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Reseña

Valentina Medina Barrios


Cod: 110250172020
La invención republicana del legado colonial
Ciencia, historia y geografía de la vanguardia política colombiana en el
siglo XIX
El libro titulado La invención republicana del legado colonial de la autora colombiana Lina del

Castillo, comprende la historia del universo creado por la población hispanoamericana del siglo

XIX a razón de las necesidades sociales, políticas y económicas que evidenciaba la localidad; de

este modo, interviene la ciencia, la historia y la geografía en vinculo con la política colombiana.

Ahora bien, la edición del libro es de la Universidad de los Andes y del Banco de la República de

Colombia del año 2018, traducido por Maria José Montoya Durán. Respecto a su estructura, el

texto contiene la introducción profundizando en las invenciones poscoloniales y continua con la

división de seis capítulos; de ahí, finaliza con las conclusiones y aportes significativos para la

época contemporánea.

Para empezar, el libro en cuestión, la autora sustenta el concepto de legados coloniales a partir de

la construcción histórica, la memoria y el vinculo de esta con las necesidades sociales y políticas

de las regiones, todo en una estructura cronológica y continua de hechos.

El primer capítulo describe la cultura impresa como una herramienta utilizada por los oficiales

del Ejército español, para editar, replantear y reimprimir las escrituras de los criollos que daban

cuenta de la memoria histórica y los esfuerzos científicos. Así, se profundiza sobre el papel que

tuvo Francisco José de Caldas con la invención de la República Borbónica que respondiera a las

necesidades de la población del siglo XVIII y aún más, que consiguiera implementar una
transformación económica, social y política que extinguiera el Ejercito español. Es así como, los

escritos presentados por Caldas instauraron la necesidad de centralizar el poder en medio de la

guerra y de construir un gobierno con base científica en conocimiento de las realidades

territoriales.

El segundo capítulo, contextualizado en el término de la Independencia explica el protagonismo

de las élites neogranadinas en la implementación de una política de la circulación a partir del

fomento de ideas, integración de gente, producto y capital por todo el territorio (Castillo, 2018)

de acuerdo con estas políticas se incentivaba también la homogeneidad de la moneda, de la

unidad de peso y medida, de los valores y de la moralidad. Además, el proyecto político de

circulación especificaba que entre sus intereses productivo no estaba considerada la exportación

como una actividad económica significativa para la población; dicha perspectiva genera

conflictos sociales con la población hispanoamericana por cuestiones de esclavitud y

emancipación.

El tercer capítulo, comprende la década de 1820 hasta 1870 en la cual se instauró una división

social entre las élites indígenas y los denominados de forma despectiva indios, determinando así

facilidades de Derechos territoriales a las poblaciones indígenas en cuestiones legales, jurídicas y

políticas por encima de las reconocidas hacia los pueblos indios. Este capítulo pretende narrar la

resolución de conflictos implementados por las élites blancas en contraposición con los ideales y

necesidades de la población hispanoamericana y además de eso, los procesos de agrimensura que

afectaron el funcionamiento de la República y la constitución de la Nueva Granada.

El cuarto capítulo configura la creación de partidos como Liberal y Conservador en medio de

procesos de socialización que eran dados entre las élites políticas y las provincias neogranadinas;

de ahí, con la constitución creada en 1832 el poder lo representaba la municipalidad, así se


crearon proyectos como el Instituto Caldas en el año 1848 y la Comisión Corográfica como una

expedición científica de gran escala en el siglo XIX. De este modo, el capítulo se centra en la

narrativa de viaje de la Comisión y el fundados del Instituto Manuel Ancizar. De este último, se

reconoce también la creación del costumbrismo como un modelo que representaba las

costumbres y la vida cotidiana de la mentalidad colonial.

Para continuar, el quinto capítulo contextualizado en el año 1850 define la revolución territorial,

política y cultural dada en el proceso de creación de la Constitución Política de 1853; con esto, se

instauró la legalización del voto masculino, la abolición de la esclavitud y políticas de elección

popular. Esto significó para la época un Golpe de Estado en el año 1854 en contraposición con el

papel del congreso y las entidades estatales en su mayoría manejadas por el partido conservador.

En sí, el capítulo se centra en el papel de las élites locales con las necesidades de la población y

los procesos llevados a cabo que fueron liderados por miembros del Instituto Caldas y de la

Comisión Corográfica.

Por último, el capítulo seis explica la forma como la iglesia católica pierde poder político,

económico, cultural e ideológico desde la propuesta de políticas de educación pública. A partir

del proyecto Caldas se buscaba promover políticas de transformación económica y social desde

el reconocimiento de la riqueza que la iglesia tenía en medio de la pobreza, la necesidad y el

hambre que vivían muchas sociedades; así, la reflexión histórica y geográfica protagonizaba la

disputa social. A pesar de todo, las élites liberales perdieron poder frente a las conservadoras

trayendo consigo consecuencias negativas para el poder nacional, además cediendo sobre la

intervención de la iglesia en el Estado, independientemente del surgimiento de la Guerra de Los

Mil Días, la secesión de Panamá, entre otras cosas que marcaron fuertemente la época.
En mi opinión, el libro establece un dialogo fundamental entre el reconocimiento histórico del

legado colonial en transición con las generaciones sociales y culturales de la época; esto quiere

decir, la enseñanza de panoramas de conflicto y consolidación educacional, política, económica

para la modernización en medio de procesos políticos que se extienden hasta nuestra época. De

lo anterior, es necesario resaltar que actualmente la narrativa manuscrita y expuesta en el siglo

XVIII y XIX tiene mucha trascendencia ya que las intenciones progresistas que se tenían en la

época aún se conservan en las regiones colombianas; de manera que los estudiantes, ciudadanos,

trabajadores y demás integrantes de la comunidad popular necesitan entender el proceso de

reconocimiento de los Derechos para conseguir actuar desde nuestra realidad inmediata.

En suma, la Independencia de Colombia ha sido un horizonte simbólico propuesto desde el siglo

XVII para modificar las condiciones de la sociedad luego de la imposición española; a pesa de

eso la República actual persigue la separación entre la Iglesia y el Estado de manera que esta no

asuma ningún poder sobre las decisiones morales y legales en la sociedad, también se busca la

educación pública, la memoria histórica, el poder político en manos del pueblo. Frente a este

propósito, el libro de Lina del Castillo acerca al lector a la historia permitiéndole así generar un

horizonte de acción, de ahí es una obra que merece ser analizada desde los entes institucionales y

populares como una excusa para el dialogo y la confrontación histórica y política.

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