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c a r a t u l a

Nombre Dulce maria paiz garcia

Grado 2 basico

Sección b

Materia Ciencias naturalez


La sistematica es
Sin duda los productos mejor conocidos de la sistemática son las
clasificaciones. Éstas constituyen propuestas en las que se agrupan los
organismos de acuerdo a sus relaciones evolutivas (putativas o confirmadas),
en un arreglo jerárquico que considera varias categorías (taxones)
sucesivamente inclusivas que representan líneas de descendencia, justo como
un árbol genealógico, donde las ramas terminales son las especies. En la figura
4 se muestran varias de las categorías utilizadas en la clasificación de un
pequeño pitayo nativo. Las categorías en sí no tienen significado biológico, son,
por así decirlo, los cajones con la forma y el tamaño adecuados para contener a
las cajas más pequeñas que guardan a los elementos (grupos de organismos)
que comparten la misma historia genealógica. Actualmente, el sustento teórico
principal de las clasificaciones es que cada taxón debe ser monofilético. Esta
cualidad permite que la capacidad predictiva acerca de las propiedades de
características aun no estudiadas en elementos de un mismo grupo sea alta.
Aunque por mucho tiempo la morfología fue la fuente principal de datos para
establecer el parentesco entre los organismos, en su desarrollo la sistemática
fue integrando información de diversas campos del conocimiento, como la
anatomía, la fisiología, la química, la paleontología, la geografía y, actualmente,
utiliza de manera preponderante las variaciones en la estructura molecular de
los ácidos nucleicos, sobre todo del ADN. Al final, el cúmulo de datos
considerados en la caracterización de un grupo particular dentro de la
clasificación queda asociado a un nombre taxonómico que es reconocido por
todo mundo, sin importar el área del conocimiento o la región geográfica. Con
ello, las clasificaciones por medio de los nombres taxonómicos constituyen una
especie de lenguaje cifrado con el cual se puede recuperar toda la información
existente sobre cualquier grupo de organismos.

Como ya se mencionó antes, los resultados de los estudios en sistemática,


cubren diversos campos de interés científico. Pero cabe destacar uno que es
básico y central para investigaciones de diversa índole: la identificación
correcta de las especies. No es trivial, en un análisis fitoquímico, estar seguros
que un compuesto activo fue obtenido de la especie A y no de la especie B, o si
el insecto depredador de una planta es el escarabajo X y no el escarabajo Y, o
si la especie de ave N está presente o no en cierta región geográfica, e incluso,
si las muestras para un análisis filogenético provienen de las especies
requeridas. La certidumbre de una “simple” lista de especies de cualquier grupo
de organismos es fundamental para la valoración de otros asuntos; primero,
para comprender cabalmente la magnitud e importancia del patrimonio
biológico que se posee y, en segundo lugar, a fin de tomar las medidas
necesarias para su conservación y uso responsable.

Los diversos tópicos con los que la sistemática se enlaza a las


diferentes áreas de la ciencia mencionados más arriba, no son
únicamente de interés académico, tienen también, en mayor o menor
grado, un impacto social. Para empezar, podemos preguntar ¿no es una
necesidad social conocer los recursos biológicos del país?, ¿cuántos
hay, cómo son, dónde están? ¿Cómo podemos apreciar, usar y conservar
lo que no conocemos? No obstante, la importancia de la sistemática va
más allá de la evidente participación que tiene en la resolución de estos
rubros. Es preciso reiterar que el trabajo taxonómico, por el carácter
predictivo que conlleva, ayuda en el rastreo (exploración/indagación) de
nuevos fármacos y diversos materiales o el uso de especies diferentes
de las que originalmente fueron obtenidas tales sustancias. Temas más
específicos incluyen, por ejemplo, en el área de la salud (8), la
identificación de agentes patógenos así como, en su caso, de los
vectores de esos organismos nocivos. Así como estudios para evaluar
patogenicidad potencial de grupos relacionados a los ya identificados
como dañinos. En el caso de la agricultura y la silvicultura (9), la
sistemática provee información básica para la identificación de plagas y
su posible control, pero también datos para conocer interacciones
simbióticas específicas, como las micorrizas, que ayudan al
establecimiento y mejoran el desarrollo de las plantas. De igual manera,
el conocer cuán diverso es y qué distribución tiene el grupo de especies
relacionadas con alguna planta cultivada, puede, mediante hibridación
planeada, facilitar el mejoramiento de la calidad del producto o proveer
resistencia a infecciones.

La biodiversidad es un vasto campo de estudio, y en México existen


numerosos aspectos que desconocemos de la parte que nos toca. El
conocimiento generado por la sistemática puede mejorar la percepción
del mundo vivo que nos rodea y contribuir a su preservación (10). El
trabajo debe continuar, el esfuerzo vale la pena.

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