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Inicio.

Por la señal de la Santa Cruz, de nuestros enemigos líbranos Señor Dios Nuestro. En el nombre
del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.

Oración de Santa Faustina por los pecadores.


“Jesús, verdad eterna, vida nuestra, te suplico e imploro tu misericordia para los pobres
pecadores. Oh Sacratísimo Corazón, fuente de misericordia de donde brotan rayos de gracias
inconcebibles sobre toda la raza humana. Te pido luz para los pobres pecadores.

Oh Jesús, recuerda tu amarga pasión y no permitas que se pierdan almas redimidas con tan
preciosa, santísima sangre tuya. Oh Jesús, cuando considero el alto precio de tu sangre, me
regocijo en su inmensidad porque una sola gota habría bastado para salvar a todos los pecadores.

Aunque el pecado es un abismo de maldad e ingratitud, el precio pagado por nosotros jamás
podrá ser igualado. Por lo tanto, haz que cada alma confíe en la pasión del Señor y que ponga su
esperanza en su misericordia. Dios no le negará su misericordia a nadie. El cielo y la tierra
podrán cambiar, pero jamás se agotará la misericordia de Dios.

¡OH, qué alegría arde en mi corazón, cuando contemplo tu bondad inconcebible, oh Jesús mío!
Deseo traer a todos los pecadores a tus pies para que glorifiquen tu misericordia por los siglos de
los siglos”. Amén.

Oración Inicial.

Expiraste Jesús, pero la fuente de vida brotó para las almas y el océano de misericordia se abrió
para el mundo entero; ¡Oh! fuente de vida, insondable misericordia infinita inunda a el mundo
entero derramando sobre nosotros hasta tu última gota de sangre.

¡Oh! Sangre y Agua, que brotaste del Sagrado Corazón de Jesús


como una Fuente de Misericordia para nosotros, en ti confió. (3
veces)

 Padre Nuestro.
 Ave María.
 Credo.

Creo en Dios Padre, Todopoderoso, Creador del cielo y de la tierra. Y en Jesucristo, su único
Hijo, Nuestro Señor, que fue concebido por obra y gracia del Espíritu Santo, nació de Santa
María Virgen, padeció bajo el poder de Poncio Pilato, fue crucificado, muerto y sepultado,
descendió a los infiernos, al tercer día resucitó entre los muertos, subió a los cielos y está
sentado a la derecha de Dios Padre, Todopoderoso. Desde allí vendrá a juzgar a vivos y a
muertos. Creo en el Espíritu Santo, la Santa Iglesia Católica, la comunión de los santos, el
perdón de los pecados, la resurrección de los carne y la vida eterna. Amén.

Coronilla.
En cada cuenta grande. Padre Eterno te ofrezco el Cuerpo, la Sangre, el alma y la divinidad
de tu amadísimo hijo nuestro señor Jesucristo, en expiación de nuestros pecados y los del mundo
entero.

En cada cuenta pequeña. Por su dolorosa pasión, ten misericordia de nosotros y del
mundo entero.

Santo Dios, Santo Fuerte, Santo Inmortal, ten misericordia de


nosotros y del mundo entero. (3 veces)

Oración Final.
¡Oh! Dios Eterno, en quien la misericordia es infinita y el tesoro de compasión inagotable,
vuelve a nosotros Tu mirada bondadosa y aumenta Tu misericordia en nosotros, para que en
momentos difíciles no nos desesperemos ni nos desalentemos, sino que, con gran confianza, nos
sometamos a Tu santa voluntad, que es el Amor y la Misericordia mismos. Amén.
Oración de cierre.
“Oh Dios de gran misericordia, Bondad infinita,
hoy toda la humanidad clama desde
el abismo de su miseria a Tu misericordia, a
Tu compasión, oh Dios, y grita
con la potente voz de la miseria.
Oh Dios indulgente, no rechaces
la oración de los desterrados de esta tierra. Oh
Señor, Bondad inconcebible que conoces
perfectamente nuestra miseria y sabes que
por nuestras propias fuerzas no podemos ascender hasta Ti, te
imploramos anticípanos tu gracia y
multiplica incesantemente Tu misericordia en nosotros, para
que cumplamos fielmente
Tu santa voluntad a lo largo de nuestras vidas y en
la hora de la muerte.
Que la omnipotencia de Tu misericordia nos
proteja de las flechas de los enemigos
de nuestra salvación para que con confianza, como
Tus hijos, esperemos Tu última venida, ese día que
conoces solo Tú.
Y a pesar de toda nuestra miseria, esperamos
recibir todo lo que Jesús nos ha prometido,
porque Jesús es nuestra esperanza: a
través de Su Corazón misericordioso,
como a través de una puerta abierta, entramos al cielo. Amén.”

En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo, Amén.

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