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“El evismo “surgimiento y ocaso de un culto a la personalidad

Durante los primeros años del gobierno de Evo Morales (2006-2014), era bastante frecuente
escuchar a varios de sus simpatizantes y adherentes definirse más como evitas que como
militantes masistas, es decir, se identificaban más con la figura del jefe de Estado que con el partido
en función de gobierno. De hecho, la construcción del evismo en cuanto fenómeno discursivo y su
comparación con el pazestenssorismo de la Revolución de 1952 constituye una de las cuatro partes
en las que se estructuró nuestro libro.
6Una de las interrogantes que dejábamos abiertas en la publicación era hasta qué punto el evismo
como construcción discursiva y propagandística tenía posibilidades de incidir en el conjunto de la
población. Al igual que pasó con el pazestenssorismo, resultó evidente que el evismo no tuvo la
capacidad de penetrar en todas las capas de la sociedad boliviana y tuvo impacto ante todo en lo que
podría denominarse una comunidad de adherentes, conformada sobre todo por los militantes del
MAS, funcionarios de gobierno y, en mayor medida, por las cúpulas direccionales de las
organizaciones sociales reunidas en la Coordinadora Nacional por el Cambio (Conalcam).
fueron denominados así los diputados del MAS que expresaron discrepancias con la voz oficial del
go (...)
En Nuestro Texto Pachakuti, analizamos cómo la construcción narrativa del evismo se nutre de una
serie de textos biográficos y hasta hagiográficos que tuvieron como objetivo principal presentar la
idea de la excepcionalidad del líder. Sin embargo, a posteriori, es posible que esta profusión de
mensajes de texto corresponda únicamente a un primer momento de la construcción del culto a la
personalidad, punto culminante cuyo fue la publicación, en 2014, de la autobiografía Mi vida: de
Orinoco al Palacio Quemado. El libro, concebido por sus autores, Evo Morales e Iván Canelas,
como instrumento propagandístico destinado a preparar la campaña electoral con vistas a un tercer
mandato presidencial, terminó probablemente el ciclo de los textos biográficos escritos en Torno a
la figura del líder. De ahí que entre 2015 y 2019 se publicarán muy pocos textos de carácter
biográfico. El establecimiento de una narrativa oficial volvió superfluo y hasta peligrosamente la
desaparición de relatos alternativos. En este sentido, la autobiografía marcó un giro hacia un nuevo
tiempo político en el que la voz del líder se volvería cada vez más incuestionable: si el primer y el
segundo mandato de Evo Morales quedaron marcados por la profusión de textos biográficos y
hagiográficos, el tercer mandato requería, a cambio, de una relación canónica y de correas efectivas
de transmisión. Evo y el sueño de volar [Ministerio de Comunicación, 2014], destinados al público
infantil, corresponden a este segundo momento, y tuvieron su equivalente en la época del
pazestenssorismo en el cómic de Jorge Coimbra, El conductor de la Revolución [1960]. La crisis
política de los denominados “libre pensantes” 2 marcó el fin del segundo mandato de Evo Morales
y señaló la necesidad de asentar la idea ya no de la excepcionalidad, sino de la incuestionabilidad
del jefe.
8Para operar el tránsito hacia la incuestionabilidad hizo falta algo más que un relato providencial;  se
tuvo que lograr un control cada vez más cercano y estricto del aparato estatal y paraestatal en
provencho de Evo Morales. Aunque en algunos relatos hagiográficos esgrimió el argumento de la
infalibilidad, este no tuvo mucho éxito, hay que esta es una cualidad intrínseca que eleva al líder a
la categoría de semidiós, lo que supone un acto de fe. En cambio, la incuestionabilidad es una
cuestión extrínseca que puede obtenerse de manera más pragmática, a través de un candado de
mando vertical y un dispositivo de control adecuadamente ajustado. El gobierno nacional adquirió
entonces una tónica cada vez más presidencialista. Los parlamentarios del MAS, cuya
representación fue purgada de todo atisbo de “librepensamiento”, fueron tildados por la oposición
de “levanta-manos”, por acatar de manera casi automática las disposiciones del Ejecutivo. Las
autoridades del Poder Judicial dieron también muestras de subordinación política y las otras
poderosas organizaciones sociales, reunidas en la Conalcam, terminaron siendo una caja de
resonancia del Poder Ejecutivo. Así, en el caso de Evo Morales, pasó lo que Alain Touraine
describe como el proceso de personalización del poder en América Latina: “[…] una demanda
social se transforma en una fuerza política sólo a través de su interpretación por el líder. Actores
sociales, fuerzas políticas, símbolos ideológicos comunican entre sí sólo a través del líder”
[Touraine, 1987, p. 128]. Las autoridades del Poder Judicial dieron también muestras de
subordinación política y las otras poderosas organizaciones sociales, reunidas en la Conalcam,
terminaron siendo una caja de resonancia del Poder Ejecutivo. Así, en el caso de Evo Morales, pasó
lo que Alain Touraine describe como el proceso de personalización del poder en América Latina:
“[…] una demanda social se transforma en una fuerza política sólo a través de su interpretación por
el líder. Actores sociales, fuerzas políticas, símbolos ideológicos comunican entre sí sólo a través
del líder” [Touraine, 1987, p. 128]. Las autoridades del Poder Judicial dieron también muestras de
subordinación política y las otras poderosas organizaciones sociales, reunidas en la Conalcam,
terminaron siendo una caja de resonancia del Poder Ejecutivo. Así, en el caso de Evo Morales, pasó
lo que Alain Touraine describe como el proceso de personalización del poder en América Latina:
“[…] una demanda social se transforma en una fuerza política sólo a través de su interpretación por
el líder. Actores sociales, fuerzas políticas, símbolos ideológicos comunican entre sí sólo a través
del líder” [Touraine, 1987, p. 128]. pasó lo que Alain Touraine describe como el proceso de
personalización del poder en América Latina: “[…] una demanda social se transforma en una fuerza
política sólo a través de su interpretación por el líder. Actores sociales, fuerzas políticas, símbolos
ideológicos comunican entre sí sólo a través del líder” [Touraine, 1987, p. 128]. pasó lo que Alain
Touraine describe como el proceso de personalización del poder en América Latina: “[…] una
demanda social se transforma en una fuerza política sólo a través de su interpretación por el
líder. Actores sociales, fuerzas políticas, símbolos ideológicos comunican entre sí sólo a través del
líder” [Touraine, 1987, p. 128].
92015-2019 es también el período en el que el evismo comenzó a materializarse con mayor
profusión en bustos y estatuas. El culto a la personalidad de Morales halló también una nueva
vertiente mediante el nombramiento de deportivos camps, coliseos, mercados, escuelas y colegios
(infraestructura construida principalmente en el marco del programa gubernamental “Bolivia
Cambia, Evo Cumple”) con el nom del prime agent. La mayoría de las veces, la nominación de
espacios públicos con el nomine del presidente or la erección de estatuas en su honor fueron
iniciación de agentes locales, particularmente asambleístas departamentales, alcaldes y concejales
de distintas localidades, deseosos de demostrar su lealtad al líder y gobernante. Así, el rostro de Evo
volvió omnipresente: encontré en las cabinas del teleférico de La Paz,
 3 http://www.bbc.com/mundo/noticias-america-latina-42273980 _ _ _
10Por su parte, Morales nunca se mostró reacio a este tipo de reconocimientos; Incluso, en alguna
ocasión, los validados, argumentando que se trataron del “cariño del pueblo”. De hecho, esta
alusión al pueblo como sujeto compuesto fue el principal argumento de Morales para justificar su
deseo de reelegir. Retomando su argumento de que se utilizó de un presidente que mandaba
“obedeciendo al pueblo”, en determinado momento lanzó la afirmación de que era el propio pueblo
el que, a través del pronunciamiento de los movimientos sociales, exigió que Morales volviera a
postularse, lo quedó sintetizado en la famosa frase “yo no quiero, pero tampoco puedo decepcionar
a mi pueblo”, que Morales pronunció en diciembre de 2017, en una entrevista otorgada a un medio
de comunicación europeo. 3
11Así, de resaltarse la excepcionalidad de Morales se fue construyendo poco a poco el carácter
“incuestionable”, “omnipresente” y finalmente “insustituible” de su liderazgo. Entre 2013 y 2014,
cuando escribimos y publicamos nuestro libro, la propuesta de un Evo Morales líder “insurstituible”
del proceso de cambio parecía aventurada y, de hecho, era formulada solo por los más entusiastas
adherentes y militantes del “proceso de cambio”. Luego de la victoria del MAS en las elecciones de
octubre de 2014, la idea de la sustituibilidad de Morales fue la incorporación al discurso
gubernamental — respaldada por los portavoces de los movimientos sociales que apoyaban al
gobierno — se ha convertido en la línea oficial que justifica la convocatoria al referéndum de
febrero de 2016 que, de haber resultado favorable a Evo Morales,
12La inesperada debacle y los resultados reñidos del referéndum revelaron las limitaciones del culto
a la personalidad en regímenes democráticos. El evismo terminó siendo un factor de polarización en
la sociedad entre creyentes y no creyentes. Tan bien tuvo un efecto cohesionador dentro del MAS,
impidiendo o retrasando las peleas por la sucesión, produjo el mismo efecto en la oposición que, de
pronto, se vio unida en torno a la defensa de valores como la democracia, el respeto de la
Constitución ahí la alternancia. Las artimañas creadas por el gobierno para eludir los resultados del
referéndum e insistir en una nueva Re postulación con el beneplácito del Tribunal Constitucional
generaron mayor rechazo en parte de la sociedad boliviana. La campaña “Bolivia dijo No”, dirigida
a evitar su reelección, Persiguió al presidente en muchas ciudades de Bolivia donde trató de perder
presencia. Así, el 6 de agosto de 2018, Durante los festejos por la fiesta nacional, el presidente fue
abucheado en la ciudad de Potosí. También, días después, la monumental Casa del Pueblo, en La
Paz, que debió simbolizar la consagración del Estado Plurinacional y la ruptura con la República
que encarnaba el antiguo Palacio Quemado, fue inaugurada casi en medio de la indiferencia. Para
muchos, al reunir en un mismo espacio el palacio presidencial y los principales ministerios, la
denominada Casa del Pueblo no representaba tanto al Estado Plurinacional como al
presidencialismo imperante y la excesiva concentración del poder. También, días después, la
monumental Casa del Pueblo, en La Paz, que debió simbolizar la consagración del Estado
Plurinacional y la ruptura con la República que encarnaba el antiguo Palacio Quemado, fue
inaugurada casi en medio de la indiferencia. Para muchos, al reunir en un mismo espacio el palacio
presidencial y los principales ministerios, la denominada Casa del Pueblo no representaba tanto al
Estado Plurinacional como al presidencialismo imperante y la excesiva concentración del
poder. También, días después, la monumental Casa del Pueblo, en La Paz, que debió simbolizar la
consagración del Estado Plurinacional y la ruptura con la República que encarnaba el antiguo
Palacio Quemado, fue inaugurada casi en medio de la indiferencia. Para muchos, al reunir en un
mismo espacio el palacio presidencial y los principales ministerios, la denominada Casa del Pueblo
no representaba tanto al Estado Plurinacional como al presidencialismo imperante y la excesiva
concentración del poder.
 La primera frase fue pronunciada por el gobernador del Departamento de Chuquisaca, Esteban
Urquizu; (...)
 La alocución completa de García Linera, pronunciada en la comunidad Viliroco de Viacha, en
noviembre (...)
13Si el primer momento de la construcción del culto a la personalidad fue dirigido, como lo recalcó
la autobiografía de Evo Morales, a celebrar su trayectoria excepcional de Orinoco al Palacio
Quemado, y el segundo momento se caracterizó por construir una figura presidencial
incuestionable, omnipresente y irreemplazable, el tercer momento, quizás el más riesgoso de todos,
se produjo cuando el líder dejó de ser una figura política, por más única e irremplazable que fuera,
para convertidor se en un elemento cósmico, indispensable al funcionamiento del universo. Las
declaraciones según las cuales Evo sería “enviado de Dios” o “regalo de Dios” 4fueron a todas
luces contraproducentes desde el punto de vista político: solo generaron consternación entre los no
creyentes (que no es lo mismo que opositores) y perplejidad entre los mismos adherentes. Una de
las fórmulas más comentadas y también criticadas fue la del vicepresidente, quien, ante un palco de
estudiantes y padres de familia de un colegio del área rural, señaló lo que sucedería si Morales no
tenía el apoyo del electorado: “[…] el el suelo se va, la luna se va”. Tal nivel de endiosamiento no
fue alcanzado nunca por ningún hombre político en América Latina y tampoco oculto en el caso de
Evo Morales. Este tipo de discursos lisonjeros tienen la desventaja de enfurecer à la oposición sin
estar realmente de acuerdo con los adherentes, que los preferirán simplemente con exageraciones.
14En este sentido, la centralidad de la figura de Morales resultó en una estrategia de doble filo: si
Morales fue un ojo de sus adherentes el protagonista de los logros del proceso, desde el punto de
vista de sus detractores se convirtió en el principal responsable de los males estructurales —y a
veces coyunturales— que aquejaban al país y en el único blanco de sus ataques.  Fue
particularmente evidente en momentos críticos como la crisis de agua potable que afectó a la zona
de la ciudad de La Paz entre finales de 2016 y principios de 2017 o los incendios de gran magnitud
que arrasaron los bosques y pastizales de la Chiquitanía en el invierno de 2019. En ambos casos, las
críticas de la oposición cebaron en la figura del primer mandatario.
 6 Así como hay similitudes entre el paz estenssorismo y el evismo, las hay también entre
este último
15Pero si algo tienen en común los procesos de culto a la personalidad, al menos en América
Latina, es que en buena medida tienen como límite la misma personalidad a la que ensalzan. El
límite puede ser natural o político: natural, en el sentido de que el fin físico del sujeto marca el fin
del proceso de culto a su personalidad, pudiendo iniciarse más bien un proceso de culto a su
memoria, como en el caso del peronismo en Argentina; político, porque sobreviene el ocaso o la
debacle, definitivos o circunstanciales, del líder político y del proyecto que representa. Es lo que
sucedió en 1964. El detrocamiento de Víctor Paz Estenssoro a manos de su vicepresidente, René
Barrientos Ortuño, significó recordar el fin del pazestenssorismo como un proceso en curso de culto
a la personalidad. de hecho, Aunque Víctor Paz siendo una figura de primer orden en la política
boliviana (apoyó el golpe de Hugo Banzer Suárez en 1971 y volvió a la presidencia en el período
1985-1989), el pazestenssorismo como fenómeno político terminó el 4 de noviembre de 1964,
cuando fue derrocado y abandonó Bolivia.
dieciséisEl mismo podría decidir triunfar en noviembre de 2019. El proceso que culminó con la
renuncia de Evo Morales y su salida al exilio marca de alguna manera el fin del evismo como un
fenómeno político, a pesar de que el propio Evo Morales pueda llegar a tener aún relevancia en la
política boliviana en los próximos años. Incluso, el ocaso del evismo no ha logrado conseguir la
débacle absoluta del masismo. Por el contrario, el MAS resurgió en las elecciones de octubre de
2020 como el principal partido político del país, imponiéndose holgadamente en la primera vuelta
de los comicios con el 55% de la votación, con un binomio distinto y con un Evo Morales
renunciado a ejercer de jefe de campaña electoral desde su exilio en Argentina. Pero resulta
importante preguntarse por qué el evismo y el masismo, que parecían ser las dos vertientes de un
mismo río,
17Para entender esto, es necesario analizar el papel del vicepresidente Álvaro García Linera, que
fue el principal teórico del evismo como “autorrepresentación de lo nacional-popular” [Nicolás &
Quisbert, 2014, p. 231] y uno de sus principales impulsivo. Ya en 2009, García Linera se refería al
carácter insustituible del líder. Todo proceso revolucionario, decía, se condensa necesariamente en
un líder: “Lenín, Robespierre, Mao, Castro, Evo”. Con respecto a un liderazgo como el de Evo,
afirmaba además lo siguiente: “Considero que un liderazgo fuerte, surgido en tiempos de
revolución, es insuperable. Su reemplazo es un hecho biológico, no político” [citado en Svampa,
Stefanoni & Fornillo, 2010, p. 30]. Por ello, aunque durare catorce años a la sombra de Evo, como
Barrientos a la de Paz Estenssoro, García Linera se mostró indefectiblemente leal a su
presidente. Para él, era suficiente estar en primer lugar en la línea de sucesión (in case that hecho
biológico de la desaparición del líder sucediese), ya que sabía que sus posibilidades políticas eran
muy limitadas. A pesar de sus reiteradas muestras de lealtad a Evo, García Linera no logró cosechar
apoyo entre las bases del MAS, que siempre dudaron de su sinceridad. Asimismo, su retórica
paternalista cuando dirigió a los campesinos, que contraba con su estilo habitual de profesor de
universidad, contribuyó a crear cierta desconfianza. El resultado de las elecciones de octubre de
2020 tuvo también otra consecuencia, la de mentir lo sostenido por García Linera: la sucesión de
Evo Morales en el interior de su partido terminó siendo un hecho político y no biológico.
18En su último mandato, Evo Morales, instituible e incuestionable, gobernó mucho más que alejado
de sus parlamentarios y de los movimientos sociales, rodeado de un círculo muy pequeño y cercano
de “imprescindibles” que, no obstante, gozaban del apoyo de las bases del partido ni del respaldo de
las organizaciones sociales, pero sí de la confianza del jefe. El carácter incuestionable de Evo tuvo
entonces un efecto hacia adentro: llevó a que todos los cuestionamientos hacia él eventualmente se
reorientaron automáticamente hacia sus colaboradores más cercanos y especialmente hacia su
vicepresidente. Antes de la crisis política de octubre y noviembre de 2019, era muy común escuchar
a las bases y directentes del MAS acusar a cierta gente del gobierno de ser
“lineristas”. Asimismo, la disculpa más común frente a los errores de la política gubernamental
consistía en decir: “no es el Evo, es Linera”. Todo ello hizo que el vicepresidente se convirtiera, si
no en el boliviano político más odiado, sí en el que menores afectos suscitaban y, por lo mismo, no
en el mejor candidato a la sucesión presidencial.
19Lo que pasó en Bolivia en las horas posteriores a la renuncia de Evo Morales es algo todavía muy
confuso y su esclarecimiento rebasa los límites de este texto. Pero parece evidente que el entorno
más cercano al presidente apostó en determinado momento al vacío de poder. Al no abrirse paso la
sucesión constitucional, se confirmaría la sustituibilidad del líder y se crearían las condiciones para
su retorno. En un país sumido en la violencia y la ingobernabilidad, Evo Morales debería reaparecer
como el ave Fénix. Sin embargo, quienes apostaron por esta estrategia no se dieron cuenta, sino
muy tarde, que no controlaron todos los escenarios, ni siquiera los propios. Las decisiones erradas
del gobierno en medio de la crisis habían reabierto la brecha entre aquellos que en el MAS se
percibieron “orgánicos” y los fieles del presidente Morales. In los días posteriores a su renuncia, se
vio cómo los diputados y senadores de su partido que rechazaron la posibilidad de una renuncia
colectiva y de un cierre del parlamento chocaron con los evistas. En semanas posteriores, los
masistas “orgánicos” se reunirán además de las provincias y departamentos, traerán a los visitantes
a Buenos Aires para recibir instrucciones del expresidente, pero aún líder del partido. Y aunque la
perspectiva de las nuevas elecciones y la contundente victoria electoral obtenida en las mismas en
octubre de 2020 hicieron que las dos corrientes no rompieran definitivamente, algo sí es claro: la
caída de Evo Morales y su salida del país tuvo como consecuencia el fin de su mitología, el fin del
evismo. De hecho, una de las pocas representaciones iconográficas del evismo producidas a partir
de la caída de su gobierno, wiphala y el mismo Estado Plurinacional (figura 1).
Más aún, el primer interesado en maintener el evismo como expresión política ha sido el propio Evo
Morales. Si su autobiografía Mi vida: de Orinoco al Palacio buscaba recalcar su camino
excepcional a la Presidencia del Estado, el relato en clave biográfica de su caída y exilio,  Seremos
millones, publicado en Argentina en agosto de 2020, buscó reinterpretar la historia de lo sucedido
en octubre y noviembre de 2019, desde su perspectiva y en apoyo a la tesis del golpe de Estado, así
como mantiene la idea de que el destino del “proceso de cambio ” y el Estado Plurinacional estaban
ligados a su propio destino. En efecto, no puede leerse de otra manera el pasaje en el que, al
comparar su figura con la de Salvador Allende, el presidente de Chile colgante el golpe de Estado
de 1973, Evo Morales justificó el haber escogido el camino del exilio y rehusado el de la resistencia
(como lo hizo el propio Allende) evocando las palabras de su vicepresidente García Linera, quien lo
habría convencido de optar por lo primero bajo el siguiente argumento: “[…] if queremos salvar al
Processo de Cambio, hay que salvar the vida de Evo” [Morales, 2020, p.
La nostalgia por la republica
más allá de los símbolos y de la personalidad del líder Morales, la crisis de noviembre de 2019
puso también en eviding ciertas resistencias al concepto mismo de Estado Plurinacional, tal
como lo definió la Constitución Política del Estado de 2009. Aunque ninguno de los candidatos
a la presidencia se declaró abiertamente contrario al Estado Plurinacional, la nostalgia de
sectores conservadores por la República es evidente en los movimientos contra el regimiento
de Evo Morales y más aún en el gobierno de Jeanine Áñez, que mostró renuente a usar
denominación de Estado Multinacional. En este sentido, la crisis política de 2019 tiene
también cierto parangón con el golpe de Estado de René Barrientos que, el 4 de noviembre de
1964, puso fin a doce años de gobierno de la Revolución Nacional.
30El golpe de Barrientos aglutinó a diversos sectores: representantes de la vieja oligarquía,
sectores descontentos y disidentes del proprio Movimiento Nacionalista Revolucionario
(MNR), universitarios, grupos de la clase media, trabajadores mineros y hasta miembros de
propio partido comunista [Field, 2016, pag. 260]. En uno de sus primeros discursos,
Barrientos dijo que su movimiento será una “revolución restauradora” de la propia
Revolución Nacional y de las libertades conculcadas por los gobiernos del MNR. René
Zavaleta, por su parte, dijo que lo que el gobierno de Barrientos pretendía restaurar era el
“[…] ciclo de privilegios, latrocinios y hegemonías indebidas que la Revolución modificará
destruir” [Zavaleta, 2011, p. 574]. Ciertamente, algunos representantes de la vieja república
oligárquica que apoyaron el golpe de Barrientos pretendían que, en algunos aspectos, el nuevo
gobierno restablecerá la situación anterior a abril de 1952, particularmente en el tema
agrario. Incluso no faltaban los que deseaban que la tierra fuera devuelta a los antiguos
dueños de las haciendas. Consciente del carácter irreversible de algunas de las medidas
tomadas por la Revolución de 1952, pero ante todo el capital político que significó tener el
apoyo de los campesinos, a quienes la reforma agraria había entregado tierras, Barrientos
descartó cualquier cambio en la estructura agraria.
El régimen de René Barrientos (1964-1969) se caracteriza, por un lado, por su actitud
populista yp (...)
 El uso de los términos “primera” o “segunda república” denota cierta influencia de la
experiencia p (...)
Pero el término “revolución restauradora” no fue el único que consiguió el régimen de
Barrientos  para distanciarse de los doce años de Revolución Nacional. Cuando buscó
legitimarse a través de las urnas, Barrientos comenzó a utilizar el término de “Segunda
República” para denominar su proyecto político, dando a escuchar, aunque vagamente, que el
período de tiempo transcurrió entre 1825, el momento de la independencia del país, y 1964, el
de su llegada al poder, constituían la primera república. Si bien Barrientos ganó
holgadamente las elecciones de 1966 y sancionó en 1967 una nueva constitución política que
estuvo vigente con reformas hasta 2009, el fin de la Segunda República no prosperó ni en el
imaginario ni en la historiografía nacional. Ello se debió en buena medida a que su gobierno
inauguró más bien la etapa de los “presidentes en uniforme” que se prolongaría hasta 1982
[Lavaud, 1998, p. 91], en el que alternarían verdaderas dictaduras militares con gobiernos
militares de carácter nacionalista y brevísimos períodos de gobiernos civiles democráticos.
 La posición más curiosa fue la de Comunidad Ciudadana, que postuló al candidato Carlos
Mesa; para e (...)
La alusión a la “República de Bolivia” también permeó el discurso de la oposición política al
gobierno de Evo Morales, en este caso más como restauración de una antigua vida
republicana que como nueva construcción republicana. De hecho, el debate sobre el retorno a
una forma republicana estuvo presente desde la campaña electoral con vistas a las elecciones
de octubre de 2019. En agosto, una nota de prensa sostenía que, excepción del MAS, que
defendía el modelo de Estado Plurinacional, los demás partidos que terciarían en las
elecciones se referían, de una forma u otra, a la posibilidad de restaurar la república.  Aquí
también cabe hacerse una pregunta: ¿por qué el modelo de Estado Plurinacional no fue
asumido por los detractores del gobierno? A priori, tal y como paso con la wiphala, para
muchos, el Estado Plurinacional estaba asociado al gobierno del MAS, que lo había impuesto
y sostenido; de hecho, en algunas ocasiones el propio partido sostenía que el Estado
Plurinacional no podía existir sin Evo Morales. Pero en el rechazo al modelo del Estado
Plurinacional hay que reconocer también causales políticas más profundas. Frente tiene un
modelo republicano, que legalmente solo reconoce a individuos y ciudadanos, teóricamente en
igualdad y sin ningún tipo de distinción (racial, lingüística, cultural, etc.), el Estado
Plurinacional había sido establecido en 2009 bajo el principio del reconocimiento de la
diversidad existen en el país. El rechazo al modelo del Estado Plurinacional era también un
rechazo al reconocimiento de esa diversidad y una reivindicación del individuo-ciudadano.
33Curiosamente, aunque presente en el discurso político, la restauración del modelo
republicano no ganó las calles. Por derecho propio, uno de los grandes lemas movilizadores
entre octubre y noviembre de 2019 fue la recuperación de la democracia. A posteriori, se vería
que república y democracia serían, para varios de los actores, si no hay sinónimos, sí
elementos complementarios. Pero para hablar de recuperación de la democracia es necesario
haberla perdido o creatmente que se ha perdido. Aunque desde su al poder en 2006, los
sectores contrarios a Morales y al MAS tildaban a su gobierno de autoritario y hasta de
dictatorial (y ello a pesar de haber sido democráticamente elegido y reelegido hasta en tres
ocasiones), tales alegatos no llegaron a tener gran eco en la opinión pública. Todo cambió
desde el año 2016, con el desconocimiento de la voluntad expresada en el referéndum de
febrero de ese año (que negó la posibilidad a Morales de una nueva postulación) y, sobre
todo, con la forzada habilitación obtenida en el Tribunal Constitucional en 2017 y con otras
señales de creciente autoritarismo gubernamental. Partiendo de los más frecuentes fue que los
actores políticos de la oposición callificaran de dictadura el gobierno de Evo Morales, hasta
que pendante las movilizaciones de octubre y noviembre de 2019 las calles de las ciudades
llenaron con grafitis y canciones de “Evo dictador”, algo que también replicó en las llamadas
sociales redes, que tuvieron un protagonismo negable en dichas movilizaciones.
El periódico Página Siete terminó de consagrar el término con la publicación del libro La
revolución (...)
Existía el precedente de Venezuela: en abril de 2002 un golpe cívico-militar derrocó a Hugo
Chávez (...)
34La renuncia de Evo Morales el 10 de noviembre, leída por sus pensamientos como un golpe
de Estado, fue interpretada por los adherentes a la “revolución de las pititas” como un
momento de recuperación de la democracia. Con la democracia recuperada, para muchos lo
que siguió era la restauración de la república. Episodios simbólicos, como el arriar
las wiphalas o quemarlas, preanunciaban esto. Como lo mencionamos líneas atrás, las
reacciones de diversos sectores de la población frente a la quema de la wiphala Nos
limitaremos a las aspiraciones iconoclastas de muchos que esperan que el siguiente paso lógico
tras la caída de Morales fuera el derrumbamiento del Estado Plurinacional. El freno a estas
aspiraciones tuvo también una base legal. El gobierno transitorio fundó su legitimidad en el
respeto al orden constitucional, es decir, a la Constitución Política del Estado de 2009, que
había establecido el Estado Plurinacional de Bolivia. Los hechos sucedidos luego de la salida
de Morales muestran que la supervivencia del Estado Plurinacional como modelo político va
más allá de lo que pueda pasar con el MAS o con el propio Evo Morales, contrariamente a lo
que este y sobre todos sus opositores creían firmemente.
35La nostalgia por la república perdida fue incluso manifestada por el gobierno transitorio,
pero ello se expresó sobre todo a través de una lucha en el ámbito simbólico, como si el hacer
menos visible el Estado Plurinacional en la ritualidad cívica y en el lenguaje burocrático
pudiera llevar a cabo en un futuro para eliminarlo de la constitución. Is lo que pudo verter,
por ejemplo, el 22 de enero de 2020, día en que se celebraba, como desde 2010, la fundación
del Estado Plurinacional en 2009. temiendo protestas similares a las ocurridas con la wiphala,
mantenérselo, aunque el día transcurrió sin los desfiles y parafernalia característicos de las
celebraciones del gobierno del MAS. De modo opuesto, a través de diferentes recursos, se
pretende traer a la memoria cotidianamente la antigua República de Bolivia. Aunque el
número oficial del país es Estado Plurinacional de Bolivia, la propia Presidencia del Estado se
dio modos para tratar de evocarlo lo menos posible. Así, además de los derechos sociales, la
Presidencia de Añez decidió utilizar como logotipo y monograma “RB” (de República
Boliviana), proveniente de un escudo que se encontró en el vestíbulo del antiguo Palacio de
gobierno. Igualmente, fueron varios los ministros del gobierno transitorio que en distinto tipo
de situaciones se refirieron al país con el nombre de República de Bolivia. Acciones, todas
estas, que resultaron llamativas,
36Curiosamente, durante la campaña electoral para las elecciones presidenciales de octubre
de 2020, la cuestión de la restauración de la república no formó parte de las propuestas
electorales de los partidos políticos opuestos al MAS. Probablemente esto se deba a que el
final del hábito ha sido instrumentalizado en exceso por el gobierno transitorio de Añez, y
también al hecho de que estos partidos necesitaban el apoyo de los votantes indígenas y
campesinos, a quienes el término “república” les resultó excluidonte.
BIBLIOGRAFÍA
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Encabezado de pagina
CALIFICACIONES
El término pachakuti, que utilizamos como título del libro, está presente tanto en el aymara
como en el quechua y hace referencia tanto a un cambio abrupto como a un retorno a un
espacio-tiempo anterior. Su uso fue recurrente colgante el gobierno de Evo Morales y reflejó
la voluntad expresada por el MAS de inaugurar un nuevo tiempo en la política boliviana con
el establecimiento del Estado Plurinacional y la sanción de la nueva Constitución Política del
Estado en 2009.
Fueron denominados así los diputados del MAS que expresaron discrepancias con la voz
oficial del gobierno. Entre ellos estaban Rebeca Delgado y Eduardo Maldonado, a quienes
luego se les impidió participar en las elecciones municipales de 2015, mediante una
controvertida resolución del Tribunal Supremo Electoral.
3 http://www.bbc.com/mundo/noticias-america-latina-42273980 _ _ _
La primera frase fue pronunciada por el gobernador del Departamento de Chuquisaca,
Esteban Urquizu; la segunda, de Gonzalo Hermosa, integrante del grupo folclórico Los
Kjarkas, vinculados simultáneamente a Morales.
El discurso completo de García Linera, pronunciado en la comunidad de Viliroco de Viacha,
en noviembre de 2015, es el siguiente: “[…] Papá, mamá, no lo abandona al presidente Evo,
no lo dejes solo. No lo abandonen, el presidente Evo, si tiene apoyo, construye colegios, si no
tiene apoyo, regresarán los gringos, regresarán los vendepatrias, regresarán los asesinos y a
las wawas les van a quitar todo y no va a haber destino. Va a haber llanto y el sol se va a
esconder, la luna se va a escapar y todo va a ser tristeza para nosotros, no se
olviden” http s:// www .paginasiete.bo/nacional/2015/11/25/ garcia-linera-asegura-escondera-
todo-sera-tristeza-78126.html
Así como hay similitudes entre la paz estenssorismo y el evismo, las hay también entre este
último y el barrientismo. De hecho, Barrientos fue el primer presidente que consiguió un
helicóptero para llegar a las regiones más alejadas del país, buscando tener contacto directo
con la población, algo que Evo Morales replicaría hasta ser una de las distintas marcas de su
gestión. Un texto clásico sobre Barrientos es el de Fernando Díez de Medina [1972].
El indianismo es una corriente ideológica nacida a fines de la década de 1960 en Bolivia y en
otros pays de l'área Andina, en oposición expresa a todas las ideologías occidentales (de
derecha y de izquierda) y a la política criolla. Sostenido por intelectuales autoidentificados
como indios, el indianismo tiene como proyecto político el restablecimiento de una sociedad
india liberada de toda la opresión colonial. Sus representantes de esta corriente ideológica
Fausto Reynaga, Esteban Ticona, Ayar Quispe, Pedro Portugal y Carlos Macusaya, entre
otros.
Como Media Luna consoció al conjunto de cuatro departamentos (Pando, Beni, Santa Cruz y
Tarija) donde ganó el sí al establecimiento de un régimen de autonomías departamentales en
el referéndum vinculante de julio de 2006. Aunque él no se impuso en los restantes cinco
departamentos, el régimen autonómico quedó instituido en la Constitución Política del Estado
de 2009.
En un inicio, el presidente Morales subestimó la potencia de estas movilizaciones y quiso
deslegitimarlas argumentando que no lograban convocar suficiente cantidad de personas y
que, dado su escaso número, para blocar las calles de las ciudades, los manifestantes hacían
uso de “pititas y llantitas”, es decir, sogas y neumáticos de automóviles. El término "pitita"
fue rápidamente adoptado por los manifestantes y reivindicado como un rasgo distintivo de su
movimiento.
10 http s:// www .paginasiete.bo/seguridad/2019/11/11/la-wiphala-se-respeta-carajo-altenos-
marchan-contra-los-policias-237093.html# !
11 El 12 de noviembre, Áñez emitió la siguiente declaración: “[…] instruyó que junto a
nuestra sagrada Tricolor se mantenga nuestra Whipala, somos un país plural y diverso, pero
todos somos iguales” http s:// www .paginasiete. bo/nacional/2019/11/12/anez-instruye-que-la-
whipala-se-mantenga-al-lado-de-la-tricolor-237181.html .
12 La Constitución Política del Estado de 2009 reconoce como símbolo nacional la flor de
patujú, así como la flor de la kantuta. La bandera de la flor de patujú, que n'está
expresamente mencionada en la Constitución, ganó notoriedad de las movilizaciones
realizadas en 2011 pour les pueblos de las tierras bajas en defensa del Territorio Indígena
Parque Nacional Isiboro Sécure (Tipnis), y su uso se se ha extendido particularmente en el
oriente del país.
13 El régimen de René Barrientos (1964-1969) se caracteriza, por un lado, por su actitud
populista y por contar con el apoyo de los sectores campesinos y, por otro, por su discurso
anticomunista, por una mayor preponderancia política de los militares y por una marcada
influencia norteamericana.
14 El uso de los términos “primera” o “segunda república” denota cierta influencia de la
experiencia política de Francia, que en 1958 había pasado de la Cuarta a la Quinta República,
con la aprobación de una nueva constitución. Asimismo, el ideólogo de la Quinta República
francesa, el general Charles de Gaulle, visitó Bolivia en septiembre de 1964, cuando René
Barrientos era vicepresidente del Estado.
La posición más curiosa fue la de Comunidad Ciudadana, que postuló al candidato Carlos
Mesa; para esta agrupación política no había contradicción alguna, ya que el Estado
Plurinacional no había dejado de ser una república.
El periódico Página Siete terminó de consagrar el término con la publicación del libro La
revolución de las pititas. Se trata de un conjunto de crónicas periodísticas sobre los sucesos que
llevan a la caída de Evo Morales desde el punto de vista de los opositores al gobierno del
MAS.
Existía el precedente de Venezuela: en abril de 2002 un golpe cívico-militar derrocó a Hugo
Chávez y la presidencia fue asumida por Pedro Carmona, quien, entre sus primeras medidas,
decidió por decreto derogar la constituciónolana de 1999 y cambiar el nombre del país de
República Bolivariana de Venezuela por el antiguo de República de Venezuela. Estos cambios
duraron tanto como los tres días que Carmona actuó como presidente.

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