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EL ROL DEL TUTOR DENTRO DE L A FORMACION ACADEMICA

EN MUSICA POPULAR
Orlando Adrián Fernández
UNLP FBA
orlandoadrianfernandez@gmail.com
Resumen
En este artículo establecemos un análisis reflexivo de las Tutorías de la Tecnicatura en
Música Popular que se dicta en la Extensión Ex ESMA de la Facultad de Bellas Artes
de la Universidad Nacional de La Plata.
Las políticas educativas universitarias vienen desarrollando estrategias de
democratización del conocimiento en procura de promover el bienestar general,
dinamizar el desarrollo y otorgar mayores oportunidades a toda la población. Así se
establece la necesidad de desarrollar formas de inclusión que puedan estrechar
vínculos con estudiantes que en general no se acercan a la universidad, por
pertenecer a sectores de escaso desarrollo socioeconómico, por tener residencia en
zonas rurales, por pertenecer a ambientes culturalmente marginales o
económicamente desfavorecidos, a minorías étnicas, poblaciones con limitantes de
salud, discapacidades, migrantes. Los tutores universitarios se presentan así como un
recurso humano capaz de acompañar académicamente a estas poblaciones en su
ingreso, transcurso y egreso universitario. Surge de la necesidad de un nuevo modelo
crítico de enseñanza superior centrado en las necesidades del estudiante.
Reflexionando sobre el rol de los tutores y analizando las heterogéneas variables
involucradas en los alumnos, se procura la transformación de la práctica docente de
los tutores universitarios de música.
El artículo presenta el desarrollo de estrategias para disminuir la deserción,
procurando al mismo tiempo la autonomía de los estudiantes.
Palabras Clave:
Tutorías – enseñanza aprendizaje de la música – educación universitaria.

Abstract
We establish a reflective analysis from the academic tutoring in the Tecnicatura of
Popular Music, Ex Esma Extension, Faculty of Fine Arts, National University of La
Plata, Argentina.
University education policies are developing strategies of democratization knowledge
promoting the general welfare, boost development and provide greater opportunities to
the entire population. It comes the need to develop strategies for inclusion that can
strengthen ties with students generally do not come to college, belonging to low socio-
economic development sectors, or having residence in rural zones, for belonging to
culturally marginal environments, economically disadvantaged backgrounds, ethnic
minorities, limiting health populations, disabilities, migrants. The university tutors are
presented as a human resource capable of academically accompany these populations
in their admission, stay and graduation at university. It is needed a new critical model of
teaching focused on student needs.
The paper presents the development of teaching- learning strategies to reduce drop-
ping out and to contribute to student´s autonomy.
Keywords:
Tutorial – learning music – university education.

Resumo
O artigo reflete sob as tutorias da Tecnicatura em música popular da ex ESMA,
Faculdade de Belas-Artes, Universidade Nacional de La Plata, Arg.
As políticas educativas universitárias nas últimas décadas tem procurado a inclusão de
estudantes subalternizados, de áreas rurais, de minorias étnicas, migrantes,
culturalmente marginados ou bem com limitações fisicas qual doentes ou deficientes.
Os tutores se apresentam assim como o recurso humano capaz de acompanhar
acadêmicamente essas povoações no ingresso, decorrer e final da vida universitária.
Surge assim um novo modelo crítico do ensino universitário centrado nas
necessidades do estudante.
Refletindo sob o rol dos tutores e analizando as heterogêneas variaveis involvidas nos
alunos, procura se a transformação da prática docente dos tutores universitários de
música.
O artigo apresenta um desenvolvimento de estrategias pra diminuir a deserção,
procurando assim mesmo a autonomía dos estudantes.
Palavras chave
Tutorias – ensino da música – ensino universitário

Objetivos.
Para un estudiante ingresar a la universidad implica transitar un rito de paso: de ser un
estudiante, pasar a ser un profesional: “supone ir participando en una comunidad en
donde se comienza a dominar conocimientos y prácticas propias de dicha comunidad
profesional.” (Laco 2010:14). Según Van Gennep (1909) todo rito de paso posee una
estructura ternaria que asocia tres fases: separación, latencia y agregación. En la fase
de separación el ciudadano pasa a ser un estudiante de la comunidad universitaria.
En la de latencia el estudiante se va consolidando en su autonomía y en su vocación a
través del cursado de las materias de los sucesivos años, y en la última el estudiante
culmina su carrera universitaria y pasa a ser un profesional recibido. Este rito de paso
supone una cierta uniformidad que obliga al estudiante a integrarse al espíritu
universitario o a sucumbir en el intento. Las tutorías buscan acompañar estos
momentos de adecuación, procurando brindar herramientas que ayuden al estudiante
a lograr afianzar su autonomía. Es por este motivo, que las tutorías universitarias
buscan enfatizar su atención en los primeros años de formación académica.
Son múltiples las causalidades que impactan, condicionan y motorizan la continuidad
de los estudiantes universitarios, acelerando o disminuyendo su desgranamiento,
muchas de estas variables escapan del universo académico.
La palabra vocación deviene etimológicamente de voz, en efecto, es descubrir el
llamado de la voz interior. El estudiante en su transitar académico va construyendo
esta vocación, que se materializa en su profesión. Así, pasa de ser un discípulo a un
apóstol, profesando e impartiendo su arte con autoridad y convicción.

El Concepto de Tutorías en la pedagogía actual.


El Sistema de Tutorías es un conjunto de acciones humanas que procura un
acercamiento a todos los estudiantes, propiciando espacios abiertos de reflexión
orientadas a satisfacer necesidades académicas y no académicas de los estudiantes.
La tutoría es una práctica relacional dialógica en la que intervienen tutores docentes,
pares y/o graduados por un lado, y alumnos regulares, libres, ex alumnos,
ingresantes, recursantes o interesados externos, por el otro. Las acciones se
desarrollan en encuentros individuales, grupales, presenciales, y/o virtuales,
programados y/o espontáneos.
Las tutorías son libres, no obligatorias, y son una herramienta que los alumnos
pueden disponer si es que lo desean o necesitan.
La relación estudiante/tutor es necesariamente distinta a la relación alumno-profesor.
El tutor debe lograr cierta empatía con el tutoriando, a través de una relación dialógica
con el estudiante, compartiendo y construyendo el conocimiento buscado. En muchos
casos, el tutor necesita conocer datos biográficos particulares del estudiante, a los
efectos de desentrañar confusiones, preconceptos o prejuicios. Sosteniendo un
diálogo crítico que problematiza, complejiza y recrea los conceptos, evitando caer en
lugares comunes como el “del tutor sabio y el estudiante ignorante”. En este sentido,
el tutor debe oponerse a la “concepción bancaria” de la educación, en la cual “la
educación se transforma en un acto de depositar en el cual los educandos son los
depositarios y el educador deposita” (Freyre 1974:76). Esta relación antidialógica no
ayuda a elevar la autoestima del estudiante, no lo ubica en su eje conceptual, no
favorece al diálogo indispensable para todo intercambio. En cambio, mediante el
diálogo personal o en grupo, el estudiante comparte lo que sabe del tema propuesto y
junto al tutor construyen el camino que revela el conocimiento. Así, el tutor partiendo
del conocimiento del estudiante, y mediante la problematización dialógica del
objeto/tema estudiado, juntos construyen el concepto teórico en cuestión.
El tutor es en muchos casos un actor bisagra entre el mundo académico, culto e
institucional universitario y el mundo popular, vulgar e informal del estudiante. Aquí el
tutor es también un nexo comunicante entre ambos mundos: las necesidades
particulares de algunos estudiantes son transmitidas por los tutores a la coordinación y
viceversa, poniendo en diálogo diferentes esferas que aparecen como estancas
dentro de la universidad tradicional.
El tutor no escapa, sin embargo, a la problematización epistemológica que implica una
educación académica de una música popular. “Las músicas vivas, cambiantes y
mediáticas, requieren una pedagogía musical diferente, que reivindique la creatividad,
la intuición y la improvisación.”(González 2007:17). Las antinomias popular/académico
derivan de “la fragmentación del campo musical producida a comienzos del siglo XIX,
que ha creado la dicotomía entre lo artístico y lo popular, que condiciona hasta la
actualidad nuestra práctica musical” (González 2007:1). Desde entonces se habla de
la música de tradición escrita y música de tradición oral. La academia se ha ocupado
a la enseñanza musical de tradición escrita, mientras que la música popular se ha
desarrollado casi prescindiendo del pentagrama, enfatizando otras formas y
mecanismos de transmisión y creación musicales. Y así llegamos a la broma que nos
delata una paradoja: ¿qué hacer para que un guitarrista de rock deje de tocar?: que
lea una partitura. ¿Qué hacer para que un violista deje de tocar?: que improvise. Entre
estos dos mundos se encuentra el estudiante de música popular, haciéndose y
recreándose a sí mismo. Frente a estas disyuntivas, el tutor procura estrechar lazos
entre ambas concepciones, valiéndose de ensambles grupales para que desde la
música se establezcan análisis y reflexiones vinculantes con la teoría.
Las tutorías no tienen programa prefijado en contenidos, aunque en principio puede
suponerse que estos son definidos por los programas de las materias que los
estudiantes deben cursar. Sin embargo, desde la práctica tutorial estos conceptos
atraviesan la experiencia musical misma, buscando revelar en la acción musical los
conceptos y estructuras que subyacen.
Las Tutorías en la UNLP Ex Esma
La Tecnicatura en Música Popular surge como una iniciativa de Madres de Plaza de
Mayo Línea Fundadora, quienes decidieron que en el espacio que les había sido
otorgado dentro del predio de la Ex-Esma funcionara una escuela de música. Para
ello, convocan a la Fundación Música Esperanza fundada por Miguel Angel Estrella,
por su práctica musical en escuelas de bajos recursos, barrios populares y centros
comunitarios. El perfil del estudiante de esta Tecnicatura es heterogéneo. Si bien su
población es mayoritariamente joven y de todas las clases sociales, algunos
provienen de sectores marginados, que se vincularon al ambiente académico gracias a
las redes de organizaciones sociales que concibieron el proyecto. De esta forma,
estudiantes de distintas clases sociales conviven en un ambiente universitario donde
además, funcionó un centro clandestino de detención y exterminio de personas en la
última dictadura militar argentina. En efecto, los Derechos Humanos, la Memoria, la
Verdad y la Justicia tienen presencia en su plan de estudios, buscando formar músicos
que sean capaces de realizar trabajos sociales en miras a la acción comunitaria.
Los alumnos demandan tutorías por múltiples motivos y con diferentes regularidades.
Algunos se acercan con cierta cotidianidad, mientras que otros solo en ocasiones de
exámenes, y los hay quienes no toman contacto alguno. Entre estos últimos,
encontramos por un lado estudiantes autorregulados con buen desempeño
académico, y por el otro, estudiantes con bajo desempeño que pese a necesitar un
acompañamiento dedicado, no se acercan a las tutorías por diversas razones, entre
ellas. por problemas de compatibilidad de horarios. El rol del tutor debe obrar como
consecuencia de acuerdo al perfil del alumno, buscando responder a la demanda
solicitada conforme a cada necesidad. Pese a esto, los tutores deben buscan tomar
contacto directo con la mayor cantidad de estudiantes posibles, buscando
problematizar críticamente su desempeño académico, con el fin de anticipar y prevenir
dificultades futuras, pero sin imponer condicionamientos. Su presencia ante el
estudiante y el seguimiento que realiza le permiten brindar el apoyo que necesita y que
no pide, porque tal vez no es consciente de su necesidad.” (Laco 2008:25) Sin
embargo, el tutor debe ser cauteloso de no avasallar al estudiante, evitando
intimidarlo.
Entre los de presencia cotidiana, la gran mayoría de estudiantes tienen una fuerte
identificación con el proyecto de la Tecnicatura, guardando cierta empatía y espíritu de
cohesión de grupo. Son en su mayoría alumnos regulares con buen desempeño.
Podríamos agruparlos en: Avanzados: estudiantes egresados o a punto de serlo, con
fuertes intereses en continuar afianzando conocimientos; Pioneros: estudiantes con
estudios anteriores; Marginales: estudiantes con inquietudes musicales sin intereses
académicos; Hacedores: estudiantes que por cuestiones de horarios no pueden
cursar las materias ofrecidas; Rezagados: aquellos que cursan pocas materias o
libres; Ansiosos: estudiantes que quieren adelantarse dando materias libres.
La Tecnicatura cuenta con cinco tutores que deben trabajar personalmente junto a casi
trescientos estudiantes universitarios. El poco tiempo asignado al intercambio tutorial
obliga a no desaprovechar energía en cuestiones administrativas, privilegiando el
intercambio de conocimientos musicales. Por esta razón, las tutorías deben contar
con un apoyo logístico administrativo que pueda aportar información actualizada
acerca de la asistencia de los alumnos y su rendimiento académico. Tarea que se ve
dificultada por la razón que pocas cátedras actualizan diariamente esta información
con la administración, haciéndolo tarde, cuando termina el ciclo lectivo. De esta
forma, si se pudiese articular información con los profesores de las cátedras, la
administración y los tutores, quizás se podría acercar a las tutorías a aquellos
necesitados en tiempo real.
El plan de estudios de la TMP tomó como eje medular el de la Licenciatura en Música
Popular que desde el año 2008 viene dictándose en la Facultad de Bellas Artes de la
ciudad de La Plata, al cual se sumaron áreas de herramientas para la gestión de
proyectos, de formación contextual y derechos humanos, y de formación general. Las
cátedras y los contenidos del área de formación musical son los mismos de La Plata.
La contextualización social e histórica del espacio de la Ex Esma y las herramientas de
gestión de proyectos culturales convocan a un perfil de alumno interesado y
comprometido con su realidad sociocultural y en la defensa de los derechos humanos.
De la primer cohorte, conformada en sus inicios por algo más de un centenar de
alumnos en mayo de 2011, egresaron solo cuatro en tiempo y forma, mientras que
quince están cursando materias para lograrlo. El perfil del alumno proyectado expulsó
a unos interesados exclusivamente en desarrollar estudios exhaustivos desde su
instrumento musical, e impulsó en cambio, a otros imbuidos en organizaciones
sociales con base territorial.
Algunos alumnos manifestaron serias dificultades en responder al cumplimiento de
trabajos. La carencia de formación previa adecuada se evidencia en la no
comprensión de determinados textos e incluso, hasta en el desinterés de lograr algún
hábito de lectura. “El tutor como parte un dispositivo institucional de tipo remedial que
está para solucionar dificultades situadas en los alumnos” (Capelari 2009:4). Muchas
de estas problemáticas exceden lo estrictamente musical sumergiéndose en factores
culturales, económicos, laborales, familiares y vocacionales.
El proyecto de la Tecnicatura tiene asignado 1 tutor cada 20 estudiantes, y está
limitada su función para los dos primeros años de la carrera, es decir, Ciclo
Introductorio y Primer año. Durante el Ciclo Introductorio las cuatro materias que
debe cursar el estudiante tienen vinculaciones directas con el hecho musical:
Introducción al Lenguaje Musical, Introducción al Análisis y Producción Musical,
Introducción a la Ejecución Grupal e Introducción al Instrumento.
Se estudia música popular focalizando la técnica de ejecución en un solo instrumento
a elegir: guitarra o piano. La afinidad, experiencia y/o posesión entre otros factores
gravitan en la elección del instrumento que se estudia los cuatro años de la carrera en
clases grupales con un docente. Si bien las diferentes materias incitan a ejecutar
diversos instrumentos (voz, bombo legüero, cajón peruano, bongó, bajo, batería y
otros) con el objetivo de extender el material tímbrico disponible para las producciones
musicales, se busca perfeccionar el dominio del instrumento escogido con un
programa progresivo en dificultad técnica. Estas lecciones parten desde el inicio
ajustadas al dominio técnico que cada instrumentista posee y el programa admite a
novatos. De este modo, se observa que predominan los guitarristas por sobre los
pianistas en una relación 7 a 1. Esta constante es semejante al de otras carreras de
música popular dictadas en otras instituciones.. Sin embargo, algunos alumnos
manifiestan cierta inseguridad en la elección de su instrumento. Muchos
percusionistas y bajistas se resisten a adoptar un cambio de instrumento/base de
exploración técnica. Se observan pianistas que devienen guitarristas. Instrumento y
Lenguaje son las materias con menos aprobados al presente.
Si bien las tutorías en la TMP están planificadas para asistir a los estudiantes del ciclo
introductorio y del 1º año de la carrera exclusivamente, debido a razones
presupuestarias y de además suponer que los alumnos avanzados ya han logrado
manejar cierto grado de autonomía de estudio, en la práctica se manifiesta un alto
grado de requerimiento de tutorías de estos últimos.
Los estudiantes de la TMP que asisten a encuentros con tutores lo hacen por
diferentes razones. Si bien la búsqueda de respuestas y sentidos a inquietudes
respecto a conceptos y prácticas específicas suele ser la causa prioritaria, no es la
primordial. En efecto, en los espacios de tutorías se establece una dinámica
específica apta para el encuentro de nuevas experiencias artísticas que ensanchan la
condición de estudiante de música. Y esto sucede, porque la acción musical nace y
se desenvuelve desde el ser artista que subyace en cada estudiante. Esta acción
tutorial busca vincular al estudiante con su ser creativo más cercano a sus intuiciones
que a sus saberes. En efecto, la experimentación, la búsqueda y el permiso al “juego”
permite soltar posturas y preconceptos.
La inexperiencia, el desconocimiento y la desorientación constituyen el comienzo de
todo aprendizaje y es el tutor quien aquí ayuda a interpretar los signos con cierto tacto
acorde a cada estudiante. “Por eso en el aprender hay dos momentos: un momento
de decepción, que se expresa como frustración ante el fracaso de nuestra
interpretación objetiva, y otro donde un intento de interpretación o de comprensión
subjetiva en el que reconstruimos conjuntos asociativos” (Bárcena Orbe 200:16)
Las tutorías funcionan con herramientas y mecanismos contrarios a la pedagogía
tradicional donde, “el profesor que sabe, enseña y los alumnos, que no saben,
escuchan en silencio” (Fernández 1989:17) Los conocimientos que aporta el tutor
complementan los de los estudiantes solo si es necesario. El trabajo solidario en
equipo permite intervincular experiencias y conocimientos entre los estudiantes a los
efectos de procurar que ellos mismos generen su propio aprendizaje. Esta dinámica
afianza las relaciones del grupo y eleva la autoestima de cada participante,
favoreciendo el aprendizaje de todos. El tutor en este caso, cumple la función de
orientador, conciliador y moderador del encuentro, procurando esclarecer todos los
interrogantes y a la vez tensionar las contrariedades.
En las clases de instrumento se observa una cierta propensión por parte del docente a
solo trabajar con aquellos estudiantes que se ocuparon de las consignas impartidas en
la clase anterior. El mismo estudiante no ingresa a la clase “porque no estudié”. En
este sentido, podemos decir que el docente premia al estudiante que cumple y castiga
al que no estudia. Muchas veces esta actitud desorienta aún más al estudiante
rezagado, no ayudándolo a retomar el ritmo y en algunos casos, expulsándolo de la
materia. Aquí es donde se enfatizan las diferencias entre el docente y el tutor. Este
último procura trabajar con el estudiante ayudándolo a estudiar, buscando diferentes
estrategias para abordar los inconvenientes técnico musicales. El tutor supone a priori
que cuando el estudiante no estudia se debe a que radica en él un atascamiento que
no le permite avanzar y debe trabajar en hacerlo consciente. Estudiar junto al
estudiante junto al instrumento, procurando avanzar al ritmo que de este último.
Las tutorías tienen su clímax en los momentos de entrega de trabajos. La presión de
tener que comprender para aprobar asegura la concurrencia de gran cantidad de
estudiantes a las tutorías. Aquí es donde la necesidad del alumno impera con
desespero. Desgraciadamente, la falta de tiempo y la falta de tutores hace en
muchos casos insuficiente esta tarea. Por ello, anticiparse a estas instancias
evaluativas procurando que el estudiante acompañe las clases sin acumular hasta
último momento todo el trabajo, es el estratégico trabajo del tutor.
El tutor al responder las necesidades de los alumnos actúa desde el lugar del
estudiante y para ello debe conocerlo profundamente, para interpretar su
individualización subjetiva. La exploración del otro conlleva la intención de desanudar,
desandar y resignificar preconceptos, prejuicios, olvidos y malentendidos que en
muchos casos condicionan el avance del estudio. “Traducir es interpretar los códigos
del Otro” (De Sousa Santos en Brenner 2011,233). Esta traducción implica una
comprensión de los códigos del otro a fin no tan solo de enseñarle aquello que
queremos, sino para que “interprete crítica/creativamente su propio mundo de vida”.
De suerte tal que esta traducción “transfigure lo propio a partir del lenguaje del alumno,
y transfigure al alumno a partir del lenguaje del maestro, con base a la interacción
comunicativa.”(Brenner 2011, 234)

Conclusiones
En los casos donde el estudiante se acerca a la tutoría con un fin específico de
comprensión o realización de un trabajo determinado, el tutor colabora en su
realización operando con “la idea de andamiaje, que se refiere, por tanto, a que la
actividad se resuelve colaborativamente teniendo en el inicio un control mayor o casi
total de ella el sujeto experto, pero delegándolo gradualmente en el novato.” (Baquero
en Laco 2008:30).
La actitud dialogal con el estudiante permite transmitir la idea de cambio y aprendizaje.
“Es decir que para que haya cambio es preciso un aprendizaje y viceversa. Además,
para que se pueda efectuar un cambio, es necesario planificarlo sobre la base de
aquellas cosas que se deben remediar, que se hacen mal, que son un problema…los
alumnos deben comenzar a ver sus problemas como potenciales tesoros ya que
encierran la clave para el verdadero cambio.” (Laco 2008:36-37)
Existe “el riesgo de atribuir a las tutorías la responsabilidad de resolver los motivos de
la deserción” (Laco 2010:38-39), situación de la que solo puede ocuparse en cierto
aspecto académico e institucional. Así, “se les estaría encomendando la solución de
una problemática pluricausal tanto desde el punto de vista endógeno como exógeno”.
Además, “no debe dejarse de lado que existe abandono “deseable” en la medida que
el postulante o el alumno toma conciencia de que la carrera elegida no es la que mejor
responde a sus intereses, capacidades, etc. y hace otra opción.”(Laco 2010:38-39).
Por último, es importante que en el ámbito de las Tutorías se puedan establecer
reflexiones que problematicen críticamente a las políticas universitarias, de forma tal
que se pueda contribuir a “modificar prácticas institucionales arraigadas culturalmente,
en función de garantizar trayectorias académicas significativas y continuas, para todos
los estudiantes” (Gómez, 2011). Nos preguntamos, en efecto, si en la forma en que
la universidad se acerca a los sectores excluidos de la sociedad, no se esconde una
mirada conmiserativa que en procura de otorgar iguales oportunidades, se olvida de
brindar oportunidades equivalentes de aprendizaje, sin caer en pensamientos
meritocráticos. Parecería ser que ciertas academias obligara a adecuarse al excluido
a ella, sin ejercer ella misma, una introspección que procure pensar qué clase de
materiales necesita desde su condición humana de oprimido. Podríamos
preguntarnos ¿qué clase de violencia simbólica puede ejercerse desde estos ámbitos
académicos si un alto porcentaje de estas lecturas obligatorias responden a
elucubraciones abstractas de círculos eruditos?
En definitiva, las tutorías se presentan con grandes desafíos por delante, inmersa en
una carrera universitaria de música popular que debemos construir entre todos.

Bibliografía
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