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Matrícula: SD-19-30264
Diferenciar los diversos sectores económicos, las clases sociales y sus manifestaciones políticas
durante el período (1844-1861).
A partir de 1865 hasta finales del siglo XIX, la economía dominicana registró una transformación
significativa en virtud de que para ese periodo esta se sustentaba en el sector agrícola y en el
naciente sector industrial, artesanal, y se registraba cierto excedente en la producción, el cual
permitió el desarrollo del comercio en su etapa inicial. Por lo tanto, se puede afirmar que para
finales del siglo XIX, ya la economía dominicana tenía la característica de una economía mercantil
simple, es decir, que ya el comercio formaba parte del dinamismo de la economía.
Por relaciones de producción se entienden, dentro del marxismo, las relaciones que los distintos
seres humanos mantienen entre sí en tanto que son agentes del proceso de producción. Estas
relaciones se establecen en función del lugar que ocupan los agentes respecto a si son poseedores
o no de los medios de producción. El término relaciones de producción aparece por primera vez en
textos de Karl Marx2y es constitutivo para la teoría de los modos de producción social. La
categorización de cada modo de producción requiere que las relaciones económicas se definan
como un tipo de relación social, específicamente: entre los hombres respecto de las cosas, y no de
los hombres con las cosas. En el materialismo histórico de Marx, cada formación social específica
cuenta con unas determinadas relaciones de producción y, a la vez, un grado especial de
desarrollo histórico de las fuerzas productivas materiales. Existen relaciones de producción
primitivas, antiguas, feudales, y capitalistas, cada una de ellas correspondiente a diferentes formas
de división social del trabajo y propiedad de los medios de producción.
Las clases sociales para el marxismo están definidas por las relaciones de producción, es decir, por
la forma en que los hombres producen mercancías. En el seno de las relaciones de producción, el
papel que ocupa cada individuo está determinado por la división del trabajo, es decir, aquellos que
desarrollan una misma actividad -y por tanto están sometidos a unas idénticas condiciones-
conforman una clase social. Las clases sociales vienen determinadas por el lugar que ocupan en el
proceso de producción de la riqueza. Unos la producen y otros se apropian de una porción de la
misma. De esa relación no cabe esperar sino el antagonismo y la hostilidad entre explotados y
explotadores. A lo largo de la historia siempre ha habido clases enfrentadas. En las sociedades
esclavistas (Grecia y Roma en la Antigüedad) fueron antagónicos los propietarios libres y los
esclavos; en el seno de la sociedad feudal estamental el enfrentamiento se estableció entre nobles
y eclesiásticos por un lado y siervos por otro.
La revolución tendrá como objetivo conseguir una sociedad perfecta donde no existan ni
explotadores ni explotados. Para ello será imprescindible la abolición de la propiedad privada, es
decir, la socialización los medios de producción, evitando la mera sustitución de los antiguos
propietarios por otros nuevos.
Las diferentes formas de organización social en las naciones dependientes, están dadas por las
diferentes dotaciones de recursos naturales y por las condiciones de productividad del trabajo,
socialmente construidas (Harvey : 418), y agregaríamos históricamente construidas. El capitalismo
se establece, en las diferentes naciones y en sus regiones, como un sistema hegemónico, en el que
va a revolucionar formas de organización social no capitalistas que se oponen a su dinámica,
estableciendo relaciones diferenciadas geográficamente, dadas la distribución de recursos y
fuerzas productivas. En este proceso el capitalismo utiliza las viejas formas de organización,
construyendo diferencias geográficas con las formas antiguas que sirven al capitalismo, y destruye
los modos de producción no capitalistas En este sentido, las viejas formas de organización pueden
ser parte del funcionamiento del capitalismo. Las formas diferenciadas en la organización social y
territorial, dan cuerpo a las formas de producción dentro del capitalismo; formas que fueron
construidas dadas la apropiación desigual del territorio por parte del capitalismo, pero en las
cuales la organización y producción capitalistas son hegemónicas, ya que son las que dinamizan al
sistema local y regional, subordinando a las formas no capitalistas.
La anexión es un proceso, generalmente violento, por el cual un Estado o país se apodera de otro,
destruyendo, trasladando o integrando todas o parte de sus instituciones, especialmente las
Fuerzas Armadas que puedan tener y sus órganos de política internacional (embajadas,
consulados, representaciones ante instituciones internacionales). Pese a que las anexiones no
suelen ser deseadas1 por la clase dirigente del país anexionado, que generalmente pierden todo o
parte de su poder, sí pueden ser deseadas por la mayoría de la población.
Resulta difícil dar ejemplos de anexiones, pues no suele ser un término con la que el gobierno se
sienta cómodo; pero algunos casos sí están claros, incluso bajo resoluciones de la ONU.
El Sáhara Occidental por Marruecos en 1975 donde la primera no llegó a ser una nación
independiente, pese a estar previsto un referéndum para tal fin.
Los Territorios Palestinos por Israel (Galilea), Egipto (la Franja de Gaza) y Jordania (Cisjordania)
durante el transcurso de la Guerra árabe-israelí de 1948. Fue más bien un reparto, más que una
anexión poco clara: Palestina no llegó a ser una nación independiente pues la Liga Árabe pospuso
su independencia hasta la destrucción de Israel y su desaparición como Estado independiente. La
derrota árabe en la guerra citada lo impidió.
Santana volvió a gobernar con la Constitución de 1854 que le garantizaba un Gobierno autoritario.
Al día siguiente, el 8 de julio de 1857, la República Dominicana amaneció con dos administraciones
de Gobierno: el Gobierno Provisional del Cibao y el Gobierno del Presidente Buenaventura Báez.
La compra y venta de tabaco por el gobierno de Báez provocará una guerra civil llamada La
Revolución Cibaeña de 1857, donde la causa principal fue la compra y venta de tabaco con dinero
inorgánico. El tabaco a nivel internacional ocupaba un sitial de preferencia para 185.
Debido a las oposiciones que se proclamaban en contra del gobierno de Pedro Santana Familias ,
la protección que le dio la Matrícula de Segovia a los enemigos de su gobierno y la llegada de
Buenaventura Báez del exilio , favorecida por la amnistía que Manuel de Regla Mota había
proclamado , se inicia un proselitismo a favor de Báez quien obtiene la presidencia en 1856 con la
ayuda de los cónsules europeos y desde el solio presidencial Báez inicia una campaña de
descrédito para el gobierno de Santana, mecanismo que utilizó para enviar al exilio a este último, e
iniciar un gobierno que duró hasta 1858. En este mandato se llevaron a cabo las siguientes
medidas:
1. Se anuló la Vicepresidencia.
3. Exilio de Santana.
4. Búsqueda de Protección.
La compra y venta de tabaco por el gobierno de Báez provocará una guerra civil llamada La
Revolución Cibaeña de 1857, donde la causa principal fue la compra y venta de tabaco con dinero
inorgánico. El tabaco a nivel internacional ocupaba un sitial de preferencia para 1857. Báez frente
a la gran producción de tabaco vio con buenos ojos el desarrollo del comercio tabaquero para
restablecer a través de éste la economía que ya había colapsado. Pidió emitir al congreso 6
millones de papeletas, esta cantidad la distribuyo de la siguiente manera $2,000.000 para sacar de
circulación las papeletas deterioradas y $4,000.000 para combatir la escasez. En la medida que
escaseaban las papeletas los comerciantes pagaban a los dueños del tabaco con bonos que
únicamente podían ser utilizados en sus negocios. Además de este fraude se incrementó a
$18,000.000 el circulante provocando que cada día se devaluara la moneda y se fueran arruinando
los cosecheros y comerciante del tabaco. Toda esta situación haría que varios grupos sociales se
reunieran en Santiago y desconocieran al gobierno de Báez. Esta rebelión que se inició en el Cibao
se extenderá a todos los demás rincones cibaeños.
La revolución además confirmo un gobierno, dirigido por Desiderio Valverde. A su llegada al poder
Valverde decretó amnistía política con la cual se favoreció el regreso de Santana, quien luego
dirigiría las tropas revolucionarias que se enfrentarían a las fuerzas militares del gobierno de Báez.
Para 1857 se redactó una constituyente y se designó a Santiago capital del gobierno
revolucionario. Báez fue derrotado por las fuerzas leales a Santana y depuso las armas junto a sus
seguidores, terminando de esta manera la revolución de 1857. Dentro de las consecuencias de
esta guerra civil tenemos que:
El general Caminero resistió como pudo en Higüey pero no pudo sostenerse por mucho tiempo y
se llevo sus tropas para la ciudad de Santo Domingo. El general Parmentier permanecía fuerte en
Samaná rechazando todos los ataques hechos por los generales del gobierno provisional. En Santo
Domingo todos los adeptos del gobierno de las provincias que se habían adherido a la revolución
llegaban para resistir juntos el embate de los rebeldes.
Las primeras tropas revolucionarias llegaron a Santo Domingo el 29 de Julio de 1857 al mando del
general Juan Luis Francos Bidó, y se instalaron en El Caimito, cerca de lo que hoy es San Carlos. Allí
estableció su cuartel general e íntimo a la plaza a rendirse ese mismo día dando un ultimátum de
96 horas. Sin embargo las murallas fuertemente fortificadas hicieron pensar a Bidó que no era el
mejor momento para atacar, y el plazo se cumplió sin el incurrir en acción alguna. El 18 de agosto
volvería a enviar un mensaje solicitando la rendición de la plaza al nuevo gobierno provisional, y la
respuesta de gobierno no se hizo esperar. Dos columnas salieron a enfrentar a los rebeldes, un
ataco el puesto de Bidó en San Carlos y a otra ataco a una columna que vendría a reforzar el cerco.
Las tropas dirigidas por Juan Erazo lograron recuperar terreno y vencer a los sitiadores.
Luego de que las negociaciones para la capitulación del gobierno fracasaran, el 11 de Septiembre
todos los fuertes de la ciudad de Santo Domingo bombardearon las posiciones de los sitiadores,
produciendo algunas bajas y heridos entre el ejército revolucionario. El 18 de ese mismo mes el
general Pedro Santana (al cual Báez había exiliado) tomo el control de las tropas que asediaban la
capital desplazando de este cargo al general Bidó
El Ejército de República Dominicana es denominado como tal a partir de la Ley No. 928, del 17 de
mayo de 1928. Sin embargo, ese componente terrestre, definido como Ejercito de Tierra en la
Constitución de 1844, nació prácticamente con la República, reflejado en las acciones militares
desarrolladas por los patriotas la noche memorable del 27 de febrero, encabezadas por el
trabucazo del prócer Matías Ramón Mella.
Los integrantes de ese primer ejército provenían de las unidades haitianas conocidas como los
Regimientos 31, 32 y 33, que funcionaban en Santo Domingo, los dos primeros, y en Santiago, el
tercero y que estaban compuestos en su gran mayoría por dominicanos, así como de las diferentes
dotaciones de la Guardia Cívica, que funcionaban en las provincias, en cuyo cuerpo ingresó e hizo
carrera el patricio Juan Pablo Duarte y Diez. Por estas razones de peso, al Ejército de República
Dominicanal se le considera como precursor de las actuales Fuerzas Armadas, pues como ya se ha
establecido, nació con el proceso prodigioso que dio como fruto la Independencia Nacional y la
consolidación de la República Dominicana en estado libre, independiente y soberano.
La respuesta bélica protagonizada por nuestro pueblo en armas desde el año 1844 al 1856, no es
el resultado de un hecho aislado ni mucho menos improvisado. Es la expresión cualitativa de más
de 300 años defendiendo el suelo patrio de las agresiones extranjeras. Del valor viril de "Las
Cincuentenas"; de la sangre redentora de “La Limonade"; de la esplendente victoria criolla en Palo
Hincado y de la sacrosanta jornada patriótica que culmina con la expulsión del invasor haitiano,
nuestras tropas se corporizan con unidad de mando y conciencia de su protagonismo histórico,
militar y social. De ahí vemos cómo se va conformando una aptitud guerrera muy propia de
nuestras realidades geográficas, sociales y económicas, que ya para la Primera República se puede
resumir en los rudimentos de una técnica militar criolla, que va a constituir por sus características,
la zapata de una doctrina militar defensiva que con el tiempo va a sobrepasar
nuestras fronteras, para imponerse como instrumento idóneo de libertadores, como lo denuncia
la aparición y aplicación de la táctica del machete en el área caribeña y centroamericana, donde el
caso cubano es de por si extremadamente elocuente.
Los resonantes triunfos de Azua y Santiago, los días 19 y 30 de marzo de 1844 respectivamente,
fueron pues un reflejo de la aptitud y capacidad militar de los dominicanos, quienes contaron con
la asesoría de militares expertos de otras nacionalidades, principalmente de Francia, los que
prefirieron acogerse al manto de la nueva nación, antes que verse sometidos al yugo de sus
antiguos esclavos. No obstante la afanosa actividad militar posterior a la proclamación de la
Independencia Nacional, se ha acogido el 29 de noviembre para celebrar el aniversario del Ejército
de República Dominicana, a propósito de la emisión del Decreto No. 23 de esa fecha de 1844,
citado anteriormente.
No. 1, Dominicano y No. 2, Ozama; en Santiago de los Caballeros se crea el 3er. Regimiento; en
Azua, el Batallón Azuano; en San Juan de la Maguana, el San Juan y la Compañía de Los Llanos; en
la Vega, un Regimiento de Infantería, una Brigada menor de Artillería y un Escuadrón de
Caballería; Brigadas de Artillería en Santiago, la Capital y Puerto Plata. Mediante el Decreto No. 61
de fecha 15 de julio de 1845, se establece una especie de primera Ley Orgánica, que contaba de 43
artículos y derogaba el Decreto No. 23. En el mismo se establecía la composición, el uso de
uniformes, banderas y estandartes; disposición sobre el empleo y manejo de los armamentos
(instrucción del cañón para los artilleros, fusil y sable para la infantería y lanza para la caballería),
tanto del Ejército Permanente como de la Guardia Cívica Nacional.
La infantería estaba organizada en regimientos, compuestos por dos batallones y estos a su vez,
por seis compañías, con un efectivo de 63 hombres; el estado mayor del regimiento estaba
compuesto por 8 hombres y el del batallón, de 4 hombres. La artillería estaba organizada en
brigadas y medias brigadas, compuestas por cuatro y dos compañías respectivamente, con un
efectivo de 53 hombres; el estado mayor de la brigada estaba integrado por 8 hombres y el de la
media brigada, por 4 hombres. La caballería estaba organizada en escuadrones, compuestos por
compañías, con un efectivo de 53 hombres; el estado mayor del escuadrón estaba compuesto por
3 hombres. Durante la Primera República, periodo que abarca desde el año 1844 al 1861, el
Ejército Dominicano llegó a alcanzar niveles de organización y eficiencia de estimable notoriedad.
Como ejemplo de ello bastaría reseñar el hecho de la consecución y preservación de la
independencia nacional, con la victoria dominicana sobre reiteradas invasiones militares haitianas
en el período de 12 años que siguió a la proclamación de la independencia.
En virtud del decreto No. 664, del 24 de agosto de 1860, se crea la primera academia militar, con
capacidad para cincuenta alumnos, y sus estudios tendrían una duración de dos años, distribuidos
en seis trimestres. Sin embargo esta iniciativa se vio truncada por la decisión política de anexar el
país a España. La anexión a España en principio y la Guerra de la Restauración posteriormente,
produjo una grave ruptura en la organización del Ejército Dominicano, pero no así en el aspecto
doctrinal. La desaparición de la República y la ocupación española habría de producir también el
desmembramiento del ejército para constituirse en una reserva local del Ejército Español, tras una
rigurosa y esmerada depuración, en la que no cupieron ni fueron reconocidos como tales muchos
de los ofíciales y soldados del “antiguo Ejército Dominicano", como se le llamaría entonces.
En tal sentido, esta guerra no iba a enfrentar preponderantemente la doctrina militar española
con la ya definida doctrina militar dominicana, sino iba a enfrentar a dos partes significativas de la
sociedad dominicana con la misma doctrina de guerra, y de paso, cabe aquí resaltar que cuando se
tocaron los extremos, las fuerzas españolas no pudieron sofocar una insurrección popular que
devastó con una velocidad asombrosa todo el territorio insular. Tras la victoria de las fuerzas
restauradoras y el retorno a la soberanía nacional, la reorganización y continuidad del Ejército
Dominicano fue sumamente accidentada por un período de más de 50 años de inestabilidad
política, producto del caudillismo y de frecuentes e interminables guerras civiles. Sin embargo, los
gobiernos de este período que retornaron la organización militar de la Primera República y
fortalecieron su maquinaria militar, lograron en esa misma medida no sólo perpetuarse en el
poder, sino estabilizar el país. Tal es el caso de los gobiernos de Buenaventura Báez y Ulises
Heureaux, en lo que corresponde al Siglo XIX.
El General Ignacio María González, hizo algunos esfuerzos apreciables respecto a la organización
militar, y en virtud del Decreto 1358 de 1874, creó un Batallón en Santo Domingo, denominado
Restauración y una brigada de artillería; un batallón de cazadores en La Vega; el batallón Yaque en
Santiago, con su compañía de artillería; un batallón en Puerto Plata; y una compañía en Samaná.
2. Habiendo surgido en una sociedad sin burguesía, sin una clase empresarial específica que lo
sustentara, el Estado republicano debió continuar una tradición heredada del período colonial
español: ser altamente centralizado en sus decisiones, sin división e independencia de sus tres
Poderes: Ejecutivo, Legislativo y Judicial.
4. La población creció ocho veces de 1844 a 1920. En 1844 era apenas de 126 mil habitantes,
según José Ramón Abad. El propio autor establece una población de 416,871 habitantes para el
1888. Para 1920, según el Primer Censo Nacional de Población, la población era ya de 894,665
personas. La población creció, porque la producción, agrícola y ganadera, también crecía. Pero la
inestabilidad política era caótica: 56 cambios de gobiernos, un gobierno cada trece meses.
6. La vida republicana en R.D., nació en 1844, por necesidad, con un Estado autoritario y
benefactor que ha sido, a la larga, el creador de nuestras clases sociales. España, como es sabido,
no dotó ni podía dotar a sus colonias americanas de instituciones democráticas en el concepto
moderno del término. España fue hija de la contra reforma, no de la Ilustración o el Renacimiento,
y llegó tarde, ella misma, en pleno siglo XX a la revolución industrial. Por lo tanto, al rezagarse del
resto de Europa, de sus competidores, España rezagó a sus colonias americanas.2.
7. Fue un mérito del Estado republicano nacional, junto a la inversión extranjera, haber creado
poco a poco las clases empresariales que hoy tenemos, en los siglos XIX, XX y XXI, pero es un
Estado sui-géneris, que nunca separó sus tres Poderes: Ejecutivo, Legislativo y Judicial, como lo
manda la Constitución Duartiana, de manera que el Ejecutivo deje de ser una especie de
monarquía tropical que avasalle a los otros dos Poderes Constitucionales: al Legislativo y al
Judicial, y que el sistema político dominicano, siempre a través de los partidos políticos, ayer y hoy
corruptos hasta el tuétano, a su vez, dejen de ser la expresión de una falta, y se conviertan de
verdad, en un recurso ético esencial, para alcanzar el desarrollo.
En nuestro país, el Poder es distinto para el que lo ejerce, para el que lo sufre y para el que lo
contempla. El Poder, desde este punto de vista, es un juego de ilusión y picardía entre el que
manda y los que obedecen, un pacto tácito en virtud del cual los que obedecen se dejan dominar
para aprovecharse y los que mandan creen asegurar su territorio, mediante la centralización
absoluta: el poder es para ejercerlo.
Tal vez el centralismo estatal, como lo afirma Hernando de Soto, en su libro El otro Sendero, la
revolución Informal, haya funcionado en economías pequeñas y primitivas, pero fracasa en
sociedades modernas y urbanizadas como las actuales, en el siglo XXI. En una economía de
servicios, con ciudades de varios millones de personas, dinámica e imprevisible, donde la
La democracia actual, en los países líderes del mundo, es el resultado de esta modernidad: la
informática, la robótica, la biotecnología, la microelectrónica, las telecomunicaciones, la aviación
civil, la construcción de materiales nuevos, los telecomandos de concepción, las imágenes
interactivas, los sistemas expertos, la telecopia, los mensajes electrónicos y el turismo.
Las tareas o funciones del Estado en la economía son al menos: redistribución de la renta,
estabilización de la economía, asignación de recursos, promoción del crecimiento, y regulación
económica.
3. El manejo del gasto público El Estado debe establecer cuáles son las necesidades más urgentes
de la nación (es decir, de todas las personas que viven en el país) y definir cuáles son las áreas
importantes en las que se deben invertir los recursos comunes de los ciudadanos.
4. Defensa y seguridad nacional Una de las responsabilidades del Estado es la de proteger a los
ciudadanos. Para hacerlo debe financiar al ejército y a la policía.
5. Justicia El Estado debe garantizar la integridad jurídica de los ciudadanos mediante la aplicación
del derecho y el uso de las leyes. A través de las instituciones que administran la justicia, el Estado
garantiza los principios de equidad, libre movilidad y libre empresa en las naciones.
6. Sanidad, seguridad social y educación Para lograr el bienestar de los habitantes del país, el
Estado debe invertir o realizar gastos públicos en estos tres factores: sanidad, seguridad social y
educación.
9. Impuestos y cobro de servicios Todas las naciones cobrar impuestos a los ciudadanos con el fin
de financiar sus actividades. De esta manera, todos contribuimos a que el Estado funcione.
Adicionalmente, el Estado cobra tarifas por permitir ciertas actividades
económicas, otorga permisos y establece los precios que deben pagar los beneficiarios.
12. La política monetaria En general, todos los países tiene un banco central a través del cual se
maneja la moneda y las variables claves de la economía. La política monetaria busca impulsar el
crecimiento económico a través del manejo de variables como TASA DE INTERÉS, LA MASA
MONETARIA Y LA EMISION DE DINERO.
13. Política fiscal Esta establece cuales son los impuestos y tributos que deben pagar los
ciudadanos y todas la actividades económicas de una nación (comercio, industria, exportaciones e
importaciones, venta de artículos y servicios, tenencias de vienes y propiedades, ingreso por
trabajo, etc.).
14. Política de regulación Esta consiste en garantizar la libre competencia y evitar abusos en la
actividad económica. Esto incluye .regulación anti-monopolios. Es decir, establecer reglas del
juego para que nadie pueda adueñarse de una actividad económica hasta el punto de que pueda
fijar el mismo las reglas en su propio beneficio.
15. La determinación de las políticas impositivas La última función de importancia del estado, en el
aspecto económico, es la determinación del nivel de impuestos y las tarifas que deben pagar sus
ciudadanos y las diversas actividades económicas.
Una crisis financiera es la parte financiera de toda crisis económica. Tratándose de crisis
estructurales, involucra al sistema bancario y al sistema monetario, manifestándose con quiebras
de bancos y con la reducción del crédito; provocando, cuando los Estados se hacen cargo de las
quiebras y rescates bancarios, el aumento del déficit público y, con él, de la deuda soberana,
afectando en segunda ronda a la economía real o no financiera, también llamada economía
productiva, por referirse al mundo del trabajo y la empresa.
Crisis bancaria
Cuando un banco sufre una repentina oleada de retiros de los depositantes, esto se llama Corrida
o pánico bancario. Dado que los bancos prestan la mayor parte del dinero que reciben En los
depósitos, no cuentan con dicho dinero y por tanto son incapaces de devolver a sus
Depositantes su dinero si este es de repente exigido. Por lo que el retiro de fondos hace que el
Banco sea insolvente, haciendo que los clientes pierdan sus depósitos en la medida en que no
Están cubiertos por el seguro. Un ejemplo en el que el pánico bancario está muy extendido se
Ejemplos de corralitos incluyen la carrera en el Banco de los Estados Unidos en 1931 y la Corrida
de Northern Rock en 2007. Las crisis bancarias generalmente ocurren después de Períodos de
préstamos de riesgo y préstamos impagados.
Crisis monetaria
No existe una definición ampliamente aceptada de una crisis monetaria, que habitualmente se
Considera como parte de una crisis financiera. Kaminsky et al. (1998), por ejemplo, define las
Varias monedas que formaban parte del Mecanismo Europeo de Tipos de Cambio sufrieron La
crisis en 1992-1993 y se vieron obligados a devaluar o retirarse del mecanismo. Otra ronda De
crisis monetarias tuvo lugar en Asia en 1997-1998. Muchos países de América Latina en Mora de
su deuda a principios de 1980. La crisis financiera rusa de 1998 dio lugar a una Devaluación del
rublo y el default de los bonos del gobierno ruso. Monumento en la tasa de Depreciación.
El crecimiento del PIB negativo duración de dos o más trimestres se llama una recesión. Una
Recesión prolongada o especialmente grave puede ser llamado una depresión, mientras que un
Largo período de crecimiento lento, pero no necesariamente negativo a veces se llama
Estancamiento económico.
Algunos economistas sostienen que muchas recesiones se han causado en gran parte por las Crisis
financieras. Un ejemplo importante es la Gran Depresión, que fue precedido en muchos Países por
los corralitos y caídas de los mercados de valores. La crisis de las hipotecas Subprime y el estallido
de otras burbujas inmobiliarias en todo el mundo también llevaron a la Recesión en los EE. UU. Y
un número de otros países a finales de 2008 y 2009.
Algunos economistas sostienen que las crisis financieras son causados por recesiones en lugar de
al revés, y que aun cuando una crisis financiera es el shock inicial que pone en marcha una
recesión, otros factores pueden ser más importantes en la prolongación de la recesión. En
particular, Milton Friedman y Anna Schwartz argumentaron que el declive económico inicial
asociado a la crisis de 1929 y los pánicos bancarios de la década de 1930 no se hubiera convertido
en una depresión prolongada, de no haber sido reforzada por los errores de política monetaria por
parte de la Reserva Federal, una posición apoyada por Ben Bernanke.
El pueblo dominicano y el pueblo haitiano comparten lazos de una larga y resistente solidaridad.
Aunque la independencia de 1844 con que fue creada la República Dominicana se hizo en guerra
contra el poder haitiano, eso no limitó ni antes ni después este vínculo profundo.
La isla entera, conquistada por el naciente imperialismo de España en 1492, sufrió los embates del
colonialismo. Los cacicazgos – disposiciones territoriales de la sociedad taína que abarcaban a toda
la isla – enfrentaron la violencia conquistadora, padeciendo sus consecuencias. Al respecto relató
Bartolomé de las Casas:
Los españoles entraban en los poblados y hacían pedazos a niños, viejos y mujeres embarazadas.
Apostaban entre ellos para ver quién con un cuchillazo abría al medio un hombre, o le cortaba la
cabeza o le abría las entrañas. Elevaban largas horcas de trece en trece víctimas, en honor y
reverencia a Nuestro Redentor y a los doce apóstoles. Traían leña, prendían fuego y los quemaban
vivos. Mataban a los líderes quemándolos a fuego lento para que los alaridos de sus desesperados
tormentos ahuyentasen sus almas. Yo vi todo eso y muchas otras acciones de hombres
inhumanos, sin piedad y bestias feroces, extirpadores y enemigos del linaje humano.
La República de Haití, independiente desde 1804, empezó a gobernar en toda la Isla en 1822. Ello
no se hizo a través de una ocupación violenta. El lado Este, que había estado en poder de España y
de Francia, se había independizado a fines de 1821, se autodenominó Estado del Haití Español y
luego se afilió a la Gran Colombia impulsada por Bolívar. En muchísimos puntos, la población y
núcleos dirigentes del Este adherían a una anexión con Haití. No hubo consenso en qué tipo de
independencia y en relación con que bloque establecerla. En 1822 se izó la bandera haitiana y se
inició el gobierno de Boyer en toda la isla, de manera pacífica.
El régimen de Boyer fue derivando en excesos de poder y abusos tanto en el Oeste como en el
Este. Lo que se conoce como la guerra domínico-haitiana llevada a cabo en cuatro campañas entre
1844 y 1856, en realidad no fue una guerra que enfrentó a los pueblos, más bien fue una guerra
obedeciendo a caudillos. El historiador dominicano Franklin Franco explica en su obra que era
imposible que el ejército dominicano recién constituido derrotara con tanta ventaja al ejército
haitiano en las primeras batallas de 1844, siendo que aquél era más numeroso, mejor entrenado y
armado. La explicación, para Franco, reside en que la soldadesca haitiana en realidad no tenía
ninguna convicción ni voluntad de hacer esa guerra, arrastrados simplemente por sus jefes y los
intereses de éstos. Los dominicanos, por su lado, eran motivados por el objetivo de la
independencia. Ya un año antes, en 1843, el presidente Boyer había sido derrocado en la
sublevación del Sur de Haití: el rechazo al régimen imperante atravesaba toda la isla.
Haití, el primer país independiente de América y la primera república negra del mundo, ayudaría
firmemente a los dominicanos en su lucha por la restauración de la independencia ante España y
contra la tiranía de Pedro Santana entre 1861 y 1865. Los guerrilleros y luchadores nacionalistas
contra la primera ocupación norteamericana (entre 1915 y 1934 en Haití y entre 1916 y 1925 en
República Dominicana) colaborarían entre uno y otro lado de la frontera. En 1965, cuando Estados
Unidos volvió a invadir Santo Domingo, numerosos combatientes haitianos tuvieron una
destacada participación, incluyendo varios mártires caídos en suelo dominicano.
Más tarde, en 2010, al ocurrir el terremoto devastador en Haití, la ayuda dominicana fue la
primera en llegar. Miles de dominicanos se movilizaron a través de la frontera para asistir a las
víctimas, y República Dominicana fue el primer y más grande centro de acogida de los desplazados
de aquel país. El presidente haitiano en aquel trágico momento declaró:
El presidente dominicano, Leonel Fernández, ha sido el primero en presentarse y llegó con un gran
contingente de apoyo. Además de la importante cooperación humanitaria, se comprometió a
ayudarnos en lo que ahora constituye una de nuestras prioridades que es restablecer las
telecomunicaciones, la energía eléctrica y la comunicación terrestre. Gracias a los esfuerzos del
gobierno dominicano hemos comenzado a restablecer estos servicios.
La macabra historia de la “invasión haitiana ”El concepto de “invasión haitiana” con el que se han
justificado políticas que atentan contra los esfuerzos de integración en América Latina y que son
violatorias de la dignidad y los derechos humanos, no es obra del pueblo dominicano ni del pueblo
haitiano, que convivieron y aún conviven en paz en muchos territorios y en las más difíciles
condiciones.
El odio, el miedo y la sospecha entre ambas sociedades han sido cultivados al punto de ser una
doctrina, de la cual se nutre un rentable negocio de las élites políticas, mediáticas y económicas;
muchas veces inseparables una de otra como suele pasar en las sociedades dependientes y
subordinadas, con oligarquías pequeñas y estrechamente fusionadas, supeditadas históricamente
a las potencias.
Del lado Este (República Dominicana), el odio tiene un punto de origen histórico y también
ideológico. Sobre el particular, es esclarecedor el informe que en 1931 redactó Francisco
Henríquez y Carvajal, ministro de Trujillo en Haití, dirigido a la cancillería dominicana. Rafael
Leónidas Trujillo, militar entrenado por EE.UU. y jefe de la guardia creada en la ocupación, iniciaba
entonces una larga tiranía sanguinaria de 30 años. Decía allí Henríquez y Carvajal:
Lo que precipitó sobre nuestro país la gran masa de inmigrantes haitianos fue la realización parcial
del postulado financiero que sirvió de base económica a la ocupación del territorio de la República
Dominicana por las fuerzas navales norteamericanas. Ese postulado, no publicado, pero si
perfectamente conocido, fue: “tierras baratas en Santo Domingo, mano de obra barata en Haití”. Y
la conclusión: adquirir las tierras en Santo Domingo y trasegar hacia nuestro país la población de
Haití. Ese plan empezó a ejecutarse, por un lado, con la fundación del gran central “Barahona”, y
por otro, con la construcción de la Carretera Central; derramándose luego por todo el país
agrícola, y en todos los oficios urbanos, la gran inmigración haitiana.
Las raíces de la inmigración masiva desde Haití venían señaladas en el reporte de Henríquez y
Carvajal, y están en la economía neocolonial de la ocupación de Estados Unidos. Al mismo tiempo,
el informe deja el enfoque de “derrame” de la inmigración, a la que Henríquez en el mismo
documento llama “ola invasora que luego en vano han querido contener las leyes y los
reglamentos dictados no sólo por los dominicanos que han ocupado en estas últimas décadas el
poder; sino también por el mismo gobierno militar americano”.
La contradicción entre una “inmigración” traída como “mano de obra barata” por el postulado de
una potencia ocupante y la noción de una “ola invasora”, pone de relevancia la noción de
“invasión haitiana” era ya un asunto doctrinario e ideológico de carácter naturalizado y
posiblemente ya incuestionable, aun cuando se racionalizaran sus causas y características
objetivas.
Pocos años más tarde, el tirano Trujillo llevaría a cabo la masacre de 1937, en la que se asesinaron
a miles de haitianos que “invadían” territorio dominicano, pero todos en la zona fronteriza. No fue
ultimado ni uno solo de los trabajadores haitianos de los ingenios de azúcar, en aquella época,
principalmente de capital norteamericano. En 1933, mediante una ley, se había iniciado en el país
la política de “dominicanización del trabajo”.
Uno de los más importantes intelectuales y funcionarios del régimen, Manuel Arturo Peña Batlle,
será parte clave en las políticas y la doctrina anti-haitiana durante el trujillato. Se puede citar su
discurso en la localidad fronteriza de Elías Piña, en 1942, tres años después del discurso de Trujillo
y a cinco años de la masacre. Ese discurso manifiesta un racismo en nada distinguible de la
ideología nazi, pero a la vez con un abierto clasismo. Es el haitiano pobre, de la masa, el que trae
problemas y al que hay que impedir inmigrar. Y su deformación es biológica, irreparable, una falla
natural que lo hace insoportable:
Definir cada una de las características del Estado Dominicano ilustrando con ejemplos.
Limita al norte con el Océano Atlántico, al sur con el Mar Caribe o Mar de las Antillas, al este con el
Canal de la Mona, que la separa de Puerto Rico, y al oeste con la República de Haití. Tiene una
superficie territorial de 48.442 km² y una población de 10 millones de habitantes.
Definió el estado como un espacio que posee lo siguiente: Una población permanente, un
territorio definido y un gobierno que es capaz de mantener control efectivo sobre el territorio
correspondiente y de conducir relaciones internacionales con otros estados. Un Estado es un tipo
de organización política, que cuenta con sus propias instituciones burocráticas, leyes y sistema
económico, en la cual el poder se ejerce sobre una población que se encuentra en un territorio
determinado.