Documentos de Académico
Documentos de Profesional
Documentos de Cultura
A partir de lo señalado podemos decir también que un cambio histórico en relación al hecho
histórico y el proceso histórico deberá ser un cambio coyuntural o estructural, es decir, un
cambio que afecte a una gran estructura o que dure un periodo de tiempo prolongado. Por
ejemplo la Revolución Francesa en sí, que antes hemos mencionado sería un cambio
histórico desde el principio al fin, donde además los protagonistas fueron conscientes y de
hecho, los promotores de dicho cambio ya que fue intencionado.
Por otro lado, los cambios históricos pueden ser también una reforma, que se produce durante
un periodo de tiempo corto y que también tiene una intencionalidad, como por ejemplo
la reforma protestante que llevaron a cabo, Calvino y Lutero.
Luego tenemos también cambios históricos que se desarrollan en el tiempo pero sin que los
protagonistas sean conscientes de ello, como por ejemplo el proceso de hominización.
De este modo podemos decir que el cambio histórico, marcaría de alguna manera tanto el
hecho histórico como el proceso histórico, tal y como vemos a continuación con más
detalle.
Por otro lado, el cambio histórico prolongado que marca cambio estructural, acabará por
conformar un procesos histórico, que va a estar marcados por los hechos históricos que han
llevado al cambio. Los hechos históricos provocan cambios que hacen avanzar los
procesos históricos en una u otra dirección. La interrelación de los hechos históricos y su
sucesión en el tiempo es lo que dota a unas características generales a un proceso histórico. A
su vez, el proceso histórico incluye en su nomenclatura la palabra «proceso», lo cual significa
que esos hechos históricos provocan un cambio en la cultura y la sociedad de una zona
determinadaLos hechos históricos más importantes tienen el poder de provocar un cambio
histórico y de marcar un proceso histórico. Por ejemplo, la llegada del hombre a la luna fue
un hecho histórico que probablemente cambió el futuro del mundo. Cuando Armstrong pisó la
luna, se dio un hecho histórico (la primera vez que el hombre ponía el pie en la luna) pero,
además provocó un cambio en la historia y modificó en gran medida un proceso histórico,
el de la carrera espacial, que a su vez formaba parte esencial dentro de las luchas entre
EE.UU y la URSS durante la Guerra Fría. A pesar de que los rusos llevaban ventaja hasta ese
momento a los americanos, la llegada de Armstrong a la luna fue un hecho histórico que
cambió el curso de las cosas.
Cabe destacar que cuando alguien piensa en un hecho, un cambio o un proceso históricos,
suele pensar en hechos, cambios o procesos históricos de gran calado, que supusieron
grandes avances, novedades o mejoras en la forma de vida de las gentes.
Sin embargo, en el caso de hecho, la palabra «histórico» no se refiere a un hecho destacado
o novedoso de su tiempo, es decir, «histórico» no es un adjetivo que necesariamente deba
engrandecer al hecho. Al contrario, en este caso la palabra histórico se refiere a la historia,
con los que sirve con que el hecho haya ocurrido en sí. Lo que ocurre es que, para que los
hechos históricos tengan relevancia, deben ser poco comunes, sorprendentes, visionarios o
tener importantes consecuencias.
En el cambio histórico, esa palabra «histórico» sí que tiene un sentido como tal ya que
supone un periodo de tiempo, en el que los protagonistas son conscientes de ello con mayor o
menor medida y provocan dicho cambio para que finalmente se marque el proceso
histórico, que por otro lado, para que sea considerado como tal suele ser objeto de
estudio por los historiadores.
También hay ocasiones en las que los hechos históricos ganan importancia con el paso del
tiempo, de modo que se acaban que se acaban convirtiendo con los cambios históricos.
Por poner un ejemplo, en su momento el nacimiento de Napoleón no era un hecho
importante. Sin embargo, con el paso del tiempo y la importancia que adquirió su figura, el
nacimiento de este general puede ser considerado un hecho histórico bastante importante, que
marca el nacimiento del general que llevaría a Francia a su hegemonía Europea a principios del
siglo XIX y que propiciará un cambio histórico y con ello, que se produzca un proceso histórico.
¿Cuáles son las características del tiempo histórico?
Tiempo Histórico
Los hechos históricos nunca suceden en el vacío, siempre están situados en un tiempo
(cuándo) y un espacio (dónde). A estas coordenadas podríamos añadir una tercera: los
protagonistas o sujetos del hecho (quiénes). Si tratáramos de representar esto en un esquema
podría verse así:
Ahora bien, el tratamiento que se da al tiempo en el estudio de la historia conjuga dos formas
complementarias: el tiempo cronológico y el tiempo histórico. El primero se refiere a la
medición del tiempo secuencial, es decir, al transcurrir de un momento a otro: días, meses,
años, décadas, siglos, milenios. Esta forma de medición del tiempo nos permite ubicar los
hechos históricos en una fecha precisa (por ejemplo: 13 de agosto de 1521, caída de México
Tenochtitlan).
El tiempo histórico, en cambio, implica distintas nociones y conceptos que sirven para ubicar y
explicar tanto los procesos históricos como el movimiento general de la historia. Veamos
algunos de ellos:
La periodización es una forma de encuadrar los temas que se estudian en un límite de tiempo
específico. Ésta suele expresarse en términos de edades, eras, fases, periodos, sexenios,
etcétera. Algunos ejemplos serían: la Edad Media; la era de la informática; la primera fase del
movimiento obrero en Inglaterra; el periodo de entreguerras o el sexenio cardenista (periodo
presidencial de Lázaro Cárdenas del Río.
Las relaciones temporales se refieren a las conexiones que pueden establecerse entre dos o
más fenómenos históricos (causa-consecuencia-causa); a los procesos de transformación de
una sociedad (cambio); a aquello que permanece a lo largo del tiempo (continuidad); y a la
confluencia y coexistencia de diversos sucesos o procesos históricos en un mismo tiempo
(simultaneidad).
La duración ayuda a establecer la naturaleza y alcance de los procesos y cambios históricos.
La corta duración se refiere a acontecimientos muy puntuales que, a la larga son observados
como parte fundamental de un cambio o ruptura histórica (las mujeres mexicanas obtienen el
derecho constitucional de votar y ser votadas en 1953); la media duración es el tiempo de una
coyuntura, cuyo desarrollo puede medirse en décadas (el reconocimiento del sufragio femenino
en el mundo a inicios del siglo XX); y la larga duración que corresponde a aquellas estructuras
sociales que se mantienen por cientos y cientos de años y que cambian muy lentamente (la
condición de desigualdad social de las mujeres y la lucha por el reconocimiento de sus
derechos políticos.
Corta duración
Mujer mexicana votando en 1953
Media duración
Movimiento sufragista en Inglaterra principios del siglo XX
Larga duración
“Vindicación de los Derechos de la Mujer” escrito en 1792 por Mary Wollstonecraft
Federalismo y centralismo
El federalismo es el sistema político donde los estados conservan su soberanía, por lo que
tienen cierta autonomía en las decisiones políticas y administrativas. El centralismo es el
sistema político donde todo el poder y la toma de decisiones recae sobre el gobierno central.
Estos dos sistemas políticos se diferencian por la manera en la que se administran los poderes
en el territorio de un país.
En el federalismo el poder político está dividido por territorios, mientras que en el centralismo
existe un único gobierno central, es decir, no hay división del poder político por territorios.
Federalismo Centralismo
Significado Sistema político donde los Sistema político donde todo el poder político y
Estados conservan su administrativo está concentrado en un solo órgano central:
soberanía y delegan un cierto el Estado.
grado de autonomía al Estado
central.
División del Se divide por territorios No existe la división territorial del poder: recae todo en un
poder geográficos que pueden ser gobierno central que tiene representación en los diferentes
provincias, regiones o Estados.
Estados.
Leyes Los congresos de los Estados El congreso dicta las leyes para todo el territorio nacional.
dictan las leyes para sus
territorios.
Presencia Austria, Alemania, Argentina, Bolivia, Bulgaria, Chile, Chipre, Colombia, Costa Rica,
Bélgica, Brasil, Estados Ecuador, Eslovenia, Eslovaquia, Estonia, Finlandia,
Unidos, India, México, Rusia, Francia, Guatemala, Grecia, Honduras, Hungría, Irlanda,
Suiza, Venezuela y otros. Italia, Letonia, Lituania, Malta, Nicaragua, Panamá,
Paraguay, Perú, Polonia, Portugal, Rumanía, Uruguay y
otros.
¿Qué es federalismo?
El federalismo tiene como objetivo que los organismos que conforman los Estados estén
asociados para ejercer funciones de forma plena y libre.
Por esta razón, los Estados federales son responsables de asuntos jurídicos, educativos,
financieros y otros.
La constitución aprobada por los Estados establece las funciones del gobierno.
La división de poderes se basa en la división geográfica de cada territorio.
Tanto el gobierno central como las unidades inferiores participan en la toma de decisiones
respecto a los servicios públicos en cada jurisdicción y otros temas.
La Suprema Corte de Justicia es la encargada de interpretar y modificar la constitución siempre
que se requiera.
Tipos de federalismo
Federalismo simétrico
Se da cuando hay igualdad de competencias para todos los organismos gobernantes en cada
territorio de un país. Esto ocurre, por ejemplo, en los Estados Unidos.
Federalismo asimétrico
Se da cuando algunos Estados poseen más atribuciones que otros. Un ejemplo de ello es
Quebec, en Canadá, una entidad federal que conserva una lengua oficial diferente a la del
resto del país.
Ventajas
Las autoridades gubernamentales están más cerca de los ciudadanos por lo que pueden ver
directamente cuáles son los problemas que les afectan y solucionarlos.
Se facilita la aplicación, vigilancia y evaluación de los resultados de las políticas públicas en
todo el país.
Desventajas
La eficacia en las acciones políticas y administrativas se puede ver afectada si no existe una
coordinación entre todas las entidades gubernamentales del país.
Muchas veces los recursos económicos con los que cuentan los Estados no son suficiente para
atender todas las necesidades de los habitantes.
¿Qué es centralismo?
Proviene de la palabra en latín centra que significa 'un solo lugar', y lismo, que significa
'persona'.
El centralismo normalmente se origina por la falta de fondos económicos en los Estados para
dar los servicios básicos a todos los ciudadanos.
En esta forma de gobierno, es el Estado el que asume competencias ante los estados o
divisiones administrativas, pues en él recae el ejercicio y administración de los derechos
públicos en todo el país.
Esta forma de gobierno en su expresión más pura es cada vez menos común.
Hay un único gobierno central que se encarga de todos los aspectos políticos y administrativos
del país.
No hay división territorial del poder político.
En las diferentes localidades existe una representación del Estado.
La cultura y las tradiciones que hay en los diferentes Estados muchas veces no son tomadas
en cuenta por el gobierno central.
Tipos de centralismo
Centralismo puro
El órgano administrativo central ejerce todas las competencias de manera absoluta. Un ejemplo
de este tipo de centralismo es Mónaco.
Son los Estados que han centralizado políticamente el federalismo cooperativo. También puede
llamarse federalismo centralizado o federalismo unitario. Ejemplos de esto son países como
Austria, México, India y Venezuela.
Ventajas y desventajas del centralismo
Ventajas
Desventajas
Los Estados al perder su soberanía no pueden tomar decisiones en situaciones que les afectan
localmente.
Falta de atención por parte del gobierno central a los problemas existentes en las diferentes
regiones del país.
1. Definición
El centralismo (del latín centra, “en un solo lugar”) se define como una doctrina política que
cree en la concentración del poder en un órgano central del Estado, una autoridad suprema
que rige sobre todo el territorio y que dicta las normas para el reparto de la riqueza, la
aprobación de las leyes y todo lo referente al territorio de la nación.
2. Ejemplos
3. Tipos de centralismo
Existen diversas formas de centralismo:
Centralismo puro. Tiene lugar en estados unitarios, en los que todo el poder reside en
un órgano estatal plenipotenciario.
Con descentralización administrativa. Se trata de un modelo de Estado centralizado,
que sin embargo delega ciertas labores administrativas a comisiones provinciales, en
una jerarquía irrompible cuya cima está en el centro de poder.
Con descentralización política y administrativa. El modelo más laxo de centralismo,
también llamado “federalismo unitario” constituye un modelo más o menos federal que
sin embargo coincide en la predominancia del poder central sobre las provincias.
Tipos de federalismo
Tipos de estado
Guerras federales
A menudo se conoce como “guerras federales” o simplemente guerras civiles a los conflictos
armados surgidos en América Latina en torno a la elección del modelo que regiría las
nacientes repúblicas ahora independizadas de España.
Se conoce como unitarios y federales a los ciudadanos miembros, respectivamente, del Partido
Unitario y del Partido Federal, enfrentados durante la Guerra Civil Argentina que tuvo lugar
entre 1828 y 1831.
Esta guerra tuvo lugar en la Argentina post independentista, una vez finalizada la Revolución
de Mayo de 1810 y depuesto el orden colonial, y estuvo motivada a los desacuerdos
profundos respecto a cómo organizar el territorio de las Provincias Unidas del Río de la
Plata, las mismas que luego se convertirían en la República Argentina.
Los hombres de estos dos partidos demuestran ya la diferencia fundamental entre sus
posturas: los unitarios abogaban por un gobierno centralizado, que residiría en
la ciudad de Buenos Aires, mientras que los federales pretendían un sistema que respetara la
autonomía de cada provincia a pesar de estar de acuerdo en integrar una misma nación.
Este conflicto tuvo lugar apenas se firmó el armisticio que puso fin a la Guerra con el Brasil
(1825-1828).
Origen
Los partidos tanto unitario como federal se derivan de las organizaciones políticas
independentistas, cuyo enemigo común (España) mantuvo los esfuerzos mancomunados
hasta la llegada de la independencia. Entonces, las disputas entre los modelos de regir
la política del país no se hicieron esperar y dieron pie a numerosos enfrentamientos a lo largo
de las Guerras Civiles Argentinas (1814 a 1880).
La competencia injusta entre productos de las provincias del interior, sin salida al mar, y los que
llegaban a Buenos Aires del extranjero iban en detrimento de las economías locales, como
también la excusa de la Guerra con el Brasil para la creación de una presidencia
centralista, sembraron el panorama para que, una vez firmado el armisticio, se produjera la
Revolución del 1 de diciembre encabezada por Juan Lavalle y comenzara así la Guerra Civil.
El Partido Federal
El partido federal, fundado en 1818, sostenía los preceptos de la Liga Federal (antes Unión de
los Pueblos Libres) encabezada por José Artigas, que deseaban un orden nacional en que
las provincias gozaran de igualdad de condiciones, soberanía e independencia de un
poder central hegemónico, defendiendo así los intereses tradicionales, regionales y rurales.
el Partido Unitario
El partido unitario, fundado en 1816, derivó del centralismo independentista y se regía por los
preceptos centralizados de la Francia napoleónica. Según su ideología, las provincias no eran
más que divisiones del territorio nacional, que las preexistía. La mayoría de sus miembros
pertenecían a la élite bonaerense y a las capitales provinciales, por lo que no tenían casi
influencia en la población rural, más sensible a la prédica de los caudillos locales.
La Guerra Civil
Las guerras civiles argentinas fueron varias y a menudo enfrentaron al poder central de las
élites urbanas bonaerenses con los caudillos del interior. El más crudo de estos conflictos fue
la Segunda guerra entre unitarios y federales, entre 1828 y 1831, el cual se disputó a lo largo y
ancho del territorio argentino. El punto inicial del conflicto lo representa el derrocamiento y
fusilamiento del presidente Dorrego por parte de las fuerzas federales de Juan Lavalle.
Batallas
Algunas de las batallas más conocidas de este conflicto fueron: Navarro, Las Palmitas, Las
Vizcacheras, San Roque, Córdoba, La Tablada, Pilar, Oncativo, Puntas del Obispo, Puntas del
Clé, Fraile Muerto, Río Cuarto, Río Quinto, La Ciudadela, Pulares, Cerrillos y otras más.
El conflicto llegó a su término con victoria de las fuerzas Federales en 1931. Todas las
provincias estaban bajo mando federal, luego de las batallas de Cerrillos y Pulares. El mando
quedó en un triunvirato federal encabezado por Juan Manuel de Rosas en Buenos Aires, Javier
López en el Litoral y Facundo Quiroga en el Interior.
El Partido Federal estaba liderado por José Gervasio Artigas, Justo José de Urquiza y Juan
Manuel de Rosas, este último erigido en Gobernador de la Provincia de Buenos Aires (y
dictador de la República) al término del conflicto.
El Partido Unitario, en cambio, era comandado por Bernardino Rivadavia, Juan Lavalle,
José María Paz y Gregorio Araóz La Madrid.
Representaciones
Argentina
En la Historia Argentina del siglo XIX, se llamó caudillos a los distintos jefes de los ejércitos de
las provincias de Argentina, que combatían entre sí, en particular a los que enfrentaron
el centralismo de los gobiernos de Buenos Aires. Se trata, en general, de un término de uso
militar. Estos jefes militares utilizaban grados militares convencionales, sobre todo el de general
o coronel. Tenían arraigo popular, y lograban reunir ejércitos de entre 500 y 7000 hombres por
su carisma y por la identificación con los intereses populares. Casi la totalidad de los caudillos
que se enumeran seguidamente fueron líderes carismáticos del Partido Federal y la población
que le fue adherente fue principalmente de gauchos.
La historiografía clásica ha denostado ese término y al Partido Federal, al cual en general
pertenecían, mientras que la corriente histórica revisionista ha reivindicado exitosamente su
figura en el imaginario popular.2
El caudillismo en la Argentina puede ser clasificado en tres grandes etapas: la de los caudillos
de la Independencia, que luchaban contra las fuerzas llamadas realistas, como Artigas y
Güemes; el de las Autonomías Provinciales, enfrentándose a unitarios y a otros caudillos como
Quiroga, López, Ibarra, Heredia, Aldao, Bustos y Ferré entre otros, terminando con la victoria
de Urquiza sobre Rosas en Caseros; finalmente, hay una tercera etapa tras la victoria de Mitre
ante Urquiza en Pavón, estos caudillos encabezan revueltas de diversas provincias contra la
hegemonía de Buenos Aires (destacan Peñaloza, Jordán y Varela). 3
Entre los caudillos más conocidos de la historia argentina, los siguientes se pueden contar
antes de 1852: