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ARTETERAPIA Y TRASTORNOS

ALIMENTARIOS
Psicología, Arte, Terapia, y una historia de
superación de la bulimia

Eva Berenguer Rodrigo


Derechos de autor © 2021 Eva Berenguer Rodrigo

Todos los derechos reservados

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recuperación, ni transmitida de cualquier forma o por cualquier medio, electrónico, o de
fotocopia, grabación o de cualquier otro modo, sin el permiso expreso del autor.

ISBN-13: 978-84-09-25818-5

Ilustración de la portada: Eva Berenguer Rodrigo


A los afectados que sufren silenciosamente esta enfermedad
ARTETERAPIA Y TRASTORNOS ALIMENTARIOS; nueva actualización en español del libro “La
Closca” (1ª edición 2008 Catalán), con más información y imágenes a color del contenido.

“La Closca”: Cáscara, concha o corteza.


Capa protectora de un animal, fruta o vegetal, de la cual puede desprenderse.

Índice
PRÓLOGO
1. PSICOLOGÍA Y ANÁLISIS
1.1- El control y el hambre
1.2- Trastornos y patologías
2. ARTE Y TERAPIA
2.1- La utilidad del Arte
2.2- El estado de ánimo
2.3- Arteterapia y trastornos alimentarios
2.4- Ejemplos Arteterapia
3. UNA HISTORIA SORPRENDENTE
Una niña solitaria
La adolescencia
- AÑO 1: Qué me está pasando?
- AÑO 2: Experta en disimular
- AÑO 3: Sin solución
- AÑO 4: Inquietudes
- AÑO 5: Desaparición
- Análisis dibujos y sueños de Daila
EPÍLOGO
Información general T.A
Acerca del autor
Agradecimientos
Bibliografía
Contenido

Página del título


Derechos de autor
Dedicatoria
Índice
PRÓLOGO
1. PSICOLOGÍA Y ANÁLISIS
2. ARTE Y TERAPIA
3. UNA HISTORIA SORPRENDENTE
EPÍLOGO
Información general SINTOMATOLOGÍA
Agradecimientos
Acerca del autor
Bibliografía

Ó
PRÓLOGO
Una obra pensada tanto para personas que buscan
información sobre las causas de los trastornos alimentarios
(T.A), en especial la bulimia, como para interesados en el
conocimiento del valor del Arte y la Arteterapia.
Se analizará el problema psicoafectivo que origina los
trastornos alimentarios, en relación con la autonomía, el control
y la relación familia-hijo/a. Con los planteamientos del libro se
pretende reconducir el objetivo, no como la búsqueda de la
belleza física, sino del buen estado psíquico, mental y
emocional.
Se comentarán las utilidades y beneficios del Arte y la
creatividad en la representación de las emociones, realidades y
estado de ánimo del creador. Veremos los T.A, de forma clara a
través del dibujo y la pintura como transmisor de nuestro
inconsciente, con ejemplos de Arteterapia de casos reales. Por
último, veremos la historia de Daila, como desarrolló un T.A, la
bulimia, durante cinco años y como consiguió
sorprendentemente curarse para siempre.
Ya que cada persona es un mundo particular, se pretende
invitar a las personas con este problema a reflexionar, a
entenderse más interiormente, y ayudar a encontrar las
soluciones que cada uno, con la ayuda adecuada, tiene que
descubrir por sí mismo.
1. PSICOLOGÍA Y ANÁLISIS

Información dirigida a las personas que conviven con los


T.A, especialmente con bulimia, para poder mirarlos desde
distintos puntos de vista. Hablaremos de problemas frecuentes
como depresiones, estrés, falta objetivos, etc; que unidos al
carácter y personalidad, factores genéticos, familiares o
transgeneracionales, en determinadas situaciones, pueden
llegar a desencadenar un trastorno alimentario.

Cada problema tiene la posibilidad de presentarse con


síntomas totalmente contrarios. Como comentan T.Dethlefsen y
R.Dahlke (2000). La enfermedad como camino, tanto la anorexia
como la bulimia son dos síntomas contrarios del mismo
problema, (podemos poner de ejemplo el miedo, que tanto
puede paralizar como hacerte salir corriendo).
El hambre, en la bulimia, provoca llenar impulsivamente el
cuerpo, acompañado de sentimientos de culpabilidad. El vacío
interno, intenta llenarse, pero éste nunca llega a saciar, porque
no es el alimento que ha de satisfacer las necesidades
alimentarias de las que hablamos. Veremos que no se ha de
eliminar el síntoma, sino la causa de la enfermedad, y para ello,
hablaremos de la parte interna, inconsciente, que se tiene que
buscar y trabajar.
1.1. EL CONTROL Y EL HAMBRE

Explicaremos el control desde dos puntos de vista: El control


externo, como representación de las personas que rodean a la
persona con T.A, (especialmente la relación con el padre y la
madre), y el control interno, como representación de los
aspectos del mundo interno del afectado.

EL CONTROL EXTERNO
Son los padres quienes tienen un papel importante dentro de
la problemática, y una forma que los hijos tienen de revelarse es
a través de los T.A, son rebeldes que actúan con un ataque
inocente hacia los padres, que rechazan que los cuiden y
ayuden, aunque necesitan la admiración y aprobación suya
intentando destacar de alguna manera: siendo buenos
estudiantes, superándose, etc. (actitud que no deja de ser una
forma de conquista de los padres).
Hijos que tienen también tendencia a aceptar los deseos del
otro, ya que protege de las propias angustias, a costa de ignorar
lo que realmente desean.
Pero se ha de tener claro que no son los padres los que
privan a los hijos de sus propios deseos, sino que son ellos los
que tienen miedo de aplicarlos.
Tal como comenta B. Brusset (1990) "La expresión
somática. La anorexia mental de las adolescentes”, aparece un
conformismo con las normas y deseos del otro, habitualmente
de la madre, y a veces del padre.

«Es imprescindible evitar que la paciente se sienta sometida


a interpretaciones de alguien que dice conocer mejor que ella lo
que pasa en su interior. Se deben tener en cuenta los aspectos
narcisistas, la preocupación de integridad, de autonomía y de
control de sí mismo y del otro para evitar que las
interpretaciones se vivan como si fueran de índole persecutoria.
» H. Bruch (1973), “Eating disorders Obesity, anorexia and the
person within. New York, Basic Books”.

- La relación con el exterior


Ser adolescente es una etapa necesaria para el
desarrollo de las personas, tanto para encontrarse a sí
mismas como para pensar cuál puede ser su destino, con la
libertad de ideas y la impulsividad que los caracteriza.

"La inmadurez es un elemento esencial de la salud de la


adolescencia. Sólo hay una cura para ella, y es el paso del
tiempo y la maduración que este puede llevar. La inmadurez es
una parte preciosa de la escena adolescente. Contiene los
rasgos más estimulantes del pensamiento creador, sentimientos
nuevos y frescos, ideas para una nueva vida. La sociedad
necesita ser sacudida por las aspiraciones de quienes no son
responsables ". D.W.Winnicott (1971), “Realidad y juego”.

Poner en práctica el concepto de uno mismo: ¿quién soy y


cómo soy son preguntas que el adolescente con algún tipo de
T.A no puede terminar de elaborar. Por eso aparece esta
necesidad de afecto y reconocimiento social. Pero, como la
autoestima y la imagen se han de desarrollar, muchas veces se
tiene miedo de ser públicamente puesto en ridículo, caer mal a
los demás, ser visto como inútil, no ser atractivos, etc.

Las fobias sociales son muy comunes en los trastornos


alimentarios. Y como todo esto es precisamente lo que no
quieren que los demás piensen -quizás porque lo piensan
inconscientemente-, abundan los deseos narcisistas de ser
admirados, deseados y aceptados. Y con el fin de demostrar
para qué sirven se basan muchas veces por lo que la madre o
los demás les han dicho.
Son trastornos de la relación con el entorno, donde siempre
intentan hacer lo que se espera de ellos o lo que hacen los
demás, este es el objetivo (pero sin implicarse demasiado,
siendo diferentes y destacando de alguna manera, por falta o
por exceso).
La búsqueda de objetivos que, de la manera como están
planteados, se basan a complacer a otros o en el simple hecho
de hacer por hacer, no aportan nada a la persona. Es esencial
buscar objetivos que uno mismo ha decidido escoger, con la
propia decisión de ir cambiando si no satisfacen.

Comportamiento anorexia:
Frenar, parar. Prolongación de la unión primaria con la
madre. El adolescente ya no puede tener el cuerpo y rol infantil,
pero le es difícil saber cómo ser y cómo comportarse.
La anorexia es una evidencia de la dificultad de aceptar este
cambio. Las chicas anoréxicas no se sienten independientes y
libres para sacar adelante su vida de adolescente, aunque
aspiran a la autonomía y control de su vida. Suelen parecer más
jóvenes de la edad que tienen, llegan con cierto retraso a ser
adultas y todo lo que conlleva.

Como dice Tessa Dalley (1987), «la hija en el período de la


pubertad siente su cuerpo cambiante como algo que frustra su
deseo inconsciente de seguir siendo una niña.» (June Murphy,
Empleo de la terapia artística en el tratamiento de la anorexia
mental. El arte como terapia. Biblioteca de psicología, 151.)

Comportamiento bulimia:
Devorar, necesitar, querer más.
Es el paso al otro extremo, donde muchos pasan de tener un
comportamiento anoréxico a un comportamiento bulímico. El
Adolescente rebelde, extremado y desordenado.
La niña que se sentía ignorada de pequeña, de grande actúa
y quiere ser vista. Aparece el deseo de salir de casa, conocer
gente, búsqueda de afecto, y también aparece un importante
descontrol de su vida.

- La relación con la madre


- El contacto con la madre es muy importante cuando eres
pequeño, y evidentemente los padres quieren lo mejor para sus
hijos, aunque no siempre consigan lo deseado.
Como bien dice D.W.Winnicott, no es cierto que si las
madres y padres crían bien a sus hijos tendrán menos
problemas; por eso mismo, es importante que no se
culpabilicen, no siempre es fácil acertar con sus necesidades
aunque todos sepan lo que quieren conseguir (bienestar,
felicidad, amor, una buena educación, etc.)

Pero, ya sea por ser demasiado inflexibles o demasiado


permisivas, muchas madres no saben hasta qué punto pueden
actuar, al no existir límites definidos. A consecuencia, el hijo no
aprende a desarrollar su personalidad y autonomía, a lo que se
suma una demanda afectiva que no le acaba de llenar.
Si añadimos otros elementos muy importantes, como la
misma personalidad del hijo, el entorno y los factores genéticos
y hereditarios, podemos hacer que un ambiente familiar pueda
reunir los ingredientes necesarios para la formación de los T.A y
que se pueda desarrollar más, menos, o de diferente manera en
unas personas o otras.
I debido a estos factores, es muy importante que una vez
superado el T.A, vigilar en algunos casos, que no se reactive el
problema interno con el tiempo, con cualquier otro tipo de
problema o enfermedad, por culpa de cualquier otra situación
crítica, personal y emocional en la cual no se encuentre
solución.

Hilde Bruch (1973) habla de la gran importancia del control


en las mentes;
Destaca que los niños que desarrollan trastornos
alimentarios fracasan en aprender a ser autónomos y no pueden
diferenciar fácilmente entre las necesidades y los deseos suyos
y los de sus madres. Bruch ve el síntoma de la bulimia como un
«intento de tomar el control del cuerpo y el que entra, como si
fuera el último intento de autonomía».
Esta problemática pasa muchas veces con el primer hijo,
cuando la madre es más perfeccionista, pero comete más
errores.

Las madres actúan de esta forma por distintos motivos:


1. Aunque la madre quiere que el hijo crezca y actúe como el
resto de chicos de su edad, a éste le falta seguridad y espíritu
de autosuficiencia, ya que no tiene un referente, y le falta una
cierta exigencia y preparación para la vida adulta de alguien que
le debe enseñar a vivir y aprender a ser autónomo.
El hijo, a consecuencia, intenta al menos controlar su mundo
interno, pero no lo consigue.

2. Una de las situaciones es pertenecer a familias que


exteriorizan poco sus sentimientos, que puede ser por patrones
de conducta heredados (y aunque aparentemente no lo
demuestren, suelen ser sensibles).
R. Battegay, en El hambre como fenómeno patológico, nos
comenta que las personas con trastornos de la alimentación en
su infancia han sufrido alguna falta de calor y afecto, con lo cual
se han formado una imagen imperfecta de ellas mismas.

3. Otra de las razones, como comenta Emilce Dio Bleichmar,


en la Revista de psicoanálisis (abril 2000, n. 4 Anorexia/bulimia
), algunas madres ya tenían conflictos de algún tipo; habían
pasado una infancia con temores; eran hijas de madres
autoritarias, distantes o demasiado sumisas y vulnerables, y no
habían mantenido mucho contacto íntimo. Estas hijas, al ser
madres, no tenían experiencia emocional de modelos
alternativos.
Aunque la fórmula de la madre perfecta no existe, querían
ser madres mejores que la suya, pero de alguna forma los
conflictos con la autonomía y el control se reactivaban con los
hijos.

4. Otra característica que influye en los hijos con T.A, es que


sus madres hayan pasado por un período de depresión o baja
autoestima, y sean incapaces de valorarse a sí mismas. Es muy
común que la frustración y la tristeza sean captadas por los hijos
y, como dice la revista de psicoanálisis (abril 2000, n. 4.
Anorexia/bulimia), que caigan en el error de dejarse llevar por su
estado de ánimo en lugar de atender la demanda que le hace el
hijo, que busca ser reconocido.
En cuanto a la relación con la madre, para curarse, nunca se
debe rechazar, odiar, ni darle la culpa de la enfermedad; todo lo
contrario, hay que acercarse más, pero de forma diferente:
mantener la separación con ella -como dos personas diferentes,
con dos personalidades, gustos y caracteres propios-, y
aprender a entenderla y quererla, siendo como es.
La solución en el ámbito familiar se basa en la mejora,
precisamente, de sus relaciones y la comunicación, de la
capacidad de entender a los padres, quererlos tal como son y,
al mismo tiempo, aprender a actuar con criterio propio y con
autonomía.

- La relación con el padre


Del padre no se ha hablado, aunque tiene un papel igual de
importante que el de la madre, pero de forma diferente. En este
tipo de familias suele haber un cierto desequilibrio en la relación
de los padres: Un ejemplo podría ser, un hombre muy trabajador
y que tiene una cierta incomunicación con la hija. Por tanto, el
padre se puede mostrar ausente, distante, excluido, sin mucha
relación afectiva con la hija, pero también impositor de autoridad
y disciplina.
En algunos casos, la hija, de pequeña, tiene un sentimiento
de miedo a ser excluida de la familia, por culpa de la
incapacidad de despegarse de la madre; Puede haber un
rechazo al padre; por ello, este puede sentir celos de la madre si
la hija le ignora, porque está con la madre que la protege. Pero
también puede sentir celos de la hija, porque tiene a la madre.
A pesar de este distanciamiento con el padre, la hija
inconscientemente tiene el deseo de acercarse a él, conquistarlo
y tener una relación más cercana, pero no se ve capaz.
Las chicas con trastornos de la alimentación tienen, por
descubrir, un padre que las quiere; un padre que ahora tienen la
oportunidad de conocer y entender.

EL CONTROL INTERNO
Como hemos visto anteriormente, las personas con T.A,
necesitan independencia, no quieren estar controladas y desean
solucionar su vida por ellas mismas, pero con dificultad.
Quieren demostrar que no necesitan ayuda y que son
autosuficientes; el control de su mundo interno es su último
intento de autonomía, el control del cuerpo como base de su
satisfacción; pero, por desgracia, cuanto más intentos, más
fracasos. Las personas con bulimia, cuanto más control quieren
tener, más hambre tienen, como si estuvieran poseídas por una
fuerza exterior que las domina.
La tentativa de control consciente contribuye aún más a su
disfunción y aumenta su descontrol, del mismo modo que,
cuando tenemos tos e intentamos controlarla conscientemente,
aun hacemos que aumente más.

En la bulimia, el problema está encapsulado, cerrado; una


forma de destructividad escondida y negada.
El intento del control de la comida se convierte en el objetivo
principal, porque el resto de cosas de la vida no las saben
controlar por culpa de todo lo que hemos estado comentando
anteriormente: por someterse a lo que los demás quieren, por
una imposición de gustos (lo que le gusta al otro, también me
tiene que gustar a mí), por una falta de decisión, por ponerse
objetivos muy altos, por dejar que los demás solucionen los
problemas, por miedo a exponer los propios sentimientos y
equivocarse, y por una vida, en general, regida por el descontrol
(como salir mucho de casa, vicios, caos alimentario, mentiras,
irritaciones familiares, etc.).
Estas características, muy relacionadas con la crisis de la
adolescencia y el fracaso en la adaptación a la pubertad, se
tienen que ir arreglando a fin de poder ser ellas mismas las que
controlen su propio mundo, su vida, ya que no han elaborado su
identidad en la pre-adolescencia.

- Los aspectos femeninos y masculinos


Tal como explican los principios de la metafísica, todos
tenemos dentro de nosotros dos energías, la femenina y la
masculina; un principio que está muy ligado al de la polaridad,
ya que habla de dos energías opuestas.
D.W.Winnicott (1971), en el libro Realidad y juego, nos dice
que tanto hombres como mujeres tienen en su interior un
elemento masculino y femenino. Pero estos dos elementos
pueden estar separados el uno del otro en un grado muy alto, y
se debe lograr el equilibrio entre ambos, aunque uno predomine
más que el otro. Según estos principios, existe una polaridad:
parejas de contrarios que debemos unir, el yo y el tú, femenino y
masculino, interno y externo, bien y mal.

T.Dethlefsen y R.Dahlke comentan que la enfermedad es


polaridad y la curación es la superación de la polaridad para
pasar a la unidad. Esta es una constatación universal de la que
hablan tanto la religión como la metafísica. Cada persona debe
desarrollar tanto su parte femenina como la masculina para
sentirse equilibrada.

- Los padres internos


Todo lo que nosotros amamos u odiamos está también
dentro de nosotros. Todos tenemos en nuestro interior un
elemento femenino -madre-, y uno masculino -padre-, a los que
llamamos objetos internos. En los trastornos alimentarios, existe
un intento de control de los padres internos y de las relaciones
mutuas entre ellos. Tomando estricto control de lo que se come,
se cree que se tiene el control de sus objetos internos y sus
relaciones con la mente. Por lo tanto, los objetos internos -padre
y madre-, son víctimas de violentos ataques. Una violencia
hacia el propio cuerpo, hacia sus padres internos y su relación.
Es importante que las personas con T.A analicen estos dos
aspectos, estos padres internalizados que intentan controlar,
porque para curarse es esencial cambiar el punto de vista que
se tiene.
1.2.TRASTORNOS Y PATOLOGÍAS
En este apartado citaremos otros trastornos y patologías que
pueden aparecer conjuntamente con los T.A, y que están unidos
por una serie de características en común suficientemente
importantes como para hablar de ellos: depresión o ansiedad, la
personalidad narcisista y el trastorno borderline, junto con un
apartado sobre las toxicomanías y adicciones.
Sólo nos centraremos en los puntos que tienen en común,
con la intención de ayudar a entender más este trastorno.
A continuación las palabras en negrita son de especial interés para comprender
lo que se pretende explicar sobre los T.A:

La depresión
A menudo los T.A van acompañados de depresión o
ansiedad, según algunos estudios entre un 40% y un 80% de los
afectados. Pero no hablaremos de la sintomatología de la
depresión, porque las características en común con el trastorno
alimentario son claras (como los sentimientos de vacío y
soledad).
Pero sí es importante remarcar que a menudo la depresión o
la ansiedad es bastante habitual en las familias de los que
sufren este trastorno alimentario.

La personalidad Narcisista
Los estudios también han comprobado que las personas con
T.A a menudo se pueden desarrollar sobre una personalidad
narcisista , tanto en la personalidad evasiva de la anorexia como
en la inestable de la bulimia.

La personalidad narcisista, en general se caracteriza por vivir


la vida a través de fantasías y conductas que hacen que a estas
personas a menudo les cueste reflexionar y escuchar lo que los
demás les dicen; les gustaría que el mundo funcionara según
sus puntos de vista. Son personas con falta de autoestima y
seguridad en sí mismas, lo que quieren ocultar y disimular. Les
cuesta mucho controlar los impulsos y no les gusta estar solos,
por lo que exigen atención constante.
Pero las personas con T.A, aunque anhelan el contacto con
los demás, a veces evitan toda clase de comunicación con la
intención de aislarse. Al tener la personalidad inestable, tienen
tendencia a idealizar las personas y a menudo se ven
decepcionadas o rechazadas. Necesitan que las admiren y son
muy sensibles a las críticas y a los fracasos.

Los individuos que sienten una gran necesidad de contactos


interpersonales, según R.Battegay (El hambre como fenómeno
patológico [2000]), sufren una carencia narcisista, con el
consiguiente deterioro de la autoestima, y tratan de compensar
su carencia mediante la incorporación de los demás en su vida.
Aunque sientan esta gran necesidad de contacto (hambre
de contacto), fracasan por culpa de la fragilidad e impotencia
de su yo. Viven de manera casi autista para sí mismos, aunque
deseen lo contrario, porque se sienten indefensos en manos del
entorno que les rodea.

El Trastorno borderline
El paciente con el trastorno límite de personalidad (TLP), o
borderline, personalidad que está situada entre la neurosis y la
psicosis, tiene en general algunas características en común con
la sintomatología de los trastornos alimentarios. Hay un vínculo
entre los dos trastornos, ya que se puede dar algún caso, que
algunas personas con bulimia también sufran este trastorno.
La personalidad borderline tiene también una profunda
inseguridad, tan internamente como en la imagen que da a los
demás, a menudo de aspecto descuidado, sin dar importancia a
la persona y con una importante necesidad de afecto, lo que da
lugar a sensaciones de vacío interior que no hay manera de
llenar. Tienen también una personalidad narcisista, dificultades
de atención y concentración, lo que dificulta la integración
escolar o laboral.
En las relaciones interpersonales, necesitan del otro en todo
momento; Tienen ansiedad y cambios de humor, como el paso
de la euforia a la depresión o al mal humor. Se trata de una
personalidad que, al pasar de un extremo al otro, puede
provocar problemas de adaptación, integración y comunicación
con los demás. Las relaciones son superficiales y se protegen
los sentimientos manteniendo las relaciones a un nivel muy
superficial o cambiando frecuentemente de trabajo, pareja o
lugar donde viven, todo por culpa de la inestabilidad y de ser
poco sociales.
En el trabajo se muestran muy inestables; les cuesta aceptar
las reglas y la rutina. Aunque muchos tienen muy buenas
condiciones intelectuales y una inteligencia alta, les falta
capacidad de concentración y de esfuerzo. Son muy sensibles a
las críticas y siempre esperan que se les admire y reconozca.

Como no quieren estar solos, el vacío afectivo es ocupado


por sustitutos, como las drogas, el alcohol, el sexo, la comida o
algunos otros impulsos y malas conductas; Esta serie de
descontroles impulsivos, serian una vía de canalización para
librarse engañosamente del vacío interno que les produce el
trastorno. En el paciente borderline existe siempre una
insatisfacción permanente, una frustración constante.

Toxicomanías y adicciones
Dentro de nuestra ciudad, pueden provocar adicción muchas
cosas: el poder, el dinero, la fama, el saber, la diversión, la
bebida, las ideas religiosas, las drogas, los psicofármacos, los
videojuegos, el trabajo, el tabaco, la pareja u otra persona,
internet, el móvil, el sexo, la televisión, las compras, y
evidentemente la comida, entre muchos otros.
Cualquier adicción provoca impulsos destructivos y fuertes
sentimientos de culpa, unidos por una especial relación, de lo
que hablaremos en este apartado.
Se ha comprobado que el abuso del alcohol y las drogas es
más común en las personas con bulimia que en la población en
general. En un estudio de mujeres bulímicas no anoréxicas, el
33% abusaban del alcohol y el 28% abusaban de las drogas.
También parece que entre las mujeres con T.A existe una mayor
incidencia de abuso sexual; los estudios han marcado tasas de
abuso de hasta un 35% en las mujeres con bulimia. Según
algunos estudios las personas con cualquiera de los trastornos
de la alimentación tienen mayor probabilidad de tener padres
que sufren alcoholismo o abuso de sustancias que la población
en general.

R.Battegay (El hambre como fenómeno patológico [1986]),


nos dice que los adictos son, en su insaciabilidad, prototipos de
enfermos de hambre. Tratan de compensar la falta de amor y de
estimulación de los primeros años mediante la incorporación de
objetos; no les basta con el afecto de las personas cercanas,
sino que pretenden aferrarse a los objetos y ingerirlos. Una vez
los han ingerido, desaparece su valor como objetos, ya que han
quedado convertidos en una parte de ellos mismos. Por eso
sienten hambre en todo momento, buscan fuera y no dentro.
Battegay comenta que La adicción es, pues, como un intento
de ir detrás de los objetos para fusionarse, consolidarse y
completarse, sin conseguirlo.

Las personas con T.A, a menudo quieren dar ejemplo,


destacar, sacar buenas notas, etc. son dependientes de la
admiración y aprobación de los demás. Pero aunque se trate de
una persona inteligente, por culpa de su hambre de
reconocimiento y admiración de los demás, muchos caen en
adicciones como el alcohol, drogas, o los mismos trastornos
alimentarios para aguantar su ego herido. La satisfacción
completa no existe, nunca se llega a llenar.
2. ARTE Y TERAPIA

El arte, en todas sus formas, es un mecanismo de


expresión muy completo:

• Lo tenemos para transmitir pensamientos, ideas, sentimientos


y sensaciones.
• Es un medio de comunicación con uno mismo y una
forma de definirnos.
• Es un medio que ayuda a integrarnos con nuestro entorno y
entrar en contacto con los demás.
2.1. LA UTILIDAD DEL ARTE
El juego y la creatividad como medios de comunicación:
El juego y la creatividad son dos aspectos muy importantes y
necesarios para las personas. En los niños por ejemplo, una de
las cosas importantes para ellos es el juego, todos crean, juegan
y viven sus historias, sumergiéndose en la magia de sus
mundos. Mientras se está jugando, se pone en juego y actúa
todo el mundo interno del niño, como las conquistas, luchas,
rivalidades, amores, creatividad...

Como comenta V.Lowelfield (Desarrollo de la Capacidad


creadora), el juego es la expresión exteriorizada de la vida
emocional, y como tal, sugiere que el juego en el niño ejerce la
función que el arte toma en la vida adulta.

Jugando uno se crea las propias leyes, como dice


D.W.Winnicott (1971), se manipulan fenómenos exteriores al
servicio de los sueños, una zona de juego que no se encuentra
dentro del individuo, pero que tampoco es en el mundo exterior.
Este es el espacio del que nos habla el autor, el espacio
existente entre el bebé y la madre, el niño y la familia, el
individuo y la sociedad.
Donald Winnicott (Realidad y juego) nos habla de la
existencia de una zona intermedia, que no es ni en conducta
hacia el exterior ni en contemplación interior, sino en otro lugar
que llama espacio potencial: una zona de experiencia a la que
contribuyen la realidad interior y el exterior.

El juego es terapéutico, porque el paciente se siente creador,


pero la importancia de crear va mucho más allá del juego
infantil; es importante y necesario a cualquier edad. La
creatividad te hace sentir útil, vivo, dentro de un campo muy
amplio: construir, escribir, pintar, cocinar, coser, decorar, peinar,
cantar, bailar, etc. Todas estas formas ayudan a sentirte bien y a
desarrollar la creatividad y la imaginación.
La comunicación no verbal en medios artísticos, proporciona
una importante ayuda para poder conocer mejor a la persona y
el problema o enfermedad que padece.
La terapia a través del dibujo y la pintura es precisamente un
método psicoterapéutico en que se utiliza el juego y la
autoexpresión pictórica como medio de comunicación.
Un dibujo o una pintura es una creación exclusiva de la
persona; una creación, por tanto, con sentimientos propios,
donde aparecen simbólicamente las representaciones de sus
mundos internos en aquellos momentos determinados; es una
forma de proyectar imágenes de sueños, fantasías, conflictos y
deseos… Mientras se crea, se entra en contacto con partes de
uno mismo, con emociones que difícilmente se pueden explorar
con la palabra.

Como dice June Murphy (Tessa Dalley, “El arte como


terapia”, la actividad de pintar es catártica y, en consecuencia,
terapéutica si en la relación curativa liberan emociones y se las
elabora.

Se sabe que el estrés, la agresividad o cualquier estado


anímico negativo tiene un impacto importante en la salud física.
La OMS (Organización Mundial para la Salud) afirma que los
problemas de la mente -como la depresión- pasarán a ocupar el
primer lugar en la lista de enfermedades que afectan a las
sociedades de los países desarrollados.
Muchos enfermos encuentran en el arte una buena forma de
expresión; las actividades artísticas y creativas ayudan a liberar
problemas del mismo modo que ayudan en la psicomotricidad y
la coordinación, porque colaboran con el desarrollo tanto físico
como psíquico de las personas. Podríamos decir que se trabaja
en función de las necesidades de las personas.
Una de las cosas importantes que puede proporcionar a la
persona la actividad de pintar -como dice Jung- es el hecho de
volverse creativamente independiente; así se da forma a sí
mismo, lo que le ayuda en su autonomía y en el
autoconocimiento.
Vías de comunicación del Arte y la terapia:
Existen diferentes opiniones respecto a la utilidad que tiene
el arte a nivel terapéutico: la contemplación, la creación, o
incluso el concepto. Cualquiera lo puede ser. Los especialistas
en la terapia a través del arte consideran acertadamente que la
parte terapéutica está presente en el proceso de creación; pero
también existen otros puntos de vista que nos hablan de ciertos
contenidos invisibles en el arte que también hacen el bien.
«La contemplación en general y la provocada por el arte en
particular, hoy muchos la consideran una terapia muy
importante. Y en este punto, hasta se puede decir que el arte
está muy cerca de todas las llamadas Doctrinas de salvación,
por más que hoy se interpreten en el sentido puramente humano
». Antoni Tàpies.

El arte, comunicado también a través de la escritura, que


aunque no interviene el proceso creativo de la obra ni la propia
imagen, puede proporcionar descripciones y conceptos útiles y
efectivos para aquellos que los necesiten comprender y aplicar.
Leer, pintar, escribir o crear en todas sus formas han sido
experiencias que han ayudado a muchas personas, y que han
servido también para aprender a ver la realidad de otra manera.
Igual que la música, también forma parte de la vida de todas
las personas, y que nos acompaña siempre que la necesitamos.
La vibración de la música que nos gusta, sea del tipo que sea,
produce una reacción positiva en nosotros, y se convierte
muchas veces en una necesidad saludable y terapéutica que
también tenemos.
Una de las etapas donde la música es a menudo una
necesidad esencial es la adolescencia, donde se convierte en
una vía perfecta para poder expresar y exteriorizar, porque
ayuda a poder descargar muchas emociones e historias
personales.

Educación:
Aunque en el ámbito educativo es más difícil enseñar a los
alumnos a desarrollar la expresión, ejercitar la imaginación y
estimular la creatividad que no enseñar de manera más
mecánica y pautada, es esencial motivar a los alumnos para
que aprendan a confiar en las capacidades que tienen.
Especialmente en estudios artísticos y ciclos formativos ya
más especializados, como las universidades, etc..., el arte se
debería valorar y entender sabiendo todo lo que hay detrás de
cada creación artística, los profesores deben saber comunicar
de forma constructiva estimulando el alumno. Aunque la
creación personal no se enseña, se ha de descubrir, y el buen
maestro debe ayudar y proporcionar los medios adecuados al
alumno para hacerlo.
2.2. EL ESTADO DE ÁNIMO
Las palabras en negrita conviene destacarlas en relación con lo que se ha
explicado, que tiene en común con los trastornos alimentarios.

Los estados de ánimo intensos, positivos (alegría,


satisfacción, etc.) o negativos y depresivos (ansiedad, temores,
angustia, etc.) son estados que en muchas personas han
potenciado la creatividad.
Hay que tener en cuenta que no es una pauta general para
aplicar a todos, siempre hay personas a las que estos estados
de ánimo no aportan nada y, incluso, sienten que les disminuye
la creatividad, pero es muy posible que canalicen la creatividad
de alguna otra manera con cualquier tipo de afición o
distracción.

El Arte, muchas personas lo necesitan para canalizar sus


emociones. Pondremos ejemplos de varios artistas conocidos:
Van Gogh decía que cuanto más enfermo y hundido estaba,
mejor le salían sus obras. Junto con él, podríamos citar una gran
lista de artistas destacados por su arte y por sus
excentricidades, depresiones u otros trastornos ( Goya,
Gauguin, Andy Warhol, Frida Khalo, Munch, Antoni Gaudí, Dalí,
etc), y también muchos escritores y poetas.

«…la crisis depresiva parece ser un extraordinario momento


de inspiración, y al mismo tiempo la obra representa un
formidable medio para controlar la angustia y el afecto
depresivo.» Philippe Brenot, El genio y la locura.

Como decía Van Gogh: «Suelo ser una persona espantosa,


propensa a la melancolía y al mal humor; tengo hambre y sed
de simpatía, pero si no la encuentro me trae sin cuidado e
incluso hecho más leña al fuego.»

«El sufrimiento depresivo, tan a menudo presente en el


creador, está relacionado con el fracaso de los investimientos y
la debilidad momentánea del narcisismo, que se traduce en una
lentitud que expresa el vacío interior y en la incapacidad para
elaborar.» Philippe Brenot, El genio y la locura.

«Autorretratos dibujados: un joven enfermo se incorpora, se


sienta en su lecho y, ante el espejo, muy serio y concentrado, se
pregunta quién es y, sobre todo, cómo es y cómo quiere
ser, cómo quiere expresarse.» A.Tàpies (Magazine. La
Vanguardia 2005).

Qué provoca esta necesidad de crear?


- Necesidad de expresar:
Hemos visto que para crear hay que sentir, y para ello
cualquier emoción y sentimiento es válido, y el Arte es un medio
de expresión con el que muchas personas han encontrado una
forma de comunicarse y desconectar un rato de la vida diaria,
para poder disfrutar de un tiempo exclusivamente para ellos.

Crear y expresar en todas sus formas es una necesidad que


tiene el ser humano, y no deja de ser una forma de expresión de
la realidad interior de cada uno, de la vida del creador. Al mismo
tiempo, la creación artística representa también, la conciencia
colectiva de nuestros tiempos.

- Descubrir los límites de cada uno:


Seré capaz de crear lo que tengo en mente? Descubrir
nuevas técnicas o estilos? O de reproducir ciertas imágenes que
me gustan? Estas serían las preguntas que impulsan a más de
una persona a ponerse delante de los materiales artísticos.
Al intentar reproducir una idea que se tiene, o una imagen
que nos gusta (si copiamos, ésta proporciona más seguridad
que cuando no se tiene un referente), en ambas interviene
nuestro mundo interno, ya que para ello la hemos elegido.
El mundo interno se pone de manifiesto en el porqué se ha
escogido cierta imagen o idea y de qué manera ha sido capaz
de plasmarla. En estos casos, la persona se pone a prueba para
ver si es capaz de hacerlo lo más parecido posible a lo que tiene
en mente, intentando descubrir sus límites.

- Entre la angustia y el placer:


Qué sensación proporciona pintar y crear? Es una
necesidad que implica un esfuerzo mental por intentar
conseguir los resultados deseados, que te impulsa a continuar
aunque a veces cueste, y no quedas liberado de su magnetismo
hasta que acabas satisfactoriamente la obra o la abandonas.

Hay que decir también que, una vez se ha terminado la


creación, el sentimiento de satisfacción o de desprecio hacia la
obra continúa. Las personas con el tiempo cambian, y la forma
de ver las cosas también; esto da lugar a que si se mira atrás se
puede descubrir que aquello que tanto nos gustó o no cuando se
creó, ahora ya no nos provoca ese sentimiento. También puede
modificar lo que sentimos los comentarios que se reciben de los
otros (profesores, familiares, amigos, etc.). Estos comentarios
pueden reactivar o modificar los sentimientos positivos o
negativos que sentimos de las propias creaciones, y, a veces, si
son negativos, pueden herir a la persona que ha dejado en
determinada obra, parte importante de sus emociones y
sentimientos más internos.

- Necesidad de ser valorado, admirado y reconocido:


Toda persona quiere ser valorada por lo que sabe hacer,
cada uno con los temas que domina, sean cuales sean, pero
también se busca la propia valoración, estar satisfecho de lo que
se está haciendo, necesidad esencial, porque ayuda a aumentar
la seguridad en uno mismo, necesidad que en diferentes formas
todos tenemos.

Artista y Espectador
Como muchos pintores de nuestra historia han demostrado,
la pintura representa su propio inconsciente; pero, aparte de lo
que siente el artista, la misma pintura también tiene una
autonomía, se expresa y transmite al espectador, que recibe un
sentimiento que es sólo para él. Se reciben diferentes
sentimientos personales en función de quien contemple la
creación. Por ello, una cualidad importante para toda obra es la
de insinuar y sugerir sin decir directamente, para que el
espectador la descubra y pueda hacerla suya.
El arte siempre lleva polémica por la gran variedad de gustos
personales que existen; cada persona ve los cuadros, dibujos y
cualquier otra creación artística, de manera diferente, en función
del sentimiento personal que le provoquen, según las
circunstancias personales de ese momento.

«La finalidad del cuadro no era representar cosas, no debía


describir cosas, como la pintura académica, hasta la
impresionista y aun, en parte, la cubista, sino que debía ser una
cosa, un objeto cargado de una energía mental que el artista
incorpora, una especie de carga eléctrica que, al ser tocada por
el espectador de sensibilidad adecuada, es decir, de su misma
onda, desencadena unas emociones determinadas. » Antoni
Tapies, Memoria personal .. Editorial Crítica, 1977.
2.3. ARTETERAPIA Y TRASTORNOS
ALIMENTARIOS
A continuación describiremos el análisis realizado en 2001,
en un centro de tratamiento de trastornos de la alimentación de
Barcelona. Terapia realizada en varios grupos de chicas de entre
dieciséis y veintiocho años con trastornos alimentarios, tanto de
anorexia como de bulimia:

Aunque se hable en femenino sobre las personas con T.A


en algunos apartados, ya que son un tanto por ciento muy
elevado, no se excluye el sector masculino, en el que
desgraciadamente existen más casos de los que parece.

Análisis terapia a través del dibujo y la pintura

Actitudes:
Las personas con T.A, al iniciar un dibujo o pintura, la
preocupación de perder el control aparece, porque empezar a
pintar implica un paso hacia su interior; por ello suele
haber cierta resistencia en la terapia artística.
J. Murphy, El arte como terapia, explica que es importante
que la anoréxica pierda el control cuando pinta, para poder
aprender a recuperarlo. En las sesiones inicialmente adoptan
actitudes defensivas ante los dibujos, como la utilización de
formas abstractas y poco claras. La mayoría terminan haciendo
dibujos y pinturas que hacen referencia a la falta de relación
social, imágenes sobre el aislamiento, sobre la ridiculización o
sobre la incapacidad de expresar sentimientos interiores.

Por todo lo que surge en las sesiones, muchas de ellas,


sobre todo en terapias de grupo, optan por desconectar,
momentos en que aparece el sueño, el desinterés y el
cansancio, como una forma de aislarse ante el temor a hablar de
su interior y al mismo tiempo llamar la atención del terapeuta.
En cuanto a los dibujos que hacen, algunos estudios
comentan el uso de formas y remolinos, plantas, árboles y
símbolos vegetales (J.Murphy, Tessa Dalley. El arte como
terapia). Estos podríamos decir que son los más predominantes,
pero existen más, ya que cada persona es un caso particular, y
por culpa de su actitud defensiva se hace difícil muchas veces
interpretarlos.

Las personas con anorexia, en las sesiones de arteterapia,


se ha visto que no suelen estar interesadas en dibujar la figura
humana y, si lo hacen, son figuras esbeltas, con forma de palos,
delgadas, alargadas o muy esquemáticas. Todos sus trabajos
transmiten unas emociones muy concretas, como los miedos,
alegrías, rabias, cosas que les gustan, tristeza, aislamiento,
soledad, enfermedad, incomprensión, incomunicación,
angustias, planes de futuro, miedo al futuro, control familiar,
necesidad de libertad e independencia, la necesidad de dejarse
llevar, la dependencia de los demás, problemas de pareja, y la
dependencia familiar que no da opción a la independencia
personal.
Les suele ser difícil expresarse, no dan explicaciones y son
breves a la hora de hablar. Al no expresar, se sienten
incomprendidas y surge el aislamiento.

Las personas con bulimia, en las sesiones de arteterapia se


ha visto que desean comunicarse, ser entendidas, valoradas y
sentirse interesantes, por culpa de la inseguridad que sienten y
que les cuesta mostrar. En sus dibujos predomina el caos, la
indecisión, el perfeccionismo, entre muchas similitudes con la
anorexia, como las alegrías, las rabias, el miedo al futuro, las
angustias, los odios, las esperanzas, la necesidad de libertad e
independencia, los problemas de pareja, el hecho de dejar -se
llevar y la dependencia que tienen los demás. Predomina el
descontrol; tienen una gran facilidad para soltar todo: el material
artístico es un medio que les va muy bien para descargar y
hablar de sus sentimientos, emociones y ser escuchadas.
En los casos de personas que sufren tanto episodios de
bulimia como de anorexia, estos trastornos por tanto, se deben
estudiar individualmente.

El terapeuta:
En muchos casos, la primera dificultad que se encuentran
muchos especialistas es la resistencia de los pacientes y la no
aceptación del problema.
Es muy importante que tanto amigos como familiares estén
bien informados del problema y de la importancia de recibir
ayuda.

Los afectados pueden sufrir un alto grado de aislamiento;


muchos no están preparados para afrontar que tienen una
enfermedad; por lo tanto, es importante localizar el origen del
problema y tomar como punto de partida la familia. La mayoría
no buscan ayuda hasta que la enfermedad ya está en un estado
muy avanzado, cuando por sí mismas ven que es imposible
solucionar el problema, y muchas veces es la misma familia
quien debe obligar a ponerse en tratamiento.

Con el terapeuta las personas con T.A, pueden actuar con


rebeldía y desinterés, una forma de rechazar y quejarse contra
los sentimientos de control de los otros sobre ellas y evitar
profundizar en su interior en la terapia.
No deben sentir que el terapeuta tiene el control sobre ellas;
el terapeuta no las puede curar, debe proporcionarles los medios
y la información adecuada para que ellas se curen por sí
mismas.

Como dice Bruch: el objetivo fundamental es ayudar a estas


chicas a hacer que, por sí mismas, encuentren un sentido propio
y una autonomía que les permita darse cuenta de sus estados
de ánimo y impulsos, sin ninguna imposición.

Los centros de terapia:


Muchos están basados en un estricto control. De hecho, se
ven obligados, porque la conducta de ellas lo solicita. Hacen
controles de peso, controles de comidas, controles de todo,
junto con todo tipo de terapias directivas. Las mismas pacientes
también piden que se les diga qué hacer, necesitan trabajar la
propia autonomía.
Es importante ayudar a partir de un descontrol planificado*,
porque existe en ellos un temor al descontrol.
En las terapias que se realizan en centros especializados los
procesos normalmente son largos; requieren un duro trabajo,
tanto para el paciente como para la familia, ya que la recaída, es
bastante común y habitual.

* Los casos graves se deben vigilar y hospitalizar, hasta


conseguir una mejora de su estado, tanto físico como psíquico.
Sólo a partir de aquí se puede empezar el proceso terapéutico
elegido.
2.4. EJEMPLOS ARTETERAPIA
A continuación, algunos ejemplos de fragmentos de la
terapia que se realizó con chicas con trastornos de la
alimentación:
-(Fig. 20/ 21). Caso A. Chica con bulimia, problemas con los estudios, el trabajo,
la pareja,... y muy enfadada con ella misma. Le da miedo el camino que debe seguir
su vida, un camino que ve muy largo y nada claro; aunque tiene la necesidad de
independencia, se siente encarcelada y cerrada. Lo rodea un sentimiento de inutilidad
y de incapacidad para afrontar las cosas por sí misma.
-(Fig. 22). Caso B. Ejemplo de una persona con anorexia y
bulimia, que se siente insegura en medio de un mar lleno de
interrogantes.

-(Fig. 23). Caso C. Persona con anorexia nerviosa, que tiene muchos problemas
sentimentales, relaciones de amor / odio, que la hacen sentir mal, pero en las que se
siente mejor mal acompañada que sola.

-(Fig. 24). Caso D. Persona con anorexia que siente muchos temores, y que
quiere huir de ciertos conflictos.
-(Fig. 25). Caso E. Persona con bulimia, que no acaba de aceptar tal como es y
tiene muchas indecisiones que le provocan angustia.

Queda claro en todos los ejemplos que la problemática no se centra en el físico,


sino que hay otras preocupaciones en el interior de cada una.
3. UNA HISTORIA SORPRENDENTE

A continuación se explicará una historia real, expresada tal


como la vivía Daila, la protagonista, todo lo que ella sentía y
conocía, y qué le fue esencial para poder curarse.

UNA NIÑA SOLITARIA


Daila fue una hija muy deseada por sus padres, primera hija
de una familia normal, como muchas otras de clase media.
Cuando nació, era un bebé ideal: dormía mucho, no estaba
nunca enferma y se portaba bastante bien. Se alimentó de la
leche materna y después del biberón; comenzó a caminar a los
trece meses y a hablar muy pronto.
Mientras los padres trabajaban la cuidaba su abuela, aunque
su madre dejó de trabajar cuando nació su hermano.
Daila, en su casa se sentía bien; era una niña feliz en su
mundo; pasaba muchos ratos sumergida en sus cosas, juegos y
pensamientos.

Fig.1 Los "caballitos" del patio. Uno de los muchos sueños


que escribía Daila de pequeña, una niña muy imaginativa;
siempre llevada por sus sueños

En la escuela iba bien y seguía las clases correctamente,


aunque no le gustaba mucho ir. Con los compañeros tenía
buena relación; se lo pasaba bien, pero a menudo prefería
apartarse y estar sola. A las horas del patio tenía la costumbre
de estar en un rincón desde donde se sentía segura y podía
observar todo lo que ocurría a su alrededor. Sus aficiones principales
eran: dibujar, manualidades, construir juguetes, la tele y coleccionar cosas. También
le gustaba mucho jugar con su hermano a crear historias que inventaban, con
mundos imaginarios y personajes que ellos dirigían, cada uno con un carácter y
personalidad diferente que formaban parte de historias que iban desarrollando,
como si fueran capítulos de sus novelas.
También se sentía atraída por todo lo que tenía que ver con
la naturaleza y los animales; podía ser una piedra, plumas de
aves, unas hojas, flores, semillas, la arena del mar o las
conchas. Le gustaba observarlo y estudiarlo detenidamente -
formas, colores, olores…- y guardarlo después para sus
colecciones de tesoros.
Pero su afición principal eran los animales, un ejemplo podría
ser cuando en primavera recogía todas las mariquitas que
encontraba por la acera, para evitar que fueran pisadas, las
cogía cuidadosamente con la mano, normalmente durante el
camino de vuelta de la escuela, y rápidamente corría hacia su
casa, donde hacía sonar el timbre impacientemente con la
intención de llegar al patio para abrir la mano y liberarlas, un
ejemplo de pequeñas historias donde Daila se sentía realizada
ayudando.
Desde el patio de la escuela, también le gustaba observar a
los gatos que vivían en los tejados vecinos – como vivían,
crecían, y criaban -; mientras las otras niñas jugaban a los
juegos habituales, ella ponía nombre a todos los gatos y
disfrutaba mirando qué hacían, el gato era uno de sus animales
favoritos, y su madre antes de ir a dormir, también le leía uno de
sus cuentos preferidos donde la protagonista era una gatita
blanca.
Fig.2: Imágenes de un cuento que inventó Daila:
"El gatito presumido y la niña"

Entre los siete y los trece años, en la escuela no siempre se


encontraba a gusto y eso le impedía actuar como ella quería,
por lo que prefería mantenerse al margen de todo
relacionándose poco. A menudo también se ponía enferma
(alergia, dolor de muelas, dolor abdominal, esquinces o roturas
de pie o brazo,..). Pero también era bastante perfeccionista con
los estudios; aunque le costaba aprobar alguna materia, tenía
claro que tenía que hacerlo. Pero para Daila, su casa era el
lugar donde se sentía mejor.

LA ADOLESCENCIA
Cuando empezó a ir al instituto pensó que esta sería una
buena oportunidad para empezar de nuevo. Entonces inició un
nuevo período, con gente nueva, sentimientos y emociones
nuevas, donde se encontraba bien, pero muchas veces seguía
sintiéndose como si fuera un mundo aparte, diferente.
Acabó el instituto, donde se sentía siempre desmotivada a la
hora de estudiar y aprender, a pesar de tener muy claro, como
siempre, que tenía que aprobar. Entonces llegó el momento de
decidir hacia dónde enfocar su vida: Optó por hacer estudios
artísticos, relacionados con el dibujo y la pintura, ya que le
gustaba.
Aquí comienza otra vez, una nueva etapa de Daila: un
entorno nuevo, gente nueva, mayoría de edad… y también otra
vez…no siempre estaba contenta en como actuaba con los
demás, lo que decía, lo que quería decir y no decía, sintiendo un
bloqueo que no la dejaba ser como era, pero no sabía qué hacer
ni cómo arreglarlo.
A medida que se hacía mayor, le aparecían temas que ya la
empezaban a preocupar (futuro profesional dudoso, pareja…) y
sobre todo no tener una motivación clara en su vida, donde sólo
se dejaba llevar.

- (Fig.3): Los dibujos de Daila: Todo lo que incluso ni ella era consciente, estaba
reflejado en varios de sus dibujos, imagen de un mundo diferente, distinto.

- AÑO 1º:

QUÉ ME ESTÁ PASANDO?

Inicio Trastorno alimentario (edad 20 años)


Un día de vacaciones de verano, estando de camping con su
familia, comiendo una manzana fue cuando se dio cuenta de
que le estaba pasando algo que no era normal: tenía mucha
hambre, un apetito nada habitual, que le hacía sentir deseo de
comer a cualquier hora sin conseguir saciarse.
Físicamente ya empezaba a notarse diferente: lo que la
sorprendía, porque nunca había tenido sobrepeso; al contrario,
era más bien delgada.
Esta era una época de gran hiperactividad (varios estudios,
trabajos, actividades lúdicas, etc.), también en el campo artístico
se sentía realizada; le gustaba crear, y aunque ella no era
consciente, era una forma de expresar cómo se sentía:
(Fig.4): oscuridad, no ver
- (Fig.5): perdido, búsqueda

-(Fig.6): desubicación
Mientras pasaba por este cambio extraño que sentía en su
cuerpo, seguía con su hiperactividad, salir con diversos grupos
de amigos, excursiones, etc. Estaba muy ocupada y activa, de
esta forma se sentía bien.

- (Fig.7): Había conseguido varios objetivos, pero sabía que por mucho que
intentara mostrarse como ella quisiera, no lo conseguía.

Soluciones equivocadas
Aunque tenía bastante hiperactividad, también a menudo
había temporadas que se pasaba horas en casa, dentro de su
habitación o mirando la televisión, un entretenimiento con el que
pasaba muchos ratos. En poco tiempo, aumentó unos diez kilos,
casi sin darse cuenta; no sabía por qué pero tenía mucha
hambre, y las comidas eran cada vez más deseadas.
Su madre, preocupada por el sobrepeso que había cogido, la
acompañó al médico; le hicieron un análisis de sangre para ver
cómo estaba y le dijeron que el sobrepeso seguramente era por
culpa de un tema hormonal, que suele pasar a muchas personas
cuando se hacen mayores. Le recomendaron un régimen, que
siguió estrictamente, pero que le hizo aumentar su ansiedad,
aunque rebajara un poco el peso.
A partir de aquí, empieza a hacer regímenes de todas clases,
a tomar pastillas para adelgazar, a saltarse comidas, hacer
mucho ejercicio y actividad, dietas, etc., hasta conseguir
adelgazar cinco o seis kilos. Un esfuerzo terrible y cruel,
teniendo en cuenta que seguía teniendo aquella extraña hambre
constante.
Su madre no conocía la magnitud del problema, pero la
ayudaba cocinando comidas que no la engordaran mucho.
Durante este tiempo le desapareció la regla, al menos medio
año, y en una ocasión le salió una erupción en la cara, que aún
ayudó más que se quisiera esconder de todos y no salir a la
calle. Eran una serie de reacciones corporales que no entendía
y que le provocaban angustia.
Fue pasando el tiempo. Seguía haciendo regímenes y mucho
ejercicio para llegar a conseguir adelgazar todos los kilos
necesarios para llegar al peso normal que tenía antes; seguía
preocupada y se pesaba constantemente. El sobrepeso y el
miedo a engordar la preocupaba, estando en un estado de
ánimo bastante bajo, que quería disimular y ocultar, porque veía
un problema complicado de explicar por vergüenza y no poder
ser entendida… Seguía haciendo mucho ejercicio, y colaboraba
en muchas actividades lúdicas en las que se sentía muy bien:
excursiones, fiestas y salidas. Intentaba pasar la mayor parte del
tiempo fuera de casa; incluso, alguna vez, después de salir por
la noche, ya de madrugada, había ido a hacer footing, siempre
con la obsesión de perder peso.

Con el tiempo, descubrió a través de artículos de prensa que


lo que le pasaba existía y era realmente una enfermedad. Le fue
bien saber que existía como problema en nuestra sociedad, ya
que antes no era algo tan conocido como ahora, y se sentía
perdida sin poder saber qué le estaba pasando.
Pero, también la perjudicó, porque descubrió malos hábitos
que tenían otras chicas con el mismo problema, como por
ejemplo tomar laxantes y -lo peor- vomitar la comida después de
comer. Lo probó y creyó erróneamente que había descubierto la
gran solución a su problema: poder comer grandes cantidades
sin problema de engordar. Se saltaba comidas y después comía
a escondidas grandes cantidades, pero una vez en el estómago,
aunque no cabía nada, seguía teniendo hambre. Se llenaba, se
vaciaba y se volvía a llenar. La sensación de estar harta no la
tenía nunca, aunque tuviera el estómago muy lleno.

A partir de ahí comenzó a leer textos que hablaban de la


depresión y los T.A. parecía que tenía la solución entre las
manos, ya que veía de donde podía venir el problema; pero
realmente no era así, continuaba sintiendo aquella hambre
extraña y no podía pasar sin hacer grandes ingestas de comida,
tomar laxantes y autoprovocarse los vómitos.
Durante aquellos años, Daila sentía su cuerpo de una
manera muy especial. Se lo imaginaba como un saco muy
grande y cerrado, donde el objetivo era que casi todo lo que
entraba, no debía ser digerido, porque podría convertirse en
grasa; por lo tanto, había que vaciar el saco, a partir de vómitos
autoprovocados o a base de laxantes. Calculaba todas las
entradas y salidas de comida, desde el primero al último,
controlando el orden con que entraban los alimentos y el orden
de salida, como un guardia urbano, que avisaba si había luz
verde o roja para pasar o salir toda la caravana de alimentos.
Esta ingesta de alimentos no siempre era fácil de controlar y a
veces no lograba sacarlos, con lo que se convertían casi
automáticamente, en la mente de Daila, en calorías y aumento
de peso.
Durante este periodo fue cuando comenzaron los grandes
engaños en casa -haciendo ver que comía - y también delante
de la otra gente, con quien aparentemente era totalmente
correcta. Aprendió a engañar mucho, incluso dejando algo en el
plato diciendo: «no quiero más, estoy harta». A continuación,
discretamente, iba al lavabo donde lo intentaba sacar todo, lo
que no siempre conseguía. Cuando tenía que comer fuera de
casa, hacía ver que se llevaba la comida o que lo compraba, y
quizás sólo se llevaba una manzana, uno de los alimentos que a
menudo se permitía comer en cantidad sin sentirse demasiado
culpable.
(Fig.8): Ambiente seco, solitario, camino difícil.
Si ya estoy bien porque tengo tanta hambre?
Al cabo de un tiempo, después de lograr adelgazar y tener
pareja, Daila creía que estaba en uno de sus mejores
momentos, aunque seguía teniendo un miedo inmenso a volver
a engordar y no poder mantener ese peso en que se sentía bien,
con el que conseguía engañar a la familia y las amistades. Su
madre, al ver que había recuperado el peso normal y verla
aparentemente contenta, pensó que ya no había motivo de
preocupación, ya que la veía bien; sencillamente había sido un
mal periodo que, entre los nervios y el desajuste hormonal, la
había hecho engordar un poquito. Parecía, por tanto, que una
vez hubiera conseguido sus objetivos, tales como buenas notas,
algún trabajo temporal, pareja y un peso correcto, todo se
debería haber arreglado y el hambre desaparecería.
Pero no era así, y a menudo se preguntaba por qué no
desaparecía el ansia de comer en aquellos momentos en que
creía que lo tenía todo. No sabía qué era lo que le faltaba, y eso
la angustiaba mucho, ya que no veía la solución. No entendía
nada. Ahora sí que ya tenía una total aceptación de la
enfermedad y se empezó a informar plenamente, buscando sus
consecuencias, peligros y soluciones. Lo intentaba, pero no lo
conseguía.
También le costaba imaginarse dentro de unos años, o mejor
dicho, miraba de no pensar demasiado, pues esto le asustaba,
se dejaba llevar, intentando disfrutar.
Ahora Daila tenía pocas ganas de estar en casa, y cuando
estaba, mejor sola para poder actuar libremente sin que la
molestaran; y junto con todos los empleos que se buscaba,
como los estudios, el trabajo o los amigos, lo conseguía.

- AÑO 2º:

EXPERTA EN DISIMULAR

Con su familia tenía buena relación, pero para que no


descubrieran qué le pasaba, evitaba hablar con ellos de cómo
se sentía, y si lo hacía, desviaba la atención hacia otros temas.
Daila se relacionaba y hablaba más con los amigos, sobre todo
con su amiga Arsia, con quien compartía muchos momentos. La
cuestión era salir, distraerse y estar ocupada, y cuanto más
tiempo fuera de casa mejor; estaba totalmente informada de la
enfermedad, pero a la vez más enferma. Seguía con la
sensación de hambre constante, incluso después de comidas.
- Sus cuadros, como siempre, transmitían su estado interno:
- (Fig: 9): Sin poder salir, atrapada.

Aun sabiendo los problemas de salud que estaba teniendo,


la frecuencia de vómitos podía llegar a veces de una a tres
veces diarias. El peso seguía conservándolo bastante bien, lo
que hacía que su familia, pareja y amigos no pudieran
sospechar que podía estar pasando algo. Aparentaba estar
animada y contenta.
Pero las relaciones de pareja no siempre terminan bien, y
Daila inició una etapa de descontrol donde se agarró a ciertos
vicios como el tabaco y el alcohol, sobre todo cuando salía los
fines de semana. Al tener pocas defensas en el cuerpo, a veces
perdía el control quedando varias veces inconsciente, tuvo
suerte de estar siempre acompañada de buenos amigos.

- (Fig: 10) : Miedo, peligro


- AÑO 3º

SIN SOLUCION

Gran desmotivación en todo, comer poco, gran actividad


física, tabaco y alcohol, problemas con la comida y la salud, no
encuentra solución.

- (Fig: 11) : Debilidad, sin fuerzas, agotamiento, cansancio.

Seguía estudiando y haciendo trabajos temporales, y para


poder descargar toda la tensión y malestar que acumulaba
durante el día, esperaba a que llegaran los fines de semana
para salir por la noche con su grupo de amistades; un ambiente
en el que se sentía bien. El peso, más o menos, lo llevaba
controlado y estable, pero cada día se proponía conseguir
comer normal, como el resto de personas.

- AÑO 4º

INQUIETUDES

Etapa reflexiva, introspección, reflexión, lecturas, salud


crítica, situaciones crisis epilépticas y estados inconscientes.
- (Fig.12): Silencio, búsqueda, lejanía, altura, cima
-sin saber qué camino seguir empezaba a tener inquietudes
que la impulsaban a querer mirar más allá, potenciadas por un
cierto despertar en que se sentía extraña. «La vida nunca sabes
hacia dónde te llevará», decía ella.
- (Fig.13): mirada arriba, frio, hielo
A pesar de las inquietudes que últimamente aparecen en su
interior, cree que existe la posibilidad de que tenga graves
problemas de salud; incluso tiene algún espanto en tener una
pequeña crisis epiléptica, por culpa de comer muy poco, tener
una gran actividad física y fumar. Todo esto, junto con mucha
desmotivación por su vida en general.
Pero su secreto no lo podía contar a nadie, ni a su mejor
amiga, Arsia. No se podía descubrir de ninguna manera, pero
esto no era nada fácil. Daila tuvo que organizarse muy bien para
no ser descubierta.
Disimulaba un día tras otro, haciendo ver que comía sin
aparentar tener un hambre excesiva y controlando cuando eran
las entradas y salidas de casa de todos. Hay que remarcar que
no hacía todo esto por propia voluntad; se veía impulsada a
hacerlo por una necesidad interna que la obligaba, en contra de
la forma que ella hubiera querido actuar. Es una sensación
comparable a la que puede sentir un drogadicto, cuando
necesita la sustancia para calmar su ansiedad.
- (Fig:14 ): Daila, se siente hundida, pero optimista a la vez, se plantea luchar y
salir adelante, sin saber hacia dónde, pero con la idea de salir de la oscuridad.

Escrito de Daila:
«Cómo actuar ante ciertos momentos de la vida en que una
misma se siente perdida en el vacío, sin saber cómo llevar
adelante la vida, cuál es el papel que juega el destino y cuál es
el papel que juego yo; no lo sé, este es el problema. Tengo que
actuar según mis instintos e intuiciones y no dejarme llevar por
ciertos sentimientos que se interponen por medio, que sólo
pueden conseguir desorientarme. Yo soy la única persona que
me puedo ayudar. Este es el secreto. La vida es un continuo de
situaciones sorprendentes que nunca sabes que te pueden
pasar hasta el mismo momento en que llegan; situaciones que
te hacen dudar de ti misma, de tus propios sentimientos, que te
agotan psicológicamente y te hacen sentir entre llena y vacía
mentalmente. Me gustaría saber cómo salir adelante,
desvanecerme por unos momentos y ver más allá del presente,
ver ese futuro incierto que me espera para poder sacar la
solución de lo que me está pasando.» Daila

Sueños reveladores
Un día de verano, Daila quedó con su amiga, como
habitualmente hacía, pero esta vez fue especial. Arsia le dijo:
«Cuéntame qué te pasa, porque sé que tienes un problema,
aunque no sé qué». Daila se quedó de piedra, e intentó
disimular como pudo, negando que pudiera tener razón; no se
explicaba como su amiga podía sospechar que le pasaba algo:
no había prueba de ningún tipo. Y la cosa más extraña era que
le había dicho que no tenía ni idea de cuál era el problema, pero
Arsia le había preguntado si era por culpa de la relación con
algún chico, de alguna enfermedad o, incluso, si estaba
embarazada. Se la veía totalmente segura de que había un
problema gordo; se conocían bien y esas cosas se notan. Daila
no le explicó nada, lo negó todo, pero la mirada de Arsia no
cambiaba, y le dijo que cuando quisiera ya se lo explicaría.
Se quedó impactada y muy pensativa el resto del día. Ahora
no sabía cómo mirarse su amiga, aunque hacía ver que no
pasaba nada. Al día siguiente quedaron para ir a tomar un
refresco y Daila le pidió que le explicara en que se basaba para
saber que le estaba pasando algo, ya que no entendía nada. La
respuesta de su amiga fue: -He tenido sueños. -Sueños? ¿Qué
quieres decir...? ¿Qué tipo de sueños? -preguntó Daila, muy
sorprendida y curiosa por la respuesta de su amiga. -Sí, sueños,
de esos que te hacen dormir mal y despertar muy angustiada
por lo ocurrido.

Te contaré -dijo Arsia un poco nerviosa... -. Son dos sueños.


En el primero salíamos tú y yo, atravesando la vía del tren. Para
ello teníamos que saltar las rejas que había en los laterales de la
vía, pero cuando estábamos saltando la segunda reja, en que
hacíamos el paso al exterior, yo salto pero tú te quedas ahí
dentro, atrapada sin poder salir de la vía del tren. Yo intento
estirarte con todas mis fuerzas hacia mí, para sacarte, pero no
puedo. Tú estabas clavada allí, muy angustiada, muerta de
miedo porque veías que realmente no podías salir de la vía y el
tren podía pasar en cualquier momento. Un sueño de
sufrimiento que me alertó que tú estabas pasando por algo
simbólicamente similar-. Daila la escuchó con mucha atención;
quedó impresionada con la explicación de su amiga, ya que
realmente se sentía impotente a la hora de conseguir salir de
ese camino peligroso en el que estaba y en el que se sentía
totalmente atascada y atrapada; pero le dijo que de sueños
angustiosos todo el mundo tiene, y que no quieren decir que
tengan que ser una señal de una preocupación real: -Sólo
faltaría que todas las pesadillas indicaran alertas sobre la vida
de las personas!-

-Pero, cuéntame el segundo sueño -dijo Daila, muy curiosa. -


En el segundo sueño, también salíamos tú y yo, -comenzó a
explicar-. Íbamos a comprar a un gran supermercado y
caminábamos por uno de los pasillos, rodeadas de estanterías
llenas de comida. Llevábamos uno de estos carros que se
utilizan para poner toda la comida que se quiere comprar y
íbamos llenándolo; pero de golpe, toda la comida que había en
las estanterías se transformó en grandes envases y cajas de
cantidades industriales, como para vender al por mayor, lo que
me produjo una sensación muy angustiosa, de ver aquellas
cantidades tan grandes de comida, sin saber por qué. A ti, Daila,
te veía recorriendo aquellos pasillos arriba y abajo, perdida y
angustiada. Me desperté muy preocupada por ti, sin saber
entender por qué-.

En aquel café, por unos instantes, se produjo un gran


silencio entre las dos amigas; una atmósfera extraña, un
sentimiento, una sensación recorría Daila por todo el cuerpo. En
aquellos momentos, donde podía mirar? ¿Qué iba a decir?
Como tenía que reaccionar? En unos instantes eternos, Daila
vio que había llegado el momento: -Sí -le dijo-. A continuación,
Daila ya no pudo mantener más en secreto su problema. Una de
las condiciones fue que no lo contara a nadie, sobre todo que no
lo dijera a su familia; si sólo lo sabía su amiga, no le daba tanto
miedo.
Evidentemente, Arsia se sorprendió, porque no se esperaba
lo que Daila le explicó. No sabía cómo ayudarla, ya que
desconocía la solución, y respetando el secreto, decidió ir a ver
una psicóloga para informarse y preguntarle qué podía hacer
para ayudar a Daila. Pero esta le dijo que nada, que Daila debía
ponerse en tratamiento y que no era nada fácil, ya que no
siempre se puede curar por completo. Esta visita prefirió no
explicársela. Decidió ir hablando con ella y ayudarla a
controlarse con la comida.
Daila le prometió que lo intentaría, pero fracasaba en cualquier
intento. Al menos ahora tenía alguien con quien hablar, después
de tanto tiempo de secreto. Pero tampoco estaba contenta de
habérselo explicado, ya que la cargaba con una preocupación
que antes no tenía, por lo que no había contado nada a nadie, ni
a sus padres.

La gran explosión
Iban pasando los meses hasta que llegaron las vacaciones
de Navidad. Daila se sentía muy mal; la relación con sus padres
hacía tiempo que era un poco tensa, por culpa del malestar que
llevaba en su interior. Uno de esos días, como habitualmente
hacía, salió de su habitación para sentarse a comer con la
familia; estaba seria y callada. Entonces su padre le hizo un
inoportuno comentario sobre un chico con el que acababa de
cortar la relación, y en ese momento ella explotó, como había
hecho ya alguna vez, sólo que en aquella comida las palabras y
el tono de voz se descontrolaron mucho, y tanto Daila como su
padre se dispararon unas cuantas palabras fuertes.

Daila se levantó y se encerró en su habitación a llorar


durante un largo rato, sin querer ver a nadie, ni a su preocupada
madre. La discusión familiar la había hecho tocar fondo, y dentro
de esa habitación estuvo muchas, muchas horas, sola,
pensando y reflexionando sobre hasta qué punto se sentía
increíblemente desgraciada. Fue en esos momentos que se
planteó decidir cómo quería continuar viviendo: como hasta
entonces o cambiando radicalmente.
«El único maestro que existe, el único verdadero y creíble, es la propia conciencia.
Para encontrarla, hay que estar en silencio –solos, solos y en silencio-, hay que estar
sobre la tierra desnuda, desnudos y sin nada alrededor, como si estuviéramos
muertos.» Susanna Tamaro. Ve donde el corazón te lleve

Daila, hacía ya un tiempo que leía libros que hablaban de


psicología, enfermedades y Arte. Descubrió que tanto la
anorexia como la bulimia expresan una negación a la propia
vida, y una forma de odio hacia uno mismo. La mente se
apodera del control de la comida para sustituir las carencias
emocionales.
Una forma de entender el pensamiento y la vida muy
diferente a la que tenía hasta ahora: el control de la mente como
herramienta principal para poder cambiar y no culpar siempre al
destino de sus desgracias.
Por lo tanto, partió del «Yo soy lo que pienso», y donde
comprobó la importancia de expresar, cuando uno se comunica,
se siente liberado de toda la tensión interna:
Aquella tarde, Daila puso toda la información encima de la
mesa, y hizo dos gráficos sobre ella y la relación con todo su
entorno con los siguientes apartados:

La relación con el entorno


1. Enfermedad X: ¿por qué ocurre? Como superarlo?
2. Estado de ánimo, autoestima
3. Pareja
4. Libros, aficiones
5. La familia
6. Los amigos
7. Futuro, Objetivos, Estudios, Trabajo

CAUSA ,SÍNTOMA, SOLUCIÓN


Atacar la causa y no el síntoma

1. El Yo enfermo

1. Enfermedad X: ¿Por qué ocurre? Como superarlo?


Me falta confianza en mí misma, no sé qué quiero
conseguir en mi vida
2. Estado de ánimo: negativo
3. Relaciones muy inestables
4. Libros, aficiones : dibujo y pintura
5. La familia. Relaciones de malestar.
6. Amigos sin saber la realidad de Daila.
7. Objetivo de futuro nada motivador. Falta de objetivos e
ilusiones.

2. El Yo curado
1. Sé el porqué de la enfermedad y he entendido por qué me
está pasando; por lo tanto, ya no me hace falta y desaparecerá.
Superarla es la prueba de fuego que me propongo para alcanzar
mis objetivos de futuro. Decido confiar en mí, en mi intuición,
observaré y estaré atenta.
2. El conjunto de todos los puntos hacen que el estado de
ánimo, motivación y autoestima sea positivo. Ya sé cómo
expresarme y, al mismo tiempo, tengo plena confianza en mí
misma y en lo que hago.
3. Ya que me sentiré bien y llena conmigo misma, mi mente
estará más receptiva y podrá atraer una relación de pareja más
estable.
4. Los libros me han ayudado a ver y entender por qué me
ha pasado.
También he aprendido a poder representar cuadros y dibujos
que tengan un significado para mí,
y sobre todo, descubrir que todos los dibujos que siempre he
estado haciendo, describían mi interior y reflejaban cómo me
sentía en cada momento, descubrimiento que me permite poder
cambiar para conseguir curarme. Una necesidad de expresarme
que ahora adopta un sentido diferente, igual que también doy
un nuevo sentido a mi vida.
5. He aprendido a aceptar a mis padres tal como son, a
descubrirlos y quererlos. Acepto integrarme a sus vidas y
compartir con ellos la mía; son un mundo por descubrir, y yo
también les puedo dar mucho.
6. Amigos, ya os contaré ☺
7. Objetivos de futuro motivadores. Ya tengo objetivos concretos
que me interesan como persona y como profesión. Empezaré
primero por objetivos asequibles a corto plazo y teniendo en
cuenta que tendré que actuar, no esperar.

- AÑO 5

DESAPARICIÓN

«Precisamente cuando crees que te encuentras en una


situación sin salida, cuando llegas a la cima de la máxima
desesperación, con la velocidad de una ráfaga de viento, todo
cambia, se trasiega y de un momento a otro te encuentras
viviendo una nueva vida ». Susanna Tamaro. Ve donde el
corazón te lleve.
Al día siguiente, después de haber reestructurado su
vida en los gráficos la tarde anterior, de buena mañana,
cuando se levantó, tuvo una sensación muy extraña: no
tenía hambre por primera vez en casi cinco años.
Sucedió como un milagro: tras estos largos años, la vida de
Daila volvía a ser normal, sentía hambre cuando lo había de
sentir y no tenía hambre cuando ya estaba harta. Comenzó a
poder comer como una persona normal; se sentía feliz y con
muchas ganas de explicar en casa lo que le había pasado, pero
quería esperar un tiempo prudencial, aunque lo había
conseguido.
Comenzó a seguir las comidas, disfrutando por primera vez
del sabor real de los alimentos, viendo los que le gustaban y los
que no, dejando que su estómago comenzara a trabajar de
forma normal, aunque ella sabía que estaba medio dormido
todavía y el nuevo ritmo provocaría engordar un poco. Pero no
le daba miedo, ella sabía que esto sólo era el principio, sabía
que recobraría el peso en que se sintiera mejor, por la altura y
complexión que tenía.

Una nueva vida que había empezado a arrancar de cero y


que consistía en un acercamiento a su familia de otra forma,
para conocerlos mejor; un empezar a buscar un trabajo, a
estudiar y aprender más sobre los temas que le gustaban, a
independizarse, a hacer nuevas amistades, a conocer y
relacionarse más con la gente, etc. Y, sobre todo, de entrada, a
aceptar aumentar unos kilos, para que el cuerpo se
acostumbrara al nuevo ritmo,
«De momento el proceso está en la fase de comprobar su
eficacia; de momento funciona, hace siete días que estoy
curada! », pensaba Daila.
Ahora su mente estaba más receptiva al conocimiento de la
nueva situación, pero también era consciente de que aún
estaba al inicio del camino.

Es importante seguir siempre las comidas sin saltarlas;


Aprendemos a saber cuando tenemos hambre y cuando no.
Actuar así, al principio da cierto miedo, debido a que
desconfiamos en cierto modo de cómo lo recibirá el cuerpo; pero
poco a poco, irá encontrando su ritmo natural.

«Van pasando los días, ya son veintidós!», Sigue pensando


Daila.
Un día de estos, volvió a casa un poco aplastada por cómo
había ido el día; después de merendar, fue al baño y vomitó toda
la comida que había comido, porque todavía sentía inseguridad
en su interior. Era algo normal: hacía escasos días que se había
curado. A pesar de este momento de debilidad, ella sabía que
estaba superado; algo había cambiado en su interior, ya no pasó
más.

Durante este primer mes, se sentía muy llena de energía y


proyectos, y estaba muy receptiva a todo lo que tenía a su
alrededor. Su mente empezaba a trabajar y a pensar de otro
modo, comenzaba a sentirse interesada por cosas en las que
antes ni se fijaba. Antes dejaba pasar los días y las horas,
sencillamente dejando que pasaran; ahora había descubierto lo
que se podía hacer con todas esas horas, se sentía feliz.

«No hay nada más maravilloso que dedicar unos momentos


a la vida a sentirme feliz de ser yo». Es la mejor sensación que
se puede experimentar; «sientes como una energía recorre todo
tu cuerpo y se te acelera el corazón... », comenta Daila.
Un ser vacío que se había llenado de energía. Cuando uno
está deprimido, el estómago o se cierra para que no entre nada
o necesita llenarse de algo externo.

En sus pinturas, creaba formas, las unía y relacionaba entre


sí, combinaba los colores cálidos con los fríos, creaba un
conjunto de formas de colores entrelazadas, un conjunto que no
era más que una gran unidad. Dentro se había activado mucho
mo

vimiento interno. Ahora se sentía viva; quería “comerse” la


vida y aprovecharla:
- ( Fig. 15,16,17). Cambio, fusión, movimiento, célula, unión,
contrarios, dentro, fuera :
El momento de explicarlo todo
Al cabo de unos 5 meses de haberse curado, lo explicó en
casa.
No era fácil de explicar que se había curado de una
enfermedad que arrastraba de cinco años atrás y que nadie
sabía que tuviera (aparte de Arsia), aunque su madre, en el
último año ya le veía un comportamiento extraño y empezaba a
sospechar que tenía algún problema con la comida aunque
nunca se lo mencionó.
Una vez superado el problema, ya no tenía ningún sentido
que guardara su recuerdo como un secreto, y creía importante
que ciertas personas lo supieran; necesitaba sacar todo lo que
había estado guardando en su interior. Después de la curación
se dio cuenta que había mucha gente que sufría estos
problemas.
Ahora, su relación con la familia ha cambiado: tiene mejor
humor cuando está con ellos y ya no se siente tan violenta y a
punto de explotar, como cuando le decían o hacían algo que la
molestaba, incluso cuando no hacían nada. Los diálogos
familiares cada vez se hacen más abundantes, y la tensión
desaparece igual que el rechazo que sentía hacia ellos, en
ciertos momentos. Mira de escucharlos, entenderlos,
intercambiar opiniones y sobre todo fomentar el diálogo,
sencillamente porque los quiere, algo que hay que ir
manteniendo día a día, aunque haya veces que no esté de
humor, lo que es normal de vez en cuando; incluso también es
normal alguna discusión. Pero sobre todo hay que intentar que,
a partir de ahora, no se pierda esta comunicación tan importante
en una familia que te quiere.

Ha estado mucho tiempo inactiva mentalmente y quiere


recuperar el tiempo perdido, tiene esperanza e ilusión, aunque
durante estos meses le ha costado tenerlo presente, por culpa
de cuestiones laborales, que no le han ido muy bien; pero
tranquilidad, sin prisas.
Poco a poco, va pasando el tiempo y se independiza,
consigue aquella deseada liberación, y ser ella quien organice
su vida. Aquí se encuentra ya ante una cocina, del reto de la
compra y de cocinar; realmente tiene ganas de conocer este
mundo desconocido hasta ahora y de poder trabajar con
alimentos, dándoles forma para después comer tranquilamente,
saboreando sin ansiedad.
También comienza en ella una etapa muy activa, en la que
necesita sobre todo expresarse y descargarse, una forma de
reafirmar su persona, sus opiniones y sus gustos. Una etapa
alocada, pero feliz y llena de energía.

Físicamente había conseguido el peso que le correspondía y


se sentía a gusto con ella misma. Era optimista, pensaba en el
futuro, aprendía de lo que le pasaba y tenía un hambre
completamente normal. Su cuerpo se había adaptado
completamente a su nueva forma de vida. Ya no tenía miedo a
engordar, porque interiormente ella había cambiado y, por tanto,
su físico y la forma que tenía su cuerpo de regular la comida
también.
El cuerpo aprendió a saber la cantidad de comida que podía
aceptar hasta sentirse harta y después digerirlo de forma
perfecta. Comía todo tipo de alimentos; incluso caprichos de
aquellos que dicen que engordan, sencillamente, cuando le
apetecían, de vez en cuando.

Eran momentos en que se sentía realizada y necesitaba


descargarse, dejando salir todo lo que había tenido encerrado
en su interior; ahora lo podía exteriorizar:
- (Fig.18): conexión, liberación

- (Fig.19): Apertura, expulsión.

«Cuando te das cuenta de la equivocación y la inutilidad de


la forma de ver y entender la vida que tenías antes, es cuando la
vida te cambia, tanto a nivel físico como mental y espiritual, y
todo empieza a ser diferente», comenta Daila.

Para qué me ha servido la enfermedad?

Para tener objetivos que me interesen.


Para no estar encerrada en mí misma.
Para aprender a creer en mí, valorarme y quererme
Para relacionarme más con las personas.
Para ayudarme a ir descubriendo cómo y quién soy
Para empezar a ver el sentido de mi vida.
Para valorar todo lo que me rodea
Para observar por qué pasan las cosas y cómo hacer
que pasen cosas.
Para comprender más a la gente.
Para tener la necesidad de ayudar a los demás.
Para saber la importancia del deseo y el sueño, de la
esperanza y el optimismo, y creer en lo que quieres
Para conocer la importancia de una vida sana
Para descubrir la importancia de la relajación, la
respiración y el ejercicio
Para descubrir que he aprendido mucho, pero que me
falta todo el resto de la vida para seguir aprendiendo.

Daila

Esta historia nos hace ir mucho más allá de lo que es un


problema físico: se inicia a partir de la necesidad de llenar un
vacío y de exteriorizar una identidad, para poder conseguir un
despertar o nuevo nacimiento y poder llegar a la realización
personal y a un equilibrio con el mundo que nos rodea.

JUNG (El hombre y sus símbolos (1995)), «En una persona


joven así (si es especialmente introvertida) a veces se pueden
descubrir inesperados tesoros en el inconsciente y, trayéndolos
a la conciencia, fortalecer su súper ego y darle la energía
psíquica que necesita para llegar a ser una persona madura. »

Es importante comentar que Daila nunca más ha vuelto a


tener bulimia ni ningún trastorno alimentario.

ANALISIS DIBUJOS Y SUEÑOS DE DAILA

Dibujos
Daila dibujaba cosas que le gustaban, como la naturaleza y los
animales. Las plantas, árboles y símbolos vegetales nos
muestran aspectos de ella misma: los finos troncos que
aguantan las grandes copas de árboles (Fig.2) en los dibujos de
su etapa infantil, los árboles secos y cactus (Fig. 6 y 8),
representados en su adolescencia, transmiten tanto la falta de
vitalidad como la capacidad de supervivencia en un ambiente
seco, solitario y con poca vida alrededor, junto con la actitud
defensiva de cara a los otros (pinchos cactus).
Tan alejado de la sociedad es el desierto como lo son los
parajes helados o las montañas y los picos más altos (fig.12),
todos juntos símbolos de la quietud, el silencio, lejanía y
soledad. Acciones como buscar, huir, salir, y los estados de
ánimo, Daila los representa con varios personajes, los
pingüinos (fig.4,5,6,13), y el gato, el personaje más usado y con
el que se siente más íntimamente identificada donde
inconscientemente simbólicamente se representaba.
En las últimas etapas de los dibujos de Daila, predominan
más las formas abstractas y símbolos no figurativos (fig
15,16,17). En estos símbolos fusiona su yo con su exterior en un
todo; en esta etapa comienza a ser consciente de lo que está
transmitiendo con sus pinturas, y a partir de ahí inicia el cambio
en la visión que tiene de su vida, que fue cuando miró atrás toda
su trayectoria pictórica, y se dio cuenta de lo que había estado
representando en sus pinturas.
Sueños
Los sueños tienen un vínculo de unión con el contenido de la
terapia a través de los medios artísticos. Sabemos que existen
diferentes formas de soñar, como los sueños diurnos que se
tienen cuando se está despierto y se deja volar la imaginación,
estos sueños dan forma a nuestra realidad, y los sueños
nocturnos, de los que hablaremos a continuación.
Pasamos una tercera parte de la vida durmiendo. Freud nos
dice que el sueño es un sistema de terapia, donde lo que se
hace es sintetizar lo que contiene el inconsciente. De hecho, los
vivimos como reales cuando los soñamos, y forman parte de
nuestra vida. A pesar de ser sueños, no dejan de ser recuerdos
vividos, y al igual que todos los recuerdos, normalmente se
olvidan pero los hay que no, según la memoria selectiva de cada
uno y el porqué de la selección de recuerdos que cada uno
tiene.

Los sueños, al igual que los dibujos, los ambientes,


situaciones y sentimientos que vivimos, nos hablan de muchas
cosas personales.
Un ejemplo es el sueño de Daila, que llamó “los caballitos del
patio” (fig.1), Durante su adolescencia, tenía mucha facilidad
para recordar los sueños. Volar es un sueño frecuente en la
infancia y juventud; una forma de liberarnos del peso de la vida,
de los sentimientos de despreocupación y de bienestar.
Daila, como todo el mundo, tenía sueños que le gustaban, pero
también algunos otros que no, como soñar casas deshabitadas,
monstruos que la perseguían, miedos y peligros. Los sueños de
miedo son muy habituales en los niños, reproducen todo lo que
son las dudas y el miedo a lo desconocido.

Otro de sus sueños, bastante curioso, y que va íntimamente


ligado al futuro que le esperaba a Daila, incluso en la terapia a
través del dibujo que ella desconocía, fue el que tuvo mucho
antes del inicio de la exteriorización de su enfermedad, cuando
todavía ella misma la desconocía.
Este sueño lo llamó Mi enfermedad y ella misma lo describió
de la siguiente manera:
Mi enfermedad:
«Era un local muy parecido a una clínica, con una gran sala
con mucha iluminación, de paredes claras y grandes ventanales.
Tenía un pasillo muy largo, que se cruzaba con otros a lo largo
de su recorrido hasta el final. Me acompañaba mi madre, y
mientras ella se puso a hablar con un señor, yo fui avanzando
por la sala de la clínica, por los pasillos. Había muchos cuadros
colgados, bajo los cuales había escritas las explicaciones de
diversas enfermedades. Cada cartel explicaba una, y yo iba
paseando mirando la exposición de enfermedades, porque yo
tenía una. »

Sobre los sueños de Arsia, como en este último de Daila,


también existe la advertencia de un conflicto importante.
Y evidentemente, también hay que comentar los sueños de
gatos de Daila. Es cierto que a menudo soñaba gatos, le
gustaban, y a consecuéncia solía acordarse de ellos. Su
significado va relacionado con lo que comentábamos de los
dibujos. En muchos de estos sueños en que había gatos, Daila a
menudo aparecía con el sentimiento de querer salvarlos y
proteger de los peligros. Por tanto, en los sueños encontramos
también, un medio para poder profundizar en nuestro interior.

Muchas veces tienen un importante paralelismo con los


dibujos y pinturas que hacemos, aunque evidentemente se debe
evitar falsas interpretaciones: sólo son una forma de canalizar
nuestras angustias y todo lo que contiene nuestro inconsciente.

Una vez curada, recuerda unos sueños que le causaron


efecto, que invitan a la reflexión, y que considero que son
suficientemente explicativos, teniendo en cuenta todo lo
explicado:

Los gatos de colores:


«Yo estaba en la cocina de casa y cojo dos gatitos blancos,
un gato y una gata, como si los hubiera salvado de algún
peligro. Me los pongo en la falda abrazándolos, y de golpe veo
como les empieza a crecer pelo de colores rápidamente, en
diferentes fases: lilas, rojos, naranjas, etc. Siento al mismo
tiempo un sentimiento de felicidad y de gran belleza. Eso sí,
para que creciera
el pelo, los tenía que abrazar entre mis brazos. »

Los tigres congelados :


«Eran cuatro o cinco tigres, uno de cada color, que vivían
cada uno en un tejado de unas casas que estaban juntas. Yo
estaba en la cocina, cuando se me acercó una leona pequeña
(que parecía un gato) a pedirme ayuda para los tigres del tejado.
Tenía que avisar a la gente para que los salvaran; resulta que
estaban congelados y debido a esto, cuando nació la pequeña
leona no la pudieron conocer nunca. Yo le digo que si aviso a la
gente será malo, porque nadie sabe que allí viven tigres, y sería
perjudicial para su libertad. La leona decide por sí misma actuar
y consigue hablar con ellos, rompiendo el hielo y asomándose
por la barrera congelada. Así, por fin se da a conocer a los tigres
congelados, que eran sus padres. »

Son dos sueños que hacen pensar y reflexionar sobre


nosotros mismos y nuestra vida. Todos somos creadores de
muchos sueños con los que seguro que muchos de nosotros
nos identificaríamos.

◆◆◆
Í
EPÍLOGO
La vida, es un camino en el cual muchas personas terminan
encerradas dentro de sus propias cáscaras sin tener culpa ni ser
conscientes de ello, y es aquí donde pueden aparecer
determinadas enfermedades, como podrían ser la bulimia o la
anorexia. Romper cáscaras es una manera de crecer; hemos
visto que no es un proceso fácil, pero sí posible.
Sabemos que la comida es una necesidad esencial, y tanto
la anorexia como la bulimia la ponen en peligro con una
aparente obsesión por la figura que encubre otros problemas
como los descritos y analizados.
Por último, hemos visto en los textos , ejemplos y la
sorprendente historia de Daila, que el Arte es un medio, un
lenguaje, en el que se puede dejar grabada tu huella más íntima
y personal, donde aparecen, aunque uno no se dé cuenta, los
problemas que se han de trabajar, solucionar y liberar.

Í
Información general SINTOMATOLOGÍA

Sabemos que la alimentación es esencial para la salud y el estado de ánimo, y


justamente las personas que tienen T.A, tanto la anorexia como la bulimia, están bajas
de muchas sustancias. Aparte de los síntomas relacionados con la malnutrición, las
conductas purgativas y las complicaciones digestivas y neurológicas graves,
miraremos también algunos de los siguientes puntos:
• La piel es el contacto con el exterior; muestra nuestro estado interno. Muchos
niños, tanto en su niñez como en la adolescencia, tienen enfermedades relacionadas
con la piel, síntomas de cambio, justamente en épocas en que el niño crece, avanza y
se desarrolla. Muchos estudios demuestran que el 80% de las enfermedades y
problemas en la piel tienen origen psicosomático. Por lo tanto, la piel, además de
indicar los cambios en el crecimiento del niño / adolescente, revela también el estado
de ánimo de las personas, sus emociones y los problemas de salud, nos pueden
indicar que hay algo que está reprimido y que quiere salir a la luz.
• En muchos casos, las chicas con T.A tienen problemas menstruales, con reglas
irregulares o con pérdida de la menstruación. En ellas existe un rechazo o temor a la
expresión de la feminidad, fertilidad y receptividad. • También son frecuentes los
dolores de cabeza, los mareos y el cansancio, por culpa de la disminución del oxígeno
que llega al cerebro, el bajo ritmo cardíaco y la mala circulación, causados por la baja
presión sanguínea. Cuando se tiene la presión baja, las energías bajan y hay una
tendencia a cerrarse.
• El frío constante, por culpa de la disminución de nutrientes y grasas, también lo
sufren a menudo las personas con T.A, con conductas purgativas. El frío, también nos
hace abrigar, tapar y cerrar.
• Los huesos se rompen fácilmente por culpa de la pérdida de minerales, y es
también una manera de estar inactivo y, en cierto modo, apartado.

Es importante alertar del peligro de los T.A, y la importancia de ir al médico a


hacer revisiones físicas para saber cómo está nuestro cuerpo por dentro, tanto si
conseguimos superarla como si aún no lo hemos conseguido, para evitar situaciones
de riesgo.

La bulimia es un trastorno alimentario que hace sentir ansiedad de comer


constantemente, de hacer ingestas excesivas de alimentos en períodos muy cortos de
tiempo, en combinación con períodos de régimen o de comer poco o casi nada, como
en la anorexia. Todo ello, acompañado de un intenso deseo de adelgazar. La
definición de bulimia por la OMS (Organización Mundial para la Salud) es: «Trastorno
mental y del comportamiento alimentario». La fundación ACAB (Asociación contra la
Anorexia y la Bulimia), la define como «enfermedad mental debida al miedo a
engordar y la falta de autocontrol sobre la alimentación, los sentimientos y los
pensamientos». Actualmente, muchos clasifican la bulimia como una epidemia debido
al considerable aumento de casos en los últimos años. Aunque en estos momentos se
considera imposible solucionarlo solo, ningún programa de tratamiento es
completamente efectivo, a pesar de existir en muchos casos un buen tanto por ciento
de recuperación. Según diversas estadísticas hechas, la edad de inicio oscila entre
los 10 y los 30 años. Es más frecuente entre los 13 y 18 años, aunque cada vez más
hay afectados de edades inferiores, en torno a los 9 años.
Según los datos de la fundación ACAB, son los estudiantes
los que tienen un riesgo algo más elevado. el porcentaje de
afectadas entre la población universitaria con franjas de edad
comprendidas entre los 18 y 25 años es ligeramente superior al
que otros estudios han encontrado en chicas adolescentes. El
Diario Avui (15 de diciembre 2005) publicó un artículo en el que
decía que más del 6% de universitarias sufren anorexia o
bulimia entre los 18 y 25 años; por tanto, no es un problema sólo
propio de la adolescencia. El 90% de los afectados son mujeres,
aunque el número de hombres con este trastorno va en
aumento, y hay que tener en cuenta que estos tienden a
esconderlo más. Durante los últimos cinco años, la bulimia,
según datos de la fundación ACAB, ha aumentado a una
velocidad mayor que la anorexia. Por cada anoréxica internada
hay 2 o 3 con bulimia. Según algunas estadísticas hechas, un
75% de los casos son de bulimia y un 50% de las anorexias
acaban desarrollando bulimia. Realmente los datos son bastante
alarmantes; hay un crecimiento elevadísimo de los casos en los
últimos años, en todos los niveles sociales, pero
mayoritariamente en chicas de clase media o alta.
Sin embargo, según varios estudios por factores socioculturales, hay países que
casi no tienen casos de bulimia. El periodo de curación es bastante largo; los datos de
la fundación ACAB nos indican que la anorexia en 2 o 3 años se puede llegar a curar,
pero que la bulimia en menos de 6 u 8 años no se puede asegurar que esté curada,
ya que es posible que la enfermedad se alargue durante muchos años (15, 20, o más)
o que se convierta en crónica. Otro punto a tener en cuenta es el riesgo de muerte.
Estudios y estadísticas nos hablan de un riesgo del 6%, 10% y, incluso, del 20%.
También hay que tener en cuenta la muerte por suicidio. Los hombres también están
sometidos a un cierto riesgo, porque se les diagnostica la enfermedad más tarde que
en las mujeres, ya que les es más difícil reconocer el problema.
Para entender la problemática y la gravedad del trastorno, hay que conocer los
síntomas, que citamos clasificados en tres grupos: mentales y emocionales, de
comportamiento y físicos.
(Hay que decir que, como cada persona es diferente, no todos los síntomas se
desarrollan igual, ni tampoco están todos presentes).

LA BULIMIA
Síntomas mentales y emocionales:
• Temor a subir de peso e intenso deseo de perder. • Sensación de ansia de
comida constante. La necesidad de comida consume gran parte de su tiempo y de su
energía. • Tendencia a negar la enfermedad. • Sensación de vacío, inutilidad,
alejamiento, baja autoestima a nivel personal y físico. • Temor a descontrolarse. •
Dificultad de concentración y aprendizaje. • Cambios constantes del humor y del
estado de ánimo. • Sensación constante de culpa o de culpabilizar a los demás. •
Sentimientos de desconfianza, y confusión de sentimientos y emociones. • Tendencia
al egoísmo. • Fijación de objetivos por encima de la capacidad actual.
Síntomas de comportamiento:
Muchos intentos de hacer régimen. • Vómitos autoprovocados. • Uso abusivo de
laxantes y diuréticos. • Aumento del ejercicio físico para perder peso. • Ingerir
compulsivamente grandes cantidades de comida de todo tipo ya escondidas.
• Ingestión de grandes cantidades de bebidas. • Tendencia a evitar comidas sociales
con los amigos, familia, etc. • Propensión a la adicción al tabaco para disminuir la
ansiedad de comer. • Consumo de alcohol -en muchas ocasiones sin medida- y
posibilidad de probar otras drogas. • Carácter irritable y con cambios bruscos de
humor. • Disminución del rendimiento laboral o los estudios, unido a una inasistencia a
las clases o en el trabajo, o en una aparente empleo de horas con actividades de
estudio. • Alteración de los horarios diarios (hora de levantarse, hora de ir a dormir...).
• Evitar de compartir vida familiar. • Desórdenes con las cosas personales (ropa,
higiene...). • Hábito de mentir para ocultar ciertas conductas. (A veces incluso
pequeños robos: comida, dinero...) • Intensa vida social con tendencia a salir sin
límites, acompañada de intervalos de aislamiento. • Vida sentimental inestable,
intensa o ausente. • Cambios o problemas con amistades.
Síntomas físicos:
Mayoritariamente alteraciones del sistema digestivo, circulatorio y hormonal;
problemas sanguíneos. • Deshidratación. • Debilidad muscular. • Huesos frágiles, que
se rompen fácilmente.• Frío constante, por culpa de la disminución de nutrientes y
grasas. • Reglas irregulares, o pérdida de la menstruación. • Desequilibrio y falta de
minerales con posibles consecuencias graves. Por culpa de los vómitos, diuréticos y
laxantes hay déficit de sodio, cloro y potasio. También hay un nivel bajo de calcio,
magnesio y fosfato, entre otros. El nivel bajo de potasio puede causar debilidad y casi
parálisis; en niveles muy bajos puede resultar peligroso. • Frecuentes dolores de
cabeza por culpa de la baja presión sanguínea, mareo y cansancio, disminución del
oxígeno que llega al cerebro, mala circulación, irregularidades y bajo ritmo cardíaco,
con riesgo de problemas de corazón. • Complicaciones digestivas: esofagitis, por
culpa del ácido del estómago en tener vómitos autoprovocados, con posibilidad de
ruptura del esófago (conducto por el que pasan los alimentos) o de producir una
úlcera esofágica u otras complicaciones. • Estreñimiento y diarreas. Debido a los
laxantes pueden sufrir dolores intestinales persistentes, inflamación de los dedos y
lesiones en los músculos intestinales, que pueden conducir al estreñimiento crónico. •
Problemas gastrointestinales: inflamación, dilatación del estómago, dificultad en el
vaciamiento gástrico y, en algunos casos, ruptura. • Algún caso de pancreatitis. •
Daños renales. • Insomnio. • Los vómitos repetidos pueden provocar un deterioro del
dentado, tanto por desnutrición como para que el ácido del estómago disuelve el
esmalte de los dientes. que pueden conducir al estreñimiento crónico. • Problemas
gastrointestinales: inflamación, dilatación del estómago, dificultad en el vaciamiento
gástrico y, en algunos casos, ruptura. • Algún caso de pancreatitis. • Daños renales. •
Insomnio. • Los vómitos repetidos pueden provocar un deterioro del dentado, tanto por
desnutrición como para que el ácido del estómago disuelve el esmalte de los dientes.
que pueden conducir al estreñimiento crónico. • Problemas gastrointestinales:
inflamación, dilatación del estómago, dificultad en el vaciamiento gástrico y, en
algunos casos, ruptura. • Algún caso de pancreatitis. • Daños renales. • Insomnio. •
Los vómitos repetidos pueden provocar un deterioro del dentado, tanto por
desnutrición como para que el ácido del estómago disuelve el esmalte de los dientes.
• Hernia de hiato esofágico (debido a los esfuerzos abdominales de los primeros
vómitos). • La cara inflama por culpa del agrandamiento de las glándulas salivales, en
producir vómitos frecuentes. Pueden causar una hipertrofia parótida o parotiditis. •
Callosidades los dedos, debidas a los vómitos. • Piel reseca, puntas de cabello
abiertas y pérdida de cabello. • Crecimiento de lanugo (vello que crece en la cara,
hombro o brazos). • Rampas (por la falta de potasio, por culpa de los vómitos). •
Convulsiones epilépticas, mareos y pérdidas de conocimiento. • Problemas nerviosos
en las manos y los pies; rostro tembloroso. • Estrías y celulitis por culpa de las
oscilaciones de peso. • Riesgo de quedar embarazada, sobre todo en estados
avanzados de la enfermedad, en los casos de descontrol de impulsos. • En ocasiones
autolesiones cutáneas.
Agradecimientos
A mis padres y hermanos Jordi y Susanna, y a todas aquellas personas que con
su soporte han colaborado para poder hacer realidad este libro.
A Antoni Tàpies y a su esposa Teresa, por invitarme a conversar sobre
Arteterapia y la lectura del libro «El valor del Arte » (1993) TAPIES.A, y poder
compartir con ellos la experiencia de este libro.

«La pintura que hacemos tiene que ser útil a la sociedad en la que vivimos
porque, si no, no valdría la pena hacerla ».
«Yo hago un trabajo muy individualizado. Yo voy a la caza de almas, no de
masas. [...] han de convencerse las personas por sí mismas. Cuando trabajo, lo que
hago es poner una especie de mecanismos, para que la gente produzca un cambio en
su manera de pensar y se ponga en el buen camino. Pero yo sólo le apunto un
camino. Nada más. En realidad, es un trabajo muy modesto,..» El país, 31 de octubre
de 2004. Entrevista a Antoni Tàpies
Acerca del autor

Eva Berenguer Rodrigo

Nacida en Badalona 1971 (Barcelona). Es Licenciada en Bellas


Artes, Graduada en Artes Aplicadas, Máster de Postgrado en
Psicoterapia por el Arte ( METAFORA 2002, Universidad Barcelona).
Años de experiencia como Arteterapeuta: Realización de terapias,
sesiones individuales y grupales (niños, jóvenes, adultos),
conferencias y psicoterapia a través del Arte en varios centros y
institutos de secundaria.
Exposiciones de Arte en varias galerías del estado: Barcelona,
Madrid, Sabadell, Badalona.
Ilustraciones tecno-científicas en libros de texto , profesora de Arte
en varios centros educativos, en secundaria (ESO) y Fundadora de
la Escuela de Dibujo Centre Berenguer.
Realización de proyectos y cuestionarios de investigación sobre
comunicación a través de las Emociones y del Arte, en problemas
de salud y enfermedades (Trastornos Alimentarios, Esclerosis
Múltiple,..). Proyectos y desarrollo de historias, Psicología y Arte.

@artterapianorexiabulimia
Bibliografía

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