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La Ciencia y Sus Demonios
La Ciencia y Sus Demonios
Manuel
Los mecanismos moleculares que han llevado a originar una célula eucariota sigue siendo una de
las grandes preguntas en el campo de la biología evolutiva. Aquellos que ven la evolución como
algo perverso, plantean esto como un problema inabarcable para la ciencia, y por tanto debemos
de aceptar la creación de todos los seres vivos en su forma actual, como única alternativa posible.
Además, en su afán de desacreditar la evolución, plantean experimentos tan absurdos como
esperar que una bacteria se transforme en eucariota bajo la atenta mirada de un investigador en el
microscopio.
Dejando ideas peregrinas aparte, la ciencia plantea varias hipótesis acerca del origen de la célula
eucariota. Una de ellas es la que hipotetiza un origen simbionte de los eucariotas.
Según esta hipótesis la célula eucariota ha surgido por una asociación entre un ancestro eucariota
(un núcleo rodeado de membrana) o bien una arqueobacteria que ha establecido simbiosis con
otras bacterias, que son el origen de las mitocondrias (producen ATP), cloroplastos (obtienen
energía a partir de la luz) o cilios (que permiten el movimiento).
Esta hipótesis es muy atractiva pero, ¿está basada en pura especulación o por el contrario existe
alguna evidencia experimental de que esto puede ser así?. Evidentemente lo que no se puede
hacer es esperar que estas asociaciones se establezcan ante nuestros ojos en el laboratorio, pero
sí podemos escudriñar y buscar en la naturaleza algún modelo que nos permita comprobar si esto
es factible.
En el norte de Australia vive una especie de termitas cuyo nombre científico es Mastotermes
darwiniensis.
Este voraz insecto se alimenta de madera, entre otros sustentos
vegetales. Un componente muy abundante de la madera es la
celulosa, un polímero que no es fácil de digerir. El intestino de las
termitas constituye un interesante ecosistema donde abundan las
bacterias y los protozoos. Muchos de ellos ayudan a la digestión de
la celulosa. Son tan importantes, que sin estos microorganismos, la
termita no podría digerir este polímero glucídico.
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Margulis, L. y Sagan, D. (2001) The beast with five genomes. Natural History