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El malestar: La experiencia personal de la enfermedad Franklin Rafael Sierra

Ortiz

Anónimo 04/11/21

En éste capítulo el autor revisa el concepto del malestar a través de la etnografía valiéndose del
enfoque médico occidental de enfermedad para diferenciarlo del padecimiento percibido por el
paciente, el cual se encuentra íntimamente ligado a las características culturales que le rodean y
las repercusiones que conlleva en las distintas dimensiones del ser humano.

La antropología médica posterior a la segunda guerra mundial se ha interesado en estudios


interculturales de sistemas médicos, los cuales se han diversificado a lo largo del tiempo. Desde los
70’s la biomedicina se convierte en objeto de estudio centrándose en la medicina alopática
occidental que había dejado de lado, con la idea de explorar los aspectos socioculturales que se
tejen alrededor de ella.

El estudio del fenómeno de la locura expresada bajo el término de enfermedad mental


corresponde a la etnopsiquiatría, la cual centra su interés en entender como las diferentes
sociedades entienden la enfermedad mental y su estudio se puede remontar hasta los años 30s
en la escuela de cultura y personalidad.

El entendimiento del malestar se alimenta de disciplinas como la fenomenología, crítica literaria, el


psicoanálisis y la semiótica, sin embargo su desarrollo ha estado a cargo de la antropología.
Autores como Kleinman, Langdon, MacLennan, entre otros, desde los 70 hablaron sobre el
concepto de malestar o dolencia como una percepción vista desde la óptica del mismo individuo
que la padece y que está marcadamente influida por elementos propios de su cultura, a diferencia
de la enfermedad, la cual es concebida a partir de los hallazgos biológicos que percibe el médico
en el paciente, los cuales son de carácter universal.

Gracias a los aportes desde un punto de vista etnográfico se ha logrado establecer la distinción
entre Enfermedad (Que afecta la dimensión psicobiológica), Malestar (Que afecta la dimensión
cultural) y epidemia (La cual afecta la dimensión social). En cuanto al malestar: La cultura
determina desde la forma como las personas se enferman hasta la forma como buscan ayuda para
solucionar su problema, desde interpretaciones inscriptas en el genoma social de los entornos en
los que convive y toma parte, de los cuales algunos tendrán mayor peso que otros.

El malestar desequilibra los niveles social y existencial de quien lo padece, generando un estigma,
más marcadamente notable en enfermedades desfigurativas o mentales, cuya carga estigmática
está dada por la visión de la misma red que rodea a quien la padece según las nociones de dichas
enfermedades a largo de cada época.

A manera de conclusión, se puede afirmar que el sufrimiento del ser humano se puede presentar
en diferentes dimensiones, siendo una de ellas la interpretación subjetiva que el mismo individuo
hace del dolor, el cual depende no sólo de las características propias de la enfermedad, empero
también del entorno sociocultural en el cual se desenvuelve el sujeto. Personalmente considero
que éste análisis sobre el malestar debe ser un pilar fundamental para el tratamiento holístico de
cualquier paciente, independiente del origen de su dolor, pudiendo llegar a mitigar
significativamente los factores agravantes si se identifican apropiadamente por medio de
indagaciones etnográficas.

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