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En una época no lejana, en donde las series de televisión eran muy populares
en la población peruana. Debido a su fama gran parte de la sociedad no noto,
que estos programas denigraban indirectamente a las personas andinas. Ha
pasado mucho tiempo del apogeo de estas cadenas de series tales como “Yo
no me llamo Natacha”, “Cholo power”, “La reina de las carretillas”, etc. Series
las cuales los personajes andinos o que vienen de la zona, son representados
de una forma muy despectiva. Caracterizaciones como de gente inculta, sin
valores, de no fiar, entre otros. Algo que no ha cambiado hoy en día, es la
mentalidad de la sociedad peruana hacia la población andina. Siendo reflejado
en la discriminación, abuso social, abuso económico, exclusión social, etc. Algo
que, si José María Arguedas estuviera vivo, hubiera sido un gran critico de los
programas y mentalidad peruana, por ser un gran defensor de la cultura
indígena. La muestra más ferviente de eso son sus libros “El zorro de arriba y
el zorro de abajo”, “Todas las sangres”, “El sueño del Pongo”, etc. Libros que
muestra el gran rechazo que tienen la mayoría de personas costeñas hacia las
masas andinas. Una realidad que empezó desconocida o sin querer conocer
por nuestra sociedad.
José María Arguedas fue un hombre con un sello único para escribir. Cada libro
que leías de él, tenías la certeza de que leías un poco de la biografía de él. La
realidad de modernización no es extraña en sus cuentos, ni para él ni para sus
aliados. Una actualización que siempre estuvo ligada a la Costa, siempre
adherido al sector pesquero como “El zorro de arriba y el zorro de abajo”. La
intención de sacar adelante a las familias de las alturas, hizo que muchos
andinos migraran. Una migración que conllevo al desastre de muchos cholos.
Ya que, al convivir con personas de diferentes culturas y extrañas costumbres,
en consecuencia, hacía que estos primeros absorbieran todo lo que estaba a
su alrededor. Muchas personas perdieron las raíces de los valores en ellos,
impregnados desde el seno familiar; adquiriendo la viveza o criollada costeña.
Algo para rescatar del autor es el gran amor que tenia por esta cultura. Una
cultura llena de costumbres basadas en una identidad única e inigualable.
Han pasado varias décadas desde la redacción de ese libro, pero la mentalidad
del peruano no ha cambiado mucho. El Perú sigue siendo un país rico, y esta
bien dicho. Es rico en todos los sentidos posibles. Tiene lugares, culturas,
gente muy buena, etc. Pero muchas de estas culturas conviven sin conocerse.
Queda la sensación de que bonito sería un Perú, mucho más culto.
En conclusión, la realidad que Arguedas conocía muy bien es la del indio que
tiene pocas opciones, que siempre es visto mal, que no cuenta. El progreso
que siempre margino a estos, y por su afán de cumplir sus metas nunca se
rendieron y fueron perseverantes; a pesar de los maltratos. Siempre de la
mano de sus valores que nunca pudieron ser arrebatados por más diferente y
alejados estén de su cultura.