Documentos de Académico
Documentos de Profesional
Documentos de Cultura
Benjamin Alberti
(“Archaeologies of Ontology”, en: Annual Review of Anthropology, 2016, 45: 163-179. Traducción Andrés
Laguens, Octubre de 2017)
Resumen
Bruno Latour y Eduardo Viveiros de Castro dieron el impulso inicial para la investigación explícitamente
ontológica en arqueología. Su impacto en los arqueólogos, sin embargo, ha sido muy diferente. Lo que yo
llamo los "arqueólogos metafísicos" trazan su genealogía a partir de Latour, aunque ahora también
influidos por el "nuevo materialismo" y el "nuevo realismo ontológico" (Gabriel 2015). Ellos han
introducido una ortodoxia metafísica alternativa a la arqueología. En contraste, Viveiros de Castro y sus
colegas han autorizado el regreso de la gran analogía etnográfica a la arqueología, particularmente en el
caso del animismo. Una segunda tendencia, bastante diferente, inspirada por estos mismos antropólogos
es involucrarse con las ideas indígenas como teorías para reconfigurar conceptos y prácticas
arqueológicas. Sugiero que existe un punto de convergencia entre los enfoques metafísicos y
antropológicos en su foco en el concepto de alteridad.
Palabras claves: Ontología; alteridad; metafísica; teoría arqueológica; teoría indígena; Viveiros de Castro
Introducción
La ontología como teoría de la realidad o del ser existe implícitamente en toda práctica y teoría
arqueológica. Las suposiciones acerca de exactamente lo que es proporcionan el fundamento desde el
cual interpretar el mundo y el pasado. Aproximaciones ontológicas más auto-conscientes que marcaron
un cambio en el pensamiento arqueológico se originaron inicialmente a través de la obra de Bruno
Latour (1993, 1999) y posteriormente a través de la antropología a través de Eduardo Viveiros de Castro
(2010, 2012). La situación actual es que la arqueología "ontológica" abarca tanto una gama cada vez más
amplia de enfoques interesados en desarrollar una nueva metafísica para la arqueología y también es
una abreviatura para los estudios sobre un dominio particular de la cultura, que podría ser pensado
como una extensión de la ideología o las creencias. Aunque muchos de estos últimos se ocupan de la
ontología, pocos son lo que llamaré "críticamente ontológicos".
Si bien es una cuestión abierta si ha habido un "giro ontológico" en la arqueología (o al menos un giro
ontológico "ontológico"), ha habido ciertamente una fuerte reorientación hacia cuestiones ontológicas,
un cambio de un registro epistemológico a uno ontológico en la arqueología teórica (Lucas 2012, p.3).
Estas preguntas fueron prefiguradas en la arqueología fenomenológica (Jones y Alberti 2013; Thomas
2015; ver también Watts, 2013b); mientras que otros consideran a las cuestiones ontológicas como una
continuación del post-procesualismo (Burström 2012, Thomas 2015), otros las ven como una ruptura
Alberti, B. Arqueologías de la ontología /2
revolucionaria (Olsen 2012a; Olsen et al., 2012). Es importante destacar que, sin embargo, esto no es el
debate procesual versus post-procesual sobre las interpretaciones subjetivas versus las objetivas. Esas
son esencialmente cuestiones epistemológicas. El "dilema interpretativo actual", como dice Lucas (2012,
p. 25), no es acerca de cuál es el aparato interpretativo correcto sino que cuestiona las suposiciones
metafísicas subyacentes de la arqueología [véase Wallace (2011) para una crítica realista crítica poco
común]. Viniendo sobre los talones del "giro material" y la "teoría de la cosa", la arqueología se
encuentra en una posición clave para contribuir al acercar un interés en las cosas "reales" al debate
contemporáneo (Olsen 2012a, p.20), ver Pétursdóttir y Olsen 2014 ).
Hay una distinción importante entre la nueva metafísica arqueológica y el interés antropológico reciente
en la alteridad ontológica. La primera inscribe un arco de cambio amplio, trazando su génesis a través de
Heidegger y Latour. El último, influido por Viveiros de Castro, es de hecho un giro abrupto. Ambos son
críticamente ontológicos al tornar hacia una mirada reflexiva sobre lo arqueológico. Los arqueólogos
metafísicos, sin embargo, siguen una trayectoria más convencional, basada en alternativas dentro de la
tradición intelectual occidental. Por esta razón, las aproximaciones son más asimilables. La aproximación
inspirada en la antropología ontológica pretende reconfigurar conceptual y teóricamente a la
arqueología sobre la base de la teoría indígena (Alberti y Marshall 2009; Alberti 2014a; Fowles 2013). En
medio hay un creciente volumen de trabajo interesado en ontología, pero no necesariamente de manera
crítica. En esta revisión abogo por un enfoque ontológico crítico que induzca el potencial en los giros
metafísicos y antropológicos para reconocer la diferencia ontológica a través de la arqueología.
Si "Ontología" en términos filosóficos convencionales era siempre singular – "una" realidad – entonces el
movimiento más inquietante del "giro ontológico" ha sido pluralizarla. Se podría argumentar que esta
pluralización fue un punto de inflexión, proveniente tanto de los arqueólogos metafísicos como de
aquellos influenciados por la antropología. El movimiento tiene la intención de liberarnos de la ontología
moderna de la sustancia Cartesiana. El cambio hacia la ontología se inspiró en la crítica de Bruno Latour
(1993) de la "conversión al por mayor de las preguntas ontológicas en epistemológicas" en Nunca fuimos
modernos. Es decir, nuestra tradición ha estado demasiado preocupada por cuestiones de conocimiento
y menos preocupada por la naturaleza de lo que es. La cuestión de la ontología era o bien considerada
demasiado dura, una pregunta metafísica que esencialmente era sin respuesta, o auto-evidente (es
decir, es "Naturaleza"). La respuesta de Latour (2005, 2013) fue multiplicar lo que cuenta como social y,
Alberti, B. Arqueologías de la ontología /3
más recientemente, multiplicar lo que él llama los "modos de existencia", tendencias ontológicas que
existen más o menos precariamente bajo el asalto de la modernización. Viveiros de Castro (2003), a
partir de Latour, revela la complicidad de la antropología en este proyecto moderno, argumentando
como resultado por la autodeterminación conceptual u ontológica de los pueblos del mundo. La
conversión de las preguntas ontológicas en epistemológicas ha hecho que los compromisos ontológicos
de otras gentes parezcan triviales o erróneos. Son "des-ontologizados".
Esta sección se centra en los "nuevos arqueólogos metafísicos" que toman un enfoque totalizador de la
ontología (Olsen 2010; Olsen et al. 2012; Olsen y Witmore, 2015, p-189; véase también Ingold, 2011).
Por ejemplo, Witmore (en Alberti et al., 2011, pág. 897) sostiene que: "plantear la cuestión de la
ontología es comenzar a revisar la cuestión de la/s manera/s en que – o mediante la cual – el mundo
existe en realidad". Aquí expongo las principales características de su metafísica y sus puntos de
discusión. Lo que enmarca los enfoques son los intereses gemelos de ir más allá del contenido
convencional de "lo social" y un interrogatorio sobre la naturaleza fundamental de la materia. En
resumen, su metafísica puede describirse como anti-cartesiana, relacional y de excepcionalismo anti-
ontológico, de modo tal que las categorías del ser o de la existencia son contingentes más que a priori. El
libro de Olsen (2010) In Defense of Things: Archaeology and the Ontology of Objects es un buen ejemplo
de esta aproximación, como lo son Olsen et al. (2012) Archaeology: The Discipline of Things y capítulos
en Alberti et al. (2013) Archaeology After Interpretation. El libro de Fowler (2013a) The Emergent Past: A
Relational Realist Archaeology of Early Bronze Age Mortuary Practices, es una de las pocas aplicaciones
del largo de un libro.
Los arqueólogos metafísicos tienen claros antecedentes en la arqueología heideggeriana (Olsen 2010;
Thomas 2015). Mientras que la pluralización de las ontologías va en contra de este proyecto,
permanecen algunas ideas fundamentales. La idea heideggeriana de que el mundo que encontramos es
pre-interpretativo, guía métodos todavía pertinentes a la orientación ontológica, así como la idea de que
las cosas arqueológicas se retiran de nuestra conciencia explícita (Heidegger, 2008; ver Olsen 2010,
Thomas 2015). El trabajo feminista y queer es también un antecedente importante, como la
aproximación ontológica a los cuerpos de Butler (1993) y la de Strathern The Gender of the Gift (1988,
véase también Grosz 1994), así como la idea queer de la contingencia de las categorías (Alberti 2012).
Haraway (2008) continúa influyendo en el interés en las relaciones humanos-otros. Las influencias
filosóficas más recientes incluyen la fusión de Graham Harman de Heidegger y Latour y el trabajo de
otros "realistas especulativos" y teóricos de la ontología orientados a objetos (Bryant et al., 2011;
Harman 2009). Además, la crítica del "correlacionismo" (Meillassoux 2008) – la idea a menudo implícita
Alberti, B. Arqueologías de la ontología /4
de que los seres humanos son una parte necesaria de todas las teorías del mundo – ha desplazado la
atención más allá de las relaciones de sujetos hacia "el gran aire libre" (Kohn 2015, p.315).
Dado este trasfondo, estos enfoques en arqueología pueden describirse como posthumanistas, no
representacionales y realistas. También comparten mucho en común con el "nuevo materialismo"
(Alaimo y Hekman 2008; Barad 2007; Coole y Frost 2010; Witmore 2014). La identificación como
"realista" demuestra que las aproximaciones ontológicas no son simplemente un ensayo de argumentos
de construcción social; el mundo no es un objeto de la mente humana (Fowler 2013a; Thomas 2015).
Gabriel (2015, p.10) llama a esto el "nuevo realismo ontológico".
De la sustancia a la relación
El trabajo de Latour, especialmente en la forma de ANT (teoría del actor-red) ha sido influyente en la
arqueología (véase Dolody 2009; Martin 2013; Olsen 2010, 2012b; Webmoor y Witmore 2008;
Webmoor 2005, para la crítica vea Hodder 2014; Ingold 2012). Su ontología relacional estipula que las
cosas existen como consecuencia de la fuerza de sus articulaciones. Cuanto más fuertes sean sus
"aliados", más realidad puede reclamar. En arqueología, las ideas de Latour fueron tomadas
especialmente por los "arqueólogos simétricos", quienes han aplicado sus ideas menos al contexto
aislado del pasado que está siendo estudiado y más al proyecto total de la arqueología (Olsen 2012b;
Shanks 2007; Witmore 2007; aunque ver Martin 2013). Ingold (2007, 2013) también ha tenido una gran
influencia en los arqueólogos que tratan de enfrentarse a una forma de realidad que no corresponde a
un hilomorfismo aristotélico, la imposición de la forma a la materia pasiva por un sujeto pensante. Su
nueva metafísica es una especie de "nuevo vitalismo" en el cual el crecimiento y el movimiento son
inherentes al mundo, no impuestos a él (2013; véase también Bennett 2010; Hodder, 2012). La
relacionalidad de Ingold enfatiza la comunalidad de procesos a través de la división vida/no vida, en la
que hacer o crecer, por ejemplo, puede caracterizar a ambos (Hallam e Ingold, 2014). Él nos insta a
centrarnos en los materiales y no en los objetos temporales en los que se congelan. La noción de
procesos de devenir, crecimiento y más particularmente decadencia han infundido escritos
arqueológicos recientes (véase DeSilvey 2006; Pétursdóttir y Olsen 2014).
La fusión de la física cuántica y la teoría queer de Barad se está tornando cada vez más influyente
(Alberti y Marshall 2009; Brittain 2013; Fowler 2013; Harris y Fowler 2014; Ingold 2013; Jones 2012;
Marshall y Alberti 2014). Su teoría del realismo agencial estipula un mundo relacional constantemente
Alberti, B. Arqueologías de la ontología /5
en un proceso de devenir. Es importante destacar que las relaciones son primarias y las relata son una
consecuencia de la relación, cuya dinámica capta con el término "intra-acción". Las cosas determinadas,
argumenta, son el resultado de las relaciones. El concepto de "fenómeno" designa todo lo que está
implicado en un conjunto dado de relaciones. En su forma más radical, su teoría sugiere que debemos
dejar de pensar en cosas de cualquier clase, por más contingentes que sean, que se relacionan entre sí:
más bien, las cosas emergen de determinadas formas a partir de su relación. Un resultado importante de
su teoría es la noción de que las propiedades no son inherentes a las cosas sino que pertenecen al
fenómeno en cuestión, una idea que Marshall y Alberti (2014) exploran en relación con la asignación de
sexo a los esqueletos y de género a los objetos. Desde esta perspectiva, por ejemplo, los huesos
sexuados implican más que los dispositivos de medición inmediatos, sino también "la persona que mide
los esqueletos, las condiciones ambientales del laboratorio, las prácticas económicas y políticas que
afectan al laboratorio, las normas codificadas en las tablas de referencia de las mediciones, y así
siguiendo " (Marshall y Alberti, 2014, p.27). El resultado es tanto la categoría normativa "sexo" como la
asignación de un hueso dado a esa categoría. El sexo no es parte de o está "en" el hueso debido a que el
hueso es sólo una parte del fenómeno que "produce una determinación del sexo" (Marshall y Alberti,
2014, pág 28). Basándose en Deleuze, Conneller (2011, p.125) hace un argumento similar en el caso de
las propiedades emergentes de los materiales a través de la mediación de las tecnologías en el
Paleolítico y Mesolítico europeo, de manera tal que la tecnología a mano y los tipos de prácticas en las
que se involucraban los pueblos prehistóricos producían tanto conocimientos específicos como
propiedades específicas de los materiales. Ella concluye que "trazar los procesos por los cuales emergen
las propiedades de materiales pasados revela configuraciones de mundos pasados."
El término reasignado "ensamble" cubre un terreno similar al del fenómeno de Barad al intentar
movilizar elementos importantes de ontologías relacionales y realistas (Jones y Alberti 2013, véase
Deleuze y Guattari 1988). El ensamble reemplaza al contexto porque connota apertura más que cierre,
una imagen de extensión dinámica (Fowler 2013b, página 252). El ensamble también se ha utilizado
como un modelo para sociedades y cambios pasados (Jones y Sibbesson 2013). Por ejemplo, Harris
(2013) adopta la lectura influyente de DeLanda del ensamble para describir cómo los humanos y los no
humanos produjeron comunidades que cambiaron en composición y a través del tiempo la Gran Bretaña
del Neolítico y la Edad de Bronce, así como tales ensambles predican sobre las comunidades pasadas y
sobre la relación entre el arqueólogo y los restos materiales. El ensamblaje sigue siendo utilizado como
un principio subyacente a la constitución del registro arqueológico, reemplazando al del modelo
lingüístico del contexto (Conneller 2011; Jones y Alberti 2013; Laguens 2013; Lucas 2012,2013; Y.
Hamilakis, manuscrito no publicado). Lucas, por ejemplo, reconfigura las nociones arqueológicas
convencionales de ensambles como depositacionales y tipológicas en una en la que se capta el
dinamismo y el flujo de entidades arqueológicas. En uno de los pocos estudios de caso del largo de un
libro de los nuevos enfoques, Chris Fowler (2013a, 2013b) despliega el concepto de ensamble como una
herramienta "relacional realista" que reúne todos los elementos convencionales del proyecto
arqueológico. Como tal, describe su proyecto como "involucrándose con el ensamble de las ‘prácticas
mortuorias de la Edad de Bronce temprana en el Noreste de Inglaterra’ " (Fowler, 2013a, p.253).
Categorías contingentes
El estado de lo humano en tales relatos ha provocado tensiones. ¿Los humanos son una categoría
contingente también? Para algunos debe haber algo fundamentalmente importante sobre la distinción –
filosóficamente, empíricamente, arqueológicamente y éticamente – y para otros en establecer cualquier
distinción fundamental a priori es un error (Witmore 2014). Sin embargo, se argumenta que el post-
humanismo no se trata de un desinterés en la gente, sino simplemente cambios de foco (Olsen, 2012a,
p.29). Olsen señala un gran cambio en marcha desde la crítica latouriana de las categorías hacia más allá
del “correlacionismo humano”. Este movimiento, en última instancia, nos obliga a considerar cómo las
cosas se relacionan entre sí sin los seres humanos y de una manera no mecánica (Hodder 2012, 2016;
Olsen 2012a). Incluso en Latour, las cosas todavía se discuten en relación con las cualidades humanas
(Harman 2009; Pétursdóttir y Olsen 2014, p.24), lo que deja poco espacio para las "cualidades de cosa"
como "la pasividad y el silencio, la fragmentación y la decadencia". Barad (2007) sostiene que la
"determinación ontológica" se logra cuando una parte del mundo "interpreta" a otra, de la misma
manera que "un riachuelo de agua interpreta una pared" (Witmore, 2014, p.218). El lenguaje es un poco
chocante, aunque conserva un antropomorfismo inevitable. En arqueología, el volumen Ruin Memories
(Olsen y Pétursdóttir 2014) ejemplifica lo que los editores llaman una metafísica "arruinante", en la que
las cosas actúan sobre sí mismas. Al argumentar que, por ejemplo, "la pared tiene un tipo especial de
memoria involuntaria" (Olsen 2010, p.170), las cosas quedan abiertas para hacer sus propios
significados. El trabajo de Ingold (2007, 2015) sobre materiales está estrechamente alineado a esta
aproximación general. Además, en antropología, Holbraad (2014) ha explorado si las cosas o los
materiales pueden ser la fuente de su propia conceptualización.
Relativismo
Pluralizar la ontología trae consigo cargos de relativismo, pues el conocimiento objetivo parece estar en
desacuerdo con bases contingentes. La ontología como "creencias acerca de" la realidad simplemente
esquiva el tema retornando al representacionalismo. Podría decirse, sin embargo, que el "realismo"
ontológico indica el compromiso con una versión fuerte de la verdad y la objetividad. Las aproximaciones
Alberti, B. Arqueologías de la ontología /7
Sin embargo, la verdad y la objetividad existen. Todavía podemos decir cosas sobre el pasado con gran
certeza. Lucas (2012) llama a esto un proceso de materialización, aunque no la materialización de las
ideas, como se entiende comúnmente. En su relato se materializan "cualidades ya inherentes a la
materia misma pero no actualizadas" (Lucas 2012, p.167), no creencias e ideas abstractas. La noción de
verdad de Latour, como cualquier reclamo o actante que tiene aliados fuertes, es repetida por Fowler
(2013b, p.257), quien argumenta que "la arqueología opera mediante la búsqueda de articulaciones
fuertes y efectivas entre diferentes elementos del mundo", incluyendo teorías, aparatos y restos
materiales. Barad utiliza el ejemplo de la paradoja de la dualidad onda-partícula para demostrar que
pueden existir verdades múltiples y objetivas. Este es el "hecho desconcertante de que la luz y la materia
exhiben comportamientos de ondas y partículas", propiedades consideradas convencionalmente
mutuamente excluyentes (Barad 2007, p.123). Según Barad, no hay paradoja porque las propiedades
físicas específicas del aparato usado para medir la materia (un electrón) producen las propiedades
específicas del electrón dentro de ese fenómeno. Fowler y Harris (2014) demuestran el principio
arqueológicamente en el caso de la tumba neolítica de cámaras de West Kennet, mostrando cómo se
puede mover entre existir como un conjunto de relaciones cambiantes y como una cosa específica.
Marshall y Alberti (2014) adaptan las ideas de Barad para argumentar que las categorías tanto de sexo
como de género surgen a través de la repetición de un conjunto de prácticas materiales, cada una
igualmente real. En resumen, siendo ni "naturalismo" ni "constructivismo", el realismo ontológico
sostiene que la objetividad y la verdad pueden ser contingentes, pero no obstante son demostrables y
robustas.
Los enfoques ontológicos, no sin contención, tienden a hacer hincapié en que los arqueólogos trabajan
en "pasados materiales en el presente" (Olsen et al, 2012, pág.1; Witmore 2014; aunque veáse Fowler
2013a, 2013b). Así como existen múltiples ontologías, también hay múltiples temporalidades. El registro
material es, según Olsen, una expresión de cómo el "pasado se reúne realmente en el presente" (Olsen
2010, p.26) en lugar de ser una evidencia fragmentaria de la historia. Bergson es una fuerte influencia
(Hamilakis 2013; Lucas 2012; Olsen 2010). Hamilakis (2013) ilustra esta nueva ontología del tiempo,
argumentando, sobre la base de las affordances sensoriales de la materia, a favor de múltiples tiempos
coexistentes y de la materia como multitemporal. Los materiales reciben cierta autonomía a través de la
noción de "residuo" (Lucas 2012) o la idea de "objetos de memoria", entidades materiales en las que “se
registra la memoria de un momento en el tiempo". Registran memorias físicas, de acuerdo con Olivier
(2011, p. 132) debido a su "sensibilidad temporal". Son capaces de acumular inscripciones de eventos,
así como las lagunas – periodos de insensibilidad – que las separan. Como tal, Olivier (2011, p.34)
argumenta que no debemos definir el pasado, sino más bien determinar "lo que nos puede decir el
Alberti, B. Arqueologías de la ontología /8
Por "la arqueología de las ontologías sociales" me refiero a los enfoques que incorporan algunos
elementos de una aproximación ontológica y los aplican a sus esfuerzos interpretativos en lugar de llevar
a cabo una completa revisión metafísica de la disciplina. Estos usos se caracterizan por una extensión de
lo social, la reconstrucción de ontologías pasadas y el uso de material de caso antropológico como una
herramienta analógica o "aliado relacional". Tal trabajo es aditivo más que reconstructivo, incluyendo la
ontología como una nueva herramienta interpretativa y, como se puede ver, como una continuación de
la arqueología social.
Podría decirse que Alberti y Bray (2009) inauguraron este enfoque en una edición especial del Cambridge
Archaeological Journal. El volumen editado por Watt Relational Archaeologies (2013a) es una
continuación importante, así como algunos capítulos en Archaeology After Interpretation (Alberti et al.,
2013). Los enfoques ontológicos sociales utilizan la teoría ontológica reciente y los escritos etnográficos
para reconstruir más fielmente las ontologías de sociedades pasadas. Con este fin, hacen uso extensivo
de los relatos antropológicos de las ontologías de otros. Se argumenta que la ontología de la sustancia
moderna ha oscurecido las ontologías de otros pueblos, las cuales pueden tomar formas muy diferentes,
pero a menudo son concebidas como "relacionales" (Alberti y Bray 2009). Se subraya la superación de los
dualismos modernos, que desde hace mucho tiempo preocupan a la teoría arqueológica, con especial
énfasis en mente/materia y naturaleza/cultura (Alberti y Bray 2009; Gosden y Yarrow, 2012, p.24). Se
exploran "ontologías contra-modernas" – ya sean no occidentales o alternativas desde dentro de
Occidente – para ver "cómo tales formas de vida relacionales cristalizan en el registro arqueológico"
(Watts, 2013b, p-13: véase también Brown y Walker, 2008).
Las arqueologías del cuerpo han sido prominentes en la literatura ontológica, no sorprendentemente
dados los antecedentes de la arqueología ontológica en el feminismo, y las aproximaciones queer y
fenomenológicas. Los estudios de cuerpos incluyen, por ejemplo, el examen de la equivalencia
ontológica de cuerpos y vasijas en cerámicas antropomórficas del noroeste argentino (Alberti 2014a); la
congelación temporal de cuerpos fluidos e inestables entre la cultura Linearbandkeramik de Europa
central (Hoffman 2013); y la coexistencia de ontologías superpuestas y contemporáneas del cuerpo en la
prehistoria europea (Robb y Harris 2015). Harris y Robb (2012) abogan por una ontología del cuerpo
"multimodal" culturalmente universal sobre la base de su ambicioso estudio. La evidencia indica que las
ontologías de los cuerpos cambiaron a través del tiempo, pero que las ontologías solapantes y
aparentemente contradictorias pueden ser vividas simultáneamente (véase también Mol 2002 para un
ejemplo de STS del "cuerpo múltiple"). La relación ontológica general cuerpo-mente-ambiente ha sido
explorada por Gosden (2008), que ha investigado el desarrollo neurológico y corporal a través de la
interacción con, por ejemplo, las espadas de la Edad de Hierro. Del mismo modo, Malafouris (2013) ha
colapsado la separación ontológica de cuerpo, mente y mundo, argumentando por la importancia del
Alberti, B. Arqueologías de la ontología /9
ejemplo, Betts et al. (2012) aplican el concepto de perspectivismo para interpretar las relaciones entre
humanos y tiburones en contextos mortuorios marítimos del Arcaico Tardío hasta el Bosque Tardío. Los
tiburones, sugieren, eran considerados congéneres de los seres humanos y los dientes de los tiburones
fueron utilizados para ganar algunas de las habilidades del tiburón. Conneller (2004) se basa en Deleuze
y Viveiros de Castro para hacer una interpretación similar, pero más sofisticada, de las astas del
Mesolítico en Star Carr. Así, el perspectivismo se ha convertido en un modelo general aplicable a muchos
contextos (Weismantel 2015).
Aunque el animismo es una parte importante de la arqueología ontológica, no siempre constituye una
arqueología ontológica crítica. Este trabajo tiene como objetivo reconstruir las ontologías pasadas
análogamente a la reconstrucción de la cultura pasada. Como tal, satisface nuestras curiosidades
históricas sobre cómo otras personas pudieron haber vivido vidas muy diferentes, construyendo hacia
una taxonomía de ontologías. Sin embargo, no conduce a cuestiones ontológicas. Es revelador que el
objetivo de Viveiros de Castro – sistematizar el pensamiento amerindio en una metafísica tal que pueda
tener un efecto recíproco sobre el pensamiento antropológico y la metafísica "naturalista" u occidental
– rara vez es citado. Como tal, mucha de la ontología social y la nueva arqueología animista omiten la
postura crítica de la obra de Viveiros de Castro.
De manera importante, entonces, el nuevo animismo deja sin resolver las cuestiones ontológicas
antropológicas más interesantes. Del mismo modo, los arqueólogos metafísicos tienden a ignorar
firmemente a la antropología (Olsen 2010). Pero el arduo trabajo que desarrolla la nueva metafísica
arqueológica sobre la base de una tradición intelectual occidental alternativa no nos acerca más a lidiar
con la diferencia ontológica que se nos presenta antropológicamente. En esta sección, esbozo tanto el
proyecto antropológico que considera a la ontología como una cuestión crítica productiva de
compromiso conceptual, y el trabajo de los arqueólogos que, influenciados a menudo por Viveiros de
Castro, Holbraad y el volumen Thinking Through Things (Henare et al., 2007a), teorizan y practican la
arqueología sobre la base de las teorías indígenas. En esencia, donde los nuevos animistas recurren al
animismo como una fuente de analogías, la ontología crítica recurre al animismo como una fuente de
teoría.
Alberti, B. Arqueologías de la ontología /11
Como ha sostenido Viveiros de Castro (2003), el efecto de la conversión de las preguntas ontológicas en
epistemológicas ha hecho que las afirmaciones de otros pueblos sobre la realidad y sus compromisos
ontológicos parezcan triviales o erróneos. La meta-teorización del animismo amazónico ha dado lugar a
la teoría del perspectivismo amazónico, que postula una metafísica "multinatural" que invierte la
relación cultura-naturaleza, reemplazando nuestras múltiples culturas y la naturaleza singular con
múltiples naturalezas (mundos) y una cultura singular (modo de conocer esos mundos). Viveiros de
Castro ha descrito su teoría del perspectivismo como una bomba teórica, diseñada para explotar el
pensamiento occidental desafiando supuestos intelectuales occidentales básicos y conceptos
antropológicos (Latour 2009).
Es el perspectivismo como teoría, por lo tanto, que debe viajar a la arqueología y no las analogías
basadas en el contenido etnográfico (Alberti y Marshall 2009; Alberti 2014a). Por ejemplo, he utilizado
las afirmaciones meta-teóricas del perspectivismo sobre los cuerpos para reconsiderar el concepto de
escala en relación con la cerámica físicamente "de miniatura" del noroeste de Argentina (Alberti, 2013).
En los relatos perspectivistas, el cuerpo humano no se limita a un solo tamaño. Los espíritus, por
ejemplo, se experimentan como diminutos pero brillantemente decorados o enormes y grotescos. En el
caso de la cerámica, argumenté que el tamaño no era la medida de escala, sino más bien la intensidad de
la decoración: cuanto más intenso o grotesco era el cuerpo, más "cuerpo" era. Otros arqueólogos están
involucrados con los conceptos y las prácticas indígenas de manera similar. Trabajando desde la
comunalidad en lugar de la alteridad, Fowles (2013) aboga por que los arqueólogos se comprometan con
la crítica de la antropología de Vine Deloria y su metafísica india americana. Fowles (2013) desarrolla el
concepto de "haceres"1 con los que reemplaza la categoría de religión en la arqueología Pueblo. Green y
Green (2013) muestran cómo el trabajo con las comunidades indígenas lleva al compromiso con la
alteridad conceptual a través de un proyecto de arqueología pública entre los Palikur en el estado de
Amapá, Brasil. El resultado es una redefinición de la arqueología como "siguiendo las huellas de los
antepasados". De manera similar, Haber (2009, 2013) utiliza el concepto andino de "uywaña" para
reconceptualizar tanto la práctica arqueológica como la interpretación. Marshall (Marshall y Alberti
2014) ha trabajado con las cosas/conceptos maoríes de fukapapa y taonga. Cuando se describe como
Taonga, algo está cubriendo tanto la conversación como la entidad física; como tal, las categorías
arqueológicas sólo pueden capturar parte de lo que es significativo sobre un objeto.
Los arqueólogos se sintieron atraídos por Thinking Through Things (Henare et al., 2007a) debido a la
promesa de que podíamos "tomar en serio" casos de creencias nativas aparentemente inexplicables.
Henare et al. (2007b) presenta la idea de la "cosa" concepto: una categoría ontológica no especificada
que puede ser "llenada" a través de la observación etnográfica, y diseñada para permitir que la alteridad
ontológica tome parte de su contenido. Holbraad (2007, 2012) ofrece el ejemplo del "polvo-poder", una
sustancia utilizada en las ceremonias de adivinación cubana de Ifá, que según la observación no es ni
idea estricta ni materia física, sino ambas. El proyecto de Holbraad, aunque estrechamente alineado con
Viveiros de Castro, es sobre el poder de estos casos de alteridad para generar nuevos conceptos, más
que sobre el desarrollo de una nueva metafísica (Alberti et al 2011; aunque véase Kohn 2015). Holbraad
(2012, p- 46-47) lo llama "antropología recursiva", describiendo la recursividad como la voluntad de
1
doings, en el original, que también podría ser traducido como “obras”, “hechos”, “actividades”, “eventos”, es
decir, la idea de algo que se hace o se produce [N. del T.]
Alberti, B. Arqueologías de la ontología /12
permitir que nuestros conceptos se transformen en relación con los indígenas. La alteridad es "una
función de la divergencia entre los materiales etnográficos y las suposiciones que les aporta el analista"
(Holbraad 2012, p. 54). Si la ontología es lo que “es”, entonces la alteridad es lo que otros dicen que “es”
que no tiene sentido para nosotros. La tensión – divergencia – es el centro productivo del método
recursivo. En arqueología, he intentado entender a vasijas de cerámica antropomorfas de noroeste de
Argentina como “cuerpo-ollas,” rechazando la separación del objeto de cerámica del organismo de
carne, en un intento de liberar la alteridad potencial de la sobredeterminación del pensamiento
representacional (Alberti 2014).
La cuestión crucial en la arqueología ontológica crítica, diría yo, es cómo reconciliar las nuevas
aproximaciones metafísicas con las muy diferentes ontologías – incomensurables, incluso – en acción
entre los pueblos no occidentales y pre-modernos. El peligro es que la nueva ortodoxia meta-ontológica
se convierta en una nueva "metafísica inmutable" (Alberti et al., 2011), impermeable a las palabras y los
hechos de las sociedades en pequeña escala, a menudo presentadas en forma narrativa compleja que, a
pesar de la obra de antropólogos e intelectuales indígenas (Deloria 2003; Kopenawa y Albert 2013), sigue
siendo extraña e inaccesible a la sistematización. Los arqueólogos metafísicos resisten la adopción de
ideas de la antropología social (Olsen 2010). Su preocupación es que la arqueología debe ser
arqueológica en lugar de basar su alteridad de otra parte. Pero hay un punto de convergencia. Lo que
une a la antropología y la arqueología es el reconocimiento de que la alteridad u Otredad existe en las
cosas. La alteridad arqueológica puede entenderse como cosas que no tienen sentido ontológicamente,
que escapan a los marcos tradicionales. La popularidad entre los arqueólogos metafísicos de la
afirmación de Harman (2009) que algo de una cosa permanece retraído, más allá de todas las relaciones,
y la idea de "objetos de memoria" (Oliver 2011) puede entenderse bajo esta luz (aunque véase Fowler
2013b, p. 242). Se convierte en la responsabilidad de los arqueólogos llegar a esa Otredad, "la diferencia
arqueológica" (Pétustdóttir 2014, p.326) mantenida en las cosas.
Como tal, entre los arqueólogos orientados ontológicamente es evidente un "nuevo tipo de reflexividad"
(Fowler 2013a). La postura correcta hacia esa alteridad es la apertura o el asombro, el énfasis en lo
descriptivo más que en lo teórico y la atención a nuestras respuestas encarnadas. La cuestión para el
proyecto ontológico crítico en arqueología podría ser: ¿”Cómo vamos a movilizar y manifestar" los
nuevos pasados de las cosas? (Witmore 2014, página 219). Se trata de una cuestión ontológica porque
no sólo estamos implicados subjetivamente en los pasados que investigamos, como lo reconoce el post-
procesualismo, sino que somos objetivamente parte de esos pasados (Fowler 2013b; Jones y Alberti
2013; Pietustdóttir, 2014); así la arqueología "describe y transforma lo que realmente hay en el mundo"
(Fowler, 2013b, p.236). De hecho, una preocupación por los métodos distingue el proyecto ontológico
crítico – arqueólogos que entienden su proyecto como ontológico hasta sus raíces – de los ontologistas
sociales, que aplican modelos ontológicos en lugar de abrirse a los efectos de otras ontologías o la
alteridad en los materiales.
entendimiento (Pétustdóttir y Olsen 2014; Scott 2014; Stengers 2011). Basándose en Walter Benjamin
en particular, Oliver (2011) reconoce la extrañeza, o misterioso, que experimentamos en presencia de
cosas arqueológicas – es lo que no logramos captar en nuestras representaciones. "Los arqueólogos de
ruinas" reconocen que la alteridad ontológica no es cosa de un pasado lejano (Olsen y Pétustdóttir
2014). Pétursdóttir (2014, p. 336-37; véase también Hamilakis 2013) sostiene que tal postura de
apertura a la alteridad o asombro es esencial para que las cosas – ruinas, cosas arqueológicas que nos
sorprendan – puedan afectarnos, resistiendo el movimiento más o menos instantáneo para perder esa
Otredad dentro de un esquema analítico o interpretativo para hacerlo familiar. La meta del autor es
"permanecer asediados y comprometidos con" lo extraño de las cosas, en vez de ir más allá de ella a
través de la "purificación, contextualización o interpretación", lo que ella llama una "ontología humilde y
atenta" (Pétustdóttir 2014, p.346). ), un eco claro del método antropológico de Henare et al. (2007a).
La "descripción densa, cuidadosa" (Fowler 2013b, p. 256-57; Pétustdóttir y Olsen; Thomas 2015;
Witmore 2014, p. 221) de las cosas – o "seguir los materiales", en la fructífera frase de Ingold (2007) –
marca una importante distinción entre la antropología y la arqueología. Los arqueólogos están altamente
sensibilizados con los materiales y las cosas, ya que parten de ellos (Olsen et al., 2012), mientras que los
materiales han escapado a la crítica ontológica en la antropología, y su alteridad en gran parte
desconocida (Alberti 2014a). Los arqueólogos ontológicos reconocen que las cosas tienen algo que decir
en cómo llegar a los significados (Edgeworth 2012; Olsen 2010, 2012a). El giro descriptivo es también
una respuesta contra el peligro de la sobreinterpretación, de encajar las cosas en marcos
preestablecidos. Se argumenta que los arqueólogos deben volverse más descriptivos para sacar a la luz
partes de la realidad arqueológica que quedan de los informes ordinarios (Olsen, 2012a, p.27). Witmore
(manuscrito inédito) llama a este método corografía, de acuerdo a los abarcadores escritos descriptivos
de viajeros antiguos y anticuarios en los cuales se incluían todos los elementos de la escena, evitando así
las proscripciones de la historia lineal. Lo que se encuentra se impone, obliga a una elección y a una
descripción.
Esta forma de reflexividad está estrechamente alineada con la actividad cinética y la experiencia de estar
en el campo (Edgeworth 2012; Witmore 2014), donde podemos estar sensorialmente abrumados
cuando nos enfrentamos con lo extraño (Pétursdóttir 2012, 2014). Del mismo modo, Ingold (2014, p.243)
argumenta que necesitamos "caminar a través y con" nuestros materiales, como los cazadores siguen las
huellas de los animales (ver también Green y Green 2013). Pétursdósttir y Olsen (2014, p.24) dan a este
método arqueológico un elemento incorporado distinto, llamándolo un método de "atención estética",
una forma de "apertura cognitiva y sensual." Hamilakis (2013, p.4) Este método se asemeja al efecto que
también puede tener el arte, o a lo que Kohn (2015, p.331) se refiere como ser “hecho de nuevo”
ontológicamente por un proyecto artístico que no es metafísico, sino que más bien está diseñado para
impactarnos, una forma de "poética ontológica". Los enfoques antropológicos y arqueológicos son
aliados en estos objetivos en la medida en que la alteridad u Otredad es la chispa productiva; la teoría
indígena y el compromiso con los pensadores indígenas son elementos importantes en este proyecto
para evitar un relato generalizado, incorporado, del asombro de los materiales.
Alberti, B. Arqueologías de la ontología /14
Hay una buena razón para emitir nuestros objetos arqueológicos como retraídos, taciturnos, o
reticentes, sea esta una afirmación metafísicamente apropiada o no. Si se colocan a las cosas en una
estructura conceptual preexistente o en un modelo interpretativo, necesariamente no se "tiene" el
pasado. Si usted busca modos en que puedan tener un impacto en su pensamiento, conceptos y
ontología, entonces está necesariamente desbloqueando lo que es más "del pasado" sobre la cosa. Un
gran desafío para la arqueología será cómo trabajar con nuestro material de manera tal que maximice el
potencial para que surjan diferencias ontológicas. De acuerdo con Pétursdóttir y Olsen (2014, p.14; véase
también Olsen et al. 2012; Witmore 2014), ésta es la razón de una ética del cuidado de los objetos y del
pasado, tomando en serio su Otredad. Uno de los objetivos de la nueva metafísica es comprender mejor
las relaciones entre los no humanos que nos permitirán hacer frente a desafíos contemporáneos y
arqueológicos (Olsen y Witmore, 2015, p.189), tal como Kohn (2015) sostiene que el giro ontológico en la
antropología es sobre el desarrollo de herramientas para enfrentar la crisis ecológica contemporánea. El
cuidado de las cosas (Olsen et al., 2012) consiste en respetar su alteridad. ¿Podría la arqueología ser así
un socio en los proyectos anti-modernizadores que defienden una "pluralidad de modos de ser" (Kohn
2015, p.332)?
Alberti, B. Arqueologías de la ontología /15
Referencias
Alaimo S, Hekman SJ. 2008. Material feminisms. Bloomington, IN: Indiana University Press
Alberti B. 2012. Queer Prehistory: Bodies, Performativity, and Matter. In Blackwell Companion to Gender
Prehistory, ed. D Bolger, 86-107. Oxford, UK: Blackwell
Alberti B. 2013. Archaeology and ontologies of scale: the case of miniaturization in first millennium
northwest Argentina. In Archaeology After Interpretation, B. Alberti, A. Jones and J. Pollard (eds).
Walnut Creek, CA: Left Coast Press
Alberti B. 2014a. Designing body–pots in the Early Formative La Candelaria Culture, Northwest
Argentina. In Making and Growing: Anthropological Studies of Organisms and Artefacts, eds E
Hallam, T Ingold, pp. 107-25. Aldershot, UK: Ashgate
Alberti B. 2014b. Archaeology, risk, and the alter-politics of materiality. Fieldsights Theor. Comtemp. Cult.
Anthropol. Online, Jan. 13. http://culanth.org/fieldsights/476-archaeology-risk-and-the-alter-
politics-of-materiality
Alberti B., Bray T.L. 2009. Animating archaeology: of subjects, objects, and alternative ontologies. Camb.
Archaeol. J. 19(3):337–43
Alberti B., Marshall Y. 2009. Animating archaeology: local theories and conceptually open- ended
methodologies. Camb. Archaeol. J. 19(3):344–56
Alberti B., Jones A.M., Pollard, J., eds. 2013. Archaeology after Interpretation: Returning Materials to
Archaeological Theory. Walnut Creek, CA: Left Coast Press
Alberti B., Fowles S., Holbraad, M., Marshall Y., Witmore C.L. 2011. ‘Worlds otherwise’: archaeology,
anthropology and ontological difference. Curr. Anthropol. 52(6):896–912
Anderson B., Harrison P., 2010. Taking-Place: Non-Representational Theories and Geography. Aldershot,
UK: Ashgate
Barad K., 2007. Meeting the Universe Halfway: Quantum Physics and the Entanglement of Matter and
Meaning. Durham, NC: Duke University Press
Bennett J., 2010. Vibrant Matter: a Political Ecology of Things. Durham, NC: Duke University Press
Betts M.W., Blair S.E., Black D.W. 2012. Perspectivism, mortuary symbolism, and human-shark
relationships on the Maritime Peninsula. Am. Antiquity 77(4):621-45
Borid D. 2013. Theater of predation: beneath the skin of Göbekli Tepe images. In Relational
Archaeologies, ed. C Watts, pp. 42-64. London y New York: Routledge
Bray T. 2009. An archaeological perspective on the Andean concept of camaquen: thinking through late
pre-Columbian ofrendas and huacas. Camb. Archaeol. J 19(3):357-66
Bray T. 2012. Ritual Commensality between Human and Non-Human Persons: Investigating Native
Ontologies in the Late Pre-Columbian Andean World. e-Topoi: Journal for Ancient Studies (Sp.
Vol. 2):197-212.
Bray T, ed. 2015. The Archaeology of Wak'as: Explorations of the Sacred in the Pre-Columbian Andes.
Bolder, CO: University of Colorado Press.
Brittain M.W.R. 2013. Assembling bodies, making worlds: an archaeological topology of place. In
Archaeology After Interpretation, ed. B Alberti, A Jones, J Pollard, pp. 257-76. Walnut Creek, CA:
Left Coast Press.
Brown L.A., Walker WH. 2008. Prologue: archaeology, animism and non-human agents. J. of Archaeol.
Method and Theory 15(4):297–9
Bryant L., Srnicek N., Harman G., eds. 2011. The Speculative Turn: Continental Materialism and Realism.
Melbourne, Aust.: re.press
Alberti, B. Arqueologías de la ontología /16
Budden S., Sofaer J. 2009. Non-discursive Knowledge and the Construction of Identity Potters, Potting
and Performance at the Bronze Age Tell of Százhalombatta, Hungary. Camb. Archaeol. J.
19(2):203-20
Burström M. 2012. If we are quiet, will things cry out? Curr. Swedish Archaeol. 20: 41-45
Butler J. 1993. Bodies That Matter: On the Discursive Limits of “sex”. London y New York: Routledge.
Conneller C. 2004. Becoming deer. Corporeal transformations at Star Carr. Archaeol. Dialogues 11(1):37-
56
Conneller C. 2011. An Archaeology of Materials: Substantial Transformations in Early Prehistoric Europe.
London y New York: Routledge
Coole D., Frost S. 2010. Introducing the new materialisms. In New materialisms: ontology, agency, and
politics, ed. D Coole, S Frost, pp. 1-46. Durham, NC: Duke University Press
Creese J.L. 2011. Algonquian rock art and the landscape of power. J. of Social Archaeol.11(1):3- 20
DeLanda M. 2004. Intensive Science and Virtual Philosophy. London: Continuum
Deleuze G., Guattari F. 1988. A Thousand Plateaus. Trans. Brian Massumi. Minneapolis, MN: Univ. of
Minn. Press
Deloria V. 2003. God is Red: A Native View of Religion. Golden, CO: Fulcrum Publishing (Third edition).
DeSilvey C. 2006. Observed decay: telling stories with mutable things. J. of Material Culture 11(3):318-38
Dolwick J.S. 2009. ‘The Social’ and beyond: introducing actor-network theory. J. of Maritime Archaeol.
4(1):21-49
Edgeworth M. 2012. Follow the cut, follow the rhythm, follow the material. Norwegian Archaeol. Review
45(1):76-92
Fowler C. 2004. The Archaeology of Personhood: An Anthropological Approach. London: Routledge.
Fowler C. 2013a. The Emergent Past: A Relational Realist Archaeology of Early Bronze Age Mortuary
Practices. Oxford University Press.
Fowler C. 2013b. Dynamic assemblages, or the past is what endures: change and the duration of
relations. In Archaeology After Interpretation, ed. B Alberti, A Jones, J Pollard, pp. 235-56.
Walnut Creek, CA: Left Coast Press.
Fowler C, Harris OJ. 2015. Enduring relations: Exploring a paradox of new materialism. J. of Material
Culture 20(2):127-48
Fowles S. 2013. An Archaeology of Doings : Secularism and the Study of Pueblo Religion. Santa Fe, NM:
School of Advanced Research Press.
Gabriel M. 2015. Fields of Sense: A New Realist Ontology. Edinburgh: Edinburgh Univ. Press.
Gosden C. 2008. Social ontologies. Phil. Trans. of the Royal Society of London B: Biological Sciences
363(1499):2003-2010.
Gosden C, Garrow D. 2012 A Technology of Enchantment? Exploring Celtic Art 400 BC – AD 100. Oxford,
UK: Oxford University Press.
Green L., Green D. 2013. Knowing the Day, Knowing the World: Engaging Amerindian Thought in Public
Archaeology. Tucson, AZ: The University of Arizona Press.
Grosz E. 1994. Volatile Bodies: Toward a Corporeal Feminism. Bloomington, IN: Indiana University Press.
Haber A.F. 2009. Animism, relatedness, life: Post-Western perspectives. Camb. Archaeol. J. 19(3):418-30
Haber A. 2013. Carnival times and the semiopraxis of the snake: mining and the politics of knowledge. In
Archaeology After Interpretation, ed. B Alberti, A Jones, J Pollard, pp. 79-96. Walnut Creek, CA:
Left Coast Press.
Hallam E., Ingold T., eds. 2014. Making and Growing: Anthropological Studies of Organisms and
Alberti, B. Arqueologías de la ontología /17
Latour B. 1993. We Have Never Been Modern. Cambridge, MA: Harvard Univ. Press
Latour B. 1999. Pandora’s hope: essays on the reality of science studies. Cambridge, MA: Harvard Univ.
Press
Latour B. 2005. Reassembling the Social: An Introduction to Actor-Network-Theory. Oxford: Clarendon
Latour B. 2009. Perspectivism:‘Type’or ‘bomb’? Anthropol. Today 25(2):1-2
Latour B. 2013. An Inquiry into Modes of Existence: An Anthropology of the Moderns. Cambridge, MA:
Harvard Univ. Press
Losey RJ, Bazaliiskii VI, Lieverse AR, Waters-Rist A, Faccia K, Weber AW. 2013. The bear- able likeness of
being: ursine remains at the Shamanka II cemetery, Lake Baikal, Siberia In Relational
Archaeologies, ed. C Watts, pp. 65-96. London y New York: Routledge
Lucas G. 2012. Understanding the Archaeological Record. Cambridge, UK: Cambridge Univ. Press
Lucas G. 2013. Afterword: archaeology and the science of new objects. In Archaeology After
Interpretation, ed. B Alberti, A Jones, J Pollard, pp. 369-80. Walnut Creek, CA: Left Coast Press
McNiven I.J. 2013. Between the living and the dead: relational ontologies and the ritual dimensions of
dugong hunting across Torres Strait. In Relational Archaeologies, ed. C Watts, pp. 97-116.
London y New York: Routledge
Malafouris L. 2013. How Things Shape the Mind: A Theory of Material Engagement. MIT Press
Marshall Y., Alberti B. 2014. A matter of difference: Karen Barad, ontology and archaeological bodies.
Camb. Archaeol. J. 24(1):9–36
Martin A.M. 2013. Archaeology Beyond Postmodernity: A Science of the Social. Lanham, MD: AltaMira
Press
Meillassoux Q. 2008. After Finitude: An Essay on the Necessity of Contingency. London y New York:
Continuum
Mol A. 2002. The Body Multiple: Ontology in Medical Practice. Durham, NC: Duke Univ. Press
Olivier L. 2011. The Dark Abyss of Time: Archaeology and Memory. Lanham, MD: AltaMira Press
Olsen B. 2010. In Defense of Things: Archaeology and Ontology of Objects. Lanham, MD: Altamira Press
Olsen B. 2012a. After interpretation: Remembering archaeology. Curr. Swedish Archaeology 20:1-34
Olsen B. 2012b. Symmetrical archaeology. In Archaeological Theory Today (2nd edition), ed. I Hodder, pp.
208-28. Oxford, UK: Blackwell Press
Olsen B, Pétursdóttir Þ, eds. 2014. Ruin Memories: Materiality, Aesthetics and the Archaeology of the
Recent Past. London y New York: Routledge
Olsen B, Witmore C. 2015. Archaeology, symmetry and the ontology of things. A response to critics.
Archaeol. Dialogues 22(2):187-97
Olsen B, Shanks M, Webmoor T, Witmore, CL. 2012. Archaeology: The Discipline of Things. Berkeley:
Univ. of California Press
Overton N.J., Hamilakis Y., 2013. A manifesto for a social zooarchaeology. Swans and other beings in the
Mesolithic. Archaeol. Dialogues 20(2):111-36
Pétursdóttir, Þ., 2012. Small things forgotten now included, or what else do things deserve?. Internat. J.
of Hist. Archaeol. 16(3):577-603
Pétursdóttir Þ. 2014. Things out-of-hand: the aesthetics of abandonment. In Ruin Memories: Materiality,
Aesthetics and the Archaeology of the Recent Past, ed. B Olsen, Þ Pétursdóttir, pp. 3-30. London
y New York: Routledge
Pétursdóttir Þ, Olsen B. 2014. An archaeology of ruins. In Ruin Memories: Materiality, Aesthetics and the
Archaeology of the Recent Past, ed. B Olsen, Þ Pétursdóttir, pp. 3-30. London y New York:
Alberti, B. Arqueologías de la ontología /19
Routledge
Robb J, Harris O, eds. 2015. The Body in History. Cambridge, UK: Cambridge Univ. Press
Robinson D. 2013. Transmorphic being, corresponding affect: ontology and rock art in South- Central
California. In Archaeology After Interpretation, ed. B Alberti, A Jones, J Pollard, pp. 59- 78.
Walnut Creek, CA: Left Coast Press.
Scott M.W. 2014. To be a wonder: anthropology, cosmology, and alterity. In Framing Cosmologies: The
Anthropology of Worlds, ed. A Abramson, M Holbraad, pp. 31-54. Manchester, UK: Manchester
Univ. Press
Shanks M. 2007. Symmetrical archaeology. World Archaeol. 39(4):589-96
Shanks M. 2012. The Archaeological Imagination. Walnut Creek, CA: Left Coast Press
Stengers I. 2011. Wondering and Materialism, In The Speculative Turn: Continental Materialism and
Realism, ed. L Bryant, N Srnicek, G Harman, pp. 68-80. Melbourne: re.press
Strathern M. 1988. The Gender of the Gift: Problems with Women and Problems with Society in
Melanesia. Berkeley: Univ. Calif. Press
Swenson E. 2015. The Materialities of Place Making in the Ancient Andes: a Critical Appraisal of the
Ontological Turn in Archaeological Interpretation. J. of Archaeol. Method and Theory 22(3):677-
712
Thomas J. 1998. Time, Culture and Identity: An Interpretive Archaeology. London y New York: Routledge
Thomas J. 2015. The future of archaeological theory. Antiquity 89(348):1287-96
Vannini P., ed. 2015. Non-Representational Methodologies: Re-Envisioning Research. London y New York:
Routledge
Venkatesan S., Carrithers M., Candea M., Sykes K., Holbraad M. 2010. Ontology is just another word for
culture. Crit. Anthropol. 30:152–200
Viveiros de Castro E. 2003. Anthropology (AND) science. http://abaete.wikia.com/wiki/. (Also published
in Manchester Papers in Social Anthropology, 7.)
Viveiros de Castro E. 2010. Metafísicas Caníbales: Líneas de Antropología Postestructural. Buenos Aires:
Katz Editores
Viveiros de Castro E. 2012. Cosmological perspectivism in Amazonia and elsewhere. HAU: Masterclass
Series 1:45-168
Wallace S. 2011. Contradictions of Archaeological Theory: Engaging Critical Realism and Archaeological
Theory. London y New York: Routledge
Watts C. 2013a. Relational Archaeologies. London y New York: Routledge.
Watts C. 2013b. Relational archaeologies: roots and routes. In Relational Archaeologies, ed. C Watts, pp.
1-20. London y New York: Routledge.
Webmoor T. 2005. Mediational techniques and conceptual frameworks in archaeology A model in
‘mapwork’ at Teotihuacán, Mexico. J. of Social Archaeol 5(1):52-84
Webmoor T., Witmore C.L. 2008. Things are us! A commentary on human/things relations under the
banner of a ‘social’ archaeology. Norwegian Archaeol. Rev. 41(1):1-18.
Weismantel M. 2013. Inhuman eyes: looking at Chavín de Huantar. In Relational Archaeologies, ed. C
Watts, pp. 21-41. London y New York: Routledge.
Weismantel M. 2015. Seeing like an archaeologist: Viveiros de Castro at Chavín de Huantar. J. of Social
Archaeol. 15(2):139-59.
Wilkinson D. 2013. The Emperor's new body: personhood, ontology and the Inka sovereign. Camb.
Archaeol. J. 23(3):417-32
Alberti, B. Arqueologías de la ontología /20
Willerslev R. 2007. Soul Hunters: Hunting, Animism, and Personhood Among the Siberian Yukaghirs.
Berkeley, CA: Univ. California Press.
Witmore C.L. 2007. Symmetrical archaeology: excerpts of a manifesto. World Archaeology 39(4):546-62
Witmore C. 2014. Archaeology and the New Materialisms. J. of Contemp. Archaeol. 1(2):203-46
Witmore C. (manuscrito inédito) Old Lands: A Chorography of the Eastern Morea.
Zedeño M.N. 2013. Methodological and analytical challenges in relational archaeologies: a view from the
hunting ground. In Relational Archaeologies, ed. C Watts, pp. 117-134. London y New York:
Routledge