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MITO EMBERÁ KATIO SOBRE LA CREACIÓN DEL MUNDO

Recién creado el universo, algunos de sus primeros pobladores fueron los


hermanos Humántahu y Gedeco, que se amaban apasionadamente y
decidieron estar juntos sin que sus padres se enteraran. Aun así, Caragabí, el dios
que todo lo ve, se enteró y decidió castigarlos: a Humántahu lo convirtió en el
sol y a Gedeco en la luna. El padre de Dabeiba resolvió que, con el fin de
prohibir este tipo de uniones entre hermanos, otorgaría un apellido diferente a
todas las familias para que pudieran distinguirse los unos de los otros. La leyenda
cuenta que Gedeco nunca dejó de amar a Humántahu, pero él sí la olvidó. Así
fue como se crearon el sol, la luna y los apellidos.

Caragabí creó todo lo que existe en el universo con excepción del agua. Como
no sabía dónde obtenerla le pidió ayuda a su padre, Dachizeze, quien le
entregó una suerte de varita que, al golpearla contra dos piedras, generaría el
líquido. Caragabí les dijo a los embera que todos los días, en la mañana, les
daría el agua.

Durante mucho tiempo esa fue la forma de conseguirla. Pero un día los embera
vieron a un indígena cargar agua y pescados en abundancia. Se lo contaron a
Caragabí, quien decidió seguir al indio para saber en qué lugar conseguía
alimento y bebida. Lo siguió hasta el cerro Kugurú, donde había una laguna.

Por alguna razón que se desconoce, cuando los indígenas fueron al lugar en
busca de agua, no encontraron nada, solo una selva y un árbol gigante que
llegaba hasta el cielo: el Jenené. Por temor a su poder, Caragabí ordenó a los
mejores guerreros que lo derribaran, pero mágicamente los cortes que hacían
sus hachas se regeneraban cada noche.

El dios instaló una guardia nocturna y se dio cuenta de que un sapo era el que
curaba al árbol con su saliva y, para castigarlo, lo aplastó y lo obligó a cuidar el
agua para siempre; esa es la razón por la que estos anfibios viven en las orillas
de los ríos y lagunas. Después de varios intentos, y sin la intervención del sapo,
lograron derribar el árbol. De sus ramas surgieron los ríos, de las chamizas las
quebradas, y del tronco, los mares.

Cuentan los katíos que mucho antes del descubrimiento de América en 1492,
vieron aparecer a una mujer con imagen sobrenatural de las llanuras orientales
del río Atrato. Era Dabeiba (o Dabaibe), la diosa que les enseñó a realizar todo
tipo de trabajos. Les explicó cómo se hacían las cestas y las canastas, les dijo de
qué color debían pintarse el cuerpo y hasta cómo teñirse los dientes. Además,
les mostró la forma en la que debían cultivar el maíz y el plátano –alimentos en
los que se sustenta su economía– y cómo se fabricaban los textiles. Se cuenta
que esa era su labor: transmitir el conocimiento a los indígenas. Cuando su
padre, el dios Caragabí, se dio cuenta de que la había cumplido, la llamó
nuevamente al cielo. Se dice que algunos katíos la vieron subir a un cerro y
desaparecer entre las nubes.

Dabeiba era la diosa causante de la lluvia, de los huracanes, los terremotos y la


tempestad. Así que cuando hay temporadas lluviosas, o cuando tiembla la
Tierra, es porque ella está buscando el bienestar de los campos.
MITO KOGUI DE LA CREACIÓN DEL MUNDO

“Antes no había tierra y sólo había mar. Había mar en todas partes y no salió
nada de tierra. No había gente, ni animales, ni matas. Pero arriba, en las nubes,
en el cielo estaba Eluitsáma, la Madre. Ella bajó un día y cuando vio al mar se
bebió la mitad del agua. Así había mitad agua, mitad tierra”.

Entonces la tierra era como ceniza blanca y no sirvió. Entonces la cambió otra
vez y entonces la tierra era buena. Entonces Eluitsáma estaba contesta. Subió
al cielo y trajo semillas y sembró en la tierra ñame, yuca, batata. Fríjol y malanga.
Pero entonces había sólo matas de sembrado y no había árboles. No había
guayacán, ni guayabo, ni aguacate macho, ni manzanillo, ni alumero, ni quina,
ni marambú, ni bejuco. No había palo para hacer arco y flecha. Así Eluitsáma
subió al cielo y trajo semillas de macana y de caña. Pero no había caña para
carrizo. Así subió otra vez y trajo la semilla. Entonces dijo: “¿qué más falta? Ya no
falta nada”.

Antes del amanecer, la Madre mandó a todos, a gentes y a animales a hacer


su casa. Algunos las hicieron bien, otras mal. Cuando amaneció, todo se paró y
se quedó como estaba entonces. Entonces la pava Sáldula-hábue (o Núba-
hábue), que era una Hija de la Madre gritó: “Ya amaneció”.

Entonces el marido de Eluitsáma se llamaba Seráira y éste mandó bajar a la


tierra a su hijo Eluihuíku. Como Eluitsáma ya estaba cansada y vieja, ella dijo al
hijo: “Ahora tú toma la herencia”. Así el hijo se fue a tumbar monte y a sembrar.
Cogió mucha cosecha. Él sembró cada mata en su lugar. Entonces dijo
Eluitsáma: “Vamos otra vez al cielo”. Así dijo a toda su familia. Entonces su hijo
que se llamaba Hirvuíxa, dijo: “Yo me quedo aquí”. Entonces no había
enfermedades en la tierra por que todas las enfermedades estaban en las
plantas, en el cielo. Hirvuíxa se quedó y se enfermó y así había enfermedades
en la tierra. Eluitsáma se fue al cielo con los otros hijos y allá esta todavía.
También Seráira está allá.

“Los primeros indios vinieron así: el primer indio era hijo de Eluitsáma y entonces
se llamaba Kakahuíku. Entonces vino Sintána que enseñó a la gente a hacer
telas y vestidos y ollas. Entonces vino Duginávi y Nyíueldue y Noána-sé y
Kashindúkua y Ambuámbu y Námaku. Los dos últimos se quedaron también en
la tierra y repartieron la tierra entre indios. A cada uno dieron su tierra: a los Cogí,
a los Guajiro, a los Chimila y a los civilizados. Pero no había animales en el
mundo. Así Eluitsáma hizo primero un tigre grande y luego uno chiquito y otro
más chiquito y así. Entonces hizo las culebras y la primera era muy grande y
comía gente. El primer tigre se llamaba Dikuíjiname, el más chiquito era Gaxtiáu,
luego Tsingulú, luego Dipanti, luego Kárldabe, luego Neb-táshi, luego Neb-futo,
luego Neb-tséshi y luego Neb-sésh y luego Kuinoáldyi y Nebbi-abuldo. La primera
culebra era Nunkálda-takbi, luego Sái, luego Kamaualdyi, luego Saua-núkua,
luego Tákbi-atáshi, luego Mulduxa, luego Nyi-géldanlunsu, luego Gyé-takbi,
luego Nyí-takbi, luego Húlda-takbi, luego Ka-kaldua-gauxa y luego Hi-jin-sé. Todo
eso pasó en Takína. Entonces no había mujeres en la tierra. Las mujeres había
solo en el cielo y todos los hombre tuvieron que subir al cielo para conseguir
mujer. Allá están Eluitsáma y Seráira. Ellos no comen nunca pero viven siempre”.
MITO DE LA CREACIÓN WAYÚU

Al principio solo vivía Mareiwa, allí arriba muy lejos cerquita de kar (sol) y al lado
de kachi (luna) también vivía con ellos juya (lluvia) y aquí abajo estaba Mma
(tierra) muy sola. El sol kar tenía una hija llamada Warattui (Claridad), y al Wna
Kashi tenía otra hija llamada Pluushi (oscuridad), un día juya empezó a caminar
y se encontró a Mma. Juya se enamoró de la tierra Mma ella y con su alegre
canto y se formó un juka (rayo) que penetró a Mma y brotó de ella una Ama
Kasutai (caballo blanco), que se convirtió en Ali Juna y fue el padre de todos los
Ali Juna blanco.

La tierra Mma quería más hijos y entonces Juya siguió cantando y muchos rayos
cayeron y Mma parió un Wunu Lia (las plantas) que brotaban en su vientre y
tenían muchas formas y tamaños. Pero todas eran quietas y no se movían. Mma
seguía triste porque ella quería hijos que caminaran y se movieran, y fueran de
un lugar a otro.

Maleiwa no quería ver triste a Mma, por eso vino a Wotka Sairu, aquí en la alta
guajira y tomó Pootchi (barro) “ustedes serán loa Wayuu (los hombres) hablaron
y caminaron por todas partes esta tierra será suya” seguía haciendo figuras,
pero a ellos les dijo: a ustedes no las dejo hablar, ustedes serán Muruulu (los
animales) los hizo de diferentes tamaños y formas, unos grandes y unos
pequeños, unos con cuatro patas y otros con dos a unos les dio brazos para
volar, a otros les dejo aquí caminando. Maleiwa es el Julaulashi (jefe u autoridad
superior) les ordenó a los Wayuu que no podían pelearse, que tenían que vivir
en paz y respetarse.

“no puedes matar a ningún Wayuu, porque será vengado y pagara todo tu
familia, no derrames sangra porque en ella está la vida, por eso cuando la
derrames cóbrala. No cojas lo ajeno, no es tuyo, si lo haces tendrá que pagar
tres veces más el daño hecho” Esas son las ordenes de Maleiwa y nosotros la
respetamos y la cumplimos todo lo han hecho, nuestros antepasados y nosotros
ahora.

Así vivieron mucho tiempo los Wayuu, hasta que un día dejaron de cumplir las
órdenes de Maleiwa, a él no le gusto y mando la lluvia juya para que los
castigaras, Juya no queríacastigar a los Wayuu y se puso a llorar, lloro y lloro
mucho durante muchos días, hasta que la tierra Mma se llenó y no quedo donde
vivir, pero un wayuu que si cumplía las leyes supo por un sueño lo que iba a
pasar, entonces preparo una canoa de Ipa (piedra), y en ella metió animales,
semillas de plantas, a sus mujeres e hijos y cerro bien, y el llanto de la lluvia Juya
hizo que la canoa subiera.

Un día la lluvia Juya ya no quería más lágrimas y dejo de llorar. Entonces la tierra
Mma se comió el dolor hasta que se secó y se quedó sin nada, no había plantas
ni animales, ni gente ni nada. Cuando el Wayuu sintió que la cano Ipa ya no se
movía abrió y salió con su gente y animales y empezó a caminar y como todo
estaba blandito al caminar dejaba su huella, la canoa Ipa era muy pesada y
también dejo huella, que todavía se ven. Con el tiempo esta se partió en dos
pedazos; una parte quedo aquí en Aun Wapa, y la otra allá al otro lado
separado por una montaña.
MITO DE LA CREACIÓN UW´A

Al principio, el universo estaba conformado por dos esferas: un mundo de arriba


de luz cálida y seca y un mundo de debajo de oscuridad húmeda y vació -.
Vino después el movimiento y los mundos de abajo y de arriba se mezclaron, y
como resultado de esta mezcla surgió el mundo intermedio, el mundo de arriba
es blanco, el mundo de abajo es rojo, de la mezcla se formaron el mundo azul
y amarillo. Los mundos Ye arriba y de abajo son indestructibles. Pero, por el
contrario el mundo intermedio solo puede existir si se mantiene esos dos mundos
originales.

Los hombres habitan en el mundo intermedio, y allí la vida fue creada a partir
de los materiales que pertenecen a los dioses del mundo de arriba y de abajo.
Estos materiales están almacenados en distintas esferas, y son por lo general
lagos de colores. Todo lo que existe en el mundo paso a través de esta esfera
durante el momento de su creación y en ese ase paso tomó todas sus
propiedades.

El mundo de arriba, blando, es el lugar donde habita el agua pura y el mundo


terrenal se presenta con las montañas cubiertas de nieve. Al interior del mundo
amarillo se encuentran las propiedades de las enfermedades y el rojo es el
mundo de la fertilidad y de la sangre menstrual. El barro es el material de las que
están hechos todos estos elementos, los guardan los dioses en distintas esferas.
Los dioses chamanicos viajeros robaron por medio de engaños el barro que se
encontraba en estas esferas y lo llevaron al mundo intermedio, el mundo de los
hombres.

Por lo tanto todos los seres y las cosas del mundo intermedio terrenal poseen
todo lo esencial para la vida, de la misma fuente y por procedimientos similares,
todos los seres están compuestos por una misma materia. Así, no existe
diferencia entre los seres vivos que habitan en el mundo intermedio, toda la
naturaleza, todos los seres del mundo intermedio, incluyendo al hombre, reciben
estos regalos de los dioses.

RUKWA, el sol estuvo pensando. Debía mandar el calor del sol y el agua de los
lagos del mundo de arriba, al mundo intermedio, para que allí las semillas
crecieran. Lo que descubrió RUKWA era que a pesar de que todo ya había sido
creado, el mundo todavía no había sido puesto en movimiento, con el propósito
de lograrlo, mezclo el calor del sol con el agua de los lagos y puso entonces en
movimiento el proceso de la vida y de la muerte en el mundo intermedio.

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