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¿Por qué crece la informalidad

laboral de Perú?
En Perú ha sido complicado, o imposible, mantener a
su población trabajando en forma remota para evitar
la propagación del coronavirus, pues siete de cada diez
personas ya se ganaban la vida en actividades
informales, muchas de ellas vendiendo en las calles.

La pandemia del COVID-19 no sólo ha convertido a


Perú en el sexto país con más contagios del mundo,
sino que, y quizás por ello, ha agudizado la
informalidad laboral y económica que antes del virus
ya afectaba al 73% de sus trabajadores y ahora puede
estar bordeando el 90%.
En Perú ha sido complicado, o imposible, mantener a su
población trabajando en forma remota para evitar la
propagación del coronavirus, pues siete de cada diez personas
ya se ganaban la vida en actividades informales, muchas de ellas
vendiendo en las calles.
La estricta cuarentena aplicada entre abril y junio dejó 6.7
millones de desempleados, sobre una Población
Económicamente Activa de 17.9 millones de personas, de
acuerdo con las cifras oficiales.
“El Estado se ha estructurado en función de intereses
dominantes, que han mantenido a la gran mayoría de la
población en una situación de falta de oportunidad de empleo,
que deriva de una falta de oportunidades en educación y en
salud”, explicó el economista Jorge Chávez.
Para el también presidente ejecutivo de la consultora Maximixe,
el análisis de fondo es que “en Perú no ha habido, por más que
luego hemos tenido liberalismo a partir de (el Gobierno de
Alberto) Fujimori (1990-2000), capacidad de la mayoría de la
población de ejercer una libertad (de empleo) por falta de
oportunidades”.
“Son casi las dos terceras partes de la población que vive en
esas condiciones (de informalidad) y esto genera una
vulnerabilidad de la economía en su conjunto”, anotó Chávez.
Pandemia golpea a los trabajadores
Según las cifras del Instituto Nacional de Estadística e
Informática (INEI), del total de 32 millones de habitantes en
Perú, más de 25 millones son mayores de 14 años que están en
edad de trabajar, la mayoría de los cuales (52%) son mujeres.
La Población Económicamente Activa (PEA) hasta el 2019
ascendía a 17.9 millones de personas, entre las cuales 17.3
millones tenían empleo y más de 600,000 estaban en busca de
trabajo, pero tras la pandemia, tan solo 10.2 millones han
mantenido sus empleos.
De esos millones de personas ocupadas hasta el 2019, el 46%
eran asalariadas, el 39% independientes y el 10.5% trabajadores
familiares no remunerados, una estadística que refleja el tipo de
labor que se desempeñaba, pero no si los empleadores cumplían
con la legalidad, hacían aportes sociales, tenían contrato o
cualquier otra medida que formalizara la relación laboral.
El desempleo en Perú afectaba al 4.6% de la PEA en el área
urbana, con mayor énfasis en las mujeres.
Desempleo y ayudas
Sin embargo, la cuarentena impuesta por el Gobierno de Martín
Vizcarra para contener la enfermedad provocó un alza del
desempleo, entre abril y junio, del 8.8%.
El empleo dependiente cayó el 41.3% en julio, mientras que el
independiente tuvo un deterioro del 63.4% en el mismo mes,
precisó la consultora Macroconsult.
Para anticipar los efectos de la cuarentena en los ingresos de la
población, Vizcarra decidió pagar la planilla inoperativa durante
la cuarentena a los trabajadores que ganaban hasta S/ 1,500
(US$ 428), dar bonos sociales a los hogares vulnerables, alivios
tributarios y créditos para las empresas con garantía del Estado.
Las medidas de soporte a la economía fueron equivalentes al
12% del PBI y se utilizaron los ahorros fiscales acumulados en
las últimas dos décadas en el país.
Informalidad en comercio y servicios
Sin embargo, la informalidad laboral ya estaba presente en el
73% del comercio y en el 60% de los servicios en el país,
sectores cuyo desempeño caerá entre un 18 y un 9.6% hacia el
final del año, de acuerdo con Macroconsult.
Según datos del INEI, en Lima, donde vive un tercio de la
población nacional y concentra al 68% de la población en edad
de trabajar, el empleo se redujo un 40% de mayo a julio, la PEA
se redujo un 32.8% y la tasa de desempleo trepó al 16.4%.
“Pensemos tan sólo en estos 6.7 millones de desempleados,
están desesperados por retornar o recuperar sus ingresos,
como la calle está dura, o hay pocas oportunidades de empleo
en el mercado, la gente está dispuesta a aceptar menores
salarios y menores condiciones laborales”, declaró el
economista Kurt Burneo.
Por su parte, para las empresas, que deben generar trabajo, “el
hecho de ser informal les permite evadir toda esta serie de
costos (laborales) que son inmediatos. La razón de por qué no
formalizarse es sencillamente porque los costos son
inmediatos, mientras que los beneficios son inciertos”, explicó
Burneo.
El experto estimó que el porcentaje de informalidad en el país
debe haber subido al 90%, mientras que el economista César
Peñaranda estimó que estará en torno al 80%.
Cuarentena derrumba el PBI
El confinamiento provocó un desplome del 30% del PBI en el
segundo trimestre del año, a raíz de la caída del 44.5% de la
actividad industrial, entre otros sectores.
Los estimados de crecimiento del PBI para el 2020 eran del 3%,
pero ahora se teme una caída de entre el 12% y 15%, con un
eventual rebote del 5% en el 2021, según los analistas.
El sector público no financiero registró un déficit del 6.9% del
PBI en el segundo trimestre, debido a los mayores gastos no
financieros, equivalentes al 5.2% del PBI, y los menores
ingresos corrientes del Gobierno de Vizcarra, por el 2.4% del
producto.
La deuda pública bruta ha subido al 30.2% del PBI en el
segundo trimestre por la colocación de bonos globales por US$
3,400 millones y nuevos créditos con organismos
internacionales por US$ 400 millones, mientras que las
reservas internacionales sumaron US$ 71,450 millones, que
representan el 34% del PBI.

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