Viviendo en propósito de Dios

INTRODUCCIÓN:
Filipenses 3:1-3
La vida cristiana debe tener sentido, significado, y valor para usted, de lo
contrario es un candidato para vivir frustrado y un día de esto abandonar la
carrera. 
Debemos estar dispuesto a defender nuestro propósito de servir a Dios. 
La vida cristiana con sentido comienza con tener objetivos claros. 

Definición de la palabra: Propósito: Deseo, Intención, voluntad.

I. CONOCIENDO NUESTRAS PRIORIDADES.

a) Nuestro fin es, Glorificar a Dios. 1ª Corintios 10:31
b) Nuestra vida debe de srr . Imitar a Jesucristo. 1ª Pedro 2:21
c) Nuestro estándar. La Biblia la Palabra de Dios. 2ª Timoteo 3:16-17
c) Nuestro Poder. La gracia de Dios a través de su Espíritu. Zacarias4:6
d) Nuestro propósito. Ser medio de bendición al mundo cumpliendo la Gran
comisión. Lucas 4:18
VALORE EL LLAMADO DE DIOS.
Solo aquellos que han llegado a valorar la Gran Comisión por encima de sus
intereses personales podrán experimentar a plenitud el
discipulado. Filipenses 3:7-9 y Lucas 18:28
II. LAS METAS DE TODO AQUEL QUE HA RECIBIDO A CRISTO JESÚS DEBERÍAN
SER: Filipenses 3:10
a. Conocer a Cristo.
b. Experimentar el Poder que se manifestó en su resurrección.
c. Participar en sus sufrimientos.
d. Llegar a ser semejante a Él en su muerte. Filipenses 2:5-8, Gálatas 2:20
III. A MAYOR ENTREGA MAYOR SENTIDO DE SERVICIO.
* Los elementos clave para servir a Dios con satisfacción son: La Humildad  y la
persistencia. Filipenses 3:12-14
* Si no has llegado a formar este tipo de convicciones debes estar consciente
de que puedes llegar a convertirte en todo lo contrario, un enemigo de la
cruz de Cristo, en el sentido de callar el evangelio, ser mal testimonio
etc. Filipenses 3:18, Mateo 12:30 “El que no es conmigo, contra mí es; y el
que conmigo no recoge desparrama.”
* El sentido de nuestro estilo de vida también se basa en la premisa de que
nuestra vida NUESTRA SATISFACCIÓN está en Jesucristo. Filipenses 3:20-
21, Colosenses 3:2-4
* La exhortación no puede ser otra: manténganse así firmes en el
Señor. Filipenses 4:1
CONCLUSIÓN:
Alguien dijo: Si no vale la pena morir por Cristo, tampoco vale la pena vivir
para Él