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La CNEA, creada el 31 de mayo de 1950 mediante el Decreto Nº 10936/50, nació con las funciones
ejecutivas de coordinar y estimular las investigaciones atómicas y de controlar las actividades
atómicas que se llevaran a cabo en el país. Luego, en 1997, la Ley Nacional Nº 24804 de la
Actividad Nuclear estableció que en materia nuclear el Estado Nacional fijará la política y ejercerá las
funciones de investigación y desarrollo a través de la CNEA, y la de regulación y fiscalización, con
jurisdicción nacional, a través de la ARN.
En el Día Nacional de la Energía Atómica, saludamos a la CNEA y su personal que a lo largo de sus
72 años han colocado a la Argentina entre los primeros países del mundo en el dominio de la
tecnología nuclear destinada a usos pacíficos y seguros.
Como cada 31 de mayo, se celebra hoy en todo el país el Día de la Energía Atómica y se
conmemora la creación de la Comisión Nacional de Energía Atómica (CNEA) en 1950, un organismo
que se ocupa de promover y realizar estudios y aplicaciones científicas e industriales de las
reacciones nucleares.
El campo nuclear se empezó a desarrollar en el país con la formación profesional en las ciencias y
tecnologías asociadas; luego, se crearon laboratorios y se iniciaron actividades específicas, como la
radioquímica, la metalurgia y la minería del uranio.
En la actualidad, la CNEA avanza en la construcción del proyecto CAREM, la primera central nuclear
modular de diseño 100% argentino. También está en marcha la construcción del reactor
multipropósito RA-10, entre otros importantes proyectos con aplicaciones industriales, médicas,
conservación de alimentos, análisis forenses y control de plagas.
La energía nuclear no es la principal fuente de energía en nuestro país, tan solo cubre alrededor del
3% de los requerimientos totales. El siguiente gráfico muestra la matriz energética que correspondía
a la producción aproximada de Argentina en el año 2016.
La energía nuclear tiene un gran potencial para convertirse en una mayor fuente de energía, frente a
la necesidad de reducir el uso de energías de fuentes no renovables como los combustibles fósiles.
Sin embargo, no es una energía “limpia” y el tratamiento y disposición final de los residuos del
combustible agotado y el resto de los materiales y componentes del reactor que han adquirido
niveles de radioactividad que requieren su aislamiento permanente, es una materia aún en
desarrollo.
Centrales de Argentina
Un reactor nuclear de fisión posee tres ciclos o circuitos de agua independientes: uno para la
refrigeración (enfriamiento) del reactor o circuito primario; otro para la generación de vapor o circuito
secundario (ambos circuitos son cerrados) y un último circuito de enfriamiento que generalmente
emplea agua obtenida a partir de algún cuerpo de agua de gran magnitud, como un lago o un rio de
alto caudal.
Funcionamiento de una central nuclear de agua presurizada (PWR), el tipo de reactor más común
utilizado actualmente. Se aprecia el ciclo de vapor separado del ciclo primario de modo que no se
contamine con elementos radiactivos.
Existe una gran diversidad de centrales nucleares en el mundo, categorizadas en función del tipo de
material combustible y el tipo de agua o fluido que se emplea en los ciclos de refrigeración y vapor.
Con la fusión (unión) de núcleos livianos se forman núcleos de elementos más pesados, y con la fisión
(ruptura) de núcleos pesados se obtienen núcleos de elementos más livianos. En ambos casos se liberan
grandes cantidades de energía.
Para lograr la fusión de núcleos livianos, o la fisión de núcleos pesados, es necesario primero entregar
energía o bombardear el núcleo con partículas elementales.
Representación esquemática de los núcleos de tres isótopos del Neón. El número de protones (10) es el mismo
en los tres casos, y 10 electrones giran alrededor de cada uno de estos núcleos, pero el número de neutrones
puede variar: 10, 11 ó 12.
La energía liberada en cualquiera de los dos tipos de procesos nucleares estaba directamente relacionada
con la masa que desaparecía en el proceso, considerando el balance entre la masa del material inicial y la de
los productos finales. El factor de proporcionalidad entre la masa que se pierde y la energía que se produce es
el cuadrado de la velocidad de la luz, lo que nos muestra claramente que en los procesos nucleares, ínfimas
cantidades de masa se transforman en inmensas cantidades de energía.
Dos núcleos de isótopos del elemento hidrógeno (deuterio y tritio, con uno y dos neutrones, respectivamente) se
fusionan formando un núcleo de helio, liberando un neutrón y energía en el proceso.