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¿Vientos de intolerancia entre Hermanos?

¿SE PUEDE PRACTICAR LA FRATERNIDAD SIN HERMANDAD?

Armando Castillo Romero, 33°

El Silencio en nuestra Orden es una herramienta de enseñanza-


aprendizaje. Es un medio de enseñanza en nuestros primeros años de peregrinaje
en la carrera masónica. Es difícil, especialmente para los masones bisoños,
entender el silencio-pedagógico cuando uno quiere ganar la carrera y no solo ser
espectador en ella. Con más de 33 años en la Orden, aprendí de mis maestros
las bondades del silencio, pero también, el momento indicado de romperlo para
que el sabio-silencio no acabe confundiendo la fraternidad con la complicidad.

Desde el primer grado nuestro V.’. M.’. nos enseña en los DEBERES:
“Hermanos míos, ahora vais a dejar este recinto consagrado a la amistad y a la
virtud y mezclaros otra vez en el mundo profano; en medio de vuestros asuntos,
no olvidemos los deberes que tantas veces habéis jurado en esta Logia, sed
pues, prudentes, dirigentes, moderados y discretos y acordaos igualmente que
en esta Ara habéis prometido solemnemente ayudar con cordialidad, en
proporción a vuestros haberes, al Hermano que necesite vuestra asistencia;
que habéis ofrecido corregir sus faltas con suavidad y ayudarle a su reforma,
vindicar su opinión cuando sea calumniado y surgir en su defensa en las
circunstancias más desfavorables, aun cuando su conducta sea justamente
reprensible, para que el mundo vea que los Masones se aman los unos a los
otros”.

Durante mi carrera masónica, he sido testigo como Grandes Orientes, VVCC,


logias y Hermanos entrañables han roto el lazo de comunidad que los unió, ya
sea por los egoísmos de unos, las avaricias de otros, o peor aún, por la persuasión
de un “astuto” que acaba por creerse sus propias mentiras, el burlador-burlado
pues.
La que debería ser la Institución por excelencia tanto en ética como en
moral, hoy (con sus contadísimas excepciones) está lejos de serlo. No observo la
caballerosidad, el fiar play, ni la voluntad de los Hermanos en convertirse en
“puentes” y no solamente en verdugos. El espíritu de Justicia pregonado en
muchas de nuestras liturgias ha sido intercambiado por un espíritu de
linchamiento y juicios sumarios que no abonan a la Fraternidad que nos
debemos entre iguales.

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Como nunca han faltado diferendos entre Hermanos, en cierta ocasión
preguntándole a un alto dirigente masónico y ex/gobernador avezado en las grandes
ligas, con respecto a una problemática concreta con su respectiva solución, me
respondió con esa ecuanimidad y sabiduría política que le caracteriza: “Yo lo
hubiera resuelto de otro modo”. Nada más que decir.
Desafortunadamente para la Orden misma, como lo visualizo hace más de
30 años el Gran Maestre del Oriente de Italia, Armando Corona (E.’.O.’.), “la
Masonería se ha profanizado a tal grado que esa será la mayor amenaza para
su estabilidad y sobrevivencia como Institución”.
Es lamentable que habiendo tantos pendientes por hacer: una Masonería
moderna, actual, proactiva, buscadora de talentos que sumar y no de Hermanos
que amonestar o expulsar; hemos enfocado todas nuestras energías y capacidad
instalada en “infiernitos”, cuando debemos (como Institución) ganarnos el “Cielo”
con acciones que siembren la caridad, la filantropía y la Verdadera fraternidad.
¡Nada más frustrante que poner los caballos atrás de la carreta!
Han sido innumerables los IIHH que en más de tres décadas he visto como
con un espíritu de desinterés y convicción profunda abonaron con todos sus
medios a las causas más nobles y sublimes promovidas por la Orden masónica.
A muchos se nos olvida lo bueno-y-lo-mejor que dejaron aquellos Maestros que nos
señalaron el Sendero.
La suerte está echada.
No hay peor designio para un masón que otro masón acabe repitiendo
las últimas palabras del Gran Maestre Jacques de Molay:

Dios sabe quién se equivoca y ha pecado y la desgracia se abatirá pronto sobre


aquellos que nos han condenado sin razón. Dios vengará nuestra muerte. Señor,
sabed que, en verdad, todos aquellos que nos son contrarios, por nosotros van a
sufrir Clemente, y tú también Felipe, traidores a la palabra dada, ¡os emplazo a los
dos ante el Tribunal de Dios!... A ti, Clemente, antes de cuarenta días, y a ti, Felipe,
dentro de un año…▲

Aguascalientes, julio/2022

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