Documentos de Académico
Documentos de Profesional
Documentos de Cultura
ARGUMENTO:
El sueño del Pongo se narra la historia de un hombrecito que era
sirviente y pequeño de estatura. El patrón de la hacienda siempre se
burlaba del hombrecillo delante de muchas personas. El pongo no
hablaba con nadie; trabajaba calladito y comía sin hablar. Todo cuanto
le ordenaban, cumplía sin decir nada. El patrón tenía la costumbre de
maltratarlo y fastidiado delante de toda la servidumbre, cuando los
sirvientes se reunían para rezar el Ave María en el corredor de la casa
hacienda. El patrón burlándose le decía muchas cosas: "Creo que eres
perro, "ladra", "ponte en cuatro patas", "trota de costado como
perro". El pongo hacía todo lo que le ordenaba y el patrón reía a
mandíbula batiente. El patrón hacía lo que le daba la gana con el
hombrecillo. Pero... una tarde, a la hora del Ave María, cuando el
corredor estaba repleto de gente de la hacienda, el hombrecito le dijo
a su patrón: "Gran señor, dame tu licencia; padrecito mío, quiero
hablarte". El patrón le dice: "Habla... si puedes". Entonces el pongo
empieza a contarle al patrón lo que había soñado anoche: "Oye
patroncito, anoche soñé que los dos habíamos muerto y estábamos
desnudos ante los ojos de nuestro gran padre San Francisco, Él nos
examinó con sus ojos el corazón del tuyo y del mío. El padre San
Francisco ordenó al Ángel mayor que te eche toda la miel que estaba
en la copa de oro. La cosa es que el ángel, levantando la miel con sus
manos enlució todo tu cuerpecito, desde la cabeza hasta las uñas de
tus pies, Bien, ahora me tocaba a mí, nuestro gran Padre le dijo a un
ángel viejo: "Oye, viejo, embadurna el cuerpo de este hombrecito con
el excremento que hay en esa lata que has traído: todo el cuerpo, de
cualquier manera, cúbrelo como puedas, ¡Rápido!" Entonces,
patroncito, el ángel viejo, sacando el excremento de la lata, me cubrió
todo el cuerpo con esa porquería. Espérate, pues, patroncito, ahí no
queda la cosa. Nuestro gran Padre nos dijo a los dos: "Ahora, ¡lámanse
el uno al otro; despacio, por mucho tiempo".
Mensaje
Nunca trates mal a los débiles o si no se te devolverá.
No hay que juzgar a los demás , ni abusar de alguien débil e indefenso.
Dense cada uno lo que se merece pues cada uno debe enseñar algo del
otro.