Dánoslo hoy, señor, a manos llenas; Haz que cada dia que nos esforzamos lo conviertas en gozo y alegría Nuestras labores que son buenas Y acaricias nuestro dolor de nuestras penas. I ¿Qué gotas de lluvia mojan nuestro cuerpo? ¿Qué es lo que nos limpia y nos cura para comer nuestro pan diario? Cada día, sudamos, entre el campo y la ciudad, en horas. II ¡Horas de tedio largas ¡Sin la presencia buena de tus manos! ¡Ay, las horas amargas nos vuelven inhumanos ¡Si no abrimos el alma a los hermanos! III Busquemos el aliento de tu presencia amiga santifica el momento de este ruido tenaz, de esta fatiga que acreciente el esfuerzo y nos bendiga.