontolégica o normativa, atribuida al concepto de relaci causal. Pues, por una parte, estudiandola como componente ¢ ja accion, ha habido quienes, manteniendo un concepto caus; accién -a su vez de corte ontolégico-, como veremos infra II, sostenido conceptos ontolégicos de causalidad, como el de la: via de la condicién” (o pretendidamente ontoldgicos, como los ; jas teorias individualizadoras}, pero también quienes se han ing| nado por conceptos normativos de causalidad, como el de la can adecuada o el de la relevancia, del mismo modo en que taml estos dos ultimos conceptos se han propugnado por defensores: ‘una concepcién normativa de la accién como es la del conce social de accién, 0 que desde el concepto finalista de accién, pr tendidamente ontolégico, se ha defendido ia teoria de la condici¢ y por tanto un concepto ontolégico de causalidad. Por otra examinando la relacién causal como elemento del tipo objet algunos han defendido para la causalidad conceptos normativo: como el de la adecuacién o el de Ja relevancia, pero, como hema visto, desde que las consideraciones normativas de restriccié: la responsabilidad se tratan en la imputacién objetiva, mayoritar mente se sostiene un concepto ontolégico de causalidad confory ala teoria de la condicién. IL. Supvesros PROBLEMATICOS La afirmacién de la relaci6n causal supone la reconstruccié: posteriori de un proceso de influencia de un fenémeno -en su ca una accién- en la produccién de otro como consecuencia suya ¥ presupone un conocimiento de las leyes de la naturaleza qui determinan la eficacia causal u originadora de unos fenémeno: hechos sobre otros acaecimientos, teniendo en cuenta que a veces puede tratarse de causalidad no material-mecanica, sino psiquica; es decir, de la influencia psicolégica de uno 0 varios factores sobre la mente y las decisiones de un sujeto, para cuyo esclarecimient no sdlo cuentan las declaraciones de éste o de testigos, sino tam: bién el conocimiento de las reglas de la psique y el comportamiento,, humanos, Sin pretensién de exhaustividad se pueden citar los si guientes supuestos: 1. Factores causales complejos o parcialmente ocultos Cuando los factores causales sean simples ¥ generalmente conoct- dos, bastard con el conocimiento empirico normal de una perso: PARTE OBJETIVA DEL TIPO: IT 337 Cap. 15 jedia para comprobar o rechazar la causalidad (asi concurre ésta la muerte inmediata de una persona tras recibir un tiro en la jen; en el incendio de un cobertizo —sin instalacién eléctrica que diera provocar cortocircuitos y sin intervencién de ningtin otro factor externo- por haberle prendido fuego alguien a la paja de su rior, o en una estafa en que el error que provoca el acto de dis- icién patrimonial se debe a que Ja victima ha caido en la manio- bra engafiosa del autor), mientras que en otras ocasiones ~—factores complejos, o parcialmente ocultos- ello requerira del dictamen, a eces. muy complejo y minucioso, de expertos en las correspon- ntes ramas del saber, p. ej. en quimica, fisica, medicina, toxico- ia;.ingenieria, arquitectura, etc., por no ser asequible sin mas ‘al hombre medio la comprensién del proceso de nexos de union jue. pueden haber conducido al resultado (asi, seran imprescindi- los dictamenes periciales para determinar si en una operacién ‘muerte o lesiones permanentes sufridas se han debido a una Mmaniobra incorrecta del cirujano o a falta de resistencia fisica del ciente ante una intervencién correcta, sila muerte de un sujeto @ enfermo, a quien se le ha suministrado consciente o incons- ¢ientemente una sustancia toxica o venenosa, ha sido producida o elerada por ésta 0, por el contrario, Gnicamente por un agrava- lento independiente del proceso morboso; 0 si el derrumbamien- de una presa o de un edificio ha sido provocado por deficiencias en'su.planeamiento, ejecucién o materiales de construccién o por in excepcional movimiento sismico 0 corrimiento de tierras con el no habia que contar). Como se ve, en estos casos no se trata le problemas de valoracién normativa -en el primer momento de identificar el factor o factores causantes, aunque posteriormente y independencia de la causalidad ya haya que entrar a valorar se rebasaron o no las normas de cuidado o el riesgo permitido-, 10 de caracter empirico. ‘Cursos causales no verificables; causalidad estadistica . También es en principio de indole empirica la problematicadelos 12 nominados “cursos causales no verificables’, supuestos en que iteradamente se produce un resultado a multiples personas que “enteriormente han tenido una misma relacién con un factor, p. ej. ban ingerido el mismo producto o medicamento, por lo que hay “una findada sospecha o gran probabilidad de que ése sea el agen- ete ¢ causal del resultado, pero se desconoce exactamente cual es el _Mecanismo y el proceso, quimico o fisico, productor del dafio por- que: las correspondientes ciencias empiricas no han sido capaces econstruirlo a posteriori. Asi ocurrié en el Hamado caso “Con- tegen" 0 de la talidomida, nombre con el que se comercializé en Cap.15 338 Dirco-Manugt Luzon 13 Alemania un farmaco, somnifero, a base de talidomida, en: el hasta que se retiré del mercado, sufrieron graves malformac: fetales los hijos de multiples embarazadas que habian tomado: farmaco durante la gestacién. De modo similar en el “caso del pray para cuero” (o caso Erdal, nombre de la marca producto} finales de los afios 80 se detectaron en Alemania multiples inti caciones y lesiones, sobre todo respiratorias en parte de los con: midores que usaron ese espray para tratar el calzado o prod de piel, pero sin que se lograra averiguar qué componentes t6: contenia tal producto’. Tampoco se pudo reconstruir con exact tud el proceso quimico ni determinar los compuestos iniciale: el “caso de la colza”*, tan famoso entre nosotros, en el que s ron graves lesiones y enfermedades, con sintomatologias basta anémalas, ¢ incluso la muerte, multiples personas en toda Es que habian consumido aceite de colza desnaturalizado mezcla adulterado con otras sustancias que no se pudo determinar, cé; peculiaridad de que no todos los consumidores de dicho aceite colza desarrollaron el sindrome téxico. Aqui la cuestién rad: : determinar si basta 0 no con una gran. probabitidad, a vecés yana en la seguridad (operando con lo que se ha denominado “ salidad estadistica”), para afirmar la existencia de relacién cai aunque no se conozca con exactitud la totalidad del curso ca u 3. Causalidad concurrente o cumulativa: autoria yuxtapuest; (accesoria o paralela), causalidad cumulativa y causalidad superadora, adelantante o rebasante Igualmente se plantean cuestiones légico-empiricas ante los st puestos de “causalidad concurrente” o “cumulativa” en el moment inicial de afirmar o rechazar la existencia de nexo causal, aundt posteriormente haya que entrar en la cuestién normativa del trat miento juridicopenal adecuado de los mismos. Se trata de casos d causalidad simultanea o de una causalidad posteriormente in: tada pero de efecto simultaneo a Ja primera; es decir, de interve: cién concurrente de dos o mas factores de posible eficacia caiis: "El caso Contergan corresponde a la sent. LG Aachen, JZ 1971, 516, ¢i aprecié relacién causal. Igualmente se aprecié tal relacién de causalidad en sent. BGHSt 37, 106 y ss., en el caso del espray para cuero, estructuralmente igual al anterior, con esta fundamentacién: conocer el concreto proceso catisé és irrelevante si existe una conexién entre producto y dafio y queda exclui cualquier otro factor como posible causa. : 2 STS 23/4/1992, A 6783. bre un mismo resultado (o sobre los mismos resultados) y cuyos os se unan o potencien, o se contrarresten al menos parcial- ente, 0 unos superen o rebasen totalmente a los otros; y a su vez Jo puede deberse a diversas intervenciones humanas, de acuerdo , 0 a la concurrencia de conductas humanas con factores na- ales. arte de supuestos de coautoria o de autoria y participacién, sultan especialmente problematicos: ‘Los casos de “autoria yuxtapuesta’ (0 “autoria accesoria” o yalela”*) dolosa o imprudente, en que, sin estar de acuerdo, pro- icen el resultado dos actuaciones independientes, cada una de las les por separado hubiera sido incapaz de causarlo (p. ej., A pone enla comida de X 4 mg de un veneno, y B, sin conocer la actuacién Aj pone 3 mg del mismo veneno en la bebida, cuando la dosis ortal' para un adulto es de 6 mg, o bien, en caso de imprudencias, -onductores A y B, Ilegando por vias transversales, irrumpen en cruce sin respetar las indicaciones de alto de un guardia muni- y chocan los vehiculos aplastando y causando la muerte al po- ‘pero ninguno de los dos golpes al agente por separado hubiera io tan violento como para matarlo). Estos son los supuestos que ii’nos interesan, aunque también hay de autoria yuxtapuesta o $ supuestos inversos —para los que algunos reservan la de- minacién “causalidad cumulativa’— en que la conjuncién de Eri espafol se utiliza habitualmente para esta categoria (correlativa en lo abjetivo a la coautoria, pero sin conacimiento ni acuerdo recipraco de los agen- :1a denominacién “autoria accesoria”, traduccién de la expresién alemana | y Taterschaft = autoria). Sin embargo, no es la denominacién mas afortunada o e 2 ecuada: en efecto el prefijo Neben- al comienzo de un sustantivo puede tener alela” (asi p. ej. Zaffaroni/ Alagia/Slokar) 0 como “autoria concomitante” i Donna y Zaffaroni/ Alagia/ Slokar, entre otros). No obstante, el significado Concomitante; acompaiiante, que acompaiia o esta asociado a otra cosa, se ima mucho al de “accesoria”, que lo es respecto de la principal a la que ipaia, por lo que no parece la mejor terminologia para referirse a ambas ARTE OBJETIVA DEL TIPO? IL 339 Cap. 15 14 15 16 Cap.i5 340 Dieco-Manuset Luzon: 17 18 19 diversas acciones o factores produce el resultado, pero cada de ellos por separado lo hubiera producido exactamente igual suele citar la muerte de César por 23 pufialadas). -Y los casos de “causalidad superadora, o adelantante: basante” (0, desde la otra perspectiva, de “causalidad adelantg, superada o rebasada”), en que inicialmente se pone en marcha} cadena causal con capacidad para producir el resultado, pe: mismo tiempo o después opera otra cadena causal que, adelon do o superando a la primera, produce efectivamente el result Aqui puede suceder, o bien que el segundo curso causal no api veche para nada los efectos del primero (p. ej. una persona h: tomar a V un veneno que comenzara a surtir efecto algin tiem; después y antes de ello un tercero mata a V de un disparo), ob que el segundo curso causal aproveche precisamente los efec| dei primero: asi si un coche atropella a un peatén o a un cicl: s que sufre heridas graves con peligro de muerte y queda tendido. Ja calzada en un tramo recto y de buena visibilidad, pero llega cadamente otro automévil, lo atropella y lo mata, o si una perso: deja olvidada sin darse cuenta una pistola cargada en el aula de colegio y llega un tercero y mata dolosa 0 imprudentemente c con: pistola a un nifio, o se suicida con la misma. 4. Cursos causales hipotéticos: causalidad alternativa prop: o ajena; conducta alternativa licita o conforme a Derecho Asimismo, son empiricos y sobre todo de indole légica los p bliemas iniciales de determinacién de la causalidad, aunque pos' riormente debe resolverse la cuestién normativa de la imputac: objetiva, en los “eursos causales hipotéticos’. Se denominan.a los casos en que, en la hipétesis de que no se hubiera realizad el curso causal que efectivamente ha producido (al menos se; todas las apariencias) el resultado, surge la alternativa -hipot ca- de otro curso causal que hubiera producido de igual medo él mismo resultado. Esta causalidad hipotética puede consistir e1 actuaci6n distinta -correcta en vez de incorrecta- del propio suj o en una actuacién sustitutiva ajena, La primera variante, que es la mas discutida, la causalidad.al ternativa propia (conducta alternativa licita o conforme a De recho, correcta}, consiste en que el autor provoca el resultado ci su actuacién incorrecta (imprudente o incluso con dolo eventual) 1 rebasando el riesgo permitido, pero posteriormente se comprueba que con seguridad o con probabilidad rayana en la certeza, aun- = que hubiera obrado correctamente sin rebasar el riesgo permiti en su actuacién, también habria provocado el mismo resultado: Asi el “caso del ciclista”, en que un camién adelanta a un ciclis: dejando menor separacién lateral de la debida y lo atropella al ‘ar bruscamente el manillar el ciclista, que iba ebrio, pero tal ‘opello también se hubiera producido aunque se hubiera dejado istancia de separacién correcta, o el “caso de la novocaina”, en ie Ja cocaina inyectada indebidamente como anestesia en una peracion causa la muerte por shock alérgico al paciente, pero con ‘probabilidad la novocaina, anestésico correcto, también ha- pria producido ese resultado por una anomalia congénita indetec- ‘ple del paciente. ‘omo ejemplos de la variante de conducta (causatidad) alter- tiva ajena cabe citar: A, inducido por B, echa veneno en la be- que sera tomada por X un rato después, causandole la muer- pero B, que estaba al tanto, habria vertido el mismo veneno en \ebida si A no lo hubiera hecho; N, que acaba de ingresar en una a criminal y a quien se pone a prueba, ejecuta el encargo de tar a tiros a un politico a la salida de un acto puiblico, pero otro smbro de la banda, P, experto tirador que estaba vigilando por fallara o desistiera, habria disparado en el mismo momento ‘a el politico. et =5..Cursos causales irregulares (o anémalos): causalidad sucesiva desviacién del curso causal y causalidad anica irregular in. cambio, hay que destacar que en los “cursos causales irregu- (0 anémaios)” las posturas negadoras de la relacién causal operado de entrada con criterios -subrepticiamente- norma- 0 de valoracién de la anomalia del proceso causal; aunque “nuevamente hay que insistir en que en el plano causal realmente ‘ata de la cuestién légico-real, y no normativa, de si hay nexo inién entre la primera accién y el resultado, y la cuestion axio- ica’ del tratamiento juridicopenal de los supuestos pertenece a _ Tales cursos irregulares pueden darse tanto en delitos dolosos ¥= como en delitos imprudentes, y pueden consistir tanto en una cau- _ lidad sucesiva o desviacién del curso causal de modo extrafo, oxno en una causalidad unica pero irregular desde el principio. si: cabe mencionar en este Ultimo sentido, en delitos dolosos, an citado ejemplo del sobrino que convence a su tio, a quien iere heredar, de que pasee por el bosque durante una tormenta ‘a.que lo fulmine un rayo, lo que -curiosamente- sucede, o el de ien convence a otro de que vaya al cine esperando que haya un ncendio y muera, como casualmente ocurre; 0, como causalidad icesiva constitutiva de un curso causal irregular, en delitos dolo- e a "Te OBJETIVA DEL TIPO: II 341) Cap. 15 20 21 22 Cap.15 342 Dizco-Manuet Luzon 23 24 25 alcanzando mortalmente a la victima, o en delitos impruden; p. ej. se escapa por descuido un disparo que, pese a no ace: Ja persona, acaba alcanzandola de rebote, o el peaton graveme; herido en un atropello imprudente acaba muriendo al despe: por un barranco la ambulancia que lo traslada al hospital. III. Teorias causaLes Para resolver la cuestién de si hay o no relacién causal ¢ el casos dudosos se han formulado diversas teorias: 1. Teoria de la condicién, o de la equivalencia de las condiciones, o de la conditio sine qua non Esta teoria, basada en el concepto légico cientifico de caus: ade fendido por Stuart Mill, fue formulada por el procesalista aus J. Glaser (1858) y acogida en Derecho penal por el aleman von'B (1873), teniendo amplia acogida en doctrina y jurisprudencia diversos paises, y en la actualidad ha vuelto a ser opinion mayo taria. Sostiene que toda condicién del resultado, por secundari. alejada o indirecta que sea, es causa del mismo y, por tanto, a tos causales todas las condiciones son equivalentes, entendien por condicién todo factor sin el cual no se produciria el resuli do, es decir que lo condiciona. Con mucha frecuencia se uw al respecto como método auxiliar, heuristico, para decidir sisal es condicién la llamada “formula hipotética”, segiin la cual con dicién o causa es todo aquel factor (conducta, situacién o h natural) que, si se suprime mentalmente -esto es, en la hipote de que no se hubiera dado-, da lugar a que también desaparezi © se suprima (no se produzca) el resultado. Buena parte de la trina defiende partir de lo que es causa o condicién conforme las leyes naturales o psiquicas. Y realmente es imprescindible general (y no sélo en casos especiales como los cursos causale: potéticos) ese método positive de comprobacién de si una acciér un hecho condiciona, ejerce influencia causal en la produccién « resultado conforme a nuestro conocimiento de las leyes causal de la naturaleza, o, en el caso de causalidad psiquica, de las leye que marcan la influencia sobre la mente de otra persona. A la teoria de la condicién se le han formulado diversas criti sobre todo en el sentido de que sostiene un concepto desme damente amplio de causa, pues afirma en la mayoria, si n la totalidad de los casos dudosos vistos que el sujeto ha causadd el resultado, lo que no permite restringir adecuadamente la r ponsabilidad y, llevando las cosas al absurdo, puede conducii plantear responsabilidades ilimitadamente hacia atras (objecio: del “regreso al infinito”): es decir, no sélo habria causado la muerte el asesino, sino que también se podria decir que sus ascendient remotos, por haber procreado a los sucesivos procreadores, oncausa de tal muerte, y también serian causa de la falsificacién de moneda los fabricantes de la maquina y del papel, los mineros jue. extrajeron el hierro que compone la maquina y los lefiadores ue cortaron la madera de la que se hizo la pasta de papel, etc. cA la formula hipotética se le ha criticado, incluso por autores que efienden la teoria de la condicién, que ‘Fracasa en los llamados os causales hipotéticos, pues en ellos, pese a constar que la ccién del sujeto ha producido el resultado (en los ejemplos vistos, el camionero, al adelantarlo, ha arrollado al ciclista, que la eccion de cocaina ha provocado la muerte al paciente, o que el ene o el disparo mataron a la victima), habria que negar la cau- dad, dado que, aunque mentalmente se suprima la accién, de todos modos no desapareceria el resultado, sino que éste se habria “producido igualmente con la accién correcta o por otra conducta a. Por eso un sector propone renunciar a la formula hipotéti- cay. oustituirla por una comprobacién positiva de la causalidad conforme al conecimiento humano de las leyes causales, segin esta definicién de Engisch (1931): una conducta es causal paraun ultado “cuando a esa conducta se han encadenado, subsiguien- emente en el tiempo, modificaciones en el mundo exterior que en sucesién estuvieron unidas con la conducta y entre si segun las yes (naturales) y que han desembocado en algtin componente del puesto de hecho concreto delimitado como resultado por la ley rial”. Se defiende por tanto partir de lo que es causa o condicién vforme a las leyes naturales, como hemos visto supra 10/24. De criticas a la teoria de la condicién y a la formula hipotética nos paremos mas adelante (injra 15/38). Frente a la teoria de la condicién hay una serie de teorias restric- tivas del concepto de causalidad (aunque todas parten de la teoria ia condicion, es decir, exigen como minimo que el factor haya ndicionado el resultado y, si no, no es causa). ‘eoria de la causa(lidad) adecuada o adecuacién La teoria de la causa adecuada, ideada en lo sustancial por von ar (1871) y perfilada y difundida por von Kries (1886), sostiene ¢ sdlo es Causa la condicién generalmente adecuada para produ- el resultado (teoria generalizadora)*, y la adecuaci6n se afirma o niega segtin que sea previsible o imprevisible que tal factor pu- sta teoria y la de ia relevancia, que veremos a continuacién, se suelen nominar teorias generalizadoras, porque no comparan individualmente las ‘diversas condiciones estableciendo una gradacién o jerarquia entre ellas, sino ¢ restringen de modo general la causalidad en todas las condiciones que no ‘Umplen ciertos requisitos. eS ce ‘TE OBJETIVA DEL TIPO: II 343 Cap. 15 26 27 28 Cap.15 344 Dizao-Manuet Luz¢ 29 30 diera originar el resultado. Generalmente se utiliza el conc previsibilidad objetiva, esto es, lo que es previsible para e| bre medio ideal diligente situado en la posicién del autor y. conocimientos de éste (aunque minoritariamente se ha prefer previsibilidad subjetiva), y ex ante, es decir, partiendo de lo: conocidos y cognoscibles al actuar (aunque otros defienden, vea lo que es previsible al actuar pero incluyendo también el cons miento de los dates que se han sabido ex post); y hay discrepang en cuanto al grado de posibilidades de produccién del resuit para hablar de previs dad: von Bar hablaba de la “regl. vida”, o sea, de lo normalmente calculable, pero otros se confo: con menos, con algunas posibilidades, con tal de que no sean 1 remotas, mientras que otros exigen mas, probabilidad. La teor la causa adecuada conté con bastante aceptacién -también ¢; sector jurisprudencial- por permitir restringir la responsal penal de un modo que se consideraba mas correcto; asi esta niega la rel causal por no haber adecuacién —sobre- to: para la previsibilidad objetiva se pide un grado normal o eleva posibilidades- en los cursos causales irregulares o anémalt multiples casos de causalidad cumulativa o concurrente. Sin embargo, la teoria de la adecuacion ~igual que otras té restrictivas- es rechazable como teoria causal, pues intro consideraciones normativas y valorativas para decidir cuaéndc © no causalidad; pero éste es un dato légico-real, una cate; ontolégica, cuya presencia debe determinarse de igual mo que lo hacen las restantes disciplinas cientificas, mientras que consideraciones normativo-axiolégicas deben abordarse media categorias normativas concebidas como otros requisitos del de injusto, en sus partes objetiva y subjetiva. Por mucho que curso causal sea ex ante objetivamente imprevisible, ello no pu anular la real existencia de la causalidad material. 8. Teoria de la relevancia Esta teoria, incluible también entre las generalizadoras, fue | mulada por Mezger y seguida por algunos autores *y alguna STS 5 Entre nosotros p. ej. por Jiménez de Asta y Rodriguez Mourullo, aunt éste vinculandola ya al concepto de imputacidn objetiva; similar a la teori la relevancia la tesis de Cobo/Vives de que, junto a la “relacién de causaci ~material-, “para que la causacién de un resultado sea tipica” ha de haber u “relacion de causalidad”, que exige la predecibilidad del resultado en el momet to del comportamiento conforme a todo el saber pitblico de la humanidad. SP, ¢j, TS 18/6/1973, A 2828, 27/1/1984, A 421, hablando de “causalid juridica” y juridicamente relevante. tiene que a efectos penales sdlo es causa la condicién de que sea jdicopenalmente relevante; lo cual requiere en primer lugar que , adecuada -coincidiendo en esto con la teoria de la adecuacién- lemas una interpretacién del sentido de cada tipo para ver qué jusas se pueden considerar o no relevantes a efectos del mismo. Esta teoria ya pone en la senda del camino correcto, que pos- riormente se ha seguido al elaborar el concepto de imputacion ibjetiva como requisito adicional del tipo donde se examina la re- ancia juridicopenal de un curso causal, pero sigue siendo in- cta por manejar -igual que la teoria de la causa adecuada— ideraciones normativas dentro del concepto de causalidad (es s,,en el Tratado de Mezger, a pesar de su referencia al tipo, se Z oe estudiando el problema de la causalidad antes del tipo, en ion con el concepto de acci m en sentido amplio}; ademas, ihues no ha sido capaz de indicar y fijar los criterios de la relevancia de una causa, que en cambio han sido luego elaborados y isados por la teoria de la imputacién objetiva. Teorias individualizadoras stas teorias, no demasiado defendidas en la doctrina, aunque si nla jurisprudencia espafiola, sostienen que a efectos penales hay “que operar con la misma distincién que se puede hacer ya en el pla- “no légico-real entre mera condici6n y causa, esto es, diferenciar de e el conjunto de condiciones de un resultado entre simples con- iones accesorias y auténticas causas, negando pues la equivalen- ‘de las condiciones y 1a identidad entre condicién y causa y es- bleciendo una jerarquia o gradacién entre las condiciones; causa seria, segtin las formulaciones, la condicién “preponderante”, o lecisiva” (Binding), “mas eficaz” (Birkmeyer), “eficiente”, “principal” ‘directa” (TS 18/3/1964, A 1583, 2/5/1964, A 2369, 9/6/1969, 599, 17/2/1969, A 1025) o la “ultima condicién” (Ortman). Stas formulas -con las que se podria negar la causalidad en ichos supuestos de causalidad cumulativa o de cursos irregula- “res= no son aceptables por su notable imprecisién, aparte de que es dudosa la viabilidad de la distincién en el plano ontoldgico. En quier caso, aunque la contribucién causal sea pequefia, si ha ondicionado el resultado, no se puede desconocer su cardcter ausal para el mismo; otra cosa es que, aun siendo causal, una osterior valoracién. juridicopenal mediante otros requisitos del ipo considere, p. ej., que una accién de aportacién causal secun- latia no constituye autoria sino mera participacién y que, si sdlo es wrudente, quede impune, o que a tal conducta no le es objetiva- ente imputable el resultado. ARTE OBJETIVA DEL TIPO: IT 345 Cap. 15 31 32 33 Cap. 15 346 Dieco-Manuet Luzon: 34 35 36 5. Teoria de la interrupcién del nexo causal Defendida en la doc. y jurispr. alemana antigua, pero sobre tg, frecuentemente por nuestro TS, sostiene que en determinados ¢ sos causales cumulativos o irregulares la irrupcién de un “fag; extrafio”, que, aunque se apoye en el anterior curso causal, co; duce inmediatamente al resultado, rompe o interrumpe el ani curso causal (que -en vinculacién a veces con las teorias indi dualizadoras- ya no seria directo y eficiente). Acerca de cuan existe un factor extrafio interruptor, hay divergencias, inclus: la propia jurisprudencia: Unas veces se exige una actuacién dolosa, otras basta con | imprudente, y otras veces se atiende mas al peso del factor o incalculabilidad. Ya esta indeterminacién de criterios hace qu teoria sea rechazable, pero en cualquier caso lo es por querer ducir criterios valorativos -no muy precisos- para negar la evj cia de que el primer factor ha influido causalmente la actu: del segundo, causalidad que, como venimos viendo, no signifi que deba haber necesariamente responsabilidad. Otra cosa es en algiin caso un curso causal realmente se adelante totalm a uno anterior (lo que no tiene nada que ver con si es una act cién dolosa, culposa o fortuita, calculable o incalculable, etc.)’s: apoyarse para nada en éste, que entonces no habra tenido eficaci causal efectiva. e 6. Teoria de la prohibicién de regreso Esta teoria, sostenida por Frank (1931) y en cierto modo relaciona= da con la anterior, mantiene que si cursos causales de acciones no dolosas son aprovechados por una accién dolosa para provocar rectamente el resultado, esta prohibido regresar o remontarse ma: atras de la accién dolosa para buscar causas no dolosas. Aqui vuelven a mezclar indebidamente criterios valorativos con el pi blema causal, hasta el punto de que esta teoria apunta ya que las: acciones anteriores no son autoria sino participacion imprudente, pero al mismo tiempo las rechaza como causas. Aparte de su inc rreccién como teoria causal, ya en el ambito de la codelincuenc hay que notar que la mera participacién imprudente es impune tan! 0 si favorece una autoria dolosa como una imprudente’. : 7 Posteriormente el concepto de la “prohibicién de regreso” se ha utiliza por diversos autores y con distinto alcance, siendo especialmente destacabl la posicién de Jakobs, ZStW 89 1977, 1 y ss.; AT 2°, 1991 (PG, 1997) 7/56, 21/14y ss., para negar la tipicidad de la participacién o la imputacién objeti osicién correcta Por todo lo dicho, en el terreno de 1a causalidad la teoria correcta de la condicién, hoy muy mayoritaria desde que se ha impues- a admisién de la imputacién objetiva como categoria normativa icional a la causalidad y requerida igualmente por el tipo de los jtos de resultado. Las criticas a la teoria de la condicién por con- lucir a una excesiva extension de la responsabilidad eran parcial- nte comprensibles cuando no se habia desarrollado la categoria de la imputacién objetiva, pero quedan sin fundamento cuando se s arrolla ésta y se comprende que las restricciones valorativas a sponsabilidad hay que efectuarlas no con un elemento des- iptivo-ontolégico como la causalidad (reconocer que la hay en la ayoria de los casos problematicos apuntados no prejuzga en ab- to que deba haber responsabilidad), sino con otros elementos tipo donde se plasman las valoraciones juridicopenales: fun- damentalmente la imputacién objetiva, pero también la distincién _ ere peicpactn y, en la parte subjetiva, la exigencia de dolo sales hipotéticos” es sdlo aparente. En efecto, para dicha fér- nula la unica modificacién que hay que efectuar en la realidad es ce exclusivamente que una accién es causa si, suprimida men- talmiente, desaparece también el resultado, pero no dice que sea a accién y si ademAs afiadimos otra actuacién distinta (propia o jena). Por consiguiente, en los “cursos causales hipotéticos” hay elacién causal incluso siguiendo la férmula hipotética de la teoria | en determinados casos de las denominadas conductas “neutras” que objetiva- ente ayudan aun delito: cfr, infra 15/94 y n. 17. Pero estas versiones ya no -Plantean la discusién en el plano de la causalidad. ARTE OBJETIVA DEL TIPO: IT 347 Cap.15 37 38 Cap.15 348 38a 39 cutada: la accién incorrecta imprudente de adelantarse. ¢] nero al ciclista a escasa distancia o de anestesiar con co, la accién dolosa de envenenar o disparar, como no hay que nada més (no hay que sustituir Ja accién real suprimida’ pol hipotética accién correcta propia o por una accion dolosa que nos quedaria es una situacién modificada en que desa; ria el resultado. oe Lo que si es cierto de la formula de la causalidad conform leyes naturales, no ya para estos supuestos, sino en gener; que, para poder determinar si el resultado desaparece o no’ de suprimirse la accién, es preciso conocer si esta accién, i hecho, tenia o no virtualidad, eficacia causal conforme leyes naturales —pues si no la tuviera o no se supiera si la | no se podria plantear siquiera la posibilidad de que la falta accién evitara el resultado-, y por lo mismo también hay qu: cer si otros hechos o circunstancias existentes en el moment accién poseen o no por si solos esa virtualidad 0 capacidad con} a las leyes causales para producir el resultado. Ahora bien; todo, la férrnula hipotética de la conditio sine qua non sigue si un instrumento auxiliar muy ttil para determinar si en c hubo o no relacién causal en supuestos dudosos, sobre tod: destaca Mir, en los casos de cursos causales indirectos 0 me que provocan el resultado a través de un ulterior factor causal. IV. Sotucién DE Los casos Muy resumidamente, se puede apuntar lo siguiente: En los sos causales no verificables” se habla de causalidad estadist dado que no hay conocimiento exacto del funcionamiento y ¢ bones de un posible curso causal ni de las normas que lo ri; por tanto prueba cientifica de los concretos cursos causales, ‘ps siguiendo aproximadamente en el tiempo a la realizacién de la coi ducta, aparece tal resultado en buena parte de personas u objet que han tenido alguna relacién con tal conducta o sus efec' y cuando deja de realizarse o reiterarse tal conducta (cuando | retira del mercado el farmaco de talidomida, o el aceite de col o ei espray para cuero), al cabo de un tiempo en buena me desaparecen los resultados lesivos. Pues bien, todo depende di se estima que la llamada causalidad estadistica, con una gran babilidad de que la conducta fuera realmente causa del result es suficiente o vulnera el principio (procesal penal) in dubio pro lo que depende de si el juez puede llegar a un grado de certeza conviccién moral o subsiste una duda razonable. A tal respecto es igual que, aun no conociéndose exactamente los eslabones. proceso causal, no haya siquiera atisbos de otro posible fact ‘etiolégico, como podia ser el caso de la talidomida, en cuyo caso josible que el juez descarte la duda y considere que no hay otra plicacion causal légica que la de la distribucién del farmaco; 0 é por el contrario exista la posibilidad, aunque fuera me- nor, de otros factores causales, que cabe plantear en el caso de Iza por la alegaci6n por la defensa de que el origen del envene- jento hubiera sido la ingestién de hortalizas tratadas con pes- ticidas y organofosforados por muchos de los afectados, en cuyo juesto, al haber otra posible explicacién causal plausible (ya e. también es posible que, asustandose ante las terribles secue- is de una intoxicacién cuyas causas no estaban claras, quienes estaban rociando con productos muy toxicos frutas y hortalizas jaran de utilizarlos por aquellas fechas), parece mas bien que el cipio in dubio pro reo deberia haber llevado, contra lo que hizo _STS 23/4/1992, a no declarar probada la relacién causal entre ‘distribucién del aceite de colza desnaturalizado y la totalidad de resultados lesivos. in la causalidad concurrente o cumulativa generaimente cada or, aunque sea unido a los demas, condiciona la forma, el mo- ento o la intensidad del resultado concretamente producido, por que es causa (a no ser que alguno de los factores concurrentes ondicione en absoluto el concreto resultado), pero otra cosa es sea autoria o mera participacién —impune si es imprudente-o lempre haya imputacién objetiva. En la autoria yuxtapuesta esoria o paralela), cuando se trata de acciones sin acuerdo suficientes por separado pero indispensables en su conjuncién, indudable causalidad, como por lo demas en la coautoria (0 en la cooperacién necesaria), pues la retirada de cualquier contri- bucion impediria el resultado, mientras que ctra cosa es que haya imputacion objetiva, que no parece posible a la accién dolosa in- adecuada (en cambio, a veces cabe la imputacién objetiva en caso le autorias yuxtapuestas imprudentes: v. infra 15/65, n. 14). En umulacion de condiciones suficientes cada una por separado ausalidad cumulativa), generalmente seran todas causa porque mién modificara el concreto resultado acelerandolo o intensi- dolo (y si hubiera algun caso concebible en que no sea asi, doctrina acude a la formula de que, si varios factores pueden : suprimirse mentalmente de forma alternativa pero no acumula- ya, sin que sea afectado el concreto resultado, todos son causa mismo}, a no ser que uno de los factores se haya adelantado caso concreto, siendo la tinica causa e impidiendo la eftra- ausal de los demas, que en caso de dolo constituiran delitos ‘strados (tentativas) frente a uno solo consumado (y por cierto le, Si no se sabe cual de los factores ha sido la tinica causa, en “TE OBJETIVA DEL Tipo: IL 349 Cap. 15 40 Cap.15 350 Dreco-Manuer Luzon 41 42 aplicacion del principio probatorio in dubio pro reo, habra que. denar en todos los casos sdlo por tentativa acabada); y en ge; en los supuestos de causalidad superadora o adelantada ha; distinguir si el factor que se adelanta no se ha apoyado para n; en los otros, en cuyo caso sera la Unica causa con las consecu cias vistas, o que aproveche, acelerandolos, los efectos de los factores a los que adelanta, supuesto en el que todos los fa re son causales pero se debe volver a plantear si en todos hay autor} 0 sélo participacion y si en todos hay o no imputacién objetive Por Ultimo, en los cursos causales hipotéticos y en los irre lares, aplicando la formula de la condici6n, 1a conducta inici causa del resultado, pero ello no significa necesariamente qui ést sea objetivamente imputable a la accién, lo que se decide con Ig diversos criterios de la imputaci6n objetiva. Seccién 3°. ImpuTaciOn OBJETIVA I, ConcErTo, ORIGEN Y POSICION SISTEMATICA 1. Imputacién objetiva como elemento del tipo objetivo de delitos de resultado La imputacién objetiva del resultado es un elemento tipico, ge! ralmente un requisito implicito del tipo (en su parte objetiva), au: que excepcionalmente se formula en algunos tipos explicitament opera en primer lugar en los delitos de resultado para que, ad de haber relacién causal, se atribuya juridicamente el result: la accién y haya por tanto consumacién; pero, como adelanta supra 15/5 y veremos infra 15/102, excepcionalmente en lo: litos de pura actividad o inchaso de pura omision también pur plantearse la ausencia de imputacién objetiva de la propia ret ducta tipica y por tanto de consumacién por falta de adecui de la actividad. En los delitos comisivos normales —los de comisic mediante actividad- la imputaci6n objetiva del resultado presup ne inexcusablemente que exista relacién causal material entre accion y el resultado, pues sin relacion de causalidad, o sin es ésta comprobada, ya no se discute si se imputa juridicamente. resultado; en cambio, en los delitos de comisién por omisién 0 puestos de omisién impropia no hay causalidad material entre’! 8 Los requisitos agrupados bajo el concepte de imputacién objetiva, s« todo adecuacién y encaje en el fin de la norma, excepcionaimente pued: formulados explicitamente en aquellos tipos que requieren expresamente neidad, adecuacién o aptitud. lucta omisiva y el resultado, pero si imputacién objetiva de 6a la omisi6n conforme a criterios estrictamente normativos. ‘El concepto de imputacion objetiva procede de Larenz, Honig y isch (1927, 1930, 1931), que, acudiendo a la teoria de la im- itacion de Hegel, formulan una exigencia, basada en criterios te- }égicos, de que la causacién del resultado sea “adecuada” y por io le pueda ser “imputada objetivamente” a la accién? (frente a imputacién subjetiva a la culpabilidad). Dicho elemento se con- bia inicialmente como requisito de tipicidad, pero también como uisito de la accién; concretamente la imputacién objetiva apa- hasta los afios 50-60 vinculada a la teoria objetivo-final de la mn como teoria de la “accién tipica”, denominada luego concepto cial de la accion (v. supra 10/22-25). A partir de los afios sesenta, impulso fundamentalmente de Roxin, la imputacién objetiva se {esvincula del concepto de accién, pasa a entenderse como elemen- tl odel tipo adicional a la causalidad, y no se limita a la exigencia de decuacion, sino que se amplia a otros requisitos como el del fin de ia norma o el de la realizacién del riesgo; prescindiendo de algunas ivergencias en los criterios concretos, el concepto es hoy doc. dom. -y también se extiende progresivamente en nuestra jurisprudencia a partir de las STS 20/5/1981, A 2247, y 5/4/1983, A 2242. En cualquier caso -y prescindiendo ahora de si la imputacién ob- jetiva también puede plantearse en la participacién y no sélo en la autoria-, imputacién objetiva del resultado significa que el mismo de juridicamente (teleolégico-valorativamente) atribuirse a una mn como obra suya y de su peligrosidad, y no como obra o pro- - ducto del azar; lo cual es necesario para el indicio de antijuridici- dad (penal) que en principio supone la conducta que realiza el tipo sentido estricto (0 tipo positivo). Para ello, como vamos a ver, es ciso que la conducta cree un riesgo penalmente relevante y ta produccién del resultado, por suponer la realizacién de un ‘iesgo asi y por no ir mas alla de la ratio legis, encaje en el fin de roteccién o de evitacién de la norma. mn objetiva para ja doctrina absolutamente mayoritaria desde lego se cifie a los tipos resultativos o de resultado, como acaba- ° En el caso de Engisch, 1931, no sélo requeria para la imputacién objetiva ¢omo elemento tipico adicional a la causalidad la adecuacién, sino que ya exigia fambién la realizaci6n del peligro, requisito que se fue extendiendo mas tarde. “fe OBJETIVA DEL TIPO: IT 351 Cap. 15 43 44 45 Cap.15 352 Dieco-Manuet Luzon 46 47 48 mos de indicar. No obstante, aproximadamente desde la ck de los noventa aumenta considerablemente la posicion doctriy; que amplia su alcance o 4mbito de aplicacién y la considera: requisito del tipo de todos los delitos: no sélo los de resultado. también los de mera conducta, activa o incluso omisiva. Sobr cuestién volveremos mas adelante: infra 15/102. II. CRITERIOS DE IMPUTACION OBJETIVA Para la imputacién objetiva de un resultado se ha de pode: respuesta afirmativa sucesivamente a la concurrencia o aplic: dad de una serie de criterios: la adecuacién de 1a accién y det causal -suponiendo la adecuacién de la accién la creacién de riesgo minimamente relevante-, la concordancia con el fin de. teccién de la norma y, como subcriterio dentro de éste, la re cién del peligro de la accién. Segtin algunos, habria que ana creacién de un riesgo juridicamente desaprobado, o los criteri incremento y de la disminuci6én del riesgo, o el de la evitabilida 1, Adecuacién: previsibilidad objetiva, creacién de riesgo normalmente relevante a) Adecuacién o previsibilidad objetiva. Su grado: peligrosidad o riesgo relevante En primer lugar, la accién causante del resultado debe ser cuada para ello, lo cual a su vez exige que ex ante sea objet! mente previsible que con esa forma de actuacién se pueda cau ese resultado en la forma concreta en que se produjo. Se trat criterio elaborado por la teoria de la causalidad adecuada, usado para afirmar o negar no la causalidad, sino la imputaciay juridica del resultado. Si la produccién del resultado concreto: objetivamente imprevisible y pese a todo la accién acaba causanc ese resultado, éste no se imputa a la accién porque no es preci mente obra suya, sino fruto del azar. La previsibilidad objetiva. resultado (0 del hecho, si se quiere, como hemos visto que sost actualmente un sector, aplicar el criterio de la adecuacién tami a los delitos de mera conducta, lo que ciertamente es posible} juzga a priori, ex ante, en el momento de actuar, conforme al bi mo del hombre medio ideal, e implica un cierto grado de posibii dad o probabilidad de que se produzca el resultado (0 las circun: tancias del hecho). No cuenta la previsibilidad subjetiva o individual, que puede. pender de la excitacién o alteracién del sujeto o de su menor tura o inteligencia y que sera relevante para la culpabilidad, si previsibilidad objetiva o general; lo decisivo es si el hombre me al (o el buen profesional o experto en caso de actividades espe- les), inteligente y cuidadoso, colocado en Ja posicién del autor y los conocimientos de éste, hubiera podido prever que la accion causaria un resultado asi. Por tanto, los especiales conocimientos e pueda tener el sujeto concreto se afiaden a los conocimientos mpiricos y nomolégicos -sobre leyes naturales— del hombre medio a al. y de ahi deriva lo que objetivamente era posible prever al ac- ; en cambio, la menor capacidad o menores conocimientos del uj to concreto no le restan los suyos a ese “hombre medio ideal”. jonde mayores divergencias hay es en la cuestién del grado de osibilidad de la causacién que es preciso para que se pueda ha- 5 le previsibilidad, calculabilidad y por ello de adecuacién. igir un porcentaje de posibilidades de producirse el resultado | hecho) que implique que no es algo anémalo, sino una po- idad seria, algo mds que minima, una posibilidad con la que artar, significa que la adecuacién implica, aunque no Megue a robabilidad, que hay peligrosidad, un minimo suficiente de rosidad; lo que a su vez supone un indicio inicial (a efectos tipo como indicio de injusto) de que normalmente puede ser scupante, relevante juridicopenalmente, y supone por tanto reacion de un riesgo tipicamente (normalmente) relevante. -Serén inadecuadas las conductas que, por considerarse anémalo la‘experiencia cotidiana que puedan producir el resultado (0 el ho), ex ante no se considere que crean un riesgo normalmente uel vante. Si se tratara inicamente de constatar una posible rele- ia juridica extrapenal, bastaria quizd para considerar adecua- a conducta que suponga una minima posibilidad, que no fue- ‘otalmente descartable la produccién del resultado o del hecho; ro para la inicial relevancia juridicopenal (por definici6n mas ave) parece preferible exigir un minimo suficiente algo mas ele- lo: que implique una peligrosidad, un riesgo que normalmente parece ya preocupante. Para expresarlo porcentualmente en cifras oni todas las reservas, como simple ejemplificacién grafica~, po- la decirse que una posibilidad del 0,5 o 1% seria suficiente para Considerar a la accién adecuada a efectos juridicos extrapenales; pero que a efectos penales atin seria inadecuada y por tanto atipi- » ¥ que la accién adecuada requeriria un grado de posibilidad de al menos un 3-5% aproximadamente; con ello ya habria wna inicial reacién de riesgo tipico. En cambio, no se requiere probabilidad, e implica que el porcentaje de posibilidades de produccién supe- al de posibilidades de no produccién. Por otra parte, creacién de riesgo tipica o normalmente relevante no implica que el peligro ya de superar el riesgo permitido: v. infra 15/58 y s. la vida normal se cuenta, que no hay practicamente que des- ° ARTE: OBJETIVA DEL Tipo: IT 353 Cap. 15 49 50 51 Cap.15 354 Dizco-Manusi Luzon. §, 52 53 b) Adecuacién de la accién y adecuacién de la causacién resultado Ahora bien, si se observa con mas detenimiento los posibl pos de casos, hay que distinguir entre adecuacién de la accj adecuacién de la causacién del resultado. c) Adecuacién de la accion En primer lugar, la propia accién ha de ser en si misma ad para producir ese tipo de resultados. Si de una acci6n, do imprudente, es objetiva y normalmente previsible que se pued; rivar un resultado tipico, eso significa que la propia accién sup una creacion de riesgo penalmente relevante, esto es, que la acci conlleva el minimo de peligrosidad para ser significativa a efect del tipo; por esa razén algtin sector habla de “pretendibilidad o1 tiva” (Engisch, Maihofer, cfr. supra 10/23): con acciones peligro si se puede pretender objetivamente causar el resultado. Pe ya de la accién misma no es normalmente previsible que se resultados como ése, la accién no crea el minimo de riesgo el bien juridico que la haga preocupante para el Derecho p por eso, si una accién no peligrosa pese a todo causa el result éste no se imputa juridicamente a la accién, ya que no es prod to de una creacién de peligro relevante, sino de la pura casi dad. P. ej., son supuestos de conductas en si mismas inadecui bese a que el sujeto actie con dolo (en sentido amplio: volunta causar el resultado) el del sobrino que convence a su tio, a quist quiere heredar, de que pasee por el bosque durante una tormen para que lo fulmine un rayo, lo que -curiosamente- sucede, o quien convence a otro de que vaya al cine esperando que hay: incendio y muera, como casualmente ocurre; o, en delitos patrim niales, es inadecuada para engafiar y defraudar y por tanto suscribe una serie de letras vacias o no commerce sin intencid de pagarlas finalmente, presenta una de esas letras al descur en un banco, ya que la entidad bancaria perfectamente puede ¢ mocer, y normaimente conoce el caracter de letra de favor de.t documento y no le importa descontarlo, por lo que la conduct: es idonea para el engafio'®. 1° Bor el contrario, si hay una conducta adecuada, es decir, suficientementé peligrosa respecto de la posibilidad de matar en el llamado “caso Thyrén’ (pot el nombre del autor, Thyrén, 1894, que lo propuso), en el que una persona “jLa‘consecuencia es que, si el sujeto es consciente de las circuns- cias que hacen inadecuada —por no peligrosa- la propia accién, jno-hay punibilidad pues el hecho es una tentativa absolutamente jonea 0 irreal, ya que en tal caso es evidente para cualquiera ‘ex ante la inadecuacién de la conducta (y tampoco hay auténtico Tio porque el sujeto es consciente de la circunstancia -inade- uacién— que implica falta de tipo). Por el contrario, si el sujeto no a consciente de las circunstancias de la inadecuacién (error yerso), por creer por una razén plausible que habia una accién {donea, v.gr. si consigue que otro vaya al cine convencido, porque ; lo han dicho, de que terceros van a prenderlo fuego, lo que era Iso, pero pese a todo se produce un incendio en la sala, habré tentativa (relativamente) imposible 0 inidénea punible porque S. objetivamente evidente para cualeuiera la inidoneidad y por zada por tanto con auténtico dolo). esi hubiera sdlo imprudencia y la accién fuera ya inadecuada para 0s, en la que un tirador experto no estaria en absoluto seguro de poder ertar, y sin embargo alcanza a la victima. Frente a un sector (entre nosotros imprevisible que se acierte con el disparo (exactamente igual de remoto e evisible que la caida del rayo mortal en el caso de la tormenta), hay que icar que una cosa es que no sea muy probable el acierto y otra es que en caso es perfectamente previsible, y no ya con una remotisima previsibili- éxito- aleance el blanco. Hay por tanto un grado de peligrosidad juridico- jalmente relevante y por ello adecuacién, como lo confirmaria el hombre dio, que se sentiria fundadamente en peligro si fuera consciente de que esta siendo apuntado con un rifle aunque sea a gran distancia, mientras que en los ssos de la tormenta y del cine el hombre medio consideraria absolutamente ninimo y por ello despreciable el riesgo de ser alcanzado por un rayo o de que 3e produzca un incendio (es una mera peticién de principio la afirmacion de Martinez Escamilla, de que el nimero de posibilidades es exactamente igual de ninimo y remoto en el caso de la tormenta y en el del tirador). En cambio, en ‘caso del tirador no sélo hay peligrosidad minimamente relevante, suficiente data la imputacién objetiva, sino que ademas supera el nivel de riesgo permiti- Jo (asi también Gimbernat), pues no hay ninguna razén (interés preponderante J equivalente) social, econémica, cultural, etc., que autorice a crear tal riesgo, ‘or. lo que la conducta no esta justificada. ARTE OBJETIVA DEL TIPO: IT 355 Cap. 15 84 55 Cap.15 356 Dreco-ManugL Luzon 57 conducta sera siempre impune (como tal delito imprudente que la imprudencia constituyera por si misma y en relacién, a. posibles resultados un delito de peligro)!!. d) Adecuacién del curso causal productor det resultado También puede ser adecuada -relevantemente peligrosa— 1a acc en si misma, y sin embargo no ser adecuado el curso causal produce el concreto resultado (con su modo, tiempo, lugar, ete. se trata, como sostiene un sector, de que la adecuacién de la suponga un juicio ex ante -que fundamentaria el injusto ti que la adecuacién del resultado causado suponga un juicio —que s6lo influiria en la punibilidad-, sino de que, pese a que |; pia accion es peligrosa o adecuada para producir resultados lesi en ese momento, esto es ex ante, no resultaba objetivamente pr ble la concreta consecuencia de la acci6n, el que la misma provoe: un curso causal asi y causara el resultado concreto de ese m Por eso el resultado tampoco es obra precisamente de la peli dad de la accién. Asi entendida, la adecuacién de la causacién® resultado puede coincidir sustancialmente con el siguiente crit de la realizacién del peligro inherente a la accion inicial. Qi adecuacién de la causacién sea un requisito menos exigente. Si hay un curso causal anémalo o irregular, y por tanto ina cuado, en una accion adecuada dolesa, p. ¢j., si el disparo diri al corazén de otro se desvia y da en la pared, pero en un.reb multiple contra el techo y el suelo acaba alcanzando mortalm a la victima, no se imputa el resultado, pero habra una tentai va (idénea) acabada o frustracién. Si hay una accién impruden: adecuada, pero el curso causal es anémalo o irregular -caus: del resultado inadecuada-, p. ej. si se escapa imprudenteme: disparo, pero, pese a no acertar a la persona, acaba alcanzani _ de rebote, o si el peatén gravemente herido en un atropello imp! dente acaba muriendo al despefiarse por un barranco la ambul: cia que lo traslada al hospital, no se responderd por el coi pondiente delito imprudente de resultado (v.gr. de homicidic por no imputarse éste; pero el hecho podria ser punible si la's accién ya encajara en un delito de peligro o si le fuera imputabl ella un primer resultado lesivo menos grave. 41 Cuando he hablado de accién dolosa o imprudente que sin embargo inadecuada, he estado utilizando los términos “doloso” e “imprudente” en tido naturalistico o coloquial-usual; pues en sentido estricto (técnico-norma vo), si no hay imputacién objetiva por inadecuacién de la accién, ésta tampa sera dolosa ni imprudente, dado que el dolo y la impradencia han de refe a la parte objetiva del tipo. gCreacién de riesgo “juridicamente desaprobado” o permitido? ¢El riesgo permitido como ausencia de putacion objetiva? ‘ontra lo que sostiene un amplio sector, la imputacién objetiva equiere, en cambio, que se cree un riesgo juridicamente des- nrobado. Con esta exigencia fundamentalmente se quiere indicar ‘si la accién implica ya una dosis considerable de peligro, pero ge trata de un riesgo permitido y por tanto juridicamente aproba- & ya no hay imputacién objetiva del resultado. Sin embargo, la yutacién objetiva sdlo significa que se da uno de los requisitos la parte objetiva del tipo positivo (en los tipos de resultado) y, “ello, un indicio inicial de antijuridicidad; para eso basta con sque la accién cree un riesgo tipicamente relevante, 0 sea minima “@-suficientemente relevante para el tipo penal, de que se produzca aun resultado (0 hecho) que pueda imputarse como obra suya a la accion peligrosa. Si luego, pese a esa relevancia inicial porque la conducta cumplia las exigencias de imputacién objetiva y encajaba ello en la parte positiva del tipo, sucede que por una ponde- tacion de intereses, y por aplicar en su caso suficientes medidas de‘control para rebajarlo, el riesgo es juridicamente permitido —lo ‘ual’ puede suceder no sélo en ausencia de dolo e imprudencia, ‘sino incluso aunque haya dolo (neutro) de causar el resultado con accién peligrosa permitida-, estamos, segtin los casos, ante una causa de atipicidad porque el riesgo permitido con caracter general er simultaneamente socialmente adecuado carezca ya de rele- ia juridica, o ante una causa de justificacién, que excluye la juridicidad y con ello el tipo total de injusto™: cfr. infra 20. 7/11, 16 y ss., 22/46 y ss. ta linea supone por consiguiente el germen de una desmedida a pliacién y desnaturalizacién del concepto de imputacién obje- tiva y una confusion de las diversas funciones del tipo estricto (o parte positiva del tipo) y de la exclusion de la tipicidad o de la an- tijuridicidad (parte negativa del tipo). 8 3. Fin de proteccién (0 evitacién) de la norma y realizacién del peligro inherente a la accién ara la imputacién objetiva es preciso ademas que el resultado ‘oncretamente causado encaje en el fin de proteccién o evitacion de la norma, es decir, que coincida con el tipo de causacién de |? Bn la 1 ed., 1996, p. 382 (igual en Cap. 24, pp. 643 y ss.), consideraba el iesgo permitido siempre una causa de justificacién. ‘TE OBJETIVA DEL TiPo: II 357 Cap.15 58 59 60 cap. 15 358 Dirco-Manve Luzo 61 62 63 resultados que precisamente pretende evitar la norma prohibj directa o la norma de cuidado infringida; se trata, pues, de.un terio de interpretacién teleolégica del tipo. a) Realizacién del peligro inherente a ta accién y fin de norma. La no realizacién de tal peligro Para ello es necesario en primer lugar que el resultado cone suponga justamente ja realizacién del peligro(s) inherente la accién inicial -y aqui tiene ya que haber cierta probabilida: resultado-, 0 sea, uno de los riesgos tipicos que de suyo imy tal accién y que por eso mismo son los que la norma pret evitar que se realicen. Dicho de otra manera, que la cau: 2 concreta del resultado coincida con el fin de la norma por real precisamente aquel peligro o peligros indeseables de esa clas accién, cuya evitacion era la finalidad de la norma tipica esa concrecién del peligro en el resultado se la denomina tambi relacién de riesgo o relacién o nexo de antijuridicidad. La reali cién del peligro 0 relacién de riesgo es, como se ve, un subcri del criterio mas amplio del fin de la norma. Si el resultad la forma concreta en que se ha producido no es la realizaci concrecién del peligro o peligros tipicos y por ello relevante la accién, no es uno de los concretos resultados que la norm! pretendia evitar y por eso tal resultado no se le puede i imput juridicamente a la accién como obra de su peligrosidad, sino muevamente su produccién sera obra del azar (por aparicié: otros factores peligrosos). 1) Asi se excluye la imputacién objetiva por faltar la realizaci del peligro en el resultado concreto en los citados casos de la he: da al campesino primero curada pero luego infectada, o del di: ro, doloso o imprudente, que falla pero de rebote acierta, o el: herido que muere en el accidente de la ambulancia, es decir, cursos causales anémalos o irregulares derivados de hec! dolosos o imprudentes (con las consecuencias vistas). “ 2) Lo mismo puede suceder en casos generalmente considerad de error sobre el curso causal por desviacién o por causalide superadora, rebasante o adelantada, en los que lo que cuenté es si se realiza el peligro de la accién: ello no ocurre si se apufiala 2 otro en el térax con animo homicida, pero la victima muere no pol alcanzarle érganos vitales, sino porque el cuchillo sin saberlo esta ba envenenado, o porque la victima sufre un infarto por la conmo’ cién que sufre al verse agredida, pues en ambos casos el resultadc no realiza ninguno de los peligros tipicos de un apufalamiento; po) ello habra sdlo homicidio frustrado (tentativa acabada). En cambio a veces si se realiza otro de los peligros inherentes -normalment iculables- en la accién y que también quiere evitar la norma, unque no sea el peligro principal y en el que ha pensado el autor, en, cuyo caso el resultado se imputa a la accién dolosa; p. ej., si el punalado muere de tétanos por estar el cuchillo muy oxidado, o la persona a quien se tira desde un puente al rio para ahogarla ere sin embargo al estrellarse contra un pilar del puente. También en los casos discutidos bajo la ribrica de dolus gene- lis ~A cree haber matado a B y cuando intenta ocultar el cadaver imular un suicidio o accidente es cuando realmente lo mata- sucede que el resultado final de muerte no es imputable a la pri- era accién dolosa por no realizar el riesgo inherente a esa accién icial, sino que lo que realiza es el peligro de la segunda accion no olosa de enterrar o eliminar sin saberlo a la persona viva, por lo as ampliamente infra 16/99 y ss.). 4) El criterio de ja realizacién del peligro también soluciona los dicados casos de “causalidad concurrente”: autoria yuxtapuesta cccesoria o “paralela’) en delitos dolosos, donde el resultado no aliza el peligro de cada accién dolosa insuficiente por separado!* entativa inidénea-, sino que el riesgo realizado surge de la con- juncién de ambas acciones, que no es dolosa ni tampoco general- mente imprudente; o algunos de autoria yuxtapuesta (accesoria FE: “paralela’) en hechos imprudentes, ya que a veces, aunque una de las conductas concurrentes sea co-determinante y por tanto en i | principio autoria, el resultado no concuerda con el fin de evitacion | de la norma porque no realiza el peligro tipico de esa conducta, sino _ elde la otra conducta concurrente ', que a veces es Ja de la victima. Asi sucede si un conductor, yendo incorrectamente por la izquierda de la calle, atropella a un nifio que sale de repente corriendo por su pelota, o a un suicida que, oculto tras una furgoneta aparcada en el lado izquierdo, se lanza al paso del coche. 5) Por fin, como veremos {infra 15/95-98), los llamados “cursos causales hipotéticos” (por conducta alternativa licita) deben solu- cionarse con el criterio de la realizacién del peligro. 18 aqui no nos estamos ocupando de otros supuestos de autoria yuxtapuesta © paralela en los que (v. supra 15/15 in fine) cada actividad por separado si _ ¢s idénea. + No obstante, otras veces en los supuestos de autorias yuxtapuestas (acce- " sorias) imprudentes el resultado si sera objetivamente imputable a cada una | de las dos conductas: cfr. infra 18/51 yn. 10, 18/94 ys. TE OBJETIVA DEL TIPO: IT 359 Cap. 15 64 65 66 Cap. 15 360 Dieco-Manugt Luzi 67 68 69 70 b) Fin de proteccién (o evitacién) de la norma: otros supuestos de no coincidencia con el fin de evitacién proteccién de la norma Aparte del requisito de la realizacién del peligro, la idea’ de proteccién (o evitacién) de la norma tipica (denoming: la que Roxin afiade posteriormente la del “alcance del tipo” criterio interpretativo mas amplio que puede excluir la imput objetiva de otros resultados no cojncidentes con tal fin. ‘Al margen de que pueda ser discutible tal exclusién de objetiva en algdin caso concreto, Io interesante son las posi pretativas que abre el criterio del fin de la norma. 1) Segundos daftos. Dafios diferidos o sobrevenidos posteriormente. Consecuencias de la asuncién de riesg legalmente impuesta. Resultados imputables a la esfe responsabilidad ajena a’) Segundos danos Asi se afirma por un sector que no hay imputacidon objeti no abarcar la finalidad de la norma tales resultados, en lo: puestos de “segundos darios”, p. ej. cuando tras un choqi cadena en la autopista provocado por la imprudencia de un: movilista, luego se producen mas dafios, lesiones o muertes por: nuevo choque de otro vehiculo contra los primeros accider personalmente, no me parece muy convincente la afirmacisi que el fin de proteccién o evitacién de la norma penal de cui no pretende abarcar tales casos. b’) Resultados sobrevenidos muy posteriormente o diferic Un sector también niega la cobertura del fin de proteccién | norma, aunque es muy discutido, en los supuestos de “result sobrevenidos muy posteriormente o diferidos”, como en Ja m1 producida tras muchos afios: por agravamiento de una enfe: dad como secuela de un accidente de trabajo o de circulacic por deterioro del organismo de una persona a quien se contagi se prueba el nexo causal- dolosa o imprudentemente el sida: Aq parece mas plausible que en el caso anterior afirmar que a efe penales —distinto puede ser a efectos civiles— la norma tipific: del homicidio doloso o imprudente quiere incluir en su ambit evitacion las causaciones de muertes que se produzcan con no: cesiva separacién temporal, pero, al menos con carActer gene! no aquellos casos de acortamiento de la vida tras un largo pe: de deterioro de la misma. ) Consecuencias de la asuncién de riesgos legalmente impuesta trata de supuestos en que la conducta dolosa o imprudente de yjeto genera una situacién indeseable (generalmente de peli- 6) que @ su vez provoca en un profesional o funcionario un de- sf i tegal de actuacién para contrarrestarlo peligrosa para el propio do, que acaba sufriendo un dajio, y se trata de decidir si este 0 dafio de la persona obligada a intervenir le es imputable o ‘al primer causante de la situacién. Unas posiciones responden mativamente, mientras que otras niegan la imputacién objetiva, por considerar que el resultado es imputable a la ley que impo- ‘el deber, 0 que es imputable a una esfera de responsabilidad jena (criterio del ap. d’). Ejs.: unos delincuentes, a quienes la po- licia sorprende in fraganti y les da el alto, no se detienen sino que iprenden una alocada fuga en automdvil a velocidad totalmente ccesiva y vulnerando otras muchas prohibiciones y los policias locidad excesiva y realizando otras maniobras peligrosas hasta ie los policias sufren un accidente en la persecucién con conse- iuere; el mismo desenlace puede tener una accion de salvamento el mar a quienes se habian arriesgado a navegar en condiciones condiciones muy peligrosas y ello finalmente provoca la muerte o ‘iones de algunos de los que participaban en las labores de extin- lel resultado final, pero en el de los incendios si. _En efecto: 1) Ciertamente, en principio cabria pensar que si el ini- ial infractor imprudente o incluso doloso esta creando una obliga- in legal indeclinable a los funcionarios o profesionales de actuar eligrosamente, dado que éstos no deciden libremente sino forza- los, como autores mediatos dolosos ~con dolo eventual- 0 como utores mediatos imprudentes, y que ello llevaria a la imputacién. bjetiva del resultado final al infractor inicial, porque el hecho de jue la ley o los deberes profesionales obliguen a una actuacién arriesgada para evitar males iguales o mayores no significa necesa- iamente que la ley o la competencia del profesional asuman toda PaRTE OBJETIVA DEL TIPO: II 361 Cap. 15 71 72, Cap.15 362 Dieco-Manuet Luzo; Ja responsabilidad y con ello exoneren de responsabilidad al: cador del peligro inicial y de la situacion de necesidad y aut¢ ello de todo el curso causal. 2) Sin embargo, en las persecucion policiales de delincuentes y en las acciones obligatorias de: = mento por profesionales o funcionarios publicos ante emergenci en la montafia o en el agua, en definitiva resulta mas adec no imputacién del resultado al primer causante del riesgo, por no encajar tal resultado lesivo para el funcionario po: o el profesional del salvamento en el fin de la norma, por nes en parte coincidentes y en parte diferentes para ambos gray a) En las persecuciones policiales de delincuentes que se fug; vehiculos, los policias estan ciertamente obligados legalmenté su cargo a perseguir e intentar detener a los delincuentes e in a correr el riesgo de que éstos les hagan frente violentamente. Ja ley no obliga a los funcionarios a hacerlo de un modo tan § mente peligroso que puedan resultar muertos o lesionados y menos atin terceros) en un accidente de circulacién, y ad Ja policia dispone normalmente de otros medios de conse; detencién, como la intervencién de otras unidades, el seguimi Por telecomunicaciones, etc.; por tanto, la asuncién de un. de muerte o lesiones por los policias es una autopuesta en peli en parte obligada, en parte voluntaria, y por eso no es una cuencia que con su fuga provocan forzosamente los delincue: de Ja que deben por eso ser responsables; ademas no es muy ele do el grado de probabilidad ex ante de que la policia legue a mir riesgos de accidentes mortales y no sea capaz de evitarlo: lo que no puede considerarse uno de los riesgos tipicos fuga de los delincuentes a gran velocidad (como en cambio si el que puedan ellos atropellar o chocar con terceros), o sea, uno Jos riesgos que la norma de cuidado pretende evitar. b) En el:c de las acciones de salvamento muy peligrosas de personas qu accidentes en montafia o en el agua, normalmente debidos’ propia imprudencia, han caido en una situacién de grave rie: de la que no pueden salir sin ayuda ajena, realmente los profes nales del salvamento si estan legalmente obligados, precis: te por tener esa profesién, a llevar a cabo las acciones de at aunque impliquen también peligro para su vida o integrida: modo que la conducta imprudente inicial del accidentado: si esta forzando a actuar y no se trata de un favorecimiento de autopuesta en peligro libre y voluntaria; en la gran mayoria de: casos los profesionales, antes de intervenir, han evaluado la si cién, las posibilidades de eficacia, los riesgos, etc., y por su m: preparacién, conocimiento y medios, controlan suficientementeé | situacién y no emprenden acciones de socorro disparatadas.o. enormes posibilidades de accidente y por tanto también de fracaso ‘del salvamento, por lo cual el grado de probabilidad ex ante de que davaccién de salvamento concluya con un desenlace fatal es muy -ducido y por tanto, si excepcionalmente se acaba produciendo tal' resultado lesivo para el salvador, no es uno de los riesgos ti- ipicos que normalmente se derivan de la inicial conducta peligrosa imprudente del montafiista o del que penetré con la embarcacién en aguas turbulentas y por ello uno de los riesgos que la norma de euidado quiere evitar. _3) En el caso de la provocacién de incendios, parece diferente la situaci6n: si encaja en el fin de proteccién o evitacién de la nor- ma que prohibe provocar incendios la produccién de muertes, graves lesiones y dafios a terceros, incluso a los que se ven obli- gados, legal o facticamente, a intentar su extincién. En efecto, 2n estos casos es elevadisimo y muchas veces no detenible ni evitable al riesgo de que no se pueda controlar pese a todas las medidas la jropagacién y aumento imparable o variable repentinamente de la uerza dei incendio y sus consecuencias gravisimas para cosas y sersonas, incluso entre el personal que lucha, aun profesionalmen- ¢, por su extincion; por esa razén se puede considerar que si se pro- tucen en tales circunstancias resultados lesivos en dicho personal, tran de Ileno en la realizacién de aquellos tiesgos tipicos de a creacién -dolosa o imprudente- de un incendio que la norma enal pretende evitar. La prueba es que hay legislaciones que pre- én delitos de incendios cualificados por el resultado de muerte de ‘ersonas, sin distinguir qué personas, o que en un sistema distinto lart. 351 del actual CP tipifica en primer lugar el provocar “un acendio que comporte un peligro para la vida o integridad fisica de as personas”; es decir, que en ambos sistemas el riesgo de muerte € personas, incluyendo las que intenten combatir el incendio, se onsidera un “riesgo tipico” del delito, un peligro precisamente de quellos que la norma quiere evitar, *) Resultados imputables a la esfera de responsabilidad Jena. La intervencién médica posterior Parte de la doctrina excluye el fin de proteccién de la norma tipica 2 sdlo en los casos en que se produce un resultado como conse- aencia de una obligacién o deber legal de intervenir, sino también los supuestos en que la actuacién de alguien provoca una con- Acta de un funcionario 0 un profesional no estrictamente obliga- », pero si competente o responsable en esa materia, conducta que fluye en causar un resultado cuya evitacién era competencia o sponsabilidad de ese funcionario o profesional. 363 Cap. 15 73 74 Cap.15 364 Dieco-Manuet Luzi 75 76 77 Asi p. ej., en el caso BGHSt 4, 360, en el que la policia detie: conductor de un camién que circulaba de noche sin ilumin; en la parte trasera y, mientras le ponen Ja denuncia, uno a agentes coloca en la calzada una linterna roja algo mas atr; camion, pero cuando van a reanudar la marcha circuland che patrulla tras el camién para proporcionar iluminacién, de colocarse asi el coche patrulla el otro agente retira la linte: Ja calzada y entonces llega un turismo que choca contra el, oi detenido y no iluminado. Si finalmente es la decisién de la persona legalmente resp bie y facultada para adoptar la mejor opcién la que por decisién directamente provoca el resultado, parece razonab! putarle el resultado a tal conducta del responsable, y no a primer actuante por mucho que haya contribuido causalmentea situacion en la que toma la decisién el responsable. Distint si ante el peligro creado por el primer actuante, el funcion: sujeto responsable y competente para elegir la opci6n mas ad da no adopta (por imprudencia o por dolo) la decision que. pi evitar el resultado, pues esa omisién no parece suficiente para qi el resultado sdlo se le impute a ella y no a la conducta inicial pone en marcha todo el proceso. El grupo de casos mas discutido lo representan los dive! supuestos en que la victima, lesionada sélo por la conducts primer autor, muere o sufre lesiones mucho mas graves: dei pués como consecuencia de un fallo en Ja intervencién méd ca posterior a Ja lesién inicial. Al respecto se sostienen dive: posiciones. A mi juicio, es correcto excluir la imputacién de sultado mas grave a las primeras lesiones cuando una condu activa médica equivocada crea un nuevo riesgo que desplaz riesgo inicial y es el que se realiza en el resultado, Pero es complicada la cuestién cuando el fallo médico es simplem omisivo, sea omisi6n total de asistencia o sdlo omisién de la asistencia indicada y requerida: si, por mucho que sea imp: dencia grave el fallo médico, en el resultado se sigue realizati un riesgo importante de muerte que ya implicaban de por s primeras lesiones, la muerte se debera imputar a la primera cot ducta; mientras que, si las lesiones iniciales normalmente no it plicaban un riesgo de muerte con un tratamiento normal, ano que se hayan agravado de manera inesperada precisamente: po! una omisién médica anormal, o sea, por imprudencia grave, € tal caso parece mas adecuado no imputarles a las primeras lesio- nes la muerte por no considerarla realizacién del riesgo tipico d Jas lesiones, e imputarla objetivamente al incremento del riesgt creado por la anormal omision médica. Z 2) Favorecimiento de una autopuesta en peligro de autolesién; heteropuesta en peligro aceptada o entida, heterolesién consentida. gE principio de ‘orresponsabilidad? Principio de alteridad o de no lentidad en la creacién del riesgo. El control del riesgo obablemente, la mayor discusi6n en las Gltimas décadas ha gi- do en torno al tratamiento de los supuestos en que la propia vic- , sino provoca, al menos acepta o consiente el riesgo de lesién; discute sobre todo si no hay imputacién objetiva por no encajar el yesultado en el fin de protecci6n o evitacién de la norma en casos de favorecimiento de una autopuesta en. peligro o en los de heteropuesta : ‘peligro aceptada o consentida por la propia victima., a’.1) La distincién entre favorecimiento de una autopuesta en peligro y heteropuesta en peligro consentida, salvo uivalencia de ésta a la primera eoxin ha sostenido (desde 1973) que en muchos de estos su- jestos hay que negar la imputacién objetiva, pero en algunos no: r una parte, mantiene que, dado que segin el Derecho aleman pune la participacién en el suicidio o también en una auto- 3i6n impune, tampoco puede ser punible ni abarcado por el fin ‘la norma el favorecimiento ° cooperacion enuna autopuesta en tore ad minus {de mayor a menor). En cambio, la puesta en peli- ajena (heteropuesta en peligro), por mucho que sea aceptada o consentida por el afectado, en principio es punible (como también lo. son el homicidio consentido o gran parte de las lesiones con- tidas). Hay casos de heteropuesta en peligro aceptada que son equiparables a la simple participacién en la autopuesta en peligro, entonces, igual que en ésta, no habra imputacién objetiva y se- tan atipicos; ello sucedera, segiin Roxin, sélo si la persona puesta en. peligro es consciente del riesgo en la misma medida en que ei mte que la pone en peligro '®. Este constituye el requisito fundamental, al que afiade otros dos previos: el dafio sea consecuencia del riesgo que la persona acepta correr y no de ttos fallos, y que la persona puesta en peligro tenga la misma responsabilidad or la actuacién comtin que quien la pone en peligro, lo cual implica que sea mputable y no coaccionado, y que no se trate de un trabajador que, aunque (PARTE OBJETIVA DEL TIPO: IT 365 Cap. 15 78 79 Cap.15 366 Dirco-Manur. Lue 80 81 82 a’.2) Distincién entre autoria de la puesta en Peligro participacién en la misma Segtn este criterio, sélo habra atipicidad cuando el te: mero participe y la victima es el autor de su autopuesta é4 o autolesién (porque al ser atipica tal autoria, por acc tie también ha de serlo la simple participacién); pero si el terce ne la victima, es autor de la puesta en peligro, ello sera tip; mucho que la victima consienta en el riesgo. a’.3) El principio de autorresponsabilidad Otro sector, para resolver estos supuestos, invoca el “B) de autorresponsabilidad’, a efectos de excluir la imputaci conducta del agente e imputarsela a la de la victima} en to parte de estos supuestos. Se afirma que este principio, en. del cual cada uno responde de sus propios actos y sus. c cuencias, incluyendo los riesgos que el sujeto decide corr el reverso y correlato de la libertad del individuo o del lib: rrollo de su personalidad. La fundamentacién de tal princ es excesivamente detallada. Con diversos matices se part libertad humana con su correlato de responsabilidad. Ahor: con ese punto de partida se puede luego dar distinto alcanc contenido al principio de autorresponsabilidad: desde pos: que afirman que si la victima participa en el riesgo (sin mas. algun otro requisito) hay una “actuacién a propio riesgo” ~c to procedente del Derecho civil- que exime de responsabili tercero, hasta posiciones mas restrictivas en cuanto a los sitos para que la aceptacién de riesgo por la victima fund: su exclusiva autorresponsabilidad. a’.4) La victimodogmatica También desde la llamada victimodogmdtica se defienden ciones similares a las del principio de autorresponsabilidad m cluyendo, al menos para ciertos grupos de delitos, la tipicidad: la conducta del autor cuando la victima corre el riesgo y no toi las medidas normales de autoproteccién, por negar en tal cast * rane: necesidad y merecimiento de proteccién de ese sujeto pasivoy conozea y acepte su puesta en peligro, tiene una situacion de depender inferioridad respecto del empresario en cuanto a la infraccién de normas: evitacién de accidentes laborales; si se dan todos esos requisitos, esa pers habra “asumido el riesgo”. b’) Solucién defendida: Principio de alteridad o de no identidad en la creaci6n del riesgo. Concreciones: sputacion de la autoria de heteropuesta en peligro | como criterio de equiparacién de la heteropuesta en aro ionsentida al Savorectmiento dela autopuesta e en peligro rresponsabilidad La posicién correcta utiliza la construccién de Roxin como punto le partida, pero éste es insuficiente en algunos aspectos. En su ndamentacién, la de la victimodogmatica no es compartible y la lel principio de autorresponsabilideet es claramente insuficiente, en sus consecuencias tales posiciones resultan muchas veces satisfactorias: v. ampliamente mi Tratado DP, PG, 15/109 y ss. b’.2} Principio de alteridad o de no identidad como _ fundamento de la imputacién (y de identidad 0 no alteridad omo fundamento de la no imputacién); concrecién del ismo zl desarrollo y precisién del criterio ideado por Roxin, segan el cual 0. hay imputacién objetiva en el mero favorecimiento de la auto- uesta en peligro, pero si se puede imputar objetivamente la hetero- + puesta en peligro aceptada o consentida, si bien con la excepcién de E quella puesta en peligro ajena consentida que realmente equivalga al favorecimiento de una autopuesta en peligro, criterio que conside- ‘0. correcto como punto de partida, necesita sin embargo una funda- entacién material mas sélida que la ofrecida por su creador. Un principio juridico general, que hunde sus raices en la anti- -gledad, concretamente en el Derecho romano, es el “principio de -alteridad” o “ajenidad” de la lesién (alterum non laedere'®, no Gafiar o lesionar al otro) para que surja responsabilidad juridica; Principio que se puede formular de modo negativo como “princi- 1° Asi la célebre formula de Ulpiano en sus Institutiones (entre 211 y 222) y _Acogida posteriormente en el afio 533 en el Digesto (Corpus iuris civilis justinia- co, t. It Dig. I, 1, 10, 1; yf 1, 1, 3) “Turis praecepta sunt haec: honeste vivere, lterum non laedere, suum cuique tribuere’: “Los preceptos dei derecho son tos: vivir honestamente, no daar al otro, dar (tributar) a cada uno lo suyo”; Tecogida en la Edad Media por y s. Raimundo de Penafort en sus Summa iuris Yor la Partida 3.%, Titulo I, ley 3°. RTE OBJETIVA DEL TIPO: IT 367 Cap. 15 83 84 85 Cap.15 368 86 pio de no identidad” entre el autor y la victima de la Je; para la existencia de responsabilidad juridica, porque se parte la base de que si un sujeto se daria a si mismo, eso como.re, afecta a la convivencia externa y por tanto al Derecho, sino. caso al Ambito interno de la moral. De ahi deriva directamen: Ja Ilustracién el principio liberal de lesividad, nocividad u ofensi dad como limite del ius puniendi (que modernamente se denon: principio de proteccién exclusiva de bienes juridicos): que p: delito una conducta tiene que suponer un dafio ajeno co: para otro o para la comunidad, y no basta con su inmor: A lo largo del siglo XX, como sabemos, la ofensividad o nocivic como base de la antijuridicidad material no se limita a la Jesié sino que se amplia también a la peligrosidad para bienes j por lo que debe ampliarse la formulacién del prin n) de alteridad como no lesionar a otro y no pons peligro a otro (principio de alteridad de la puesta en peligro) cambio -salvo alguna excepcién concreta como las indicadas px razones de interés ptiblico- no existe prohibicion de “identidad”, d lesionarse o ponerse en peligro a si mismo, a los bienes juri propios (principio de no identidad entre autor y victima puesta en peligro); al no estar prohibido como regla lo princip: la autolesién o la autopuesta en peligro, tampoco —menos atu prohibe el simple favorecimiento ajeno de la misma, que no _¢ juridicamente prohibida. b’,3) Concrecién del principio de alteridad en la regla en caso de consentimiento: imputacién de la autoria de heteropuesta en peligro consentida y no imputacién de la mera participacién en una autopuesta en peligro - b’.3.1) Imputacién objetiva La aplicacién de los principios hasta aqui expuestos puede pai cer en principio que plantea alguna duda en el caso de consen' miento de la victima, en el riesgo o incluso en la lesién, respecto de una heteropuesta en peligro o heterolesién, No obstante, lo deci: vo es que en Ja heteropuesta en peligro consentida el sujeto pa: sivo, por mucho que consienta en el riesgo, tiene un papel pu: ramente pasivo y deja que sea el tercero quien de modo doles o.imprudente controle y determine objetivamente el peli; el curso del hecho (tenga el dominio en caso de dolo) y sea auto! exclusivo de la puesta en peligro y posterior lesion, teniendo en su! manos con lo que vaya haciendo el crear, incrementar o dismint el peligro y el controlarlo o perder el control, asi que no se pued decir que es la victima quien somete el bien juridico al peligro. Po! consiguiente, la regla es que en la heteropuesta en peligro o auto:

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