Está en la página 1de 3

La Ciencia y sus Demonios

http://cnho.wordpress.com/2010/01/24/como- pasar- de- procariota- a- eucariota/ March 4, 2013

Manuel

Compart e est e art ículo:

Los mecanismos moleculares que han llevado a originar una célula eucariota sigue siendo una de
las grandes preguntas en el campo de la biología evolutiva. Aquellos que ven la evolución como
algo perverso, plantean esto como un problema inabarcable para la ciencia, y por tanto debemos
de aceptar la creación de todos los seres vivos en su forma actual, como única alternativa posible.
Además, en su afán de desacreditar la evolución, plantean experimentos tan absurdos como
esperar que una bacteria se transforme en eucariota bajo la atenta mirada de un investigador en el
microscopio.

Dejando ideas peregrinas aparte, la ciencia plantea varias hipótesis acerca del origen de la célula
eucariota. Una de ellas es la que hipotetiza un origen simbionte de los eucariotas.

Según esta hipótesis la célula eucariota ha surgido por una asociación entre un ancestro eucariota
(un núcleo rodeado de membrana) o bien una arqueobacteria que ha establecido simbiosis con
otras bacterias, que son el origen de las mitocondrias (producen ATP), cloroplastos (obtienen
energía a partir de la luz) o cilios (que permiten el movimiento).

Esta hipótesis es muy atractiva pero, ¿está basada en pura especulación o por el contrario existe
alguna evidencia experimental de que esto puede ser así?. Evidentemente lo que no se puede
hacer es esperar que estas asociaciones se establezcan ante nuestros ojos en el laboratorio, pero
sí podemos escudriñar y buscar en la naturaleza algún modelo que nos permita comprobar si esto
es factible.

En el norte de Australia vive una especie de termitas cuyo nombre científico es Mastotermes
darwiniensis.
Este voraz insecto se alimenta de madera, entre otros sustentos
vegetales. Un componente muy abundante de la madera es la
celulosa, un polímero que no es fácil de digerir. El intestino de las
termitas constituye un interesante ecosistema donde abundan las
bacterias y los protozoos. Muchos de ellos ayudan a la digestión de
la celulosa. Son tan importantes, que sin estos microorganismos, la
termita no podría digerir este polímero glucídico.

Uno de los protozoos que reside como simbionte en el tubo


digestivo de la termita es Mixotrica paradoxa un eucariota móvil
descrito por vez primera en 1933 por J.L. Sutherland.

Este organismo eucariota está lleno de curiosidades. En primer lugar


no posee mitocondrias. En su lugar posee bacterias endosimbiontes
en su citoplasma que suministran al
protozoo el ATP necesario para vivir.
Mixotrica es móvil, y para poder moverse
posee una serie de flagelos en uno de
los polos de la células. Sin embargo
estos flagelos sólo le permiten rotar
sobre sí mismo, no puede avanzar ni
retroceder. Esta tarea la llevan a cabo
250.000 espiroquetas, como las de la
foto, que se encuentran insertadas en
las membranas celulares.

Y esas bacterias que están asociadas al


protozoo son imprescindibles para que
Mixotrica pueda vivir. Sabemos que los
antibióticos presentan una leve toxicidad para las
células eucariotas, mientras que matan a los
procariotas. Se ha podido comprobar que la adición
de concentraciones de antibiótico que no son tóxicas
para eucariotas, pero sí matan bacterias, impedían el
desarrollo de Mixotrica, lo que sugiere que las
bacterias asociadas al protozoo son necesarias para
su supervivencia.

En resumen Mixotrica es un bonito modelo que


aportar evidencias de simbiogénesis como origen de
la célula eucariota. La combinación es posible y viable,
al menos en el entorno en el que estos organismos
viven.

Entradas relacionadas:

Babosas fotosintéticas y transferencia horizontal de genes

El origen evolutivo de las membranas eucariotas

Somos un 90% procariota

Endosimbiosis (2): Rhizobium, a medio camino de organelas celulares


Referencias:

Margulis, L. y Sagan, D. (2001) The beast with five genomes. Natural History

Radek, R. y Nitsch, G. (2007) Ectobiotic spirochetes of flagellates from the termite


Mastotermes darwiniensis: Attachment and cyst formation. European Journal of Protistology,
Volume 43, Issue 4, 5 November 2007, Pages 281-294

También podría gustarte