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FUNDAMENTOS DE METEOROLOGÍA

Fernando Martín Llorente


Doctor en Ciencias Físicas

CIEMAT
Jefe de la Unidad de Contaminación Atmosférica
División de Tecnologías Ambientales
Departamento de Medio Ambiente

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RESUMEN:
En el presente tema se expondrán las características básicas de la atmósfera
terrestre así como los motivos de su dinámica a escala global y sinóptica incluyendo los
sistemas de presión y frentes. Se realizará una breve explicación de los conceptos de
estabilidad y turbulencia atmosférica. Finalmente se explicarán las principales
circulaciones atmosféricas de carácter local o mesoescalar que tanto afectan al
transporte y difusión de contaminantes en muchas zonas de España.

ÍNDICE:

1. Introducción
2. Escalas de movimiento
3. Estructura térmica vertical de la atmósfera
3.1 Troposfera
3.2 Estratosfera
3.3 Mesosfera
3.4 Termosfera
4. Balance energético en la atmósfera
5. Circulación general atmosférica
6. Sistemas de presión y frentes térmicos
7. Estabilidad atmosférica
8. Conceptos de turbulencia
8.1 Origen mecánico de la turbulencia atmosférica
8.2 Origen térmico de la turbulencia atmosférica
9. Vientos locales
9.1 Brisas marinas
9.2 Vientos de ladera y de valle
9.3 Isla térmica urbana
10. Referencias

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1. Introducción:

La atmósfera es una capa delgada compuesta por una mezcla de gases. Apenas
constituye el 1% del radio terrestre, aunque los fenómenos que se producen en su seno
son de gran importancia. Actúa como escudo protector de la radiación procedente del
sol, lo que la hace imprescindible para la vida en la Tierra. Además influye de manera
determinante en la misma, sobre todo los fenómenos producidos en los primeros 10 km.

Otro aspecto importante de la atmósfera terrestre es su carácter dinámico. No es algo


estático sino algo donde se están produciendo constantemente cambios. Existen
multitud de fenómenos atmosféricos que debido a su influencia en la actividad humana
se pretenden comprender en profundidad e incluso predecir su formación. Estos
fenómenos atmosféricos se producen a distintas escalas: macroescala, mesoescala y
microescala.

La concentración de contaminantes es influida decisivamente por el estado de la


atmósfera. Los contaminantes son admitidos en la atmósfera y ésta se encarga de
transportarlos, dispersarlos e incluso transformarlos.

En este tema se intenta dar una visión general de las características generales de la
atmósfera, así como realizar un breve repaso a determinados fenómenos meteorológicos
que puedan influir en la dispersión de contaminantes. Para ello se analizará brevemente
en primer lugar las distintas escalas a la que se producen estos fenómenos, para después
repasar la composición físico-química de la atmósfera. También nos detendremos en
estudiar la estructura en capas de la atmósfera según la evolución de la temperatura con
la altura. Se mostrará la circulación general atmosférica. Posteriormente, se
profundizará en el concepto de estabilidad térmica y su influencia en la dispersión de
contaminantes. Por último se analizarán distintos fenómenos atmosféricos como las
brisas marinas, los vientos de valle y la “isla térmica” urbana.

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2. Escalas de movimiento:

Los fenómenos atmosféricos pueden ocurrir en muy distintas escalas temporales y


espaciales. Estas escalas se pueden dividir en tres: macroescala, mesoescala y
microescala.
Escala >1 mes > 1 día >1 hora >1 minuto > 1 seg. ESCALA
Temporal →
Escala
Espacial ↓
> 10000 Km Ondas Ondas Ondas MACRO-
estacinarias largas de
marea
ESCALA
α
> 2000 Km Ondas MACRO-
baroclinas
ESCALA
β
> 200 Km Huracanes y MESO-
frentes
ESCALA
α
> 20 Km Chorros de baja altura, MESO-
líneas de turbonada,
perturbaciones por
ESCALA
orografía β
> 2 Km Tormentas MESO-
Efectos urbanos
Ondas de gravedad
ESCALA
internas γ
> 200 m Capas límite, MICRO-
nubes, ondas de
gravedad cortas
ESCALA
α
> 20 m Remolinos de MICRO-
polvo,
corrientes
ESCALA
térmicas, β
estelas
>2m Capas MICRO-
superficiales
ESCALA
γ
< 2m Turbulencia MICRO-
ESCALA
δ
ESCALA ESCALA ESCALA MESO-ESCALA MICRO-ESCALA
CLIMATO- SINOPTICA
LOGICA
Fig. 1: Muestra las diferentes escalas espaciales y temporales de la atmósfera de los procesos mas
relevantes.

¾ Macroescala o escala sinóptica: Su escala espacial es de centenares a miles de


kilómetros, mientras que la escala temporal puede ser de varios días. Aquí se
engloban fenómenos como los sistemas de alta y baja presión o la circulación
general atmosférica.

¾ Mesoescala o escala regional: Su escala espacial es de decenas a centenares de


kilómetros, mientras que la escala temporal es de varias horas. Algunos
fenómenos característicos de esta escala son las brisas marinas, los vientos de
valle, tormentas o los vientos regionales por ejemplo.

¾ Microescala o escala local: Su escala espacial es inferior a unos pocos


kilómetros y la temporal menor a una hora. En este tipo de escala se encuentran

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fenómenos como las islas térmicas urbanas, remolinos creados por algún tipo de
obstáculo o los flujos de aire dentro de las calles.

3. Estructura térmica vertical de la atmósfera:

La atmósfera puede ser dividida en distintas capas horizontales teniendo en cuenta la


variación de la temperatura con la altura. Según su estratificación se pueden dividir en
cuatro capas: troposfera, estratosfera, mesosfera y termosfera. En la Figura 2 se puede
observar la evolución de la temperatura con la altura y la localización de las distintas
capas de la atmósfera.

Fig. 2: Capas atmosféricas y la estructura térmica vertical.

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3.1 Troposfera

La troposfera es la porción inferior de la atmósfera libre. Su espesor es de


aproximadamente 10 o 12 km. Se caracteriza por el descenso de la temperatura con el
incremento de la altitud. Por término medio el descenso de la temperatura en la
troposfera libre es de 6.5 K km-1. Además, contiene la mayor parte de la masa de la
atmósfera, entre un 75 y un 90 % de la masa total de la misma.

Adquiere gran importancia por ser la capa atmosférica más próxima a la superficie y
por tanto donde se producen los fenómenos meteorológicos más estudiados, así como la
actividad propia de los seres vivos.

La parte de la troposfera más cerca del suelo es la capa límite. Esta capa está
influenciada por la superficie terrestre y responde a fuerzas de la superficie con un
tiempo de escala de aproximadamente una hora o incluso inferior. Aquí la
estratificación de temperatura es muy distinta a la del resto de la troposfera que
llamaremos troposfera libre. Además en esta capa límite se producen variaciones muy
importantes de la temperatura a lo largo del día y la noche. Suelen aparecer zonas con
situaciones de inestabilidad térmica (decrecimiento de la temperatura con la altitud) por
el día y de estabilidad e incluso de inversión térmica durante la noche (crecimiento de la
temperatura con la altitud). Los conceptos de estabilidad e inestabilidad térmica serán
descritos con posterioridad.

La troposfera está limitada en la parte superior por la tropopausa. La tropopausa es


la zona donde se pasa del decrecimiento de la temperatura con la altitud propia de la
troposfera a otra que es isoterma con la altitud, para después pasar al crecimiento de la
temperatura en la estratosfera.

3.2 Estratosfera

La estratosfera se extiende desde la tropopausa hasta aproximadamente los 50 km.


Se caracteriza por tener primero una etapa isoterma para que posteriormente se
produzca un aumento de la temperatura con la altura.

Se produce este aumento de temperatura debido a la presencia de O2 y ozono (el 90


% de moléculas de ozono se encuentran en esta capa) que absorben radiación
ultravioleta del sol. La capa con mayor abundancia de ozono es la ozonósfera situada
entre 15 y 40 Km de altura, con un máximo de concentración entre los 25 – 32 km que
es el lugar donde existe densidad de O2 suficiente (decrece exponencialmente con la
altura) y radiación ultravioleta suficiente (aumenta con la altitud) para la formación
óptima de ozono.

La temperatura máxima en la estratosfera se encuentra en la parte superior de la


misma (estratopausa), donde la temperatura podría superar los 0ºC.

3.3 Mesosfera

En esta capa de la atmósfera la temperatura disminuye al aumentar la altitud hasta


alcanzar los –90ºC a los 80 km aproximadamente.

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En esta zona se producen aportes de calor debidos a la ionización del oxígeno
atómico, pero no son suficientes como para provocar un cambio notable en la
temperatura. Aquí las densidades de ozono son bajas como para absorber radiación y
afectar a la temperatura.

3.4 Termosfera

La termosfera está situada desde la mesopausa hasta el espacio exterior. Se


caracteriza por un aumento elevado de la temperatura con la altura. Esto se debe a la
absorción por parte del nitrógeno y oxígeno de radiación de longitud de onda muy corta
que no llegan a penetrar en la mesopausa. Aunque esta temperatura se podría decir que
es teórica, es decir que no la alcanzaría por ejemplo un vehículo espacial que estuviese
allí. Esto es porque el aire en esta parte de la atmósfera está muy enrarecido (hay muy
pocas moléculas). De esta manera se tienen pocas moléculas aunque muy energéticas
dando lugar a una temperatura media alta.

Existen variaciones diurnas y estacionales muy acusadas, siendo el máximo de


temperatura durante el día y cuando las manchas solares están en época de mayor
actividad.

La parte inferior de la termosfera está formada por N2, O2 y distintas formas de O.


Mientras que más para arriba, sobre los 200 km existe sobre todo O.

En la termosfera, el campo magnético terrestre es muy intenso. Sobre los 100 km de


altura (de 70 a 120 Km está la capa conocida como ionosfera) la radiación ultravioleta,
la radiación cósmica y los rayos X solares ionizan átomos de O y N2 dando lugar a
diversos fenómenos electromagnéticos de gran belleza que son visibles desde algunas
partes del globo, como la aurora boreal. Otra particularidad importante de la ionosfera es
que en ella se produce el rebote de las ondas de radio, de forma que pueden comunicarse
puntos del globo separados por grandes distancias.

4. Balance energético en la atmósfera

La energía de los procesos atmosféricos proviene del Sol. La radiación solar es un


conjunto de ondas electromagnéticas en un espectro amplio de longitudes de onda
correspondiente a un cuerpo negro que emite con una temperatura de 6000 K (ver figura
3) cubriendo el espectro visible y gran parte del ultravioleta e infrarrojos. Esta radiación
es conocida en el argot meteorológico como onda corta. El 99% de la energía solar está
entre 0,5 y 40 µm. El pico de radiación solar está en el rango visible de longitudes de
onda (entre 0,38 y 0,78 µm).

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Figura 3. Radiación solar.

La cantidad promedio de radiación recibida en un punto perpendicular a los rayos


solares localizado fuera de la atmósfera en la distancia media entre la Tierra y el Sol se
le llama constante solar. La constante solar tiene un valor de 1.353 W/m2. Esta radiación
solar ha de repartirse en toda la superficie (casi esférica, área= 4πR2) de nuestro planeta,
por lo que la radiación solar teórica media recibida en la cima atmosférica por unidad de
superficie terrestre viene a ser una cuarta parte.

Una pequeña parte de esta radiación es absorbida por las moléculas del aire (nitrógeno,
ozono y oxígeno, principalmente). Además, una parte variable es reflejada por las nubes
(ver figura 4).

Figura 4. Reflectividad y absorción

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Un parte muy grande de la radiación solar llega a la superficie terrestre. Una parte será
reflejada dependiendo del tipo de terreno. La parte de radiación solar reflejada es
conocida como albedo. No obstante, una gran parte de la radiación solar es absorbida
por la superficie terrestre calentándola.

TIPO DE SUPERFICIE ALBEDO (%)


Agua 6 – 10
Bosques 7 – 18
Hierba 18 – 25
Arena 30 – 35
Nieve fundiéndose 40 – 60
Nieve fresca 80 - 90
Nubes 40 - 90
Tabla. Albedo de algunas superficies.

Se conoce como insolación la cantidad de radiación solar recibida en una hora y un


lugar específicos del sistema Tierra-atmósfera. La insolación esta determinada por
cuatro factores:
– La constante solar
– La transparencia de la atmósfera
– La duración de la luz del día
– El ángulo con el que los rayos solares caen sobre la Tierra.

La superficie terrestre puede, a su vez, calentar las moléculas de aire más pegadas al
suelo por conducción, aunque esto no explica por si solo el calentamiento de la
atmósfera.

La superficie terrestre también emite radiación electromagnética como un cuerpo negro


con temperaturas variables en torno a una media de 290 K. La energía emitida es mucho
menor que la del Sol y cae dentro del infrarrojo, por lo que también es conocida como
radiación de onda larga (ver figura 5).

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Figura 5. Radiación solar y terrestre.

Un hecho muy importante es que una parte muy importante de esta radiación terrestre es
absorbida por la atmósfera por gases como el vapor de agua, dióxido de carbono,
principalmente, y en menor medida por el metano, ozono, etc. Este mecanismo es el
principal responsable de que la troposfera mantenga un perfil medio de temperatura
decreciente con la altura. Existen otros mecanismos de transporte de energía, además de
la radiación (importante) y la conducción (el menos importante) como son:

• Convección, que es el transporte vertical de masas de aire debido a diferencias


de temperatura. El aire caliente asciende y el frío desciende.
• Advección, que es el transporte horizontal de masas de aire que pueden tener
distinta temperatura.
• Mezcla por turbulencia. Las circulaciones de aire generan pequeños torbellinos
que facilitan la mezcla de masas de aire y, por tanto, ele intercambio de energía.
• Los procesos de evaporación y condensación de agua (calor latente) son otra
parte muy importante de la transferencia de energía entre las capas atmosféricas.

La transferencia de calor por convección, advección y mezcla turbulenta es lo


conocemos como calor sensible.

En la figura 6, se muestra un esquema con el balance energético del sistema tierra-


atmósfera considerando la radiación solar recibida (onda corta) de la que un 51% llega a
la superficie terrestre, y la radiación terrestre (onda larga) que debido a la absorción por
agua y CO2 principalmente es la que calienta la atmósfera. El sistema tierra-atmósfera
está en equilibrio con el espacio ya que refleja un 30% de la radiación solar y emite una
cantidad de onda larga equivalente al 70% de la radiación solar recibida.

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Figura 6. Esquema del balance de energía del sistema tierra-atmósfera.

Es conocido que la cantidad de radiación solar recibida en el ecuador y trópicos es


mucho mayor que recibida en las latitudes altas y polos. A su vez, la radiación
terrestre es también mayor en las zonas trópico-ecuatoriales, pero esta diferencia no
es tan grande. El resultado final es que por debajo la latitud 40 hay en promedio un
exceso de energía, mientras que en latiudes superiores hay un déficit (ver figura 7).

Figura 7. Distribución d elas radiaciones de onda corta y larga según la latitud y


balance final.

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5. Circulación general atmosférica

Los movimientos globales de masas de aire, promediados en el espacio y en el


tiempo, reciben el nombre de circulación general de la atmósfera. Son una representación
a escala global de cómo se mueve el aire sobre el planeta para intervalos grandes de
tiempo y espacio. Estos movimientos de las masas de aire a gran escala responden a dos
fenómenos principalmente: (1) al diferente calentamiento de la superficie terrestre y (2) al
efecto de rotación de nuestro planeta. Si La Tierra no rotase, la diferencia térmica entre
los Polos y el Ecuador provocaría el movimiento de las masas de aire frío hacia latitudes
inferiores y el de las masas de aire cálido hacia latitudes superiores. El resultado sería el
que se representa en la Figura 8.

Sin embargo, esto no es lo que se observa en la experiencia. En el razonamiento


anterior, se ha considerado únicamente la diferencia térmica entre los polos y el ecuador
pero no se ha tenido en cuenta la rotación terrestre. La rotación de la Tierra produce una
desviación aparente de los movimientos del aire. Es la llamada fuerza de Coriolis. El
movimiento visto desde el exterior (en este caso desde fuera de la Tierra) sigue
aparentemente una línea recta pero desde el punto de vista de un observador en la Tierra
se produce una desviación. Un ejemplo ilustrativo es presentado en la Figura 9. Si se
supone un movimiento desde el polo norte hacia el ecuador en línea recta (visto desde el
exterior) sobre la superficie terrestre se observa como se llegaría a distintas posiciones
en el ecuador dependiendo si la Tierra está girando o no. Luego, se produce una
desviación en el movimiento (fuerza de Coriolis) visto desde un punto fijo en la
superficie terrestre. Otro ejemplo más simple donde se puede apreciar este efecto es el
siguiente. Se toma un disco plano girando sobre un eje situado en el centro del mismo.
Si se coge una regla y se traza con ella una recta desde el centro del disco hacia fuera,
cuando la retiramos se puede observar como la línea dibujada es curva, es decir se ha
producido una desviación en la trayectoria seguida por el lápiz al pintar en el disco.

Fig. 8: Esquema simplificado de los vientos que se producirían en un planeta sin rotación.

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Fig. 9: Muestra como la rotación terrestre desvía los cuerpos en movimiento hacia la derecha del mismo en el
hemisferio norte.

La desviación producida en los vientos por la fuerza de Coriolis es distinta en el


hemisferio norte que en el sur. En el hemisferio norte se produce un giro de los vientos
hacia derecha, mientras que en el sur es hacia la izquierda. La fuerza de Coriolis
aumenta con la latitud (máxima en los polos y en el ecuador es cero). Además es mayor
cuando la velocidad del viento crece. La Figura 10 muestra un esquema sobre la acción
de la fuerza de Coriolis sobre los vientos cuando un planeta rota.

Fig. 10: Representa la manera en que la fuerza de coriolis desvía de su trayectoria original los
cuerpos que se desplazan. En el hemisferio norte hacia la derecha del movimiento y en el sur hacia la
izquierda del movimiento.

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Según el esquema anterior, Las movimientos de las masas de aire se ven desviados
hacia la derecha en el hemisferio norte y hacia la izquierda en el hemisferio sur debido a
la rotación de nuestro planeta. Sin embargo, para estudiar los movimientos horizontales
de las masa de aire es necesario además, analizar el campo de presiones sobre la Tierra.
Los valores de presión atmosférica son registrados por los barómetros situados en
observatorios terrestres y en barcos. Estos valores, tras reducirse al nivel del mar, son
anotados sobre un mapa geográfico y, posteriormente, se procede a trazar las líneas de
igual presión o isobaras. El gradiente de presión, dirigido desde las altas a las bajas
presiones, determina la intensidad de los movimientos horizontales de las masas de aire,
es decir, la fuerza de los vientos. Esto significa que cuanto más juntas se encuentren las
isobaras mayor es el gradiente y, por tanto, mayor es la intensidad con la que sopla el
viento. Por el contrario, un gradiente débil corresponderá a vientos flojos.

La estructura de las isobaras puede ser diversa, pero hay dos estructuras muy
importantes:
• Isobaras cerradas con la presión decreciendo hacia en centro. Esta
configuración corresponde a depresiones, borrascas o ciclones.
• Isobaras cerradas con la presión ascendiendo hacia el centro. Son zonas de
altas presiones o anticiclones.

Aunque la presión atmosférica sobre los diferentes puntos del planeta es muy variable,
cuando se consideran los valores promedio a lo largo de varios años, se observa que la
distribución media de las altas y bajas presiones sobre la superficie terrestre presenta una
estructura zonal, en forma de cinturones de presión media, tal y como se observa en la
Figura 11.

El resultado es que la celda circulatoria que originalmente se consideraba (Figura 8)


se ha fraccionado en una serie de circulaciones de carácter mayoritariamente zonal en
lugar de meridional, es decir, en cinturones alrededor del Ecuador, de forma que tan sólo
una décima parte de este movimiento se proyecta en la dirección polos-ecuador.

Fig. 11: Representa el patrón de vientos zonal característico del planeta tierra.

Las características de la circulación media resultante considerando la fuerza de


Coriolis son:

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• Cinturón de bajas presiones que rodea al ecuador debido al
sobrecalentamiento que tiene lugar en esa zona y que produce ascensos
verticales de masas de aire, frecuentes condensaciones y precipitaciones de
agua como ocurre en las selvas tropicales.
• Zona de vientos alisios (del NE en el hemisferio Norte y del SE en el Sur)
• Cinturones de altas presiones (llamados tropicales) alrededor de los 30° de
latitud al que corresponden la mayor parte de las zonas desérticas terrestres,
sometidas a la influencia de los grandes sistemas anticiclónicos semi-
permanentes del Pacífico y las Azores del hemisferio norte, y del Pacífico
Sud-Atlántico e Indico del hemisferio sur.
• Zona de vientos de poniente con mucha componente del Oeste.
• Cinturones subpolares de bajas presiones
• Zona de vientos del Este en zonas polares
• Zonas de altas presiones polares con aire descendiendo en el centro y
extendiéndose en la horizontal hacia la zona de bajas presiones subsolares.

A esto hay que añadir, que la distribución de océanos y continentes modifican esta
estructura debido a que en los continentes se producen calentamientos y enfriamientos de
aire más acusados que en las zonas oceánicas, así como, los efectos de las barreras
montañosas.

Para conservar el momento de la cantidad de movimiento (con respecto al eje


terrestre), las masas de aire en movimiento ganan velocidad según ascienden en latitud y
la pierden en sus descensos. Esto provoca la concentración de altas velocidades en las
zonas de contacto de las celdas circulatorias formando lo que se conoce por corriente en
chorro. La corriente en chorro polar no permanece fija sino que su posición es variable lo
que provoca cambios de la posición del frente polar que determina la zona de separación
de dos masas de aire de diferentes características: la fría y seca polar y la cálida y húmeda
subtropical.

Estos movimientos horizontales del aire, son un esquema promedio: lógicamente, los
vientos reales instantáneos pueden diferir considerablemente de los dibujados. En
realidad, este esquema constituye una primera aproximación a los movimientos
planetarios reales. Sin embargo, esta circulación general atmosférica media, justifica
claramente la existencia de ciertos vientos conocidos desde hace tiempo, que soplan con
notable regularidad sobre la superficie terrestre (vientos alisios, polares y ponientes) y que
han sido utilizados, y aún se utilizan, en navegación.

6. Sistemas de presión y frentes térmicos

Los sistemas de alta y baja presión se forman, se destruyen y se trasladan


horizontalmente según la circulación general de unas zonas a otras del planeta.

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Fig. 12: Formación de anticiclones y borrascas 12. Una forma sencilla de comprender cómo se
generan y desarrollan estos sistemas consiste en suponer un recipiente circular plano,
calentado por el borde y enfriado por el centro, simulando el Ecuador y el Polo terrestre. El
recipiente se llena con un fluido viscoso sobre el que se depositan partículas de control que
permiten seguir el movimiento del fluido. Se le imprime un giro al recipiente y, después de un
cierto tiempo, se observan una serie de ondulaciones que se superponen al movimiento
circular zonal. A medida que pasa el tiempo, se observa una cierta deformación en dicho flujo
(Figura 12) hasta que finalmente se produce una clara circulación cerrada con giro antihorario,
que recibe el nombre de borrasca y otra de giro horario que recibe el nombre de anticiclón.
Ambos sistemas se desplazan en nuestras latitudes de Oeste a Este, arrastrados por la
circulación general de la atmósfera.

Subsidencia

A Suelo

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B

B Suelo

Fig. 13: Muestra la estructura característica de un anticiclón (A) y de una borrasca (B).

Los anticiclones son, por tanto, zonas de la atmósfera de aspecto más o menos
circular en donde la presión del aire aumenta hacia el interior: en el núcleo del anticiclón,
la presión alcanza un valor máximo. Si damos un corte vertical a un anticiclón se observa
que en la parte central del mismo el aire tiende a descender, fenómeno que se conoce por
el nombre de subsidencia. En la parte superior del anticiclón, se produce una
convergencia de aire mientras que cerca del suelo, las masas de aire divergen (figura 13).

Las borrascas o ciclones, sin embargo, son regiones de la atmósfera en las que la
presión tiende a disminuir hacia el interior, alcanzando en el núcleo su valor mínimo.
Suelen ser de menor extensión y más regulares que los anticiclones. Un corte vertical a
una borrasca refleja un ascenso de aire en la parte central, el cual viene acompañado de
una convergencia en superficie y una divergencia en altura (figura 13).

El aire es exportado de las zonas anticiclónicas a las borrascas siguiendo un camino


que no es recto debido al efecto de corio9lis, ni tampoco paralelo a las líneas isobaras
debido al rozamiento del aire con la superficie terrestre (figura 14).

Figura 14. Transporte de aire desde un anticiclón a una borrasca.

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La formación de las borrascas subsolares o de latitudes medias está relacionada con
las perturbaciones del chorro polar y se organizan a lo largo de las superficies frontales
que separan masas de aire de diferentes características de temperatura y humedad. El
ciclo de la formación de un centro de bajas presiones en la atmósfera se representa en la
Figura 15.

Fig. 15: Ciclo de formación de una borrasca. A partir del contacto entre una masa de aire
cálido y una fría se desarrolla una circulación cerrada en sentido antihorario (en el
hemisferio sur el sentido es horario) y los frentes asociados cálido y frío. Una borrasca de
latitudes medias tiene una vida de entre 3 a 7 días.

Cuando dos masas de aire de diferentes características (diferente temperatura,


densidad, humedad...) se ponen en contacto, en la superficie de separación de ambas se
produce un brusco cambio de todas sus propiedades. Tales superficies se denominan
frontales y su intersección con el suelo recibe el nombre de frente.

Hay tres tipos de frente:


• Frío. La masa de aire (más densa) empuja y desplaca hacia arriba a la cálida
(más ligera). En este caso, los movimientos de aire son más violentos, con
ascendencias fuertes de aire, nubes de tipo cumulo y con lluvias más intensas
• Cálido. La masa calida avanza sobre la fría. El ascenso es suave con
formación de nubes estratificadas y lluvias constantes por poco intensas.
Generalmente, el frente cálido va siempre por delante del frente frío.
• Ocluído. Esto ocurre cuando el frente frío alcanza al frente cálido de tal forma
que las dos masas frías entran en contacto. Un frente ocluido puede terner
características próximas a un frente frío o a uno cálido dependiendo de si la
masa fría delantera es menos fría que la trasera o viceversa, respectivamente.

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Fig. 16: Estructura vertical de un frente cálido (izquierda) y de un frente frío (derecha).

Fig. 17. Frentes ocluidos.

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7. Estabilidad atmosférica

Es evidente, que uno de los factores que determinarán la capacidad de la atmósfera


para favorecer los movimientos verticales en su seno es, sin duda, su temperatura. Sin
embargo, existe también otro factor importantísimo relacionado también con el proceso
de dispersión de la contaminación: nos estamos refiriendo a la velocidad horizontal del
viento. Por tanto, es necesario considerar dos aspectos de la atmósfera, los mecánicos y
los térmicos (como ya veremos más adelante), a través de los cuales es posible analizar su
capacidad dispersiva. En algunos casos, se considera únicamente el carácter térmico de la
atmósfera, de forma que la distribución vertical de la temperatura determina por sí misma
el estado dispersivo del aire. De esta forma, si consideramos únicamente los aspectos
térmicos tendríamos que, cuando una masa de aire se desplaza verticalmente de su
posición inicial, pueden producirse tres situaciones diferentes:

• Que la masa de aire se resista a ser desplazada. Se dice entonces que la


atmósfera es estable.
• Que siga alejándose sin volver a su posición inicial. En este caso la atmósfera es
inestable.
• O que continúe en equilibrio en la nueva posición alcanzada. En este caso la
atmósfera es indiferente o neutra.

El desequilibrio térmico que se produce en la atmósfera está íntimamente


relacionado con los aspectos dinámicos asociados con los cambios de temperatura o
densidad de una masa de aire. El ascenso de dicha masa en la atmósfera se produce en
función del contraste térmico entre la masa y el aire que la rodea. De esta manera, una
masa de aire se resistirá a ascender en la atmósfera si al hacerlo se encuentra rodeada de
aire más cálido (menos denso) que ella: en consecuencia, ésta masa de aire más fría
respecto del aire que la rodea tenderá a volver a su posición original. Si ocurre lo
contrario, es decir, que la masa de aire al ascender se encuentra rodeada de aire más frío
(más denso) que ella, entonces el desplazamiento vertical de esta masa de aire más cálida
proseguirá hasta encontrar un estrato de la atmósfera en la que el aire de su entorno tenga
su misma densidad. No hay que olvidar también que la masa de aire ascendiendo se
encontrará a menos presión, luego se dilatará y enfriará. Por el contrario, una masa de aire
descendiendo se encontrará sometida a mayor presión comprimiéndose y calentándose.

FLOTABILIDAD
TEMPERATURA DENSIDAD
• Tparcela > Texterior • ρparcela < ρexterior
Disminuye la presión => Enfriamiento

Aumenta la presión => Calentamiento


• Tparcela < Texterior • ρparcela > ρexterior

Fig 18. Explicación de los procesos de flotabilidad en la atmósfera relacionados con la


estabilidad de la misma.

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Esto significa que el tipo de estabilidad existente en la atmósfera depende de dos
factores:
• De la variación de la temperatura de la atmósfera, que rodea a la masa de aire,
con la altura.
• De la variación de la temperatura que la masa de aire experimenta en sí misma
al desplazarse verticalmente en la atmósfera.

La variación de la temperatura de la atmósfera con la altura recibe el nombre de


gradiente térmico vertical y se le designa como α. Como hemos visto anteriormente, en la
mayor parte de los casos, la temperatura de la troposfera disminuye a medida que au-
menta la altura. La variación vertical de la temperatura de la atmósfera puede variar no
solo de un día para otro sino también en intervalos de tiempo más cortos (como, por
ejemplo, de hora en hora), dependiendo entre otras razones de las condiciones
meteorológicas y del calentamiento del suelo.

Sin embargo, cuando una parcela de aire seco asciende en la atmósfera, disminuye
su temperatura según una razón constante de 1K/100 m, independientemente del valor del
gradiente térmico vertical de la atmósfera que la rodea. Este valor constante recibe el
nombre gradiente adiabático seco, y se le designa como γ.

GRADIENTE GRADIENTE
ADIABATICO TERMICO
SECO VERTICAL

γ α
Fig. 19. Ilustración de los conceptos de gradiente adiabático del aire seco y gradiente
térmico vertical.

La manera en la que se obtiene este valor consiste en suponer una parcela de aire que
se encuentra sobre una superficie recalentada y que, al aumentar su temperatura, asciende
en la atmósfera aumentando su volumen. Por el Primer Principio de la Termodinámica,
cualquier variación del volumen de un sistema lleva asociado un trabajo que se produce
por intercambio de calor o por variación de la energía interna:

dQ = dU + dW [1]

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Considerando el aire seco (sin vapor de agua) y que en su ascenso no se produce
ningún intercambio de calor, lo cual no supone mucho error debido a la mala
conductividad del aire y a la poca absorción de la radiación de onda corta:

0 = dU + dW [2]
Sustituyendo en (2):
m Cp dT = v dp [3]

siendo m la masa de la parcela de aire, Cp el calor específico a presión constante, T la


temperatura, v el volumen y p la presión.

Por otro lado, teniendo en cuenta que la presión de la parcela de aire ascendente se
mantiene igual a del aire ambiente exterior, podemos considerar la ecuación de la
hidrostática:
dp = − ρ g dz [4]

donde ρ es la densidad del aire, g la aceleración de la gravedad y z la altura.

Sustituyendo [4] en [3] queda:

Cp dT = − g dz [5]
Y despejando:
dT g
− = =γ [6]
dz Cp

donde γ es el gradiente adiabático seco de una parcela de aire cuyo valor es:

γ = 9.8 m s-2/1012 J K-1 Kg-1 ≈ 1 K/100m [7]

Comparando el valor de α con el valor constante de γ se determina el grado de


estabilidad atmosférica (figura 20):

• Cuando α < γ se dice que la atmósfera es estable: los movimientos verticales de


las masas de aire se ven desfavorecidos. Un caso extremo de estabilidad es el que
tiene lugar cuando α<0. En este caso, la temperatura de la atmósfera aumenta con
la altura y se dice que se ha formado una inversión térmica. Esta estratificación
extremadamente estable es la que tiene lugar, por ejemplo, durante la noche
cuando la superficie de la tierra pierde calor por radiación de forma que las masas
de aire más cercanas al suelo se encuentran más frías respecto de las que están
más arriba.
• Cuando α > γ se dice que la atmósfera es inestable: los movimientos verticales
de las parcelas de aire se intensifican. Esta es la estratificación térmica que suele
producirse en verano en horas centrales del día, durante las cuales los procesos de
convección favorecen el ascenso de las masas de aire que se encuentran sobre la
superficie terrestre.
• Cuando α = γ se dice que la atmósfera es neutra o indiferente: ni se favorecen
ni se inhiben los movimientos verticales que puedan tener lugar en su seno.

22
ESTABLE
(α<γ)

INESTABLE NEUTRO
(α>γ) (α=γ)

Figura 20. Ilustración de los grados de estabilidad térmica de la atmósfera.


En realidad, la atmósfera contiene cierta cantidad de agua de forma que en los
desplazamientos verticales pueden producirse cambios de fase y, por lo tanto,
intercambios de calor latente. Supongamos, por ejemplo, que la parcela de aire asciende y
a una cierta altura se produce la condensación del vapor de agua. El calor latente
desprendido en dicho proceso calienta la burbuja de forma que en su ascenso, el ritmo de
disminución de su temperatura es menor. Si consideramos el caso contrario, es decir una
burbuja de aire que en su descenso sufre un proceso de evaporación, el calor latente
requerido enfría a la burbuja de aire de forma que el ritmo de calentamiento de la misma
es mucho menor. Resumiendo, esto significa que la pendiente de lo que podríamos llamar
adiabática húmeda es mucho menor que la de la adiabática seca y, además, esta pendiente
no es constante con la altura. De esta forma, una estratificación atmosférica inestable
podría pasar a ser incluso más inestable si el aire se encuentra saturado, y sufriese una
elevación con el correspondiente enfriamiento, condensación de vapor de agua y ganancia
de calor latente. También podrían darse casos en los que respecto de la adiabática seca la
atmósfera presentase una estratificación estable y respecto de la húmeda fuese
ligeramente inestable. Este tipo de procesos son necesarios tenerlo en cuenta cuando en la
atmósfera se pueden producir cambios de fase del contenido de vapor de agua que en ella
se presenta.

Un ejemplo típico de la evolución de la estabilidad atmosférica durante un ciclo


diurno con cielo despejado y viento débil es el siguiente (figura 21):

• Durante el día la temperatura decrece rápidamente con la altitud en la capa de


superficie. Esto es provocado por el calentamiento del suelo por la radiación
solar causando un pronunciado gradiente de temperatura. La atmósfera se
encuentra en un estado de inestabilidad. El calentamiento solar provoca la
creación de una capa de mezcla, que es una capa de agitación turbulenta de
origen mecánico o térmico bien definida (figura 22). Esta capa favorece la

23
mezcla de aire y, por tanto, puede llevar a que a acercarnos a una situación de
estabilidad casi neutra. La formación de esta capa comienza a primeras horas
de la mañana, alcanza su máximo en las primeras horas de la tarde, para
posteriormente desaparecer de manera repentina al atardecer. En la parte
superior esta capa limita con otra que es estable.

• Durante la noche, el suelo se enfría de forma radiativa, enfriando a su vez las


capas bajas de la atmósfera y originando por tanto un aumento de la
temperatura con la altitud. Se crea zona de inversión térmica. La inversión
térmica provoca una inhibición de la turbulencia y de los movimiento verticales
en la atmósfera.

Figura 21. Ilustración de la evolución de la estabilidad atmosférica a lo largo de un


día con cielo despejado y viento débil.

Figura 22. Diagrama ilustrando como estimar la altura de la capa de mezcla a partir
de las líneas de gradiente adiabático del aire seco y el gradiente térmico vertical. Es el
punto donde una parcela de aire elevándose y enfriándose según el gradiente vertical
adiabático seco intersecta la "línea" perfil de la temperatura ambiental. Marca el nivel
máximo al que una parcela de aire puede ascender. El aire por debajo de esa altura
forma la llamada Capa de Mezcla.

24
Las inversiones de temperatura suelen ir asociadas a áreas de altas presiones y
actúan como “tapaderas” de los movimientos verticales inhibiendo su desplazamiento.
En ocasiones, las inversiones de temperatura pueden mantenerse cerca del suelo (sobre
los 300-500 m) durante varios días provocando la acumulación de gran cantidad de
contaminantes en las capas bajas del aire.

8. Conceptos de turbulencia:

El régimen mayoritario que se manifiesta en la atmósfera es de carácter turbulento


caracterizado por un movimiento caótico en forma de torbellinos en el que las velocidades
instantáneas del fluido fluctúan al azar superpuesto a un movimiento medio general más
organizado. El régimen turbulento de un fluido presenta una serie de particularidades que
lo hacen diferente de los demás:

1. Irregularidad o aleatoriedad que hace que el movimiento turbulento sea bastante


impredecible. Aunque se trabaje, por ejemplo, en un laboratorio con extrema cautela
para conseguir unas mismas condiciones iniciales, el posterior desarrollo y evolución
del flujo turbulento puede ser completamente diferente. Por ello, es por lo que se
recurre a la descripción estadística de la turbulencia.
2. Rotacional y tridimensional. El campo de velocidad en el flujo turbulento es
tridimensional y, además, muy variable en el tiempo y en el espacio. Así mismo, el
flujo es muy rotacional, es decir, que tiene rotación.
3. Difusivo. Es el responsable de la mezcla en la atmósfera de cantidad de
movimiento, calor, vapor de agua, etc. y de la contaminación que se emite a la
misma.
4. Disipativo. La energía cinética del movimiento turbulento de la atmósfera se
disipa de forma continua por viscosidad transformándose en energía interna o calor.
De esta forma, el movimiento turbulento se mantiene si se le suministra energía (que
puede ser de origen térmico como por ejemplo, la transferencia de calor desde la
superficie terrestre a la atmósfera, o de origen mecánico por efecto de la velocidad
del viento y la rugosidad del terreno). De no existir aporte energético la intensidad
turbulenta decaería rápidamente.

5. Multiciplicidad de escalas. Los flujos turbulentos se caracterizan por presentar un


amplio espectro de torbellinos o remolinos. La transferencia de energía tiene lugar
desde los remolinos más grandes hasta los más pequeños, fenómeno que se conoce
por cascada de escalas del movimiento.

8.1 Origen mecánico de la turbulencia atmosférica

Para entender el origen mecánico de la turbulencia, considérese un obstáculo en


medio de una corriente fluida originalmente laminar (sin turbulencia). La generación de la
turbulencia mecánica se produce al crearse grandes diferencias de velocidad entre las capas
del fluido en contacto con el obstáculo (rozamiento) y las del fluido fuera de contacto con
el mismo. El resultado es una serie de torbellinos a sotavento del obstáculo tal y como se
muestra en la Figura 13. A cierta distancia del obstáculo estos torbellinos empiezan a
romperse o fraccionarse en otros más pequeños y estos a su vez en otros menores hasta que

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al final se llega a un tamaño en el que la energía cinética de esta fluctuación turbulenta se
disipa como consecuencia de las colisiones moleculares las cuales producen calor.

La turbulencia mecánica predomina en días de viento fuerte en ausencia de radiación


solar.

Fig. 33: Ejemplo de generación de turbulencia por motivos mecánicos.

De este esquema de desarrollo turbulento se pueden destacar dos aspectos importantes.


El primero es el hecho de que los torbellinos generados por la presencia del obstáculo en la
corriente fluida se fraccionan y actúan como fuente energética de la actividad turbulenta
más pequeña y así sucesivamente hasta llegar a la disipación molecular. El segundo
aspecto es que si consideramos que la perturbación generada es bidimensional, en el
proceso de fraccionamiento la energía de los torbellinos iniciales se distribuye pasando
parte de la misma a las fluctuaciones turbulentas de las direcciones restantes. El resultado
es que a cierta distancia del obstáculo la turbulencia pasa a ser tridimensional de forma
generalizada. O lo que es lo mismo, la energía de una fluctuación turbulenta a gran escala
termina por activar el proceso turbillonario a escalas más pequeñas en las 3 dimensiones
del espacio.

Si el flujo antes de llegar al obstáculo hubiera sido turbulento su propio espectro de


turbulencia se habría sumado al causado por el obstáculo. Si la causa de la turbulencia
desaparece, la intensidad turbulenta decae paulatinamente hasta llegar a la fluctuación
molecular.

8.2 Origen térmico de la turbulencia atmosférica

La turbulencia de origen térmico se produce por un calentamiento de la superficie


terrestre que a su calienta las capas bajas atmosféricas. Se genera una inestabilidad
(intensos gradientes térmicos verticales en los primeros decímetros del suelo) que se
traduce en que el aire caliente ligero asciende y es reemplazo por aire algo menos caliente
o fresco. Es decir, se forman pequeñas celulas convecticas que tienen un carácter más
menos caótico (ver figura 24). La turbulencia térmica es más importante en las horas
centrales más calurosas de los días de verano y generalmente desaparece durante la noche.

26
Aire rellena Aire rellena
el hueco dejado el el hueco dejado el
ascenso de aire convección ascenso de aire

Aire caliente

Superficie terrestre calentada por el sol

Figura 24. Esquema sobre la turbulencia de origen térmico.

9. Circulaciones de viento a micro y mesoscala

9.1 Brisas marinas

Las brisas marinas son un fenómeno producido por el ciclo diurno solar. Se produce
un movimiento de aire inducido por el calentamiento diferencial de la tierra y el mar
durante el día y enfriamiento durante la noche.

Durante el día en días de cielos claros, la tierra se calienta más rápidamente que el
agua del mar. Esto provoca a su vez un calentamiento en el aire de las capas próximas al
suelo y por lo tanto asciende. Este aire tiende a ser reemplazado por aire frío del mar. Se
produce un gradiente de presión entre el aire sobre el mar y el situado sobre la tierra
originando un viento en dirección mar-tierra, se genera una entrada de aire tierra
adentro.

27
Figura 25. Esquema de brisas marinas durante el día mostrando el calentamiento
diferencia tierra-mar (izda) y la célula de brisa (dcha).

La brisa suele comenzar durante la mañana estando limitada a unos 1 o 2 Km de la


costa donde se forma un frente de brisa que separa el aire fresco marino del aire cálido
terrestre. En ese frente, se generan ascendencia de aire. La turbulencia térmica se hace
intensa en la zona de tierra invadida por el aire marino, ya que la diferencia de
temperatura entre tierra y aire en esa zona es muy fuerte, generándose lo se conoce
como una capa límite interna con bastante grado de turbulencia. El viento suele empezar
a soplar perpendicular a la línea de costa. Según avanza el día, el frente de brisa avanza
hasta el interior, llegando a alcanzar en costas llanas y en condiciones especiales más de
100 Km tierra a dentro durante la tarde. La brisa también se sometida a la fuerza
desviadora de Coriolis y generalmente el viento tiende a rolar hacia la derecha en el
hemisferio norte (al revés, en Sur) dejando el mar a la derecha y la tierra a la izquierda.
No obstante, el avance de la brisa y la dirección de la misma puede verse perturbada o
favorecida según sean las circulaciones atmosféricas a macroescala (viento sinóptico)

Durante la noche ocurre el proceso inverso, es decir la tierra se enfría más rápido
que el agua del mar provocando el movimiento contrario al anterior, la entrada del aire
es hacia el mar (viento tierra-mar), aunque esta brisa es más débil y penetra en menor
medida en el mar.

Figura 26. Esquema de brisas marinas durante la noche mostrando la célula de brisa.

En ambos casos, estos flujos superficiales se ven compensados por flujos de retorno
que, en altura, circula en dirección opuesta generando de este modo células convectivas
cerradas.

28
9.2 Vientos de ladera y de valle

Los vientos de valle son también originados por el ciclo diurno solar. El calentamiento
o enfriamiento provocado en las laderas del valle por el sol es el responsable de estos
vientos.

En un valle, al principio del día la ladera soleada se calienta y el aire encima de ella
empieza a ascender (viento anabático). A mediodía, las dos laderas pueden estar soleadas y
las ascendencias de aire se dan en ambas. Por la tarde, la ladera soleada de la mañana está
en sombra, mientras que la otra está soleada dándose ascendencias de aire (figura 27).

Figura 27. Evaluación d elas circulaciones de aire en las ladras de un valle durante el
día.

Durante la noche, ambas laderas se enfría y el aire frío fluye ladera abajo (vientos
catabáticos) acumulándose en el fondo del valle, dando lugar a una fuerte inversión
térmica (figura 28).

Figura 28. Vientoa anabátidos (izda) y catabáticos (dcha) de ladera.

Estas circulaciones pueden desaparecer o estar muy deformadas en condiciones de


viento sinóptico ( a mayor escala) significativo.

29
Los vientos de valle tiene un origen común a los vientos de ladera tratándose de una
superposición de un conjunto de circulaciones de ladera. En la figura 29, se muestra el
ciclo diario de vientos de valle. Durante el día, las laderas se han calentado y el aire fluye
ladeara arriba y valle arriba. Al atardecer, las laderas comienzan a enfriarse, comenzando a
aparecer vientos ladera bajo que van frenando el viento valle arriba hasta hacerlo
desaparecer al principio de la noche. Durante la noche los viento ladera abajo se
intensifican y van enviando masas de aire frío hacia el valle. Este aire no puede acumularse
de forma indefinida y fluye valle abajo incluso con cierta intensidad llegándose a formar
chorros de aire en el fondo del valle. Al amanecer, el calentamiento de las laderas
comienza y cesan los vientos ladera abajo cesando, por tanto, el aporte de aire de las
laderas hacia el fondo del valle debilitándose el viento valle abajo. Esta circulación surge
en caso de vientos sinópticos débiles.

Amanecer Día

Atardecer Noche

Figura 29. Ciclo diario de los vientos de valle.

Con vientos sinópticos significativos la circulación se hace más compleja llegando


incluso a desparecer. Entonces pueden surgir efectos de canalización de viento en valles
(figura 30).

30
Figura 30. Efecto de canalización de un viento sinóptico o reginal fuerte soplando
oblicuo al eje de un valle.

9.3 Isla térmica urbana

Este fenómeno consiste en la mayor temperatura existente en el interior de la ciudad


comparándola con la de sus alrededores. Esto es producido por los materiales de
construcción propios de las zonas urbanas como puede ser el cemento o el asfalto que
absorben el calor de manera efectiva durante el día. El calentamiento de la ciudad puede
provocar una circulación de aire entre ella y los alrededores, en caso de tener a otras
escalas superiores vientos débiles (ver figura 31).

Fig. 31: Esquema de las circulaciones producidas en una “isla de calor urbana”.

31
10. Referencias:

Arya S. P. (1988). Introduction to micrometeorology. International Geophysics Series, 42.


Academic Press, Inc.

Catalá de Alemany J (1987). Introducción a la meteorología. Serie Ciencias nº 36.


Editorial Alhambra.

Haltiner G.J. and Martin F.L. (1990). Meteorología Dinámica y Física. Mc. Graw Hill
Book Company S.A. Ed. Instituto Nacional de Meteorología.

Holton J.R. (1979). An introduction to dynamic meteorology. Second Edition. Academic


Press, Inc. (London).

Houghton J.T. (1986). Física de atmósferas planetarias. Ed. Instituto Nacional de


Meteorología.

Font I. (1991). El hombre y su ambiente atmosférico. Ed. Instituto Nacional de


Meteorología.

Iribarne J.V. and Godson W.L (1973). Atmospheric thermodynamics. Reidel.

Millán M. M. (1977). Ideas generales sobre la teoría de la dispersión de contaminantes


en la atmósfera.

Morán F. (1984). Apuntes de termodinámica de la atmósfera. Instituto Nacional de


Meteorología.

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Academid Press, Inc.

Pettersssen S. (1976). Introducción a la meteorología. Espasa-Calpe, S.A.

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