Está en la página 1de 9

TRABAJOS DE JARDINERÍA

Los trabajos de jardinería implican una serie de riesgos laborales específicos que están asociados a las
distintas tareas que se realizan: podar, plantar, injertar, aplicar productos fitosanitarios, eliminar malas
hierbas, limpiar terrenos, etc.

Los riesgos más frecuentes a los que están expuestas las personas que trabajan en este sector son los
sobreesfuerzos y los movimientos repetitivos (lumbalgias, lesiones cervicales, tendinitis…); los
derivados del uso de herramientas y equipos de trabajo (golpes, cortes y pinchazos, y atrapamientos); las
caídas de altura de árboles, escaleras o zanjas; y la exposición a sustancias químicas peligrosas, como
consecuencia de la manipulación de productos fitosanitarios (intoxicación, lesiones de la piel y
alteraciones del sistema nervioso y respiratorio).

A continuación, presentamos un conjunto de medidas básicas de prevención y protección que todas las
personas implicadas en trabajos de jardinería deben tener en cuenta, con el objetivo de evitar accidentes
o enfermedades.

Medidas preventivas
1. Disponer de información sobre los riesgos laborales relacionados con los trabajos de jardinería, así
como recibir formación periódica sobre buenas prácticas de trabajo en labores específicas (manejo de
herramientas, educación postural, técnicas de poda, etc.).

2. Organizar el trabajo teniendo en cuenta el hecho de que se favorezcan los cambios posturales y se
reduzcan los movimientos que puedan resultar perjudiciales. Establecer rotaciones del personal en las
tareas que sean repetitivas (trabajos con pala, recorte con tijeras, raspar…) y en las que supongan un
especial esfuerzo físico con un riesgo para el trabajador (manejo de la motosierra, cortacésped,
cortasetos, etc.), con el objetivo de evitar sobreesfuerzos, al igual que problemas articulares y cervicales.

3. Verificar el buen estado de las herramientas antes de empezar el trabajo. Revisar los mangos, el filo y
las zonas de acoplamiento, con el fin de controlar posibles roturas o astillas que puedan dar lugar a un
accidente. Las herramientas de corte deben estar correctamente afiladas, sin rebabas ni bordes romos,
prestando especial atención al dentado en limas y sierras metálicas. Hay que conservarlas limpias, con la
punta y el filo protegidos, y sin grasa. Del mismo modo, deben almacenarse en lugares resguardados de
la intemperie para evitar su deterioro.

4. Examinar la carga (cajas, sacos, troncos, ramas o material) antes de manipularla con el objetivo de
localizar aristas, bordes afilados o puntas de clavos que puedan resultar peligrosos en el momento de su
agarre. Tener en cuenta los principios básicos de la manipulación manual de cargas (ver Erga-FP nº 11):
levantar la carga manteniendo la espalda recta y trasportarla a la altura de la cadera, lo más cerca posible
del cuerpo. Si el objeto es voluminoso o de difícil agarre hay que manejarlo entre dos personas. En general,
y siempre que sea posible, hay que hacer uso de las ayudas mecánicas y, en su defecto, de las carretillas.

5. Revisar las escaleras periódicamente y antes de su uso, con el fin de detectar anomalías que afecten su
seguridad. Está prohibido utilizar escaleras de mano pintadas, ya que pueden esconder defectos
importantes. Las escaleras deben disponer de sistemas de fijación en su parte superior o inferior y hay
que subir y bajar siempre de cara a las mismas y sujetándose con las dos manos. Sólo pueden ser utilizadas
por una sola persona a la vez y, cuando se trabaje a más de dos metros de altura, es obligatorio asegurarse
con un sistema individual anticaídas.

6. Frente a las temperaturas altas y la exposición al sol hay que utilizar gorra o sombrero, aplicar crema
solar protectora, beber agua con frecuencia y planificar las tareas más duras a primera hora de la mañana,
con el fin de evitar el exceso de calor.
7. Establecer un plan de acción para la utilización de fitosanitarios (pesticidas, fungicidas, abonos…) que
tenga en cuenta métodos seguros de trabajo, higiene y limpieza, transporte y eliminación (ver Erga-FP nº
24 y 25), dado que la mayoría de estos productos son sustancias peligrosas y perjudiciales para la salud
de las personas. Sólo pueden realizar aplicaciones de fitosanitarios los trabajadores que estén formados
para ello —que dispongan del carné de manipulador —, los cuales también deberán supervisar
directamente al personal que les ayude. Hay que seguir siempre las recomendaciones de seguridad de la
etiqueta y de la ficha de datos de seguridad.

8. No fumar, comer o beber cuando se manipulen fitosanitarios. Evitar efectuar los tratamientos de
plaguicidas o fungicidas en las horas de máximo calor, puesto que el sudor favorece la penetración de
estos productos, del mismo modo que se evitará hacerlo en contra del viento. Lavarse la cara y las manos
al terminar la aplicación; cambiarse y ducharse en el puesto de trabajo; no llevar la ropa de trabajo a casa
y lavarla en lugares especializados, son normas básicas de higiene.

9. Utilizar los equipos de protección adecuados a cada tarea: casco para trabajos de poda; gafas;
guantes de protección adecuados a los productos químicos que se manipulen; guantes de cuero
aptos para la manipulación de cargas y el manejo de herramientas; mascarilla antipartículas;
calzado de seguridad; ropa que cubra el cuerpo entero y protectores auditivos cuando se utilicen
máquinas (desbrozadora, cortacésped, motosierra, etcétera). En la aplicación de pesticidas
deben usarse: sombrero de ala ancha, mascarilla facial integral (que proteja la nariz y la boca),
gafas que eviten las salpicaduras en los ojos y ropa de trabajo que cubra todo el cuerpo. Nunca
debe usarse un pañuelo, en lugar de la mascarilla, puesto que favorece el contacto bucal con la
sustancia peligrosa. Antes de iniciar cualquier trabajo, siempre hay que mirar la etiqueta del
producto que se va a manipular para cerciorarse de que se usará la protección que se indique
en ella.
10. Comprobar que las máquinas de trabajo disponen del marcado CE que anuncia las garantías
de seguridad del equipo. No manipular, por ningún motivo, los dispositivos de seguridad. Antes
de iniciar la actividad, hay que inspeccionar la zona donde se utilizarán las máquinas, como el
cortacésped o la desbrozadora, para retirar elementos como piedras, ramas u otros objetos que
obstaculicen su buen funcionamiento y puedan provocar un accidente.
11. Cortacésped. Vestir siempre pantalón largo y calzado resistente. Usar la máquina andando
y sin dejarse arrastrar por ella. En terrenos inclinados hay que pasar el cortacésped de forma
trasversal para evitar, en la medida de lo posible, la pendiente y, en zonas de más de 20º de
inclinación, no debe utilizarse esta máquina puesto que peligra su estabilidad. Hay que parar el
motor siempre antes de ajustar la altura de corte de la cuchilla y cuando el cortacésped choque
con algún objeto extraño o vibre de forma anormal, para su posterior reparación.
12. Motosierra. No se debe utilizar nunca sin conocer perfectamente su funcionamiento. Hay
que sujetarla en todo momento con las dos manos y trabajar con los pies bien firmes en el suelo,
asegurando una postura estable y en equilibrio. No se deben tronzar árboles de diámetro
superior a la longitud de la espada y tampoco utilizar la motosierra por encima de los hombros.
Hay que apagar la máquina en los desplazamientos y proteger la espada con una funda rígida
cuando no se utilice.
SEGURIDAD EN LOS TRABAJOS DE PODA EN ÁRBOLES

1. INTRODUCCIÓN

Los trabajos en árboles son labores que el hombre ha realizado desde siempre.
Fundamentalmente se realizan trabajos de poda, tala, apeo o recogida de frutos. Desde
hace muchos años se han desarrollado técnicas de acceso y desplazamiento por los
árboles con la ayuda de un conjunto de dispositivos auxiliares para que dichos trabajos se
realicen de la forma más segura posible.

2. RIESGOS Y FACTORES DE RIESGO

Los principales riesgos y factores de riesgo relacionados con los trabajos de poda de
árboles son los siguientes:

• Caídas a distinto nivel debidas a: – Realización de los trabajos de acceso, desplazamiento


y posicionamiento en árboles sin utilizar las técnicas y los EPI correspondientes para cada
caso concreto.

• Cortes y lesiones varias debidas a: – Utilización de herramientas de corte manuales o a


motor. – Quemaduras por fricción con las cuerdas utilizadas.

• Contactos eléctricos directos debidos a: – Realizar trabajos de poda en proximidad de


líneas eléctricas aéreas en tensión.

3. MEDIDAS DE PREVENCIÓN Y PROTECCIÓN

Las medidas de prevención y protección se desarrollan describiendo un conjunto de actuaciones


previas al inicio de los trabajos (evaluación de riesgos, plan de trabajo y aspectos de carácter
organizativo y de seguridad), las técnicas de trepa con sus fases y su aplicación práctica, la
elección y certificación de la resistencia de los puntos de anclaje, la descripción del equipo y del
material de trabajo y finalmente las medidas preventivas frente a otros riesgos descritos.
RCP PARA ADULTOS

El objetivo de esta charla es suministrar información general sobre los Procedimientos de


Resucitación Cardiopulmonar. Realizar RCP puede salvar y de hecho salva vidas. Su respuesta
rápida y con medida le ofrecerá una oportunidad a la víctima; ¡sin su ayuda ella perecería! Si
usted tiene la oportunidad de participar en un curso básico de soporte a la vida, hágalo de
todas maneras

INFORMACIÓN PUNTUAL

Procedimientos de Resucitación Cardiopulmonar:

• Chequee la capacidad de respuesta. A medida que se aproxime, pregunte en voz alta: “¿Está bien? ¿Me
oye?” Arrodíllese y sacuda suavemente a la persona por los hombros.
• Si no hay respuesta o reacción, llame en voz alta pidiendo ayuda. Diríjase directamente a una persona
y pídale que marque el 9-1-1.
• Si la persona está boca abajo, dele vuelta al cuerpo en forma completa, como unidad.
• Asegúrese de que el brazo más cercano a usted esté completamente extendido y sobre el hombro.
• Tome la pierna más lejana a usted y crúcela sobre la pierna más cercana.
• Ponga su mano más cercana a la cabeza de la víctima y colóquela debajo de la nuca.
• Usted sostendrá la nuca y parte de la cabeza con su mano en forma de copa.
• Con su otra mano agarre la parte superior del brazo más lejano a usted.
• Dé vuelta suavemente a la víctima, protegiendo la cabeza y el cuello. Baje el brazo levantado.
• Abra la entrada de aire. Chequee la respiración mirando, escuchando y sintiendo.
• Saque la mano que está más cerca a la cabeza de la víctima y colóquela sobre la frente (preferiblemente
la parte inferior de la palma). Los dedos de la mano más cercana a las piernas de la víctima se colocan
debajo de la parte inferior de la quijada – realmente debajo de la barbilla, debajo de la estructura ósea.
Cuando usted empuja hacia atrás la frente – con firmeza, pero suavemente – la barbilla se levanta.
• Los dedos debajo de la barbilla realmente no la levantan, sino que la sostienen. • Los dientes de arriba
y de abajo deben casi juntarse, pero sin hacerlo completamente. Usted no debe dejar que cierre
completamente la boca.
• Inclínese sobre la víctima. Acerque su oído a la boca de la víctima. Se espera que usted escuche el sonido
de la respiración. Mantenga sus ojos enfocados en el pecho de la víctima para ver si sube y baja. Fíjese
también si siente el aliento de la víctima en su mejilla.
• Si no detecta respiración, cierre la nariz de la víctima con los dedos pulgar e índice de la mano con que
mantiene inclinada la cabeza.
• Abra su boca tanto como sea posible, inhale profundamente y selle con su boca, firmemente, los bordes
de la boca de la víctima. Después de su primera ventilación, retírese de la boca de la víctima, inhale de
nuevo, regrese a la boca y haga la segunda ventilación. Cada ventilación debe demorar entre 1 y 1.5
segundos.
• Ventile una vez, retire su boca de la boca de la víctima, haga una pausa de por lo menos un segundo,
luego haga su segunda ventilación demorándose entre 1 y 1.5 segundos. Estas dos respiraciones y la pausa
no deben demorar más de cinco segundos.
TODOS LOS ACCIDENTES TIENEN CAUSAS

SIEMPRE HEMOS oído decir que las cosas no suceden ni ocurren por sí solas, sino que siempre
hay un motivo o una causa que las produce o provoca.
El tema de la charla de hoy es ése: las causas de los accidentes. Para ser más específico, hablo
de las condiciones y acciones o actos que más tarde o temprano pueden ocasionar un incidente
o accidente. Cuando se produce un hecho que no deseamos, ya sea que alguien resulte
lesionado o que simplemente se rompa una taza, siempre hay algo que nos preguntamos y
tratamos de averiguar” ¿cómo sucedió? “o “¿qué pasó? Sin embargo, tal vez sería más
conveniente preguntarnos "¿qué produjo el accidente? Fíjense, dije que tal vez sería mejor
preguntar qué lo produjo. ¿Por qué? Me parece que ustedes lo saben también como yo: los
accidentes no suceden espontáneamente, sino que siempre son producidos por una o más
causas que los provocan o desencadenan. Esa causa puede ser un descuido, un error, un acto
indisciplinado, una actitud insegura, la negligencia o una combinación de estos factores que
permiten que se genere o produzca el accidente.

Supongamos que tú, Joel.


Un día te caes en tu casa y te rompes una pierna. Esa caída no sucedió espontáneamente, sino
que simplemente algo te hizo caer.
Es muy posible que la caída sea producto de un descuido tuyo, quizás estabas apurado y
corriste por las escaleras, o las bajaste sin agarrarte del pasamanos; en otras palabras, no lo
hiciste con cuidado. También es posible que otra persona provocara sin querer esa caída. Tal
vez tu hijo dejó los patines en medio de las escaleras, o quizás la alfombra que cubre la escalera
o el pasillo estuviera en malas condiciones y nadie se diera cuenta anteriormente.
Se puede pensar en infinidad de cosas como causas de esa caída, pero verdaderamente si te
caes y te rompes una pierna en la escalera es muy probable que lo que provocó esa caída sea
una combinación de todas las cosas que mencioné anteriormente. Para ser más precisos,
supongamos que las causas que provocaron tu caída, Joel, fueron las siguientes: Estabas
apurado, bajaste las escaleras corriendo sin agarrarte del pasamanos, saltaste peldaños y no
te diste cuenta que tu hijo había dejado los patines abandonados allí, tropezaste con ellos
resbalaste y te caíste.

Esto es exactamente lo que sucede con los accidentes en el trabajo, porque la mayoría de ellos
son provocados por una combinación de fallas y errores. De ahí esa creencia que siempre se
ha tenido, y que es una realidad, que las acciones inseguras o subestándares forman una
secuencia en cadena que llegan a provocar accidentes.
EL TRABAJO BIEN HECHO PREVIENE LOS RIESGOS DE
ACCIDENTES

TODOS USTEDES han oído y aprendido muchas normas de seguridad y de prevención y control
de riesgos de accidentes, desde el primer día en que empezaron a trabajar en nuestra área. En
muchas áreas de peligro hay avisos como letreros y señales de seguridad, que nos recuerdan
en forma permanente que no debemos fumar, porque se puede provocar un incendio. Otros
letreros nos indican el peligro de alto voltaje en los equipos e instalaciones eléctricas
energizadas. Colgados de las paredes, podemos ver carteles que nos recuerdan que debemos
llevar anteojos de seguridad y zapatos de protección. Regularmente, nos reunimos aquí
durante cinco minutos para reforzar todavía más, nuestra actitud positiva hacia la prevención
de accidentes, que es lo que vamos hacer hoy también. Y el resultado hasta ahora ha sido que
hemos adquirido cierta conciencia de la necesidad que tenemos de trabajar con más cuidado,
para evitarnos lesiones y evitar, además, lesionar a nuestros compañeros de trabajo.

El otro día, pensando sobre los temas que hemos tratado en el pasado en estas charlas de
cinco minutos, se me ocurrió que quizás no habíamos hablado lo suficiente de la necesidad
que existe de realizar el trabajo correctamente. Me refiero al trabajo específico o tareas que
tiene que realizar cada uno de ustedes. Si ustedes saben exactamente lo que hacen en todo
momento, las posibilidades de lesionarse serán mínimas.
El otro día, pensando sobre los temas que hemos tratado en el pasado en estas charlas de
cinco minutos, se me ocurrió que quizás no habíamos hablado lo suficiente de la necesidad
que existe de realizar el trabajo correctamente. Me refiero al trabajo específico o tareas que
tiene que realizar cada uno de ustedes. Si ustedes saben exactamente lo que hacen en todo
momento, las posibilidades de lesionarse serán mínimas.
El conocer una actividad de trabajo en detalle involucra naturalmente muchas cosas. En primer
lugar, está la destreza y habilidades que tuvieron que desarrollar cuando empezaron a
aprender su trabajo. No todo el mundo puede operar una máquina correctamente. Ustedes
tuvieron que aprender la manera correcta de usar el equipo y las instalaciones. Esa fue una de
las primeras cosas que se les exigió cuando empezaron a trabajar aquí. También tuvieron que
aprender lo que no podían realizar con una máquina o equipo. Esto es tan importante como lo
que hemos mencionado antes. Es importante saber que no se puede cargar una grúa con más
de cierto peso establecido por el fabricante en las tablas de cargas máximas de trabajo para
ese equipo. Es importante saber que no se puede usar una llave, como si fuera un martillo,
para clavar clavos y muchas otras prácticas de seguridad que ustedes deben conocer. Veo que
muchos de ustedes se lesionan a veces, porque no se dan cuenta lo peligroso que es usar una
herramienta para aquello para lo cual no fue diseñada. Muchos se lesionan, porque nunca
habían visto a nadie lesionarse usando esa herramienta incorrectamente.
¿SON LOS PRIMEROS AUXILIOS IMPORTANTES?

UNA CORTADURA, una magulladura, un arañazo, un golpe, pueden causar verdaderos


problemas si no se les presta el cuidado necesario. Tales lesiones, que en principio parecen
insignificantes, pueden aumentar significativamente en gravedad y causar grandes pérdidas
de tiempo y de dinero. Con frecuencia el factor decisivo es la aplicación correcta de primeros
auxilios. Pero ¿qué son los primeros auxilios? Son lo que la expresión indica: todo lo que se
hace antes de que llegue ayuda médica. Hay muchas cosas que todos nosotros podemos
aprender a hacer. Por ejemplo, Juan sufre una cortadura profunda en su pierna y la sangre
empieza a manar.
A no ser que la hemorragia se detenga lo más pronto posible, podría morir en cuestión de
minutos. ¿Qué se puede hacer? Ustedes podrían aplicar presión para detener la hemorragia,
y mantener esa presión con una gasa esterilizada que habrían tomado de un botiquín de
primeros auxilios
Examinemos otro ejemplo. Pedro camina hacia su casa cuando es atropellado por un
automóvil. Cae en medio de la carretera. Es la hora de salir del trabajo y la carretera está llena
de vehículos. Unos transeúntes "samaritanos" le quieren sacar de la carretera y ponerlo sobre
la acera, pero una persona en la muchedumbre insiste en que nadie le toque. La ambulancia
finalmente llega y personal entrenado transportan a la víctima a un hospital. Los rayos X
muestran que Pedro ha sufrido fracturas serias en sus piernas. UNA CORTADURA, una
magulladura, un arañazo, un golpe, pueden causar verdaderos problemas si no se les presta el
cuidado necesario. Tales lesiones, que en principio parecen insignificantes, pueden aumentar
significativamente en gravedad y causar grandes pérdidas de tiempo y de dinero. Con
frecuencia el factor decisivo es la aplicación correcta de primeros auxilios. Pero ¿qué son los
primeros auxilios? Son lo que la expresión indica: todo lo que se hace antes de que llegue
ayuda médica. Hay muchas cosas que todos nosotros podemos aprender a hacer. Por ejemplo,
Juan sufre una cortadura profunda en su pierna y la sangre empieza a manar. A no ser que la
hemorragia se detenga lo más pronto posible, podría morir en cuestión de minutos. ¿Qué se
puede hacer? Ustedes podrían aplicar presión para detener la hemorragia, y mantener esa
presión con una gasa esterilizada que habrían tomado de un botiquín de primeros auxilios.
¿Qué hubiera pasado si los "samaritanos" le hubieran levantado y le hubieran puesto en la
acera? Algún hueso roto podría haber atravesado la piel. Entonces, ¿cuál hubiera sido el
problema? Seguramente habría tenido una hemorragia seria. Háganse ahora esta pregunta:
¿Son los primeros auxilios importantes? Examinemos otra situación. Imagínense que Antonio
está tratando de encontrar una tuerca en un cajón donde hay pedazos de metal y de repente
algo puntiagudo penetra en el dedo. Lo mira y ve que es tan solo un pequeño rasguño.
Simplemente lo limpia en el pantalón y se va a trabajar como si nada. Al día siguiente, cuando
se levanta, se sorprende al ver que le duele un poco el dedo y ha empezado a ponerse rojo. Al
tercer día, le duele todavía más y está bastante hinchado. Incluso puede ver unas pequeñas
motitas de color blanco en la hinchazón y todo el dedo está rojo. No le gusta eso, así que se
envuelve el dedo en un trapo y se va a trabajar.

También podría gustarte