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Historia Cultural de los Andes Francisco Eduardo Urrutia Jiménez

Reseña crítica 2

- Aljovín de Losada, Cristóbal Jacobsen y Nils Jacobsen (2007). “En pocas y


muchas palabras: una perspectiva pragmática de las culturas políticas, en
especial para la historia moderna de los Andes”.

Según los autores, la cultura política plantea que las acciones humanas tienen un
significado, que es comprendido como un conjunto de símbolos, valores y normas que
constituyen elementos unificadores de las comunidades étnicas, sociales, religiosas y
políticas. La perspectiva pragmática planteada no excluye otros enfoques como el
histórico, económico o institucional. Se opone a lo que se denomina como una cultura
política cerrada herméticamente (determinismo cultural). Los fenómenos sociales y las
acciones humanas siempre se hallan insertos en un sistema de símbolos, valores y en un
complejo lenguaje (giro lingüístico), aspectos que iluminan los consensos sociales y
mecanismos que mantienen las formaciones políticas (Aljovín y Jacobsen 2007, 7)

Este enfoque pragmático también se centra en las relaciones de poder dentro de los
procesos políticos; por ejemplo, cómo se institucionaliza el Estado mediante la
configuración de diversas prácticas e identidades. Esto remite a enfoques como el
gramsciano, que resalta la hegemonía y la subalternidad -este último concepto es
importante porque se aleja de plano urbano para lograr poner atención a las poblaciones
étnicas como la indígena y la afroamericana. La opresión y exclusión que estos grupos
subalternos sufren por parte de los sectores de la elite, y su relación con el
establecimiento de los Estados-nación latinoamericanos. Sin embargo, el enfoque de la
cultura política de los Andes, sirve como un “plano neutral”, ya que también incluye a
la sociedad civil y la esfera pública.

En la historiografía local se han introducido perspectivas culturales del estudio sobre la


política, un ejemplo es el texto de Alberto Flores Galindo sobre la “utopía andina”, y los
estudios de Andrés Guerrero, los cuales deconstruyen los sistemas semióticos en la
representación del indígena que forman parte de los discursos de las elites políticas y
también se hallan en las prácticas administrativas e institucionales. Durante la temprana
república, los poderes hegemónicos limitaron la autoridad de los grupos indígenas y
étnicas y limitaron su espacio público. Y, a finales del siglo XIX, el liberalismo se
impuso su discurso progresista sobre los líderes y proyectos indígenas (Aljovín y
Jacobsen 2007, 14).

- Serulnikov, Sergio (2007). “La imaginación política andina en el siglo XVIII”.


Cultura Política en los Andes (1750-1950).

El autor centra su análisis en las rebeliones indígenas que se desarrollaron a fines del
siglo XVIII –movimientos liderados por Túpac Amaru en el Cuzco. Las prácticas, la
conciencia política y los modos de articulación de los pueblos nativos de los andes, son
elementos de gran importancia para entender los orígenes del fenómeno insurreccional.
Estas raíces deben rastrearse en un proceso prolongado de afirmación de valores
culturales y de una capacidad de movilización política. Dichas circunstancias son el
reflejo de un momento histórico de gran estabilidad de las tradiciones y colectividad
andinas (Serulnikov 2007, 241). Este mantenimiento de las tradiciones manifestada en
la capacidad de organización política indígena nos remite al concepto de “economía
moral” planteado por E. P Thompson (1995).

Varios de los detonantes de las insurrecciones tuvieron relación con las medidas
establecidas por el absolutismo borbónico, que estaban dirigidas a potencializar
proyectos imperiales y monopolios estatales, generando una sistemática discriminación
de los grupos étnicos, tanto criollos como indígenas. Este resentimiento común se
evidencia plenamente en el contexto de los diferentes sectores de la sociedad cuzqueña.
El análisis semiótico y del lenguaje es importante para el autor, puesto que las elites
criollas y las indígenas no entendieron a la insurrección de la misma manera, sin
embargo, fue más efectiva una cooperación entre dichos sectores, ante la implantación
de mecanismos de insubordinación económica y política. El surgimiento de diferentes
redes de alianza entre los grupos étnicos propició el desarrollo de un lenguaje político
común sobre derechos y reivindicaciones políticas (Serulnikov 1995, 245).

Con el tiempo varios sectores de la sociedad se afianzaron de forma sincrónica


generando un movimiento “panandino”, que implantó nuevas utopías andinas y
discursos sobre igualdad política. Pero este fenómeno no se dio de repente, pues fue
necesario un proceso de reafirmación de valores culturales, por ejemplo, en el caso de
Cuzco existió el resurgimiento de la cultura incaica a fines del siglo XVIII, dichas
manifestaciones de una cultura política fueron reproducidas por medio de prácticas
como la vestimenta, el arte, la música, el teatro, la danza y la ritualidad indígena
combinada con la cristiana. Este renacimiento cultural incaico tuvo relación también
con el estallido de la insurgencia campesina y la equivalencia con la elite criolla en
relación a su estatus social, económico y cultural.

Fue muy importante dentro del proceso de reafirmación cultural, el reconocimiento y


celebración de un pasado indígena prehispánico que recordaba el origen misto e
interracial de la civilización surgida del encuentro colonial. Así es como las
representaciones de este pasado incaico son reproducidas por medio de ideas, mitos y
rituales que parten de la propagación de una utopía andina.

Trabajo de investigación.

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